lectura 3 el capitalismo y la Ética

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Curso de Ética Docente: Gilberto Betancur H. Lectura 3 El capitalismo y la Ética Francisco Garrido. El capitalismo es el único sistema económico de la historia que carece de un código moral propio y específico. Pretender explicar la causa de la crisis actual en la ausencia de valores morales es como decir que alguien murió por que estaba vivo, una obviedad tan tontorrona como vacía. Esta anorexia moral del sistema capitalista le ha permitido convivir con sistemas morales tan distintos como el luterano y calvinista (tal como estudio Weber) o el budismo chino y el sintoísmo japonés. Tampoco las doctrinas morales racionalista como el utilitarismo liberal de Stuart Mill, Adam Smith o Jeremy Bentham pueden ser considerados códigos morales del capitalismo. Baste leer un poco a cualquiera de esto autores para ver las profundas y profusas contradicciones m (mayores en ocasiones que con el marxismo) que hay entre la ética utilitarista liberal y las normas reales que regulan el juego en el mercado capitalista. Por eso el capitalismo ha ido siempre asociado a códigos morales religiosos, a pesar de la profunda condición atea y materialista ( esto es lo que ve y grita Nietzsche cuando habla de la ”muerte de Dios”). Pero esta asociación es meramente externa y suplementaria>; los códigos morales religioso son para el capitalismo una ortopedia emocional (“el alma de un mundo sin alma que diría Marx) y de expectativas compensatorias ( la amenaza y la promesa de un castigo o de un premio final justo). Pero la condición para esta asociación entre capitalismo y moral religiosa es la prohibición de que esta invada u opere en el interior de la vida económica capitalista. El capitalismo

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Etica

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Page 1: Lectura 3 El Capitalismo y La Ética

Lectura 3

El capitalismo y la Ética

Francisco Garrido.

El capitalismo es el único sistema económico de la historia que carece de un código moral propio y específico. Pretender explicar la causa de la crisis actual en la ausencia de valores morales es como decir que alguien murió por que estaba vivo, una obviedad tan tontorrona como vacía. Esta anorexia moral del sistema capitalista le ha permitido convivir con sistemas morales tan distintos como el luterano y calvinista (tal como estudio Weber) o el budismo chino y el sintoísmo japonés. Tampoco las doctrinas morales racionalista como el utilitarismo liberal de Stuart Mill, Adam Smith o Jeremy Bentham pueden ser considerados códigos morales del capitalismo. Baste leer un poco a cualquiera de esto autores para ver las profundas y profusas contradicciones m (mayores en ocasiones que con el marxismo) que hay entre la ética utilitarista liberal y las normas reales que regulan el juego en el mercado capitalista.

Por eso el capitalismo ha ido siempre asociado a códigos morales religiosos, a pesar de la profunda condición atea y materialista ( esto es lo que ve y grita Nietzsche cuando habla de la ”muerte de Dios”). Pero esta asociación es meramente externa y suplementaria>; los códigos morales religioso son para el capitalismo una ortopedia emocional (“el alma de un mundo sin alma que diría Marx) y de expectativas compensatorias ( la amenaza y la promesa de un castigo o de un premio final justo). Pero la condición para esta asociación entre capitalismo y moral religiosa es la prohibición de que esta invada u opere en el interior de la vida económica capitalista. El capitalismo reconoce y admite tal o cual moral religiosa a cambio de que esta reconozca y admita la amoralidad del capitalismo.

Si observamos el conjunto de reglas que gobiernan la “buena conducta” (aquella que conduce al incremento de beneficios) dentro del mercado capitalista, todas son intuitivamente inmorales. Veamos algunas: “ Para conseguir el florecimiento de las virtudes públicas hay que fomentar los vicios privados”, “ para incrementar la riqueza global hay que estimular la escasez individual”, “para incrementar el bienestar social hay que fomentar la lucha de todos contra todos (competitividad), “para que los pobres sean menos pobres los ricos tienen que ser más ricos”, “para repartir hay que crecer pero para crecer hay que dejar de dejar de repartir”, y así hasta el agotamiento de la capacidad de asimilar paradojas.

En términos de teoría de juegos en la agenda del capitalismo solo hay un juego: los de suma cero (lo que uno gana necesariamente lo pierde otro).Por el contrario todos los códigos morales se han construido para ponerle límites, en ocasiones excesivos, a la lógica del juego de suma cero. El capitalismo ha funcionando tan suicidamente bien porque ha roto todo tipo de contriciones

Curso de ÉticaDocente: Gilberto Betancur H.

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morales y ha dejado esta al ámbito de la religión como un consuelo para pobres y débiles. Si hubiese interiorizado como normas morales propias los preceptos religiosos, o cualquier otra moral, incluido el utilitarismo liberal; nunca hubiese alcanzado el desarrollo y el poder actual. La fuerza del capitalismo reside en su amoralidad por ello difícilmente puede ser los valores morales capitalista, que no existen, la causa de la crisis. El fabuloso arsenal tecnológico que el capitalismo ha dispuesto desde sus comienzos ha alumbrado el sueño tecnocrático de un desarrollo social sin moral, ni reflexividad. Es igual que si un piloto de vuelo creyera que el incremento incesante de la velocidad hace innecesario los instrumentos de vuelo. Llegará más rápido, morirá antes: la crisis.