latinarab5
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5to Festival Internacional de cine latino árabeTRANSCRIPT
REVISTA DE CINE | FESTIVALES | LATINARAB5 | NOVIEMBRE | 2015
LatinArab55 al 10 de noviembre
Buenos Aires Argentina
2015
2 Pez dorado noviembre 2015 | Festivales
PEZDORADO
Editor responsable
Francisco Abelenda
Directores
Soledad Bianchi
Rosario Salinas
Redactores
Soledad Bianchi
Silvia Italiano
John Lake
Jorge Montanari
Rosario Salinas
Decir que el mundo árabe
es complejo no es ninguna
novedad, ni tampoco es
una mentira. La falacia
quizás esté en imaginar que
nuestro lado del mundo
es el normal, aun ante la
avanzada de un capitalismo
salvaje que subyuga a
Grecia o a España, que
eleva a un Trump racista y
sexista en EE.UU., o donde
se pone en jaque a nivel
vernáculo la continuidad
de un modelo de Estado
que priorizó la dotación
de derechos a los otrora
excluídos de siempre.
En ese lado del mundo
al que solemos llamar
Oriente –con la paupérrima
legitimidad que otorga
un planeta cuya forma se
parece demasiado a una
esfera– este año se han
acentuado y continuado
una serie de problemas
que, en mayor o menor
grado, llegan como
nunca antes a nuestro
conocimiento. Además de
la visibilización masiva del
éxodo de los refugiados
sirios (que comenzó mucho
antes de la tragedia del
niño Aylan en el Mar Egeo),
el Estado Islámico ha
avanzado sobre ciudades
de histórico renombre.
Los kurdos han entrado en
el parlamento turco por
primera vez en la historia,
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» continua en página 4
pero a la vez el gobierno
central de derecha está a
las puertas de concentrar
poder como nunca antes.
Israel ha continuado y
recrudecido sus ataques
contra los palestinos.
Europa ha fluctuado entre
la construcción de muros,
las razias y las patadas a
los migrantes, para luego
abrirse un poco a su
acogida, no sin diseminar
la paranoia de la probable
entrada de terroristas.
Fue el año también de
la masacre de Charlie
Hebdo (aunque por otro
lado, fue también el de la
mayor violencia policial en
décadas contra el colectivo
afrodescendiente en la
nación dominante).
Ante estas complejas
realidades, deviene
necesario deshacer la
otredad de los pueblos
de Oriente, arteramente
construída entre aquellos
que necesitan excusas para
que su gente los vea como
el sanguinario enemigo (y
que, pese a que nosotros
no tenemos que mandar
hijos a esas guerras,
recibimos el paquete de
identikits, permeados por
su mainstream cultural).
Latinarab viene a llenar
parte de ese cometido: el
transformar estereotipos
básicos y monotemáticos
Festivales | noviembre 2015 Pez dorado 3
Contenido
LatinArab5 5 Kahlil Gibran’s the Prophet por Jorge Montanari
8 Theeb por Silvia Italiano
10 Theeb por Jorge Montanari
12 Dégradé por Silvia Italiano
14 Recollection por Silvia Italiano
16 Bastardo por Jorge Montanari
18 Mother of the unborn por Silvia Italiano
Vamos a ir subiendo notas todos los días
y actualizando este archivo.
4 Pez dorado noviembre 2015 | Festivales
en una diversidad de
cuestiones que subyacen
dentro del paradigma
que genera la propia
cosmovisión del mundo
árabe. Y a la vez, humanizar
a esos árabes genéricos
para que veamos en ellos y
en ellas a nuestros reflejos
(tanto por la universalidad
de lo humano, como por
la particular y enorme
influencia de su mundo
en el nuestro, a través de
la inmigración a nuestras
tierras pero también antes
de ella, por medio de
la estela cultural que la
medialuna de las tierras
fértiles supo imprimir en
Europa en sus épocas de
máxima expansión). Por
eso, como se dijo en la
apertura de esta edición,
Latinarab llega una vez
más para quebrar el relato
hegemónico.
Es así como este festival,
muy consolidado, viene a
tocar las cuerdas precisas
en la frecuencia exacta para
que se genere una empatía
mágica que transforma
imágenes en emociones.
Y una vez presente
esa empatía, quizás el
espectador que entra al
cine salga siendo otro; uno
que ya no quiera escaparle
a la complejidad de los
conflictos sino que pueda
empezar a comprenderlos,
a apoyar sus causas,
quizás. Recíprocamente,
los árabes que filmaron,
actuaron, narraron, y los
que dejaron que estos
filmaran, actuaran y
narraran sus historias,
dejan atrás la invisibilidad.
Qué mejor finalidad para
la Cultura entonces que la
de empoderar personas,
a uno y otro lado de los
meridianos.
Recuerdo la comedia
alemana “Almanya” (2011),
en la que los hijitos de una
familia turca recién llegada
a la tierra germánica
para ser albañiles de
postguerra experimentan
un miedo muy fuerte
a lo desconocido: las
tradiciones del mundo
cristiano. Así, sabiendo del
rumor de que los alemanes
veneran a la figura de un
hombre muerto clavado
en una cruz, la concreción
de su encuentro con un
crucifijo les provoca un
ataque de pánico, hilarante
para el espectador que
lo ve desde este lado del
mundo, quizás sin caer en
cuenta de que el planeta
cuenta con siete mil
millones de personas, y que
la mayoría de ellas viven en
una Asia que venera a otros
dioses.
La oferta de este año
es tan variada como la
de ediciones anteriores.
El interesantísimo cine
tunecino es el invitado de
honor, que a lo largo de
toda la semana se podrá
conocer a través de las
proyecciones en la Alianza
Francesa, una de las sedes
habituales del Latinarab.
Además, esta vez, el festival
cuenta con una presencia
descollante: Hiam Abbass,
la increible actriz de éxitos
que han sabido llegar
a esta parte del globo
como Lemontree, Paradise
now, Rock the casbah,
La novia siria, e incluso la
norteamericana The visitor,
nos visita para dar una
clase magistral y presentar
Dégradé, su nueva película,
que sin dudas es uno de
los platos fuertes de esta
edición.
Jorge Montanari
Festivales | noviembre 2015 Pez dorado 5
Arrancó un nuevo
Latinarab, el quinto
ya de esta pro-
puesta cuyo éxito y tras-
cendencia demuestran
un constante ascenso en
nuestra escena. Esta vez,
la película elegida para la
apertura fue El profeta, de Kahlil Gibran.El año pasado, la apertu-
ra fue una apuesta muy
fuerte a ganador con
Rock the casbah, que
reunía a los actores de
mayor trayectoria y re-
conocimiento del mundo
árabe encabezados por
Omar Sharif, en su pos-
trera actuación. Quedó
gente afuera en el gigan-
te Gaumont. Esta vez, la
apuesta fue más jugada:
abrir el festival con una
película animada, que si
bien dejó algunas buta-
cas sin completar, ena-
moró a todos los que se
animaron a la propuesta.
Y no está nada mal que
los programadores hayan
elegido este punto de
partida en este festival
que busca, en palabras
de su director Bechara
ElKhoury, quebrar relatos hegemónicos una vez
más. Uno de los mayo-
res prejuicios que debe
soportar el mundo de
[lo que aquellos que se
consideran centrales ubi-
can en el] Oriente, es la
visión simplista de un vivir
signado por la violencia,
el machismo salvaje en
reemplazo del amor, un
constante estado de gue-rra santa, o en el mejor de
los casos un sufrimiento
sin fin que no deja lugar
para la belleza.
El profeta que se puede dibujar
»Jorge Montanari«
Kahlil Gibran’s the
ProphetDirector: Roger AllersPaís de origen:Canadá | Francia | Liba-no | Catar | EE.UU.Duración: 84’Año: 2014
6 Pez dorado noviembre 2015 | Festivales
Pero las plumas de
Oriente tienen otra histo-
ria para contar, plena de
enseñanzas, de poesía,
de una filosofía que no
espera un karma ni un
golpe de la suerte, sino
que busca entender lo
ocurrido a fuerza de in-
trospección, y prever el
futuro como consecuen-
cia de las decisiones en
nuestras manos. El máxi-
mo exponente quizás de
este riquísimo mundo
literario oriental haya
sido Kahlil Gibran, liba-
nés, que vivió a caballo
de los siglos XIX y XX,
y a caballo de Oriente y
Occidente también. El profeta es su obra maes-
tra.
Con Salma Hayek como
productora, la película
tiene como eje la historia
de Kamila (a quien Salma
aporta su voz) y su hija
Almitra, quienes acom-
pañan al poeta Mustafá
(cuya voz es nada menos
que la de ¡Liam Neeson!),
recluido en prisión domi-
ciliaria por escribir sobre
la libertad y la felicidad a
un pueblo que conviene
mantener en un perenne
statuo quo. Mustafá re-
cibe la noticia de que va
a ser liberado, y el pue-
blo viene a reunirse con
él para celebrarlo. Pero
algo raro flota en el aire
y quizás todo sea sólo
una trampa de las autori-
dades. En medio de todo
ello, el poeta habla, y al
hablar, dice los versos de
esos capítulos preciosos
en los que Gibran legó
toda su cosmovisión,
compasiva y esperanza-
dora, reveladora, exami-
nando las emociones hu-
manas corriendo el pun-
to de vista como lo hace
de otro modo también
Zizek para explicarnos el
planeta que vemos como
nunca lo habíamos per-
cibido. Y cada capítulo,
cada pilar de sabiduría
(como llamó Lawrence
de Arabia a cada uno de
sus corpus sobre el Co-
nocimiento), da lugar en
la película a que otro di-
rector tome el lápiz y los
pinceles y convierta esta
obra en una celebración
de la diversidad estética.
Sí, en un cine global en
el que ya sorprendie-
ron, pero también ya no
sorprenden a nadie, las
películas multidirector, El profeta llega a aportarle
aire fresco a la convi-
vencia de estilos en el
carrete. Desde deliciosas
secuencias psicodélicas
con una impronta fortí-
sima de diseños arabes-
cos, pasando por trazos
que evocan al impresio-
nismo francés, técnicas
que similan acuarelas,
Festivales | noviembre 2015 Pez dorado 7
y otros dibujos simples
con Faber-Castell que
cobran vida, todo el
conjunto es un estímulo
visual para cada célula
de la retina, estirando
cada vez más los límites
de nuestra sorpresa. Por
momentos, las parábolas
se vuelven canción, y
notamos una reminiscen-
cia de la Hedwig de John
Cameron Mitchell, que
nos proponía seguir mi-
tos y leyendas en forma
de dibujos al compás de
la música.
Y así, este profeta que se
puede dibujar, y que vino
de un Oriente que sufre
y lucha por su libertad,
nos pasa su mensaje, el
que este Latinarab inter-
preta perfectamente y
por eso combate desde
el arte, desde ejercer
sus derechos de mostrar
su belleza y sacarnos
de nuestra ignorancia.
Gibran dice que sólo se
puede ser libre cuando
se deja de hablar de la
libertad, no cuando el
dolor desaparezca (por-
que probablemente no lo
haga ni hoy, ni mañana,
ni pasado), sino cuan-
do pése a ese dolor se
decida y se quiera y se
pueda volar igual como
los pájaros. Porque esta
forma de mostrar lo be-
llo de la vida también es
una forma de resistencia;
la belleza que los pue-
blos no están dispuestos
a perder ni aún en el más
desfavorable de los con-
textos, sobre todo por-
que vivirla es una forma
de empezar a ganar.
Y para nuestra distancia
geográfica que nos sitúa
lejos de estos mismos
nosotros del Oriente,
queda la esperanza de
que algún fan de Coelho
no pueda volver a comer
con cuchillos de plásti-
co luego de conocer, al
menos a través de esta
película, el magnánime
banquete de bellezas y
verdades simples que ha
sabido servirle al mundo
Kahlil Gibran.
8 Pez dorado noviembre 2015 | Festivales
De lobezno a lobo en el grandioso desamparo del desierto
»Silvia Italiano«
Theeb es una película
de iniciación, muer-
te, supervivencia,
traición, lealtad, vengan-
za. “Iniciación” es la pala-
bra clave: si no se tratara
del viaje iniciático de un
niño que se ve obligado
a convertirse de pronto
en adulto para sobrevi-
vir solo en el desierto, el
film podría pasar por un
western (irónicamente
ambientado en el Medio
Oriente). Pero Abu Nowar
ha añadido a la dimensión
épica, una conmovedora
dimensión humana.
Theeb (Lobo en árabe) es
un niño beduino a quien
la curiosidad y la fascina-
ción por lo desconocido
(representado por un
oficial inglés que llega al
campamento en busca
de un baquiano que lo
acompañe a un destino
remoto) impulsan a em-
prender una peligrosa tra-
vesía durante la cual se ve
involucrado en un enfren-
tamiento con un grupo de
asaltantes del que solo él
sale indemne: en la oscuri-
dad de la noche cae en un
pozo y lo dan por muerto.
A la mañana siguiente, su
penoso ascenso por las
paredes enlodadas del
pozo simboliza claramen-
te un nuevo nacimiento,
y el que ve la luz esta vez
ya no puede ser un niño.
El desierto (aquí el mag-
nífico Wadi Rum en el sur
de Jordania) no es una
madre nutricia y protecto-
ra. Para sobrevivir es ne-
cesario bastarse a sí mis-
mo, ser capaz de valerse
TheebDirector: Naji Abu NowarPaís de origen:Jordania | RU | EAU | CatarDuración: 100’Año: 2014
Festivales | noviembre 2015 Pez dorado 9
de todos los recursos –in-
ternos y externos– dispo-
nibles. La belleza de sus
dunas, de sus caprichosas
formaciones rocosas, de
sus gargantas y cañones
y sus cielos estrellados
contrasta con la crueldad
con que reduce la condi-
ción humana a su mínima
expresión: la necesidad
de satisfacer la sed y
el hambre, y, en el caso
de Theeb, de no dejarse
vencer por el cansancio
y mantenerse alerta para
poder distinguir entre el
murmullo del viento y el
rumor del enemigo.
Cuando la película em-
pieza, Hussein, el herma-
no mayor de Theeb, le
está enseñando a usar
un arma, pero sin balas,
pues aún no sabe apuntar
bien al blanco. Durante
gran parte de la travesía,
Theeb viaja montado en
las ancas del camello,
como un apéndice del ji-
nete (primero su hermano
Hussein y luego uno de
los bandidos con el que
se ve forzado a convivir).
Cuando la película termi-
na, Theeb ya puede va-
lerse de un arma cargada
y parte solo en su propia
cabalgadura, después de
haber vengado la muerte
del hermano y salvado el
honor de su tribu.
La película tiene también
una importante dimensión
histórica, que podríamos
dejar en segundo pla-
no, si nuestra mirada de
espectador se identifica
con la mirada ingenua del
niño: cuando le preguntan
a Theeb por qué estaba
con el inglés, responde:
¿qué es “el inglés”? Sin
embargo, nosotros sabe-
mos más. Sabemos que la
acción transcurre en 1916,
cuando la guerra hace
estragos en gran parte
del planeta, incluida esa
remota provincia del im-
perio otomano. Sabemos
que ese año, instigada por
los británicos con falsas
promesas de independen-
cia, comienza la Rebelión
árabe, que culminará con
la creación de un efímero
reino unificado, pronto
sustituido por una arbitra-
ria división territorial im-
puesta por las potencias
coloniales, cuyas nefastas
consecuencias se sienten
aún hoy. Sabemos que la
forma de vida tradicional
de los beduinos está su-
friendo un cambio radical,
y que si bien Theeb ha
sobrevivido, su pueblo
nómade tiene los días
contados.
Theeb fue rodada en el
mismo lugar que sirvió
de escenario a Lawrence
de Arabia y transcurre
además en la misma épo-
ca. La comparación se
impone. Sin embargo, ahí
se acaban las similitudes.
Algunas de las impor-
tantes diferencias: los
beduinos son de verdad
(ningún Anthony Queen
disfrazado) y el oficial
británico no adolece de la
hipocresía de Lawrence,
pues declara sin ambages
que para él la vida de un
joven árabe y su hermano
no tiene ninguna impor-
tancia.
Sus múltiples niveles de
sentido (épico, histórico
y psicológico), las exce-
lentes interpretaciones de
los actores no profesiona-
les, el genuino y evidente
afecto que une a Theeb
y Hussein (primos en la
realidad), y una fotogra-
fía que saca partido de
toda la magnificencia del
desierto hacen de Theeb
una pequeña joya cine-
matográfica que merece
ampliamente los premios
recibidos hasta ahora y
sin duda también un reco-
nocimiento especial en el
marco de Latinarab.
10 Pez dorado noviembre 2015 | Festivales
El niño lobo»Jorge Montanari«
Una de las sorpresas
mayores que nos
brinda este Lati-narab, sin lugar a dudas
es la increíble Theeb, lar-
gometraje debut de Naji
Abu Nowar. Tan difícil de
clasificar, como de reseñar
sin develar los incesan-
tes giros de una historia
brillante, que cada vez
que parece pasar cerca
de caer en lo predecible,
avanza hacia una etapa
nueva.
Con una fotografía en-
vidiable, ayudada por la
naturaleza impresionante
de los paisajes del de-
sierto montañoso de la
región del Hijaz, los ojos
no tienen descanso ante
un ritmo que sin embargo
está lejos de acariciar lo
frenético. Pero, pese a los
desfiladeros maravillosos
alternados con espacios
infinitos, Naji Abu Nowar
se permite jugárselas bas-
tante más y trabajar hasta
con las moscas, omni-
presentes y por millones,
molestando sin molestar,
estando sin estar, mor-
diendo la carne recién
muerta en un zoom que
hiela el alma.
Sin embargo, el éxito prin-
cipal de la película quizás
radique en la actuación
perfecta del chico Jacir
Eid Al-Hwietat, el no-ac-
tor protagonista, de unos
diez años, cuya expresivi-
dad nos hace creíble cada
fotograma. Y junto a él, su
hermano encarnado por
Hussein Salameh, otro be-
duino real que debuta en
la pantalla para la ocasión.
¿Es una road movie? Es
muchas cosas a la vez, y
Festivales | noviembre 2015 Pez dorado 11
pese a ello es una unidad
totalmente consistente.
En sus cien minutos nos
hace por momentos pasar
miedo, verdadero miedo.
Nos sumerge en misterios
que no nos dejan pesta-
ñear. Pero, más allá de
todos los temas de los
que se nutre, es básica-
mente una película sobre
la dignidad.
Theeb, el chico, se fasci-
na con la llegada de un
inglés a su tienda donde
vive con su familia de nó-
mades en el Hijaz bajo do-
minio otomano en épocas
de la Primera Guerra Mun-
dial. Le llama la atención
cada cosa de ese hom-
bre que no se parece en
nada a los demás. Pronto
descubrirá que el rubio
esconde algún secreto. Su
curiosidad es demasiada
como para frenar su de-
seo de acompañar a su
hermano en la escolta del
inglés por un camino que
se sabe lleno de bandidos,
que pueden sitiar a perso-
nas como animales salva-
jes a sus presas.
¿Por qué ese camino es
tan peligroso, si en rea-
lidad ha sido siempre la
vía de los peregrinos de
la Meca? El tren parece
haber llegado para des-
truirlo todo. La línea de
tren que unía Damasco
con la Meca en ese enton-
ces, permitía hacer en una
semana el viaje que en
camello suponía un mes
entero. Los que pagaron
el precio de la industria-
lización fueron los guías
de los peregrinos, ahora
devenidos en salteadores
de caminos.
¿Cuál es el valor de una
vida humana? ¿Por qué es
tan delgado el límite entre
el animal y el hombre, y
por qué dicho límite se
estrecha mil veces más
cuando las situaciones se
extreman y dominan los
instintos?
La supervivencia, el amor,
la venganza –tratada con
la altura que supieron
ofrecer joyas como Daratt
(2006), la perla del Chad–
y el llegar a esos momen-
tos en los que la adultez
se abre paso de modo
irreversible, se combinan
en Theeb –la película y el
personaje– para dejarnos
con la clara impresión de
que acabamos de ver cine
del muy bueno.
12 Pez dorado noviembre 2015 | Festivales
Un grupo de muje-
res se encuentran
encerradas en una
peluquería sin poder sa-
lir porque en la calle los
hombres se enfrentan
en una aguerrida lucha
y retumban las balas de
las kalashnikov. Si esto
ocurre en Gaza, el recinto
claustrofóbico –de donde
la cámara sale apenas
unos minutos- puede
interpretarse como el
microcosmos de la socie-
dad local en su conjunto,
que vive confinada por
el muro desde 1994 y
soporta la violencia del
fundamentalismo de Ha-
mas. La idea es buena.
Asimismo, la idea de que
los hombres son capaces
de matarse por un león
robado del zoológico (¡sí,
un león!) mientras las
mujeres tratan de embe-
llecerse y lucir mejor, es
decir, están del lado de la
vida y no de la muerte y,
por lo tanto, serían más
aptas para gobernar que
su contraparte masculina,
también es interesante.
De hecho, tiene nobles
precedentes (La Asam-
blea de Mujeres y Lisístra-
ta de Aristófanes).
Pero de buenas ideas
no salen forzosamente
buenas películas (en
realidad, Dégradé, más
que una película, es
teatro filmado). Una
buena película requiere
buenos díálogos,
personajes con densidad,
un guión con ritmo y un
hilo conductor. Dégradé
no cumple ninguno de
estos requisitos.
Los personajes son cha-
DégradéDirector: Arab Nasser y Tarzan NasserPaís de origen:Palestina | Francia | CatarDuración: 84’Año: 2015
Eros versus Tánatos»Silvia Italiano«
Festivales | noviembre 2015 Pez dorado 13
tos, unidimensionales,
egoístas. Solo una de
ellas manifiesta un interés
por algo que no sea su
propia persona al acon-
sejarles a las demás que
acumulen víveres porque
la próxima guerra será
peor que la última. (¿Y
qué tal si trataran de evi-
tar la próxima guerra?).
Todas adolecen además
de una extrema debilidad.
Una es drogadicta y víc-
tima de maltratos, otra se
acaba de divorciar y no
puede admitir que ade-
más del marido ha perdi-
do la juventud, otra se so-
mete a los caprichos de
una futura suegra que la
odia, otra está encegue-
cida por su extremismo
religioso, otra no para de
llorar por el amante que
no le da lo que quiere,
otra está totalmente ab-
sorbida por su insuficien-
cia respiratoria agravada
por la falta de aire (para
colmo se ha cortado la
electricidad y los genera-
dores no dan abasto para
encender el ventilador),
otra parece a punto de
morir dando a luz conso-
lada por la hermana, que
solo abre la boca para
decir que le han hecho
una propuesta de matri-
monio… Irónicamente, la
única que reuniría ciertas
condiciones para tomar
el timón es la dueña de la
peluquería, que no es pa-
lestina sino rusa.
Los diálogos (entre ellas
y por los celulares) se
centran casi exclusiva-
mente en los hombres
y, en general, al dirigirse
unas a otras destilan tal
animosidad y hasta odio,
que cuando una (la mis-
ma que anuncia la próxi-
ma guerra) sugiere que
deberían gobernar las
mujeres y reparte las dis-
tintas carteras del gabi-
nete entre las presentes,
resulta imposible ima-
ginar que ese gobierno
pueda funcionar durante
media hora con la más
mínima armonía.
El guión no tiene rumbo,
las mujeres hablan espe-
rando que el tiempo pase
y les llegue el turno o
puedan irse a sus casas,
y el único hilo conductor
(por llamarlo de algún
modo) es justamente la
historia del león roba-
do del zoológico por el
amante de la asistenta de
la peluquera, historia in-
verosímil pero cierta. Por
lo visto, el miembro de
uno de los poderosos cla-
nes de Gaza robó un león
del zoológico, y Hamas,
que una vez en el poder
se dedicó a liquidar a
todos los que le hicieran
sombra, lo tomó como
excusa para eliminar a la
familia entera.
La abierta crítica a Hamas
y las buenas intenciones
en que se funda la
película pueden ganarle
a Dégradé algunos
aplausos. En todo caso,
sus méritos no son
cinematográficos.
No se puede pasar
por alto la excelente
actuación de todas las
mujeres, que sacan el
mayor partido posible de
sus magros personajes…
Y sí se puede poner en
duda que los hermanos
Nasser hayan estado
alguna vez en una
peluquería de mujeres.
14 Pez dorado noviembre 2015 | Festivales
Durante setenta
minutos presencia-
mos una sucesión
de imágenes que han sido
claramente trucadas, alte-
radas, pixeladas. No hay
texto explicativo al prin-
cipio ni luego diálogos o
voz en off. La mayor parte
del tiempo tampoco hay
música ni sonido, salvo un
murmullo lejano, el ruido
de pasos o el rumor de las
olas. Nos parece ser tes-
tigos de un interminable
sueño que transcurre en
una misma ciudad deso-
lada al borde del mar. Al
final, un largo texto viene
a revelar la importancia
autobiográfica de las
imágenes, estableciendo
posibles relaciones entre
ciertos lugares, edificios,
calles, personas y la pro-
pia historia del director.
Cuando se encienden las
luces presentimos que
hemos visto algo más que
un interminable sueño en
una ciudad devastada.
¿Pero qué? Aljafari es un
padre posesivo que no
permite la emancipación
de su criatura. Si él no
nos da un hilo de Ariadna
para salir del laberinto,
Recollection resulta una
película hermética que
no revela la finalidad de
su complejo proceso de
creación. Hay que pregun-
tarle, y entonces responde
sin vacilar.
Recollection es el pro-
ducto de la recuperación
y reelaboración de cin-
cuenta películas israelíes
rodadas en Jaffa entre los
60 y los 90. La primera
etapa consistió en proyec-
tar esos films y hacer fo-
En busca de la ciudad perdida
»Silvia Italiano«
RecollectionDirector: Kamal AljafariPaís de origen:Alemania Duración: 70’Año: 2015
Festivales | noviembre 2015 Pez dorado 15
tos de escenas y detalles,
llegando a reunir más de
20.000 imágenes. En una
segunda etapa, Aljafari
trabajó el celuloide de las
películas israelíes, borró
a los actores, introdujo
escenas filmadas por él,
trajo a primer plano deta-
lles marginales, haciendo
zoom sobre un empe-
drado, el nombre de una
calle, personajes –pales-
tinos del barrio– ocultos
en el fondo, asomados a
una ventana. Finalmen-
te procedió a un nuevo
montaje alternando fotos
e imágenes animadas.
Su intención –manifiesta
sobre todo al borrar a los
israelíes y hacer aparecer
a los palestinos– ha sido
recrear un mundo que ya
no existe, traer a primer
plano a los relegados,
restablecer el significado
personal e histórico de Ja-
ffa, a través del testimonio
de alguien con la mágica
capacidad de filmar el
pasado para compilar un
álbum de memorias.
Una vez que sabemos
esto, comprendemos la
perfecta adecuación del
título. Recollection signi-
fica “memoria”, “recuer-
dos”, pero etimológica-
mente significa “volver a
reunir”, “poner junto de
nuevo”. Al construir un
recuerdo a través de una
recomposición del pasa-
do, Aljafari hace un traba-
jo de “deconstrucción” en
el verdadero sentido que
esta tiene para Derrida:
recurriendo a la memoria
y la reconexión de los re-
cuerdos, recrea la historia
desde dentro de la historia
misma, para tratar de re-
velar el sentido originario.
Sí, pero...
¿Quién puede compartir o
siquiera adivinar el placer
que sintió el director al
borrar a Ben Gurión de un
documental de propagan-
da israelí? En sí misma,
desde el punto de vista
de la producción, Reco-llection es un rito íntimo
de restitución y conjuro,
y desde el punto de vista
de la recepción, un expe-
rimento visual enigmático.
Su “verdadero” sentido
se nos escapa. Incluso,
algunas escenas –las de
personajes que caminan
cabeza abajo o las que
se repiten una y otra vez
como el equivalente visual
de un disco rayado– pa-
recen incongruentes con
dicho sentido.
Sobre todo en momentos
en que las tensiones en-
tre israelíes y palestinos
se han agravado, Reco-llection puede resultar
decepcionante por su
vacío conceptual, y no ser
precisamente lo que se
esperaría de un director
como Aljafari, tan com-
prometido con la causa
palestina.
16 Pez dorado noviembre 2015 | Festivales
Bastardo es una co-
media oscura, con
un sabor peculiar
que no remite a los clichés
habituales del género. Su
ritmo, su ambiente, y su
desarrollo impactan desde
la aparente sencillez de
sus distintas capas que,
translúcidas como las de
una cebolla, conforman
una imagen más compleja
que se percibe al super-
ponerlas en conjunto.
Bastardo es provocadora
y mordaz, y hasta inten-
cionadamente disgustante
por momentos, sin preci-
sar abrevar en la escato-
logía barata. Muy por el
contrario, lo que se cuela
entre los personajes que
habitan en una suerte de
gueto urbano repugnante,
es la magia, o mejor dicho,
unas bellas pinceladas de
realismo mágico.
Mohsen, a quien todos lla-
man Bastardo –y quien fue-
ra abandonado al nacer en
un tacho de basura– es un
antihéroe muy real; con va-
lores nobles, vive una vida
en la que nada le sobra y
sin quejarse de que le falte
nada. En la misma vecin-
dad, su antítesis, Larnouba,
es el amo y señor de todos,
y a él hay que pagarle un
impuesto de protección,
para que proteja a los ve-
cinos de nada más ni nada
menos que de él mismo.
En medio de ambos está
la que completara un trío
de amigos en la infancia
junto con Bastardo y Lar-
nouba: Bent Essengra, la
mujer que atrae insectos.
Sí, una chica a la que, sin
causa aparente alguna, le
basta apoyar una mano
»Jorge Montanari« Reconocido y legítimo
BastardoDirector: Nejib BelkadhiIntérpretes: Abdel Moneem ChouayatChedly ArfaouiLobna NoomeneTaoufik El BahriLassad Ben AbdallahPaís de origen:Tunéz | Francia | QatarDuración: 106’Año: 2013
Festivales | noviembre 2015 Pez dorado 17
en la pared para que las
hormigas y las moscas
se acerquen y cambien la
tierra por su piel.
Un buen día, todo cam-
bia: se instala una antena
de telefonía celular en la
terraza de la casa de Bas-
tardo, quien pasa a cobrar
una renta de la noche a la
mañana y por medio de la
cual parece dejar de ser
un paria. Larnouba pier-
de terreno y parece que
todos van a ser felices ha-
blando por celular gracias
a Mohsen, a quien nadie
ya quiere llamar Bastardo.
Pero el poder corrompe
muy rápido, y el micropo-
der ni les cuento. Cuando
Mohsen se da cuenta de
que puede vigilar a todos
desde su terraza como en
un panóptico, y castigar-
los apagando la antena, su
carácter muta a la vez que
ese resentimiento que pa-
recía ser el sentir más dé-
bil de sus emociones pasa
a ser su alma máter.
Pero Mohsen, a quien aho-
ra ya nadie llama Bastardo
ya no por cariño sino por
mero miedo, no sólo su-
frirá del endurecimiento
de su alma: su cuerpo
empieza a estar cada vez
más entumecido, le cues-
ta respirar, se pone casi
ciego… y si bien jamás se
explica nada al respecto,
el motivo resulta claro: la
antena bajo la que vive
noche y día, de a poco lo
está matando. Si hasta la
chica de los insectos ya
no quiere visitarlo porque
se le mueren las hormigas
de su cara cuando va a su
casa. Si hasta el gato ya
no prueba la comida.
Con muertos que hablan
en versión fantasma; con
muertos que reviven; con
una carnicera que, como
las reposteras de la tele
cuando se chupan los
dedos preparando una
torta, va probando carne
picada cruda de cabezas
de carneros a medida que
las corta. Con un Larnou-
ba aterrorizante que tiene
una obsesión con… ¡cone-
jos! (hasta mira sus docu-
mentales mientras mastica
zanahorias), y que se pone
insecticida en lugar de
desodorante para intimar
con la mujer de los insec-
tos. Bastardo está lleno
de toques magistrales de
acupuntura que pinchan
en el lugar exacto para
dejar salir una risa que
no teníamos en cuenta. Y
acusando en la balanza
el peso adecuado para
convertirse en comedia de
culto entre los que tengan
la suerte de encontrarla en
la pantalla.
18 Pez dorado noviembre 2015 | Festivales
En el mundo árabe,
el trato de respeto
hacia las mujeres
y los hombres es “madre
de…” y “padre de…” se-
guido del nombre del hijo
varón mayor: Um-Moha-
med y Abu-Mohamed, por
ejemplo (¡esto no ocurre
si la descendencia es solo
femenina, sin embargo!).
Nadine Salib explica en
su página de Facebook
que recorriendo la región
del sur de Egipto escuchó
reiteradamente que a al-
gunas mujeres las llama-
ban “Um Ghayeb”: Madre
del Ausente. Al principio
pensó que se trataba de
un nombre de pila, pero
le pareció extraño que
alguien le pusiera seme-
jante nombre a su hijo. De
sus intentos de develar el
misterio, nació este do-
cumental que se adentra
en un mundo dominado
por ritos, supersticiones y
creencias atávicas y don-
de la mujer solo encuentra
su razón de ser en la ma-
ternidad.
Con un indudable talento
para inspirar confianza
en su interlocurora, Na-
dine Salib logra que Ha-
nan, una enternecedora
Um-Ghayeb de grandes
ojos azules que contra-
pone a la infertilidad de
su vientre la fecundidad
de su imaginación y una
capacidad notable de
introspección y cuestio-
namiento, se abra ante la
cámara y comparta con
nosotros su intimidad más
profunda.
Debido a su infertilidad,
que la tortura desde hace
doce años, Hanan lleva
Yerma en el valle fértildel Nilo
»Silvia Italiano«
Mother of the unbornDirector: Nadine SalibPaís de origen:Egipto | EAUDuración: 85’Año: 2014
Festivales | noviembre 2015 Pez dorado 19
una vida aislada y mar-
ginal en un pueblo en sí
mismo aislado y marginal,
y llena sus días “vacíos”
por la falta de hijos con
interminables elucubra-
ciones y reflexiones acer-
ca de las posibles causas
de su desgracia. Con toda
candidez y naturalidad
Hanan expone sus ideas
sobre el sentido de la
vida, la muerte y el amor,
sus contradicciones, su
tristeza y sus pasajeros
momentos de optimismo,
o recuerdos de su época
de soltera convertidos en
claves cruciales para ex-
plicar el castigo que Dios
le ha impuesto o para
mantener las esperanzas
y creer que un día será
madre. Algunas veces
tiene la tentación de lavar
y poner a secar ropita de
bebé para que las demás
mujeres (unas la compa-
decen y otras la despre-
cian) crean que ha tenido
un hijo. Por momentos
quiere irse lejos, donde
nadie la conozca, perder-
se en el desierto. Cuando
el demonio toma pose-
sión de su cabeza desea
abrir la bombona de gas
y poner fin a su martirio.
Sus pocos instantes de
paz transcurren en el ce-
menterio, en compañía de
sus muertos. Su tono es
melancólico y lánguido, su
relato mezcla realidad con
ensoñaciones y a veces
está al borde de la aluci-
nación. Es como si, libre
de los múltiples queha-
ceres que impone la ma-
ternidad y reducida a los
gestos rutinarios de bus-
car agua del pozo, separar
el grano para hacer el pan
y preparar la comida, se
hubiera instalado en un
limbo donde los límites
entre la fantasía y la reali-
dad son borrosos.
Hanan no ha estado es-
perando pasivamente la
llegada de un hijo. Se so-
metió a tres operaciones
del útero y, sobre todo,
no omitió ninguno de los
ritos de fecundidad que le
han sido transmitidos por
Um-Mansoura, la coma-
drona del pueblo, y otras
mujeres de la comarca, y
que son practicados por
todas aquellas que no
pueden tener hijos. Ha
pisado una enorme ser-
piente, se ha introducido
en la vagina pócimas y
ungüentos que la llevaron
al borde de la muerte, se
ha sometido cuatro veces
a la Kahrota, rito que con-
siste en rodar en un terre-
no pedregoso hasta que-
dar extenuada por el do-
lor y el mareo… Nosotros
somos testigos de una de
esas veces y la imagen no
se olvida fácilmente.
El documental de Nadine
Salib va más a allá del
problema de infertilidad
de Hanan y su manera
20 Pez dorado noviembre 2015 | Festivales
particular de vivirlo y nos
permite adentrarnos en
un universo y un orden
social y humano total-
mente ajeno al nuestro y
al que rara vez tenemos
acceso. La presencia de
la directora es siempre
respetuosa y discreta y
la cámara nos hace par-
tícipes de la vida de los
hombres y mujeres de esa
aldea, cuyo único y tenue
contacto con el resto del
mundo es un viejo televi-
sor, poniendo de relieve
– con una impecable foto-
grafía - la desolación del
entorno pero sin emitir
nunca juicios de valor.