la sanidad militar en la guerra de África...

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Sanid. mil. 2013; 69 (2) 127 HISTORIA Y HUMANIDADES ORIGEN DEL CONFLICTO El origen de la guerra de España con Marruecos, que tuvo lugar en los años 1859 y 1860, se encuentra en la ciudad de Ceuta y sus alrededores y se desarrolló en los espacios terrestres y marí- timos comprendidos entre Ceuta y Tetuán. Ceuta está situada en el norte de la costa africana del Mediterráneo occidental. Su cos- ta ofrece zonas aptas para fondear y por esta razón fue utilizada desde la remota antigüedad y luego fue base de los berberiscos que durante siglos y hasta el siglo XIX ejercieron la piratería. Precisamente, para combatir la piratería, la Armada portuguesa tomó Ceuta en el año 1415. Ceuta pasó a España en el año 1580, en el reinado de Felipe II, cuando se unieron las coronas de Es- paña y Portugal y siguió siendo de España cuando se separaron en 1640, durante el reinado de Felipe IV. Marruecos no aceptó nunca la existencia de una Ceuta española y los incidentes en aquella zona a través de los siglos fueron numerosos y continuos. En 1844, reinando ya Isabel II, y por mediación del cónsul inglés en Tánger, se llegó al acuerdo de Tánger de 25 de agosto de 1844 y al convenio de Larache de 6 mayo de 1845 por los que una serie de mojones delimitarían de forma inequívoca la separación entre ambas zonas, la marroquí y la española 1 . Pasados algunos años, el mando militar español estimó ne- cesaria, para la defensa de la ciudad, la construcción de cuatro fortificaciones. El día 10 de agosto de 1859 se inició la construc- ción, y durante la noche de ese día, los nativos de la cabila de Anyera destruyeron los trabajos del cuerpo de guardia y también derribaron y rompieron algunos de los mojones que delimitaban la línea fronteriza, alguno de los cuales llevaba grabado el escu- do de España. Durante los días siguientes se reprodujeron los incidentes; el gobierno español exigió la reparación de los daños y el castigo de los culpables así como el derecho a fortificar el llano hasta las estribaciones de Sierra Bullones y, como no se obtuvo satisfacción a la demanda, España declaró la guerra el 22 de octubre de 1859 2 . El objetivo de la campaña era doble: lograr definitivamente la seguridad de Ceuta y reparar el ultraje recibi- do. Para lograr este segundo objetivo se consideraba suficiente la conquista de alguna ciudad importante como Tetuán o Tánger. Se optó por Tetuán y se determinó que la ofensiva sería terrestre, para lo cual las unidades de ingenieros construirían una carre- tera Ceuta – Tetuán que permitiese el paso de armas y bagajes. La Sanidad Militar en la Guerra de África (1859-1860) Gómez Rodríguez L. 1 Sanid. mil. 2013; 69 (2): 127-134; ISSN: 1887-8571 RESUMEN: La guerra con Marruecos (1859-1860) tiene su origen en la constante reclamación de Marruecos sobre la ciudad de Ceuta. Marrue- cos no aceptó nunca la existencia de una Ceuta española y los incidentes en aquella zona fueron numerosos a través de los siglos. Este trabajo describe la labor que llevó a cabo la Sanidad Militar española en aquella campaña. Son básicas para su conocimiento las obras de los médicos militares Antonio Población y Nicasio Landa que intervinieron en la campaña. Se describen, tras los datos históricos, la organización militar, el desarrollo de las operaciones militares, el estado de la medicina y cirugía de la época, para enten- der las posibilidades terapéuticas de entonces y, finalmente, la asistencia sanitaria propiamente dicha: plantillas, material sanitario, despliegue de los órganos sanitarios en el teatro de operaciones y la asistencia en hospitales. PALABRAS CLAVE: Ejército de África. Sanidad Militar. Parques de Sanidad Militar. Despliegue de las unidades sanitarias. Am- bulancias. Hospitales. The Medical Service in the African War (1859-1860) SUMMARY: The war against Morocco (1859-1860) had its origin in the Moroccan continuous claim over the city of Ceuta. Moroc- co never accepted the existence of a Spanish Ceuta and there had been a great number of incidents throughout the time. This article describes the work of the Spanish Army Medical Corp during that campaign. The Works of the military medical doctors Antonio Población y Nicasio Landa, who took part in the campaign, had been of paramount importance. After exposing the historical facts, it is described the organization of the Army, the development of the military operations, the state of the art of the medicine and surgery to understand its capabilities and, eventually, the Medical Corp: units, medical material and supplies, deployment of the different levels along the theater of operations and the medical care in hospitals. KEY WORDS: Army of Africa, Military Medical Service, Medical Supply Depots. Deployment of medical units. Ambulances. Hospitals. 1 Col. Farmacéutico (R). Dirección para correspondencia: [email protected] Recibido: 24 de julio de 2012 Aceptado: 20 de septiembre de 2012

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Page 1: La Sanidad Militar en la Guerra de África (1859-1860)scielo.isciii.es/pdf/sm/v69n2/12_historia_y_humanidades.pdfORIGEN DEL CONFLICTO El origen de la guerra de España con Marruecos,

Sanid mil 2013 69 (2) 127

HISTORIA Y HUMANIDADES

ORIGEN DEL CONFLICTO

El origen de la guerra de Espantildea con Marruecos que tuvo lugar en los antildeos 1859 y 1860 se encuentra en la ciudad de Ceuta y sus alrededores y se desarrolloacute en los espacios terrestres y mariacute-timos comprendidos entre Ceuta y Tetuaacuten Ceuta estaacute situada en el norte de la costa africana del Mediterraacuteneo occidental Su cos-ta ofrece zonas aptas para fondear y por esta razoacuten fue utilizada desde la remota antiguumledad y luego fue base de los berberiscos que durante siglos y hasta el siglo XIX ejercieron la pirateriacutea Precisamente para combatir la pirateriacutea la Armada portuguesa tomoacute Ceuta en el antildeo 1415 Ceuta pasoacute a Espantildea en el antildeo 1580 en el reinado de Felipe II cuando se unieron las coronas de Es-pantildea y Portugal y siguioacute siendo de Espantildea cuando se separaron en 1640 durante el reinado de Felipe IV Marruecos no aceptoacute nunca la existencia de una Ceuta espantildeola y los incidentes en aquella zona a traveacutes de los siglos fueron numerosos y continuos

En 1844 reinando ya Isabel II y por mediacioacuten del coacutensul ingleacutes en Taacutenger se llegoacute al acuerdo de Taacutenger de 25 de agosto de 1844 y al convenio de Larache de 6 mayo de 1845 por los que una serie de mojones delimitariacutean de forma inequiacutevoca la separacioacuten entre ambas zonas la marroquiacute y la espantildeola1

Pasados algunos antildeos el mando militar espantildeol estimoacute ne-cesaria para la defensa de la ciudad la construccioacuten de cuatro fortificaciones El diacutea 10 de agosto de 1859 se inicioacute la construc-cioacuten y durante la noche de ese diacutea los nativos de la cabila de Anyera destruyeron los trabajos del cuerpo de guardia y tambieacuten derribaron y rompieron algunos de los mojones que delimitaban la liacutenea fronteriza alguno de los cuales llevaba grabado el escu-do de Espantildea Durante los diacuteas siguientes se reprodujeron los incidentes el gobierno espantildeol exigioacute la reparacioacuten de los dantildeos y el castigo de los culpables asiacute como el derecho a fortificar el llano hasta las estribaciones de Sierra Bullones y como no se obtuvo satisfaccioacuten a la demanda Espantildea declaroacute la guerra el 22 de octubre de 18592 El objetivo de la campantildea era doble lograr definitivamente la seguridad de Ceuta y reparar el ultraje recibi-do Para lograr este segundo objetivo se consideraba suficiente la conquista de alguna ciudad importante como Tetuaacuten o Taacutenger Se optoacute por Tetuaacuten y se determinoacute que la ofensiva seriacutea terrestre para lo cual las unidades de ingenieros construiriacutean una carre-tera Ceuta ndash Tetuaacuten que permitiese el paso de armas y bagajes

La Sanidad Militar en la Guerra de Aacutefrica (1859-1860)Goacutemez Rodriacuteguez L1

Sanid mil 2013 69 (2) 127-134 ISSN 1887-8571

RESUMENLa guerra con Marruecos (1859-1860) tiene su origen en la constante reclamacioacuten de Marruecos sobre la ciudad de Ceuta Marrue-cos no aceptoacute nunca la existencia de una Ceuta espantildeola y los incidentes en aquella zona fueron numerosos a traveacutes de los siglos Este trabajo describe la labor que llevoacute a cabo la Sanidad Militar espantildeola en aquella campantildea Son baacutesicas para su conocimiento las obras de los meacutedicos militares Antonio Poblacioacuten y Nicasio Landa que intervinieron en la campantildea Se describen tras los datos histoacutericos la organizacioacuten militar el desarrollo de las operaciones militares el estado de la medicina y cirugiacutea de la eacutepoca para enten-der las posibilidades terapeacuteuticas de entonces y finalmente la asistencia sanitaria propiamente dicha plantillas material sanitario despliegue de los oacuterganos sanitarios en el teatro de operaciones y la asistencia en hospitales

PALABRAS CLAVE Ejeacutercito de Aacutefrica Sanidad Militar Parques de Sanidad Militar Despliegue de las unidades sanitarias Am-bulancias Hospitales

The Medical Service in the African War (1859-1860)SUMMARY The war against Morocco (1859-1860) had its origin in the Moroccan continuous claim over the city of Ceuta Moroc-co never accepted the existence of a Spanish Ceuta and there had been a great number of incidents throughout the time This article describes the work of the Spanish Army Medical Corp during that campaign The Works of the military medical doctors Antonio Poblacioacuten y Nicasio Landa who took part in the campaign had been of paramount importance After exposing the historical facts it is described the organization of the Army the development of the military operations the state of the art of the medicine and surgery to understand its capabilities and eventually the Medical Corp units medical material and supplies deployment of the different levels along the theater of operations and the medical care in hospitals

KEY WORDS Army of Africa Military Medical Service Medical Supply Depots Deployment of medical units Ambulances Hospitals

1Col Farmaceacuteutico (R)

Direccioacuten para correspondencia gomezrodriguezlgmailcom

Recibido 24 de julio de 2012 Aceptado 20 de septiembre de 2012

128 Sanid mil 2013 69 (2)

L Goacutemez Rodriacuteguez

LOS EJEacuteRCITOS CONTENDIENTES

El Ejeacutercito de Aacutefrica

Los efectivos del Ejeacutercito y la Marina que habiacutean de llevar a cabo las operaciones militares que recibieron el nombre de laquoEjeacuter-cito de Aacutefricaraquo quedaron fijados por las Cortes el 1ordm de octubre de 1859 previa solicitud del presidente del gobierno Leopoldo OrsquoDonnell en cien mil hombres ampliables a ciento sesenta mil si las circunstancias lo exigieran Despueacutes OacuteDonnell renuncioacute a la presidencia del gobierno para dirigir las operaciones militares como general en jefe La composicioacuten del Ejeacutercito de Aacutefrica era la siguiente

ndash Cuartel general del General en Jefe Teniente General Leopoldo OacuteDonnell Estado Mayor Secretariacutea de guerra Planas mayores Jefaturas de Servicios

ndash Primer Cuerpo de Ejeacutercito Mariscal de campo Rafael Echaguumle 11485 hombres

ndash Segundo Cuerpo de Ejeacutercito Teniente General Juan Zaba-la 7259 hombres

ndash Tercer Cuerpo de Ejeacutercito Teniente General Ros de Olano 9259 hombres

ndash Divisioacuten de Reserva Teniente General Juan Prim 4088 hombres

ndash Divisioacuten de Caballeriacutea Mariscal de campo Feacutelix Alcalaacute - Galiano 2352 hombres

ndash Todas estas grandes unidades llevaban Estado Mayor y Secciones de Justicia Administracioacuten Sanidad y Veterina-ria y una unidad de Guardia Civil

ndash Armada Brigadier Segundo Diacuteaz Herrera Un buque in-signia - El reina Isabel II - noventa y tres barcos cuatro-cientas piezas de artilleriacutea y doce mil cuatrocientas tonela-das de trasporte3

El Ejeacutercito marroquiacute

Marruecos teniacutea un ejeacutercito de organizacioacuten rudimentaria la infanteriacutea estaba constituida por dos grupos uno de fuerzas regulares el laquoGaix el Medinaraquo y otro de tropas irregulares laquoEl Gumraquo Las tropas regulares del Gaix el Medina era un cuerpo de voluntarios reclutados en los nuacutecleos urbanos El Gum tropas irregulares procediacutean de los pequentildeos poblados Su principal arma la espingarda de disparo lento y municioacuten esfeacuterica poco agresiva

La caballeriacutea marroquiacute estaba formada por la laquoGuardia Ne-graraquo o laquoBujarisraquo Al comienzo de la guerra en 1859 formaban en esta fuerza de caballeriacutea unos quince mil jinetes armados de sables gumiacuteas pistolas y espingardas

La artilleriacutea se denominaba laquoEl Tabiyaraquo y estaba formada por un parque de unas setecientas piezas antiguas de diversos calibres cuyo manejo no conociacutean bien Asiacute como la caballeriacutea marroquiacute fue un arma eficaz en la campantildea la artilleriacutea apenas tuvo protagonismo ni eficacia

Inicialmente el ejeacutercito musulmaacuten se cifroacute en cuarenta mil soldados regulares4

DESARROLLO DE LAS OPERACIONES

Antildeo 1859

19 de noviembre- Se inicia la campantildea ocupando el laquoSerra-lloraquo las ruinas de una antigua fortaleza al Oeste del Otero

20 de noviembre- Se inicia la construccioacuten de cinco reductos al Oeste del Otero

25 de noviembre- Batalla del Serrallo Es la primera batalla de la campantildea El enemigo intenta sin eacutexito apoderarse de los reductos a medio construir

9 de diciembre- Batalla de Sierra Bullones Los marroquiacutees lanzan sucesivos ataques a los reductos Isabel II y rey Francisco Brava defensa espantildeola y retirada enemiga

Antildeo 1860

1 de enero- Batalla de los Castillejos Arengados por Prim los espantildeoles atacan bravamente y dispersan al enemigo Lucha-ron menos de ocho mil espantildeoles contra veinte mil magrebiacutees

6 de enero- OrsquoDonnell Prim y Ros de Olano con veinte mil hombres siguen su camino hacia Tetuaacuten Para evitar las alturas de Monte Negroacuten intentan atravesar una estrechiacutesima faja de arena que abriacutea paso hacia el sur y quedan atascados durante tres diacuteas y cuatro noches por el temporal de levante Desde entonces aquella playa se denominoacute laquoEl campamento del hambreraquo

14 de enero- Mejora la climatologiacutea Batalla de Cabo Negro Orozco empieza a ocupar las primeras alturas de Cabo Negro La vanguardia espantildeola llega al valle de Tetuaacuten 16 de enero Se al-canzan sin resistencia el fuerte Martiacuten y el edificio de la aduana

31 de enero- Batalla de Torre Geleli o Uad el Jeluacute Choque de las caballeriacuteas La infanteriacutea espantildeola carga a la bayoneta El enemigo huye despavorido

3 de febrero- Desembarco de los Voluntarios Catalanes Son unos quinientos hombres que quedan encuadrados en el II Cuer-po de Ejeacutercito

4 de febrero- Batalla de Tetuaacuten Toman parte veinticinco mil espantildeoles frente a treinta mil marroquiacutees que defienden Tetuaacuten La resistencia enemiga se desmorona

6 de febrero- Prim con el II Cuerpo de ejeacutercito entra en Tetuaacuten11 de febrero- Se inician unas conversaciones de paz que se

suspenden sin acuerdo7 de marzo- Desembarco de los tercios vascongados Unos

tres mil hombres12 de marzo- Batalla de Samsa Seis mil musulmanes inten-

tan sin eacutexito reconquistar la ciudad13 a 21 de marzo- Nuevas conversaciones de paz sin acuerdo23 de marzo- Batalla de Gualdraacutes o Uad Ras o Wad-Ras El

enemigo fuertemente situado en terreno de difiacutecil acceso a una legua de Tetuaacuten es desalojado de sus posiciones

26 de abril- Se firma el Tratado de paz de Wad-RasTras la Guerra de Aacutefrica el Ejeacutercito victorioso se instala en

un descampado al norte de Madrid mientras se hacen los prepa-rativos para una entrada triunfal en la capital que nunca se llevoacute a cabo Alrededor del campamento se fueron instalando comer-ciantes y se creoacute el barrio conocido hasta hoy como laquoTetuaacuten de las Victoriasraquo56

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La Sanidad Militar en la Guerra de Aacutefrica (1859-1860)

MEDICINA Y CIRUGIacuteA DE LA EacutePOCA

El Dr Poblacioacuten cita en su obra la relacioacuten de medicamentos que se utilizaron en los botiquines de ambulancias y hospitales de esta campantildea7 Su clasificacioacuten farmacoloacutegica nos permitiraacute valorar con criterios actuales el grado de eficacia de la terapeacuteu-tica de la eacutepoca

Clasificacioacuten farmacoloacutegica

Sistema Nervioso Central Anesteacutesicos Cloroformo Eacuteter sul-fuacuterico Analgeacutesicos o anodinos Sal de Saturno (Solucioacuten acuo-sa de acetato de plomo) Laacuteudano de Sydenham (Vino de opio compuesto) Piacuteldoras de opio Excitantes Teacute (hojas) Sedantes Flor de manzanilla

Sistema circulatorio Estimulantes cardio-respiratorios Al-canfor (Aceite volaacutetil dehellip) Hemostaacuteticos Agua hemostaacutetica o de Pagliari (Benjuiacute 10 p Alumbre 20 p agua 300 p) Cloruro feacuterrico (sol Acuosa)

Aparato respiratorio De accioacuten local Creosota (Destilado de brea vegetal) Excitantes Amoniaco liacutequido (solucioacuten acuosa)

Aparato digestivo Emeacuteticos Alumbre (Sulfato alumiacutenico potaacutesico) Taacutertaro emeacutetico (Tartrato antimoacutenico potaacutesico) Ipe-cacuana (Polvo de la raiacutez) Laxantes Aacutecido ciacutetrico en polvo Ca-taacuterticos Creacutemor taacutertaro (Bitartrato potaacutesico Aceite de ricino Calomelanos al vapor (Cloruro mercurioso) Magnesia (oacutexido magneacutesico anhidro) Draacutesticos Polvos de jalapa Neutralizantes Bicarbonato soacutedico Fosfato bicaacutelcico

Antiinflamatorios Tisana atemperante Sieu (Cocimiento de cebada y nitro) Antidiarreicos Laudano de Sydenham (Polvo de opio 10 grs azafraacuten en polvo 10 grs Clavo de especia en grano 10 grs corteza de Canela 10 grs Vino blanco csp 1000 grs) Antidisenteacutericos Diascordio de Fracastoro (Raiacuteces vegetales y Laacuteudano)

De accioacuten toacutepica y local Anodinos Cerato anodino (Cerato simple polvo de opio y alcanfor) Tintura de Urticaria (sic) An-tiespasmoacutedicos Flor de tilo Agua de azahar (Flor de naranjo) Astringentes Emplasto diaquiloacuten (Litargirio y aceite de olivas) Emolientes Mostaza en polvo Harina de linaza Goma araacutebi-ga Polvo de Cantaacuteridas Flor de malva Caacuteusticos Nitrato de plata cristalizado Estimulantes locales Baacutelsamo samaritano (Vino aceite y agua) Aceite de Romero Rubefacientes Alcan-for Vesicantes Asta de ciervo Vulnerarios Agua carmelitana (Alcoholado de melisa compuesto) Tintura de aacuternica Baacutelsamo de Malats (Fruto y hojas de balsamina raiacutez de siacutenfito mayor sumidades de romero aceite comuacuten) Antiflogiacutesticos oftaacutelmicos Nitrato de plata en solucioacuten

De accioacuten antiseacuteptica Antiseacutepticos exteriores Alcohol etiacutelico Aacutecido aceacutetico medicinal Licor de Labarraque (Solucioacuten acuosa de hipoclorito soacutedico) Antiseacutepticos Macroparasitarios Azufre (pomada) Antipaluacutedicos Polvos de Quina Sulfato de quinina (polvo) Antisifiliacuteticos Yoduro potaacutesico8-11

Al repasar la clasificacioacuten farmacoloacutegica anterior surgen estas consideraciones En el primer grupo de la clasificacioacuten aparecen el cloroformo y el eacuteter Nos podemos preguntar iquestSe usaron como anesteacutesicos El cloroformo indudablemente no ya que la prime-ra anestesia con cloroformo que se llevoacute a cabo en Europa fue

aplicada a la reina Victoria en el parto del priacutencipe Leopoldo de Sajonia en 1857 y parece poco el tiempo transcurrido para que la teacutecnica llegara a Espantildea y estuviera generalizada en 1859 En cambio el primer cirujano que realizoacute una intervencioacuten con eacuteter en Madrid fue el Dr Diego de Argumosa y Obregoacuten el trece de enero de mil ochocientos cuarenta y siete por lo que era posible que al comienzo de la guerra de Aacutefrica se estuviesen practicando anestesias con eacuteter en Madrid sin embargo el Dr Poblacioacuten en su libro laquoHistoria meacutedica de la guerra de Aacutefricaraquo al explicar las operaciones que se llevaron a cabo en el campo de batalla alaba el valor con que los heridos soportaban el dolor y cita algunos casos como el de un joven moro llamado Skeri que fue hecho prisionero cuando estaba herido en la articulacioacuten huacutemero-cuacutebito-radial se le practicoacute la amputacioacuten del miembro y durante la operacioacuten no se le oyoacute un solo quejido prueba de que no se utilizaba la anestesia total12 Se puede asegurar por tanto que el cloroformo y el eacuteter que figuran en la clasificacioacuten se utilizaron como antiemeacutetico el primero y como antiespasmoacutedico el segundo

PERSONAL Y MATERIAL SANITARIO

Personal

La Sanidad del Ejeacutercito que hizo la guerra de Aacutefrica se componiacutea de 1 Inspector Director 1 Subinspector de 1ordf clase 4 Subinspectores de 2ordf clase 7 Meacutedicos Mayores 24 Primeros Meacutedicos 7 Segundos ayudantes 1 Primer Farmaceacuteutico 1 Pri-mer ayudante de Farmacia 1 Segundo ayudante de Farmacia 2 Farmaceacuteuticos de entrada Total participantes 49

A esta cifra habiacutea que antildeadir los 73 meacutedicos que iban en las pequentildeas unidades regimientos y batallones independientes y los tres que acompantildearon a la divisioacuten Riacuteos lo que hace un total de 125 profesionales sanitarios para la asistencia sanitaria inme-diata y directa de un ejeacutercito de 50000 hombres Por otra parte ademaacutes del personal destinado en las unidades combatientes an-tes indicado habiacutea que cubrir las necesidades de personal sani-tario en los hospitales de Ceuta Maacutelaga Algeciras San Roque Dos Barrios y otros por lo que hubo de echar mano del personal destinado en las Capitaniacuteas Generales en las unidades de guar-nicioacuten en las provincias y en otros centros militares vacantes que quedaron cubiertas con personal provisional La plantilla de jefes y oficiales de Sanidad militar en 1859 era de trecientos noventa y nueve profesionales sanitarios de los cuales habiacutea cua-renta y nueve sin cubrir Por otra parte habiacutea que atender las ne-cesidades del ejeacutercito desplegado en el territorio nacional por lo que soacutelo fue posible el enviacuteo a Ultramar de los ciento veinticinco profesionales mencionados Si la plantilla oficial de Jefes y Ofi-ciales de Sanidad hubiese estado cubierta el servicio se hubiese desempentildeado holgadamente

Como complemento indispensable la Direccioacuten de Sanidad nombroacute numerosos practicantes para los cuerpos de ejeacutercito y para los hospitales del litoral Su nuacutemero se cifra entre ochenta y noventa muchos de los cuales eran estudiantes de los primeros cursos de la carrera de Medicina

Por RO de 11 de setiembre de 1859 se crearon las laquoCompa-ntildeiacuteas Sanitariasraquo que teniacutean como misioacuten recoger y evacuar las bajas y prestar servicios auxiliares en los hospitales Vistos los

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L Goacutemez Rodriacuteguez

buenos resultados que prestaron estas compantildeiacuteas fueron reorga-nizadas con fecha de primeros de enero de 1860 dotaacutendoles de una plantilla maacutes amplia un Meacutedico mayor Jefe un Primer ayu-dante y dos segundos ayudantes como oficiales meacutedicos para la visita de pacientes un sargento primero practicante mayor treinta y cuatro practicantes de medicina y farmacia trece clases de tropa para aparatistas y cabos de sala y setenta sanitarios13

Material sanitario

Tras la declaracioacuten de guerra se haciacutea necesaria la prepara-cioacuten del material sanitario que debiacutea llevar el Ejeacutercito de Aacutefrica Dicho material comprendiacutea dos grupos Un primer grupo de material sanitario propiamente dicho formado por instrumental quiruacutergico material de cura y material de trasporte de heridos y enfermos camillas y artolas y un segundo grupo constituido por medicamentos y material de elaboracioacuten del servicio de farmacia

En 1859 antildeo de comienzo de la guerra el Ejeacutercito espantildeol no disponiacutea de laboratorio para la preparacioacuten de medicamentos ni de parque de material sanitario La administracioacuten de los hospi-tales militares veniacutea siendo encargada a los laquoasentistasraquo personas que contrataban el suministro de medicamentos material y viacuteve-res Al principio de la campantildea hubo de improvisarse todo14

Por lo que se refiere al material sanitario un meacutedico militar llamado Santiago Rodriacuteguez con un ayudante Francisco Javier Anguiacutes habiacutean conseguido praacutecticamente sin creacutedito establecer un depoacutesito de material quiruacutergico en el hospital militar de Ma-drid Este depoacutesito fue el nuacutecleo para establecer el primer parque de Sanidad Militar que fue creado por una Real Orden en octubre de 1858 y cuya estructura y obligaciones se fijaron mediante un re-glamento posterior en el que se determinaba la plantilla de perso-nal formada por un director un primer ayudante dos practican-tes y dos sirvientes La Direccioacuten de Sanidad Militar responsable de preparar el material sanitario del Ejeacutercito de Aacutefrica ordenoacute en primer lugar la recogida y reparacioacuten del material sanitario que estaba almacenado en los parques de artilleriacutea e ingenieros luego a traveacutes de la autoridad militar ordenoacute a las unidades de las armas la construccioacuten de mochilas y botiquines para contener el material sanitario que habiacutea de usarse en campantildea seguacuten el modelo pre-sentado por la Direccioacuten de Sanidad que al propio tiempo llevoacute a cabo diversas adquisiciones entre las cuales se pueden citar ocho furgonetas-ambulancia con atalajes quinientas camillas cincuen-ta artolas cincuenta bolsas de socorro y numerosas cajas de re-puesto Ademaacutes se adquirieron en Paris tiendas-hospitales ambu-lancias y otro material sanitario que por la urgencia del caso no podiacutean ser fabricadas en Espantildea Con este material se dotaron las mochilas-botiquines y bolsas de socorro de las pequentildeas unida-des tipo batalloacuten o regimiento que llevaban instrumentos quiruacuter-gicos medicamentos y material de cura para el socorro de veinte a cuarenta heridos Se dotaron tambieacuten de material sanitario y me-dicamentos los maletines y cajas de repuesto de las ambulancias de batalloacuten y de las grandes unidades brigadas y divisiones y los hospitales situados en el teatro de operaciones y en la retaguardia A estas actividades hay que antildeadir la colaboracioacuten entusiasta de toda la Nacioacuten que abriacutea sus arcas para colaborar al gasto de las adquisiciones y confeccionaba material de cura hilas vendas y compresas que en cantidades fabulosas enviaba desde pueblos y

ciudades Asiacute cantaba esta patrioacutetica actitud el laquoRomancero de la guerra de Aacutefricaraquo laquoVayan al suelo africano hilas compresas y vendas Son de afecto pura ofrenda de nuestro amor castellanoraquo A estos efectos Castilla era Espantildea toda

El abastecimiento de material durante la campantildea se llevoacute a cabo en dos fases en la primera fase como se ha indicado se concentroacute el material adquirido fabricado o recuperado en el Parque de Sanidad de nueva creacioacuten Desde alliacute se remitiacutea a un parque sanitario de acumulacioacuten situado en Alicante que se en-cargaba de distribuirlo a los depoacutesitos establecidos en los puer-tos de Caacutediz Algeciras y Maacutelaga y desde estos puertos peninsu-lares se abasteciacutean los diversos parques sanitarios que progresivamente fueron establecidos a medida que progresaba la ofensiva en Ceuta El Serrallo Aduana de Riacuteo Martiacuten y Tetuaacuten (Fig 1 y 2) Estos parques abasteciacutean los repuestos de los cuarte-les generales de las grandes unidades desde los cuales se abaste-ciacutean los botiquines de las pequentildeas unidades1516

LA ASISTENCIA SANITARIA DURANTE LA CAMPANtildeA

Nuacutemero de bajas en accioacuten de guerra

El nuacutemero de bajas se refleja en la Tabla 1 En realidad estas cifras se han de tomar como aproximadas pues en las diversas obras consultadas aparecen datos diferentes Incluso hay un his-toriador de reconocido prestigio como Raymon Carr que habla de 70000 bajas cuando los efectivos del ejeacutercito expedicionario eran unos cincuenta y cinco mil17

Figura 2 Abastecimiento de material sanitario (2ordf Fase)

Figura 1 Abastecimiento de material sanitario (1ordf Fase)

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La Sanidad Militar en la Guerra de Aacutefrica (1859-1860)

Taacutectica sanitaria

Siguiendo las normas tradicionales del despliegue sanitario se establecieron tres liacuteneas de accioacuten una primera liacutenea para re-coger los heridos y prestarles los primeros auxilios de lo que se encargaban las ambulancias de batalloacuten o brigada una segunda liacutenea para consolidar las curas realizar las operaciones quiruacuter-gicas urgentes y poner los heridos en estado de evacuacioacuten de lo que se encargaban las ambulancias de brigada o de divisioacuten seguacuten los casos que se constituiacutean en hospitales de sangre y una tercera liacutenea de accioacuten para proseguir la curacioacuten y vigilar los heridos hasta su recuperacioacuten de los que se ocupaban los hospi-tales fijos situados fuera del teatro de operaciones

En el esquema que se presenta a continuacioacuten figura el des-pliegue de los oacuterganos sanitarios en la guerra que nos ocupa Se distinguen dos casos en el primero se expone el despliegue en terreno montantildeoso en primera liacutenea actuaron las ambulancias de batalloacuten que eran sencillas y dotadas de flexibilidad y movili-dad cualidades que permitiacutean moverse en terreno abrupto y si-tuarse muy cerca de donde teniacutea lugar la batalla A estas ambu-lancias de batalloacuten las denominoacute el Dr Poblacioacuten laquoguerrillasraquo porque se moviacutean apareciacutean y desapareciacutean como los famosos guerrilleros de la guerra de la Independencia La segunda liacutenea en zona montantildeosa era la ambulancia de brigada y la tercera liacute-nea teniacutea dos opciones en los primeros combates que se desa-

Figura 3 Despliegue de los oacuterganos sanitarios

rrollaron cerca de Ceuta las batallas del Serrallo y sierra Bullo-nes los hospitales de Ceuta actuaron como de tercera liacutenea pero maacutes tarde cuando la distancia a Ceuta era mayor hicieron ese papel los hospitales de campantildea entonces llamados laquohospitales socorroraquo que se organizaron en el cuartel general de cada cuer-po de ejeacutercito La evacuacioacuten se haciacutea por tierra desde los citados hospitales hacia los hospitales de Ceuta por la carretera que iban abriendo los ingenieros del Ejeacutercito de Aacutefrica En el desplie-gue sanitario en terreno llano y evacuacioacuten por mar las ambu-lancias de brigada iban en primera liacutenea en segunda liacutenea las ambulancias de divisioacuten que a veces se constituyeron en hospi-tales de sangre de mayor capacidad dado el nuacutemero de comba-tientes que entraron en combate y el mayor nuacutemero de bajas como ocurrioacute en las batallas de Tetuaacuten y Uad-Ras En la tercera liacutenea habiacutea dos opciones condicionadas por el estado de la mar si la mar estaba en calma se podiacutea llevar a cabo la evacuacioacuten sin problemas desde el hospital de campantildea a los buques transporte que desde la playa de riacuteo Martiacuten trasportaban los heridos a los hospitales del litoral peninsular espantildeol o a los buques hospita-les situados en la mencionada playa pero si habiacutea laquolevanteraquo que haciacutea imposible la evacuacioacuten se estableciacutean como tercera liacutenea las llamadas laquotiendas hospitalraquo cercanas a la playa y se esperaba que pasase el laquolevanteraquo A veces se destinaron a esta misioacuten en lugar de las tiendas hospital las chozas de los aduares situados cerca de la mencionada playa18

Las heridas

La gravedad y el tratamiento de las heridas dependen como es natural del arma que las provoca Las armas de fuego del ejeacutercito marroquiacute eran la espingarda y la artilleriacutea y el arma blanca por excelencia la gumiacutea La espingarda era una especie de tosco fusil de fabricacioacuten artesanal de largo cantildeoacuten aacutenima lisa llave de chispa y pequentildeo calibre cuyos proyectiles eran de plomo y forma esfeacuterica aunque en ocasiones eran de postas y te-niacutean forma de dado Los marroquiacutees careciacutean de artilleriacutea eficaz aunque como antes se ha dicho teniacutean muchos cantildeones de mo-delo anticuado y diferentes calibres y soacutelo para defensa de plazas o posiciones fortificadas pero careciacutean de artilleriacutea de campantildea Su artilleriacutea resultoacute inuacutetil en la campantildea y soacutelo fue utilizada con escasos disparos en la batalla de Tetuaacuten el 4 de febrero aunque en aquella ocasioacuten causoacute graves dantildeos en las tropas espantildeolas Asiacute que el arma por excelencia era la espingarda

Las lesiones producidas por la espingarda fueron de tres cla-ses cuando el disparo era hecho a quemarropa era mortal de necesidad si alcanzaba una zona vital cabeza pecho o vientre en la distancia media el proyectil contorneaba a veces los hue-sos y si no encontraba en su trayectoria un oacutergano vital saliacutea al exterior sin causar una herida grave a larga distancia el proyec-til incapaz de herir produciacutea uacutenicamente contusiones de esta forma los servicios sanitarios de vanguardia podiacutean calcular de antemano con alguna precisioacuten la clase de las bajas seguacuten se planteaba la batalla Ello explica tambieacuten el gran nuacutemero de contusiones que sufrieron las tropas espantildeolas Es de consignar que salvo rariacutesimas excepciones todas las heridas fueron recibi-das de frente es decir de cara al enemigo lo que habla muy alto a favor de nuestros soldados

Tabla 1 Bajas espantildeolas en ccioacuten de guerra en la Guerra de Aacutefri-ca (1859-18609)

Batallas Muertos Heridos

Del Serrallo 89 336De Sierra Bullones 80 300De los Castillejos 150 650De Guad el Jelu o Torre Geleli 80 500De Tetuaacuten 200 915De Samsa 22 300De Uad Ras 140 1200Otras acciones 391 793

Total de bajas en accioacuten de guerra 1152 4994

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L Goacutemez Rodriacuteguez

Si el conjunto de heridas contusas fue numerosiacutesimo el nuacute-mero de heridos por arma blanca fue muy reducido porque en los combates cuerpo a cuerpo en los que se utilizaban estas ar-mas la bayoneta calada en el fusil espantildeol daba una gran supe-rioridad frente a la gumiacutea Las heridas que produciacutea la gumiacutea eran generalmente de cabeza y en bastantes casos limpias y de poca gravedad Siacute hubo casos de ensantildeamiento con arma blanca a soldados previamente heridos por arma de fuego19

Las curas en primera y segunda fila

El romancero de la guerra de Aacutefrica al que anteriormente se ha aludido describe en cuatro versos las curas en primera liacutenea laquoDe rodillas Esculapio fibras ata y une huesosdesnuda tierra harta de aguatiene el paciente en su lechoraquo20

Para el cumplimiento de su misioacuten las ambulancias de batalloacuten acompantildeadas de su meacutedico llevaban mochilas-boti-quines dotadas de suficientes piezas de apoacutesitos vendajes me-dicamentos y material quiruacutergico para el socorro de veinte a veinticuatro heridos camillas tipo Anel y cubetas para agua las ambulancias de brigada llevaban un primer meacutedico los ofi-ciales meacutedicos de los batallones que componiacutean la brigada dos o maacutes practicantes de Sanidad Militar y los de las unidades de la brigada El material se componiacutea de una mochila botiquiacuten un maletiacuten con instrumental quiruacutergico y farmaceacuteutico bolsas para material de socorro que los practicantes llevaban puestos en bandolera cubetas para agua camillas artolas furgones y cajas de repuesto de material quiruacutergico y farmaceacuteutico y tien-das de campantildea Las ambulancias de divisioacuten llevaban el doble de personal y material de las brigadas

Para la curacioacuten de las heridas aunque cada meacutedico utiliza-ba los medicamentos de la dotacioacuten que consideraba convenien-tes habiacutea un formulario taacutecito que se resume a continuacioacuten

ndash En contusiones hilas empapadas en tintura de aacuternica de belladona emolientes o fomentos de agua sedativa

ndash En quemaduras hilas empapadas en tintura de urticaria (sic) del Dr Somolinos

ndash En heridas simples Baacutelsamo samaritano o de Malaacutes ndash En heridas sangrantes agua hemostaacutetica o percloruro de hierro

ndash En heridas de bala con orificios de entrada y salida apli-cacioacuten de apoacutesitos empapados en baacutelsamo samaritano y sujetos con vendaje

ndash En hemorragias restantildear la sangre con nitrato de plata ndash En uacutelceras extensas y feacutetidas Licor de Labarraque21

El problema del coacutelera

El Ejeacutercito de Aacutefrica tuvo que hacer frente a dos enemi-gos al Ejeacutercito marroquiacute y a un enemigo invisible el coacutelera La magnitud del problema en general y del hospitalario en parti-cular que el coacutelera planteoacute puede deducirse de los siguientes datos el total de bajas en accioacuten de guerra alcanzoacute la cifra de 6146 entre muertos y heridos como se ha indicado anterior-mente mientras que las bajas por coacutelera fueron 12500 de los que 2377 fallecieron22 Aun teniendo en cuenta las diferencias

existentes en los datos de unos y otros autores las cifras hablan por siacute solas

Los primeros casos de coacutelera aparecieron en el Serrallo cuando el ejeacutercito expedicionario desembarcoacute en Ceuta y en-seguida empezaron a multiplicarse Luego se extendioacute raacutepida-mente y el veinticinco de noviembre de 1859 habiacutea afectado en mayor o menor intensidad al sesenta por ciento de los efectivos del Primer Cuerpo de Ejeacutercito y fue afectando sucesivamente al Segundo Cuerpo de Ejeacutercito a la Divisioacuten de reserva y al Tercer Cuerpo de Ejeacutercito que acampoacute el catorce de diciembre de dicho antildeo en el Tarajal un campamento huacutemedo y malsa-no La enfermedad afectoacute tambieacuten a los mandos los generales Prim Garciacutea Ros de Olano y al personal sanitario entre los cuales se encontraba el Inspector de Sanidad Dr Anel y cau-soacute algunas defunciones como la del meacutedico mayor Joseacute Roger Pedrosa el primer ayudante Antonio Muntildeoz y el segundo ayu-dante Isidro Sastre Storch y tuvo su flujo y reflujo en el tiempo que duroacute la campantildea hubo diacuteas en los que se registraron dos-cientos cincuenta y cuatro casos con sesenta y dos defunciones a mediados de enero de 1860 habiacutea desaparecido praacutecticamente y luego reaparecioacute al final de la campantildea en la Divisioacuten Riacuteos que llegaba a cubrir bajas El tratamiento con los medios tera-peacuteuticos al alcance consistiacutea fundamentalmente en infusiones de manzanilla o teacute tisana atemperante sexquicloruro de hierro (cloruro feacuterrico) cocimiento blanco diascordiado y lavativas amilaacuteceas laudanizadas el laacuteudano en infusiones fue un trata-miento precioso asiacute como el arroz laudanizado las piacuteldoras de opio y las infusiones con gotas de cloroformo23

Otros de los graves problemas que planteoacute el coacutelera fue la evacuacioacuten Se planteoacute el dilema de si evacuar los enfermos a la peniacutensula con el peligro de encender alliacute nuevos brotes aunque algunos meacutedicos negaban la posibilidad de contagio u hospi-talizarlos en Ceuta Se adoptoacute esta segunda posibilidad a base de improvisar barracones y habilitar para los enfermos conva-lecientes un bergantiacuten anclado en el puerto de aquella ciudad24 Asiacute todo fue necesario evacuar un cierto aunque reducido nuacute-mero de enfermos a la peniacutensula y esos casos dieron lugar a una negativa reaccioacuten socioloacutegica en la Peniacutensula

Los hospitales

Durante la campantildea hubo hospitales en Ceuta y en el lito-ral peninsular se utilizaron buques como hospitales flotantes y en los uacuteltimos diacuteas de la campantildea se abrieron hospitales en Tetuaacuten (Fig 3)

Ceuta era toda la ciudad un hospital los soldados salieron de los cuarteles y los cleacuterigos de sus iglesias se habilitaron edi-ficios puacuteblicos como el casino o el Rebelliacuten un antiguo edifi-cio Seguacuten las necesidades se clasificaron en tres grupos para coleacutericos para heridos y para convalecientes Se dedicaron a coleacutericos el de los Reyes con 707 camas el de San Francisco con 80 camas el de Jesuacutes y Mariacutea con 80 camas y los de San Manuel El Reloj Artilleriacutea La Catedral y la Trinidad que su-maban entre los cinco 600 camas Para heridos se instaloacute en el casino un hospital con 25 camas dedicado a oficiales y otro en el Rebelliacuten para tropa con 350 camas En unos barracones de madera construidos a las afueras de la ciudad se instalaron 100

Sanid mil 2013 69 (2) 133

La Sanidad Militar en la Guerra de Aacutefrica (1859-1860)

camas que se repartieron entre convalecientes coleacutericos como se ha dicho y convalecientes heridos en espera de repatriacioacuten

En estos hospitales faltaba de todo faltaban meacutedicos pero sobraba abnegacioacuten y entusiasmo en los que alliacute habiacutea y en los meacutedicos de los estados mayores de las grandes unidades que acudieron soliacutecitos para ayudarlos faltaron enfermeros pero alliacute estaban los presidiarios dispuestos a prestar su ayuda fal-taban utensilios pero las tropas dejaron el suyo Asiacute se fue re-mediando la necesidad hasta que fueron llegando de Espantildea el personal y material que con toda urgencia se demandaba En esta organizacioacuten improvisada destacoacute el Dr Martruacutes que durante toda la campantildea estuvo como meacutedico jefe al frente de los servicios meacutedicos de todos los hospitales de Ceuta y cuya infatigable actividad permitioacute que en las primeras semanas de diciembre estuvieran en funcionamiento los hospitales que an-tes se ha indicado a pesar de que a imitacioacuten de Francia era la Administracioacuten Militar la encargada de instalar organizar y dirigir los hospitales militares El Servicio farmaceacuteutico de todos estos hospitales estaba a cargo del boticario militar don Juan de Tapia La botica militar estaba aneja al hospital de los Reyes y una vez pasada la visita meacutedica alliacute confluiacutean los prac-ticantes de farmacia de todos los hospitales con sus libretas que conteniacutean las correspondientes prescripciones Puede calcular-se en queacute cantidad habiacutean de hacerse todas las preparaciones con soacutelo saber que esta era la uacutenica farmacia que habiacutea en Ceu-ta y que atendiacutea no soacutelo a todos los hospitales sino tambieacuten a los militares de la guarnicioacuten y a los civiles de la poblacioacuten Ayudaban al sentildeor Tapia los farmaceacuteuticos destinados en los cuarteles generales y a pesar del gran trabajo nunca llegaron a faltar medicamentos ni la buena calidad de los mismos y los profesionales de los hospitales tuvieron amplia facultad para recetar lo que estimaron necesario

Cuando las tropas espantildeolas entraron en Tetuaacuten se estable-cioacute un hospital en una pequentildea mezquita que una vez reforma-da quedoacute habilitado para hospitalizar 300 pacientes y dotado de servicio de farmacia y demaacutes dependencias necesarias Alliacute se habilitoacute tambieacuten un espacio para alojar el Parque de Sanidad trasladado desde la Aduana un edificio cerca de la desembo-cadura de Riacuteo Martiacuten donde estuvo instalado anteriormente Para los enfermos coleacutericos cuyo nuacutemero habiacutea aumentado en la uacuteltima fase de la campantildea se habilitoacute un edificio frente al anterior y para oficiales el consulado ingleacutes

Para hospitales flotantes se contrataron por el gobierno cuatro vapores de heacutelice El Barcelona de 1200 toneladas y con 200 camas el Torino (Piamonteacutes) de 2000 toneladas y con 500 camas el Cataluntildea de 1500 toneladas y con 500 camas y el Ville de Lyoacuten (franceacutes) de 2500 toneladas y con 600 camas

Los dos primeros se destinaron a heridos y enfermos comu-nes y los dos segundos para coleacutericos En cada buque iban uno o dos meacutedicos un farmaceacuteutico o practicante de farmacia y cinco practicantes de medicina y como material sanitario un botiquiacuten

Estos barcos hospital destinados a su inicial cometido hu-bieran bastado pero como no fue asiacute hubo de aprovecharse de pequentildeos barcos que con cualquier motivo saliacutean para Ceuta como el Mallorquiacuten el San Bernardo el Bretagne el Pensa-

miento el Vigilante y otros Cuando iban a zarpar si teniacutean espacio izaban en el palo mayor una bandera amarilla que era la sentildeal que luciacutean los hospitales militares para que desde la playa se iniciase la evacuacioacuten

Las evacuaciones se haciacutean hacia los hospitales del litoral establecidos en Algeciras Caacutediz Maacutelaga y alrededores Estas evacuaciones se hicieron siempre en deplorables condiciones apintildeamientos friacuteo balanceo rachas de agua y viento que afec-taban sobre todo a los que iban en cubierta pues fue necesario aprovechar el espacio al liacutemite Ademaacutes la organizacioacuten de las evacuaciones corriacutea a cargo de la Administracioacuten sin tener en cuenta que lo acertado hubiese sido encargar de ello a la Sa-nidad que podiacutea decidir con mejor criterio el quieacuten cuaacutendo y coacutemo y otras condiciones de la evacuacioacuten25

De todo lo dicho anteriormente se deduce que el denoda-do esfuerzo de la Sanidad Militar espantildeola en la Guerra con Marruecos (1859-1860) fue altamente eficaz muy sacrificado y en muchos casos heroico La reina Isabel II premioacute dicha actuacioacuten equiparando en derechos y deberes a los oficiales de la Sanidad Militar con los de las Armas26

BIBLIOGRAFIA

1 Martiacuten Goacutemez A L (2009 a) laquoLos combates de Ceuta Guerra de Aacutefrica 1859-1860raquoAlmena Ediciones Madrid 7 ss

2 Acaso Deltell S (2007 a) laquoUna guerra olvidada Marruecos 1859-1860raquo Ineacutedi-ta editores Barcelona 31 ss

3 Martiacuten Goacutemez A L (2009 b) o c 59-624 Martiacuten Goacutemez A L (2009 c) o c 54-555 Acaso Deltell S (2007 b) o c 66-194 passim6 Alarcoacuten P A (1861 a) laquoDiario de un testigo de la guerra de Aacutefricaraquo Linkgua

ediciones SL Barcelona 176 ss7 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 a) laquoHistoria meacutedica de la guerra de Aacutefricaraquo

Madrid 34-358 Diccionario Terminoloacutegico de Ciencias meacutedicas (1978) Undeacutecima edicioacuten

Salvat editores Madrid9 Formulario espantildeol de Farmacia militar (1948) Seacuteptima edicioacuten Publicacio-

nes del Laboratorio y Parque Central de Farmacia Militar Madrid10 Farmacopea espantildeola 7ordf edicioacuten Madrid 190511 Buchan J (1775) laquoTratado Completo del meacutetodo de precaver y curar las enfer-

medadesraquo Apeacutendice XXXIV Madrid12 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 b) o c 20413 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 c) o c 20-2414 Vives y Noguer I et al (1898) laquoEl Laboratorio Central de Sanidad Militar

Memoria histoacuterico-descriptivaraquo Imprenta del Cuerpo Administrativo del Ejeacuter-cito Madrid 19

15 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 d) o c 16-1816 Landa N (1860 a) laquoLa campantildea de Marruecos (1859-1860) 2ordf Edicioacuten Al-

gazara SL Maacutelaga 2008 67-6917 Massoacutens Esplugas JM (1994 a) laquoHistoria de la Sanidad Militar espantildeolaraquo

Ed Pomares Corredor SA Barcelona II 22318 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 e) o c 25 ss19 Massoacutens Esplugas JM (1994 b) o c II 22520 Harzenbusch JE (1860) laquoCancionero de la guerra de Aacutefricaraquo Imprenta y este-

reotipia de M Rivadeneyra Madrid 17521 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 f) o c II 171 ss22 Massoacutens Esplugas JM (1994 c) o c II 22423 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 g) o c 11024 Massoacutens Esplugas JM (1994 d) o c II 22425 Landa N (1860 b) o c 57 ss26 Ley de 20 de marzo de 1860

Page 2: La Sanidad Militar en la Guerra de África (1859-1860)scielo.isciii.es/pdf/sm/v69n2/12_historia_y_humanidades.pdfORIGEN DEL CONFLICTO El origen de la guerra de España con Marruecos,

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LOS EJEacuteRCITOS CONTENDIENTES

El Ejeacutercito de Aacutefrica

Los efectivos del Ejeacutercito y la Marina que habiacutean de llevar a cabo las operaciones militares que recibieron el nombre de laquoEjeacuter-cito de Aacutefricaraquo quedaron fijados por las Cortes el 1ordm de octubre de 1859 previa solicitud del presidente del gobierno Leopoldo OrsquoDonnell en cien mil hombres ampliables a ciento sesenta mil si las circunstancias lo exigieran Despueacutes OacuteDonnell renuncioacute a la presidencia del gobierno para dirigir las operaciones militares como general en jefe La composicioacuten del Ejeacutercito de Aacutefrica era la siguiente

ndash Cuartel general del General en Jefe Teniente General Leopoldo OacuteDonnell Estado Mayor Secretariacutea de guerra Planas mayores Jefaturas de Servicios

ndash Primer Cuerpo de Ejeacutercito Mariscal de campo Rafael Echaguumle 11485 hombres

ndash Segundo Cuerpo de Ejeacutercito Teniente General Juan Zaba-la 7259 hombres

ndash Tercer Cuerpo de Ejeacutercito Teniente General Ros de Olano 9259 hombres

ndash Divisioacuten de Reserva Teniente General Juan Prim 4088 hombres

ndash Divisioacuten de Caballeriacutea Mariscal de campo Feacutelix Alcalaacute - Galiano 2352 hombres

ndash Todas estas grandes unidades llevaban Estado Mayor y Secciones de Justicia Administracioacuten Sanidad y Veterina-ria y una unidad de Guardia Civil

ndash Armada Brigadier Segundo Diacuteaz Herrera Un buque in-signia - El reina Isabel II - noventa y tres barcos cuatro-cientas piezas de artilleriacutea y doce mil cuatrocientas tonela-das de trasporte3

El Ejeacutercito marroquiacute

Marruecos teniacutea un ejeacutercito de organizacioacuten rudimentaria la infanteriacutea estaba constituida por dos grupos uno de fuerzas regulares el laquoGaix el Medinaraquo y otro de tropas irregulares laquoEl Gumraquo Las tropas regulares del Gaix el Medina era un cuerpo de voluntarios reclutados en los nuacutecleos urbanos El Gum tropas irregulares procediacutean de los pequentildeos poblados Su principal arma la espingarda de disparo lento y municioacuten esfeacuterica poco agresiva

La caballeriacutea marroquiacute estaba formada por la laquoGuardia Ne-graraquo o laquoBujarisraquo Al comienzo de la guerra en 1859 formaban en esta fuerza de caballeriacutea unos quince mil jinetes armados de sables gumiacuteas pistolas y espingardas

La artilleriacutea se denominaba laquoEl Tabiyaraquo y estaba formada por un parque de unas setecientas piezas antiguas de diversos calibres cuyo manejo no conociacutean bien Asiacute como la caballeriacutea marroquiacute fue un arma eficaz en la campantildea la artilleriacutea apenas tuvo protagonismo ni eficacia

Inicialmente el ejeacutercito musulmaacuten se cifroacute en cuarenta mil soldados regulares4

DESARROLLO DE LAS OPERACIONES

Antildeo 1859

19 de noviembre- Se inicia la campantildea ocupando el laquoSerra-lloraquo las ruinas de una antigua fortaleza al Oeste del Otero

20 de noviembre- Se inicia la construccioacuten de cinco reductos al Oeste del Otero

25 de noviembre- Batalla del Serrallo Es la primera batalla de la campantildea El enemigo intenta sin eacutexito apoderarse de los reductos a medio construir

9 de diciembre- Batalla de Sierra Bullones Los marroquiacutees lanzan sucesivos ataques a los reductos Isabel II y rey Francisco Brava defensa espantildeola y retirada enemiga

Antildeo 1860

1 de enero- Batalla de los Castillejos Arengados por Prim los espantildeoles atacan bravamente y dispersan al enemigo Lucha-ron menos de ocho mil espantildeoles contra veinte mil magrebiacutees

6 de enero- OrsquoDonnell Prim y Ros de Olano con veinte mil hombres siguen su camino hacia Tetuaacuten Para evitar las alturas de Monte Negroacuten intentan atravesar una estrechiacutesima faja de arena que abriacutea paso hacia el sur y quedan atascados durante tres diacuteas y cuatro noches por el temporal de levante Desde entonces aquella playa se denominoacute laquoEl campamento del hambreraquo

14 de enero- Mejora la climatologiacutea Batalla de Cabo Negro Orozco empieza a ocupar las primeras alturas de Cabo Negro La vanguardia espantildeola llega al valle de Tetuaacuten 16 de enero Se al-canzan sin resistencia el fuerte Martiacuten y el edificio de la aduana

31 de enero- Batalla de Torre Geleli o Uad el Jeluacute Choque de las caballeriacuteas La infanteriacutea espantildeola carga a la bayoneta El enemigo huye despavorido

3 de febrero- Desembarco de los Voluntarios Catalanes Son unos quinientos hombres que quedan encuadrados en el II Cuer-po de Ejeacutercito

4 de febrero- Batalla de Tetuaacuten Toman parte veinticinco mil espantildeoles frente a treinta mil marroquiacutees que defienden Tetuaacuten La resistencia enemiga se desmorona

6 de febrero- Prim con el II Cuerpo de ejeacutercito entra en Tetuaacuten11 de febrero- Se inician unas conversaciones de paz que se

suspenden sin acuerdo7 de marzo- Desembarco de los tercios vascongados Unos

tres mil hombres12 de marzo- Batalla de Samsa Seis mil musulmanes inten-

tan sin eacutexito reconquistar la ciudad13 a 21 de marzo- Nuevas conversaciones de paz sin acuerdo23 de marzo- Batalla de Gualdraacutes o Uad Ras o Wad-Ras El

enemigo fuertemente situado en terreno de difiacutecil acceso a una legua de Tetuaacuten es desalojado de sus posiciones

26 de abril- Se firma el Tratado de paz de Wad-RasTras la Guerra de Aacutefrica el Ejeacutercito victorioso se instala en

un descampado al norte de Madrid mientras se hacen los prepa-rativos para una entrada triunfal en la capital que nunca se llevoacute a cabo Alrededor del campamento se fueron instalando comer-ciantes y se creoacute el barrio conocido hasta hoy como laquoTetuaacuten de las Victoriasraquo56

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La Sanidad Militar en la Guerra de Aacutefrica (1859-1860)

MEDICINA Y CIRUGIacuteA DE LA EacutePOCA

El Dr Poblacioacuten cita en su obra la relacioacuten de medicamentos que se utilizaron en los botiquines de ambulancias y hospitales de esta campantildea7 Su clasificacioacuten farmacoloacutegica nos permitiraacute valorar con criterios actuales el grado de eficacia de la terapeacuteu-tica de la eacutepoca

Clasificacioacuten farmacoloacutegica

Sistema Nervioso Central Anesteacutesicos Cloroformo Eacuteter sul-fuacuterico Analgeacutesicos o anodinos Sal de Saturno (Solucioacuten acuo-sa de acetato de plomo) Laacuteudano de Sydenham (Vino de opio compuesto) Piacuteldoras de opio Excitantes Teacute (hojas) Sedantes Flor de manzanilla

Sistema circulatorio Estimulantes cardio-respiratorios Al-canfor (Aceite volaacutetil dehellip) Hemostaacuteticos Agua hemostaacutetica o de Pagliari (Benjuiacute 10 p Alumbre 20 p agua 300 p) Cloruro feacuterrico (sol Acuosa)

Aparato respiratorio De accioacuten local Creosota (Destilado de brea vegetal) Excitantes Amoniaco liacutequido (solucioacuten acuosa)

Aparato digestivo Emeacuteticos Alumbre (Sulfato alumiacutenico potaacutesico) Taacutertaro emeacutetico (Tartrato antimoacutenico potaacutesico) Ipe-cacuana (Polvo de la raiacutez) Laxantes Aacutecido ciacutetrico en polvo Ca-taacuterticos Creacutemor taacutertaro (Bitartrato potaacutesico Aceite de ricino Calomelanos al vapor (Cloruro mercurioso) Magnesia (oacutexido magneacutesico anhidro) Draacutesticos Polvos de jalapa Neutralizantes Bicarbonato soacutedico Fosfato bicaacutelcico

Antiinflamatorios Tisana atemperante Sieu (Cocimiento de cebada y nitro) Antidiarreicos Laudano de Sydenham (Polvo de opio 10 grs azafraacuten en polvo 10 grs Clavo de especia en grano 10 grs corteza de Canela 10 grs Vino blanco csp 1000 grs) Antidisenteacutericos Diascordio de Fracastoro (Raiacuteces vegetales y Laacuteudano)

De accioacuten toacutepica y local Anodinos Cerato anodino (Cerato simple polvo de opio y alcanfor) Tintura de Urticaria (sic) An-tiespasmoacutedicos Flor de tilo Agua de azahar (Flor de naranjo) Astringentes Emplasto diaquiloacuten (Litargirio y aceite de olivas) Emolientes Mostaza en polvo Harina de linaza Goma araacutebi-ga Polvo de Cantaacuteridas Flor de malva Caacuteusticos Nitrato de plata cristalizado Estimulantes locales Baacutelsamo samaritano (Vino aceite y agua) Aceite de Romero Rubefacientes Alcan-for Vesicantes Asta de ciervo Vulnerarios Agua carmelitana (Alcoholado de melisa compuesto) Tintura de aacuternica Baacutelsamo de Malats (Fruto y hojas de balsamina raiacutez de siacutenfito mayor sumidades de romero aceite comuacuten) Antiflogiacutesticos oftaacutelmicos Nitrato de plata en solucioacuten

De accioacuten antiseacuteptica Antiseacutepticos exteriores Alcohol etiacutelico Aacutecido aceacutetico medicinal Licor de Labarraque (Solucioacuten acuosa de hipoclorito soacutedico) Antiseacutepticos Macroparasitarios Azufre (pomada) Antipaluacutedicos Polvos de Quina Sulfato de quinina (polvo) Antisifiliacuteticos Yoduro potaacutesico8-11

Al repasar la clasificacioacuten farmacoloacutegica anterior surgen estas consideraciones En el primer grupo de la clasificacioacuten aparecen el cloroformo y el eacuteter Nos podemos preguntar iquestSe usaron como anesteacutesicos El cloroformo indudablemente no ya que la prime-ra anestesia con cloroformo que se llevoacute a cabo en Europa fue

aplicada a la reina Victoria en el parto del priacutencipe Leopoldo de Sajonia en 1857 y parece poco el tiempo transcurrido para que la teacutecnica llegara a Espantildea y estuviera generalizada en 1859 En cambio el primer cirujano que realizoacute una intervencioacuten con eacuteter en Madrid fue el Dr Diego de Argumosa y Obregoacuten el trece de enero de mil ochocientos cuarenta y siete por lo que era posible que al comienzo de la guerra de Aacutefrica se estuviesen practicando anestesias con eacuteter en Madrid sin embargo el Dr Poblacioacuten en su libro laquoHistoria meacutedica de la guerra de Aacutefricaraquo al explicar las operaciones que se llevaron a cabo en el campo de batalla alaba el valor con que los heridos soportaban el dolor y cita algunos casos como el de un joven moro llamado Skeri que fue hecho prisionero cuando estaba herido en la articulacioacuten huacutemero-cuacutebito-radial se le practicoacute la amputacioacuten del miembro y durante la operacioacuten no se le oyoacute un solo quejido prueba de que no se utilizaba la anestesia total12 Se puede asegurar por tanto que el cloroformo y el eacuteter que figuran en la clasificacioacuten se utilizaron como antiemeacutetico el primero y como antiespasmoacutedico el segundo

PERSONAL Y MATERIAL SANITARIO

Personal

La Sanidad del Ejeacutercito que hizo la guerra de Aacutefrica se componiacutea de 1 Inspector Director 1 Subinspector de 1ordf clase 4 Subinspectores de 2ordf clase 7 Meacutedicos Mayores 24 Primeros Meacutedicos 7 Segundos ayudantes 1 Primer Farmaceacuteutico 1 Pri-mer ayudante de Farmacia 1 Segundo ayudante de Farmacia 2 Farmaceacuteuticos de entrada Total participantes 49

A esta cifra habiacutea que antildeadir los 73 meacutedicos que iban en las pequentildeas unidades regimientos y batallones independientes y los tres que acompantildearon a la divisioacuten Riacuteos lo que hace un total de 125 profesionales sanitarios para la asistencia sanitaria inme-diata y directa de un ejeacutercito de 50000 hombres Por otra parte ademaacutes del personal destinado en las unidades combatientes an-tes indicado habiacutea que cubrir las necesidades de personal sani-tario en los hospitales de Ceuta Maacutelaga Algeciras San Roque Dos Barrios y otros por lo que hubo de echar mano del personal destinado en las Capitaniacuteas Generales en las unidades de guar-nicioacuten en las provincias y en otros centros militares vacantes que quedaron cubiertas con personal provisional La plantilla de jefes y oficiales de Sanidad militar en 1859 era de trecientos noventa y nueve profesionales sanitarios de los cuales habiacutea cua-renta y nueve sin cubrir Por otra parte habiacutea que atender las ne-cesidades del ejeacutercito desplegado en el territorio nacional por lo que soacutelo fue posible el enviacuteo a Ultramar de los ciento veinticinco profesionales mencionados Si la plantilla oficial de Jefes y Ofi-ciales de Sanidad hubiese estado cubierta el servicio se hubiese desempentildeado holgadamente

Como complemento indispensable la Direccioacuten de Sanidad nombroacute numerosos practicantes para los cuerpos de ejeacutercito y para los hospitales del litoral Su nuacutemero se cifra entre ochenta y noventa muchos de los cuales eran estudiantes de los primeros cursos de la carrera de Medicina

Por RO de 11 de setiembre de 1859 se crearon las laquoCompa-ntildeiacuteas Sanitariasraquo que teniacutean como misioacuten recoger y evacuar las bajas y prestar servicios auxiliares en los hospitales Vistos los

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buenos resultados que prestaron estas compantildeiacuteas fueron reorga-nizadas con fecha de primeros de enero de 1860 dotaacutendoles de una plantilla maacutes amplia un Meacutedico mayor Jefe un Primer ayu-dante y dos segundos ayudantes como oficiales meacutedicos para la visita de pacientes un sargento primero practicante mayor treinta y cuatro practicantes de medicina y farmacia trece clases de tropa para aparatistas y cabos de sala y setenta sanitarios13

Material sanitario

Tras la declaracioacuten de guerra se haciacutea necesaria la prepara-cioacuten del material sanitario que debiacutea llevar el Ejeacutercito de Aacutefrica Dicho material comprendiacutea dos grupos Un primer grupo de material sanitario propiamente dicho formado por instrumental quiruacutergico material de cura y material de trasporte de heridos y enfermos camillas y artolas y un segundo grupo constituido por medicamentos y material de elaboracioacuten del servicio de farmacia

En 1859 antildeo de comienzo de la guerra el Ejeacutercito espantildeol no disponiacutea de laboratorio para la preparacioacuten de medicamentos ni de parque de material sanitario La administracioacuten de los hospi-tales militares veniacutea siendo encargada a los laquoasentistasraquo personas que contrataban el suministro de medicamentos material y viacuteve-res Al principio de la campantildea hubo de improvisarse todo14

Por lo que se refiere al material sanitario un meacutedico militar llamado Santiago Rodriacuteguez con un ayudante Francisco Javier Anguiacutes habiacutean conseguido praacutecticamente sin creacutedito establecer un depoacutesito de material quiruacutergico en el hospital militar de Ma-drid Este depoacutesito fue el nuacutecleo para establecer el primer parque de Sanidad Militar que fue creado por una Real Orden en octubre de 1858 y cuya estructura y obligaciones se fijaron mediante un re-glamento posterior en el que se determinaba la plantilla de perso-nal formada por un director un primer ayudante dos practican-tes y dos sirvientes La Direccioacuten de Sanidad Militar responsable de preparar el material sanitario del Ejeacutercito de Aacutefrica ordenoacute en primer lugar la recogida y reparacioacuten del material sanitario que estaba almacenado en los parques de artilleriacutea e ingenieros luego a traveacutes de la autoridad militar ordenoacute a las unidades de las armas la construccioacuten de mochilas y botiquines para contener el material sanitario que habiacutea de usarse en campantildea seguacuten el modelo pre-sentado por la Direccioacuten de Sanidad que al propio tiempo llevoacute a cabo diversas adquisiciones entre las cuales se pueden citar ocho furgonetas-ambulancia con atalajes quinientas camillas cincuen-ta artolas cincuenta bolsas de socorro y numerosas cajas de re-puesto Ademaacutes se adquirieron en Paris tiendas-hospitales ambu-lancias y otro material sanitario que por la urgencia del caso no podiacutean ser fabricadas en Espantildea Con este material se dotaron las mochilas-botiquines y bolsas de socorro de las pequentildeas unida-des tipo batalloacuten o regimiento que llevaban instrumentos quiruacuter-gicos medicamentos y material de cura para el socorro de veinte a cuarenta heridos Se dotaron tambieacuten de material sanitario y me-dicamentos los maletines y cajas de repuesto de las ambulancias de batalloacuten y de las grandes unidades brigadas y divisiones y los hospitales situados en el teatro de operaciones y en la retaguardia A estas actividades hay que antildeadir la colaboracioacuten entusiasta de toda la Nacioacuten que abriacutea sus arcas para colaborar al gasto de las adquisiciones y confeccionaba material de cura hilas vendas y compresas que en cantidades fabulosas enviaba desde pueblos y

ciudades Asiacute cantaba esta patrioacutetica actitud el laquoRomancero de la guerra de Aacutefricaraquo laquoVayan al suelo africano hilas compresas y vendas Son de afecto pura ofrenda de nuestro amor castellanoraquo A estos efectos Castilla era Espantildea toda

El abastecimiento de material durante la campantildea se llevoacute a cabo en dos fases en la primera fase como se ha indicado se concentroacute el material adquirido fabricado o recuperado en el Parque de Sanidad de nueva creacioacuten Desde alliacute se remitiacutea a un parque sanitario de acumulacioacuten situado en Alicante que se en-cargaba de distribuirlo a los depoacutesitos establecidos en los puer-tos de Caacutediz Algeciras y Maacutelaga y desde estos puertos peninsu-lares se abasteciacutean los diversos parques sanitarios que progresivamente fueron establecidos a medida que progresaba la ofensiva en Ceuta El Serrallo Aduana de Riacuteo Martiacuten y Tetuaacuten (Fig 1 y 2) Estos parques abasteciacutean los repuestos de los cuarte-les generales de las grandes unidades desde los cuales se abaste-ciacutean los botiquines de las pequentildeas unidades1516

LA ASISTENCIA SANITARIA DURANTE LA CAMPANtildeA

Nuacutemero de bajas en accioacuten de guerra

El nuacutemero de bajas se refleja en la Tabla 1 En realidad estas cifras se han de tomar como aproximadas pues en las diversas obras consultadas aparecen datos diferentes Incluso hay un his-toriador de reconocido prestigio como Raymon Carr que habla de 70000 bajas cuando los efectivos del ejeacutercito expedicionario eran unos cincuenta y cinco mil17

Figura 2 Abastecimiento de material sanitario (2ordf Fase)

Figura 1 Abastecimiento de material sanitario (1ordf Fase)

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La Sanidad Militar en la Guerra de Aacutefrica (1859-1860)

Taacutectica sanitaria

Siguiendo las normas tradicionales del despliegue sanitario se establecieron tres liacuteneas de accioacuten una primera liacutenea para re-coger los heridos y prestarles los primeros auxilios de lo que se encargaban las ambulancias de batalloacuten o brigada una segunda liacutenea para consolidar las curas realizar las operaciones quiruacuter-gicas urgentes y poner los heridos en estado de evacuacioacuten de lo que se encargaban las ambulancias de brigada o de divisioacuten seguacuten los casos que se constituiacutean en hospitales de sangre y una tercera liacutenea de accioacuten para proseguir la curacioacuten y vigilar los heridos hasta su recuperacioacuten de los que se ocupaban los hospi-tales fijos situados fuera del teatro de operaciones

En el esquema que se presenta a continuacioacuten figura el des-pliegue de los oacuterganos sanitarios en la guerra que nos ocupa Se distinguen dos casos en el primero se expone el despliegue en terreno montantildeoso en primera liacutenea actuaron las ambulancias de batalloacuten que eran sencillas y dotadas de flexibilidad y movili-dad cualidades que permitiacutean moverse en terreno abrupto y si-tuarse muy cerca de donde teniacutea lugar la batalla A estas ambu-lancias de batalloacuten las denominoacute el Dr Poblacioacuten laquoguerrillasraquo porque se moviacutean apareciacutean y desapareciacutean como los famosos guerrilleros de la guerra de la Independencia La segunda liacutenea en zona montantildeosa era la ambulancia de brigada y la tercera liacute-nea teniacutea dos opciones en los primeros combates que se desa-

Figura 3 Despliegue de los oacuterganos sanitarios

rrollaron cerca de Ceuta las batallas del Serrallo y sierra Bullo-nes los hospitales de Ceuta actuaron como de tercera liacutenea pero maacutes tarde cuando la distancia a Ceuta era mayor hicieron ese papel los hospitales de campantildea entonces llamados laquohospitales socorroraquo que se organizaron en el cuartel general de cada cuer-po de ejeacutercito La evacuacioacuten se haciacutea por tierra desde los citados hospitales hacia los hospitales de Ceuta por la carretera que iban abriendo los ingenieros del Ejeacutercito de Aacutefrica En el desplie-gue sanitario en terreno llano y evacuacioacuten por mar las ambu-lancias de brigada iban en primera liacutenea en segunda liacutenea las ambulancias de divisioacuten que a veces se constituyeron en hospi-tales de sangre de mayor capacidad dado el nuacutemero de comba-tientes que entraron en combate y el mayor nuacutemero de bajas como ocurrioacute en las batallas de Tetuaacuten y Uad-Ras En la tercera liacutenea habiacutea dos opciones condicionadas por el estado de la mar si la mar estaba en calma se podiacutea llevar a cabo la evacuacioacuten sin problemas desde el hospital de campantildea a los buques transporte que desde la playa de riacuteo Martiacuten trasportaban los heridos a los hospitales del litoral peninsular espantildeol o a los buques hospita-les situados en la mencionada playa pero si habiacutea laquolevanteraquo que haciacutea imposible la evacuacioacuten se estableciacutean como tercera liacutenea las llamadas laquotiendas hospitalraquo cercanas a la playa y se esperaba que pasase el laquolevanteraquo A veces se destinaron a esta misioacuten en lugar de las tiendas hospital las chozas de los aduares situados cerca de la mencionada playa18

Las heridas

La gravedad y el tratamiento de las heridas dependen como es natural del arma que las provoca Las armas de fuego del ejeacutercito marroquiacute eran la espingarda y la artilleriacutea y el arma blanca por excelencia la gumiacutea La espingarda era una especie de tosco fusil de fabricacioacuten artesanal de largo cantildeoacuten aacutenima lisa llave de chispa y pequentildeo calibre cuyos proyectiles eran de plomo y forma esfeacuterica aunque en ocasiones eran de postas y te-niacutean forma de dado Los marroquiacutees careciacutean de artilleriacutea eficaz aunque como antes se ha dicho teniacutean muchos cantildeones de mo-delo anticuado y diferentes calibres y soacutelo para defensa de plazas o posiciones fortificadas pero careciacutean de artilleriacutea de campantildea Su artilleriacutea resultoacute inuacutetil en la campantildea y soacutelo fue utilizada con escasos disparos en la batalla de Tetuaacuten el 4 de febrero aunque en aquella ocasioacuten causoacute graves dantildeos en las tropas espantildeolas Asiacute que el arma por excelencia era la espingarda

Las lesiones producidas por la espingarda fueron de tres cla-ses cuando el disparo era hecho a quemarropa era mortal de necesidad si alcanzaba una zona vital cabeza pecho o vientre en la distancia media el proyectil contorneaba a veces los hue-sos y si no encontraba en su trayectoria un oacutergano vital saliacutea al exterior sin causar una herida grave a larga distancia el proyec-til incapaz de herir produciacutea uacutenicamente contusiones de esta forma los servicios sanitarios de vanguardia podiacutean calcular de antemano con alguna precisioacuten la clase de las bajas seguacuten se planteaba la batalla Ello explica tambieacuten el gran nuacutemero de contusiones que sufrieron las tropas espantildeolas Es de consignar que salvo rariacutesimas excepciones todas las heridas fueron recibi-das de frente es decir de cara al enemigo lo que habla muy alto a favor de nuestros soldados

Tabla 1 Bajas espantildeolas en ccioacuten de guerra en la Guerra de Aacutefri-ca (1859-18609)

Batallas Muertos Heridos

Del Serrallo 89 336De Sierra Bullones 80 300De los Castillejos 150 650De Guad el Jelu o Torre Geleli 80 500De Tetuaacuten 200 915De Samsa 22 300De Uad Ras 140 1200Otras acciones 391 793

Total de bajas en accioacuten de guerra 1152 4994

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Si el conjunto de heridas contusas fue numerosiacutesimo el nuacute-mero de heridos por arma blanca fue muy reducido porque en los combates cuerpo a cuerpo en los que se utilizaban estas ar-mas la bayoneta calada en el fusil espantildeol daba una gran supe-rioridad frente a la gumiacutea Las heridas que produciacutea la gumiacutea eran generalmente de cabeza y en bastantes casos limpias y de poca gravedad Siacute hubo casos de ensantildeamiento con arma blanca a soldados previamente heridos por arma de fuego19

Las curas en primera y segunda fila

El romancero de la guerra de Aacutefrica al que anteriormente se ha aludido describe en cuatro versos las curas en primera liacutenea laquoDe rodillas Esculapio fibras ata y une huesosdesnuda tierra harta de aguatiene el paciente en su lechoraquo20

Para el cumplimiento de su misioacuten las ambulancias de batalloacuten acompantildeadas de su meacutedico llevaban mochilas-boti-quines dotadas de suficientes piezas de apoacutesitos vendajes me-dicamentos y material quiruacutergico para el socorro de veinte a veinticuatro heridos camillas tipo Anel y cubetas para agua las ambulancias de brigada llevaban un primer meacutedico los ofi-ciales meacutedicos de los batallones que componiacutean la brigada dos o maacutes practicantes de Sanidad Militar y los de las unidades de la brigada El material se componiacutea de una mochila botiquiacuten un maletiacuten con instrumental quiruacutergico y farmaceacuteutico bolsas para material de socorro que los practicantes llevaban puestos en bandolera cubetas para agua camillas artolas furgones y cajas de repuesto de material quiruacutergico y farmaceacuteutico y tien-das de campantildea Las ambulancias de divisioacuten llevaban el doble de personal y material de las brigadas

Para la curacioacuten de las heridas aunque cada meacutedico utiliza-ba los medicamentos de la dotacioacuten que consideraba convenien-tes habiacutea un formulario taacutecito que se resume a continuacioacuten

ndash En contusiones hilas empapadas en tintura de aacuternica de belladona emolientes o fomentos de agua sedativa

ndash En quemaduras hilas empapadas en tintura de urticaria (sic) del Dr Somolinos

ndash En heridas simples Baacutelsamo samaritano o de Malaacutes ndash En heridas sangrantes agua hemostaacutetica o percloruro de hierro

ndash En heridas de bala con orificios de entrada y salida apli-cacioacuten de apoacutesitos empapados en baacutelsamo samaritano y sujetos con vendaje

ndash En hemorragias restantildear la sangre con nitrato de plata ndash En uacutelceras extensas y feacutetidas Licor de Labarraque21

El problema del coacutelera

El Ejeacutercito de Aacutefrica tuvo que hacer frente a dos enemi-gos al Ejeacutercito marroquiacute y a un enemigo invisible el coacutelera La magnitud del problema en general y del hospitalario en parti-cular que el coacutelera planteoacute puede deducirse de los siguientes datos el total de bajas en accioacuten de guerra alcanzoacute la cifra de 6146 entre muertos y heridos como se ha indicado anterior-mente mientras que las bajas por coacutelera fueron 12500 de los que 2377 fallecieron22 Aun teniendo en cuenta las diferencias

existentes en los datos de unos y otros autores las cifras hablan por siacute solas

Los primeros casos de coacutelera aparecieron en el Serrallo cuando el ejeacutercito expedicionario desembarcoacute en Ceuta y en-seguida empezaron a multiplicarse Luego se extendioacute raacutepida-mente y el veinticinco de noviembre de 1859 habiacutea afectado en mayor o menor intensidad al sesenta por ciento de los efectivos del Primer Cuerpo de Ejeacutercito y fue afectando sucesivamente al Segundo Cuerpo de Ejeacutercito a la Divisioacuten de reserva y al Tercer Cuerpo de Ejeacutercito que acampoacute el catorce de diciembre de dicho antildeo en el Tarajal un campamento huacutemedo y malsa-no La enfermedad afectoacute tambieacuten a los mandos los generales Prim Garciacutea Ros de Olano y al personal sanitario entre los cuales se encontraba el Inspector de Sanidad Dr Anel y cau-soacute algunas defunciones como la del meacutedico mayor Joseacute Roger Pedrosa el primer ayudante Antonio Muntildeoz y el segundo ayu-dante Isidro Sastre Storch y tuvo su flujo y reflujo en el tiempo que duroacute la campantildea hubo diacuteas en los que se registraron dos-cientos cincuenta y cuatro casos con sesenta y dos defunciones a mediados de enero de 1860 habiacutea desaparecido praacutecticamente y luego reaparecioacute al final de la campantildea en la Divisioacuten Riacuteos que llegaba a cubrir bajas El tratamiento con los medios tera-peacuteuticos al alcance consistiacutea fundamentalmente en infusiones de manzanilla o teacute tisana atemperante sexquicloruro de hierro (cloruro feacuterrico) cocimiento blanco diascordiado y lavativas amilaacuteceas laudanizadas el laacuteudano en infusiones fue un trata-miento precioso asiacute como el arroz laudanizado las piacuteldoras de opio y las infusiones con gotas de cloroformo23

Otros de los graves problemas que planteoacute el coacutelera fue la evacuacioacuten Se planteoacute el dilema de si evacuar los enfermos a la peniacutensula con el peligro de encender alliacute nuevos brotes aunque algunos meacutedicos negaban la posibilidad de contagio u hospi-talizarlos en Ceuta Se adoptoacute esta segunda posibilidad a base de improvisar barracones y habilitar para los enfermos conva-lecientes un bergantiacuten anclado en el puerto de aquella ciudad24 Asiacute todo fue necesario evacuar un cierto aunque reducido nuacute-mero de enfermos a la peniacutensula y esos casos dieron lugar a una negativa reaccioacuten socioloacutegica en la Peniacutensula

Los hospitales

Durante la campantildea hubo hospitales en Ceuta y en el lito-ral peninsular se utilizaron buques como hospitales flotantes y en los uacuteltimos diacuteas de la campantildea se abrieron hospitales en Tetuaacuten (Fig 3)

Ceuta era toda la ciudad un hospital los soldados salieron de los cuarteles y los cleacuterigos de sus iglesias se habilitaron edi-ficios puacuteblicos como el casino o el Rebelliacuten un antiguo edifi-cio Seguacuten las necesidades se clasificaron en tres grupos para coleacutericos para heridos y para convalecientes Se dedicaron a coleacutericos el de los Reyes con 707 camas el de San Francisco con 80 camas el de Jesuacutes y Mariacutea con 80 camas y los de San Manuel El Reloj Artilleriacutea La Catedral y la Trinidad que su-maban entre los cinco 600 camas Para heridos se instaloacute en el casino un hospital con 25 camas dedicado a oficiales y otro en el Rebelliacuten para tropa con 350 camas En unos barracones de madera construidos a las afueras de la ciudad se instalaron 100

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La Sanidad Militar en la Guerra de Aacutefrica (1859-1860)

camas que se repartieron entre convalecientes coleacutericos como se ha dicho y convalecientes heridos en espera de repatriacioacuten

En estos hospitales faltaba de todo faltaban meacutedicos pero sobraba abnegacioacuten y entusiasmo en los que alliacute habiacutea y en los meacutedicos de los estados mayores de las grandes unidades que acudieron soliacutecitos para ayudarlos faltaron enfermeros pero alliacute estaban los presidiarios dispuestos a prestar su ayuda fal-taban utensilios pero las tropas dejaron el suyo Asiacute se fue re-mediando la necesidad hasta que fueron llegando de Espantildea el personal y material que con toda urgencia se demandaba En esta organizacioacuten improvisada destacoacute el Dr Martruacutes que durante toda la campantildea estuvo como meacutedico jefe al frente de los servicios meacutedicos de todos los hospitales de Ceuta y cuya infatigable actividad permitioacute que en las primeras semanas de diciembre estuvieran en funcionamiento los hospitales que an-tes se ha indicado a pesar de que a imitacioacuten de Francia era la Administracioacuten Militar la encargada de instalar organizar y dirigir los hospitales militares El Servicio farmaceacuteutico de todos estos hospitales estaba a cargo del boticario militar don Juan de Tapia La botica militar estaba aneja al hospital de los Reyes y una vez pasada la visita meacutedica alliacute confluiacutean los prac-ticantes de farmacia de todos los hospitales con sus libretas que conteniacutean las correspondientes prescripciones Puede calcular-se en queacute cantidad habiacutean de hacerse todas las preparaciones con soacutelo saber que esta era la uacutenica farmacia que habiacutea en Ceu-ta y que atendiacutea no soacutelo a todos los hospitales sino tambieacuten a los militares de la guarnicioacuten y a los civiles de la poblacioacuten Ayudaban al sentildeor Tapia los farmaceacuteuticos destinados en los cuarteles generales y a pesar del gran trabajo nunca llegaron a faltar medicamentos ni la buena calidad de los mismos y los profesionales de los hospitales tuvieron amplia facultad para recetar lo que estimaron necesario

Cuando las tropas espantildeolas entraron en Tetuaacuten se estable-cioacute un hospital en una pequentildea mezquita que una vez reforma-da quedoacute habilitado para hospitalizar 300 pacientes y dotado de servicio de farmacia y demaacutes dependencias necesarias Alliacute se habilitoacute tambieacuten un espacio para alojar el Parque de Sanidad trasladado desde la Aduana un edificio cerca de la desembo-cadura de Riacuteo Martiacuten donde estuvo instalado anteriormente Para los enfermos coleacutericos cuyo nuacutemero habiacutea aumentado en la uacuteltima fase de la campantildea se habilitoacute un edificio frente al anterior y para oficiales el consulado ingleacutes

Para hospitales flotantes se contrataron por el gobierno cuatro vapores de heacutelice El Barcelona de 1200 toneladas y con 200 camas el Torino (Piamonteacutes) de 2000 toneladas y con 500 camas el Cataluntildea de 1500 toneladas y con 500 camas y el Ville de Lyoacuten (franceacutes) de 2500 toneladas y con 600 camas

Los dos primeros se destinaron a heridos y enfermos comu-nes y los dos segundos para coleacutericos En cada buque iban uno o dos meacutedicos un farmaceacuteutico o practicante de farmacia y cinco practicantes de medicina y como material sanitario un botiquiacuten

Estos barcos hospital destinados a su inicial cometido hu-bieran bastado pero como no fue asiacute hubo de aprovecharse de pequentildeos barcos que con cualquier motivo saliacutean para Ceuta como el Mallorquiacuten el San Bernardo el Bretagne el Pensa-

miento el Vigilante y otros Cuando iban a zarpar si teniacutean espacio izaban en el palo mayor una bandera amarilla que era la sentildeal que luciacutean los hospitales militares para que desde la playa se iniciase la evacuacioacuten

Las evacuaciones se haciacutean hacia los hospitales del litoral establecidos en Algeciras Caacutediz Maacutelaga y alrededores Estas evacuaciones se hicieron siempre en deplorables condiciones apintildeamientos friacuteo balanceo rachas de agua y viento que afec-taban sobre todo a los que iban en cubierta pues fue necesario aprovechar el espacio al liacutemite Ademaacutes la organizacioacuten de las evacuaciones corriacutea a cargo de la Administracioacuten sin tener en cuenta que lo acertado hubiese sido encargar de ello a la Sa-nidad que podiacutea decidir con mejor criterio el quieacuten cuaacutendo y coacutemo y otras condiciones de la evacuacioacuten25

De todo lo dicho anteriormente se deduce que el denoda-do esfuerzo de la Sanidad Militar espantildeola en la Guerra con Marruecos (1859-1860) fue altamente eficaz muy sacrificado y en muchos casos heroico La reina Isabel II premioacute dicha actuacioacuten equiparando en derechos y deberes a los oficiales de la Sanidad Militar con los de las Armas26

BIBLIOGRAFIA

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3 Martiacuten Goacutemez A L (2009 b) o c 59-624 Martiacuten Goacutemez A L (2009 c) o c 54-555 Acaso Deltell S (2007 b) o c 66-194 passim6 Alarcoacuten P A (1861 a) laquoDiario de un testigo de la guerra de Aacutefricaraquo Linkgua

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Salvat editores Madrid9 Formulario espantildeol de Farmacia militar (1948) Seacuteptima edicioacuten Publicacio-

nes del Laboratorio y Parque Central de Farmacia Militar Madrid10 Farmacopea espantildeola 7ordf edicioacuten Madrid 190511 Buchan J (1775) laquoTratado Completo del meacutetodo de precaver y curar las enfer-

medadesraquo Apeacutendice XXXIV Madrid12 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 b) o c 20413 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 c) o c 20-2414 Vives y Noguer I et al (1898) laquoEl Laboratorio Central de Sanidad Militar

Memoria histoacuterico-descriptivaraquo Imprenta del Cuerpo Administrativo del Ejeacuter-cito Madrid 19

15 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 d) o c 16-1816 Landa N (1860 a) laquoLa campantildea de Marruecos (1859-1860) 2ordf Edicioacuten Al-

gazara SL Maacutelaga 2008 67-6917 Massoacutens Esplugas JM (1994 a) laquoHistoria de la Sanidad Militar espantildeolaraquo

Ed Pomares Corredor SA Barcelona II 22318 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 e) o c 25 ss19 Massoacutens Esplugas JM (1994 b) o c II 22520 Harzenbusch JE (1860) laquoCancionero de la guerra de Aacutefricaraquo Imprenta y este-

reotipia de M Rivadeneyra Madrid 17521 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 f) o c II 171 ss22 Massoacutens Esplugas JM (1994 c) o c II 22423 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 g) o c 11024 Massoacutens Esplugas JM (1994 d) o c II 22425 Landa N (1860 b) o c 57 ss26 Ley de 20 de marzo de 1860

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La Sanidad Militar en la Guerra de Aacutefrica (1859-1860)

MEDICINA Y CIRUGIacuteA DE LA EacutePOCA

El Dr Poblacioacuten cita en su obra la relacioacuten de medicamentos que se utilizaron en los botiquines de ambulancias y hospitales de esta campantildea7 Su clasificacioacuten farmacoloacutegica nos permitiraacute valorar con criterios actuales el grado de eficacia de la terapeacuteu-tica de la eacutepoca

Clasificacioacuten farmacoloacutegica

Sistema Nervioso Central Anesteacutesicos Cloroformo Eacuteter sul-fuacuterico Analgeacutesicos o anodinos Sal de Saturno (Solucioacuten acuo-sa de acetato de plomo) Laacuteudano de Sydenham (Vino de opio compuesto) Piacuteldoras de opio Excitantes Teacute (hojas) Sedantes Flor de manzanilla

Sistema circulatorio Estimulantes cardio-respiratorios Al-canfor (Aceite volaacutetil dehellip) Hemostaacuteticos Agua hemostaacutetica o de Pagliari (Benjuiacute 10 p Alumbre 20 p agua 300 p) Cloruro feacuterrico (sol Acuosa)

Aparato respiratorio De accioacuten local Creosota (Destilado de brea vegetal) Excitantes Amoniaco liacutequido (solucioacuten acuosa)

Aparato digestivo Emeacuteticos Alumbre (Sulfato alumiacutenico potaacutesico) Taacutertaro emeacutetico (Tartrato antimoacutenico potaacutesico) Ipe-cacuana (Polvo de la raiacutez) Laxantes Aacutecido ciacutetrico en polvo Ca-taacuterticos Creacutemor taacutertaro (Bitartrato potaacutesico Aceite de ricino Calomelanos al vapor (Cloruro mercurioso) Magnesia (oacutexido magneacutesico anhidro) Draacutesticos Polvos de jalapa Neutralizantes Bicarbonato soacutedico Fosfato bicaacutelcico

Antiinflamatorios Tisana atemperante Sieu (Cocimiento de cebada y nitro) Antidiarreicos Laudano de Sydenham (Polvo de opio 10 grs azafraacuten en polvo 10 grs Clavo de especia en grano 10 grs corteza de Canela 10 grs Vino blanco csp 1000 grs) Antidisenteacutericos Diascordio de Fracastoro (Raiacuteces vegetales y Laacuteudano)

De accioacuten toacutepica y local Anodinos Cerato anodino (Cerato simple polvo de opio y alcanfor) Tintura de Urticaria (sic) An-tiespasmoacutedicos Flor de tilo Agua de azahar (Flor de naranjo) Astringentes Emplasto diaquiloacuten (Litargirio y aceite de olivas) Emolientes Mostaza en polvo Harina de linaza Goma araacutebi-ga Polvo de Cantaacuteridas Flor de malva Caacuteusticos Nitrato de plata cristalizado Estimulantes locales Baacutelsamo samaritano (Vino aceite y agua) Aceite de Romero Rubefacientes Alcan-for Vesicantes Asta de ciervo Vulnerarios Agua carmelitana (Alcoholado de melisa compuesto) Tintura de aacuternica Baacutelsamo de Malats (Fruto y hojas de balsamina raiacutez de siacutenfito mayor sumidades de romero aceite comuacuten) Antiflogiacutesticos oftaacutelmicos Nitrato de plata en solucioacuten

De accioacuten antiseacuteptica Antiseacutepticos exteriores Alcohol etiacutelico Aacutecido aceacutetico medicinal Licor de Labarraque (Solucioacuten acuosa de hipoclorito soacutedico) Antiseacutepticos Macroparasitarios Azufre (pomada) Antipaluacutedicos Polvos de Quina Sulfato de quinina (polvo) Antisifiliacuteticos Yoduro potaacutesico8-11

Al repasar la clasificacioacuten farmacoloacutegica anterior surgen estas consideraciones En el primer grupo de la clasificacioacuten aparecen el cloroformo y el eacuteter Nos podemos preguntar iquestSe usaron como anesteacutesicos El cloroformo indudablemente no ya que la prime-ra anestesia con cloroformo que se llevoacute a cabo en Europa fue

aplicada a la reina Victoria en el parto del priacutencipe Leopoldo de Sajonia en 1857 y parece poco el tiempo transcurrido para que la teacutecnica llegara a Espantildea y estuviera generalizada en 1859 En cambio el primer cirujano que realizoacute una intervencioacuten con eacuteter en Madrid fue el Dr Diego de Argumosa y Obregoacuten el trece de enero de mil ochocientos cuarenta y siete por lo que era posible que al comienzo de la guerra de Aacutefrica se estuviesen practicando anestesias con eacuteter en Madrid sin embargo el Dr Poblacioacuten en su libro laquoHistoria meacutedica de la guerra de Aacutefricaraquo al explicar las operaciones que se llevaron a cabo en el campo de batalla alaba el valor con que los heridos soportaban el dolor y cita algunos casos como el de un joven moro llamado Skeri que fue hecho prisionero cuando estaba herido en la articulacioacuten huacutemero-cuacutebito-radial se le practicoacute la amputacioacuten del miembro y durante la operacioacuten no se le oyoacute un solo quejido prueba de que no se utilizaba la anestesia total12 Se puede asegurar por tanto que el cloroformo y el eacuteter que figuran en la clasificacioacuten se utilizaron como antiemeacutetico el primero y como antiespasmoacutedico el segundo

PERSONAL Y MATERIAL SANITARIO

Personal

La Sanidad del Ejeacutercito que hizo la guerra de Aacutefrica se componiacutea de 1 Inspector Director 1 Subinspector de 1ordf clase 4 Subinspectores de 2ordf clase 7 Meacutedicos Mayores 24 Primeros Meacutedicos 7 Segundos ayudantes 1 Primer Farmaceacuteutico 1 Pri-mer ayudante de Farmacia 1 Segundo ayudante de Farmacia 2 Farmaceacuteuticos de entrada Total participantes 49

A esta cifra habiacutea que antildeadir los 73 meacutedicos que iban en las pequentildeas unidades regimientos y batallones independientes y los tres que acompantildearon a la divisioacuten Riacuteos lo que hace un total de 125 profesionales sanitarios para la asistencia sanitaria inme-diata y directa de un ejeacutercito de 50000 hombres Por otra parte ademaacutes del personal destinado en las unidades combatientes an-tes indicado habiacutea que cubrir las necesidades de personal sani-tario en los hospitales de Ceuta Maacutelaga Algeciras San Roque Dos Barrios y otros por lo que hubo de echar mano del personal destinado en las Capitaniacuteas Generales en las unidades de guar-nicioacuten en las provincias y en otros centros militares vacantes que quedaron cubiertas con personal provisional La plantilla de jefes y oficiales de Sanidad militar en 1859 era de trecientos noventa y nueve profesionales sanitarios de los cuales habiacutea cua-renta y nueve sin cubrir Por otra parte habiacutea que atender las ne-cesidades del ejeacutercito desplegado en el territorio nacional por lo que soacutelo fue posible el enviacuteo a Ultramar de los ciento veinticinco profesionales mencionados Si la plantilla oficial de Jefes y Ofi-ciales de Sanidad hubiese estado cubierta el servicio se hubiese desempentildeado holgadamente

Como complemento indispensable la Direccioacuten de Sanidad nombroacute numerosos practicantes para los cuerpos de ejeacutercito y para los hospitales del litoral Su nuacutemero se cifra entre ochenta y noventa muchos de los cuales eran estudiantes de los primeros cursos de la carrera de Medicina

Por RO de 11 de setiembre de 1859 se crearon las laquoCompa-ntildeiacuteas Sanitariasraquo que teniacutean como misioacuten recoger y evacuar las bajas y prestar servicios auxiliares en los hospitales Vistos los

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buenos resultados que prestaron estas compantildeiacuteas fueron reorga-nizadas con fecha de primeros de enero de 1860 dotaacutendoles de una plantilla maacutes amplia un Meacutedico mayor Jefe un Primer ayu-dante y dos segundos ayudantes como oficiales meacutedicos para la visita de pacientes un sargento primero practicante mayor treinta y cuatro practicantes de medicina y farmacia trece clases de tropa para aparatistas y cabos de sala y setenta sanitarios13

Material sanitario

Tras la declaracioacuten de guerra se haciacutea necesaria la prepara-cioacuten del material sanitario que debiacutea llevar el Ejeacutercito de Aacutefrica Dicho material comprendiacutea dos grupos Un primer grupo de material sanitario propiamente dicho formado por instrumental quiruacutergico material de cura y material de trasporte de heridos y enfermos camillas y artolas y un segundo grupo constituido por medicamentos y material de elaboracioacuten del servicio de farmacia

En 1859 antildeo de comienzo de la guerra el Ejeacutercito espantildeol no disponiacutea de laboratorio para la preparacioacuten de medicamentos ni de parque de material sanitario La administracioacuten de los hospi-tales militares veniacutea siendo encargada a los laquoasentistasraquo personas que contrataban el suministro de medicamentos material y viacuteve-res Al principio de la campantildea hubo de improvisarse todo14

Por lo que se refiere al material sanitario un meacutedico militar llamado Santiago Rodriacuteguez con un ayudante Francisco Javier Anguiacutes habiacutean conseguido praacutecticamente sin creacutedito establecer un depoacutesito de material quiruacutergico en el hospital militar de Ma-drid Este depoacutesito fue el nuacutecleo para establecer el primer parque de Sanidad Militar que fue creado por una Real Orden en octubre de 1858 y cuya estructura y obligaciones se fijaron mediante un re-glamento posterior en el que se determinaba la plantilla de perso-nal formada por un director un primer ayudante dos practican-tes y dos sirvientes La Direccioacuten de Sanidad Militar responsable de preparar el material sanitario del Ejeacutercito de Aacutefrica ordenoacute en primer lugar la recogida y reparacioacuten del material sanitario que estaba almacenado en los parques de artilleriacutea e ingenieros luego a traveacutes de la autoridad militar ordenoacute a las unidades de las armas la construccioacuten de mochilas y botiquines para contener el material sanitario que habiacutea de usarse en campantildea seguacuten el modelo pre-sentado por la Direccioacuten de Sanidad que al propio tiempo llevoacute a cabo diversas adquisiciones entre las cuales se pueden citar ocho furgonetas-ambulancia con atalajes quinientas camillas cincuen-ta artolas cincuenta bolsas de socorro y numerosas cajas de re-puesto Ademaacutes se adquirieron en Paris tiendas-hospitales ambu-lancias y otro material sanitario que por la urgencia del caso no podiacutean ser fabricadas en Espantildea Con este material se dotaron las mochilas-botiquines y bolsas de socorro de las pequentildeas unida-des tipo batalloacuten o regimiento que llevaban instrumentos quiruacuter-gicos medicamentos y material de cura para el socorro de veinte a cuarenta heridos Se dotaron tambieacuten de material sanitario y me-dicamentos los maletines y cajas de repuesto de las ambulancias de batalloacuten y de las grandes unidades brigadas y divisiones y los hospitales situados en el teatro de operaciones y en la retaguardia A estas actividades hay que antildeadir la colaboracioacuten entusiasta de toda la Nacioacuten que abriacutea sus arcas para colaborar al gasto de las adquisiciones y confeccionaba material de cura hilas vendas y compresas que en cantidades fabulosas enviaba desde pueblos y

ciudades Asiacute cantaba esta patrioacutetica actitud el laquoRomancero de la guerra de Aacutefricaraquo laquoVayan al suelo africano hilas compresas y vendas Son de afecto pura ofrenda de nuestro amor castellanoraquo A estos efectos Castilla era Espantildea toda

El abastecimiento de material durante la campantildea se llevoacute a cabo en dos fases en la primera fase como se ha indicado se concentroacute el material adquirido fabricado o recuperado en el Parque de Sanidad de nueva creacioacuten Desde alliacute se remitiacutea a un parque sanitario de acumulacioacuten situado en Alicante que se en-cargaba de distribuirlo a los depoacutesitos establecidos en los puer-tos de Caacutediz Algeciras y Maacutelaga y desde estos puertos peninsu-lares se abasteciacutean los diversos parques sanitarios que progresivamente fueron establecidos a medida que progresaba la ofensiva en Ceuta El Serrallo Aduana de Riacuteo Martiacuten y Tetuaacuten (Fig 1 y 2) Estos parques abasteciacutean los repuestos de los cuarte-les generales de las grandes unidades desde los cuales se abaste-ciacutean los botiquines de las pequentildeas unidades1516

LA ASISTENCIA SANITARIA DURANTE LA CAMPANtildeA

Nuacutemero de bajas en accioacuten de guerra

El nuacutemero de bajas se refleja en la Tabla 1 En realidad estas cifras se han de tomar como aproximadas pues en las diversas obras consultadas aparecen datos diferentes Incluso hay un his-toriador de reconocido prestigio como Raymon Carr que habla de 70000 bajas cuando los efectivos del ejeacutercito expedicionario eran unos cincuenta y cinco mil17

Figura 2 Abastecimiento de material sanitario (2ordf Fase)

Figura 1 Abastecimiento de material sanitario (1ordf Fase)

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La Sanidad Militar en la Guerra de Aacutefrica (1859-1860)

Taacutectica sanitaria

Siguiendo las normas tradicionales del despliegue sanitario se establecieron tres liacuteneas de accioacuten una primera liacutenea para re-coger los heridos y prestarles los primeros auxilios de lo que se encargaban las ambulancias de batalloacuten o brigada una segunda liacutenea para consolidar las curas realizar las operaciones quiruacuter-gicas urgentes y poner los heridos en estado de evacuacioacuten de lo que se encargaban las ambulancias de brigada o de divisioacuten seguacuten los casos que se constituiacutean en hospitales de sangre y una tercera liacutenea de accioacuten para proseguir la curacioacuten y vigilar los heridos hasta su recuperacioacuten de los que se ocupaban los hospi-tales fijos situados fuera del teatro de operaciones

En el esquema que se presenta a continuacioacuten figura el des-pliegue de los oacuterganos sanitarios en la guerra que nos ocupa Se distinguen dos casos en el primero se expone el despliegue en terreno montantildeoso en primera liacutenea actuaron las ambulancias de batalloacuten que eran sencillas y dotadas de flexibilidad y movili-dad cualidades que permitiacutean moverse en terreno abrupto y si-tuarse muy cerca de donde teniacutea lugar la batalla A estas ambu-lancias de batalloacuten las denominoacute el Dr Poblacioacuten laquoguerrillasraquo porque se moviacutean apareciacutean y desapareciacutean como los famosos guerrilleros de la guerra de la Independencia La segunda liacutenea en zona montantildeosa era la ambulancia de brigada y la tercera liacute-nea teniacutea dos opciones en los primeros combates que se desa-

Figura 3 Despliegue de los oacuterganos sanitarios

rrollaron cerca de Ceuta las batallas del Serrallo y sierra Bullo-nes los hospitales de Ceuta actuaron como de tercera liacutenea pero maacutes tarde cuando la distancia a Ceuta era mayor hicieron ese papel los hospitales de campantildea entonces llamados laquohospitales socorroraquo que se organizaron en el cuartel general de cada cuer-po de ejeacutercito La evacuacioacuten se haciacutea por tierra desde los citados hospitales hacia los hospitales de Ceuta por la carretera que iban abriendo los ingenieros del Ejeacutercito de Aacutefrica En el desplie-gue sanitario en terreno llano y evacuacioacuten por mar las ambu-lancias de brigada iban en primera liacutenea en segunda liacutenea las ambulancias de divisioacuten que a veces se constituyeron en hospi-tales de sangre de mayor capacidad dado el nuacutemero de comba-tientes que entraron en combate y el mayor nuacutemero de bajas como ocurrioacute en las batallas de Tetuaacuten y Uad-Ras En la tercera liacutenea habiacutea dos opciones condicionadas por el estado de la mar si la mar estaba en calma se podiacutea llevar a cabo la evacuacioacuten sin problemas desde el hospital de campantildea a los buques transporte que desde la playa de riacuteo Martiacuten trasportaban los heridos a los hospitales del litoral peninsular espantildeol o a los buques hospita-les situados en la mencionada playa pero si habiacutea laquolevanteraquo que haciacutea imposible la evacuacioacuten se estableciacutean como tercera liacutenea las llamadas laquotiendas hospitalraquo cercanas a la playa y se esperaba que pasase el laquolevanteraquo A veces se destinaron a esta misioacuten en lugar de las tiendas hospital las chozas de los aduares situados cerca de la mencionada playa18

Las heridas

La gravedad y el tratamiento de las heridas dependen como es natural del arma que las provoca Las armas de fuego del ejeacutercito marroquiacute eran la espingarda y la artilleriacutea y el arma blanca por excelencia la gumiacutea La espingarda era una especie de tosco fusil de fabricacioacuten artesanal de largo cantildeoacuten aacutenima lisa llave de chispa y pequentildeo calibre cuyos proyectiles eran de plomo y forma esfeacuterica aunque en ocasiones eran de postas y te-niacutean forma de dado Los marroquiacutees careciacutean de artilleriacutea eficaz aunque como antes se ha dicho teniacutean muchos cantildeones de mo-delo anticuado y diferentes calibres y soacutelo para defensa de plazas o posiciones fortificadas pero careciacutean de artilleriacutea de campantildea Su artilleriacutea resultoacute inuacutetil en la campantildea y soacutelo fue utilizada con escasos disparos en la batalla de Tetuaacuten el 4 de febrero aunque en aquella ocasioacuten causoacute graves dantildeos en las tropas espantildeolas Asiacute que el arma por excelencia era la espingarda

Las lesiones producidas por la espingarda fueron de tres cla-ses cuando el disparo era hecho a quemarropa era mortal de necesidad si alcanzaba una zona vital cabeza pecho o vientre en la distancia media el proyectil contorneaba a veces los hue-sos y si no encontraba en su trayectoria un oacutergano vital saliacutea al exterior sin causar una herida grave a larga distancia el proyec-til incapaz de herir produciacutea uacutenicamente contusiones de esta forma los servicios sanitarios de vanguardia podiacutean calcular de antemano con alguna precisioacuten la clase de las bajas seguacuten se planteaba la batalla Ello explica tambieacuten el gran nuacutemero de contusiones que sufrieron las tropas espantildeolas Es de consignar que salvo rariacutesimas excepciones todas las heridas fueron recibi-das de frente es decir de cara al enemigo lo que habla muy alto a favor de nuestros soldados

Tabla 1 Bajas espantildeolas en ccioacuten de guerra en la Guerra de Aacutefri-ca (1859-18609)

Batallas Muertos Heridos

Del Serrallo 89 336De Sierra Bullones 80 300De los Castillejos 150 650De Guad el Jelu o Torre Geleli 80 500De Tetuaacuten 200 915De Samsa 22 300De Uad Ras 140 1200Otras acciones 391 793

Total de bajas en accioacuten de guerra 1152 4994

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Si el conjunto de heridas contusas fue numerosiacutesimo el nuacute-mero de heridos por arma blanca fue muy reducido porque en los combates cuerpo a cuerpo en los que se utilizaban estas ar-mas la bayoneta calada en el fusil espantildeol daba una gran supe-rioridad frente a la gumiacutea Las heridas que produciacutea la gumiacutea eran generalmente de cabeza y en bastantes casos limpias y de poca gravedad Siacute hubo casos de ensantildeamiento con arma blanca a soldados previamente heridos por arma de fuego19

Las curas en primera y segunda fila

El romancero de la guerra de Aacutefrica al que anteriormente se ha aludido describe en cuatro versos las curas en primera liacutenea laquoDe rodillas Esculapio fibras ata y une huesosdesnuda tierra harta de aguatiene el paciente en su lechoraquo20

Para el cumplimiento de su misioacuten las ambulancias de batalloacuten acompantildeadas de su meacutedico llevaban mochilas-boti-quines dotadas de suficientes piezas de apoacutesitos vendajes me-dicamentos y material quiruacutergico para el socorro de veinte a veinticuatro heridos camillas tipo Anel y cubetas para agua las ambulancias de brigada llevaban un primer meacutedico los ofi-ciales meacutedicos de los batallones que componiacutean la brigada dos o maacutes practicantes de Sanidad Militar y los de las unidades de la brigada El material se componiacutea de una mochila botiquiacuten un maletiacuten con instrumental quiruacutergico y farmaceacuteutico bolsas para material de socorro que los practicantes llevaban puestos en bandolera cubetas para agua camillas artolas furgones y cajas de repuesto de material quiruacutergico y farmaceacuteutico y tien-das de campantildea Las ambulancias de divisioacuten llevaban el doble de personal y material de las brigadas

Para la curacioacuten de las heridas aunque cada meacutedico utiliza-ba los medicamentos de la dotacioacuten que consideraba convenien-tes habiacutea un formulario taacutecito que se resume a continuacioacuten

ndash En contusiones hilas empapadas en tintura de aacuternica de belladona emolientes o fomentos de agua sedativa

ndash En quemaduras hilas empapadas en tintura de urticaria (sic) del Dr Somolinos

ndash En heridas simples Baacutelsamo samaritano o de Malaacutes ndash En heridas sangrantes agua hemostaacutetica o percloruro de hierro

ndash En heridas de bala con orificios de entrada y salida apli-cacioacuten de apoacutesitos empapados en baacutelsamo samaritano y sujetos con vendaje

ndash En hemorragias restantildear la sangre con nitrato de plata ndash En uacutelceras extensas y feacutetidas Licor de Labarraque21

El problema del coacutelera

El Ejeacutercito de Aacutefrica tuvo que hacer frente a dos enemi-gos al Ejeacutercito marroquiacute y a un enemigo invisible el coacutelera La magnitud del problema en general y del hospitalario en parti-cular que el coacutelera planteoacute puede deducirse de los siguientes datos el total de bajas en accioacuten de guerra alcanzoacute la cifra de 6146 entre muertos y heridos como se ha indicado anterior-mente mientras que las bajas por coacutelera fueron 12500 de los que 2377 fallecieron22 Aun teniendo en cuenta las diferencias

existentes en los datos de unos y otros autores las cifras hablan por siacute solas

Los primeros casos de coacutelera aparecieron en el Serrallo cuando el ejeacutercito expedicionario desembarcoacute en Ceuta y en-seguida empezaron a multiplicarse Luego se extendioacute raacutepida-mente y el veinticinco de noviembre de 1859 habiacutea afectado en mayor o menor intensidad al sesenta por ciento de los efectivos del Primer Cuerpo de Ejeacutercito y fue afectando sucesivamente al Segundo Cuerpo de Ejeacutercito a la Divisioacuten de reserva y al Tercer Cuerpo de Ejeacutercito que acampoacute el catorce de diciembre de dicho antildeo en el Tarajal un campamento huacutemedo y malsa-no La enfermedad afectoacute tambieacuten a los mandos los generales Prim Garciacutea Ros de Olano y al personal sanitario entre los cuales se encontraba el Inspector de Sanidad Dr Anel y cau-soacute algunas defunciones como la del meacutedico mayor Joseacute Roger Pedrosa el primer ayudante Antonio Muntildeoz y el segundo ayu-dante Isidro Sastre Storch y tuvo su flujo y reflujo en el tiempo que duroacute la campantildea hubo diacuteas en los que se registraron dos-cientos cincuenta y cuatro casos con sesenta y dos defunciones a mediados de enero de 1860 habiacutea desaparecido praacutecticamente y luego reaparecioacute al final de la campantildea en la Divisioacuten Riacuteos que llegaba a cubrir bajas El tratamiento con los medios tera-peacuteuticos al alcance consistiacutea fundamentalmente en infusiones de manzanilla o teacute tisana atemperante sexquicloruro de hierro (cloruro feacuterrico) cocimiento blanco diascordiado y lavativas amilaacuteceas laudanizadas el laacuteudano en infusiones fue un trata-miento precioso asiacute como el arroz laudanizado las piacuteldoras de opio y las infusiones con gotas de cloroformo23

Otros de los graves problemas que planteoacute el coacutelera fue la evacuacioacuten Se planteoacute el dilema de si evacuar los enfermos a la peniacutensula con el peligro de encender alliacute nuevos brotes aunque algunos meacutedicos negaban la posibilidad de contagio u hospi-talizarlos en Ceuta Se adoptoacute esta segunda posibilidad a base de improvisar barracones y habilitar para los enfermos conva-lecientes un bergantiacuten anclado en el puerto de aquella ciudad24 Asiacute todo fue necesario evacuar un cierto aunque reducido nuacute-mero de enfermos a la peniacutensula y esos casos dieron lugar a una negativa reaccioacuten socioloacutegica en la Peniacutensula

Los hospitales

Durante la campantildea hubo hospitales en Ceuta y en el lito-ral peninsular se utilizaron buques como hospitales flotantes y en los uacuteltimos diacuteas de la campantildea se abrieron hospitales en Tetuaacuten (Fig 3)

Ceuta era toda la ciudad un hospital los soldados salieron de los cuarteles y los cleacuterigos de sus iglesias se habilitaron edi-ficios puacuteblicos como el casino o el Rebelliacuten un antiguo edifi-cio Seguacuten las necesidades se clasificaron en tres grupos para coleacutericos para heridos y para convalecientes Se dedicaron a coleacutericos el de los Reyes con 707 camas el de San Francisco con 80 camas el de Jesuacutes y Mariacutea con 80 camas y los de San Manuel El Reloj Artilleriacutea La Catedral y la Trinidad que su-maban entre los cinco 600 camas Para heridos se instaloacute en el casino un hospital con 25 camas dedicado a oficiales y otro en el Rebelliacuten para tropa con 350 camas En unos barracones de madera construidos a las afueras de la ciudad se instalaron 100

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La Sanidad Militar en la Guerra de Aacutefrica (1859-1860)

camas que se repartieron entre convalecientes coleacutericos como se ha dicho y convalecientes heridos en espera de repatriacioacuten

En estos hospitales faltaba de todo faltaban meacutedicos pero sobraba abnegacioacuten y entusiasmo en los que alliacute habiacutea y en los meacutedicos de los estados mayores de las grandes unidades que acudieron soliacutecitos para ayudarlos faltaron enfermeros pero alliacute estaban los presidiarios dispuestos a prestar su ayuda fal-taban utensilios pero las tropas dejaron el suyo Asiacute se fue re-mediando la necesidad hasta que fueron llegando de Espantildea el personal y material que con toda urgencia se demandaba En esta organizacioacuten improvisada destacoacute el Dr Martruacutes que durante toda la campantildea estuvo como meacutedico jefe al frente de los servicios meacutedicos de todos los hospitales de Ceuta y cuya infatigable actividad permitioacute que en las primeras semanas de diciembre estuvieran en funcionamiento los hospitales que an-tes se ha indicado a pesar de que a imitacioacuten de Francia era la Administracioacuten Militar la encargada de instalar organizar y dirigir los hospitales militares El Servicio farmaceacuteutico de todos estos hospitales estaba a cargo del boticario militar don Juan de Tapia La botica militar estaba aneja al hospital de los Reyes y una vez pasada la visita meacutedica alliacute confluiacutean los prac-ticantes de farmacia de todos los hospitales con sus libretas que conteniacutean las correspondientes prescripciones Puede calcular-se en queacute cantidad habiacutean de hacerse todas las preparaciones con soacutelo saber que esta era la uacutenica farmacia que habiacutea en Ceu-ta y que atendiacutea no soacutelo a todos los hospitales sino tambieacuten a los militares de la guarnicioacuten y a los civiles de la poblacioacuten Ayudaban al sentildeor Tapia los farmaceacuteuticos destinados en los cuarteles generales y a pesar del gran trabajo nunca llegaron a faltar medicamentos ni la buena calidad de los mismos y los profesionales de los hospitales tuvieron amplia facultad para recetar lo que estimaron necesario

Cuando las tropas espantildeolas entraron en Tetuaacuten se estable-cioacute un hospital en una pequentildea mezquita que una vez reforma-da quedoacute habilitado para hospitalizar 300 pacientes y dotado de servicio de farmacia y demaacutes dependencias necesarias Alliacute se habilitoacute tambieacuten un espacio para alojar el Parque de Sanidad trasladado desde la Aduana un edificio cerca de la desembo-cadura de Riacuteo Martiacuten donde estuvo instalado anteriormente Para los enfermos coleacutericos cuyo nuacutemero habiacutea aumentado en la uacuteltima fase de la campantildea se habilitoacute un edificio frente al anterior y para oficiales el consulado ingleacutes

Para hospitales flotantes se contrataron por el gobierno cuatro vapores de heacutelice El Barcelona de 1200 toneladas y con 200 camas el Torino (Piamonteacutes) de 2000 toneladas y con 500 camas el Cataluntildea de 1500 toneladas y con 500 camas y el Ville de Lyoacuten (franceacutes) de 2500 toneladas y con 600 camas

Los dos primeros se destinaron a heridos y enfermos comu-nes y los dos segundos para coleacutericos En cada buque iban uno o dos meacutedicos un farmaceacuteutico o practicante de farmacia y cinco practicantes de medicina y como material sanitario un botiquiacuten

Estos barcos hospital destinados a su inicial cometido hu-bieran bastado pero como no fue asiacute hubo de aprovecharse de pequentildeos barcos que con cualquier motivo saliacutean para Ceuta como el Mallorquiacuten el San Bernardo el Bretagne el Pensa-

miento el Vigilante y otros Cuando iban a zarpar si teniacutean espacio izaban en el palo mayor una bandera amarilla que era la sentildeal que luciacutean los hospitales militares para que desde la playa se iniciase la evacuacioacuten

Las evacuaciones se haciacutean hacia los hospitales del litoral establecidos en Algeciras Caacutediz Maacutelaga y alrededores Estas evacuaciones se hicieron siempre en deplorables condiciones apintildeamientos friacuteo balanceo rachas de agua y viento que afec-taban sobre todo a los que iban en cubierta pues fue necesario aprovechar el espacio al liacutemite Ademaacutes la organizacioacuten de las evacuaciones corriacutea a cargo de la Administracioacuten sin tener en cuenta que lo acertado hubiese sido encargar de ello a la Sa-nidad que podiacutea decidir con mejor criterio el quieacuten cuaacutendo y coacutemo y otras condiciones de la evacuacioacuten25

De todo lo dicho anteriormente se deduce que el denoda-do esfuerzo de la Sanidad Militar espantildeola en la Guerra con Marruecos (1859-1860) fue altamente eficaz muy sacrificado y en muchos casos heroico La reina Isabel II premioacute dicha actuacioacuten equiparando en derechos y deberes a los oficiales de la Sanidad Militar con los de las Armas26

BIBLIOGRAFIA

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3 Martiacuten Goacutemez A L (2009 b) o c 59-624 Martiacuten Goacutemez A L (2009 c) o c 54-555 Acaso Deltell S (2007 b) o c 66-194 passim6 Alarcoacuten P A (1861 a) laquoDiario de un testigo de la guerra de Aacutefricaraquo Linkgua

ediciones SL Barcelona 176 ss7 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 a) laquoHistoria meacutedica de la guerra de Aacutefricaraquo

Madrid 34-358 Diccionario Terminoloacutegico de Ciencias meacutedicas (1978) Undeacutecima edicioacuten

Salvat editores Madrid9 Formulario espantildeol de Farmacia militar (1948) Seacuteptima edicioacuten Publicacio-

nes del Laboratorio y Parque Central de Farmacia Militar Madrid10 Farmacopea espantildeola 7ordf edicioacuten Madrid 190511 Buchan J (1775) laquoTratado Completo del meacutetodo de precaver y curar las enfer-

medadesraquo Apeacutendice XXXIV Madrid12 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 b) o c 20413 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 c) o c 20-2414 Vives y Noguer I et al (1898) laquoEl Laboratorio Central de Sanidad Militar

Memoria histoacuterico-descriptivaraquo Imprenta del Cuerpo Administrativo del Ejeacuter-cito Madrid 19

15 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 d) o c 16-1816 Landa N (1860 a) laquoLa campantildea de Marruecos (1859-1860) 2ordf Edicioacuten Al-

gazara SL Maacutelaga 2008 67-6917 Massoacutens Esplugas JM (1994 a) laquoHistoria de la Sanidad Militar espantildeolaraquo

Ed Pomares Corredor SA Barcelona II 22318 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 e) o c 25 ss19 Massoacutens Esplugas JM (1994 b) o c II 22520 Harzenbusch JE (1860) laquoCancionero de la guerra de Aacutefricaraquo Imprenta y este-

reotipia de M Rivadeneyra Madrid 17521 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 f) o c II 171 ss22 Massoacutens Esplugas JM (1994 c) o c II 22423 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 g) o c 11024 Massoacutens Esplugas JM (1994 d) o c II 22425 Landa N (1860 b) o c 57 ss26 Ley de 20 de marzo de 1860

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buenos resultados que prestaron estas compantildeiacuteas fueron reorga-nizadas con fecha de primeros de enero de 1860 dotaacutendoles de una plantilla maacutes amplia un Meacutedico mayor Jefe un Primer ayu-dante y dos segundos ayudantes como oficiales meacutedicos para la visita de pacientes un sargento primero practicante mayor treinta y cuatro practicantes de medicina y farmacia trece clases de tropa para aparatistas y cabos de sala y setenta sanitarios13

Material sanitario

Tras la declaracioacuten de guerra se haciacutea necesaria la prepara-cioacuten del material sanitario que debiacutea llevar el Ejeacutercito de Aacutefrica Dicho material comprendiacutea dos grupos Un primer grupo de material sanitario propiamente dicho formado por instrumental quiruacutergico material de cura y material de trasporte de heridos y enfermos camillas y artolas y un segundo grupo constituido por medicamentos y material de elaboracioacuten del servicio de farmacia

En 1859 antildeo de comienzo de la guerra el Ejeacutercito espantildeol no disponiacutea de laboratorio para la preparacioacuten de medicamentos ni de parque de material sanitario La administracioacuten de los hospi-tales militares veniacutea siendo encargada a los laquoasentistasraquo personas que contrataban el suministro de medicamentos material y viacuteve-res Al principio de la campantildea hubo de improvisarse todo14

Por lo que se refiere al material sanitario un meacutedico militar llamado Santiago Rodriacuteguez con un ayudante Francisco Javier Anguiacutes habiacutean conseguido praacutecticamente sin creacutedito establecer un depoacutesito de material quiruacutergico en el hospital militar de Ma-drid Este depoacutesito fue el nuacutecleo para establecer el primer parque de Sanidad Militar que fue creado por una Real Orden en octubre de 1858 y cuya estructura y obligaciones se fijaron mediante un re-glamento posterior en el que se determinaba la plantilla de perso-nal formada por un director un primer ayudante dos practican-tes y dos sirvientes La Direccioacuten de Sanidad Militar responsable de preparar el material sanitario del Ejeacutercito de Aacutefrica ordenoacute en primer lugar la recogida y reparacioacuten del material sanitario que estaba almacenado en los parques de artilleriacutea e ingenieros luego a traveacutes de la autoridad militar ordenoacute a las unidades de las armas la construccioacuten de mochilas y botiquines para contener el material sanitario que habiacutea de usarse en campantildea seguacuten el modelo pre-sentado por la Direccioacuten de Sanidad que al propio tiempo llevoacute a cabo diversas adquisiciones entre las cuales se pueden citar ocho furgonetas-ambulancia con atalajes quinientas camillas cincuen-ta artolas cincuenta bolsas de socorro y numerosas cajas de re-puesto Ademaacutes se adquirieron en Paris tiendas-hospitales ambu-lancias y otro material sanitario que por la urgencia del caso no podiacutean ser fabricadas en Espantildea Con este material se dotaron las mochilas-botiquines y bolsas de socorro de las pequentildeas unida-des tipo batalloacuten o regimiento que llevaban instrumentos quiruacuter-gicos medicamentos y material de cura para el socorro de veinte a cuarenta heridos Se dotaron tambieacuten de material sanitario y me-dicamentos los maletines y cajas de repuesto de las ambulancias de batalloacuten y de las grandes unidades brigadas y divisiones y los hospitales situados en el teatro de operaciones y en la retaguardia A estas actividades hay que antildeadir la colaboracioacuten entusiasta de toda la Nacioacuten que abriacutea sus arcas para colaborar al gasto de las adquisiciones y confeccionaba material de cura hilas vendas y compresas que en cantidades fabulosas enviaba desde pueblos y

ciudades Asiacute cantaba esta patrioacutetica actitud el laquoRomancero de la guerra de Aacutefricaraquo laquoVayan al suelo africano hilas compresas y vendas Son de afecto pura ofrenda de nuestro amor castellanoraquo A estos efectos Castilla era Espantildea toda

El abastecimiento de material durante la campantildea se llevoacute a cabo en dos fases en la primera fase como se ha indicado se concentroacute el material adquirido fabricado o recuperado en el Parque de Sanidad de nueva creacioacuten Desde alliacute se remitiacutea a un parque sanitario de acumulacioacuten situado en Alicante que se en-cargaba de distribuirlo a los depoacutesitos establecidos en los puer-tos de Caacutediz Algeciras y Maacutelaga y desde estos puertos peninsu-lares se abasteciacutean los diversos parques sanitarios que progresivamente fueron establecidos a medida que progresaba la ofensiva en Ceuta El Serrallo Aduana de Riacuteo Martiacuten y Tetuaacuten (Fig 1 y 2) Estos parques abasteciacutean los repuestos de los cuarte-les generales de las grandes unidades desde los cuales se abaste-ciacutean los botiquines de las pequentildeas unidades1516

LA ASISTENCIA SANITARIA DURANTE LA CAMPANtildeA

Nuacutemero de bajas en accioacuten de guerra

El nuacutemero de bajas se refleja en la Tabla 1 En realidad estas cifras se han de tomar como aproximadas pues en las diversas obras consultadas aparecen datos diferentes Incluso hay un his-toriador de reconocido prestigio como Raymon Carr que habla de 70000 bajas cuando los efectivos del ejeacutercito expedicionario eran unos cincuenta y cinco mil17

Figura 2 Abastecimiento de material sanitario (2ordf Fase)

Figura 1 Abastecimiento de material sanitario (1ordf Fase)

Sanid mil 2013 69 (2) 131

La Sanidad Militar en la Guerra de Aacutefrica (1859-1860)

Taacutectica sanitaria

Siguiendo las normas tradicionales del despliegue sanitario se establecieron tres liacuteneas de accioacuten una primera liacutenea para re-coger los heridos y prestarles los primeros auxilios de lo que se encargaban las ambulancias de batalloacuten o brigada una segunda liacutenea para consolidar las curas realizar las operaciones quiruacuter-gicas urgentes y poner los heridos en estado de evacuacioacuten de lo que se encargaban las ambulancias de brigada o de divisioacuten seguacuten los casos que se constituiacutean en hospitales de sangre y una tercera liacutenea de accioacuten para proseguir la curacioacuten y vigilar los heridos hasta su recuperacioacuten de los que se ocupaban los hospi-tales fijos situados fuera del teatro de operaciones

En el esquema que se presenta a continuacioacuten figura el des-pliegue de los oacuterganos sanitarios en la guerra que nos ocupa Se distinguen dos casos en el primero se expone el despliegue en terreno montantildeoso en primera liacutenea actuaron las ambulancias de batalloacuten que eran sencillas y dotadas de flexibilidad y movili-dad cualidades que permitiacutean moverse en terreno abrupto y si-tuarse muy cerca de donde teniacutea lugar la batalla A estas ambu-lancias de batalloacuten las denominoacute el Dr Poblacioacuten laquoguerrillasraquo porque se moviacutean apareciacutean y desapareciacutean como los famosos guerrilleros de la guerra de la Independencia La segunda liacutenea en zona montantildeosa era la ambulancia de brigada y la tercera liacute-nea teniacutea dos opciones en los primeros combates que se desa-

Figura 3 Despliegue de los oacuterganos sanitarios

rrollaron cerca de Ceuta las batallas del Serrallo y sierra Bullo-nes los hospitales de Ceuta actuaron como de tercera liacutenea pero maacutes tarde cuando la distancia a Ceuta era mayor hicieron ese papel los hospitales de campantildea entonces llamados laquohospitales socorroraquo que se organizaron en el cuartel general de cada cuer-po de ejeacutercito La evacuacioacuten se haciacutea por tierra desde los citados hospitales hacia los hospitales de Ceuta por la carretera que iban abriendo los ingenieros del Ejeacutercito de Aacutefrica En el desplie-gue sanitario en terreno llano y evacuacioacuten por mar las ambu-lancias de brigada iban en primera liacutenea en segunda liacutenea las ambulancias de divisioacuten que a veces se constituyeron en hospi-tales de sangre de mayor capacidad dado el nuacutemero de comba-tientes que entraron en combate y el mayor nuacutemero de bajas como ocurrioacute en las batallas de Tetuaacuten y Uad-Ras En la tercera liacutenea habiacutea dos opciones condicionadas por el estado de la mar si la mar estaba en calma se podiacutea llevar a cabo la evacuacioacuten sin problemas desde el hospital de campantildea a los buques transporte que desde la playa de riacuteo Martiacuten trasportaban los heridos a los hospitales del litoral peninsular espantildeol o a los buques hospita-les situados en la mencionada playa pero si habiacutea laquolevanteraquo que haciacutea imposible la evacuacioacuten se estableciacutean como tercera liacutenea las llamadas laquotiendas hospitalraquo cercanas a la playa y se esperaba que pasase el laquolevanteraquo A veces se destinaron a esta misioacuten en lugar de las tiendas hospital las chozas de los aduares situados cerca de la mencionada playa18

Las heridas

La gravedad y el tratamiento de las heridas dependen como es natural del arma que las provoca Las armas de fuego del ejeacutercito marroquiacute eran la espingarda y la artilleriacutea y el arma blanca por excelencia la gumiacutea La espingarda era una especie de tosco fusil de fabricacioacuten artesanal de largo cantildeoacuten aacutenima lisa llave de chispa y pequentildeo calibre cuyos proyectiles eran de plomo y forma esfeacuterica aunque en ocasiones eran de postas y te-niacutean forma de dado Los marroquiacutees careciacutean de artilleriacutea eficaz aunque como antes se ha dicho teniacutean muchos cantildeones de mo-delo anticuado y diferentes calibres y soacutelo para defensa de plazas o posiciones fortificadas pero careciacutean de artilleriacutea de campantildea Su artilleriacutea resultoacute inuacutetil en la campantildea y soacutelo fue utilizada con escasos disparos en la batalla de Tetuaacuten el 4 de febrero aunque en aquella ocasioacuten causoacute graves dantildeos en las tropas espantildeolas Asiacute que el arma por excelencia era la espingarda

Las lesiones producidas por la espingarda fueron de tres cla-ses cuando el disparo era hecho a quemarropa era mortal de necesidad si alcanzaba una zona vital cabeza pecho o vientre en la distancia media el proyectil contorneaba a veces los hue-sos y si no encontraba en su trayectoria un oacutergano vital saliacutea al exterior sin causar una herida grave a larga distancia el proyec-til incapaz de herir produciacutea uacutenicamente contusiones de esta forma los servicios sanitarios de vanguardia podiacutean calcular de antemano con alguna precisioacuten la clase de las bajas seguacuten se planteaba la batalla Ello explica tambieacuten el gran nuacutemero de contusiones que sufrieron las tropas espantildeolas Es de consignar que salvo rariacutesimas excepciones todas las heridas fueron recibi-das de frente es decir de cara al enemigo lo que habla muy alto a favor de nuestros soldados

Tabla 1 Bajas espantildeolas en ccioacuten de guerra en la Guerra de Aacutefri-ca (1859-18609)

Batallas Muertos Heridos

Del Serrallo 89 336De Sierra Bullones 80 300De los Castillejos 150 650De Guad el Jelu o Torre Geleli 80 500De Tetuaacuten 200 915De Samsa 22 300De Uad Ras 140 1200Otras acciones 391 793

Total de bajas en accioacuten de guerra 1152 4994

132 Sanid mil 2013 69 (2)

L Goacutemez Rodriacuteguez

Si el conjunto de heridas contusas fue numerosiacutesimo el nuacute-mero de heridos por arma blanca fue muy reducido porque en los combates cuerpo a cuerpo en los que se utilizaban estas ar-mas la bayoneta calada en el fusil espantildeol daba una gran supe-rioridad frente a la gumiacutea Las heridas que produciacutea la gumiacutea eran generalmente de cabeza y en bastantes casos limpias y de poca gravedad Siacute hubo casos de ensantildeamiento con arma blanca a soldados previamente heridos por arma de fuego19

Las curas en primera y segunda fila

El romancero de la guerra de Aacutefrica al que anteriormente se ha aludido describe en cuatro versos las curas en primera liacutenea laquoDe rodillas Esculapio fibras ata y une huesosdesnuda tierra harta de aguatiene el paciente en su lechoraquo20

Para el cumplimiento de su misioacuten las ambulancias de batalloacuten acompantildeadas de su meacutedico llevaban mochilas-boti-quines dotadas de suficientes piezas de apoacutesitos vendajes me-dicamentos y material quiruacutergico para el socorro de veinte a veinticuatro heridos camillas tipo Anel y cubetas para agua las ambulancias de brigada llevaban un primer meacutedico los ofi-ciales meacutedicos de los batallones que componiacutean la brigada dos o maacutes practicantes de Sanidad Militar y los de las unidades de la brigada El material se componiacutea de una mochila botiquiacuten un maletiacuten con instrumental quiruacutergico y farmaceacuteutico bolsas para material de socorro que los practicantes llevaban puestos en bandolera cubetas para agua camillas artolas furgones y cajas de repuesto de material quiruacutergico y farmaceacuteutico y tien-das de campantildea Las ambulancias de divisioacuten llevaban el doble de personal y material de las brigadas

Para la curacioacuten de las heridas aunque cada meacutedico utiliza-ba los medicamentos de la dotacioacuten que consideraba convenien-tes habiacutea un formulario taacutecito que se resume a continuacioacuten

ndash En contusiones hilas empapadas en tintura de aacuternica de belladona emolientes o fomentos de agua sedativa

ndash En quemaduras hilas empapadas en tintura de urticaria (sic) del Dr Somolinos

ndash En heridas simples Baacutelsamo samaritano o de Malaacutes ndash En heridas sangrantes agua hemostaacutetica o percloruro de hierro

ndash En heridas de bala con orificios de entrada y salida apli-cacioacuten de apoacutesitos empapados en baacutelsamo samaritano y sujetos con vendaje

ndash En hemorragias restantildear la sangre con nitrato de plata ndash En uacutelceras extensas y feacutetidas Licor de Labarraque21

El problema del coacutelera

El Ejeacutercito de Aacutefrica tuvo que hacer frente a dos enemi-gos al Ejeacutercito marroquiacute y a un enemigo invisible el coacutelera La magnitud del problema en general y del hospitalario en parti-cular que el coacutelera planteoacute puede deducirse de los siguientes datos el total de bajas en accioacuten de guerra alcanzoacute la cifra de 6146 entre muertos y heridos como se ha indicado anterior-mente mientras que las bajas por coacutelera fueron 12500 de los que 2377 fallecieron22 Aun teniendo en cuenta las diferencias

existentes en los datos de unos y otros autores las cifras hablan por siacute solas

Los primeros casos de coacutelera aparecieron en el Serrallo cuando el ejeacutercito expedicionario desembarcoacute en Ceuta y en-seguida empezaron a multiplicarse Luego se extendioacute raacutepida-mente y el veinticinco de noviembre de 1859 habiacutea afectado en mayor o menor intensidad al sesenta por ciento de los efectivos del Primer Cuerpo de Ejeacutercito y fue afectando sucesivamente al Segundo Cuerpo de Ejeacutercito a la Divisioacuten de reserva y al Tercer Cuerpo de Ejeacutercito que acampoacute el catorce de diciembre de dicho antildeo en el Tarajal un campamento huacutemedo y malsa-no La enfermedad afectoacute tambieacuten a los mandos los generales Prim Garciacutea Ros de Olano y al personal sanitario entre los cuales se encontraba el Inspector de Sanidad Dr Anel y cau-soacute algunas defunciones como la del meacutedico mayor Joseacute Roger Pedrosa el primer ayudante Antonio Muntildeoz y el segundo ayu-dante Isidro Sastre Storch y tuvo su flujo y reflujo en el tiempo que duroacute la campantildea hubo diacuteas en los que se registraron dos-cientos cincuenta y cuatro casos con sesenta y dos defunciones a mediados de enero de 1860 habiacutea desaparecido praacutecticamente y luego reaparecioacute al final de la campantildea en la Divisioacuten Riacuteos que llegaba a cubrir bajas El tratamiento con los medios tera-peacuteuticos al alcance consistiacutea fundamentalmente en infusiones de manzanilla o teacute tisana atemperante sexquicloruro de hierro (cloruro feacuterrico) cocimiento blanco diascordiado y lavativas amilaacuteceas laudanizadas el laacuteudano en infusiones fue un trata-miento precioso asiacute como el arroz laudanizado las piacuteldoras de opio y las infusiones con gotas de cloroformo23

Otros de los graves problemas que planteoacute el coacutelera fue la evacuacioacuten Se planteoacute el dilema de si evacuar los enfermos a la peniacutensula con el peligro de encender alliacute nuevos brotes aunque algunos meacutedicos negaban la posibilidad de contagio u hospi-talizarlos en Ceuta Se adoptoacute esta segunda posibilidad a base de improvisar barracones y habilitar para los enfermos conva-lecientes un bergantiacuten anclado en el puerto de aquella ciudad24 Asiacute todo fue necesario evacuar un cierto aunque reducido nuacute-mero de enfermos a la peniacutensula y esos casos dieron lugar a una negativa reaccioacuten socioloacutegica en la Peniacutensula

Los hospitales

Durante la campantildea hubo hospitales en Ceuta y en el lito-ral peninsular se utilizaron buques como hospitales flotantes y en los uacuteltimos diacuteas de la campantildea se abrieron hospitales en Tetuaacuten (Fig 3)

Ceuta era toda la ciudad un hospital los soldados salieron de los cuarteles y los cleacuterigos de sus iglesias se habilitaron edi-ficios puacuteblicos como el casino o el Rebelliacuten un antiguo edifi-cio Seguacuten las necesidades se clasificaron en tres grupos para coleacutericos para heridos y para convalecientes Se dedicaron a coleacutericos el de los Reyes con 707 camas el de San Francisco con 80 camas el de Jesuacutes y Mariacutea con 80 camas y los de San Manuel El Reloj Artilleriacutea La Catedral y la Trinidad que su-maban entre los cinco 600 camas Para heridos se instaloacute en el casino un hospital con 25 camas dedicado a oficiales y otro en el Rebelliacuten para tropa con 350 camas En unos barracones de madera construidos a las afueras de la ciudad se instalaron 100

Sanid mil 2013 69 (2) 133

La Sanidad Militar en la Guerra de Aacutefrica (1859-1860)

camas que se repartieron entre convalecientes coleacutericos como se ha dicho y convalecientes heridos en espera de repatriacioacuten

En estos hospitales faltaba de todo faltaban meacutedicos pero sobraba abnegacioacuten y entusiasmo en los que alliacute habiacutea y en los meacutedicos de los estados mayores de las grandes unidades que acudieron soliacutecitos para ayudarlos faltaron enfermeros pero alliacute estaban los presidiarios dispuestos a prestar su ayuda fal-taban utensilios pero las tropas dejaron el suyo Asiacute se fue re-mediando la necesidad hasta que fueron llegando de Espantildea el personal y material que con toda urgencia se demandaba En esta organizacioacuten improvisada destacoacute el Dr Martruacutes que durante toda la campantildea estuvo como meacutedico jefe al frente de los servicios meacutedicos de todos los hospitales de Ceuta y cuya infatigable actividad permitioacute que en las primeras semanas de diciembre estuvieran en funcionamiento los hospitales que an-tes se ha indicado a pesar de que a imitacioacuten de Francia era la Administracioacuten Militar la encargada de instalar organizar y dirigir los hospitales militares El Servicio farmaceacuteutico de todos estos hospitales estaba a cargo del boticario militar don Juan de Tapia La botica militar estaba aneja al hospital de los Reyes y una vez pasada la visita meacutedica alliacute confluiacutean los prac-ticantes de farmacia de todos los hospitales con sus libretas que conteniacutean las correspondientes prescripciones Puede calcular-se en queacute cantidad habiacutean de hacerse todas las preparaciones con soacutelo saber que esta era la uacutenica farmacia que habiacutea en Ceu-ta y que atendiacutea no soacutelo a todos los hospitales sino tambieacuten a los militares de la guarnicioacuten y a los civiles de la poblacioacuten Ayudaban al sentildeor Tapia los farmaceacuteuticos destinados en los cuarteles generales y a pesar del gran trabajo nunca llegaron a faltar medicamentos ni la buena calidad de los mismos y los profesionales de los hospitales tuvieron amplia facultad para recetar lo que estimaron necesario

Cuando las tropas espantildeolas entraron en Tetuaacuten se estable-cioacute un hospital en una pequentildea mezquita que una vez reforma-da quedoacute habilitado para hospitalizar 300 pacientes y dotado de servicio de farmacia y demaacutes dependencias necesarias Alliacute se habilitoacute tambieacuten un espacio para alojar el Parque de Sanidad trasladado desde la Aduana un edificio cerca de la desembo-cadura de Riacuteo Martiacuten donde estuvo instalado anteriormente Para los enfermos coleacutericos cuyo nuacutemero habiacutea aumentado en la uacuteltima fase de la campantildea se habilitoacute un edificio frente al anterior y para oficiales el consulado ingleacutes

Para hospitales flotantes se contrataron por el gobierno cuatro vapores de heacutelice El Barcelona de 1200 toneladas y con 200 camas el Torino (Piamonteacutes) de 2000 toneladas y con 500 camas el Cataluntildea de 1500 toneladas y con 500 camas y el Ville de Lyoacuten (franceacutes) de 2500 toneladas y con 600 camas

Los dos primeros se destinaron a heridos y enfermos comu-nes y los dos segundos para coleacutericos En cada buque iban uno o dos meacutedicos un farmaceacuteutico o practicante de farmacia y cinco practicantes de medicina y como material sanitario un botiquiacuten

Estos barcos hospital destinados a su inicial cometido hu-bieran bastado pero como no fue asiacute hubo de aprovecharse de pequentildeos barcos que con cualquier motivo saliacutean para Ceuta como el Mallorquiacuten el San Bernardo el Bretagne el Pensa-

miento el Vigilante y otros Cuando iban a zarpar si teniacutean espacio izaban en el palo mayor una bandera amarilla que era la sentildeal que luciacutean los hospitales militares para que desde la playa se iniciase la evacuacioacuten

Las evacuaciones se haciacutean hacia los hospitales del litoral establecidos en Algeciras Caacutediz Maacutelaga y alrededores Estas evacuaciones se hicieron siempre en deplorables condiciones apintildeamientos friacuteo balanceo rachas de agua y viento que afec-taban sobre todo a los que iban en cubierta pues fue necesario aprovechar el espacio al liacutemite Ademaacutes la organizacioacuten de las evacuaciones corriacutea a cargo de la Administracioacuten sin tener en cuenta que lo acertado hubiese sido encargar de ello a la Sa-nidad que podiacutea decidir con mejor criterio el quieacuten cuaacutendo y coacutemo y otras condiciones de la evacuacioacuten25

De todo lo dicho anteriormente se deduce que el denoda-do esfuerzo de la Sanidad Militar espantildeola en la Guerra con Marruecos (1859-1860) fue altamente eficaz muy sacrificado y en muchos casos heroico La reina Isabel II premioacute dicha actuacioacuten equiparando en derechos y deberes a los oficiales de la Sanidad Militar con los de las Armas26

BIBLIOGRAFIA

1 Martiacuten Goacutemez A L (2009 a) laquoLos combates de Ceuta Guerra de Aacutefrica 1859-1860raquoAlmena Ediciones Madrid 7 ss

2 Acaso Deltell S (2007 a) laquoUna guerra olvidada Marruecos 1859-1860raquo Ineacutedi-ta editores Barcelona 31 ss

3 Martiacuten Goacutemez A L (2009 b) o c 59-624 Martiacuten Goacutemez A L (2009 c) o c 54-555 Acaso Deltell S (2007 b) o c 66-194 passim6 Alarcoacuten P A (1861 a) laquoDiario de un testigo de la guerra de Aacutefricaraquo Linkgua

ediciones SL Barcelona 176 ss7 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 a) laquoHistoria meacutedica de la guerra de Aacutefricaraquo

Madrid 34-358 Diccionario Terminoloacutegico de Ciencias meacutedicas (1978) Undeacutecima edicioacuten

Salvat editores Madrid9 Formulario espantildeol de Farmacia militar (1948) Seacuteptima edicioacuten Publicacio-

nes del Laboratorio y Parque Central de Farmacia Militar Madrid10 Farmacopea espantildeola 7ordf edicioacuten Madrid 190511 Buchan J (1775) laquoTratado Completo del meacutetodo de precaver y curar las enfer-

medadesraquo Apeacutendice XXXIV Madrid12 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 b) o c 20413 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 c) o c 20-2414 Vives y Noguer I et al (1898) laquoEl Laboratorio Central de Sanidad Militar

Memoria histoacuterico-descriptivaraquo Imprenta del Cuerpo Administrativo del Ejeacuter-cito Madrid 19

15 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 d) o c 16-1816 Landa N (1860 a) laquoLa campantildea de Marruecos (1859-1860) 2ordf Edicioacuten Al-

gazara SL Maacutelaga 2008 67-6917 Massoacutens Esplugas JM (1994 a) laquoHistoria de la Sanidad Militar espantildeolaraquo

Ed Pomares Corredor SA Barcelona II 22318 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 e) o c 25 ss19 Massoacutens Esplugas JM (1994 b) o c II 22520 Harzenbusch JE (1860) laquoCancionero de la guerra de Aacutefricaraquo Imprenta y este-

reotipia de M Rivadeneyra Madrid 17521 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 f) o c II 171 ss22 Massoacutens Esplugas JM (1994 c) o c II 22423 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 g) o c 11024 Massoacutens Esplugas JM (1994 d) o c II 22425 Landa N (1860 b) o c 57 ss26 Ley de 20 de marzo de 1860

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Sanid mil 2013 69 (2) 131

La Sanidad Militar en la Guerra de Aacutefrica (1859-1860)

Taacutectica sanitaria

Siguiendo las normas tradicionales del despliegue sanitario se establecieron tres liacuteneas de accioacuten una primera liacutenea para re-coger los heridos y prestarles los primeros auxilios de lo que se encargaban las ambulancias de batalloacuten o brigada una segunda liacutenea para consolidar las curas realizar las operaciones quiruacuter-gicas urgentes y poner los heridos en estado de evacuacioacuten de lo que se encargaban las ambulancias de brigada o de divisioacuten seguacuten los casos que se constituiacutean en hospitales de sangre y una tercera liacutenea de accioacuten para proseguir la curacioacuten y vigilar los heridos hasta su recuperacioacuten de los que se ocupaban los hospi-tales fijos situados fuera del teatro de operaciones

En el esquema que se presenta a continuacioacuten figura el des-pliegue de los oacuterganos sanitarios en la guerra que nos ocupa Se distinguen dos casos en el primero se expone el despliegue en terreno montantildeoso en primera liacutenea actuaron las ambulancias de batalloacuten que eran sencillas y dotadas de flexibilidad y movili-dad cualidades que permitiacutean moverse en terreno abrupto y si-tuarse muy cerca de donde teniacutea lugar la batalla A estas ambu-lancias de batalloacuten las denominoacute el Dr Poblacioacuten laquoguerrillasraquo porque se moviacutean apareciacutean y desapareciacutean como los famosos guerrilleros de la guerra de la Independencia La segunda liacutenea en zona montantildeosa era la ambulancia de brigada y la tercera liacute-nea teniacutea dos opciones en los primeros combates que se desa-

Figura 3 Despliegue de los oacuterganos sanitarios

rrollaron cerca de Ceuta las batallas del Serrallo y sierra Bullo-nes los hospitales de Ceuta actuaron como de tercera liacutenea pero maacutes tarde cuando la distancia a Ceuta era mayor hicieron ese papel los hospitales de campantildea entonces llamados laquohospitales socorroraquo que se organizaron en el cuartel general de cada cuer-po de ejeacutercito La evacuacioacuten se haciacutea por tierra desde los citados hospitales hacia los hospitales de Ceuta por la carretera que iban abriendo los ingenieros del Ejeacutercito de Aacutefrica En el desplie-gue sanitario en terreno llano y evacuacioacuten por mar las ambu-lancias de brigada iban en primera liacutenea en segunda liacutenea las ambulancias de divisioacuten que a veces se constituyeron en hospi-tales de sangre de mayor capacidad dado el nuacutemero de comba-tientes que entraron en combate y el mayor nuacutemero de bajas como ocurrioacute en las batallas de Tetuaacuten y Uad-Ras En la tercera liacutenea habiacutea dos opciones condicionadas por el estado de la mar si la mar estaba en calma se podiacutea llevar a cabo la evacuacioacuten sin problemas desde el hospital de campantildea a los buques transporte que desde la playa de riacuteo Martiacuten trasportaban los heridos a los hospitales del litoral peninsular espantildeol o a los buques hospita-les situados en la mencionada playa pero si habiacutea laquolevanteraquo que haciacutea imposible la evacuacioacuten se estableciacutean como tercera liacutenea las llamadas laquotiendas hospitalraquo cercanas a la playa y se esperaba que pasase el laquolevanteraquo A veces se destinaron a esta misioacuten en lugar de las tiendas hospital las chozas de los aduares situados cerca de la mencionada playa18

Las heridas

La gravedad y el tratamiento de las heridas dependen como es natural del arma que las provoca Las armas de fuego del ejeacutercito marroquiacute eran la espingarda y la artilleriacutea y el arma blanca por excelencia la gumiacutea La espingarda era una especie de tosco fusil de fabricacioacuten artesanal de largo cantildeoacuten aacutenima lisa llave de chispa y pequentildeo calibre cuyos proyectiles eran de plomo y forma esfeacuterica aunque en ocasiones eran de postas y te-niacutean forma de dado Los marroquiacutees careciacutean de artilleriacutea eficaz aunque como antes se ha dicho teniacutean muchos cantildeones de mo-delo anticuado y diferentes calibres y soacutelo para defensa de plazas o posiciones fortificadas pero careciacutean de artilleriacutea de campantildea Su artilleriacutea resultoacute inuacutetil en la campantildea y soacutelo fue utilizada con escasos disparos en la batalla de Tetuaacuten el 4 de febrero aunque en aquella ocasioacuten causoacute graves dantildeos en las tropas espantildeolas Asiacute que el arma por excelencia era la espingarda

Las lesiones producidas por la espingarda fueron de tres cla-ses cuando el disparo era hecho a quemarropa era mortal de necesidad si alcanzaba una zona vital cabeza pecho o vientre en la distancia media el proyectil contorneaba a veces los hue-sos y si no encontraba en su trayectoria un oacutergano vital saliacutea al exterior sin causar una herida grave a larga distancia el proyec-til incapaz de herir produciacutea uacutenicamente contusiones de esta forma los servicios sanitarios de vanguardia podiacutean calcular de antemano con alguna precisioacuten la clase de las bajas seguacuten se planteaba la batalla Ello explica tambieacuten el gran nuacutemero de contusiones que sufrieron las tropas espantildeolas Es de consignar que salvo rariacutesimas excepciones todas las heridas fueron recibi-das de frente es decir de cara al enemigo lo que habla muy alto a favor de nuestros soldados

Tabla 1 Bajas espantildeolas en ccioacuten de guerra en la Guerra de Aacutefri-ca (1859-18609)

Batallas Muertos Heridos

Del Serrallo 89 336De Sierra Bullones 80 300De los Castillejos 150 650De Guad el Jelu o Torre Geleli 80 500De Tetuaacuten 200 915De Samsa 22 300De Uad Ras 140 1200Otras acciones 391 793

Total de bajas en accioacuten de guerra 1152 4994

132 Sanid mil 2013 69 (2)

L Goacutemez Rodriacuteguez

Si el conjunto de heridas contusas fue numerosiacutesimo el nuacute-mero de heridos por arma blanca fue muy reducido porque en los combates cuerpo a cuerpo en los que se utilizaban estas ar-mas la bayoneta calada en el fusil espantildeol daba una gran supe-rioridad frente a la gumiacutea Las heridas que produciacutea la gumiacutea eran generalmente de cabeza y en bastantes casos limpias y de poca gravedad Siacute hubo casos de ensantildeamiento con arma blanca a soldados previamente heridos por arma de fuego19

Las curas en primera y segunda fila

El romancero de la guerra de Aacutefrica al que anteriormente se ha aludido describe en cuatro versos las curas en primera liacutenea laquoDe rodillas Esculapio fibras ata y une huesosdesnuda tierra harta de aguatiene el paciente en su lechoraquo20

Para el cumplimiento de su misioacuten las ambulancias de batalloacuten acompantildeadas de su meacutedico llevaban mochilas-boti-quines dotadas de suficientes piezas de apoacutesitos vendajes me-dicamentos y material quiruacutergico para el socorro de veinte a veinticuatro heridos camillas tipo Anel y cubetas para agua las ambulancias de brigada llevaban un primer meacutedico los ofi-ciales meacutedicos de los batallones que componiacutean la brigada dos o maacutes practicantes de Sanidad Militar y los de las unidades de la brigada El material se componiacutea de una mochila botiquiacuten un maletiacuten con instrumental quiruacutergico y farmaceacuteutico bolsas para material de socorro que los practicantes llevaban puestos en bandolera cubetas para agua camillas artolas furgones y cajas de repuesto de material quiruacutergico y farmaceacuteutico y tien-das de campantildea Las ambulancias de divisioacuten llevaban el doble de personal y material de las brigadas

Para la curacioacuten de las heridas aunque cada meacutedico utiliza-ba los medicamentos de la dotacioacuten que consideraba convenien-tes habiacutea un formulario taacutecito que se resume a continuacioacuten

ndash En contusiones hilas empapadas en tintura de aacuternica de belladona emolientes o fomentos de agua sedativa

ndash En quemaduras hilas empapadas en tintura de urticaria (sic) del Dr Somolinos

ndash En heridas simples Baacutelsamo samaritano o de Malaacutes ndash En heridas sangrantes agua hemostaacutetica o percloruro de hierro

ndash En heridas de bala con orificios de entrada y salida apli-cacioacuten de apoacutesitos empapados en baacutelsamo samaritano y sujetos con vendaje

ndash En hemorragias restantildear la sangre con nitrato de plata ndash En uacutelceras extensas y feacutetidas Licor de Labarraque21

El problema del coacutelera

El Ejeacutercito de Aacutefrica tuvo que hacer frente a dos enemi-gos al Ejeacutercito marroquiacute y a un enemigo invisible el coacutelera La magnitud del problema en general y del hospitalario en parti-cular que el coacutelera planteoacute puede deducirse de los siguientes datos el total de bajas en accioacuten de guerra alcanzoacute la cifra de 6146 entre muertos y heridos como se ha indicado anterior-mente mientras que las bajas por coacutelera fueron 12500 de los que 2377 fallecieron22 Aun teniendo en cuenta las diferencias

existentes en los datos de unos y otros autores las cifras hablan por siacute solas

Los primeros casos de coacutelera aparecieron en el Serrallo cuando el ejeacutercito expedicionario desembarcoacute en Ceuta y en-seguida empezaron a multiplicarse Luego se extendioacute raacutepida-mente y el veinticinco de noviembre de 1859 habiacutea afectado en mayor o menor intensidad al sesenta por ciento de los efectivos del Primer Cuerpo de Ejeacutercito y fue afectando sucesivamente al Segundo Cuerpo de Ejeacutercito a la Divisioacuten de reserva y al Tercer Cuerpo de Ejeacutercito que acampoacute el catorce de diciembre de dicho antildeo en el Tarajal un campamento huacutemedo y malsa-no La enfermedad afectoacute tambieacuten a los mandos los generales Prim Garciacutea Ros de Olano y al personal sanitario entre los cuales se encontraba el Inspector de Sanidad Dr Anel y cau-soacute algunas defunciones como la del meacutedico mayor Joseacute Roger Pedrosa el primer ayudante Antonio Muntildeoz y el segundo ayu-dante Isidro Sastre Storch y tuvo su flujo y reflujo en el tiempo que duroacute la campantildea hubo diacuteas en los que se registraron dos-cientos cincuenta y cuatro casos con sesenta y dos defunciones a mediados de enero de 1860 habiacutea desaparecido praacutecticamente y luego reaparecioacute al final de la campantildea en la Divisioacuten Riacuteos que llegaba a cubrir bajas El tratamiento con los medios tera-peacuteuticos al alcance consistiacutea fundamentalmente en infusiones de manzanilla o teacute tisana atemperante sexquicloruro de hierro (cloruro feacuterrico) cocimiento blanco diascordiado y lavativas amilaacuteceas laudanizadas el laacuteudano en infusiones fue un trata-miento precioso asiacute como el arroz laudanizado las piacuteldoras de opio y las infusiones con gotas de cloroformo23

Otros de los graves problemas que planteoacute el coacutelera fue la evacuacioacuten Se planteoacute el dilema de si evacuar los enfermos a la peniacutensula con el peligro de encender alliacute nuevos brotes aunque algunos meacutedicos negaban la posibilidad de contagio u hospi-talizarlos en Ceuta Se adoptoacute esta segunda posibilidad a base de improvisar barracones y habilitar para los enfermos conva-lecientes un bergantiacuten anclado en el puerto de aquella ciudad24 Asiacute todo fue necesario evacuar un cierto aunque reducido nuacute-mero de enfermos a la peniacutensula y esos casos dieron lugar a una negativa reaccioacuten socioloacutegica en la Peniacutensula

Los hospitales

Durante la campantildea hubo hospitales en Ceuta y en el lito-ral peninsular se utilizaron buques como hospitales flotantes y en los uacuteltimos diacuteas de la campantildea se abrieron hospitales en Tetuaacuten (Fig 3)

Ceuta era toda la ciudad un hospital los soldados salieron de los cuarteles y los cleacuterigos de sus iglesias se habilitaron edi-ficios puacuteblicos como el casino o el Rebelliacuten un antiguo edifi-cio Seguacuten las necesidades se clasificaron en tres grupos para coleacutericos para heridos y para convalecientes Se dedicaron a coleacutericos el de los Reyes con 707 camas el de San Francisco con 80 camas el de Jesuacutes y Mariacutea con 80 camas y los de San Manuel El Reloj Artilleriacutea La Catedral y la Trinidad que su-maban entre los cinco 600 camas Para heridos se instaloacute en el casino un hospital con 25 camas dedicado a oficiales y otro en el Rebelliacuten para tropa con 350 camas En unos barracones de madera construidos a las afueras de la ciudad se instalaron 100

Sanid mil 2013 69 (2) 133

La Sanidad Militar en la Guerra de Aacutefrica (1859-1860)

camas que se repartieron entre convalecientes coleacutericos como se ha dicho y convalecientes heridos en espera de repatriacioacuten

En estos hospitales faltaba de todo faltaban meacutedicos pero sobraba abnegacioacuten y entusiasmo en los que alliacute habiacutea y en los meacutedicos de los estados mayores de las grandes unidades que acudieron soliacutecitos para ayudarlos faltaron enfermeros pero alliacute estaban los presidiarios dispuestos a prestar su ayuda fal-taban utensilios pero las tropas dejaron el suyo Asiacute se fue re-mediando la necesidad hasta que fueron llegando de Espantildea el personal y material que con toda urgencia se demandaba En esta organizacioacuten improvisada destacoacute el Dr Martruacutes que durante toda la campantildea estuvo como meacutedico jefe al frente de los servicios meacutedicos de todos los hospitales de Ceuta y cuya infatigable actividad permitioacute que en las primeras semanas de diciembre estuvieran en funcionamiento los hospitales que an-tes se ha indicado a pesar de que a imitacioacuten de Francia era la Administracioacuten Militar la encargada de instalar organizar y dirigir los hospitales militares El Servicio farmaceacuteutico de todos estos hospitales estaba a cargo del boticario militar don Juan de Tapia La botica militar estaba aneja al hospital de los Reyes y una vez pasada la visita meacutedica alliacute confluiacutean los prac-ticantes de farmacia de todos los hospitales con sus libretas que conteniacutean las correspondientes prescripciones Puede calcular-se en queacute cantidad habiacutean de hacerse todas las preparaciones con soacutelo saber que esta era la uacutenica farmacia que habiacutea en Ceu-ta y que atendiacutea no soacutelo a todos los hospitales sino tambieacuten a los militares de la guarnicioacuten y a los civiles de la poblacioacuten Ayudaban al sentildeor Tapia los farmaceacuteuticos destinados en los cuarteles generales y a pesar del gran trabajo nunca llegaron a faltar medicamentos ni la buena calidad de los mismos y los profesionales de los hospitales tuvieron amplia facultad para recetar lo que estimaron necesario

Cuando las tropas espantildeolas entraron en Tetuaacuten se estable-cioacute un hospital en una pequentildea mezquita que una vez reforma-da quedoacute habilitado para hospitalizar 300 pacientes y dotado de servicio de farmacia y demaacutes dependencias necesarias Alliacute se habilitoacute tambieacuten un espacio para alojar el Parque de Sanidad trasladado desde la Aduana un edificio cerca de la desembo-cadura de Riacuteo Martiacuten donde estuvo instalado anteriormente Para los enfermos coleacutericos cuyo nuacutemero habiacutea aumentado en la uacuteltima fase de la campantildea se habilitoacute un edificio frente al anterior y para oficiales el consulado ingleacutes

Para hospitales flotantes se contrataron por el gobierno cuatro vapores de heacutelice El Barcelona de 1200 toneladas y con 200 camas el Torino (Piamonteacutes) de 2000 toneladas y con 500 camas el Cataluntildea de 1500 toneladas y con 500 camas y el Ville de Lyoacuten (franceacutes) de 2500 toneladas y con 600 camas

Los dos primeros se destinaron a heridos y enfermos comu-nes y los dos segundos para coleacutericos En cada buque iban uno o dos meacutedicos un farmaceacuteutico o practicante de farmacia y cinco practicantes de medicina y como material sanitario un botiquiacuten

Estos barcos hospital destinados a su inicial cometido hu-bieran bastado pero como no fue asiacute hubo de aprovecharse de pequentildeos barcos que con cualquier motivo saliacutean para Ceuta como el Mallorquiacuten el San Bernardo el Bretagne el Pensa-

miento el Vigilante y otros Cuando iban a zarpar si teniacutean espacio izaban en el palo mayor una bandera amarilla que era la sentildeal que luciacutean los hospitales militares para que desde la playa se iniciase la evacuacioacuten

Las evacuaciones se haciacutean hacia los hospitales del litoral establecidos en Algeciras Caacutediz Maacutelaga y alrededores Estas evacuaciones se hicieron siempre en deplorables condiciones apintildeamientos friacuteo balanceo rachas de agua y viento que afec-taban sobre todo a los que iban en cubierta pues fue necesario aprovechar el espacio al liacutemite Ademaacutes la organizacioacuten de las evacuaciones corriacutea a cargo de la Administracioacuten sin tener en cuenta que lo acertado hubiese sido encargar de ello a la Sa-nidad que podiacutea decidir con mejor criterio el quieacuten cuaacutendo y coacutemo y otras condiciones de la evacuacioacuten25

De todo lo dicho anteriormente se deduce que el denoda-do esfuerzo de la Sanidad Militar espantildeola en la Guerra con Marruecos (1859-1860) fue altamente eficaz muy sacrificado y en muchos casos heroico La reina Isabel II premioacute dicha actuacioacuten equiparando en derechos y deberes a los oficiales de la Sanidad Militar con los de las Armas26

BIBLIOGRAFIA

1 Martiacuten Goacutemez A L (2009 a) laquoLos combates de Ceuta Guerra de Aacutefrica 1859-1860raquoAlmena Ediciones Madrid 7 ss

2 Acaso Deltell S (2007 a) laquoUna guerra olvidada Marruecos 1859-1860raquo Ineacutedi-ta editores Barcelona 31 ss

3 Martiacuten Goacutemez A L (2009 b) o c 59-624 Martiacuten Goacutemez A L (2009 c) o c 54-555 Acaso Deltell S (2007 b) o c 66-194 passim6 Alarcoacuten P A (1861 a) laquoDiario de un testigo de la guerra de Aacutefricaraquo Linkgua

ediciones SL Barcelona 176 ss7 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 a) laquoHistoria meacutedica de la guerra de Aacutefricaraquo

Madrid 34-358 Diccionario Terminoloacutegico de Ciencias meacutedicas (1978) Undeacutecima edicioacuten

Salvat editores Madrid9 Formulario espantildeol de Farmacia militar (1948) Seacuteptima edicioacuten Publicacio-

nes del Laboratorio y Parque Central de Farmacia Militar Madrid10 Farmacopea espantildeola 7ordf edicioacuten Madrid 190511 Buchan J (1775) laquoTratado Completo del meacutetodo de precaver y curar las enfer-

medadesraquo Apeacutendice XXXIV Madrid12 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 b) o c 20413 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 c) o c 20-2414 Vives y Noguer I et al (1898) laquoEl Laboratorio Central de Sanidad Militar

Memoria histoacuterico-descriptivaraquo Imprenta del Cuerpo Administrativo del Ejeacuter-cito Madrid 19

15 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 d) o c 16-1816 Landa N (1860 a) laquoLa campantildea de Marruecos (1859-1860) 2ordf Edicioacuten Al-

gazara SL Maacutelaga 2008 67-6917 Massoacutens Esplugas JM (1994 a) laquoHistoria de la Sanidad Militar espantildeolaraquo

Ed Pomares Corredor SA Barcelona II 22318 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 e) o c 25 ss19 Massoacutens Esplugas JM (1994 b) o c II 22520 Harzenbusch JE (1860) laquoCancionero de la guerra de Aacutefricaraquo Imprenta y este-

reotipia de M Rivadeneyra Madrid 17521 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 f) o c II 171 ss22 Massoacutens Esplugas JM (1994 c) o c II 22423 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 g) o c 11024 Massoacutens Esplugas JM (1994 d) o c II 22425 Landa N (1860 b) o c 57 ss26 Ley de 20 de marzo de 1860

Page 6: La Sanidad Militar en la Guerra de África (1859-1860)scielo.isciii.es/pdf/sm/v69n2/12_historia_y_humanidades.pdfORIGEN DEL CONFLICTO El origen de la guerra de España con Marruecos,

132 Sanid mil 2013 69 (2)

L Goacutemez Rodriacuteguez

Si el conjunto de heridas contusas fue numerosiacutesimo el nuacute-mero de heridos por arma blanca fue muy reducido porque en los combates cuerpo a cuerpo en los que se utilizaban estas ar-mas la bayoneta calada en el fusil espantildeol daba una gran supe-rioridad frente a la gumiacutea Las heridas que produciacutea la gumiacutea eran generalmente de cabeza y en bastantes casos limpias y de poca gravedad Siacute hubo casos de ensantildeamiento con arma blanca a soldados previamente heridos por arma de fuego19

Las curas en primera y segunda fila

El romancero de la guerra de Aacutefrica al que anteriormente se ha aludido describe en cuatro versos las curas en primera liacutenea laquoDe rodillas Esculapio fibras ata y une huesosdesnuda tierra harta de aguatiene el paciente en su lechoraquo20

Para el cumplimiento de su misioacuten las ambulancias de batalloacuten acompantildeadas de su meacutedico llevaban mochilas-boti-quines dotadas de suficientes piezas de apoacutesitos vendajes me-dicamentos y material quiruacutergico para el socorro de veinte a veinticuatro heridos camillas tipo Anel y cubetas para agua las ambulancias de brigada llevaban un primer meacutedico los ofi-ciales meacutedicos de los batallones que componiacutean la brigada dos o maacutes practicantes de Sanidad Militar y los de las unidades de la brigada El material se componiacutea de una mochila botiquiacuten un maletiacuten con instrumental quiruacutergico y farmaceacuteutico bolsas para material de socorro que los practicantes llevaban puestos en bandolera cubetas para agua camillas artolas furgones y cajas de repuesto de material quiruacutergico y farmaceacuteutico y tien-das de campantildea Las ambulancias de divisioacuten llevaban el doble de personal y material de las brigadas

Para la curacioacuten de las heridas aunque cada meacutedico utiliza-ba los medicamentos de la dotacioacuten que consideraba convenien-tes habiacutea un formulario taacutecito que se resume a continuacioacuten

ndash En contusiones hilas empapadas en tintura de aacuternica de belladona emolientes o fomentos de agua sedativa

ndash En quemaduras hilas empapadas en tintura de urticaria (sic) del Dr Somolinos

ndash En heridas simples Baacutelsamo samaritano o de Malaacutes ndash En heridas sangrantes agua hemostaacutetica o percloruro de hierro

ndash En heridas de bala con orificios de entrada y salida apli-cacioacuten de apoacutesitos empapados en baacutelsamo samaritano y sujetos con vendaje

ndash En hemorragias restantildear la sangre con nitrato de plata ndash En uacutelceras extensas y feacutetidas Licor de Labarraque21

El problema del coacutelera

El Ejeacutercito de Aacutefrica tuvo que hacer frente a dos enemi-gos al Ejeacutercito marroquiacute y a un enemigo invisible el coacutelera La magnitud del problema en general y del hospitalario en parti-cular que el coacutelera planteoacute puede deducirse de los siguientes datos el total de bajas en accioacuten de guerra alcanzoacute la cifra de 6146 entre muertos y heridos como se ha indicado anterior-mente mientras que las bajas por coacutelera fueron 12500 de los que 2377 fallecieron22 Aun teniendo en cuenta las diferencias

existentes en los datos de unos y otros autores las cifras hablan por siacute solas

Los primeros casos de coacutelera aparecieron en el Serrallo cuando el ejeacutercito expedicionario desembarcoacute en Ceuta y en-seguida empezaron a multiplicarse Luego se extendioacute raacutepida-mente y el veinticinco de noviembre de 1859 habiacutea afectado en mayor o menor intensidad al sesenta por ciento de los efectivos del Primer Cuerpo de Ejeacutercito y fue afectando sucesivamente al Segundo Cuerpo de Ejeacutercito a la Divisioacuten de reserva y al Tercer Cuerpo de Ejeacutercito que acampoacute el catorce de diciembre de dicho antildeo en el Tarajal un campamento huacutemedo y malsa-no La enfermedad afectoacute tambieacuten a los mandos los generales Prim Garciacutea Ros de Olano y al personal sanitario entre los cuales se encontraba el Inspector de Sanidad Dr Anel y cau-soacute algunas defunciones como la del meacutedico mayor Joseacute Roger Pedrosa el primer ayudante Antonio Muntildeoz y el segundo ayu-dante Isidro Sastre Storch y tuvo su flujo y reflujo en el tiempo que duroacute la campantildea hubo diacuteas en los que se registraron dos-cientos cincuenta y cuatro casos con sesenta y dos defunciones a mediados de enero de 1860 habiacutea desaparecido praacutecticamente y luego reaparecioacute al final de la campantildea en la Divisioacuten Riacuteos que llegaba a cubrir bajas El tratamiento con los medios tera-peacuteuticos al alcance consistiacutea fundamentalmente en infusiones de manzanilla o teacute tisana atemperante sexquicloruro de hierro (cloruro feacuterrico) cocimiento blanco diascordiado y lavativas amilaacuteceas laudanizadas el laacuteudano en infusiones fue un trata-miento precioso asiacute como el arroz laudanizado las piacuteldoras de opio y las infusiones con gotas de cloroformo23

Otros de los graves problemas que planteoacute el coacutelera fue la evacuacioacuten Se planteoacute el dilema de si evacuar los enfermos a la peniacutensula con el peligro de encender alliacute nuevos brotes aunque algunos meacutedicos negaban la posibilidad de contagio u hospi-talizarlos en Ceuta Se adoptoacute esta segunda posibilidad a base de improvisar barracones y habilitar para los enfermos conva-lecientes un bergantiacuten anclado en el puerto de aquella ciudad24 Asiacute todo fue necesario evacuar un cierto aunque reducido nuacute-mero de enfermos a la peniacutensula y esos casos dieron lugar a una negativa reaccioacuten socioloacutegica en la Peniacutensula

Los hospitales

Durante la campantildea hubo hospitales en Ceuta y en el lito-ral peninsular se utilizaron buques como hospitales flotantes y en los uacuteltimos diacuteas de la campantildea se abrieron hospitales en Tetuaacuten (Fig 3)

Ceuta era toda la ciudad un hospital los soldados salieron de los cuarteles y los cleacuterigos de sus iglesias se habilitaron edi-ficios puacuteblicos como el casino o el Rebelliacuten un antiguo edifi-cio Seguacuten las necesidades se clasificaron en tres grupos para coleacutericos para heridos y para convalecientes Se dedicaron a coleacutericos el de los Reyes con 707 camas el de San Francisco con 80 camas el de Jesuacutes y Mariacutea con 80 camas y los de San Manuel El Reloj Artilleriacutea La Catedral y la Trinidad que su-maban entre los cinco 600 camas Para heridos se instaloacute en el casino un hospital con 25 camas dedicado a oficiales y otro en el Rebelliacuten para tropa con 350 camas En unos barracones de madera construidos a las afueras de la ciudad se instalaron 100

Sanid mil 2013 69 (2) 133

La Sanidad Militar en la Guerra de Aacutefrica (1859-1860)

camas que se repartieron entre convalecientes coleacutericos como se ha dicho y convalecientes heridos en espera de repatriacioacuten

En estos hospitales faltaba de todo faltaban meacutedicos pero sobraba abnegacioacuten y entusiasmo en los que alliacute habiacutea y en los meacutedicos de los estados mayores de las grandes unidades que acudieron soliacutecitos para ayudarlos faltaron enfermeros pero alliacute estaban los presidiarios dispuestos a prestar su ayuda fal-taban utensilios pero las tropas dejaron el suyo Asiacute se fue re-mediando la necesidad hasta que fueron llegando de Espantildea el personal y material que con toda urgencia se demandaba En esta organizacioacuten improvisada destacoacute el Dr Martruacutes que durante toda la campantildea estuvo como meacutedico jefe al frente de los servicios meacutedicos de todos los hospitales de Ceuta y cuya infatigable actividad permitioacute que en las primeras semanas de diciembre estuvieran en funcionamiento los hospitales que an-tes se ha indicado a pesar de que a imitacioacuten de Francia era la Administracioacuten Militar la encargada de instalar organizar y dirigir los hospitales militares El Servicio farmaceacuteutico de todos estos hospitales estaba a cargo del boticario militar don Juan de Tapia La botica militar estaba aneja al hospital de los Reyes y una vez pasada la visita meacutedica alliacute confluiacutean los prac-ticantes de farmacia de todos los hospitales con sus libretas que conteniacutean las correspondientes prescripciones Puede calcular-se en queacute cantidad habiacutean de hacerse todas las preparaciones con soacutelo saber que esta era la uacutenica farmacia que habiacutea en Ceu-ta y que atendiacutea no soacutelo a todos los hospitales sino tambieacuten a los militares de la guarnicioacuten y a los civiles de la poblacioacuten Ayudaban al sentildeor Tapia los farmaceacuteuticos destinados en los cuarteles generales y a pesar del gran trabajo nunca llegaron a faltar medicamentos ni la buena calidad de los mismos y los profesionales de los hospitales tuvieron amplia facultad para recetar lo que estimaron necesario

Cuando las tropas espantildeolas entraron en Tetuaacuten se estable-cioacute un hospital en una pequentildea mezquita que una vez reforma-da quedoacute habilitado para hospitalizar 300 pacientes y dotado de servicio de farmacia y demaacutes dependencias necesarias Alliacute se habilitoacute tambieacuten un espacio para alojar el Parque de Sanidad trasladado desde la Aduana un edificio cerca de la desembo-cadura de Riacuteo Martiacuten donde estuvo instalado anteriormente Para los enfermos coleacutericos cuyo nuacutemero habiacutea aumentado en la uacuteltima fase de la campantildea se habilitoacute un edificio frente al anterior y para oficiales el consulado ingleacutes

Para hospitales flotantes se contrataron por el gobierno cuatro vapores de heacutelice El Barcelona de 1200 toneladas y con 200 camas el Torino (Piamonteacutes) de 2000 toneladas y con 500 camas el Cataluntildea de 1500 toneladas y con 500 camas y el Ville de Lyoacuten (franceacutes) de 2500 toneladas y con 600 camas

Los dos primeros se destinaron a heridos y enfermos comu-nes y los dos segundos para coleacutericos En cada buque iban uno o dos meacutedicos un farmaceacuteutico o practicante de farmacia y cinco practicantes de medicina y como material sanitario un botiquiacuten

Estos barcos hospital destinados a su inicial cometido hu-bieran bastado pero como no fue asiacute hubo de aprovecharse de pequentildeos barcos que con cualquier motivo saliacutean para Ceuta como el Mallorquiacuten el San Bernardo el Bretagne el Pensa-

miento el Vigilante y otros Cuando iban a zarpar si teniacutean espacio izaban en el palo mayor una bandera amarilla que era la sentildeal que luciacutean los hospitales militares para que desde la playa se iniciase la evacuacioacuten

Las evacuaciones se haciacutean hacia los hospitales del litoral establecidos en Algeciras Caacutediz Maacutelaga y alrededores Estas evacuaciones se hicieron siempre en deplorables condiciones apintildeamientos friacuteo balanceo rachas de agua y viento que afec-taban sobre todo a los que iban en cubierta pues fue necesario aprovechar el espacio al liacutemite Ademaacutes la organizacioacuten de las evacuaciones corriacutea a cargo de la Administracioacuten sin tener en cuenta que lo acertado hubiese sido encargar de ello a la Sa-nidad que podiacutea decidir con mejor criterio el quieacuten cuaacutendo y coacutemo y otras condiciones de la evacuacioacuten25

De todo lo dicho anteriormente se deduce que el denoda-do esfuerzo de la Sanidad Militar espantildeola en la Guerra con Marruecos (1859-1860) fue altamente eficaz muy sacrificado y en muchos casos heroico La reina Isabel II premioacute dicha actuacioacuten equiparando en derechos y deberes a los oficiales de la Sanidad Militar con los de las Armas26

BIBLIOGRAFIA

1 Martiacuten Goacutemez A L (2009 a) laquoLos combates de Ceuta Guerra de Aacutefrica 1859-1860raquoAlmena Ediciones Madrid 7 ss

2 Acaso Deltell S (2007 a) laquoUna guerra olvidada Marruecos 1859-1860raquo Ineacutedi-ta editores Barcelona 31 ss

3 Martiacuten Goacutemez A L (2009 b) o c 59-624 Martiacuten Goacutemez A L (2009 c) o c 54-555 Acaso Deltell S (2007 b) o c 66-194 passim6 Alarcoacuten P A (1861 a) laquoDiario de un testigo de la guerra de Aacutefricaraquo Linkgua

ediciones SL Barcelona 176 ss7 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 a) laquoHistoria meacutedica de la guerra de Aacutefricaraquo

Madrid 34-358 Diccionario Terminoloacutegico de Ciencias meacutedicas (1978) Undeacutecima edicioacuten

Salvat editores Madrid9 Formulario espantildeol de Farmacia militar (1948) Seacuteptima edicioacuten Publicacio-

nes del Laboratorio y Parque Central de Farmacia Militar Madrid10 Farmacopea espantildeola 7ordf edicioacuten Madrid 190511 Buchan J (1775) laquoTratado Completo del meacutetodo de precaver y curar las enfer-

medadesraquo Apeacutendice XXXIV Madrid12 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 b) o c 20413 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 c) o c 20-2414 Vives y Noguer I et al (1898) laquoEl Laboratorio Central de Sanidad Militar

Memoria histoacuterico-descriptivaraquo Imprenta del Cuerpo Administrativo del Ejeacuter-cito Madrid 19

15 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 d) o c 16-1816 Landa N (1860 a) laquoLa campantildea de Marruecos (1859-1860) 2ordf Edicioacuten Al-

gazara SL Maacutelaga 2008 67-6917 Massoacutens Esplugas JM (1994 a) laquoHistoria de la Sanidad Militar espantildeolaraquo

Ed Pomares Corredor SA Barcelona II 22318 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 e) o c 25 ss19 Massoacutens Esplugas JM (1994 b) o c II 22520 Harzenbusch JE (1860) laquoCancionero de la guerra de Aacutefricaraquo Imprenta y este-

reotipia de M Rivadeneyra Madrid 17521 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 f) o c II 171 ss22 Massoacutens Esplugas JM (1994 c) o c II 22423 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 g) o c 11024 Massoacutens Esplugas JM (1994 d) o c II 22425 Landa N (1860 b) o c 57 ss26 Ley de 20 de marzo de 1860

Page 7: La Sanidad Militar en la Guerra de África (1859-1860)scielo.isciii.es/pdf/sm/v69n2/12_historia_y_humanidades.pdfORIGEN DEL CONFLICTO El origen de la guerra de España con Marruecos,

Sanid mil 2013 69 (2) 133

La Sanidad Militar en la Guerra de Aacutefrica (1859-1860)

camas que se repartieron entre convalecientes coleacutericos como se ha dicho y convalecientes heridos en espera de repatriacioacuten

En estos hospitales faltaba de todo faltaban meacutedicos pero sobraba abnegacioacuten y entusiasmo en los que alliacute habiacutea y en los meacutedicos de los estados mayores de las grandes unidades que acudieron soliacutecitos para ayudarlos faltaron enfermeros pero alliacute estaban los presidiarios dispuestos a prestar su ayuda fal-taban utensilios pero las tropas dejaron el suyo Asiacute se fue re-mediando la necesidad hasta que fueron llegando de Espantildea el personal y material que con toda urgencia se demandaba En esta organizacioacuten improvisada destacoacute el Dr Martruacutes que durante toda la campantildea estuvo como meacutedico jefe al frente de los servicios meacutedicos de todos los hospitales de Ceuta y cuya infatigable actividad permitioacute que en las primeras semanas de diciembre estuvieran en funcionamiento los hospitales que an-tes se ha indicado a pesar de que a imitacioacuten de Francia era la Administracioacuten Militar la encargada de instalar organizar y dirigir los hospitales militares El Servicio farmaceacuteutico de todos estos hospitales estaba a cargo del boticario militar don Juan de Tapia La botica militar estaba aneja al hospital de los Reyes y una vez pasada la visita meacutedica alliacute confluiacutean los prac-ticantes de farmacia de todos los hospitales con sus libretas que conteniacutean las correspondientes prescripciones Puede calcular-se en queacute cantidad habiacutean de hacerse todas las preparaciones con soacutelo saber que esta era la uacutenica farmacia que habiacutea en Ceu-ta y que atendiacutea no soacutelo a todos los hospitales sino tambieacuten a los militares de la guarnicioacuten y a los civiles de la poblacioacuten Ayudaban al sentildeor Tapia los farmaceacuteuticos destinados en los cuarteles generales y a pesar del gran trabajo nunca llegaron a faltar medicamentos ni la buena calidad de los mismos y los profesionales de los hospitales tuvieron amplia facultad para recetar lo que estimaron necesario

Cuando las tropas espantildeolas entraron en Tetuaacuten se estable-cioacute un hospital en una pequentildea mezquita que una vez reforma-da quedoacute habilitado para hospitalizar 300 pacientes y dotado de servicio de farmacia y demaacutes dependencias necesarias Alliacute se habilitoacute tambieacuten un espacio para alojar el Parque de Sanidad trasladado desde la Aduana un edificio cerca de la desembo-cadura de Riacuteo Martiacuten donde estuvo instalado anteriormente Para los enfermos coleacutericos cuyo nuacutemero habiacutea aumentado en la uacuteltima fase de la campantildea se habilitoacute un edificio frente al anterior y para oficiales el consulado ingleacutes

Para hospitales flotantes se contrataron por el gobierno cuatro vapores de heacutelice El Barcelona de 1200 toneladas y con 200 camas el Torino (Piamonteacutes) de 2000 toneladas y con 500 camas el Cataluntildea de 1500 toneladas y con 500 camas y el Ville de Lyoacuten (franceacutes) de 2500 toneladas y con 600 camas

Los dos primeros se destinaron a heridos y enfermos comu-nes y los dos segundos para coleacutericos En cada buque iban uno o dos meacutedicos un farmaceacuteutico o practicante de farmacia y cinco practicantes de medicina y como material sanitario un botiquiacuten

Estos barcos hospital destinados a su inicial cometido hu-bieran bastado pero como no fue asiacute hubo de aprovecharse de pequentildeos barcos que con cualquier motivo saliacutean para Ceuta como el Mallorquiacuten el San Bernardo el Bretagne el Pensa-

miento el Vigilante y otros Cuando iban a zarpar si teniacutean espacio izaban en el palo mayor una bandera amarilla que era la sentildeal que luciacutean los hospitales militares para que desde la playa se iniciase la evacuacioacuten

Las evacuaciones se haciacutean hacia los hospitales del litoral establecidos en Algeciras Caacutediz Maacutelaga y alrededores Estas evacuaciones se hicieron siempre en deplorables condiciones apintildeamientos friacuteo balanceo rachas de agua y viento que afec-taban sobre todo a los que iban en cubierta pues fue necesario aprovechar el espacio al liacutemite Ademaacutes la organizacioacuten de las evacuaciones corriacutea a cargo de la Administracioacuten sin tener en cuenta que lo acertado hubiese sido encargar de ello a la Sa-nidad que podiacutea decidir con mejor criterio el quieacuten cuaacutendo y coacutemo y otras condiciones de la evacuacioacuten25

De todo lo dicho anteriormente se deduce que el denoda-do esfuerzo de la Sanidad Militar espantildeola en la Guerra con Marruecos (1859-1860) fue altamente eficaz muy sacrificado y en muchos casos heroico La reina Isabel II premioacute dicha actuacioacuten equiparando en derechos y deberes a los oficiales de la Sanidad Militar con los de las Armas26

BIBLIOGRAFIA

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2 Acaso Deltell S (2007 a) laquoUna guerra olvidada Marruecos 1859-1860raquo Ineacutedi-ta editores Barcelona 31 ss

3 Martiacuten Goacutemez A L (2009 b) o c 59-624 Martiacuten Goacutemez A L (2009 c) o c 54-555 Acaso Deltell S (2007 b) o c 66-194 passim6 Alarcoacuten P A (1861 a) laquoDiario de un testigo de la guerra de Aacutefricaraquo Linkgua

ediciones SL Barcelona 176 ss7 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 a) laquoHistoria meacutedica de la guerra de Aacutefricaraquo

Madrid 34-358 Diccionario Terminoloacutegico de Ciencias meacutedicas (1978) Undeacutecima edicioacuten

Salvat editores Madrid9 Formulario espantildeol de Farmacia militar (1948) Seacuteptima edicioacuten Publicacio-

nes del Laboratorio y Parque Central de Farmacia Militar Madrid10 Farmacopea espantildeola 7ordf edicioacuten Madrid 190511 Buchan J (1775) laquoTratado Completo del meacutetodo de precaver y curar las enfer-

medadesraquo Apeacutendice XXXIV Madrid12 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 b) o c 20413 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 c) o c 20-2414 Vives y Noguer I et al (1898) laquoEl Laboratorio Central de Sanidad Militar

Memoria histoacuterico-descriptivaraquo Imprenta del Cuerpo Administrativo del Ejeacuter-cito Madrid 19

15 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 d) o c 16-1816 Landa N (1860 a) laquoLa campantildea de Marruecos (1859-1860) 2ordf Edicioacuten Al-

gazara SL Maacutelaga 2008 67-6917 Massoacutens Esplugas JM (1994 a) laquoHistoria de la Sanidad Militar espantildeolaraquo

Ed Pomares Corredor SA Barcelona II 22318 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 e) o c 25 ss19 Massoacutens Esplugas JM (1994 b) o c II 22520 Harzenbusch JE (1860) laquoCancionero de la guerra de Aacutefricaraquo Imprenta y este-

reotipia de M Rivadeneyra Madrid 17521 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 f) o c II 171 ss22 Massoacutens Esplugas JM (1994 c) o c II 22423 Poblacioacuten y Fernaacutendez A (1860 g) o c 11024 Massoacutens Esplugas JM (1994 d) o c II 22425 Landa N (1860 b) o c 57 ss26 Ley de 20 de marzo de 1860