la verdadera revolución. el observador 24122013 - rcr clk
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8/13/2019 La verdadera revolucin. El Observador 24122013 - RCR CLK
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OPININ 11EL OBSERVADORMartess 24 de diciembre de 2013
Nietzsche debe estar
revolvindose en su
divn. No soportara
ninguno de los discur-
sos de Francisco, nin-
guno de sus gestos hacia los pobres,
los dbiles, los ancianos y los nios.
Detestara ver al papa de Roma con-
vertido en pop-star y ver la victoria
de la moral de los esclavos en el
prime-time. Cuando pareca que las
concesiones al sentimentalismo se
reduciran a autorizar por el celular
pequeas transferencias para causas
solidarias, resulta que una autoridad
mundial nos entusiasma y empuja a
las periferias existenciales.
Marx debe estar replantendose
todo su sistema, v iendo a un defen-
sor del trabajador que no propugna
la lucha de clases, sino el dilogo;
que no condena al empresario sino
que confa en su capacidad de hacer
el bien. Alguien que parece tener la
solucin al problema econmico
y resulta que no es una solucin
econmica!
Freud no sabra cmo interpre-
tar este sueo, en el que una figura
paterna dotada de autoridad religio-
sa, sin dudas lo que l vera como
la encarnacin del supery, hace
sentir la liberacin a las concien-
cias hablando de la misericordia deDios. Despus de estar a punto de
ubicar para siempre al clero en el
grupo de los reprimidos sexuales
peligrosos, resulta que uno de esos
sacerdotes, de intachable fidelidad,
se desborda en gestos de ternura y
de cario sin que nadie sospeche de
su rectitud.
Weber est en cortocircuito ante
un lder carismtico que quiere in-
vertir el curso habitual de la historia:
volver ro arriba de la rutini zacin
burocrtica y la organizacin formal
a las fuentes del carisma personal,
de la creatividad. Y todo eso sin
quitar nada de jerrquico a la Iglesia,
como muchos piensan.
Los filsofos de la posmoderni-dad ven cmo un jesuita porteo
les arrebata el testigo del poseuro-
pesmo, con una reivindicacin delpluralismo, de lo alternativo, de
lo marginal, que se a firma en un
lenguaje lleno de intertextualidades,
neologismos, imgenes vistosas.
Los expertos en comunicacin
estn una vez ms reescr ibiendo
sus manuales al dictado de la frescu-
ra autntica de alguien que arrastra
multitudes en la red y rompe moldes
con sus palabras, cuando hasta hace
unos meses no conceda entrevistas
ni manejaba internet.
Los mercados, disfrazados de
libertad, ya vean pasar la tormenta
de la crisis y esperaban el momento
en que la orquesta volviera a tocar su
msica para volver a los desmanes
de siempre. Pero entretanto ha apa-recido el Poverello de Ass sealn-
doles con el dedo y marcando otro
comps. Tal parece que el fiel siervo
no olvida aquellas sabias palabras de
un cardenal brasileo, apenas antes
de ser encumbrado como papa: No
olvides a los pobres.
Los polticos redefinen sus
discursos apresuradamente para ali-
nearse con las invectivas del nico
que les muestra sus vergenzas sin
buscar acrecentar su propio poder.
Los antisistema se entusiasman
con el catico Francisco, pero no se
dan cuenta de que el discurso del
papa les arrebata el a lma y el fervor
de los jvenes. El papa se ha puesto a
la cabeza de la manifestacin, pero
para cambiarle el rumbo y el lema.
Miley Cyrus con toda su desnudez
busca otra portada dist inta de la deTime, ocupada ahora por un hombre
del ao en sotana.
Qu qued de aquella opcin
convencional y conservadora de la
que muchos hablaban? No parece
ser la de quien repite todos los das
que la Iglesia no debe traer a Dios
al mundo, sino que le bast a con
destacar que ya ha venido, que est
entre nosotros, para siempre. Ni
tampoco la de quien defiende que la
verdad es una relacin con Dios, que
vive en cada persona, aunque esa
persona se empee en desconocerle.
Es la de quien nos dice con su propia
vida, mirndonos a los ojos: predica
el Evangelio y, solo si es necesar io,
usa alguna palabra. Porque somos
hechos, no palabras.
Esta revolucin empez en Beln
en la primera Navidad. El papa essolo un testigo creble y amable. Es
la verdadera revolucin.
La verdadera revolucinPor
RICARDO
CALLEJA
ROVIRA
Doctor enDerecho porla UniversidadComplutensede Madrid yPostdoctoralResearchFellow en elDepartamentode BusinessEthics del IESEBusiness School,Universidad deNavarra
CARLOS
LOAIZA
KEEL
Mster enTributaciny msteren DerechoEmpresarial(Harvard LawSchool-CentroEuropeo deEstudiosGarrigues);profesor deTributacinInternacional dela Universidadde Montevideo;Twitter: @cloaizakeel
EDUARDO
ESPINA
THE STANO
En Navidad muy pocas cosas
con valor periodstico su-
ceden en mundo, salvo, por
lo general, accidentes por exceso
de velocidad, rias familiares por
exceso de alcohol, o bien personas
quemadas debido a la explosin
de fuegos artificiales. En los tiem-pos en que deba hacer guardia en
la redaccin era casi obligatorio
para todos los periodistas tener
alguna noticia guardada en el
cajn, cosa de poder llenar las
pginas con algo ms que infor-
macin policial, la cual, ms all
de que pueda tener una cuota de
dramatismo, incluso de tragedia,
parece ser repeticin de la misma
noticia repetida en aos anterio-
res. Pareciera que en Navidad la
realidad hiciera una tregua con
sus acontecimientos, tal cual en1914, en Ypres, Blgica, durante
la primera guerra mundial, la
hicieron soldados alemanes y
britnicos, los cuales realizaron
un espontneo cese al fuego para
saludarse y jugar un part ido de
ftbol. Fue un momento conmo-
vedor en la historia. El resultado
importa poco, aunque las fotos en
sepia dan una idea de la intensi-
dad con que se disput el encuen-
tro. Los soldados estaban unifor-
mados (la nica ropa que tenan)
y antes de jugar el par tido salieron
de las trincheras para retirar los
cadveres de los soldados muertos
en das previos. Encima de la
misma tierra barrosa visitadapor la muerte con extraordinaria
ferocidad, britnicos y alemanes
corrieron detrs de una pelota,
olvidndose por un rato del lado
bestial de la condicin humana,
para homenajear con ese acto de
camaradera al espritu navideo,
presente hasta en uno de los ms
atroces campos de batalla que la
historia del hombre conoce. La
fraternizacin en el frente conclu-
y con canciones navideas can-
tadas por ambos bandos luego del
partido, ganado por los britnicos
3-2, segn lo document uno de
los combatientes. Al da siguiente,
26 de diciembre de 1914, la guerra
volvi a la normalidad y casitodos los soldados que jugaron o
vieron el partido murieron. Tal
como hace ms de 2.000 aos, la
Navidad regresa para traer tregua
y paz a todos quienes crean que
an es posible.
La paz sea con todos