las comadronas y su oficio ritual

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ÓSCAR LIENOO Las comadronas y su oficio ritual "Así atienden ellas la mayoría de panos en Guatemala" n Chichicastenango, ciu- dad ritual del mundo in- dígena guatemalteco, se realizó recientemente el i IV Encuentro Nacional 'de Comadronas. Una treintena de comadronas, represen- tantes de los cuatro grupos étnicos predominantes en el país, se reunie- ron para discutir una serie de pro- blemas que ellas afrontan diariamente. El acto fue auspiciado por UNI- CEF y el Ministerio de Salud de Gua- OSCAR ÜENDO, Oficial de Salud de la Oficina UNICEF/Guatemala témala, instituciones que vienen apo- yándolas desde hace más de cuatro años en capacitación participativa y gestión de fondos rotatorios para ad- quirir sus materiales e instrumentos de trabajo, como desinfectantes, li- gaduras o mantas para recibir al be- bé. Una representante del ministerio de salud reconoció que la contribu- ción de las comadronas a la socie- dad es invalorable. "Ahora hemos logrado trabajar casi en equipo", indi- có. Y no podía ser de otro modo, ellas atienden casi la totalidad de los partos que ocurren en la zona rural. A nivel nacional solo el veinte por ciento de los niños guatemaltecos nacen en establecimientos de salud. En el país mueren más de seis mil niños anualmente durante el par- to o en los primeros días; igualmente la mortalidad de las madres es muy alta. La mayor parte de estos falleci- mientos ocurren en la población ru- ral. Las comadronas constituyen allí el único recurso para evitar esta tra- gedia cotidiana y por ello resulta im- prescindible su relación con los servicios de salud, tanto para mejo- rar la eficacia'y calidad de la aten- ción que brindan, como para subsanar oportunamente los proble- mas de riesgo que se presenten. 94 CHASQUI 47, noviembre 1993

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"Así atienden ellas la mayoría de panos en Guatemala" n Chichicastenango, ciu- dad ritual del mundo in- dígena guatemalteco, se realizó recientemente el i IV Encuentro Nacional 'de Comadronas. Una treintena de comadronas, represen- tantes de los cuatro grupos étnicos predominantes en el país, se reunie- ron para discutir una serie de pro- blemas que ellas afrontan diariamente. El acto fue auspiciado por UNI- CEF y el Ministerio de Salud de Gua- 94 CHASQUI 47, noviembre 1993

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ÓSCAR LIENOO

Las comadronas ysu oficio ritual

"Así atienden ellas la mayoría de panos en Guatemala"

n Chichicastenango, ciu-dad ritual del mundo in-dígena guatemalteco, serealizó recientemente el

i IV Encuentro Nacional'de Comadronas. Una

treintena de comadronas, represen-tantes de los cuatro grupos étnicospredominantes en el país, se reunie-ron para discutir una serie de pro-blemas que ellas afrontandiariamente.

El acto fue auspiciado por UNI-CEF y el Ministerio de Salud de Gua-

OSCAR ÜENDO, Oficial de Salud de la OficinaUNICEF/Guatemala

témala, instituciones que vienen apo-yándolas desde hace más de cuatroaños en capacitación participativa ygestión de fondos rotatorios para ad-quirir sus materiales e instrumentosde trabajo, como desinfectantes, li-gaduras o mantas para recibir al be-bé.

Una representante del ministeriode salud reconoció que la contribu-ción de las comadronas a la socie-dad es invalorable. "Ahora hemoslogrado trabajar casi en equipo", indi-có. Y no podía ser de otro modo,ellas atienden casi la totalidad de lospartos que ocurren en la zona rural.A nivel nacional solo el veinte por

ciento de los niños guatemaltecosnacen en establecimientos de salud.

En el país mueren más de seismil niños anualmente durante el par-to o en los primeros días; igualmentela mortalidad de las madres es muyalta. La mayor parte de estos falleci-mientos ocurren en la población ru-ral. Las comadronas constituyen allíel único recurso para evitar esta tra-gedia cotidiana y por ello resulta im-prescindible su relación con losservicios de salud, tanto para mejo-rar la eficacia'y calidad de la aten-ción que brindan, como parasubsanar oportunamente los proble-mas de riesgo que se presenten.

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UNICEF

No ha sido fácil integrar estemundo de las comadronas, enraiza-do profundamente en la cultura indí-gena, con los servicios de saludoccidentalizados y muchas vecesplagados de prejuicios etnocéntricos.

Existen más de 15 mil comadro-nas en Guatemala, reconocidas porlos indígenas como "abuelas". Sonmujeres fuertes, decididas y bonda-dosas que ayudan a enfrentar la po-breza y adversidad a suscompañeras campesinas, con quie-nes se identifican y dan parte de suvida.

Su oficio es ritual, no se convier-ten en tales por voluntad individual.Ellas son elegidas y protegidas porlas deidades mayas para recibir a losinnumerables hijos de los "hombresde maíz".

La mujer designada para ser co-madrona recibe desde niña las pri-meras "señales" sobre el trabajo quedesempeñará entre su gente, lascuales pueden ir desde frecuentessueños sobre niños, hasta consecuti-vas enfermedades que no encuen-tran cura. Estas "señales" dejarán deregistrarse en la mujer elegida, hastaque atienda un primer parto. A lareunión asistió una niña de 8 añosque está ya designada para ser co-madrona y es tratada como tal.

"No tenemos miedo a que los pe-rros bravos nos muerdan, que losespantos nos salgan en la noche oque los bolos (borrachos) nos aco-sen, estamos protegidas", aseguró lapartera Teresa Lobo, hija de un "bru-jo bueno" de la aldea de Nebaj, en elnorte del país.

Catarina, comadrona del Quiche,tiene más de 70 años y ha atendidounos 400 partos. Aprendió a ser par-tera luego de tener 15 hijos, nuevede los cuales, sostiene ella, murierona manos del ejército; su marido fuemuerto por la guerrilla.

"Lo que más me gusta es cómola gente nos quiere y respeta", dijoesta mujer, de sonrisa fácil, ojosbuenos y sabios, sin rastro de ren-cor, cuya altiva imagen resplandececon su hermoso y colorido guipil.

La atención que brindan las co-madronas es parte de la cultura lo-cal, las mujeres prefieren dar a luz

Niño del barrio San Vicente

en sus casas, enterrar allí también laplacenta y cumplir con ritos propicia-torios. "Según el día en el que naceel niño podemos anticipar sus virtu-des y defectos", nos cuenta Tomasa.Ella domina la cuenta del calendarioritual maya, elemento fundamentalde la vida cotidiana del indígena.

"Para el bautizo del niño nosotrastenemos que bañarlo, entonces escuando matan un pollo y nos dan co-mida", contó Juana, quien en variasocasiones ha sido criticada por sumarido por las penurias, hambres ydesvelos que pasa por atender unparto.

"A veces nos pagan con dinero,otras con maíz o alimentos, perocuando una ve que ellos no tienen nipara comer no se les pide nada, y esque, ¿cómo les vamos a pedir si loque ellos necesitan es que le ayude-mos?", expresó la comadrona Tere-sa.

Al finalizar el encuentro, un grupode parteras del Quiche ofreció enuna colina cubierta de vegetación,cerca de Chicnicastenango, una ce-remonia a las deidades mayas parala iluminación y guía de las comadro-nas presentes. En la exclusiva cere-monia, donde permitieron laparticipación de las enfermeras ymédicos "ladinos" (no indígenas) delMinisterio de Salud se colocaroncuatro altares que representaban loscuatro puntos cardinales, ademásdel bien, el mal, donde nace y seopone el sol.

"Solamente hay un Dios que nosda sabiduría para ayudar, evitar elrencor, entender que todos somospartículas, fragmentos del universo,y que por ello todos somos iguales",invocó la más anciana entre el humode los inciensos de la ceremonia,mientras una joven médica indígenatraducía al castellano.

La comadrona formuló luego unacadena de peticiones a tres deida-des de la naturaleza, de acuerdo conla lectura que hizo de las llamas delas velas encendidas en los alta-res las súplicas fueron aceptadas,por lo que todas consideraron queles fue renovado su designio y po-drán así continuar con su invalorablemisión. 0

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