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1 Este capítulo hace parte de un trabajo más amplio sobre las guerras de 1860 y 1876 que elaboré durante un año sabático (2003) como docente de planta de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Retoma algunos de los elementos teóricos que desarrollé en mi tesis doctoral “La República Radical (1863-1878) ”, 1999. 1860: GUERRA DE SECESIÓN EN COLOMBIA 1 (La guerra civil en que triunfó el bando insurgente) EUGENIO GUTIÉRREZ CELY Doctor en Historia. Profesor Titular Universidad Distrital Francisco José de Caldas La guerra civil de 1860-1862 fue la única en la historia de Colombia en que triunfó el bando rebelde. Este escrito se ocupará principalmente de dos puntos: 1. Establecer cuales fueron las condiciones que permitieron el triunfo de los rebeldes; y, 2. Determinar cuales fueron las consecuencias del surgimiento en Colombia de un régimen político, la “república radical”, cuyo origen obedeció no a un resultado electoral sino a un triunfo armado, y de qué forma este hecho marcó la historia de Colombia mucho más allá de esa coyuntura. En síntesis se ocupará de mirar cuales fueron las condiciones que permitieron el único triunfo de una rebelión armada en la historia de Colombia, y qué consecuencias se desprendieron de tal hecho. Dos fueron los puntos principales que se dirimieron en la guerra de 1860: 1. La continuación de la “revolución de medio siglo”, y 2. El tipo de federalismo que regiría en Colombia. La “revolución de medio siglo” se inició en 1849 con la llegada del liberalismo al poder y se truncó con la guerra civil de 1854, luego de la cual el liberalismo quedó escindido y el sector gólgota debió compartir el poder con el partido conservador, quien se encargaría de imponer un alto a las reformas liberales. En la guerra de 1860 se produjo la unión del liberalismo, a la cual adhirió el “Partido Nacional” –mosquerismo-, agrupamiento de fuerzas que consiguió derrotar la alianza del partido conservador y el clero y permitió continuar la “revolución de medio siglo”, en especial con medidas tendientes a profundizar el federalismo y a secularizar la sociedad y el Estado. Aunque la tensión federalismo-centralismo apareció como la causa precipitante de la guerra de 1860, la continuación de la “revolución de medio siglo” fue en realidad el punto central que se dirimió en esta guerra civil.

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Este capítulo hace parte de un trabajo más amplio sobre las guerras de 1860 y 1876 que elaboré durante un

año sabático (2003) como docente de planta de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Retoma

algunos de los elementos teóricos que desarrollé en mi tesis doctoral “La República Radical (1863-1878)”,

1999.

1860: GUERRA DE SECESIÓN EN COLOMBIA1

(La guerra civil en que triunfó el bando insurgente)

EUGENIO GUTIÉRREZ CELYDoctor en Historia.

Profesor TitularUniversidad Distrital Francisco José de Caldas

La guerra civil de 1860-1862 fue la única en la historia de Colombia en quetriunfó el bando rebelde. Este escrito se ocupará principalmente de dospuntos: 1. Establecer cuales fueron las condiciones quepermitieron el triunfo de los rebeldes; y, 2. Determinar cuales fueron lasconsecuencias del surgimiento en Colombia de un régimen político, la“república radical”, cuyo origen obedeció no a un resultado electoral sino aun triunfo armado, y de qué forma este hecho marcó la historia deColombia mucho más allá de esa coyuntura. En síntesis se ocupará de mirarcuales fueron las condiciones que permitieron el único triunfo de unarebelión armada en la historia de Colombia, y qué consecuencias sedesprendieron de tal hecho.

Dos fueron los puntos principales que se dirimieron en la guerra de 1860:1. La continuación de la “revolución de medio siglo”, y 2. El tipo defederalismo que regiría en Colombia. La “revolución de medio siglo” seinició en 1849 con la llegada del liberalismo al poder y se truncó con laguerra civil de 1854, luego de la cual el liberalismo quedó escindido y elsector gólgota debió compartir el poder con el partido conservador, quiense encargaría de imponer un alto a las reformas liberales. En la guerra de1860 se produjo la unión del liberalismo, a la cual adhirió el “PartidoNacional” –mosquerismo-, agrupamiento de fuerzas que consiguió derrotarla alianza del partido conservador y el clero y permitió continuar la“revolución de medio siglo”, en especial con medidas tendientes aprofundizar el federalismo y a secularizar la sociedad y el Estado.

Aunque la tensión federalismo-centralismo apareció como la causaprecipitante de la guerra de 1860, la continuación de la “revolución demedio siglo” fue en realidad el punto central que se dirimió en esta guerracivil.

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Fueron llamados así no sólo porque personificaban las posiciones individualistas, antiestatistas y

laissesferistas más extremas, sino porque quisieron imponer en el menor tiempo posible la modernidad en el

país, proceso que en Europa llevaba desarrollándose desde hacía varios siglos.3

Una de las primeras medidas del golpe de Melo consistió en derogar la constitución de 1853, y restaurar la

de 1843.4

El patronato era de origen colonial, y establecía el “matrimonio” Estado-Iglesia.5

Así se denominó al conjunto de reformas que realizó el liberalismo entre 1849 y 1878 en el país.6

En: “Diario de Cundinamarca”. (Bogotá), 15/III/1877, Pg. 229.

+La coyuntura histórica.Los liberales gólgotas, luego llamados "Radicales", hicieron de la defensa2

de la constitución de 1853 su bandera de lucha en la guerra civil de 1854contra Melo, pero para ganar la guerra tuvieron que aliarse con los3

conservadores, y el precio de esa alianza fue el regreso del partidoconservador al poder apenas terminada la guerra, y la expedición de unanueva Constitución, la de 1858, por un Congreso de mayoría conservadora.La división de los liberales en 1854 llevó a los conservadores de nuevo alpoder en ese mismo año, pero ahora se trataba de un nuevo partidoconservador, organizado como tal en 1849 y consolidado y enardecido en laoposición contra la andanada de reformas liberales que siguieron al triunfode José Hilario López en 1849. Era un conservatismo decidido, sobre tododesde el triunfo de Ospina en 1856, a desmontar todas las reformasliberales de los gobiernos de López y Obando (1849-1854).

+La abolición del Patronato cierra la vía electoral al liberalismo.Como resultado de la abolición del patronato en 1853, el liberalismo4

neogranadino perdió los mecanismos de control estatal con los que habíalogrado contener hasta allí la resistencia del clero a la “revolución de mediosiglo” . La consecuencia fue que el clero se constituyó en el artífice5

principal del triunfo del partido conservador en todas las eleccionespresidenciales y parlamentarias ocurridas entre 1855 y 1861, y que la labormodernizadora que había desarrollado el partido liberal entre 1849 y 1853se paralizó con el regreso de los conservadores al poder.

Según José María Rojas Garrido, al abolir los gólgotas el patronato,“[cerraron] los ojos ante la evidencia de la fuerza irresistible delepiscopado para gobernar a los pueblos. [Esta medida, dio] por resultadola elección del presidente Ospina Rodríguez y el triunfo de la teocraciaafirmada en el partido conservador, el cual sólo a balazos pudo venir atierra, por ser imposible el restablecimiento de la república de otromodo”.6

Los liberales gólgotas y draconianos, quienes se enfrentaron en la guerracivil de 1854, tendrían que unirse y apelar a las armas para poder sacar a

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El “Partido Nacional” –liderado por Mosquera- mantuvo entre tanto el gobierno del Cauca. Los

conservadores triunfaron en 5 estados: Panamá, Bolívar, Antioquia, Cundinamarca y Boyacá.

los conservadores del gobierno. Si continuaba respetando el resultado delas votaciones, como lo hizo en 1855 –elección de Mallarino- y en 1856–elección de Ospina-, el partido liberal ya no volvería a gobernar la NuevaGranada y la “revolución de medio siglo” quedaría trunca. El partidoconservador, escudado en el clero ultramontano, “sólo a balazos podíavenir a tierra”. A ello obedeció la guerra civil de 1860.

El conservador Manuel María Mallarino (1855-1857), elegido a finales dela guerra de 1854 para culminar el período presidencial del destituidogeneral Obando, organizó un gobierno conjunto entre gólgotas yconservadores, en el cual se pactó una prórroga momentánea alenfrentamiento partidista, mientras se aminoraban los ecos de la guerracivil y los de la efervescencia social que se produjo con la participación delas sociedades democráticas de artesanos al lado de los draconianos y Meloen la guerra de 1854.

En las elecciones presidenciales para el periodo 1857-1861, elconservatismo, que según un contemporáneo "siempre ha estado enmayoría numérica en Colombia" (Quijano Wallis: 60), lanzó comocandidato a Mariano Ospina Rodríguez. El liberalismo radical y un sectorde los antiguos draconianos apoyó el nombre de Manuel Murillo Toro,mientras otro sector del conservatismo y del liberalismo draconiano -sobretodo del estado del Cauca- presentó el del general Tomás Cipriano deMosquera. Este último sector asumió el nombre de Partido Nacional,"porque contenía en su seno elementos conservadores y liberales" (QuijanoWallis: 60), y justificó su tercería con el argumento de que se debíacontinuar con gobiernos conciliadores de tipo bipartidista como el quevenía presidiendo Mallarino.

Las elecciones fueron ganadas por Ospina Rodríguez, y al iniciarse sugobierno en 1857, los radicales se encontraron en minoría política tanto enel Congreso como en el país, pues apenas consiguieron el gobierno de dosde los ocho estados federados -Magdalena y Santander-. En Santander7

poseían una amplia mayoría, por lo que allí se dispusieron a poner enpráctica su doctrina política.

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+El federalismo: ¿solución para las disputas de hegemonía?Manuel Murillo Toro oficializó en 1848 su ruptura con el protoliberalismocuando anunció su apoyo al federalismo; hasta ese momento el federalismono estaba contemplado como un punto central del programa del liberalismoneogranadino. Si bien algunos de los “Jefes Supremos” que se rebelaron en1840 contra el gobierno de José Ignacio de Márquez levantaron la banderade la federación de las provincias, esta consigna ni fue la de la totalidad delos alzados, ni fue agitada después con mucho énfasis por los herederospolíticos de los caudillos derrotados en la “Guerra de los Supremos”.

La descentralización fiscal que inició Murillo Toro como Secretario deHacienda del gobierno de José Hilario López -Ley del 20 de abril de 1850-,puede ser considerada como la primera medida en el camino al federalismoque se tomó en Colombia. Esta Ley, que colocó en manos de las provinciasuna parte importante de los ingresos fiscales que hasta entoncescorrespondían a la nación, no fue objetada por los defensores de laconstitución centralista de 1843, ahora denominados “Conservadores”,quienes, a raíz de la llegada de los liberales al poder en 1849,comprendieron que el fortalecimiento de los grupos de poder local,consecuencia del federalismo naciente, era algo que les permitiría mantenersu protagonismo en el escenario político del país, dominado ahora por losliberales a nivel nacional.

El federalismo fue la expresión de la fragmentación del poder público enfavor de las oligarquías y caudillos regionales, y significó que las luchas depoder de estas oligarquías no serían interferidas por el poder central. SegúnJosé A. Ocampo, "una de las consecuencias más importantes de laestructura económica [colombiana en la primera mitad del siglo XIX] fuela manera como ella desarrolló un Estado débil...; este proceso seconsolidó después del colapso del imperio español, que eliminó la únicafuerza aglutinadora de dichas oligarquías durante el período colonial."(Ocampo: 36). El efecto de la desarticulación económica del país durante elsiglo XIX fue el fraccionamiento del poder político alrededor de lasoligarquías regionales.

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Durante la guerra de 1860 Mosquera hizo eco a los reclamos de las elites del sur del estado de Cundinamarca

y ordenó crear un noveno estado, el del Tolima -1861-.

El federalismo se adoptó gradualmente en la Nueva Granada. La extremaagudización del enfrentamiento político en el país entre 1849 y 1854 -aparición de los partidos liberal y conservador, estallido de dos guerrasciviles, exacerbación del enfrentamiento Iglesia-Estado-, llevó a que la elitepolítica neogranadina buscara descentralizar las confrontaciones políticasen procura de paliar sus efectos sobre un país en proceso de formaciónnacional y política.

Primero se estableció una constitución centro-federal -la de 1853-, que lesentregó a las provincias facultades de autogobierno, incluido el derecho aelegir sus gobernadores, pero como esta constitución fue una de las causasde la guerra de 1854, al término del conflicto surgió un movimiento paraque las provincias se reunieran en unidades territoriales más grandes, por loque desde 1855 comenzaron a aparecer los estados federados, en la épocade gobierno compartido liberal-conservador que presidió Manuel MaríaMallarino. Fue en esta época cuando de común acuerdo los dos partidosdieron curso libre al experimento federalista en el país, el cual no surgió deuna guerra entre liberales y conservadores, como en Venezuela, México oArgentina, sino de un consenso bipartidista.

A escasos dos meses de haber terminado la guerra de 1854 surgió el estadofederal de Panamá; en 1856 se creó el estado de Antioquia, y en 1857, a losdos meses de haberse iniciado el gobierno de Ospina, surgieron los estadosde Santander, Cauca, Boyacá, Cundinamarca, Bolívar y Magdalena. Esta8

transformación política, en la que se impuso el federalismo en el país sinhaberse aprobado antes una constitución federalista, significó undesconocimiento tácito de la constitución de 1853 y de las instituciones yautoridades basadas en ella, y representó el nacimiento de un nuevo Estado.Según Mosquera, sólo por “aquiescencia de [los ocho gobiernos estatales]continuó en 1857 el Dr. Ospina como encargado del Poder EjecutivoNacional, sin embargo de que ese poder virtualmente había dejado deexistir por la nueva transformación política”.

El congreso de 1858 -de mayoría conservadora- dio sanción constitucionalal federalismo, y expidió la nueva constitución del país, la cual fuerubricada con “desdén y frialdad por el Presidente Ospina. El proyectoinicial presentado en la Cámara de Representantes, que centralizaba elpoder, obra del mismo Ospina, fue descompuesto en el Senado, y gracias aello fue que triunfaron los principios federales... La Constitución de 1858unió a los ocho estados en una sola nacionalidad soberana bajo ladenominación de Confederación Granadina”.(Mosquera) En el debate

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Sin embargo el nombre de “Confederación Granadina”, que se dio al país, indicaba la confusión que existía

entonces entre federación y confederación. En una confederación los estados que hacen parte de esta

conservan su soberanía en lo interno, y renuncian a ella sólo en lo referente a la política externa; en una

federación, los estados renuncian también a parte de su soberanía interna, como en lo relacionado con los

derechos civiles, políticos, etc.

sobre la nueva constitución los conservadores intentaron reconfigurar losestados sobre la base de las regiones donde ellos eran mayoría, lo queevidenció sus fines electorales; este intento de manipulación partidista delfederalismo pudo sin embargo ser impedido por una alianza entre liberalesy mosqueristas, la cual representó el primer acercamiento políticoimportante entre estas dos agrupaciones.

La nueva Constitución, firmada por Mosquera como Presidente del Senado,vio la luz el 22 de mayo de 1858 en medio de la certidumbre de que sehabía producido una ruptura política irremediable entre el mosquerismo yel ala –mayoritaria- del conservatismo que seguía las orientaciones delpresidente Ospina.“[Ello] no fue sino el comienzo de una serie de choques,que se fueron agravando con situaciones como la que se presentó cuandoMosquera aspiró nuevamente a la gobernación [del Cauca] para el períodoque se iniciaba en 1859, ya que contó con la oposición de los hombres delpresidente”. (Valencia. “Tomás...”:95). Muchos atribuyeron la escisión aenemistad personal entre Mosquera y Ospina, pero más allá de este hechoobedecía a una ruptura ideológica de fondo y a un reagrupamiento de lasfuerzas políticas del país respecto a la “revolución de medio siglo”, comopronto lo demostrarían las medidas que Mosquera tomaría durante la guerraque se avecinaba.

En el “Mensaje al Congreso” de 1860, el presidente Ospina afirmó sinembargo que los dos partidos estuvieron de acuerdo en adoptar elfederalismo, porque, "practicándose a un tiempo en diferentes estados lasdoctrinas opuestas que dividen los ánimos, del ensayo comparativo deberesultar el conocimiento general de lo que realmente es verdadero y bueno,sin que haya que hacer en toda la república el costoso experimento".(Parra: 178) Con el federalismo las elites dirigentes buscaron descentralizarlos enfrentamientos políticos en el país y poner término a las guerras civilesgenerales que impedían la consolidación de la nación y amenazabanconvertir a la Nueva Granada en un Estado no viable. En menos de 309

años de existencia, la Nueva Granada ya había sido desgarrada por cuatroguerras civiles nacionales.

Los liberales, consecuentes con este objetivo, y luego de haber sidoexcluidos por los conservadores del gobierno nacional, apoyaron elfederalismo pues consideraron que podrían continuar la “revolución de

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1000 hombres en 1858.

medio siglo” en los estados donde eran mayoría, y que con ello se podríareducir la tensión que se había producido en la nación con la avalancha dereformas liberales que siguió a la llegada del liberalismo al poder en 1849.Confiaron en que estos objetivos se podrían garantizar con las siguientesmedidas que fueron incluidas en la constitución de 1858: 1.El control delorden público regional sería atribución exclusiva del gobierno de cadaestado; 2. A cada estado le correspondería la reglamentación y el control delos procesos electorales -locales y nacionales- que se desarrollaran en suterritorio; 3. Cada estado tendría derecho a organizar y controlar suspropias milicias; 4. El ejército nacional se reduciría a un mínimo entiempos de paz; 5. Se mantendría el libre comercio de armas y municiones10

(incluido desde la constitución de 1853). Los liberales consideraron queestas medidas establecían la soberanía de los estados en la Nueva Granada,y que ello era todo lo que necesitaban para poder continuar la “revoluciónde medio siglo” en los estados donde eran mayoría. Para los liberales elpaís se había constituido en una confederación.

Los conservadores apoyaron por su parte el federalismo porqueconsideraron que el hecho de que la Constitución de 1858 impusiera a losestados la obligación de enviar sus constituciones para ser aprobadas por elCongreso y por la Corte Suprema Federal mantenía el poder en el Estadocentral, y establecía la subordinación de los estados al gobierno federal.

Cada partido veía en la constitución la expresión de sus intereses yconcepciones particulares.

Con base en la interpretación conservadora, el presidente Ospina, uncentralista llamado a gobernar con una constitución federalista, inició en1859 una arremetida contra la autonomía de los estados. Ospina comenzópor advertir al Congreso, de mayoría conservadora, las consecuencias quetraería el libre comercio de armas y municiones: "Este, en el actual estadode las cosas, propende a entregar el poder público a las pandillas que seorganicen y se armen para derribar y establecer gobiernos".(Parra: 185-186) No faltaba razón al presidente conservador, pero este era sólo unasunto, una parte del asunto. La contradicción política que lo enfrentaba ala modernidad liberal involucraba además muchos otros asuntos.

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La Constituyente, de amplia mayoría liberal, incluía al sacerdote liberal Pedro A. Vezga. (Arboleda: 217).

+PROLEGÓMENOS DE LA GUERRA+El experimento radical en Santander.Manuel Murillo Toro, quien como candidato liberal a la presidencia de larepública fue derrotado por los conservadores en 1854 y en 1856, seconvirtió en 1857 en el primer presidente del estado de Santander. El hechode no haber nacido en Santander no fue obstáculo para que Murillo pudieraser presidente de este estado, pues en la ideología de los gólgotas, ahorallamados “radicales” (Delpar:25; Rodríguez:133), la ciudadanía noemanaba del lugar de nacimiento, sino del acatamiento de las leyes,concepción que los llevó a establecer que el estado de Santander estaríaformado por todos los hombres que pisaran su territorio. (Estrada:11-12) Laidea de nación de los radicales no se relacionaba sólo con factores de índolegeográfica, étnica o cultural (religión, historia, costumbres, lengua, etc.),sino, y ante todo, con factores de naturaleza política.

Los radicales se propusieron convertir al estado de Santander en la vitrinadonde el resto del país podría apreciar las ventajas del programa demodernidad liberal. Ello implicaba un reto evidente para el gobierno deOspina, quien asumió que una de sus prioridades sería velar por el fracasode los planes del liberalismo santandereano.

En noviembre de 1857 la Asamblea Constituyente de Santander aprobó,“en nombre de Dios y por la autoridad del pueblo”, la constitución radicaldel estado. La constituyente disolvió el ejército permanente, y autorizó a11

los ciudadanos a armarse y sublevarse contra el gobierno cuando loconsideraran conveniente; la insurrección era un derecho, no un delito. Elciudadano podría protestar contra los gobernantes negándose a pagar losimpuestos. La pena de muerte fue abolida. La industria, la educación y lasobras públicas serían responsabilidad de los particulares, no del Estado. Seestableció el matrimonio civil y el divorcio; y si la pareja decidía nocasarse, la vida en común durante más de un año constituía matrimoniolegal, y los hijos matrimoniales y extramatrimoniales tenían los mismosderechos.

El impuesto único y directo era el punto central del programa económico delos radicales en Santander. Gravaba la tierra de manera proporcional a laextensión poseída; tenía la ventaja, según Murillo, de que hacíainnecesarias las rebeliones ya que si la gente estaba descontenta con susgobernantes podría tumbarlos negándose a pagar el impuesto. (Church: 85-94). La constituyente estableció un procedimiento electoral muy pocoliberal: en las elecciones para la legislatura del estado todos los cargos de

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Los radicales justificaron esta exclusión arguyendo que desde su inicio –abril de 1857-, la administración

de Ospina había impuesto la hegemonía de los conservadores en el gobierno nacional, y no había permitido

que continuara un gobierno de unión nacional liberal-conservadora como el que presidió Mallarino entre

1855-57.

representación serían para la lista mayoritaria, con lo cual negó el derechode representación a los conservadores. En consecuencia, desde el mismo12

mes en que se expidió la constitución -noviembre de 1857- comenzaron losdisturbios y las rebeliones armadas conservadoras en Santander, en protestapor haber sido excluidos del gobierno estatal.

Por esos mismos días de fines de 1857, en Magdalena, estado tambiéngobernado por los liberales, estalló un alzamiento conservador ante el cualy pese a su carácter de rebelión armada, el gobierno de Ospina –quienpensó que los alzados triunfarían- decidió no intervenir pues alegó que setrataba de un asunto de carácter puramente local. (Camacho Roldán:“MEMORIAS”: 293; Arboleda: 199-201). Este constituiría un importanteprecedente para los sucesos que poco después se desencadenarían en elpaís.

+Hacia la guerra.El congreso de la república, de mayoría ospinista, expidió a principios de1859 varias leyes que anunciaron la decisión del gobierno conservador dedesmontar el federalismo y -“sin querer queriendo”- volver al centralismo.La primera de estas leyes permitía al presidente de la república designar unintendente de hacienda en cada estado, cuyas funciones lo constituían enuna especie de agente político o procónsul del gobierno nacional en losestados; una segunda ley (“de elecciones”) establecía un consejo electoralen cada estado y lo encargaba de controlar las elecciones para el congresode la república; su composición claramente permitía que el partidoconservador aumentara su mayoría en el congreso de la república ymantuviera su control sobre el gobierno nacional. Otra ley otorgaba algobierno de Bogotá el poder de inspeccionar la fuerza pública de losestados y nombrar jefes y oficiales en ellas, así como el de establecer uninspector militar federal en cada estado “cuando hubiese fundado temor deque se perturbase el orden público nacional”. (Pérez Aguirre: 94-97).

La aplicación de estas leyes llevaría al estallido de la guerra civil de 1860.Ellas constituían una forma velada de centralismo, desconocían laautonomía de los estados, perpetuaban la hegemonía del conservatismo enel gobierno nacional, excluían a la oposición y posibilitaban la extensióndel poder del gobierno central sobre los estados en los que todavía nodominaba el conservatismo. Seis de los ocho estados –a excepción deBoyacá y Cundinamarca- pidieron su derogatoria.

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"El Repertorio Colombiano", (Bogotá), No. XVI, octubre de 1879.14

Aunque Ospina afirmó en su "Mensaje al Congreso” de 1860 que censuró el alzamiento conservador en

Santander, por "el precedente funesto que establecía en los estados de recurrir a las vías de hecho para

cambiar el gobierno", es evidente que las rebeliones conservadoras de Magdalena y Santander –noviembre

de 1857 y marzo de 1859, respectivamente-, fueron los primeros hechos de armas que antecedieron al

estallido de la guerra de 1860, y que ambos se dirigieron contra los dos únicos gobiernos liberales estatales

que existían en ese momento.

Ospina nombró como intendente nacional de hacienda en Santander aLeonardo Canal, dirigente de los conservadores locales, con lo cual alentó aeste partido a sublevarse, lo que en efecto ocurrió en marzo de 1859. Losalzados mencionaron como uno de los motivos de la sublevación (entrevarios otros) que el impuesto único era una medida "socialista” que seproponía confiscar a los propietarios de Santander .13

A los pocos días de estallar la revuelta en Santander, el presidente liberaldel estado, Vicente Herrera, fue asesinado -fuera de combate- por lossublevados. Dos meses después el presidente encargado, Eustorgio14

Salgar, ocupó con fuerzas liberales a Bucaramanga y obligó a los rebeldesconservadores a escapar hacia Boyacá y Venezuela. En un informe a lalegislatura estatal, Salgar señaló a Ospina Rodríguez y al presidente de laCorte Suprema Federal -Rito A. Martínez, conservador santandereano-,como los autores de la revolución conservadora en Santander, lo cual levalió una acusación del Procurador General de la Nación ante la CorteSuprema, que dio como resultado que Salgar fuera suspendido del cargo.

En su "Mensaje al Congreso” de 1860, el presidente Ospina ponderó elhecho de que el gobierno conservador de Boyacá no hubiera entregado alde Santander los rebeldes refugiados en su territorio: "La legislación penalde Santander excluía del catálogo de los delitos el acto de derribar porvías de hecho al gobierno del estado, [por tanto], las autoridades deBoyacá no podían procesar a los refugiados, que no habían cometidodelito alguno en [Santander]". Ospina afirmó también que la libre posesiónde armas y municiones, autorizada por la constitución nacional, no permitíaque el gobierno de Boyacá desarmara a los refugiados santandereanos, aúna sabiendas de que con esas armas volverían a invadir a Santander. "Estosrebeldes, de acuerdo con la constitución nacional, y la de Boyacá, podíanmantener en su poder las armas que juzgaran conveniente, sin que lasospecha de que pudieran hacer mal uso de ellas, o moverse en ciertadirección con intento culpable, fuera razón suficiente para desarmarlos".(Parra: 185-186, 195)

Entre tanto los liberales de Bolívar, encabezados por el general Juan JoséNieto, antiguo liberal melista, aprovecharon que los sucesos de Santanderdistraían la atención de Ospina, y se levantaron y derrocaron -26 de julio de

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15

El "Ejército Regenerador” de Nieto, tuvo como núcleo a los negros de su hacienda "Alcibia". (Lemaitre: 46)

1859- al gobierno conservador de ese estado. Una constituyente de bolsillonombró a Nieto presidente de Bolívar. 15

Pese a que durante las rebeliones conservadoras del Magdalena y Santanderel gobierno de Ospina había proclamado la no intervención del gobiernonacional en los asuntos internos de los estados, ahora, ante la rebeliónliberal en Bolívar ordenó invadir ese estado, con el argumento de que Nietohabía roto el orden público federal al apresar al intendente nacional dehacienda. Nieto logró detener en Mompóx la fuerza nacional que Ospinaenvió en su contra, con lo que obligó -febrero de 1860- al general PedroAlcántara Herrán, emisario del gobierno de Bogotá, a reconocer al gobiernoliberal de Bolívar. (Del Castillo: 7-8)

Con este reconocimiento el gobierno federal, contra sus convicciones eintereses, legitimó el primer gobierno estatal de facto que surgió enColombia durante el período federal, el cual debía su origen a una rebeliónarmada. De hecho -aunque todavía no de derecho-, y muy a pesar deOspina, los liberales de Bolívar lograron establecer que en laConfederación Granadina regía el “derecho de insurrección”. La aparicióndel nuevo estado liberal aumentó la desazón de los conservadores respectoal avance de la influencia liberal en el país, y sobre la impotencia política ymilitar del gobierno de Ospina para contenerla, pues con Bolívar llegaban atres los estados controlados por los liberales, los que sumados al Cauca,gobernado por Mosquera, dejaban a los conservadores reducidos al controlde cuatro estados.

Ospina contraatacó: a principios de 1860 consiguió la aprobación de una“Ley de Orden Público”, por la cual se entregó al gobierno nacional lafacultad de derogar las leyes estatales y de aprehender a los presidentes“insumisos” de los estados. Esta ley fue expedida por un congreso elegidode acuerdo con la impugnada “ley de elecciones” de 1859, por lo que fueconsiderada como ilegítima por la oposición. Para los defensores delfederalismo era claro que Ospina había iniciado la restauración delcentralismo en el país.

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Al reconciliarse con Obando, Mosquera consiguió ganar la adhesión del liberalismo caucano y las simpatías

del liberalismo neogranadino, y amplió la base política que se requería para confrontar a Ospina a escala

nacional. Adicionalmente, Mosquera selló una alianza con Manuel de Jesús Quijano, prestigioso dirigente

del conservatismo caucano, “con quien esperaba vencer la resistencia conservadora de tal forma que [el

Partido Conservador del Cauca] aceptara un enfrentamiento con un Presidente de este partido”. (Valencia;

“TOMÁS...”: 97).

+La rebelión de Mosquera.Ospina nombró en mayo de 1859 al comandante Pedro J. Carrillo comoguardaparque nacional en el Cauca, y le dio instrucciones de levantar tropaspara mantener el orden público general y defender al gobierno nacional “silo creía amenazado”. Sus ordenes incluían recoger todas las armas de laConfederación que se encontraran en el Cauca, en manos oficiales oparticulares, y distribuirlas entre quienes considerara leales al gobiernonacional –los conservadores-. Carrillo quedó constituido en una especie deprocónsul del gobierno nacional en el Cauca, y era la prueba viviente de lapolítica de Ospina de desconocer la soberanía de los estados.

Desde que el congreso expidió las polémicas leyes de 1859, Mosquera, elgobernador del Cauca, el estado más extenso del país, acentuó su oposicióna la política de Ospina. Al constatar que el Presidente de la Confederaciónestaba determinado a imponer el centralismo y a perpetuar la hegemoníadel partido conservador en el gobierno nacional, y que además enviabaagentes al Cauca con ordenes provocadoras, Mosquera llegó a laconclusión de que la guerra era inevitable, lo cual lo llevó a dar un pasopolítico trascendental: se reconcilió con el general José María Obando, suviejo enemigo y máximo dirigente del liberalismo draconiano del país, y,junto con Mosquera, el caudillo más importante del Cauca. (Quijano W:16

63-67).

La situación nacional era de gran tensión política: el apoyo del gobiernonacional a la rebelión conservadora en Santander se sumaba al clima deguerra entre Santander y Boyacá, motivado por el asilo que este últimoestado dio a los exilados de Santander; a ello se unió la suspensión delcargo y el juzgamiento del presidente de Santander por la Corte Supremade Justicia, la declaratoria de guerra a Bolívar, la promulgación de leyescontrarias a la autonomía de los estados por el Congreso de la República, ypor último, las atribuciones que el gobierno de Ospina dio al intendenteCarrillo en el Cauca.

En julio de 1859 ante la asamblea legislativa del Cauca, Mosquera declaróque el Congreso de la República y el Presidente de la Confederaciónestaban violando la Constitución nacional. El 22 de agosto siguiente, a raízde los sucesos de Bolívar, la legislatura del Cauca mandó organizar unejército de 3.000 hombres, y el 24 de septiembre expidió una ley “sobre

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La guerra se libró contra el gobierno de Ospina hasta 1861, y luego contra el gobierno presidido por Julio

Arboleda. Este último sería "elegido" por los ospinistas como presidente de la Confederación en unas

elecciones realizadas en medio de la guerra.18

El primer gobierno de Mosquera (1845-1849) se apoyó en el partido “ministerial”, de carácter

protoconservador, por lo que el alineamiento en 1860 del mosquerismo con el liberalismo significó un

debilitamiento del partido defensor de la sociedad antigua, y un fortalecimiento del partido de la modernidad.

soberanía del estado del Cauca”, (Quijano W: 242-243). Con elloMosquera hizo saber al gobierno de la Confederación cual era la lecturaque hacía del régimen federalista existente en el país. La respuesta deOspina pronto llegó: el guardaparque Carrillo inició una rebelión contraMosquera en el Cauca en enero de 1860. Carrillo alegó que su rebelión sedebía a que "los rojos de Santander estaban de acuerdo con Mosquerapara un levantamiento general". (Arboleda: 175)

El 22 de febrero de 1860, en la batalla de “El Derrumbado”, las fuerzas deCarrillo fueron derrotadas por las de Obando, sin que hasta ese momento elgobierno de Bogotá hubiera condenado la rebelión de su guardaparque enel Cauca. Mosquera, quien consideró que la rebelión de Carrillo era elúltimo acto de agresión del gobierno de Ospina contra un estado noconservador, declaró el 8 de mayo de 1860 que el Cauca reasumía susoberanía y se separaba de la Confederación. (Church: 113) A los pocosdías la legislatura del Magdalena siguió su ejemplo, y la de Bolívar fuetodavía más explícita, pues el 11 de junio autorizó al gobernador Nieto parapromover la creación de un gobierno general provisorio por medio de unCongreso de Plenipotenciarios; la legislatura de Santander dio el 3 de juniouna ley en apoyo de los revolucionarios. (Cuervo: 11) De esta forma se dioinicio a la guerra civil de 1860.

Mosquera acordó el 10 de septiembre de 1860 un “Pacto de Unión yConfederación” con el presidente Nieto de Bolívar. En una especie demovimiento de secesión, los gobiernos controlados por los liberales y losmosqueristas se fueron separando de la Confederación, y a nombre de lasoberanía absoluta de los estados procedieron a conformar un nuevo Estadoal que inicialmente llamaron “Estados Unidos de la Nueva Granada”;Mosquera fue proclamado “Supremo Director de la Guerra”.

En el transcurso de esta, se produjo una alianza entre el liberalismo, en17

sus dos vertientes, la liberal radical y la draconiana, enemistadas desde laguerra de 1854, y el mosquerismo, cuyas posiciones se habían aproximadoa las del liberalismo draconiano. La alianza entre el liberalismo y elmosquerismo fortaleció el bloque de fuerzas en favor de la modernidad enel país, y con la bandera de la defensa del federalismo, se planteó en18

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realidad en la guerra de 1860 la continuación de la “revolución de mediosiglo”.

En Julio de 1860, a los pocos días de que Santander declarara su separaciónde la Confederación, el ejército nacional bajo el mando del general PedroAlcántara Herrán y escoltado en persona por el presidente Ospina entró enterritorio santandereano, y en la batalla de "El Oratorio" (16/VIII/1860)derrotó y tomó prisionero al ejército y a la plana mayor del liberalismo deSantander: Antonio M. Padilla, Eustorgio Salgar, Aquileo Parra, FelipeZapata, Narciso Cadena, Lucas Villafrade, Foción Soto, Adriano Páez,Januario Salgar, quienes fueron enviados presos a Bogotá. (Pérez: 418)Ospina nombró a Leonardo Canal como presidente de Santander, y estedeclaró abolida toda la legislación liberal en el estado.

“Ya en la cárcel de Bogotá los santandereanos, no quedaba otro enemigotemible que Mosquera, gobernador del Cauca, pues la revolución de laCosta Atlántica... podía reprimirse en poco tiempo con un jefe diestro.Metido Mosquera en el Cauca, con Antioquia al frente, el gobierno generalencima y con innumerables enemigos internos, sobre todo en Pasto,vencerle [parecía] cosa de pocos días.” (Cuervo: 8).

+La Campaña de Mosquera.La mayoría del conservatismo antioqueño era contraria a la políticacentralista de Ospina, (Antioquia fue uno de los primeros estados enorganizarse en forma federal en el país), razón por la cual Mosquera intentóneutralizar a este estado antes de avanzar sobre Bogotá. En pos de esteobjetivo avanzó con su ejército sobre Manizales en Agosto de 1860,mientras simultáneamente dirigía propuestas de avenimiento a losantioqueños. Pese a que el ejército del Cauca (2.300 hombres) superaba alde Manizales, Mosquera insistió en que acordaran una “esponsión”, por lacual los dos estados, sin dar inicio a las hostilidades, llegarían a unavenimiento, sin vencedores ni vencidos. Ante la negativa de los jefes delejército de Antioquia -Joaquín Posada Gutiérrez y Braulio Henao- a ultimareste acuerdo sin medir primero fuerzas en combate, los dos ejércitosentraron en batalla.

En la Batalla de Manizales (28/VIII/1860), tras hacer un intento de tomade las trincheras enemigas, y luego de considerar satisfecho el honor deambos ejércitos al haber entrado en combate, Mosquera ofreció de nuevouna esponsión a los generales enemigos. Esta se aceptó y se firmó al díasiguiente. Mosquera se sometió en ella a condiciones desventajosas, porqueen medio de la batalla se recibió la noticia de la derrota del ejército deSantander en “El Oratorio”. Fue significativo el hecho de que la noticia de

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Los conservadores José María Quijano Otero, Ángel Cuervo y Gustavo Arboleda, autores de memorias sobre

la guerra de 1860, coinciden en atribuir a la hostilidad de Ospina contra el federalismo la responsabilidad por

el estallido de la guerra. Quijano y Cuervo lucharon en la guerra en el ejército de la Confederación, aunque

convencidos de la sinrazón de la política de Ospina. Quijano escribió en su diario, dos semanas antes de que

Mosquera se tomara a Bogotá: “[Si el ejército de la Confederación se retira de Bogotá] por mi parte he

resuelto servir hasta ese día, porque yo he tomado las armas por defender a Bogotá y a mi familia y no a don

Mariano Ospina ni a su ley de elecciones".(Quijano Otero: 11).20

Ospina pensaba que si ratificaba la esponsión le daba el estatus de beligerante a Mosquera, y reconocía la

legitimidad de la rebelión, cuando para él esta era solo un caso de policía y sus protagonistas malhechores

en busca de medros personales. Un beligerante es un rival político, que solo puede ser sometido a juicio

político; un criminal común es un caso de policía, del cual se ocupa la justicia ordinaria. El reconocimiento

de beligerancia obliga a la nación a decidir entre dos partidos, pues nadie toma partido por una pandilla de

malhechores.

la derrota de Santander no llevara a los antioqueños a exigir la rendiciónincondicional del ejército del Cauca, y que en cambio aceptaran laesponsión. Ello se explica porque el ejército de Antioquia era inferior enhombres y armamento al del Cauca, pero principalmente porque aAntioquia no le convenía la derrota completa del Cauca, pues estasignificaba la restauración del centralismo por parte de Ospina. El ataquede Mosquera contra Manizales fue tres semanas antes de las elecciones parapresidente de la Confederación, hecho significativo que sin duda incidió19

tanto en la determinación del Cauca de atacar a Antioquia, como en laesponsión de Manizales, principal resultado de este ataque.

En la Esponsión de Manizales se acordó que Mosquera revocaría sudecreto de secesión del Cauca y se sometería al gobierno de Ospina; elgobierno de Bogotá concedería por su parte una amnistía en favor de loscomprometidos en la secesión del Cauca. Para Mosquera, esta amnistía“era lo mismo que el reconocimiento de la soberanía del estado del Caucay de ser nosotros legítimos beligerantes... Si el Presidente Ospinaaprobaba la esponsión, al reconocer en ella la soberanía del Cauca, nosdaba derecho, como confederados, a pedir que los estados de Bolívar,Magdalena y Santander fueran tratados lo mismo que el Cauca, y puestosen libertad el Presidente de Santander y los prisioneros del Oratorio, [encaso contrario quedábamos en libertad de] hacer uso de las armas, previala declaración de guerra que se acostumbra entre lasnaciones”.(Mosquera) Este acuerdo solo sería obligatorio si era aprobadopor Ospina, y hasta tanto ello ocurriera el ejército del Cauca se mantendríaen armas.

Aceptar la esponsión significaba para Ospina dejar a Mosquera en poderdel Cauca, lo cual obstaculizaba la política de restauración del centralismodel presidente de la Confederación. Desde que Mosquera propuso la20

esponsión, para él era claro que Ospina no la aprobaría, y que ello liberaríaal Cauca del estigma de haber dado inicio a la guerra, pues la terquedad de

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Ospina quedaría como causante de la contienda. Mosquera consiguió asíuna victoria política, la primera de los rebeldes en la guerra de 1860,gracias a la cual el ejército del Cauca pudo dirigirse contra las fuerzas queOspina envió desde Bogotá a atacarlo, libre ya los caucanos de enemigosen sus flancos, pues la esponsión significaba que por lo menos durantealgún tiempo Antioquia no hostilizaría al Cauca. “La esponsión deManizales no fue más que un lazo político, en el cual cayó Ospina con lacandidez de un escolar”.(Pérez: 440) Mosquera por su parte afirmó que, “loque conseguí [con la esponsión] valió más que si hubiera obtenido untriunfo militar en la batalla de Manizales”.(Mosquera).

Mosquera libró desde el principio la guerra con cuidadoso cálculo político:el ospinismo constituía un sector del Partido Conservador, el más apegadoa los principios de "orden, autoridad, tradición, religión, familia ypropiedad", y el que venía demostrando decisión de acabar con elfederalismo en el país. Al lado del ospinismo existía sin embargo otrosector dentro del conservatismo, el cual era partidario del federalismo. Estesector reconocía como líder a Pedro Alcántara Herrán, yerno de Mosqueray ex-presidente de la república, e incluía a la mayor parte de losgobernantes de Antioquia y a la porción del clero que seguía las directricespolíticas del Arzobispo Antonio Herrán, hermano de Pedro Alcántara.

La actitud conciliadora de este último sector con los rebeldes llevó a losospinistas a desechar a Herrán como candidato presidencial conservadorpara el período 1861-1865, y a proclamar en su lugar a Julio Arboleda. Estecambio de candidatura se realizó el 1 de septiembre de 1860, veinte díasantes del señalado para las elecciones presidenciales, y apenas a un meslargo de haber concluido la campaña de Santander. Herrán había dadomuestras de posturas conciliadoras desde que como negociador delgobierno general reconoció -febrero de 1860- al gobierno liberal de JuanJosé Nieto en Bolívar. Para no enterrar sus posibilidades de llegar a ser elsucesor de Ospina en la presidencia de la República, Herrán le aceptó aOspina la dirección del ejército de la Confederación que invadió aSantander en julio de 1860; el pobre desempeño militar de Herrán duranteesta campaña, que los ospinistas llamaron traición, adicionado a la"esponsión de Manizales", firmada por los generales herranistas Posada yHenao, y a la convicción de que Herrán era el principal obstáculo dentrodel conservatismo para volver el país al centralismo, decidieron el cambiode la candidatura de Herrán por la de Arboleda, lo cual oficializó la rupturaentre el ospinismo y el herranismo.

Ese fue el momento en que Mosquera dirigió el ejército del Cauca contraOspina, justo cuando el partido conservador se dividía. El desaire a Herrán

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En enero de 1861, cerca del Espinal (Tolima), y con el beneplácito de Ospina, Herrán se entrevistó con

Mosquera y le propuso “un avenimiento con el gobierno general en que me sometiera de un modo honroso”.

Luego de mostrarle una correspondencia donde Ospina denigraba de Herrán, Mosquera consiguió que este

abandonara su misión y terminara por manifestarle que iba a exigirle a Ospina que, “de acuerdo conmigo,

convocara una Convención para restablecer el orden en el país”. (Mosquera) El 13 de julio de 1861, cinco

días antes de que Mosquera tomara Bogotá, Herrán propuso en una junta de conservadores de la capital que

se le autorizara para discutir las bases de un acuerdo con Mosquera. Después de la toma de Bogotá por el

ejército rebelde, Herrán, a solicitud de Mosquera, marchó a Antioquia a proponer la paz al gobierno de ese

estado; aunque esta misión fue infructuosa, ella, y el que le aceptara a Mosquera el cargo de Ministro

Plenipotenciario del gobierno rebelde en Washington, demuestra cuan ambigua fue la posición de Herrán en

la guerra de 1860. (Quijano Otero: 17-18, 47, 87-88, 95).

significó que este y sus partidarios, incluida Antioquia luego de la"esponsión de Manizales", asumieran una actitud neutral o poco beligeranteante la sublevación rebelde, la cual mantendrían durante la primera fase dela guerra, hasta la toma de Bogotá por Mosquera, y que sólo abandonaríana partir del momento en que Mosquera promulgó sus medidasanticlericales.21

La neutralidad del herranismo, del conservatismo de Antioquia y de unaparte del clero debilitó la posición conservadora en la guerra, dejó sólo alospinismo durante la primera fase de la contienda -agosto de 1860 aseptiembre de 1861-, y constituyó un factor político decisivo en el triunfode los rebeldes. Mosquera no sólo conocía la división que afectaba a losconservadores sino que la explotó deliberadamente, pues esperó hasta elmomento en que esta división se profundizó, los días previos a laselecciones presidenciales, para dar inicio a las acciones militares.

El mosquerismo era también una escisión del partido conservador.Mosquera había sido presidente de la Nueva Granada (1845-1849) con losvotos del "Partido Ministerial", sector político del que surgió el PartidoConservador; pero en la medida en que habían ganado fuerza los elementosantimodernos dentro de este partido, el mosquerismo, de posición regalistae ilustrada, había terminado por considerar que no podía permanecer mástiempo en el conservatismo y había presentado a nombre del "PartidoNacional” una candidatura independiente en las elecciones presidencialesde 1856; en 1859 Mosquera había sido elegido gobernador del Cauca engran parte con votos conservadores. Por consiguiente, entre 1856 y 1860 elPartido Conservador se dividió en tres sectores: el mosquerismo, elospinismo y el herranismo; uno de ellas, el mosquerismo, viró hacia elliberalismo; el otro, el herranismo, se declaró neutral en la lucha queliberales y mosqueristas libraron contra el ospinismo en torno al tipo defederalismo que debía existir en el país. Ospina aumentó su aislamiento político cuando eludió ratificar la esponsiónde Manizales y cuando prefirió continuar las hostilidades contra liberales y

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mosqueristas con el argumento de que la esponsión solo habíacomprometido a las fuerzas de Antioquia, y no a las demás fuerzaslegitimistas del país. Ospina creyó que su reciente triunfo sobre el estado deSantander sería seguido por una victoria fácil contra el Cauca, pues elejército de la Confederación no sólo había aumentado su moral de combatecon ese triunfo, sino que además se había fortalecido en hombres y armas alreclutar a la fuerza a la mayor parte de los soldados santandereanos presosen la batalla de “El Oratorio”; Ospina pensaba además que al primer revésmilitar de Mosquera, Antioquia se sumaría de nuevo a las fuerzaslegitimistas. Ospina tuvo en cuenta sólo el aspecto militar de la situación,que parecía inclinar la balanza en su favor, y menospreció los elementospolíticos que en su mayoría obraban en favor del caudillo caucano y delbando rebelde.

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De los 760 legitimistas que en la batalla de Segovia combatieron contra Mosquera no llegó a salvarse ni una

tercera parte; 350 cayeron prisioneros y fueron reclutados en el ejército caucano; los demás

murieron.(Arboleda: 485. Cuervo: 15).23

Este ataque se produjo en enero y en agosto de 1861, y de nuevo a mediados de 1862, pero los antioqueños

(comandados por Braulio Henao) no mostraron mucha decisión militar, y siempre estuvieron prestos a

devolverse a sus montañas al menor indicio de que pudieran tener un revés militar. Nunca aceptarse

subordinarse a la dirección militar de Leonardo Canal o de Julio Arboleda.24

Estos tuvieron que acudir al puerto venezolano de “Cachos”, en el lago de Maracaibo, para poder traer armas

desde los Estados Unidos.

*+Mosquera avanza sobre Cundinamarca.Con la seguridad de que Antioquia no atacaría por el momento al Cauca,Mosquera emprendió la marcha con su ejército hacia Bogotá; al atravesar lacordillera central por el paso de Guanacas derrotó en la Batalla de Segovia(19/XI/1860) a la vanguardia del ejército legitimista comandada por elgeneral París. Esta victoria precipitó importantes adhesiones a la causa22

rebelde en todo el país, como la del general José Hilario López, en laprovincia de Neiva. Mosquera continuó con su ejército –fuerte de más de2.000 hombres- dispuesto a tomar Bogotá; con él llevaba cerca de milfusiles sobrantes para armar a los liberales de las provincias de Neiva yMariquita, y simultáneamente, por el paso de Moras, hizo avanzar otrafuerza caucana -500 hombres- para tomar Ibagué. Al llegar a Espinal suejército se había aumentado con 800 hombres de Neiva y Mariquita (hoyHuila y Tolima); con los 1500 que había dejado en el Cauca al mando deObando, en prevención de un ataque de Antioquia, y para sofocar23

cualquier alzamiento conservador, la fuerza de Mosquera ascendía en esemomento a cerca de 5.000 hombres. Tres ex presidentes de la NuevaGranada, Mosquera, López y Obando, todos oriundos de Popayán,constituían el estado mayor del ejército rebelde en el Sur del país. López yObando reconocieron a Mosquera como "Supremo Director de la guerra".Para recompensar la adhesión de López, Mosquera segregó las provinciasde Mariquita y Neiva del estado de Cundinamarca, y constituyó con ellasun nuevo estado: Tolima.

Luego de atravesar el valle de Neiva y antes de iniciar el ascenso haciaBogotá, Mosquera estableció su cuartel general en las orillas del ríoMagdalena con el propósito de asegurar esta arteria fluvial, lo cualconsiguió luego que las fuerzas liberales del estado de Bolívar –Nieto-destruyeron en la Batalla Fluvial de “El Banco” la escuadrilla nacionalque Ospina envió a apoderarse de la Costa Atlántica. A partir de esemomento quedaron expeditas las comunicaciones de las fuerzas rebeldes dela Costa Atlántica con las del Cauca y la parte de Cundinamarca -Tolima-que dominaba Mosquera. El dominio del río Magdalena le facilitó albando rebelde la consecución de elementos bélicos e impidió la entrada dearmas para sus enemigos; también entorpeció la unión de Antioquia y el24

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La perdida del río Magdalena impidió asimismo que Julio Arboleda, quién había ocupado a Santa Marta con

fuerzas guajiras y panameñas, pudiera unirse con Ospina, en Cundinamarca; Arboleda tuvo que dirigirse al

Cauca, por Panamá, para intentar llegar por allí hasta el altiplano. Nunca lo pudo lograr.

altiplano cundiboyacense-santanderano, los dos grandes núcleos de fuerzaslegitimistas del país.25

Los rebeldes de la Costa Atlántica se encargaron de amagar a Antioquia porel norte, y Mosquera se encargó de desgastar el ejército de Ospina durantela campaña de Cundinamarca mientras se reorganizaban las fuerzasliberales de Santander y Boyacá -al mando de Santos Gutiérrez y SantosAcosta-, con lo que se permitió que en el nororiente del país surgiera unnuevo ejército rebelde que terminó por unirse al de Mosquera poco antes dela toma de Bogotá.

Al tiempo que designaba nuevas autoridades (prefectos, alcaldes) en lasprovincias de Neiva y Mariquita, Mosquera recorrió el camino de ascensodesde el río Magdalena hasta Bogotá en una clásica guerra de posiciones.En la fase inicial de la campaña, cuando su fuerza era todavía la más débil,su estrategia consistió en avanzar a la defensiva eludiendo entrar en batallacon el ejército legitimista, mientras al mismo tiempo sometía a presiónpolítica y militar a la fuerza contraria, y la debilitaba sin desgastar suspropias tropas. Al final Mosquera consiguió la victoria a la manera de ungran estratega militar pues destruyó el ejército enemigo a cambio de muypocas pérdidas en sus propias fuerzas. "El ejército de la Confederación,con la organización más notable que ha habido en la república, no sólo novenció a un enemigo inferior a él en todo, sino que ineptamente se fueretirando en su presencia, hasta que extenuado se dejó aplastar". (Cuervo:V).

En varias oportunidades durante la campaña Mosquera hizo propuestas deesponsión y armisticio a los diversos jefes contrarios, para ganar tiempo,consolidar sus fuerzas y mejorar sus posiciones, y utilizó repetidamente elengaño y la negociación política como armas para debilitar al enemigo.Antes de enfrentar a París en la batalla de Segovia le propuso firmar unaesponsión y un tratado de regularización de la guerra, lo cual París rechazó.En otra negociación con el coronel Pedro Gutiérrez Lee, gobernador deCundinamarca y comandante de una de las divisiones más fuertes delejército de Ospina, firmó un convenio por el cual, en vista de que el periodopresidencial de Ospina estaba próximo a terminar, los dos bandosacordaban el nombramiento de un árbitro y un plan de reformas políticasque pondría fin a la guerra. Ospina rechazó este convenio, lo cualMosquera daba por descontado, pero entretanto el jefe rebelde pudomejorar las posiciones de su ejército y reforzar su campaña de

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Sobre la forma como Mosquera desgastó primero y derrotó después al ejército de Ospina, ver la detallada

crónica escrita por uno de los protagonistas de esta campaña en el bando legitimista: Ángel CUERVO: "COMO

SE EVAPORA UN EJÉRCITO". Allí también se encuentra la descripción de la muerte de Obando en

Cruzverde, alanceado cuando conducía refuerzos caucanos para Mosquera en la campaña de Cundinamarca.27

En su mensaje a la Convención de Rionegro, Mosquera informó que los legitimistas tuvieron en esta batalla

1.663 bajas entre muertos, heridos, dispersos y prisioneros, y que las suyas habían sido 631.

desmoralización de las fuerzas contrarias, pues acusó públicamente aGutiérrez Lee de falaz por haber firmado (marzo de 1861) un convenio paraevitar una batalla en la que iba a llevar la peor parte.26

En la Batalla de Subachoque (25/IV/61) chocaron por primera vez en laSabana de Bogotá el ejército legitimista (4.325 hombres, 9 cañones) y elejército caucano (3.800 hombres, 6 cañones); luego de 12 horas de combateambos ejércitos se separaron sin que ninguno pudiera proclamar lavictoria. Se convino una suspensión de hostilidades para enterrar los27

muertos y recoger los heridos, y de común acuerdo se fijó la población deSubachoque como punto neutral para que ambos contendientes pudieranestablecer sus hospitales. En el transcurso de esta tregua (29/IV/61) fuemuerto el general José María Obando, quien venía desde Ibagué con 400hombres y se dirigía -por la entrada Suroccidental de la Sabana- hacia lapoblación de La Mesa, donde por ordenes de Mosquera, debía unirse con600 conscriptos existentes allí y abrir otro frente por esa parte de la Sabana.Mosquera consideró que había habido una violación flagrante de lasuspensión de hostilidades acordada y juró vengar a Obando “según lasleyes del derecho de la guerra el día que cayesen en nuestro poder losasesinos”. (Mosquera).

El 3/VII/61, 15 días antes de la batalla decisiva por Bogotá, el expresidenteOspina y su hermano Pastor fueron apresados en La Mesa cuando huíancon dirección a Antioquia. Los Ospina fueron remitidos al cuartel generalde Mosquera, quien de inmediato los puso en capilla para fusilarlos “porhaber sido los que aconsejaron el quebrantamiento de la tregua [deSubachoque] para atacar y matar al general Obando; tal paso debíaproducir un efecto moral de trascendencia en Bogotá, que acaso diera porresultado la regularización de la guerra; [el amago de fusilar a los Ospinadebía indicar a los legitimista] la conveniencia de tratarnos comobeligerantes para evitar los horrores que traía una guerra irregular.[Quise así] iniciar la regularización de la guerra que el partidoconservador nos hacía, tratándonos como a bandidos y sacrificando porcentenares a los [rebeldes] que caían en su poder”.(Mosquera). El Generalen Jefe del ejército legitimista de la capital, "dispuso que condujeran a lacapilla de San Diego a [los liberales santandereanos presos en Bogotá], losque debían ser fusilados al oír la descarga en Chapinero. Esta medida no

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Bogotá ha sido tomada tres veces en su historia, dos de ellas durante guerras entre centralistas y federalistas;

la toma de la capital decidió en ambos casos el triunfo del bando federalista. El ejército con el que Mosquera

tomó Bogotá ascendía a unos 3.500 hombres; en ese momento la ciudad contaba con cerca de 60.000

habitantes, (40.079 en 1843, 84.723 en 1881).

se llevó a efecto [pues la intervención del Arzobispo y del cuerpodiplomático de Bogotá, disuadió a Mosquera de fusilar a los Ospina]; elpueblo [conservador] armado aguardaba la noticia de la muerte de donMariano para precipitarse sobre la cárcel, y después de acabar con lospresos seguir con los rojos de la ciudad".(Quijano Otero: 18-19).

Con Ospina en su poder, y unido a la fuerza que desde el nororiente delpaís trajo el general radical Santos Gutiérrez, Mosquera tomó la capitalluego de derrotar al ejército de la Confederación en la Batalla de SanDiego (16/VII/1861), que se libró en las afueras de Bogotá. Aunque la tomade la capital no significó todavía el triunfo de la rebelión, sí marcó un hitopolítico trascendental en el curso de la guerra; esta se alargó sin embargo28

todavía otro año y medio debido a las medidas anticlericales que tomó elnuevo gobierno cuando se creyó en poder de la victoria.

En Bogotá Mosquera se proclamó "Presidente Provisorio de los EstadosUnidos de la Nueva Granada". Hijo de la guerra, el nuevo gobiernopromulgó un conjunto de medidas revolucionarias que expresaban laconcepción política -regalista ilustrada- que animaba al viejo caudillocaucano, las cuales contaron con el apoyo entusiasta de los draconianos ycon la resignada aquiescencia de los radicales, pues para estos últimos sólosignificaban un innecesario fortalecimiento del intervencionismo de Estadoen el país. Estas medidas estaban dirigidos a debilitar el poder del clero y asubordinar la institución eclesiástica al poder civil, y tomaron por sorpresaincluso a los aliados liberales radicales de Mosquera.

Las medidas de Mosquera contra el clero, tomadas entre julio ynoviembre de 1861, fueron las siguientes: decreto de tuición del 20 dejulio (a los dos días de capturar Bogotá), por el cual el poder ejecutivonacional asumió la vigilancia y el control de los cultos existentes en el país:ningún sacerdote podría ejercer sus funciones sin la autorización delgobierno nacional o del de los estados. El 26 de julio expulsión de losjesuitas y ocupación de sus bienes. El 9 de septiembre, desamortizaciónde bienes de manos muertas. El 3 de noviembre prisión del ArzobispoHerrán. El 5 de noviembre disolución de todos los conventos, monasteriosy casas de religiosos de uno y otro sexo; los monjes y monjas exclaustradosdebían jurar obediencia al poder público, so pena de confinación oexpulsión del territorio nacional. (Restrepo: 403)

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En Cundinamarca surgieron en esta fase de la guerra guerrillas conservadoras en Guatavita, Güasca, Quipile,

Anolaima, La Mesa, Apulo, Cáqueza, Zipaquirá, Choachí, Sopó, Fómeque, el Hato, Checua y Fusagasugá.

Quijano Otero escribió en su “Diario” el 10/III/62: "Es ya una verdadera red de guerrillas la que envuelve

a Bogotá... impidiendo al mismo tiempo que Mosquera cargué todo su ejército contra Antioquia". (Quijano

Otero: 96).

Los decretos anticlericales le dieron un nuevo cariz a la guerra, la cualhabía sido hasta allí solo una confrontación entre federalistas y centralistas.Hasta ese momento ninguna acción o pronunciamiento de los rebeldeshacía pensar que la sublevación tuviera también un contenido anticlerical.Mosquera en un acto de audacia revolucionaria, o de imprudenciaaventurera, según se mire, arrojó con estas medidas nuevo combustible a laguerra, con resultados que lo sorprendieron a él mismo: el conflicto sereavivó y estuvo a punto de abogar la rebelión; el ospinismo recibió unnuevo aire cuando estaba ya prácticamente exánime.

A partir de ese momento surgieron por todo el país o se reavivaronguerrillas conservadoras, y en especial en el altiplano cundiboyacense-santandereano y en el Cauca -la zona geográfica sede de la “sociedadmayor” colombiana- surgieron de la nada nuevos ejércitos legitimistas, losque estuvieron a punto de derrotar la revolución. Leonardo Canal enSantander y Boyacá y Julio Arboleda en el Cauca, consiguieron organizarejércitos en territorios donde parecía haber cundido la resignación de laderrota tras la toma de Bogotá por Mosquera, ejércitos con los que pusieronen jaque a los defensores de la rebelión. La guerrilla conservadora deGüasca -"guerrilla de Cristo Rey"-, surgida casi en las goteras de la capitaly compuesta por más de mil hombres, asaltó y tomó por algunas horas aBogotá el 4 de febrero de 1862. Leonardo Canal consiguió también tomarla capital durante dos días (25 y 26 de febrero/62), y obligó a los defensoresde la rebelión a encerrarse en el convento -desamortizado- de San Agustín,y sostener un desesperado combate en espera de que las fuerzas deMosquera vinieran en su ayuda.29

Con un gran costo en sangre la reacción cristera logró ser finalmentedominada en el norte del país, más que todo por el hecho de que Canaldesistió de la guerra de guerrillas como estrategia principal y organizó lamayor parte de las guerrillas conservadoras del norte en un ejército que,tras desbordar a Mosquera en Tunja y luego de tomar brevemente a Bogotá,se dirigió raudo al sur-occidente del país en busca de las fuerzasconservadoras de Antioquia y de las de Julio Arboleda en el Cauca. Esteúltimo había podido entretanto dominar el teatro original de la rebelión -elCauca-, gracias a que a su llegada encontró también este estadoconmocionado por el feroz levantamiento cristero.

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La mayor parte de la fuerza de Canal se volatilizó al salir de Cundinamarca rumbo al Sur, y del poderoso

ejército con que atacó a Bogotá, Canal solo ingresó a Pasto apenas con un puñado de hombres. El guerrillero

conservador era ante todo un combatiente de horizontes provincianos, y su efectividad y voluntad de combate

se aminoraban cuando era obligado a engancharse en un ejército regular y salir de su territorio ancestral. En

este caso las deserciones se multiplicaban, y el ejército se desperdigaba.31

Bolsillo bien provisto, a raíz de la generosa suma de dinero que el Congreso le había hecho pagar ese mismo

año como indemnización por los bienes que le había expropiado el gobierno de José Hilario López por su

participación en la guerra civil de 1851.

La estrategia de Canal de conformar un gran ejército legitimista quedefiniera la suerte de la guerra en un encuentro de grandes masas se revelóinfructuosa, y el desprecio de este jefe, proveniente de la elite social delpaís, por las posibilidades de la guerra popular cristera decidió a la postre laderrota de la causa conservadora. Una bien articulada guerra de guerrillasconservadora habría producido un resultado muy distinto al que finalmentese dio, pero al escoger el jefe conservador enfrentar a Mosquera en elcampo donde este era más fuerte, la guerra regular, selló la derrota de lacausa legitimista. Sería la primera vez en la historia de Colombia en queuna incompetente dirección política y militar de la elite desaprovechara lasposibilidades de la guerra de guerrillas para decidir el curso de una guerracivil, único y paradójico caso en que la guerra popular se hacía era endefensa del gobierno legítimo. El precio de este monumental error de ladirección conservadora fue la pérdida de la guerra de 1860.30

+Julio Arboleda en el Cauca.Arboleda inició su participación en la guerra a finales de 1860. Hasta esemomento se encontraba radicado en París, bien acomodado en la Franciaconservadora y católica del pequeño Napoleón.

Ante el llamado de Ospina, Arboleda formó una expedición militar con laque reforzó la fuerza guajira con que Vieco había tomado a Santa Marta,expedición de la que hacían parte artilleros –mercenarios- franceses queArboleda pagaba de su bolsillo. Las fuerzas liberales de la Costa Atlántica31

sitiaron al jefe conservador en Santa Marta, y el 14 de diciembre de 1860 loobligaron a embarcarse hacía Panamá; luego de engrosar sus fuerzas conlas que le aportó el intendente nacional de hacienda en el Istmo, Arboledase dirigió al Cauca. Vía Tumaco y Túquerres llegó a Pasto -marzo de 1861-, y en este bastión del conservatismo neogranadino fortaleció aún más sudivisión e inició el avance hacia la capital del Cauca. Sin embargo laofensiva de Arboleda se estancó entre mayo y principios de agosto de 1861,y sólo se desbloqueó en el momento en que Mosquera comenzó a tomar susmedidas anticlericales en Bogotá.

Fortalecido con las guerrillas conservadoras que aparecieron en el Caucacomo resultado de esas medidas, y luego del combate exitoso de “Los

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"Los negros", la llamaban los conservadores.

Árboles” donde sus artilleros franceses le dieron la victoria, Arboleda tomóa Popayán el 10 de agosto de 1861, tres semanas después de que Mosqueratomara Bogotá. Con este logro militar Arboleda anuló parte de la ventajaque obtuvo Mosquera al tomar Bogotá, y todo hacía pensar que alapoderarse del Cauca había dejado al caudillo rebelde sin su retaguardiaestratégica. Sin embargo hasta allí llegaron los éxitos del jefe conservador.

La fuerza que llevó Mosquera del Cauca para tomar Bogotá no era toda la32

que apoyaba a la rebelión en el Cauca. Arboleda lo comprobó cuando envez de cruzar la cordillera y dirigirse a Bogotá en busca de Mosquera, tuvoque enfrascarse en una guerra de partidas con el guerrillero obandista JoséMaría Sánchez, dueño de las montañas de Timbío y Chiribío, vecinas dePopayán. Sánchez, crecido tras los fusilamientos que ordenó Arboleda enPopayán, logró reunir sus guerrillas con la columna de Eliseo Payán, jefeliberal del Valle, y envolvió a Arboleda, quien ante esta arremetida y la delos indígenas de la serranía del Guanacas -indios de "Tierra Adentro",descendientes de los Pijaos-, quienes también lo hostigaron sin tregua, nopudo recoger el fruto de sus éxitos iniciales.

En ese momento las fuerzas conservadoras de Antioquia se movieron –porfin- fuera de su territorio y llegaron a reforzar a Arboleda, pero ante laofensiva de los ejércitos rebeldes provenientes de Bogotá, uno al mando delgeneral Santos Gutiérrez, quien por el camino del Quindio se dirigió contraAntioquia, y el otro al mando de Mosquera, quien por el camino de Morasse dirigió sobre Popayán, los antioqueñas se separaron de Arboleda ycorrieron a defender sus montañas. En la última gran batalla de esta guerra,la de “Santa Bárbara” (septiembre 18/1862), cerca de Cartago, losantioqueños fueron derrotados por Santos Gutiérrez, casi al mismo tiempoque Mosquera ocupaba Popayán.

Arboleda, quien al separarse de los antioqueños había marchado al Sur,llegó hasta Tulcán, Ecuador, –frontera con Colombia–, donde el 31 de juliode 1862 enfrentó y derrotó al ejército de ese país, pues los ecuatorianos lehabían confiscado las armas y pertrechos que había ido a buscar hasta allí.En esta batalla Arboleda tomó prisionero al propio presidente del Ecuador,Gabriel García Moreno. Arboleda marchó de nuevo rumbo a Popayán, peroal tener noticia de la derrota de los antioqueños en la batalla de SantaBárbara y de la entrada de Mosquera a Popayán, contramarchó hacía Pastopara unirse con los restos de las fuerzas de Leonardo Canal, que seencontraban ya allí, y con el propósito de adentrarse en el Ecuador parareorganizar su ejército.

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El asesino fue el hijo de un campesino fusilado por Arboleda en la altiplanicie de Túquerres, a quien

Arboleda había hecho incendiar su casa y azolar su heredad. (Quijano Wallis: 110)

Julio Arboleda, el jefe del último ejército que le quedaba a la causalegitimista en el país, y el caudillo conservador de mayor prestigio en esemomento, fue emboscado en la montaña de Berruecos, camino a Pasto,(12/XI/1862), en un punto cercano al sitio donde en 1830 fue tambiénemboscado el Mariscal Sucre. Al morir Arboleda su ejército se desbandó.33

Con Arboleda murieron las últimas esperanzas del partido conservador, yaunque todavía Leonardo Canal se declaró en ejercicio del poder ejecutivoen Pasto, y señaló a esta ciudad como capital de la Confederación, suintento de reemplazar a Arboleda fue por completo infructuoso.

Perdida la guerra en el Sur con la desbandada del ejército de Arboleda ycon la conquista del Cauca y Antioquia por Mosquera y Santos Gutiérrez, yperdida también en el Norte con la derrota de las guerrillas de Santander–por Eustorgio Salgar- y la disolución de la guerrilla de Güasca en laSabana de Bogotá, luego de las noticias del descalabro de Antioquia enSanta Bárbara y del asesinato de Arboleda en Berruecos, quedó entoncesdefinitivamente sellada la victoria del bando rebelde en la guerra de 1860.

+LA GUERRA VISTA DE CERCA.

+El Estado Vs. el Estado en la guerra de 1860.En realidad la guerra de 1860 se libró entre una parte del Estado contraotra, y no entre un ejército de insurrectos contra el Estado. La coaliciónrebelde poseía desde el principio el gobierno de cuatro de los ocho estadosque componían la confederación: Bolívar, Magdalena, Santander y Cauca.El partido legitimista contaba con los recursos de dos estados,Cundinamarca y Boyacá; Antioquia fue verdaderamente beligerante solodespués de las medidas anticlericales de Mosquera, cuando ya loslegitimistas habían sido derrotados en Boyacá y Cundinamarca; Panamáfue neutral y se puede decir que en la práctica se mantuvo separado delresto del país durante la guerra.

El hecho de que los insurrectos gobernaran cuatro estados, significa que larebelión contó desde el principio con una porción significativa del territorionacional, con una base de recursos, puertos, vías y población muyimportante, y que no partió de cero en cuanto a organización política ymilitar pues la estructura burocrática y militar de los estados rebeldes–alcaldes, gobernadores, prefectos, empleados públicos, oficiales ysuboficiales de milicias, etc.- funcionó como la columna vertebral sobre laque se articuló toda la sublevación. En la guerra de 1860 los recursos deuna parte del Estado se utilizaron para derrotar a otra parte del Estado. El

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bando insurrecto contó desde el principio con más apoyo estatal del que hatenido ningún sector rebelde en cualquier otra guerra civil en la historia deColombia.

La guerra de 1860 representó una victoria de los poderes -estados-regionales sobre el poder -Estado- nacional, y abrió un ciclo en el quelos primeros se impusieron al segundo. Esta guerra reprodujo doselementos centrales de la “Guerra de los Supremos” (regiones sublevadas,y gobiernos regionales como base de la rebelión), pero logró superar elmayor obstáculo que impidió en aquella oportunidad el triunfo del bandoinsurgente (falta de unidad en la dirección de la contienda). Veamos: 1. Lasregiones sublevadas fueron prácticamente las mismas en las dos guerras(Cauca, Santander y Costa Atlántica), con la diferencia de que en cada unade estas regiones se encontraban reunidas en 1860 varias de las antiguasprovincias dispersas, y que esta reunión –en los estados federados- potencióla fuerza de aquellas viejas provincias rebeldes, (la excepción fue Pasto,que en 1860 fue bastión del legitimismo). 2. El eje de la rebelión estuvoasentado en las estructuras regionales del Estado, con la diferencia de queen la Guerra de los Supremos esas estructuras eran de tipo provincial,mientras que en la de 1860 eran de tipo estatal; sin embargo en amboscasos fue el tren político, financiero, burocrático y militar de las estructurasregionales del Estado el que sirvió de base a la rebelión. Los presidentes decuatro de los ocho estados federados estuvieron al frente de la rebelión 3.El bando insurgente consiguió estructurar un mando único durante laguerra de 1860, y ello le permitió contar con una dirección coherente de losrecursos políticos y militares de la rebelión, elemento decisivo a la hora deltriunfo final. Mosquera fue acatado como “Supremo Director de la Guerra”por los cuatro gobernadores rebeldes; y tuvo también el apoyo de losexpresidentes de la república Obando y López, y la neutralidad delexpresidente Herrán y de su hermano el Arzobispo.

Los legitimistas no contaron con un caudillo militar y político de losquilates del que tenían los rebeldes, y además se quedaron sin presidentetitular el 31 de marzo de 1861, día en que terminó el período presidencialde Ospina y este entregó el cargo al procurador Calvo, pues el presidente“electo”, Julio Arboleda, estaba lejos de Bogotá y sin posibilidades deunirse al principal ejército del legitimismo. En el momento en que seagudizó la falta de unidad de mando de las fuerzas legitimistas, y cuando elexpresidente Ospina era prisionero de Mosquera, fue que este último pudotomar a Bogotá, lo cual redundó en un aumento del prestigio de los jefes dela rebelión y en el fortalecimiento de la unidad de mando dentro de lasfuerzas rebeldes. Para ese momento ya no existía un gobierno legitimista,pues el Congreso había terminado el período para el que había sido elegido

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y la guerra impedía designar uno nuevo, los magistrados de la CorteSuprema de Justicia habían huido o habían sido apresados, y la legitimidadde Arboleda como titular del ejecutivo no solo era precaria por la forma enque se hizo su “elección”, sino que era además nula por su imposibilidad deacceder al poder con las formalidades de ley y por su incapacidad parahacerse reconocer por lo menos por las regiones legitimistas másimportantes (Antioquia y el altiplano cundiboyacense). Desde la toma deBogotá por Mosquera los legitimistas lucharon por una legitimidad quepersonificaba de manera muy precaria Arboleda, y que desapareció cuandoeste fue asesinado; a partir de ese momento dejó de existir de maneraformal y real la causa legitimista, y ello produjo la desbandada de lasfuerzas conservadoras.

+Financiación de la guerra.Si los recursos económicos son vitales para ganar las guerras, es un hechoque la coalición rebelde contó con los más seguros y abundantes queexistían entonces, mientras que el gobierno legitimista afrontó la guerra encondiciones financieras desventajosas respecto a su adversario. Esta fueotra de las causas del triunfo rebelde en la guerra.

Las aduanas proveían en ese entonces al Estado neogranadino de suprincipal ingreso fiscal. y todas las aduanas del país se encontraban enterritorio rebelde desde el principio de la guerra, por lo que los sublevadospudieron contar con una fuente de recursos segura y constante parafinanciar la revolución. Los insurgentes continuaron durante la guerra elpago de la deuda externa del país con los ingresos de las aduanas, y conello se captaron la benevolencia o la neutralidad de los cónsules y de susgobiernos respecto a la causa revolucionaria. (Arboleda: 538-539). Lassalinas de Zipaquirá constituían el segundo ingreso fiscal del Estadoneogranadino, y estas cayeron en manos rebeldes poco antes de la toma deBogotá por Mosquera, por lo que los legitimistas quedaron reducidos desdeese momento solo al apoyo pecuniario de sus parciales, y a los empréstitosforzosos.

El dinero en metálico que rentaban los bienes desamortizados pasó aengrosar las finanzas del gobierno rebelde desde el mismo momento en quese declaró la desamortización, y aunque el remate de estos bienes se realizóprincipalmente después de la guerra, la seguridad de que con ellos sepodrían cubrir las deudas contraídas durante la contienda abrió fuentes derecursos internos y externos que hasta allí habían sido esquivas para elbando rebelde.

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El monopolio de la venta de carne y sal en territorio rebelde fue convertidopor el bando revolucionario en otra fuente abundante de metálico. En suterritorio los rebeldes prohibieron a los particulares el expendio de carne yel comercio de ganado, y autorizaron a los alcaldes a expropiar a losenemigos todo el ganado que se requiriera para abastecer la demanda diariade carne de la población. Mosquera decretó: “Cuando en el día no alcancea venderse la carne de las reses que se hayan degollado, se salará, y alvenderse así se aumentará su precio en proporción al valor de la salinvertida.”. (Arboleda: 493-494). Mosquera demoró la aplicación de estamedida en la Sabana de Bogotá, pero luego de los ataques de la guerrilla deGüasca y del ejército de Canal a Bogotá, también allí la aplicó: "Ayer[marzo 22/62] se notificó a los dueños de ganados en la Sabana el decretoestableciendo carnicerías oficiales; esto es la ruina de la Sabana".(Quijano Otero: 102).

Ambos bandos acudieron a los empréstitos forzosos (hoy “vacunas”), loscuales recaían sobre los individuos adinerados del bando contrario; quienno pagaba era encarcelado (hoy es secuestrado). El 31/VII/61, para "nollevar más tiempo la vida de escondite", los 80 jóvenes conservadores de laelite bogotana que habían integrado la derrotada compañía “Unión” delejército legitimista, pagaron el "empréstito” y se comprometieron cada unocon otra cantidad el doble de la que pagaron, como "fianza” para garantizarque no tomarían de nuevo las armas contra el gobierno de Mosquera.(Quijano Otero: 29).

Mosquera reunió el 18/VI/62 en el cabildo de Bogotá a todos losconservadores adinerados de la capital, y les ofreció terminar la guerra en60 días, pero que para ello necesitaba que en 24 horas le hicieran unempréstito “voluntario” de $100.000 con los que podría adelantar lacampaña de Antioquia. 37 conservadores presentes ofrecieron $30.000. 55liberales adinerados que se reunieron al día siguiente ofrecieron $8.300.Mosquera ordenó que el empréstito se hiciera efectivo en una cantidadigual tanto a sus partidarios como a los enemigos. Al día siguiente unagente de la policía notificó a los liberales las cantidades que Mosquera lesasignó. "Todos estaban furiosos; algunos que tienen un capital de$100.000 o más, y que tuvieron la insolencia de ofrecer $100 o $200, hansaltado hoy por que les exigieron $500". Cinco semanas después:"[Mosquera] ha dado un decreto ordenando que todo individuo de 15 a 60años se aliste... ¿será alguna nueva batalla de la trampa que prepara, ytodo se reducirá a sacar los $20 a cada cual?”. (Al otro día:) “Sucedió loque creíamos, que la medida era puramente rentística y que dejaron salir atodo el que ofreció sus 20 fuertes, (a los demás) el plan que han formado

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consiste en aburrirlos hasta que consignen el dinero". (Quijano Otero:118-122, 135-137)

En una requisa al equipaje del conservador Cornelio Borda, miembro deuna de las familias más prestantes de la capital, quien iba camino haciaAntioquia, se encontraron en Honda, Tolima, el 20/VI/62 todos losutensilios requeridos para fabricar monedas de oro y plata falsas, así comoalgunas monedas ya fabricadas. ¿El gobierno de Ospina se había valido deestos utensilios para solventar su carencia de metálico debida a la pérdidade las aduanas desde el principio de la guerra? ¿Con ellos había financiadola guerrilla de Güasca y demás fuerzas irregulares conservadores deCundinamarca, Boyacá y Santander? Ahora, cuando la causa legitimistaestaba ya derrotada en esos tres estados, ¿se destinaban a sostener la causaconservadora en Antioquia y Cauca? (Quijano Otero: 123-124).

+La toma de Bogotá por Mosquera. En mayo de 1861 las fuerzas de Mosquera y Santos Gutiérrez se reunieronen la Sabana, y pronto llegaron hasta Usaquén, a 10 kilómetros de Bogotá.El 12 de junio, en el sitio de El Chicó, las tropas de Santos Gutiérrezsufrieron un revés en una escaramuza con las fuerzas del Gobierno. Estesuceso fue desmesuradamente amplificado a través de las versiones que sellevaron a Bogotá, de suerte que la información que llegó a oídos de losconservadores capitalinos hablaba del colapso inminente de la revolución yde su derrota irremediable. Fue así como, sin verificar la información, losconservadores de Bogotá organizaron en pocas horas un verdadero carnavalpara celebrar lo que consideraban el hundimiento definitivo de Mosquera.

Cronistas como Cordovéz Moure y Ángel Cuervo narran el episodio delagotamiento de cordeles, lazos y cabuyas en el comercio capitalino,elementos que los conservadores se apresuraron a comprar en gran cantidadpara amarrar a los cautivos del ejército de Mosquera, incluido él mismo,que esperaban muy pronto desfilarían por las calles bogotanas en medio dela execración popular, igual que los prisioneros bárbaros en los triunfosromanos. Adelante marcharían las tropas gobiernistas victoriosas en mediode los aplausos y la lluvia de flores, detrás de los vencedores vendría lareata de cautivos encabezados por Mosquera y Santos Gutiérrez recibiendo,en contraste, los ultrajes y vituperios de la muchedumbre goda.

Hubo festejos anticipados, fiestas y fuegos artificiales. Hombres y mujeresdel partido legitimista, de todos los niveles sociales, vistieron sus mejoresgalas preparados para tributar un grandioso homenaje a los defensores de lalegitimidad y para darse el gusto de ver a Mosquera atado como una fiera,escarnecido y humillado a lo largo de las principales vías capitalinas. A

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continuación multitud de conservadores marcharon al cercano frente debatalla con sus lazos al hombro para ayudar personalmente a amarrar aMosquera y a sus “negros”.

Como era de esperarse, la euforia descontrolada resultó ser la perdición delbando gobiernista, pues el ejército conservador tomó el entusiasmo de susparciales por prueba inequívoca de que las huestes rebeldes se hallaban yaaniquiladas, y en consecuencia, sin poder resistir la presión de la multitudque había invadido su campo, se precipitó a un ataque desafortunado quechocó con un ejército mosquerista dispuesto y bien atrincherado. Fue ese elmomento del desastre del ejército legitimista, el cual se replegó hasta SanDiego donde opuso la última resistencia el 18 de julio de 1861. Ese mismodía hizo su entrada a Bogotá el general Mosquera, no atado al caballo delvencedor como en la antigua Roma, sino vencedor él mismo. La toma de lacapital decidió prácticamente la suerte de la guerra en favor de las fuerzasrebeldes.

+Banderas de la guerra.Para ampliar su base de apoyo, los contendores no se presentaron comoliberales o conservadores, sino como “legitimistas” y “federalistas”.Mosquera en ningún momento se proclamó como miembro del partidoliberal. Desde La Plata, el 22/XI/60, y luego desde Neiva, el 8/XII/1860,llamó a "que se convoque una convención que... restablezca la constituciónfederal en todo su vigor y sostenga la soberanía los estados". DesdePurificación, Tolima, ofreció en una proclama no plegar las banderas “delCauca” hasta que hubiera restituido “la libertad a Santander”. Mosquerano combatía por el liberalismo, sino en defensa de la soberanía del Cauca.(Arboleda: 498). En su informe a la Convención de Rionegro dijo que larebelión era porque Ospina, “se empeñaba en interrumpir la marcha delprogreso, a fin de reemplazar en N. Granada las instituciones liberales conel imperio del fanatismo, bajo la influencia de los jesuitas”; allí también serefiere a su bando con el nombre de “los patriotas”, “los federalistas”, “losdefensores de la constitución”.

Por su parte el general legitimista París afirmó en una proclama: "No setrata de una lucha de partidos, tratase de la defensa de cuanto hay desagrado en la sociedad: instituciones, hogares, honor". El conservadorLeonardo Canal dijo por su parte en otra proclama, tras la toma de Bogotápor Mosquera: "No es una cuestión de bandera lo que se agita hoy en larepública. Os llamo... a rodear el estandarte de la Confederación”.

Todavía en febrero-marzo de 1861, a los ocho meses de haber empezado laguerra, los senadores conservadores apremiaban –infructuosamente- a los

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Mosquera, cuatro años después, con la oposición también de algunas figuras del partido radical, proclamó

para todo el país, casi copiado a la letra, el proyecto de desamortización que Vicente Herrera defendió en

Santander en 1857.

senadores liberales presentes en Bogotá (Rafael Núñez, Manuel MurilloToro, Victoriano de D. Paredes) para que asistieran a las sesiones delSenado, pues sin ellos no era posible conseguir el quórum requerido paraproclamar a Julio Arboleda presidente de la república. (Cuervo:61-62). Siel enfrentamiento se hubiera asumido como de liberales Vs. conservadores,los congresistas liberales habrían sido apresados por lo menos desde mayoo junio de de 1860. Los conservadores se presentaron como abanderados de la religión despuésde las medidas anticlericales de Mosquera. Entonces -no antes-, MarcelianoVélez, el gobernador de Antioquia, afirmó: "La causa porque lidiamoscomprende nuestra religión, nuestra propiedad". (Quijano Otero: 127-130).

+Después de la toma rebelde de Bogotá fue que hubo banderas dereligión en la guerra.Las leyes gólgotas de libertad de educación (1850) y separación Estado-Iglesia (1853), NO fueron derogadas por la constitución de 1858 ni por losCongresos –de mayoría conservadora- de 1859 y 1860, por lo que losgólgotas consideraron que la vigencia de estas leyes mantenía intactas susconquistas en el campo de la secularización del Estado y de la sociedad. Espor ello que entre las banderas iniciales de la rebelión no figuró ningunasobre las relaciones Estado-Iglesia-Sociedad.

En los tres estados dominados por los liberales antes de la guerra no setomó -1857 a 1861- ninguna medida contra el clero. En Santander, elestado vitrina de las reformas radicales, la mayoría liberal de la convenciónconstituyente de 1857 rechazó el proyecto del diputado Vicente Herrera dedeclarar propiedad del estado los bienes de manos muertas de todas lascorporaciones civiles y eclesiásticas. La constituyente de Santander negóeste proyecto de Desamortización de Bienes de Manos Muertas por 16votos contra 13; 10 diputados liberales, además de los 6 conservadorespresentes en la asamblea, hundieron el proyecto. La ortodoxia liberal de losradicales que votaron en contra los hizo rechazar esta medida porque sólovieron en ella una abusiva intervención del Estado en la economía. (Church: 79-80).34

Prueba de que no existieron banderas de religión en la primera parte de laguerra es el hecho de que el obispo de Popayán, Dr. Pedro Antonio Torres,

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52.000 pesos en oro, en una época en que una vaca valía 15 pesos. (Quijano Wallis: 70-71).36

Desde el bando legitimista, Cuervo narra por su parte como antes de una batalla, “formados algunos

batallones ya para marchar sobre el enemigo, se puso sobre una piedra un padre franciscano, alto, de

fisonomía ascética, un crucifijo de bronce en la mano, y con voz seca nos exhortó a combatir hasta triunfar”.

(Cuervo: 82).37

Ver: Anales Masónicos del Gran Oriente Central Colombiano, Nº 9, Vol. I, Bogotá, 20/IX/1866, p. 1.

apoyó a Mosquera con una importante suma en metálico, con la cual el35

caudillo caucano dio inicio a la rebelión. Luego de que Mosquera promulgósus medidas contra el clero –julio a noviembre de 1861-, el obispo Torreslo continuó apoyando; y no fue el único eclesiástico en actuar así. Larebelión de Mosquera también fue apoyada por los sacerdotes caucanos,“Dr. Sarmiento, el padre Sandoval, varios otros clérigos y canónigos yprincipalmente por el Dr. Manuel María Alais, quien celebró el tratadorevolucionario de Mosquera con Nieto y llegó a ejercer la gobernación delestado del Cauca como Primer Designado durante la ausencia deMosquera. Creo recordar haberlo visto pasar una revista militar en laplaza de Popayán a un cuerpo de ejército recientemente formado, sindespojarse de sus vestiduras sacerdotales". (Quijano Wallis: 69)36

Estos eclesiásticos actuaron todos movidos por las mismas razones. En elcaso del Obispo Torres, además de pariente y amigo de Mosquera, teníamotivos para considerase en deuda con el caudillo caucano, pues la mitra laobtuvo en gran medida gracias a su apoyo. Ahora se le presentó laoportunidad de demostrar su agradecimiento. Las solidaridades con losparientes, amigos, compadres, y paisanos eran sagradas para losneogranadinos de entonces, y las consideraban más importantes que laslealtades con las instituciones y con las ideologías. Esta misma razón fue laque produjo el alzamiento popular más difícil de vencer para Mosqueradespués de la toma de Bogotá, el de la guerrilla de Güasca, pueblocundinamarqués que se levantó en masa contra Mosquera cuando estedesterró al Arzobispo Herrán, pero también por el hecho de que habíaapresado a Ospina Rodríguez, quien era natural de Güasca.

Prueba adicional de que no existieron banderas de religión en la primeraparte –primer año- de la guerra de 1860, es el hecho de que el comandanteen jefe del ejército de la Confederación, el general Ramón Espina, elmismo a quien Mosquera derrotó al tomar Bogotá, era un destacado jefe dela masonería neogranadina y fundador de la logia “Propagadores de la Luz”Nº1. Espina, gran maestre de la logia, no se habría opuesto al bando37

rebelde de haber sabido que este agitaba banderas anticlericales, y conmayor razón Ospina Rodríguez se habría abstenido de nombrar General enJefe de su ejército a un masón, de haber sabido que enfrentaba una rebeliónde tipo anticlerical. Mosquera comenzó a tomar medidas contra el clero

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cuando consideró que estaba ya asegurada la victoria de la rebelión -después de la toma de Bogotá-. Estas medidas tomaron por sorpresa inclusoa sus aliados liberales radicales, con quienes Mosquera coincidía en labúsqueda de la soberanía absoluta de los estados, pero no en la políticaIglesia-Estado. +La guerra asume un carácter cristero luego de las medidas deMosquera contra el clero.Las medidas de Mosquera contra el clero dieron nuevo aire y banderas a laguerra y al bando legitimista. Por órdenes de Mosquera, el ArzobispoHerrán salió de Bogotá el 8/XI/1861 rumbo al destierro. Dos días despuéscomenzó el alzamiento de los pobladores de Guatavita, y en los díassiguientes el de los de de Güasca, Sesquilé, Sopó y demás pueblos aledañosa Bogotá, todos los cuales pasaron a conformar la guerrilla de Güasca, quellegó a contar con más de mil hombres. (Quijano Otero: 52). A los tres díasde iniciado este levantamiento fue muerto en combate el cura de Sopó,quien hacía parte de la guerrilla de Güasca. Los güascas constituyeron unafuerza militar indomable en las goteras de Bogotá, ciudad que en dosoportunidades atacaron.

+Negociaciones en medio del conflicto.Antes de la toma de Bogotá, Mosquera hizo repetidos intentos por darleuna solución negociada a la guerra. Antes de la batalla de Segovia, lepropuso una esponsión al general París, jefe del ejército legitimista, la cualeste rechazó. El 8/XII/1860, desde Neiva, Mosquera llamó a los jefes delpartido contrario a "un avenimiento... y que se convoque una Convenciónque reconstituya el país libremente”. (Arboleda: 498). Once días antes detomar Bogotá, Mosquera propuso "una capitulación basada en elreconocimiento de ambos beligerantes como en guerra civil, y la reuniónde un Congreso de Plenipotenciarios de los estados que convoque laConvención que haya de reconstituir el país". Cuatro días antes de tomarBogotá, Mosquera repitió esta propuesta. (Quijano Otero: 12, 19). Luego dela toma de Bogotá, quienes hicieron propuestas de negociación fueron loslegitimistas, pero entonces fue Mosquera quien puso oídos sordos.("Boletín Oficial", (Bogotá), 17/XI/61. Ver también: Quijano Otero: 127).

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+Heridos y prisioneros de guerra.Antes de la batalla de Manizales, los ejércitos de Antioquia y Caucaacordaron un “Tratado de regularización de la guerra”: “1. La guerra sehará conforme a los principios del derecho de gentes; 2. No se derramarámás sangre que la que haya en el momento del combate sin permitir... quese ejecuten actos de atrocidad y muertes en individuos rendidos;... ; 4. Alos prisioneros de guerra, si pertenecen a la clase de jefes y oficiales se lesdará su pasaporte para donde lo exijan siempre que ofrezcan bajo palabrade honor no volver a tomar las armas, y si pertenecen a la clase de tropase les pondrá en libertad para que regresen a sus casas; 5. Los enemigosheridos que queden en el campo... serán curados y atendidos como siperteneciesen al propio ejército.”(Arboleda: 430) En cumplimiento de estetratado, Mosquera ordenó a su artillería no hacer uso de granadasasfixiantes en esa batalla. En su informe a la Convención de Rionegro, fuereiterativo en afirmar que su ejército siempre obró “conforme al derecho degentes y de la guerra”.

Pese a ello, y a que Mosquera afirmó que en la batalla de Segovia, “nadieha muerto fuera del campo de batalla", sin embargo, según el parte delgeneral París, los mosqueristas asesinaron prisioneros "en no pocos casos".Según Arboleda, varios oficiales y soldados apresados por los mosqueristasen Segovia fueron luego asesinados.(Arboleda: 485, 488). Según Cuervo,en esta batalla, Mosquera "dio rienda suelta a las pasiones de los[indígenas] de Tierradentro que lo acompañaban, y que mancharon concrueldades la victoria... horripila lo que refiere don José María Mallarinosobre el asesinato del senador conservador don Rufino Vega, con quiendespués de hechos prisioneros había sido amarrado".(Cuervo: 16).

+Trato a oficiales presos en combate.A los 17 oficiales legitimistas apresados en la batalla de Segovia, Mosquerales dio a escoger entre unirse a la rebelión, permanecer prisioneros o quedaren libertad; a estos últimos solo les exigió su palabra de que no tomarían denuevo las armas hasta no ser canjeados por algún oficial rebelde en similarsituación.(Arboleda: 498) Quien faltara a su palabra sería fusilado en elmomento en que fuera apresado de nuevo.(Quijano Otero: 55)

Tras la toma de Bogotá por Mosquera los oficiales del ejército legitimistase refugiaron en la legación británica, donde se les concedió asilo. Esemismo día salieron en su mayoría pues sus amigos liberales de la capitalllegaron a “ofrecerles protección". Mosquera los dejó salir luego de quebajo palabra de honor se comprometieron a no hostilizar militarmente alnuevo gobierno. Pocos días después tuvieron que pagar un empréstitoforzoso en favor del gobierno rebelde y comprometer una fianza y un

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fiador, como garantía de que no tomarían las armas de nuevo. Enfebrero/1862 Mosquera insistió en que estos oficiales se engancharan en elejército rebelde; el general Posada Gutiérrez quien se negó a hacerlo fueapresado, dos coroneles que también se negaron fueron incorporados encalidad de soldados rasos, otros dos coroneles aceptaron incorporarse“voluntariamente”; a los generales Espina y Briceño se les permitiócontinuar inactivos. Luego del asalto de Canal a Bogotá se ordenó quetodos los que habían ofrecido fianza se presentaran al Jefe Municipal; sepudo constatar entonces que el temor a perder el dinero ofrecido en fianzahabía impedido que la mayoría se uniera a las filas de Canal. A un tío deQuijano Otero se le expropiaron 290 reses de su finca en la Sabana deBogotá para cubrir la fianza de José María Vargas, quien si se fue conCanal. (Quijano Otero: 26, 46, 75, 92-94)

+Las "cortesanas galanterías”. La guerra entre la elite.En la batalla de Segovia, una avanzada legitimista encontró en la tienda decampaña de Mosquera sus gafas, "sin las cuales le habría sido imposibledirigir la batalla. [El general] París envió un soldado con bandera blancaa devolver a Mosquera sus gafas con un recado galante"(Arboleda: 486).En la campaña de Cundinamarca, Mosquera devolvió la galantería: enChaguaní fue apresado el capitán Vicente París, hijo del general París, aquien Mosquera ordenó soltar sin exigirle fianza ni palabra de honor yconcediéndole total libertad para volver a ocupar su puesto en el ejércitolegitimista. (Cuervo: 37-38).

Al día siguiente de la batalla de “El Oratorio”, los oficiales liberalesprisioneros recibieron la visita de “dos sirvientes que, en ricas bandejas,traían un abundante almuerzo que el [jefe enemigo] tuvo la galantería de[enviar y que incluía] dos botellas de champaña”. A pocos metros de ahílos soldados santandereanos heridos, “hacinados... en vano pedían un vasode agua para calmar su ardiente sed”.(Parra: 223-224).

“Amalia” era el nombre de uno de los batallones del ejército del Cauca, notanto porque así se llamara la hija de Mosquera, esposa del general Herrán,sino sobre todo por esto último, pues difícilmente Herrán habría aceptadodirigir un ejército legitimista que tuviera que combatir contra un batallónque llevaba el nombre de su esposa.

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Quijano Wallis, aún niño, presenció esta ejecución, “porque el Sr. Luna, director de la escuela primaria

anexa al colegio-seminario, nos obligó a todos los niños a que concurriéramos a presenciar la ejecución con

el objeto de que nos inspirase temor contra las tendencias disociadoras y anticatólicas de los rojos que iban

a purgar sus crímenes y sus malos sentimientos en el patíbulo”.(Quijano Wallis: 97).

+Trato a presos políticos.Mosquera afirmó el 8/XII/60 que los presos políticos que tenía en su podereran para ser canjeados por los dirigentes santandereanos encerrados en lascárceles de Bogotá.(Arboleda: 499). Sin embargo, cuando se fugaban estosúltimos de su prisión (7/III/61), varios fueron masacrados a mansalva porlas tropas legitimistas.

+La guerra a muerte. Represalias y ajusticiamientos.Al otro día de la toma de Bogotá, Mosquera hizo fusilar al Dr. Aguilar, aAmbrosio Hernández y a Plácido Morales. Hernández estaba acusado dehaber alanceado con sevicia al general Obando en Cruzverde, y Aguilar yMorales de haber dirigido la masacre de los presos liberales fugados enBogotá el 7 de marzo anterior. En retaliación por estas ejecuciones,Arboleda hizo fusilar en Popayán a tres rebeldes y anunció que "enadelante arrancará diente por diente y ojo por ojo". Mosquera anunció quetomaría represalias con los oficiales de Arboleda que cayeran en su poder.Sin embargo fue Arboleda el más concienzudo en fusilar mosqueristas:veintidós -22- rebeldes fueron fusilados a los pocos días en Popayán.38

Poco después hizo ahorcar en Piendamó a 7 indígenas de Tierradentro. Esteahorcamiento llevó a Mosquera a publicar una alocución en la cual"entregó a la execración pública al tirano del Cauca -Arboleda- por elatentado horroroso, increíble en el siglo XIX de ahorcar algunos indios, ydejarlos en las horcas, impidiendo que se les diera sepultura".(QuijanoOtero: 47,49, 58, 138; Quijano Wallis: 100).

El 14/I/62 fue apresado en la vía de Bogotá a Güasca un posta que conducíamunición para la guerrilla conservadora. Luego de cien palazos, y ante laamenaza de otros cien, delató a la persona que enviaba la munición.(Quijano Otero: 66) Guerrilleros conservadores ocuparon el 28/V/62 aFómeque (Cundinamarca) y apresaron a la guarnición de 40 hombres, aquienes "pusieron en capilla... para hacer con ellos lo mismo que hicieraSántos Acosta con Carlos Ibáñez y N. Nieto, a quienes piensa fusilar enZipaquirá". Junio 4/62: "hoy fue fusilado Carlos Ibáñez” en Bogotá pororden de Mosquera, (¿por haber faltado a su palabra de no volver a tomarlas armas?).(Quijano Otero: 117-118)

En ambos bandos indefectiblemente eran ajusticiados los jefes guerrilleroscapturados. Así por ejemplo, al principio de la guerra fue fusilado enBucaramanga el guerrillero liberal Lázaro Castillo. (Arboleda: 561).

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"Boletín Oficial”, (Bogotá), 17/XI/61.40

"El Cundinamarques", (Bogotá), 16/I/62. Ver también: Quijano Otero: 56,66.

También en Santander, pero ya a fines de la guerra, el radical "EustorgioSalgar había batido las guerrillas en Santander, para lo cual tenía perfectoderecho, ya que no lo tuvo para fusilar a los rendidos, como lo hizo". Enagosto/63, ya concluida la guerra y a pesar de que la nueva constituciónprohibía la pena de muerte, "tres días después de su publicación fuefusilado en el camino de Zipaquirá a Nemocón Mónico Mendieta, segundode Carranza (jefe de la guerrilla de Güasca), a quien habían aprehendido.¡Viva la Constitución liberal!”(Quijano Otero: 138, 158-159)

+Anuncios de guerra social y guerra terrorista.El dirigente radical Aníbal Galindo anunció la disposición de los rebeldes adecretar la revolución social contra sus enemigos: "que lo entiendan de unavez los propietarios de la Sabana: habrá necesidad de despojar deldominio del suelo a los que no acepten la República, y transferir suspropiedades a los que se inutilicen en el servicio". Galindo emitió un39

decreto en que determinó que los atentados contra los miembros de lasFuerzas Armadas, agentes del gobierno o personas adictas a la causarebelde, darían lugar a que se ocuparan y destinaran para los gastos de laguerra las propiedades de los agresores, a que todos los hombres de lospueblos hostiles fueran reclutados en masa para el ejército y a que lasmujeres fueran enviadas a poblar los desiertos del bajo Magdalena.40

+Pillajes y saqueos.Durante la toma de Bogotá por el ejército mosquerista, fueron saqueadaslas casas de varios conservadores notables, "sin embargo, es preciso hacerla justicia de que no han sido los soldados vencedores los que se hanentregado a estos excesos; ha sido esa turba de cobardes que nunca falta,esos que esperan a que alguno triunfe para decidirse y ponerse la divisa delos triunfantes, y a la sombra de ella entregarse a todo género de excesos".(Quijano Otero: 26-27).

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Entre los santandereanos apresados en “El Oratorio”, 300 eran soldados, 60 oficiales y suboficiales regulares

y 75 “clérigos sueltos”. (Pérez: 418-421).

+Desplazados. Paramilitares.Como la guerrilla de Güasca no podía ser desalojada del territorio donde seencontraba, el gobernador mosquerista de Cundinamarca emitió el 13/II/62un decreto por el cual ordenó que toda la población de los siete pueblosubicados entre Usaquen y Güasca, que ocupaban una extensión 100 kms2 yque eran el teatro de operaciones principal de la guerrilla, desocupara elterritorio y se trasladara a la banda occidental del río Bogotá, lo cualprodujo 40 mil desplazados. Mosquera emitió al día siguiente otro decretopor el cual autorizó a todo el que quisiera organizar una guerrilla endefensa del gobierno rebelde, para sostenerse con los bienes de losenemigos, de lo cual no se le pediría cuenta. Estas partidas se llamarían"corsarios de tierra", y contarían con una "patente de corzo". (QuijanoOtero: 82-83).

+Los combatientes.Los oficiales, suboficiales y soldados que se enganchaban voluntariamenteen los ejércitos formaban “los cuadros”, y constituían la base de lasdistintas fuerzas contendientes (“dejar el ejército en cuadros”). De losoficiales hacían parte los “clérigos sueltos”, que eran individuos de la eliteque no adquirían compromisos estables con los ejércitos, ni asumían elmando de ninguna unidad; se enganchaban por determinados períodos yabandonaban las fuerzas cuando querían.41

Gran parte de los soldados eran reclutas forzados. Apenas Arboleda tomóPopayán, en Agosto/61, fortaleció su ejército “con todos los hombres útilesde la región”. (Quijano Wallis: 96). Estos ejércitos de combatientesforzados tenían sus riesgos; uno de ellos era que se sublevaran y huyeranluego de saquear las regiones amigas, como le ocurrió a Obando en elTambo cuando aumentaba las tropas del Cauca con reclutasforzosos.(Arboleda: 494). Cuando las deserciones eran masivas, lo cualocurría después de una derrota o en el transcurso de una retirada, nada sepodía hacer; sin embargo cuando eran pocas o graneadas, se recurría alfusilamiento de los desertores, para “moralizar” los ejércitos. (Cuervo: 55-56).

Los 365 soldados rasos del ejército legitimista que apresó Mosquera en labatalla de Segovia fueron incorporados todos como "voluntarios” en elejército del Cauca. Igual ocurrió con los soldados del ejército de laconfederación apresados en Bogotá. Todos los soldados santandereanosapresados en la batalla de “El Oratorio” fueron incorporados como reclutasforzosos en el ejército de Ospina. (Arboleda: 484)

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“Boletín Oficial”. (Mompóx), 26/VIII/1859.

Ambos bandos utilizaron con frecuencia presidiarios para formar oengrosar unidades de combate. En algunos casos como reclutas forzosos, yen otros tras conmutarles la cárcel por el servicio militar. “El mediobatallón Restaurador, compuesto de presidiarios,...“.(Cuervo:83);“Márquez...en Santa Rosa de Viterbo... marchó con el presidio que habíaallí, la guardia que lo custodiaba y el parque, y se fue para Santander atoque de rebelión”.(Pérez: 164) “Para tripular los bongos de guerra,habíanse sacado del presidio reos famosos, perdonándoseles suscrímenes...”.42

Con regularidad se proclamaba la leva en masa. El 19/I/62 se ordenó enBogotá que TODOS los hombres mayores de 16 años se presentaran aalistarse en la alcaldía, y que quienes no lo hicieran serían consideradoscomo enemigos. Los que confesaron su filiación conservadora fueronreclutados de inmediato, junto con algunos liberales, aunque losconservadores de la elite fueron liberados ese mismo día tras laintervención de sus amigos liberales. En uno de los amagos de ataque aBogotá por las guerrillas conservadores, el 13/III/62, "las patrullasreclutaron a todo el que encontraron por la calle".(Quijano Otero:69,70,74, 98).

Las milicias eran cuerpos irregulares que podían ser convocados por lasautoridades en cualquier momento como auxiliares de los ejércitos de línea.Estaban constituidas por individuos de la elite que no querían engancharsecomo combatientes regulares ni como “clérigos sueltos”. Por lo general losintegrantes de las milicias eran dueños de sus propias armas, y concurríancon ellas cuando eran convocados a filas. La compañía “Unión”, de lasmilicias de Bogotá, estaba compuesta por 80 jóvenes conservadores de laelite social de la capital. (Quijano Otero: 14).

Algunas etnias constituyeron parte importante de los ejércitos: cuando llegóel ejército legitimista a la frontera del Cauca (21/X/60), fue atacado por losindígenas de Tierradentro, que en número de 600 y formando grandespelotones superaban en número a la vanguardia del ejército de laConfederación. Los de Tierradentro constituyeron una piedra en el zapatopara Julio Arboleda en el Cauca y permanecieron durante toda la guerra ensu territorio ancestral luchando en favor de Mosquera. Por su parte losindígenas de Inzá lucharon en favor de los legitimistas. Poco después de laesponsión de Manizales, "Mosquera allegó negros perversos del Cauca engran número".(Arboleda: 479,485,487). Los conservadores caracterizaronal ejército del Cauca como “ejército étnico”, debido al gran número de

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negros patianos que hicieron parte de él (“vienen los negros”), y queacompañaron a Mosquera durante toda la campaña.

Como parte importante de los combatientes estaban por último lasguerrillas. La más temible de todas fue la guerrilla de Güasca, quecombatió por Ospina.

+La guerrilla de Güasca.Constituía un verdadero ejército regular: contaba con dos batallones deinfantería, el “Santa Teresa de Jesús” y el “San Ignacio de Loyola”, con383 y 332 hombres respectivamente; dos escuadrones de caballería de 200hombres cada uno, y una compañía suelta de tiradores de 100 hombres. Entotal (febrero/62) 1.215 combatientes. Sus jefes provenían de la elite socialde la Sabana y no carecían de sentido del humor: a finales de enero/62, alregresar a sus páramos luego de realizar una correría por el cantón deCáqueza, enviaron una carta a Mosquera en que le informaron que,"habiéndose desocupado de las urgentes ocupaciones que los llamaron alcantón de Oriente, tienen el gusto de avisarle que están nuevamente enGüasca a sus órdenes”.

Los güascas se tomaron dos veces a Bogotá en febrero de 1862: la primeravez bajaron de los cerros de Monserrate, "en buen orden, a paso muyacelerado y en gran número. A las 9 A.M.... se oyeron los primeros tiros endiferentes direcciones, pues entraban por diversas partes. Ocuparon todala ciudad con muy poca o ninguna resistencia, pues la gente que habíaquedado se limitó a defender los cuarteles, lo que consiguieron porque laguerrilla no intentó siquiera tomarlos pues no era ese su objeto. A la 1P.M. emprendieron la retirada...; parece que no hubo más de 16 muertos yquién sabe cuántos heridos. De la Casa de la Moneda se llevaron todo elarmamento que había para componer, el dinero que había [y la Corona deoro del Libertador], y como aditamento dejaron limpio [al conservadormosquerista] José María Vergara y Vergara. La casa de la tía Inés fueigualmente desocupada...; a las 4 P.M. entró el general Mosquera con suejército...; las señoras conservadoras [dieron] plata y pertrechos a laguerrilla...; esta... protegió la incorporación de los que quisieron irse, ynaturalmente sacó algunos recursos...; se cree generalmente que se fuemuy aumentada de Bogotá, por lo menos sí llevaron bastantes y buenosoficiales".(Quijano Otero: 76-79).

Entre las 9 A.M. del 25/II/62 y las 3 A.M. del 27 siguiente, el ejércitoboyacense-santandereano del conservador Leonardo Canal atacó a Bogotá;a este ataque se unió la guerrilla de Güasca, con lo que Canal entró a laciudad con 3.500 hombres, donde 1.200 liberales le hicieron frente luego

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La exitosa defensa que hicieron los liberales de Bogotá en el convento de San Agustín permitió al liberal

radical Teodoro Valenzuela exclamar: "el Partido Liberal tiene hoy títulos para exigir, pues debe su triunfó

a la defensa de San Agustín y no a la batalla de Segovia, y no es posible que un conservador [Mosquera]

continué a la cabeza del Partido Liberal". (Quijano Otero: 94,97).

de haberse atrincherado en el convento de San Agustín. Ante la inminentellegada de Mosquera con su ejército, Canal renunció al ataque y marchócon su fuerza rumbo al sur del país en busca de Arboleda, pero lasdeserciones desintegraron su ejército. La guerrilla de Güasca no siguió aCanal, y se devolvió a su páramo.43

Los güascas mantuvieron en alarma constante a Bogotá entre noviembre/61y septiembre/62. El “Diario” de Quijano Otero informa de ello con detalle:Julio/14/62: "continúa la alarma, porque creen que la guerrilla ha idoentrando poco a poco a Bogotá, y que están preparados aquí para dar ungolpe". Agosto/62: [el gobierno] “lanzó sobre los guerrilleros un ejércitotres veces más numeroso que estos y se siguió una serie de batallas...; lafalta absoluta de municiones impidió que [los güascas vencieran a losmosqueristas; estos últimos regresaron reducidos a la mitad] habiendoperdido muchas armas y habiendo quemado más de 100 mil tiros".22/IX/62: "a las 7 A.M. principió a circular el rumor de que venía laguerrilla". [Los soldados de guarnición en Bogotá rodearon] "todas lasmanzanas de los barrios de Egipto y Belén e hicieron un registro...escrupuloso... a consecuencia de que habiéndose disuelto la guerrilla,hubo noticia de que casi todos los que la componían vinieron a esconderseen Bogotá.". El 30/septiembre/62 fueron por fin derrotados los restos de laguerrilla de Güasca, desmoralizados tras la derrota del ejército deAntioquia en la batalla de Santa Bárbara; Pedro León Canal, jefe güasca, y35 guerrilleros más fueron apresados este día. (Quijano Otero: 64, 81-82,133, 147, 151, 156)

+Tomas de pueblos por las guerrillas.Sept./62: en el Tolima la guerrilla conservadora "ocupó el pueblo delEspinal, en donde mataron a 5 liberales y saquearon muchas tiendas". Estemismo mes otra guerrilla conservadora entró a Soacha (Cundinamarca),"donde cogió a Pedro Solórzano y a los hijos de Agustín Carrizosa,exigiendo por su rescate cuatro mil fuertes". El 22/Septiembre/62:“Mientras aquí [en Bogotá] ‘cogían’ la guerrilla, la guerrilla [de Güasca]ocupaba a Nemocón”. (Quijano Otero: 147-148, 151)

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+Quintacolumnismo urbano.Los conservadores de Bogotá enviaban continuamente vestuario, dinero,armas, y municiones a la guerrilla de Güasca. Rojas Garrido, dirigentemosquerista, afirmó que ésta guerrilla debía su incremento y subsistencia alPartido Conservador de Bogotá. (Quijano Otero: 65).

+Armamento. Tamaño de los ejércitos. Batallas y combatientes.Se utilizaron fusiles de percusión y de piedra de chispa, rifles, carabinas yescopetas. La mayoría de los fusiles disponía de bayoneta. Los oficialesluchaban con espadas y pistolas. Había lanceros de a caballo, de a pie, ymacheteros.

Para sofocar la rebelión de Carrillo, en los inicios de la guerra, Mosquerasólo contaba con 70 fusiles en los parques del estado del Cauca, pero trasconvocar a las milicias del Cauca los milicianos concurrieron con 430fusiles de su propiedad, con lo que Mosquera pudo contar con 500 bocas defuego en la batalla de “El Derrumbado” (22 de febrero de 1860). En estabatalla, “2.600 hombres de todas armas estuvieron sobre el campo, mildoscientos y más armados solo de lanzas y palos”. Tras derrotar a Carrillo,y gracias a las armas y conscriptos que capturó en “El Derrumbado”,Mosquera pudo elevar su ejército a 2.100 hombres, de los cuales 1.200 erande infantería y 900 de caballería. Sin embargo fue sólo hasta principios dejulio de 1860 cuando Mosquera pudo contar con un ejércitoverdaderamente capaz de enfrentar al de la Confederación, pues fue hastaesos días cuando llegaron por Buenaventura para el ejército del Cauca 500fusiles comprados en el Perú, y 3.100 fusiles, 1.000 rifles, 400 carabinas, 4cañones y la correspondiente munición comprados en USA. (Mosquera;Pérez:314)

La fuerza liberal que intentó recuperar Santa Marta el 24/VIII/60, “secomponía de más de mil hombres, seiscientos armados de fusil y los demásde machete”. (Arboleda: 524). Al inicio de la guerra, en Bogotá ya se“habían recogido casi todas las armas de la república..., si éstas no erande primera calidad, con ellas se había vencido en 1854... El armamento deMosquera se componía de los fusiles nacionales que estaban en Popayán,de los que le cogió a Carrillo en “El Derrumbado”, y de cuanta arma defuego halló en el Cauca; en Segovia combatieron sus soldados hasta conescopetas de piedra de chispa".(Cuervo: 17). En la batalla de Manizales sepudo apreciar lo que sería una constante: la poca eficacia de los cañones enla guerra de montaña. Los disparos de los del ejército del Cauca, único quecontaba con esta arma en Manizales, “no hicieron más que excitar lasrechiflas” de los antioqueños.(Arboleda: 436)

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La flotilla fluvial legitimista constaba de 18 bongos, 4 esquifes y 12transportes. Entre artilleros, fusileros y tripulantes sumaba 1.060hombres.(Arboleda: 547). En la batalla de Segovia el ejército de Mosqueracontaba con 1.520 hombres y el legitimista con 760; este ultimo tuvo 100muertos y 365 soldados, 3 jefes, 4 capitanes y 10 suboficiales prisioneros;Mosquera capturó en esta batalla 400 fusiles, 3 carabinas, 2 cañones y 12mil cartuchos. (Arboleda: 484-485).

+Uniformes de los ejércitos.El ejército del Cauca estaba, ”casi todo uniformado de rojo o anaranjado,...semejaba una sarta de corales”.(Cuervo: 80). Los soldados de la flotillafluvial legitimista que salió de Honda el 8/XI/60 a tomarse la CostaAtlántica, se distinguían “por sus uniformes militares y el crucero amarillode sus fornituras”. (Arboleda: 547) Los soldados de todos los ejércitoscalzaban alpargatas, utilizaban cantimploras de hojalata y se cubrían congorros. La demora en llegar las alpargatas y cantimploras desde Bogotá fuemencionada como una de las causas de la derrota de París en la batalla deSegovia.(Arboleda: 485) Más que por el uniforme, las distintas fuerzasregulares se distinguían por las banderas que portaban y las consignas quecoreaban. La bandera amarillo, azul y rojo fue utilizada por los legitimistas,y los rebeldes ondearon las banderas de sus respectivos estados.

+Organización del gobierno rebelde en medio de la guerra.A los dos días de tomar Bogotá, Mosquera nombró como gobernador delestado de Cundinamarca al liberal Justo Briceño, quien a su turno designóen su gabinete al mosquerista Tomás Cuenca y al conservador José MaríaVergara y Vergara. El gabinete de Briceño representaba a los sectores queformaban la coalición rebelde, liberales y mosqueristas, e incluía además aun conservador no ospinista.

+Intervención extranjera en la guerra.Mercenarios franceses se engancharon en el ejército de Arboleda, y por lomenos un francés, Comunay, combatió en las fuerzas de Mosquera. Cientocincuenta ingleses de la corbeta de guerra Clío contribuyeron a rechazar lafuerza rebelde que intentó tomar ciudad de Panamá el 27/IX/60. Laintervención inglesa ocurrió a pedido del intendente nacional de haciendaHurtado, en Panamá, quien con el pretexto de que se trataba de una"cuadrilla de malhechores” solicitó auxilio al comandante de la escuadrillabritánica en Centroamérica y al comandante de una goleta deUSA.(Arboleda: 516).

El 31/VII/62 Julio Arboleda tomó por asalto Tulcán, Ecuador, y tomóprisionera a toda la fuerza ecuatoriana existente allí, así como al presidente

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ecuatoriano Gabriel García Moreno y a su gabinete, que la encabezaban.Luego de firmar un tratado, el presidente y sus secretarios fueron puestosen libertad. El enfrentamiento entre las fuerzas de Arboleda y lasecuatorianas se originó en el hecho de que García Moreno había hechodetener un armamento que se dirigía con destino a las fuerzas de Arboledapor la vía Tulcán-Pasto.(Quijano Otero: 139-141)

Un buen número de venezolanos lucho en el bando rebelde. Endiciembre/60, 13 oficiales venezolanos desembarcaron en Cartagena yofrecieron sus servicios al gobierno liberal de ese estado.(Arboleda: 538)Cuando en septiembre/61 el general Páez estableció la dictadura enVenezuela, aumentó el flujo de liberales venezolanos hacia la NuevaGranada. Uno de ellos fue Antonio Leocadio Guzmán, quien se convirtióen importante consejero de Mosquera. El hecho de que Mosquera sealineara con los enemigos de Páez, hizo que los conservadoresneogranadinos buscaran el apoyo del dictador venezolano. En julio/62 seconoció en Bogotá, “la llegada del general Herrán a Caracas, a solicitarauxilios del general Páez para invadir la Nueva Granada". Seguramentefue por eso, y por instigación de Guzmán, que en Septiembre/62 Mosqueraenvió 500 fusiles con destino a los federalistas que luchaban en Venezuelacontra Páez; sin embargo el gobernador y los liberales de Boyacáretuvieron ese armamento para impedir que Páez invadiera a Santandercomo retaliación. Por esos mismos días Mosquera nombró comocomandante militar de Bogotá al venezolano José Rivas, quien "dice quetendrá el gusto de imprimir a la actual revolución de Nueva Granada elmismo carácter que tiene la de Venezuela... dice que no comprende elsistema de hacer la guerra en Nueva Granada, porque eso de cogerprisioneros es cuento de nunca acabar".(Quijano Otero:135, 145,149,152,155).

+Política exterior y diplomacia del bando rebelde.

Los insurgentes prestaron desde el principio una especial atención alobjetivo de conseguir la neutralidad de los gobiernos extranjeros o de susrepresentantes diplomáticos en el país respecto al conflicto armado quesostenían con el gobierno confederal. Mosquera, por ejemplo, comunicó alcuerpo diplomático residente en Bogotá el Decreto del 8 de mayo de 1860por el que se declaró la secesión del Cauca de la Confederación. Supropósito fue, “[hacerles saber] que este hecho no alteraba las relacionescon las naciones amigas, y que los extranjeros continuaban bajo laprotección del Gobierno de los Estados Unidos de Nueva Granada”.(Mosquera).

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+Asesinato selectivo de jefes. En combate, o por heridas de combate, murieron los generales mosqueristasPedro Murgueítio y José María Obando, y los gobernadores PedroGutiérrez Lee, de Cundinamarca, Rafael María Giraldo, de Antioquia(conservadores), Vicente Herrera, de Santander y Pascual Bravo, deAntioquia (liberales). Murgueítio y Obando fueron acribillados fuera decombate, y Gutiérrez Lee y Pascual Bravo fueron víctimas defrancotiradores que se dedicaban durante la batalla a disparar con armas delargo alcance contra los jefes del bando contrario. En la batalla deSubachoque, el general José Hilario López, famoso por su puntería, seencargó personalmente de esa labor,(Cuervo:85), y Gutiérrez Lee fueprobablemente una de sus víctimas. Pascual Bravo fue también muerto portiradores expertos del bando contrario.(Academia:289, 291). JulioArboleda, en Berruecos, fue la víctima más famosa del atentado personal, ysu victimario seguramente actuó por órdenes de jefes del bando contrario.

+CONSECUENCIAS DE LA GUERRA.

+1. Agudización del “problema religioso” en Colombia. +1.1. La Desamortización de bienes de manos muertas.Según Marco Palacios, “[desde la independencia], la sociedad agraria, a laque pertenecía la inmensa mayoría de los colombianos, seguía, con pocasexcepciones, inmune al virus democrático, y más o menos articulada porcostum bres , creenc ias , jerarquías y deferencias de [tipoantiguo].”(Palacios:36) Con la “revolución de medio siglo”, el liberalismoneogranadino extendió el despojo de los bienes de la Iglesia que habíaempezado tímidamente desde la independencia, en el marco de su ofensivageneral contra la sociedad antigua, cuyo guardián más celoso era el clero.

El Estado moderno reclama la fidelidad de la nación sólo para él, pues sóloél es el representante de la “voluntad general”; pero el Estado era muypobre en Hispanoamérica en el siglo XIX, sus ingresos tributarios eranpocos y sus posesiones materiales escasas, por lo que no podía satisfacerlos requerimientos mínimos de la nación, lo cual le dificultaba conseguir elacatamiento social. La Iglesia era rica, poseía muchas tierras y propiedades;por ello, y por que era la piedra angular de los valores de la sociedadantigua, contaba con acatamiento social y con capacidad ideológica ypolítica para enfrentar al Estado liberal.

La “Guerra de los Conventos de Pasto” de 1839, puso en evidencia laresistencia del clero y de la sociedad tradicional a las reformas liberales quebuscaban debilitar el poder temporal de la Iglesia en la Nueva Granada.Aunque entre 1850-53 el clero perdió sus fueros y privilegios legales en el

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El norteamericano Isaac Holton encontró en 1853 que los conventos de Bogotá, “ocupan terrenos

grandísimos, y se dice que son dueños de la mitad de la propiedad raíz de la ciudad”. Holton: 209.45

La desamortización de los bienes eclesiásticos en México, ordenada por el gobierno liberal de Comonfort

-Ley del 25 de Junio de 1856, conocida como “Ley Lerdo”- permitió inicialmente que el clero recibiera

íntegro el producto de las propiedades eclesiásticas desamortizadas. La consecuencia fue que el clero utilizó

estos recursos para financiar a los conservadores en la “Guerra de la Reforma” –que se inició en 1858-, lo

que llevó a Benito Juarez a ordenar -el 12 de julio de 1859- en las “Leyes de Reforma”, la nacionalización

sin indemnización de los bienes de la Iglesia, así como la confiscación de los edificios de los monasterios.

(Riva:150-380).

país, conservó la mayor parte de sus riquezas materiales; el Estado encambio se debilitó aún más en sus ingresos fiscales con la abolición de losdiezmos. Una Iglesia rica, propietaria de cuantiosos bienes raíces urbanos y rurales,44

y con un gran reconocimiento social, enfrentó así en la Nueva Granada a unpartido liberal deseoso de enrutar al país por el camino de la modernidad,pero en posesión de un Estado pobre, y cada vez más débil en proporción alavance del proceso de desarticulación federal. Esta situación la expresó asíCamacho Roldán en 1861: “Los hombres de Estado estudiarán si laexistencia de corporaciones y personas que tienen ante el pueblo ignoranteun carácter sagrado, que están sometidas a una organización y disciplinamás fuertes que la de la milicia armada, deben tener facultad de poseerlargas y valiosas listas de bienes raíces que jamás se dividen y disminuyen;y si la riqueza de estas corporaciones y personas es compatible con laigualdad republicana y con la existencia de un gobierno pobre, alternativoy sin otros medios de acción que la obediencia voluntaria de losciudadanos”. (Camacho Roldán; “Desamortización...”: 144)

Mosquera sería el encargado de poner fin a esta situación a la maneradraconiana, por lo que luego que capturó Bogotá en 1861, decretó el rematede todas las propiedades rurales y urbanas de la Iglesia, así como lanacionalización de los edificios de los monasterios y conventos. Mosquera,aleccionado por la desamortización de México, no permitió que el clerorecibiera el producto del remate de sus propiedades, sino que ordenó quefuera entregado al Estado, quien en lo sucesivo reconocería a la Iglesia unrédito del 6% anual sobre este capital.45

La desamortización decretada por Mosquera no fue apoyada por todos losliberales; muchos radicales se opusieron, pues la consideraron contraria alprincipio de la no injerencia del gobierno federal en los asuntos internos delos estados federados, y opuesta al “dejar hacer”, que según ellos era lapolítica que se debía seguir en lo concerniente a las transformacioneseconómicas y sociales y a la distribución de la propiedad en el país. Paraestos radicales la desamortización era una medida inútil, pues el poder del

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“La Opinión”, (Bogotá), 24/III/1.863.

clero era de tipo cultural, no de orden económico. Para el radical MiguelSamper, por ejemplo, la desamortización fue, "tan sólo una ocupaciónarbitraria y violenta de bienes y derechos poseídos legalmente... Losestados [federados y no el Estado central eran los que] tenían a su cargo lalegislación civil, [que], es la que determina cómo se pueden adquirir yposeer bienes". (Samper, Miguel: 62, 69-73). Ezequiel Rojas, otrodestacado dirigente radical, calificó por su parte la desamortización de“acto de iniquidad y de expoliación”. Felipe Pérez, dirigente radical, en su46

obra sobre la guerra de 1860 afirma reiteradamente que una de las banderasliberales en la guerra fue el rechazo de una ley del Congreso de 1860 queestablecía la expropiación por utilidad pública. La llama “Ley deexpropiación”.(Pérez: 300-368). La desamortización de Mosquera fueprecisamente una expropiación. Algunos radicales apoyaron sin embargocalurosamente la desamortización. Camacho Roldán, por ejemplo, se refirióa ella como, “el feliz complemento de la abolición de la esclavitud y de lasupresión de los mayorazgos; como recurso financiero, es el paso másatrevido y más feliz que se ha dado desde 1810; como medida económica,está a la altura de la abolición del monopolio del tabaco y de la libertad deexportación de oros”. (Camacho Roldán: “Desamortización...”: 150).

+1.2 El Compromiso gólgota-draconiano en la Constitución deRionegro sobre el “problema religioso”.Para el liberal draconiano-mosquerista José María Rojas Garrido, laseparación Estado-Iglesia de 1853 sólo había servido para producir la caídade los liberales en 1855.(González:185) Tras un áspero debate, laConvención de Rionegro terminó estableciendo un precario compromisoentre las posiciones gólgotas y draconianas. La Constitución de 1863reconoció la libertad de cultos -art. 15-, y con ello ratificó la política deseparación Iglesia-Estado de los gólgotas. Pero al otorgar al gobiernonacional y a los de los estados el derecho de suprema inspección -tuición-de cultos “para sostener la soberanía nacional y mantener la seguridad ytranquilidad públicas” -art. 23-, acogió la política draconiana desubordinación de la Iglesia al Estado. Según Helen Delpar, “las medidaseclesiásticas adoptadas en Rionegro... representaban un compromiso,entre los mosqueristas, que favorecían la imposición de un riguroso frenoa la Iglesia, y sus oponentes, quienes, aceptaban que el clero constituía unelemento pernicioso y subversivo en la sociedad colombiana, pero almismo tiempo dudaban que su influencia pudiera o debiera erradicarsepor la fuerza”.(Delpar:27)

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Ley del 23 de abril de 1863.48

El provisor del arzobispado, para apoyar la huelga, anunció que suspendería a los sacerdotes que prestaran

el juramento a la Constitución.49

“La Opinión”, (Bogotá) 17/VI/1863.50

“Registro Oficial”, (Bogotá), 23/VI/1863.

La Convención de Rionegro ordenó al clero jurar obediencia a las nuevasinstituciones y gobernantes -so pena de destierro-. La respuesta del clero a47

la desamortización de Mosquera y a las medidas draconianas que por suinspiración aprobó la Convención no se hicieron esperar, y elenfrentamiento de poderes que a continuación se desarrolló no sólo sacudióal país, sino que provocó además graves fisuras dentro de la alianzagólgota-draconiana que, sólida durante la guerra, comenzó a debilitarsedurante la Convención de Rionegro.

+1.3 Reacción de la Iglesia contra las medidas de Tuición yDesamortización.La mayoría del clero bogotano, segura de su influjo sobre el pueblocapitalino y con la intención de animarlo a alzarse en rebelión, se negó aprestar el juramento de obediencia a la nueva Constitución, cerró lasiglesias, detuvo los relojes de los templos y se declaró en “huelgasacerdotal”. “El Jueves próximo pasado amanecieron cerradas todas las48

iglesias de Bogotá”, informó la prensa capitalina cuando apenas llevabapoco más de un mes de expedida la nueva Constitución liberal. Ante la 49

actitud desafiante del clero, Mosquera ordenó suspender a los rebeldes elpago de la indemnización que el Gobierno reconocía a las comunidadesreligiosas por la desamortización de bienes de manos muertas.50

La “huelga” fue prácticamente unánime durante dos meses, desdeprincipios de junio hasta el 7 de agosto de 1863, fecha en la cual el CabildoMetropolitano llegó a un acuerdo con el gobierno municipal de Bogotá,quien, temeroso de un motín popular, aceptó un juramento condicional delclero que excluía todo aquello que contrariara las leyes eclesiásticas. ElCabildo Metropolitano expidió una pastoral en la que exhortó al clero aprestar el juramento requerido por el gobierno, con lo cual el movimientocomenzó a extinguirse. (Fundación:232. González: 187-190) El ArzobispoHerrán dio su apoyo al juramento condicional y él mismo lo prestó enMompóx, pero los políticos conservadores y el sector del clero refractarioal juramento excitaron a los curas a mantener la huelga y a desobedecer alArzobispo, y mantuvieron cerrada la Catedral de Bogotá. Finalmente, luegode casi 4 meses de estar cerrada la Catedral, volvió a abrirse –el 3 deoctubre de 1863- y con ella, lentamente, las demás iglesias de la ciudad,pues la huelga sacerdotal fracasó ante la firmeza de Mosquera y ante la

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“El Bogotano”, (Bogotá), 13 de octubre de 1863.52

“El Nacional”, (Bogotá), 18/X/1866.53

Era un documento que la Iglesia entregaba a quienes realizaban el acuerdo pecuniario privado respecto a los

bienes eclesiásticos desamortizados.

actitud conciliadora del Arzobispo Herrán. El Obispo Torres de Popayán,51

amigo personal de Mosquera, aceptó prestar el juramento en los términosen que lo exigió el gobierno.

La “huelga” sacerdotal fue doblegada, pero la Iglesia encontró otrasformas de continuar su guerra contra las medidas anticlericales del régimensurgido de la guerra: los curas se negaron a administrar los sacramentos aquienes adquirieran propiedades desamortizadas al clero; así lo informó laprensa de la época: “Antonio Caballero está muriéndose, y el cura de SanVictorino se ha denegado a confesarlo porque remató una casita de manosmuertas. Caballero se ha quejado al Arzobispo contra dicho cura y contraotros clérigos que igualmente se han denegado a confesarlo; y la orden delprelado al cura de San Victorino fue que no confiese a Caballero mientraseste no devuelva al clero la casa que remató”.52

Medidas como esta conseguirían su efecto, pues la mayor parte de quienesadquirieron propiedades de la Iglesia aceptaron con el tiempo llegar a unarreglo monetario privado con el clero, tanto para disfrutar de sus bienes ypoder negociarlos libremente, como por temor a las consecuencias deultratumba. Ello se pudo comprobar durante la Regeneración, cuando laIglesia exigió la presentación del llamado “derecho suplementario detítulo” para poder declarar saneadas las propiedades que habían sido de53

manos muertas eclesiásticas, época en la cual se constató que casi todos lospropietarios de estos bienes poseían de tiempo atrás tal“derecho”.(Cordovéz:1132)

La desamortización se constituyó sin embargo en primera reforma urbana yagraria que conoció el país. Así por ejemplo, los 925 predios que hasta1870 se habían enajenado en Bogotá fueron adquiridos por 343 personas,de 208 de las cuales fue posible establecer su ocupación: 89 erancomerciantes o negociantes, los cuales adquirieron 423 predios, o sea el61% del total,(Uribe:), de donde resulta que la mayoría de los prediosquedaron en manos de un sector de la población que los adquirió comonegocio. La desamortización cumplió así su objetivo principal, poner encirculación la propiedad raíz inmovilizada, aunque no el de democratizar lapropiedad, pues hubo casos como el del abogado y negociante MedardoRivas que adquirió 26 predios en la ciudad, y otros como Jesús Gutiérrez yMelitón Escobar que adquirieron 20 predios cada uno, y José R. Borda y

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“Boletín Industrial”, (Bogotá), 20/IV y 20/V de 1868.

Fernando Párraga que adquirieron 14 predios cada uno.(Uribe:) Gracias a ladesamortización entró súbitamente en circulación el 20% de las fincasraíces de Bogotá, cuya propiedad y renta se encontraba hasta ese momentocongelada en manos de la Iglesia y de los colegios mayores, escuelas,hospitales y ejidos municipales.

Sin embargo muchos colombianos con problemas de conciencia, seresistieron durante largo tiempo a comprar o arrendar casas desamortizadas.Por ello era frecuente encontrar en la prensa avisos como los siguientes:“SE VENDE UNA HERMOSA QUINTA... No ha sido jamás de manosmuertas. ... SE VENDE UNA CASA BAJA... Jamás ha sido de manosmuertas... SE VENDE UNA CASA... En parte fue de manos muertas”. El54

poder de la Iglesia era de tipo cultural, no de orden económico. Colombiapresenció por ello en los años siguientes a la guerra de 1860 un combatesingular: el enfrentamiento entre el Poder y la Cultura. ¿Cómo construir unpoder moral secularizado, cuando era ilegítimo el poder político sobre elque este se asentaba, originado en la guerra, y cuando el antiguo podermoral conservaba intacto su prestigio? ¿Cómo gobernar de forma modernauna sociedad antigua, y con la oposición del poder moral tradicional?

El “memorial de agravios” de la Iglesia católica contra el régimen políticosurgido de la guerra de 1860, y la base de su rechazo a este régimen, fue elsiguiente: 1. No aceptación de las medidas de secularización de la sociedady del Estado, (abolición del fuero eclesiástico, de los diezmos y de loscensos, establecimiento del matrimonio civil y del divorcio, secularizaciónde cementerios y seminarios, proclamación de la libertad de enseñanza y decultos, destierro de los Obispos).

2. No aceptación de la política liberal-radical de separación Estado-Iglesia,ni de la política draconiana de subordinación de la Iglesia al Estado. Nosólo era evidente que la política de separación Estado-Iglesia buscaba lasecularización de la sociedad y del Estado, sino que además el cleroconsideraba que conducía a la descatolización de la sociedad, pueseliminaba el apoyo del Estado al poder moral de la Iglesia, entregaba alpoder secular varias actividades realizadas desde tiempos atrás por laIglesia –como el registro y el control de los nacimientos, matrimonios ymuertes-, y suprimía la supervisión o el control del clero sobre varíasactividades a cargo del Estado –nombramiento de maestros,establecimiento del plan de estudios y de los contenidos educativos deuniversidades y escuelas públicas, promulgación de leyes que regulaban lalibertad de prensa y la edición de libros, etc.-

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3. No aceptación de la constitución “atea” de 1863, -no invocaba a Dioscomo el origen de la soberanía-, la cual no sólo había recogido todas lasmedidas secularizadoras de 1850-53, sino que además había convertido alclero en ciudadano de segunda categoría al determinar su incapacidad paraelegir o ser elegido para los cargos públicos. Había establecido un “derechode suprema inspección -tuición- sobre los cultos religiosos” en favor delgobierno “para sostener la soberanía nacional y mantener la seguridad ytranquilidad públicas”, con lo cual el gobierno podía impedir la circulaciónde bulas y breves papales, y rechazar el nombramiento de Obispos que nofueran de su agrado. Había prohibido establecer contribuciones para elsostenimiento de los cultos y en general vedado adquirir bienes raíces conotro carácter que el de enajenables, así como establecer censos aperpetuidad, y menos sobre la propiedad raíz.

4. No aceptación de la expulsión de los jesuitas, de la ruptura de relacionescon la Santa Sede tras la expulsión del delegado apostólico en 1861, y deljuramento de obediencia -aunque fuera condicionado- de los prelados a laConstitución, leyes y gobierno ateo del país. 5. No aceptación de ladesamortización de bienes de manos muertas eclesiásticas, de la disoluciónde las comunidades religiosas -incluida la exclaustración de las monjas-, yde la prohibición a estas de establecerse de nuevo en el país. No aceptacióndel destierro de varios prelados -el Arzobispo Herrán, el Obispo Arbeláez,y otros-, de la amenaza permanente de tomar retaliaciones contra el cleropor el funcionamiento de tribunales eclesiásticos, por el cobro de diezmos yprimicias y por las excomuniones contra los que se casaban por lo civil.

El clero agitó este rosario de agravios hasta la firma del concordato de1887. Las conquistas de la guerra de 1860 y de la Constitución de 1863 enmateria de secularización de la sociedad y del Estado fueron victorias depapel. En las leyes se establecieron puntos importantes del programaliberal, como el matrimonio civil, el divorcio, la libertad de prensa, lalibertad de pensamiento, de conciencia y de cultos, la educación laica, lasecularización de cementerios, etc., los cuales convirtieron a la legislacióncolombiana en una de las más modernas del mundo. Pero ninguno de ellosrasguñó siquiera los valores y costumbres reales de la sociedad colombianade entonces:

La ley permitió los matrimonios civiles, cambiar de religión, y que losprotestantes abrieran colegios, pero nada de eso fue aceptado por el pueblo,el cual exigió que la Iglesia excomulgara a quienes se casaran por lo civil, ya quienes enviaran sus hijos a los colegios protestantes. Para reconocerefectos civiles a los matrimonios religiosos la ley impuso que la ceremoniase repitiera ante un juez civil, pero la gente no obedeció pues consideraba

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El divorcio por ejemplo, nunca fue de buen recibo dentro de los propios dirigentes del radicalismo. Por ello

el código civil federal vigente durante los años de la república radical estableció que el matrimonio civil se

disolvía... con la muerte de uno de los cónyuges. ¡Igual que el matrimonio católico! Similar prevención

estipulaba el código civil de Santander, el estado más caracterizadamente radical y, a excepción de Panamá,

el código civil de todos los demás estados gobernados por los liberales en esos años. Otros hechos de la vida

civil, como la unión libre, siempre fueron execrados por los radicales, e incluso castigados con la ley penal.

A Núñez le enrostraron con saña, como bigamia, su matrimonio civil con Soledad Román.

que era una forma de avalar el matrimonio civil. Durante la vigencia de laConstitución de 1863 fueron escasos los liberales que introdujeron en suvida los comportamientos y valores secularizados que la legislaciónestablecía. La propia elite liberal rechazó a los transgresores de los valoressociales. Sin penetrar las costumbres y modificar las creencias -la Cultura-55

la nueva legislación no podía imponerse. Ese fue el escollo que impidió alliberalismo colombiano consolidar en el campo de la secularización de lasociedad y del Estado el triunfo que obtuvo en la guerra de 1860.

+CONSECUENCIAS DE LA GUERRA.+2. La Convención de Rionegro. La Constitución de 1863.

En Rionegro, Antioquia, se reunió al final de la guerra una Convenciónconstituyente formada exclusivamente por diputados que representaban albando insurgente victorioso. La Convención de Rionegro expidió laConstitución de 1863, que rigió hasta 1885. Esta Constitución reflejó sobretodo el punto de vista de una coalición de diputados liberales que temían aMosquera por sus posiciones draconianas. Las partes de la Constitución de1863 que mejor reflejan las posiciones políticas de esta coalición, son sobretodo las que consagran la emasculación del poder central; a saber:

1. El artículo 64 de la Constitución, que le asignó al gobierno federal unpapel de mero espectador en la guarda del orden público nacional, y queestableció que el poder ejecutivo debía sólo “velar” por la conservación delorden general; 2. El art. 51, que le entregó al Senado el poder de veto sobrelos nombramientos a realizar por el Presidente de la República: Secretariosde Estado, empleados superiores, agentes diplomáticos, jefes militares; 3.El art. 20, que colocó a los agentes del gobierno nacional en el ramo dehacienda, “militar, o cualquiera otra” bajo la inspección de las autoridadesde los estados federados; 4. El art. 91, que asumió la guerra civil comoejercicio legítimo del “derecho de insurrección”, y le dio carácterconstitucional pues estableció que, “en los casos de guerra civil... elderecho de gentes hace parte de la legislación nacional”; 5. El art. 15, queestableció el libre comercio y posesión de armas y municiones; 6. El art.92, que para la reforma de la constitución exigió el voto unánime de losestados, representados por sus respectivos senadores en el Congreso de laRepública; 7. El art. 7 del Acto Constitucional Transitorio del 8 de mayo de

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1863, que dejó al gobierno nacional sin un espacio geográfico propio dondeexistir, pues determinó que el territorio que había servido de DistritoFederal se incorporara al estado de Cundinamarca, con lo cual el gobiernofederal quedó dependiendo de la buena voluntad del gobierno de ese estadopara su seguridad y existencia; 8. El art. 27, que determinó que el gobiernonacional no podría variar los jefes de las milicias de los estados, aunqueestas hacían parte del ejército nacional, -art. 26-; 9. El art. 49, que dio alCongreso de la República el derecho de designar cada año los “generalesen disponibilidad”, y al Poder Ejecutivo el de nombrar entre estos al jefedel ejército, el cual sin embargo podía ser removido por la Cámara deRepresentantes; 10. El art. 51, que dio al Senado -y no a la de la CorteSuprema de Justicia- la atribución de decidir sobre la nulidad o validez delos actos legislativos de las asambleas estatales, denunciados comoinconstitucionales; 11. El art. 79, que estableció un período presidencial dedos años.

La parte de la Constitución que puede ser atribuida específicamente a losdiputados liberales radicales, es la concerniente a los derechos individuales-art. 15-, en particular la abolición de la pena de muerte, la prohibición decondenas de prisión por más de 10 años, la libertad absoluta de prensa, lalibertad de enseñanza, de cultos, y la libre posesión y comercio de armas ymuniciones. El sector mosquerista de la Convención consiguió por su parteincluir en la Constitución los puntos referidos a las relaciones Estado-Iglesia, con lo cual la nueva carta política se apartó de las posicionesliberales radicales de separación Estado-Iglesia. Los apartes “draconiano-mosqueristas” de la Constitución de Rionegro fueron los siguientes:

1. El derecho del gobierno nacional y de los estados de ejercer la, “supremainspección -tuición- de los cultos religiosos... para sostener la soberaníanacional y mantener la seguridad y tranquilidad públicas”; este incluía laprohibición de contribuciones obligatorias para el sostenimiento de loscultos, -art. 23-; 2. La incapacidad de los ministros de cualquier religión deelegir o ser elegidos para los cargos públicos, -art. 33-; 3. La incapacidadde las comunidades religiosas para adquirir bienes raíces, y la prohibiciónen general para los colombianos de adquirir propiedades inmueblesinenajenables, -art. 6-; 4. La prohibición de establecer censos a perpetuidad,“y menos sobre la propiedad raíz” -art. 7-.

Donde estuvieron básicamente de acuerdo todos sectores de la Convención,fue en los siguientes apartes de la Constitución: 1. La soberanía absoluta delos estados; en particular el art. 16, que establecía que los asuntos degobierno no delegados expresamente al gobierno general, eran de laexclusiva competencia de los estados; 2. El art. 25, que dio a las asambleas

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“¿Qué quiere decir la federación cuando cada distrito federado ha de depender en sus más premiosas

condiciones de existencia de uno, de dos, o de tres individuos, que tienen el monopolio de la [riqueza] y por

consiguiente del saber? Querrá decir que se han constituido feudos, pero no asociaciones libres y fecundas”.

En: “El Neogranadino”, (Bogotá), 15/X/1853].

legislativas estatales el poder de anular los actos del Congreso o delEjecutivo Nacional que consideraran violatorios de su soberanía.

De la Convención de Rionegro y de la Constitución de 1863 surgió lo quese conocería como el Régimen Radical. Presidido por el partido liberal-radical, este régimen gobernó al país entre 1864-1878, con un breveinterregno en 1866-67. La Constitución de 1863 –”para ángeles” segúnVíctor Hugo- era aplicable quizás sólo a un país moderno, y no podía másque generar conflictos en una sociedad como la colombiana.

+CONSECUENCIAS DE LA GUERRA.+3. El federalismo extremo.La guerra de 1860 se inició como una guerra de secesión, de forma similara la que se desarrolló en los Estados Unidos entre 1861-65, con ladiferencia de que mientras en los Estados Unidos los secesionistas fueronderrotados, en Colombia estos triunfaron pero en lugar de dividir al país, lovolvieron a unir con una constitución -la de 1863- que estableció la“soberanía absoluta de los estados”. En los rebeldes no existía unavoluntad real de separarse de la Confederación, y estos en realidadbuscaban la reconfiguración del federalismo en el país. Con el triunfo delbando rebelde se fortaleció el federalismo en Colombia, y durante lossiguientes 25 años el país tomó el nombre de “Estados Unidos deColombia”.

Los liberales colombianos buscaron con el federalismo objetivosestratégicos en su lucha por la modernidad, específicamente permitir que laelite liberal de cada localidad tomara en sus manos la dirección del procesode modernidad en su región. La realidad social del país haría sin embargoque el federalismo degenerara en un fortalecimiento perverso de losmicropoderes locales. Con el federalismo, los “feudos” de que hablaraMurillo Toro en su carta a Miguel Samper en 1853, se fortalecieron, y la56

historia política de Colombia en los siguientes decenios se caracterizó porel protagonismo de los grupos de poder local, y por su pretensión de noadmitir límites a su “soberanía” absoluta regional.

En procura de garantizar la paz a nivel nacional, el federalismo buscó queel enfrentamiento político, partidista y social se realizara principalmente anivel local. La descentralización de los problemas del orden público debíaser la consecuencia de la instauración de la “soberanía absoluta de los

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estados”. Esta beneficiaría en la práctica a las elites locales de poder, locual llevó a Lievano Aguirre a afirmar que, “el federalismo fue [enColombia] el fruto de ambiciones parroquiales, de intereses encontradosde gamonales y caudillos... los radicales desearon terminar la supremacíade los grandes caudillos y lo que obtuvieron fue fomentar la de lospequeños sátrapas y gamonales de los estados, más crueles, más bárbarosy menos inteligentes que los otros”. (Liévano:120, 122-23). En unainterpretación algo economicista, pero con un gran sesgo de verdad,Jaramillo Vélez agrega que, “una consideración menos partidista y másobjetiva sobre el fenómeno del federalismo permite comprender que sufunción no fue otra que la de permitirle a las oligarquías regionalesrepartirse las tierras de los indígenas tras la disolución de los resguardos,así como las de la Iglesia tras la Desamortización decretada porMosquera”.(Jaramillo:31)

En similar sentido Tirado Mejía añade que, “[con el federalismo] la clasedominante obró sabiamente en su propio beneficio. Ante la ausencia deuna clase homogénea que cubriera al país, los sectores regionalesdominantes optaron correctamente por el federalismo, evitando una pugnanacional para resolver asuntos que tenían peculiaridades regionales... Lasituación de la propiedad agraria no era la misma en todo el territorio.Resolverla de una manera uniforme hubiera sido llevar a un combategeneral a los sectores que pretendían apropiársela. Resguardos había en elcentro y sur del país y para su reparto no era necesaria la intervención decomerciantes o terratenientes antioqueños o costeños. Los bienesdesamortizados de la Iglesia no tenían la misma importancia en todo elpaís. La lucha por los ejidos en el Cauca no debía involucrar a otrossectores regionales. En Antioquia, sin resguardos, sin ejidos y sin grandesbienes de la Iglesia, era más conveniente que el 'problema agrario' seresolviera a su manera; [allí] la legislación particular [debía estar]adecuada a sus necesidades mineras...; o que Panamá, el estadocomercial, podría legislar en razón de su comercio desarrollado, sin otrotipo de consideraciones provinciales. Implicaba también que de las obraspúblicas con su secuela de monopolios y bonificaciones en tierras, podríandisponer los beneméritos del lugar, sin puja nacional... el problema de laautonomía [de los estados] era el del poder regional de los círculosdominantes, mucho más importante para ellos en cuanto más concreto yposible de ejercer que un difuso poder nacional”. (Tirado:16, 23-24)

Otra forma de entender el federalismo que se instauró en Colombia comoconsecuencia de la guerra de 1860, exige abordar este fenómeno desde laperspectiva de las rivalidades regionales existentes en el país en la segundamitad del siglo XIX. Según James W. Park y Helen Delpar, los conflictos

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Las rivalidades regionales durante la época federalista, en particular la rivalidad de Popayán y Cartagena con

Bogotá, tuvieron su expresión en 1861 cuando Mosquera prohibió celebrar el 20 de julio como aniversario

de la independencia nacional, pues según él el Acta del Cabildo de Santa Fe de ese día contenía el voto de

sumisión a Fernando VII; Mosquera dio el carácter de día de la independencia al 11 de noviembre, fecha en

la cual Cartagena proclamó –en 1811- la independencia de España. (Cordovéz:1132)

interregionales constituyeron el marco que dio contexto y significación alperiplo de la república federal. Durante el período radical se debilitó lagravitación de la región sur-occidental de Colombia –el gran Cauca- sobreel poder nacional, y el centro de gravedad geopolítico del país se desplazóhacia la región centro oriental -Santander, Boyacá y Cundinamarca-, y enmenor proporción a la Costa Atlántica. Aunque el gran Cauca desempeñóel papel principal en la guerra civil de 1860, a la terminación de esta suhegemonía se desplazó en favor del altiplano cundiboyacense; en losucesivo los conflictos políticos se concentraron principalmente en estaúltima región de Colombia, territorio habitado por la “sociedad mayor”delpaís. (Park:52. Delpar:27). Esta perspectiva permite entender porquédurante la mayor parte del período radical la región caucana se mantendráen manos del mosquerismo, y Antioquia y el Tolima en manos delconservatismo, sectores opuestos al radicalismo y excluidos del podernacional, y porqué durante todo el período radical la Costa Atlántica seráuna zona en disputa entre los principales bandos políticos del país.57

Para Fernán González la razón determinante de la hegemonía de la regióncentro-oriental del país en los años posteriores a la guerra de 1860, noestuvo fundamentada en el hecho de que esta región hubiera sido la cuna dela mayor parte de los integrantes del Olimpo Radical, sino en una razón deorden político: “Desde el centro regional del poder radical [Santander,Boyacá y Cundinamarca] sólo se necesitaban los votos de dos estados máspara controlar el acceso a la presidencia: he ahí la importancia de losestados costeños para conservar el control radical... y la conveniencia dec o n s e r v a r la n e u tra lidad conservadora d e A n t io q u ia yTolima”.(González:”PARA...”:205-208)

+3.1 Qué tipo de federalismo después de la guerra.+La pugna en torno al Distrito Federal. Mosquera se enfrenta a lasoberanía absoluta de los estados.Aunque radicales y draconiano-mosqueristas hicieron la guerra en nombrede la soberanía absoluta de los estados, la forma como concebían esasoberanía no era la misma. Mosquera se rebeló en contra de la políticacentralista del gobierno de Ospina, pero el gobernante caucano tenía enrealidad una interpretación del federalismo muy próxima a la queoriginalmente establecía la constitución de 1858 –la cual firmó comopresidente del Senado-, y bastante alejada de la que defendían los radicales.

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Mosquera se levantó en armas fue contra las leyes con las que Ospinacomenzó a desvirtuar el federalismo que establecía la Constitución de1858, pero el tipo de federalismo que esa Constitución originalmentecontemplaba era compartido plenamente por Mosquera. Para el caudillocaucano el poder federal debía tener un espacio político propio y unacapacidad de intervención decisiva en relación con los poderes regionales -estados federados-; su divergencia con la política centralizadora de Ospinaresidió principalmente en el objetivo con que el jefe conservadoradelantaba dicha política, que no era otro que el de desvirtuar el proceso demodernidad en el país. Los radicales encarnaron en cambio en la guerra de1860 una posición política cercana a la que expresaron los confederados enla guerra civil norteamericana (1861-1865), y su pretensión siempre fueque los poderes regionales tuvieran una autonomía casi total respecto alpoder central.

Luego de su triunfo en la guerra, quedaron al descubierto las diferenciasentre mosqueristas y radicales sobre el federalismo. Un punto clave dondeesas diferencias se apreciaron fue el relativo al Distrito Federal. LaConstitución de 1858 estableció –art. 69- que el Gobierno Federal tendríaun territorio de jurisdicción propio –el Distrito Federal-, sobre el que notendría ninguna jurisdicción el gobierno del estado donde se encontraralocalizado ese territorio. Tal demarcación, además de ser el lugar deresidencia del poder central, sería gobernada exclusivamente por este. Lamayoría radical determinó sin embargo en la Convención de Rionegro queel estado de Cundinamarca incorporaría en su jurisdicción el territorio deresidencia del Gobierno Federal –Bogotá-, con lo cual dejó al poder centralcomo simple huésped de un gobierno estatal, y sin un territorio propiodonde existir. Mosquera se opuso tenazmente a esa determinación de laConvención, pero fue derrotado.

Lo que se debatió en la confrontación entre los radicales y Mosquera entorno al Distrito federal fue ni más ni menos que la magnitud de los poderesque unos y otro estaban dispuestos a reconocer al Poder Central. Si esteultimo no disponía siquiera del territorio donde residían las altasautoridades federales, siempre se encontraría controlado por autoridadesdel orden local. Fue la solución que encontraron los radicales al fin de laguerra de 1860 para representar materialmente la emasculación del podercentral en la Constitución de 1863. Mosquera estaba en total desacuerdocon esta medida, pues en su concepción del federalismo, el Poder Nacionaldebía desempeñar un papel protagónico, de primer orden, en el escenarionacional. Derrotado su punto de vista en Rionegro, Mosquera se dispuso aaprovechar toda oportunidad que se le presentara para desmontar la

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De esta forma los vencedores notificaron a los vencidos –los conservadores- que solo mediante un triunfo

armado podrían volver al poder. (Cordovéz: 1.487).

concepción del federalismo que los radicales impusieron en la Constituciónde 1863.

La primera ocurrió durante su intento de invadir a Antioquia a principios de1864 para develar la triunfante rebelión conservadora de Berrío. La másfamosa ocurrió sin embargo el 30 de abril de 1867, al día siguiente delgolpe de estado de Mosquera contra el Congreso de la República demayoría radical-; ese día el presidente draconiano revivió por decreto elDistrito Federal, separó su territorio del de Cundinamarca y determinó quesería un territorio de jurisdicción exclusiva del poder federal. Los radicalesa su turno, apenas derrocaron a Mosquera en el mes de mayo siguiente,tornaron al Distrito Federal a su condición de territorio dependiente delestado de Cundinamarca, y dejaron de nuevo al gobierno federal en calidadde huésped de un estado federado.

El fracaso de los intentos de Mosquera por moderar el federalismo de lasoberanía absoluta de los estados, producto de la mayoría radical en laConvención de Rionegro, tendría como consecuencia que los enemigos delfederalismo extremo decidieran sepultar del todo el federalismo en 1886, yle impusieran un riguroso centralismo al país, mucho más extremo que elque Ospina intentó en su momento conseguir. De esta forma, una de lasconquistas centrales de la guerra de 1860 –la consolidación delfederalismo-, terminaría anulada a la postre.

+CONSECUENCIAS DE LA GUERRA.+4. La alternabilidad política por la vía de las armas.Otra de las consecuencias de que en la guerra de 1860 triunfara el bandorebelde, fue que durante los siguientes 25 años se implantó en el país ladictadura de los vencedores, y en particular la de los radicales, dictaduraque se justificó con el argumento de, “lo que hemos ganado a balazos no loperderemos con papelitos”. El liberalismo, decidido a no perder en las58

urnas un poder que había ganado en la guerra, impuso en Colombia suhegemonía mediante los mecanismos de la guerra y de la democraciaficticia.

Esta hegemonía liberal duraría hasta 1885 y fue fruto no de la “voluntadgeneral”, sino del poder de las bayonetas liberales. Desde entonces quedóestablecido en Colombia que, “el que escruta elige”. La legitimidad delpoder continuaría formalmente asentada en la soberanía del pueblo –laselecciones-, pero realmente en la preponderancia armada del partido en el

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Entre 1864 y 1878 fueron múltiples las elecciones estatales y nacionales en las que los radicales utilizaron

el fraude, el golpe de cuartel o la invasión armada para mantenerse en el poder, incluso en contra de otras

fracciones del mismo liberalismo.60

Para un recuento de las revoluciones, guerras y golpes de estado locales que sucedieron en Colombia entre

1864 y 1878, ver “El Relator”, (Bogotá), 30/X/1877. Información complementaria en: (De la Vega, José:259-

60), y en (Núñez, Rafael: 213).

poder. Se institucionalizó entonces, junto a la “ficción democrática”59

–elecciones fraudulentas-, el alzamiento armado, la intervención militar yel golpe de Estado como medios para conseguir el poder. El principiopolítico que entonces se puso en boga fue el de la “alternabilidad políticapor la vía de las armas”, principio que rigió no sólo respecto alconservatismo, sino también en la confrontación política entre las diversasfacciones del mismo liberalismo.60

A partir del triunfo rebelde en la guerra de 1860 y por lo menos hasta laguerra de los mil días, ningún gobierno pudo proclamar ya más enColombia una legitimidad obtenida en las urnas, y todos pudieron serimpugnados como ilegítimos, pues todos tuvieron igualmente su origen enla guerra, o en el fraude electoral. Desde el punto de vista liberal, AquileoParra reconoció que esa realidad se impuso en Colombia durante larepública radical (1863-1878): “El dogma de la alternabilidad legal de lospartidos ha venido a convertirse [en Colombia ] en un mito. No haquedado a los partidos oposicionistas en tan tirante situación otraalternativa que la de soportar pacientemente la exclusión más o menosabsoluta del poder, o apelar al recurso extremo de la fuerza paraadueñarse de él”. (Parra: 545) Miguel Samper, liberal radical, admitiótambién ese hecho: “Desde poco tiempo después de sancionada laconstitución de 1863, se empezó a notar que en todas partes el fraude y laviolencia decidían de las elecciones, hasta el punto de volverse aforismopolítico esta odiosa frase: ‘el que escruta elige, o se elige’... El sufragio...quedó completamente pervertido”. (Valencia. “ESTADO....”:56)

El conservador independiente Manuel María Madiedo, describió así esamisma realidad en 1874: “Como las cosas se deshacen por el mismocamino que se hacen..., querer hoy deshacer con una elección lo que es laobra de una conquista militar, es alucinarse tristemente... En los únicosestados, Antioquia y Tolima, en que hoy [gobierna el partido Conservador]lo hace a título de vencedor militar, y de seguro que no consentirá en serderribado allí con boletas echadas entre un cajón... Las elecciones sonfórmulas con que el partido dominante regulariza su propio mecanismo, yno un medio de alternación en el poder... Por lo mismo quien no posee los

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61

En: “El Tradicionista”, (Bogotá), 12/V/1874, Pg. 1.417.62

“La Regeneración”, (Bogotá), 1/VI/1876, P: 27.63

Para Alonso Valencia Llano, “en el decenio de hegemonía radical (1867-1878), el gobierno fue controlado

en la práctica por un círculo oligárquico, sustentado por una red de caciques y gamonales”.(Valencia.

“ESTADO...”:58)

elementos y recursos necesarios para alternar por medio de una victoriamilitar, no debe [aspirar a gobernar en Colombia]”.61

El jefe conservador Leonardo Canal, afirmó lo que sigue en 1876: “en elestado actual del [país, no] puede hacerse valer el simple derecho,mientras que no vaya apoyado con la fuerza... Nuestros adversariospolíticos en Colombia nos repiten diariamente, con cínico descaro, aquelloque Uds. han oído muchas veces, de que ellos no entregarán por papelitoslo que han conquistado con las armas. Para mí es demasiado claro que[en esas condiciones] es enteramente inútil que procuremos echar [votos]por millares en las urnas electorales”.62

+4.1. El “Olimpo Radical” .La “alternabilidad por la vía de las armas” se vio acompañada por laconsolidación de un círculo reducido de dirigentes políticos en el país,conocido como el “Olimpo Radical”, el cual fue consecuencia de que laelite radical constituía una minoría intelectual y política incluso dentro delliberalismo colombiano, y un efecto de la estructura social oligárquica delpaís. A nivel nacional, poco más de un centenar de hombres monopolizólos principales cargos del gobierno federal y de los estados -presidencia dela república, carteras del gabinete, puestos del Congreso, magistraturas dela Corte Suprema, generales “en disponibilidad”, cargos diplomáticos,presidencias y gobernaciones de los estados, etc.-. Los integrantes del“Olimpo” salían de un alto cargo público para ocupar otro, en un carruselsin fin que excluía no sólo a los dirigentes del partido conservador, sino agran parte de la propia clase política liberal.63

El conservador Manuel Briceño describió así en 1876 el origen ycaracterísticas de la oligarquía radical: “Los que a balazos conquistaron elpoder [los liberales], se dividen a su vez disputándose el poder. Entonceslos que dominan emplean contra sus propios copartidarios la fuerza, laamenaza, el fraude o el escrutinio. Testigos de estos hechos son las 30revoluciones de [los últimos] 14 años,... Destruido el sufragio, destruidoestá también el sistema republicano. El absolutismo de un círculoreemplaza al gobierno de todos, y ese círculo viene a formar un grupo deprivilegiados, superiores a la ley, irresponsables de sus actos... Si hay leyde elecciones, escrutad, (o llamad a la guardia y ametrallad a loselectores); si hay estados soberanos que os den recelo, conquistadlos con

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En: “Diario de Cundinamarca”, (Bogotá), 8/VII/1874, Pg. 819. Sobre este mismo tópico véase también: “El

Relator”, (Bogotá), 30/X/1877, pgs. 201-201, y, De la Vega:259-260.65

En: “Diario de Cundinamarca”, (Bogotá), 8/VI/1876, pg. 719. Negrillas fuera del texto.

la fuerza o corromped a sus gobiernos con el dinero. ¿Necesitáis unCongreso? ‘Formad las listas y mandad que lo hagan’. Eso dice laoligarquía”. (Briceño:102-102,473)

+4.2 La perturbación crónica del orden público durante el “OlimpoRadical”.Existe un acuerdo entre los historiadores colombianos de todos los maticesacerca del hecho de que la perturbación del orden público fue una constantedurante el régimen radical. Ello obedeció en primer lugar a la“alternabilidad por la vía de las armas”, y en segundo lugar al federalismode la “autonomía absoluta de los estados”. En 1874 Salvador CamachoRoldán resumió así las revoluciones ocurridas desde la Convención deRionegro: “En los 10 últimos años ha habido las siguientes revoluciones:en Antioquia...1; en Bolívar...2; en Boyacá...2; en el Cauca...1; enCundinamarca...4; en el Magdalena...4; en Panamá... 4; en el Tolima...3”. Según Rafael Núñez, solo en Panamá hubo entre 1862 y 1878: “un64

presidente muerto en campo de batalla defendiendo su derecho, yderrocados, más o menos violentamente, siete, a saber: Calancha, Amador,Guerrero, Neira, Cervera, Arosemena (Pablo), Correoso y Casorla, sincontar con uno que, se dice, fue envenenado”. (Núñez:213)

Este panorama de permanentes revoluciones y golpes de estado de tipolocal, hizo que un diplomático extranjero caracterizara en esos años aColombia como “anarquía organizada”. Este término lo acuñó en 1871 elembajador de los Estados Unidos en Bogotá, Mr. Hurlbut, en un informeoficial que dirigió al Secretario de Estado de su país. Hurlbut escribió: “larebelión armada es aquí una de los medios más ordinarios para adquirirpoder... El gobierno de Colombia es una anarquía organizada, muyhábilmente dirigida a perpetuar la revolución y a consagrar la secesión.[Este gobierno] está a la merced de cualquier bando de conspiradores que[desee tomarse el poder por la fuerza en los estados]”.65

El resultado de un régimen político surgido de la guerra, y de superponeruna organización política de soberanía absoluta de los estados a la realidadsocial del país, dio por resultado un régimen en manos de una reducidaoligarquía política nacional, aliada a unas más reducidas oligarquíaspolíticas locales. La “alternabilidad por las armas”, respuesta obligada a lautilización del fraude electoral y de las bandas armadas oficiales yparamilitares por parte de los círculos gobernantes, acrecentó los

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Ese instrumento se debilitó al final de la guerra civil de 1876-77, cuando los liberales independientes se

encontraron en posesión de un poderoso ejército, igual o superior a la “Guardia Colombiana”, lo cual permitió

que Julián Trujillo, general en jefe de ese ejército y vencedor de Antioquia en la guerra, pudiera ser elegido

Presidente de la República en 1878. En ese momento llegó a su fin la época del “Olimpo Radical” en

Colombia.

argumentos de los grupos políticos de oposición, muchas veces del mismopartido, para acudir a la rebelión armada como mecanismo para acceder alpoder local. La consecuencia fue que los alzamientos y enfrentamientosarmados locales se convirtieron en una constante de la vida políticanacional, y que las organizaciones de hombres armados –militares yparamilitares- terminaron siendo la base de los hombres del poder.

Según Fernán González, “todos los sistemas electorales estaban diseñadosconscientemente para impedir o dificultar la participación política deladversario y para negar la representación proporcional de las minorías...La imposibilidad casi total de cambio político por medios electoralespacíficos condujo a que casi todos los cambios políticos de los estados sedebieran a golpes militares internos, tácitamente tolerados o abiertamenteapoyados por el gobierno nacional... la imposición [ilegal] de la voluntaddel gobierno federal en los asuntos internos de los estados... fueprobablemente la única manera posible de ejercer el gobierno nacional,dada la debilidad del ejecutivo que la carta sancionaba”. (González:“PARA...”:202-204. La Guardia Colombiana se convirtió en uninstrumento político decisivo para la supervivencia del régimen liberalnacido de la guerra. El conservatismo tendrá que esperar por su parte 66

hasta una nueva guerra, la de 1885, para poder volver al poder, en alianzacon el nuñismo, facción de derecha triunfante dentro del liberalismo.

+La revolución de Berrío en Antioquia: último acto político y militarde la guerra de 1860.El estatus quo político resultante del triunfo rebelde en la guerra de 1860,comenzó a afectarse a raíz del alzamiento conservador dirigido por PedroJusto Berrío en Antioquia a principios de 1864, el cual constituyó la últimaola del remolino bélico que agitaba a Colombia desde 1860. Estealzamiento no solo produjo graves fisuras en el seno de la coalicióntriunfante liberal-mosquerista, sino que además estableció las condicionespolíticas que habrían de regir al país durante los siguientes quince años.

La rebelión de Berrío derrocó a Pascual Bravo, presidente mosquerista deAntioquia, quien fue muerto en combate. Este hecho ofreció la oportunidadpara que Mosquera diera a conocer su interpretación sobre la soberaníaabsoluta de los estados, la cual no incluía para él el derecho de asesinar alpresidente de un estado para tomarse el poder. En consecuencia, Mosquera

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67

La Constitución de 1863 estableció un sistema de elección indirecta, similar al que existe hoy en USA: quien

obtenía la mayoría en 5 de los 9 estados obtenía la presidencia de la Unión. En las elecciones para el período

1864-66, Murillo ganó en 6 estados, Mosquera obtuvo el voto del Cauca y Santos Gutiérrez los de Bolívar

y Boyacá. No hubo ningún candidato conservador.68

Esta prerrogativa la eliminaron los radicales en 1867, cuando Mosquera estaba de nuevo en la presidencia,

lo cual permitió que los conservadores de Antioquia se armaran, y que en 1876, cuando estalló la guerra civil,

este estado poseyera un stock de elementos de guerra muy similar al del Gobierno Nacional.

inició preparativos para invadir Antioquia y sofocar la rebeliónconservadora. El caudillo caucano, quién gobernaba el país gracias a untriunfo militar, consideraba que el ejecutivo federal estaba en la obligaciónde impedir el surgimiento de gobiernos revolucionarios en los estados, puesello violaba la constitución de Rionegro que en el Art. 8 ordenaba a losestados, “organizarse conforme a los principios del gobierno popular,electivo, representativo, alternativo y responsable”, y los gobiernossurgidos de revoluciones no cumplían con esos requerimientos. Mosqueraestaba además dispuesto a impedir a todo trance el regreso de losconservadores al poder.

Sin embargo, antes de que Mosquera atacara Antioquia, llegó el término desu mandato, por lo que debió entregar el poder a Manuel Murillo Toro,elegido para sucederlo. (Bushnell,1984:46) Murillo no sólo anuló el67

ataque a Antioquia, sino que reconoció al gobierno conservador de Berrío.Con este proceder el jefe radical buscó debilitar al mosquerismo,mayoritario dentro del partido liberal de Antioquia, y realizar unaadvertencia a los gobiernos liberales de los demás estados: no contarían conapoyo federal si eran derrotados por los conservadores.

El entendimiento entre Berrío y Murillo que surgió del reconocimiento delgobierno del primero por el segundo, contribuirá a estabilizar el régimenradical por más de una década (1864-76). La alianza se consolidará en 1867cuando Berrío ofrecerá ayuda militar para derrocar a Mosquera. Esteacuerdo dará aire al grupo conservador más homogéneo de Colombia, elantioqueño, quien para garantizar su supervivencia en la república liberal seapartará durante más de un decenio del resto del conservatismo colombianoy se concentrará en la administración de los asuntos internos de Antioquia.Sólo después de la muerte de Berrío -1875- Antioquia volverá a unirse a losesfuerzos del conservatismo del país por derrocar a los radicales, lo que enparte explica porqué sólo hasta 1876 los conservadores volvieron a unirseen guerra civil para recuperar el poder.

Murillo impuso sin embargo a Antioquia un convenio por el cual esteestado reduciría su ejército a 200 hombres,(Villegas:18) con lo cual parecióquedar establecido que era prerrogativa del gobierno federal fijar el tamañode las fuerzas armadas de los estados. Al reconocer al gobierno68

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69

Recuérdese que la debilidad del Estado federal, y el poder de los círculos de poder local ya habían obligado

a Ospina Rodríguez en 1859 a aceptar estos mismos “principios”, cuando tuvo que reconocer, muy a su pesar,

el gobierno revolucionario de Nieto en Bolívar.

conservador de Antioquia, Murillo Toro estableció como principios de lavida política colombiana la legitimidad de la vía revolucionaria para llegaral poder en los estados, y que el gobierno federal no intervendría cuandolos grupos de poder local hicieran uso del “derecho de insurrección” conobjetivos estrictamente locales. Murillo debilitó de esta forma la69

capacidad de regulación del poder central aún más de lo que ya lo habíahecho la Constitución de Rionegro. La vigencia de estos “principios”hundiría el federalismo en Colombia a la postre, y el conjunto de objetivosque llevó a radicales y mosqueristas a alzarse en guerra civil en 1860.

CONCLUSIONES.

El relevo de los partidos en el poder fue el talón de Aquiles de lademocracia sin pueblo colombiana del siglo XIX. La última oportunidad enese siglo que un partido relevó a otro por la vía de las urnas fue en 1857.Los vencidos en esas elecciones se alzaron en guerra civil en 1860. Comoresultado de esta guerra, los liberales, unidos a los “nacionales” -mosqueristas- conseguirían desalojar a los conservadores del poder por lossiguientes 25 años e intentarían consolidar durante ese período las reformasliberales iniciadas desde 1849.

Las causas de la guerra de 1860, y las condiciones que permitieron eltriunfo del bando rebelde en ella fueron las siguientes:

1. La coalición del partido conservador y el clero, sólo pudo ser derrotadacon la alianza del liberalismo y el mosquerismo, la cual dio continuidad a la“revolución de medio siglo”, trunca desde la guerra de 1854. Dos fueronlos puntos que polarizaron a los bandos contendientes: A. El tipo defederalismo que regiría en Colombia, y B. La secularización de la sociedady del Estado.

2. La guerra de 1860 asumió la forma de un enfrentamiento entre una partedel Estado contra otra, donde el bando rebelde contó desde el principio conlos recursos políticos, jurídicos, logísticos, humanos y militares que lereportaba la posesión de cuatro de los ocho estados federales quecomponían el país.

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3. Un poco antes de la guerra el partido de gobierno se dividió en tresgrandes sectores, uno de los cuales, el mosquerismo, pasó a encabezar elbando rebelde, otro, el Herranismo, mantuvo su neutralidad durante laprimera parte del conflicto –incluido el sector del clero que acataba lasorientaciones políticas del arzobispo Herrán-, y el tercero, el ospinismo,debió afrontar la guerra sólo con los recursos de los estados deCundinamarca y Boyacá, pues Antioquia, herranista, fue un apoyo inestabledurante parte del conflicto.

4. En la primera parte de la guerra, y hasta un poco antes de la toma deBogotá, el bando rebelde fue el más débil desde el punto de vista militar,pero a partir de una hábil estrategia política supo neutralizar considerablesfuerzas políticas y militares del bando legitimista, y aislar y derrotarmilitarmente al sector más recalcitrante del conservatismo –el ospinismo-.

5. En lo militar, los elementos decisivos para el triunfo de la rebeliónfueron los siguientes: A) el dominio del río Magdalena, con el cual losrebeldes aislaron los dos bastiones más importantes del legitimismo–Antioquia y el altiplano cundiboyacense-, les impidieron comunicarse yapoyarse y les cerraron la vía para aprovisionarse de armas y pertrechosdesde el exterior; B) adelantar la guerra casi desde el principio en elterritorio legitimista, con lo cual se consumieron sus recursos materiales yhumanos en detrimento del ejército legitimista, pues se sometió esteterritorio al doble desgaste de tener que sostener dos ejércitos al mismotiempo; C) afrontar una guerra de posiciones de una forma ofensiva, en lacual el ejército rebelde no aceptó un enfrentamiento decisivo sino hasta elmomento en que hubo acumulado fuerzas suficientes para garantizarbuenas posibilidades de éxito; tal momento se presentó cuando la fuerzamilitar legitimista había sido obligada a recular hasta colocarse de espaldasa la capital, sitio desde donde ya no podía retroceder más y de maneraobligada debía presentar batalla, y al mismo tiempo proteger los accesos dela ciudad, con lo cual se le llevó a dispersar su fuerza justo en el momentoen que los ejércitos de la rebelión, el de Mosquera y el de Santos Gutiérrez,se unían para golpear el flanco más débil del enemigo; D) en la segundafase de la guerra, posterior a la toma de Bogotá, el haber sacado partido delerror de los jefes legitimistas, sobre todo de Canal en el nororiente del país,de desaprovechar el inmenso potencial de la guerra de guerrillas ypretender adelantar la guerra en el terreno en el cual eran más fuertes losrebeldes, el del enfrentamiento de las grandes masas, con lo cual ellegitimismo abandonó los territorios en que mayor apoyo tenía y pasó alibrar una guerra a la defensiva en un territorio que no le era tan propicio–el sur del país- y con un ejército desmoralizado que paulatinamente se fuedesperdigando; E) dejar para lo último el enfrentamiento del ejército de

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Antioquia, y hacerlo justo en el momento en que era asesinado el principalcaudillo legitimista, Julio Arboleda, con lo cual cayeron abatidas al mismotiempo dos de las cartas en que el legitimismo fincaba sus esperanzas devictoria, lo que produjo la desbandada final de la guerrilla de Güasca ydemás fuerzas irregulares del legitimismo.

6. Las consecuencias del triunfo del bando rebelde fueron principalmentelas siguientes: A) en lo sucesivo la base ideológica del poder políticoestuvo sustentada en Colombia sobre el principio de “lo que a bala hemosganado no lo perderemos con papelitos”, con las consecuencias que sedesprenden de un poder político de partidos exclusivistas que establecen suhegemonía sobre esta clase de fundamentos; B) con la desamortización debienes de manos muertas se dio fin de manera definitiva al régimen–premoderno- de tierras inenajenables, y con este, al latifundio eclesiásticoen Colombia; C) con las medidas de tuición y desamortización se exacerbóel problema religioso y el enfrentamiento Estado-Iglesia en Colombia; D)este hecho, sumado al federalismo de la “soberanía absoluta de los estados”que primó durante la “República Radical” (1863-1878), generó un periodode profunda y grave inestabilidad política en el país, donde el “OlimpoRadical” y las oligarquías de tipo local dominaron a su amaño el espectropolítico colombiano; E) esta inestabilidad política sentó las bases para elrégimen de “Dios y Orden”, conocido como la Regeneración (1886-1900),el cual abatió la Constitución de 1863, base de la “República Radical”, ytodas las conquistas de la “revolución liberal de medio siglo”, tanto en elcampo de la secularización de la sociedad y del Estado como en el de laslibertades civiles y políticas, y cerró por más de un siglo la posibilidad deque el federalismo volviera a ser una forma de gobierno aceptada enColombia. Con la caída de la “República Radical” llegarían a su fin todaslas conquistas de la guerra de 1860, y se sellaría la derrota del intento demodernización liberal de Colombia; la Regeneración impondría un modelodistinto –conservador y clerical- para “entrar” a la modernidad, encontraposición al modelo radical que se moldeó desde el triunfo del bandorebelde en la guerra de 1860.

BIBLIOGRAFÍA.

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