la pizarra que habla

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La pizarra que habla, juega y es tan divertida Era la primera vez que iba a clase. No tenía demasiado miedo, pero aquella noche no pudo dormir demasiado. Estuvo pensando y pensando cómo sería su primer día, así que mientras no podía conciliar el sueño ideó una manera para que el tiempo pasara lo más rápido posible. José Buenaventura creyó que lo más conveniente era imaginar cómo sería el día siguiente, aquella primera jornada frente a veinte chiquillos de entre cuatro y cinco años. Éste sería su primer contacto directo con estos niños. Cuando él estudió le enseñaron y dieron muchos consejos de cómo debería tratar a los futuros alumnos, pero la realidad siempre se le hacía muy diferente. En su cama soñaba despierto que todos los niños se mostraban ilusionados con lo que él enseñaba. Que lo hacía de modo agradable y que nadie se le distraía. De esta manera imaginándoselo se quedó dormido. Al día siguiente, el despertador sonó antes de lo habitual, había que vestirse para la ocasión, por ello, la ropa bien planchada descansaba sobre la silla junto a la cama. Aquel día no se hizo el remolón, se levantó inmediatamente. Se dirigió al cuarto de baño, se aseó y afeitó, luego desayunó y se vistió. Hasta llegar al colegio sólo tuvo que caminar unos diez minutos, que se le pasaron volando, pues estaba muy nervioso.

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cuento infantil de Víctor Amar

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La pizarra que habla,juega y es tan divertidaEra la primera vez que iba a clase. No tena demasiado miedo, pero aquella noche no pudo dormir demasiado. Estuvo pensando y pensando cmo sera su primer da, as que mientras no poda conciliar el sueo ide una manera para que el tiempo pasara lo ms rpido posible.Jos Buenaventura crey que lo ms conveniente era imaginar cmo sera el da siguiente, aquella primera jornada frente a veinte chiquillos de entre cuatro y cinco aos.ste sera su primer contacto directo con estos nios. Cuando l estudi le ensearon y dieron muchos consejos de cmo debera tratar a los futuros alumnos, pero la realidad siempre se le haca muy diferente.En su cama soaba despierto que todos los nios se mostraban ilusionados con lo que l enseaba. Que lo haca de modo agradable y que nadie se le distraa. De esta manera imaginndoselo se qued dormido.Al da siguiente, el despertador son antes de lo habitual, haba que vestirse para la ocasin, por ello, la ropa bien planchada descansaba sobre la silla junto a la cama. Aquel da no se hizo el remoln, se levant inmediatamente. Se dirigi al cuarto de bao, se ase y afeit, luego desayun y se visti. Hasta llegar al colegio slo tuvo que caminar unos diez minutos, que se le pasaron volando, pues estaba muy nervioso.Una vez all salud a sus nuevos compaeros, quienes se mostraron muy contentos con su llegada. Entre ellos murmuraban: pobre maestro! En su clase no hay ni una simple pizarra.Jos Buenaventura lleg a su aula y salud a los pequeos: "Hola a todo el mundo". Pero stos no le correspondieron. Tambin para ellos era el primer da y no saban frente a quin estaban y como podran suceder las cosas. Slo Norberto, un chico pelirrojo bastante despierto pregunt: "Aqu no hay pizarra". A lo que Jos Buenaventura respondi: "sta gran pantalla ser nuestra pizarra y con este ordenador haremos todas las actividades".Al parecer Norberto no haba quedado muy satisfecho con la contestacin y volvi a preguntar: "Y usted dnde se sentar?" En esta ocasin, el maestro sonri y dijo que l siempre estara de su lado. Al parecer la primera prueba con los alumnos no haba salido del todo mal. No obstante, para ello tuvo que explicar lo que era una pizarra, pues crey que la mayora de los nios nunca haban visto una de stas. Seguidamente, dijo algo sobre su nueva pizarra y por qu estaba enchufada a un ordenador.Una vez todos se presentaron y mientras Norberto segua haciendo preguntas de las suyas, Jos Buenaventura encendi el ordenador y la pantalla se ilumin. En principio result un poco fea pero, de repente, comenz a hacer ruidos, emitir palabras y hasta tena msica. Haba muchos colorines y luego aparecieron dibujitos que se movan, que charlaban entre ellos, que hacan preguntasque invitaban a jugar.Despus de aquello, los chicos fueron al patio, jugaron con el resto de los amigos, corrieron y saltaron muchsimo. Otra vez en clase estuvieron trabajando sobre actividades que el maestro les mand.Los das fueron pasando y todos los alumnos estaban muy contentos con aquella nueva pizarra que hablaba, invitaba a jugar y casi sin querer enseaba cosas muy bonitas. Cuando los pequeos se haban familiarizado con aquella herramienta, tambin jugaban directamente con ella. Todos disfrutaban mientras aprendan y Jos Buenaventura cada da estaba ms ilusionado pues vea cmo todos participaban. Incluso Ramn, que tena un problemita en las manitas, para l haba una bola de color azul con la que poda jugar y hacer dibujos, o bien colorear en el ordenador.l traa a la clase discos que colocaba en el ordenador y todo el mundo jugaba. A veces, escriba algo y enseaba juegos de otros pases, pensados para los nios de cualquier lugar del mundo. Tambin vean la televisin, slo los programas infantiles y, de vez en cuando, mostraba lugares muy lejanos.Un da, Jos Buenaventura dej de venir al colegio. Nadie supo lo que le sucedi, quiz nadie quiso preguntar qu le haba sucedido. As que me pusieron en su lugar. Me extra muchsimo, el primer da que fui, que en la clase no hubiese pizarra, pero pronto me acostumbr. En la actualidad soy incapaz de ensear sin la ayuda del ordenador y aquella pizarra que habla, juega y es tan divertida. Ah! Lo haba olvidado, Jos Buenaventura est en la Universidad, un lugar donde ensea a los mayores cosas sobre los nios y siempre que tengo alguna duda, acudo a l.Vctor Amar