la política ttrascendental. kant

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  • 7/24/2019 La Poltica Ttrascendental. Kant

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    VI. LA POLTICA TRASCENDENTAL: KANT

    La verdadera poltica no puede dar un paso sin haber antes rendido pleitesa a la mo-

    ral, y, aunque la poltica es por s misma un arte dificil, no lo es, en absoluto, la unin

    de la poltica con la moral, pues sta corta el nudo que la poltica no puede solucionar

    cuando surgen discrepancias entre ambas [...] toda poltica debe doblar su rodilla ante

    el derecho, si bien cabe esperar que se llegar a un nivel, aunque lentamente, en que

    la poltica brillar con firmeza.

    Immanuel Kant.

    1. Lo TRASCENDENTAL NECESARIO

    En cierto sentido el pensamiento kantiano es la cumbre de la filosofa subya-

    cente a la poltica del procedimiento. De inmediato brota la importancia de la

    construccin de un concepto de poltica que no est derivado directamente de

    la experiencia del poder. La forma en que Kant concibe la separacin entre los

    datos de la experiencia

    y

    las condiciones formales del conocimiento,

    ms all

    de la experiencia, plantea al menos la posibilidad de pensar la poltica desde

    una perspectiva trascendental.' En la ubicacin de lo poltico esa posibilidad

    se concreta en la construccin de tres niveles. El primero, sumamente abstrac-

    to, ubicara lo poltico en el terreno de la razn prctica, y con ello dentro de

    las coordenadas de la tica plasmada en el imperativo categrico. La libertad

    de la voluntad formalmente limitada y puesta en armona con los imperativos

    categricos, establecera lo poltico como el lugar de la construccin de un

    orden racional de convivencia humana basado en la libertad positiva de todos,

    en la consideracin de todos como fines en s mismos y en el establecimiento

    de la paz tanto en el interior de cada Estado como en las relaciones in-

    terestatales. Este sera el nivel de la poltica ticamente formulada. Aqu ten-

    dran su lugar las condiciones de posibilidad de la elaboracin de la ley,

    planteada en trminos de la labor del legislador orientado por la lgica del

    1 [...] Las mximas polticas no deben partir del bienestar y de la felicidad que cada

    Estado espera de su aplicacin, no deben partir, por tanto, del fin que cada Estado se

    propone, no deben partir de la voluntad como supremo principio de la sabidura pol-

    tica (aunque principio emprico) sino del concepto puro del deber jurdico, sean cua-

    lesquiera las consecuencias fsicas que se deriven (partir del deber, cuyo principio est

    dado a priori

    por la razn pura) . Immanuel Kant.

    La paz perpetua,

    Tecnos, Espaa,

    1989, p. 58, 2a edicin, colecc. Clsicos del pensamiento, tr. Joaqun Abelln.

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    EL MONARCA, EL CIUDADANO Y EL EXCLUIDO

    como si . Un segundo nivel, ms concreto, planteara lo poltico como la doc-

    trina ejecutiva del derecho, que implicara, claro est, la organizacin del res-

    paldo coercitivo de la ley y su aplicacin. Existira por ltimo un tercer nivel,

    referido a la realidad humana determinada antropolgica y psicolgicamente,

    expresada en la insociable socialidad, en su fuste torcido y en la necesidad de

    un amo. En conjunto, todo esto significa que la gran contribucin kantiana

    consisti en armonizar la virtud y el procedimiento en una unidad coherente,

    expresada en una formulacin racional y universal.

    El inters principal que despierta la reflexin poltica kantiana radica en la

    desvinculacin de la poltica respecto de determinaciones empricas de carcter

    antropolgico o psicolgico y su incardinacin en el terreno de la razn prcti-

    ca. Para comprender esto es necesario exponer el esfuerzo kantiano por hacer

    que la razn pudiera determinar la voluntad para la accin humana en las rela-

    ciones intersubjetivas. El orden poltico sera el resultado de la razn, espec-

    ficamente del uso prctico de la razn. Frente al imperio de lo emprico, de los

    hechos polticos tal y como se presentan a los sentidos, del llamado realismo

    poltico, Kant estara de lado de la posibilidad de un orden racional de derecho

    y de poltica.' Tiene razn Kolakowsky 3 cuando seala que hoy necesitamos a

    Kant porque la vida social est en peligro. Requerimos, en efecto, de un pensa-

    dor que, reivindicando la razn, plantee la posibilidad de una convvencia hu-

    mana desde una tica trascendental, pero sin ingenuidades. Ello tiene especial

    inters y significado para una fundamentacin racional y positiva de la poltica,

    lo que se convierte en la condicin de posibilidad de su reivindicacin.

    2. UN HOMBRE

    FRUGAL4

    Immanuel Kant naci el 22 de abril de 1724 en la ciudad prusiana de Knigs-

    berg. En 1733 ingres en el Collegium Friedericianum que diriga Franz Albert

    Schultz. Ah recibi una formacin clsica, sobre todo en latn. La atmsfera

    2 Nuestros polticos [...] aseguran que se ha de tomar a los hombres tal como son y no

    como los `sabiondos' ajenos al mundo o los soadores bienintencionados imaginan que

    deben ser... . Immanuel Kant, Replanteamiento sobre la cuestin de si el gnero huma-

    no se halla en continuo progreso hacia lo mejor , en

    Id. Ideas para una historia universal en

    clave cosmopolita y otros escritos sobre Filosofa de la Historia,

    Tecnos, Madrid, 1987, p. 81,

    colecc. Clsicos del pensamiento, trs. Concha Roldn Panadero y Roberto Rodrguez

    Aramayo.

    2 Vid.

    Leszek Kolakowsky.

    La modernidad siempre a prueba,

    Vuelta, Mxico, 1990, pp. 66

    y ss., tr. Juan Almela.

    4 Este pargrafo se basa en los siguientes libros: Otfried Hffe.

    Immanuel Kant, Herder,

    Barcelona, 1986; Ernest Cassirer. Kant, vida y doctrina,

    Fondo de Cultura Econmica,

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    LAPOLTICATRASCENDENTAL KANT 69

    cultural del colegio se tradujo en una notable admiracin del joven Kant hacia

    los autores romanos antiguos. En 1740 ingres en la Universidad de su natal

    Knigsberg. Haba abandonado ya la casa materna y viva con su amigo Wlmer

    en una pequea habitacin que con grandes penas poda pagar a partir de los

    ingresos que eventualmente obtena de las clases particulares que imparta. En

    esos aos su nica diversin era el billar pero, al parecer, no era un buenjuga-

    dor. En la Universidad de Knigsberg Kant recibi la indudable influencia del

    joven y erudito profesor Martin Knutzen. En 1746 muri el padre de Immanuel

    y ste abandono la universidad. En ese ao escribi Pensamientos acerca de

    la verdadera valoracin de las fuerzas vivas , mientras continuaba con su labor

    docente particular. En 1755 dej de ser preceptor privado y regres a la Uni-

    versidad de Knigsberg para concluir sus estudios y graduarse. Lo hizo con un

    trabajo escrito en latn: Sobre el fuego . El 12 de junio de 1755 obtuvo el gra-

    do de doctor en filosofa. El 27 de septiembre de ese mismo ao, Kant presen-

    t el trabajo

    Principios fundamentales del conocimiento metafsico,

    con el que obtuvo

    el nombramiento de profesor auxiliar de filosofa en la Universidad de K-

    nigsberg. Al ao siguiente consigui el segundo premio de la Academia de

    Ciencias con el trabajo Sobre la evidencia de los postulados de la teologa y la

    moral naturales . En 1764 rechaz una ctedra de poesa en la Universidad de

    Berln. En 1770 Kant ingres finalmente a la Universidad de Knigsberg como

    profesor de las ctedras de lgica y metafsica. Con esto inici una etapa de

    relativa tranquilidad. Ahora poda dedicarse a la construccin de su sistema.

    Segn las clasificaciones ms recurrentes del pensamiento kantiano, en ese

    periodo nos hallaramos en plena fase pre-crtica , caracterizada por un pa-

    ciente trabajo de reflexin acerca de las posibilidades y lmites de la metafsica

    en las coordenadas del pensamiento moderno, desarrollado sobre todo por

    Descartes y Hume. Esa reflexin nunca perdi de vista a los antiguos,' sin

    embargo, para Kant no se trataba slo de revitalizarlos y declarar su vigencia;

    antes bien, haba que recuperar la filosofa antigua pero ya en el nuevo escena-

    rio inaugurado por Descartes y Coprnico, y continuado por Hume y Rousseau.

    En ese mismo ao, es decir en 1770, Kant present un trabajo que perfilaba ya

    el contenido de su labor madura fundamental. Se trata del ensayo Sobre la

    forma y los principios del mundo de los sentidos y del mundo de la inteligen-

    cia . Tena 46 aos -la edad ptima para empezar a alcanzar la sabidura, segn

    los antiguos-. Y, en efecto, en ese trabajo Kant llama la atencin acerca de la ne-

    cesidad de establecer una neta distincin entre dos tipos de conocimiento: el

    Mxico, 1968, 2a edicin, tr. Wenceslao Roces; Roberto R. Aramayo. Immanuel Kant,

    EDAF, Espaa, 2001; y Uwe Schultz.

    Kant,

    Labor, Barcelona, 1971.

    5 Vocablos como categora , trascendental , analtica y dialctica , tan importan-

    tes en el sistema kantiano, proceden de la tradicin aristotlica.

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    170 EL MONARCA, EL CIUDADANO Y EL EXCLUIDO

    conocimiento sensible de las cosas tal como aparecen (los fenmenos) y el conoci-

    miento intelectual de las cosas tal como stas son (los nomenos o cosas en s). Con l

    Kant se percata de que el conocimiento de las cosas en s est exento de todo

    elemento sensible. Todo pareca indicar que a partir de 1770, en cuanto a pu-

    blicaciones, Kant iniciara un periodo de intensa actividad, nada ms lejos de

    la realidad. Lo que en verdad ocurri fue que se sumergi en una reflexin

    tan profunda como prolongada: se trata del as llamado decenio del silen-

    cio , abierto en ese ao y concluido exitosamente con la publicacin de la

    Crtica de la razn pura (Kritik der reinen Vernunft),

    en 1781. A partir de ah, en-

    tonces s, se precipitaron las obras ms importantes de Kant, cual frutos madu-

    ros o tormentas de una atmsfera cargada durante muchos aos de reflexin:

    es el llamado periodo crtico, que se extiende hasta aproximadamente 1793.

    En ese periodo Kant public los

    Prolegmenos a toda metafsica futura que pueda

    presentarse como ciencia

    (1783), las Ideas para una historia universal en clave

    cosmopolita (1784), Respuesta a la pregunta: qu es la Ilustracin? (1784),

    laFundamentacin para la metafsica de las costumbres (1785), los Principios metaf-

    sicos de la ciencia natural

    (1786). En 1787 public la segunda edicin de la Criti-

    ca de la razn pura; al ao siguiente (1788) public la

    Crtica de la razn prctica

    y, finalmente, en 1790, public la Crtica del juicio. Con esa obra se da por ter-

    minada la publicacin de las famosas tres crticas . Sin embargo, rio concluy

    la intensa produccin kantiana. En 1793 public La religin dentro de los lmites

    de la mera razn. Al ao siguiente dio a conocer su opsculo El fin de todas las

    cosas . En 1795 escribi y public La paz perpetua . Finalmente en 1797 vio

    la luz la

    Metafsica de las costumbres.

    Aunque no hay unanimidad respecto de la

    conclusin del periodo crtico de la obra de Kant, es claro que ya en las postri-

    meras del Siglo de las Luces y a principios del nuevo siglo XIX, ste se dedic

    a defender su sistema (por eso, ese periodo ha sido llamado el de la fase de-

    fensiva ) y sus obras (la mayora se relaciona con los temas de sus lecciones

    universitarias) parecen tan slo cifrar en distintas esferas lo alcanzado por su

    pensamiento en las tres clebres crticas . Immanuel Kant dej de existir el

    12 de febrero de 1804 despus de un lamentable proceso de deterioro de sus

    fuerzas fsicas e intelectuales.

    3. COORDENADAS METAFSICAS

    En 1781 se public la primera edicin de la

    Crtica de la razn pura.

    La significa-

    cin de esta obra es de sobra conocida: as como el heliocentrismo de Copr-

    nico represent una transformacin radical en la conciencia humana respecto

    del universo fsico, la primera gran obra de Kant vendra a implicar una revo-

    lucin copernicana en el terreno de la construccin del conocimiento. Se

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    LAPOLTICATRASCENDENTAL KANT 7

    trata, ni ms ni menos, de un cambio de mtodo en el modo de pensar (die

    veriinderte Methode der Denkungsart),

    segn la expresin de su autor. En qu

    consiste ese cambio? Ante todo en establecer la posibilidad de un conocimien-

    to

    a Priori y,

    en consecuencia, en traspasar los lmites de la experiencia.

    Kant establece una distincin primaria entre los conocimientos puro y emp-

    rico. l acepta que todos nuestros conocimientos

    comienzan

    con la experiencia,

    pero agrega de inmediato que no todos

    proceden de sta. Entonces se pregunta si

    hay algn conocimiento independiente de la experiencia y de toda impresin

    sensible. Ese conocimiento se llamar a priori y deber ser distinguido del emp-

    rico en lo que se refiere a las fuentes respectivas. En el conocimiento emprico

    las fuentes son a posteriori, es decir, que las tiene por la experiencia. Kant defi-

    ne como conocimientos a priori no aquellos que de un modo u otro dependen

    de la experiencia sino los que son absolutamente independientes de sta. En

    realidad, los objetos de la experiencia no pueden ser captados como cosas en

    s sino como fenmenos. En cuanto tales estn regulados por nuestra manera

    de representar.

    Espacio

    y tiempo son formas de la intuicin sensible y tambin condiciones

    de la existencia de las cosas en cuanto fenmenos. No podemos tener conoci-

    miento de las cosas en s, sino en cuanto son objeto de la intuicin sensible, es

    decir, slo somos capaces de conocer las cosas en cuanto fenmenos. De ah

    que todo conocimiento especulativo posible de la razn debe limitarse nica-

    mente a los objetos de la experiencia .6

    El inters primordial de Kant se orienta, entonces, a examinar cuidadosa-

    mente el proceso de conocimiento. El primer paso en esa direccin consiste

    en percatarse de que no hay generacin de conocimiento si se permanece en

    el terreno de la experiencia. De hecho, el conocimiento basado en la experien-

    cia revela la existencia de una estructura de pensamiento previa a la expe-

    riencia, pero tambin independiente de toda experiencia. Se trata de la forma

    del juicio, que consiste en un entrelazamiento entre el sujeto y su predicado.

    Kant encuentra dos tipos de juicios, los analticos y los sintticos. Los prime-

    ros son aquellos en los que el enlace del sujeto con el predicado se concibe

    por identidad. En estos juicios el predicado no aade nada al concepto del

    sujeto: slo descomponen al sujeto en conceptos parciales comprendidos y

    concebidos (aunque tcitamente) en el mismo sujeto. Se obtienen por anli-

    sis o descomposicin. Por eso son analticos. En cambio, los juicios sintticos

    se caracterizan porque el enlace entre el sujeto y el predicado se establece sin

    identidad. Aaden al concepto del sujeto un predicado que no estaba de nin-

    guna manera pensado en aqul y que no hubiera podido ser extrado por

    ninguna descomposicin. Por eso se llaman sintticos.

    6 Vid.

    Immanuel Kant.

    Crtica de la razn pura,

    vols. 1 y II, Orbis, Espaa, s/f, p. 92, trs.

    Jos del Perojo y Jos Rovira Armengol.

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    Los juicios de la experiencia y los matemticos son todos sintticos. Por

    ejemplo: 7 + 5 = 12. Tiene la apariencia de un juicio analtico pero es sinttico

    porque el concepto de suma entre dos nmeros no necesariamente es doce.

    La ciencia de la naturaleza (fsica), contiene como principios juicios sintticos,

    pero adems, a priori, es decir, producidos independientemente de la experien-

    cia. Una de las principales ideas de Kant consista en pensar que deba haber

    conocimientos sintticos a priori tambin en la metafsica.

    He aqu el lugar de lo trascendental como el terreno de los conocimientos

    sintticos a priori: Llamo trascendental todo conocimiento que en general se

    ocupa no de los objetos, sino de la manera que tenemos de conocerlos, en

    cuanto que sea posible a priori .' As, lo metafsico corresponde a 1o que un

    concepto presenta como dado a priori, mientras que lo trascendental se refie-

    re al principio que puede mostrar la posibilidad de los conocimientos sintticos

    a priori. Captar los objetos externos presupone la existencia de un plano tras-

    cendental de percepcin. Es el plano de la esttica trascendental. Hacer las

    conexiones entre lo percibido, es decir, poner orden a lo captado por los sen-

    tidos tiene tambin una consistencia trascendental. Es el plano de la lgica

    trascendental. Aquel conocimiento en el que la relacin es inmediata con el

    objeto y para el que todo pensamiento sirve de medio se llama intuicin

    (Anschaung). La intuicin es posible porque el objeto afecta de un cierto modo

    al espritu. Se llama sensibilidad la capacidad (receptiva) de recibir la repre-

    sentacin segn la manera como los objetos nos afectan. Los objetos nos son

    dados mediante la sensibilidad ... .R Pero es el entendimiento el que concibe y

    forma los conceptos. Aqu Kant introduce la sensacin, que define como el

    efecto de un objeto sobre nuestra facultad representativa al ser afectada por

    un objeto. Kant llama emprica a la intuicin que se relaciona con un objeto

    por medio de la sensacin.

    En esa tesitura, nuestro filsofo advierte la importante diferencia que existe

    entre el fenmeno, la materia y la forma de los objetos. Fenmeno es la intui-

    cin emprica de un objeto indeterminado.

    Materia

    del fenmeno es aquello

    que en l corresponde a la sensacin. Forma es lo que hace que lo que hay en el

    fenmeno de diverso o heterogneo pueda ser ordenado en ciertas relacio-

    nes. Por un lado, la materia de los fenmenos slo puede drsenos a posteriori.

    La forma, en cambio, debe hallarse ya preparada a priori en el espritu, para

    todos en general y, por consiguiente, puede ser considerada independiente-

    mente de toda sensacin. La intuicin pura se encuentra a priori en el espri-

    tu. Precisamente, Kant llama Esttica Trascendental a la ciencia de todos los

    principios a priori de la sensibilidad . En esa ciencia se considera aisladamente

    ' Ibid., p. 1 8

    ' Ibid., p.

    113.

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    LAPOLTICATRASCENDENTAL KANT 73

    la sensibilidad para quedarnos slo con la intuicin pura y con la forma de los

    fenmenos, que es lo nico que la sensibilidad puede dar a priori .9 Las dos for-

    mas puras de la intuicin sensible que se configuran como principios del cono-

    cimiento a priori son, como hemos visto, el espacio y el tiempo. El espacio no es

    un concepto emprico, sino una de las

    condiciones de posibilidad de la representa-

    cin de cosas exteriores

    en contraste y unidad de unas con respecto a otras. Se trata

    de uno de los fundamentos necesarios de los fenmenos externos. La primitiva

    representacin del espacio es, pues, una intuicin a priori y no un concepto ,

    dir Kant. El tratamiento del espacio en el nivel trascendental afirma su realidad

    en relacin a toda experiencia externa posible y, en cuanto tal, es algo que sirve

    de fundamento a las cosas en s. De ese modo, lo que llamamos objetos externos

    no son sino meras representaciones de nuestra sensibilidad.

    Dadas esas consideraciones preliminares es posible comprender ahora que

    el conocimiento emana de la sensibilidad y del entendimiento. Kant define la

    sensibilidad como la capacidad que tiene nuestro espritu de recibir represen-

    taciones. En contraste, el entendimiento sera la facultad que tenemos para

    producir nosotros mismos representaciones. As, el entendimiento es la facul-

    tad de pensar el objeto de la intuicin sensible. Para Kant sin sensibilidad no

    nos seran dados los objetos y sin entendimiento ningn objeto podra ser pen-

    sado. Por eso, es necesario sensibilizar los conceptos y hacer inteligibles las in-

    tuiciones. El entendimiento no puede percibir y los sentidos no pueden pensar

    cosa alguna. Solamente cuando se unen, resulta el conocimiento .'0 En snte-

    sis diremos que los elementos de todo nuestro conocimiento son la intuicin y

    los conceptos. La intuicin y los conceptos son puros o empricos. La intuicin

    pura contiene nicamente la forma por la que es percibida alguna cosa. El

    concepto puro contiene nicamente la forma del pensamiento de un objeto

    en general.

    De esa manera y resumiendo, podemos decir que para Kant la esttica es la

    ciencia de las reglas de la sensibilidad en general, mientras que la lgica seria

    la ciencia de las leyes del entendimiento en general. La lgica puede ser consi-

    derada desde dos puntos de vista: 1) como lgica general comprende las reglas

    absolutamente necesarias del pensar como operaciones generales del entendi-

    miento. 2) como lgica aplicada comprende las reglas para pensar rectamente

    sobre ciertos objetos determinados y desarrollar las operaciones particulares

    del entendimiento. En cuanto lgica pura, se abstraen todas las condiciones

    empricas bajo las que ha sido aplicado nuestro entendimiento; en cuanto apli-

    cada, la lgica marca las reglas del uso del entendimiento bajo condiciones

    empricas y subjetivas. La lgica que es general y pura tiene por nico objeto

    ' Ibid., p. 114.

    10 Ibid., p.

    132.

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    174 EL MONARCA, EL CIUDADANO Y EL EXCLUIDO

    principios a priori (no importa si el contenido es emprico o trascendental). Se

    separa de la lgica general aquella parte que constituye la teora pura de la

    razn de la parte que constituye la lgica aplicada. Slo la parte de la lgica

    general que constituye la teora pura de la razn es una ciencia. Ahora bien:

    esa parte, la lgica general pura, en cuanto es general, slo se ocupa de la

    for-

    ma del pensamiento

    y no le importa ni la materia ni la diversidad de los objetos;

    en cuanto pura, no tiene ningn principio emprico y no toma nada de la psi-

    cologa: en ella todo debe ser completamente cierto a priori. As, la lgica pura

    y trascendental excluye todos los conocimientos cuyo contenido es emprico.

    Slo puede tener el nombre de trascendental el conocimiento del origen no

    emprico de esas representaciones y de la manera con que pueden referirse a

    priori a objetos de la experiencia

    [...] La diferencia de lo trascendental t lo empri-

    co pertenece, pues, tan slo a la crtica de los conocimientos y en nada respecta a la

    relacin de estos conocimientos con sus objetos .

    De ese modo, la lgica trascendental es la ciencia pura del entendimiento y

    del conocimiento racional, por el que pensamos objetos completamente a

    priori. Esta ciencia es posible slo para el caso en que existan conceptos que se

    refieran a priori a objetos, no como intuiciones puras o sensibles sino nica-

    mente como actos puros del pensar. Estos son conceptos cuyo origen no es

    emprico: Semejante ciencia que determina el origen, extensin y valor obje-

    tivo de esos conocimientos, se deber llamar lgica trascendental, puesto que

    slo se ocupa con las leyes del entendimiento y de la razn; pero slo en la me-

    dida en que es referida a priori a objetos y no, como la lgica general, a los co-

    nocimientos empricos y puros de la razn sin distincin alguna .

    Ahora bien, es importante cuestionarse aqu acerca del problema de la ver-

    dad del conocimiento en el plano de la lgica trascendental. En principio,

    Kant admite como supuesto que la verdad es la conformidad del conocimien-

    to con su objeto. Sin embargo, lo que ms le interesa es encontrar un criterio

    general y cierto de todo conocimiento posible, con lo cual desplaza. el proble-

    ma de la verdad hacia el terreno de lo trascendental y no lo refiere, en conse-

    cuencia, a la materia o a los contenidos. Para nuestro autor encierra una contra-

    diccin querer buscar un criterio universal para la verdad del conocimiento

    segn la materia.

    Es asimismo evidente, por lo que al conocimiento respecta en cuanto a la ]Forma (pres-

    cindiendo de su contenido), que una lgica, al tratar de las leyes generales y necesarias

    del entendimiento, expondr tambin por esas mismas leyes criterios generales para

    la verdad [...] Pero esos criterios slo respectan a la forma de la verdad, es decir, al

    Ibid., p.

    135. Las cursivas

    son mas

    1 2

    Idem.

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    LAPOLTICATRASCENDENTAL KANT 75

    pensar en general, y si por este concepto son exactos, a la vez son insuficientes; por-

    que, aunque un conocimiento conforme completamente con la forma lgica (es de-

    cir, que no est en contradiccin consigo mismo), puede muy bien suceder que no

    lo est con el objeto .13

    A ello Kant agrega: El criterio puramente lgico de la verdad, a saber la con-

    formidad del conocimiento con las leyes universales y formales del entendi-

    miento y de la razn, ser pues la condicin

    sine qua non es decir, negativa, de

    toda verdad, pero ms lejos, no puede ir la lgica, ni tampoco hallar piedra

    alguna de toque que le indique el error que slo alcanza al contenido y no a la

    forma . Esta parte de la lgica se llama analtica porque descompone en sus

    elementos la obra formal del entendimiento y la razn. Entonces, la lgica

    analtica s toca a la verdad, pero negativamente: Es menester juzgar y com-

    probar la forma de todo conocimiento segn estas reglas, antes de examinar

    su contenido, para ver si en relacin al objeto contiene alguna verdad positi-

    va .15 No basta, pues, con la forma pura del conocimiento para decidir sobre la

    verdad material (objetiva) del mismo: Nadie puede aventurarse con la lgica

    sola a juzgar objetos; ni a afirmar nada, sin haber antes hallado, e indepen-

    dientemente de ella, manifestaciones fundadas, salvo al pedir enseguida a las

    leyes lgicas su uso y encadenamiento en un todo sistemtico, o mejor an, el

    someterlas simplemente a esas leyes . Ahora bien, si se quiere obtener cono-

    cimientos objetivos de la mera lgica se comete un verdadero abuso , dice

    Kant. La dialctica ser, entonces, la lgica general pero tomada por

    organon,

    es decir, como lgica de la apariencia . En cambio la Analtica Trascendental

    ser la lgica de la verdad.

    Si recapitulamos podemos decir que la lgica es la ciencia de la leyes del

    entendimiento en general. La lgica general comprende las reglas del pensar,

    puede ser pura o aplicada. En la aplicada entran en juego condiciones empri-

    cas y subjetivas. La lgica pura tiene como nico objeto principios a priori,

    independientemente de si el contenido es emprico o trascendental. La lgica

    general y pura, en cuanto que es general se ocupa de la forma del entendi-

    miento y en cuanto pura quiere decir que no tiene ningn principio emprico.

    Cuando esto ltimo acontece, la lgica es trascendental y se divide en analtica

    y dialctica. La analtica trascendental trata de los elementos del conocimien-

    to puro del entendimiento y de los principios. Es analtica porque descompo-

    ne en sus elementos toda la obra formal del entendimiento. La lgica

    13lbid., p. 136.

    14 Idem.

    15 Idem.

    16

    Idem

  • 7/24/2019 La Poltica Ttrascendental. Kant

    10/28

    176 EL MONARCA, EL CIUDADANO Y EL EXCLUIDO

    trascendental tambin puede ser dialctica, pero en ese caso trata ].a lgica de

    la apariencia.

    Como primera divisin de la lgica trascendental, la analtica trabaja con

    conceptos puros y no empricos, que no pertenecen ni a la intuicin ni a la

    sensibilidad sino al pensar y al entendimiento. Adems, los conceptos deben

    ser elementales y no derivados o compuestos. El cuadro ser completo y abar-

    car todo el campo del entendimiento puro. Es necesario indicar que la anal-

    tica funciona con juicios. Un juicio es el conocimiento mediato de un objeto,

    esto es, la representacin de una representacin del objeto. De ese modo, el

    entendimiento es la capacidad de juzgar.

    El espacio y el tiempo contienen una enorme diversidad de elementos de la

    intuicin pura a priori. Slo mediante la condicionalidad receptiva de nuestro

    espritu pueden ser recibidas las representaciones de los objetos. Para hacer de

    esa diversidad de representaciones de los objetos un conocimiento es necesario

    que esa diversidad haya sido reconocida, recibida y enlazada de cierta manera .

    A esa operacin la llama Kant sntesis . Esa operacin, cuando se la considera

    en general, la ejecuta la imaginacin. Pero es una funcin que pertenece al en-

    tendimiento, y que es la nica que nos procura el conocimiento propiamente

    dicho, el llevar esta sntesis a conceptos . De lo que se trata es de poder pensar

    los objetos. La sntesis pura es resultado de entrelazar la diversidad de represen-

    taciones y formar con ellas conceptos. La sntesis, pues, pertenece al entendi-

    miento. El conocimiento consiste en llevar la sntesis a conceptos.

    4. DE LA RAZN ESPECULATIVA A LA RAZN PRCTICA

    Con todo, la razn especulativa es impotente en el campo de lo suprasensible.

    Sin embargo, es posible entrar en este terreno con la razn, pero ha de tratar-

    se de la razn prctica: existe una aplicacin prctica y absolutamente necesa-

    ria, de la razn pura (la aplicacin moral) en donde se extiende inevitablemente

    ms all de los lmites de la sensibilidad, y para lo que en nada necesita del

    auxilio de la razn especulativa, por ms que deba, empero, guardarse no oponr-

    sele, a fin de no caer en contradicciones consigo misma .

    Kant dirige sus esfuerzos a establecer una frontera muy ntida entre la ra-

    zn terica y la razn prctica. Es que, en efecto, no todos los objetos en nues-

    tro pensamiento son objetos de conocimiento, de acuerdo con los principios

    de la razn terica. Kant indica que conocer un objeto exige que podamos

    demostrar su posibilidad, ya sea por el testimonio de la experiencia o a priori,

    por la razn. Existen conocimientos cuyos objetos no pueden ser dados por la

    Ibid., p.

    145.

    $ Ibid., p. 92.

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    11/28

    LAPOLTICATRASCENDENTAL KANT 77

    experiencia, sino que se emancipan de sta y parece que extienden el crculo

    de nuestros juicios ms all de sus lmites . Esos conocimientos ataen a las

    ideas de Dios, la Libertad y la Inmortalidad. Esas ideas son necesarias y univer-

    sales pero no pueden ser conocidas por la razn terica. Su pertinencia y nece-

    sidad deben ubicarse en el terreno de lo prctico. Es un hecho que esas ideas

    son inaccesibles para la razn especulativa porque sta slo alcanza a los obje-

    tos de la experiencia, transformando en fenmeno todo aquello a lo que se

    aplica. Y sin embargo, aquellas ideas son necesarias para el uso prctico de la

    razn. Slo planteando de manera firme estos lmites de la razn especulativa

    es posible la razn en el terreno prctico, tomando como eje articulador la

    idea de libertad y fundando la moral. Para la moral slo se necesita que la libertad

    no est en contradiccin consig misma, y al menos puede ser concebida sin

    ser indispensable un mejor conocimiento y por tanto no presenta ningn obs-

    tculo al mecanismo natural de la accin misma (tomada en otra relacin), [y

    entonces] la ciencia de la moral puede perfectamente conservar su lugar, as

    como la fsica el suyo .`

    Han quedado establecidos el mbito y los lmites de la razn terica. Dicho

    con otras palabras, del es no se deriva el deber ser . Sin embargo, la moral

    tambin entra en la frula de la razn, pero en una dimensin especficamente

    prctica que se instaura, de todos modos, en los principios a priori

    y no desde

    la experiencia. En este terreno, la razn indica imperativos categricos con los

    cuales se regularn las acciones humanas. Tal imperativo categrico se formu-

    la de tres maneras:

    a) Acta siempre slo segn aquella mxima de la que puedas querer al mis-

    mo tiempo que sea ley universal .

    b) Acta de modo que la humanidad, tanto en la propia persona como en la

    de cualquier otro, sea siempre tomada como fin, nunca como puro medio .

    c) Acta de modo que la voluntad por su mxima se tenga a s misma como

    legisladora universal .

    En estos tres principios se sintetiza la moralidad kantiana derivada de la razn

    prctica, la cual, a su vez, parte de los lmites de la razn terica.

    5. LA RAZN PRCTICA Y LA LEY MORAL

    Una vez que hemos recuperado los momentos fundamentales de la crtica de

    la razn en su uso terico, debemos examinar ahora el papel de la razn en su

    19Ibid., p. 93.

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    178 EL MONARCA, EL CIUDADANO Y EL EXCLUIDO

    uso prctico. Se trata de comprender la manera en que Kant, en diferentes

    obras, fundamenta crticamente el papel de la razn como determinante de la

    accin de los seres humanos. A diferencia de la

    Crtica de la razn pura,

    ahora

    ya no se trata de examinar el proceso de conocimiento de los objetos en cuan-

    to fenmenos dados, sino de determinar el lugar que puede tener la razn

    como fundamento de las acciones humanas que, por su propia consistencia,

    son el resultado de la voluntad llevada al plano del arbitrio. La atencin se

    dirige ahora a establecer los lmites y las posibilidades de la razn como fuente

    de la voluntad y, en consecuencia, de la accin de los sujetos. En su uso prcti-

    co la razn se ocupa de los motivos determinantes de la voluntad, la cual es

    una facultad que o bien produce objetos correspondientes a las representacio-

    nes o por lo menos se determina a s misma para lograrlos (sea suficiente o no la

    potencia fsica), es decir, determina su causalidad .20

    Este es un terreno que tradicionalmente haca referencia a las inclinaciones,

    necesidades, pasiones e impulsos que, se supona, posean por naturaleza los

    seres humanos. Pues bien, la peculiaridad de la propuesta kantiana consiste en

    que pretendi abordar el estudio de las acciones humanas desde una perspec-

    tiva trascendental, es decir, desde fuentes no empricas sino puras: a priori. Si

    ahora la razn produce sus propios objetos, la voluntad queda como centro

    propulsor de las acciones y, en esa medida, queda abierta a la posibilidad de

    ser determinada por la razn. Explcitamente Kant seala que este no es un

    mbito del ser de las cosas sino del deber ser .

    El despliegue de la voluntad en acciones tiene un principio subjetivo, inte-

    rior, que comanda la accin. El principio subjetivo de actuar es una mxima.

    Para que la razn pueda determinar la voluntad es necesario que apunte hacia

    la mxima de la accin, es decir, al principio subjetivo. La mxima se ha de

    ajustar a una ley que provenga de la razn y que sea similar a una ley de la

    naturaleza. Si la mxima es subjetiva, la ley ha de ser objetiva y universal. Es

    objetiva y no subjetiva porque no atiende al resorte inmediato de la accin

    sino que le viene impuesta a la voluntad por la razn. Es universal porque su

    mbito de validez abarca a todo ser racional. La razn, entonces, se constituye

    a s misma en razn prctica. Kant expone con claridad la complicada interco-

    nexin de la facultad de desear con el arbitrio y con la forma en que la razn,

    en su sentido prctico, puede determinar la voluntad.

    La facultad de desear segn conceptos se llama facultad de

    hacer u omtir a su albe-

    dro,

    en la medida en que el fundamento de su determinacin para la accin se

    encuentra en ella misma, y no en el objeto. En la medida en que esta facultad est

    2

    Vid.

    Immanuel Kant

    Crtica de

    la razn

    prctica,

    Losada, Argentina, 1990, p. 18, 5a

    edicin, tr. J. Rovira Armengol.

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    LAPOLTICATRASCENDENTAL KANT 79

    unida a la conciencia de ser capaz de producir el objeto mediante la accin, se llama

    arbitrio; pero si no est unida a ella, entonces su acto se llama

    deseo.

    La facultad de

    desear, cuyo fundamento interno de determinacin -y, por tanto, el albedro mis-

    mo- se encuentra en la razn del sujeto, se llama

    voluntad.

    Por consiguiente, la vo-

    luntad es la facultad de desear, considerada, no tanto en relacin con la accin (como

    el arbitrio), sino ms bien en relacin con el fundamento de determinacin del arbi-

    trio a la accin; y no tiene ella misma propiamente ningn fundamento de determi-

    nacin ante s, sino que, en cuanto ella puede determinar el arbitrio, es la razn

    prctica misma. 21

    De esta manera, la razn prctica es la voluntad fundada racionalmente y tra-

    ducida en arbitrio que constituye el resorte previo de la accin.

    Ahora bien, para que todo el mecanismo funcione se requiere que la razn

    enuncie una ley a la que ha de ajustarse la accin si sta ha de considerarse es-

    pecficamente humana. Nos referimos, desde luego, a la ley moral que es a priori

    y formal. Es a priori porque la ley moral se formula con independencia del mun-

    do emprico; es formal y no material porque slo importa la forma en que la ra-

    zn se constituye en fuente de la voluntad.

    Segn Kant todos los conceptos morales tienen su asiento y origen comple-

    tamente a priori en la razn, y no pueden ser extrados de ningn conocimien-

    to emprico. El rasgo principal de la ley moral, adems de su universalidad y su

    formalidad, es que debe mandar incondicionalmente. Acta moralmente quien

    emprende una accin por deber y nada ms. Si alguien hace algo mirando un

    fin utilitario, es decir, para conseguir alguna habilidad o un placer, no acta

    moralmente. Slo lo hace aquel que realiza lo que debe porque s. La ley moral,

    entonces, obliga incondicionalmente. Por ello adopta la forma de imperativo

    categrico.

    Kant distingue entre los imperativos que mandan una accin con vistas a un

    fin de aquellos otros que enuncian lo que ha de hacerse tan slo por deber.

    Los primeros se llaman hipotticos; los segundos, categricos. La ley moral,

    obvio, adquiere la forma de imperativo categrico. Si fuera hipottico ya no

    sera moral.

    La ley moral revela que el ser racional es libre; que el ser humano no est

    slo sometido a las leyes de la naturaleza sino que puede actuar ms all de las

    constricciones que implica el mundo fsico y su condicin de ser orgnico. Se

    dir que el actuar del ser humano en cuanto tal ya significa libertad, aun si esa

    accin no se conduce por la ley moral. Para Kant esto no es as. En efecto, la

    libertad es la condicin de la ley moral, porque slo si se es libre se puede

    21 Vid.

    Immanuel Kant.

    La metafsica de las costumbres, Tecnos, Espaa, 1989, p. 16, colecc.

    Clsicos del pensamiento, trs. Adela Cortina Orts y Jess Conill Sancho.

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    180 EL MONARCA, EL CIUDADANO Y EL EXCLUIDO

    elegir actuar en funcin de la ley moral. Al mismo tiempo, la ley moral es la

    condicin bajo la cual los seres humanos son autnticamente libres. No hay

    aqu una antinomia? Kant aclara que la libertad es la

    ratio essendi

    de la ley mo-

    ral y la ley moral es la

    ratio cognoscendi

    de la libertad.22 Dicho de otro modo, la

    ley moral es la condicin por medio de la cual los seres humanos adquieren

    conciencia de su libertad. Ello es as porque la ley moral es conceptuada como

    autolegislacin. Se trata de una relacin de la voluntad consigo misma en cuanto

    determinada slo por la razn. Es que la voluntad es pensada como una facul-

    tad de determinarse uno a s mismo a obrar conforme a la representacin de

    ciertas leyes .23 Y entonces, la voluntad es libre slo cuando se ajusta a la ley

    moral obtenida racionalmente como resultado de una voluntad universalmen-

    te legisladora. La clave para la comprensin de esta libertad positiva es el con-

    cepto de autonoma. Dice Kant:

    Yno es de admirar, si consideramos todos los esfuerzos emprendidos hasta ahora

    para descubrir el principio de la moralidad, que todos hayan fallado necesariamen-

    te. Se vea al hombre atado, por su deber a leyes: mas nadie cay en pensar que

    estaba sujeto

    a su propia legislacin,

    si bien sta es universal,

    y que estaba. obligado so-

    lamente a obrar de conformidad con su propia voluntad legisladora, si bien sta,

    segn el fin natural, legisla universalmente. Pues cuando se pensaba al hombre so-

    metido solamente a una ley (sea la que fuere), era preciso que esta ley llevase consi-

    go algn inters, atraccin o coaccin, porque no surga como ley de su propia

    voluntad, sino que esta voluntad eraforzada,

    conforme a la ley, por

    alguna otra cosa a

    obrar de cierto modo. Pero esta consecuencia necesaria arruinaba irrevocablemen-

    te todo esfuerzo encaminado a descubrir un fundamento supremo del deber. Pues

    nunca se obtena deber, sino necesidad de la accin por cierto inters, ya fuera este

    inters propio o ajeno. Pero entonces el imperativo haba de ser siempre condicio-

    nado y no poda servir para el mandato moral. Llamar a este principio el de la auto-

    noma de la voluntad, en oposicin a cualquier otro, que por lo mismo, calificar de

    heteronoma.24

    Es necesario sealar cmo llega Kant a este concepto de autonoma. En pri-

    mer lugar, debido a que indaga la posibilidad de un principio practico supre-

    mo y un imperativo categrico respecto de la voluntad, tiene que hallar lo

    incondicionado y absoluto referido al hombre y su voluntad. Lo que satisface

    esa expectativa es, desde luego, el hombre mismo en cuanto racional. Es as

    2 2

    Vid.

    Immanuel Kant.

    Crtica de la razn prctica..., op. cit., p. 8.

    23 V id.

    Immanuel Kant. Fundamentacin de la metafsica de las costumbres,

    Porra, Mxico,

    1990, p. 43, colecc. Sepan cuantos... .

    24Ibid

    p. 47.

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    LAPOLTICATRASCENDENTAL KANT 8

    que Kant llega a la nocin de que el hombre es un fin en s mismo. El concepto

    de fin en s mismo cumple con el requisito de ser un principio objetivo y uni-

    versal. Las cosas tienen precio, los hombres dignidad. Por eso el imperativo

    prctico seala obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona

    como en la persona de cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y

    nunca solamente como un medio .25 Los seres humanos en cuanto fines en s

    mismos constituyen un reino de los fines, en cuanto enlace sistemtico de los

    seres racionales considerndose como fines en s mismos y no slo medios, y

    cuya peculiaridad es que se legislan a s mismos. El reino de los fines autole-

    gislados es una idea. Se trata de un plano trascendental que sirve de base para

    destacar la autonoma como el rasgo esencial de la libertad y, en consecuencia,

    de la ley moral. En suma, la ley moral es la condicin de posibilidad de la

    conciencia de la libertad porque es puesta por la propia voluntad en un ideal

    reino de los fines.

    Con base en estas premisas Kant llega a la formulacin del imperativo cate-

    grico que es nico y es como sigue: obra slo segn una mxima tal que

    puedas querer al mismo tiempo que se torne ley universal .27

    Como hemos dicho, la mxima de la accin es un principio subjetivo. El

    imperativo categrico seala la necesidad de que la mxima se convierta en ley

    universal como resultado del querer, propio de la voluntad. En este principio

    de poder querer que la mxima de la accin se convierta en una ley univer-

    sal, est el espacio de la autolegislacin como inmanente del imperativo cate-

    grico. Por supuesto que la ley moral implica constriccin, pero sta no es el

    resultado de la imposicin de una fuerza ajena y extraa al ser racional, sino

    el producto de su propia voluntad. Hay constriccin porque las inclinaciones y

    necesidades de los seres humanos los llevan a pretender eludir, desconocer o

    acomodar la ley moral. Pero la ley moral, como hemos dicho, manda incondi-

    cionalmente y se traduce en el concepto del deber. Si las mximas no son por

    su propia naturaleza necesariamente acordes con ese principio objetivo de los

    seres racionales universalmente legisladores, entonces la necesidad de la ac-

    cin, segn ese principio, se llama constriccin prctica, esto es,

    deber . ,

    Y es

    que, en efecto, la ley moral se cumple por deber, lo cual ya encierra de suyo que

    el ser humano ha de sobreponerse a sus inclinaciones y necesidades naturales

    que lo llevan a los extravos de la razn. La ley moral autoimpuesta pone al

    hombre como ser autnomo y, entonces, libre, pero en un terreno, a priori,

    trascendental.

    25 Ibid.,

    pp. 44-45.

    26 V id.

    Norberto Bobbio. Kant y

    las dos libertades , en

    Id. Estudios de historia de la fi-

    losofa, Debate, Espaa, 1985.

    27 V id.

    Immanuel Kant.

    Fundamentacin..., ofi. cit., p. 39.

    2 5

    Ibid., p. 48.

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    182 EL MONARCA, EL CIUDADANO Y EL EXCLUIDO

    En otro plano, Kant considera que el hombre se caracteriza por su insociable

    socialidad, es decir, por su carcter constitutivamente conflictivo.29 Esa insocia-

    ble sociabilidad, sin embargo, es lo que lleva a los seres humanos a constituir un

    orden civil que los regule. Es que el hombre es un animal, el cual cuando vive

    entre los de su especie necesita un seor [...] que quebrante su propia voluntad

    y le obligue a obedecer a una voluntad universalmente vlida, de modo que ca-

    da cual pueda ser libre .30 En este otro plano, como se puede ver, se abre la ne-

    cesidad de un lugar de mando desde el que se pueda obligar a los hombres a

    actuar de determinada manera. Y es que a partir de una madera tan retorcida

    como de la que est hecho el hombre no puede tallarse nada enteramente rec-

    to . Dadas estas condiciones psicolgicas y antropolgicas de los seres huma-

    nos, empricamente registradas, se advierte la necesidad del establecimiento de

    un orden legal respaldado por la coercin, soberano e irresistible. Debe notarse

    que Kant enfrenta aqu el problema de la vinculacin entre el nivel trascenden-

    tal de la ley moral y el nivel emprico de la existencia humana. Ese vnculo, cons-

    truido con los materiales del contractualismo, es el mbito de lo poltico.

    6. RAZN PRCTICA, POLTICA Y ESTADO

    Kant emprendi el esfuerzo de fundamentar la moralidad y la juridicidad sien-

    do consecuente con la separacin entre lo emprico y lo trascendental. El re-

    sultado fue una doctrina metafsica que enmarca las acciones humanas en

    cuanto morales, jurdicas y polticas. Nos encontramos de inmediato en un

    nivel ms concreto de la problematizacin de la razn en cuanto fundamento

    de determinacin ya no slo de la accin humana en general sino de la accin

    que especficamente implica la relacin entre un ser racional y otro. El sujeto

    de esta accin relacional es una persona. Persona es el sujeto, cuyas acciones

    son imputables. La personalidad moral, por tanto, no es sino la libertad de un

    ser racional sometido a leyes morales [...] de donde se desprende que una per-

    sona no est sometida a otras leyes ms que las que se da a s misma (bien sola

    o, al menos, junto con otras) .

    14 El medio del que se sirve la Naturaleza para llevar a cabo el desarrollo de todas sus

    disposiciones es el antagonismo de las mismas dentro de la sociedad, en la medida en

    que ese antagonismo acaba por convertirse en la causa de un orden legal de aquellas

    disposiciones. Entiendo aqu por antagonismo la insociable sociabilidad de los hom-

    bres, esto es, el que su inclinacin a vivir en sociedad sea inseparable de una hostilidad

    que amenaza constantemente con disolver esa sociedad . Immanuel Kant. Ideas para

    una historia universal en clave cosmopolita..., op. cit.,

    p. 8.

    30

    Ibid., p. 12.

    31 V id.

    Immanuel Kant. La metafsica de las..., op. cit., p. 30.

  • 7/24/2019 La Poltica Ttrascendental. Kant

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    LAPOLTICATRASCENDENTAL KANT 83

    Es importante advertir que el marco general en el que se inscribe la concep-

    cin kantiana del deber jurdico y, en consecuencia, la organizacin de la vida

    poltica y estatal de un pueblo, es la legislacin moral. Kant no separa simple-

    mente de manera dicotmica moralidad y juridicidad; antes bien, lo que hace

    es inscribir lo jurdico como un subconjunto de la legislacin moral. Sin em-

    bargo, la diferenciacin entre la legislacin tica y la jurdica se mantiene en

    tanto una es interior y otra exterior, y tambin en cuanto una posee mviles

    incondicionados y otra puede tenerlos condicionados.

    Toda legislacin (prescriba acciones internas o externas,

    y stas, bien

    a priori

    median-

    te la mera razn, bien mediante el arbitrio ajeno) comprende dos elementos:

    primero,

    una ley que representa objetivamente

    como necesaria la accin que debe suceder, es

    decir, que convierte la accin en deber; segundo, un mvil que liga

    subjetivamente con la

    representacin de la ley el fundamento de determinacin del arbitrio para la realiza-

    cin de esa accin; por tanto, el segundo elemento consiste en que la ley hace del

    deber un mvil [...] La legislacin que hace de una accin un deber y de ese deber, a la

    vez, un mvil, es

    tica.

    Pero la que no incluye al ltimo en la ley

    y ,

    por tanto, admite

    tambin otro mvil distinto de la idea misma del deber, es jurdica.32

    De estas consideraciones Kant desprende que todos los deberes por el simple

    hecho de serlo pertenecen a la tica. Sin embargo, no por eso su legislacin

    est siempre contenida en la tica, sino que la de muchos de ellos est fuera de

    ella .33 Los deberes que formalmente quedan fuera de la tica son, claro est,

    los deberes jurdicos. stos se expresan en una legislacin externa basada en el

    concepto de libertad, pero ahora entendida en el plano de la coexistencia de

    los muchos. De ah Kant enuncia le ley universal del derecho como sigue: obra

    externamente de tal modo que el uso libre de tu arbitrio pueda coexistir con la

    libertad de cada uno segn una ley universal . } La libertad, entonces, implica,

    contra lo que pudiera pensarse inmediatamente, coaccin. Pero se trata de

    una coaccin recproca y universal. Dicho con otras palabras, no hay libertad

    sin derecho y no hay derecho sin coaccin: derecho y facultad de coaccionar

    significan, pues, una y la misma cosa .35

    3 2

    Ibid., pp. 23-24.

    33 Ibid., p. 24.

    3 4

    Ibid., p. 40.

    3 5

    Ibid.,

    p. 42. Es que la libertad slo puede existir realmente si se la piensa como deter-

    minada por el derecho.

    E] derecho

    es la limitacin de la libertad de cada uno a la condi-

    cin de su concordancia con la libertad de todos, en tanto que esta concordancia sea

    posible segn una ley universal; y el derecho pblico

    es el conjunto de leyes externas que

    hacen posible tal concordancia sin excepcin. Ahora bien: dado que toda limitacin de

    la libertad por parte del arbitrio de otro se llama coaccin, resulta que la constitucin

  • 7/24/2019 La Poltica Ttrascendental. Kant

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    184 EL MONARCA, EL CIUDADANO Y EL EXCLUIDO

    Como lo que ahora es objeto de examen es la coexistencia de las personas,

    la regulacin de sus relaciones en trminos de libertad pasa a un primer pla-

    no. El primer aspecto que Kant analiza es la posesin y la propiedad de los ob-

    jetos externos. La ocupacin y la compra es la forma de hacer valer un objeto

    como propio. Kant, enfrascado como est en las determinaciones a priori de

    los fundamentos del derecho, se percata de que el atributo de algn objeto ex-

    terior como tuyo o mo no pertenece a la relacin de la persona con el ob-

    jeto sino, antes bien, a la relacin de una persona con todos los dems. Lo

    relevante de poseer algo no se encuentra en lo emprico de la utilizacin, el

    disfrute o goce del objeto, sino en el reconocimiento de todos de que algo es

    de alguien. Esto es crucial para entender las razones por las que Kant acude a

    las categoras contractualistas en la fundamentacin de la necesidad de un

    Estado con poder soberano como garanta de la libertad.

    El estado de naturaleza corresponde a la estructura del derecho privado. En

    el estado de naturaleza hay un sentido de posesin pero slo provisionalmen-

    te. Slo en el estado civil el sentido de lo tuyo y lo mo adquiere un carcter

    perentorio:

    [...] antes de la constitucin civil

    (o prescindiendo

    de ella) tiene que admitirse como

    posible un mo y tuyo exterior, y a la vez el derecho de obligar a cualquiera con el que

    podamos relacionarnos de algn modo, a entrar con nosotros en una constitucin,

    en la que aquello pueda quedar asegurado. Una posesin, en espera y preparacin de

    tal estado, que slo puede fundarse en una ley de la voluntad comn, y que, por tanto,

    est de acuerdo con la

    posibilidad

    de esta ltima, es una posesin

    jurdica provisional,

    mientras que la que se encuentra en un estado

    efectivo

    sera una posesin

    perentoria

    [...] En una palabra: el modo de tener algo exterior como suyo en el

    estado de naturaleza

    es la posesin fsica, que tiene para s la

    presuncin

    jurdica de poder convertirlo en

    jurdico al unirse con la voluntad de todos en una legislacin pblica, y vale en la

    espera como jurdico

    por comparacin.

    El estado de naturaleza , entonces, viene a ser un supuesto a priori para ca-

    racterizar una situacin en la que hay un sentido jurdico de la posesin pero

    slo provisional. Ese sentido de lo jurdico est fundado en la posesin de las

    civil es una relacin de hombres

    libres

    que (sin menoscabo de su libertad en el conjunto

    de su unin con otros

    )

    se hallan no obstante

    bajo leyes coactivas

    ;

    y esto porque as lo

    quiere la razn misma

    y

    ciertamente la razn pura, que legisla

    a priori

    sin tomar en

    cuenta ningn fin emprico

    .

    Immanuel

    Kant

    .Teora y

    prctica ,

    Tecnos,

    Espaa, 1986,

    p. 26, colecc

    Clsicos del pensamiento

    trs. Juan Miguel Palacios

    M. Francisco Prez

    Lpez

    y Roberto Rodrguez

    Aramayo.

    `

    V id .

    Immanuel Kant

    La metafsica

    de las.... op

    cit.,

    pp

    . 70-71.

  • 7/24/2019 La Poltica Ttrascendental. Kant

    19/28

    LAPOLTICATRASCENDENTAL KANT 85

    cosas exteriores pero no est amparado ni respaldado por ninguna autoridad

    comn y pblica que lo garantice de forma permanente. Dada esa situacin de

    provisionalidad, que es tambin de inseguridad frente a la violencia, el propio

    concepto del derecho y no la experiencia histrica, conduce a formular un

    postulado jurdico necesario para pasar a un estado o una situacin jurdica pe-

    rentoria. Del derecho privado en el estado de naturaleza surge, entonces, el

    postulado del derecho pblico;

    en una situacin de coexistencia inevitable con todos

    los dems, debes pasar de aquel estado a un estado jurdico,

    es decir, a un estado de

    justicia distributiva. La razn para ello puede extraerse analticamente del con-

    cepto de derecho en las relaciones externas, por oposicin a la violencia .37

    No es, entonces, un hecho de la experiencia el que los hombres requieran

    establecer entre s relaciones jurdicas. Kant concibe el derecho desde la

    intersubjetividad. Luego entonces, pone el centro de atencin en la relacin

    inevitable entre las personas. Esa relacin est determinada por el sentido de

    lo tuyo y lo mo. Antes de que se establezca un estado legal pblico:

    [...] los hombres, pueblos y Estados aislados nunca pueden estar seguros unos de otros

    frente a la violencia y hacer cada uno lo que le parece justo y bueno por su propio

    derecho sin depender para ello de la opinin de otro. Por tanto, lo primero que el

    hombre se ve obligado a decidir, si no quiere renunciar a todos los conceptos jurdi-

    cos, es el principio: es menester salir del estado de naturaleza, en el que cada uno obra

    a su antojo, y unirse con todos los dems (con quienes no puede evitar entrar en

    interaccin) para someterse a una coaccin externa legalmente pblica; por tanto,

    entrar en un estado en el que a cada uno se le determine

    legalmente y

    se le atribuya

    desde un poder

    suficiente (que no sea el suyo, sino uno exterior) lo que debe ser reco-

    nocido como suyo; es decir, que debe entrar ante todo en un estado civil.

    Es fcil advertir que el propio concepto de Derecho lleva analticamente a la nece-

    sidad de pasar a un estado o situacin civil cuyo rasgo distintivo sea la existen-

    cia de una autoridad comn

    Lo que queda sancionado en el estado civil debe

    existir ya previamente en el estado de naturaleza

    .

    As pues

    si en el estado de

    naturaleza tampoco hubiera

    provisionalmente

    un mo y tuyo exteriores

    tampo-

    co habra deberes jurdicos sobre ello y

    por consiguiente, tampoco mandato

    alguno de salir de aquel estado

    .39

    El mandato para salir del estado de natura-

    leza adquiere un carcter jurdico para que lo

    tuyo y

    lo mo adquieran realidad

    37 Ibid., p.

    137. Un estudio que hace nfasis en este aspecto es el de Jos F. Fernndez

    Santilln.

    Locke y Kant. Ensayos de filosofa poltica,

    Fondo de Cultura Econmica, Mxi-

    co, 1992, pp. 59 y ss.

    38 Vid.

    Immanuel Kant,

    La metafsica de las..., op cit., p.

    141.

    Ibid., p.

    142.

  • 7/24/2019 La Poltica Ttrascendental. Kant

    20/28

    186 EL MONARCA, EL CIUDADANO Y EL EXCLUIDO

    jurdica permanente. De aqu se desprende que en el estado de naturaleza hay

    deberes jurdicos. Y es un deber jurdico salir del estado de naturaleza e ingre-

    sar en un estado civil. En el estado de naturaleza hay reconocimiento legal de

    la adquisicin, pero es slo provisional. Inclusive, en esta situacin de natura-

    leza existen asociaciones legtimas, por lo que al estado de naturaleza no se le

    opone la sociedad en general, sino la situacin civil:

    El estado no jurdico

    es decir

    aquel en que no hay justicia distributiva

    es el estado

    natural

    A l no se opone el estado

    social [...]

    que podra llamarse estado artificial,

    sino el estado

    civil

    de una sociedad sometida a la justicia distributiva

    ;

    porque en el

    estado de naturaleza tambin puede haber sociedades legtimas

    por ejemplo, la

    conyugal

    la familiar, la domstica en general

    y otras),

    para las que no vale la ley a

    priori:

    debes entrar en este estado

    mientras que del estado

    jurdico

    puede decirse

    que todos los hombres que pueden contraer relaciones jurdicas entre s

    incluso

    involun

    -tariamente )

    deben

    entrar en este estado.40

    Hay un sentido de obligacin para abandonar el estado de naturaleza y entrar

    en el estado civil o jurdico. Es que es necesario unificar, en funcin de una

    voluntad universalmente legisladora, el sentido de justicia para que lo tuyo y

    lo mo adquiera un carcter perentorio. La construccin de un estado jurdico

    es necesaria y es una obligacin entrar en l para que, retroactivamente, preva-

    lezca la justicia como condicin de posibilidad de la libertad. De esta manera,

    Kant define la situacin o estado jurdico como:

    [...] aquella relacin de los hombres entre s, que contiene las condiciones bajo las

    cuales tan slo cada uno puede

    participar

    de su derecho, y

    el principio formal de la

    posibilidad del mismo considerado desde la idea de una voluntad universalmente

    legisladora, es la justicia pblica que, en relacin con la posibilidad, la realidad o la

    necesidad de la posesin de objetos (como materia del arbitrio) segn leyes, puede

    dividirse en

    justicia protectora, justicia conmutativa y justicia distributiva.4

    Slo en una situacin jurdica puede haber justicia. Como buen contractualista,

    Kant considera que el paso del estado de naturaleza al estado civil o jurdico se

    genera a partir de un contrato originario.

    El acto por el que el pueblo mismo se constituye como Estado -aunque hablando

    con propiedad, slo la idea de ste, que es la nica por la que puede pensarse su

    legalidad- es el

    contrato originario,

    segn el cual todos

    (omnes et singuli)

    en el pueblo

    10Ibid., p.

    136.

    a' Ibid., pp. 135-136.

  • 7/24/2019 La Poltica Ttrascendental. Kant

    21/28

    LAPOLTICATRASCENDENTAL KANT 87

    renuncian a su libertad exterior, para recobrarla en seguida como miembros de una

    comunidad, es decir, como miembros del pueblo considerado como Estado

    (universi),

    y no puede decirse que el Estado, el hombre en el Estado, haya sacrificado a un fin

    una parte de su libertad exterior innata, sino que ha abandonado por completo la

    libertad salvaje y sin ley, para encontrar de nuevo su libertad en general, ntegra, en

    la dependencia legal, es decir, en un estado jurdico; porque esta dependencia brota

    de su propia voluntad legisladora.

    Tenemos ya los tres elementos caractersticos del contractualismo: el estado

    de naturaleza, el contrato originario y el estado civil o jurdico. La peculiari-

    dad del contractualismo de Kant consiste en que estos tres elementos constitu-

    tivos son considerados explcita y conscientemente como ideas de la razn sin

    ningn elemento emprico que los condicione. El estado de naturaleza es una

    situacin hipottica que muestra muy claramente la condicin de provisio-

    nalidad y, por ende, de inseguridad en que se encontraran los hombres de no

    existir un poder pblico nico y soberano que garantice, ante todo, la propie-

    dad. Kant identifica el estado de naturaleza con el derecho privado y al hacer-

    lo muestra no slo la necesidad del derecho pblico para que el privado tenga

    plena consistencia, sino tambin para salir al paso de la cuestin acerca de

    cmo es que puede existir en el propio seno del estado de naturaleza un man-

    dato para salir de l, un mandato racional. Al otorgar juridicidad, aunque par-

    cial, al estado de naturaleza, Kant ubica como un mandato jurdico racional el

    resorte para salir de l.

    En cuanto al contrato social o pacto originario, Kant seala repetidas veces y

    en distintas obras que slo existe en la razn y no tiene ningn referente histrico.

    Respecto de este contrato llamado

    contractus originarius o pactum sociale,

    en tanto

    que coalicin de cada voluntad particular y privada, dentro de un pueblo, para cons-

    tituir una voluntad comunitaria y pblica (con el fin de establecer una legislacin,

    sin ms, legtima), en modo alguno es preciso suponer que se trata de un

    hecho

    (incluso no es posible suponer tal cosa); poco ms o menos como si, para conside-

    rarnos ligados a una constitucin civil ya existente, ante todo hubiera que probar

    primero, partiendo de la Historia, que un pueblo, en cuyos derechos y obligaciones

    hemos ingresado como descendientes, tuvo que verificar realmente alguna vez un

    acto semejante y legarnos de l, sea de palabra o por escrito, una informacin segu-

    ra o cualquier documento. Por el contrario, se trata de una

    mera idea

    de la razn que

    tiene, sin embargo, su indudable realidad (prctica), a saber, la de obligar a todo

    legislador a que dicte sus leyes como si stas

    pudieran

    haber emanado de la voluntad

    unida de todo un pueblo, y a que considere a cada sbdito, en la medida en que ste

    42Ibid., p.

    146.

  • 7/24/2019 La Poltica Ttrascendental. Kant

    22/28

    188 EL MONARCA, EL CIUDADANO Y EL EXCLUIDO

    quiera ser ciudadano, como si hubiera expresado su acuerdo con una voluntad tal.

    Pues ah se halla la piedra de toque de la legitimidad de toda ley pblica.4s

    De esa manera, el contrato originario es un referente ideal de cmo debera

    ser el estado civil y, en ese sentido, indica la unidad de la voluntad de todos

    como principio de legitimidad de la constitucin civil. Sobre esas bases Kant

    establece un concepto de Estado procediendo estrictamente a priori. Este con-

    cepto queda sustentado as en la libertad, el derecho, la autolegislacin y la

    voluntad unida de todos.

    Un Estado

    (civitas)

    es la unin de un conjunto de hombres bajo leyes jurdicas. En

    cuanto stas, como leyes a priori, son necesarias (no estatutarias), es decir, en cuanto

    resultan por s mismas de los conceptos del derecho externo en general, su forma es

    la de un Estado en general, es decir, el Estado en la idea, tal como debe ser segn los

    principios jurdicos puros, Estado que sirve de norma

    (norma)

    a toda turificacin

    efectiva dirigida a formar una comunidad (por lo tanto, en lo interno). Cada Estado

    contiene en s tres poderes, es decir, la voluntad universal unida en una triple perso-

    na (trias politica):

    el poder soberano (la soberana) en la persona del legislador, el

    poder ejecutivo en la persona del gobernante (siguiendo la ley) y el poder judicial

    (adjudicando lo suyo de cada uno segn la ley) en la persona del juez

    (potestas legis-

    latoria, rectoria et iudiciaria).44

    El Estado es un referente abstracto, a priori, para pensar la condicin bajo la

    cual es posible la libertad en comunidad. Estrictamente hablando, el Estado,

    en cuanto unin civil, no es una sociedad, sino que existe una jerarquizacin:

    La misma unin civil no puede denominarse adecuadamente sociedad; porque en-

    tre el soberano y el sbdito no existe una relacin propia de socios; no son compa-

    eros sino que estn subordinados uno a otro, no coordinados, y los que se coordinan

    entre s han de considerarse precisamente por eso como iguales, en la medida en

    que se encuentran sometidos a leyes comunes. Por tanto, aquella unin no es una

    sociedad, sino ms bien la produce.

    Hay que destacar el hecho de que para Kant el Estado es el que produce a la

    sociedad retroactivamente y a priori, de acuerdo con la idea de una voluntad

    4 3

    V i d .

    Immanuel Kant

    Teora y prctica..., op. cit.,

    pp. 36 y 37.

    Vid. tambin

    Reflexiones

    sobre

    filosofa

    del derecho ,

    en

    Kant

    (Antologa),

    Pennsula

    Espaa,

    1991, p. 95 y ss.,

    edicin de Roberto Rodrguez Aramayo.

    44 Vid.

    lininanuel

    Kant La metafsica

    de las

    .... op cit., p.

    142.

    4 `Ibid., p.

    137.

  • 7/24/2019 La Poltica Ttrascendental. Kant

    23/28

    LAPOLTICATRASCENDENTAL KANT 89

    universalmente legisladora. Esta idea funciona slo a condicin de que se con-

    serve la libertad en su sentido positivo. El presupuesto de esa libertad es, como

    vimos antes, el carcter autolegislador de la voluntad, sin embargo, en este caso

    se trata de la voluntad unida del pueblo, expresada en la idea del Estado, necesa-

    riamente conceptuado como relacin entre los que mandan y los que obedecen.

    Para garantizar que el Estado se articule con la libertad es indispensable, enton-

    ces, pensar en una organizacin institucional republicana entendida como la

    coexistencia de los tres poderes unificados. La idea del Estado implica a los tres

    poderes; mismos que comprenden la relacin de un soberano universal, que es

    el pueblo unido mismo, con el conjunto de individuos del pueblo como sbdi-

    tos, es decir, la relacin del que manda

    (imperan)

    con el que obedece

    (subditus).

    Debe notarse el claro influjo de Rousseau en la propuesta de la relacin del

    pueblo consigo mismo, pero Kant la despliega en tres dimensiones distintas.

    Segn el autor de las tres

    Crticas,

    el Estado civil en cuanto Estado jurdico se

    fundamenta en tres principios a priori que enuncia de la siguiente manera:

    a) la libertad de cada miembro de la sociedad, en cuanto hombre;

    b) la igualdad de cada uno respecto de cualquier otro, en cuanto sbdito;

    c) la independencia de cada miembro de una comunidad, en cuanto ciudadano.

    Se trata de tres dimensiones necesarias de la existencia humana en una situa-

    cin poltica. Puesto al revs: la existencia poltica de los seres humanos se fun-

    damenta en la libertad, la igualdad y la independencia, concretndose entonces

    en una existencia trinitaria: hombre, sbdito y ciudadano.

    La existencia poltica se fundamenta en la libertad de cada uno en armona

    con la libertad de todos: es el principio del derecho. La igualdad de todos en

    cuanto sbditos tambin constituye uno de los principios de la existencia pol-

    tica. Aqu brilla con toda su fuerza la excepcin constitutiva como una de las

    caractersticas esenciales de la existencia poltica:

    Cada miembro de la comunidad tiene derechos de coaccin frente a cualquier otro,

    circunstancia de la que slo queda excluido el jefe de dicha comunidad (y ello por-

    que no es un miembro de la misma, sino su creador o conservador), siendo ste el

    nico que tiene la facultad de coaccionar sin estar l mismo sometido a leyes de coaccin.

    46 Estajerarquizacin es compatible con la que existe en el reino de los fines. ste no es

    una comunidad santa sino una estructura jerrquica entre el jefe y los sbditos. El ser

    racional debe considerarse siempre como legislador en el reino de fines posible por

    libertad de la voluntad, ya sea como miembro, ya como jefe. Mas no puede ocupar este

    ltimo puesto por slo la mxima de su voluntad, sino nada ms que cuando sea un ser

    totalmente independiente, sin exigencia ni limitacin de una facultad adecuada a la

    voluntad . Immanuel Kant.

    Fundamentacin..., op. cit.,

    p. 48.

  • 7/24/2019 La Poltica Ttrascendental. Kant

    24/28

    190 El, MONARCA, EL CIUDADANO Y EL EXCLUIDO

    Pero todo cuanto en un Estado se halle bajo leyes es sbdito, y, por tanto, est some-

    tido a leyes de coaccin lo mismo que todos los dems miembros de la comunidad;

    slo

    hay una excepcin

    (ya se trate de persona fsica o moral), la del jefe de Estado, el nico a

    travs del cual puede ser ejercida toda coaccin jurdica. Pues si tambin ste pudie-

    ra ser coaccionado, no sera entonces el jefe de Estado, y la serie de la subordinacin

    se remontara al infinito. Mas de haber dos (dos personas libres de coaccin), ninguno

    de ellos se hallara bajo leyes coactivas, y el uno no podra cometer injusticia contra el

    otro; lo que es imposible.47

    El otro elemento de la trinitaria existencia poltica es la independencia de cada

    ciudadano en cuanto colegislador. Nnguna voluntad particular puede ser le-

    gisladora para una comunidad.

    La ley pblica que determina para todos lo que les debe estar jurdicamente permi-

    tido o prohibido, es el acto de una voluntad pblica, de la cual procede todo dere-

    cho, y, por tanto, no ha de cometer injusticia contra nadie. Ms a este respecto, tal

    voluntad no puede ser sino la voluntad del pueblo entero (ya que todos deciden

    sobre todos y, por ende, cada uno sobre s mismo), pues slo contra s mismo nadie

    puede cometer injusticia.4s

    Para Kant, entonces, slo la voluntad popular universalmente unida puede ser

    legisladora. Sin embargo, no se debe perder de vista que en esas condiciones el

    pueblo en cuanto sbdito debe obedecer irrestrictamente al poder soberano. Es

    as que Kant niega todo derecho de resistencia al pueblo considerado en su

    dimensin de sbdito:

    Contra la suprema autoridad legisladora del Estado no hay, por tanto, resistencia leg-

    tima del pueblo; porque slo la sumisin a su voluntad universalmente legisladora

    posibilita un estado jurdico; por tanto, no hay ningn derecho de sedicin

    (seditio),

    an menos de rebelin

    (rebellio),

    ni mucho menos existe el derecho de atentar contra

    su persona, incluso contra su vida

    (monarchomachismus sub specie tyrannicidii),

    como

    persona individual (monarca), so pretexto de abuso de poder

    (tyrannis).44

    Desde el punto de vista lgico, para que el pueblo pudiera resistir el mando

    del soberano tendra primero que formarse como pueblo; ello implica que

    primero habra de darse una constitucin civil cuya nota distintiva sea el poder

    soberano legislador. Conceptualmente, el pueblo considerado correo sbdito

    slo obedece:

    47 V id.

    Immanuel Kant. Teora y prctica..., op. cit.,

    pp. 28-29 (las cursivas son mas).

    4 8

    Ibid., p. 33.

    49 V id.

    Immanuel Kant.

    La metafsica..., op. cit., p.

    152.

  • 7/24/2019 La Poltica Ttrascendental. Kant

    25/28

    LAPOLTICATRASCENDENTAL KANT 9

    La razn por la que el pueblo debe soportar, a pesar de todo, un abuso del poder su-

    premo, incluso un abuso considerado como intolerable, es que su resistencia a la

    legislacin suprema misma ha de concebirse como contraria a la ley, incluso como

    destructora de la constitucin legal en su totalidad. Porque para estar capacitado

    para ello tendra que haber una ley pblica que autorizara esta resistencia del pue-

    blo; es decir, que la legislacin suprema contendra en s misma la determinacin de

    no ser la suprema

    y de convertir al pueblo como sbdito, en uno y el mismo juicio,en

    soberano de aquel al que est sometido; lo cual es contradictorio.

    A este argumento Kant agrega otro que echa mano del criterio segn el cual

    algo es juzgado de acuerdo con la universalizacin de la mxima:

    [...] el poder que en el Estado da efectividad a la ley no admite resistencia (es irresis-

    tible) y no hay comunidad jurdicamente construida sin tal poder, sin un poder que

    eche por tierra toda resistencia interior, pues sta acontecera conforme a una mxi-

    ma que, universalizada, destruira toda constitucin civil, aniquilando el nico esta-

    do en que los hombres pueden poseer derechos en general.

    Slo desde la perspectiva de una voluntad universalmente legisladora, abstrac-

    ta, el pueblo puede ser soberano. Y Kant le da un giro teolgico a esta idea al

    indicar que toda autoridad viene de Dios , lo que no es, por supuesto, una

    constatacin histrica. Se trata, antes bien, de un principio prctico de la razn.

    De aqu se sigue, pues, el principio: el soberano en el Estado tiene ante el sbdito

    slo derechos y ningn deber (constrictivo). Adems, si el rgano del soberano, el

    gobernante,

    infringiera tambin las leyes, por ejemplo, procediera contra la ley de la

    igualdad en la distribucin de las cargas pblicas, en lo que afecta a los impuestos,

    reclutamientos, etc., es lcito al sbdito quejarse de esta injusticia, pero no oponer

    resistencia.52

    Con todo esto tenemos aqu expuesta, de manera muy clara y particularmente

    congruente, la idea de que la constitucin de un pueblo en cuanto Estado pasa

    por la consideracin abstracta y a priori de una voluntad universalmente legis-

    ladora que se expresa en la soberana de la voluntad unida de todos. Un pue-

    blo llega a constituirse en Estado de modo retroactivo slo si organiza un poder

    soberano unificado que slo tenga derechos y ningn deber. Ese poder sobe-

    rano unificado es el pueblo pero considerado como una idea de la razn. El

    siguiente es un prrafo crucial:

    5o Idem.

    5 i

    Vid.

    Immanuel Kant. Teora y prctica..., op. cit., p. 40.

    52Ibid., p.

    150.

  • 7/24/2019 La Poltica Ttrascendental. Kant

    26/28

    192 EL MONARCA, EL CIUDADANO Y EL EXCLUIDO

    Los tres poderes del Estado

    que resultan del concepto de

    comunidad

    en general

    res

    publica latius dicta

    ),

    no son sino relaciones de la voluntad unida del pueblo

    que proce-

    de a priori de la razn

    y una idea pura de un jefe del Estado

    que tiene realidad

    prctica objetiva

    Pero este jefe (el soberano

    )

    es slo un

    producto mental

    que represen-

    ta al pueblo entero

    )

    mientras falte una persona fsica que represente al supremo po-

    der del Estado y proporcione a esta idea efectividad sobre la voluntad

    del pueblo. La

    relacin de la primera con la ltima puede concebirse, pues, de tres modos diferentes:

    o bien uno manda en el Estado sobre todos

    ,

    o algunos

    que entre s son iguales, uni-

    dos mandan sobre todos los dems, o bien todos juntos mandan sobre cada uno, por

    tanto,

    tambin sobre s mismos; es decir

    , lafor-

    ma del Estado

    es o bien

    autocrtica

    o bien

    aristocrtica

    o bien

    democrtica 5

    He querido detenerme en esta cita porque resulta sumamente reveladora del

    sutil deslizamiento operado en la concepcin kantiana de lo trascendental y lo

    emprico como horizonte para ubicar al Estado y la poltica. Destaca, en pri-

    mer lugar, el concepto de

    res publica,

    en sentido lato, como comunidad atrave-

    sada por relaciones entre constructos abstractos y a priori. En segundo lugar,

    la voluntad unida del pueblo es una idea de la razn construida a priori, que se

    une con una idea pura de un jefe del Estado. Explcitamente Kant dice que el

    soberano es un producto mental que representa al pueblo. Ese producto men-

    tal queda puesto ah, en un horizonte trascendental; la idea pura de un jefe del

    Estado queda a la espera de una persona fsica cuyo significado consiste en

    darle efectividad o realidad efectiva no slo a esa idea pura sino a la propia

    voluntad del pueblo. La relacin que da consistencia al Estado es establecida,

    entonces, entre dos conceptos a priori: la voluntad unida del pueblo, por un

    lado, y el lugar abstracto o idea pura de un jefe de Estado, por el otro, indepen-

    dientemente de que esta idea se concrete en una persona fsica. Cuando esta

    idea pura de un jefe de Estado concentra todos los poderes, es decir manda

    por s solo, tenemos una autocracia. Cuando esa idea pura se concreta en algu-

    nos notables que, como legisladores, constituyen al soberano, lo que tenemos

    es una aristocracia. Por ltimo, la forma democrtica de Estado se caracteriza

    por dos procesos: primero ha de unificarse la voluntad de todos para formar

    un pueblo y luego ha de formarse una comunidad de ciudadanos y despus

    poner a la cabeza de esa comunidad al soberano, que es esta voluntad unida

    misma . Esto se aclara cuando nos percatamos de que Kant ha hecho la tpica

    diferenciacin entre el soberano y el gobernante: el primero da la ley, el se-

    gundo est obligado por ella. Cuando hablamos de forma de Estado nos refe-

    rimos a quin ha de ser el legislador supremo, es decir, el soberano. Pero se

    trata de figuras abstractas elaboradas a priori para captar con el pensamiento

    5 3

    Ibid., p.

    176.

  • 7/24/2019 La Poltica Ttrascendental. Kant

    27/28

    LAPOLTICATRASCENDENTAL KANT 93

    la estructura esencial del Estado. Todo Estado, entonces, implica la voluntad

    unida del pueblo como idea de la razn y el soberano como producto mental.

    Se trata, en sntesis, de una vinculacin entre ideas de la razn prctica. Kant

    retorna la cuestin de las formas de Estado pero ahora le dar una exposicin

    mucho ms clara y, ciertamente, mucho ms crtica de la democracia:

    Para que no se confunda la constitucin republicana con la democrtica (como suele

    ocurrir) es preciso hacer notar lo siguiente. Las formas de un Estado civitas

    )

    pueden

    clasificarse por la diferencia en las personas que poseen el supremo poder del Estado

    o por el modo

    de gobernar

    al pueblo, sea quien fuere el gobernante. Con la primera va

    se denomina realmente la forma de la soberana

    forma imperii) y

    slo hay tres formas

    posibles, a saber, la soberana la posee uno solo o algunos relacionados

    entre s o todos

    los que forman la sociedad civil conjuntamente autocracia aristocracia y democracia,

    poder del prncipe, de la nobleza, del pueblo). La segunda va es la forma de gobierno

    forma regiminis)

    y se refiere al modo como el Estado hace uso de la plenitud de su po-

    der, modo basado en la constitucin (en el acto de la voluntad general por el que una

    masa se convierte en un pueblo): en este sentido la constitucin

    es

    o republicana o des-

    ptica.

    republicanismo

    es el principio poltico de la separacin del poder ejecutivo

    (gobierno) del legislativo; el despotismo es el principio de la ejecucin arbitraria por

    el Estado de leyes que l mismo se ha dado, con lo que la voluntad pblica es maneja-

    da por el gobernante como su voluntad particular. De las tres formas de Estado, la de-

    mocracia es, en el sentido propio de la palabra, necesariamenteun

    despotismo

    porque

    funda un poder ejecutivo donde todos deciden sobre y, en todo caso, tambin contra

    uno (quien, por tanto, no da su consentimiento), con lo que todos, sin ser todos, deci-

    den; esto es una contradiccin de la voluntad general consigo misma y con la libertad.

    Las formas de Estado constituyen para Kant la letra de la legislacin originaria

    del Estado civil. El espritu del contrato originario, en un nivel ms concreto,

    implica que el poder constituyente adecue la forma de gobierno a la idea de

    una repblica pura, que es la nica constitucin legtima y estable, en la que

    la ley ordena por s misma y no depende de ninguna persona particular; ste

    es el fin ltimo de todo derecho pblico, aquel estado en que a cada uno pue-

    de atribursele lo suyo perentoriamente .55

    7. CONCLUSIN

    La principal contribucin de Kant a la formulacin del concepto de la poltica

    es su comprensin desde un horizonte trascendental. Eso significa haberla

    54 V id.

    Immanuel Kant.

    La paz perpetua..., op. cit

    ., pp. 18-19.

    5 s

    Vid.

    Immanuel

    Kant. La

    met fsi

    ...,

    op. cit

    ., p. 179.

  • 7/24/2019 La Poltica Ttrascendental. Kant

    28/28

    194 EL MONARCA, EL CIUDADANO Y EL EXCLUIDO

    ubicado sobre principios a priori: la libertad concretada en el derecho. De esa

    manera, la poltica queda, simultneamente, sustentada y limitada por el Dere-

    cho. La poltica, entendida como el arte de gobernar a los hombres, no mono-

    poliza toda la sabidura prctica sino que queda limitada por el derecho y al

    mismo tiempo se convierte en la prctica ejecutiva del mismo.

    Es claro que si no hay libertad ni ley moral basada en ella, sino que todo lo que ocurre

    o puede ocurrir es simple mecanismo de la naturaleza, la poltica es toda la sabidura

    prctica (como el arte de utilizar el mecanismo natural para la gobernacin de los

    hombres) y el concepto de derecho deviene un pensamiento vaco. Pero si se cree

    necesario vincular el concepto de derecho a la poltica y elevarlo incluso a condicin

    limitativa de sta, debe ser posible, entonces, un acuerdo entre ambas. Ahora bien, yo

    puedo concebir un poltico moral, es decir, un poltico que entiende los principios de

    la habilidad poltica de modo que puedan coexistir con la moral, pero no un moralista

    poltico, que se forje una moral til a las conveniencias del hombre de Estado.

    Vid.

    Immanuel Kant.

    La paz perpetua..., op. cit., p. 48.