la prensa del siglo xix y dalías, tipografía de plomo y uvas miguel clement martín

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La prensa en Dalías en el siglo XIX: tipografía de plomo y uva. La historia de 1800 a 1900 interpretada a través de los papeles periódicos de la época. Miguel Clement Martín. Sociólogo. Periodista. Miembro del Grupo de Investigación “Estudios del Tiempo Presente”.

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La historia de Dalías (Almería) durante el siglo XIX está muy condicionada por el devenir de dos de los sectores económicos que dieron peso a la provincia de Almería en el contexto económico mundial y que se han convertido en motivo de investigación pormenorizada desde ámbitos históricos, sociales y económicos. Me refiero, por concretar, a la extracción de mineral de plomo y a la producción de uva de mesa. Alrededor de ambas intervenciones humanas, para sacar rentabilidad a los recursos económicos naturales, se cimenta mi intervención, que pretende además ser un compendio que resuma las causas por las que Dalías fue protagonista en la prensa nacional durante el siglo XIX.

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Page 1: La prensa del siglo xix y dalías, tipografía de plomo y uvas   miguel clement martín

La prensa en Dalías en el siglo XIX:

tipografía de plomo y uva.

La historia de 1800 a 1900 interpretada

a través de los papeles periódicos de la época.

Miguel Clement Martín.

Sociólogo. Periodista. Miembro del Grupo de Investigación

“Estudios del Tiempo Presente”.

Page 2: La prensa del siglo xix y dalías, tipografía de plomo y uvas   miguel clement martín

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ÍNDICE

Introducción

La prensa y sus circunstancias históricas

El cambiante mapa del siglo XX

Producción minera

Producción uvera

Desastres naturales y enfermedades

Otras noticias

La prensa de Dalías en el siglo XIX: EL INDEPENDIENTE.

Noticias de los nuevos tiempos.

Conclusiones.

Bibliografía.

Internet.

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Introducción

La historia de Dalías durante el siglo XIX está muy condicionada por el devenir

de dos de los sectores económicos que dieron peso a la provincia de Almería en el

contexto económico mundial y que se han convertido en motivo de investigación

pormenorizada desde ámbitos históricos, sociales y económicos. Me refiero, por

concretar, a la extracción de mineral de plomo y a la producción de uva de mesa.

Alrededor de ambas intervenciones humanas, para sacar rentabilidad a los recursos

económicos naturales, se cimenta mi intervención, que pretende además ser un

compendio que resuma las causas por las que Dalías fue protagonista en la prensa

nacional durante el siglo XIX.

Cada uno de los dos sectores económicos escogidos para el título de mi

intervención vivió su momento de esplendor y de decadencia. En el caso de la minería

todo ocurrió durante el siglo XIX, mientras que en el caso de la uva de mesa perduró su

riqueza hasta mediados del siglo XX. Ambos desarrollos atrajeron a miles de personas

hasta el municipio y su decadencia marcó momentos de masivas migraciones. Ambos

fueron bases sólidas para el crecimiento económico de Almería, y han sido estudiados

con gran profundidad1.

Y aquí introduzco la tercera variable que da título a este pequeño trabajo de

investigación y que es el motivo de mi conferencia: la prensa, los medios de

comunicación durante el siglo XIX y la relevancia de las informaciones que recogían y

que tenían a Dalías como origen.

Para mostrar de qué manera se hacía eco la prensa diaria del siglo XIX de las

informaciones que tuvieron a Dalías como referente, he combinado la información

histórica (en algunos casos supongo que de una forma limitada, ya que no es un estudio

meramente histórico), de la manera más comprensiva posible, con reproducciones de

los periódicos de la época, tanto publicados en Almería como en otras ciudades

emisoras de “papeles periódicos”, como eran Madrid, Sevilla, Barcelona o Cádiz2.

De la provincia de Almería he analizado un total de 209 páginas de varios

periódicos publicados en nuestra provincia, en los que aparecían informaciones

relacionadas con Dalías. Su pervivencia nos permite saber qué noticias eran las que

gustaban a los lectores de aquélla época. Almería tuvo una enorme difusión de medios

1 Andrés SÁNCHEZ PICÓN. La integración de la economía almeriense en el mercado mundial (1778-1936). Cambios

económicos y negocios de exportación. Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 1992. 2 Actualmente esta documentación está a disposición del público en general, gracias a los medios electrónicos de

digitalización y de intercambio.

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4

escritos a lo largo del siglo XIX. Pero no todos se nutrían de informaciones. Los medios

en los que he encontrado referencia sobre Dalías son los 10 siguientes:

La Crónica Meridional.

El Eco de Berja.

El Caridemo.

El ferrocarril.

El independiente (Dalías).

El Minero de Almagrera.

El noticiero.

La Restauración.

La Voz médica.

La Revista de Almería.

El mayor número de estas páginas corresponde a “La Crónica Meridional”

(1860), ya que fue la cabecera de referencia del periodismo almeriense del siglo XIX

(junto con “La Campana de la vela”, sin duda).

En cuanto a la prensa nacional, he utilizado 140 referencias encontradas sobre

Dalías, seleccionadas de diferentes medios de comunicación, que abarcan el periodo

desde 1804 a 1899. No son las únicas que existen, pero son una buena muestra también

de las noticias que se producían en Dalías y que eran trasladadas al resto de la nación.

Todo ello sin olvidarnos que hablamos del siglo XIX. Los medios publicados en Madrid

en los que he encontrado referencias informativas a Dalías son las 39 cabeceras

siguientes:

Heraldo de la industria.

El Globo.

Diario oficial de avisos de Madrid.

La correspondencia militar.

El progreso agrícola y pecuario.

Anuario de la Electricidad.

La época.

La Correspondencia de España.

El Día.

La Iberia.

El País.

El Liberal.

El heraldo de Madrid.

La República.

La Unión Católica.

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5

El Siglo futuro.

Archivo diplomático y consular de España.

El Imparcial.

El Día.

La Discusión.

La Unión.

La ilustración española y americana.

La Esperanza.

La Discusión.

La Nueva Iberia.

El Clamor público.

La Gaceta de los caminos de hierro.

El Observador.

El Católico.

La España.

La posdata.

La Revista española.

El Eco del Comercio.

El Diario de Avisos de Madrid.

El Universal.

Miscelánea de comercio, política y literatura.

Correo de Sevilla (Sevilla).

La Conviccion (Barcelona).

El Conciso (Cádiz).

¿Cuáles eran los temas de interés de los lectores de prensa del siglo XIX? Sin

duda ese interés se nutría de los intereses de aquéllos que editaban los “papeles

periódicos”, como eran denominados. En ocasiones dependían de iniciativas de corte

burgués y otras veces de características que permanecían ancladas en el Antiguo

Régimen.

En comunicación, el siglo XIX supone en España la explosión mediática más

importante que se ha vivido nunca, ni en el siglo XX con la Dictadura de Primo de Rivera,

ni con la República Española ni durante la etapa de la Transición política a partir de

1975, ni ya consolidado el régimen democrático actual.

En la provincia de Almería llegaron a circular a lo largo del siglo XIX cerca de

300 cabeceras, lo que nos da la cifra aproximada de la aparición de una media de tres

cabeceras diferentes por año en una provincia que ni tenía ferrocarril (aún no estaba

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creada la línea) ni ninguna otra vía de comunicación eficaz (un viaje entre Almería y

Dalías podía suponer a los pasajeros de la diligencia siete u ocho horas de baqueteos

y saltos). De todas estas cabeceras, la primera en aparecer fue “El Norte de Almería”,

que comenzó a difundirse en 1823. No hay una cifra exacta y concreta de cabeceras

que salieron a la luz, ya que de algunas no se conservan ejemplares, aunque son más

de 300 las referencias de papeles periódicos que se conocen. A lo largo del siglo XIX, y

sobre todo en la segunda mitad del mismo, se publicaron en Almería un total de 22

periódicos de tirada diaria, todo un éxito periodístico si tenemos en cuenta las vías de

comunicación para su difusión y los medios técnicos utilizados para la composición

periodística3.

¿Qué hizo especial ese siglo XIX para la proliferación de medios de

comunicación en la provincia almeriense? La respuesta está, sin duda, en la posibilidad

de comunicar que otorgaron las transformaciones políticas que nos llegan desde

Francia, desde la Revolución Francesa. Es la libertad de imprenta, como se llamó en la

Constitución de 1812, algo que no se podía hacer antes sin ser detenido o ejecutado.

Aunque hay que tener en cuenta que la libertad de imprenta no fue permanente a lo

largo de esos cien años, y se vivieron momentos de censura que impidieron la aparición

de medios de comunicación.

Quería aclarar que los medios de comunicación que se divulgaron en el siglo XIX

no responden al esquema de mass media que tenemos actualmente. En aquel siglo

existieron muchas publicaciones de carácter económico pero también gacetas

culturales, satíricas, poéticas… y de carácter político o religioso. Incluso había

publicaciones que mezclaban todos esos criterios de identidad. Repasando los

ejemplares que han perdurado con el paso del tiempo, se puede observar que se

configura ya una visión crítica hacia la clase política de uno u otro bando, y que los

periódicos no son neutrales sino que toman postura ante la política.

Dejo aquí una pregunta en el aire para que vayan sopesando la información en

la que abundaré a lo largo de los próximos minutos: ¿Hasta qué punto los medios de

comunicación reflejan las preocupaciones reales, la vida real de las personas en un

momento determinado de la historia? Mientras llevaba a cabo esta investigación, he

encontrado pocas referencias a la minería y a la uva y numerosas a cuestiones más del

día a día: las plagas de langosta, las epidemias y enfermedades, la inseguridad

provocada por los bandoleros, los sucesos más escabrosos y su relato, las inundaciones

e incluso a crímenes políticos.

3 GEREZ VALLS, Francisco: Los diarios almerienses del siglo XIX. La prensa en la provincia de Almería, 1823-1900.

Asociación de la Prensa de Almería. Almería, 2006.

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7

La prensa y sus circunstancias históricas

La invención de la imprenta trajo en el siglo XV la regulación de la actividad. En

principio se pretendió una regulación técnica, pero fue a partir de la pragmática de los

Reyes Católicos en 1501 cuando se instauró la censura previa total. El poder se dio

cuenta enseguida de la importancia que iba a tener la imprenta frente a los sistemas

tradicionales de comunicación (aunque la regulación será diferente para la impresión de

libros y para los periódicos).

En el siglo XVIII la Ilustración trajo consigo la reivindicación de mejoras frente al

Antiguo Régimen y el desarrollo cultural, literario y técnico, y esas reivindicaciones

comenzaron a aparecer en los periódicos. De ahí que en 1791 se dictó una Real

Resolución prohibiendo todos los periódicos excepto el “Diario de Madrid”. No era una

decisión que afectara a la población, ya que en aquel tiempo el 80% de los españoles

eran analfabetos y la prensa era leída por una minoría ilustrada y sectores concretos de

la clase media.

Antes de comenzar a abordar la información referente a Dalías, voy a hacer una

introducción sobre la cuestión legal en la que se basó la edición de los medios de

comunicación durante el siglo XIX, puesto que la prensa estuvo sometida al control del

gobierno. No hay que olvidar que el derecho de imprenta se concedía a determinadas

personas que aportaban capital privado, y su trabajo estuvo sometido al control de los

gobiernos de turno.

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8

El gráfico anterior recoge la estadística de la publicación de periódicos que se

realizó en Almería durante el siglo XIX4.

Los papeles periódicos del siglo XIX reflejan de forma mimética el estado político

de cada momento. Los contenidos, la importancia que se le da a una información u

otra… todo aparece ligado al tiempo que le toca vivir al editor, quien muchas veces es

partícipe de los procesos políticos en los que está inmersa la sociedad, apoyándolos o

criticándolos.

Espero no dejarme ningún suceso político importante en el tintero, pero de forma

resumida se puede decir que el siglo XIX comenzó para España siendo un reino clásico

del Antiguo Régimen, pasó por una invasión, la francesa, que propició la organización

liberal y después vivió la vuelta al absolutismo. De ahí nació el carlismo, llegaron los

pronunciamientos militares, la primera república y el periodo de la restauración

borbónica. Y estos acontecimientos marcaron, por encima si cabe que el propio proceso

de la Revolución Industrial, el tiempo que les tocó vivir a los españoles del XIX.

Los periódicos no fueron ajenos a los traqueteos de la política. De hecho, su

aparición o no dependía del sistema político que tocaba en cada ocasión. El XIX es sin

duda el siglo de las constituciones, y también el de la “libertad de imprenta” –como se

denominaba antes a la libertad de prensa-. Estas constituciones alternarán entre la

tradición y la modernidad, entre el conservadurismo y el liberalismo y entre el antiguo y

el nuevo régimen. Y de esas constituciones surgirán las legislaciones que controlen a la

prensa, que digan qué pueden contar y qué no, y quién puede ser el editor de un

periódico o no.

Hasta nueve textos constitucionales y asimilados se conocen del siglo XIX.

Cronológicamente, la relación es la siguiente: la Constitución de Bayona (1808), la

Constitución de Cádiz (1812), el Estatuto Real –la carta otorgada de José I- (1834), las

constituciones de 1837, 1845, 1856 (ésta no promulgada), 1869, la constitución

republicana de 1873 y finalmente la de 1876.

De la coyuntura histórica en que se promulga cada texto constitucional se puede

comprender que la regulación de la información fue durante el siglo XIX una prioridad

para los gobernantes. En mayor o en menor medida, porque bien es cierto que la libertad

de información (como conocemos hoy a la libertad de imprenta) alternó entre periodos

de libertad absoluta y periodos de férreo control gubernamental.

Este control supuso la alternancia de periodos en los que la única prensa

autorizada es aquella que no aborda cuestiones políticas (de contenido literario o

científico) y los periodos en los que el contenido es básicamente político. Así sucedió

4 GEREZ VALLS, Francisco. Obra citada.

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9

durante la primera mitad del siglo XIX, mientras que en la segunda comenzaron a

aparecer diarios informativos o de noticias.

Haciendo una división en función de la mayor o menor libertad de imprenta que

los gobiernos permitían, se puede dividir el siglo XIX en tres periodos históricos en

relación a los medios de comunicación5:

ÉPOCA AÑOS SITUACIÓN DE LA PRENSA

De las Cortes de Cádiz a la

muerte de Fernando VII

1808-1833 Fases de censura y libertad absolutas

De la Regencia de María

Cristina a la Primera

República

1833-1874 Normalización de la actividad

periodística con periodos de represión

De la Restauración borbónica

al fin de siglo

1874-1900 Desarrollo de los periódicos con

normativa legal estable

El siglo XIX comenzó con la limitación de la libertad de información, pero la

invasión francesa y la organización política a través de las Cortes de Cádiz devolvieron

la libertad de imprenta.6 El levantamiento de 1808 supuso la proliferación de periódicos

e impresos en general.

En 1810 se aprobó en las Cortes de Cádiz un decreto (proyectado por Agustín

Argüelles) por el que se reguló la libertad de expresión (la publicación sin necesidad de

aprobación), y la Constitución de 1812 recogió dicha libertad en su articulado (371).

Algunos de los periódicos de aquella época aparecerán más adelante, como fue el caso

de “El conciso”.

En 1814 con el regreso de Fernando VII se restauró la censura previa y se

suprimió un año más tarde la libertad de imprenta.

En 1820 con el pronunciamiento de Riego volvió la libertad de prensa, junto con

la Constitución de 1812. Las limitaciones para los periódicos eran mayores que las

fijadas con la Pepa, pero las autoridades del Trienio fueron blandas en su aplicación. De

esta etapa datan los primeros periódicos conocidos de Almería, entre ellos “El Norte de

Almería”.

La intervención de la Santa Alianza en España terminó en 1823 con el Trienio

Liberal. Reaparece la censura y tan sólo se autoriza la publicación de dos, ya conocidos:

la “Gaceta” y el “Diario de Madrid”. En los últimos años de la “Década Ominosa” el

5 Elaboración propia. 6 Tanto en la Constitución de Bayona como en la de Cádiz se regula la libertad de imprenta, aunque el gobierno francés

de la ocupación no la aplicó.

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absolutista Fernando VII suavizó la situación de impresión, pero se mantuvo el control

político sobre los periódicos que no desapareció hasta la muerte del rey y que dejó en

Almería la reacción liberal que terminó con el suceso de los “Coloraos”.

Entramos en el segundo periodo que he señalado, el que abarca desde la

Regencia de María Cristina a la Primera República (1833-1874).

Durante la regencia de María Cristina y Espartero se dieron pasos para el

resurgimiento de los periódicos, al calor de la nueva burguesía naciente. Sin embargo,

debido al estallido de la primera guerra carlista (1833-1839) se mantuvo la censura

previa (excluyendo de esta censura a las publicaciones científicas, artísticas y literarias)

y se estableció la figura del editor responsable, que identificaba a una persona física

como tal. Aparecieron publicaciones como el Boletín Oficial de la Provincia, El Pensil

(1835) y El Correo Urcitano (1836).

Superado el tercio de siglo aún asomaban a los periódicos noticias sobre la

Guerra de la Independencia, como ésta publicada en 1833 que nos habla de los restos

de un soldado originario de Dalías fallecido como prisionero de guerra. Incluido en una

relación de 80 muertos que fue remitida en 1833 por el embajador español en Madrid,

eran prisioneros de guerra que fallecieron en Francia entre 1808 y 1813. En ella se

encontraba un vecino de Dalías, que falleció en 1811:

Dalías también fue escenario de la confrontación política nacional de cada

periodo. En el siguiente caso, se trata de la formación de un grupo de lucha para llevar

a cabo un pronunciamiento militar por parte de Juan Lucas Arráez, de Berja, como

recogió “La revista española” en mayo de 18347:

7 Al sacar esta publicación, el 7 de noviembre de 1832, su fundador y director, el periodista y dramaturgo José María Carnerero, la considera como la “Serie segunda” de la que ha estado publicando hasta el día uno con el título Las cartas

españolas (1831-1832). Ocupará un papel importante en la prensa política del periodo, incorporando también el

periodismo noticioso, así como los artículos de costumbres y de viajes y la reseña y la crítica teatral, literaria y artística.

Entre otros columnistas contó con Mariano José de Larra.

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El Motín de la Granja (1836) favoreció la restitución de libertades y aperturismo

de la Constitución de 1812, condicionado por la guerra carlista. Pero será con la

Constitución de 1837, que mantuvo los principios de la gaditana, cuando avanza el

liberalismo hasta dar con el nacimiento de una nueva de Ley de Prensa (22 de marzo

de 1837). Con ella se suprimió la censura previa pero se mantuvieron restricciones y

medidas de control, motivadas por la guerra.

Hay una característica que marca la aparición de cabeceras: hay más libertad

pero los propietarios debían depositar una fianza (de 10 a 40.000 reales en función del

tamaño de la población), lo que exigía tener grandes recursos económicos.

Finalizó la primera guerra carlista y comenzó la regencia de Espartero (1840-

1843), que intentó una represión informativa que acabó al final de su mandato incluso

con la orden al servicio de Correos de no admitir para su entrega los periódicos que no

fueran oficiales o adictos a Espartero.

Y llegamos finalmente al reinado de Isabel II, el comienzo del último periodo. De

1843 a 1854 se vivió la denominada “Década moderada” y se proclamó una nueva

Constitución (1845). Los gobiernos moderados limitaron la labor de la prensa mediante

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dos decretos: el de 10 de marzo de 1844 y el de 6 de julio de 1845. Con ellos buscaban

controlar el periodismo restableciéndose cierta censura, la clausura de periódicos y el

pago de cantidades como depósito previo.

La información seguía estando controlada por la monarquía y mostraba su

adhesión a la misma ante cualquier intento de protesta. Así lo recogió en 1844, con

información sobre Dalías, el periódico “La esperanza”8:

A pesar de las limitaciones, en esta época comenzó el periodismo de noticias e

información a través de periódicos de Almería (El Deseo, 1844; El Correo de avisos,

1845; El Caridemo (1846); El Capricho (1847); Biblioteca literaria de Almería (1849); El

Eco de Almería y El Clamor público (1853). En el final de esta década apareció un medio

de gran relevancia para Almería, el primer diario de información general de la provincia,

La Campana de la vela (1854).

La reacción a la política moderada llevó en el ámbito nacional a la Vicalvarada

(pronunciamiento de O’Donnell y Dulce) en 1854, lo cual permitió el restablecimiento de

la Ley de 1837 y un considerable aumento del número de periódicos, propio de las

etapas revolucionarias. Este paréntesis progresista continuó con un bienio moderado en

el que se reimplantó la Constitución de 1845.

A ese bienio le sucedió la etapa de la Unión Liberal (coaligación entre moderados

y progresistas). Sin embargo, en 1857 se publicó una nueva ley de prensa, la auspiciada

por el Ministro de Gobernación Cándido Nocedal. Vuelta a la censura previa y elevación

de los depósitos previos así como las sanciones.

8 Con el subtítulo de “Periódico monárquico”, es la más importante cabecera de la prensa absolutista

española del siglo XIX, como órgano oficioso del carlismo. Con una larga vida, nace tras ser vencidas las

tropas carlistas con el “abrazo” de Vergara, el 10 de octubre de 1844, en pleno proceso de incorporación de

amplios sectores ultracatólicos a la legalidad isabelina emanada de la Constitución de 1845, al ejército, a la

administración y al propio Partido Moderado, en ese momento en el poder, pero sin renunciar a sus

principios ideológicos como combatiente del régimen liberal y parlamentario.

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La guerra de Marruecos (1859-1860) permitió respirar al gobierno, que se vio

apoyado desde los medios de comunicación por cuestiones patrióticas.

En 1863 los progresistas abandonaron la Unión Liberal y comenzó una etapa

que duró cinco años en los que se sucedieron reformas de libertad de prensa

aperturistas (como las puestas en marcha por Cánovas en junio de 1864).

Estos periodos aperturistas permitían la inclusión de comunicados como el que

sigue, que enviaron los demócratas de Dalías en 1863 mostrando adhesión a las tesis

democráticas frente a otras ideologías, y fue publicado en el periódico La discusión9 de

Madrid:

9 Periódico fundado y dirigido en sus primeros años por el célebre jurisconsulto y político José María Rivero (1814-

1878), quien desde 1851 venía presidiendo el Partido Democrático, fundando en 1848 de una escisión del Partido

Progresista.

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Sin embargo, en noviembre de 1864 Narváez dictó una Orden restrictiva para los

medios. Fue este un momento frenético en el establecimiento de normas en contra de

la libertad de prensa:

En mayo de 1866 se aprueba nueva ley que es endurecida en julio (González

Bravo prohíbe la lectura de la prensa en los cuarteles) y que desembocó en una nueva

ley en marzo de 1867.

Sin embargo, la prensa era ya imparable en su evolución. En esa etapa, de 1854

a 1868, se publican una veintena de cabeceras en Almería, entre otras El Urcitano

(1860), El Eco del mediodía (1864) pero sobre todo La Crónica meridional (1860).

En octubre de 1868 es depuesta Isabel II y comienza el denominado Sexenio

Democrático, que fue el primer ensayo republicano en España. Práxedes Mateo

Sagasta aprobó en octubre de 1868 un decreto restituyendo la libertad de prensa y la

Constitución de 1869, “La Gloriosa”, lo incluyó en su articulado. Comenzó entonces un

periodo de proliferación de la prensa ya que desapareció la censura previa y los

altísimos depósitos previos.

De esta etapa destacar la represión contra los periódicos republicanos y carlistas

tras el asesinato del General Prim y la designación de Amadeo I de Saboya en 1871,

respectivamente, que provocó la prolongación de la tercera guerra carlista hasta 1876.

De la primera república destacar a los tres primeros presidentes de gobierno,

Figueras, Pi y Margall y el almeriense Nicolás Salmerón, y una constitución republicana

que quedó en proyecto y que iba a legitimar la libertad de prensa.

La década de los 60 fue pésima para Almería: epidemias de cólera, viruela y

sarampión y decadencia de la actividad minera se sumaron a la situación política.

Durante el Sexenio Democrático se publicaron una decena de periódicos en Almería: La

Voz republicana (1873), El Observador (1868) y La lealtad (1870). De esta misma época

datan revistas políticas satíricas, religiosas o comerciales.

El tercer periodo en que he dividido el siglo XIX comenzó con la rebelión de

Martínez Campos en diciembre de 1873 y el golpe de estado del general Pavía a

comienzos de 1874. Estas circunstancias dieron lugar a doce meses de fuertes

restricciones a los periódicos: todos los opuestos al régimen fueron suprimidos.

Cánovas, el artífice del régimen de la Restauración, dictó normas muy estrictas

para salvaguardar la monarquía, a la que se considera intocable. La ley de 31 de

diciembre de 1875 persiguió especialmente a los detractores del rey y a los portavoces

del carlismo. Esta ley suprimió la censura previa pero mantuvo los controles previos

para folletos que tratasen sobre temas políticos. Además, se volvió al establecimiento

de depósitos previos y la suspensión de periódicos no adictos al régimen.

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15

Hay que esperar a la Constitución de 1876 para ver suprimida la censura previa.

La responsabilidad vuelve a ser de los editores, no de los directores.

Tras varios años de estabilidad, en 1881 Sagasta llega a la presidencia de un

gobierno liberal y proclamó una amnistía casi general para los delitos de prensa y otorgó

libertad a los periódicos. En esta década se publican una decena de periódicos en la

provincia (El Minero de Almagrera –Cuevas-; El Horizonte –Huércal Overa- El Eco del

Almanzora –Cuevas-, El Ferrocarril, El Independiente, El liberal-conservador, La

Crónica Meridional, el Boletín Oficial de Almería y La Revista de Almería).

Del segundo gobierno Sagasta cabe destacar la famosa Ley de Policía de

Imprenta (de 26 de julio de 1883), que estuvo vigente hasta 1939 y, al menos en teoría,

hasta ser derogada por la Ley Fraga de 1966). La Ley de 1883 fue una ley moderna,

que permitía una amplia libertad de prensa política, facilitando por fin a los periódicos

españoles un adecuado y estable marco legal en la que poder desarrollar su labor.

En esta ley se estableció la igualdad de la autoridad y de los particulares en el

derecho de réplica. Para la publicación de periódicos se obligaba a lo habitual: una

licencia previa, pie de imprenta, entrega de ejemplares a la autoridad y contar con un

responsable legal.

A partir de la Constitución de 1876, las cuestiones políticas pasaron a un

segundo lugar en la escala de importancia para los lectores, de ahí que los medios

buscasen fórmulas para obtener apoyo económico (es decir, aparece la publicidad como

forma de conseguir recursos). Surgen así nuevos motivos de publicación y desde 1874

se vivió en Almería una creciente actividad periodística. De esta década son, además

de los clásicos La Crónica Meridional y El Diario de Almería, La Izquierda Almeriense

(1882), Ya veremos (1884), La lealtad (1884), Las Noticias (1885), Almería (1890), El

Sur de España (1891), La República (1891), La República Ibérica 1891), El Adalid

(1894), La Restauración (1895) y La Provincia (1896). Mención especial merece en este

trabajo la noticia de la aparición a mediados de 1885 de “EL INDEPENDIENTE”, único

medio de comunicación, documentado, que se elaboró y difundió desde Dalías en el

siglo XIX, y al que más adelante me referiré de manera un poco más extensa.

Page 16: La prensa del siglo xix y dalías, tipografía de plomo y uvas   miguel clement martín

16

Para terminar el siglo, España enfrentó la pérdida de las colonias, etapa en la

que los periódicos mantuvieron en mayor medida un secretismo cómplice con el

gobierno sobre la evolución de la guerra. En Almería el final de siglo aún vio aparecer

nuevos medios: La patria (1899) y El Regional (1899). En el panorama informativo, no

aportó grandes cosas a la información que recibieron los almerienses a través de sus

periódicos.

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17

El cambiante mapa del siglo XIX

Este mapa histórico procede de Alemania y data de 1799, cambiando el siglo

hacia el que es nuestro interés en este trabajo, y me sirve para situar en el espacio la

narración de aquí en adelante puesto que la historia a caballo entre las divisiones

administraciones hizo que las informaciones de Dalías aparecieran en periódicos de

Almería a partir de 1833, pero hasta entonces (e incluso después por la dinámica

existente, que es parecida a que hoy todavía se hable de Campo de Dalías para referirse

al municipio de El Ejido) las informaciones sobre Dalías aparecerán relacionadas con

informaciones de Granada y las poblaciones de aquélla división.

Como pueden comprobar, Dalías comenzó el siglo XIX en el Reino de Granada

y terminó la centuria siendo almeriense. Fíjense si cambiaron las cosas en ese periodo.

Y con ese dato se pueden dar cuenta del juego que pueden dar a los periodistas noticias

como las que vamos a repasar de manera muy rápida en los próximos minutos.

Avanzamos diez años. Continuamos con el mapa de divisiones en prefecturas

que puso en marcha el reinado de José I, durante la ocupación francesa. Esta división

data de 1810. El territorio del Reino de Granada se había desgajado pero Dalías seguía

estando en el territorio con capitalidad en Granada.

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18

Las Cortes de Cádiz aprobaron varias modificaciones apareciendo las provincias

(el nomenclátor de Floridablanca, de Felipe Bauzá… El regreso de Fernando VII

devuelve los límites a los tradicionales del Antiguo Régimen, con una división en 29

intendencias y 13 consulados en 1817.

Durante el Trienio Liberal (1820-1823) se promueve una nueva división

provincial, en base a la concepción del Estado Liberal, aprobándose entonces la

aparición de 52 provincias, entre ellas Granada y Almería. Con lo cual Dalías iba a pasar

a estar integrada en esta segunda provincia. Digo “iba” porque la caída del gobierno

liberal llevó a la restauración del Absolutismo y a la vuelta a la antigua división, la de

1817, la típica del Antiguo Régimen.

El mapa que hoy conocemos fue aprobado en 183310. Se trata de la Reforma de

Javier de Burgos y en la misma vuelve a aparecer dividido en dos el territorio de

10 El proyecto liberal de reorganización territorial de España, ya planteado en la Constitución de 1812, vera al fin la luz

en 1833. Durante el Trienio Liberal (1820-1823), se estableció una nueva división provincial, que fue suprimida por

Page 19: La prensa del siglo xix y dalías, tipografía de plomo y uvas   miguel clement martín

19

Granada, y Almería comenzó, entonces sí, su existencia como demarcación

administrativa propia. Así lo recogió el periódico “Eco del comercio”11 en 1834.

Fernando VII. La división provincial de 1833 se inscribe dentro del proyecto político de los liberales de cambiar de raíz la estructura política y administrativa del país, desterrando para siempre las estructuras del Antiguo Régimen. En

1833, el ministro de Gobernación, Javier de Burgos, propuso una nueva división provincial, la misma que ha llegado

hasta nosotros con algunos ajustes, en la línea planteada en 1812 y 1820, o por José I Bonaparte en 1810.

El proyecto pretende hacer tabla rasa de los reinos históricos peninsulares implantando el centralismo en la nueva demarcación administrativa. Pero el peso de la tradición era importante y no se pudo ignorar, por eso, las 49 provincias

resultantes del proyecto de Javier de Burgos recordaban las antiguas demarcaciones de los reinos peninsulares. Se

simplificaron sus trazados, se suprimieron enclaves y la superposición de administraciones. La nueva división

provincial es el soporte básico de la reorganización administrativa, judicial, fiscal y militar de la nación. Cada provincia tendrá su gobernador civil (jefe político) y militar, delegación de Hacienda y Audiencia judicial. Es por tanto, la base

del Estado liberal del siglo XIX y de buena parte del XX.

En el capítulo 2 del Real Decreto de 30 de noviembre de 1833 sobre la división civil de territorio español en la Península

e islas adyacentes en 49 provincias, se indica que: “La Andalucía, que comprende los reinos de Córdoba, Granada, Jaén y Sevilla, se divide en las ocho provincias siguientes: Córdoba, Jaén, Granada, Almería, Málaga, Sevilla, Cádiz y

Huelva.” 11 El Eco del comercio nace el uno de mayo de 1834. Con la muerte de Fernando VII y el final del Absolutismo, y la

asunción de la Regente María Cristina del título de Reina Gobernadora por la minoría de edad de Isabel II, se iniciará la transición hacia el Estado liberal al mismo tiempo que se produce un “nacimiento” de la prensa española al estilo de

la europea que, en su tratamiento formal y carácter político, durará todo el siglo XIX. El Eco del comercio será el

modelo más destacado de esa prensa informativa y política que, en este caso, se convertirá en el más cualificado órgano

del liberalismo avanzado a través del cual se formará el Partido Progresista.

Page 20: La prensa del siglo xix y dalías, tipografía de plomo y uvas   miguel clement martín

20

Por supuesto, durante el resto del siglo XIX hubo intentos de modificar esta

configuración, pero ninguno prosperó: ni la que se propuso durante la primera república

(1873) ni la de Segismundo Moret (1884) ni la de Francisco Silvela (1891). Como nota

anecdótica indicar que todas ellas contemplaban una división de Andalucía en dos

territorios, uno occidental y otro oriental en el que estuvieran incluidas las provincias de

Granada, Jaén, Málaga y Almería.

Como ven, Dalías pasó el primer tercio del siglo XIX perteneciendo al Reino de

Granada y después a la delimitación territorial de Granada, dependiendo de Ugíjar, si

no me equivoco. Desde 1833 será, de todas todas, territorio almeriense

administrativamente. Cuando veamos las informaciones publicadas se darán cuenta de

la identificación de Dalías con el territorio de Granada durante el primer tercio de siglo.

Siglo XIX. Estamos hablando de una etapa que en el plano doméstico va desde

la Guerra de la Independencia, el final del Antiguo Régimen, la proclamación de la

primera república, la restauración borbónica y la desaparición del imperio colonial

español. Y seguro que me dejo por el camino algunos acontecimientos históricos de vital

importancia que si quieren podemos ampliar incorporando alguno entre todos. ¿Se les

ocurre alguno?

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21

Producción minera.

Nos adentramos ya en uno de los temas que forman parte del título de esta

intervención, la minería de plomo. Toda la Sierra de Gádor fue taladrada para extraer el

mineral. En el siglo XIX fue mayor, pero la extracción se venía produciendo desde hacía

siglos. Hay numerosos estudios que nos hablan de la extracción minera en Almería, la

riqueza relativa que dejó durante su permanencia y las repercusiones en la salud de

aquellos que trabajaron en las minas.

La extracción de minerales en todo este territorio se remonta, según los estudios,

a la época romana. No nos vamos a ir tan lejos, ni siquiera a la época árabe ni a la

Reconquista. Pero seguimos enfrascados en la extracción del mineral hasta el siglo

XVIII. Será a partir de 1820, con la liberalización de la explotación minera, cuando se

produjo una verdadera fiebre minera. La extracción minera no estuvo exenta desde

entonces a los vaivenes políticos que acontecían en España. Esta situación terminó con

un decreto publicado el 4 de julio de 1825 que supuso, definitivamente, la plena

liberalización del sector y el renacimiento a gran escala de la minería privada, que fue

muy potente de 1820 a 1840.

En la Sierra de Gádor la extracción minera había continuado durante los primeros

años del siglo XIX, y no costó relativamente mucho adaptarse a los requisitos de la

nueva normativa, que incluía una fuerte presión fiscal todavía asumible debido al alto

precio que tenía el mineral en los mercados.

Hubo entonces una polémica en cuanto a la técnica utilizada para la extracción

de mineral, mediante pozos verticales (de los expertos de la época se cuenta con

Chastagenet en contra y con Ezquerra a favor). No eran minas como tenemos asociada

a nuestro ideal, de galerías, elevadores, mineros con casco... Se habla de “pequeña

minería”12.

El laboreo de las minas era tan sencillo como eficaz: se reducía a la abertura de

un pozo, o dos si daban resultado. El primero solía tener de 65 a 85 metros de

profundidad, y el segundo algo menos. Al pie de los mismos, se abrían unas pequeñas

galerías, sin atender a la dirección ni al nivel del piso, pues tan pronto se sube como se

baja en ellas, según la menor dureza de la roca. En la superficie y junto a la bocamina

estaba la caseta de los mineros, 6 u 8 normalmente por pozo, una sencilla construcción

de piedra suelta con cubierta vegetal. En las minas trabajaban todos aquellos que

podían hacerlo, desde edades muy tempranas.

12 SÁNCHEZ PICÓN, Andrés. La integración de la economía almeriense en el mercado mundial (1778-1936). Instituto

de Estudios Almerienses. Almería, 1992.

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22

Las minas eran abandonadas en tiempos de cosecha, de julio a septiembre (en

el llano que formaba el Campo de Dalías se cultivaban cereales, que eran atacados año

tras año por una plaga, la langosta, de devastadoras consecuencias). Por el contrario,

en invierno sobraba mano de obra a pesar de las inclemencias del tiempo. Los trabajos

de explotación se dividían en varadas, periodos de unos dos meses que acababan en

una fiesta señalada, cuando se pagaba el salario. El mineral se garbillaba (cernía) al pie

de las explotaciones y por medio de recuas de mulos se transportaba a las fundiciones.

Más adelante, en fundiciones más modernas y avanzadas, en Almería y Adra.

Durante los primeros 20 años las minas se trabajaron sin ningún tipo de dirección

técnica. A partir de 1840 se conoce la llegada de los primeros técnicos, que constataron

en sus informes los destrozos que la extracción incontrolada había producido en los

yacimientos.

Las minas se explotaban a través de la constitución de sociedades, con el paso

previo de la solicitud de registro de la mina. Eran pequeñas empresas que repartían su

interés entre 25 ó 30 acciones (o partes de mina), que podían a su vez subdividirse en

medios y cuartos. Para promover la confianza en estas sociedades, impulsadas o no

por ciudadanos del terreno donde estaban ubicadas las minas, se solía incorporar a

alguna personalidad influyente, para atraer fondos necesarios para la puesta en marcha.

Desde los años 30 se popularizó también el arrendamiento de minas (contratos de

partido), entregando al “partidario” la concesión de una o dos lumbreras de la mina.

No hay una cifra exacta de minas en explotación13 en toda la Sierra de Gádor.

Se sabe que en 1841 una multitud de sociedades se repartían las más de 1.500 minas

que se abrieron en la Sierra de Gádor. (La cifra es aproximada: Ezquerra cifra en 1.670

el número de minas en 1839, y el Diccionario de Madoz nos habla de 2.100 las minas

que se explotaron). En cuanto a la mano de obra, el total de minas en la Sierra de Gádor

tenía dedicados al laboreo a unos 18.000 obreros14.

Hubo en Dalías una proliferación de puntos de extracción, aunque se identifica

la existencia de explotaciones mineras de relativa calidad y seguridad en cuatro puntos:

Cerro de las Minas, Hoya del Ciervo, Hoya de Gatos y Fuente Alta. En esos lugares, en

total, había una veintena de yacimientos mineros.

A la extracción del mineral de galena hay que unir la fundición para extraer el

plomo. Según las fuentes consultadas, en los años 30 había en Dalías 23 fundiciones.

Por supuesto, estas cifras no comprenden la relación de todas las fundiciones, y se

conoce la existencia de varios más.

13 SÁNCHEZ PICÓN, Andrés. Obra citada. 14 PÉREZ DE PERCEVAL, Miguel Ángel. La minería almeriense contemporánea (1800-1930). Zéjel Editores.

Almería, 1989.

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23

La llegada del plomo de Almería a los mercados supuso en el periodo de 1823 a

1860 una bajada de los precios de hasta un 30%, y a partir de 1830 la pérdida de

rentabilidad se incrementó.

Esta dependencia llevó a principios de 1840 a la concentración empresarial para

hacer rentable la labor de extracción y de fundición y a la contracción del modelo de

“pequeña metalurgia” tan activo hasta entonces en la Sierra de Gádor dando paso a

agrupaciones empresariales donde se unirán fundidores, propietarios de minas y

empresas de distribución (hay casos aislados de intentos particulares que salieron

adelante con capital procedente de otras provincias, como la fundición “Santa Engracia”

en el paraje de La Balsilla en 1836, por parte de Francisco de Paula Enciso).15

A la par que se reestructuró la extracción de plomo en la Sierra de Gádor, otras

zonas mineras de Almería, como la de Almagrera, retomó la “minomanía” en aquella

España de mediados del siglo XIX. En esta producción no entraré en más detalle.

De 1860 a 1880 la rentabilidad de la minería de plomo mantuvo el interés de los

accionistas, teniendo como centro de la burguesía minera a la localidad de Berja. Y

continuaba el interés de inversores de renombre en las minas.16 Sin embargo, en la

importancia de la minería almeriense pesaba más la producción de la zona del levante.

A continuación, reproduzco algunas de las muchas referencias existentes en la

prensa nacional de constitución de sociedades mineras. No son todas, ya que como he

indicado en la década de los 70 se produjo una importante actividad de inscripción17.

15 Idem. 16 Por ejemplo, en 1859 Pascual Madoz, impulsor de la desamortización de 1855, poseía 4 de las 70 acciones

de la mina “Cucaña de Díaz”, en el término de Dalías (SÁNCHEZ PICÓN, Andrés. Obra citada). 17 En “El Minero de Almagrera”, periódico dedicado a la información minera de la provincia, he recogido

más de una treintena de estas inscripciones en dos años, 1874 y 1875.

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24

La legislación minera de 1868 supuso la proliferación en Almería de solicitud de

concesiones o propiedades mineras que quedaban sin explotación a la espera de la

captación de capital, principalmente extranjero (que no llegaba). Es decir: había muchas

minas pero la proporción de las improductivas no hizo más que aumentar (en 1891, de

las 940 minas concedidas, sólo 139 daban alguna producción).

En las dos décadas finales del siglo XIX se producirá el control británico de los

mercados, que llevará a la reducción del precio de compra del plomo. A finales del siglo

XIX se produce una depreciación mundial del valor del plomo ante la superproducción.

Almería ya fue sobrepasada en los años 80 en producción por otras provincias como

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25

Murcia, Jaén y Córdoba. A principios de siglo, la producción de plomo en barra era casi

residual.

La riqueza creada por las minas se convirtió en dinero para la mano de obra y

los propietarios de los terrenos, pero también en deforestación de los terrenos ante la

gran cantidad de leña necesaria para las fundiciones (algunos municipios pusieron

arbitrios especiales a la exportación de plomo como compensación de los perjuicios de

destrucción de montes) y la contaminación del medio ambiente).

Fue un problema importante para toda Almería, y fue una causa de la

deforestación que hoy existe en la provincia. Los ayuntamientos, el gobierno central…

los diferentes organismos oficiales intentaron reducir el uso de leña, pero quedó tan sólo

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26

en el cobro de impuestos. No había otro criterio que el de concienciar para que no se

usara leña ante el precio que se tenía que pagar. Sin embargo, se siguió utilizando. Por

ejemplo, así lo recogió la “Revista mensual de agricultura”18 en 1850, haciéndose eco

de una decisión tomada por el gobernador civil de Almería.

Pero también fue tratada y recogida en los medios de la época la repercusión en

la salud de los que trabajaban en las minas, del conocido como el cólico del plomo (“mal

del emplomamiento”). Era ésta la principal enfermedad profesional19 de los trabajadores

de la minería, que se veía acrecentado por las prácticas extractivas que se utilizaron.

18 Comienza a publicarse en enero de 1850 con el subtítulo “periódico de intereses materiales” por su propietario y

director Augusto de Burgos (1813-), editor y periodista especializado en agricultura y ganadería, que había editado

previamente Revista barcelonesa (1847) y fue autor de diccionarios y manuales sobre estas materias. En agosto de ese año absorbe a Semanario agrícola, del doctor en medicina y catedrático Antonio Blanco Fernández (-1873), que desde

el siete de febrero al 18 de julio venía apareciendo el jueves en números de ocho páginas, estampado en la imprenta de

los señores Andrés y Díaz. 19 La referencia más interesante sobre la enfermedad del plomo y su tratamiento, por ser un testimonio directo y experto,

la ofreció Manuel Rodríguez Carreño, quien fuera médico en Dalías a mediados del siglo XIX a través de un documento,

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27

El estudio más conocido y también más divulgado, de hecho se ha reeditado

hace pocas fechas, fue el documento firmado por un médico que estuvo trabajando en

Dalías a mediados de siglo, Manuel Rodríguez Carreño. En su “Topografía médica y

estadísticas de la villa de Dalías” se recoge información de gran valor para conocer la

sociedad, la economía y la salud de aquella época.

No será éste el único médico que se encargue de las enfermedades que

afectaban a los mineros, ni la única publicación que se haga en esa época. A lo largo

del siglo XIX son varios los estudios médicos que se llevaron a cabo, incluso el estudio

de las enfermedades relacionadas con la minerías fueron objeto de tesis doctorales

como lo atestigua la información del avance de un trabajo que fue publicada en 1851

por la “Gaceta Médica”20:

“Topografía médico y estadística de la villa de Dalías, Almería”. RODRÍGUEZ CARREÑO, Manuel. Topografía

médico y estadística de la villa de Dalías, Almería. Arráez Editores, Almería, 2007. 20 Periódico de medicina, cirugía y farmacia, así como de ciencias auxiliares, órgano oficial del Instituto Médico de

Emulación, que aparece el diez de enero de 1845, bajo la dirección de su propietario y futuro marqués de Guadalerzas,

el doctor Matías Nieto Serrano (1813-1902), que se centrará en ofrecer artículos e información de carácter científica y

profesional.

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28

Conforme se fueron agotando las minas y haciéndose menos rentables, muchas

se fueron cerrando. Por otra parte los avances técnicos y la modernización de las

explotaciones hicieron disminuir la necesidad de mano de obra. Todo esto provocó la

marcha de numerosas familias y la desestabilización social. El declive de las minas llegó

a principios del siglo XX.

En cuanto a la información sobre la minería, Dalías no llegó a contar con un

periódico orientado a la información minera, como pasó con la cercana Berja, o con la

cabecera más reseñable, “El minero de Almagrera”, a pesar de que existieran

numerosas explotaciones en su territorio y a que un gran número de habitantes

trabajaban en ellos. Un poco más tarde, con el hundimiento del mercado, miles de

vecinos tuvieron que emigrar y lo hicieron hacia Orán, aunque esto después provocaría

una crisis que obligó a recaudar fondos para ayudarles a su vuelta21.

Emigración.

Incluyo este apartado dentro de la minería ya que fue a consecuencia del devenir

de esta industria extractiva por la que se produjeron grandes oleadas migratorias desde

Almería.

Buena parte de los trabajadores mineros de Almería se traslababan a finales de

siglo, en torno a 1870, hasta Orán, en el norte de África, pero otros irán a parar a las

explotaciones mineras de la región de Murcia22.

21 En Almería se publicó incluso un periódico “Almería-Orán” en 1881. Fue un periódico publicado por una comisión de periodistas almerienses a beneficio de las víctimas de Saida, bajo la dirección de Francisco Llopis Pérez y J. Alcázar. 22 PEDREÑO CÁNOVAS, Andrés y HERNÁNDEZ PEDREÑO, Manuel (coords.).: La condición inmigrante.

Exploraciones e investigaciones desde la Región de Murcia. Colección Aula Debate. Vicerrectorado de Extensión

Cultural y Proyección Universitaria. Universidad de Murcia, 2005.

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29

Desde 1830 las tierras argelinas, ocupadas por los franceses, reciben a

españoles de diferentes regiones para trabajar recogiendo esparto. Las primeras

migraciones económicas estaban sometidas casi a la ilegalidad, hasta su legislación

mediante leyes en 1849, 1853 y 1856. Al legalizarse se aceleró la inmigración,

haciéndose más fluida desde Almería alrededor de 1870.23

Así por ejemplo informaba “El siglo futuro” en su edición 1.481 de 23 de octubre

de 1880, sobre una noticia de migración masiva recogida por el periódico “La

Correspondencia”24:

Sin embargo, los sucesos acaecidos en Saïda en 1881 provocaron una vuelta

masiva de inmigrantes25 y la muerte de 190 españoles a manos de los rebelados (en

23 En el caso de Argelia, los españoles vieron regulada su llegada tras el convenio franco-español de 1862. Pero los

solicitantes debían recibir la autorización del gobernador civil y hacer un depósito de 320 reales por persona, exigido a

los armadores. En muchos casos, ese alto peaje llevaba a la emigración clandestina. Si hasta 1870 la emigración a Orán

había sido mayoritariamente murciana, a partir de entonces es almeriense, tras la crisis de la minería alpujarreña y del Levante. La facilidad para buscarse la vida fuera de España se flexibilizó a partir de 1873, cuando se derogaron las

facultades de los gobernadores y el depósito a los armadores, que recaía al final sobre los emigrantes. 24 “El siglo futuro” fue fundado por Cándido Nocedal (1821-1885), aparece el 19 de marzo de 1875 con el subtítulo de

“diario católico” cuando la tercera guerra carlista (1872-1876) está en un momento enconado, pero no defenderá claramente esta causa hasta que, en 1879, aparezca El fénix, de Alejandro Pidal y Mon, y en 1881 La fe, el periódico

de Vicente de Castro y Antonio Juan de Vildósola, con los que iniciará una enconada polémica en el seno del

ultracatolicismo, que acabará años después en el cisma entre sus filas. “La correspondencia” a la que hace mención era

un periódico republicano (en su primera etapa) surgido en 1877 y que desapareció en 1932, de ahí el pique que se adivina entre ambos medios. 25 Allí murieron cerca de 200 españoles, entre murcianos, alicantinos y almerienses que trabajaban en los atochares

argelinos del Oranesado recogiendo esparto para la “Compañía Franco-Argelina”, tras una revuelta independendista

contra los franceses.

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30

aquel año la población española en este territorio era muy elevado: 114.32026 españoles

trabajaban por aquel entonces. Provenían de varias provincias, aunque principalmente

de Almería, Murcia y Alicante, y se habían desplazado hasta Orán con sus familias a

recoger esparto.

A su regreso a España tras los sucesos muchos tuvieron que ser auxiliados de

forma extraordinaria a través de campañas de solidaridad al no poder hacer frente a las

deudas contraídas. Las ayudas, sin embargo, no se entregaron a todos los que

regresaron. Entre aquellos que volvieron a España se encontraban 163 vecinos de

Dalías27 (más un número indeterminado que no quedó registrado ya que como he dicho

la migración no estaba del todo sometida a la legalidad). En total, a causa de los sucesos

de Saida, retornaron unos 12.000 españoles.

De estas campañas de ayuda fueron partícipes los medios de comunicación, que

en muchas ocasiones encabezaron y gestionaron los fondos recaudados. Por ejemplo,

“El Imparcial”28, de 19 de julio de 1881, recogió extensas relaciones de retornados

emigrados y las cantidades que les fueron entregadas.

26 MONTES BERNÁRDEZ, Ricardo: “La matanza de almerienses, murcianos y alicantinos en Khalfalah (Saida,

Argelia) en 1881”. Revista Murgetana. Págs.: 119-132. Número 124, 2011. 27 Idem. 28 Considerado como el periódico más influyente en España en el último tercio del siglo diecinueve y primeros años del veinte, es fundado por Eduardo Gasset y Artime (1832-1884), apareciendo su primer número el 16 de marzo de

1867, como diario vespertino (hasta abril de 1868 no será matutino) de carácter informativo alejado del doctrinarismo

propio de los periódicos de partido y fuertemente ideologizados, que llegará a ser considerado como el principal

periódico de los que iniciaron la gran transformación de la moderna prensa española.

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31

No fue la única vez ni el único periódico que publicó estas relaciones de ayudas,

ya que durante los años siguientes siguió dándose constancia de la asignación de

fondos de lo que hoy podríamos denominar “ayuda humanitaria”.

A pesar del impacto temporal que tuvo la revuelta, la emigración hacia Argelia

desde Almería siguió produciéndose durante el siglo XIX hasta mediados del siglo XX.

Tres años después de los ataques, la Revista de Almería del 1 de septiembre

de 1884 recogía este breve donde informaba de la salida que tenían los jornaleros

cuando en Almería dejaba de haber trabajo en la cosecha:

Los datos reflejan un aumento considerable de emigrantes desde Almería hacia

el Oranesado en los años siguientes, a pesar de los sucesos. Esta circunstancia se hace

más evidente al contemplar los siguientes gráficos29:

29 SÁNCHEZ PICÓN, Andrés. Obra citada.

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32

Producción uvera.

Pasamos ahora al sector económico de la producción y comercialización de la

uva de mesa. Menos estudiado que la producción minera supuso para Almería una

importante entrada de divisas. No osaré extenderme en el cultivo de uva aquí, en Dalías,

uno de los municipios donde tuvo mayor expansión. Pero voy a hacer un repaso de lo

que significó este sector económico, a través del punto de vista de la información, a lo

largo del siglo XIX.

La “uva de embarque” fue, por sus características, un producto dedicado a la

exportación en su gran mayoría. Ahí tenemos el primer factor que marcaba su precio.

La faena daba mucha mano de obra. Otro factor a tener en cuenta. Y por último, el

envasado también aportaba valor.

La producción de uva se mantuvo desde el primer tercio del siglo XIX (está fijado

el año 1830 como fecha de inicio de dicha producción, aunque antes, en 1820, están

documentados envíos de uva hacia Gibraltar desde el Puerto de Almería)30 hasta los

años 70 del siglo XX. Un periodo de tiempo largo, a lo largo del cual hubo fluctuaciones

en su precio, dificultades en su cultivo, y en el que los vaivenes dejaron, con todo, un

balance positivo para la economía almeriense. Por supuesto, no hablamos solo de la

“uva de embarque”, sino también de la uva de secano.

Antes de comenzar a cultivarse la uva de mesa, en distintos puntos de la

geografía almeriense se cultivaba la uva de vino. La mayor extensión de este cultivo

(hablamos de la primera mitad del siglo XIX) estuvo en los pueblos del medio Andarax,

aunque también se conoce la existencia de viñedos en Adra, Berja y Dalías.

Alrededor del año 1860 se vivió la primera gran expansión del negocio uvero,

que se mantuvo hasta el año 1899. Este fue el periodo de desarrollo en Dalías, primero

en el valle donde se ubicaba la ciudad para proyectarse después hacia el llano, hacia el

Campo de Dalías. Para ello se proyectaron varias obras para traer agua (algunas de las

cuales no germinaron) entre las que destaca el Canal de San Fernando y el Canal de

Mediodía. Según los datos disponibles hacia 1930 había en producción unas 1.000

hectáreas de uva en el Campo de Dalías.

Entre esos proyectos de traída de agua, destaco aquí los recogidos en 1847 en

la edición de “El caridemo”, algunos de los cuales no verá la luz:

30 SÁNCHEZ PICÓN, Andrés. Obra citada.

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33

Sobre el Canal de Mediodía el periódico “La correspondencia de España” recogió

la siguiente referencia el 24 de enero de 1869:

En la década de los 70 del siglo XIX se considera que comenzó a implantarse el

cultivo de uva de mesa en el municipio de Dalías. El primer parralero identificado como

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tal fue Don Bernardo Godoy Peralta y el primer parral, su finca en el pago de Soborro

que desde entonces y por este motivo se llama Haza de las Parras31.

Según se asegura, este señor estaba al frente de la parroquia de Terque donde

comprobó los beneficios que reportaba este cultivo y queriendo implantarlo en su pueblo

natal ordenó a su hermano que estaba aquí al cuidado de sus fincas que hiciera una

plantación de parras.

El ensayo dio óptimos resultados, por lo que en pocos años el cultivo se extendió

por toda la vega, que también fue aumentada posteriormente hacia la llanura.

Todo aquello fue el comienzo de una revolución económica que en pocos años

transformó en profundidad, mejorándolo notablemente, el nivel de vida de la población.

La peor crisis natural de los viñedos (tanto vid de secano como parra de riego)

fue evidente a partir de 1883 (fecha en la que fue declarada oficialmente la epidemia de

filoxera), y tuvo sus peores repercusiones a partir de 1890.

En 1885 la plaga se hacía notar en el partido de Berja y la zona de Adra, en 1887

comenzó su aparición en la cuenca del Andarax y en 1889 llega a la comarca de

Nacimiento-Gérgal, comenzando la destrucción de videño en el valle del Almanzora en

1892. Ya en el siglo XX se verá la infección en los Vélez y Huércal Overa. Hacia 1909

había quedado completamente arrasado el viñedo de pie europeo de la provincia de

Almería (alrededor de 11.000 hectáreas, según el censo de 1880). La viticultura de

31 GARCÍA RUBIO, Francisco. Historia de Dalías y de su antiguo término municipal. Almería, 1989.

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35

secano desaparecerá casi por completo, quedando tan sólo a comienzos del siglo XX la

producción de uva de mesa32.

Tras la gran crisis filoxérica comenzó a buscarse remedio. Y se obtuvo por suerte

rápido, ya que a finales de siglo comenzó a introducirse el pie americano (el portainjerto

“riparia”) para contrarrestar su efecto. Sin embargo, no fue éste el único pie utilizado, ya

que hubo otros que tuvieron mejores resultados. Entre ellos el “Rupestris de Lot”, un

portainjertos más apto. Para asegurar el suministro de las nuevas parras americanas se

instalaron viveros en diferentes lugares, entre ellos Dalías.

Con todo, la infección no era vista como un problema, en aquella época, y en

muchas ocasiones la propia dinámica hacía que los agricultores fueran reacios a

cambiarlas. Así lo indicó “La Crónica Meridional” en noviembre de 1893:

32 VV AA: La uva de Almería. Dos siglos de cultivo e historia de la variedad Ohanes. Caja Rural Intermediterránea,

Cajamar. Almería, 2006.

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36

Las quejas por las pérdidas son mayores, y así lo atestiguan las informaciones

recopiladas para este trabajo, producidas por desastres naturales (vientos, lluvia…). E

incluso hay tiempo para desmentir los daños en caso de desastre natural, como forma

de evitar que echaran del mercado a la uva daliense antes de comenzar su venta. Así

lo recogió “La Crónica meridional” en su edición de 23 de octubre de 1891:

Venta de una partida de uva de Dalías para Nueva York, periódico La república

noviembre de 1890.

Las informaciones que se publicaban en el siglo XIX eran también una forma de

dar a conocer la previsión de producto a las empresas que compraban las uvas, ya que

las previsiones de cosecha permitían tranquilizar a los consumidores mundiales. El

periódico La época, del día 29 de agosto de 1895, hacía la siguiente previsión:

Page 37: La prensa del siglo xix y dalías, tipografía de plomo y uvas   miguel clement martín

37

Aunque la llegada de agua suplementaria era considerada algo necesario desde

hacía tiempo, para poner en regadío el Campo de Dalías y ampliar así los cultivos, no

todos los proyectos salieron adelante. En la siguiente información se da cuenta del

rechazo en un proyecto presentado en 1852 para la utilización de agua procedente de

las Albuferas de Adra:

Page 38: La prensa del siglo xix y dalías, tipografía de plomo y uvas   miguel clement martín

38

El rechazo se produjo ante la falta de peso técnico del proyecto (algunos sí

salieron adelante, como el Canal de Mediodía o Fuentenueva, esta última puesta en

servicio entre 1894 y 1896). Medio siglo antes se daba cuenta del canal de regadío de

Berja y Dalías, como recoge la publicación en el periódico “La revista española” de 1834:

Page 39: La prensa del siglo xix y dalías, tipografía de plomo y uvas   miguel clement martín

39

Desastres naturales y enfermedades.

Esta exposición bien podría haber incluido en su título el de este apartado,

puesto que son numerosos los desastres naturales y enfermedades que se produjeron

a lo largo del siglo XIX y que sufrió la población daliense.33

La mayor repercusión en pérdidas humanas se produjo, sin embargo, en los

tiempos de epidemia, que se sucedieron a lo largo de la centuria. Por ejemplo, durante

la epidemia de viruela de 1858 (entre octubre de ese año y abril de 1859) fallecieron en

Dalías 194 personas34. Las epidemias tuvieron una elevada mortandad, y aunque no

tenía el mismo impacto en los medios de comunicación, al pasar la enfermedad dejaban

cientos de vecinos fallecidos.

DESASTRES NATURALES Y EPIDEMIAS EN DALÍAS DURANTE EL SIGLO XIX

Inundaciones,

riadas,

tormentas

Sequías Terremotos Epidemias Plagas

1843 1849 1804

160 fallecidos

1829 – Viruela

Más de 350

fallecidos

1815

Langosta

1834 – Cólera

547 fallecidos

1816

Langosta

1864 -

Inundación

1844 – Viruela

Sin datos

1845

Langosta

1850 – Tifus

22 fallecidos

1846

Langosta

1882 - Huracán 1855 – Cólera

402 fallecidos

1851

Oidium

1858 – Tifus

3 fallecidos

1858

Langosta

1858-1859 Viruela

194 fallecidos

1867

Langosta

1884-1885 Cólera

Sin datos

33 GUERRERO MONTERO, Miguel. “1898: el fin de un siglo de desastres en Almería”. ROZALÉN FUENTES,

Celestina, y ÚBEDA VÍLCHES, Rosa María: La crisis de fin de siglo en la provincia de Almería: el desastre del 98”.

Instituto de Estudios Almerienses. Diputación de Almería. Almería, 2004. 34 RODRÍGUEZ CARREÑO, Manuel. Topografía médico y estadística de la villa de Dalías, Almería. Arráez Editores,

Almería, 2007.

Page 40: La prensa del siglo xix y dalías, tipografía de plomo y uvas   miguel clement martín

40

Como se puede comprobar, las epidemias formaron parte del triste panorama

durante el siglo XIX en Dalías. Algunas de ellas, como las de viruela y cólera, fueron

verdaderamente dramáticas. Más adelante volveré sobre el tratamiento informativo que

recibieron estas epidemias y desastres naturales en la prensa.

Terremoto.

Pero esta relación no sería cronológica si no comenzara con el terremoto de

1804 y sus efectos. Más de 200 años nos separan del terremoto de 1804, donde

murieron más de 160 dalienses y que se convirtió en el primer suceso contado con

estructura periodística. Al menos es lo que he encontrado en el número 102 del “Correo

de Sevilla”, correspondiente al 19 de septiembre de 1804.35

35 Este medio de comunicación apareció por primera vez el 1 de octubre de 1803, que “con facultad real saldrá dos

veces en la semana”, aunque en la capital hubo un anterior diario, que salió en 1793.

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41

Enfermedades

Como he indicado al principio de este apartado, el terremoto no fue la única

causa de las sangrías de vidas humanas que se vivieron durante el siglo XIX. El cólera

mató, en cada una de sus mortíferas apariciones, a muchos más dalienses que el

terremoto, pero la normalidad con la que era asumida su presencia entre la sociedad de

entonces impide contemplar en su plenitud el drama humano.

Aquí reproduzco, por ejemplo, la noticia publicada en el diario periódico “La

España”36 de Madrid del fallecimiento en Berja del marqués de Tuira, ocurrido en 1855

a causa del “cólera morbo”, en la que también se habla de la afectación de la

enfermedad en Dalías.

36 A los dos días de la desaparición de El español, el gran diario del moderantismo que había fundado en 1835 Andrés

Borrego, el 18 de abril de 1848 ocupará su vacío esta cabecera, con diferente empresa pero utilizando sus mismos

bagajes, en concreto su cuerpo redaccional, pero quedando Borrego al margen. Sus artífices serán un hombre muy cercano personalmente a la ahora exiliada regente María Cristina, el empresario, político y fuerista alavés Pedro Egaña

(1803-1895), y Francisco Navarro Villoslada (1818-1895), que había llegado a sustituir temporalmente a Borrego en

la dirección de El español y que ahora tomará el mando de la nueva cabecera, pasándose más tarde a las filas del

carlismo.

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42

Más adelante, esta misma cabecera describe así la situación que se vivía por

entonces en la localidad de Dalías:

Una situación de riesgo sanitario similar se produjo a finales de siglo, en 1885,

según la opinión que recogió “La Crónica Meridional”37 de Almería en su número del 26

de agosto de 1885. La nota en cuestión plantea la situación de desolación que se vivía

esos días en la localidad de Adra. Allí, cerca de 2.000 personas vivían en el casco

urbano. En el artículo de opinión se reprocha que algunos de sus habitantes más

pudientes abandonaran la ciudad ante el temor a contraer el cólera, y se alababa la

actitud de otros habitantes así como de otros municipios. En el artículo firmado por

37 El 15 de marzo de 1860 aparecía el primer ejemplar de La Crónica Meridional. Se trata del periódico de referencia

de la provincia de Almería en aquel momento. Se publicó durante 70 años y desapareció durante la Guerra Civil

Española utilizándose su imprenta para poner en circulación el periódico “Yugo”, que más tarde pasará a denominarse

“La Voz de Almería”. Tuvo salida diaria (salvo los lunes, como era habitual hasta mediados del siglo XX, un día en el que se ponían a la venta las denominadas “Hojas del lunes”, publicada por la Asociación de la Prensa de cada provincia).

Se considera el periódico decano de la prensa almeriense, el más prestigioso y el de mayor difusión de todas las

cabeceras informativas de la provincia. En 2010 el Instituto de Estudios Almerienses organizó una exposición de 150

de sus portadas.

Page 43: La prensa del siglo xix y dalías, tipografía de plomo y uvas   miguel clement martín

43

Eulogio Espinosa se reprocha la actitud del alcalde de Berja y se alaba la demostrada

por el municipio daliense en una carta fechada el 22 de agosto de 1885:

Las enfermedades afectaban entonces a todos por igual, personas bien situadas

o trabajadores en la mina. En ese mismo número de 1885, “La Crónica Meridional” se

hacía eco del fallecimiento de maestra de la Escuela de Niñas de Dalías38, no ya en esta

localidad sino en Almería capital.

Plagas.

Seguimos ahora hablando de otras catástrofes también recogidas en la prensa

y que afectaron a Dalías. En este caso se trata de las plagas que devoraban las

cosechas y las posibilidades de pasar con holgura los inviernos.

38 La Crónica Meridional.

Page 44: La prensa del siglo xix y dalías, tipografía de plomo y uvas   miguel clement martín

44

En este caso se trata de otra cabecera histórica, “La posdata”,39 con sede en

Madrid. No es que otros medios no recogieran este tipo de informaciones, sino que he

intentado incluir el mayor número de referencias y cabeceras para constatar las

repercusiones que tenían entonces las noticias.

Se trata de la plaga de langosta de 1845, y en este caso se trata de la información

en la que se hace una descripción de la evolución, casi en el periodo final de la plaga.

Las langostas atacaban a la producción cerealista que se cultivaba en la zona del

entonces Campo de Dalías. No podemos obviar esa unión territorial para hablar de este

periodo histórico.

39 Dirigido por Antonio de Heras, conde de Sanafé, quizá el más duro batallador contra el general Espartero

y su regencia (1840-1843), primero a través de El cangrejo, que tras ser denunciado 19 veces fue

suspendido, y en su lugar sacó este diario vespertino (excepto los domingos) con el subtítulo de “periódico

joco-serio” y, que tras caer el regente, el 15 de diciembre de 1845 pasó a subtitularse “periódico político y

literario”. Apareció declarándose “imparcial”, siendo afín al partido moderado y cercano al absolutismo.

Fue también denunciado hasta en 31 ocasiones.

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45

Las referencias a plagas de langosta fueron continuadas en las dos últimas

décadas del siglo, aunque la relación anteriormente incluida tan sólo haga referencia a

plagas a mitad del siglo XIX.

Aquí reproduzco la referencia a la plaga en 1888. En este caso se trata de la

cabecera “La república”40, pero haciéndose eco de la información aparecida en un medio

provincia, “El Ferrocarril”41.

Como digo, hay referenciadas más informaciones sobre plaga de langosta en

publicaciones de 1889, 1891, 1897 y 1999. Sin duda que se producirían muchas más

oleada de langosta durante este siglo, e incluso durante el siglo XX aunque ya entonces

comenzaron a utilizarse los primeros métodos para controlarla. Con todo, aún seguía

siendo un problema grave para los agricultores.

En 1899 la langosta comienza a variar también su alimentación, aprovechando

las parras. Así lo recogió “La Crónica meridional” en su edición de 28 de mayo de 1899:

40 Órgano del partido republicano federal español, creado y sostenido por Enrique Pérez de Guzmán, marqués de Santa Marta, uno de los aristócratas revolucionarios españoles del siglo XIX, e inspirado por Francisco Pi y Margall. Al

aparecer, el uno de febrero de 1884, se hace cargo de las suscripciones de La vanguardia, y en su programa, además de

proclamarse demócrata y federal, se muestra defensor de la mejora de la clase trabajadora, así como antimilitarista,

iberista, anticolonialista y respetuoso con las diferentes lenguas españolas y favorable a la autonomía política y financiera de municipios, provincias y regiones, señalando que algunas de ellas fueron históricamente antiguas

naciones. 41 Editado bajo el lema “Todo para Almería y por Almería”. Comenzó su aparición en 1879, tuvo varias interrupciones

en su producción y se reanudó la misma en 1897.

Page 46: La prensa del siglo xix y dalías, tipografía de plomo y uvas   miguel clement martín

46

En esta última década se culmina la investigación de los métodos para combatir

definitivamente a la langosta, dando buenos resultados el uso de la gasolina, lo que lleva

a informaciones como ésta, aparecida en mayo de 1891 en “La Crónica Meridional”

haciéndose eco una información en “El ferrocarril”.

Creo que la provincia consiguió quitarse de encima la plaga con el cambio de

siglo, y de hecho hubo iniciativas de gran calado para distribuir el producto necesario,

incluso de manera gratuita, como recoge este anuncio de “La Crónica Meridional”

publicado en el año 1899:

Page 47: La prensa del siglo xix y dalías, tipografía de plomo y uvas   miguel clement martín

47

Cuando llegamos a 1900 ya no hay duda de la efectividad del método. “La

Crónica meridional” de 26 de abril de 1900 hace mención al remedio:

Tormentas e inundaciones.

Otro desastre natural que asolaba regularmente la zona eran las lluvias y las

consecuentes inundaciones, que en muchas ocasiones acabaron con las cosechas y

provocaban enormes daños materiales y pérdidas económicas. Como por ejemplo de la

que se hizo eco en 1864 “El Clamor público”,42

42 Periódico progresista fundado en 1844 por Fernando Corradi, era de carácter agresivo y polemista, muy enfrentado

a los gobiernos moderados. Cuando el progresismo alcanzó el poder, en 1854, decayó la influencia de este periódico, que pasó a órgano de la Unión Liberal, y su lugar lo ocuparía Las Novedades.

En contraste con la prensa posterior de finales de siglo, los periódicos de mediada la centuria son poco vistosos y sacan

escaso juego de la tipografía. Sus noticias son fundamentalmente políticas, buscando la “formación” frente a la

“información”, no hay demasiados anuncios y el folletín ocupa un lugar destacado en la parte inferior.

Page 48: La prensa del siglo xix y dalías, tipografía de plomo y uvas   miguel clement martín

48

En 1882, una tormenta destruyó la cosecha de uva. No fue la única vez, aunque

noticias tan calamitosas eran habituales en los últimos meses de cada año. En este

caso, en 1882.

Información recogida en “El día” de 2 de mayo de 1893, que nos cuenta la muerte

de un minero a consecuencia de una tormenta:

A las inundaciones hay que unir los efectos de otro fenómeno meteorológico,

como es el fuerte viento que siempre ha existido en el Campo de Dalías. Así contó los

daños provocados por el temporal el periódico ”La Iberia”43 de 19 de mayo de 1882:

43 La cabecera del diario liberal progresista fundado en 1854 por Pedro Calvo Asensio (1821-1863), y que había dejado

de publicarse en 1866, retoma su antiguo título tras el triunfo de La Gloriosa.

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49

Accidentes.

En este caso, no se trató de un fallecimiento en Dalías, sino de un vecino de

Dalías en Linares, según recogió el periódico “El liberal” de 5 de octubre de 1891:

Inseguridad.

El bandolerismo estuvo presente a lo largo de todo el periodo, con más o menor

virulencia. La inseguridad acompañó a los viajeros y conductores de carrozas en todo

el periodo. En este caso, se trata de una información publicada por el periódico El

Español el 27 de diciembre de 1837:

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50

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51

Otras noticias.

Este apartado agrupa aquellas noticias que también fueron objeto de publicación

en los medios de la época, aunque no corresponde incluirlas a ninguno de los apartados

anteriores. Van desde la toma de postura ante las circunstancias políticas hasta las

noticias de sucesos.

La primera noticia que incorporo a este apartado recoge la felicitación por la

aprobación de la Constitución de 1812 por parte de la villa de Dalías, que fue publicada

en mayo de 1813 en “El conciso”44:

El periódico La Esperanza, en su edición del 5 de septiembre de 184545, se hizo

eco de la información del asesinato del alcalde de Roquetas a su paso por el municipio

de Dalías.

44 Las Cortes de Cádiz, y su revolucionaria proclamación de la Libertad de Imprenta, supone un momento de auténtico

furor editorial tras los años de prohibiciones anteriores. El Conciso, de Gaspar María de Ogirando, fue quizás el título más destacado de este período, y una importante fuente para seguir el desarrollo de los acontecimientos

contemporáneos. Se trata de un periódico polemista, de pequeño tamaño, gran defensor de la libertad de imprenta. 45 Con el subtítulo de “Periódico monárquico”, es la más importante cabecera de la prensa absolutista española del

siglo XIX, como órgano oficioso del carlismo. Con una larga vida, nace tras ser vencidas las tropas carlistas con el “abrazo” de Vergara, el 10 de octubre de 1844, en pleno proceso de incorporación de amplios sectores ultracatólicos a

la legalidad isabelina emanada de la Constitución de 1845, al ejército, a la administración y al propio Partido Moderado,

en ese momento en el poder, pero sin renunciar a sus principios ideológicos como combatiente del régimen liberal y

parlamentario.

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52

La siguiente noticia nos habla de la decisión de trasladar muestras de mármol de

Dalías a la exposición de Londres que se celebró en 1851. Esta información fue recogida

por la cabecera “La España”46 del 1 de febrero de 1851:

Avanzando en el siglo se produjo el asesinato de un vecino de Dalías, junto a su

criado, en Motril en 1855, tal y como recogió “El nuevo observador”.

46 A los dos días de la desaparición de El español, el gran diario del moderantismo que había fundado en 1835 Andrés

Borrego, el 18 de abril de 1848 ocupará su vacío esta cabecera, con diferente empresa pero utilizando sus mismos

bagajes, en concreto su cuerpo redaccional, pero quedando Borrego al margen. Sus artífices serán hombres muy

cercanos personalmente a la exiliada regente María Cristina.

Page 53: La prensa del siglo xix y dalías, tipografía de plomo y uvas   miguel clement martín

53

El carlismo también estuvo presente en la Sierra de Gádor. Así informó la

prensa en 1869 de la existencia de una partida de carlistas en Dalías:

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54

En el Campo de Dalías está ubicado el emplazamiento de la ciudad romana de

Murgi. En 1871 contaban así el descubrimiento de los restos a través del periódico “La

convicción”:

Así recogió el “Diario oficial de avisos de Madrid”47 el 18 de febrero de 1883 el

fallecimiento de un personaje ilustre en Madrid, que había nacido en Dalías y cuya

muerte había acaecido diez años antes:

47 Se trata de la última etapa de la cabecera del primero diario español que fundara, en 1758, Francisco Mariano Nipho (1719-1803), con el título de Diario noticioso…, que en 1825 se convirtió en periódico semioficial, siendo la más

longeva en la historia del periodismo español, si se exceptúa la Gazeta de Madrid, hoy Diario oficial del Estado. Seguirá

siendo un periódico de cuatro páginas, que mantendrá prácticamente hasta su desaparición, en 1918, el mismo tipo de

contenidos que venía incluyendo desde 1825, es decir, una parte oficial y otra de particulares.

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55

En 1885 un asesinato conmueve a la ciudad. Se produjo el 13 de julio de 1885,

y así lo recogió “La Crónica Meridional”. Sin embargo, referencias posteriores recogidas

por este medio hacen alusión a la cobertura por parte de “EL INDEPENDIENTE” de

Dalías, aunque no se conserva ejemplar de la época. Sin embargo, sí se indican

referencias en “La Crónica Meridional”.

En la edición del 23 de julio, “La Crónica Meridional” hace mención a la

información publicada por “EL INDEPENDIENTE” sobre el suceso, aportando más

información:

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56

“La Crónica Meridional” pondrá fin a este intercambio de información publicando

una nota, bajo el título “Gacetillas”, donde deja clara su postura de no entrar a valorar la

agresión:

Fallecimiento del canónigo de la catedral de Solsona en Dalías, según publicó

“La Unión Católica”48 el 20 de agosto de 1889:

Los asesinatos no eran muy habituales en la época, aunque cuando se

producían eran motivo de difusión. Aquí reproduzco el suceso que apareció publicado

en “La Iberia” el 3 de julio de 1892:

48 Con el subtítulo “diario religioso, político y literario”, que mantendrá durante toda su existencia, aparece el seis de junio de 1887, como continuación, en parte, del también diario La unión (1882-1887), inspirado asimismo por

Alejandro Pidal y Mon (1846-1913) y el partido político confesional del mismo nombre, que en 1881 había sido

fundado al objeto de adherir al régimen de la Restauración a los sectores carlistas e integristas y que, en 1884, había

terminado incorporándose al Partido Liberal-Conservador canovista.

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57

En la siguiente información se da cuenta de la despedida de soldados que fueron

llamados para participar en la guerra de Melilla en 1893, y que fue publicada en La

correspondencia de España. Afirmaba la publicación que acudieron a despedirlos

12.000 personas. Quizá sea una cantidad inflada, para dar ánimos.

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58

Prensa de Dalías en el siglo XIX: EL

INDEPENDIENTE

Dalías no tuvo prensa como tal hasta 1885, con la aparición de “El

independiente”49. Dado que tuvo aparición semanal, se puede señalar su fecha de salida

el 31 de mayo de 188550 aunque no se conservan todos los ejemplares ni la serie

completa.

Las investigaciones realizadas en la década de 1970 por los integrantes del

Grupo Obda de Acción Cultural51 señalan como fundador y director al daliense José

Giménez Lirola. Se apoyan en una referencia publicada en uno de los números

conservados, donde se identifica al director del periódico como concejal del

Ayuntamiento de Dalías, cargo que tenía José Giménez Lirola en enero de 1886.

José Giménez Lirola se fue a Cuba en busca de fortuna. Cuando volvió a su

pueblo llegó con sus dos hijos y con su mujer, cubana. El matrimonio tuvo dos hijos,

Ramón y Gabriel Giménez Lamar (este último es también conocido escritor y que publicó

en numerosos medios de comunicación de la época).

El Independiente era de tendencia republicana. José Giménez Lirola era en 1886

Presidente Ejecutivo del Comité Republicano-Histórico de Dalías, y fue creado para

“oponerse al caciquismo”, como recogió en su número de 27 de enero de 1886:

49 Este periódico será muy parecido en su composición a los existentes en ese momento (de hecho, las imprentas eran

pocas, al igual que los técnicos cajistas. Técnicamente, cada ejemplar de cuatro páginas que se dividían en tres columnas y, aunque su administración y redacción estaba en Dalías, en la calle de Bailén número 1 (desconozco la denominación

actual), se imprimía en el establecimiento de Mariano Álvarez de Almería. Pocos ejemplares se conservan de él, aunque

los suficientes como para saber que se trataba de un periódico muy al uso del momento. Mezclaba en sus páginas una

sección específicamente dedicada a la política, incluyendo contenidos internacionales y en la que no faltarán algunas posturas críticas con la administración, con secciones sobre religión, poemas y, por supuesto, contenidos locales en

forma de noticias breves. La estructura de estas secciones tampoco presenta variedades, puesto que todas respetaban la

columna como división intocable. A todo ello se unirán el tradicional folletín y un artículo que, a modo de editorial,

abrirá cada número en tono opinativo y crítico. 50 Éstos son los periódicos del siglo XX en Dalías: “La Idea” (1907), “Juventud” (1921), “La Voz de Dalías” (1928),

“La lanceta” (1934), “El cepo” (1936) –que se autorradicó en Dalías y El Ejido-. No todos fueron de información, sino

que algunos tenían como tema principal la literatura. 51 CRIADO, Pepe. Entre la luz y el otoño. Antología poética en el Poniente de Almería. Adra, Berja, Dalías, El Ejido,

Laujar y Vícar (1850-1930). Trabajo inédito.

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59

Este planteamiento fue corroborado más tarde con una nota del equipo de

redacción del periódico52:

“La redacción de El Independiente de Dalías la componen cuatro amigos

honrados, decentes, que han pasado su vida sin hacer chanchullos, que tienen los oídos

secos de oír los ayes lastimosos que se vienen hace años exhalando por los habitantes

de esta villa en queja de la esclavitud en que viven efecto del caciquismo corruptor y

corrompido de los Señorones de Berja”.

En la Hemeroteca Provincial “Sofía Moreno Garrido”, así como en una colección

en Dalías que ha sido trabajada en otros proyectos, como el que llevó a cabo el IES

Ciudad de Dalías en 2011, se pueden consultar los siguientes ejemplares,

correspondientes a las respectivas fechas de aparición:

Número 13. 20 de septiembre de 1885.

Número 14. 27 de septiembre de 1885.

Número 27. 27 de enero de 1886.

Número 29. 14 de febrero de 1886.

Número 30. 21 de febrero de 1886.

Número 33. 14 de marzo de 1886.

Número 34. 28 de marzo de 1886.

Número 35. 1 de abril de 1886.

Salió a la calle una vez por semana, en su primera etapa los miércoles y

trasladó posteriormente los domingos. Tenía un precio de suscripción de 2 pesetas si

se compraba en Dalías o en el resto de la Península. En el extranjero el precio se

elevaba a 3 pesetas y en ultramar (España todavía tenía colonias), 5 pesetas.

52 CRIADO, Pepe. Obra citada.

Page 60: La prensa del siglo xix y dalías, tipografía de plomo y uvas   miguel clement martín

60

Constaba de cuatro páginas que se dividían en tres columnas y, aunque su

administración y redacción estaban en Dalías, se imprimía en el establecimiento de

Mariano Álvarez Robles, de Almería53. Pocos ejemplares se conservan de él, aunque

los suficientes como para saber que se trataba de un periódico muy al uso del

momento. Mezclaba en sus páginas una sección específicamente dedicada a la

política, incluyendo contenidos internacionales y en la que no faltaban algunas

posturas críticas con la administración, con secciones sobre religión, poemas y, por

supuesto, contenidos locales en forma de noticias breves.

La estructura de estas secciones tampoco presenta variedades, puesto que

todas respetaban la columna como división intocable. A todo ello se unirán el

tradicional folletín y un artículo que, a modo de editorial, abrirá cada número en tono

de opinión y crítico.

En cuanto a su contenido, éste se dividía entre información proveniente de

Madrid y de la vida política del momento, que tenía un espacio destacado, aunque

también se incluían referencias a la vida local. Asimismo, El independiente publicaba

colaboraciones literarias y textos legales de carácter municipal.

La cabecera del periódico estaba rotulada al estilo de aquel periodo, ocupando

la totalidad de la mancha de la publicación. Por encima de un doble filete (uno de

trazo grueso y otro más fino) se recogía el nombre del periódico, EL

INDEPENDIENTE, en letras mayúsculas y con tipografía menor y en negrita, debajo

y centrado en el espacio, PERIÓDICO SEMANAL.

La cabecera se completaba con una división de la caja en dos que incluía, a

la izquierda, información sobre los precios de suscripción y a la izquierda información

sobre las oficinas, tanto de elaboración como de impresión. La distribución era a tres

columnas separadas de corondeles con un filete fino. Las secciones aparecían

identificadas como tales, sin titulares, en letra mayúscula y continuadas una a

continuación de otra (aún no se utilizaba la distribución de la información en “cajas”,

y se diferenciaban las secciones por el título de la sección y por unas plecas de mayor

grosor y artísticas, ocupando la medida de la columna): SECCIÓN LOCAL, SECCIÓN

POLÍTICA, SECCIÓN ADMINISTRATIVA, SECCIÓN RELIGIOSA. Todas las páginas

incluían un cintillo con el nombre del medio, EL INDEPENDIENTE, separado de las

columnas por un filete. Los folletines a pie de página tenían corondeles ciegos, que

dejaba grandes espacio y permitía, incluso, encuadernarlos como libro.

53 Mariano Álvarez, quien dominó la impresión en la provincia de Almería de aquella época, nació en Almería en el

mes de diciembre 1815. Hasta su muerte en 1908, a la edad de 93 años y en extrema pobreza, Álvarez Robles va a

poblar con sus textos las páginas de numerosas publicaciones.

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La última página estaba dedicada a la publicidad. En ella se rompe el esquema

de las tres columnas (aunque no del todo, ya que se sigue manteniendo pero el ancho

de cada columna ocupa menos papel y se utiliza más la variedad tipográfica.

El contenido es aquí más variado en el uso de tipografía, lo que le da más

vistosidad ya que comienzan a utilizarse prácticas para llamar la atención de los

lectores. No aparece ningún grabado (aunque algunos periódicos de la época ya los

habían incluido)54. La cabecera, EL INDEPENDIENTE, aparece aquí también en

letras mayúsculas pero en este caso utiliza una fuente tipográfica tradicional de

aquella época.

En cuanto a las firmas reconocidas que aparecen en EL INDEPENDIENTE,

aunque también aparecen otros artículos con seudónimo (Canta Claro, J. Eso.

Pero además de hablar de periódicos, tenemos que hablar en este apartado de

periodistas dalienses del siglo XIX, ya que en 1871 nació en esta localidad Ramón

Giménez Lamar, quien trabajó en diferentes medios de comunicación de tirada

nacional55. Ramón Giménez Lamar nació en Dalías en 1867. Comenzó y no terminó la

carrera eclesiástica. Se doctoró en Derecho por la Universidad de Granada y regresó a

Dalías, desde donde publicó una colección de artículos en el madrileño periódico El

Globo. También colaboró en otros periódicos madrileños, almerienses, granadinos y

malagueños56. Fue también poeta y dramaturgo y murió, en Dalías, en 1918. Sus

colaboraciones también aparecieron en El independiente.

Gabriel Giménez Lamar, junto a su hermano y otros escritores, fundó en 1907 La Idea,

donde publicaron, Gabriel y Ramón Giménez Lamar, Gabriel Alférez Lirola, Gabriel

Baena Alférez, Antonio Baena Zamora, Luis López y López, Manuel Manzano López y

José María Zabala Baena.

54 El grabado era la única forma de incluir imágenes en prensa, y existían grandes medios que lo hacían, desde los satíricos hasta semanarios como “La Ilustración Española y Americana”. Ni qué decir tiene la fotografía, que no se

generalizará hasta comenzado el siglo XX. El antecedente más notable del uso de la fotografía en prensa en España es

la publicación de un daguerrotipo en 1852 en el “Diario Mercantil”. Pero hasta la aparición de revistas como “Blanco

y Negro”, en 1891, la fotografía no quedará integraa en la prensa española. 55 RUIZ FERNÁNDEZ, José y RUIZ GIMÉNEZ, Gema: “Apuntes para una biografía del poeta de Dalías Ramón

Giménez Lamar (1867-1918)”. Revista Farua. . Número 13. Centro Virgitano de Estudios Históricos. Granada, 2010. 56 VALLES CALATRAVA, José R.: “Patria y poesía 1916): índices de una revista modernista almeriense de principios

de siglo”.

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Noticias de los nuevos tiempos.

Nuevos tiempos según iban pasando los años del siglo XIX y se acercaba el siglo

XX. Algunas noticias que hoy en día pueden resultar chocantes, con novedades

tecnológicas de uso cotidiano, eran entonces objeto de noticia en cuanto a la novedad

que suponía.

Por ejemplo, la llegada del primer molino de viento para extraer agua del

subsuelo. En principio, este molino fue instalado en la zona de La Cañada de San

Urbano, aunque ya entonces se apuntaba la posibilidad de crecimiento económico que

supondría extraer agua para riego en otras zonas, como Dalías. Así lo recogía “La

Crónica Meridional” del 23 de septiembre de 1893:

Una de las mejoras en cuanto a medios de transporte se refiere era sin duda

alguna el ferrocarril, para el cual hubo un proyecto que no llegó a completarse y que

incluía una línea que pasaba por Dalías, tal y como recogió “La Crónica Meridional” en

su edición de 5 de mayo de 1891:

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El “Diario Oficial de Avisos de Madrid”57 de 5 de julio de 1878 informaba de la

apertura de la estación telegráfica de Dalías58:

Para terminar con una modernidad, de verdad, el “Anuario de la electricidad”.

Fue editado en 1900 y recoge la relación de poblaciones almerienses que aún no

poseen electricidad. En aquel año están todavía sin red eléctrica los municipios de Adra,

Albox, Dalías, Huércal-Overa, Lubrín, Níjar, Oria, Serón, Sorbas, Tabernas, Vélez

Blanco y Vélez Rubio. En el caso de Dalías, posiblemente se refería a la zona del Campo

de Dalías59.

57 Se trata de la última etapa de la cabecera del primero diario español que fundara, en 1758, Francisco Mariano Nipho

(1719-1803), con el título de Diario noticioso…, que en 1825 se convirtió en periódico semioficial, siendo la más

longeva en la historia del periodismo español, si se exceptúa la Gazeta de Madrid, hoy Diario oficial del Estado. Seguirá

siendo un periódico de cuatro páginas, que mantendrá prácticamente hasta su desaparición, en 1918, el mismo tipo de contenidos que venía incluyendo desde 1825, es decir, una parte oficial y otra de particulares. 58 A principios del siglo XIX comienzan en distintos lugares del mundo las investigaciones para transmitir señales a

través de un cable metálico. Está aceptada la fecha de 1836 como el momento en que se inventa el telégrafo por parte

de Samuel Morse. En España, el servicio telegráfico comenzó a implantarse en 1855. 59 La historia de la electricidad en España comienza tarde en España. En 1875 se instala una luz de arco en la Escuela

de Ingenieros, a modo de muestra, y en 1881 se fundó la Sociedad Española de Electricidad en Barcelona, que comenzó

la expansión de la nueva energía, con fines domésticos e industriales. Veinte años más tarde había 859 plantas por toda

España.

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Conclusión

El siglo XIX marcó numerosas líneas en el suelo del porvenir para el municipio

de Dalías. De la mano de las grandes herramientas de crecimiento económico (la

minería, el cultivo de la uva de embarque), los habitantes de aquel tiempo vivieron cada

momento de la turbulenta historia que les tocó vivir. Los que integraban el sector social

más acomodado lo hicieron unas veces borbónicos, otras veces republicanos, otras

carlistas.

Las dificultades económicas de aquellos que tenían menos recursos, unidos a

los estragos que causaban los desastres naturales llevaban a la población a tomar

decisiones dolorosas, que en alguna ocasión llegaron a pagar con su vida. Las

enfermedades fueron algo habitual en esta centuria, y los resultados eran siempre

mortales, aunque en este caso las infecciones no entendían de clases sociales.

El municipio de Dalías pasó de ser granadino a almeriense, a sufrir el acoso de

grupos de bandoleros y a poner en explotación cientos de hectáreas de cultivo en la

zona del Campo de Dalías con la llegada del agua.

Y de todos estos avatares fueron testigos los medios de comunicación. Limitados

en su libertad casi en todo el siglo por cuestiones políticas así como las limitaciones que

imponían los propios editores, pero siempre teniendo como objetivo atender las

necesidades informativas de sus lectores, que eran sus clientes.

Dalías tuvo siempre un lugar en la prensa nacional. Primero como zona minera

y después como zona uvera. También con referencia a los movimientos políticos, donde

también participaron vecinos de Dalías con su adhesión a la causa de cada momento.

La información del siglo XIX es rehén del tiempo que le tocó vivir. En nada se parece a

la que posteriormente se desarrollará en el siglo XX, y por supuesto no podemos mirar

ese tiempo con ojos de ciudadano del siglo XXI. Pero gracias a la prensa nos enteramos

de lo que sucede. Aunque sean otros los que nos cuenten su versión de lo que ocurre.

De ahí la importancia de la libertad de prensa.

Muchas gracias.

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BIBLIOGRAFÍA

Pepe CRIADO. Entre la luz y el otoño. Antología poética en el Poniente de Almería. Adra, Berja,

Dalías, El Ejido, Laujar y Vícar (1850-1930). Trabajo inédito.

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Almería, 1823-1900. Asociación de Periodistas-Asociación de la Prensa de Almería, Almería,

2006.

Víctor HERNÁNDEZ BRU. Historia de la prensa en Almería (1823-1931). Instituto de Estudios

Almerienses, Colección Historia, Almería, 2006

M. A. LÓPEZ-BURGOS (1982) "Las Aventuras de un Viajero Inglés por tierras de Almería",

Anales del Colegio Universitario de Almería, Universidad de Almería, 1982. Y Almería Dorada.

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Andalucía, Sevilla, 2007.

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(1778-1936). Cambios económicos y negocios de exportación. Instituto de Estudios Almerienses,

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VV. AA. Catálogo de prensa almeriense 1823-1939. Diputación Provincial de Almería, Almería,

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Juan Bautista VILAR. Los españoles en la Argelia Francesa (1830-1914). Centro de Estudios

Históricos (Madrid) y Universidad de Murcia, 1989.

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INTERNET

Biblioteca Digital Hispánica:

http://www.bne.es/es/Catalogos/BibliotecaDigitalHispanica/Inicio/index.html

Hemeroteca Biblioteca Nacional de España:

http://hemerotecadigital.bne.es/index.vm

Hemeroteca Provincial de Almería “Sofía Moreno Garrido”:

http://www.bibliotecadiputacion.almeria.es/

Wikipedia:

http://es.wikipedia.org/wiki/Proyectos_de_división_territorial_de_España

Biblioteca Virtual de Andalucía:

http://www.bibliotecavirtualdeandalucia.es/opencms

Sobre el Oranesado:

http://sosegaos.blogspot.com.es/2010/02/el-oranesado.html

Página web con información sobre Dalías.

http://www.ambrox.es/index.php

Página de la Asociación Cultural “Talia”:

www.asociaciontalia.org

Centro de Profesores de El Ejido:

www.cepejido.es

La presencia española en Argelia:

http://www.fichier-pdf.fr/2011/11/23/la-comunidad-espanola-en-argelia-1880-

1930/preview/page/1/

Base de datos de trabajos de investigación histórica:

http://dialnet.unirioja.es/

FONDOS

Hemeroteca Provincial de Almería “Sofía Moreno Garrido”.

Biblioteca Nacional de España.

Material de prensa local aportado por Pepe Criado.