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Philippine Studies

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  • LAS EXPEDICIONES ESPAOLAS EN ELNUEVO MUNDO Y SUS APORTACIONES

    CIENTFICAS Y FARMACUTICAS

    Discurso de Ingresocomo Acadmico de Nmero del Iltmo. Sr. Dr.

    D. FERNANDO LPEZ AZORN

    Murcia, 26 de octubre de 2004

  • Mesa Presidencial del Acto

  • DISCURSO DEL

    ILTMO. SR. D. FERNANDO LPEZ AZORN

  • Excmo. Sr. Presidente,

    Excmos. e Iltmos. Sres. Acadmicos,

    Queridos familiares y amigos,

    Seoras y seores:

    Ante todo deseo agradecer a todos los miembros de esta Institucinque respaldaron la propuesta realizada por los Dres. Isabel Tovar, Sal-vador Zamora, Jos Mara Abenza, Bienvenido Barelli y GuillermoVivero, para ser nombrado Acadmico de Nmero de esta Academia deFarmacia. Tambin se ha incrementado mi deuda con los Dres. D. JosMara Abenza Lpez y D. Joaqun Jordn Prez, quienes me han hecho elhonor de acompaarme en la entrada simblica en esta Institucin. Aambos les conoc en los primeros tiempos de mi etapa formativa comoanalista en Murcia. Desde entonces me une a ellos una gran amistad res-paldada por el respeto profesional. Al Dr. Bienvenido Barelli Noseda, aquien he tenido el honor de conocer gracias a ser miembro de estaAcademia, le agradezco su amable aceptacin a contestar mi discurso deingreso, as como las palabras que espero escucharemos en brevesmomentos.

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    Tambin deseo agradecer su asistencia a cuantos nos acompaancon su importante presencia en este acto.

    Creo que fue Ercilla quien dijo que las honras no consiste en tener-las, sino en alcanzar a merecerlas. Al considerar los posibles mritos queuno ha podido reunir para alcanzar a merecer la honra de pertenecer a estaInstitucin, se piensa rpidamente en todo lo que debemos a nuestrosmaestros y profesores, cuyas enseanzas y sacrificios, que no siemprealcanzamos a apreciar, nos han allanado el camino. No podemos olvidar alos compaeros de las distintas etapas de nuestra formacin por su est-mulo y consejo. Esta doble relacin de maestro y compaero, se cumplesingularmente en los facultativos de los Servicios hospitalarios que impar-ten docencia y su dedicacin a mejorar nuestra preparacin es esencialpara superar provechosamente el periodo formativo como Residentes deHospital que nos hace llegar a ser Especialistas. Dos de aquellos compa-eros y maestros que tuve el honor de tener en el Hospital Virgen de laArrixaca de Murcia y cumplieron magistralmente esa labor en mi forma-cin, son la Dra. Isabel Tovar y el Dr. Pedro Martnez. Ambos me distin-guieron siempre con su respeto, su confianza, su amistad y su cario. Deambos he vuelto ahora a ser compaero en el Hospital despus de variosaos de ausencia. Ser su compaero tambin en la Academia, me va a per-mitir seguir siendo su discpulo aqu tambin, pues de todos es conocidoque para un alumno, un buen maestro no deja de serlo nunca. Con ellos ylos dems miembros de esta Institucin espero poder contribuir al engran-decimiento de nuestra profesin y a lograr que cumpla la importantemisin que nuestra sociedad le tiene encomendada.

  • LAS EXPEDICIONES ESPAOLAS EN EL NUEVO MUNDO Y SUS APORTACIONES 7

    INTRODUCCIN

    Despus del descubrimiento del Nuevo Mundo en 1492 y, una vezcompletada la conquista de aquel vastsimo Imperio en el siglo XVI,Espaa hubo de organizar una gran maquinaria capaz de atender gobier-no, administracin, comunicaciones, defensa y explotacin de sus recur-sos. Desde un principio la Corona de Espaa demostr un especial intersen adquirir conocimiento de aquellas tierras y sus gentes para divulgarlosen el viejo continente. Esto motiv la realizacin de numerosas expedi-ciones cientficas al Nuevo Mundo patrocinadas por los monarcas espa-oles, con el objetivo de realizar estudios sistemticos, recoger nuevosejemplares de animales y plantas, estudios geogrficos de comunicacionesy demarcacin de lmites territoriales, conocimiento de sus habitantes y sucultura. Result un rico patrimonio de investigaciones, especialmente enel mbito de la Historia Natural, que en la actualidad es el origen denumerosos e importantes estudios.

    En un reciente artculo sobre la necesidad de concienciacin res-pecto a la realidad de nuestro pasado cientfico, el investigador AntonioLafuente afirmaba que la ciencia espaola es an una asignatura en laque ignorar que queda mucho por hacer es tan absurdo como obviar lo yalogrado (Lafuente, 2004). Puesto que la investigacin cientfica y el des-arrollo tecnolgico son imprescindibles para alcanzar la prosperidad eco-nmica y el bienestar social en un estado moderno, en Espaa estamosobligados a realizar un inmenso esfuerzo para alcanzar una posicin decompetencia frente a los estados cientficamente ms desarrollados.

    La segunda parte de la afirmacin, el riesgo a obviar lo ya logradodebe ser tenido muy en cuenta por dos razones. Primero por el desconoci-miento que sobre ello ha existido. Aunque en Espaa se ha desarrollado unaimportante polmica sobre nuestro pasado cientfico, actualmente se estproduciendo una revisin histrica aportando nuevos criterios que ayudan a

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    enjuiciar ms objetivamente y con menos pesimismo, el conjunto de realiza-ciones cientficas de nuestro pasado. Hoy ya no puede ser defendida la tesisde que Espaa no hizo ninguna aportacin destacable en materia cientfica.En segundo lugar, porque para afrontar el reto actual es importante partir delo ya realizado, ser conscientes de los logros que como nacin llegamos aconseguir. En este sentido es fundamental la aportacin histrica actual quedemuestra que las realizaciones culturales y cientficas son parte irrenuncia-ble de nuestro patrimonio histrico. Junto a las motivaciones que alentaronlos proyectos y al esfuerzo desarrollado, debemos conocer los resultadosobtenidos para cuantificar los xitos, si los hubo, o analizar las causas de susfracasos, para evitar que en el futuro puedan volver a repetirse.

    Un mbito donde se cumple totalmente esto es en las CienciasNaturales o la Historia Natural, como se denominaba anteriormente, y enla Farmacia. De las numerosas expediciones realizadas quiero recordaraqu aquellas ms relevantes por los conocimientos cientficos adquiridosy, especialmente las dirigidas a los estudios botnicos y como consecuen-cia a la bsqueda de nuevos remedios teraputicos.

    PRIMEROS ESTUDIOS EN EL SIGLO XVI: LOSCRONISTAS Y MISIONEROS ESPAOLES Y LA

    EXPEDICIN DE FRANCISCO HERNNDEZ

    En la historia americana del siglo XVI a la vez que se avanza en el pro-ceso de la conquista, comienzan a realizarse los primeros estudios cientficosque hicieron que aquellas tierras tal como certeramente defini Cohen en1960 se convirtieran en source of science for Europe. No debe extraarnosque as sucediera, pues la grandiosidad de aquel continente y la abundancia ydiversidad de sus riquezas naturales, sirvieron de estmulo a los espritus mssensibles que se vieron implicados en las tareas de gobierno y en la evangeliza-cin de sus habitantes.

    Merecidamente se considera primer naturalista del Nuevo Mundo al his-toriador Gonzalo Fernndez de Oviedo y Valds (Madrid,1478-Santo Domingo,

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    TABLA IPRINCIPALES EXPEDICIONES CIENTFICAS ESPAOLAS

    A AMRICA Y FILIPINAS

    Siglo XVIReinados de Carlos I y Felipe II

    Estudios de cronistas y misioneros: Gonzalo Fernndez de Oviedo y ValdsBernardino de SahagnJos de AcostaAntonio Vzquez de EspinosaBernab Cobo

    Expedicin de Francisco Hernndez a Nueva Espaa (1570-77)Siglo XVIIIReinado de Felipe V

    Expedicin hispano-francesa geodsica al Ecuador (1735-42)Expedicin de Jos Quiroga a la Patagonia (1745-46)

    Reinado de Fernando VIExpedicin del marqus de Valdelirios al Paraguay (1753-56)Expedicin de lmites del Orinoco de Iturriaga (1754-61)Expedicin de Historia Natural de Lofling a Cuman (1754-56)

    Reinado de Carlos IIIExpedicin de Dombey, Ruiz y Pavn al Per y Chile (1777-88)Real Expedicin Botnica al Nuevo Reino de Granada (1783-1816)Expedicin de Juan de Cuellar a Filipinas (1785-98)Real Expedicin Botnica a Nueva Espaa (1787-1803)

    Reinado de Carlos IVExpedicin de Alejandro Malaspina (1788-94)Real Comisin de Guantnamo (1796-1802)

    Siglo XIXExpedicin de Humboldt y Bonpland a la Amrica Equinoccial (1799-1804)Expedicin Filantrpica de la vacuna de Balmis (1803-1807)

    Reinado de Isabel IIComisin cientfica del Pacfico (1862-66)

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    1557), quien tras ejercer diversos oficios, entre ellos escribano y administradoren la corte, reinando Carlos I march a Amrica en 1514 como veedor de las fun-diciones de oro y escribano real de la expedicin de Pedrarias Dvila, y regresa Espaa ao y medio despus para informar al rey. Realiz numerosos viajes aEspaa, volviendo siempre a Amrica con un nuevo cargo: en 1520 como regi-dor de Santa Mara la Antigua, en 1526 gobernador de Cartagena, en 1532 cro-nista de Indias, y un ao despus alcaide de la fortaleza de Santo Domingo y,finalmente regidor perpetuo de la ciudad. Realiz diversos viajes por AmricaCentral y conoci personalmente a Corts, Pizarro y Balboa. Como historiadorabord con amplitud el descubrimiento y colonizacin de las Indias y, realizuna interesante descripcin de la geografa, flora, fauna, naturaleza y etnologade los habitantes de Amrica, aunque careca de la preparacin cientfica ade-cuada. Public entre otras Sumario de la natural historia de las Indias (1526) eHistoria general y natural de las Indias (1535). De esta obra fueron publicados20 volmenes entre 1535 y 1537 en Sevilla y Salamanca, debiendo esperar hasta1851 en que aparece una edicin completa de la Real Academia de la Historiaprologada por D. Jos Amador de los Ros. (Ballesteros, 1958).

    Numerosos misioneros espaoles tambin trabajaron como naturalistasy antroplogos, debiendo destacar algunos de ellos. El historiador Bernardinode Sahagn (Sahagn, Len, comienzos S. XVI- Tlaltelolco, Mxico 1590),estudi en Salamanca, donde profes en la orden franciscana y en 1529 fue des-tinado a Mxico. Se dedic a la educacin de los indios y al estudio de la len-gua mexicana que domin a la perfeccin. En sus estudios histricos recopillos datos de prncipes aztecas y de los indios ms instruidos en antigedades,sobre la historia, literatura oral, agricultura, artes, creencias, ritos religiosos,mitos, msica, costumbres y otros valiosos datos del Mxico anterior a Corts.Su monumental obra de ttulo Historia General de las cosas de la NuevaEspaa fue terminada siendo ya octogenario, y es uno de los documentos msimportantes de su gnero. Gracias a que escribi su manuscrito en castellano yen nahualt la totalidad de la obra se ha conservado, pues solo el texto castella-no fue censurado por la Inquisicin y el texto nahualt completo fue traducido alespaol y publicado en Mxico en 1829 por Carlos Mara Bustamante y en len-gua inglesa por lord Kingsborough. Sahagn tambin public varios libros reli-giosos, entre ellos un Sermonario y un Manual del cristiano, una Gramticamexicana y un Vocabulario trilingue en espaol, mexicano y latn.

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    El jesuta e historiador espaol Jos de Acosta (Medina del Campo,1540-Salamanca, 1600) vivi en el virreinato del Per entre 1572 y 1586,donde fue rector del Colegio de Lima y fund el Seminario de San Martn.En los aos 1586 y 1587 vivi en el virreinato de Nueva Espaa. Regresa Espaa y en 1590, siendo visitador de las provincias de Aragn y

  • Andaluca, public en Sevilla su Historia natural y moral de las Indiasdonde estudia el medio fsico y cultural de Hispanoamrica. En 1592 fueprepsito en Valladolid y desde 1597 rector del Colegio de Salamanca.

    El carmelita e historiador Antonio Vzquez de Espinosa (Jerez, ? -Sevilla, 1630) tambin recorri los virreinatos de Nueva Espaa y Per yrecogi abundante informacin para su obra Compendio y descripcin delas Indias occidentales, cuyo manuscrito se conserv en la BibliotecaVaticana (Coleccin Barberini n 3584), y no se public hasta 1924 eningls y hasta 1948 en castellano.

    Aunque su obra pertenece al siglo XVII, el jesuta Bernab Cobo(Lopera, Jan, 1572-Lima, Per, 1659), marcha a Santo Domingo en1596. Recorre las Antillas, Mxico y Per estudiando su geografa, clima,riquezas naturales, plantas, animales, etc. durante ms de medio siglo,para su obra Historia del Nuevo Mundo de 47 tomos, que termin en 1653.Tambin escribi Fundacin de Lima, conservado en la Biblioteca deColombia. A su muerte el manuscrito no fue publicado. Mucho tiempodespus fueron localizados en una biblioteca de Sevilla 10 volmenesconsecutivos por el historiador Muoz, de los que sac una copia quedeposit en el Archivo de Indias y continu indita hasta que en 1890 fuepublicada en cuatro volmenes por D. Marcos Jimnez de la Espada. Ensu homenaje, por las plantas que descubre en su obra, Cavanilles le dedi-c el gnero Cobaea.

    Expedicin de Francisco Hernndez a Nueva Espaa (1570-1577)

    En 1570 el rey Felipe II envi a Nueva Espaa (Mxico) a su mdicode cmara y protomdico Francisco Hernndez (Toledo, 1517-1587) conobjeto de estudiar la historia natural americana en relacin con la medicina.Esta fue la principal y ms ambiciosa expedicin del siglo XVI. Durante lossiete aos que trabaj all, Hernndez profundiz en conocer las enseanzasacumuladas y transmitidas de la medicina prehispnica, contrastando eseconocimiento con el saber occidental. Conoci el legado botnico de la cul-

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  • tura nhuatl y la utilizacin que de ella hacan los mdicos indgenas titi-ci, recolectando en sus exploraciones las plantas que utilizaban para ser dibu-jadas por un grupo de pintores indios. Escribi una obra impresionante, 24volmenes sobre plantas, diez tomos de imgenes y dibujos, uno sobre ani-males y otro sobre minerales que reflejaban magistralmente la flora yfauna mexicana, que trajo a Espaa para ser publicada. Era el rendimien-to de una expedicin que segn estim Jos de Acosta en su obra Denatura orbis novae haba costado a la Corona la enorme suma de 60.000ducados. Hernndez tambin herboriz en Castilla y Andaluca y preparuna traduccin con anotaciones de la Historia Natural de Plinio cuyomanuscrito se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid.

    El manuscrito de Hernndez sobre la historia natural mexicana fueconservado en el monasterio del Escorial. Debido a que la obra incluanumerosas descripciones de plantas desconocidas y con nominacionesincomprensibles, el rey Felipe II orden preparar una compilacin del textoal mdico italiano Nardo Antonio Recchi para su publicacin. Recchi agru-p las descripciones de las plantas en ocho grupos ordenados segn sumorfologa comn y destacaba aquellas plantas que se consideraban tilespara combatir la lues o mal francs que se extenda por Europa. Entre lasplantas americanas recordamos el guayaco o palo santo, la zarzaparrilla, elblsamo de Per, la Nux vmica (Mahuatl Quauhtlepatli), la granadilla oflor de la pasin, las plantas alucingenas usadas en rituales como laOloliuqui, el peyote, el Maguey metl, y Hernndez reconoce entre las plan-tas mexicanas Nazcazocl a la datura y al Tlapatli con el estramonio. Entrelas alimenticias cita al Matzatli conocida como pia o anans, el Cacahuatlo cacao, el Tlaolli o maz.

    Al morir Recchi su recopilacin qued indita y, posiblemente, porsu sobrino Marco Antonio Petilio, lleg a ser propiedad del prncipe ita-liano Federico Cesi, fundador de la Academia de los Lincei. Esta recopi-lacin es la que ha permitido conocer la obra de Hernndez, pues lamen-tablemente el manuscrito original de Hernndez se perdi en el incendiodel Escorial de 1671. Fue publicada primeramente en Mxico en 1615 porel dominico Francisco Ximnez, quien siendo empleado de la botica delhospital de Oaxtepec obtuvo una copia en latn del texto preparado por

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  • Recchi, lo tradujo al espaol y lo public con el ttulo Quatro libros de laNaturaleza, y virtudes de las plantas y animales que estn reunidos en eluso de Medicina en la Nueva Espaa, y el Mtodo, y correccin, y prepa-racin, que para administrallas se requiere con lo que el Doctor Fran-cisco Hernndez escribi en lengua latina. Muy util para todo gnero degente q vive en estacios y Pueblos, do no ay Medicos ni Botica. Traducidoy aumentados muchos simples y compuestos y otros muchos secretos cura-tivos, por Fr Francisco Ximenez, hijo del convento de S. Domingo deMxico, Natural de la Villa de Luna del Reino de Aragn.

    Una copia del manuscrito fue conservada en el Colegio de laCompaa de Jess de Madrid. Una parte de los manuscritos fueron reco-gidos por el jesuta Nieremberg en su obra Curiosa filosofa y tesoro demaravillas de la naturaleza examinada en varias cuestiones naturales,publicada en Madrid en 1630 y posteriormente en versin latina en Am-beres en 1635. (lvarez, 1987)

    En Italia los miembros de la Academia de los Lincei entre 1610 y1625 trabajaron en la copia conservada por el principe Cesi y prepararonuna edicin que se public hacia 1651, aunque elegante y de escasosejemplares bajo el ttulo Rerum medicarum Novae Hispaniae Thesaurus.La difusin de esta obra en Europa dio a conocer una naturaleza descono-cida que permita superar tanto los lmites geogrficos, como los lmitesestablecidos en la cultura grecolatina occidental y recogidos en la obra deDioscrides, abriendo el camino de los hombres renacentistas a la experi-mentacin y observacin de la naturaleza. (Marini, 1991).

    En Espaa en 1790 se public la conocida como edicin matriten-se de la obra hernandiana, gracias al hallazgo del ejemplar conservado enel colegio de los jesutas. El texto en versin original latina y sin ilustra-ciones fue publicado en tres volmenes bajo el ttulo De historia planta-rum Nova Hispaniae, por el primer catedrtico del Jardn Botnico donCasimiro Gmez Ortega. El hallazgo del ejemplar de Madrid fue un est-mulo fundamental para que a finales del siglo XVIII se hiciese realidad laReal Expedicin Cientfica a Nueva Espaa.

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    En Mxico la vida y obras de Hernndez han sido objeto de unaimportante investigacin en los siglos XIX y XX. Tras el magistral estu-dio del historiador Germn Somolinos, la Universidad Nacional Autno-ma promovi la publicacin de su obra en 6 volmenes entre 1960 y 1976(Lozoya, 1984).

    Debemos destacar un aspecto importante. Solamente las obras delcronista Fernndez de Oviedo, las primeras sobre el Nuevo Mundo, y la

    Fig. 2. Portada de la edicin matritense de 1790 de la obra de Francisco Hernndez

  • de Acosta, fueron publicadas inmediatamente despus de ser escritas.Tanto las de Hernndez, a pesar del inters del Rey, como las restantesdebieron esperar muchos aos a ser editadas. Se retras la divulgacin desus aportaciones y la trascendencia que por su importancia merecan teneren la historia de las Ciencias. Este hecho se repite y va a condicionar ladifusin y el conocimiento de la mayor parte de la produccin cientficade los naturalistas espaoles en Amrica.

    Por diversas y complejas circunstancias, Espaa interrumpi su tradi-cin cientfica anterior y no particip en la denominada revolucin cientficadel Siglo XVII. Para incorporarse hubo de esperar a los nuevos tiempos delreformismo borbnico y la poca de la Ilustracin durante el siglo XVIII,siguiendo a Europa en su inters por nuevos proyectos cientficos.

    LAS EXPEDICIONES CIENTFICAS DURANTE ELSIGLO XVIII: LA EDAD DE ORO DE LAS

    EXPEDICIONES ILUSTRADAS

    Como consecuencia de los avances cientficos del siglo anterior, elconocimiento de la realidad se fundament en la observacin y la experi-mentacin cientfica, lo que a su vez permiti obtener nuevas fuentes derecursos para aumentar la riqueza de las naciones. El imperio espaol, porla extensin de sus dominios en Amrica y el Pacfico y sus importantesriquezas naturales, le hizo merecer la atencin de otras naciones no slodesde el aspecto poltico o estratgico, sino tambin desde el punto devista cientfico. Las naciones europeas solicitaron la colaboracin deEspaa en sus proyectos de investigacin, lo que nos permiti estrecharlas relaciones con cientficos e instituciones europeas. A consecuencia deello e integrado dentro de una poltica global de modernizacin de lanacin y sus instituciones militares y acadmicas se crean el Colegio deGuardiamarinas de Cdiz, el Observatorio Astronmico, el Jardn Bot-nico, las Reales Academias, los Colegios de Ciruga, etc. se plante la

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  • necesidad de nuevos proyectos. El conocimiento de la realidad del impe-rio era necesario para su mejor gobierno y control, lo que obligaba a resol-ver numerosas cuestiones de carcter cartogrfico, nutico, estratgico,astronmico o naturalista. A la necesidad de mejorar su defensa y comu-nicaciones, se sumaba la de establecer los lmites de sus fronteras, el inte-rs por la mejor explotacin de sus riquezas naturales, y las condicionesde vida de sus gentes. Por ello se realizaron numerosas expediciones, prin-cipalmente durante el reinado de Carlos III, en las que se combinaronobjetivos polticos, geogrficos y comerciales, con otros especficamentecientficos y tcnicos, constituyendo uno de los esfuerzos culturales msimportantes de la Espaa de la Ilustracin, aunque por la naturaleza deeste trabajo analizaremos ms detenidamente aquellas ms especfica-mente naturalistas.

    Durante el reinado de Felipe V, se realizan dos expediciones deinters, la expedicin geodsica hispano-francesa al reino de Quito y laexpedicin cartogrfica de Quiroga a la Patagonia.

    Expedicin geodsica hispano-francesa al Ecuador (1735-1742)

    La primera expedicin en que participa Espaa surge de un debateacadmico internacional sobre la necesidad de conocer la verdadera formade la Tierra. La Academia de Ciencias de Pars solicita a Espaa autoriza-cin para enviar a un grupo de cientficos a la proximidad del Ecuadorpara medir el grado de meridiano y cotejar sus resultados con las obteni-das en el Crculo Polar en Laponia por el grupo dirigido por PierreMoreau de Maupertuis. El Consejo de Indias decidi aceptar la propuestapero aconsej al Rey que deban asistir junto a los acadmicos francesesuno dos espaoles entendidos en matemticas y astronoma, siendo ele-gidos los marinos Jorge Juan Santacilia (Novelda, 1713-Madrid, 1773 ) yAntonio de Ulloa de la Torre-Giral (Sevilla, 1716-Cdiz, 1795). Amboscolaboran con el matemtico francs Louis Godin, bajo la direccin del

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    marino francs Charles de La Condamine. Se desarrolla desde 1735 hasta1742 y adems de realizar la medicin del meridiano, determinando elachatamiento de la Tierra en los polos, conforme a las instrucciones reci-bidas del marques de la Ensenada, realizan mediciones cartogrficas,astronmicas, hidrogrficas y estudios botnicos, geolgicos, arqueolgi-cos y otros de carcter comercial, poltico o social. Entre los estudios rea-lizados destaca la atencin que Antonio de Ulloa dedic a la platina, metalblanco parecido a la plata, de difcil manipulacin, que los espaoleshaban observado en Mxico y Amrica del Sur que contaminaba el oro.Ulloa lo encontr en 1735 en las arenas aurferas del ro Pinto en Choco(Nueva Granada), fue el primero que estudi sus propiedades y lo descri-bi en 1748 en la Relacin Histrica del viaje a la Amrica Meridional,por lo que se le considera el descubridor del platino.

    A su regreso, adems de remitir los correspondientes informes aEnsenada, el Rey aprob la propuesta de que cada uno publicase una obraque permitiese contrastar sus datos entre s y con los publicados por laAcademia de Ciencias de Pars y la Real Sociedad de Londres. Jorge Juanpublic en 1747 Observaciones astronmicas y fsicas y Ulloa los cuatrotomos de su Relacin histrica del viaje a la Amrica Meridional, que setermin de publicar en 1748. Un ao ms tarde apareci la Disertacinhistrica y geogrfica sobre el meridiano de demarcacin entre los domi-nios de Espaa y Portugal. Adems ambos autores escribieron en 1747sus Noticias secretas de Amrica, obra de denuncia de diversas irregulari-dades observadas y su propuesta de solucin (Ramos Gmez, 1991).

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    Fig. 3. Retrato del marino Jorge Juan

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    Expedicin de Jos Quiroga a la Patagonia

    Entre 1745 y 1746 se realiz la expedicin del jesuta Jos QuirogaMndez (Fabal, Pontevedra, 1797-Bolonia, Italia, 1784) a la Patagonia, con lafinalidad de estudiar aquellas costas para establecer fortificaciones para evitar

    Fig. 4. Retrato del marino Antonio de Ulloa

  • ataques, vigilar los movimientos ingleses en aquella zona, de tanto inters estra-tgico por el paso entre los dos ocanos, adems de establecer nuevas misionesy evangelizar la zona. Participaron los pilotos Diego Varela y Basilio Ramrez,y los jesutas Cardiel y Strobel. La expedicin parti el 5 de diciembre de 1745a bordo de la fragata San Antonio desde Buenos Aires. Hicieron escala enPuerto Deseado, Santa Cruz y San Julin. De vuelta a la baha de Camarones elpadre Quiroga logr cartografiar correctamente aquellas costas y conocer mejorla geografa de la regin y sus habitantes. Desde San Matas regresaron aBuenos Aires el 4 de abril de 1746, pero no se logr evitar que los ingleses seestablecieran en las Islas Malvinas.

    En 1752 Quiroga acompa al marqus de Valdelirios como miem-bro de la comisin de lmites con Portugal. Expulsado de Espaa en 1767se march a Bolonia donde public la Relacin diaria que hace al Rey N.Sr. el P. Quiroga de la Compaa de Jess, del viaje que hizo de orden deS. M. a la costa de los Patagones en el navo San Antonio, mandado porD. Joaqun Olivares, que sali del Ro de la Plata, siendo gobernador ycapitn general de esta provincia D. Jos de Andonaeguim el ao 1745.Adems de numerosos manuscritos de estudios geogrficos y mapasinditos de las regiones sudamericanas, escribi el Tratado del arte ver-dadero de navegar por crculo paralelo a la equinoccial, Un tratadillo alfin sobre la aguja de mareas y el Modo de hallar la longitud en el mar porel sol, luna, planetas y estrellas fijas.

    Durante el reinado de Fernando VI (1746-1759) se realizan variasexpediciones para demarcacin de lmites territoriales con objeto de cum-plir el Tratado de 1750 con Portugal, pero adems son aprovechadas paraestudiar la naturaleza de aquellas regiones.

    Entre 1751 y 1760 la expedicin al Paraguay del marqus deValdelirios, el peruano Gaspar Munibe y Tello (1711-1793) estudia lazona de los ros Paran, Papir e Ibicuy para el establecimiento de lmitescon Portugal. Una consecuencia fue la posterior orden de traslado de lasmisiones guaranes de los jesutas de esta zona, lo que desencaden lasublevacin de los indios apoyados y asesorados por los religiosos, quedetermin el fin de la Compaa de Jess en el Paraguay.

    LAS EXPEDICIONES ESPAOLAS EN EL NUEVO MUNDO Y SUS APORTACIONES 21

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    Expedicin de lmites del Orinoco de Iturriaga y la Expedicin deHistoria natural de Lofling a Cuman

    Entre 1754 y 1761 otra expedicin al mando del general y directorde la Real Compaa Guipuzcoana de Caracas Jos de Iturriaga (Azpeitia,Guipzcoa, 1699-Isla Margarita, Venezuela, 1767) reconoce los lmites dela zona comprendida entre los ros Orinoco y Amazonas en Venezuela. Seexplor la Guayana y se levantaron planos de sus costas. Recorrieron lascuencas de los ros Apure, Meta, Casiquiare y del Alto Orinoco. En lasregiones de Cuchivero y del Canta se fundaron las poblaciones venezola-nas de Ciudad Real o Altagracia y Cuchivero encargadas de su defensa.Con objeto de estudiar la botnica de aquella zona, fue agregado el bot-nico sueco Pehr Lofling (Tollforsbrug, 1729-Venezuela, 1756) al frentede la conocida como expedicin de Historia Natural a Cuman, que sedesarroll entre los aos 1754 y 1761, y que realiz la primera cataloga-cin botnica en la Amrica hispana.

    El fracasado intento de la Corona de traer a Linneo para dirigir enEspaa una Academia de Ciencias, se compens con el envo de su disc-pulo Pehr Lofling, quien haba publicado en Upsala su obra Gemmaearborum (1749) y durante dos aos herboriz en la pennsula antes de par-tir hacia Venezuela en febrero de 1754. Le acompaaron entre otros losdibujantes Bruo Salvador Carmona y Juan de Dios Castel. En abril laexpedicin llega a Cuman, capital de Nueva Andaluca en cuya costarecogi numerosas aves, anfibios y peces durante los primeros meses, ade-ms de comenzar a reunir los materiales de su Flora Cumanensis, en laque describe ms de 300 especies procedentes de las regiones de Cuma-n, Ipure, Macarapan, Cunamacoitia y las misiones del Piritu en el roUnare. Recorri el ro Orinoco y tambin la Guayana. Estudi la abun-dante y peculiar ictiofauna del Orinoco de la que se conservan ms demedio centenar de lminas con sus descripciones y nomenclaturas, tantoindgena como la utilizada por los espaoles. En septiembre enferm defiebre tropical y falleci en febrero de 1756 en San Antonio de Caron.

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    El conjunto de aproximadamente 1.700 pginas de lminas y notastras su muerte fueron remitidas al Jardn Botnico de Madrid, donde que-daron a cargo de su subdirector Jos Hortega (1703-1761), boticario de laCasa Real y examinador del Protomedicato. Linneo intent conseguir los

    Fig. 5. Retrato de S.M. el Rey Carlos III por Mengs. Carlos III fue el patrocinador de las gran-des expediciones botnicas de la poca de la Ilustracin

  • manuscritos de los trabajos de su discpulo, pero slo consigui una partede las notas que le fue facilitado por Hortega, publicndola junto con lacorrespondencia de su discpulo bajo el ttulo de Iter hispnicum enEstocolmo en 1758, que fue traducida al espaol por Ignacio de Asso ypublicada en 1802. Del resto de los manuscritos, Hortega encarg la cus-todia y estudio para ser publicados a su sobrino Casimiro Gmez Ortega(1741-1818), que trabaj en ellos pero no los lleg a publicar, pues segnparece tradujo al castellano el libro y redact dos tomos tras consultar laobra de Lofling, pero estas obras no han sido localizadas. Si se conser-van 200 dibujos en su mayora de temas botnicos, aunque algunos tam-bin zoolgicos.

    El herbario de Lofling intent conseguirlo sin xito Linneo. Alparecer fue cedido por Gmez Ortega al botnico Jean Baptiste Aublet y,tanto el herbario americano como el reunido en Espaa, hoy se hallan per-didos. Aunque no se public el conjunto de su obra, sus aportaciones enlos campos botnico e ictiolgico de las costas espaolas y de las ameri-canas de Cuman y del ro Orinoco le hacen merecedor de un lugar dehonor entre los estudiosos de la Historia Natural (Pelayo Lpez, 1991;Puerto Sarmiento, 1991).

    Durante el reinado de Carlos III entre 1759 y 1788, se promovie-ron una veintena de expediciones cientficas tanto de iniciativa nacionalcomo internacional, con el denominador comn de que la mayora tuvie-ron un objetivo pluridisciplinar que hace difcil su catalogacin (Lucena,1991). Aunque algunas se recuerdan por sus aportaciones botnicas, tam-bin se estudiaron animales y minerales, se realizaron observacionesastronmicas y fsicas e incluso estudios etnogrficos sobre costumbres,ritos religiosos y utensilios de los indios. Estas expediciones fueron elresultado de un verdadero proyecto reformista del Estado para monopoli-zar el comercio colonial y poder competir con las potencias europeas. Elloexiga conocer e inventariar los posibles recursos naturales que pudierantener utilidad mdica industrial y tener un aprovechamiento comercial.Fue un proyecto ambicioso y con objetivo fijado a largo plazo. Su reali-dad es una demostracin del empeo de Espaa de poner fin a su aisla-miento cientfico e incrementar su prestigio nacional. Tal como afirma el

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    profesor Puerto Sarmiento (1988), el proyecto ilustrado de las expedicio-nes constituye uno de los proyectos cientficos internacionales msimportantes que ha protagonizado nunca el Estado espaol.

    En conjunto era una empresa ideada como beneficiosa para Espaay para sus colonias, pero ordenada e impuesta desde la pennsula comocorresponde al despotismo ilustrado con que se gobierna. Dirigido y coor-dinado desde la Secretara de Estado y el Ministerio de Indias, en su rea-lizacin se integran la Marina y las principales instituciones naturalistasmetropolitanas, el Real Jardn Botnico de Madrid, el Real Gabinete deHistoria Natural, la Real Botica y el Protomedicato. El principal impulsordel proyecto fue don Casimiro Gmez Ortega (Alcover de Tajo, Toledo,1741-Madrid, 1818), catedrtico primero del Real Jardn Botnico madri-leo hasta 1801, examinador perpetuo de la Audiencia de Farmacia yBoticario Mayor honorario, gracias al respaldo del Secretario de Estado,el Conde de Floridablanca, Jos Moino y Redondo (Murcia, 1728-Sevilla, 1808) y del secretario de Indias Jos de Glvez (Vlez Mlaga,1729-Madrid, 1787). Desde su posicin hegemnica en la Farmacia de lapoca, Gmez Ortega tuvo el control directo o indirecto sobre las expedi-ciones. Fue el encargado de redactar la Instruccin sobre el modo msseguro de transportar plantas vivas por mar y tierra a los pases ms dis-tantes (Madrid, 1779). El principal objetivo del proyecto del primer cate-drtico es conseguir nuevos recursos teraputicos por medio del conoci-miento de las riquezas naturales americanas. En Filipinas persigue la acli-matacin y cultivo de plantas con inters comercial, especialmente lacanela. En 1792 la prdida del poder de Floridablanca le hacen perder suinfluencia y en 1801 es sustituido al frente del Real Jardn por AntonioJos Cavanilles (Valencia, 1745-Madrid, 1804), lo que tendra conse-cuencias negativas para la continuidad y los resultados de tan ambiciosoproyecto.

    Entre la veintena de expediciones algunas son menos conocidascomo la hispano-francesa de 1768 a California con objeto de medir elpaso de Venus por el disco solar, lo que permitira en 1771 ayudar a deter-minar la distancia de la Tierra al Sol, las expediciones enviadas por elvirrey del Per al Pacfico en la dcada de 1770 para reafirmar la sobera-

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    na espaola, que permitieron descubrir la isla de Pascua, o las explora-ciones de la costa americana del Pacfico para frenar los intereses demos-trados por Rusia sobre aquellas tierras. Sin embargo tres son las expedi-ciones ms destacables por la importancia de sus resultados botnicos.Son las de Dombey, Ruiz y Pavn de 1777 al Per, la de Celestino Mutis en elNuevo Reino de Granada autorizada en 1783, y la de Sess y Mocio de 1787a Nueva Espaa, que por su pretensin de reanudar la labor all realizada porFrancisco Hernndez, hace a sta continuadora de la tradicin cientfica espa-ola del siglo XVI.

    La inversin econmica que para el Estado supuso aquel magnfico ycostossimo proyecto no ha sido evaluado, aunque puede ayudarnos a su valo-

    Fig. 6. Puerta del Real Jardn Botnico de Madrid. Fue inaugurado por S.M. el Rey Carlos III.Su director y primer catedrtico don Casimiro Gmez Ortega control la organizacin de las

    expediciones botnicas de la Ilustracin. En l se conservan las colecciones y herbarios proce-dentes de las expediciones

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    racin la referencia de la estimacin que hizo el sabio alemn Alejandro deHumboldt al considerar que slo en las tres expediciones botnicas citadasEspaa invirti dos millones de francos, cantidad muy superior a la gastada porningn otro gobierno europeo (Humboldt, 1811).

    Junto con las tres grandes expediciones, tambin merece ser conocida laactividad desarrollada por dos farmacuticos: el aragons Juan Diego delCastillo comisionado para el estudio de la flora de Puerto Rico, como agregadoa la expedicin de Nueva Espaa y el esfuerzo realizado por Juan de Cuellar enFilipinas para procurar el cultivo y comercializacin de plantas.

    Expedicin de Dombey, Ruiz y Pavn al Per y Chile (1777-1788)

    La expedicin al Per de 1777 surgi de la iniciativa francesa deenviar al botnico Joseph Dombey (Macn, 1742-Montserrat, PequeasAntillas, 1792) a Amrica. Carlos III accedi a condicin de que le acom-paasen botnicos espaoles. Gmez Ortega eligi a dos discpulos suyos:los botnicos Hiplito Ruiz Lpez (Belorado, Burgos 1754-1816) y JosAntonio Pavn Jimnez (Casatejada, Cceres, 1755-Madrid, 1840). Ruiz,tras estudiar latn con el cura de su pueblo, fue enviado a la corte a estu-diar lgica, fsica, qumica y botnica, a la vez que practicaba la farmaciacon un to suyo. Pavn despus de cursar Humanidades en el Colegio deSanto Toms de Madrid, estudi Ciencias Naturales y se especializ enbotnica con Gmez Ortega. En la expedicin les acompaaron los dibu-jantes Jos Brunete e Isidro Glvez. Recorrieron durante once aos losvirreinatos del Per que inclua tierras de los actuales Bolivia y Ecuadory de Chile. La expedicin lleg a El Callao en marzo de 1778, herbori-zando inicialmente en la proximidades de Lima y despus en la zona de losAndes, en Chinchn, en el valle alto del ro Huara, la provincia de Tarma,donde encontraron numerosos objetos etnogrficos. A comienzos de 1780viajan hacia Huanuco, en la Amazonia, estudiando all la quina, la coca yel caucho. Cerca de Cuchero supieron que iban a ser atacados por losindios chunchos y regresaron a Lima. A final de ao les sorprende la suble-vacin de Tpac Amaru. El temor a que se extendiese la revolucin aEcuador, les hizo dirigirse a Chile en 1781. Herborizan en Concepcin y

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    Santiago de Chile y estudian la araucaria. Dombey fue consultado sobre laviabilidad de explotaciones mineras en el norte del pas. A finales de 1784marchan desde Valparaso a El Callao. Dombey enferm de escorbuto ydisentera, regres a Espaa en el navo el Peruano, y lleg a Cdiz enfebrero de 1785. Todo su equipaje y pertenencias, en 72 cajas de magnfi-cas colecciones, fueron rigurosamente registradas por orden de GmezOrtega, lo que motiv su enemistad hacia l.

    Los espaoles continuaron en Per. Fueron agregados dos aprendi-ces, el botnico Juan Tafalla y el dibujante Francisco Pulgar, y estudiaroncon detalle los bosques de quinos y la mejora de su cultivo, produccin ypropiedades febrfugas. Un envo de 170 cajones embarcado en el navoSan Pedro de Alcntara se perdi al hundirse cerca de las costas dePortugal. En conjunto identificaron y clasificaron 3.000 especies de plan-tas, dibujando 2.254 lminas de plantas y 24 de animales. Tambin reco-gieron un abundantsimo herbario del cual se conservan en Madrid 10.000pliegos, existiendo otra parte importante repartida entre los principalesjardines y museos del mundo, que fueron cedidas o intercambiadas.

    Hiplito Ruiz dedic especial atencin a la experimentacin far-macolgica y estudi las propiedades febrfugas del extracto de quina, lasantihemorrgicas del extracto de raz de ratania (Kraemera triandra)segn las experiencias realizadas en Lima y Huanuco, las propiedades delyallhoy (Monnina polistachya) y del rizoma de calaguala (Polypodiumcalaguala), propiedades que seran comprobadas posteriormente enMadrid. Para Per la expedicin aport la creacin de una ctedra deBotnica (de simples o Materia Mdica) en Lima por Cdula Real de 18de marzo de 1787, pero esta reforma tropez con una fuerte oposicin porlas autoridades coloniales. En marzo de 1788 embarcan en el Callao condestino a Espaa.

    En Espaa Ruiz y Pavn trabajaron desde su llegada en la OficinaBotnica con los materiales que pudieron reunir de cuanto haban remi-tido. De sus estudios sobre la quina Hiplito Ruiz public en Madrid en1792 una Quinologa, o tratado del rbol de la quina o cascarilla, con sudescripcin y la de otras especies de quinos nuevamente descubiertas en

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    el Per; del modo de beneficiarla, de su eleccin, comercio, virtudes, yextracto elaborado con cortezas recientes, y de la eficacia de ste, com-probada con observaciones; a que se aaden algunos experimentos chi-micos, y noticias acerca del Anlisis de todas ellas. Sobre este tema,public con Pavn en 1801 en Madrid Suplemento a la Quinologa, en el

    Fig. 7. El botnico don Hiplito Ruiz Lpez (1754-1816)

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    qual se aumentan las especies de quina nuevamente descubiertas en elPer por Don Juan Tafalla, y la quina naranjada de Santa Fe, que inser-t Don Francisco Zea en los Anales de Historia Natural, y la Satisfaccina los reparos o dudas del ciudadano Jussieu sobre los gneros del pr-dromo de la flora del Per y Chile.

    En 1794 Ruiz y Pavn publicaron en Madrid, Florae Peruvianae etChilensis Prodromus sive novorum generum plantarum. Descripciones ylminas de los nuevos gneros de plantas de la Flora del Per y Chile. amodo de avance sobre sus principales aportaciones y los nuevos gnerosbotnicos descubiertos. Despus de que se encarga el control del proyec-to de publicaciones a Zenn Alonso, se vuelve a estimular la publicacinde las obras y en 1798 apareci publicado el Sistema vegetabilium floraePeruvianae et Chilensis, donde se corrige el Prodromus, y el primer volu-men de su monumental obra Flora peruviana et chilensis, sive descriptio-nes et icones plantarum et chilensium secundum sistema Linneanum, for-mada por doce tomos y cinco suplementos, de la que seran publicadostres tomos hasta 1802, pero de nuevo, la falta de inters oficial y de res-paldo econmico hizo que no se continuara publicando.

    Hiplito Ruiz adems de pertenecer al Real Jardn Botnico, tam-bin fue miembro de la Real Academia Mdica Matritense y public ensus Memorias sus estudios sobre la quina, la raz de ratania y la calagua-la. En 1796 public Disertacin sobre la raz de ratanhia, de la calagua-la y de la china, y acerca de la hierba llamada Canchalagua, sacada delprimer tomo de las Memorias de la Real Academia Mdica de Madrid, dela que volvi a publicar otra edicin en 1799, Disertacin sobre la raz dela ratnhia, especfico singular contra los fluxos de sangre, que se inser-t en el primer tomo de la Real academia Mdica de Madrid, y se ilustranuevamente con notas y con la estampa de la planta. En 1797 son publi-cadas su Memoria sobre la Raz de China descubierta en el Per y suMemoria sobre la legtima calaguala y otras dos races que con el mismonombre nos vienen de la Amrica Meridional. En 1805 Ruiz public enMadrid su Memoria sobre las virtudes y usos de la planta llamada en elPer bejuco de la estrella y la Memoria de las virtudes y usos de la razde la planta llamada yallhoy en el Per.

  • Una relacin detallada de la expedicin fue escrita por HiplitoRuiz y su manuscrito qued indito a su muerte. Una de las copias en pro-piedad de su familia, fue localizada y revisada por el padre agustinoAgustn Jess Barreiro, vocal de la Comisin de estudios retrospectivos deHistoria Natural de la Real Academia de Ciencias Exactas, Fsicas yNaturales de Madrid, quien la public en 1931 en Madrid, con el ttuloRelacin del viaje hecho a los Reinos del Per y Chile por los botnicosy dibujantes enviados para aquella expedicin, extractado de los diariospor el orden que llev en estos su autor, don Hiplito Ruiz. Esta obra fuetraducida al ingls por B.E. Dahlgren y publicada en Chicago en 1940. Deesta misma obra existan otras dos copias posteriores, revisadas y amplia-das por D. Hiplito, que sin saber cmo, pasaron a propiedad del botni-co ingls Aylmer Bourke Lambert. Posiblemente fuesen cedidas o vendi-das por Pavn, con quien mantuvo relacin y correspondencia, tal comodemuestran las cartas que se conservan en los Reales Jardines Botnicosde Londres en Kew. A la muerte de Lambert fueron subastadas con su her-bario y adquiridas por el British Museum, que las conserv inditas en subiblioteca. Esta versin definitiva fue publicada en Madrid en 1952, comosegunda edicin de la anterior, por el Dr. Jaime Jaramillo Arango, quehaba sido Rector de la Facultad de Medicina de Bogot y Embajador deColombia en Londres, con el ttulo Relacin histrica del viage, que hizoa los Reynos del Per y Chile el botnico D. Hiplito Ruiz en el ao de1777 hasta el de 1788, en cuya poca regres a Madrid.

    Independientemente, Pavn tambin escribi una Disertacin bot-nica sobre los gneros Tovaria, Actinophylum, Araucaria y Salvaria,publicada en las Memorias de la Real Academia Mdica de Madrid en1797, y una Nueva quinologa indita.

    En 1964 el profesor Arthur Robert Steele de la Universidad Dukede Carolina del Norte public el libro que sera traducido al espaol ypublicado en Barcelona en 1982 con el ttulo Flores para el Rey: la expe-dicin de Ruiz y Pavn (1777-1788) y la Flora del Per.

    En conjunto, la expedicin de Ruiz y Pavn fue una de las msprovechosas y Don Hiplito Ruiz merece ser recordado entre los farma-

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    cuticos ms importantes de nuestra historia. De las semillas enviadas casitodos los aos de la expedicin al Jardn Botnico de Madrid, figuran untotal de 1.829 siembras registradas entre los aos 1782 hasta 1809, corres-pondientes a plantas de uso medicinal, industrial, alimentario y florstico,principalmente.

    Fig. 8. Portada del libro sobre el viaje a Per y Chile de D. Hiplito Ruiz, publicado en Madriden 1952

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    En lo que respecta al conocimiento de plantas medicinales, delestudio de las obras escritas por los dos autores se observa una dedica-cin complementaria de ambos: Ruiz es el farmacognosta, se interesms por los aspectos de utilidad teraputica, mientras Pavn lo hizo mspor la clasificacin taxonmica. Entre las numerossimas plantas reco-gidas en la expedicin, en la relacin histrica del viaje escrita por Ruiz,se recogen 151 especies diferentes de plantas medicinales (Ruiz, 1952)En conjunto, tal como las recogieron sus autores, se han registrado 682aplicaciones teraputicas diferentes. Ellos dieron denominacin botni-ca a numerosas plantas de las que se obtenan drogas: Cinchona ntida oquina peruviana, adems de establecer la diferenciacin definitiva de lasdistintas especies de quinas; Smilax purtrampuy, que se consider simi-lar a la raz de China; Polipodium calaguala para el rizoma de calagua-la; Chondodrendon tomentosum, para la raz de pareira; Gentiana can-chalagua, a la sumidad florida de canchalagua; Krameria triandra o razde ratania; la Ruizia fragans o Peumus boldo, para el boldo; Piperangustifolium, para la hoja de mtico; Smegmadermos emarginatus, alpalo de jabn o quilaya; Chioccoca brachiata, a la raz de canica.Algunas de ellas, por sus cualidades, fueron incluidas como oficinalesen distintas ediciones de nuestra farmacopea, figurando adems de cita-das las siguientes: la jalapa, Convolvulus jalapa; Agave americana, laraz de gave; Erytroxylon coca, la hoja de coca; Hevea brasiliense, elcaucho; Quassia amara, el leo de cuasia; Viola ipecacuanha, la ipeca-cuana. Sin embargo es muy significativo que tres de las plantas msdetenidamente estudiadas y cuyas propiedades farmacolgicas fuerondemostradas por Hiplito Ruiz, conservan su aplicacin teraputica enla actualidad: las quinas como antifebrfugos y antipaldicos, la raz deratania, por sus propiedades astringentes, hemostticas y antidiarreicas;y el rizoma de calaguala, de accin antiinflamatoria, antirreumtica,antioxidante y antipsoritica. (Gonzlez Bueno et al. 1991; Gonzlez etal. 1991; Rodrguez et al. 1991)

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    Real Expedicin Botnica al Nuevo Reino de Granada (1783-1816)

    La Real Expedicin Botnica al Nuevo Reino de Granada de 1783 sedebi al esfuerzo personal del mdico y sacerdote Jos Celestino Mutis nacidoen Cdiz el 6 de abril de 1732. Tras estudiar Medicina en Sevilla, en 1757 mar-ch a Madrid donde fue nombrado mdico de cmara de la corte y en el JardnBotnico del Soto de Migas Calientes fue discpulo de Miguel Bernades y reci-bi una rudimentaria instruccin botnica. En 1760 acompa como mdicopersonal al virrey Pedro Messia de la Cerda a Santa Fe de Bogot, aunque conla intencin de poder dedicarse a los estudios botnicos. En 1763 y 1764 remi-ti a Carlos III sus Representaciones intentando se dotase una expedicin paraello. Ante el fracaso de su solicitud continu dedicndose a trabajar en su obrasobre la Historia Natural de Nueva Granada, actu como corresponsal deLinneo desde 1761, remitiendo colecciones que son catalogadas y publicadasen Suecia, administr empresas mineras, regent la ctedra de Fsica yMatemticas del Colegio del Rosario. Form discpulos como Eloy Valenzuelaen Botnica y Jos Flix de Restrepo en Fsica y Matemticas. En 1772 se orde-n sacerdote y decide no regresar a Espaa con el virrey. En 1777 marcha comocapelln a Sapo en Ibage intentando el xito de la explotacin de sus minas y,en su fidelidad a la Corona, logra decapitar all la revuelta comunera de 1781.

    En febrero de ese ao Mutis conoci al nuevo arzobispo de SantaFe, Antonio Caballero y Gngora, cuando ste realizaba una visita pasto-ral en Sapo. All se inici la amistad entre ambos. En 1782 el arzobispo esnombrado Virrey y al enterarse de que se haba autorizado una expedicinalemana en Nueva Granada, autoriz a Mutis para que realizara su expe-dicin de forma provisional, con objeto de impedir que otros pudieranadelantarse a dar a conocer lo que Mutis ya haba descubierto. A su vezdecide apoyar su plan ante el Rey. Finalmente el 29 de abril de 1783 seinici formalmente la Expedicin, parti de Santa Fe hacia La Mesa deJuan Daz donde permanecen dos meses herborizando y despus se esta-blecen en Mariquita hasta 1790, donde Mutis tambin controla la explo-tacin minera de Santa Ana. Forman su equipo los botnicos EloyValenzuela y fray Diego Garca, los gegrafos Bruno Landete y JosCamblor, los pintores Pablo Antonio Garca, Francisco Javier Matiz,Antonio y Nicols Corts, Vicente Snchez, Antonio Barrionuevo y

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    Vicente Silva, su mayordomo Salvador Rizo Blanco, el caporal RoqueGutirrez, varios recolectores y un mensajero. Mutis organiza los traba-jos y el taller de pintores perfectamente. El dominio tcnico de la acua-rela atemperada les permite reflejar con absoluta fidelidad las plantas yadems detallan la composicin de las flores y frutos, lo que permite su

    Fig. 9. Retrato de D. Jos Celestino Mutis examinando un ejemplar de Mutisia. Este retrato fuereproducido en el billete de 2.000 pesetas que Espaa emiti en su honor en 1992, con motivo

    del quinto centenario del descubrimiento de Amrica

  • clasificacin. Concluyen unas 600 lminas en color y otras tantas enblanco y negro. En 1790 se traslad a Santa Fe donde las actividades con-tinuaran hasta 1816. All reclut nuevos miembros, como a los botnicosFrancisco Antonio Zea y Sinforoso Mutis, su sobrino, al gegrafoFrancisco Jos de Caldas y al qumico y zologo Jorge Tadeo Lozano.Del herbario se ocup Jos Antonio Cndamo. En Santa Fe fund laEscuela Gratuita de Dibujo. Siguiendo los criterios de Linneo comenz asistematizar la flora de Nueva Granada y fue comisionado por el Rey paraescribir la Flora de Bogot. Realizan sus trabajos de forma muy autno-ma y adems de la asignacin oficial, Mutis aporta sus fondos cuando esnecesario. As forman una biblioteca que lleg a contar con 8.000 vol-menes y se dot de un completo Observatorio Astronmico, constituyen-do as la primera institucin cientfica de Colombia, que lleg a impre-sionar al mismsimo Humboldt cuando acudi a conocer al sabio espaol.Entonces trabajaban 15 artistas permanentes, entre ellos el colombianoFrancisco Javier Matiz, de quien Humboldt consider que era el mejorpintor de flores del mundo. Del impresionante trabajo da idea el que sepintaron 6.717 lminas de plantas, adems del trabajo descriptivo y delestudio sistemtico, aunque stos menos completos, siendo deficiente ennombres cientficos y en datos fitogeogrficos. Mutis falleci el 11 deseptiembre de 1808. Le sucedi al frente de la expedicin su sobrinoSinforoso, pero los trabajos continuaron hasta 1816, aunque a un ritmomenor debido a las vicisitudes del proceso independentista de NuevaGranada.

    El material (casi toda la iconografa, unos 120 cajones de semillasy un herbario de 20.000 lminas de 2.738 txones diferentes) fue envia-do en 1817 a Espaa por el general Morillo y actualmente se conservanen el Real Jardn Botnico de Madrid, de las cuales 2.945 son coloreadas,unas 500 descripciones y 200 borradores, que se considera la mayorcoleccin de lminas botnicas producida y qued indito.

    En 1793/94 se fue publicando su obra Arcano de la Quina por entre-gas en un peridico de Santa Fe. En ella describe siete especies, cuatro deellas oficinales de las que describe su utilizacin mdica y teraputica. En elReal proyecto de estanco de la Quina (1787) intent racionalizar su explota-

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    cin, cultivo y comercio. El material iconogrfico fue comenzado a estudiaren 1881 por el colombiano Jos Triana. El estudio del herbario no comenzhasta 1932 por F. P. Killip, conservador de la Institucin Smithsoniana deWashington. En 1937 con motivo de las celebraciones del bicentenario de sunacimiento, se logra el acuerdo entre los gobiernos de Espaa y Colombiapara publicar en colaboracin la Flora de la Real Expedicin Botnica delNuevo Reino de Granada. En 1952 comienza la publicacin de la gigantescaobra, estimndose que sern necesarios ms de sesenta volmenes, con la exi-gencia de identificar las plantas a que corresponden los dibujos segn la sis-temtica y nomenclatura actuales y acompaarlos de un texto descriptivo. En2003 se public el volumen XLIX y existe el compromiso de la publicacintotal de la obra, el ms importante homenaje que podr dedicarse a Mutis ysus compaeros de expedicin. (Amaya, 1986; Gonzlez Bueno, 1995).

    Fig. 10. Lmina de Mutisia clemaris, gnero botnico que Linneo le dedic. Sus ramas se handibujado caprichosamente para que formen el anagrama de JCM. Coleccin iconogrfica de laexpedicin al Nuevo Reino de Granada que se conserva en el Real Jardn Botnico de Madrid

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    Fig. 11. Lmina de Heliconia de la colec-cin iconografica de la expedicin al Nuevo

    Reino de Granada que se conserva en elReal Jardn Botnico de Madrid

    Fig. 12. Lmina de Centronia mutisii especiededicada al sabio gaditano. Coleccin icono-grfica de la expedicin al Nuevo Reino deGranada que se conserva en el Real Jardn

    Botnico de Madrid

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    Expedicin de Juan de Cuellar a Filipinas (1785-1798)

    Surge por el inters de la Compaa de Filipinas de enviar al farma-cutico y botnico Juan Jos de Cuellar y Villanueva (Aranjuez, 1738-Vigan, Filipinas, 1801) para promover el cultivo de plantas de intersindustrial, por lo que Carlos III le nombr Botnico Real, con el encargode la recoleccin de plantas para el Real Jardn Botnico y el RealGabinete de Historia Natural. No herboriz sistemticamente, sino queestudi la aclimatacin y cultivo de especies rentables: morera para seda,algodn, caf, cacao, ail, pimienta, azcar, palo Brasil. Logr hacer llegara Espaa un barco con plantas vivas de canela y mangostn. Por RealOrden de enero de 1788 se le encarga casi en exclusiva el cultivo de cane-los en Calavang, cerca de Manila. Escribi Descripcin del rbol que pro-duce la canela de Manila (1789), que se reimprimi en el Memorial lite-

    Fig. 13. Lmina de Fillandsia. . Coleccin iconogrfica de la expedicin al Nuevo Reino deGranada que se conserva en el Real Jardn Botnico de Madrid

  • rario de julio de 1793. Contina el envi de plantas como t, nuez mosca-da arroz de secano y con sus informes, entre los que solicita la creacinde un Jardn Botnico, que fue aprobado por Real Orden en el mes de sep-tiembre, pero al no dictarse instrucciones no tuvo dedicacin cientfica odocente, sino la explotacin comercial. Finalmente la Compaa deFilipinas ante la escasa rentabilidad comercial decidi suprimir las planta-ciones hacia 1795, aunque Cuellar continu realizando envos a Madrid.Tambin remiti una coleccin de lminas de plantas que se conserva en elReal Jardn Botnico de Madrid. En 1798 se traslad a la provincia deIlocos, donde falleci en 1801 siendo alcalde de su capital Vigan.

    Real Expedicin Botnica a Nueva Espaa (1787-1803)

    Finalizando el reinado de Carlos III se organiz y aprob esta expe-dicin con el objetivo de suplir, ilustrar y perfeccionar, con arreglo alestado actual de las ciencias naturales, los escritos originales que dej elDr. Francisco Hernndez y hasta ahora no ha producido las completasutilidades que deban esperarse de ella. Su direccin fue encargada alaragons Martn Sess y Lacasta (Baraguas, Huesca, 1751-Madrid, 1808),mdico de la armada y residente en Mxico, que se haba interesado porla Botnica y que se haba dirigido a Casimiro Gmez Ortega para inten-tar que se crease una ctedra de Botnica y un jardn en la capital deNueva Espaa. Fue apoyado por el Virrey Conde de Glvez y finalmentepor Carlos III por R.O. de 27 de octubre de 1786. Para la ctedra fuedesignado Vicente Cervantes, botnico discpulo de Gmez Ortega y ade-ms farmacutico y qumico. Como botnico Juan Diego del Castillo ycomo naturalista el riojano Jos Longinos Martnez, condiscpulo deCervantes. A ellos se uni el criollo indiano espaol nacido en MxicoJos Mariano Mocio (Real de Minas de Temascaltepec, 1757-Barcelona1819), que se inscribi como alumno de la ctedra de Botnica.Comenzaron estudiando la flora del valle de Mxico, pero despus reco-lectaron plantas desde Vancouver y archipilago de Nutka, hastaNicaragua y Guatemala, la Tarahumara, Yucatn, Campeche y continuaronluego en Cuba y Santo Domingo.

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  • Sess fue director del Jardn Botnico de Mxico y su Oracininuagural que para la abertura del Real y Nuevo Estudio de Botnica dixoen esta Universidad el Director del Jardn y expediciones se public en1788 en el Memorial literario. La revista Variedades de Ciencias,Literatura y Artes public en 1805 Noticia de los trabajos cientficos deDon Martn Sess.

    El aragons Juan Diego del Castillo era Boticario Mayor del RealHospital Militar de Puerto Rico, haba enviado plantas al jardn madrileo,y ante su posible traslado a Santo Domingo, se ofreci a Gmez Ortegapara herborizar en la isla y buscar especies tiles como la nuez moscada oel guayacn. Debido a su inters y conocimientos farmacolgicos, Ortegarecomend su adscripcin a la expedicin y se incorpor en 1788. Dejescrito un trabajo sobre Plantas descritas en el viaje a Acapulco que seconserva indito. Muri en 1793 del escorbuto contrado en un viaje reali-zado con Mocio por la regin de Tarahumara (Puerto, 1988)

    La expedicin tena encomendado permanecer seis aos en Mxicoy regresaron finalmente a Espaa en 1803 con un gran herbario de ms de8.000 ejemplares y 1.335 lminas botnicas, de ellas 272 de especies nue-vas. En Espaa Sess y Mocio trabajaron en la preparacin del texto desu Flora Mexicana escrita en latn y con referencia a unas 3.500 especies,que concluyeron en 1808. Tambin prepararon otro manuscrito PlantaeNovoa Hispaniae en dos volmenes. Sess muri el 4 de octubre de 1808,quedando Mocio responsable de la custodia de los manuscritos. El desas-tre nacional por la invasin napolenica y el calvario personal sufrido porMocio, determinaron el destino final de toda la documentacin productode la expedicin.

    Debido a que Mocio, como secretario de la Academia deMedicina respald el ingreso de los mdicos del ejrcito invasor, le lleva ser considerado afrancesado y tras la retirada de Madrid de los france-ses, fue encarcelado y expulsado de Espaa. En su penosa marcha llevconsigo sus manuscritos y dibujos. En Montpellier fue socorrido porsabios franceses y alemanes. All conoci al botnico De Candolle, cuan-do ste en una clase magistral haca referencia a Mocio y su gran obra.

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  • La emocin de ambos fue indescriptible. All se inici gran amistad y alsentir que empeoraba su salud y deprimido por su situacin, Mocio leconfi la custodia de sus manuscritos y de sus 1.400 dibujos. En 1816 DeCandolle se march a Ginebra llevndose, con permiso de Mocio, todala documentacin.

    Dos aos despus, en 1818 la Academia de Medicina de Madrid lecomunica que ha sido resuelta su solicitud de repatriacin y decide regre-sar a Espaa con la esperanza de publicar su obra. Escribe a De Candollea Ginebra para que le enve sus manuscritos y dibujos. ste, antes dedevolverlas, logra reunir un grupo de 120 pintores y dibujantes que endiez das copian 1.100 lminas y envi los originales a Montpellier, con-servando 300 regalados por su amigo. Mocio regres a Espaa, llegandoa Barcelona muy debilitado y enfermo. Se aloj en casa del licenciadoJacobo Villarrutia y muri, tras ser atendido por el Dr. Rafael Esteva el 19de mayo de 1820 a los 63 aos.

    En el archivo del Real Jardn Botnico de Madrid quedaron custo-diados un manuscrito en dos tomos de 554 y 501 pginas de descripcio-nes botnicas, 118 dibujos de 37 plantas, 25 aves, 5 insectos y un mam-fero, y su herbario. El manuscrito pareca corresponder al texto de PlantaeNovae Hispaniae. De todo prepar un ndice en 1815 el bibliotecarioSimn de Rojas Clemente. El manuscrito de Flora Mexicana queMocio tena en Barcelona al morir lleg posteriormente, sin que se sepacmo, al Jardn Botnico de Madrid en cuyo archivo se encontraba en1870 cuando las autoridades mexicanas intentan su publicacin. Las dosobras fueron publicadas en Mxico, primeramente en 1887 como apndi-ce de la revista La Naturaleza, y despus en 1890 por la Secretaria deFomento en ediciones en lengua latina dirigidas por Alfonso Herrera, JosRamrez y Manuel Villada.

    El manuscrito de la Flora de Guatemala, permanece indito y biencustodiado en el Instituto de Biologa de la Universidad Nacional.

    Las lminas originales de Mocio pasaron a mediados del sigloXIX a manos de Felipe Eslava, descendiente de Jacobo Villarrutia. Desde1880 permanecieron en la biblioteca de la familia Torner, hasta 1931,

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  • cuando concluyeron las negociaciones con la Fundacin Hunt que laadquiri para la Coleccin Permanente del Hunt Institute for BotanicalDocumentation en la Carnegie-Mellon University de Pittsburgh,Pennsylvania, donde se conoce como Torner Collection of Sesse andMocio Biological Illustrations.

    Las lminas conservadas por De Candolle en Ginebra, de las cua-les unas 1100 son copias y 300 son originales regaladas por Mocio a suamigo, se conservan en la Coleccin De Candolle en 13 volmenes en elConservatoire et Jardn Botanique de Ginebra.

    Respecto al herbario de ms de 8.000 plantas recogido en laExpedicin, una parte fue donada por Pavn a otros botnicos y actualmen-te forman parte de algunas de las principales colecciones del mundo. Laparte principal de 7.100 pliegos se conserva actualmente en el Real JardnBotnico de Madrid. En 1936 fue prestado para su estudio al ChicagoNatural History Museum, con objeto de organizarlo e identificar siguiendolos criterios modernos sus plantas y publicar una relacin completa antes desu devolucin al Real Jardn madrileo (Arias, 1968; Lozoya, 1984).

    Durante el reinado de Carlos IV las exigencias de la poltica internacio-nal obligan a modificar las medidas respecto a las colonias, procurando conser-var la ya difcil integridad del imperio. Ello oblig a una nueva orientacin res-pecto a la actividad cientfica del reinado anterior y se organizaron numerosasexpediciones de carcter hidrogrfico para el mejor conocimiento de la realidadde aquellos dominios (Gutirrez, 1991). Adems de la expedicin mineralgicade los hermanos Heuland a Per y Chile (1795-1800), organizada por laSecretara de Estado con el principal objetivo del estudio de las riquezas y pro-ducciones minerales de aquellos pases, su situacin, clima, cultivos, comercioy poblacin (Arias, 1978), destacan tres expediciones espaolas por su dedica-cin cientfica: la de Malaspina de 1789, que fue organizada y autorizada en elltimo ao del reinado de Carlos III, la de Guantnamo de 1796 y la de la vacu-na de Balmis a comienzos del siglo XIX. Aunque de iniciativa privada y noespaola, tambin debe estudiarse la del alemn Alejandro de Humboldt pues-to que inform de su proyecto al Rey Carlos IV y recibi la autorizacin oficialdel Consejo de Indias.

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  • Expedicin de Alejandro Malaspina (1789-1794)

    En septiembre de 1788 el capitn de navo Alejandro Malaspina(Parma, Italia, 1754-Pontremoli, 1810) y Jos Bustamante y Guerra(Ontaneda, Santander, 1753-1825) presentan su proyecto de viaje alrede-dor del mundo, que fue aprobado por Carlos III el 14 de octubre. Fue orga-nizada por la Marina espaola con la doble finalidad poltica de buscar elprestigio derivado de un viaje de circunnavegacin de la Tierra y de con-seguir informacin del estado interno de las colonias y de la penetracinamenazante de Inglaterra y Rusia. El objetivo cientfico fue amplsimo. Sehicieron observaciones hidrogrficas, cartogrficas, astronmicas y deHistoria Natural. Sus naturalistas fueron el marino guatemalteco AntonioPineda y Ramrez (Guatemala, 1753-Badoc, Filipinas,1792) que era disc-pulo botnico de Gmez Ortega y fue elegido por Malaspina por reunirinteligencia y actividad necesaria y robusted y genio admirable, ademsde un verdadero amor al estudio, el checo Tadeo Haenke (Kreibitz,Bohemia, 1761-Cochabamba,1817), recomendado por sus profesores dela Universidad de Viena estudiaba Medicina y Botnica por su prepara-cin cientfica y cultural, pues hablaba alemn, latn, espaol, francs eitaliano, y el botnico francs Luis Ne propuesto por Pineda. Les acom-paaron tres pintores. Haenke no pudo llegar a tiempo, march en otrobarco que naufrag cerca de la costa de Amrica, se salv a nado, cruzel continente y se incorpor a la expedicin en Valparaso.

    A bordo de las corbetas Descubierta y Atrevida recorrieron toda lacosta occidental americana, cruzaron el Pacfico por las islas de Guam,Filipinas, Nueva Zelanda y Fiji, para regresar por Sudamrica a Espaa.Pineda falleci de un ataque de apopleja en la isla filipina de Luzn el23 de junio de 1792 y qued Haenke como director de Historia Naturalde la expedicin. Al regresar las corbetas a Sudamrica, debido a su malestado de salud, desembarc en Chile y no regres a Espaa. En 1794comenz sus propias exploraciones en Per. Permaneci subvencionadopor el Rey de Espaa, recorri las altiplanicies andinas y permaneciafincado en Cochabamba (Bolivia) hasta su muerte. Escribi entre otrasIntroduccin a la Historia Natural de Cochabamba, Descripcin delreino del Per, Descripcin del reino de Chile, Memoria sobre el

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  • Maran y sus afluentes, Observaciones sobre el volcn de Arequipa,Estudio de las aguas termales de Yura, Descripcin de las montaas deindios yarucares, etc.

    El resultado de la expedicin fue un xito tanto en su realizacincomo en sus objetivos y al regresar a Espaa en 1794 Malaspina fueascendido a brigadier. Present un informe en el que reclamaba una seriede reformas radicales en Amrica y escribi la relacin sobre el Viajepoltico-cientfico alrededor del mundo, encargando su correcta redac-cin en castellano al padre Gil. Al parecer, debido a las ideas expuestasen su obra y a una intriga palaciega de Godoy y de la reina Mara Luisa,sufri un proceso judicial y fue encarcelado hasta 1803. Gracias a lapeticin de Napolen fue liberado y expulsado a Italia. Esto hizo que nofuesen publicados los informes polticos ni los resultados cientficos dela expedicin.

    La expedicin trajo un herbario de unos 30.000 pliegos correspon-dientes a unas 12.000 especies vegetales y 370 dibujos. En Espaa Nepermiti la consulta y utilizacin de herbarios al botnico Cavanilles,adversario de Gmez Ortega, quien los utiliz en parte de su obra Iconeset descriptiones plantarum quae aut sponte in Hispania crescunt, aut inhortis hospitantur (Madrid,1791-1804). En el Archivo del Museo Naval,junto a la abundantsima documentacin de la expedicin se conserva elmanuscrito (Mn n 2296, folio 269-270) de Ne Relacin de los trabajosque yo Dn Luis Ne botnico de S.M. ha hecho durante la Expedicin delviage alrededor del mundo desde fines de julio de 1789 hasta 21 de Sbrede 1794 (Cerezo, 1987)

    La narracin del viaje de Malaspina no fue publicada hasta 1885, ycon motivo de la celebracin del Quinto Centenario del Descubrimiento,el Real Jardn Botnico de Madrid, edit en 1984 la obra La Botnica enla expedicin Malaspina (Saiz, 1992; Saiz,1994).

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  • Real Comisin de Guantnamo expedicin del conde de Mopox a Cuba(1796-1802)

    En agosto de 1796 el gobierno de Manuel Godoy encarga por R.O.al terrateniente Joaqun de Santa Cruz y Crdenas (1769-1807), conde deMopox y de Jaruco y subinspector general de tropas de la isla de Cuba, laejecucin de la Comisin de Guantnamo, con un triple objetivo: la cons-truccin de caminos para fomentar la agricultura y el comercio, la cons-truccin de un canal desde los montes de Gines hasta el puerto de LaHabana y la fundacin de una poblacin en la deshabitada baha deGuantnamo. Mopox acepta el cargo e indica la conveniencia de agregarun botnico que reconociese las plantas y estudiase sus aplicaciones. Trasla consulta de Godoy al intendente del Real Jardn Botnico, MarianoMartnez Malinsoga, fue propuesto el mdico y botnico Baltasar MarnBoldo, por su dominio en los tres reinos de la naturaleza, cuyo estudio sele encarg. Tambin fueron agregados el dibujante y disecador Jos Guoy Snchez, el gelogo Francisco Remrez y su ayudante Flix Bourman.

    Tras una difcil travesa, en la que algunos de los ingenieros y sumaterial fueron apresados por corsarios ingleses, llegaron en febrero de1797 a la baha de Guantnamo donde realizan reconocimientos durantetres meses. Tras ello se separaron. Remrez y su ayudante fueron a reco-nocer las minas de oro y chapapote a Holguin, mientras Boldo y Guioacompaan a Mopox a La Habana, donde les espera Martn de Sess, dela expedicin de Nueva Espaa, para trabajar juntos en esta Comisin.Fueron incorporados el mdico Jos Estvez y el excelente dibujanteAtanasio Echevarra, cuya experiencia en la expedicin de Nueva Espaasera provechosa para facilitar el reconocimiento botnico de la isla. Lostrabajos se prolongaron durante cinco aos. Boldo falleci en La Habanael 30 de julio de 1799 y qued encargado de la parte botnica JosEstvez. En abril de 1802 la Comisin regres a Espaa.

    El herbario reunido por Boldo y Estvez, de unas 2.000 lminas, seconserva en el Real Jardn Botnico de Madrid, correspondiendo muchasde ellas con las descripciones y datos de las plantas de un manuscrito de743 folios titulado Descripcin de diferentes gneros y especies de plan-

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    tas de la isla de Cuba que ha examinado la Comisin Real deGuantnamo. De esta obra Javier Fernndez Casas, Miguel ngel Puig-Samper y Francisco Javier Snchez Garca publicaron una trascripcin en1990 titulada Cubensis prima flora, que incluye los textos de las 66 lmi-nas de plantas dibujadas por Guo.

    Las 66 lminas botnicas bellamente coloreadas por Guo se encua-dernaron en un tomo conservado en el archivo del Jardn Botnico. Enotro tomo, que se conserva en el Archivo del Museo Naval de Madrid, serecogen 33 lminas de insectos y reptiles bajo el ttulo Dibujos de Insectosde la Ysla de Cuba hechos por don Jos Guo y Snchez. Las lminas deambos tomos fueron correctamente clasificadas e impresas en 1984 en unlibro publicado por Carmen Soto.

    Respecto a los materiales mineralgicos remitidos por Remrez yBourman, la mayor parte se perdieron al ser apresados por un barco ingls.Francisco Remrez escribi el estudio Anlisis de las aguas de la fuente deMadruga llamada vulgarmente La Payla, editado en La Habana en 1802, endonde utiliza el mtodo analtico del sueco Bergman. Sus trabajos mineral-gicos en la isla fueron elogiados por Humboldt. (Gomis, 1991).

    EXPEDICIONES CIENTFICAS DURANTEEL SIGLO XIX

    Aunque las expediciones realizadas en el reinado de Carlos III sue-len ser destacadas como las grandes expediciones ilustradas por susobjetivos y logros cientficos, las tres expediciones realizadas en el sigloXIX no merecen menor importancia debido a las circunstancias que carac-terizan cada una de ellas: el maravilloso humanismo de la vacunacin deBalmis, la importante comprobacin de la hiptesis cientfica deHumboldt y el renovador estmulo que para la ciencia espaola trajo laComisin cientfica del Pacfico.

  • Real Expedicin filantrpica de la vacuna de Balmis (1803-1807)

    El trascendental descubrimiento de la vacuna antivarilica porJenner, las terribles consecuencias de los brotes epidmicos que asolabanlas tierras americanas entre ellas las de Lima y Bogot de 1802, as comoel remordimiento que causaba la idea de que la enfermedad haba podidoser transmitida a Amrica por los conquistadores espaoles idea cuestio-nada por diversos autores lleva a Carlos IV a concebir el proyecto devacunar a la poblacin de Hispanoamrica y Filipinas, e incluso est dis-puesto a sufragar personalmente la empresa. Su estudio y planes organi-zativos son sometidos a la consideracin e informes de numerosos mdi-cos y fue aprobada por Real Orden de 29 de julio de 1803:

    Deseando el rey ocurrir a los estragos que causan ensus dominio de Indias las epidemias frecuentes de viruelas, yproporcionar a aquellos sus amados vasallos los auxilios quedicta la humanidad y el bien de estado, se ha servido resolverque se propague a ambas Amricas, y si fuera posible aFilipinas (), el precioso descubrimiento de la vacuna, acre-ditado como un preservativo de las viruelas naturales.

    Su objetivo es evitar los estragos de la viruela en esa poblacin yla creacin de juntas locales que difundiesen la utilizacin de la vacuna.Como director del proyecto fue designado el mdico Francisco Xavier deBalmis y Berenguer (Alicante, 1753-Alicante, 1819), que haba trabajadoen enfermedades infecciosas y redactado un opsculo sobre las propieda-des antisifilticas de la pita y la begonia, que se public en Madrid en 1794y traducido al italiano se public en Roma en 1795, conoca Amrica,puesto que haba estado en Mxico estudiando la materia mdica deNueva Espaa y en Cuba, y conoca la enfermedad y la utilizacin de lavacuna como traductor del Tratado histrico y prctico de la vacuna deMoreau de la Sarthe, y reuna las cualidades de ser un buen organizador,enrgico y tenaz. Le acompaa como subdirector Jos Salvany Lleopart ylos mdicos Manuel Julin Grajales y Antonio Gutirrez Robledo, dospracticantes y tres enfermeros. Para transportar y conservar la vacuna,debido a la gran duracin del viaje se eligi la conservacin en reservo-

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    rios humanos, por ser el ms fiable y de menor deterioro. Se seleccion ungrupo de 22 nios hurfanos de la Casa de Expsitos de Santiago deCompostela, inmunes y sanos de edades comprendidas entre 8 y 10 aos,a los que se fue vacunando paulatinamente con el virus de las pstulas devacunados la semana anterior. Fueron acompaados por la rectora de laCasa de Expsitos Isabel Sendales Gmez. Balmis redact las Instruccio-nes para la conservacin y administracin de la vacuna y para el esta-blecimiento de juntas que cuiden de ella.

    Fig. 14. Don Francisco Xavier de Balmis. Grabado de Elas Corona

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    En noviembre de 1803 la expedicin parti desde Cdiz a bordo dela corbeta Mara Pinta y recorren Puerto Rico, Venezuela, Mxico,Colombia, Ecuador, Per, Ro de la Plata, y Cuba. Las difciles condicio-nes, el clima, las reticencias de algunas poblaciones fueron difcilmentesuperadas, llegando en otras ocasiones a ser aclamados como hroes. JosSalvany muri en Cochabamba, de la actual Bolivia. En Nueva Granadase vacunaron 56.000 personas y unas 23.000 en Per. En enero de 1805 laexpedicin, con nios mexicanos, se dirigi a Filipinas y, desde all mar-ch a Macao y Cantn, desde donde la vacuna se difundi a China. En estepas Balmis estudi las plantas ms notables y prepar un lbum de dibu-jos que se conserva en el Real Jardn Botnico de Madrid en la coleccinde 1.210 lminas chinas de Balmis y Cuellar. En 1807 en su regres aEspaa la introdujeron en la isla inglesa de Santa Elena. El 14 de agosto,tras dar la vuelta al mundo lleg a Lisboa (Balaguer, 2003).

    Su importancia queda manifiesta al destacar que fue la primera vacuna-cin realizada a escala global. Jenner la defini como el ms noble ejemplo defilantropa que exista en los anales de la Historia (Alonso, 2003), lo que coin-cide con la estimacin de la profesora Elvira Arquiola (1991):

    Tal vez nunca en la historia de la medicina se ha orga-nizado una expedicin tan grandiosamente concebida, tanbien ejecutada y con tanto xito como sta. Se dice que conella el Gobierno Espaol salv probablemente ms vidas quelas que costaron las guerras napolenicas. Fue un magnficoexperimento de bienestar social y salud pblica no siempredebidamente reconocido.

    Expedicin de Humboldt y Bonpland a la Amrica equinoccial (1799-1804)

    Tras fracasar los intentos del barn Alejandro de Humboldt (1769-1859) de realizar un viaje al Alto Egipto con lord Bristol y ser aplazada laexpedicin francesa del capitn Baudin a la Amrica hispana y el Pacfico,en la que pretenda integrarse junto con su amigo el botnico AimBonpland (1773-1858), ambos decidieron venir a pasar el invierno a

  • Espaa. Por mediacin del barn de Forell, embajador de Sajonia culto einteresado por el progreso de la ciencia, consigui una entrevista con elministro don Mariano Luis de Urquijo, para efectuar a su propia costa unviaje por la Amrica hispana. En marzo de 1799 el Rey Carlos IV le reci-bi en audiencia, se inform con detalle del proyecto y le recomienda pre-sentar una memoria al Secretario de Estado. El apoyo de Urquijo y de JosClavijo, vicedirector del Real Gabinete de Historia Natural, ayud a resol-ver los inconvenientes y se le entregaron dos pasaportes, uno del Secre-tario de Estado y otro del Consejo de Indias autorizndole, con una ampli-tud como antes nunca se haba hecho con ningn extranjero, a realizar entodas las posesiones espaolas observaciones astronmicas, fsicas o geo-grficas, a recoger productos naturales y realizar todas aquellas opera-ciones que estimase convenientes para el fomento de la Ciencia. El pasa-porte garantizaba la ayuda de los gobernadores y autoridades y el accesoa cualquier lugar. Era mucho ms de lo hubiera soado aquel joven cien-tfico que, tal como escribi a su amigo Friedlnder el mes siguiente, pre-tenda investigar la interaccin conjunta de todas las fuerzas de laNaturaleza, la influencia de la naturaleza muerta sobre la creacin animaly vegetal animadas (Meyer-Abich, 1988). El suyo no era un viaje paraconocer otro continente y recolectar plantas y minerales, realmente era larealizacin de un proyecto para demostrar una hiptesis cientfica.

    En mayo partieron desde la Corua a bordo de la corbeta Pizarrocuyo capitn les acomod lo mejor posible, pues haba recibido orden de per-mitirles utilizar sus instrumentos cientficos a bordo y hacer escala enTenerife el tiempo necesario para visitar el valle de la Orotava y ascender alTeide. A mediados de julio llegaron a Cuman en Venezuela. Con la colabo-racin de autoridades y la inestimable ayuda de los misioneros espaolesrecorrieron sus selvas y los cauces de los ros Apure, Orinoco, Atabapo yNegro. En Esmeralda, principal poblacin del Orinoco, conocieron la prepa-racin del veneno de curare a partir de la planta conocida como bejuco deMavacure, una de las primeras referencias de esta importante droga para lainvestigacin de los alcaloides relajantes musculares. Recorrieron el caucedel ro Casiquiare, unin del Orinoco y el ro Negro afluente del Amazonas,de gran inters por ser la comunicacin natural de la cuenca de dos grandesros, del cual estableci su ubicacin exacta y levant su cartografa.

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    Desde Venezuela viajaron a Cuba y desde all a Nueva Granada,Colombia, donde conoci a Jos Celestino Mutis y visit a Juan JosElhuyar Lubice (1753-1804), qumico espaol, profesor de Mineralogaen Nueva Granada, que haba sido compaero suyo en la Escuela de

    Fig. 15. Retrato del barn Alejandro von Humboldt durante su expedicin a la Amrica equi-noccial

  • Minas de Freiberg (Sajonia) y con su hermano Fausto fundador de laEscuela de minas de Nueva Espaa haba descubierto el wolframio.

    Pasaron a Ecuador donde ascendieron a los volcanes andinosPichincha, Chimborazo, Antisana, Cotopaxi, Tungurahua y Lliniza.Continuaron viaje por Per, donde estudi la corriente ocenica que llevasu nombre, y posteriormente a Nueva Espaa, Mxico. Desde all viaj aEstados Unidos donde fue recibido por el presidente Jefferson en el vera-no de 1804 y en julio embarcaron en Filadelfia con rumbo a Burdeos. Enel viaje correspondi a su compromiso con Espaa remitiendo ejemplaresde plantas y minerales desde varios puntos de su viaje para los museosespaoles. Sus observaciones cientficas en Amrica le permitieron com-probar sus hiptesis y plantear una descripcin integral de la Tierra comoun organismo en el que existe una armona y cooperacin entre sus nume-rosas estructuras y funciones. Por esto se le reconoce como uno de losprincipales cientficos de su tiempo y uno de los creadores de la GeografaFsica (Humboldt, 1962; Botting, 1981).

    Regres a Europa convertido en un cientfico de fama mundial,debido al inters que haban despertado sus comunicaciones desdeAmrica. Se estableci en Paris, donde permaneci varios aos trabajan-do en la publicacin de su obra. En 1805 public Essai sur la gographiedes plantes, Ms ambiciosa fue Voyage aux rgions quinoxiales duNouveau continent fait en 1799, 1800, 1801, 1802, 1803 et 1804 parAlexandre de Humboldt et Aim Bonpland, de 35 volmenes, con ms deun millar de lminas, muchas en color, editada entre 1808 y 1827, y de laque se han realizado diversas ediciones en castellano, aunque algo resu-midas y se ha vuelto a reeditar en Caracas en 1941. Una versin resumi-da por el propio Humboldt (Von Orinoco zum Amazonas) traducida DelOrinoco al Amazonas se ha publicado en diversas ediciones espaolas. SuAtlas gographique et physique des rgions equinoxiales du NouveauContinent se edit en Pars entre 1814 y 1834.

    Entre 1827 y 1828 pronunci un ciclo de conferencias sobreGeografa Fsica en la Universidad de Berln, que tuvieron una afluenciamasiva de pblico, y fueron el germen que, como desarrollo de toda la teo-

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  • ra geogrfica humboldtiana, qued plasmada en la obra que bajo el ttuloCosmos public en Berln en los ltimos aos de su vida. sta fue una delas obras de consulta utilizada por Darwin en su viaje alrededor delmundo. En Espaa se public en Madrid en 1852 y de nuevo en 1874. Unade sus obras ms apreciadas, traducidas al espaol por Bernardo Giner delos Ros con el ttulo Cuadros de la Naturaleza en 1876 tuvo gran influen-cia en los cientficos espaoles de la Institucin Libre de Enseanza. Suscartas y documentos han merecido ser publicados por las principalesrevistas cientficas del mundo.

    Fue uno de los mejores conocedores de la realidad sociopolticaen los dominios espaoles de Amrica, sus problemas y posibles solu-ciones. Public Political Essay of the Island of Cuba y la obra dirigidaa Carlos IV Essai politique sur le royaume de la Nouvelle-Espagnepublicada en Pars en 1811, que elogi extraordinariamente el esfuerzocientfico espaol en Amrica y contribuy igualmente a su reconoci-miento y divulgacin:

    Ningn gobierno europeo ha sacrificado sumas tanconsiderables como las que ha gastado Espaa para adelan-tar el conocimiento de la naturaleza. Tres expediciones bot-nicas, las del Per, Nueva Granada y Nueva Espaa, dirigidaspor los seores Ruiz y Pavn, Jos Mutis (sabio de relieve) ySess y Mozio, han costado al tesoro unos dos millones defrancos. Adems se han establecido jardines botnicos enManila y las islas Canarias. La comisin encargada del tra-zado del canal de Gines recibi tambin la misin de exami-nar los productos vegetales de la isla de Cuba. Toda estainvestigacin realizada durante veinte aos en las regionesms frtiles del nuevo continente, no slo ha enriquecido losdominios de la ciencia con ms de cuatro mil nuevas especiesde plantas; ha contribuido tambin grandemente a la difusindel gusto por la historia natural entre los habitantes del pas

    El siglo XIX fue desastroso para Espaa. Estuvo marcado por lainvasin napolenica, la prdida de su imperio, la decadencia, las guerras

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  • carlistas y la inestabilidad poltica. Despus de la expedicin de Balmis,la situacin poltica caracterizada por las crisis de los gobiernos en lapennsula, la quiebra econmica y los problemas exteriores, paralizaron eldesarrollo cientfico e impidieron realizar nuevas expediciones. Hasta1860, con la estabilidad y recuperacin econmica que caracteriz alperiodo regido por la Unin Liberal durante el reinado de Isabel II, nocomienza a gestarse la que sera la ltima expedicin cientfica enviadapor los Borbones a Hispanoamrica. Entonces se estudia el envo de unaescuadra naval a la costa sudamericana del Pacfico con el objetivo deestrechar lazos polticos con las repblicas recientemente independizadas.En su gnesis se procur continuar la tradicin de las grandes expedicio-nes del siglo anterior y fue trascendental para la ciencia espaola debidoa que las colecciones de ejemplares trados y los estudios realizados supu-sieron un renovado estmulo de las ciencias naturales en el ltimo terciodel siglo XIX, con la consecuente creacin de la Sociedad Espaola deHistoria Natural. En esta expedicin comienza realmente la trayectoria delnaturalista Marcos Jimnez de la Espada, por cuyos estudios es reconoci-do como el principal americanista espaol del siglo XIX.

    La Comisin cientfica del Pacfico (1862-1866)

    En mayo de 1862, mientras se preparaba el envo de una expedicinpoltico-militar al Pacfico, de forma apresurada el Ministerio deFomento, a peticin del Director General de Instruccin Pblica D. PedroSaban, decide incorporar una expedicin cientfica como lo practican lasnaciones cultas en casos semejantes y lo ejecut Espaa con tanta gloriacomo la que ms en la segunda mitad del pasado siglo. Tanto el ministrode Fomento, marqus de la Vega de Armijo, como la propia Reina IsabelII, consideraron que sera una continuacin de aquellas expediciones de laIlustracin, pero sin embargo, tal como seala Puig Samper (1991), estu-vo marcada por la huella de su siglo y fue esencialmente una expedicinromntica y nacionalista.

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    El Comit asesor determin como objetivos: uno, fijar y determinardatos hoy dudosos, para la resolucin de difciles problemas cientficos; otro,recoger seres, plantas y dems objetos de la Naturaleza, para enriquecer connuevas especies nuestras colecciones y fomentar la propagacin y aclimata-cin de otras tiles a la vida del hombre y provechosas para la aplicacin alas Ciencias. Los ocho miembros seleccionados fueron:

    Presidente: Patricio Mara Paz y Membiela (El Ferrol, 1808-1874) capi-tn retirado de Marina y malaclogo

    Vicepresidente: Fernando Amor Mayor (Madrid 1820-San Fran-cisco 1864), doctor en Farmacia, gelogo y entomlogo, profesor deHistoria Natural en el Instituto de Valladolid.

    Secretario y primer ayudante naturalista Francisco de Paula Mar-tnez Sez (Madrid 1835-Madrid 1908), farmacutico, naturalista, profe-sor ayudante de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central.Encargado del diario y de recolectar crustceos, moluscos, peces, reptilesy mamferos acuticos.

    Segundo ayudante naturalista Marcos Jimnez de la Espada Evan-gelista (Cartagena 1831-Madrid 1898), licenciado en Ciencias Naturales yayudante del Museo de Ciencias Naturales. Encargado de la recoleccinde mamferos, aves y reptiles terrestres.

    Antroplogo y etnlogo Manuel Almagro y Vega (Matanzas 1834-Cuba1895), doctor en Medicina, Socio de la Sociedad de Antropologa de Pars.

    Botnico Juan Isern Batll y Carrera (Sectasas, Gerona 1821-Ma-drid 1866), facultativo del Real Jardn Botnico y colector en el Museo deCiencias Naturales.

    Taxidermista Bartolom Puig y Galup, doctor en Medicina, ayudantedisecador en el Gabinete de Historia Natural de la Universidad de Barcelona

    Fotgrafo y dibujante Rafael de Castro y Ordez, dibujante y pin-tor en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Fue instruido

  • en esta novedosa tcnica por Charles Clifford (1819-1863), fotgrafo deIsabel II. Fue la primera expedicin de la historia en que se incorpor lafotografa como herramienta para inmortalizar sus testimonios.

    La organizacin, realizada con urgencia e improvisacin, determi-n someter las realizaciones cientficas a las de la escuadra naval. SuReglamento redactado en diecinueve artculos por su pres