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N. 274, - Pag. LAS VICTIMAS DEL AMOR, ANA Y SINDHÁM. COÍHEDIA EN' TRES ACTOS. POR DON GASPAR DE ZAFALA Y ZAMORA' E. ADVERTENCIAS Ah LECTOR. prcseiwe drami , ya sez cómico en todas sus pane«, como creo, 6 ya trágico, como quieren alguno*, por hallar en él una catíistrofe lastimosa , es pensamiento de una Novela inglesa nada desfigurada por la parte episódica de la coniposicion. He pro- curado proponer diversos caracteres de nobleza, de virtud, de crueldad y baxest, sosteniéndolos lo posible i pesar de las diversas situaciones en que se presentan. Su re- gular entable, sus sentimientos, el contraste de pasiones vehementes y la ternura del asun- to son interesantes : la acción es una sola , aunque acoiiipafíada de varios accidentes. El lugar de la Scena se extiende á Lóndres y sus cercanías, ensanche que d ió, y aun ha seguido en mu(:kas de sus composiciones la religiosidad de nuestros preceptistas France- ses. Solo la unidad del tiempo padece alguna violencia por la precipitación de la' 6at4«- trofe; pero el que conozca nuestros teatros, y sepa que mas se escribió este drama pa-- 73 uB público expectador que para un sabio escrapuloso , dlficuJj)irá esta y otras ialtas an qse bafa incurrido. ACTORES. E l Milord Daramhi ^ Padre de | enemiga. Ana , jtívea inglesa , casada secreta- § Mauricio , Secretario del Milord , j conlidente de Sindháni. Ricardo , Mayoral de una Quinta. -■ mente con indhám , Criado dcl Milord y padre de | Pamela^ niña d« diez anos. I El Barón de Fronsvill , pretendiente I de la virtud de Ana. | Cecilia , Prima de Ana y su oculta | Un Criado del Milord. Un Criado de la Quinta. * Criados del Milord y Zagales que no ¡uihlan. ACTO PRIMERO. A h irá la Scena al amanecer Ana , registrando con los primeros versos uimí estancia con puerta á la derecha. ^'Ana. j^ .u ii descansan todos : Ah, qu(í sobresaltos , qud miedos trae consigo un delito! Si habrá venido? Ya dieron Mirando un reiox, las seis: ninguna mañana tardo tanto' el dulce dueño del alma en venir á verme» oh caro Sindhani! el cielo que quiso que yo premiara con el alecto mas tierno tu virtud, no me permite disfrutarla coa sosiego. Si se h«il>rá ya levauUdu A

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N. 274, - Pag.

LAS VICTIMAS DEL AMOR,ANA Y SINDHÁM.

C O Í H E D I A E N ' T R E S A C T O S .

POR D O N G A S P A R DE Z A F A L A Y Z A M O R A '

E.ADVERTENCIAS A h LECTOR.

prcseiwe drami , ya sez cóm ico en todas sus p a n e« , com o c r e o , 6 ya trágico, com o quieren alguno*, por hallar en él una catíistrofe lastimosa , es pensamiento de una N ovela inglesa nada desfigurada por la parte episódica de la coniposicion. He pro­curado proponer diversos caracteres de n ob leza , de v ir tu d , de crueldad y baxest, sosteniéndolos lo posible i pesar de las diversas situaciones en que se presentan. Su re­gular entable, sus sentim ientos, el contraste de pasiones vehementes y la ternura del asun­to son interesantes : la acción es una sola , aunque acoiiipafíada de varios accidentes. El lugar de la Scena se extiende á Lóndres y sus cercanías, ensanche que d ió , y aun ha seguido en mu(:kas de sus composiciones la religiosidad de nuestros preceptistas France­ses. Solo la unidad del tiempo padece alguna violencia por la precipitación de la' 6at4«- trofe; pero el que conozca nuestros tea tro s, y sepa que mas se escribió este drama pa-- 73 uB público expectador que para un sabio escrapuloso , dlficuJj)irá esta y otras ialtas an q se b a fa incurrido.

A C T O R E S .

E l M ilord D aram hi ̂ Padre de | enemiga.A na , jtívea inglesa , casada secreta- § M auricio , Secretario del M ilord , j

conlidente de Sindháni.Ricardo , Mayoral de una Quinta.

-■ mente con indhám , Criado dcl M ilord y padre de |

Pamela^ niña d« diez anos. IE l Barón de F ro n sv ill , pretendiente I

de la v irtud de Ana. |Cecilia , P rim a de Ana y su oculta |

Un Criado del M ilord.Un Criado de la Quinta. * Criados del M ilo rd y Zagales que no

¡uihlan.

A C T O P R I M E R O .A h irá la Scena al amanecer A na , registrando con los primeros versos uimí

estancia con puerta á la derecha.

^ 'A na . j ^ .u i i descansan todos : Ah, qu(í sobresaltos , qud miedostrae consigo un delito!Si habrá venido? Ya dieron

M irando un reiox, las seis: ninguna mañana tardo tanto' el dulce dueño

del alma en venir á verme» oh caro Sindhani! el cielo que quiso que yo premiara con el alecto mas tierno tu v ir tu d , no me permite disfrutarla coa sosiego.Si se h«il>rá ya levauUdu

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3 Las VíctimasVolviendo d m irar liácia dentro

con sobresalto. jni padre? Si me sintieron los criados , y curiosos me habrán seguido? No. Pero

Llam an á la puerta. ya hizo la seña. Temblando voy á abrir.

A b re la puerta, y sale Sindhám en cuerpo.

S ind . Dulce embeleso de mi corazon , mi Ana, mi único bien , mi consuelo y aleg.ría, qiiántas penas me cuesta el ver tu alagüetío y hermoso rostro!

Ana.. S í , amadoSindhám , y quanto lo siento!! pero es forzoso: yo amé lus altos merecimientos desde que te vi. M iraba con disgusto (lo confieso) que el joven Sindhánj sirviera a l M ilord mi pad re , pero conociendo yo tu ajnpr. y no .cabiendo en el pecho y a el. m ió , á- pesar de todo prem ié tus castos deseos, con mi raano s í, ligamos con el lazo mas estrecho nuestras a lm as, sin que hasta hoy otro sepa este sccrelo que el ]>uen M auiicio. Ah! tii dudas que si llegara á entenderlo m i padre con nuestras vidas acabara? Islo ! su genio es duro , amado Sindiia'm, y tu hum ilde nacimiento::-

S ind . Le irritaria , es verdad: é\ desearía un yerno noble y rico , aunque tuviera los mas enornies defectos: yo soy pobre , y 5PV hnmild«; tu corazon, bien diverso del de tu padre , no quiso sacrificarse indiscreto al poder y la riqueza; juirast€ con menosprecio

del A m or, esos dos dones qne tienen hechizado el universo, y elegiste un hon>bre pobre; pero , A n a , un pobre que lejo« de amarte por la ambición de las riquezas que el cielo concedid á tu padre , siente no. ser señor de uu linperio, y tú una hum ilda pastora, para irte á sacar él mesnio de tu cabaña ,. y sentarte con él en su trono excelso. R epartid el cièlo á su gusto los bienes-, hizo en eíecto á Sindhám pobre y hum ilde; pero también, le liizo dueño de un tesoro qye un monarca^ pudiera envidiar por cierto..

A n a . Quál es Sindhám?.S ind . Tu virtud ,.

que vale por quanto el cieló' repartid en todos los h im bres..Diez años ha que poseo este bien lleno de sustosj pero de qué gloria lleno!M i Pamela , aquella pmada P am ela , qse por renuevo — de tu. amor, distes á luz en- el dulce año primero de nusstra unión , qué retrato de tus gracias es! AÍi!:> Pero

A n a vuelve la espalda para enjugeníi^ el llanto^ y él ¡o nota.

ti l’ llora«? suspiras? A na . Sí.S í ,. amado Sindhám : me acuerdo« de la triste situación en que nacidj de mi seno salid apenas , quaudo fué conducida con secreto por ]\Iauricio á. una cabaña, donde' sujeta la rieron mis ojos: poco despues á qtie m uriera. Aquel tierno pedazo de- mis entrañas no vio n>as que contratiempos y desgracias hasta allora; y lo que mas lluro y siento es, que no tengo es¡)cranza

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uína yá e que mejoren los cielos nuestra suerte , porque sea mejor la suya : estoy viendo la hora en que sabe mi padre nuestra u n ió n , y su des{)echo y furor dá con mi mueríe - castigo á nai atrevim iento.Yo no puedo n i aun m irarte sin sustos , siempre me veo rodeada de los míos: estos instantes que al sueíío tfi usurpo por v e r te , ah, con quánto desasosiego los gozo! N o , Sindhám mioj yo eii mas estimo y aprecio el gozar tu puro amor 8Ía temores ni rezelos, qitd la ostentación y fausto en que me ves. S í , prefiero á la misma compañía de mi padre (lo confieso sin rubor) la tu y a j huyamo»- á aJgun pais extrangero,Sindhám : ningún infortuni« podrá afligirme si tengo conmigo las bellas gracia» de Pamela , y el consuelo de tu v irtud . Lluevan males, esposo, lluevan tormentos

?' sinsabores, que todos 08 recibirá mi pecho

con gusto , como yo viva con mi idolatrado dueño.

Sind . A y , B e lla , que esas ínezas me son en cada momento mas amables : pero cdino (si sabes lo que te quiero) presumes que pueda yo consentir jamas qur lejos de tu amado padre vivas, expuesta á los contratienjpos y rigores del destino! con qué paz! con qué contento te veria yo aujeta á un excrcicio giosero por mi cauia! de que angustia no se llenara mi pt-cho el dia que no pudiera.

Sindhant. ̂ 3

con mi trabajo molesto, llevarte á t í y á mi amada Pa«iela aquel alimento necesario! ah! N o , bella Ana, ei considerar yo mesmo que por amarme perdias patria , padre , lisonjeros in tereses, conveniencias y p laceres, por los riesgo® y malee en que te veía sumergida : por momentos iria despedazando m i corazon. E l extremo con que te amo no perm ite que abrace, esposa, este medio; menos cruel es el que yo tom ar este dia pienso, y es::-

^ n r t . A y infeliz , que un hombre::- A n a sobresaltada , y Sindhám que­

riéndose ocultar,S ind . M e ocultare-:- m as , qué veof Sale M auricio y Sindhám se detiene.

M auricio, qué ha sucedido?A n a . Qué traes? dinoslo presto. M aur. Sosegaos que mi venida

os dará mucho contenlo.Ya supisteis que ayer tarde M ilord Daram bi i paseo B»lid conmigo, á pesar de lo duro de su genio; sa b e d , pues, que casualmente al margen de un arroyuelo hallamos con otras niilas á Pamela , y su gracejo eiianiord de manera á -vuestro p ad re , que hoy mism» quiere que venga á Palacio, y que viva al lado vuestro regalada ,y obsequiada, si es que su padre supuesto lo quiere ; yo mismo voy á traérmela al momento conmigo, vos cuidareis á A na. de repriniir L)s extreínos de vuestro am or, hasta tanto que coíiipadecido el cielo de vuestras ansias desculara

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4 - L as F /c im a s det amor^con venliíía este lecrcto. partiendo. A n a . Dípí os guarde. Por q ti¿ , pnma?

S ind . Oye.A n a . EícHcha.M m ir. Perdonad,

que detenerme no pnedo. P'ase. Sind. Ya empieza el ciclo á mostrarse

piadoso á nuestros deseos.,/í«íí. Ay Sindhám , que de estas dichas

nuevas desveiUur-as temo!Sind . Por qué?A n a . Porque es imposible

que mi m aternal afecto líO saque pronto á mis ojos lo que estií oculto en el pecho.

Sind . N o olvides Jo que á los tres nos importa este sccreío, que tu psdrás reprinjirle.Ya gozarás á lo menos de Pamela , y á tu lado- la tendrás sin el recelo de que tus extremos pueda (íXtraíiar tu padre , putsto que él mismo iz traxe. Templa- tus amargos desconsuelos,Ana bella , y nuevas dicha» por instantes esperemos.A D io s, á Dios , que ya es hora de que ta padre despierto, y aun vestido esté.

A na. D etente,y ocilltate , esposo , presto, pues viene geiite.

Sind . Qué importa que aquí' me vean , sabiendo que soy criado de casa?

A na . N ada im porta , pero creo que es mejor que no te vean, y mas quando la q u e advierto- es Cecilia.

Sind. Ya á tu güsto,dulce esposa me sujeto, ocúltate,

A na. Qué virtud! Cecilia es, y la sigu« UD caballero: qué querrán?

Süle Cecilia y con ella el Barón dé i'ron^vill.

Cecil. P rim a , á estas horas «reia hallarte durm iendo.

Ce< il. Porque es temprano en efecto para gente que no tiene cuitlr.dos.

A jia . A h , stfgun esodebes tii de tener muclios, prim a m ía , si atendemos á lo mucho que madrugf.s.

Cecil. Hoy m adrugué con intento bien diverso del que piensas: sentémonos.

Toman sillas , se sientan ,, y sale a l pafío Sindhám ,

S ind . ]\Iuy de espacio han venido por lo menos.

Cecil. A na, voy sin ceremonias á explicarte á lo que vengo. N uestro Barou de Fronsvill, que es aniigo m uy estrecho de tu p ad re , te ama. Oyes, dícelo él , yo no lo creo, con que así puedes tu misma exámiiiar si es que es eierto.Me pidió con mucha instancia que hiciera yo en este enredo el papel de introductora, d medianera de empeño, psrque sin duda habrá visto que yo en mi semblante tengo tiaza de desempeñar tal encargo j y pues ya he hecho quanto pude que es traerle donde la presa está viendo, él coja lo que pudiere, y le haga m uy buen provecho.

Levántase.'Ana. Espera.Cecil. N o , n o , que el nino

tendrá vergüenza en efecto de t r a ta r , p rim a, este ajuste, si hay gente que lo esté oyendo,

A n a . E l señor Barón discurro que no pcdrá en ningún tiempo decir mas en la materia que lo que tií este momento di«tÍBte , y así es ocioso que te vayas. Yo no puedo,«eñor B arón, (en el CMO

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de qne sen verdadero y honesto vuestro cariño) responderos m iìs, que tengo un padre ; de cuyo gusto voluntariam ente pende : con él tra tad ; y en el caso de que os acepte por yerno venidme á v e r, y os diré 8i por esposo os acepto, levántese.

B ar. M adam a, esas voces son m uy propias del juicio vuestro, y lejos de desayrarme van aumentando en mi pecho el aprecio que de vos hice siempre. N o pretendo nías que creáis que es honesta, esta pasión que os profeso, y q u e , *i el amor dispone que ligue un dulce himeneo nuestras alm as, no habrá dicha que codicie mi deseo.

't!íci7. Ola? eh qué U niversidad "ursasteis? que esos conceptos .onmuyfinos , y hasta ahora alB ar,. ;n estos paises ni>evos.

JBf. La naturaleza tiene para expresar »us afectos una eloqüencia, que solo la usa el corazon sincero.E l mio babld aquí por mí, Madama ; v<rd«des fueron las que mi labio produxo que éi dictó desde su asiento.

Atui. Y o , señor, os las estimo, pero prentiarlas no puedo sin que el gusto de mi padre llegue á conocer primero.Id V descubridle- ese amor quando gusté is , que en efecto, como que de estas materias mis oidos no supieron jamas , me disuenan mucho, y escuchároslas no puedo.

CecH. M iren qué- v irtud tan falsa,- tan necia y fuera de tiempo! nie disuena:;- y «f el lance se proporcionara, creo::- pero , B a ro a , vámoaos,

porque sino me desjieío.A n a . Prim a , tii has perdido el juicio, Cecil. Yo no le he perdido, pero

me harán tus hipocresías perderle si me deten^ro.

Agarra de un brazo al Saron y p a r­te con él.

A n a . Qué fatua es!Sale S ind . Oh con qué jai icio

salid mi bien de este empeño! ap.- A na . Oiste la pretensión,

esposo?Sind . Sí.A na. Ya los riesgos

van en aumento. El Barón es amigo verdadero de mi padre ; es poderoso, y de ilustre naciiniento; á pedirle vá mi mano.Sindhám m ió , y creer debemos que mi padre se la otorgue, y rae obligue en el momento á cumplirlo.

Sind. A y , Ana bella,que ya lo o í , ya lo veo, y todos los accidentes van agravando en efecto nuestro peligro! M^is nada bastará á rendir un' pecho.- Consuélate , que si acaso le. otorga, como recelo, tu padre la mano , entdncesy^ dulce esposa apeJarémos. al líltimo efugio.

A na. Tuyaes mi v id a , amade dueño.-

Sind. Y tuyo. n»i coraís©«.A na, Sol© ese bien apetezco. S in d ,~ Y yo sola esa ventura.A na. Pues ya la estás poseyendo:: — Sind. Pues queya la estás gozando'.:- A na . Vengan jnales.S ind . Vengan riesgos.Los dos. Que todos me serán dulces,-.

si tu corazon jjoseo.Sind . A. Dios , Ana.A na . A D ios, Sindhám.- Sind . Q ^ hermosa es!

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Ana. Qué discreto!A n a parte por la izqui'trila 'y Sindhám por la derecha : aposento largo , y saü¡ por la izquierda .el M ilord con sem­

brerò y espada , y un criado por ■la derecha.

Criad. Vuestra sobrina . seguida del Baro» de fro a sv ill:;-

M ilord. Presto.Criad. Quieren .hablaros.M ilord. Que lleguen, vase el criado.

Uii Joven es m uy atento y gaian Fuoiisviil. Le estimo por amigo verdadero.Salen Cecilia y el Barón seguido

d^l criado.B ar, Besoos la niano^ M ilord. M ilord. B arón , tomemos asiento,E l criado les dá sillas., se sientan los

tres ̂ y él se va. y decid io que quereis.

Cecil. l la h la d , Barón , sin recelo, q u e -si lo habéis menester yo esforzaré el argumento.

£¿ir. M ilo rd , m i sinceridad, enemiga de rodeos y preám bulos, sabéis.Amo á vuestra hija : el cielo 4:olmaria de venturas

casaros con ella puedo.Cecil. B arón , despues que se vea

casada con vos ̂ es cierto que os a m a ri, contemplando que no tiene otro remedio.

B ar. Haced , p u e s , lo que quisiereis, que á vuestro gusío lo de.xo.

M ilord. E lla viene: t i í , Cecilia, retirate.

'C edi. Ya obedezco.Cásese , y salga de casa m i prima , que este es el de que mi tio procure mas aprisa mis aumentos.

Sale A na . P ad re , si acaso incomodo me volveré.

M ilord . N o por cierto; ántes llegas á ocasion en que descubrirte debo tu ventura.

^ n a . O mi desgracia.M ilord. Ya con el Barón .te teng>

casada.A n a . Sefíor::- M ilord. Qué dices?A na. Que está mi gusto sujeto

á v o s , pero::- "M ilord. Qué? ^A na . Casarme

ap.medio

vi;se.

ap.

zin coraron , si por premio de e¿te amor le uniese á nxL F aí vos consiste.

M ilord. Ya «stá hecho:•0S la daré.

B ar. Mas sabéis si ella querrá?

M ilord . Yo contemplo que ínejor querrá cisarse que dar su vida á este acero: vuestra es Ana.

B ar. >Jo quisiera que por fuerza::-

JMilord. Yo no tengo dominio sobre su gusto; como padre Je poseo sobre su persona, y si es qtte venisteis pretendiendo

«u auior, yya no puedo darle,

sin que conozca primero al que m i dueAo ha de ser::-

M ilord. Que le ctmozea yo mesmo basta : sé que te conviene.

A n a . Qué angustia! ap,M ilord. Y bien::-A na . ]\Ie ext-remczco. ap.,M ilord. Te atreverás á oponerte,

hija infiel , à mis preceptos sin temer que mi furor olvide el amor paterno que te tengo , y :>

Bar. M iiord::- A na. Padre::-E l M ilord en ademan de sacar la es-̂ pada., el Barón deteniéndole , y A na hincando una rodilla : Sindhám va á ■salir y se detiene con el siguientever-

Jo ; y Cecilia sale presuroia por oirt

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jSna ylastidor de la derecha.

S ind . Que miro? M atadme , cielos. Cecil. T ic , tic , se resiste

ía niña á vuestros precepto^? Qué la disgusta la boda?<5 tiene rubor? Por cierto que haréis bien en enfadaros,, y obligarla con empeño á casarse pues os bacen falta tres ó qnatro nietos.N o es así , Barón?

£ a r . Madama-,el divino entendimiento de vuestra prim a no olvida' la - obediencia y el respeto debido á un padre , y sabrá cum plir con ambos á un tiempo,. E l Aíilord baria mal en violentar indiscreto im a lv ed rio , del que ni le h i^o , ni le hará dueno' la naturaleza -, vos (que me perdonéis os ruego la claridad) le habéis dado un consejo m uy ageno de qiiifn goza algún principio» de y de::-

Cecil. Quíflo, qa¿do , B.iron. Me parece que os vais aprisa volviendo' un si es- (5-no es insolente, y vereis si yo me emperró:;—

-Milord. Basta , Cecilia.Cecil. N o ‘ basta,

que me ha perdido el respeto-

y - - . .£ a r . No -es capaz m i crianza' de cüinettr ese exceso,Madama. No- fui atrevido jamas . pero- soy ingenuo.-

Cecil. Es que::- M ilord. Basta , dixe ya.A n a . Qué angustiai S ile S ind . Que desconsuelo!MilorcL Qué traes? a S in d ’.̂S ind. Que ahora i Palacio'

llegó M auric io , trayendo la serrana que mandasteis.

S h á h íim , YM ilord . Que entre.S ind . Ya voy: yo fallezco; vase. A na . Ah , Sindhám , cómo tus ojos

tu am argura me dixeroo! np. M il.T ú m ira bien quéresuelves á A n a ,

en este dia , a^virtiéndo que es mi gusto que te cases, y que te conviene hacerlo,

'A na . Disimulemos , pesares: ap. Seiior , nunca fué mi intento oponerme á vuestro gusto, mayormente quando veO' que vuestra bondad le está hacia mi bien dirigiendo.Yo tan solò pretendía que el trato y conocimiento del esposO' que me dabais fomentara en' mi aquel tierno- cariño que deberia trib u ta rle como á dueño- m añaná. Si en esto errtfy- que me perdonéis os ruego.

B ar. Q ué'virtud!:Cecil. La veis tan njansa.

Barón? pues yo no Ja creo;.B ar. Yo sí.Cecil. De veras? Pues dígo'

que sois un gran majadero, y renuncio desde aquí vuestra boda ó vuestro inílcrno. rmí.

Sale por la derecha Mauricio., Sin^ dhám . y Pamela de serraiia. »

M aur. Aquí , gran seííor , tencis- á Pamela..

Pamel. Con deseode serviros , que aunque niña' tam bién soy de algún provecho.

M ilord . Pues qué sabes hacer tú? Pam el, B arrer . fregar texer lienzo^

y c o s e r a u n q u e no bien.A n a . Ay hija ainada! N o puedo- ap.

reprim ir mi amor.M aur. Las almas

de Ana y Sindhám , qué tormentp- están sufriendo!

M ilord . Mas dime,querrás quedarte en efecto- conmigof

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■8 L a s F /ctim asPamel. Y si su merced

se enfada de m í, y al pueblo me vuelve?

m H ord. Procura táno disgustarm e, y con eso no tendrás que^' recelar.Ana te querrá en extremo, pues es m i gusto.

'Afta. Señor, será desde hoy mi embeleso P am e la , pues sé que vos tendréis mucho gusto de ello.,

Parnel. Y la señora verá como yo se lo agradezco.

■Sind. Ay hija , que ya á los ojos ap, va mi ternura saliendo!

cuidarás de quanto haga á M an- falta á Pam ela, advirtiendo {ricio. que el trage con que ahora está es c jn el que verla quiero.

P am . Hacéis bien , portjue á los pobres no nos sieaían bien aquellos que estilan acá los ricos.

S ind . Qué gracia!A n a . 'Qué entendimiento!M ilürd . B arón, yo voy á Palacio,

esperadme , que deseo que hoy comáis -acá conmigo.

B ar. Salo aspiro á complaceros.M ilorJ. Pamela , á Dios. vase.PameL Con salud

¿ casa volváis hipu presto.A na . Ya hice á mi esposo una seña

de que vaya á mi aposento: cielos de una v«a matadme, e de mi afltcciou doleos. vase.

M aur. V e n , Pam ela, vase con ella.S ind . Con añs ojos viéulolapartir^

te irá mi pasión siguiendo.P ar. Siiiüháín.Sind . Qué graciosa es!£ a r . Siadhám .Sind. Con quánto despejo

y agude¿5a respondia al Milord!

JSur. S indhám , qué es eso? qué fts suspende?

S in d . Señor , nada.

B ar. Id , y hacedme merced prest* de decir á M adama Ana que hablarla á solas deseo.

S ind . Esto solo á mi impaciencia fa ltab a , voy ai momento.Amor mucho es el peligro ap. si-se difiere el remedio. vase.

B a r. M uy necio fuera en sufrir que eí M ilord case indiscreto violentamente á su hija conmigo. Mucho la quiero, es verdad j pero si ella adm ite aqueste himeneo coa repugnancia, es error que yo insista. N o pretenda sacrificar á m i gusto su corazon,, verla quiero y hablarla con -claridal, porque tolerar no puedo que m i voluntad domine un dia á mi entendimiento. vase4

E l mismo aposento en que empezó la comedia., y sale A na .

A n a . Ana infeliz , en qué dia tan horrible y tan funesto naciste! Qué negro instante aquel que mis ojos vieron á Sindhám , en que le dixe mi j)uro am o r, y en que el premiij di á su v irtud , sin m irar que su hum ilde nacimiento me -dexaria infamada para siempre! Oh Dios! yo tiem blo. Yo unida á Sindhám? La hija del M iiérd Daram bi , cielos, pensd así? Mi pad re , (ay triste) mi casa , Londres entero, qué dirán quando á saber lleguen un crimen tan feo?Qué me d iré yo á mi misma si escucho solo un momento á la razón , al honor:::- Al honor? Qué le obscureztTo pur haberme unido á un hombre de un humilde nacimiento y pobre? No , n o , ántes queda mas limpio , mas puro y terso.Yo no pudiera jamas

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resistir el embelesode las gracias de Sindhám .Aquel honesto respetoque acompaña á la tertiur»de sa amor yo le prefieroá todos los interesesdel mundo : s í , io confieso.M i p a d re , mi casa , Londres, y el mundo perdonen j quiero á S in d h ám , le estim o, le amo sobre quauto el universo en sí contiene, y no aspiro á otro b ie n , ni á otro consaelo que poseer su corazon fino, enamorado y tierno m ientras viva , publicando que como á absoluto dueño de mi alvedrio íe rindo a lm a , ser , vi<la y aliecto.

Sa le S ind . Ana.A na . Qué traes esposo?S ind . El Barón::-A n a . Qué? dílo presto.S in d . -Quiere hablarte.A n a . Pues responde::-

Pero no : vino á buen tiempo: díle que entre , y retirado t d , despues lo que he resuelto podrás saber.

Sind , Ya conozcotu v irtud , no me detengo.

Vase lidcia los bastidot-es. E ntrad . al Barón.

A na , Para persuadirledeme su eficacia el cielo.

Sind . Qué intentará?Se retira á ¡a derecha^

Bar. Extrañareis,Madama;

\A>ui. Tomad asiento,B arón, y ántes que paséis á descubrir vuestro intento os suplico que me oigáis.

B ar, Qué querrá decir? se sientan.A n a . Empiezo-:

pero ántes tícbo exigir un solemne juTameirt« de vos. B ar. Y es?

Sindhám, $A na, Que en ningún caso

•revelaréis un secreto que ahora vo y á descubriros.

Bar, "Qué será tan gran misterio?A lp a ño Cec. Donde se hallará mi prima,

á la izquierdñ. que no está en su quarto?-Pero -con el Barón está allí: oir Jo ^ u e hablan resuelvo.

B a r . Yo Jo ju ro por la fe de noble y de caballero.

A n a . G íu esa seguridadvoy á arrancar de im pecho un arcano que ba diez años que vive en -él encubierto.

Cecil. A buen tiempo llegué yo.'Sind. Qué intenta mi esposa, cielos?A n a . Yo, Barón, ni ahora , ni nunca

ser esposa vuestra puedo, por mas que estime y aprecie h o y vuestros merecinnentos.Hace diez años que di m i blanca mano á otro dueño.

Cecil. Bueno.B a r . Qué -es lo que escuchado?jin a . N adie sabe este secreto

sino vos j y á no mediar el solemne juram ento que h ic iste is , y la ocasion que aquí me ha movido á hacedlo, n i aun ú vos os le fiara.Pero porque en ningún tiem j» creáis que de vuestras noble« finezas hice desprecio, os d i esta -satisfacción, bien acosta (os lo confieso) de mi rubor. Ya lo hice: decidme vos vuestro intento.

Cecil. Pues no qaeda que saber, voy á contarlo corriendo Á mi tio-, poique puede teneniic cuenta el suceso. vase.

B a r. Señora, tan sorprendida he quedado que -no acierto á responder, y aun apena» (perdonad) lo que oí creo.Pero ya sea verdad^ ó sea noble p re c ito

B

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para no uniros conmigo, el juram ento renuevo de no descubriros nunca.Aun mas haré por el lierno amor que os consagro, y por lo que toca á un caballero de mis jaendas. De la Corte haré ausencia en el momento, para evitar que el M ilord apresure estos conciertos.Esto es £o]q lo que vine, gran seííora , á proponeros al ver vuestra repugnancia, y esto mismo lo que ofrezco hace r, despues que fiasteis á Fronsvill este secreto»Teneis que inandaru.t? levántase,

A n a . N o.N o , Ingles herdico j no tengo

Levántase. jíias que echarme á vuestros pies^ en prueba:>

A n a se arroja á sus pies y él la detiene.. B ar. Qué hacéis? teneos,

que puede alguno notaros.A n a . M i eterno agradecimiento»

ilustre Fronsvill:B ar. Madama,

hago solo lo que debo, y así no lo agradezcais:«abe el cielo quanto siento perderos : m i corazon *e angustia á los ojos vuestros,, señora, y así dexad que vaya de vos huyendo.Pero tened por seguroque Fronsvill pedirá al cielocontinuamente que os guardeal feliz esposo vuestrom il años, colmando á entrambosde venturas y contentos.

SaleSind. Ah noble jdven! Señores, á comer.

Bar. Ved que os espero,Aladama.

A n a . Ya voy.S ind . Ah Bella!

premien tu v irtud los 'cielos.

Vanse ios tres \ levantan el telón., se descubre el aposento del M ilord con inesapuesta y unricoaparador: habrá algunos criados que sirvan la comida., y uno entre ellos que trinche y haga platos', salen por la izquierda el M ilord , M au­

ricio^ P anielay Cecilia., y poco des­pues por la derecha Sindhám^

el Barón y A na .Cecil. Aun no- pude descubrir

á mi fio este secrefo,^ ap,y temo que se me pudra si le guardo mucho tiemjx).

B a r . Guárdeos D ios, M ilord. |M ilord. Sentaos, se sientan los quatro» ' A n a . Ay hija aniada! Los cielos

impiden que te honre hoy con aquel tierno epiteto ¡de hija m ia , y lim itadas aun mis caricias te ofrezco.

M ilord . P am ela , te acuerdas mucho de tu casa?

Pamel. N o por cierto,señ o r, que en esta me dan algún mejor tratam iento.

M ilord . Tah malo era el que te daban tus padres?

Pamel. N o era m uy bueno: que me hacian trabajar mucho todo el dia entero, y comía poco.

Sind. E l almame traspasan sus acentos. ap.

B ar. Despejada es la serrana. ap. M aur. Señor, quereis complaceros

en oiría cantajr?M ilord. Qué?

también cantas? c Pamela.Pamel. Canto: pero,

señor, es quando estoy sola en la cocina barriendo.

M ilord. V ay a , pues canta aquí ahora alguna cosa.

Painel. Obedezco;porque me ha dicho mi padre que la que á fuerza de ruegos canta algo , y lo canta mal, dos veces m al viejie á Ijacerlo.

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Ana yM iloril. Qu¿ aguda es!Srnd. A y Pamela!

con mi ternura no puedo. ap-M úsica. Amados cordcrillos,

testigos de mi fe, que en este monte alegres ha rato que pacéis, decidm e, donde está m i dulce amado bien, que entre estas pardas breñas dormido le dexé?Si en tanto que le busco acaso os vuelve i ver, decidle por mi amor quauto por ¿ 1 lloré.

M ilord. M uy b ien , Pamela.Pam el. Señor,

os agradd con «fecto m i cantinela?

M ilord . M uy mucho.Pam. O tras sé j con que en queriendo

que can te , mandadlo vos, y me pondré á obedeceros.

M ilord . Está bien.Pam el. Y á vos, señora, á Ana.

os complacidfA na . Sí. No puedo cj?.

resistir mas , v e n , Pamela, toma esta joya , que quiero Quitase una jo y a y se la pone. pagar con ella el l)uen rato que diste i mi padre. Al pecho la lleva siem pre; porque no olvides nunca 4. su dueño.

Pam el. N o le olv idaré, señora.A n a . Y me amarás?Pam el. Con extremo.A n a . De ese modo pagarás

10 mucho que yo te quiero.Painel.' Ojala me amara así

mi madre! Pero en el tiempo llorosa. que tengo ni una caricia tan solamente me ha hecho.

AfUi. A h , quién pudiera decirte la madre que te did el Cielo! ap.

Cecil. Qué cansada es la muchacha! No estará aquí mucho tiempo11 yo puedo.

Sindhám , t iB a r. Quién será

de Ana el venturoso dueño! ap. M ilord . M auric io , lleva á comer

i Pamela.Ya obedezco, vase conPamel.

Sale el Criad. Señor, esta sola carta os h a tra id o e i norrto.daleunacarta.

M ilord . Dame : con vuestra licencia.A brela y lee.

Cecil. Vaya , me estoy deshaciendo por desembuchar de pronto ap. á mi tio tod© e l cuento.

M ilord. Toma , lleva esta al instante D á una carta á Sindfiám .

i M ilord Cum ank. Apruebo su rigor.

B ar. M ilo rd , qué nuevaos da esa c a r ta , que os veo tan demudado?

M^ilord. N ingunaque me importe : oid atento su contenido:M ilord amigo vayer salió de esta el navio que os anuncié en m i anterior con él cargo arreglado á las mismas pólizas que me enviasteis. E l tiem ­po es favorable , por lo que , s i no ocur­re novedad .^llegará el 2 6 del cor­riente. Pasareis la ad jun tad M ilord C.umank^ pues le doy en ella el mis­mo aviso para su gobierno. E n esta solo ocurre ana novedad digna de vaestraatencion .,y €s .¡que Ja hija de un rico comerciante se halla grave­mente herida por la misma m am de su padre. Dicen que dió motivo d este,exceso el hallarla casada sin su noticia con un hombre inferior ú su calidad^

jBar. Fué cruel.M ilord . Cruel? m uy piadoso creo

que anduvo «n dexar una h ijt tan infame con aliento.Sola una tengo, Barón; pero si fuera su pecho capaz de una igual baxcza, abriera mi propio acero guantas venas titaie, v ya

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13 L a s F á 'tim asJaeLíera su snngre 3uego.

^ n a . Tiemblo de oírle. ap.Cecil. Qué til}, ap.

se enfurecerá en sabiendo io que pasa?

£ a r . Alia infeliz!con qué temores te veo? ap. luiiy mal hicierais , M ilord, que nada perdiera es cierto vuestra hija ni otra alguna de mas claro nacimiento por unirse á un .hom bre pobre j h u m ild e , como sus hecho», fueran honrados.: - mas ántes la casara y o , os-:Confíeso, con un pobre virtuoso que con un rico soberbio.

M ilord. Basta., Barón : vos lo haríais, Levdntanse- todos.

pero yo no pienso hacerlo*.. Guárdese mi h ija , sí, de adm itir un pensamiento, lan in fam e, pues aun ántes- que á tener llegára fíiecto,. olvidando la ternura de padre , fuera yo mcsmo de su vergonzosa vida el verdugo mas sangriento.

S in d .Y a se acabó la esperanza ap.que tuve- de enternecerlo*

jín a . M uerta , estoy. ap^Cecil. Zape ; mi prima

va á probar el pan de perra. ap. M ilord. Venid , Barón.Cecil. T io , ved al oido^

que los dos ahora, tenemos qae hablar.

Está bien-: pues ve, y esperame en mi aposento.

Vase Cecilia,B ar. Piedad , pues de mi nobleaa

eres- liija:;- M ilord. Honor pues veo-

el riesgo en qae estáe:;- A na y S ind. Anwr

pues que tu peligro veo.’f- Todos. Para el dolor que me aqueja,

inspítajne tu ei remedio. vanse.

dsí J n to r ,

A G X O S E G U N D O .

£ l mismo aposento ¿f-c A na , y. sa lt Sindhám con capa y espada.

de llevar aquesta carta á Bumauk solicito ver i Bella : no está : oh.D ios! Yo no oso entrar : es preciso que el dolor que halle en mis ..ojos acreciente su u a rtir io .A y , Ana herm osa, qué tarde conozco que fué delito el am arte yo ! Creí qtie tbdo mi regocijo y ventura consistía eii que oyeses mis suspiro» a fab le ,, y correspondieras á Sindhám con un carino, puro y honesto. Ah qué pocí» «loniocía yo el peligro de este deseo ! No bieti aun mas de lo apetecido goi’é,.,qiiántas amarguras, quántas. ansias y amflictos w e cercaron ! E a d ie z . auo5

no v i dia s ia martirio^, noche sin desasosiego, hora sin grande peligro,. n i instante sin sobresalto, y pxw. íiix hoy se han unido todos á afligirme. Aquí me pinta el discurso vivo- á mi esposa maldiciendo e l, iíistante eii que conniigp. f:e unió. Ail¿ mi fantasía jue bosqueja los conflictos que pasa por m í , la afrenta y el rubor con que es preciso que viva al. verse casada con Sindhám. Oh DíosL E l mismo remordimiento destroza mi alma ; ya. el propio sitio horrib le en que yo. solía

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seducir aquel sencillo corazon -., la . mas. amarga idea de mi delito, y su p e lig ro ,, me ofrece: ya me parece q«e miro á Ana bella revolcada en su sangre , y que su impío, su., cruel padre traspasa coa. el agudo cuchillo veces mil su pecho. Ya en sus ültlmos suspiros m i favor implora. 5 síy. sí , .y a hiere mi oídos su voz : S indhám , Sindhám -, dice, corre , corre á darme auxilio. Bárbaro M ilord espera, deten el golpe a trev id o ,. y no acabes una vida por, quien y o , . s í : : Qné delirio, qué ceguedad me produce mi mismo dolor , mi mismo sentimiento! Ah , Sindhám triste , que lejos está , el alivio de tu& penas! Ya tu crimen que se descubra es preciso,««i insiste,, el .M ilord en dar esposo á su hija ̂ miro, lui muerte y la de mi esposa infalibles quando altivo su padte nuestra . unión, sepa.Si una pronta fuga elijo por seguro á, nuestro riesgo, , do'nde iré destituido de todo? Can» que' am argura , no te re al amable echizo de m i esposa y mi .Pam ela cruzas montes , trepar riscos : y sufrir calain idades!La h a m b r e l a sed , los activos, rayos del s o l , y el cansancio . dsriau un fin prolijo i sus dulces vi'ias , sí.Pues qué m edio , qqé camino >eguirás , S iiidhám , en tantas angustias ? Quál ? E l mas digna, para un corazon cansado de lid iar con su conflicto: el m o rir; s í , sí , ,muramos:.

A n a y S indhám ,sáca el puñal,

enmendemos el destino de Bella así , este borron que en el papel terso y limpió de su claro nacimiento cayó acabe ya conmigo: quede otra vez b lanco , sí: dexe su. honor redimido: goce deJ M ilord la gracia,, y viva por muchos siglos venturosa; y tú Sindhám ,. pues cometiste el delito de hacerla in fe liz , acaba al ' fuKor de aquestos filos.

y a á herirse : sale precipitadam ente A n a , y dando un. grito descompa->

sado le detiene ¿i brazo.A na . S indhám , qué Jjacea? estás loco ?

qu é .fren esí, qué deliiio te precipita á una acción tan tem eraria V Tií. mismo contra aquella, airiable vida . por quien yo aliento y respiro.

S in d .^ í^ B ella, s í; cdmo quierea que yo viva ya tranquilo u i i instante , contemplando q^ue he manchado tu honor limpio y te. he expuesto á los rigores de un Padre? N o , n o , abominaya la vida , la aborrezco; déxame • m orir. -

A na . Qué has d ic h o ,.caro S indhám ? Así r in d e n ' tu noble y herdico brio Jas adversidades ? Ah !Me avergüenzo de decirlo;, ddude está aqqelía v ir tu d qqe tanto ha resplandecido en el alma de Sindhám ?L is desgracia« , los conflicto», . los infortunios conducen á .un corazon poseidó ' de re lig ió n , d e -n o b le z a ,- y de amor á tan indignos y tan detestables Jn^hos?A h ! N o , lio; miente quien dixff que Sindhám me ama.

S ind . Av.; espesa J .

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iCse Solo es mi d flíto .•- I\Ii amor me olVecio' el puñal:

m i amor anuíí el brazo altivoj y mi ainor:!-

A /ia . Td me amas?S m d . AIi !A n a . Pues si me amas , Sindhám mío,

por qué con tu tris te muerte quisiste añadir martirios á mi corazon ? N o ves

♦el evidente peligro en que quedarán las vidas de Ana y Patiiela si el digno brazo de Sindliim las falta ? JJudas td qtje mi cariño con mi v ida acabaría en aquel instante mismo que tu espirases ? N o niego que he dado por t í al olvido m i honor, mi p ad re , mi sangre, y aun á los piadosos gritos del cielo fui so rd a , por Ber toda de mi cariñoj es verdad que qnantas ansias, quantas penas y conflictos me cercan de este amor nacenj lo sé : mas solo un suspiro de S indhám , una ternura, un sentimiento nacido de su amante corazon recompensa estos martirios.P u e s , por qué hemos de tra ta r (le m orir ? N o , esposo mioj vivamos para que viva

Llega d los hastidures de la izquierda^ y saca á Pamela.

<?3te fruto peregrino de nuestro nmor : voelve , vuelve Jos ojos , Sindhám qjierido, á esta infeliz criaturaj nacida i pagar delitos de sus padres , que no dudo que quedes enternecido: iiiírala ya con su madre,

A iró janse ambas á los p ies de S in- dhám ^ y este las vitcdve el rostro

enternecido. hallando coii su continuo

y tierno llanto tus plantas.N o mis ruegos, Sindhám mió» te conmuevan , no mi llanto, no mi amor , no mi peligro, sino el de aqueste pedazo de tu corazon. Los gritos de su ternura resuenen hoy , S indhím , en tus oidos. Oyelos : la hum anidadj s í , tu paternal cariño, la na tu ra leza , todos lo mandan ; y yo lo pido por mi amor , pero si acaso pueden tan poco contigo el amor , la religión, nuestro lla n to , y el peligro en que quedamos , que insiste» en acabar á los filos de ese puñal , de este modo

X^uitale la espada de p ro n to , y se amenaza.

tu debilidad imito.S ind . Qué haces ? Tente.

corriendo d detenerla.A n a . De una vez

acalx) así mis m artirios.Sind . Tente.A n a . Si das otro paso,

con este acero divido mi corazon. De tu mano despide ese basilisco, ó á un tiempo jnuramos.

Pamel. ]\Iadre,qué quereis hacer?

S ind . Yo espiro.^ n a . Hija , morir , pnes lo quieren

hoy tu padre y mi destino.Pam el. Mi padre ? Pues do'nde está

ese cruel padre mió ?A na . Vesle ahí.Pamel. No , madre miaj

<jue estáis engañada digo, pues si este fuera mi padre ya se hubiera enternecido al vernos llorar.

Sind. Ay h ija !Ay Ana b e lla ! Ah destino!Ay triste S indhám ! O ciclos.

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JÍna y Sindhafn^doleos de mi m artirio!

P a m tl. Si sois mi padre , y si sois esposo de líi que ha dicho que es mi madre , por qué causa habéis así de afligirnos i las dos ? Con que' razón quereis entrambos moriros y dexar desamparada á Pamela ? No habéis visto que aun soy niña , y na podré ganar el sustento mio ?Dónde iria yo sin padres ?E n quién hallaría abrigo Ja pobre Pamela ? Ah 1 No. M iradm e mas compasivos los dos. S í , padre. S í , madre..

arrodillase.De rodillas os lo pidoj y de aquí no me levanto mientras que no lo consigo.

Pam ela se ve arrodillada entre A n a y Sindhám , al decir este verso corren,

á un tiempo los dos , y la levan­tan enternecidos.

Los dos- H ija amada í Pamel. V iviréis f A iia . S í , mi Pamela.S ind . S í , hechizo

de mi corazon , que solo- tu llanto me ha conmovido. Detesto mi ceguedad, mi temeridad maldigo, y me avergüenzo de verme * por tí misma reprendido.Toma , esposa : de mi vista

dala el puñal. ap»rta ese basilisco cruel , porque no me acuerde este execrable delito.Vivamos ya : resistamos la adversidad del destino constantes , hasta que el cielo le enmiende compadecido.Tú , P am ela , pues ya sabes quienes tus padres han sido, procura amarles de modo que no puedas descubrirlo.

J^tfWí/.Pues qué es malo que yo sea

hija de n s te d , padre m io f Todas las hijas no Ikm an ' padre con gran regocijo •á sus padres ? por qué yo no he de hacer aquí lo mismo ?

S ind . Porque los cielos no quieren.Pam . N o quieren ? A h ! Pues no chisto.

Sale M auricio presuroso y como demudado.

M aur. SiHdhám.Los dos. Qué traes ?M aur. Oh D io s!A n a . Tií demudado ?Sind . Mauricio,

tú te agitas? qué hay ? D i presto.M aur. No sé si podré decirlo.

Vuestro prd re ha preguntado por vos n)iiy enfurecido en este in s ta n te , y sabiendo que estabais en este sitio tom ó un p o n a l , y ' aquí viene con todo el coloí perdido.

A n a . Santo D io s!S ind . Yo tiemblo.M aur. Presto

retiraos los dos conmigo.A se de la mano á S ináM m y á Pamela,

que el cielo á vuestra v irtu d dará su eficaz auxilio.

S ind . Yo muero, ocáltanse los tres.A na . T riste de mí, con temor,

que de un padre enfurecido la cólera::-O h Dios! Ya viene.Ana in felice! Yo espiro.

Sale el M ilo rd sin somhrero con la espada desnuda.

M ilord, Oprobio de mi linage, afrenta , borron indigno de una estirpe esclarecida,, dime : quién ha seducido tu corazon ? Es creíble de t í el infame delito de que te acusan ? Osrfste á unirte sin el permiso de tu jwdre ? dilo , acaba, respóndeme.

A na . Ay padre mió !echándose á sus pies.

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Yo fuera Ingrata dos vecej S inà . Eso no,á quien el ser he debido «i con engaños quisiera m itigar hoy el m artirio de tu corazon.

M ilord . Qii(í dices?A n a . Yo no debo mi destiiio

ocultaros m a s , señor.yo estoy casada::-

M ilord . Qaé has dicho, v il muger?

A n a . La v irtu d noble de un joven::-

M ilord . .Podre yo oírlo sin arrancar á pedazos colérico.

•tu corazon atrevido? mas , sí podre', hasta que sepa quien fu(í el seductor impio de tu inocencia , porque ambos toleréis á un tiempo mismo iñis rigores ; dón'dc , dónde se oculta? quién es? quién'? Dflo.

A n a . Pddre::- abrazada de sus rodillas. M ilord . N o me des tal nombre,

que me avergüenzo de oirlo.A na . Vuestra compasión merezca

esta infeliz. M i delito::- llorosa. M ilord . Tu sangre y la tíe ese hombre

infeliz::- Dínie , en qud sitio 'le bailaré? Cómo se llama?

A na . P a d re , mi am or, su peligro me instan á callarlo.

M ilord . Temede este brazo vengativo el golpe si no lo dices.

Amenazándola.S ind , Yo no esj>ero njas , M auricio.

Queriendo sülir.M aur. Teirte.A n a , P u es , señor , aquí

os ofrezco el pecho mió gi^stosa, a b r id le , saciaos con mi san g re , si así libro la de ni i esposo.

S a h Sindhám .^Pamelay Mauricio., y .los dos primeros se arrodillan á los pies

del M ilord., que quedará sus~ pendido.

■que he de m orir yo contigo. 4 Ana, Aquí teneis el objeto de vuestro furor rendido á vuestros pies.

il//7oríí.“S iudhám ::- Sind . Sj,

yo soy el autor impio de este crimen ; yo seduxc con engaños y delirios la jóven mas virtuosa y amable que han conocid# los jnortales. Esta culpa tan a tro z , ni el cielo mism« puede su fr ir la ; y así pase un agudo cuchillo mi corazon, porque lave con mi sangre este delito.

A na , N o , padre mió , no oigáis .Jas voces que ha sugerido á Sindhám la dura pena de haberos hoy ofendido: los de la '^naturaleza oid no m a s : los que el mism» amor paternal os hace.Este es S indhám , padre mío, esta aquella "0 esgraciada hija vuestra , que sin juicio 03 ofendió, y ésta tierna imagen de m i delito, cuyas gracias encantaron vuestm corazon benigno,

■ triste fruto es de un amor crim inal : los tres sumisos vuestro perdón ímploramop, señ o r, regando hoy activos vuestros pies con nuestro llanto: concededle compasivo, pad re , y dexad que este dulce y tierno nonibre ei carino que os tenemos os tribute: vereis quan recoiiocidos á vuestra heróica piedad eternam ente vivimos.

Pamel. S i , señor, perdone ustc9 á mis padres, abuelito.IVlireles con qué amargura llorando ehtáu. Yo me aflijo

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A m ytambién de verle*.

M ilo rd . Pamela apmi nieta? Estoy aturdido.

M aur. N o me atrevo á hablarle apPamel. Padre,

pues no se ha compadecido de nosotros, vámonos;Dios n o s a b r ir á c a m in o p a r a g a n a r de comer e n Otra p a r te .

M ilord. A qué risco ap.no ablandarán sus razones!Solo á mí que endurecido con cstt afrenta he cerrado á la piedad lo* oidos.

Sind. Ea , señor, si el recuerda del duro oprobio que vino por Sindhám á vuestra casa os hace no oir los grito* del amor y la ternura, aquí está mi pecho, heridlo^ y redim a con mi sangre la afrenta que os origino. Sindhám morirá gustoso si-A na recobra el perdido derecho de vuestro amor: restitu id la benigno vuestra ternura y yo acabe al estrago de esos filos.

M ilord. Objetos abominable», huid de mi vista : idos, idos á donde jamas Tuelva á veros mi conflicto: dexa ese lugar que tienen tus hechoe envilecido, á A na. y con el cdmplicc vil de tu execrable delito v iv 'e , vive ; pero sea con el horrible m artirio de mi eterna maldición.

A na . Vuestra maldición? Dios mioí con horror»

Yo tiemblo.M ilord. S í, sí.M aur. Señor*:-M ilord. A.\in estáis aquí?S ind . Yo espiro.M ilord . Pero hacéis bien , qae pues y»

Sitidhdm» x fcnn tan grfiide h o n o r os miro, liuyeudo irá de vofotro» para siempre ir.i carii^o. vase.

A n a . Padre. queriéndole seguir.M aur. S eñora , teneos.A n a , Sindhám.S in d . A n a , mi carina

te hizo infeliz.A na. Ay esposo,

que ningún mal he sentido hasta este instante. Esta tristft maldición::- AI repetirlo me cubro de horror.

M aur. Señora,no es tiempo ya de afligiros. Asegurar vuestras vidas importa» Al instante mismo es fuerza que os ausentei* de esta casa , y escondidos espereis á que mis ruegos m itiguen el excesivo rigor del M ilord.

S ind . Ay hijaiM aur. Para estos casos se hiaa

el valor. Los infortunios, los contratiempos prolijo* acrisolan la constancia; ella los vence. El peligro Je hace mayor por instante» la debilidad. Amigo Sindhám , ánimo , y fiemos en el soberano auxilio.

Sind . A y , fiel IVIauricio , que son m uy fuertes y repetidos estos golpes: mis desgracia» no rendirían mi brio jamas , pero las de Bella y las de Pamela (ah digno y leal anngo) traspasan m i corazon afligido vivamente.

A na . Pues no , esposo:á Ana la hallará el conflict«» siempre animosa, si en tí m ira nn ánimo tranquilo; y mi Pamela adorada con sus gracias dará alivio á tu quebrauti).

c

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i 8P a m ^ . Por mi

no OS aflijais , padre mio, que ya estoy hecha á trabajo».

Sale un criado.Criad. SefTora, esta carta dixo

el M ilord que en vuestra mano pusiera. Ya he obedecido.,

D á una curia á A na y vase.A na . Todo me altera., abriéndola.S ind . Qud puede

querer el M ilo rd , Mauricio?M aur.. N o s é ; ya todo me asusta.,

Escucjbí^d, el couteaido.Lee. M onstruo .horrible,, que naciste á

ter-el borron de.íu,linage.¡ y homici-- da cruel de quien el ser te dió\ M ilord J)arambi te manda que en el instan­te hagas entrega á M auricio de quantas galas y joyas conservas., y cubriendo,tus carnes con el vestido, de lam as (nfima criada., salgas de Londres con el v il compañero y au^ tor de tus desgracias. Obedece pron­tamente . , 6 seréis ambos arrojados, con ignominia por m is criados..

Representa.. BneiiiDiosí.,H asta, quando, cielos

tu rigor ha de afligirnos?M aur. Pobres jóvenes! M i llan to , a p ..

han movido sus gemidos.A n a . Ah padre! Ah.M ilord! con qué

rigor miráis m i delito!Sind . Yo no puedo n i aun. m irarla,

sin lágrimas.A na. O maligno

Barón, faltaste á tu fe porque yo muera.

Saie el B ar. Qué miro?Bella A n a , Sindhám , tacadm«

sobresaltado. de tantas dudas. H e visto •alir de aquí demudado al M ilo rd , y sorprendidos os reo á todos. Qué es esto?

A na. Caballero el mas iniquo, el mas préfído y cruel de In g la te r ra , sois el mismo F ro n sv ill, de quien hoy la fama

tan grandes elogios hieoT sois aquel cuya virtud envidié con gran motivo lautas veces? y en f in , soi», aquel jdven que rendido confesaba á Ana un amor el mas verdadero y fino?N o es. c re íb le , no. Vos soi» un monstruo lio rrib le , nacid* solamente á ser origen de nuestras desgracias. Idos, idos que vuestra presencia mas y mas ha de afligirnos.

B ar. Yo estoy absorto : Madama, que os. decldreis mas os pido luuiáldem ente.

A n a . H e , apartad.B ar. Considerad que no es digno

Fron&vill.de vuestros rigores. A na . Y aun.de tos del cielo mismo. B ar, De los dél cielo? sefíora

ved que me habéis sorprendido,. A na . S j , perjuro..B a r. Como? ya

eso no pudre sufriros,M adam a.,

Sois un::-T om ad;D á.la carta al Baron.

ved. lo que os ha producido vuestra im piedad ., ^ rp rendcos, afrentaos y confundios..

Lee el Baron como sorprehendido, M aur. Qué habrá hecho el Barón? ap. S ind . N o > sé

como mi furor rep rim o .. ap.B ar. Qué horror! Qué impiedadi M a­

no pretendo desmentiros (dama, con mi voz., mis hechos solos lo acreditarán, hoy mismo.Y.o os- perdono los agravio» que vuestro dolor me hizo, como creáis que F ionsvill no fué capaz, de uu delito tan execrable. Los cielos me confundan vengativos, á vuestros ojos , si osado falté al juramento mió.

A n a . Cómo es creíb le , si ro» solo

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el Secreto habéis sabido?Jiar. N o es tiempo de eso Madama

yo m i nobleza acredito de este modo : á quatro jiiillas de Loiuires habéis sabido que una Quinta tengo : en ella vive Vaturman mi tio: yo le escribiré una carta para que os tenga escondido* eii ella en tanto que logro que el M ilord compadecido, os vuelva á su gracia, Y quand» TIO pudiere conseguirlo, quantos estados poseo serán vuestros , y conmigo viviréis felices.

A n a . Cielos,piitfde ser esto fingido? £y>.

B a r. Obedeced los preceptos del M ilo rd , cwno es debido, y disponeos á partir m ientras yo la carta escribo.

A na . Estoy al>sorta.£ a r . A D io s, Bella,

el cielo os guarde m il siglo» con vuestro esposo , colmad»<ic dichas y regocijos; á Dios.

A n a . Esperad.B ar. N o puedo,

que está mi honor ofendido, y hasta que le satisfaga no puedo vivir tranquilo. vasi^

A na . Es esto creible?S ind . Sí,

t í , amada esposa : yo he vist* en Fronsvill todas las senas que suele traer consigo la verdad.

M aur. E l corazonde Fronsvill es m uy «encilla y noble yo le conozco, y de su oferta me fio; conque no perdamos tiempo.

S ind . S í, obedezcamos sumisos l í orden del M iíord , y el cteí* adm ita este sacrüicio.Tú cuidarás de entregar

á C um ank aqueste ffcrito D á una carta á M uuricÍ9.

de parte de tu seilor, pues JO hacerlo no -he podido hasta ahora.

M aur. E stá b ien : no s¿ como mi dolor reprimo.

A n a , V e , M auricio, y con Pam elt espera en el quarto mió.

Pamel. M adre no me dexe usted, y se vaya. vase con M auricio

•Ana. Ya te sigo,hija mia. En f in , Sindhámi ya los cielos han querido que pierda por t í mi patria* m i casa y el amor mism« de mi padre : ya gustos* lo dexo todo, y reprimo hasta ei dolor de dexarlo.Ya los mayores peligros, trabajos y adversidades hoy á resistir me animo por tí solo, por tí. Ah!Págame esto« sacriíicios,Sindhám m ió, amando á B&Lla constan te, sincero y fino.

S ind . Yo te lo juro.A na . Pues lluevan

pesaYes.S ind . Lluevan martirio#.A n a . Infortunios.S ind . Y desgracias.Los 2 . Sobre mi.A na . Que si consigo

tu amor.S ind . Si logro tu fe.Los 2 . Cdmo he de poder sentirlos? (van-Aposento del M ilord , y se descubreéste sentada en una silla de brazo*

trastoniado de dolor y y sale al .paño Cecilia.

Cecil. Vaya , yo estoy aturdida. Sindhám su esposo! N o he visto mayor locura. Ello es fuerza tjue se lo Cuente á mi tio.AHI sé ve. Pobre viejo!£ n sabiéndolo es preciiM que se desespere.

C a

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lOLevántase M ilord . No,

en vano está nú carillo reprcndiei.de mi crueldad, furiosa. Sufran , sufran sus indignes «orazones penas, ansias y torm entos, pues el mío cubierto está de, am argura por íu causa.

Sale Cecil. Tio , tio.M ilord, Qué traes?- Cecil. Una noticia"

que habéis de estimar.M ilord. Quál? Dílo.ÍAi il. Que Sindhám es::- M tlvrd . G alla, calla,

no me acuerdes ese indigno- borron si probar no quieres mi cdlcra.

Cec. Yá no chisto.M ilord . Ah hija vil! V ivir me haces

en un extren )0 conflicto.Cecil. Habéis visto qué elcccinn

tan baxa , y tan::- M ilord . N o le he dicho

que calles?Cecil. Pero seiibr::- M ilord . Vive Dios::- Cecil, N o , no replico.

C hispas, y quál está el viejo? Voinie, no pegue conmigo.

AL irse á entrar saie el Barón , y Íe dice a l bastidor.

N o hables de amor á mi prinis. Barón , porque sus oidos estrañan esas materias.H a , ha , ha. parte riendo.

B ar. Qué poco juicio tiene Cocilia ! M ilord ?

M ilord. Fronsvill es : estoy corrido. B ar. Yo os creí de un corazon

b lan d o , a fab le , y poseído del atnor á Ja v irtud .Pensé que hallara dominio en él la nírturaleza, y por eso vuestro amigo Mte llamé un tiempc. Mas ya. reconociendo los vicios de que se halla el ulina vuestra

Las VkXxmñs áeíAmcr^llena , digo que abemino vuestra aiiiistad , y me afrento^ M iloid , de rcccnvenircs.Una hija teneis amaJjle y virtucsa. La estimo: es verdad j pero no os habla por ella cquí m i carillo, sino la raion. La bailáis Hnida hoy con el mas digno de les hombres , con un joven honesto, cuyo cariíío la hará fe liz , y tan solo porque es pobre y de abatida» nacim iento, la que fue noble elección , de delito, caracterizais j contra ellos esgrimís enfurecido vuestro enojo j de amargura llenáis aquellos dos dignos corazones ; olvidáis hasta el pateino cariño; y de vuestro mismo lado alejais bey ( me horrorizo ) con oprobio á una hija vuestraj Esto sí que confundircs d eb ie ra , no el verla unida á Sindhám ; pues v o s , vos misir . os gloriáis de verlo, á no estar tan poseído de vuestra ambición.. En fio y a d'e Londres han salido Ana y Sindhám , penetrado9- del seHiímiento mas vivo y doloroso , Pamela, aquel adorado hechizo de sus padres , con el llanta mas amargo y excesivo les 5Í¿rue , compadeciendo á los troncos y los risccs.Y vos, M ilord oiréis con eí ánimo tranquilo jnis voces ? Vos , á quien debeii interesar sus conflictos, os mostraréis insensible y sordo al horrible grito de la sangre ? Ah qué impiedad ! Vos tendreis el regocijo de sacrííicar tres vida«

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i ynístro furcff jmpfoj pero los remordiniientos del alma vuestra es preciso que den á vuestra vejeiS el tormento mas continuo. Quedaos , que yo horrorizado, admirado , y aun corrido de ver vuestra crueldad, huyendo iré de este sitio, y de v o s , clamando, al cielo que os dé un severo castigo-

hace que se va.M ilord . 0 \i Dios l Fronsvill.Sale M aur. De dolor

traigo el corazon partidoaj?. llorando. seilor , vuestra hija::-

M llqrd. N o destal nombre ú ese basilisco-

.ZViaí/r. Cumpliendo vuestro mandato partid- ya , Y de:£a este escrito para vos*.

M ilord . M uestra j no esperes que me ablanden tus geujidos.

Abre la ca/ta y lee.Am ado padre : Dexo obedecidas vues­tras órdenes , y salgo de Londres pvr\ quitar de vuestros ojos un obje­to que tanto os es aborrecible. V o y á morir gustosa para que vivais tran­quilo. Lvs instantes que el amor pa­terno ocupe el jcndo-de vuestro co- razon sabréis el vivo dolor con que llevará esta infélice mailre á su tier- n a y amada hija h á d a la muerte. Es­te sentimiento y el de haber mere- cido vuestro erwjo y son Los únicos que me acaban . por instantes. Por ellos , y por t i tierno amor con que un tiempo me m irasteis os ruego que levunteis vuestra nmldtcion á esta hija in fe liz , que siempre amm- rá vuestra, memoria.

Heures. Levantarla ? N o lo pienses. In i al sepulcro coniigo, hija vil.

M aur. Señor, oidlo que en vuestro seno mi«m* dicta la naturaleza.

Ha*'ta ftquf de vuestro juicio fué dneilo el prim er impulso del enojo. Yo os suplico de rcdilias. con el llanto nos amargo que os sereueis. El delito de mi señora;:-

M ilord. Es el masdetestable , el mas iniquo*

M a w .O s amr.::- M ilord . Yo la aborrezco ̂

cruelmente.M a u r .A h l La he visto

m orir de pena al dexar esta casa.

M ilord . Y bien , Mauricio;, con pena nmera quien tanta ocasiono' al ptcho uiio. tase..

M aur. Oh Dios , qué inflexible está.su corazon ¡ Yo me aflijo.

B íir . N o , no desista por eso nuestra p ied ad , de continuo- atormentemos su aiuia eon los recuerdos mas vivos de etía in)|,iodad.

M aur. M i seílor .es bien cruel..

B a r. Poseidoestá del furor. Yo sé q.ue ha de hacer presto su ofició^ el paterna] ainor. Ah !Yo su error he reprendido agi-iamente, y delibero seguir hacií ndo lo mismo á favor de la v irtud de Ana y Siudháni.

M aur. S'jis benivno.B a r. Soy sensible , y me la'tinia*

sns desgraci.-:.*. T ú , M:luricio¿ intercede ?in cesar por ellos , que yo confio que hemos de ablandarle.

M aur. El cielolo conceda compasivo.

Sí h a rá , s í ; pero entretantfj' nosotros blandos.

M aur. Sumisos.B ar. Constantes.Álaur. Llenos, de fe.

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#4 Las VíctimasLos t . Pidámosle enternecidos

que dé á aqiicilas tristes alma* gracia , paz , gusto y alivio, vanse.

-<2̂ •KS>-'0 ■<S>‘

. A C T O T E R C E R O .

.'El teatro será u?i montedeMlguna emi- TKinvia con muchos á r b o le s e n tr e los que habrá algunos corporeos.^ que irán cortando varios labradores , y baxán- dolos á una de tres cabañas qug ha^ hrú al p ie dei monte á la izquierda. L a Svena se abrirá con la siguiente

inúsim , que saldrá escuchando .Sindluím de lahradar^

:a lSM ú s i c a . o c a m b ia r a é l ja rn iflero s u m is e r a b le a z a d ó n p o r to d a la v a m d a d d c l o p u le n to .se ilo r .

tinos, ^ io , n o , n o .Otros. N o , n o , no.2'odos. No , no., no;

q u e e l s e ñ o r n o g o z a s ie m p r e la p a z d e g u e go¿:o y o .

í / u r f . Ah q u d b ie n c o n o c e n todo* la v e n t u r a y la a le g r ia jcüu q a e a q u í v iv e n , á g e n o s d e c u id a d o s y d e e n v id ia s lO v e n tu r o s o s v o so tr o s , q u e d e la s fa lsa s d e l ic ia s d e la o p u le n c ia v i v i s t e i s a p a r ta d o s ! Las s e i ic i l la s y b 'm e sta s Jeyes n ic ia ij)u 3 o la v ir t u d , y q u e s e g u id a s s e v e n p o r n o so tr o s , a h , q u á n a f> r ec ia b le s , q iiá n d ig n a s s e r á n d e n ii y d e in i e s |x is a ! N u e s t r a s ala^ai$ , e n e m ig a s d e to d o e n g a ñ o , se r á n f e l i c e s e n c u íiip a ñ ia d e v u e s tr a siJK ?eridad, y e n la s h m u i id e s c a s i lla s y c h o z a s , qtie la v e r d a d y iu Religiou lu b i t i in .

dei Amor^ hallarán nKestros deseos todo el bien que apetecían.Cruel Vartum ank , no importa que la piedad que «xercia Fronsvill 4:011 nosotros haya hoy negado tu codicia, pues entre esta hum ilde gente la hallarán vuestras .desdichas. A llí dexo descansairdo un poco d« las fatigas del camino á Ana y Pamela, y vengo::- Pero el que miran mis ojos será sin duda el Mayoral , bien lo indica su trage^ yo lleg o , sí,

Ricardo habrá salido de la segunda icheza , estará mirando desd.e el p i t

.del monte á los trabajadores ; y ■llega Sindhám .

spítor , hum ilde os suplica un infeliz que aten íais i remediar .sus desdichas,

ít /e a r . Qué quereis?-Sind. Señor , yo amo

á una mugcr- peregrina, que es mi esposa, tiernaniente. Por mi causa está aba tiia , y en la situación mas triste y deplorable. N o aspira uii ternura á mas , señor, que á llevar á ella y su bija un poco de pan con que la hambre que las mortifica remedien. Vuestra piedad haga que yo lo consiga por vida vuestra , señor, concediéndome este dia «n jornal entre esa gente que tral>ajando se mira.

J iica rd . Bien está yo os Je concedo, subid á ese monte aprisa, é id baxando á esa cabaña poco á poco las encinas que hay cortadas ; mas sabed que del jornal se os desquita el tiempo que malgastareis, vase,

SJnd. Está bien . señor. Los cielo« á vos y á vuestra faxiiilia

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#oImen de bienes por esta S ind . Qué «m or!caridad. Con qué alegria parto al trabajo 1 Buen Dios, de Ana y de Pamela cuida.

Sube al monte : repite la música la cantinela co?i que se empazó este ac-

to '^ysalen en.trage humilde A n a y. Pamela.

Jlíuííca^.N o cambiára un jornalero/SU' miserable azadón por toda la vanidad del opulento señor..

Unos. N o , n o , no..Otros. N o no , no..Tíiííos.Ko V no , no;

que el Señor no goza'siem pre > la paz de que gozo yo.

T arda,m i esposo-,, y mi amor^6Ín su. ílülce compañía no se halla bién. Ddnde , cielo«,, habrá-, ido ? Amada hija; tampoco está aquí tu padre.Oh D ios, y qu¿nto se agita m i espíritu contemplando su d.espeoho..

í^ m e i.N o se añija,m adre m ia , que habrá ido i., traernos p a n ..

A na . A liviatanto i su: v irtud mis penas,, que no puedo sin su vista descansar , ven , . preguntemos

, á ^ t a gente si por dicha le han visto pasar..

Pamel. Sí , vamos.Ahora acabará de baxar Sindhám con un tronco sobre los hAjmbros: A n a le

y corre hácia él con Pamela.A na . Pero qué es lo que • d iv isan .

mis OJOS ? Sindhám.5/rtíí.,Esposa,.

pronto en la choza que miras dexa e l.tro n c o , y volveré á gozar de tus caricias.

AtU í.Yo te ay u d aré , porque sea ménos tu fa tig a .,

E n tre los dos eniran el tronco en /a ; prim era cabana. ■

A na . Qué v irtud !Pam el. Qaé padres

tan, buenos tengo ! seria v^ntnrDsa si mi- abuelo fuera así , pero se irrita mucho , y ( ahora que no lo oyen )) es m uy cruel : no se lastima de nada. salen los dos..

S ind . Amada Pamela,liega á mis brazos aprisapara que aquesta tareaconmayor.jiibilosiga, abraza á P a m ..

Pam el. Y m i m adre, y yo qué arenwí?& W .D escansar , amada hijaj

que no son estos trabajos ̂ para las dos ; no - sois dignas ̂ de este abatimiento..

A ña . Ah !.qiranto, S in d h á m m a r tir iz a a i m i corazon esas voces !.Ana fué solo nacida.para am arte , y;:r no S ih d h ín ,,no hablemos ya mas de dichas,,de tim bres n i de riquezas:.m i corazon abomina.unos bienes que á sa arb itrM .la fortuna los disipa.Yo no puedo ya ni quiero- ocupar la i íe a nüa. que otro objeto que Sindhán^j Sindhám y su tierna hija serán todo mi p láccr,. mi consuelo.y alegría;; pero no puedo sufrir que alivies nuestras dc3dicb»3 tan á tu costa. Yo quiero> mil m uertes ántes..

Sind . R espira,,respira , . espesa y. desecBa- la piedad con. que me m iras;’, guárdame tu corazon,. y tu voluntad, sencilla,- B e l l a y . verás que son’ dulce»"; á-Sindhúm j estas fatigas.

^ íifl.Q üé es-io qtie díces?-Pues crees que es mi alma distinta- de. la tuya ? M i. pasión.

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2 4 Víces aca<^ ftiénos viva para m irar tus quebrantos y huniillarion mas tranquila que tú mis trabajos ? A h !N o , Sittdháin. Yo me creia indigna de tu am o r, si;;-

Sind. Calla , esposa , uo prosigas, ve y siéntate coa Pamela á la sombra de esa encina, que yo á seguir mi tarea vuelvo.

Pamel. Padre.Sind . Qué , hija mia ?Pamel.Qvic no puedo resistir

el ham bre ya.Suerte esquiva!

Para esto me hiciste dueño de aquel bien que apetecia ?

A n a . En vano Sindlíám procura ap. ocultar su pena. Hija, espera , que prontameute comeremos.

Panhel. M adre mia mi necesidad es tanta que no puedo resistirla.

S ind . Como sus voces no acaban de una vez mi triste vida?Ah cruel Sindhám! Ah padre el mas bilrbaro! Tú miras los rigores qae á lu esposa y á ta hija misma origina tu culpa , y no te confundes? N o caes muerto á su vista de dolor?

A n a . Sindhám querido, c o n su éb te , no te aflijas, que pues t<í por nuestro amor á ese exercicio te humillas, nada haré yo en hum illarm e [X)r el tuyo y el de iina hija querida : vuelve al trabajo, esposo , con alegría, on tanto que mi ternura en esas gentes sencillas busca un j.Iivio á Pamela.Sí , verás que’ enteinecidas i mis lágrimas y ruegoi «11 uecesiciad alivian.

Sind . C a lla , ca lla , que tú acal** de afligir el alma mia.Tú ii>endigar? Santo Diosí Esta clase de desdicha reservabais á Sindhám?B ella, B e lla , aquella hija del M ilord Daram bi (Cielos!) mendigando? Ah! N o [termita vuestra piedad que yo vea su inocencia reducida á tal extremo.

'Ana. Sindhám, no es hora ya por mí vida de acordar lo que f u i , puesto que la diferencia miras de ayer á hoy. Pensemos solo el estado á que impropicia la suerte nos traxo, y que si solo tu amor me obliga á dexar de ser gustosa lo que fu i , con qué alegría no he de ser hoy lo que soy, si á mas de tu amor me ins't* e l de Pamela? A qué estado

- lio descendió tu caricia por ella y por mí? Ah Sindháiuí T ú , que con tan excesiva ternura nos amas , sabes lo que esta ternura obliga*,

S ind . Es verdad: pero::- A n a . N o mas,

amado esposo, imagina que soy tuya , y que soy madr^ de esta desgraciada hija, que al rigor del hambre se halla expuesta á perder la vida si no acudo á su remedio; y verás con que alegría me ves olvidar la sangre ilustre y esclarecida que h e red é , é ir traspasad* de la congoja mas viva j)or esas chozas, diciendo á los qife en ella habitan: por Dios pido una limosna, m ortales, dadmela aprisa,.que soy m adre, y estoy viendg espirar de ham bre á mi hija.

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Ana y Stnáh¿m\Vase precipiiadam eniepor la derecha^ los homhfés fjite torpeniCTitf,

llevando á Pamela.S ind . Oh dolor el mas aoerho

que padeció el alma mia jamas! Cómo no me acabas, ya que tanto me contristas?Oíi m u g e r, la mas amante, la mas virtuosa y mas d ig n t de la tierra! Qu^ mal paga Sindhám tu sincera y fina voluntad , pues no fállete ai contemplar tus desdichasi Pero pues tu las recibes con tal gusto y alegría por mi am or, yo por el tuyo, daré al olvido las mias, y v iv iré solamente porque tu quieres que viva^ que corresponder no ,puedo á tus honestas caricias, si no te dedico amante corazon, ser , alma y vida.

Sube al monte , cae el telón que repre~ *enta el aposento del M ilord j sale el f ia ­

ron y M auricio con papeles, i/íaiir. Tomad , señor - todo está

como m andasteis, la firma Dale un papel.

vuestra falta solamente.B ar. Bien , tomad : dad al Escriba

Dale un holsillo. por su trabajo, y quedaos vos con aquesta sortija.

Dale una sortija.M aur. Señor::- Bar.- N o me desayreis,

que lo siento por mi vida. M aur. Ah , qué corazon! vose.B a r. A Dios.

Es buen criado , á fe mia, M auricio. La compasion y fidelidad habitan en su corazon : le quiero, y á la verdad me lastima que sirva al M ilord. Ay Bella! Hoy te dirá mi hidalguía quanto detesta F i’onsvill la crueldad , y abomina

envidiosos de la <liciu», que la m uger que ellos aman á nwpvo galan destina, con ¿elos, iras y ultragcs q»iieren mostrar que la cstimai»', IVÍienten : el que ama un objeto, de proporcionarle cuida gnstoi y venturas , nunca sus menosprecios le incitan á vengarse.] Yo amo á Bella: m as pox qué «»tro la consiga me han de deleitar á mí los trabajos y desdichas que pasan? N o^ no , jamas, jamas Fronsvill pensaría tan torpemente. Las Damaj nacen lib res, y seria «na injusticia obligarlas i amar á quien las estima,Pues si porque las v irtudei de alguna muger me obligan á am arla , hubiera de amar ella por fuerza las mias, diriamos que nacieron sin elección á la dicha como nosotros, y nunca obrar con ta l tiranía |)udo la naturaleza, á n te s , si bien se exSmina, parece que concedió á la muger conocida superioridad al hombre; pues con la fuerza expresiva de su líermosura sujetan el encanto de su vista quantos racionales tigres . á sus ojos no se hum illa».FíSta escritura::-

V a á reconocer la escritura', y sai« como despavorido el M ilordm irundo

á dentro.M ilord. Esj)antosa

sombra de una aleve hija, ten te , espera., qvé me quieresf Si yo huyendo de tu visla irérr- P e ro , ay infclicc!

V a á huir por la derecha -, se susj^eíídtD

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y retrocede.Sindliáiii , aguarda : no aflijas jni corazon acordando mi impiedad y tiranfc, pues y o , si::- V aled m e, cieJos,

Quiere p a r tir precipitado por la iz ­quierda y se suspende.

que h a tta la imagen mas v iT a de Pamela se me ofrece, excitando en su agonía la iva de D io s contra mí.Que horror! Ya jui culpa mismame hace ver la vengadoraespada de su justicia,que de una invisible manoá mi pecho dirig idaT ie n e : e sp e r a , e sp e r a , aguarda,ten el golpe , ten las irasun instante: oh culpa! oh sombras::-oh Dios! M auric io , Cecilia?

B a r. M ilord , qué ten e is , qué turba vuestro espíiitu? que agita el ánimo vuestro?

M ilord . N ada,nada; todo me horroriza.

M irando despavorido la scena.B a r. Por qué 'dabais tales voces?

De que' tembláis? Quien contrista vuestro corazon?

M ilord. Dexadine.B ar. Acaso os entristecía

la memoria de Ana? Qué vuestra alaia ya arrepentida quiere volverla á su gracia?

M ilord. C allsd: á la gracia mia? qué rabia! Si se opusieran segunda vez á mi vista esos dos aborrecibles objetos , fueran m is ira i seguramente verdugos inhumanos de sus vidas.

B ar. Padre el mas bárbaro y fiero de quantos á la divina sabiduría debieron la honrosa prerrog;¡tiva (le p ad re s , qa^ m nstruo ho rrib le os ha engendrado? Qaé hidra infernal os aioortu

para la confusion mia?Qué furia os hizo olvidar aquella ternura misma con que la naturaleza pródigamente benigna *distingue á un padre del resto de les hombres? A sí estima vuestro error tal distintivo? Callad que ‘ya ■ está corrida de LaLer dado tal carácter á un m onstruo, con quien Ja ir* piido mas que el misuio amor p a te rn a l, y su caricia; y y o , corrido trm bien de oír vuestra tiranía, tan templado. Mas con todo, porque veáis quanto dista vuestro preceder del mio, leed este pliego ; él diga qiricu es Fronsvill en cprcbio Alustro , y vanrglcria mia.

Vose dexandole a i su mano el pliego^M ik r d lV)SÌLie es q te yo sufriese

la vergf.rzisa cardia con que í rcnsvill n.e ha tratado? Vive i i ( s que erta ignominia:;- Pero qué ja} el es este, en que d ite que se explica quién es él?

A bie y lee. 'Jüor.acicn voluntaria, qjn hace /e rg e J 'r c n s i i l lB u r p n d* Frcrtsvilt y de Breubsíon ̂ (i ma A na É iirica Laravibi., h ija .le ­gítim a c'cl M ilord Uorc.h.bi^ á sus hijos y succesores , ile una casa de ccmpo., lib re , que di< ko Bcr{,n ú qirutro millas de Lcndres., con to'- d o t i itnn ino y cahañus q u e jep er tt^ nccin enaquel ttir iío iio .

Representa. Válg£.n.e Dioa! t /n jéven , que con tan fina pasi< n an;al.a esa fiera, no tíin sol.'jmeflte olvida el disgusto de perderla,9i que fcn tal hidalguía tra ta así de remediar sus desagracias? Ah! LI excita m i compasion ; mas qué digo

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Aitií y S^núhdm» conrpnsiori? n:i r r i l i ia , ir.i ira . ten ki'inildc? T u re y®

S::le J i j a u r . Q u a n d o quii'.ieií-is, p o d r é is ,•cñor, i'OJ.er, vt;estra üm ia á aquellas cartas.

M ilord. Bien : vete, déxüi e.

M aar. N o es niuy propzci» la ocasion para regarle por su desagraciada hija.M e iré. Señor, ablandad gu corazon este dia. vase.

M Jo rd . Ea ra n o , en vano me esfuerzo á resistir las continuas suplicas qae hace el amor i favor de sus desdichas.Yo fui cruel ; s í , cruelj pues castigar debería su culpa cun mas dul2 ura, viendo que ya no tenia remedio. M uy digno soy de la amargiira'excesiva con que la naturaleza me angustia y me m artiriza.A ll , noble B arón , qu¿ poco conocí yo ea este dia tu virtud! Continuamente iiiC avergonzará la luisina memoria de ta s acciones.Pero , pues la culpa mia conozco, amor á eníiiendarla corram of, porque no digan los tiempos , si hacen memori» de mi desgraciada hija, que la crueldad de un padre la sacrifico á su ira.

Sale Cecil. Qué hacéis j tio?M ilord . N ada.Cecil- N ada. remedándole.

Qué respuesta tan concisa y grave? Qué teneis?

M ilord. Nada.Cecil. Pues porque á vuestra «obrina

ponéis tan m aldita cara?Tiene la culpa Cecilia de que sin vuestro permiso ge casase vuestra hija?La busqué yo i>or ventura u* novio de gcrarquía

de esta iiiiame icciou noticia lo sta boy? Yo;;-

Ik'iicrd^ Cí»ila, ía lla .C t'íil. Yo tccEsejé , por mi vida,

que los echai-ais de casa, que quitarais á n>i prim a jo y a s , galas y vestidos, y que como niugercilla ordinaria la obligarais á salir hoy fugitiva de Londres? 8u])e yo acaso::-

M ilord. V e te , y déxame.Cecil. Que habíais

de enfadaros de esa suerte, n i ménos que:;:-

M ilord. Ya me irrita tu lo cu ra , y ::-

Cecil. Solo faltaque venga á pagar Cecilia lo que otra comid.

M ilord. Aun no callas?Cecil. Sí callaré en la hora misma

que me hablcis con otra voa mas dulce, y mas expresivaj pfjrque no puedo sufrir que allá os revuelvan las tripas las locuras d e A na, y que despicaros este día queráis conm igo, porqne::- Pero t io , es de mi prima etta carta? Cdmo está?Desde ddiide viene escrita?Qué dice , á ver?

Sale el B ar. M ilord , dadme ese papel , si jwr dicha le habéis le íd o , que es fuerza firmarle yo.

Cecil. Buenos dias.Barón : no porque S indhím os soplase cmi malicia la dam a , os pangáis tan serio conmigo.

B ar. Coa ménos prisa os responderé despues,M adama.

M ilo rd . Quanto me irr ita ap.Cecilia con su carácter.

D 2

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Tomad»B ar. Con doior me mira^M ilord. Tomad.Cecit. Son otros conciertos

BtWpciaJes? dadme noticia, q/je me holgard de saberlo.

B a r, N o señora : (fl se contrista.]\Iirmido al M ilord.

M ilord . Ah Fronsvill!D á un suspiro miranda á Fronsvill^ y

parte por ¡a izquierda. ̂Bav. Oid , M ilord, quiere seguirle. Cec//. T ened, que está aquí Cecilia^

y no es ninguna fregona, paca que sin cortesía la dexeis con la palabra en la boca..

B a r. Bien aprisa volverá.

Cecil. Gon no m archaroi os ahonais esa fati.ga.

B ar. Perdonad , qu e ::- (Cecil. Vos quereis

que riñamos'; pues por vida^:- Pero dexéinoslo. Vaya, qué me decís de mi prim a,;^aron? H abéis visto afrenta semejante? N o es m uy digna- de lo que está pasando?Vos , ves, quál os quedariais aver y. quando os declaró todo el misterio sin cifras?Os aseguro que yo (juedtí tan enfurecida al oirlo:*-

B ar. Vos lo oísteis? ^Cecil. Tom a, y le fui á dar noticia

de todo al lio : sí vierais qual se puso os reiríais.

B a r. Y no os confundís ahora de pensar en las desdichas que causasteis á esta, casa?Habéis mirado tranquila el grande riesgo en que puso de Ana y de Sindhám las vida» Tuestro poco juicio? Ah!M adam a, esa acción, indigna­r e vuenra san g re , os hará

odiosa siempre á la ris t» de Fronsvill.

Cecil. Ahora salimos con eso? Quando creía que agradetierais el veros vengtdo ya por Cecilia de aquella estupenda pieza; que 03 jugó astuta la n iña, me amenaíjais?

B a r. Vüs , M adama,pensáis con poca hidalguía, si he de hablar con claridad, Pero Fronsvill os avisa que sí á la debilidad del &exó que os apadrina no a ten d ie ra , vuestra lengu» hubiera ya en este día arrancado , porque nunca cometiera igual perfid ia .uaap a r tir ,

Sale M aur^ Üh que jubilo! Señor, mi amo á llamar os en^ia.

B ar. Voy.M aur,. Pobres jovenes! Ya

calmarán vuestras desdichas, vasc, Cecil. Se dará tal desvergüenza!

A m í arraiicarme (qué ira) la lengua! £stoy por::- M as voymc á ver si puedo escondida oír lo que él y mi tio tra tan . V i l , teme á Cecilia, va^e.

Levántase el telen , y se ve una cam­p iña dilatada con varias chozas, en­tre ellas una medio caida , y junto ú ella algunas parvas ; un riachuelo cruza desde la derecha á la izquier~ d a , con un puente de ta lla s : sale per la izquierda A n a , con un lio

de ropa , cunduciendo á Pam ela de la mano.

A n a . Ven , Pan;ela mia , ven, y mientras tu padre cuida de aliviar tan á su costa nuestras amargad desdichas,, procuremos a liria r nosotras las su y as , hija; esta ropa me rogó aquella' üm gcr sencilla, que de comer nos Íia dado.

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h Iivf'se •, r h sirva es üaiy ju^to, i2ste es el rioj yo Iiv^arc, y t ú , hija mia,1) li-iá tendiendo.

Pam el. N u , m adre,traiga u itcd acá por sa vida la ropa , y verá que presto la kivü yo , que aunque nina estoy mas acoótanihrada.

A n a , N o , Pamela.Pam el. Pues n o ^ i i r a ,

iBadre , que no sabrá hacerlo, como nacida en la rica Corte con tantos' criados ?

A n a . Ya no soy lo que era , hija. H ereda el pobre trabajos, y ijereda el rico delicias,Goc¿ delicias el tienipo' que í’a í venturosa y rica; jnas h o y , ya que la fortuna me hizo pobre , es bien que admita lo que tccd en suerte al pobre, que son males y desdichas. ü ja lá quien ántes supo: las. mudanzas repentinas de h s u e r t e m e enseñara estas humildes fatigas; parque no las estrañase,. si las mudanzas sufría.Ett' fin-, de nuevo aprendamos' á vivir ,. p u ¿ á otra vida, tan di'ierente pasaaws.Pero vosotras que- altivas^ liadas en la fcrtinia,. no cabéis en vuestra misma- soberbia , de.xad de estar tan ciegamente engreidaá, porque son un sueño todos los placeres y delicias que gomáis , y ay de vosotras' t i de^jertais á otra vida.

Püwe/.J>Iadre , no lloréis por eso, que Dios querrá, que aJgun dia sea YO grande , y cutonees os descansaré.

A na . Ay queridaP a m e la ^ q u e m is tra b a jo s jiü so n lo s q u e e l l la n t o e i c i t a n , .

sin j e!- r e r que por n iii culpas,vives tú tan abatidi'..'

Pam el. M adre n n a , siendo pobr« viviisé siempre tranquil«^ sin temer desgracia algiina, puesto que si bien se n iiia, la m ay o r, que es el ser ¡jobrc la tengo toda mi vida.

A na. Es verdad. El corazon ap;, sus disgustos U1C contristan,

jpflwe/.M adre, quiere usted qne canl* porque tanto no se afüia ?

A n a .S í., Pamela. A y , Sihdhám mió, que imágen tan propia y viva es de tu v irtud l

Pam el. O id,y no lloréis , m adre mía.

Canta P am ela , y A n a se pondrá: á lavar.

M úsica. Quando libertades canta e í alegre ruiseñor llora la incauta perdia su inesperada prisión.E l ruiseñor la m ira desde el verde tomillo- y riendo sus penas la dice en dulces trinos: pues reisteis ayer ageno mal,- justo es que llores, hoy prcpio doJor.

Acaba de cantar., y empieza á tender la ropa que A na ha lavado'- sale por la- derecha R icardo , diciendo los primeros versos , y tras él conducido por u : i l s labradores Sindhám como muerto , con todo el rostro ensangrentado y lu ca~

beza vendada: los labrador es hacen fo que dicen los versos.

R icar.'Pohie joven 1 ]\Je enternece su inefper^da dcicicha: conducidle peco á poco, lesacan^- y en esa choza caída le dexad , m ientras que doy

le ííejiian sobre una p u n a , i djí- jieñor Ja noticia de este acaso, y ;:-A ias aqnellaj. einu uíe engaña la vikta, es la que hacs pocas hora* que le lltv d la comida

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5® L a s Vút'im asal m onte< ella e s ; scñorír, llegaos aquí. Qué afligida íe pondrá !

A n a y Pamela recogen la ropa., y se íííeueit á Ricardo.

A n a . Q;ié u)e a iaudah,¡áeilor ? Pero qué registran mis ojos ? SiiUháiu. .

V t á Siiulhám , corre precipitadamen­te á él , y iiicardu la detiene.

R icar. Teneos, seííora j sé que es precisa vuestra pcua en ocasion taa funesta é iiupropiciaj poro advertid que esa pena dará ántes fin á la vida de ese ia le liz , si en sí vuelve y vuestro tormento mira.Dispuso el cielo , señora, que baxando ahora una encina desde el monte resvalara, * y cayera de la cima hasta el llano despenado, de modo que aunque con prisa partiiuos á socorrerle, lué ya en vano. La divina misericordia tan sola P'idrá evitar la desdicli» üe su muerte,

A na . O a Dios ! liic a r . De Jiad a

])uede servir que se aflij* vuest.o c.)razon. PoJid por él á aquella infinita iiiisericordia conceda á su alma arrepentida el perdón , ' y en la morada de los ju s tjs la reciba.Yo voy á dar al instante á Va'^turuiank la noticia de e^ita desgracia , y á enviaros quien en ta l lance le asista, vase.

A na . Santo D io s , pues coronar quisisteis hoy mis desdiclias ton la mayor , concededme fuerzas para resistirla.

I^Iadre, qué tiene mi padre? le ha Lecho esa geute enemiga

Llora A na. algún mal ? no regpuiideis, y lloráis ?

A n a .K y hija m ia!Abrazándola con ternura.

Pamel.Vsidá. me en tristece , madre. A na . Quiso la recta justicia

castigar mí horrendo crim en, Pamela amada. M e quita un esposo á m í que era el centro de mis delicia's; y á tí un padre que te amaba tieinaiuente. <

Pamel. Ah madre !A na . All hija !Perm ane-en algunos instantes consterà nadas sin separarse , en losi piales Sindháin se incorpora sobre la pa fva como volviendo de algún letargo : r t-Cf O ?conoce la scena poco a poco , y al des­cubrir á A na y Pam ela mira al cielo enteriiecido , y quiere levantarse , lo guai advertido por las dos cvrren pre­cipitadamente d sus brazos con las

prim eras palabras , y permanecen algún instante suspensos, '■

Sind . Buen Dios i Ana.A na . Eiposo.Painel. Padre.S ind . Bella , ya á llegado el dia

en qae te dexe níi muerte vengada de iys desdichas' que te origino Siudhain.Ya ea vauu el vaiur maquina resistir estoS terribles instantes de mi paiiida.T d sabes qnauto á lüis ojoi fuiste amaule , y la fatiga con que te he visto ct'rcada de penas por causa miaj ya aun el bien de acompaííarte en Ja adversidad me quitan lüs cielos. Yo muero , Bella.

A n a . Ah caro Sindhám !Sind. Alivia

tu dolor fiero , y recibe fste gtl[)e que te envia* lo« cielo* con un valor.

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con lina constancia digna de tu virtud. Al instante que tus nínntos cojnpasivas cierren mis ojos darás á til padre la noticia de mi muerte. Irás á verle, y con esta infeliz hija de nuestro am o r, te echarás á sus pies , y ambas sumisas implorareis su perdón.Di'ie quau arrepentida viáte Ja alma de Sindhám de haber causado tu ruina, y haberle irritado. Díle que en mi postrer agonía le rogaba que amparase vuestras inoceBtes vidas.Y t ú : amable compauerá de mis ansiús , uiuger digna de mejor su e rte , })erdona la impiedad y tiia iiia con que hice c;,iiocer la hiiniillíxion mas iniqua.

jin íi.C A lü , Sindhám , que tus vocei mi corazon m artirizan

■ juas y xiias. Crees acaso que j5ella te m iraría espirar , sin que espirase contigo ? No , no pernátan los cielos, amado esjKDSo, que Bella te sobreviva un instante. Yo abcrrezco esti existencia : nii vida es ya de ningún provecho en el innndo.

Ah! Esa hija::-* Pues qué amparo

' le q u ed a rá , aunque yo viva, si falta su padre?

Stid. Ah esposa !tu n.isino dolor te inspira unos discursos agejios

' de un corajion donde habita la religión. Vive ; vive, para que en parte redimas la triste snerte que sigue á esta infclia hija mi.a,

Enjuga *u tierno llanto,

pues que los cielos me priTan. á m í de hacerlo. Esto solo te ruega en sus agonías tu S'indháni. Aquel S indhii» que te amó teda su v ida con el pretexto mas puro, y admitido por la misma •»irtud , por la religión, y el infortunio. Y tú , hija la mas desgraciada , llega, y rccoxan tus mexillas el tierno y últim o llanto qae mis ojos le dedican.

la abraza.Estréchate entre mis brazos un intante que de vida me queda , y el postrer fruto de nñfi ternuras estima.Un cúmulo de trabajos te dexa la tiranía de tu padre por herencia, perdónale , amada hija, y su eterna bendición mientras vivieres te siga.

P am el.Y o quiero m orir con vos.Apártela de mi vista,

esposa , que su presencia aun mas que la m uerte mi.-raa me es cniel. A D i;,s, á Diosj y pues tan cerca se m ira mi últim a hora , perm itid ̂que vuelta ya el alma mia á su Criador , implore el favor que necesita.A Dios para siempre»

A braza con ternura á los ñ o s , ti ¡n~ mediatamente A n a se aparta con P a-

niela algunos pasos hácia la derei jia consternada de dolor,

A na. Ahorapenas acabad m i vida.

Sind. Señor apartad de mí esas imágenes vivas de mi dolor , porque en Vo; esté solo el alma mia; y pues para hacerla vuestra tolerasteis una indigna y afrentosa m uerte , solas

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3 “vüesfMS manoi Ja reciban, muere.

A n a vuelve los ojos con temor á S in - dhám , y a l verle caer corre pre^ cipitadamcnte hacia él á tiempo que por la izquierda salen R icardo y la-̂

bradores qae las detienen has­ta su tiempo.

A n a . Sindhára,P am tL Madre.K icar. Deteneos,

infeliz muger.A na . Peroiita

vuestra liondad que yo acabe eii sus brazos.

R iear, jVJe contristansus voces. Ved si lia espirado

á los labradores. ese infeliz.

A na . Hija mia. reconociendo á S ind . I^ahrad. Ya espircí.R icard . Descanse en paz.

Pues , señora , el alma impía de V atarinank ni á m is ruegos, n i á vuestra amarga desdicita se ba demostrado sensible Iónicamente os envia esta guinea por paga

la dá una ytioneda. de lo qae en aqueste dia trabajó aquese infeJicej pero cruel os intln)a, que jamas volváis á verle.

Anti. Ah !R ica r. Señora no os aflija

su precepto. P artid todos.Labrad. Qu¿ lá s tim a!R ica. d. Yo quería

conduciros á mi casa por piedad : mas m i fiimilia es njucha , y mas mi pobreza.Sin embargo , mi sencilla voluntad aliviará vuestras acerbas fatigas en quanto pueda.

A na . 1:1 Señor,por vuestra piedad , bcnciija la cosa vuestra.

R ica r. Y á vos

Las V kú m a t del Jm or,os consuele en esfe dia.P ero , señora; pues tanta v irtu d resplandece y brilla en vus , esta es ocasion m uy propia de refundirla y acrisolarla, abrazando con una entereza digna y cristiana el golpe atroz que su Magostad enria.Padre es de todos : é l hoy tem plará vuestras desdichas.

A na . Ah , señor, quanto conmigo vuestra bondad sentiria, si supierais una parte de mis desgracias.

R ica r. Consiganmis ruegos que en todas ellas las cohiieis este dia á un alma que tiernamente os ayudará á sentirlas.

A n a . Si h a ré : mas ántes quisiera escribir esta noticia ^ infausta á mi amado pad rt,

R ica r. Le teneis ?A n a . Áh !R icar. Ddnde habita ?A n a . Eu Londres.R icar. Cdmo se llama ?A na . Perm itid que no os lo diga,

señor ; hasts que sepáis despues todas mis desdichas.Yo le escribiré ; vos Juego buscareis quien en su misma n an o le entregue mi carta pagándole su fatiga con esta guinea.

R icar. Yo,yo mismo en rqueste dia se la llevaré • esperad, mientras me llego á la Quinta por tiutero y papel.

Ana- Si,mi ternura os suplica al oido. Ileveis con vos- á Pamela, porque tanto no me aflija.

ií/Vfir. Pobre joVen! Si haré. Ven, ^en cGUinigo , Pamelita, te dar« 4e merendar.

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t Ana yPamel. Y mi madre ?A na. A q u í, hija niia,

te espero.Pamel. No me dexeis,

si deseáis que yo viva. vase con Ricardo.

A na , Ahora , ahora pesares es ocasion propicia de que exerzais unidos en m í vuestra impiedad y tiranía. Ahora que m i ahiia tan postrada se mira podrán vuestros rigores á vuestro imperio bárbaro rendirla. Ahora que yo propia aborrezco m i vida, podéis lograr «1 triunfo que quando yo la amaba apeteciais. N o , no os d u rm á is , pesares, v e n id , matadme aprisa; que pues murití m i dueilo, v iH r no puede quien por él vivía. Cíelo inhumano , cíelo, que de m i bien me privas, vuélvemele , 6 acaba tam bién el bien,que por mi bientenia. Ojos tr is te s ; que un tiempo visteis con alegría la luz del »o l, huid de ella, pues os faltó la luz con que veiaii. Corazon , tií que tino quisistes algún día, aborrécelo todo,pues te faltó el objeto que querías.

Camina llorosa á S in d h á m , y se sien­ta jun to ú él.

Y t i í , joven amable,que fuiste mi deliciael venturoso tiempoque enamorado y fiel te poseíajtú que sacrificastesesa preciosa vidaal odio de un tirano,y al amor de uaa esposa , y una hija^adm ite en recompensade tu fíneza dignalas lágrim as acerbascon que riegan mis ojos tus ceniias.

Sindhám,Recibe los suspiros que el corazon te envía, m ientras quiere mi pena que acompañe á Ja tuya el alma mía.

A se las m anos , y se las besa con ternura.

E n estas yertas ma/ios con que veces distinta* me nwsti'abas un tíemj>o aquella fe y amor que me teniíjs.£ n estas mismas manos,que y o besar ^oJiacon la mas pura llaiuaque amor enciende y h viitMd aviva,te ju ro -, esjwso , que iííitcs'criará el cielo es])inas tiy el campo estrcJiaa puras,.•que se vean sin U.-into uíis ujcaíIJ.is;in te s incendios vivosdarán las aguas- frías,y del pielogo iamen.ioserán contadas las arenas misma*,que el pía -«r en uii almahalle grata acogida,n i de m i ¿recho faltenel amor , el dolor y la fatiga»Y sí aun asi no se halla tu fe correspondida, pagada tu íineza, y satisfecha tu pasión activaj desde el celeste AJcszar, donde tu aJma habitá, sal á ver la am argura ;con que una esposaque te au)óse mí ra . Sal á ver (oh Pam elaI) como (á Dios amada liija,) sobre tu ciado cuerpo el mismo amor acaba yfc mi Ivid«.

D exa caer el rostto sabré f l pecho 'áe Sindhám como nmerta < p'>r ¡tj i z ­

quierda sale Pamelfi ,con íin ietio y papel, .

M adre ij niadítí. Si se habí« quedado ahora doniiída?

se va obscureciendo el teatro.Voy á vcrio. O padre «¡io*

se llega á A na. j qué poco vuestra hija

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08 conocid! Ah! Si vierais con -<jué extremo os niuaria!.Si Ja despertaré ? N o : que es fuerza que esté rendida, JP<íro el miedo uo- me dc.\a estar sola. M adre mia.

la coge la mano..Qué helada e s tá ! niadre , madre. N o resjwiide : si dormida estu v ie ra , despertara á mis. voces. Q«é desd icha! si se líaJjrá m uerto‘í* Dios mick,

Hincase de rodillas , y plegando la$ manos. , dice , mirando al cielo. dad á mis padres ia A2Íd.i, ó matadme á m í también.

Salen por la izquierda precipitada­mente Ricardo , M ilord , el Baron^

Cecilia , Meutricio , y Criado* cou hachas.

R ic . Señores, llegad aprisa, q^ue aquí han de estar.

Como asitsta d a .,ysin saber donde « - conderse.

P am . A y de ntí!M ilord . IM nde , dcítide está m i hija,

Ricardo? Pero q-aé veo?Pamela , Pamela m ia, dcínde está tu inadpe?

Pam.. Veislaallí m u írta «n compañía de mi padre..

M ilord. G alla, calla,qac tii mi dolor duplica».Ana muorta! cielo santo, hora é» ya ifi'e vuestras iras confumlan á este inh-uinaiio •verdugo de su& dos vidas.Fronsvilf j M auricio , romped, fdnípod Aoa vuestros ctichilla* ftii pecho , kivela inhnmaHa sangR* mia iBÍ culpa atroz- S í , matadme, sed piadosos est« día conmi’g

B ir . M ilord.M aur. Sefíor::-A ít/o rd .M atad i!M ,sí, y las desd ichu

que causé á «¿tes inocentes p.'igue ni ménos con mi vida>

B ar. Tem plaos, M ilo rd , que taJ ves no habrá muerto todavía Bella. .

M ilord. Belfa ha m uerto , sí; mis soiitimientos lo afirman. Casligd el de io mi culpa negiíndome la alegría de ve rla , y de recoger sus dltim as agonías en mi seno. Oh cielo! Oh noche la mas horriJjle é iiupropia para mil Ay Ana! Oh Pamela!

Llegase ú abrazar á Pamela , y ts ia se retira medrosa.

Pflwe/. Q ué,despues que vuestras ira j dieron la m uerte á mi padre y á nú m adre , pret-endiais que yo os abrazara? N o , no lo penseis : temería eon ' razón que me alhagabaú para matarme.

M ilo rd . Oh queridaP am ela, quán digno soy de este ©probio! tu seneHla recOHveftcion me es cruel aun inas que mi cul])a misma«Tií cubres m í coraasonde rulxtL*, y tú me oJ^liga*á que ya desesperadohuya de la coiíipaníade los hombres , y entre fiera»inhuiiiananiertte viva,pues fiera fui. queriendo p a r tir .

Bc.r. No teneos : pena , pero <|-ué diviso?

A n a va volviendo en s í , el M ilo rd yPam ela quieren arrojarseá tU a u lJ íti .

ron detiene á aquel., y M uuria* á ésta.

B ar. y M aur. Deteneos.Pam el. Mndre.M ilord . Hija.A n a . A y de mííR ica rd . Yo estoy absorto.O/gíK Yo me siento enterDecida..

, M ilord,: vuestra excesiva

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Ana y S¡i¡dbJnjé deM ilord. Hija amada.

Pam . M adre.£ a r . Bella.M aur. Señora-,Cecil. Yo llego. Prim a.A na . 0Ù ciclolOii piadoso cieW

Üh padre!M ilord. S í , hija querida,

tu j)adre so y , padreque con tauta ti^aiHa buscó til m uerte , es e l inisrao que hoy arrepeutidv j»iirüs.

A na . ,Ah dulce padrel Pues quiso- mi suefte darme la dicha de m orir en vuestros brazos, dignaos por vuestra vida de perdonar á e^ta tieraa y desventurada bija de mi culpa.

M ilord . Qué pronunciai,Bella iuieliz? N o pr(>sigas.Yo soy el que tu perdoit impU)ro aqu í de r«>dillas: coiicc'deniele.

£ 1 M ilord se echa álospies d t A na ̂ y esta quiere detenerle.

A n a . Qué hacéis?Ah! mi situación me (jnita abrazar hoy vuestros pies, p ad re : jnas llegad apri¿ai mis ainorusos bra¿us, para que con alegría espire en ellos. Los males que padeció ei alma mia, castigaron las ofensas que os hice , y así consigan mis lágrimas qae a l sepulcro vuestra bettdicion me siga.

M ilord. La ii3Í;i, y la d t aquel Dio» que ha de juzgarnos un dia, - caygan sobre tí.

J u a . Y a , padre, muero goz.sa y tranquila. F ro n sv ill, alma Ja mas bella,

^ la mas virtuosa y digna ̂ de Ing laterra . buen M auricio,

^ piadoso Ricardo , prim a, y t d , pedaüo eí mas tierno

mi corazón, ariinia.A braza ú Pamela con ternura., y /a»

demas hacen extremos de pena. estréchate entre ios brazos de una madre cuya vida vá á acabar. T u digno abuel© (pues nú amor se lo suplica) cuidará de t í ; y Dios inismo te- concederá rrjas dichas que á mí s i tu coraaon conservas sin ia mancilla de la culpa. A D ios, Pamela..A D ios, padre. A D io s, Cecilia. Yo muero. Oh Sindhám! Rogad por mi aJ Señor. muere..

Pam el. M adre.M ilord . Hija..

T riste scrtiaí M aur. Qué dolori:Ceiil. Pues yo causé vuestra ruina„

eternam ente ía debe llorar nii alma arrepentida.

B ar. Ah bárbaro Vatu.xmaiik.Ah tiol vík*8tra codicia castigaré , pues fué causa tal vez de a(ju^sta desdicha..Ah ¡\Iadamai Veis::-

CeciL M is ojosm i eterno dolor os diganv

B ar. Tarde es ya.M ilord.. Oh Sindhám! Oh Bella.'*Bar. Una fortaleza digna

de la alma vuestra es tan solo ̂lo que m ostrar deberíais.Gon ella r».'diirireÍ5 quanto vue&tra tiranía hasta aqjií ha errado«.

M ilord. Ay FrousvilUQué tarde v i m i perfidia!!Pero pues ia v i tan tarde, vamos á- enmendarla apriit*Todas aquestas cabañas-

A M auricio^ compra al pxint», y d e órden mi» se haga ua hospital. E l centro que ocupan Sindhám y m i hija ocuparán las estatuas de lotf d o s , gue al mundo dij;an

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su desgracia y los efectos de mi alma arrepentida: ealisiaga en algún mado quantas acerbas desdichas les causé , m icatras nú llanto dá un breve fui' á mi vida. .Y tií , inoceute Pamela, , pues m i crueldad te quita tan dignos padres, encuentra su pérdida en m is caricias: quanto tengo es tu jo -

JBar. Y y aque no pudo la hidalguía

J)d la escritura al Milord*

Las Víctmas del Amar^de esta donacion servir de remedio á ia desdicha sv.v l de dos infelices, hoy . . . ; d e aum entar tu herencia sirva.“:,

M ilord . Ved que::*B ar. Hacedm e esta merced,

M ilo rd , y vanios aprisa de aquí. ’

M ilo rd , Vamos , y pues que tenemos tan á la vista de las víctim as de amor e l fin funesto , consigan.

Todos. Sus defectos el |>erdca, é indu lto nuestra fatiga.

F I N .

E n V a l e n c i a : En la Imprenta de José Ferrer de O rga, €n doade se hallará esta y otras de diferentes lí-

íulos. A ño 1 8 1 3 .

f MI ^ J i