las historias detrás de la certificación: perspectivas de
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Aporte para políticas
Las historias detrás de la certificación: Perspectivas de caficultores de comercio justo
INTRODUCCIÓN
Aunque no es un nuevo tema de conversación, todavía hay mucho que de-
cir sobre los beneficios y límites del Comercio Justo (CJ), y de otras certifi-
caciones similares. Como complemento a los muchos artículos sobre el
tema que se enfocan en las preferencias de los consumidores y las perspec-
tivas de la industria, nuestra investigación prioriza las voces de los caficulto-
res y pregunta si el discurso del CJ es un punto de influencia para el cambio.
Este estudio representa un vistazo, refleja un momento en el tiempo, y a un
subconjunto de cooperativas de caficultores en Mesoamérica certificadas
con CJ. Aun así, creemos que muchas de las observaciones y recomendacio-
nes de esta muestra se mantienen a través de las diferentes geografías,
estructuras cooperativas y otros tipos de certificaciones. De acuerdo con
nuestros hallazgos, los grupos de productores perciben que la narrativa del
CJ contribuye a que los consumidores malinterpreten la realidad que viven,
y confirma que tienen solo una comprensión parcial de la motivación de los
consumidores. Recomendamos los siguientes tres cambios que podrían
facilitar una representación más precisa y convincente del CJ y que, ideal-
mente, irían acompañadas de cambios estructurales en el CJ:
1) Restarle importancia a la
caridad y destacar la
dignidad;
2) Articular la importancia
de conservar los servicios
ecosistémicos;
3) Mejorar los flujos de in-
formación en la cadena de
valor del café. [1]
TEMAS
CONTEXTO ........................ 2
INVESTIGACIÓN ................ 3
HALLAZGOS ....................... 4
Motivación ................. 4
Una Revisión Mixta .... 4
RECOMENDACIONES ........ 6
REFERENCIAS .................... 6
RECOMENDACIONES
Restarle importancia
la caridad y destacar la
dignidad.
Articular la importan-
cia de conservar los
servicios ecosistémi-
cos.
Mejorar los flujos de
información en la ca-
dena de valor del café.
CONTEXTO
“…un mundo
donde todos los
pequeños productores
y trabajadores pue-
dan gozar de medios
de vida seguros y
sostenibles, alcanzar
su potencial y decidir
sobre su futuro” [16].
A través de varias décadas, el Comercio
Justo (CJ) evolucionó de un mecanismo para
la ‘economía solidaria’ a una etiqueta que
busca endosar y confirmar, económicamen-
te, ambientalmente y socialmente, prácticas
sostenibles en cadenas de valor de produc-
tos básicos[2]. Con una teoría de cambio am-
biciosa, el CJ se comunica con los consumi-
dores a través de certificaciones y las etique-
tas que acompañan los productos. Estos
símbolos representan adherencias a unos
estándares mínimos de buenas prácticas, a
través de 10 principios básicos relacionados
con el respeto al medioambiente, la transpa-
rencia en las prácticas de comercio, mejores
oportunidades para productores histórica-
mente desventajados, y equidad de género,
entre otros[3].
El Comercio Justo (CJ) comenzó con la pro-
ducción de café y la conexión se mantiene
fuerte, tanto para los productores, como
para los consumidores. El café es uno de los
‘productos distintivos’[4] del Comercio Justo,
representando casi un cuarto de las ventas
anuales[5]. De todos los productores, alrede-
dor del mundo, que participan en el CJ, casi
la mitad son caficultores de pequeña escala[6]. Estos hechos refuerzan la posición clave
del café dentro del sistema de CJ, tanto para
los productores como para los consumido-
res.
Como argumenta Anderzén et al. (en
revisión), “el mensaje del CJ se enfoca no
solo a promover los estándares que com-
promete la certificación, sino también a
crear un sentido de conexión entre los pro-
ductores y los consumidores, y por ende,
reta el anonimato que existe en los merca-
dos globales de productos básicos.” [1]
Esta dinámica de cómo los actores se
perciben el uno al otro, a través de toda la
cadena de valor, contribuye a que compren-
dan cómo encajan y operan dentro de los
sistemas socioeconómicos[7]. Mientras que
las motivaciones detrás de la decisión de los
consumidores de comprar productos de CJ
ha sido ampliamente estudiada, hay menos
investigación en “cómo los productores
conceptualizan a los consumidores de co-
mercio justo y los roles mutuos en la relación
de comercio”[8]. En un intento de reducir la
distancia entre productores y consumidores
(tanto social como geográfica), el CJ es una
retórica de ‘alianza’ y ‘dialogo’, en combina-
ción con materiales de promoción cuidado-
samente diseñados, donde las historias y
fotos crean un sentido de “conocer” a los
productores. Muchos autores argumentan
que esta combinación de narrativa y medio
visual ayuda a crear una ‘producción de sig-
nificados’ que es crítica para el éxito de los
productos de CJ [8] [9] [10] [11].
A pesar de tener la meta de conectar a pro-
ductores con consumidores, las conexiones
que el CJ crea son mayormente simbólicas, y
en realidad estos extremos de la cadena de
valor mayormente interactúan a través de
percepciones fabricadas del uno y del
‘otro’[8] [9] [10]. La mayoría de los consumido-
res de café de CJ viven en el ”Norte” y los
motivan, principalmente, sus preferencias
personales sobre qué comprar[10], mientras
que la mayoría de los productores de CJ, son
pequeños agricultores del ”Sur” que han
escogido el CJ como una manera de enfren-
tar los retos constantes a sus medios de vida[12] [13] [14]. Nuestro estudio examina la rela-
ción entre factores individuales y contextua-
les, así como los procesos de toma de deci-
siones[15], de ambos extremos de la cadena
de valor del café de CJ. 2
Tabla1. Cooperativas por país, membresía, años con certificación de CJ, y el rol del entrevistado en la cooperativa.
INVESTIGACIÓN
Para investigar sobre la perspectiva de los
productores, en la primavera del 2017 entre-
vistamos a 10 representantes de cooperati-
vas de caficultores y recopilamos sus ideas
sobre la motivación de los consumidores y
otros aspectos generales del CJ. Los entrevis-
tados son personal o miembros de la junta
directiva de cooperativas certificadas como
CJ, y con mucha experiencia en la producción
de café y en mercados de café sostenible. Les
pedimos que respondieran a lo siguiente: 1)
los beneficios y retos que ellos asocian con el
CJ; 2) qué creían sobre las motivaciones de
los consumidores para seleccionar café con
certificación de CJ; 3) cuánto esta precepción
de las motivaciones de los consumidores
refleja o malinterpreta sus realidades de vida;
y 4) que compartieran ideas de cómo el CJ
puede mejorar. Las cooperativas variaron en
tamaño, con menos de 300 hasta con más
de 2,000 socios (ver tabla 1), representando
a casi 10,000 caficultores de México y Nicara-
gua. Basándonos en nuestros hallazgos, ar-
gumentamos que aun cuando cambios pro-
fundos estructurales en el CJ no se vislum-
bran en el futuro inmediato, hay cambios
discursivos dentro del CJ que pueden apoyar
y proveer una voz más prominente a los
caficultores. Esto podría también apoyar a los
consumidores a comprender mejor la com-
plejidad de las realidades en el otro lado de la
cadena de suministro del café. [1]
3
1 Pequeña = menos de 300; mediana = 301-750; y grande = 750 2 Este número refleja la certificación autónoma de las cooperativas, antes estuvieron certificadas por varios años con otra cooperativas
HALLAZGOS
En general, los entrevistados tenían poco
conocimiento sobre los consumidores en
los países del norte, y sobre qué los motiva
a comprar su café de CJ. De hecho, un líder
cooperativista de muchos años notó que
mientras los consumidores saben y ven la
etiqueta de CJ, la mayoría de los producto-
res posiblemente nunca han visto una
etiqueta o un mensaje de mercadeo de CJ.
Sus percepciones de la etiqueta de CJ, de
las historias de mercadeo que les cuentan
a los consumidores, y la motivación de los
consumidores de los mercados internacio-
nales, son mayormente basadas en infor-
mación que les llega de segunda mano y
en suposiciones. A pesar de no tener mu-
cha información sobre los consumidores
del hemisferio norte, los entrevistados sí
tenían opiniones sobre los factores que
motivaban a la gente a comprar café de CJ.
Estas percepciones, basadas en sus propias
experiencias, en información de segunda
mano o conjeturas, son consideradas pun-
tos de referencia legítimos, ya que aún
cuando no se conoce la fuente o validez,
esta información forma actitudes, creen-
cias y comportamientos[1].
Motivación
Nuestros entrevistados perciben que los
consumidores compran productos de CJ
primeramente como una forma de cari-
dad para apoyar la gestión ambiental, y
por el valor de los productos que señala
la certificación. Por ejemplo, uno de los
entrevistados describió que el consumi-
dor “…paga extra por la calidad y el com-
promiso social…él está listo a dar su con-
tribución a través de un precio más alto
por un saco de café para que así estos
productores, estos campesinos, custo-
dios de la tierra, protejan el ambien-
te” (entrevistado 1). Las organizaciones
de productores también creen que los
consumidores internacionales que bus-
can el café de CJ están mejor informados
que los consumidores promedio, y men-
cionaron que la “…certificación asegura
que estemos cumpliendo con un número
de criterios sólidos, así podemos demos-
trar a la industria y a los consumidores
que hacemos las cosas
bien” (entrevistado 4).
Los entrevistados también mencionaron
beneficios tangibles al participar en el CJ,
y aumento en ‘prestigio’ como función
de las certificaciones de su café. Analizar
los beneficios particulares del CJ versus
otras certificaciones fue difícil, ya que casi
todas las cooperativas que participaron
tenían varias certificaciones. Nuestros
entrevistados describieron cómo el au-
mento en el número de las certificacio-
nes y de modelos de comercio directo
tiene el potencial de confundir a los con-
sumidores. Por ejemplo, un entrevistado
expresó preocupación sobre los consu-
midores “…perdiéndose en medio de los
cientos y cientos de etiquetas que se
encuentran en un estante de supermer-
cado” (entrevistado 4).
Una Revisión Mixta
Además de la confusión asociada con la
‘saturación de certificaciones’ que acaba-
mos de mencionar, un representante de
una cooperativa describió el costo de la
certificación con múltiples etiquetas co-
mo otro problema. Explicó que las
cooperativas tienen que ‘pagar para ju-
gar’, y no están claras si los consumidores
creen que más etiquetas significan un
mejor producto. Otro representante de
una cooperativa en Nicaragua reforzó los
informes sobre la dilución de poder con
la certificación de CJ, al mencionar que
había una división entre sus clientes. Ellos
describieron múltiples escenarios, inclu-
yendo: 1) algunos compradores estaban
comprometidos con CJ; 2) otros eran
cada vez más críticos, pero se mantenían
con el CJ; y 3) otros estaban ahora llevan-
do a cabo sus propias auditorias de cali-
dad y sostenibilidad, además de o en
sustitución de la participación en el CJ.
Los entrevistados expresaron preocupa-
ción sobre la distribución de ganancias a
través de la cadena de valor, refiriéndose
a que el comerrcio directo es más benefi-
cioso para ellos porque evita
‘demasiados enlaces’ en la cadena de
valor del CJ. Un entrevistado explicó que
son los dos extremos de la cadena de
valor los que ‘reciben los golpes’, dicien-
do “….el productor porque (la certifica-
ción) aumenta el costo de producción…y
el consumidor porque ella/él paga el
mayor precio al final, sea la cantidad que
sea; pero la utilidad se queda con el inter-
mediario, (y) por lo tanto…somos los dos
que quedamos jodidos,
¿no?” (entrevistado 2).
4
“La gente está equivocada cuando hablan sobre los
pequeños productores (caficultores). Ellos
piensan que un productor vive en miseria y produce
café solamente por produ-cir, porque no tiene otra
opción. Al final del día, los pequeños productores son
dueños de negocios, necesitan hacer que su café
sea sostenible…necesitan generar un producto de alta
calidad, porque al final el cliente es el que va a com-
prarlo por calidad, no por la miseria” (entrevistado 6).
5
Los productores afirmaron claramente
que el mercado de café de CJ era impor-
tante para el sustento de los pequeños
productores, diciendo “El campesino ve
los beneficios del CJ, las ventajas de estar
en un sistema que está mejor organiza-
do, que lo ayuda a aumentar su produc-
ción, que le permite mejorar sus prácticas
agrícolas” (entrevistado 4). El pago opor-
tuno por la alta calidad de los productos
de CJ, y las relaciones consistentes con los
compradores, también fueron mencio-
nadas como beneficios asociados al CJ.
Sin embargo, mientras que los entrevista-
dos hablaron muy bien del apoyo finan-
ciero que se ofrece a través de las redes
de CJ, simultáneamente fueron críticos
sobre lo que dijeron era el aumento pro-
gresivo de márgenes ‘insuficientes’ que no
se mantiene a la par con la inflación. Un
productor dijo “…ellos también deben
aumentar el precio base, porque conti-
nuar con ese precio no es justo; habla-
mos entre nosotros sobre cómo simple-
mente no está bien, cómo ahora es co-
mercio injusto” (entrevistado 2).
El aumento en el costo de producción tam-
bién contribuye a la percepción de aumentos
insuficientes. Un productor explicó cómo los
cambios en el clima impactan su negocio: “…
la falta de lluvia significa que el café no madu-
ra completamente, lo cual deja un café que
no podemos usar porque no tiene la calidad
en la taza que el comprador quiere
(entrevistado 7). Luego de recibir pagos más
bajos durante un año que el café no alcanzó
el nivel de calidad deseado, un representante
de una cooperativa de México explicó que
ellos han trabajado duro para reestablecer la
relación con los compradores y prevenir
perdidas futuras en ganancias. Las relaciones
de años de ser socios en la cadena de valor
de CJ- un beneficio articulado por los grupos
de productores- ha perdurado en este caso,
pero ha puesto presión sobre las relaciones.
Cambiando la ‘historia’
Los representantes de las cooperativas de
café con los que hablamos encontraron que
la narrativa de estos “productores necesita-
dos” era irrespetuosa, y no querían ser perci-
bidos como dependientes de los consumido-
res de los países del norte para apoyo finan-
ciero. Los productores se imaginaban a ellos
mismos y a los consumidores como ciudada-
nos globales empoderados que estaban
conectados a través de la red de la cadena de
valor. Un entrevistado dijo, “…nosotros que-
remos compartir la responsabilidad con
nuestros clientes, con todo el mundo que
este conectado con esto, para poder mejorar
el precio para los productores y mejorar sus
condiciones” (entrevistado 2). Esto demues-
tra que los representantes de las cooperati-
vas de café ya han considerado la historia
alternativa que ellos quisieran que los comer-
cializadores de CJ le cuenten a los consumi-
dores. Redes, como la Coordinadora Latinoa-
mericana y del Caribe de Pequeños Produc-
tores y Trabajadores de Comercio Justo
(CLAC), son la mejor forma de llevar las pers-
pectivas de los productores a los que toman
decisiones en el CJ, y por último a los consu-
midores.
Una revisión elaborada por los productores
sobre la historia del CJ enmarca a los agricul-
tores como buenos trabajadores, gente em-
prendedora que producen un producto de
alta calidad mientras protegen el ambiente.
Para los entrevistados, era importante que
los consumidores y la industria del café reali-
zaran y apreciaran la inversión considerable
de trabajo duro y destrezas especializadas
que están detrás de cada taza de café de
calidad. Ellos quieren ser vistos como gente
con “muchos sueños, muchas visio-
nes’ (entrevistado 8) que constantemente se
esfuerzan para mejorar sus vidas y el medio
ambiente.
En su visión sobre una nueva narrativa de CJ,
los productores también aumentarían la
visibilidad y el reconocimiento de los roles
activos de los agricultores como custodios del
medio ambiente. Los productores resaltaron
estar orgullosos de la alta calidad del café de
CJ que producen, pero que también era im-
portante que los socios escojan activamente
el uso de métodos de producción amigables
con la protección de recursos naturales críti-
cos: “Para nosotros es lo más importante, es
nuestra lucha conservar el medio ambiente,
asegurarnos de que tengamos bos-
que” (entrevistado 7). Una historia revisada
del CJ reflejaría los crecientes retos de las
condiciones de producción y, en vez de pro-
vocar lástima por los agricultores, mostraría a
los productores de CJ como ingeniosos, ex-
pertos, y socios capaces para los cambios
sociales y la gestión ambiental.
REFERENCIAS
RECOMENDACIONES
Basándonos en las observaciones y los consejos
de nuestros entrevistados, recomendamos tres
cambios en las estrategias de comunicación, lo
cual facilitaría una representación más correcta
y convincente de los productores del CJ. Ideal-
mente, estos cambios estarían acompañados
por cambios estructurales en el CJ, los cuales
llevarían a aumentar la participación en ingresos
de los agricultores:
Cambio 1: Restarle importancia a la caridad, y
destacar la dignidad. Cambiar el mensaje del CJ
para representar a los caficultores como gente
que trabaja duro y emprendedores que usan
sus destrezas especializadas en la producción
de café de alta calidad, en vez de representarlos
como pobres, necesitados, receptores pasivos
de ‘ayuda’ de sus colegas del norte.
Cambio 2: Articular la importancia de conservar
los servicios ecosistémicos. Reconocer a los cafi-
cultores por su rol como custodios de la natura-
leza, produciendo y protegiendo servicios eco-
sistémicos críticos que benefician a toda la hu-
manidad, no solo a los consumidores. Poner un
mayor énfasis en la importancia del manejo y
conservación medio ambiental, además de
mencionar el aumento en los retos de produc-
ción que son agravados por el cambio climático.
Cambio 3: Mejorar los flujos de información –
Usar el poder estratégico de las organizaciones
‘base’ como CLAC o dirigir intercambios con
organizaciones de productores, para apoyar las
conversaciones con los productores y continuar
validando sus roles y opiniones en el sistema de
café de CJ.
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CREDITO FOTOS:
Janica Anderzén
https://www.uvm.edu/
agroecology/
CONTACTOS:
Martha Caswell
Janica Anderzén
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