levantamientos campesinos en el salvador · 2018. 8. 11. · introducción levantamientos...

22
Introducción Levantamientos Campesinos en El Salvador Segundo Montes El presente artículo es parte de un trabajo más extenso preparado para una publicación conjunta sobre este problema en los dtterentes paí- ses de la región, que está editando una universidad norteamericana. Se da por supuesto y conocido para este trabajo lo ya escrito por mi ante- riormente sobre la tierra, el campesinado, las reformas y revoluciones agra- rias, la lucha por el único recurso natural y las consiguientes convulsiones y crisis políticas que se han derivado de cada fase y tipo de cultivo predo- minante, pero no se lo incluye en este artículo para no repetirlo (Montes, 1986a; 1986b; 1987). Por consiguientes, me voy a restringir a una descripción de los dive- sos levantamientos y revoluciones campesinos ocurridos en la historia independiente de El Salvador, aunque dará más extensión y énfasis a la presente, no sólo porque era el objeto principal del trabajo aludido, sino porque hay más datos, más estudios y más evidencias individuales y colectivas sobre la crisis y la guerra civil presentes. En la segunda parte trataré de elaborar una interpretación teórica sobre dichos movimientos, a fin de categorizarlos y extraer principios y conclusiones que ayuden a -y tal vez colaborar a solucionarlos. Levantamientos campesinos en El Salvador. En El Salvador se han producido tres grandes alzamientos campe- sinQ.S, aunque de muy diversa fndole y en épocas muy diferentes. Ya en los anteriores y citados trabajos se ha hecho relerencia a los mismos, y a las crisis derivadas de cada uno de los períodos de producción agraria para el mercado internacional, por lo que no amerita extenderse demasiado sino describir sucintamente los primeros y más a fondo el actual. 79 Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J." Universidad Centroamericana José Simeón Cañas

Upload: others

Post on 29-Mar-2021

21 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Levantamientos Campesinos en El Salvador · 2018. 8. 11. · Introducción Levantamientos Campesinos en El Salvador Segundo Montes El presente artículo es parte de un trabajo más

Introducción

Levantamientos Campesinos en El Salvador

Segundo Montes

El presente artículo es parte de un trabajo más extenso preparado para una publicación conjunta sobre este problema en los dtterentes paí­ses de la región, que está editando una universidad norteamericana. Se da por supuesto y conocido para este trabajo lo ya escrito por mi ante­riormente sobre la tierra, el campesinado, las reformas y revoluciones agra­rias, la lucha por el único recurso natural y las consiguientes convulsiones y crisis políticas que se han derivado de cada fase y tipo de cultivo predo­minante, pero no se lo incluye en este artículo para no repetirlo (Montes, 1986a; 1986b; 1987).

Por consiguientes, me voy a restringir a una descripción de los dive­sos levantamientos y revoluciones campesinos ocurridos en la historia independiente de El Salvador, aunque dará más extensión y énfasis a la presente, no sólo porque era el objeto principal del trabajo aludido, sino porque hay más datos, más estudios y más evidencias individuales y colectivas sobre la crisis y la guerra civil presentes. En la segunda parte trataré de elaborar una interpretación teórica sobre dichos movimientos, a fin de categorizarlos y extraer principios y conclusiones que ayuden a entende~os -y tal vez colaborar a solucionarlos.

Levantamientos campesinos en El Salvador.

En El Salvador se han producido tres grandes alzamientos campe­sinQ.S, aunque de muy diversa fndole y en épocas muy diferentes. Ya en los anteriores y citados trabajos se ha hecho relerencia a los mismos, y a las crisis derivadas de cada uno de los períodos de producción agraria para el mercado internacional, por lo que no amerita extenderse demasiado sino describir sucintamente los primeros y más a fondo el actual.

79

Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J." Universidad Centroamericana José Simeón Cañas

Page 2: Levantamientos Campesinos en El Salvador · 2018. 8. 11. · Introducción Levantamientos Campesinos en El Salvador Segundo Montes El presente artículo es parte de un trabajo más

A. El levanlamientode 1833.

Del primer levantamienlo, liderado por Anaslasio Aquino, "capttán general de los nonualcos", en 1833, hay muy escasa documenlación y estudio histórico sistemático, dada la época, 1.a crisis generalizada en la región, y el bajo nivel científico en incluso intelectual de entonces. El me: jor y más sislemático que conozco es el de Jorge Arias Gómez, tilulado "Anastasio Aquino, recuerdo, valoración y presencia" (Arias Gómez, 1964). Las condiciones económicas del país, de Centroamérica -toda­vía unida-, y de la región, así como las conslanles guerras y luchas intestinas y regionales, crearon una siluación intolerable en la población nonualca, que lrabaja también en las fincas af'lileras, tanto por la dificullad d-e reproducir su vida, como por las conslantes levas a las que somelían a los jóvenes para luchas en los diversos ejércitos de los ladinos; incluso el maltrato físico y la tortura a uno de sus hermanos, le movió a Aquino a movilizar a su gente para que no fueran reclulados para el ejército ni forzados a lrabajar en las fincas o haciendas de ladinos, lo que motivaría una serie de acciones de defensa conlra los intenlos gubernamentales, y la configuración de un ejército propio rústicamenle armado para luchar y ampliar su campo de autonomía. Incluso parece ser que se lomó ciudad de San Vicenle, y se duda si se coronó en la iglesia, con la corona y manto de San José, como "rey de los nonualcos". Posiblemente la le­yenda pudo ser creada por los ladinos mismos de San Vicente, que se habían refugiado en la iglesia, con lodo lo que pudieron llevarse consigo, confiando en que los indígenas no se atreverían a "profanar el templo", así como para justificar ideológicamente la represión y casi exterminio que aplicarían a Aquino y a los nonualcos después de la captura y derrota, mediada primero por un sacerdote intermediare enviado por el gobierno -que no sólo conversó con Aquino, sino también tomó observaciones y datos que luego servirían para atacar los puntos débiles-, y después por la lraición comprada de su lugarteniente y ayudanle supuestamente más fiel (Arias Gómez, o.e.).

B. El levarnamientode 1932.

Sobre el levanlamienlo campesino de 1932, en la zona occidental del país -la zona de los izalcos-, se ha escrito e invesligado bastante, no sólo por ser en época más recienle, sino también por la reacción inter­nacional frenle a la masacre y etnocidio. La crisis mundial de finales de la década de los 20 y comienzos de los 30 provocaría un derrumbe de los precios de los productos de exportación salvadorenos, principalmente el café, que. se cullivaba en forma intensiva en la región occidenlal, de modo que los campesinos vivían en una siluación de miseria insopor­table, que motivaba conlinuas manifeslaciones, proleslas y actos de represión gubernamenlal en el occidenle del país -a lo que había que

90

Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J." Universidad Centroamericana José Simeón Cañas

Page 3: Levantamientos Campesinos en El Salvador · 2018. 8. 11. · Introducción Levantamientos Campesinos en El Salvador Segundo Montes El presente artículo es parte de un trabajo más

agregar la presión de los izalcos, dirigidos por su lider José Feliciano Ama, por recuperar cierta autonomía local económica, política y cullural-. Las condiciones eran tales que había manifestaciones y levantamientos es­Póntaneos disgregados, lrenle a los que el gobíerno civil de Arturo Arauja no podía hacer frente ni dar so1uciones, y que motivaría el golpe de esfado que llevaría al poder al general Maximiliano Hernández Martinez (Dalton, 1972).

Anderson estudiaría posteriormenle el levanlamiento y su represión en el libro mulada en el original Matanza (Anderson, 1976), y que se con­vertiría en el libro clásico para el estudio del suceso con todo su entorno y consecuencias.

Yo mismo he estudiadb el levantamiento, con trabajo de campo en la zona, entrevista con sobrevivientes de ambas facciones, como la pro­fundización posible en el ano 1975-76, a tal distancia de tiempo y frente a la resistencia persitente de revivir el problema y habla de ello (Montes, 1979;177-200). En primer lugar, trato de probar que no fue un "levan­tamiento comunista" --a>mo le han dado en llamar las fuerzas sociales tradicionales y dominantes, .presumiblemente también, como en el caso de Aquino, justificar e inlentar legitimar la represión y masacre de posi­blemente 30,000 personas (pero que suponiendjo que nada más hu­bieran asesinado a t0,000 en los cuatro municipios tomados por los campesinos alzados, representaría el 26.55% de la población de los mismos en esa fecha)-; a mi criterio fue un levantamiento campesino, ~i_¡¡spontáneo, aunque tenia ya un incipiente y débil componente ideo­lógico del partido comunista en formación, que pretendió hegemonizar el proceso, pero no lograba ni siquiera controlar, mucho menos dirigir a las masas que se alzaban continuamente.; y también hay que anadir el com­ponente indígena bajo el liderazgo de Ama, quien aunque tuvo conver­saciones y posible alianza con los dirigentes del partido comunista en formación, para apoyar la candidatura del alcalde propuesto por aquél, así como a incitar a su pueblo a la insurrección, sin embargo estaba motivado más bien por su etnia y buscaba los intereses propios de su comunidad indígena.

La iglesia católica no jugó ningún papel en el levantamiento, dada la orientación tradicional y conservadora prevaleciente en aquel entonces, ni tampoco existían, que se sepa, movimientos cristianos de base ni sa­cerdotes comprometidos en la liberación del pueblo, que hubiera podido incidir en dicho movimiento. Sin embargo, "el arzobispo de San Salva­dor, Mons. Belloso, asustado por las muchas ejecuciones, habló al Pre­sidente de la República, y le arrancó la promesa de que se detendrían las ejecuciones, y desde ese momento se le concedieron mayores fa­cilidades y apoyo a la Iglesia de parte del Gobierno y de las diversas autoridades" (Montes, 1979: 191). Ulteriormente la iglesia organizó una

61

Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J." Universidad Centroamericana José Simeón Cañas

Page 4: Levantamientos Campesinos en El Salvador · 2018. 8. 11. · Introducción Levantamientos Campesinos en El Salvador Segundo Montes El presente artículo es parte de un trabajo más

misión a nivel nacional, especialmente en la zona del levantamiento y sus alrededores, para predicar la paz, el perdón, la reconciliación y la resignación cristianas, sin ninguna denuncia profética de las masacres ni de la violaciones más elemenlales a los derechos del hombre, y de los indígenas en concreto (cfr. Cardenal, 1980, para entender el trasfondo eclesial de la época, tanlo de Aquino corno de Ama) ..

C. La actual revolución campesina.

A la tercera crisis socio-política, la presente, en primer lugar la denomino "revolución" y no simplemente "levanlamiento campesino", como trataré de explicar más adelante, y especialmenle en la última parte del trabajo; en segundo lugar, le voy a dar un lralamienlo más exlenso y profundo, no sólo por la importancia mayor, más presente y generalizada, sino por-que es el fenómeno focal del trabajo que se me pidió para el libro en cuestión: levanlamientos campesinos después de la Segunda Guerra Mundial. En consecuencia, analizaré la ·crisis en tres momentos principales.

a) Antecendentes y preparación ..

El derumbre de la producción anilera, como consecuencia de la producción fabril de colorantes, por un lado generó el fracaso económico de los antiguos cultivadores y beneficiadores del anil; por olro lado dejó la economía del país casi exclusivamente dependiente del café, y el poder económico-político en manos de la nueva oligarquía cafetalera; pero al mismo tiempo hizo que las antiguas tierras anileras -de la meseta central-ya no fueran ni productivas ni codiciables, dando paso a cultivos extensivos de granos básicos y de ganadería, bien mediante trabajo por colonato, o bien de aparcería o arrrendamiento: los campesinos de esas zonas. por lo tanlo, tenían relativamente fácil acceso al mercado de parcelas, o al arrendamiento de las mismas por cánones tolerables.

Las tierras vírgenes y de gran fertilidad por la sedimentación de materiales orgánicos arrastrados de las montanas, de la llanura costera, estaban infestadas de enfermedades lropicales imposibles de erradicar; debido a ello, nunca habían sido cultivadas ni explotadas, e incluso su propiedad no era apetecible a no ser corno reserva para el futuro de parte de inversores arriesgados o previdentes. Así pues, la gran extensión costera estaba abandonada a la vegetación natural y, a lo más se criaba allí ganado en estado salvaje, del que una parte era recogido periódi­camente para llevarlo al mercado; también se cultivaban algunos granos básicos en la perHeria menos insalubre de la franja costera, y había sali­neras junio al mar ..

Los descubrimientos biotécnicos de la guerra y de la post-guerra hicieron posible primero la neutralización y luego casi la extinción de la

82

Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J." Universidad Centroamericana José Simeón Cañas

Page 5: Levantamientos Campesinos en El Salvador · 2018. 8. 11. · Introducción Levantamientos Campesinos en El Salvador Segundo Montes El presente artículo es parte de un trabajo más

enfennededes tropicales de la cosla; 'la fumigación aérea y terrestre lueron intensivas y conslanles, de modo que la llanura costera se con­virtió en habttable y cullivable. A ello se agregaría el que esas lierra eran muy adecuadas para el cultivo del algodón, y esle produclo tenía gran demanda y precios atractivos en el mercado internacional. Comenzó en la década de los cincuenta, y posleriormente, la lucha por la tierra; algunos inversores con visión de futuro se lanzaron a la compra extensiva· de tierras poco apetecibles y todavía muy baratas, al desmonte de la selva y de la vegetación natural, a la preparación de la tierra para el cultivo del algodón este nuevo grupo empresarial tenla una visión moderna de producción agrfcola, con un fuerte componente de capttal, maqui­nización de cultivos, dejando casi exclusivamente para el trabajo manual la cosecha.

Como consecuencia, la escasa y dispersa población de la zona tuvo que retirarse a los márgenes de los cultivos; el sistema de colonato no era adecuado, ya que la tierra rendfa más en cultivos intensivos y meca­nizados; se crearon muy pocos puestos de trabajo pennanente; sin em­bargo, el atractivo de la ocupación de abundanle mano de obra en las cosechas hacia que mucha gente tuera a las misma y una parte de ella se quedara más o menos permanenlemente, a las orillas de los caminos, en tugurios amenazados por la intoxicación de los insecticidas regados por medio de avionetas.

Por otro lado, el triunfo y consolidación de la revolución cubana motivó el que el gobierno norteamericano decretara una ruptura de todo tipo de relaciones con la isla y un bloqueo a la misma. El azúcar --producto principal de Cuba, y que era adquirido casi exclusivamente por el mer­cado norteamericano- fue excluido, y la cuola cubana de exportación se repartió entre varios paises de la región centroamericana y del Caribe -entre ellos, El Salvador-. Las antiguas tierras anileras, abandonadas durante décadas, o sometidas a cullivos poco productivos, resultaron ser de muy buena calidad para el cultivo de la cana de azúcar. En la misma forma que el algodón, la cana de azúcar se iba a cultivar c;on métodos más modernos y mecanizados, ocupando abundante mano de obra en las cosechas, pero muy escasa durante el resto del ano. Por olro lado, las tierras que hasta entonces no eran muy apetecibles se conviertieron en altamente productivas -por la cuota y precios de exportación asegu­rados-, y su cultivo más rentable que el colonato o cualquier otro medio atrasado de producción. Como consecuencia, los colonos, los arren­datarios pequenos, los aparceros serían excluidos y relegados a las áreas marginales e improductivas, e incluso muchos pequenos propietarios venderfan sus parcelas para el cultivo de la cana, ya tuera atraídos por el precio de oferta, ya fuera presionados de alguna forma a ello.

83

Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J." Universidad Centroamericana José Simeón Cañas

Page 6: Levantamientos Campesinos en El Salvador · 2018. 8. 11. · Introducción Levantamientos Campesinos en El Salvador Segundo Montes El presente artículo es parte de un trabajo más

Los anteriores procesos fueron privando de lierra y de lrabajo a la población campesina en constante y progresivo crecimiento, y no ge­neraban, por el contrario, puestos de trabajo moderno sulicienles para la oferta laboral - como lampoco la ciudad y su proceso de expansión, in­dustrialización y modernización era capaz de absorber la fuerza laboral que llegaba del inlerior, ni de crear la inlraeslruelura habitacional y de los demás servicios indispensables para la vida urbana, mucho menos con el fracaso del mercado común centroamericano-. Finalmente la guerra con Honduras, en julio de 1969, provocarla la repalriación de unos 100,000 salvadorenos, en su inmensa mayorla campesinos que trabajaban allí en el agro,· que trataban de retomar a sus lugares de origen, y que incre­mentaron considerablemente la presión sobre la tierra y sobre el trabajo en el campo, relegando al campesino a condiciones materiales incluso inferiores alas de la población marginal urbana y metropolttana (Montes, 1979a).

La década del 70, subsiguiente a la guerra con Honduras, la re­patriación de esos campesinos, el fracaso del Mercado Común Centro­americano (MCC), el cierre de la frontera hondurena a personas y pro­ductos salvadorenos, seria el periodo de gestación y consolidación del proceso revolucionario, fundamental, pero no exclusivamenle, campe­sino.

A comienzos de la década se forman los primeros grupos guerrilleros, todavía pequenos e incipientes, aislados aún de la base popular, de extracción más bien urbana e intelectual con algunos componentes obreros y sindicales. Pero a media que las condiciones en el campo se vuelven más insoportables, van surgiendo diversas organizaciones cam­pesinas - la sindicalización campesina está de hecho prohibida, y los trabajadores del campo ni son permentes en su mayoría ni gozan de los beneficios sociales básicos: seguro social, indemnización, jubilización etc.-, al principio con carácter puramente reivindicativo y con plantea­mientos económicos, que serán reprimidas en la mayor parte de los ca­sos, lo que llevará a una radicalización mayor en su postura ideológica y en sus alianzas (ECA, 1974: 804-6; 1975:325-8; Cardenal, 1985: 217-300; Studemeister, 1986: 57-59).

FECCAS y UTC (Federación Cristiana de Campesinos Salvadoref'los, y Unión de Trabajadores del Campo, respectivamente), que en un co­mienzo tenlan poca base popular, se irían fortaleciendo, para conformar en 1985 la FTC (Federación de Trabajadores del Campo). Si al comienzo no tenlan relación alguna con los grupos guerrilleros, la represión les lorzarla al principio a armarse rústicamente para defenderse, luego a una alianza con ellos para su protección, para pasar al final de la década a conformar un vinculo orgánico.

84

Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J." Universidad Centroamericana José Simeón Cañas

Page 7: Levantamientos Campesinos en El Salvador · 2018. 8. 11. · Introducción Levantamientos Campesinos en El Salvador Segundo Montes El presente artículo es parte de un trabajo más

Las elea:iones presidenciales de 1972, y su fraude en el oontéo de los votos y en la imposición del Cnel. Mollna corno Presidente, por parte de la Asarrolea Legislativa, contra el triunfo real de la coalición de la Unidad Nacional Opositora (UNO), con Duarte y Ungo de candidatos a presidente y vicepresidente (Hemández Pico y otros, 1973), cerrarla las puertas a carroios por mecanismos democrático-electorales, y confirmarla a diversos grupos populares en la idea de qe la única vla era la revo­lucionaria (Montes, 1987). Pocos anos más tarde, el intento del presi­dente Molina de realizar una "transformación agraria", y el lracaso del in­tento frente a la presión del capital y sus luerzas aliadas (ECA. 1976;637-643), ratHicarla la creencia en los sectores más concientizados y politi­zados -principalmente revolucionarios y sus bases populares- de que la única vla de cambios estructurales y electivos en favor de las mayorías populares era la revolucionaria.

Indudablemente, las condiciones materiales de vida de la población rural eran la base para cualquier movimiento reivindicativo -mucho más, revolucionario-. Sin embargo, también se dieron una serie de elemen­tos superestructurales, o ideológicos, que coadyuvaron al proceso, y lo transformaron, de una simple presión social y reivindicativa, en un movi­miento revolucionario.

Ya se ha hablado del surgimiento de los diversos grupos guerrilleros, al principio retirados de las bases campesinas y urbanas, pero en constante fortalecimiento, acercamiento, alianza y articulación. También las mismas campanas electorales, la propaganda de los partidos, espe­cialmente el demócrata-cristiano y sus aliados de la UNO, fueron creando conciencia de la situación y especlativas de cambios, frustrados por el fraude. Asimismo, diversos grupos urbanos, principalmente el magisterio nacional -altamente concientizado-, los estudiantes, primordialmente los de la universidad nacional, las fuerzas sindicales fueron despertando mayores grados de conciencia en el campesinado. Pero una luerza social e ideológica tuvo un decisivo influjo en el cambio de actitudes en el campo más, y fue la iglesia católica, de la que es preciso extenderse un poco más, y por separado.

La religión -<:<>ncretamente la cristiana y católica- había servido de elemento legitimador, no sólo de la conquista y colonia espanola en América, sino que fue un instrumento ideológico de dominación al ser­vicio de los sectores dominantes (Montes, 1979: 80-120). Más aún, la religión predominante -la católica- se convirtió en sí misma en un ver­dadero poder que luchaba por conservarlo (Cardenal, 1980). Esta situa­ción, anadida a la concepción teológica predominante, proyectó hacia el campesino una mentalidad de resignación y fatalismo, ante un mundo

85

Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J." Universidad Centroamericana José Simeón Cañas

Page 8: Levantamientos Campesinos en El Salvador · 2018. 8. 11. · Introducción Levantamientos Campesinos en El Salvador Segundo Montes El presente artículo es parte de un trabajo más

social injusto pero que no se poclfa carrt>iar dado que era "Voluntad de Dios", frente a lo que no podía adoptar otra postura que la aceptación de esa "realidad", junto con una actitud de sacrificio, austeridad y "mora­lidad", para obtener un premio eterno en recompensa.

El concilio Vaticano 11, pero sobre todo la revisión y aplicación del mismo que hizo la Conferencia Episcopal de América Latina (CELAM) en Medellín, Colorrt>ia, en 1968, proyectaron una nueva concepción de la iglesia, del "pueblo de Dios", de la pastoral y de la liturgia. Se enfocó la realidad social corno consecuencia de unas estructuras injustas y de un "pecado estructural", que hay que erradicar para lograr la salvación del pueblo y de la sociedad. La injusticia social ya no era algo "querido, o al menos permitido, por Dios", sino que era producto de una realidad histórica y de unas relaciones sociales impuestas por los hombres y los grupos de poder. La verdadera misión eclesial y cristiana era llevar la salvación a los hombres y a las estructuras, es decir, al contrario de resignarse y aceptar la situación dada, cambiar esa realidad injusta, crear unas nuevas estructuras, y así cosntruir un "reino de justicia, de amor y de paz". Y esa es tarea no tanto de la iglesia como institución jerárquica -la que deberá promover, estimular y potenciarlo-, sino de todo cris­tiano y de cada comunidad, que así traerán la salvación al mundo.

Esta nueva "teología y pastoral de la liberación" poco a poco fue siendo predicada y practicada, no sólo en los barrios populares de la ciu­dad. principalmente de San Salvador. donde el terreno al parecer podía estar más preparado (La le de un pueblo, 1983), sino también en amplias zonas del campo. Sacerdotes, en su mayoría jóvenes, del clero secular y regular, imbuidos del espíritu de Medellín, cenlraron su labor pastoral en esa línea y constituyeron comunidades de base inspiradas en la nueva orientación. Posiblemente el caso más conocido sea el de la zona de Aguilares, al norte del departamento de San Salvador, donde Rutilio Grande y su equipo pastoral impulsaron un nuevo modelo de trabajo misionero y de formación de comunidades cristianas, delegados de la palabra, etc. (Cardenasl, 1965). Sin embargo, por amplias y vastas zonas del campo se extendieron experiencias similares y se arraigaron nuevas comunidades cristianas. Además de las zonas populares del área metropolitana, de extracción rural en su mayoría. la nueva pastoral se fue introduciendo en el norte de San Salvador y de Cuscallán, en el departa­menteo de Chalatenango, en Cabat'las y zonas de San Vicente y La Paz, en la zona rural de Usulután, en el norte de Morazán con proyección hacia áreas colindantes de los departamentos de San Miguel y La Unión. Si se examina el mapa actual de persistencia y mayor influjo de las fuerzas insurgentes, aparece una correlación estrecha con los lugares de mayor trabajo pastoral de liberación.

86

Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J." Universidad Centroamericana José Simeón Cañas

Page 9: Levantamientos Campesinos en El Salvador · 2018. 8. 11. · Introducción Levantamientos Campesinos en El Salvador Segundo Montes El presente artículo es parte de un trabajo más

Ya en el estudio del agro en 1980, pude percibir una evolución ideológico-polflica y de organización campesina, en comparación con la primera investigación en 1973 (Montes, 1986: 175-212). Cardenal lo estudia más a fondo, para el caso de Aguilares en el Análisis de la expe­riencia de Rutilio Grande y su equipo pastoral, abordando el proceso en todos sus aspectos (Cardenal, 1985: 247-508). Pero quien lo trató en mayor profundidad desde el cambio ideológico del campesinado, seria Cabarrús, que parte de un estudio antropológico del campesinado en la zona de Aguilares y, como miembro él mismo del equipo pastoral, va estudiando el cambio operado en los campesinos, desde una mentalidad fatalista y mágica, hasta el "desbloqueo idelógico y la formación de la con­ciencia", que derrumba las barreras casi mágicas de interpretación tra­dicional y fatalista de la realidad social, para abrirse a una tarea, cristiana, de transformación de esa realidad, con todas las implicaciones políticas que de ahl se derivarían (Cabarrús, 1983).

b) El Clímax y la crisis.

El ano de 1976 va a ser decisivo para la radicalización de las posiciones en ambos polos del espectro político. El presidente Molina logra que la Asamblea Legislativa apruebe el 29 de junio el Decreto No. 31, o "Decreto del Primer Proyecto de Transformación Agraria"; para poderlo implementar, además de una movilización campesina, compuesta principalmente por integrantes de "ORDEN" (Organización Democrática Nacionalista, instrumento de represión y control en el campo). por las calles de San Salvador, trata de conseguir el apoyo de dtterentes fuerzas sociales, entre ellas la iglesia católica que desde hacía muchos anos estaba propugnando una reforma agraria.

Aparte de la verdadera voluntad política que en realidad tuviera el gobierno (Montes, 1986: 147-174). el hecho fue que no pudo enfrentar la oposición cerrada de los sectores de derecha, y tuvo que renunciar al intento (ECA, 1976: 637-643; 735-772). El esperar cambios para el campesinado, a través de medidas gubernamentales, nuevamente había fracasado. Pero, todavía peor, las fuerzas que se impusieron al gobierno y triunfaron sobre él, buscaron en primer lugar la revancha sobre las fuerzas que se habían manifestado a favor de la "transformación agraria", e impusieron una linea de terror hacia las organizaciones y movimientos populares, especialmente campesinos, para prevenir cualquier re­surgimiento de exigencias reformistas. La represión se llevó intensa­mente al campo y a los dirigentes de las organizaciones, pero también a las manttestaciones que se movilizaban en la capital.

A comienzos de 1977 se realizarían las elecciones presidenciales, en

87

Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J." Universidad Centroamericana José Simeón Cañas

Page 10: Levantamientos Campesinos en El Salvador · 2018. 8. 11. · Introducción Levantamientos Campesinos en El Salvador Segundo Montes El presente artículo es parte de un trabajo más

las que nuevamente por medio de un fraude contra la Unidad Nacional Opositora (UNO), llegaría al poder el general Romero, abanderado de los sectores más derechistas. Las masas concentradas en el parque Liber­tad, en protesta por el fraude electoral, serían finalmente masacradas, surgiendo en reacción las "Ligas Populares, 28 de febrero" (LP 28). Se cerraba con ello la última esperranza y la última alternaliva de cambios por medio de procesos democráticos. Como consecuencia, se comienza a milltarizar el campo, para "prevenir" pdsibles alzamienlo y movimienlos "subversivos", se intesHica la represión, amparándose para ello en la sus­pensión de garantías conslltucionales, o "estado de silio" (Ungo, 1977: 359-366).

La iglesia católica, que por un lado era vista como agente concien­tizador del campesinado, y por olro lado se había pronunciado parcial­mente a favor de la "transformación agraria", sería también uno de los locos de represión: el 12 der marzo de 1977 serla asesinado el sacer­dote jesuíta Rulilio Grande, párroco de Aguilares, junto con dos laicos acompananles, cuando se dirigía a oficiar la misa en El Paisnal; la ulterior toma de la ciudad de Aguilares, represión de la población y la expulsión del país del equipo de pasloral en mayo del mismo ano (Cardenal, 1985: 543-600) : seguiría el asesinato del P. Navarro, párroco de la colonia Mira­monte en San Salvador; se publicaban lemas como el de "Haz patria, mala a un cura", los escuadrones de la muerte dieron un ultimalun a los jesuitas, a mediados del ano, diciendo que abandonaran el país en el plazo de un mes, o que serían asesinados uno por uno, frente a lo que los jesuitas decidieron quedarse y correr el riesgo del pueblo per­seguido, publicando en los medios de comunicación una serie de escritos en que juslilicban su opción (ECA, 1977: 434-450). Seguiría la represión más cruel conlra el pueblo y sus dirigentes, la violación sistemática de los derechos tiumanos, que culminaría con el asesinato de Mons. Osear Arnulfo Romero, arzobispo de San Salvador, el 24 de marzo de 1980, mientras celebraba la misa; el de otros diez sacerdotes en dicho período; concluyendo con el asesinato de cuatro misioneras nortea­mericanas, el rector de la Universidad de El Salvador, y los dirigentes del Frente Democrático Revolucionario (FDR) al finalizar el ano 1980 (ECA, 1980:925-926, 1211-1219).

El 15 de octubre de 1979 se produjo un golpe militar, liderado por oficiales jóvenes, que se proponían cambiar la siluación del país, intro­ducir cambios y reformas, y garanlizar la vigencia de los derechos huma­nos (ECA, 1979: 849-1033); pero sería cooptado por jefes militares superiores y por fuerzas sociales contrarias a la "PROCLAMA DE LA FUERZAARMADA"(ECA, 1980:5-20, 117-141).

Sin embargo, desde el mismo momenlo del golpe las organizaciones revolucionarias y las populares lo denunciaron como una·maniobra para

88

Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J." Universidad Centroamericana José Simeón Cañas

Page 11: Levantamientos Campesinos en El Salvador · 2018. 8. 11. · Introducción Levantamientos Campesinos en El Salvador Segundo Montes El presente artículo es parte de un trabajo más

cambiar la imagen, y para impedir el lriunfo revolucionario tras el éxito del sandinismo en Nicaragua (ECA, 1979: 1021-1031; 1980: 128-135).

En este contexto se va a aprobar y a impulsar la relorma agraria, que llegaría larde para "arrebatar banderas" a los movimientos campesinos e insurgentes, pero que posibilitaría la mililarización y férreo conlrol en el campo (Monles, 1986: 240-252), o para contener el movimiento insur­gente ya consolidado; al mismo tiempo que conseguiría magros frutos en lodos sus aspeclos (Monles, 1986b: 240-256; Siudemeister, 1986). No se puede enlender la reforma agraria como un voluntarismo de los nue­vos grupos en el poder, sino como resultado de las presiones de organi­zaciones campesinas y populares, así como de los grupos guerrilleros, que dieron paso a una nueva correlación de fuerzas, y como conse­cuencia se adoplarian Jales medidas por el temor de un inminenle triunfo revolucionario.

El papel que desempel'laria la iglesia católica en Jodo este conlexto fue de una relevancia increíble. Mons. Romero había sido propuesto para arzobispo de San Salvador por los grupos más derechistas, contra la candidatura de Mons. Rivera, bien visto por los seclores más abiertos y progresistas; pero el asesinato de Rulilo Grande le abrió los ojos, para ponerse cada día más del lado del pueblo, iniciando una serie de gestos proféticos, como la misa única el domingo siguiente al asesinato de Rutilio, la negativa a asistir a la toma de posesión del general Romero como Presidenle, por no haberse esclarecido los asesinatos de los dos sacerdoles (Cardenal, 1985: 584-600), hasla convertirse en el líder indiscutible y el denunciador de Joda opresión y represión, considerado como "la voz de los sin voz" (Brockman, 1985; Monlgomery, 1982, entre muchos otros). Los diez sacerdotes asesinados además del arzobispo Romero, las religiosas martirizadas, los innumerables catequistas, dele­gados de la palabra y colaboradores eclesiales que olrendaron su vida por ello, el numeroso grupo de sacerdoles y religiosas que tuvieron que abandonar el país, o que se vieron impedidos de regresar, son testi­monio fehacienle de lo que significaba el elemenlo religioso en el proceso, por lo que Jenía que ser eliminado o inlimidado a la hora de implementar una guerra de conlrainsurgencia contra el pueblo (LA IGLESIA EN EL SALVADOR, 1982). El carisma -más que la instttucióll­que había inspirado y abierto los ojos al pueblo y al campesinado, no sólo no podía dejar abandonado a ese pueblo, sino que seria una víctima cualificada en la represión, que pretendía privar al movimiento campesino e insurgenle de sus inspiradores en una de las· dimensiones más importanles de su mentalidad y concepción del mundo. Una gran parte de los sacerdotes, religiosas y laicos más compromelidos con el pueblo y con el proceso -de los que seria la mayor parte de víclimas y exiliados­constituyeron la Coordinadora Nacional de la Iglesia Popular (CONIP),

89

Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J." Universidad Centroamericana José Simeón Cañas

Page 12: Levantamientos Campesinos en El Salvador · 2018. 8. 11. · Introducción Levantamientos Campesinos en El Salvador Segundo Montes El presente artículo es parte de un trabajo más

que no pretendía ser una iglesia paralela, sino unir y coordinar el trabajo de los más conscientes del problema y de los más identificados con el pueblo y su sufrimiento.

c) La guerra civil.

Las organizaciones populares, campesinas y urbanas, crecían en número, en consolidacion organizativa y en niveles de conciencia y com­batividad. El día 22 de enero de 1980 la recientemente conslttuida "Coordinadona Nacional" (CN). integrada por las organizaciones popu­lares, realiza en las calles de San Salvador la mayor concentración y mani­festación de la historia del país, con una movilización de más de dos­cientas mil personas -y la presencia simpatizante de miles de obser­vadores a su paso-, que seria ametrallada por las fuerzas armadas y de seguridad, dejando un elevado saldo de muertos y heridos en las calles de la capltal (ECA, 1980: 101-108).

A mi modo de ver, el 22 de enero fue un momento crucial con el proceso revolucionario y contrarrevolucionario salvadoreno. Por un lado, las organizaciones populares y las guerrilleras tomaron conciencia viven­cia! de su fuerza, de la magnitud de sus bases, y de la simpatía de que gozaban en la población. Por otro lado, el régimen también tomó con­ciencia de la magnitud del movimiento popular e insurgente, de la amenaza que conliluia para su proyecto y del peligro inminente de un posible triunfo popular-revolucionario. Frente a semejante amenaza no le quedaba más alternativa que enfrentarlo mililarmente, reprimirlo, implantar un régimen de terror y así hacerle frente antes de que se consolidara todavía más. Para el movimiento popular y revolucionario, por el contrario, la reacción del régimen les aclaraba que no había posibilidad alguna de lucha popular pacifica, y que había que militarizarse, prepararse para una larga lucha, y emprender el camino de la revolución armada. El asesinato de Mons. Romero, la masacre en su entierro, no harían sino confirmar tal percepción y decisión política.

La crisis orgánica que haría eclosión en el golpe del 15 de octubre de 1979, que se intentó resolver --0, al menos, paliar- con las sucesivos cambios y reacomodos, se desataría de forma total, y por el momento irresoluta, a lo largo de 1980 para desarrollarse abiertamente a partir de la "ofensiva final" lanzada por el "Frente Farabundo Marti para la Liberación Nacional" (FMLN). el día 10 de enero de 1981: 70-74), con el apoyo del "Frente Democrático Revolucionario" (FDR). vinculado orgánicamente con el anterior; desde ese momento, no sólo se libra la guerra civil, sino que se polarizan las fuerzas sociales, en apoyo de cada uno de los bloques y proyectos opuestos (Montes, 1984: 13-35, 59166).

La guerra civil, desatada formalmente el 10 de enero de 1981, lleva ya siete anos y medio de duración, sin que se prevea un final en el hori-

90

Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J." Universidad Centroamericana José Simeón Cañas

Page 13: Levantamientos Campesinos en El Salvador · 2018. 8. 11. · Introducción Levantamientos Campesinos en El Salvador Segundo Montes El presente artículo es parte de un trabajo más

zonte, por la victoria militar de ninguna de las partes. El optimismo mani­festado por el gobierno, la institución armada, e incluso por voceros de la embajada norteamericana, se ha visto nublado con el ataque al cuartel del Paraíso, Chalatenango, el último día del mes de marzo de 1987, y por las continuas acciones olensivas contra posiciones del ejército desde esa lecha hasta el momento; a tal punto que voceros de la misma embajada han sostenido que la guerra podrá durar todavía de seis a ocho alios más. Los intentos de diálogo-negociación entre ambas partes contendientes no han avanzado significativamente, de modo que tampoco se vislumbra una alternativa de solución política.

Sobre al guerra civil salvadorelia son muchos los trabajos que se han publicado. Además de los ya citados. es indispensable un seguimiento de to que ha ido publicando la revista ECA en estos alios, así como el semanario PROCESO, CARTA A LAS IGLESIAS, y otras publicaciones de la UCA. Más específicamente abordan la crisis y la guerra en El Salvador: Armstrong y Rubin (1983). Baloyra (1984), Lungo (1986). Sin embargo, hay dos obras fundamentales para entender la guerra civil salvadorelia desde dentro mismo del campo revolucionario, así como para comprender el complejo fenómeno de la insurgencia, sus motiva­ciones y el proceso mismo vivido día a día; el alto componente campe­sino del movimiento, así como el contenido religioso motivacional de muchos de sus integrantes, a partir de las mismas comunidades de base y de la nueva pastoral implementada en las zonas en que la guerrilla tiene mayor presencia y raigambre: Clements, 1986; y López Vigil, 1987. Si bien es cierto que tanto en la dirigencia de la organización insurgente en los cuadros· intermedios y en las bases, hay elementos de extracción urbana, universitaria e intelectual, la mayoría de sus integrantes proceden del sector rural y campesino, principalmente en las dos agrupaciones más numerosas y más conocidas al interior del país para algunos sectores: las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP); e incluso a los cuadros intermedios y a la cúpula misma han accedido algunos miembros provenientes de la base campesina.

No sólo son los campesinos los mayores componentes de los movi­mientos insurreccionales salvadorenos actuales, sino que también lo son en cuanto a que aportan el mayor número de víctimas de la guerra, en ambos bandos, ya que el servicio militar no se ha podido hacer obliga­torio, ni siquiera en tiempo de guerra, para toda la población sin distinción de clase o extracción (cfr.: Socorro Jurídico Cristiano, Tutela Legal del Arzobispado, Comisión no-gubernamental de Derechos Humanos, etc.: Informes anuales; IDHUCA, Fascículo 11, 1986, Fascículo IV,1987). Los dos estudios que hemos realizado sobre los desplazados y refugiados salvadorenos por causa de la violencia y de la guerra claramente evidencia que los desplazados en el interior del país -así como una

91

Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J." Universidad Centroamericana José Simeón Cañas

Page 14: Levantamientos Campesinos en El Salvador · 2018. 8. 11. · Introducción Levantamientos Campesinos en El Salvador Segundo Montes El presente artículo es parte de un trabajo más

buena parte de los refugiados en el área centroamericana, principal­mente en Honduras y Nicaragua- son campesinos de los más pobres, ubicados en las zonas más atrasadas y abandonadas del país, que han tenido que abandonar sus escasas pertenencias y los sobrevivientes encontrar lugares de mayor seguridad, esperando poder regresar a sus sitios de origen para continuar trabajando la tierra, y mientras tanto preten­den seguir cuHivando el campo o buscar otras ocupaciones fundamen­talmente rurales (INSTITUTO, 1985; 1986). Pero incluso entre los que han emigrado hacia los Estados Unidos-fenómeno igualmente motivado por la violencia y la guerra-, un elevado porcentaje también era de extracción rural y campesina, que ha huido y buscado refugio por razones similares (INSTITUTO, 1987).

Por lo que se refiere al componente religioso en las filas insurgentes, ya se ha sustentado básicamente en los apartados anteriores, por lo que respecta a su origen, motivaciones y otros elementos. Indudablemente el mismo proceso va "secularizando" el movimiento. La formación política se va imponiendo sobre cualquier otra motivación ideológica. Sin embargo, en fas zonas controladas o de mayor persistencia de la guerrilla continúa habiendo actividad religiosa, con no sólo tolerancia sino respeto e incluso apoyo de fa dirigencia insurrecional. Las actividades pastorales son perma­nentes, asl como los actos rituales o de cuHo, muchas veces presididos y dirigidos por los propios agentes de pastoral que están con la guerrila. La demanda de material religioso, de formación, motivación y chartas es cons­tante, e incluso solicttado por la dirigencia, en profunda comprensión del componente religioso del campesinado salvadoreno y de sus cuadros y bases. La presencia de sacerdotes y religiosas no sólo es tolerada, sino que desde casi el comienzo de la guerra civil varios sacerdotes, que han optado por acompanar al pueblo y a fa guerrila en todo el proceso, se movilizan con las fuerzas insurgentes en una acción puramente pastoral bien vista y querida por la comandancia del FMLN (López Vigil, 1987). Por otro lado, si bien la iglesia institucional no brinda el mismo apoyo al movimiento, como en tiempos de Mons. Romero, el arzobispo de San Salvador, Mons. Rivera y Damas, no sólo goza del respeto de los insurgentes, sino que es una pieza clave como mediador en cualquier negociación parcial (canje de prisioneros, liberación de lisiados para que salgan del pais a curarse, intercambio para fa liberación de la hija del presidente Duarte), o en cualquier paso o negociación en todo proceso de diálogo hasta el momento.

categorización de los levantamlenlos campesinos en El Salvador.

Ya en la misma descripción narrativa que he venido haciendo de los diversos movimientos, levantamiento y/o revoluciones campesinas en El

92

Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J." Universidad Centroamericana José Simeón Cañas

Page 15: Levantamientos Campesinos en El Salvador · 2018. 8. 11. · Introducción Levantamientos Campesinos en El Salvador Segundo Montes El presente artículo es parte de un trabajo más

Salvador se perciben dtterencias muy signilicalivas entre ellos, y muy marcadamente enlre los anteriores y la que todavía esta por resolverse. Pero creo que convienen intentar algún lipo de categorización que expli­que esas dtterencias, así como los resultados que se derivaron de ellas, para poder entender la actual revolución y guerra civil y por qué no ha sido vencida en pocos días como los anteriores.

A. Elemento material subyacente.

No se puede negar que hay un elemento material subyacente en lodo movimiento campesino -i:Oncrelamenle en el salvadorel'lo-, y es el em­peoramiento de sus condiciones de vida, de modo que cuando no pue­den reproducir su fuerza de trabajo y su vida social, buscan soluciones reivindicativas que les posibillten esas metas mínimas. Cuando ese ele­mento material se vuelve insoportable, puede surgir un levantamiento.

El caso de los nonualcos liderados por Anaslasio Aquino, es uno de esos límites en que la situación material se vuelve insoportable para la población de la zona; si en otras regiones del pals la situación económica no era más bonancible, tal vez no la consideraban desesperada -aparte de que posiblemente no se dieron otros elementos coadyuvantes e im­prescindible, como serian el liderazgo y algún otro aglulinante ideológico o étnico.

En 1932 será el occidente del país, monopolista gran parte de la tierra por el cultivo del calé, el que sulrirá las condiciones de vida más into­lerables, incapaces de satisfacer sus necesidades mínimas o de repro­ducir su vida y fuerza de trabajo; debido a la crisis mundial, la caída en picada de los precios del calé, el subsiguiente desempleo o la retribución con salarios menores que de hambre. A ello se uniría el movimiento indígena de los izalcos, en la misma zona, liderados por José Feliciano Ama, a quienes se habla privado de sus propiedades comunales y de las colradlas por la reforma agraria de 1881-82 deteriorándoles con ello sus condiciones materiales de vida -agudizadas también por la crisis mun­dial- y se les habla prácticamente eliminado la capacidad de una mínima autonomía cultural, social y política, como ya se ha indicado (Dalton, 1972). Sin embargo, es preciso notar que los indígenas de la zona, en su mayorla tenlan tierras de cultivo, parcelas de mucha recundidad, y que el colapso de calé no deterioró sus condiciones de vida en la misma proporción que a los ladinos y campesinos de las zonas exclusivamente cafetaleras, por lo que el levantamiento de 1932 tiene un fuerte componente indígena que no era eslrictamenle material y económico. En el resto del pals, por el contrario, el campesinado no sufrió el mismo impacto de la crisis, pues la quiebra del anil, como se ha indicado, abrió la posibilidad de acceso a tierras para el cultivo y producción de granos

93

Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J." Universidad Centroamericana José Simeón Cañas

Page 16: Levantamientos Campesinos en El Salvador · 2018. 8. 11. · Introducción Levantamientos Campesinos en El Salvador Segundo Montes El presente artículo es parte de un trabajo más

básicos y de subsistencia; aunque las condiciones de reproducción de su vida fueran precarias, no llegaban a ser desesperadas, como para levantarse en armas con todas las consecuencias que se podían prever. El que los nonualcos no se unieron no fue tanto por el escarmiento de un siglo atrás, sino porque sus condiciones de vida no eran desesperadas.

En la crisis actual, por el contrario, como ya se ha indicado más arriba, el problema no está localizado en pequenas zonas del país. El avance del proceso capitalista en la agricultura, el haber alcanzado la frontera agrícola y haber destinado las tierras en cierto sentido "ociosas" a la producción intensiva del algodón y la cana, relegando al campesinado a las tierras marginales, y privándolo de trabajo permanente, de tierras de subsistencia y de ingresos mínimos, crearon las condiciones amplias y muy generalizadas de imposibilidad de reproducir su vida y su fuerza de trabajo. La mayor concentración de pobreza en las zonas de mayor pre­sencia y luego control o persistencia guerrillera tiene que tener una corre­lación explicativa; así como el que la participación y presencia insurgente sea menor o casi nula en las anteriores regiones de levantamiento -no­nualcos e izalcos, si bien en los primeros con el curso de la guerra civil se ha dado mayor presencia- no tanto por el escarmiento producido en las respectivas represiones, cuanto porque en esos lugares el trabajo y la posibilidad de reproducir su vida no ha alcanzado los límites de intolerabilidad deseperada.

B. Elemento ideológico sustentante.

El que las condiciones materiales sean tales que la población no pueda reproducir su fuerza de trabajo ni su vida social, es un requisito indispensable para cualquier movimiento insurrecciona!. Sin embargo, es indispensable también algún componente ideológico para que la acción se convierta en algo más que simple protesta, o en reacciones esponta­nelstas, iridividuales y/o grupales, o en simples acciones reivindicativas, a veces desesperadas, y se transforme en levantamientos o, mucho más aún, en revoluciones. Este elemento ideológico es el que, a mi juicio, establece las diferencias cual~ativas en los movimiento campesinos salvado renos.

a) Levantamientos campesinos (1833 y 1932).

Tanto el levantamiento campesino liderado por Aquino (1833) entre los nonualcos, como el liderado por Ama (1932) y otros ladinos en el occidente del pals en la zona de los izalcos, tenlan un componente ideo­lógico muy débil. Sus demandas eran casi exclusivamente económicas y reivindicativas, aunque percibieran de algún modo la necesidad de un modelo diferente de sociedad y de una! relaciones sociales distintas.

94

Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J." Universidad Centroamericana José Simeón Cañas

Page 17: Levantamientos Campesinos en El Salvador · 2018. 8. 11. · Introducción Levantamientos Campesinos en El Salvador Segundo Montes El presente artículo es parte de un trabajo más

Careclan de componentes ideológicos aglutinantes que propiciaran la solidaridad y apoyo de otros grupos sociales y engendraran un movimiento más amplio, con alianzas de grupos externos, principalmente no campesinos y urbanos. Carecían sobre todo, de una ideología revolucionaria y de un proyecto socio-político alternativo. Si este aspecto es claro en el movimiento de los nonualcos, también lo es básicamente para el del occidente del país en 1932 (izalcos), de acuerdo a lo que reconoce el dirigente comunista Miguel Mármol en cuanto a la incapaci­dad del partido de dirigir e incluso controlar el movimiento y los alzamientos espontanelstas (Dalton, 1972).

El componente ideológico más manHiesto, como era el étnico ~xcusivo para el caso de los nonualcos, y uno de los más fuertes en el de los izalcos-, más bien era un comonente aislante del resto de la sociedad. Para ese entonces los indígenas eran una muy pequer\a minoría en El Salvador, aislada y localizada, menospreciada por el resto de la sociedad y por los valores dominantes desde la conquista y colonia, e incluso no provocaba una alianza y solidaridad entre los diversos grupos indígenas del país o del área, por las diferencias establecidas y las rivalidades históricas o los aislamientos seculares. Por su parte, la religión y su orientación prevaleciente en la época ~lamento ideológico importante, sobre lodo en el campesinado--- no sólo no era favorable a movimientos reivindicativos de esa índole, sino que le era hostil.

El que los alzamientos de 1833 y 1932 fueran localizado y no lograran la unidad del campesinado y de las clases empobrecidas de las ciudades, no se debió exclusivamente, ni en gran medida, a que en el resto del país las condiciones materiales no fueran desesperadas -para muchos si lo eran--, cuanto al hecho de que se carecla de un elemento ideológico capaz de motivar a otros grupos, regiones y sectores; más bien, el ele­mento étnico era un aislante para que se adhirieran otros sectores no indígenas. Tampoco tenia ninguno de los dos alzamientos una teoría revolucionaria ni proyectos alternativos, por lo que sus movimientos se reducían al espontaneismo organizado y liderado, o a alzamientos reivin­dicalivos localizados.

b) La revolución campesina (1981-1987).

El movimiento insurgente que se desato en forma de guerra civil formal en enero de 1981, por el contrario, tienen unos componentes tales que trascienden la categoría de "alzamientos", para convertirse en una verdadera "revolución". Ya no se trata tanto de damandas reivindi­cativas, cuanto de exigencia violenta de cambios estructurales, de la implantación de un nuevo sistema, el socialista.

Es cierto, como se ha expresado antes, que las condiciones mate-

95

Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J." Universidad Centroamericana José Simeón Cañas

Page 18: Levantamientos Campesinos en El Salvador · 2018. 8. 11. · Introducción Levantamientos Campesinos en El Salvador Segundo Montes El presente artículo es parte de un trabajo más

riales se han deteriorado a niveles insoportables en extensiones de terre­no y de población, a lo largo y ancho del territorio nacional, especialmente en las zonas en que la tierra es de peor calidad y los campesinos han sido relegados a las franjas i"llroductivas, asl como en vastas zonas mar­ginales y de miseria en las ciudades, especialmente en el área metro­politana de San Salvador. Pero a ello se ha unido un alto componente ideológico más universal, y una teorla revolucionaria, que ha propiciado la alianza de intelectuales, obreros y campesinos hacia un nuevo proyecto de sociedad.

Los grupos guerrilleros, compuestos en su mayoría por "in­telectuales" y algunos dirigentes obreros, disponían desde su formación de un fuerte componente ideológico, más universal, y de una teoría revolucionaria. No se trataba, por lo lanlo, de una motivación étnica --<:onsiguientemente excluyente, localizada-, sino que estaba funda­mentada en condiciones de clase social o de alianzas de clases. Amplios sectores del campesinado, como ya se ha indicado, se unieron en movimientos al comienzo reivindicativos, aunque con una mayor apertura ideológica propiciada por la nueva interpretación teológica y praxis pasloral, pero la represión de que lueron objeto los condujo a una alianza primero táctica y luego estratégica con los grupos guerrilleros (Cabarrús, 1983; Cardenal, 1985), para más tarde eslablecer una vinculación orgánica que pudiera dar paso a la revolución (Montes, 1984: 28-34). Algo similar ocurrirla con los sectores obreros y marginales urbanos (LA FE DE UN PUEBLO, 1983;Lópezvigil, 1987).

El componente ideológico, por lo tanto, es un élemento fundamental en el proceso salvadorel'lo actual, sulicientemente amplio y universal como para que sea incorporado por diversos seclores, grupos y clases, trascendiendo etnias, subideologías e intereses parciales. Y aunque no sea un movimienlo puramente campesino, ese sector es el predo­minante, no sólo en número sino lambién en muchos componentes de la ideología y del proyecto nacional revolucionario. El que amplios sectores de la iglesia católica hayan optado por la teologia y pastoral de la liberación ha propiciado y polenciado el paso del campesino de una mentalidad puramenle reivindicativa a una apertura ideológica que le posibilttara su inlegración al movimiento revolucionario. Por su parte, la pastoral en algunas zonas urbanas y, sobre todo, el liderazgo y com­promiso de Mons. Romero. abrieron nuevos horizontes ideológicos en olros sectores, principalmente urbanos -además del campesinado-, laborales e intelectuales, que viabilizaron la alianza y la vinculación orgánica más universal hacia un nuevo proyecto.

Por úllimo, a diferencia de los alzamientos campesino anteriores, el movimiento revolucionario actual tiene una teoria revolucionaria y un proyecto socio-politico distinto. Se podrá estar o no de acuerdo con el

96

Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J." Universidad Centroamericana José Simeón Cañas

Page 19: Levantamientos Campesinos en El Salvador · 2018. 8. 11. · Introducción Levantamientos Campesinos en El Salvador Segundo Montes El presente artículo es parte de un trabajo más

mismo, pero es una realidad objetiva ina.iestionable. Aunque los distintos sectores integrantes del mismo no lo tuvieran, o no lo com­partieran por igual desde el inicio, no impide el que lo hayan ido asimilando e integrando a lo largo de la lucha, y hoy no sólo una alianza estratégica, sino una vinculación orgánica entre todos sus participantes. El sector campesino, en un inicio, tenía más bien una actitud reivin­dicativa, pero las mismas condiciones le impusieron una radicalización creciente, hasta formar parte del todo revolucionario y concebir el futuro dentro de un cambio para toda la sociedad; aunque para el car11>8sinado, en un comienzo, el modelo socialista no sea su ideal, sin embargo, entra en una alianza de clases con obreros e intelectuales -hegemonizada por los dos últimos- no sólo porque la represión necesariamente los une, sino porque son conscientes de que el sistema capltalista es incapaz de crear las condiciones para la reproducción de la economfa campesina ni de generar puestos de trabajo suficientes. Las alianzas, por otro lado, implican concesiones mutuas para un objetivo común: esto supone concesiones y avances de ambas partes, concretamente una mayor apertura y ampliación de horizontes y objelivos del campesinado en aras del proyecto revolucionario, así como una mayor asimilación e incorporación en el mismo de las exigencias y características campesinas, tanlo al interior de la organización, como del proyecto de nación. Esas características campesinas incorporadas serán, principalmente, la vinculación con la tierra, la lucha por la tierra, la dureza y austeridad de vida, de trabajo y de lucha, de cosmovisión campesina de identificación con la naluraleza como parte de la misma, lo que alimenta su profunda religiosidad popular.

El más amplio y abierto contenido ideológico, así como el que exista una ideología revolucionaria, hace que el movimiento no sea élnico ni de una sola clase social eslrictamente considerada, ni que está localizado en reducidas zonas, sino que sea más extenso, y casi nacional; asimismo, hace que no sea aislado y aniquilado rápidamente por las fuerzas armadas gubernamentales, sino que perdure por tan largo liempo, e incluso que se extiende por nuevas zonas del territorio nacional, incorporando nue­vas áreas y grupos sociales al movimiento, y amenazando con un lriunfo revolucionario si es que los Estados Unidos no conlinúan con la misma o creciente ayuda milltar, económica y polílica.

A modo de conclusión.

La tierra en El Salvador, como se ha descrito en mis anteriores trabajos que fundamentan a éste, es el recurso nalural prácticamente exclusivo, lo que la convierte en objeto de compelencia por poseerla, y las relaciones económicas y sociales vinculadas con la tierra llevan aparejadas convul­siones sociales y políticas, que se van repitiendo más o menos perió-

97

Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J." Universidad Centroamericana José Simeón Cañas

Page 20: Levantamientos Campesinos en El Salvador · 2018. 8. 11. · Introducción Levantamientos Campesinos en El Salvador Segundo Montes El presente artículo es parte de un trabajo más

dicamente, con dfferentes carácterísticas, motivaciones y componenles sociales.

A lo largo de la historia, desde la conquista y colonia, pero sobre lodo desde la independiencia, primero centroamericana y luego nacional, ha habido una serie de movimientos campesinos, de los que los más importantes han sido los de 1833, 1932 y el presenle. Sin embargo, exislen o se perciben diferencias muy claras entre los dos primeros y el último, que explican su proceso y desenlace.

En lodos ellos ha habido un elemento material imprescindible, que son las condiciones económicas y la imposibilidad de reproducir su fuerza de trabajo y s:.i vida social. Sin embargo, el elemento ideológico que lo acompat'la ha sido cualila\ivamente distinlo. Mienlras en los dos primeros movimientos campesinos se carecía de una ideología amplia y de una teoría revolucionaria, que pudiera aglutinar a diversos seclores sociales y ampliarse a zonas exlensas del territorio nacional -por el contrario, el componente étnico lo reslringía y localizaba-: el movimienlo aclual no es exclusivamenle campesino, sino que se basa en una amplia alianza de clases pobres y en una eslruclura y vinculación orgánica, en torno a una ideología más universal y con un proyecto socio-polílico y una teoría revolucionaria que lo sustenta. Además, el faclor religioso, fuertemente presente en el campesinado e incluso en amplios seclores urbanos --en su mayoría de recienle migración y extracción rura~. ha incidido de muy distinta manera en los primeros y en el actual.

Del análisis de los procesos y movimienlos estudiados se puede concluir que alzamientos campesinos que estén localizados y carezcan de una ideología más amplia y de una teoría y proyeclo revolucionarios -más aún si lienen un fuerte componenle étnico indígena-, están llamados al aislamienlo y consiguiente fracaso, con masacres de su población por la concenlración de fuerzas armadas gubernamentales que lo aniquilan en·breve tiempo. En cambio, movimientos campesinos, abier­tos a una alianza amplia con otros seclores sociales, por haber adoptado una ideología más universal y tener o asimilar teorías revolucionarias y proyectos socio-polílicos nacionales, y no restringidos a sus intereses particulares, tienen mayores posibilidades de triunfo, en la medida en que la coyuntura lo permtta, y en la medida en que no haya alianzas del régimen con potencias externas para combatirlo. Sin embargo, a pesar de todo el esfuerzo gubernamental, y de la ingente ayuda externa que recibe, no ha podido derrotar al movimiento insurgenle, ni se prevé que pueda derrotarlo en un largo período, manleniéndose sustancialmente igual la correlación de fuerzas y el apoyo externo. El caso salvadoret'lo ofrece elementos para revisar las teorías revolucionarias y conlrarre­volucionarias, por la duración de la crisis orgánica y de la guerra civil sub­siguiente, por las condiciones adversas de la topografía y de la población

98

Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J." Universidad Centroamericana José Simeón Cañas

Page 21: Levantamientos Campesinos en El Salvador · 2018. 8. 11. · Introducción Levantamientos Campesinos en El Salvador Segundo Montes El presente artículo es parte de un trabajo más

asenlada, por la capacidad de abastecimienlo sin una retaguardia asegurada -y menos aún, internacional, dada la presencia nonea­mericana en Honduras, y la permanente vigilancia aérea. El fuluro de la revolución salvadorena es incieno, pero es claro que no ha sido derrotada, ni mucho menos; más bien, se han ido alcanzado metas en otro tiempo inconcebibles, como la relorma agraria -por deficiente e ineficaz que sea, y que no haya beneficiado ni a la mayoría del campesinada, ni muchos menos a los miembros de organizaciones por cuya presión se implementó-, o como la aceplación "de facto" del FMLN y el intento repetido de dialogar y negociar algunos puntos concretos.

BIBLIOGRAFIA UTILIZADA.

ANDERSON. Thomas; EL SALVADOR. Los sucesos pollticos de 1932; San José. EDUCA. 1976.

ARIAS GOMEZ, Jorge; ·Anastasia Aquino, recuerdo, valoración y presencia·. en rev. LA UNIVERDIOAD, revista Trimestral de la Universidad de El Salvador, enero-junio 1964, Nos. 1-2, Año LXXXIX; Editorial Universitaria, San Salvador, págs. 61-112.

ARMSTRONG. Robert y RUBIN, Janet S.; EL SALVADOR; EL ROSTRO DE LA REVOLUCION; San Salvador. UCA editores, 1983.

BALOYRA, Enrique; EL SALVADOR EN TRANSICION; San Salvador. UCA editcres. 1984. BROCKMAN. James R.; LA PALABRA QUEDA. Vida de Mons. Osear A. Romero. San

Salvador, UCA editores, 1985. CABARRUS. Carlos R.; GENESIS DE UNA REVOLUCION; MéxiCX> ediciones de la casa

chata. 1983. CARDENAL. Rodolfo; EL PODER ECLESIASTICO EN EL SALVADOR; San Salvador. UCA

editores, 1980. HISTORIA DE UNA ESPERANZA. Vida de Rutilio Grande; San Salvador. UCA editores, 1965.

CARTA A LAS IGLESIAS; Publicación quincenal del Servicio informativo del Centro de Pastoral de la UCA. San Salvador.

CLEMENTS, Charles; GUAZAPA. Testimonio de guerra de un médico norteamericano; San Salvador. UCAeditores, 1966 (1a).

DALTON. Roque; MIGUEL MARMOL. Los sucesos de 1932 en El Salvador; San José. EDUCA, 1972.

ECA: ESTUDIOS CENTROAMERICANOS. Revista de extensión cultural de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), San Salvador: ·¿Qué pasó en la Cayetana?• (Vida Nacional); nov.-dc. 1974, 804-806:EL Salvador se conmueve• (Editorial); julio 1975. 325-326. "A sus 6rdenes. mi cepital" (Editorial); nov. 1976, 637· 643. •Las relonnas a la Ley del ISTA y del Primer Proyecto de Transformación Agraria·; ibidem. 73&-746. "La translonnación de la ley del ISTA" (Ignacio Ellacurla); ibidem. 747-758.·0e la Transtormaeción Agraria a la delensa del latifundio• (Luis de Sebastián); ibidem, 759-n2. ·Los jesuitas ante el pueblo salvadoreño•; junio 1977, 434-450. ·Aqul, El Salvador. La insurreción militar del 15 de octubre de 1979 y sus consecuencias sociales· (No. monográfico); oct.-nov. 1979, 849-1033. ·in Memorian del lng. Félix Antonio Ulloa. Recior de la Universidad de El Salvador (Editorial); oct.-nov. 1960. 925-926. ·La represión desesperada· (Documentación); dic. 1980, 1211-1219. •Pronun­ciamiento de la UCA ante la nueva situación del pals (lebrero/80)9 (Editorial); en.-leb. 1980, 5-20. ·crónica del mes. Enero 19eo·; en.-feb. 1980, 101-108. ·oocumentación·; ibidem, 117-141. "Crónica del mes. Enero 1981; en.-feb. 1981. 70-74.

99

Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J." Universidad Centroamericana José Simeón Cañas

Page 22: Levantamientos Campesinos en El Salvador · 2018. 8. 11. · Introducción Levantamientos Campesinos en El Salvador Segundo Montes El presente artículo es parte de un trabajo más

HERNANDEZ PICO, Juan, y otros; EL SALVADOR; AÑO POLITICO 1971-72; San Salvador, UCA, 1973.

IDHUCA: INSTITUTO DE DERECHOS HUMANOS DE LA UCA; Fasclailo 11: LOS DERECHOS HUMANOS EN EL SALVADOR DURANTE EL AÑO 1985; San Salvador, UCA, 1986. Fasclculo IV: LOS DERECHOS HUMANOS EN EL SALVADOR DURANTE EL AÑO 1986; San Salvador, UCA, 1987.

INSTITUTO DE INVESTIGACIONES; EL SALVADOR 1985: DESPLAZADOS Y REFUGIADOS; San Salvador. UCA, 1985.

EL SALVADOR 1986: EN BUSCA DE SOLUCIONES PARA LOS DESPLAZADOS; San Salvador, UCA, 1986.

EL SALVADOR 1987: LOS SALVADOREÑOS REFUGIADOS EN LOS ESTADOS UNIDOS: (Segundo Montes), San Salvador, UCA, 1987.

LA FE DE UN PUEBLO. Historia de una comunidad cristiana en EL Salvador; San Salvador, UCA editores. 1983.

LA IGLESIA EN EL SALVADOR; San Salvadbr, UCA editores, 1982 (2a ). LOPEZ VIGIL, Maria; MUERTE Y VIDA EN MORAZAN, Testimonio de un sacardole; San

·· Salvador, UCA editores, 1987. LUNGO, Mario; EL SALVADOR 1981-1984. La\aimensión polltica de la guerra; San

Salvador, UCA editores, ·1986. . MONTES, Segundo; EL COMP.ADRAZGO. Una ·esb'uctura de poder en El Salvador; Sen

Salvador, UCA editores, 1979 (1a). · ESTUDIO SOBRE ESTRATIFICACION SOCIAL EN EL SALVADOR; Sen Salvador, UCA, 1979a. . · EL SALVADOR ; LAS FUEfii"AS SOCIALES EN LA PRESENTE COYUNTURA (enero 1980 a diciembre 1983); San Salvador, UCA 1984. EL AGRO SALVADOREÑO (1973-1980); San Salvador, UCA editores, 1986." El Salvador: une nation sans lndiens?•; en rev. ETHNIES, droits de 1 ·home et peuples au1ochtones, Paris, éte-automne 1986, 4-5, págs. 29-30. ·e1 Salvador: la tierra, epicentro de la crisis•; en BOLETIN de ciencias económics y sociales; San Salvador, UCA, julie>-agosto 1986a, págs. 240-256. ·Los lfmites y posibilidades que enfrenta la particpaeión polflica en el campo salvadoreño•; en rev. ECA, mayo-junio1987, págs. 305-322.

MONTGOMERY, Tommie Sue; REVOLUTION EN EL SALVADO!;\: Origins and Evolutión; Boukler, Colorado, Westv~ Press, Jnc., 1982.

PROCESO; Informativo semanal; San Salvador, UCA, Centro Universitario de Documentación e lnlormación.

STUDEMEISTER, Margarita Sandra; SOCIAL CONFLICT AND THE 1980 AGRARIAN REFORM IN EL SALVADOR. A thesis submitted to the faculty of San Francisco State University in partial fullillmenl ol lhe requeriments lor lhe degree ol Masler of Arts in Social Sc:ienoes: lnterdisciplinery SllJcfies; San Francisoo, Celilomia, 1986 (mimeo).

UNGO, Guillenno Manuel; ·La suspensión de garantfas conslilUcionales en El Salvador"; en rev. ECA, junio 1977, págs 359-366.

MQ

Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J." Universidad Centroamericana José Simeón Cañas