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X Congreso Anual de la Academia de Ciencias Administrativas, A.C. (ACACIA)

Tema No. 7 Asuntos Sociales en la Administración

Laura Margarita Medina Celis Universidad de Guadalajara Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA) Departamento de Contabilidad Mód. H 1er. planta Av. Periférico No. 790 Núcleo Los Belenes Zapopan, Jalisco. C.P.45101 Tel. y Fax. (33) 3770 33 00 ext. 5175 y 5173 [email protected] y [email protected] Posgrado de Administración de la Facultad de Contaduría y Administración Universidad Autónoma de San Luis Potosí, S.L.P., México. 3,4 y 5 de Mayo de 2006

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La Responsabilidad Social de la Empresa

Resumen

La Responsabilidad Social de la Empresa (RSE) juega un papel trascendente en los

ámbitos económico, social y medioambiental, en el gobierno y la sociedad, impactando

en las organizaciones y personas con quienes la empresa se relaciona en el medio en

que realiza sus operaciones llevando a cabo sus actividades y cumpliendo sus objetivos

empresariales.

Este estudio pretende dar a conocer cómo la contabilidad interviene en los quehaceres

de las empresas para reflejar sus actuaciones, poniendo de relieve el papel que lleva a

cabo en la elaboración de información y cómo ésta debe garantizarle transparencia a

los usuarios.

Las empresas actualmente proporcionan información que requiere contar con datos

sociales y medioambientales para cubrir las expectativas de todos los grupos de interés

que se relacionan directa o indirectamente con ella, es ya insuficiente la información

financiera, la demanda por una mayor transparencia en la actuación de las

corporaciones, los parámetros que instituciones internacionales se han dado a la tarea

de elaborar considerando los requerimientos dictados hasta ahora en materia de

sostenibilidad.

Keywords / Palabras clave:

Business ethics, Corporate Social Responsibility, Stakeholders, Sustainable

Development.

La Responsabilidad Social de la Empresa Laura Margarita Medina Celis

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1. Índice Introducción

1.1 Marco de referencia

1.2 Antecedentes de la RSE

1.2.1 La empresa, sus valores

1.2.2 Alcance de la RSE

1.2.3 Precedentes de la RSE

1.2.4 Definición de RSE

1.3 Tendencias de la RSE

1.4 La contabilidad, el contador y la información

1.5 Los destinatarios de la información elaborada por la empresa

1.6 Expectativas de los grupos de interés

2. Objetivo y justificación de la investigación La importancia que en la actualidad tienen las actividades empresariales requiere que

se proporcione información financiera correcta, veraz y oportuna. Hasta ahora ésta se

ha revelado insuficiente para evaluar la responsabilidad social que éstas asumen con el

entorno y su actuación en consecuencia para el mantenimiento y conservación del

mismo, echando en falta en sus tareas la consideración de acciones para el desarrollo

sostenible.

En el ámbito empresarial lo importante siempre ha sido, es y será obtener los óptimos

(máximos) resultados, la tendencia actual apunta a la pretensión de que los beneficios

deban ser distribuidos entre los diferentes grupos (stakeholders) con los que la empresa

se vincula.

Los daños causados al ambiente, los recursos naturales utilizados o maltratados, el

consumo desmedido de éstos y la falta de conciencia han contribuido al deterioro o

agotamiento de los mismos, esto junto con la poca preocupación por el bienestar y

acrecentamiento en la capacidad de los recursos humanos de las organizaciones son

gastos que han sido cargados a la sociedad y no internalizados por las propias


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entidades en sus cuentas, procurándoles un indebido beneficio y no mostrando la

situación financiera real de las empresas externando costos a los stakeholders que con

más insistencia piden transparencia y cuentas claras para que éstas realicen las

inversiones necesarias en activos, en pro del medio ambiente y humano.

3. Desarrollo del tema: Introducción La Responsabilidad Social de la Empresa (RSE) es parte de la esencia de la empresa,

una cuestión inherente a ella desde su nacimiento, debe estar implícita en la misión y la

visión de la empresa que se desea ser o tener, que cambia de acuerdo a las

necesidades y expectativas de los partes con que se relaciona constantemente.

La RSE tiene su antecedente en la gestión ambiental que las empresas hace tiempo

introdujeron, ha despertado un gran interés por los asuntos que ponen en peligro la

salud y el bienestar de las personas por el trabajo que éstas llevan a cabo o por su

exposición o convivencia con el medio que las rodea.

El componente más significativo de la RSE es la voluntariedad lo que significa ir más

allá en el cumplimiento de la ley en su actuar cotidiano para consolidar más dicha figura

en el contexto actual que afrontan la sociedad y el medio ambiente en crisis en nuestro

país y en el planeta1, la Unión Europea emitió ya un Libro Verde sobre la RSE, así

también muchas organizaciones se han pronunciado a favor del desarrollo sostenible o

sustentable, término referido en el Informe Burtland en 1987, que contempla la

realización conjunta de los aspectos económicos, sociales y medioambientales en el

desarrollo de las actividades empresariales.

Normativas referidas a reportes sociales e informes ambientales en la Unión Europea2 y

los Estados Unidos de América3 son exigencias para las grandes corporaciones que

1 Problemas ambientales, sociales y económicos como incendios, huracanes, despidos, cierres de empresas, caídas financieras en los mercados por el agotamiento de combustibles fósiles 2 Por ejemplo se puede mencionar que “Dinamarca fue el primer país en legislar en RSE, en 1995, sobre las empresas y la información medioambiental”. [íbidem.: 119]. 3 Como es el caso de la Ley Sarbanes-Oxley de 30 de julio de 2002. Que puede consultarse en: www.sec.gov/rules/soxact2002.htm


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cotizan en los mercados financieros4, y otras más son marcadas a cada uno de los

miembros comerciales con los que las empresas trasnacionales realizan operaciones. En síntesis, dice Tua [1988: 932] la responsabilidad social de la empresa tiene su

origen en el hecho de que la empresa actúa en y para la sociedad en un contexto frente

al que ha de afrontar las consecuencias de su actividad y el ejercicio de la potestad que

la propia sociedad le confiere.

1.1 Marco de referencia

La RSE es un concepto que ha revolucionado la consideración sobre los negocios

desde hace unos cuantos años, señalando que tal idea debió estar siempre fija en la

mente de los empresarios quienes deben siempre preocuparse por el conjunto de sus

actuaciones en los ámbitos que les rodean.

La empresa, como ente que forma parte de una comunidad y en el que muchos

intereses se encuentran contenidos, debe estar pendiente de sus necesidades

económicas para con los accionistas y de sus compromisos con el Estado pero también

de las necesidades de terceros, como son sus clientes, proveedores y la sociedad en

general, pero principalmente de las necesidades y compromisos con sus trabajadores,

que están directa o indirectamente relacionados con ella.

Desde esta nueva perspectiva, dentro de sus objetivos no sólo están los económicos

(que sí son muy importantes, –aún cuando los beneficios sean extendidos a sus

partícipes-) incluso cuando, con la obtención de éstos se pueden alcanzar otros fines

que están implícitos desde el nacimiento de las organizaciones.

Estos son, los aspectos más presentes en la actualidad (el social y el medioambiental) y

que hacen pensar, sin duda, en que el futuro nuestro y el de las generaciones venideras

se encuentra en peligro. Esta preocupación ha llevado a la Organización de las 4 Tal es el caso de los códigos de ética, o de buen gobierno de España, por ejemplo: los denominados Código Olivencia e Informe Aldama y el Código de Mejores Prácticas Corporativas mexicano, que se pueden consultar en las bolsas de valores de España y México disponibles en: www.cnmv.es y www.bmv.com.mx, respectivamente.


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Naciones Unidas (ONU) a interesarse por las preocupaciones sociales y

medioambientales que los individuos y las organizaciones debemos atender, y a las

cuales hemos restado importancia ateniéndonos erróneamente a los inagotables y

diversificados suministros de nuestro entorno, y a la adaptabilidad del recurso humano.

Desde hace algunas décadas las consideraciones en el mantenimiento y conservación

del medio que nos rodea y su período de vida que también es finito han despertado el

interés de grupos de ecologistas por cuidarlo con no muy buenos resultados hasta el

momento. Asimismo, hemos visto pisoteados derechos personales mínimos sin siquiera

concebir los intereses más elementales de los individuos que componen la sociedad.

En muchos de esos casos de deterioro social y medioambiental, los causantes han sido

las empresas sin haberse dado por enterados qué daños, y la magnitud de éstos se han

originado, y el tiempo en qué estos repercutirán aún en el entorno.

Haciendo un recuento de los acontecimientos que han enmarcado el surgimiento de la

RSE en las últimas décadas, hemos de comentar, por ejemplo, los sucesos en los

Estados Unidos de América, como la precarización laboral, la profundidad de las

desigualdades y la extensión de los fenómenos de exclusión que posteriormente

avanzaron a Europa en los noventa. Ello supuso una serie de transformaciones

económicas para el crecimiento, el empleo y la cohesión social europea. El principio

rector de las empresas era la competitividad y ser rentables, sin dejar de lado sus

responsabilidades sociales su preocupación mayor eran en las relaciones laborales, la

organización del trabajo y el empleo [Perdiguero, 2003: 126 - 127].

El primer impulso de la política social en el proceso de construcción europea inicia con

el Tratado de Ámsterdam, seguido de las dimensiones políticas, económicas y sociales

del crecimiento que se concretan con la Cumbre de Lisboa del 2000 con énfasis en la

formación continua, la organización del trabajo, la igualdad de oportunidades, la

integración social y el desarrollo sostenible; luego, con la agenda social de la Carta de

Niza se fortalece el modelo social europeo del progreso económico-social creando las


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condiciones para llevar a cabo una asociación con los interlocutores, las ONG’s, las

autoridades locales y los organismos que gestionan los servicios sociales implicando a

las empresas para reforzar su responsabilidad social. [Íbidem, 128 y CE, 2001: 5].

En julio de 2001 la Comisión Europea (CE) presentó el Libro Verde titulado “fomentar

un marco europeo para la RSE” cuyo objetivo es favorecer un amplio debate en Europa

sobre las relaciones empresa-sociedad, para ampliar las responsabilidades

empresariales, más allá de las exigencias legales afirmando que la RSE no se debe

considerar sustitutiva de la reglamentación sobre los derechos sociales o normas

medioambientales, ni permite soslayar la elaboración de normas apropiadas, la

rendición de cuentas, mayor transparencia y la mejora en los mecanismos de

información. [CE, 2001].

Este modelo debería extenderse a otros países, como el nuestro; para fomentar el

crecimiento económico y estimular a las empresas para que sigan creando valor,

empleando a todos los individuos sin distinción, brindándoles seguridad y conciliando

actividades laborales y familiares dentro del más alto respeto y cuidado del medio

ambiente y considerando la opinión de todos y cada uno de los grupos de interés.

La CCE ha dado un enfoque a la actividad empresarial del que espera mucho, con una

orientación muy esperanzadora (más ambicioso en términos generales) al que quizá se

le halla dado en otros países, buscando conformar una sólida y competitiva economía;

en el renglón de la RSE son bastantes las expectativas que se tienen en cada uno de

los planos económico, social y el medioambiental Lozano [1999], Lozano et al., [2005];

y que a su vez esté desprovista de las desigualdades económicas, las exclusiones y la

destrucción sistemática del capital social en nombre de la razón económica [Perdiguero,

2003: 109].

La tarea que desde el ámbito empresarial está por hacer, es la asunción de un papel

más protagónico en el campo social y el medioambiental involucrando a todos los

partícipes vinculados a la empresa para lograr con ello, su contribución al desarrollo


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sostenible, a través de la comunicación que la empresa debe tener con todos y cada

uno de ellos, procurando atender sus particulares necesidades y vigilar que éstas

puedan ser satisfechas. La corporación no sólo debe cumplir con algunos grupos en la

oferta de bienes y servicios de calidad y buen precio, sino también en el establecimiento

de magníficas relaciones (internas y externas) cuidando la eficacia del diálogo y la

fiabilidad de sus informes.

Es tarea de la contabilidad facilitar las herramientas de apoyo en que habrá de

estructurarse la información proporcionada a los stakeholders implicados en las

organizaciones, a fin de alcanzar la transparencia en los datos suministrados y de servir

de evidencia en el cumplimiento de la misión, los valores y la visión de la corporación,

aún cuando ésta sea muy pequeña, en cada uno de los aspectos de la triple cuenta de

resultados que han de considerar las empresas.

1.2 Antecedentes de la RSE Algunos valores (éticos, sociales, de transparencia) de la entidad financiera antigua y

actual, han estado siempre presentes en ella, pero han sido en ocasiones minimizados

o han pasado intencionalmente desapercibidos por los directivos; poniendo en relieve

su interés principalmente por alcanzar beneficios económicos para el accionista

(Frieddman y Leavitt) siempre que la actuación de la compañía se enmarcara dentro del

cumplimiento de la legislación aplicable a la realización de las actividades lícitas,

ejecutadas por la firma.

Visto el aspecto económico como única tarea de los funcionarios, éstos se dedicaban a

alcanzarlo a costa de lo que fuera, sin considerar más aspectos que su función de

generación de riqueza para los accionistas. Ocasionando impactos negativos que la

actividad que las empresas han ocasionado a las personas, a la sociedad y al medio

ambiente, debido a que no se han internalizado muchos de esos costos originados y

que han sido parcialmente absorbidos por la sociedad y sin haber sido reflejados en la

información financiera proporcionada por las firmas, se hace un llamado de atención

para que las organizaciones en un esfuerzo por contabilizar esas partidas y asumir el


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compromiso de implementar una conducta socialmente responsable con las personas y

el medio del que se valen para la ejecución de su objeto

Observar una conducta de empresa socialmente responsable puede resultar simple y

muy benéfica si se orquesta con la participación general de sus partes interesadas

considerándola como una distribución más justa de beneficios y costos que realiza un

ente a todos sus interlocutores.

Es cierto que quizá con la RSE no se llegue a erradicar los problemas sociales,

económicos y medioambientales de nuestra realidad, pero si, al menos influir en una

disminución de los mismos; tratando de que cada día se ponga por lo menos una

mínima atención en reducir la pobreza, las enfermedades, las injusticias, la

contaminación y el deterioro ecológico; asumiendo actitudes más responsables no sólo

individualmente también en las pequeñas y grandes corporaciones.

Los pensadores del Siglo XVII influyeron bastante en la forma de concebir la empresa y

sus responsabilidades; así también, la Revolución Industrial debió detonar muchas

alarmas y sensibilizar a algunos empresarios en la inclusión de aspectos sociales en la

empresa que lejos de ocasionarle gastos pueden ser una inversión en el capital

humano esencial para la firma; que, repercute en un beneficio general para la sociedad.

Después de que fueron los aspectos sociales los que más movieron las fibras

empresariales por muchos años, surgen más recientemente, las preocupaciones

medioambientales para concebir luego la RSE, considerando que juntamente al interés

económico de obtención de utilidades para los accionistas, se intercale y complemente

a la perfección con los intereses sociales y medioambientales, haciéndolos extensivos a

otros partícipes de la organización en forma continuada.

1.2.1 La empresa, sus valores La empresa es una realidad compleja; no se trata sólo de hacer rentable un patrimonio,

su composición es la clave para toda reflexión sobre ella, comprendiendo las distintas

interrelaciones de ésta con la sociedad, se le adjudica una función social en la


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producción de bienes y servicios con el uso adecuado de los recursos implementando

una serie de procesos que generen beneficios. [Camacho, et al., 2002: 28].

La heterogeneidad del grupo con que la firma se interrelaciona (interna y externamente)

dificultan definir las necesidades que unos y otros tienen, y cómo la empresa ha de

cuidar aquéllas y las suyas propias dentro del contexto de actuación que debe observar

para cumplir todos sus deberes y alcanzar sus objetivos, atendiendo los intereses de

todos y cada uno de los colectivos que se encuentran afectados por el funcionamiento

de la empresa.

A decir de Lozano [1999: 265], “libertad responsable y sensibilidad son, los valores

básicos que han de definir la nueva clase de hombre para la nueva empresa. […]. La

comprensión de la realidad organizativa (con todas sus potencialidades) en el contexto

social, cultural y tecnológico contemporáneo nos lleva irremediablemente a

preguntarnos por la calidad humana que hará viables las organizaciones en el futuro, y

a preguntarnos por el desarrollo en el seno de las organizaciones de todo lo que hace

referencia al potencial humano cualitativo.

Los cometidos de la entidad empresarial actual sobrepasan el papel tradicional de

creación de riqueza debido a la existencia de múltiples interrelaciones sociales que se

establecen entre los distintos agentes, lo que origina responsabilidades para las

compañías, que anteriormente no tenían en cuenta y que van más allá del cumplimiento

de sus obligaciones legales.

1.2.2 Alcance de la RSE La RSE en nuestro punto de vista, implica un cambio integral, invirtiendo en ello los

recursos y esfuerzos necesarios para realizar un proyecto de renovación de la imagen

corporativa, por convencimiento propio; y trazarse objetivos más ambiciosos cada vez,

teniendo en cuenta las opiniones de los demás, buscando una mejor apariencia y salud,

procurando que los beneficios se extiendan a los partícipes.


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Igual sucedería con la adopción de una RSE, entendemos que es un estreno de traje

para la empresa por lo que implica que si no todo el conjunto, por lo menos una parte

sea nuevo, y quizá no sólo habrá que realizar uno o dos cambios sino posiblemente

varios, paulatinamente, no es necesario ser drásticos, pero sí consistentes y

persistentes.

No es suficiente cumplir las leyes o hacer obras buenas, la RSE implica la

consideración de una estrategia general que ha de realizar la empresa buscando la

calidad en todas sus acciones y relaciones, interiorizando costos de todos los recursos

que usa para alcanzar sus fines.

La RSE a decir de Francés [2005: 10] supone una innovación y, paradójicamente, una

ventaja competitiva basada en el compromiso con la sociedad y el medio ambiente.

Establece un nuevo pacto entre las empresas y la sociedad, el cual pone los cimientos

para un crecimiento económico sostenible, incluyente, armónico y respetuoso con

valores humanos y sociales.

Las buenas prácticas de RSE que una empresa articula deben ser difundidas y

compartidas para que otros entes sean capaces de implementarlas y para que todos los

afectados por las organizaciones conozcan la información que requieran acerca de las

acciones que las compañías realizan para alcanzar los beneficios esperados en la triple

cuenta de resultados.

1.2.3 Precedentes de la RSE La RSE se configura desde el nacimiento de la empresa, siendo el interés económico el

que predomina e implementando los planes sociales y medioambientales cuando al

parecer les son exigidos por sus distintos partícipes.

Se remonta la RSE a tiempos en que el filósofo y economista Adam Smith refería

aspectos de gran trascendencia para la economía, sosteniendo en su más importante

obra que el beneficio de un individuo era repercutido a la sociedad, él hizo hincapié en


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conceptos como el libre comercio, el valor, la empresa, el capital, el mercado, los

agentes, el Estado, etc.; que en la actualidad siguen siendo considerados.

Los siglos XVIII y XIX se caracterizaron por una gran cantidad de movimientos

revolucionarios en el mundo para alcanzar logros sociales, un trato más humano,

sensibilidad a los valores de justicia, equidad, bienestar para las personas y la sociedad

desarrollándose leyes que rigen el trabajo y la seguridad social.

El siglo XX se destacó por la trascendencia del aspecto medioambiental, el rápido y

continuo deterioro del medio alertó de consecuencias graves para el planeta

ocasionados por la contaminación, la acelerada disminución de los recursos naturales

(vegetales y animales) y otros factores relacionados originados por varias actividades,

entre las cuales se menciona la imprudente actuación empresarial.

La RSE, como sugiere Lozano [1999], es un concepto que se originó en los años

cincuenta, ligado al rápido incremento de tamaño y poder de las empresas

norteamericanas. Ya en 1953 la obra de Bowen denominada Social Responsibilities of

the Businessman argumenta que la empresa debe desarrollar políticas y adoptar

decisiones deseables desde la perspectiva de los objetivos, prioridades y valores de la

sociedad actuando como agentes morales de la sociedad [Perdiguero, 2003: 200].

La crítica al sistema de negocios y la opinión pública durante los años sesenta fue

produciendo un cambio de sensibilidad y orientación del lugar que las empresas

ocupaban en la sociedad, lo que desató el debate sobre la RSE: la no reducción de la

empresa a su función económica, la atención a todos los grupos incluidos en la

actividad empresarial y la implicación de la empresa en la solución de los problemas

sociales.

Sin embargo, la más citada referencia en torno a la RSE se encuentra en los trabajos

realizados por Friedman “The only business of business is business” [1962 y 1970],

quien no admite ningún tipo de duda: la RSE no es otra que aumentar sus beneficios


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[Lozano, 1999: 86], tanto como pueda siempre que respete las reglas del juego

[Larrinaga, 1995: 169], evitando el engaño y el fraude [Rovira, 2002: 15 y Perdiguero,

2003: 144].

Evidentemente la empresa busca el beneficio económico. La maximización del

beneficio se entiende más bien como consolidarse en el mercado y garantizar la propia

continuidad: mantenerse holgadamente, ganar cuota de mercado, mantener un ritmo de

desarrollo tecnológico y organizativo acorde con los avances de la técnica y de la

sociedad en general. [Camacho, et al., 2002: 23-24].

El conjunto de actividades de la industria, el poco cuidado por parte de las personas del

entorno, la nula atención por parte de los gobiernos y otras muchas causas han

colaborado en mayor o menor medida al agotamiento de recursos y a la polución, que

acarrean otra buena dosis de problemas quizá aún desconocidos e inimaginables como

consecuencia del mal manejo actual de los aspectos económicos, sociales y

ambientales por parte de empresas y gobiernos (como principales autores, no únicos).

En la década de los años setenta al afrontarse problemas sociales urgentes como la

pobreza, el paro, las relaciones entre razas, la degradación urbana y la contaminación,

la RSE se convirtió en un clamor compartido por diversos grupos que exigían cambios

en los negocios americanos. Lozano [1999: 81-82].

Cobran importancia las políticas públicas en el desarrollo de la RSE, en Alemania por

ejemplo, se extiende la orientación ética de la empresa presente en las instancias que

regulan la política económica y en la legislación que restringe la actividad empresarial,

las demandas y exigencias sociales de responsabilidad empresarial, leyes y

regulaciones, ocasionaría que las empresas protagonicen un rol más consciente en su

actuación, el uso de recursos, la consideración de opiniones de los ciudadanos y la

revelación de informes éticos [Adams, 2000].


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Durante el período de 1971 a 1980 la primacía la ocupaban los aspectos sociales sobre

los ambientales, entre las propuestas contables destacadas en este período que vieron

la luz, están el Informe Trueblood (AICPA, 1973), el “Report of the Committee on

Environmental Effects of Organization Behavior” de la AAA (1973), el Corporate Report

del Accounting Standards Steering Committee en 1975 y el Balance Social francés de

1980 [Llull, 2003: 76-77].

Precisamente en Francia, Jacques Delors lidera un proceso de reflexión teórica que

culmina con la publicación en 1971 de indicadores que permitirían expresar los niveles

de desarrollo de la sociedad en términos de equilibrio entre el crecimiento económico y

el progreso social, que en junio de 1977 adquiere el rango de ley, tras las

investigaciones y el debate académico suscitado. Regulando la obligación de rendir

cuentas sobre las políticas sociales de empresas con más de trescientos trabajadores

[Perdiguero, 2003: 142].

“La RSE tiene su origen en el hecho de que la empresa actúa en y para la sociedad, en

un contexto frente al que ha de afrontar las consecuencias de su actividad y el ejercicio

de la potestad que la propia sociedad le confiere […]. Se considera a la unidad

económica como un subsistema del sistema social en el que opera, de modo que

actualmente se busca y defiende el entronque social de la empresa y su inserción en la

comunidad a cuyas aspiraciones y demandas no puede permanecer ajena”[Tua,1988:

932].

En el período comprendido de 1981 a 1990 hay una progresiva especialización dentro

de la contabilidad social y medioambiental, se generó literatura en torno a los estados

de valor añadido y los informes sobre los empleados. La preocupación por los aspectos

medioambientales cobra preponderancia sobre los sociales, pero la información

proporcionada por las empresas está más enfocada a la imagen y a los resultados y por

consecuencia es poco fiable [Llull, 2003: 77].


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En este período la ética se convierte en objeto de investigación apareciendo la corriente

de la Ética de los Negocios (Business Ethics) dominando el panorama de la reflexión

teórica y la discusión pública sobre la RSE. Las políticas públicas y las regulaciones

sociales que habían fundamentado los enfoques de la RSE en los setenta, son

desplazados por los principios de autorregulación empresarial y por la dinámica de

adaptación de los criterios de funcionamiento de la sociedad al libre juego del mercado

[Perdiguero, 2003: 149].

Se producen avances significativos en la regulación normativa de la información

medioambiental y aparecen los sistemas estandarizados de gestión y auditoría

medioambientales como (EMAS e ISO 14000) [Llull, 2003: 77].

El enfoque de atender a los “grupos participantes” se consolidó durante la década de

los noventa y se asignó a la dirección la obligación de gestionar en función de las

necesidades, expectativas, intereses de todos los grupos e individuos afectados por sus

actividades. Considerándolos como “medios instrumentales” para alcanzar los objetivos

de la propiedad, o “como amenazas a sus intereses” [Perdiguero, 2003: 159].

La última década del siglo pasado y los primeros años del actual, detonaron la

conformación de programas en las organizaciones internacionales, y en la aprobación

de lineamientos para el cuidado de los recursos naturales y el medio humano como las

directrices de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) que se han ido dando a

conocer con la adhesión al Pacto Mundial, los preceptos dictados por la OCDE

(Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico) y las disposiciones en

materia de derechos laborales impuestos por la OIT (Organización Internacional del

Trabajo) que deben ser asumidos por las corporaciones en la realización de sus

actividades económicas.

Estas directrices refieren a la erradicación del trabajo infantil, la igualdad de género, el

derecho a la educación, la eliminación de la pobreza y el hambre, la reducción de la

mortalidad infantil, la mejora de la salud materna, el combate contra las enfermedades,


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la protección de los consumidores, la transparencia, la lucha contra la corrupción y

garantizar la sostenibilidad del medio ambiente.

La CE con la inclusión de la RSE en el Libro Verde: Fomentar un marco europeo para la

responsabilidad social de las empresas que publicó el 18 de julio de 2001, establece las

directrices básicas de responsabilidad social y medioambiental para las empresas

europeas, refiriendo el carácter voluntario tiene la RSE, y señala que “[…] las empresas

deben integrar consideraciones ambientales y sociales en sus actividades. […] Debería

animarse a las empresas a adoptar un enfoque proactivo en materia de desarrollo

sostenible en sus operaciones, tanto dentro como fuera de la Unión Europea”[CE, 2001:

5].

El siglo XXI plantea un reto a las organizaciones actuales desafiándolas a actuar más

responsablemente, asumiendo una actitud innovadora preocupada por su entorno,

buscando y encontrando nuevas maneras de asumir un compromiso de una mejora

integral en los aspectos económicos, sociales y medioambientales simultáneamente

que le plantea el desarrollo sostenible, dentro de un marco de acción socialmente

responsable protagonizado por las empresas con la más ardua participación de todos

los involucrados en la misma y en conjunto con la sociedad para alcanzar una mejora

en todos los ámbitos.

Dejando atrás la imperiosa necesidad de las empresas por la maximización de

beneficios, los desequilibrios sociales que las han caracterizado y la insalubridad que

han dejado en el medio ambiente.

1.2.4 Definición de RSE

Es difícil conceptualizar un término que puede ser tan vasto desde la óptica de cada

agente con interés en las corporaciones. Influyen en el término sus objetivos, misión,

visión y los roles, que le toca desempeñar en la sociedad a los distintos stakeholders

por ello, hemos de contestar en torno a la definición de la RSE, que ha de ser un

concepto que ha de ajustarse dependiendo el momento, el lugar, y las circunstancias; a


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las necesidades predominantes que se vayan planteando a la organización en armonía

con las características esenciales de la triple cuenta de resultados.

Hay que señalar, que a decir de AECA, “se habla de la responsabilidad social como una

nueva dimensión empresarial preocupada por el concepto de sostenibilidad, en el que

tienen cabida a un mismo nivel las facetas económica, social y medioambiental.” Y se

concibe al desarrollo sostenible como el fin a alcanzar por medio de la implantación de

un modelo de empresa socialmente responsable.5

Con respecto al desarrollo y evolución que ha experimentado el concepto de RSC,

AECA por su parte, indica que en las empresas:

“Se produce una reorientación, vinculando algunos aspectos de la responsabilidad

social a la creación de riqueza futura, introduciendo medidas sociales más allá de las

normas legales… La responsabilidad social atiende no sólo a los aspectos de creación

de riqueza, sino también a los de desarrollo sostenible surgidos de la cumbre de Río de

Janeiro de 1992, especialmente al impacto medioambiental de las actividades

económicas”6

“La RSE es asumir de forma consciente todo este mundo de relaciones recíprocas con

distintos agentes sociales y con la sociedad toda; de tal manera que no se considere

sólo con el resultado no previsto de la actividad empresarial, sino como verdaderas

variables que entren en juego efectivamente en los procesos de decisión de la

empresa”. [Camacho, et al., 2002: 29].

El Foro de Expertos en RSE del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales de España,

proporcionó en agosto de 2005 la definición de RSE, señalando que “la RSE es,

además del cumplimiento estricto de las obligaciones legales vigentes, la integración

voluntaria en su gobierno y gestión, en su estrategia, políticas y procedimientos, de las

5 En el original, aparece el texto en cursivas en la página 11 de dicho documento. 6 Documento No. 1 “Marco Conceptual de la Responsabilidad Social Corporativa” Asociación Española de Contabilidad y Administración de Empresas (AECA) [2004:12]


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preocupaciones sociales, laborales medio ambientales y de respeto a los derechos

humanos que surgen de la relación y el diálogo transparentes con sus grupos de

interés, responsabilizándose así de las consecuencias y los impactos que se derivan de

sus acciones”.

La dificultad de conceptuar dicha figura radica en la diversidad de obligaciones legales

existentes en los distintos lugares y países, en las políticas de actuación de cada ente,

las necesidades específicas de cada región, empresa, individuos (tanto los internos

como los externos); las condiciones medioambientales, tipos de actividad (productos y/o

servicios), entre otros factores que impedirían armonizar la ejecución de los mismos

principios, propiciando la continuidad del desigual modelo actual.

A la RSE se han referido una buena cantidad de autores, así Francés [2005: 9] da su

punto de vista y señala acorde a la referida definición del Foro de Expertos de RSE del

Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales que “la RSE consiste en la asunción voluntaria

por parte de las empresas de responsabilidades derivadas de los efectos de su

actividad sobre el mercado y la sociedad así como sobre el medio ambiente y las

condiciones de desarrollo humano”, y no sólo se trata de observar la normatividad sino

de implementar políticas de gestión surgidas de la comunicación con los partícipes y

sus necesidades.

Francés [2005] indica, que la responsabilidad derivada de la actividad empresarial

requiere gestionar aspectos que las leyes no pueden determinar en todos sus detalles

y todas sus implicaciones: como el desarrollo personal en el trabajo, el respeto a los

consumidores como clientes y ciudadanos con derechos, la conciliación de trabajo y

vida personal, el trato imparcial a las personas en el medio laboral y profesional, el

impacto de la actividad industrial en el entorno social y natural, las expectativas

ciudadanas sobre la contribución de las empresas a los objetivos sociales, la I+D+i7, la

reputación corporativa, la transparencia informativa, la promoción y mantenimiento de la

confianza de los inversores. 7 Quiere decir la importancia que tiene la innovación tecnológica como elemento de desarrollo sostenible. El uso de la mejor tecnología disponible en el avance de la Investigación, el Desarrollo y la innovación.


19

El documento de la CE menciona ahora que: “Ser socialmente responsable no significa

solamente cumplir plenamente las obligaciones jurídicas, sino también ir más allá de su

cumplimiento invirtiendo “más” en el capital humano, el entorno y las relaciones con los

interlocutores. La experiencia adquirida con la inversión en tecnologías y prácticas

comerciales respetuosas del medio ambiente sugiere que ir más allá del cumplimiento

de la legislación, puede aumentar la competitividad de las empresas. La aplicación de

normas más estrictas que los requisitos de la legislación del ámbito social, por ejemplo

en materia de formación, condiciones laborales o relaciones entre la dirección y los

trabajadores, puede tener también un impacto directo en la productividad. Abre una vía

para administrar el cambio y conciliar el desarrollo social con el aumento de la

competitividad”8.

En palabras de Cortina [El País, 20/08/2005], la idea de beneficio se amplia al

económico, social y medioambiental, y la de beneficiario a todos cuantos sean

afectados por las actividades de la empresa, “la responsabilidad social debe asumirse

como una herramienta de gestión, como una medida de producción y como una

exigencia de justicia. Hay una obligación moral con todos los afectados que no debe

eludir una organización justa”.

Diremos que la RSE es el comportamiento que las organizaciones deben asumir en la

actuación que han de llevar a cabo tendiente a homogeneizar al mismo tiempo sus

aspectos económicos, sociales y medioambientales en el desarrollo de sus actividades

dentro del más estricto cumplimiento de sus fines informando en todo momento de la

situación que guarda a cada uno de sus grupos de interés garantizándole la fiabilidad

de sus resultados.

1.3 Tendencias de la RSE

Todo parece indicar que se ha de renovar la concepción de la empresa, con miras a

lograr un compromiso voluntario de éstas con el desarrollo de la sociedad y la

8 Libro Verde: Fomentar un marco europeo para la responsabilidad social de las empresas [Comisión Europea, 2001: punto 21]


20

preservación del medio ambiente, con el fomento a nivel internacional de conductas

responsables de cara a alcanzar un desarrollo sustentable.

Empresa sostenible es aquella que no sólo aporta un valor económico a la comunidad,

sino que obtiene dichos resultados sin degradar el ambiente social y asegurando la

conservación del entorno para futuras generaciones. [Perales y Urarte, 2005: 36]. Y su

misión y reto es encontrar oportunidades que resulten beneficiosas tanto para ella como

para la sociedad en la que opera. Conlleva un cambio en prioridades y valores, así

como la disminución de consumos exagerados. [Gili, et al., 2005: 16].

Una estrategia de desarrollo sostenible ha de procurar identificar y explotar las

oportunidades en que todos puedan salir ganando, fomentando la eficiencia económica,

la cohesión social y el respeto por el medio ambiente. La obtención de beneficios

económicos y la creación de valor para el accionista dejan de ser exclusivamente los

únicos objetivos de las empresas, considerando otras formas de generación de riqueza

basadas en la explotación de otro tipo de capitales (natural, humano y cultural) y

considerando las expectativas de las partes interesadas [Perales y Urarte, 2005: 36].

Adicionalmente para su desarrollo han de establecerse las vías apropiadas que

permitan identificar claramente a los diferentes grupos de interés y sus necesidades,

desde una perspectiva global que introduzca criterios de responsabilidad en la gestión

integral de la organización que repercuta a toda su cadena de valor, adoptando las

estrategias que implementadas en la empresa puedan ser cuantificables y generen

resultados medibles a través de indicadores que sean verificados externamente para

garantizar la fiabilidad de los mismos y sean posteriormente comunicados de forma

transparente.

Se pretende lograr una concientización del papel que desempeña cada uno como grupo

de interés en las empresas para que éstas observen una conducta de RSE hacia los

tres aspectos del desarrollo sostenible haciendo o construyendo un modelo nuevo de

empresa con aspiraciones más justas económica, social y medioambientalmente


21

benéficas para todos los involucrados en las organizaciones. Procurando concebir

dentro de la firma nuevas formas de gobierno, más participación y diálogo con los

partícipes, otras maneras de configuración del capital, consideración de una misión y

visión más incluyente y general, extensiva en beneficios a todos los interlocutores con

los que la empresa se vincula y la garantía de proporcionar oportunamente y con

certeza la transparencia que la sociedad demanda de las organizaciones sobre su

actuar responsable.

Estimulando a la empresa con incentivos cuando así lo amerite o castigándola cuando

se haga acreedora por observar una conducta contraria a los intereses de los partícipes

y los principios de la RSE, la implicación del Estado será indispensable, en algunos

casos imponiendo normas y en otras sólo como uno más de los partícipes con una

buena dotación de influencia en las estrategias de RSE hasta ahora voluntarias, con la

extensión de éstas prácticas a las Administraciones Públicas para que adopten como

los demás, aspectos como: los códigos de buen gobierno, la ciudadanía corporativa, la

ética en los negocios, el crecimiento del capital humano, la contabilidad social, la

valoración de intangibles, la internalización de costos y la consideración en los estados

financieros de externalidades que no son contabilizadas por las empresas por

desconocimiento de ellas o dificultad para medirlas o cuantificarlas.

La contabilidad será esencial para el diseño e implementación de sistemas de

información y el desarrollo de los informes externos para la revelación de información,

ya que ésta se constituye en un apoyo en la preparación de documentos que respalden

la transparencia informativa con atención de los requerimientos de todos los afectados.

1.4 La contabilidad, el contador y la información El conocimiento y la valoración de la situación de las empresas tal como está, es difícil;

encontrar la evidencia en los estados financieros de la contabilidad tradicional, resulta

complejo e insuficiente para algunos grupos de interés; la contabilidad es importante

para dar a conocer la situación financiera, pero ahora se requiere que todas las partes


22

estratégicas de la empresa participen conjuntamente en la elaboración de información

que se proporcione a los stakeholders procurando su satisfacción.

El contador para llevar a cabo la ejecución de su trabajo en el entorno de una ESR ha

de acompañarse de expertos profesionales de otras áreas del conocimiento para

trabajar en la clasificación y registros más básicos, atendiendo a los rubros y cuentas

cuidando de hacer provisiones, depreciaciones, amortizaciones de todos los activos y

pasivos que adquiera la empresa en cualquier forma y tiempo, afectando

adecuadamente cada cuenta observando los principios de contabilidad generalmente

aceptados, las normas internacionales de contabilidad y las de información financiera;

considerando la correlación de ingresos y gastos y la imagen fiel de la empresa. Sin

olvidar los demás requisitos de la información contable como la relevancia, la

suficiencia y la prudencia, por mencionar algunos.

La injerencia que la contabilidad tiene en el ámbito interno de las empresas es muy

representativo, pero su impacto en el ámbito externo esta muy rebasado, Llull [2003:

69] considera que “la contabilidad es un mecanismo que refleja la situación existente y

contribuye a su continuidad, es también un instrumento que puede favorecer el cambio,

en la medida en la que vaya incorporando nuevas perspectivas” el reto que implica la

información de la RSE rebasa las características y propiedades de la información

financiera elaborada incluso por los expertos contables, se requiere otro tipo de

informes o complementar los existentes, los datos con que cuentan las empresas tienen

que ser vaciados a los tradicionales estados financieros y que sin duda seguirán siendo

de estricta necesidad a efectos del cumplimiento de los preceptos contables y fiscales

vigentes, adicionados con los requerimientos de los partícipes, siguiendo por ejemplo

las guías de las memorias de sostenibilidad dictada por el Global Reporting Initiative.

La evolución del concepto de contabilidad sustituye o complementa la función de

registro con la utilidad para los usuarios en la información financiera, dando un

importante paso a la necesidad de facilitar el uso de los estados financieros “a las

personas que tengan interés en una empresa individual o en los más amplios


23

problemas relativos a la economía nacional” fundamentando el deber de informar en el

derecho de los interesados, desde el planteamiento de la teoría de la RSE [Tua, 1988:

922].

La Comisión de las Comunidades Europeas (CCE) [2002: 16], en su comunicación

sobre una contribución empresarial al desarrollo sostenible menciona la necesidad de

que exista un consenso “sobre el tipo de información que debe revelarse, la

presentación formal de los informes, los indicadores utilizados y la fiabilidad del

procedimiento de evaluación y auditoría permitiría una evaluación comparativa y una

difusión de los resultados de las empresas más pertinentes en sectores específicos o

para empresas de tamaño similar”.

Así también, al tratarse la RSE de un aspecto en evolución acorde al crecimiento de la

empresa misma y las formas y estructuras que ésta va adquiriendo, desde el aspecto

societario o jurídico que financiera o legalmente le sea favorable y en atención a la

mejoría de cada una de las características de la tripe cuenta de resultados que ha de

vigilar celosamente para llevarla siempre a buen fin, a la mejoría de su ideal actuación

en beneficio de ella y sus stakeholders.

Anteriormente, dice Llull [2003: 68] “la información contable fue considerada secreta,

accesible únicamente al empresario” y en la actualidad, tanto el incremento de tamaño

como la ampliación del abanico de usuarios han originado lo que se ha dado en llamar

el modelo de los stakeholders o partícipes, que defiende el derecho a la información de

los diferentes grupos con un interés legítimo en la marcha de la empresa exigiéndole

transparencia y rendición de cuentas para la sociedad.

La presentación de información es uno de los principales instrumentos de la empresa

[Gray, et al., 1996] para gestionar su relación con los partícipes, para obtener su apoyo

y aprobación, o para evitar su oposición o reprobación; y a decir de Carrasco, et al.,

[1999] el derecho a una información veraz y razonable y el hacer realmente partícipes –


24

en distinto grado- a los diferentes grupos de interés en el proceso de toma de

decisiones empresariales, es lo que se defiende en el modelo; citado.

Llull [2003: 94] dice, “para avanzar en términos de sostenibilidad, cabrá postular la

aportación de información complementaria” Vallverdú [2003: 17-18] asignándole la tarea

a los profesionales de la contabilidad para que promuevan la emisión de informes

evidencia importante de la imagen que no parecen tener las organizaciones con la

finalidad de proporcionarla a los partícipes, y de que sus empresas no se queden por

detrás de la legislación y de la competencia.

En el terreno de la RSE, “el principio contable de correlación es el principio por

excelencia, de ésta (o, mejor aún, de la economía) [...]”. Si se incumple dicho principio,

la imagen fiel (a que hacen referencia Vallverdú y Somoza [2004: 5] ) en términos

económico-sociales tampoco se alcanza.

Cada vez más frecuentemente, vemos cómo principalmente las grandes corporaciones

están preocupadas por proporcionar información a sus grupos de interés sobre las

acciones que están implementando en los campos social y medioambiental, y que

además de llevarlas a cabo las difunden con el fin de hacer transparente y extensiva su

gestión y extenderlo a otras empresas para que dichas estrategias sirvan de ayuda para

configurar otras.

Gray et al., [1987: 2-3], indican que la expresión rendición de cuentas, significa

responsabilidad, es señalado como el requerimiento o la responsabilidad de dar cuenta

de las acciones realizadas, que no es necesariamente, una cuenta financiera de las

acciones por las que es responsable.

El Institute of Social and Ethical Accountability (ISEA) [1999] manifiesta también que

rendir cuentas de algo es explicar o justificar los actos, omisiones, riesgos y

dependencias por las que uno es responsable frente a la gente con un interés legítimo

en la organización. De ahí la trascendencia que han tenido en los últimos años los


25

reportes anuales de numerosas empresas de países como Reino Unido en la Unión

Europea y Estados Unidos en el continente americano que oyendo a sus stakeholders

han puesto interés y recursos en elaborar memorias de sostenibilidad.

Por su cuenta, Lozano et al., [2005: 33] mencionan que construir relaciones sociales

supone, que todos los actores implicados, y no de forma exclusiva las empresas, deben

aprender a relacionarse entre sí, asumiendo criterios y prácticas propuestas como

constitutivas de la RSE. A estos efectos hemos de referir que [Gray, et al., 1987: 4]

indicaban que la situación que guardaban los informes que eran emitidos años atrás, y

la publicación de informes sociales era el proceso de brindar información destinada a la

rendición de cuentas (social accountability) de la organización responsable con la

inclusión de datos en las cuentas anuales, publicaciones o reportes especiales y

propaganda para la sociedad.

En tanto que, la Fédération des Experts Comptables Européens (FEE) [1999: 4]

menciona que la preparación y suministro de información, por parte de los gestores,

para el uso de múltiples partícipes tanto internos como externos sobre la situación y el

resultado de las actuaciones medioambientales de su organización deben tratarse en

un informe medioambiental por separado, que podría ser incluido en otro tipo de

informe social-ético.

Rovira [2002: 23-24] aborda la trascendencia e interés en la información sobre los

aspectos de carácter social y medioambiental a través del Corporate Social Reporting

(CSRep) para la revelación voluntaria de información, que incluye todo tipo de datos,

amplios y diversos que comprende aspectos de utilidad para los diferentes grupos de

partícipes.

No es ajeno a la contabilidad que el tipo de informes de sostenibilidad que ahora se

presentan y que acordes a las guías o estándares vigentes han de irse adaptando a los

requerimientos que demanden los grupos de interés de las organizaciones, y los que

seguirán estando a cargo de los profesionales de la contabilidad, que deberán poner


26

énfasis en los aspectos sociales y medioambientales de las cuentas que utilicen y de la

información que preparen o verifiquen, con ayuda de los profesionales de otras áreas

de la empresa o externos a ésta.

1.5 Los destinatarios de la información elaborada por la empresa Los hoy cada vez más famosos grupos de interés de las empresas, que en su origen

sólo eran los accionistas que invierten su capital en una organización, arriesgando en

tal empresa incluso la pérdida de éste, poniendo en juego su patrimonio familiar en el

cumplimiento de un fin específico, la maximización del mismo, y a quien concedemos

principal importancia, pero en este momento, hemos de referir la existencia y relevancia

de otros interesados en la situación de la organización como son el Estado, sus

trabajadores, sus clientes, consumidores, proveedores, contratistas, competidores, y la

sociedad en general.

La información prácticamente se restringía a ser conocida exclusivamente por los

directivos de la empresa y los inversores, por razones muy obvias. Después fue

revelada a los gobiernos por una exigencia estricta mostrada por las administraciones

públicas con la intención de verificar el cumplimiento de obligaciones legales

principalmente de tipo fiscal.

Más tarde, fueron exigidos por los trabajadores de las propias empresas con el

requerimiento justo de poder constatar el reflejo del producto de su trabajo y la

distribución de utilidades como premio a su esfuerzo y la preocupación por el liderazgo

y prestigio de los bienes y servicios por ellos realizados. Posteriormente la conducta

fraudulenta y corrupta que algunas empresas han protagonizado ha hecho

indispensable la difusión de informes para todos los miembros de la sociedad que

exigen conocer la cifra de negocios y el tipo de actividades que las organizaciones

están llevando a cabo no sólo en su comunidad sino en el mundo entero, ya que la

repercusión de sus actuaciones ha tenido los más insólitos alcances que los

empresarios de antaño jamás hubieran imaginado.


27

Por todo ello, habrá que adaptar nuestro trabajo y conocimientos contables a los

requerimientos que demanden los interlocutores de la empresa actual y futura con el

objetivo no sólo de satisfacer sus necesidades sino de exceder sus deseos.

Freeman [1984] desarrolló el enfoque del partícipe, él concibe a la empresa en un

entorno en que también se sitúan una serie de stakeholders9 que tienen una serie de

intereses en la actuación del negocio y que, tienen cada vez más poder sobre la

marcha de la empresa.

El enfoque del partícipe es una ampliación del modelo tradicional que representa a la

empresa como una relación propietario/gestor (principal/agente) [Gray, et al., 1987],

pero considerando un rango mucho mayor de grupos interesados en la acción de la

empresa, en una gran cantidad de intereses y no exclusivamente en la generación de

beneficios.

1.6 Expectativas de los grupos de interés Cada uno de los partícipes involucrados esperan la atención estricta de cada una de sus demandas, las que sin duda son tan variadas como las características que a cada uno de éstos le son aplicables, y que en muchos de los casos asumen más de un rol en su relación con la empresa y en la que se potencian un sin fin de aspectos benéficos como perjudiciales para las organizaciones de acuerdo al grado de atención que éstas le den a cada una de las necesidades manifestadas o no a las partes relacionadas con las cuales deben de interactuar y que se vuelven complejas con la asunción de más de un papel que tienen en juego. Los requerimientos que cada uno de los grupos interesados va teniendo originarán una nueva manera de satisfacción por parte de las empresas para darle atención a las cambiantes necesidades de los stakeholders que le requerirán a las empresas estar siempre al día y pendientes de nuevas formas de alcanzar la satisfacción de sus diversos interlocutores y los suyos propios.

4. Conclusiones La contabilidad es la ciencia a través de la cual hemos de plasmar la realidad

económico, social y medioambiental que las empresas socialmente responsables llevan

a cabo en la realización de sus operaciones y en la ejecución de sus estrategias de

negocio.

9 Se traduce como partícipe, significando cualquier ente, persona o colectivo que está interesado en cómo pueden afectarle las actividades de la empresa, tanto desde un punto de vista medioambiental como social.


28

En la emisión de los informes de RSE que las organizaciones deben llevar a cabo de

manera periódica se evidencia el resultado de su comportamiento sostenible con el

entorno y la atención a las demandas de la sociedad.

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