Las aventuras de Juan

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Una cena especialPuntos de Patida, cap. 6

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Juan y Pedro están en un mercado al aire libre. “¿Qué estamos haciendo aquí Juan?”“Tengo que comprar algunas cositas.”“¿Qué cositas?” pregunta Pedro.“Ahora vas a ver,” Juan dice, antes de hablar con el dependiente del mercado, el Señor Gonzalo. 3

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“Óigame maestro. Necesito preparar un postre delicioso para mi nueva novia. Quiero preparar algo que les va a impresionar a ella y a su familia.”“Escuchen bien muchachos, no tengo nada especial, pero una secreta de la cocina es, del común se hace los mejores postres. Déjenme buscar aquí en mi recetario.”

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Mientras Gonzalo busca una buena receta para Juan, Pedro pregunta:“¿Hey chabón, por qué mientes? Tú no tienes novia.”“Todavía no, pero si la cena que voy a preparar para María va bien, voy a tener una novia pronto.”“¡María! Juan, tú estás totalmente chiflado. No puedes ganarla.”

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“La tengo chicos. Una receta para mazamorra morada—un postre para impresionar.” “Gonzalo, usted es un pan de dios. ¿Qué lleva la receta?”“Esperen. No la veo bien. Mi mujer la escribió,” Gonzalo busca sus otros anteojos para poder leer la receta.

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Juan le susurra a Pedro, “Pedro, ¿qué puedo decir? La quiero.”“Pero la has visto una sola vez” Pedro dice.“Estás equivocado cuate. La vi en la playa hace dos semanas, y cada día desde entonces. La veo todas las noches en mis sueños.”

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“Aquí estamos,” dice Gonzalo, poniendo sus anteojos. “Necesitan dos bolsitas de arroz [clic 1], manzanas [clic 2], azúcar [clic 3], y canela [clic 4].”“Sí, sí, sí. Déme todo. Póngalos en una bolsita de plástico por favor.”“Por supuesto caballero. Más rico postre que la mazamorra no va a poder encontrar.”“Ya lo creo. Esta fruta [clic 5] parece muy fresca.”“Es fresquísima, señor. Mírela.”Juan y Pedro la miraron.

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El Señor Gonzalo es famoso en la ciudad de Juan, por sus postres hechos de fruta, y todo el mundo va a su puesto en el mercado libre para encontrar comestibles frescos y buenas recetas para impresionar durante cualquier ocasión. En su mercadito Gonzalo vende toda clase de frutas y verduras, vinos blancos y vino tinto, pasteles, pescado, pan, queso, cereales, y cada clase de legumbres. “Toda la mercadería le cuesta treinta pesos señor.”“¡Treinta! No completo para pagarla.”“Yo la pago Juan, pero me vas a tener que invitar a la cena. La hermana de María es muy linda también.”“Claro que sí. Yo te invito. Mi tío Jorge es un chef, y él nos va a hacer una cena o un almuerzo de calidad. No hay nadie que cocina tan bien como él.”“Yo conozco a alguien que cocina mejor que tu tío—mi mamá. Ella puede preparar cualquier carne, en una manera exquisita, pavo, bifstec, lo que sea.”

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Pedro y Juan discuten sobre sus parientes cocineros en camino a casa, pero en la ventana del restaurante más fino del barrio, El Teaterri, (un restaurante de cinco estrellas), los muchachos ven a María, sentada solita en una mesa.“La ves Pedro. Voy a aprovechar e invitarla a comer mañana,” y al decir eso, Juan entra el restaurante.

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“Vamos Pedro, no la voy a poder ver hoy.”“Juan, yo los vi.”“¿Los? ¿A quiénes viste?”Juan se junta con Pedro, atrás de un árbol y espían a María. Un hombre vestido de esmoquin se sienta en la mesa con María. Él hombre sirve el vino tinto y luego le besa a María [clic 1]. Cuando el hombre da la vuelta para meter algo en su bolsillo, Juan y Pedro pueden ver que es Rigoberto. “Vamos a casa Pedro, ya no tengo ganas de preparar una cena.”“Yo tampoco” dice Pedro.

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