las palabras del 25n

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EL PROYECTO ZAPATOS ROJOS(en palabras) Algodonales, 25 de noviembre de 2015

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Estas son todas las palabras que queremos que queden grabadas, porque son las que nos han hecho sentir la emoción contenida y compartida y puesta al servicio de las y los que sufren. Algodonales, 25 de noviembre de 2015. Día Contra la Violencia de Género.

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EL PROYECTO “ZAPATOS

ROJOS”

(en palabras)

Algodonales, 25 de noviembre de 2015

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“Un pueblo es por lo que lucha” – transcripción del discurso para la clausura

del acto en homenaje a las Víctimas de la Violencia Machista. Por Alejandro

Albaladejo.

Me gustaría empezar este acto agradeciendo, en primer lugar, a Elina Chauvet (que fue la artista mejicana que, asustada por los feminicidios, los asesinatos de mujeres en México, creó esta obra para hacer visibles a las mujeres), quiero darle las gracias a ella, a su generosidad y a crear esta obra que nos reúne en torno a ella. Quiero dar las gracias, cómo no, a todas las mujeres y hombres que hay aquí; a todas las asociaciones, a todas las AMPAS, al ayuntamiento, a todos los que habéis pintado, o no habéis podido pintar, a todos los que participáis, muchas gracias. Quiero dar las gracias, especialmente, a nuestro alumnado. Me parece muy importante que un acto que reúne a toda la ciudadanía haya partido del instituto. Me parece importante porque un pueblo, lo he dicho más de una vez, un pueblo no son sus casas, por bonitas que sean, ni su entorno, un pueblo es los valores que defiende; un pueblo es los valores por los que lucha, y yo creo que este es un valor muy importante. Hace unos años, todo el pueblo acudió a la llamada del instituto por primera vez y logramos construir –tal vez se os haya olvidado, pero logramos construir- una escuela en el

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desierto, logramos construir una escuela en los campamentos saharauis. Que hoy estemos aquí todos, me parece muy importante. Me gustaría que nos miráramos, que nos diéramos cuenta que esto es lo que somos también. Aparte de lo que dicen de nosotros, aparte de los clichés sobre nuestro pueblo, aparte de todo eso, esto, también somos nosotros. Nosotros somos también este grito en silencio contra la violencia de la mujer, contra los feminicidios, eso también es este pueblo, y tenemos que estar orgullosos de ello. La violencia contra la mujer es la violencia más continuada a lo largo de la historia, es la que más víctimas ha provocado, la que más heridas visibles e invisibles ha causado. Y, pese a todo, es la violencia más invisible. No es invisible porque no deje cadáveres, es invisible porque pasamos al lado de los cadáveres sin mirar; porque cerramos las ventana para no oír los gritos de las mujeres que sufren; porque apagamos el telediario o cambiamos de canal para no ver las cifras, pero las cifras están ahí, y yo las voy a decir: Cada año, 2.000.000 de chicas en el mundo sufren la extirpación del clítoris.

12.000.000 de mujeres en el mundo al año son violadas, según dice la UNICEF. Una de cada diez mujeres en todo el mundo. La ONU dice que una de cada tres mujeres en el mundo, una de cada tres – un tercio de la población – ha sufrido alguna vez en su vida violencia psicológica, física o sexual. En algunos países, el 70% de

las mujeres reconocen haber sufrido esa violencia. Hay 700.000.000 de mujeres que han sido casadas antes de cumplir los 14 años. Pero no hay que irse fuera: en la UE, aquí donde estamos, el 43% de las mujeres reconoce haber sufrido algún tipo de abuso psicológico, físico o sexual. Y aquí, más cerca, una de cada diez mujeres en la UE también, ha sufrido ciber-acoso. Desgraciadamente, la escuela tampoco se libra de esto. Según las Naciones Unidas, 246.000.000 de niños y niñas sufren violencia relacionada con el entorno escolar, y una de cada cuatro niñas asegura que nunca se ha sentido segura en el entorno escolar.

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Podríamos seguir, porque el catálogo del horror es terrorífico, no tiene fin: lapidaciones, niñas asesinadas por ir a la escuela, los feminicidios de Ciudad Juárez, o las 49 mujeres que hasta ahora han muerto en nuestro país (hasta ahora, a lo mejor ya son 50, desgraciadamente) han muerto por causa del terrorismo machista. El problema es que son invisibles... Esas muertes son invisibles. Y lo que es peor: son irrelevantes. Hace una semana, un hombre mató en Mallorca a su caballo a puñetazos. Ese caballo y ese hombre tuvieron en los informativos muchísimo más espacio que las cinco últimas víctimas de la violencia de género. Vimos la foto del agresor, conocimos el nombre del caballo, vimos su foto... ¿Qué pasa con estas mujeres? ¿Son sólo un número?... Irrelevantes. Estos zapatos, como he dicho, tienen una función: hacer visible lo invisible. Detrás de cada par, hay una vida que acabó convertida en un infierno cotidiano de humillaciones, de insultos, de malos tratos... Cada mujer muerta es una vida entera. Una vida entera de sufrimiento. A mí me gustaría ahora que no hubiera este vacío. A mí me gustaría saber qué cara tenían las mujeres que murieron. Me gustaría saber qué cosas las hacían sonreír. Me gustaría asomarme por un agujerito en el espacio y en el tiempo y verlas esperar a sus niños en la puerta del colegio... Pero no lo vamos a ver. Sólo nos queda este vacío, que ya dice mucho.

Nuestra presencia aquí quiere ser un grito, quiere ser una hoguera. Una hoguera que

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mande un mensaje inequívoco: no estáis solas. Un mensaje a todas las mujeres, a todas las chicas que sufren maltrato: NO ESTÁIS SOLAS, estamos aquí, todos y todas estamos aquí, con vosotras. Son ellos, los asesinos, los miserables, los que destruyen vuestra autoestima... son aquellos que matan vuestra alegría, esos, son los culpables. Solamente ellos. Vosotras no hicisteis nada, vosotras no sois las culpables, sois las víctimas. Son ellos quienes nunca os han merecido. Y esto hay que decirlo alto y claro, porque vivimos en una sociedad donde muchas veces se culpabiliza a las víctimas. Anteayer mismo, en un periódico del País Vasco, salía esta cifra: el 39% de los vascos considera que la mayoría de las acusaciones de maltrato, de las denuncias de maltrato son falsas... El 39... ¿Qué cifra daríamos si nos preguntaran a nosotros y a nosotras? ¿Cuánta gente justifica este horror? Lo hemos dicho: la segunda violencia que padecen estas mujeres muertas es la invisibilidad, su irrelevancia. Pese a que cada año haya 130.000 denuncias... El año pasado hubo 400.000 llamadas al 016, que es el teléfono para proteger a las víctimas de violencia de género. Por eso estamos aquí. Estamos aquí porque este problema, para desaparecer, necesita de la colaboración de todos. Necesita de la familia, de la escuela, de las instituciones... Pero sobre todo, necesita que cambiemos nuestra mirada, que dejemos de ver como normal lo que es una aberración, que dejemos de justificar lo que es injustificable. Que encuentren estas mujeres, estas chicas, que encuentren en nuestra mirada la fuerza para salir, el territorio firme donde finalmente poder encontrar apoyo y levantarse. En esta lucha contra el terrorismo machista, no debemos olvidar las palabras de Martin Luther King, palabras terribles: “No me dan miedo los gritos de los violentos. Lo que me da miedo es el silencio de los hombres buenos.” Aquí, frente a este ejército invisible, con su carga de dolor y de esperanza, aquí debemos dejar derrotado nuestro silencio. Muchas gracias.

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Fragmento de “De su ventana a la mía”, Carmen Martín Gaite.

Leído por Mª Cristina Ramírez.

“Nadie puede enjaular los ojos de una mujer que se acerca a una ventana, ni prohibirles que surquen el mundo hasta confines ignotos (…). Basta con eso para que se produzca a veces el prodigio: la mujer que leía una carta o que estaba guisando o hablando con una amiga mira de soslayo hacia los cristales, levanta una persiana o un visillo, y de sus ojos entumecidos empiezan a salir enloquecidos, rumbo al horizonte, pájaros en bandada que ningún ornitólogo podrá clasificar, cazar ningún arquero ni acariciar ningún enamorado y que levantan vuelo hacia el reino inconcreto del que solo se sabe que está lejos, que no lo ha visto nadie y que acoge a todos los pájaros ateridos y audaces, brindándoles terreno para que hagan su nido en él unos instantes”

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Mensajes de los/las asistentes al evento:

“La violencia genera violencia”

“Una mujer no se hace a base de golpes”

“Podría ser tu hija. Ámala.”

“Es hora de levantar la cabeza y decir adiós al miedo.”

“En el amor, todo existe y puede existir, menos la violencia de

género.”

“Que no te humille. Abre tus alas.”

“Violencia 0. Amor y paz ∞”

“No te calles.”

“Porque ninguna más se sienta como yo.”

“Controlar no significa amar.”

“Ni una más.”

“No más violencia. No al miedo.”

“Una mujer te dio la vida. No eres nadie para quitársela.”