laclau la razón populista

Upload: ruben-merino-obregon

Post on 02-Mar-2016

13 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Laclau

TRANSCRIPT

LACLAU, Ernesto. El pueblo y la produccin discursiva del vaco. En La razn populista. Mxico D.F.: Fondo de Cultura Econmica, 2005, pp. 91-159.

Algunos atisbos ontolgicos

Por discurso no entendemos algo esencialmente restringido a las reas del habla y la escritura [] sino un complejo de elementos en el cual las relaciones juegan un rol constitutivo. Eso significa que esos elementos no son prexistentes al complejo relacional, sino que se constituyen a travs de l. (p. 92) La construccin discursiva es una construccin relacional.

En nuestra perspectiva no existe un ms all del juego de las diferencias, ningn fundamento que privilegie a priori algunos elementos del todo por encima de los otros. Cualquier que sea la centralidad adquirida por un elemento, debe ser explicada por el juego de las diferencias como tal. (p. 93)

dado que estamos tratando con identidades puramente diferenciales, debemos, en cierta forma, determinar el todo dentro del cual esas identidades, como diferentes, se constituyen. (p. 93)

como no estamos postulando ningn centro estructural necesario, dotado de una capacidad a priori de determinacin en ltima instancia, cualesquiera [/] que sean los efectos centralizadores que logren constituir un horizonte totalizador precario, deben proceder a partir de la interaccin de las propias diferencias. (pp. 93-94)

Argumentacin:

si tenemos un conjunto puramente diferencial [toda construccin discusiva, toda construccin social], la totalidad debe estar presente en cada acto individual de significacin; por lo tanto, la totalidad es la condicin de la significacin como tal. (p. 94) para aprehender conceptualmente esa totalidad, debemos aprehender sus lmites, es decir, debemos distinguirla de algo diferente de s misma. Esto diferente, sin embargo, slo puede ser otra diferencia, y como estamos tratando con una totalidad que abarca todas las diferencias [la construccin discursiva], esta otra diferencia que provee el exterior que nos permite constituir la totalidad sera interna y no externa a esta ltima, por lo tanto, no sera apta para para el trabajo totalizador. (p. 94) Es decir (si entiendo bien), para aprehender los lmites de la totalidad, es necesario acudir a una diferencia, pero como la totalidad est toda conformada de diferencias, tal diferencia no servira para aprehender los lmites: un exterior: la aprehensin de la totalidad. Entonces: la nica posibilidad de tener un verdadero exterior sera que el exterior no fuera simplemente un elemento ms, neutral, sino el resultado de una exclusin, de algo que la totalidad expele de s misma a fin de constituirse (para dar un ejemplo poltico: es mediante la demonizacin de un sector de la poblacin que una sociedad alcanza un sentido de su propia cohesin). (p. 94) Esto funciona perfectamente para el caso de SL. Y ocurre que con respecto al elemento excluido, todas las otras diferencias son equivalentes entre s equivalentes en su rechazo comn a la identidad excluida. (p. 94) Pero la equivalencia es precisamente lo que subvierte la diferencia, de manera que toda identidad es construida dentro de esta tensin entre la lgica de la diferencia y la lgica de la equivalencia. (p. 94) Genial.

esto significa que en el locus de la totalidad hallamos tan slo esta tensin. Lo que tenemos, en ltima instancia, es una totalidad fallida, el sitio de una plenitud inalcanzable. La totalidad constituye un objeto que es a la vez imposible y necesario. (p. 94)

Imposible porque la tensin entre equivalencia y diferencia es, en ltima instancia insuperable. (p. 94)

necesario porque [/] sin algn tipo de cierre, por ms precario que fuera, no habra ninguna significacin ni identidad. (pp. 94-95)

existe la posibilidad de que una diferencia, sin dejar de ser particular, asuma la representacin de una totalidad inconmensurable. De esta manera, su cuerpo est dividido entre la particularidad que ella an es y la significacin ms universal de la que es portadora. (p. 95) Esta operacin por la que una particularidad asume una significacin universal inconmensurable consigo misma es lo que denominamos hegemona. Y dado que esta totalidad o universalidad encarnada es, como hemos visto, un objeto imposible, la identidad hegemnica pasa a ser algo del orden del significante vaco, transformando a su propia particularidad en el cuerpo que encarna una totalidad inalcanzable. (p. 95)

Si la sociedad estuviera unificada por un contenido ntico determinado determinacin en ltima instancia por la economa, el espritu del pueblo, la coherencia sistmica, etctera, la totalidad podra ser directamente representada en un nivel estrictamente conceptual. Como ste no es el caso, una totalizacin hegemnica requiere una investidura radical es decir, no determinable a priori y esto implica involucrarse en juegos de significacin muy diferentes de la aprehensin conceptual pura. Aqu, como veremos, la dimensin afectiva juega un rol central. (p. 95)

Demandas e identidades populares

Hay que entender las demandas sociales a dos niveles: como la peticin por algn derecho; y como el reclamo por una peticin no satisfecha. Estas demandas surgen individualmente, pero cuando no son satisfechas se van acumulando y relacionando (articulando) equivalencialmente entre s.

A una demanda que, satisfecha o no, permanece aislada, la denominaremos demanda democrtica. A la pluralidad de demandas que, a travs de su articulacin equivalencial, constituyen una subjetividad social ms amplia, las denominaremos demandas populares: comienzan as, en un nivel muy incipiente, a constituir al pueblo como actor histrico potencial. Aqu tenemos, en estado embrionario, una configuracin populista. (p. 99)

Vemos, entonces, 2 precondiciones del populismo:

la formacin de una frontera interna antagnica separando el pueblo del poder. (p. 99)

una articulacin equivalencial de demandas que hace posible el surgimiento del pueblo.

Una tercera precondicin ser la unificacin de estas diversas demandas cuya equivalencia, hasta este punto, no haba ido ms all de un vago sentimiento de solidaridad en un sistema estable de significacin. (p. 99)

Entonces, tres dimensiones estructurales necesarias para elaborar el concepto del populismo:

la unificacin de una pluralidad de demandas en una cadena equivalencial. (p. 102)

la constitucin de una frontera interna que divide a la sociedad en dos capos [el pueblo y el poder] (p. 102)

la consolidacin de la cadena equivalencial mediante la construccin de una identidad popular que es cualitativamente algo ms que la simple suma de los lazos equivalenciales. (p. 102)

Las aventuras de las equivalencias

existe un desnivel esencial en lo social ya que, como hemos visto, la totalizacin requiere que un elemento diferencial asuma la representacin de una totalidad imposible. As, una determinada identidad procedente del campo total de las diferencias encarna esta funcin totalizadora. Esto [] es exactamente lo que significa privilegiar. (p. 107)

Privilegiar, en trminos fenomenolgicos, sera establecer el horizonte de lo social, el lmite de lo que es representable dentro de l. (p. 107)

La diferencia entre una totalizacin populista y una institucionalista debe buscarse en el nivel de estos significantes privilegiados, hegemnicos, que estructuran, como puntos nodales, el conjunto de la formacin discursiva. (p. 107)

La diferencia y la equivalencia estn presentes en ambos casos, pero un discurso institucionalista es aquel que intenta hacer coincidir los lmites de la formacin discursiva con los lmites de la comunidad. Por lo tanto, el principio universal de la diferencialidad se convertira en la equivalencia dominante dentro de un espacio comunitario homogneo. (p. 107)

En el populismo ocurre lo contrario: una frontera de exclusin divide a la sociedad en dos campos. El pueblo, en ese caso, es algo menos que la totalidad de los [/] miembros de la comunidad: es un componente parcial que aspira, sin embargo, a ser concebido como la nica totalidad legtima. (pp. 107-08)

En el caso de un discurso institucionalista, hemos visto que la diferencialidad reclama ser concebida como el nico equivalente legtimo: todas las diferencias son consideradas igualmente vlidas dentro de una totalidad ms amplia. (p. 108)

En el caso del populismo, esta simetra se quiebra: hay una parte que se identifica con el todo. (p. 108)