la peña de mogarraz 2014

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LA PEÑA DE MOGARRAZ, n.º 10XXXIX aniversario. Agosto de 2014

DIRECCIÓN:Antonio Maíllo Seisdedos

REDACCIÓN:COORDINADORES: Isabel Herrera Badosa

y Antonio Maíllo Seisdedos

COLABORADORES:Florencio Maíllo CascónGerardo Barrado MartínIsabel Herrera Badosa

José Luis Puerto CascónM.ª Teresa Martín Matos

Ramón Hernández MartínRemedios Seisdedos MaílloPedro García Domínguez

Rosa GómezÁngel de Arriba

Teresa Herrera HerreraSusana Sánchez

Ana CascónPaloma CascónGabriel Calvo

Carmen Calama

FOTOGRAFÍACOORDINADOR: Antonio Maíllo Seisdedos

COLABORADORES:Carmen Herrera Maíllo

Concha Hernández VicenteIsabel Herrera Maíllo

Carmen Calama HernándezRocío López Calama

Toño de BlasMaría Teresa Martín

Florencio MaílloAlejandro Zuraga

PUBLICIDAD:COORDINADORA:

María José Pérez

EDICIÓN: Asociación CulturalVirgen de las Nieves

REALIZA: Globalia Artes Gráficas y Distribución

DEPÓSITO LEGAL: AS: 3572-2005

http://www.pvirgendelasnieves.blogspot.com

Revista de difusión gratuita

La A. C. Virgen de las Nieves no se hace responsablede las opiniones vertidas por sus colaboradores.

SUMARIO

Editorial................................................................ 3

Saludo de la Alcaldesa de Mogarraz......................... 5

Saludo del Presidente de la Peña Virgen de las Nieves . 7

Presentación del Pregonero 2014: Teresa Hernández Iglesias ...................................... 9

Pregón de Fiestas 2013 ......................................... 11

MOGARRAZ COMO TEMA• Mogarraz, cuando duermes (Rosa Gómez) ....... 15• Mogarraz, en día de lluvia (María Teresa Martín) 17

CÁNTICOS Y TRADICIONES• Cuando de un polo, otro polo

(Remedios Seisdedos)................................... 19• La moza de ánimas (José Luis Puerto) ............... 21

PROGRAMA DE FIESTAS 2014 .............................. 24

DE AYER Y DE HOY• Monumento a la Concordia (Ramón Hernández) 27• Un cuento con ocho colores (Ángel de Arriba) 31• El esgrafiado (Florencio Maíllo)...................... 33

PERSONAS Y PERSONAJES• Los Oribes de Mogarraz (Pedro García) ........... 39• La señora Sagrario Sánchez. Recuerdos

personales de una informante (Gabriel Calvo).. 41

ESCENAS COTIDIANAS• La mosca, ejemplo de tenacidad

(Gerardo Barrado) ......................................... 49• La escalera (Isabel Herrera)........................... 51

FAUNA LOCAL • De la dehesa a la mesa (Teresa Herrera) ......... 53

MÁS ALLÁ DE LAS FRONTERAS MOGARREÑAS• La obstinada remanencia (Ángel de Arriba) ..... 57• El mundo en la mente, Mogarraz en el corazón

(Susana Sánchez)......................................... 61• Testimonios de Paloma Cascón y Ana Cascón .. 65

UNIÓN DE GENERACIONES• Disfrutar jugando (Carmen Calama)................ 69

UN AÑO EN FOTOS ............................................... 71

FOTOS ANTIGUAS................................................. 74

LUZSAHER, S.L.MONTAJES ELÉCTRICOS

EN BAJA TENSIÓN

INSTALADOR AUTORIZADO Nº 617

C/. Miguel Ángel Maíllo, 55 • MOGARRAZ

Tel. 923 41 80 02 • Móvil 616 13 51 61

Este año, como todos los años cuando se le van acabando los días al mes de julio, estamos denuevo de celebración. Pero este año la celebración es doble, no solo celebraremos la fiestas enhonor a nuestra querida patrona La Virgen de las Nieves, sino que también estamos de aniversario.Y es que ya son 10 años de la revista La Peña de Mogarraz Virgen de las Nieves, 10 años en las quedistintas generaciones de mogarreños amantes de su pueblo han trabajado para poder ofrecer unconjunto de escritos que hablan de ti y de mí, de nuestro hogar, nuestro nido, nuestros recuerdos,nuestras vivencias, hablan de lo que todos tenemos en común: sentimientos hacia nuestra tierra. Ha-blan del amor, de la melancolía, de la alegría, a veces de la pena e incluso del enfado o la rabia porestar tan lejos de la tierra que les vio crecer. Decenas de colaboradores han prestado su tiempo y suesfuerzo para compartir unas palabras que desnudan su interior. Es muy bello poder contar con genteque plasma en nuestra revista su relación con nuestra pequeña villa, nos confían su intimidad, nos re-galan su sabiduría. Desde aquí me gustaría dar la gracias a todos aquellos que en estos 10 años hanaportado algo a la revista, que han empleado su tiempo en que estas hojas fueran un poco másricas, en que la cultura mogarreña siguiera viva. Mil gracias a todos.

Como ya decía antes, distintas generaciones de mogarreños han hecho que esta revista sea po-sible y, este año, quería que la revista girara en torno a ese concepto. Es por ello que contamos conuna bella sección llamada ‘Unión de generaciones’ donde distintas generaciones de familias mo-garreñas se unen para compartirnos distintos momentos de su vida. Podréis leer y escuchar al mismotiempo bellas historias contadas de las generaciones más sabias a las generaciones más curiosas.También tocamos este tema en la sección que ha trabajado nuestra mogarreña Susana Sánchez ‘Elmundo en la mente, Mogarraz en el corazón’ sobre los mogarreños que, en generaciones pasadas,tuvieron que emigrar a tierras lejanas y desconocidas para llevarse un trozo de pan a la boca. Y, pormi parte, también he querido hacer un homenaje a mis antiguas generaciones, concretamente amis raíces Seisdedos, rescatando una imagen de nuestro álbum familiar, que nos enseña que el pasodel tiempo solo existe en el mundo tangible: mi abuelo sigue vivo dentro de todos nosotros, mientrasque mi madre todavía guarda a esa niña dentro de ella, ya que sigue siendo tan risueña como estoyseguro que lo era en el momento en el que esa foto fue tomada (la inauguración de la cooperativade Mogarraz, para los más curiosos).

Pero en nuestra villa el tiempo no pasa en vano: en Mogarraz se suceden los eventos sin dejarcasi tiempo a volver a coger aire: mercadillos, eventos culturales, fiestas patronales, costumbres cen-tenarias que vuelven con más fuerza que nunca…

Pero el tiempo no solo trae eventos. Mogarraz no envejece, sino que florece cada vez más. Comocualquier arte, tratándolo con mimo se saca lo mejor de él, y eso es lo que le está pasando a nuestropueblo. Mogarraz está precioso, resplandeciente. Pasear por sus calles es un auténtico placer: seguircontemplando los retratos de Retratados388 como si ya fueran parte de nuestros vecinos mientraspaseas por calles impolutas que cuentan con el más mínimo detalle cuidado. Mogarraz está másengalanado que nunca, se asemeja al cuidado que tiene un joven enamorado por su imagen antesde encontrarse con su amado. Mogarraz brilla con luz propia, luz que ha llegado hasta los directivosde Marca España, que lo han nombrado uno de los pueblos más bonitos de España. Merecido ga-lardón que pone un broche de oro a una gestión brillante.

Y es que la razón de que nuestro pueblo haya resurgido y se haya convertido en un referente anivel nacional, no es fruto más que de la gran gestión de nuestra querida Concha. Desde esta primerapágina, quiero agradecerle todo el trabajo desinteresado que ha estado realizando todos estos añospara hacer de Mogarraz un lugar más bello, si cabe, de lo que siempre ha sido. Mogarraz es un dia-mante y tú has sabido tratarlo como tal. Mi más sincera enhorabuena. Tú lideras una gestión que co-loca como prioridad el bien del pueblo, un interés que compartimos todos los mogarreños, quizá poreso el pueblo responde, algo fundamental, porque sin la colaboración de todos nada sería posible.

Como cada año, también quería rendir un pequeño homenaje a todos aquellos mogarreñosque se han marchado en el último año. Dejadme empezar por el más sentido para mí, mi abuelaFrancisca Cascón, nuestra matriarca y fundadora del Restaurante Mirasierra, una de las mujeres másfuertes que he conocido y que, hasta este año, pensaba que nos enterraría a todos. Junto a ella,también nos han abandonado este año Luisa Herrera Criado, Sebastián Hernández Martín, ManuelPuerto Criado, Flérida Clementina Sánchez Sánchez, Julián Fías García, Natalia Cascón Calvo, JuanManuel Inestal Cascón, Sara Calama de Blas, Jorge Herrera Cabrero, Teresa Rosellón Cascón, TeresaCriado, Teresa Sánchez Iglesias, Leonarda Martín Martín, Lorenzo Martín Martín, Juana HernándezCriado, Fabrana Sánchez Maíllo y Estrella Calama Morán. Qué descanséis en paz.

Ahora solo me queda una cosa… Desearos una bellas fiestas a todos los afortunados que dejaránsu huella por las calles de Mogarraz a principios del mes de agosto. Disfrutad por todos aquellos quela distancia o el paso del tiempo han hecho imposible que estén allí en estos días de júbilo y felicidad.

¡Felices fiestas a todos mogarreños!

Editorial

3

Jamón Cortado a CuchilloRaciones - Tablas de QuesosTostas - Tapas - Vinos Cervezas-

5

Saludo de la Alcaldesa de Mogarraz

Celebremos con ale-gría la llegada de laFiesta Mayor de Moga-rraz con motivo de laFestividad de NuestraSeñora de las Nieves, ycon tal motivo, la decuantos mogarreñosde nacimiento o deadopción, nos visitan yconviven entre nosotrosunos días, que desea-mos sean de grata es-tancia y memorablerecuerdo. Así se lo de-seamos quienes aquí vi-vimos en invierno y enverano; en primavera yen otoño.

Bueno es recordarque nuestra existencia,nuestra vida está com-puesta de ciclos: se su-ceden los días, lassemanas, los meses y losaños, que configurannuestra esencia –lo quesomos– pero tambiénnuestra existencia –nues-

tro devenir– por el que todo es mutable y cambia,de modo que el que antes estaba abajo, de laRueda de la Fortuna, ahora está arriba y viceversa.Esto ocurre en cualquier sitio, y también en Moga-rraz. Pero, una vez dicho esto, permitidme que meexplaye y os diga que la vida en Mogarraz es, a me-dida que el tiempo pasa, más grata y sus éxitos re-conocidos. Y todo esto ocurre por la unión fraternade todos los mogarreños y, sobre todo por el ingenioy el tesón de algunos, porque en este tiempo hansurgido algunas empresas y las que había se hanpotenciado con éxito; Mogarraz tiene una vida di-námica, basada en el trabajo, el progreso y el inge-nio. Vivimos tiempos de privaciones y escaseces,años de penitencia, pero en Mogarraz, están siendoaños de paz, de fraternidad y de progreso.

De Mogarraz se habla y se escribe; poniéndolocomo ejemplo, cerca y lejos. Si yo, la alcaldesa deMogarraz, digo esto, es porque estoy orgullosa demi pueblo. Orgullosa de mi gente y de nuestros an-tepasados, si bien es verdad que, primero la prós-pera bonanza, seguida bruscamente de la crisis ylas privaciones, no han dado tiempo, a algunos, depercatarse de que hay que ponerse al día y prepa-rarse profesionalmente, es decir, tener una cualifica-ción como arma para enfrentarse a la adversidadde la vida y conseguir un trabajo digno, porque lostiempos no han venido así por casualidad. Es un

plan bien meditado, para distribuir provechosa-mente para algunos las riquezas. Así se ha hechosiempre y así se está haciendo y las víctimas seránlas personas no cualificadas. Y esto me duelemucho porque conozco y quiero a cada uno de losvecinos de mi pueblo.

Quiero que seáis conscientes de que reconoceresto no es usual, porque no es frecuente ni nadafácil, y como para mí sí lo es, lo hago público. Mo-garraz se ha convertido en obligada referencia degestión municipal, en referencia artística, social y deproceso sostenible rural y natural. Y aún nos quedanmuchas cosas por hacer, que, con la ayuda detodo el pueblo, saldrán adelante, sin duda alguna.

Me preocupa –y me ocupa– el futuro de nuestrajuventud. Me preocupa –y me ocupa– el futuro denuestra escuela… En definitiva, me preocupa ladesidia y el egoísmo…

Me produce enorme placer hablar e intercam-biar ideas y pareceres con quienes hablan de loque conocen y saben. De igual modo, pero a la in-versa, me produce enorme tristeza oír a quienes ha-blan de lo que desconocen. Aunque a ambosescucho con el mismo respeto y consideración.

Quienes permanecemos en Mogarraz unidos porlazos de vecindad, es decir por el afecto y el amor,nada nos es ajeno. Quiero que entendáis que loque a uno le afecta, nos afecta a todos y que hayalgo que a mí se me escapa, porque nada puedohacer. Me aterra el tañido de las campanascuando doblan a muerto. Y este año han dobladotenazmente. Las razones, las sé, pero el saber, eneste caso de nada me consuela.

Me tomaré otra licencia: Reconocer pública-mente la labor cayada y desinteresada de esas per-sonas que todos sabemos quiénes son que: Cerró lapuerta que dejaron abierta; que apagó lo que ha-bían dejado encendido; que ordenó lo desorde-nado; que limpió lo que dejaron sucio; que reparólo que habían roto. De todo corazón, a estas perso-nas silenciosas, calladas y generosas todo mi reco-nocimiento, mi respeto y mi cariño.

Hace escasos días un visitante ilustre me pre-guntó que si los vecinos de este pueblo reconocíanla belleza que nos rodeaba. A lo que yo respondí:no solamente lo saben, si no que viven y se maravi-llan con la floración de nuestros valles, con los oloresde la primavera y la sinfonía de los colores otoñales,conocen los nombres de las plantas y de las aves yrecorren los caminos que unen los pueblos de nues-tra Sierra. Porque la Sierra y los serranos formamosun solo ser, una sola identidad, así somos y así que-remos seguir siendo.

¡FELICES FIESTAS!

C/. Miguel Ángel Maíllo, 54 • 37610 MOGARRAZ (Salamanca)Teléfono (+34) 923 41 81 80/90 • Fax (+34) 923 41 81 91

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Hotel Spa Villa de Mogarraz

7

Saludo del Presidentede la Peña Virgen de las Nieves

Queridos mogarre-ños, socios y amigosen general.

Sin hacer muchoruido, estamos enca-rando nuestras fiestaspatronales de la Vir-gen de las Nieves, lasgrandes de nuestropueblo.

Después de presidiresta magnífica peñadurante 10 años, y enun descanso de unosaños, vuelvo a estaral frente de ella, de lapeña por la quemucho luché y sigohaciéndolo.

Esto me hace recordar a una persona conla que estuve codo con codo, para todo. Losdos juntos hicimos esta peña grande y dura-dera, entre otros muchos. Amigo, hermano ycompadre, Alfonso ‘el cartero’, va por ti.

Vamos con la fiesta que este año toca.Todos sabemos que organizar unas fiestaslleva mucho trabajo y tiempo y siempre, lajunta directiva, es la que lleva todo el trabajo.Sólo pedimos que se colabore un poquito:

unos, echando una mano al cierre de laplaza; otros, con la compra de papeletaspara las rifas; con la publicidad, etc. Y así sepueden hacer unas buenas fiestas, con ungranito de arena de cada uno.

Tenemos un pueblo muy bonito, que hoy esreferente en la Sierra de Francia, y que estáentre los veinticuatro más bonitos de España,lleno de gentes que marcan la diferencia, coniniciativas maravillosas y muy cuidado en suestética. ¡Gracias!

Podemos presumir de ello y hagamos sentirfelices, a nuestro lado, a todos los visitantesque se acerquen durante los días de la pa-trona Virgen de las Nieves.

Todo está organizado para la fiesta. Espe-ramos que todo salga bien y sea de vuestroagrado. Tengo una junta directiva que, conmucha ilusión, está dando con su trabajo y es-fuerzo, lo máximo para que todo salga bien.

Y por último, desearos lo mejor, y disfrutar denuestras fiestas, vecinos, socios y visitantes.

VIVA LA VIRGEN DE LAS NIEVESVIVA LA PEÑA

VIVA MOGARRAZ

D. NICANOR CRIADO HERNÁNDEZ

JUNTA DIRECTIVA

PRESIDENTE:Nicanor Criado Hernández

VICEPRESIDENTE:Desiderio Martín Maíllo

SECRETARIA:Mª Ángeles Sánchez Méndez

TESORERA:Mª José Pérez Sánchez

VOCALES:Pedro José Romero Fajardo

Jerónimo Sánchez HernándezAna Belén Jiménez Marcos

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Presentación del Pregonero 2014:Teresa Hernández Iglesias

Nuestra pregonera deeste año, Teresa Hernán-dez Iglesias, nació el 26de mayo de 1934, en elseno de una familia ale-gre y amiga de las fiestas.Hija de Hortensia y Nica-nor, es la mayor de cincohermanos, con los quepasó una infancia feliz.

No cursó estudios, perosí le hubiera gustado apren-der a tocar algún instru-mento musical, pues elcante, el baile y la co-media, corren por susvenas.

En sus tiempos mozosfue “ramajera” y tambiénacudió a bailar a Salaman-

ca en numerosas ocasiones (la primera de ellascon trece años) en compañía de su tío Agustín“Mauro”, el mejor bailador de la sierra por aquelentonces.

Hizo representaciones en el teatro del pueblo,como la obra “María Goretti” y comedias al pú-blico, de la mano de su padre, como “Traidor, in-confeso y mártir”.

Con veintitrés años se casó con Juan JoséCriado, más conocido como “Chiche”. Siemprefue muy feliz con él, y fruto de ese amor y felicidad,nacieron Felipa, Nicanor, Francisco y Teresa, loscuales le han dado ocho nietos (más uno que estáen camino) y dos biznietos.

Junto a su marido regentó el bar “La Terraza”,durante dieciocho años y despúes, durante unosveinte más, un comercio muy conocido en elpueblo.

De los últimos años, cabe destacar su reinadoen las fiestas (con setenta años), sus múltiples ac-tuaciones navideñas y la presidencia de la asocia-ción de mayores durante ocho años.

Teresa, a día de hoy, sigue siendo una mujer ac-tiva y comprometida, y como ella dice, “ya sólome faltaba ser la pregonera de las fiestas delpueblo”.

CTRA. DE VALLADOLID, 31-3537184 SALAMANCATel: 923 220 204Fax: 923 254 [email protected]

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11

Pregón de las Fiestas 2013:Nicanor Maíllo Cascón

Sra. Alcaldesa y Miembrosde la Corporación.

Sr. Presidente de la Peña yMiembros de la Junta.

Mogarreños/as.Amigos todos.Desde este hermoso y típico

“rincón”, guardián de múltiplesrecuerdos de infancia, hoy “bal-cón de la Peña” y “púlpitoabierto” a los cuatro vientos,buenas tardes a todos.

Un año más, siempre igualesy siempre distintas, las fiestas pa-tronales ante nosotros. Un añomás, como ya es tradicional,comenzamos nuestra fiestapara honrar a nuestra Madre,Sta. María de las Nieves que sevenera en nuestros corazones y

en nuestra hermosa y valiosa Iglesia de proporciones ca-tedralicias, cuyo proyecto, como sabéis y según rezan losArchivos Parroquiales se debe a García de Quiñones, encalidad de arquitecto Diocesano. Un año más, en estasfiestas, la comunidad Hogareña dispersa en los más remo-tos lugares de la geografía, se cita para celebrar la fiesta.Mogarraz, un Mogarraz más remozado cada año, es hoyclarín de convocatoria para los lugareños y para toda laSierra.

A través de los tiempos, la tradición ha permitido queaquel espíritu originario de nuestros mayores, siga mante-niéndose en su especia, hoy, igual que ayer, finalizadoeste Pregón, después del “repique “ de campanas, des-pués que restalle en nuestro cielo el cohete anunciadordel comienzo de nuestras fiestas, la alegría será como untravieso “duendecillo” que, incansable y bu-llanguero, recorrerá las calles, la plaza ytodos los rincones de nuestra villa.

El saber vivir la fiesta, participar de lafiesta, es una forma de ser y sentir, es trasmitiruna forma de cultura inherente a las gentesque viven en un lugar de esa manifestación.La fiesta es humana y, tiene más vida,cuanto mayor es la participación popular.

Décadas atrás muchos mogarreños,como en otros muchos pueblos serranos,ante el panorama de pobreza que sobreellos se cernía, se vieron obligados a levan-tar el vuelo y a rodar un auténtico calvariopor esos mundos de Dios, en búsqueda dela mejor vida. Eran tiempos difíciles… comodifíciles son hoy, a causa de la crisis econó-mica y de muchas crisis más de las que nose hablan y que hacen que el pesimismohaga acto de presencia en los medios, ter-tulias y debates, que agravan aún más la si-tuación y la llenan de desilusiones, retiradas

y caídas de brazos… Como os decía, unos emigraron apaíses europeos, otros a provincias nacionales; unos enbusca de un trabajo mejor remunerado, otros para des-arrollar más y mejor sus facultades intelectuales.

Desde entonces, por esta cátedra, han desfilado unosy otros: Teólogos, Filósofos, Historiadores, Profesores, Aca-démicos, etc… Este año, en el estrado, tenéis (quizá no ossuene bien) a un “Pastoralista”, incardinado por los años67 al 80 en Atxuri, un barrio de emigrantes castellanos enBilbao, y desde los 90 en pueblos y zonas rurales de labella Cantabria.

Mi comparecencia hoy ante vosotros, no es brindarosun discurso académico, ni una tesis doctrinal, ni una diser-tación histórica de temas, quizá ya recordados año trasaño y, más propios de debatir en foros…

Mi pretensión como “pastoralista que soy” sólo pre-tende sentirnos cercanos unos de los otros, llegar a vues-tros corazones y compartir con vosotros durante unosminutos deseos, añoranzas y recuerdos.

Yo soy uno de esos “Mogarreños” que levantaron elvuelo… Fue en 1952; con otros Mogarreños, di el salto aCorias, en Asturias para cursar durante 5 años el Bachille-rato, así se llamaba entonces. De aquellos años quierocompartir con vosotros dos experiencias:

La primera, años anteriores, recuerdo cómo los niñosacudíamos por las tardes a la carreta para esperar, decí-amos, “Al Coche de Línea”. Subíamos a la Escuela, ento-nes llamada “Escuela de Mayores”; otros, los más ligerosde piernas, hasta las “Pozas” y,cuando se vislumbraba elCoche de Línea por la Navas, emprendíamos una frené-tica carrera hacia la “Cochera” para ver quién venía… yasí, un día y otro día… Era nuestro juego diario y, creán-dolo, éramos felices… En tiempos de “siega”, la señal paraemprender la cerrera, era el “cohete” de los segadores

que llegaban sudorosos, abrasados por el sol y con unoscuantos reales en los bolsillos…

La segunda, se refiere a los años que veníamos de va-caciones, digo veníamos, porque éramos varios…Cuando en la “Cochera de S. Isidro”, así se decía poraquel entonces, subíamos al Coche de Línea, nuestra ob-sesión era llegar pronto y gritábamos: Sr. Vito acelere, yentonábamos con voces casi infantiles el “Acelere Sr.Conductor, acelere, acelere Sr. Conductor…” Cuando lle-gábamos a las “Navas”, auténtico Mirador desde el quese divisa un Mogarraz recostado sobre una pendiente la-dera, con su esbelta torre de granito e Iglesia; un Moga-rraz con su vieja arquitectura de piedra y madera, unMogarraz sito en medio de un jardín de olivos, cerezos yexuberante vegetación, la alegría era desbordante y losojos se tornaban grandes y lacrimosos… La tierra, nuestratierra; el pueblo, nuestro pueblo tiraba y sigue tirando…

Siempre escuché de nuestros mayores, aquello que sedecía en La Alberca: Aiga paz que no estamos en Moga-rraz”. Sea cierto o no y, recurriendo a mi condición deFraile Predicador, os recuerdo hoy la palabra de un granpregonero de Dios llamado Isaías: “Dichosos sobre losmontes – decía – los pies del mensajero que anuncia labuena noticia de la Paz”. Eso os traigo, eso quiero y osdeseo para todos y cada uno de vosotros. Eso quiero para

mi pueblo: paz, cordialidad, armonía…Quiero un Mogarraz abierto, un Moga-rraz acogedor y hospitalario; quiero unMogarraz en el que la cordialidad y laalegría se practiquen como virtud.

Personalmente, lamento que unazona como la Sierra, que debería estarpara provecho de Salmantinos y visi-tantes, promocionada al máximo entodos los órdenes, siga padeciendo ol-vidos inexplicables en todos los órde-nes. La declaración de “ConjuntoHistórico” es la salvaguardia de unosvalores tradicionales que avalan y au-mentan el prestigio de nuestra villa.

El Papa Francisco no hace muchodijo: “Seamos custodios de la creación,del designio de Dios inscrito en la natu-raleza, guardianes los unos de los otros,del medio ambiente; no dejemos quelos signos de destrucción y de muerteacompañen el camino de este mundonuestro”. Conviene que ninguno esca-

pemos de la responsabilidad que nos toca asumir. En elcuarto de trabajo, en la calle, en la estructura pública,cada uno aporte su servicio.

Me pregunto y os pregunto: ¿No faltará imaginacióncreadora en las jóvenes generaciones? ¿No será que enla actualidad nos hemos aficionado a la ley del mínimoesfuerzo o a mirar cómodamente sentados en el sofá decasa, el mundo por Tv. y dejando que los otros hagan?Uno de los patrimonios más firmes de los mogarreños hasido la inventiva, ¿qué ha sucedido ahora?

Apelando de nuevo a mi vocación de pastoralista osdigo: Mogarreños todos: que estas fiestas patronales enhonor de la Virgen de las Nieves, cuya imagen nuestrosmayores colocaron en el retablo mayor de nuestra iglesia,no decaiga. Que el ofertorio mañana sea “grande”. Queel amor hacia Ella se torne en alborada, que la danza yel baile, la filigrana de oro en collares y la vistosidad debordados en los trajes charros, sean un homenaje de loshijos a la Madre. Que estas fiestas sean un símbolo de uni-dad, alegría y buen humor.

No hace mucho decía el Papa Francisco: “Aprenda-mos a mirar hacia lo alto, hacia Dios, pero también haciaabajo, hacia los últimos”. Escuchad este relato que nohace mucho leí. Atentos:

Cierto día, llegó a un pueblo un hombre y pidió por lascasa para comer, pero la gente le decía que no teníannada para darle. Al ver que no conseguía su objetivo,cambió de estrategia. Llamó a la casa de una mujer paraque le diese algo de comer.

Buenas tardes, Señora. ¿Me da algo para comer, porfavor?

Lo siento, pero en este momento no tengo nada encasa -dijo ella-.

No se preocupe -dijo amablemente el extraño-, tengouna piedra en mi mochila con la que podría hacer unasopa. Si Ud. me permitiera ponerla en una olla de aguahirviendo, yo haría la mejor sopa del mundo.

¿Con una piedra va a hacer Ud. una sopa? ¡Me estátomando el pelo!

13

En absoluto, señora, se lo prometo. Deme un pucheromuy grande, por favor, y se lo demostraré.

La mujer buscó la olla más grande y la colocó enmitad de la plaza. El extraño preparó el fuego y colocaronla olla con agua. Cuando el agua empezó a hervir ya es-taba todo el vecindario en torno a aquel extraño que, trasdejar caer la piedra en el agua, probó una cucharadaexclamando:

¡Deliciosa! Lo único que necesita son unas patatas…Una mujer se ofreció de inmediato para traerlas de su

casa. El hombre probó de nuevo la sopa, que ya sabíamucho mejor, pero echó en falta un poco de carne…

Otra mujer voluntaria corrió a su casa a buscarla. Ycon el mismo entusiasmo y curiosidad se repitió la escenaal pedir unas verduras y sal. Por fin pidió:

¡Platos para todo el mundo!La gente fue a sus casas a buscarlos y hasta trajeron

pan y frutas. Luego se sentaron todos a disfrutar de la es-pléndida comida, sintiéndose extrañadamente felices decompartir, por primera vez, su comida.

Y aquel hombre extraño desapareció dejándoles lamilagrosa piedra, que podrían usar siempre que quisieranhacer la más deliciosa sopa del mundo.

Almeirim es una ciudad cerca de Santarém a unos 100km de Lisboa. Es la capital de la “sopa de piedra”. No hayrestaurante en esa ciudad que no sirva la “sopa de pie-dra”. Pero si nos vamos al norte de Europa, en los paísesescandinavos, podremos tomar una “sopa de clavos”. Enel norte de Europa, en Rusia, podremos tomar “sopa dehacha”. Tres recetas muy similares donde los clavos, elhacha o la piedra son catalizadores que provocan la par-ticipación, la generosidad y la solidaridad de todos.

Quizá pueda resultarnos infantil, pero el mensaje esclaro. Con la cooperación podemos alcanzar lo queantes parecía imposible. La solidaridad abre el horizontea situaciones novedosas y positivas para todos. Aúncuando sea pequeña, nuestra aportación puede ser de-cisiva para una situación nueva. Es el poder transformadordel compartir y cooperar. Los resultados pueden ser es-pectaculares: sólo es necesario poner un poco de nuestraparte.

Mogarreños: hagamos que el “duendecillo” alegre yfestivo que todos llevamos dentro se transmita a todosnuestros amigos y visitantes; que nuestra alegría esté pre-sente en todos los actos que vamos a celebrar.

Mogarreños: hagamos que estos días se conviertan endías de fraternidad y compañerismo, de disfrute y amis-tad; hagamos que nuestras fiestas patronales sean vehí-culo de paz y, que quienes nos visiten lleven comomensaje nuestro lema de pueblo “festivo y trabajador”,de pueblo acogedor, hospitalario y difusor de valores.

Mogarreños: pregonemos en voz alta el amor frente alegoísmo y la esperanza frente al pasotismo. Pregonemosun mundo nuevo siempre haciéndose y en transforma-ción, donde el hombre es pieza clave para ser liberadosy transformados por Jesús de Nazaret.

Mogarreños: hagamos que estos días en que olvida-mos un poco nuestros problemas cotidianos, sirvan comocatalizador de viejas diferencias y sean catapulta de nue-vas y mejores relaciones. Gritemos hoy, mañana y siemprenuestra fe y el arte de nuestras fiestas patronales en loorde Ntra. Sra. de las Nieves: que Ella os bendiga…

Termino con unos versos de un célebre poeta dehabla inglesa:

¿Y si durmieras…?¿Y si, en sueños soñaras…?¿Y si, en sueños fueras al cielo…?¿Y si, al despertar, tuvieras la flor de la paz en la

mano…?

Ha llegado el momento de despertar de este sueño.Seguramente no tendremos esa flor en la mano, peroestoy seguro que algún día aparecerá con toda su loza-nía…

Antes de finalizar, permitidme dar las gracias a Marcialy a toda la junta de la Peña por la invitación a realizar latarea de “pregonero”. Gracias, a la vez, a todos lo quede una y otra forma hacéis posible esta realidad anual.

Quiero agradecer, también desde aquí, a los que anteel deterioro de nuestra Iglesia, dieron la voz de alarma einiciaron la “suscripción” popular para costear, al menosen parte, obras y reparaciones, lo mismo que antaño lohicieran nuestros antepasados. Gracias a ellos y a todoslos que con generosidad respondieron. A todos, gracias…

Y, recogiendo unos versos del Himno Litúrgico, finalizoa modo de “relación”, y en nombre de todos:

Virgen de las Nieves:Socórrenos, si el mundovana imagen nos sedujo,para que el alma no olvidesu caminar hacia el cielo.Virgen de las Nieves, Patrona nuestrasocórrenos, si desgraciasvisitan nuestro cuerpohaz que la paz siempre reinehasta que la luz eterna brille.Virgen de las Nieves, Madre nuestra:Sé la ayuda de tus hijosen la hora de la muertepara que con tu socorroparticipen de la gloria. Muchas gracias…

¡¡¡VIVA LA VIRGEN DE LAS NIEVES…!!!¡¡¡VIVA MOGARRAZ…!!!

¡¡¡FELICES Y ALEGRES FIESTAS…!!!

14

15

Rosa GómezMogarraz, Cuando Duermes

Mogarraz como Tema

Y mis andares y pensamientos,entre rutas y soles de primavera,

se iban acercando, con mi corazónen alegre desbandada,

hacia la laderasde mi PUEBLO,

donde los cerezalessueñan con flores de pétalos blancos

entre el verde los “pareones”y nuestras enjutas veredas.

Y donde los caños de sus fuentesSiguen manando frescura

Junto al ritmo de sus canciones de aguaY de sus chorros cristalinos de plata.

Y al lado de la música plateadaDe una de esas lindas fontanas,

Se alza, en siempre remozada primavera,El rincón de “Mané”

Recordando con su casaDe sabor antiguo en estética original,Su retrato recreado en esbozo singular

por Florencio Maillocon su quehacer pictórico magistral.

Y un poquito más abajo,Argumentándose al viento de los años,

Se levanta con robusta esbeltezLa torre de nuestro campanario

Labrada en sudor y granito antiguo,Donde Maillo ha ido colgando

Retratos de historia y vidaDe algún ilustre mogarreño

Y de algunos contemporáneos.

Y asomándonos a la altura del SolanoJunto al borde de la escalinata,

Nuestra retina se ensanchaCon la amplitud soleada

Mira la sierra, lloviendo,con el caminar del Milano

llevando el agua a otros pueblos.

Se me zambulle el alma en el zumbido del viento

que enreda siempre mis pensamientos.

La lluvia tiñe de belleza tus callesvolviendo tu rostro sereno,

hablándome de tus gentes,las de fuera y las de dentro.

Mogarraz, si tuviera que bautizarte,aunque el día fuera oscuro,

te pondría: Espejo de luz y corazón abierto.Admiro la claridad con la que enhebras mis sentimientos.

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María Teresa MartínMogarraz, en día de lluvia

Mogarraz como Tema

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Cuando de un polo otro poloy de una zona otra zona,imperaba tu coronasin ponerse de ello el sol.

Cuando cruzando los maresbajo un firmamento azul, cien bojeles castellanosyendo a propagar la cruz.

Cuando cruzando los maressu regio manto extendía,no conquistó más mundoporque más mundo no había.

Cuando Fernando e Isabelcon sus valientes mesnadasconquistaban a Granaday triunfaban del francés.

Cuando el retirado en Yuste y don Felipe II dietaban leyes al mundo haciendo temblar a Europa,entonces, patria querida,daba gusto leer tu historia.

Hoy no quisiera memoria,para no saber naciónal grado de postracióna que ha llegado tu historia.

Portugal se emancipó,de Holanda nos arrojaron,México se sublevó,América se perdióy Gibraltar nos robaron.

Ayer, para más bordón,Alemania tu vecinaechó en tu historia un borrón,dio en tu rostro un bofetónal pensar en Carolinas.

La perla de las Antillasel yanqui necesitaba,porque el pendón de Castillaen sus castillos flotabasin jirón y sin manecilla.

Se quedan con Filipinaspor los gastos de la guerra,con Cuba y con sus Manigüasy venga robarnos tierra.

Que se ha hecho del gran capitán Pizarro, los de Austrialos valientes comuneros murieron todosy si a nacer volvieran y vieran quién te derrumbade vergüenza morirían y volvieran a sus tumbas.

Al ver aquellos pendones,que ellos izaron gloriosos en diferentes naciones,el poder de un ambiciosolo convirtieron en jirones.

Pobre España, ni semilla quedó de tus guerrerosque hoy el pendón de Castillalo desprecia el extranjerocual si fuera una rodilla.

Qué habría de hacer Cerberosviendo sus naves arder,ver caer los despojosy ver con sus propios ojoshasta el fondo descender.

Pobre España, si hasta el cafre marroquíse ríe de tus desveloscomo si en España al finno tuviera más orgulloque luchar, vencer o morir.

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Remedios SeisdedosCuando de un polo, otro polo

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José Luis PuertoLa moza de ánimas

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Programa de Fiestas 2014SÁBADO, 26 DE JULIO

- 10:00 h. Salida hacia la finca de “Casasola” para ver los dosnovillos que se lidiarán el 6 de agosto.

- Concluida la visita a la ganadería, capea para los más va-lientes en la plaza de La Fuente de San Esteban.

- Regreso hasta el camping “El Casarito” para la comidacampestre que estará animada por gaita y tamboril.

VIERNES, 1 DE AGOSTO

- 23:30 h. Mogablues, organizado por bar Fuente la Pila.

SÁBADO, 2 DE AGOSTO

- 8:00 h. Cierre de la plaza de toros, con almuerzo para todoslos voluntarios que hayan participado en el montaje de lamisma.

- 17.00 h. Concurso de disfraces.- 18:30 h. Cuentacuentos y animación de calle “ LAS DIVER-

TICOSAS DE MARU GENIA”, realizado por la asociaciónDIVERSAMENTE.

DOMINGO, 3 DE AGOSTO (Día del niño)

- 11.30 h. Juegos tradicionales en la Fuente la Pila, con mu-chas sorpresas y regalos.

- 17:00 h. En la Plaza Mayor, parque infantil y fiesta de la es-puma.

LUNES, 4 DE AGOSTO

- 6:00 h. Rosario de la Aurora.- 8:00 h. Pasacalles tradicional por las calles del pueblo.- 12:00 h. Primer encierro infantil de carretones.- 17:00 h. Juegos para mayores en la Plaza Mayor, entre los

que se incluye el III Torneo de Tangos.- 18:00 h. Tradicional “toque de vísperas”.- 19:00 h. Pasacalles con gaita y tamboril para recoger a la

pregonera, Dña. Teresa Hernández Iglesias y acompañarlahasta la Plaza Mayor.

- 19:30 h. Pregón de las fiestas 2014.• Saludos del Presidente de la Peña y de la Alcaldesa.• Pregón.• Proclamación de la reina de las Fiestas.

- 24:00 h. Verbena popular, en la Plaza Mayor, a cargo de laorquesta LA ESTRELLA SHOW.

MARTES, 5 DE AGOSTO

- 8:00 h. Pasacalles tradicional por las calles del pueblo.

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- 11:30 h. Salida de los danzarines y la corporación municipaldesde la Iglesia hasta la Casa Parroquial para recoger alsacerdote y acompañarle hasta la Iglesia.

- 12:00 h. Misa solemne en honor a nuestra Excelsa PatronaVirgen de las Nieves.

• A continuación, procesión, ofertorio y bailes en laPlaza Mayor.

• Concluidos los bailes en la plaza, tradicional convitede sangría y bizcochos en la Casa Parroquial.

- 18:00 h. Festival de folklore, precedido de un pasacalles detodos los participantes.

- 24:00 h. Gran verbena en la Plaza Mayor a cargo de la or-questa PRINCESA. Concluida la actuación de la misma, elgrupo LOS CHARROS, amenizará un poco más la noche.

MIÉRCOLES, 6 DE AGOSTO

- 7:30 h. Pasacalles tradicional.- 8:00 h. Salida hacia la plaza de LA FUENTE DE SAN ESTEBAN

donde se verán enjaular los novillos de la tarde. Allí mismo,capea popular para los más atrevidos.

- 12:00 h. Segundo encierro infantil de carretones.- 19:00 h. Festejo taurino, en la Plaza Mayor.- 24:00 h. Verbena popular, en la Plaza Mayor, a cargo de la

orquesta TUCAN BRASS.

JUEVES, 7 DE AGOSTO

- 8:00 h. Pasacalles tradicional por las calles del pueblo.- 12:00 h. Misa en memoria de los socios y demás mogarreños

fallecidos.- 16:00 h. Preparación de la merienda en el Pozo Barrero.- 20:00 h. En la Fuente la Pila, merienda de hermandad ofre-

cida por la Peña para todos sus socios.Finalizada la misma, y como ya es tradicional, la charangade San Martín, con su actuación, dará lugar al final de lasfiestas.

VIERNES, 8 DE AGOSTO

- 8:00 h. Desmontaje de la plaza de toros, con almuerzo paratodos los que colaboren.

- 12:00 h. Junta General anual en la sede de la Peña.

NOTA: TODOS LOS HORARIOS QUE APARECEN EN EL PRO-GRAMA SON ORIENTATIVOS, PUDIENDO LA PEÑA MODIFICAR-LOS EN CASO NECESARIO.

¡Felices Fiestas!

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Al conjuro artístico de Florencio Maíllo, el pasado mogarreñoha invadido el presente como reclamo de un futuro mejor: los in-numerables retratos que cuelgan de las fachadas de las casasde Mogarraz muestran la personalidad de sus protagonistas acuantos los miran. Hay pálpito humano en sus miradas. Su artísticapresencia reclama contemplación e invita a la acción. Tres tiem-pos que se funden en la emoción activa: lo que hoy somos losmogarreños, producto de un rico pasado no ido del todo, cantalas cuarenta al duro presente y delinea un futuro siempre proble-mático. De ahí que para quienes vivimos hoy (presente) sea tanimportante tener memoria (pasado) y fuerza de voluntad (futuro).

Mucho antes de que se fraguara esta magna exposición, elproyecto artístico estrella de Florencio, recabé su apoyo para otroque, aun teniendo mucho que ver con ella, se adelantaba a lamemoria histórica, ley y hecho cultural que todavía no habían sal-tado a los medios de comunicación y a la conciencia popular:reivindicar la memoria de los mogarreños que, habiendo sido ase-sinados vilmente en una guerra fratricida, yacían enterrados entumbas anónimas en lugares inapropiados.

Un buen día supe que Eleuterio Barrado, el prestigioso eba-nista mogarreño afincado en La Alberca y más conocido comoEl Lute, se proponía localizar la cuneta en que dicen que habíasido enterrado su padre, Manuel Barrado, conocido por Tristrás,asesinado impíamente junto a otros dos en los albores de la gue-rra civil española. El Lute pretendía únicamente recuperar sus res-tos para darles digna sepultura y venerar su memoria. Enseguidame ofrecí a echarle una mano en las gestiones necesarias deforma incondicional, sin otro interés que el de colaborar en unacausa noble en la que, además, se trataba del honor del abuelo

de un buen amigo, Gerardo Barrado. Con el paso del tiempo,hablé del tema con él en varias ocasiones. Cuando, todavía nohace mucho, le pregunté si había dado algún paso al respecto,me confesó, desazonado, que las dificultades eran tantas y tangrandes que lo mejor sería interiorizar la tragedia y sepultar a supadre definitivamente en el corazón.

Por aquel entonces, cuando la democracia española pare-cía asentada definitivamente y la población se comportabacomo irreversiblemente reconciliada, le comenté a Florencio Ma-íllo el proyecto que venía gestándose en mi mente con vistas aafianzar y consagrar de forma irreversible la reconciliación que seestaba viviendo de hecho en nuestro pueblo. No hacía mucho,a la entrada de Mogarraz, se había retirado del paredón de pa-rras en que hoy está emplazado el hotel, una señal con el yugo ylas flechas de Falange. Pero, al otro lado de la carretera, casi enfrente, seguía, destacando sobre el entorno, el monumento deLa Cruz de los caídos: una cruz de hormigón coronaba la piedraque, en su día, había servido de base al rollo que, en la plaza,conmemoraba la condición de villa de Mogarraz, tan laboriosa-mente ganada. En ella podían leerse los nombres de los tres mo-garreños del bando nacional que habían muerto en distintosfrentes de la desventurada guerra: Juan Vicente Martín, Juanito,Domingo Benjamín López Maíllo y Paulino Hernández.

A Florencio le expuse que podría ser una buena idea sustituirese monumento por otro dedicado a la concordia, con unaplaca en la que se honrara la memoria de los siete mogarreñosmuertos a causa de la contienda civil: los tres mencionados ycuatro más represaliados, tres de ellos en Mogarraz y uno en As-turias. Un monumento simbólico, en fin, para proclamar la confra-ternización y plasmar la reconciliación ejemplar de losmogarreños como tributo a todas las víctimas. A Florencio le pa-reció muy bien la idea y prometió pensar en la forma de darlecuerpo en caso de llevarse a efecto. Pero el tiempo fue pasandosin que ni siquiera se presentara la ocasión de hacerla pública.Tras el relevo en el gobierno del municipio, cuando finalmente medecidí a ponerla en conocimiento de la actual alcaldesa, ella mehizo saber que, aprovechando la circunstancia de que se pro-yectaba construir contiguo a ese monumento el Museo de lo Ibé-rico de Embutidos Calama, se reformaría el entorno y se haríadesaparecer discretamente La Cruz de los caídos. Una vez urba-nizado el lugar, los cambios se limitaron a retirar la cruz de ce-mento con los nombres de los muertos del bando nacional y aponer sobre la piedra base una placa metálica con el siguientepoema de Francisca Aguirre:

Detrás del miedo/ siempre está la sangre.Y detrás de la sangre/ siempre hay un abismo.Y detrás del abismo/ siempre hay una herida.Y detrás de la herida/ siempre hay una historia.Y detrás de la historia/ siempre hay una vida.Y detrás de la vida/ siempre hay un espanto.Y detrás del espanto/ siempre hay mucha sangre.

Bonito y denso poema, de desarrollo circular, que se inicia co-locando la sangre tras el miedo y concluye aumentándola tras elespanto, en una cadena cuyos eslabones son, además, elabismo, la herida, la historia y la vida. Sin duda, no solo la sangre,sino también los demás conceptos del poema conectan direc-tamente, de forma poética, con la razón conmemorativa del mo-numento original, pero el conjunto resulta un tanto descafeinado

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Ramón HernándezMonumento a la Concordia. Vieja aspiración latente

De ayer y de hoy

El Lute y Gerardo Barrado (hijo y nieto de Tristás).

y circunstancial al haber desaparecido y no incluido, por así de-cirlo, la materia o la carne en que se cebó la tragedia rememo-rada. Me refiero, naturalmente, al nombre de quienes cayeronen la contienda fratricida española y al de quienes fueron suma-rialmente ajusticiados.

A mi criterio, el monumento no debería perder su identidadgenuina de recuerdo de un hecho desgarrador, identidad quesiempre debe ir revestida de una fuerza aleccionadora que invitea la reconciliación. El poema, centrado en la sangre, sigue unritmo creciente de tragedia, muy jugoso para la inspiración poé-tica, pero desolador para la conmemoración monumental. Bas-taría, creo yo, con añadir una nueva cadencia que dijera algoasí como: Y detrás de la mucha sangre / siempre hay (debehaber) concordia, poniendo entre paréntesis el nombre de lossiete mogarreños a los que la maldita guerra civil española arre-bató la vida: los tres mencionados, muertos en los frentes, y loscuatro linchados en la retaguardia, tres de ellos (Alfonso Hernán-dez, Atanasio Regaña y Manuel Barrado) detenidos en Mogarrazy otro (Alfonso Herrero) en Asturias. Cabría incluso añadir los nom-bres de Norberto y Zacarías, represaliados que salvaron su vida altirarse del camión que los llevaba a la cuneta fatal. Hago aquíuna sugerencia razonable, sin pretensión ulterior alguna, con elsolo deseo de que, cuando menos, quede un testimonio fide-digno en las páginas de esta hermosa revista mogarreña. Ciertoque unos murieron en combate y otros fueron ajusticiados impía-mente, pero, a fin de cuentas, todos fueron víctimas de un únicodespropósito.

Retomando el hilo de nuestro relato, mucho antes de hablarde ello con la alcaldesa de Mogarraz le dediqué al tema uno delos artículos que desde hace años vengo publicando en la se-gunda página del periódico mensual serrano. En él escribí enton-

ces sobre los represaliados: En los albores de nuestra contiendacivil, tres ciudadanos mogarreños, paisanos, abuelos, padres o tíosde muchos de nosotros, fueron cruelmente asesinados, ejecuta-dos sumariamente al borde de una carretera escondida, sin máscargos que los de su honradez y los de su sacrificado trabajo parasacar adelante a sus familias, a lo que tal vez cabría añadir quesus opiniones no gustaban a sus impíos ejecutores.

Y añadí sobre cómo debería comportarse el pueblo a ese res-pecto: Si Mogarraz quiere ser un hogar y un paraíso para todoslos mogarreños y para cuantos se honran visitándolo, antes debeser un digno cementerio para todos sus hijos muertos y, más enparticular, para los que fueron tan vil y salvajemente asesinados.Urge, pues, que estos muertos descansen en paz en su tierra. Y, sibien es prácticamente imposible que lo hagan sus huesos ilocali-zables, cabe al menos que su memoria repose, limpia y recono-cida, en la conciencia de sus familiares, amigos y paisanos. Soloasí podrán, cuando menos, formar justamente parte de la enco-miable historia, tan dolorosa para algunos, de su gran pueblo.

Y proseguí, buscando un equilibrio de reconocimiento y ho-norabilidad: Mogarraz ha reconocido y honrado durante todosestos años, con un monumento en lugar destacado, a los tres mo-garreños que cayeron en el frente de batalla, lo cual es digno yjusto. Pero hasta el día de hoy no ha hecho absolutamente nadapor los que cayeron en la retaguardia a causa de inconfesablesrencillas y venganzas. No trato de desenterrar muertos ni de airearfantasmas, tampoco de exigir responsabilidades y, mucho menos,de entablar discusiones sobre peculiaridades políticas o intereseslegítimos, sino de honrar, llana y sencillamente, de forma gene-rosa, la memoria de todos.

Mi amigo Gerardo Barrado, nieto de Tristrás, me confesó en-tonces su desolación con gran dolor y resolución: Me niego a ce-

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rrar las puertas a la esperanza de que el nombre de mi abuelo yde sus compañeros salga de la tumba anónima en la que el ol-vido los ha confinado, para ocupar entre nosotros el lugar dehonor y reconocimiento que se merecen por el cruel y despia-dado sacrificio de sus vidas. Por ello, ruego a los mogarreños, conhumildad y confianza, que hagan cuanto puedan y no demorenmás sacarnos a los familiares de estos muertos del terrible suplicioque para nosotros supone su olvido… Nosotros, sus familiares,vemos impotentes que se pasa nuestra vida sin que su nombresea ni siquiera recordado, sin que su memoria sea limpiada y sinque su sacrificio reciba el reconocimiento a que ellos se hicieronacreedores.

De haberse plasmado, con la inestimable colaboración deFlorencio Maíllo, el proyecto que me ha venido rondando la ca-beza estos años, Mogarraz no solo habría sido un pueblo adelan-tado a su tiempo, sino también un pueblo cuyo ejemplo podríanhaber seguido otros muchos pueblos, villas y ciudades de Españapara beneficio de todos. Aunque todavía no se haya podido lle-var a efecto un proyecto como el aquí esbozado, nunca seríatarde si la dicha fuese buena, es decir, si lo latente pudiera eclo-sionar en algún momento y la idea, tomar cuerpo y reverdecer.Por fortuna, los mogarreños actuales vivimos en buena vecindady concordia, al margen de que unos militen en distintos partidospolíticos y otros no quieran saber nada de la política. Pero es ne-cesario avivar la concordia y nutrirla de valores sólidos para quecrezca y se agrande en beneficio de todos. Muy pocos mogarre-ños actuales tienen un recuerdo vivo de la infausta guerra civil es-pañola, aunque seamos muchos los que no solo padecimos a lo

largo de los años sus terriblessecuelas directas, sino tambiénsu prolongación artificial ennuestros días en forma de inte-reses políticos repudiables. Eshora ya de abrirse a un nuevohorizonte a salvo de violencias,descalificaciones y enfren-tamientos. Por otro lado, costa-ría muy poco satisfacer laaspiración de Gerardo Ba-rrado y de otros que están ensu misma situación.

El lugar que ocupaba LaCruz de los caídos de Moga-rraz sigue estando ahí, gritandoque siempre ha sido y siguesiendo un lugar de encuentro yreconciliación, pues en tornosuyo se sientan despreocupa-damente los mogarreños quepasean, sea para tomarse undescanso, sea para disfrutarsosegadamente del paisaje.

El pasado solo debe ser re-cordado y revivido en lo quetiene de aleccionador y de es-tímulo. En el pasado se erigióun monumento en la plazapara conmemorar el triunfo dela consecución de la indepen-dencia jurisdiccional que con-

vertía el poblado de Mogarraz en villa. Hoy, cuando los signos delos tiempos nos llevan a postular unidades administrativas de ope-ratividad más amplia que los estrechos límites de nuestros minús-

culos municipios, recuperar un monumento a la independenciajurisdiccional carecería de valor aleccionador, pues la indepen-dencia, obsoleta frente a la urgencia de la integración y la unifi-cación, agrandaría la impotencia actual y ahogaría del todo atantos municipios despoblados. Lo mismo cabría decir de monu-mentos como los desaparecidos en Mogarraz de la Falange y losCaídos, rememorando a los vencedores de una guerra civil es-pañola que a estas alturas debería estar ya completamente asu-mida y superada. Pero un Monumento a la concordia, enraizadoen un hecho dramático, siempre tendrá vigencia, pues los sereshumanos tenemos necesidad de que se nos recuerde que el fu-turo de los pueblos y su calidad de vida dependen de que susmoradores depongan las armas sicológicas y convivan pacífica-mente a la hora de construir juntos sus vidas y sus pueblos.

Aunque con otros contenidos, Florencio Maíllo ha desarro-llado una idea parecida con su proyecto Retrata2-388, colgandoen las fachadas de las casas de Mogarraz más de seiscientos re-tratos. Ninguno de los mogarreños que fueron víctimas de nuestrafunesta guerra civil pudo vivir hasta 1967, momento de partida deesa exposición, ni ocupar, por tanto, un lugar glorioso en la fa-chada de su propia casa. El mérito de quienes lo ocupan no esotro que el de pertenecer a un pueblo que se honra de su pre-sencia y que a nadie le pregunta por sus creencias religiosas opolíticas.

Ahondemos en nuestro pasado para asumirlo plenamente.Honremos debidamente a todos nuestros muertos y no permita-mos que las dificultades presentes y, mucho menos, los viejos ren-cores, mengüen nuestras fuerzas a la hora de encauzar nuestrapropia vida y de engrandecer nuestro pueblo. Si no olvidamos dedónde venimos, sabremos a dónde vamos.

Felices fiestas patronales de 2014 a todos los mogarreños.

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Juana Herrera Maíllo, Loren Martín Criado,Natividad Barrado, en la Cruz de los Caídos.

El texto que acompaña a la Cruzde los Caídos en la actualidad.

Me lo contó mi madre.Sí, ella me dijo que ésta era nuestra historia, así que

no es que en este relato se me haya caído el bote de lalevadura.

Ya no me acuerdo cuando fue, ni en dónde, ni si-quiera si mediaba el día o la noche, o de si el sol mordíaal mundo o le acariciaba la nieve cuando me hablara.

Pero le pondré lluvia a estas palabras, pues el cantodel agua siempre hace buen eco en el recuerdo.

Y esto sucedió en Babeca, un lugar que he ido ha-ciendo en tardes lluviosas con todos los rincones de latierra en la que nací: la Sierra de Francia salmantina. Contodos, como digo, y con ninguno en especial.

Ahorraré palabras para contar el noviazgo de unapareja serrana, ya que estaba reglada por la tradicióncon un protocolo denso y sustancioso como la manteca.Así que a todos los amores les salían las hojas, las flores ylos frutos de similar manera que a los manzanos.

Iré a que apenas se casaron, se pusieron a cumplir losrecados de la naturaleza, así que enseguida llegó mihermano mayor. Y ese mismo día el padre primerizo lepuso a su oficio de clavador de puntas el traje colorébano de la inspiración, se encerró en su taller toda lanoche, y salió al alba con cuna de madera. 

No serían muy buenas las tablas, o tal vez no quisoque lo fueran, pues mi madre me contó que esta pri-mera la pintó de rojo. 

Después al jovenzuelo carpintero le entró la urgenciade una niña. Los años siguientes llegaron verdes, azules,violetas y amarillos, según la pátina de la cuna que re-pintaba en cada amanecer.

Sí, fueron años coloridos -me decía mi madre de su re-cuerdo, pero con voz de escarcha- pero todos varones.

Una noche de octubre hubo un accidente y el pintorde cunas murió. No conoció a mi hermana que naciópoco después, y nadie sabe de qué color hubiera pin-tado aquella cuna, aunque no es difícil de suponer.

Después hubieron de mecer las horas insomnes endías negros.

Años más tarde mi madre sacó de una lata metálicauna foto y me la dio. También un billete azul Zuloaga de500 pesetas del atijo de su pañuelo, y un adiós brumosode donde no quería sacarlo. 

Y yo me fui a la inmigración a cumplir los encargosde la existencia.

En el coche de línea que me llevaba a la ciudad, re-miraba la foto. Amanecía por los campos de encinas, yyo reñía al joven de la imagen que montaba una cabal-gadura de seis cabezas de serpiente y hecha con las ra-íces de un peral.

Seis cabezas, seis hermanos.Luego, sobre el banco de un parque de la ciudad,

mientras esperaba el tren que me llevaría a la vida queme esperaba, yo le decía al jinete sepia que tenía entre

mis manos: “Pero hombre, bájate de ahí, no ves que esotrae mala suerte...”. Y repetía entre el gorjeo de los pá-jaros que a lo peor por eso se murió.

A mi padre le decían “El Sordo”, pues era duro deoído, esto lo sabía, pero lo que yo todavía ponía enduda era la sordera total del tiempo para atender anuestras demandas de enmienda.

Y el lector avispado que hasta aquí ha llegado, pen-sará que a este relato le falta un color, si contamos elprevisible de la niña, para cumplir con su título.

Andando el tiempo llegaron un niño y una niña mása la familia.

Acaso la vida sea un teatro, un acto sacramental defatalidad, lucha y gracia, al que asistimos como espec-tadores esperando la llegada de los ángeles blancos,esos que a veces llegan como a remediar, como en ungesto de paz y de humilde desagravio. 

A mi madre, a mis siete hermanos.

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Ángel de Arriba SánchezUn cuento con ocho colores

De ayer y de hoy

Fotografía de 1957. Mi padre Ricardo de Arriba, carpintero y aratos ebanista, sobre la llamada "Serpiente" que acaba de ta-llar de las raíces de un peral. Es ésta una figura de seis cabe-zas de bichas que el diablo cabalga en el acto sacramental

de "La Loa" que cada año, por las Fiestas de la Virgen deAgosto, se representa en La Alberca, en la Sierra de Francia

salmantina.

Avda. Guardia Civil, s/n.

37624 LA ALBERCA (Salamanca)

Tel. 923 415 443 - Móvil 655 962 068

“Encontrarse con el pasado, con la tradición, es hoy moda perotambién una actitud existencial. Existencial porque habla de nosotros

mismos y, en nuestros antepasados inmediatos, de quiénes fuimos. Lasmanifestaciones materiales e inmateriales de la tradición, pese a mu-

chos esfuerzos dedicados, está en franco peligro o, más comúnmente,ha desaparecido ya.”1

La fisonomía de la casa tradicional de la Sierra de Francia hasufrido, en el último medio siglo, una gran metamorfosis, debidofundamentalmente a las transformaciones producidas comoconsecuencia de las nuevas pautas de vida derivadas de sus dis-tintos usos, y de la pérdida de identidad cultural heredada, queno ha sido protegida ni conservada por buena parte de las re-cientes generaciones.

Los factores que han conducido a esta situación son múltiplesy complejos, y todos ellos combinados, especialmente nocivospara el mantenimiento identitario de la vivienda vernácula de lacomarca. A la incorporación de materiales de construcción fo-ráneos (cemento, uralita, piedras artificiales, aluminio, etc.) hayque añadir una serie de aspectos formales, simuladores, que hanido falsificando los modelos originales. Prácticas constructivas quehan sido fortalecidas desde la implantación de unas normativasespecialmente restrictivas y rígidas, a la vez que inductoras, enfavor de la creación de un escenario artificial, a modo de “par-que temático”, de la tramonera.

Esta omnipresencia de tramoneras, aderezadas por infinidadde estilos “ridículos” en su elaboración, es resultado de la génesisforzada de un paisaje urbano teatralizado y falaz, desde la recre-ación de lo que jamás fue la casa tradicional de la Sierra de Fran-cia, y que ha desembocado en lo que actualmente percibimostras la inmensa generalidad de las intervenciones realizadas.

El entramado, como elemento constructivo, es una soluciónextraordinariamente eficaz desde el punto de vista estructural y

económico (pero sin intención decorativa en su fundamento),que permite cerrar grandes vanos con materiales disponibles enel propio entorno, como cuarterones de madera de castaño, pe-queñas piedras de granito y barro. Ahora bien, a las anteriores ca-racterísticas hay que añadir su fragilidad y caducidad. De ahí laimportancia de proteger los entramados con el fin de impedir larápida degradación causada, básicamente, por el impacto di-recto de los vendavales.

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Florencio Maíllo

El esgrafiado. Modelo ornamental en la arquitecturatradicional de la Comarca de la Sierra de Francia

1 Dacosta Martínez, A., (2010): Una mirada a la tradición. La arqui-tectura popular en Aliste, Tábara y Alba. Alcalá de Henares, Madrid.Colección El Jardín de la Voz: Biblioteca de Literatura Oral y Cultura Po-pular, Centro de Estudios Cervantinos, pg. 6.

De ayer y de hoy

Fachada decorada con un motivo de relleno y cenefa cir-cundante en esgrafiado, la más atractiva de cuantas subsis-

ten en la comarca, se encuentra en perfecto estado deconservación. Vivienda de Lucas Maíllo Hernández en la calle

Solano de Monforte de la Sierra.

Tres fachadas con motivos esgrafiados muy diferentes, traza-dos directamente, en la localidad de Casas del Conde.

Nuestros antepasados, con gran sabiduría, utilizaron diversoselementos para la protección de sus fachadas. Principalmentepodemos hablar de los entablados o tablazones, los recubrimien-tos con tejas y en ocasiones con baldosas, y, más habitualmente,los revocos. Estos últimos tienen una notable presencia por ser elprocedimiento más económico. Realizados sin gran cualificacióny por lo general con arcillas de diversos colores extraídas del pro-pio entorno, ocasionalmente aparecen ornamentados con es-grafiados de variada tipología.

Posiblemente, el revestimiento más pintoresco para la prote-cción de las caras mayormente expuestas al fuerte hostigo en lacasa tradicional serrana es el entablado, modalidad que consisteen el revestido de la pared estructural mediante tablas de cas-taño solapadas. Este tipo de paramento se ha venido realizandoa través de la colocación de las tablas en posición horizontal, co-menzando a clavarlas en la parte inferior de la pared a recubrir yseguidamente, por solapamiento, ascendiendo para finalizar enla confluencia con el tejado. En alguna ocasión puede obser-varse que la colocación de las tablas se efectúa en posición ver-tical, a modo de faldón, rematándose la parte inferior con algúntipo de elemento decorativo de carácter geométrico. En estasocasiones las tablas no se solapan sino que se yuxtaponen, ocul-tándose los empalmes con un remate a modo de tapajuntas.

Los modelos preservadores tradicionales, frágiles y de conti-nuo y obligado mantenimiento, debido a la inestabilidad de lastablas de madera expuestas sin ningún tipo de protección a laenvestida de los temporales invernales del suroeste, dieron pasoa lo largo del último siglo a otros materiales foráneos, como la ura-lita y las chapas metálicas, que han contribuido decisivamenteal cambio fisionómico de las fachadas de las viviendas.

El empleo generalizado de la chapa como elemento protec-tor de los hastíales se remonta a comienzos del siglo XX. Aunque

la incorporación de la chapa de hierro para cubrir pequeñas su-perficies, como cabezas de vigas o canes, se remonta muchotiempo atrás. Sin lugar a dudas, la primera gran revolución de lachapa como elemento de construcción se debe a la invenciónde la uralita, la cual celebra en la actualidad su centenario. El se-rrano la incorporó inmediatamente en la defensa de sus facha-das, inicialmente mediante pliegos de uralita planos y cuadrados.Este extremo puede observarse en una fotografía de CándidoAnsede realizada en los años veinte en la villa de Miranda delCastañar.

La introducción de las chapas respondía a una función me-ramente pragmática, amparada en su gran eficacia, bajo coste,fácil instalación y ningún mantenimiento. Indudablemente, en elorigen de su incorporación existe la necesidad de dar respuestaal embellecimiento de la fachada con cierto criterio estético, in-tención olvidada con posterioridad al masificarse y vulgarizarsesu colocación. Como atributo positivo de la chapa, en favor delas cubriciones, debemos constatar la gran utilidad que ésta hadesempeñado al ser un elemento de protección mudable, ab-solutamente neutro, en las últimas décadas.

El uso de la chapa a manera de elemento protector de lasfachadas es reversible, respeta el estado original de los elementosrecubiertos y detiene el deterioro de los mismos. Es en la actuali-dad, tras la generalizada retirada de los masivos recubrimientosde chapas, cuando se ha retomado el revoco a modo de reves-timiento mural más adecuado para proteger los entramados.

El revestimiento mural a base de revocos o revoques es un tra-tamiento constructivo que se aplica con la intención de ocultarlos muros de fábrica, bien con intención de protegerlos de agen-tes externos o para adecentarlos cuando han sido realizados conmateriales pobres. Ambas opciones están presentes en el aca-bado de nuestra tradicional casa serrana. No debemos olvidar

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Tres fachadas con motivos esgrafiados diversos con irregular estado de conservación, en Herguijuela de la Sierra.

Vivienda tradicional de la Sierra de Francia sin modificaciones constructivas en Madroñal, con restos de la decoración de su fa-chada Sur con esgrafiados, efectuados sobre una base de barro.

que esta construcción esextremadamente vulnera-ble ante la beligerante cli-matología, dado los ma-teriales de construcciónusados en la misma: ma-dera, pequeñas piedrasde granito y barro. Por otrolado, y a la vez, se da lanecesidad de ocultar esosmismos precarios materia-les, fundamentalmente enla fachada principal, queexplican una vez más laexigencia de su revocoobligado.

España y la comarcade la Sierra de Francia, porextensión, tienen una lar-ga tradición en la aplica-ción de revocos comoacabado exterior de lasconstrucciones. Villanue-va, al hablar de los revo-cos, nos señala lo siguien-te: “Cuando las paredes

de un edificio no se dejan con alguna tez exterior que se forme altiempo de construirlos, que es lo más firme y noble ya sea de can-tería, ya mampostería, ya albañilería de ladrillo tosco o granulado,se cubren las paredes de una corteza de mezcla de cal y arenao de yeso solo, cuya maniobra se llama comúnmente guarnición.Aunque ésta, por consistir en varias técnicasdelgadas, unas sobre otras, pegadas a lassuperficies de las paredes, no contribuye asu solidez, pero ayudan infinito a su conser-vación, preservando los materiales del tem-poral, que las disipa, come y destruye con eltiempo. Sirven asimismo estos guarnecidospara establecer las superficies y planos delas paredes perfectamente perpendicularesy anivelados, ocultando todos los defectosde la construcción”2.

Su elección como textura externa esmás frecuente que los revestimientos pétreoso de ladrillos, debido a su fácil aplicación ya los bajos costes de la ejecución, a lo queacompaña una razonable durabilidad y laversatilidad de los acabados. Estos acaba-dos varían desde los lisos o enlucidos, los ru-gosos o rascados, así como los rústicos ogranulosos con tirolesa, los jarrados con paleta, a finalmente, losesgrafiados o aplantillados, más elaborados. Precisamente, sobreestos últimos focalizamos nuestra mirada, dado que los esgrafia-dos fueron asimilados con gran naturalidad por los serranos en sutradición, ya que poseen una fuerte componenda “barroqui-zante”, muy presente en la mayor parte de los elementos deco-rativos que pertenecen a la cultura de la Sierra de Francia, talescomo bordados, encajes, trajes, etc.

Los objetivos que nos deben mover al restablecimiento deesta particular técnica en la finalización de la fachada responden

a múltiples intereses. En primer lugar, se trata de poner en valoruna diversidad constructiva de la fisonomía de las fachadas, detodas las localidades de la comarca, que en el último medio siglofue marginada. Así mismo, no es menor la necesidad de recupe-ración de un oficio olvidado, “perdido”, como es el de especia-lista en la realización de esgrafiados que, con toda seguridad, nosenriquecería culturalmente, recuperando así nuestro patrimoniomaterial. Sensibilizar a los vecinos de la comarca estableciendouna evidente convivencia entre éstos y los constructores, albañi-les, artesanos, artistas, gestores del patrimonio, medios de comu-nicación y visitantes, es primordial para reincorporar definiti-vamente este modelo ornamental postergado.

Esta estrenada tendencia, orientada a la recuperación delparticular modelo decorativo presente desde varios siglos atrásen nuestra construcción popular, marcó su punto de inflexión en2009 con la realización del primer esgrafiado contemporáneo enla vivienda de José Antonio López Díaz y Juana Puerto Luis, si-tuado en la Plaza la Fuente la Pila de Mogarraz. Este nuevo esgra-fiado reproduce, curiosamente, la misma geometría que lucíaaquel viejo esgrafiado ubicado en la fachada sur de la casa deestos mismos dueños, en la Plaza Mayor, antes de su demoliciónpara construir la actual. La magistral hechura del esgrafiado inte-gra la geometría precisa de los esgrafiados tradicionales con laasociación de iconografías populares serranas desde una reno-vada mirada artística excepcional, consiguiendo un conjunto de-corativo con un magnífico aporte patrimonial para la localidad.La factura del elemento geométrico corrió a cargo del recono-cido maestro de obras de la localidad de Sequeros, Agustín Gar-cía Iglesias ‘Tini’, y la de la representación figurativa, de la manode la hábil maestría del gran artista de Villanueva del Conde, Mar-cos Rodríguez Maíllo.

No debemos olvidar que el revoco con esgrafiado es una téc-nica de revestimiento de fachadas especialmente atractiva y re-solutiva, en la que confluyen, como ya he señalado, dos aspectosmuy importantes: protección y decoración. La protección, imper-meabilización, y aislamiento de las frágiles fábricas externas denuestra arquitectura serrana es esencial dada la virulenta clima-tología, especialmente durante las estaciones de otoño e in-vierno, en las que la intensa pluviometría se combina con losfuertes vientos, que azotan los hastiales orientados al suroeste. Estatécnica nos ofrece la posibilidad de ornamentar exteriormentelos edificios con decoraciones que mucho tienen que ver con laestética, invasiva, presente en las labores de los bordados y delpropio traje festivo tradicional tendente al horror vacui. Miedo al

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2 Villanueva, J. de, Arte de la Albañilería, Editora Nacional, Madrid,1984, p. 118.

Fachada de la puerta principaldel cercado perimetral del Mo-

nasterio de San José de Batuecas,decorado en los tres niveles condiversos motivos en esgrafiado.

Atractivo esgrafiado consistente en la reproducción de ladrillos como motivo de re-lleno de toda la fachada de la planta baja en Monforte de la Sierra.

vacío, resuelto con intervenciones gráficas que rellenan todos losespacios disponibles a modo de trampantojos, que a su vez sirvenpara ocultar los materiales usados en la construcción, por lo ge-neral pobres, como los entramados, las mamposterías y los murosde adobes.

El término esgrafiado proviene del italiano sgraffiare, el cualconsta de dos voces que se refieren a otras tantas acciones: lade extraer (ex) y dibujar (graphein). La definición de esgrafiadopodríamos concretarla como la: “Técnica decorativa utilizadapara el exterior de los edificios. El esgrafiado consiste en la super-posición de capas de revoque con distinto color, generalmenteblanco, ocre, rojizo o amarillento. En determinadas zonas, segúndibujo previo, se quita alguna de dichas capas, con lo que quedaal descubierto la inferior y se consigue una decoración polícroma,resistente y barata. En España se practicó desde la época me-dieval (Segovia3) y tuvo difusión progresiva hasta el siglo XVIII…”.4

La técnica del esgrafiado como ornamentación mural es,probablemente, tan antigua como la propia existencia de la ar-quitectura. Encontramos referencia documental de su utilizaciónen la Historia Natural de Plinio el Viejo5 y en los Diez Libros de Ar-quitectura de Vitrubio.6 La gran presencia del esgrafiado en la Pe-nínsula Ibérica está asociada, por un lado, a la expansión de la

cultura romana por todo el Mediterráneo, y por otro, al gran desa-rrollo que alcanzó con el arte islámico en Al-Ándalus, asimilado ypopularizado por la cultura cristiana y mudéjar.

En el caso que nos ocupa, el concepto de esgrafiado tienepresencia como elemento de carácter decorativo, no solamenteen las superficies murales externas de determinadas viviendas tra-dicionales de todas las localidades de la Sierra de Francia, sinoque también se puede observar, a día de hoy, en construccionescentenarias de nuestra comarca como son las iglesias, ermitas ymonasterios. Esta técnica que fue usada masivamente en la de-coración de sus fachadas, tal y como lo demuestran los docu-mentos gráficos existentes, ha ido desapareciendo progresi-vamente, ocupando su lugar los corrientes enfoscados prepara-dos a base de cemento.

Deseo plantear aquí la necesidad de recuperar este refinadotratamiento ornamental para nuestras fachadas, el esgrafiado,preservando y protegiendo aquellos que están al borde de su ex-tinción, para enriquecer de este modo nuestro patrimonio culturalheredado. A día de hoy poseemos una variada muestra de es-grafiados en toda la comarca, que nos han llegado hasta la ac-tualidad con desiguales estados de conservación. Sonesgrafiados concebidos con diferentes intenciones decorativas,

efectuados por distintos artesanos y representados con diversoscolores y materiales. Todo ello configura una rica y múltiple gene-alogía que se encuentra muy lejos de la lúgubre imagen que nostransmiten la mayoría de las construcciones más recientes, levan-tadas a base de rígidas tramoneras.

Me referiré, ahora, a dos esgrafiados de Mogarraz que afor-tunada y milagrosamente se han salvaguardado en sus fachadashasta la actualidad. Ambos pertenecen a sendas viviendas de la

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3 Ruiz Alonso, R. (2004). El esgrafiado en Segovia. Tesis Doctoral,Universidad Complutense de Madrid.

4 Gran Enciclopedia Larousse, Tomo IV, Ed. Planeta, Barcelona,1980, p. 378.

5 Toajas Roger, M. Ángeles (coordinadora). Glosario visual de téc-nicas artísticas. De la antigüedad a la Edad Moderna. UniversidadComplutense, Madrid, 2011, p. 171.

6 Vitrubio, M. Los diez libros de arquitectura, Ed. Ibérica, Barcelona,1986, p.164 y ss.

Detalles de la ubicación de la pequeña superficie residual, pero bien conservada, de uno de los esgrafiados más antiguos de quedisponemos en la comarca, San Esteban de la Sierra.

Tres detalles de restos de cenefas esgrafiadas de la decoración interior del Monasterio de Nuestra Señora de Gracia, San Martíndel Castañar, fundado en 1430. En el Centro una cenefa sobre el dintel de la ventana de una estancia, con encuadramiento por

tres de sus lados. Los otros dos corresponden a la decoración superior de la iglesia.

calle Fuente de Arriba, encontrándose en estados de conserva-ción muy diferentes. Frente a la columna de La Mora se haya unacasa deshabitada de Felipa Cascón Hernández y César SánchezSánchez, que mantiene su fábrica original inalterada. Aunquemuy deteriorada, alberga un esgrafiado muy interesante, conser-vado parcialmente. Se trata de un revoco a base de arcilla sobreel que se ha practicado un esgrafiado con dos tonos, que ocupatodo el paño de la primera planta.

El segundo de estos esgrafiados que quisiera mencionar seencuentra parcialmente oculto, bajo varias capas de encalado,en la fachada de la vivienda con pórtico cuatro puertas calle

arriba de la anterior. Este también está realizado sobre un revoquede arcilla y resuelto con dos colores. Su estado de conservaciónes mejor dado que la vivienda ha estado habitada hasta la ac-tualidad, lo que ha propiciado su preservación.

Al observar la fachada de esta vivienda me vienen a la me-moria imágenes de mi infancia en las que Teresa Cascón Criadoregaba las plantas del balcón o conversaba con alguna vecina.También recuerdo cuando, bajo el soportal, Juan José InestalCriado estaba atareado con sus faenas cotidianas mientras seescuchaba el susurro del caño del agua que vivazmente bajabapor la calle. Y no puedo por menos imaginar cómo Teresa y JuanJosé, en su infancia o sus antepasados, gozaron de estas vivien-das exuberantemente decoradas. Por cierto, no muy diferente ala que hoy, con su magnífico esgrafiado perfectamente conser-vado, disfruta, junto a todos nosotros, Lucas Maíllo Hernández ensu vivienda de la calle Solano en Monforte de la Sierra.

En la Sierra de Francia se conservan solamente unos cuantosesgrafiados del inmenso catálogo que debió existir, y ello, a pesarde que en las últimas décadas no ha habido voluntad institucio-nal ni posibilidades para su conservación, salvo en muy contadasocasiones surgidas de los propios dueños de las viviendas. Apro-vechemos este momento para incorporar, razonablemente, el es-grafiado como elemento dinamizador de la fisonomía de lasfachadas en su conjunto, usando modelos que poseemos en lacomarca y aquellos otros que con documentación gráfica po-damos recuperar, para asegurar una [RE-implantación] equili-brada de los mismos.

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Fachadas decoradas con unos motivos de relleno geométricos esgrafiados sobre sendas fachadas, en Villanueva del Conde.

Fotografía realizada por Bienvenido Vega el 20 de agosto de1968, en la procesión de San Sebastián a su paso por la callede las Eras, en Villanueva del Conde. Como fondo de la ima-

gen puede observarse la fachada de una vivienda con deco-ración esgrafiada mixta, en la planta superior con geometríasisométricas encintadas y en la inferior imitando un muro de si-llería. Se trata de un esgrafiado desaparecido, que gracias a

la fotografía podemos documentar.

Fotografía del fotógrafo Bienvenido Vega de los invitados a laboda de Matías Hidalgo Martín y Salvadora Hidalgo Pérez, re-alizado el 23 de diciembre de 1964 en la calle de las Eras, en

Villanueva del Conde.

HIJOS DEÁNGEL RAMÓN GONZÁLEZ C. B.FRUTAS Y ALIMENTACIÓN

C/. Hilario Goyenechea, 1237650 SEQUEROS (Salamanca)Tels. 923 43 70 27 - 646 98 03 10

646 98 03 11

El secular aislamiento de la Sierra de Francia ha confi-gurado las características esenciales de la idiosincrasia desus moradores. Una de ellas es, aún, la de valerse, en todoslos órdenes de la vida con profesiones artesanas, lo quesignifica ser autosuficientes en las extensas soledades delas escasamente pobladas serranías de la periférica Es-paña rural. Características estas, la de la autosuficienciasobre todo, que se han ido perdiendo paradójicamentecon la llegada de las tecnologías de la comunicación, esdecir, con la pulverización del espacio y del tiempo, conla llegada, primero, del asfalto, de correo postal, del telé-grafo, y del teléfono; recientemente con la llegada de laRed de redes, de correo electrónico y de la telefonía digi-tal sin hilos, lo que nos ha afectado a todos, pero de ma-nera decisiva a las jóvenes generaciones nacidas en losprósperos decenios de los años 80 y de los 90, fruto de pen-siones y de trabajos donde reinaba la justicia social de unestado protector social y equilibrado, que los mimaba yeducaba permisivamente. Muchos de estos jóvenes, lamayoría, aún no se han percatado de la gravedad de susituación.

En el último decenio, en Mogarraz, hemos tenido cuan-tos oficios han sido necesarios para tener una vida digna;entre ellos notables artesanos y artistas, amantes de laobra bien hecha: zapateros, oribes, carpinteros, electricis-tas, albañiles, cocineros, enólogos, vinateros, bordadoras;que aún subsisten. Y hasta hace muy pocos años ha ha-bido un panadero… Pero Agapito, que era reputadocomo el mejor zapatero artesano de España, según lasguías de artesanos zapateros, no encontró ningún apren-diz en su Mogarraz y hubo de enseñar a Miguel Ángel, deCandelario. Mogarraz ahora no tiene zapatero y Cande-lario posee uno excelente, al que no le falta el trabajo ycuya fama se extiende, pues los oficios artesanos se coti-zan.

Buscar los orígenes de la filigrana charra es tarea bal-día, pues si bien es cierto que vemos semejanzas en lasjoyas celtas, también las encontramos en la Dama deElche, que es íbera y si vemos similitudes en joyas minoicas-de Creta- y beduinas -de la ruta de la seda-, también lasencontramos en la maya y egipcia… Todo hace pensarque la simetría de las grecas y lacerías son constantes ele-

mentales en las culturas primitivas -como lo son en la in-fancia-. Lo que no estoy dispuesto a admitir es que el artecharro sea de «mal gusto», como asegura el Diccionariode la Real Academia Española, el DRAE.

Lo que sí es eterno es que la joya, como adorno ymuestra de poderío económico existe desde el comienzode las civilizaciones. Es decir, desde siempre. De donde sesigue que hemos avanzado y cambiado en todo lo quenos atañe a la comodidad; a la adaptación o aceptaciónde los vertiginosos avances de la ciencia y de las tecnolo-gías -que rige la ley del mínimo esfuerzo-. ¿Quién podríaimaginar un mando a distancia del televisor hace mediosiglo tan solo? ¿O un teléfono móvil?

En lo que no hemos cambiado absolutamente nadaes en las pasiones del alma; en lo que la Iglesia denominalos pecados capitales. Seguimos teniendo vanidad, celos,codicia, avaricia, envidia, lujuria, ira. En las flaquezas denuestra alma no hemos cambiado desde la creación delprimer hombre y de la primera mujer, ya fuese Lilit o Eva y,él Adán, que ya debieron tener deseos de aparentar y deadornar sus cuerpos, tratando de diferenciarse y de sermás que los demás de su especie. Y es que la posesión delas joyas, en mayor o menor medida, tiene que ver contodos los pecados capitales.

Durante siglos plateros y joyeros acudían a ferias y mer-cados para vender sus productos o adquirir metales no-bles. El mercado de Salamanca, que se celebra los juevesy el de Ciudad Rodrigo, los martes, se originaron en el sigloXIV por una pragmática de tiempos de los Reyes Católicosque también estableció uno en La Alberca, celebrado losdomingos y desaparecido en el siglo XIX. Los plateros y jo-yeros tenían reservado los soportales de poniente de laPlaza Mayor, mirando el Ayuntamiento, los de la izquierda.

La labor orfebre de la filigrana se ha convertido en laparte esencial de la orfebrería charra, y más concreta-mente el botón charro.

La filigrana charra ha llegado hasta nosotros gracias alos orfebres salmantinos del s. XVI y desde 1794 por la Es-cuela de Nobles y Bellas Artes de San Eloy. La existenciade un gremio poderoso y celebrado de plateros en Sa-lamanca queda patente por un privilegio de los Reyes Ca-tólicos, por el que quedan exentos, en 1489, de pagar las

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Pedro GarcíaLos Oribes de Mogarraz

Personas y Personajes

alcabalas o tributos que obligaba a todo joyero por labraroro y plata en sus tiendas. Esta exención se hace extensi-ble a toda la Sierra de Francia. Excelentes orfebres han tra-bajado hasta nuestros días en la Sierra de Francia. Laescasez de fuentes documentales sobre los primitivos pla-teros de Mogarraz se ve compensada con creces por laabundancia de joyas y ricos atuendos conservados en lasarcas candadas celosamente y que apenas se abren, sino es con motivo del reparto de alguna herencia. Unabuena cantidad de trajes de vistas y de joyas salieron delas arcas de Mogarraz en los años de la posguerra y ven-didos en La Alberca y otros pueblos serranos, como Béjary Candelario, para mitigar la escasez y el hambre de lostiempos. El existente en el museo de La Alberca es uno deellos y figura el nombre de su dueño en Mogarraz. Afortu-nadamente, aún quedan en Mogarraz muchas arcas y ar-cones sin abrir ni expoliar.

Los trajes de vistas de Mogarraz gozan de fama mere-cida por el arte de su bordado y las joyas únicas, fácil-mente reconocibles, que encontramos mencionados endiversos documentos. De Candelario, por ejemplo.

Durante todo el siglo XX y lo que llevamos del XXI pre-valecen en la Sierra de Francia tres escuelas dominantesde joyería, la de Sequeros, Tamames y Mogarraz.

Algunos trabajos son de obligada consulta. Indudable-mente lo son los de Antonio Cea Gutiérrez, La cruz en lajoyería tradicional salmantina: Sierra de Francia y Cande-lario y el de José María Pita, El botón de filigrana charra,hemos consultado para documentar el presente trabajo.

Si muchas son las alabanzas referidas a los plateros dela escuela de Salamanca y sobre todo a los de La Sierrade Francia, más nos sorprenden los dirigidos a la escuelalocal de los Rosellón, oriunda de Extremadura y enraizadaen Mogarraz, cuya merecida fama y renombre llena tresfecundos siglos, que abarcan desde el XIX al XXI, es decir,cinco generaciones, que comienzan con Rafael RosellónPalomo, padre de Lorenzo Rosellón Prieto, que es quienviene a establecerse y a formar una familia en Mogarraz-es decir, uno de tantos que adoptan por patria a Moga-rraz por amor, y del que somos epígonos ya un buen nú-mero-. Es el padre de Moisés Rosellón Cascón (a quienentrevista Antonio Cea en el 1975, a la edad de 80 años),quien solo tendrá una hija, María Teresa Rosellón, más co-nocida por el apelativo cariñoso de Teresina, que noejerce el oficio de oribe, pero que sí se lo traspasa a sus

hijos Manuel y Ángel, que hacen la quinta generación detan famosa estirpe, de los Rosellón, oribes de Mogarraz.

Manuel y Ángel guardan celosamente, como un te-soro, dos manuales de apuntes del noble arte de la joyería,heredados de sus antepasados Rafael y Lorenzo, cuyosnombres figuran estampados con orgullo en lugar desta-cado, para que no haya duda de quienes son los autoresde dichos apuntes, de su noble oficio, de su sabiduría,constancia y arte genuino, que hasta nuestros días llevasu sello indeleble. En ellos guardan los secretos y artes deloficio -como otrora lo hicieran los alquimistas en pos deloro alquímico-; recetas, patrones, pesos y medidas. Tesorosde incalculable valor afectivo y profesional. La obra bienhecha. En ellos hay dibujos esmerados de zarcillos, tumba-gas -que hoy ya no se usan, lamentablemente-, sonajeros,medallas, peces articulados y demás amuletos; anillos ysortijas, cruces y crucifijos, botones, pulseras, leones paralos cuellos de las capas, la medalla de oro y esmalte de laCruz Serrana, que solo he visto en Mogarraz. Un sinfín dejoyas del mayor interés, que Manuel y Ángel siguen aúnfabricando artesanalmente con la mayor fidelidad y es-merado arte e ingenio, propios de la responsabilidad quesoportan por ser los herederos y transmisores de tan alta,secular y docta escuela que representan. En dichos ma-nuales, también se describe la utilidad de los útiles de tra-bajo y se detallan minuciosamente pesos, medidas yproporciones, un sinfín de recetas de ‘platiar’; consejosmagistrales que deberán seguirse para conseguir la justaproporción en la aleación y el tiempo que ha de durar elproceso de fusión en el hornillo, en el mechero Bunsen oen el atanor alquímico, donde se fusionan o subliman loselementos.

En resumen: Manuel y Ángel Rosellón pertenecen auna estirpe de joyeros, que aquí llamamos oribes -con pro-piedad-, rancia estirpe, y abolengo, cuya fama es amplia-mente conocida y el nombre de los Rosellón de Mogarrazmencionado con admiración y respeto en todos los librosy publicaciones que hablen de esta noble profesión de jo-yeros artesanos. Manuel y Ángel son la cuarta generaciónde oribes de Mogarraz y la quinta de los Rosellón. Alber-gamos la esperanza de que no sea la última.

Sin duda alguna, desde algún lugar del Paraíso, Tere-sina vele por los suyos -al fin y al cabo, es lo que siemprehizo en vida-, y no permita que el buen nombre y la mere-cida fama de los Rosellón, asociada a Mogarraz, se extin-gan, cayendo en el olvido.

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Ángel Cascón trabajando en su oficio.

Este artículo es un extracto del presentado por el autor aCahiers du P.R.O.H.E.M.I.O. (Programme de Recherche sur “Oralité,Histoire, Écriture dans le monde Ibérique”, Univ. Orléans), nº 13,DVD, Actas de las VI Jornadas Internacionales de Estudio de El Re-bollar (X Coloquio P.R.O.H.E.M.I.O.), 13 de abril 2013/13-14 de julio2013, Presses Universitaires d’Orléans, 2014, pp. 401-409.

Entre Monforte de la Sierra y Mogarraz, villas serranas de la pro-vincia de Salamanca, distan en línea recta más o menos unos qui-nientos metros. Quinientos metros llenos de historia de dos pueblosque de por vida están condenados a mirarse a la cara. El destinolo quiso así. Jamás dejaron de contemplarse, no pueden esqui-varse. Se aman, se odian y asisten expectantes desde siglos a loque el devenir de los tiempos les va deparando. A tiro de piedray guiñando un ojo -como el que suscribe solía hacer de pequeño,uno puede sentirse como un afable gigante y acariciar los dospueblos delicadamente con la yema de los dedos. La visión entreambos, es majestuosa, indescriptible diría yo. De esta manera yoteando desde sus luteros1, la vista se recrea admirando maravi-llas y caprichos naturales mientras se escucha el rumor de un ríoemboscado que delimita territorios.

En mitad de los dos términos municipales hay dos puentes, unoviejo y otro nuevo. Una carretera y un vetusto camino que transitoa menudo para rememorar lazos de sangre. Hoy, todo pareceperdido. Si las piedras hablaran… reminiscencias y cenizas de unaidentidad singular a la que el tiempo ha maltratado rindiéndoseal olvido. Poco queda ya de ese mundo que daría vida a univer-sos más particulares, esos mundos que alimentaron la vida espiri-tual y cultural de cuantos vivieron en otra época, entre ellos misantepasados, progenie generacional donde no puedo omitir ami tatarabuelo, Fernando Lucas, apodado Nando la Quina, ve-cino documentado en el libro local Un mogarreño dapié, comoun personaje muy querido y respetado antaño en Mogarraz2.Hombre de palabra y mano tendida, dedicado a concertar y re-matar tratos con alboroque final. Una especie de fiel de fechos3

consensuado por el vulgo cuya reputación como mediador seapreciaba intachable en un tiempo donde los tratos verbaleseran sagrados.

Tampoco a su hijo, mi bisabuelo Adrián Lucas Maíllo, nacidoahí en 1874 y cuya alma demandó paradójicamente La Virgende las Nieves la víspera de su fiesta en 1958. Hombre sabio, traba-jador y cabal en cuya mocedad alumbró ya muestras de perse-

verancia. No pasó un solo día, calentara, lloviera o nevara queno peregrinara de Mogarraz a Monforte a visitar a su novia JuanaMartín Hernández, a la sazón luego mi bisabuela, Morterera 4 conla que casó en dos años y de la que nacerían siete criaturas, seisde ellas mujeres. Hacendado agricultor versado en temas viníco-las, quien al cambiar de estado, casa y de pueblo, debió de tras-ladar a Monforte sus enseres más preciados, entre los que seencontraba una cuba de colosales dimensiones que transportóhasta su nueva morada por el angosto camino entre las pobla-ciones rebautizado hoy como El Camino del Agua. Adrián, fue enpalabras de mi padre, llamado por su deseo también Adrián, másque un simple abuelo5. La admiración desprendida ha dado ori-gen a una generación que incluso lleva su nombre y que honrasu talento y su memoria de múltiples maneras personales6.

En aquella antigua Sierra de Francia, y circunstancialmenteen Arroyomuerto7, llegó al mundo Sagrario Sánchez en 1922. Suspadres, Juan Andrés y Ramona, eran naturales y vecinos de

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Gabriel Calvo

La señora Sagrario Sánchez. Recuerdos personalesde una informante

Personas y Personajes

1 Lugar preferente de donde se otea y se divisa.2 Eufemio PUERTO CASCÓN. Un Mogarreño dapié. Mar-

tecsa Ediciones. Gijón, 2004, p. 233. Con prólogo y materialcompilado por Ramón HERNÁNDEZ MARTÍN. Eufemio le describecomo un secretario popular: “Era un hombre de mediana esta-tura, grueso. Debió de ser un hombre inteligente. Estaba espe-cializado en la redacción de contratos. Debió de escribir lamayor parte de los documentos de los mogarreños antes de1916. Casi todos los de este siglo, anteriores a esas fechas, sonde su puño y letra. En todos los contratos, o en casi todos, habíaalboroque o corrobla, que, por lo general, corría a cargo delcomparador. El alboroque es una merienda que se celebra ala firma del contrato y en la que participan, por lo menos, laspartes, el redactor del contrato y los testigos”.

3 Persona que daba fe de los hechos.

4 Pseudogentilicio de los vecinos de Monforte de la Sierra.El gentilicio es Monforteño. Véase mi trabajo: Gabriel CALVO.Anotaciones a un romance geográfico tradicional salmantino.Artículo publicado en: INTERFERENCIAS LINGÜÍSTICAS Y CULTU-RALES EN EL REBOLLAR Y OTRAS PARTES. II volumen de las actasde las II Jornadas Internacionales de Estudio de El Rebollar (VIColoquio P.R.O.H.E.M.I.O.), 22-25 de julio de 2005. Presses Uni-versitaires d’Orléans, 2005, pp. 715-732.

5 Me refiero a Adrián Calvo Lucas (mi padre). Nacido enMonforte de la Sierra el 1 de Junio de 1926. Hijo de María FelipaLucas, una de las seis hijas concebidas. Casada con José CalvoHernández de quien mi padre toma ya el primer apellido. Mipadre fue bautizado el día 14 de junio, siendo padrinos losabuelos maternos Adrián Lucas Maíllo y su mujer Juana Martín.

6 En 1902 ejerció de Corretajero. Este artículo le recuerda.Gabriel CALVO. “Anotaciones históricas sobre la profesión deCorretajero Alcabalero a comienzos de siglo (XX) en Monfortede la Sierra (Salamanca). ACTAS DE LAS SEGUNDAS Y TERCERASJORNADAS SOBRE MADRID TRADICIONAL, 1985-1986. Ayun-tamiento de San Sebastián de los Reyes. (Centro de estudiostradicionales. Comunidad de Madrid), pp. 173-176.

7 Llamado así hasta los años 80 del siglo XX. Hoy San Migueldel Robledo.

Sagrario Sánchez y el autor el 19 de junio de 2010.

Mogarraz, pero regentaban temporalmente una carnicería en elcitado lugar. Sagrario, vivió su niñez y juventud ya en Mogarraz,en concreto en el barrio de El Castillo, donde a buen seguro, dis-frutó grandes noches al serano; reuniones vecinales al aire libre enverano o al calor de la lumbre en invierno, donde las voces demayores y sabios sonaban ávidas de ser escuchadas, cantandoy narrando cuentos, retahílas y hechos fabulosos de otros tiemposque a buen seguro fueron empapando la cabeza adolescentede una mente vivaz.

Luego llegaron los años mozos donde eligió al que sería su ma-rido, Florián Sánchez con quien casó en 1944. Posteriormente ven-drían la descendencia, las responsabilidades laborales y familiares,en fin, las cosas capitales de la vida. Vivencias y años convulsosen penalidades físicas y mentales cuyo ánimo se levantó a me-dida que las ciudades y pueblos encontraban el camino hacia lareconciliación y la modernidad, una innovación que vendría aveces sin orden y cuya balanza se inclinó más para un lado quepara otro. Ella y su marido, fueron de los escasos matrimonios queno emigraron y no levantaron raíces, ni casa ni hacienda paraemprender otra vida lejos como por aquel entonces era habitual.El cuidado de los viejos, la familia, los hijos y el trabajo expectanteque afloraba en el entorno, pusieron freno a la odisea migratoriaa la que tantos otros no se pudieron resistir por necesidad vital.

Para una mujer de sensibilidad exquisita en cuestiones orales,la memoria sufrió escasas influencias ajenas. Lo que existió, siguióestando ahí, y lo que el pueblo quiso olvidar pudo ser conservadopor la fortaleza de una memoria colectiva que luchó desespera-damente para vencer al olvido. Convivencias estructurales quehacen fuertes a las costumbres, particularmente en entornos conidentidad. La magia de la tradición es así de caprichosa, está li-gada de por vida a muy diversos factores: la retentiva, la transmi-sión espontánea y también al silencio, ese sigilo subjetivo quehace que conocimientos exclusivos se despeñen hacia el abismosin tener opción de conocerse y ser rescatados. El repertorio tra-dicional debe mucho a los folcloristas vocacionales que pusieronempeño en rescatar de la privacidad el fondo cancioneril. Un ca-tálogo musical asociado habitualmente a costumbres estableci-das, ya fueran religiosas, profanas, de solaz o relativas alcalendario laboral.

Sagrario, como numerosas coetáneas, se crió y coexistió enun entorno rico en ritos orales, vivencias seculares abrazadasdesde la niñez y cimentada en la oralidad directa donde lo ca-nónico marcaba los caminos fundamentales. Mogarraz fue focosecular de parada y fonda para numerosos folcloristas e interesa-dos en los tesoros de la cultura tradicional y recopiladores como:Dámaso Ledesma, Luis Córtez Vázquez, Yakihisa Mihara, AníbalSánchez Fraile, Antonio Cea, Ángel Carril, Pilar Magadán, perso-najes que no recalaron allí solamente para extraer arqueologíasmusicales y literales, sino, que, de forma más expresiva, compar-tieron analogías y empatías particulares8. No puedo por menosde incluirme en esta lista de interesados y admiradores de lo ema-nado en Mogarraz, cuya cercanía por lazos de amistad y familia-

res, fueron decisivos para mi posterior advenimiento a su mundotradicional.

Allí aparte de la Sra. Sagrario, pude disfrutar y compartir nu-merosas horas de grabación con otra paisana célebre, la originaly expresiva Adela Núñez Maíllo, mi primera informante. Mujer sinpar, cuya memoria proporcionó la donación oral de un patrimo-nio etnográfico de incalculable valor. La Tía Adela, como era co-nocida, merece un sustancial capítulo aparte que honre sumemoria y redescubra el ingente legado transmitido. Ella, cantóen numerosas ocasiones para este servidor y tuvimos una empatíaespecial. La recogí con 81 años, el 3 de Abril de 1984. La graba-ción se efectuó en una cinta de 46´ SOUND-ON SOUND. Realicéotra grabación el 4 de Abril de 1984. La documentación sónicaestá recogida en una casete SONY CHF de 60 minutos. Volví a gra-barla el 12 de Mayo de 1986. El legado se recopiló en una cintaTDK D60. Volví a verla el 7 de Julio de 1986. La crónica se halla enuna cinta TUDOR 90. Tenía entonces 83 años. Todas estas sesionesfueron efectuadas con un radiocasete Philips.

También es menester recordar a Lorenzo Sánchez Titón, histó-rico tamborilero de sabiduría sin igual y poseedor como pocos delritmo más genuino de la Sierra de Francia, personaje al que grabéen varias sesiones y a quien definiría en un artículo publicado porLa Gaceta de Salamanca en 2007, como: La llave de la tradición9.Titón, tocó para mí el 14 de Septiembre de 1988. La grabación fuerealizada en la bodega de mi padre en Monforte. La sesión estáalbergada en una cinta casete MAXEL UDII 60. Volví a grabar surepertorio más selecto en una sesión realizada con un equipo pro-fesional el 9 de Octubre de 1999. Lorenzo llegó al mundo en 1925y perteneció a esa estirpe de serranos inmortales asociados a lagaita y el tamboril. Falleció el 23 de Junio, preludio de la nochemágica de San Juan en 2007. Todas estas personas fueron impor-tantísimas para mí, no sólo por haberlas conocido, acaecimientoya fabuloso. A estos vecinos inmortales debo sumar otros tantos,quienes por no aparecer citados no fueron menos substanciales10.

Al hilo de lo comentado, debo confesar mi gratitud y eternaadmiración por todos los informantes que he conocido en mi vida,si bien es cierto que no puedo ocultar mi admiración por Sagrario.No en vano y devanando la madeja de mi existencia tengo mu-chas razones para aseverarlo. Frecuenté su casa, soy amigo desus hijos, percibí su apego, su cariño hacia mí, comí de su pucheroy tuve el honor de llevarla a hombros el día que la tierra demandósu cuerpo. Un dato importante es el hecho de que fue una de lasprimeras informantes que yo recopilé oralmente en mi vida. Re-pertorio que desde ese instante, plantó una semilla en mi gustoparticular que iría fecundando a más. Era el 4 de abril de 1984, yotenía 20 años11. En aquellos días, mi cabeza se ladeaba con lascanciones de la época y comenzaba hacer un hueco a la mú-sica tradicional; música que embriagaba mi mente adolescente

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8 Véase por ejemplo: Dámaso LEDESMA. Cancionero Sal-mantino. Imprenta provincial. Salamanca, 1907. Aníbal SÁN-CHEZ FRAILE. Nuevo cancionero salmantino, Salamanca, 1943.Luis CÓRTEZ VÁZQUEZ. Cuentos Populares salmantinos. Tomo 1Librería Cervantes. Salamanca, 1979. Pilar MAGADÁN CHAO.Notas sobre la canción popular salmantina. Salamanca, 1982.Antonio CEA GUTIÉRREZ. Guía de artesanía de Salamanca. Mi-nisterio de Industria y Energia. 1995. Ángel CARRIL RAMOS. An-tología de la música tradicional salmantina. Saga, 1986. Libretoadjunto. Gabriel CALVO. Canciones populares de Salamanca,Vaivén 2000.

9 Gabriel CALVO. Artículo. “Titón: La llave de la tradición”.La Gaceta de Salamanca. Suplemento dominical, p. 12. Sa-lamanca, 5 de Agosto de 2007.

10 Me refiero por ejemplo a Santiago Pacho, natural de Ci-perez y vecino de Mogarraz. Recopilación efectuada de formaoral el 26 de febrero de 1990. Cantó la versión más completaque se conoce del tema La Montaraza de Grandes. Esta versiónpuede escucharse y conocerse en el disco-libro: GabrielCALVO: Canciones populares de Salamanca, Vaivén, 2000. Deigual modo: Gabriel CALVO. Cd. Salamanca para Cantar y Bai-lar. Vaivén, 2005. Otra de mis informantes fue la señora SerafinaMaíllo, nacida en 1918 y fallecida en 2013.

11 La documentación sónica está recogida en una caseteSONY CHF de 60 minutos. Parte de la cara A contiene su reper-torio. El resto de la casete contiene la voz de Adela Núñez.

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con los cantautores, intérpretes y grupos folk más representativos.Voces que me deslumbraban divulgando reliquias populares queapasionadamente disfrutaba en el rústico tocadiscos de Monfortede la Sierra.

Recopilar a Adela Núñez Maíllo y a la Sra. Sagrario fue acer-carme a ellos, abrir la ventana, un encuentro premeditado queel destino me reservaba con un género que me conquistabadesde pequeño cuando escuchaba embelesado cantar a miabuela Luisa, me refiero al romancero. Los romances comenza-ban a sonar en todo mi mundo: en las palabras de la abuela, enlas canciones que entonaba mis padres mientras trabajaban o enlos numerosos vinilos y casetes de los folcloristas más sobresalientese inmortales ya por aquel entonces12. Una biografía musical quedevoré ilusionado y que abonaba mi mente célibe con textos ymelodías que fueron vendidas por calles y plazas en una sociedadque ahora se derretía como un hacha de cera cerca de mí. Unasociedad de la que todavía pude conocer oralmente una es-quina de su estructura antes de desmoronarse y de la que sigoconservando su esencia y la sustancia que desprenden las cosasque tanto cautivan.

Eran años de profundos cambios culturales que con el pasodel tiempo han evidenciado el olvido de cosas más importantes.Mi encuentro real con la tradición directa fue como descubrir unmanantial de voces ignoradas. Un tesoro cuya llave era curiosa-mente la predisposición de las personas. Creo que fui muy afortu-nado. Cada vez que escuchaba un canto tradicional, las musasme visitaban sintiendo algo indescriptible de explicar. Eran regalospara los sentidos, una mezcla de emoción y de gozo sonoro queexaltaba mis gustos más ancestrales. Los romances me conmo-vían con sus historias extraordinarias. Los argumentos y sus armo-nías se colaban en mi mente imaginándome a los personajes desus textos, sus vivencias, ansias, disfrutes, sufrimientos y toda su vidamisma. Descubrí, emocionalmente, que se trataba de un géneroúnico, que no sólo me seducía literalmente, si no, que tambiénposeía esa capacidad sentimental para que uno pudiera sumer-girse y viajar al pasado con sólo escucharlos. Era como vivir en si-glos distintos y entrar en el presente activando los sentidos. Sindarme cuenta, advertí, que todo eso estaba ahí, a mi lado, sóloera cuestión de subir el telón y adentrarme en historias de vidasajenas, deseosas de transferir culturalmente lo heredado. Eltiempo me reveló en buena medida, que parte de aquel catá-logo sonoro se encontraba ya fosilizado, que todo era pasto dela llama del olvido. Constaté en las numerosas recopilaciones lle-vadas a cabo, que el romancero había sido relegado de la re-tentiva. Los palacios, rebosantes en otros tiempos de sapiencia,se hallaban deshabitados. Las palabras estaban extraviadas y lasmelodías volaban con el viento y no lograban retenerse. Aunqueadmitiré, que buena parte de los ejemplos más añejos los hallé enMogarraz13.

No dejaba de interesarme por el origen de dichas antigüeda-des y por quienes las concibieron. Esto, despertó en mí una refle-xión esencial, haciéndome ver que había luz más allá del simple

hecho de recopilar una canción tradicional, llegando a la con-clusión de que todo estaba fundamentado, todo tenía su expli-cación en un mundo desconocido para mí y olvidado por losdemás. No todo era viejo, pero no todo era nuevo, descubriendoque la tradición tenía un serio problema: los contemporáneos convocación de inmortales suelen ignorar que antes que nosotrosexistieron otras personas que concibieron repertorios, usos y cos-tumbres al gusto de sus semejantes.

Llegué a descubrir como la modernidad que inundó de golpeel mundo rural había hecho mella en lo que sentían mis informan-tes. Muchos se avergonzaban de poseer una sabiduría que no lesservía de nada y a la que no otorgaban importancia. Las frasesmás recurrentes eran: “esto no interesa a nadie”, “son cosas deviejos”, “esto no se lleva”, serían algunos de los argumentos paradisuadirme de lo que buscaba cuando deseaba adentrarme ensu memoria personal. Fueron años de preguntas a veces sin res-puestas, periodos de conocer profundamente a oradores anóni-mos cuyo verdadero valor se acrecentaba al percibir suscualidades humanas. Con los años, aprendí fabulosas respuestassobre lo recolectado, dándome cuenta que lo que para mí erauna afición desmedida, para estudiosos y etnógrafos constituía eleje central de sus vidas y el argumento de sus trabajos.

Es el destino... Salamanca, La Sierra de Francia, Monforte, Mo-garraz, las canciones populares, las personas… Todos han contri-buido y han atizado al sentimiento que se convirtió en profesión.Esa tarde imperecedera y la fisonomía de Sagrario estarán eter-namente esculpidas en mi mente. Para este serrano, Sagrario serásiempre sinónimo de Mogarraz. La llevo bordada en mi corazóncomo la patena que colgaba entre las joyas que lucía habitual-mente. La recuerdo delgada, de mediana estatura, talle que laedad iría menguando hasta dejarla pequeñita como las cosasadorables que uno conserva celosamente.

Lucía pendientes de oro viejo con filigrana de orfebre. Do-naire, garbo y salero de serrana lígrima. Voz aguda al entonar,propia de esa generación cuyos cantos suenan hoy tan ajenos ydistantes en el tiempo. Alegre como la llama chispeante de unalámpara, hospitalaria, bondadosa y sobre todo cariñosa. Re-cuerdo cabalmente sus palabras, sus frases, la finura de su caraal besarme, la fragilidad de la edad y el temblor de su memoria.Sus guisos antiguos, sus mantones, los enseres de su cocina, susrecuerdos más preciados y finalmente, su pálida carita amorta-jada.

Sagrario, devota de la Virgen de las Nieves, de Santa Águeday de las Ánimas benditas del Purgatorio, perteneció a esa estirpede mujeres inmortales del mundo rural a la que sólo venció laparca al dictar sentencia, en su caso, por agotamiento físico y enel umbral de la centuria. Don de gentes y una vida intensa en laque dejó huella y en la que llegó a tener estatus de bisabuela. Deallí partió hacia ese viaje desconocido y misterioso el 19 de Marzode 2013 día de San José, dejando su casa, esa pequeña porciónde espacio que tan feliz la hizo siempre. En los últimos años de suvida y como fue costumbre en las féminas de la Sierra, un pañueloacariciaba su pequeña cabeza, pañuelo que se conjugaba conla ropa que lucía. Su piel banca, sin arrugas aparentes para unapersona de su edad, recordaba la cal que preserva la viviendade la intemperie; esa caliza que da vida al habitáculo soleadodonde residió y donde ella reinaba con luz propia para cuantosla visitaban.

El cariño hacia Sagrario, mis informantes y las reflexiones neó-fitas del comienzo fueron creciendo con los años. ¡Qué encantotiene lo anónimo en toda su extensión!, lo anónimo, bien enten-dido y lejos de la vulgarización que determinadas masas sociales

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12 Mis cantantes tradicionales preferidos eran, Agapito Ma-razuela y Joaquín Díaz, cuyo álbum LP Cancionero de Roman-ces, cambió mi modo de entender el folclore tradicional. Otrosintérpretes y grupos preferidos fueron: Paco Ibáñez, Nuevo Mes-ter de Juglaría, La Bullonera, María del Mar Bonet, Los Saban-deños o Pete Seeger…

13 Entre ellos: El Conde Flores, Gerineldo, La Serrana de laVera. La infanticida, Romance de Catalina, Delgadina, La ba-raja de los naipes, la Bastarda, La doncella guerrera. El día delos torneos, la esposa fiel…

han adquirido como estandarte. ¡Qué bellas son las tradicionescuando uno conoce su significado íntimo e intrínseco! Qué bellasson las personas cuando uno descubre su tesoro interior y percibesensaciones cargadas de riquezas desconocidas.

Es la intrahistoria. Detrás de cada historia siempre habita otraque no siempre abre sus puertas preservando sus caudales. Elmundo de la tradición, sus imágenes y sonidos van más allá demanifestarse como tal. Convertirse en su espejo y ser compañeroal otro lado del camino es esencial. En ocasiones, he efectuadorecogidas de campo con otras personas a las que simplementeles interesaba el dato y el grano, demandando información rá-pida y superficial en detrimento de la propia expresión sensitivadel informante. Una regla fundamental para el recopilador, eraexaminar con cuidado, que detrás de cada informador habitabauna dimensión artística única. Las cualidades y las facultades vanunidas a una originalidad que no siempre se expresa y en la quehay que indagar e inquirir cuidadosamente. Las recopilacionesdependen de demasiados factores que a veces uno no puedegestionar: conocimientos personales, entorno, momento, creen-cias, prejuicios o motivaciones que incluso se anteponen a la pro-pia memoria del transmisor.

Al que suscribe, nunca le gustó la idea de asaltar a la gentegrabador en mano para conseguir piezas de museo. El respetopor el rito comenzaba precisamente aquí. Fueron numerosas lasemociones para un joven de mi edad. Esas sensaciones han rea-firmado que jamás entendí el folklore como un simple residuo delpasado14. Lo que duerme suele despertar. Vamos creciendo conla vida. Fuimos nosotros quienes no supimos caminar al paso delo heredado. Faltó compromiso con lo propio y nos pudo la faltade autoestima. Todo esto lo confirma el hecho de que aquellosque se marchaban, renegaban de un mundo al que considera-ban incluso responsable de sus penurias y falta de oportunidades.

Los años de éxodo migratorio fueron terribles para nuestras tradi-ciones. Parte de lo rural era negativo y había que exterminarlo dela memoria. Los sentidos posesivos y afectivos se rompieron y elpuente que unía pasado y presente se vino abajo con el peso delolvido. Me he preguntado en numerosas ocasiones, ¿qué pudoprender en mí, que me acercara a un universo tan ajeno para al-gunos congéneres y tan apasionante para mí? Llego siempre a laconclusión que fue un sentimiento.

En mi opinión personal, el folclore ha pervivido en buena me-dida, porque existieron sentimientos. No un sentimiento cual-quiera. La cadena de la tradición oral está cargada de estadosafectivos. La necesidad de sentir y transmitir es innegable y de sen-tido común. Las canciones, por ejemplo, son mundos particulares,elixires cocinados con ingredientes bien aplicados por seres cua-lificados de sensibilidad exquisita. Universos emocionales con vidapropia a los que diferentes voces atizan su llama a medida quehan ido cambiando de bocas.

En resumen, las canciones tradicionales no son fantasmas quetransitan por la historia, son fruto de una labor creativa genial-mente asimilada luego por quienes a la vez las fueron divulgando.Es difícil explicar sensaciones tan personales hacia lo que otros cre-aron anónimamente con belleza y sensibilidad. En la transmisiónoral, el gusto por el sentimiento que el informante desprende altransferir no siempre es captado por el recolector, hay que cono-cer y tener ciertos sentidos necesarios para indagar en sus vidas,sus creencias, sus gustos, afinidades. El carácter emocional detransferir artísticamente es muy complejo. La tradición, se rige tam-bién por ese halo misterioso que uno debe conocer, pautasdonde se hallan los colores y sonidos que en folclore tanto se ide-alizan sin haberlo vivido.

Deliberes íntimos que me hacen seguir meditando en silencioy con voz propia. Al fin y al cabo yo nací en un pueblo, un lugaren pleno corazón de la Sierra de Francia salmantina donde fui tes-tigo presencial del eslabón perdido. Etnografía en estado puro. Elentorno, la familia, los personajes, los trabajos, los olores, la visua-lización, las sonoridades de antaño, las piedras, la madera, la cul-tura de la conservación… El folclore no es solo danzar y cantar,hay algo más que algunos no entienden ni pueden comprender.Distanciamiento de vivencias, es evidente, lo suelo comprobarcon compañeros y coetáneos.

Esta pequeña reflexión sobre mi afición y afán compilador dejoyas literales con melodías añadidas, ha sido la mejor manera deevocar las canciones recogidas aquella lejana jornada, donde laSeñora Sagrario cantó para mí. Fui un espectador único, cuyo re-pertorio se proyectó en exclusiva para este humilde servidor. Elprograma en aquel precioso teatro sin platea, contenía estilos sin-gulares y breves obras de autores desconocidos. La primera deellas, el romance de La vuelta del esposo. Un texto con bella ba-lada y final feliz que presagiaba las emociones por venir en mi pre-ciosa vida dedicada al relativo y particular mundo de laetnografía y el canto popular.

Fandangos serranos muy singulares como La Borrega, mi pre-ferido, o jotas como La Basilisa. Rondas, Alboradas profanas y re-ligiosas cargadas de solemnidad como las conservadas de SanBlas o San Sebastián, santos honrados antaño con festividades depostín en la villa. Volvía a grabarla de nuevo en 1985 donde inter-pretó el romance de Simón Vela. En fin, de lo bueno lo mejor. Te-soros sonoros de incalculable valía. Sería el destino, quizás el azar.Me confieso deudor de su amistad, de su hospitalidad, de su ge-nerosidad, de sus palabras, de su temple… Han pasado treintaaños. Treinta años no son nada para un recuerdo inmortal. Se queme quiso mucho. ¡Me quiso tanto!...

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14 Comparto la opinión del antropólogo y amigo Luis DíazViana. Dictamen expresado en su obra de referencia: Rito y Tra-dición oral en Castilla y León. Ámbito ediciones. Valladolid,1984. “El interés por el propio folklore puede responder a muydiversas motivaciones. A veces surge una añoranza del pasado,por la idea, tan extendida en nuestro país, de que el folklore, esúnicamente, aquello que nos llega de un remoto ayer y per-dura casi milagrosamente en el presente. Desde esa perspec-tiva decimonónica, el folklore es algo que hay que “salvar”, unareliquia al margen de la vida ordinaria que los campesinos, ensu “atraso” y pura ignorancia, han conservado inconsciente-mente. La tendencia que identifica folklore y pasado trae con-sigo, además, la romántica idealización de ambos y un tácitoescapismo de la sociedad actual”.

Sagrario Sánchez y el autor el 19 de junio de 2010.

Julián Sánchez EstebanRosa Esteban Ayuso

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Este verano he sido acosado por las moscas. O porla mosca, porque desconozco si siempre era lamisma.Me parece que mi duda estaba justificada, por-que ignoro si hay muchas personas que sean ca-paces de distinguir una mosca de otra. La moscatiene, entre otras características, la tozudez. Si tedescubre, no te abandona. Hay un momento enel que parece que me haya abandonado, perovuelve cuando menos lo esperas. ¿Dónde estabamientras me dejaba en paz? He intentado averi-guarlo. Es verdad que la mosca no parece quetenga manías, puede refugiarse en un rincón de lapared, detrás de una silla, sobre una hoja del pa-rral, en el punto más alto de una puerta.Ha desaparecido y vuelvo a leer el libro que meocupa, y de golpe me la encuentro encima de lamano. O encima de la palabra que acabo de leer.¿Es que me quiere decir algo? Muevo la mano re-petidas veces para que se aleje, ¿pero quién sabesi me quería avisar para que releyera aquella pa-labra? De repente desaparece, y confío en quehaya ido a parar al otro lado de la terraza. O hayasalido volando hacia otros espacios. Pero no. Degolpe se me posa en la mejilla e, irritado, me doya mí mismo una bofetada.La mosca no sabe leer. ¿Qué hace deteniéndosesobre la G, y luego deteniéndose sobre la M? Lasmoscas, hasta donde yo sé, son analfabetas, y lessaldría más a cuenta, y sería más lógico, que noentraran en la terraza protegida por mosquiteras ydonde yo leo, sino que buscaran en la terraza al-gunos restos de mi desayuno. ¿Pero qué comen lasmoscas? Mi ignorancia sobre los gustos de las mos-cas es absoluta, pero nunca habría dicho que mifrente y mi cabello fueran unas tentadoras pistasde aterrizaje.En fin, empiezo a dudar de que haya vivido unaexperiencia más como la que un amigo barcelo-nés me dijo: “Te envidio, este verano –como decostumbre- podrás leer tranquilo cuanto puedas,sin que te interrumpan los ruidos constantes produ-

cidos por el tráfico, dejando perder la vista hacialas montañas que rodean tu singular pueblo”. Sí,

señor, las montañas son hermosas, puedo distinguirdistintos tonos de verdes, disfrutar de su fragan-cia… Y he aprendido la lección de la admirable te-nacidad de las moscas.

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Escenas cotidianas

Gerardo Barrado MartínLa mosca, ejemplo de tenacidad

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La edad se ha ido acomodando en su cuerpo, pesasobre sus párpados y sobre su espalda. Se mueve con ar-monía, despacio, con suavidad. Apoya su mano sobre labarandilla y carga sobre ella para bajar las escaleras.Nunca ha tenido unas manos delicadas ni las uñas pinta-das, pero son femeninas. Son manos de madre, de abuela.Tiene unos dedos finos pero consistentes, endurecidos deempujar agujas. Están arrugadas, como su rostro, lleno desurcos perfectamente arados y cargados de significado;muestran sin vergüenza, y sin orgullo, que ha sudado a soly a sombra, con frío y con calor; relatan que ha reído y queha llorado; cuentan, sin que ella quiera, que ha vivido. Creoque no es consciente de su belleza, es más, estoy conven-cida de que ni siquiera le preocupa.

El sol sale más pronto para ella y, cuando la ves, ya seha aseado y se ha cubierto con uno de esos vestidos debotones llenos de color que hacen más expresivos sus ojos.Abre la puerta de la calle, sonríe al aire, siempre sonríe, yrespira hondo, también con suavidad, sin aspavientos,todo en ella es serenidad.

Si hay gente, habla con la gente; si hay gatos, hablacon los gatos; si hay pájaros, les dedica unas palabras, y sino hay nadie, canturrea. Posa los pies sobre el empedrado,da un par de pasos, y vuelve sobre ellos para cruzar denuevo la puerta y remontar las escaleras hasta lo más alto.Se entrega a sus labores sin conciencia, despojando a losquehaceres de obligación, y es capaz de entretenerse sinperder tiempo. Sale a la terraza dando palmas, advirtiendoa los rosales y las hortensias que ya asoma. Que le cuesteagacharse no impide que lo haga unas cien veces, el ba-rreño que se ha caído, unas cuantas hojas secas por elsuelo... Se delita con sus plantas como si no hubiera estadocinco minutos antes regando los geranios del otro balcón.Canturrea otra vez y, aunque en casa hay lavadora, cogela pastilla de jabón y empieza a lavar en la pila. Son unascamisas, que dice que quedan mejor. Frota y canta, sacaenérgica la pieza del agua, rebusca las manchas y vueltaa frotar. De tanto en tanto mira y se ríe.

Con la ropa tendida vuelve a la calle, es la hora del pany entre panes grandes, chicos, colones y barras se va for-mando alboroto. El momento del pan se convierte en unauténtico ritual en Mogarraz, es un rato de reunión queofrece conversación y sirve al desahogo, afloran los dolo-res, las penas, las alegrías, lo que van a poner de comer,los hijos, los nietos y demás familia, se escucha de todo. Yya que bajó cogió unos frejoles que tenían muy buen as-pecto, tomates no que tiene en la huerta. Y se queda pen-sando, un poco de tomate con ajo picado paraacompañar las patatas con carne no estaría mal. Así quedespués de dejar la compra y todo dispuesto para hacerla comida a la vuelta se baja dando un paseo a la huerta.Todavía no calienta, aún se puede salir a estas horas. Decamino para tantas veces como gente se cruza, a algunosni los conoce, pero también para ellos tiene siempre al-guna gracia, alguna frase, algún comentario. Y a los que

conoce ni que decir tiene, y eso que tampoco es charla-tana, pero siempre ofrece conversación.

Los tomates están hermosos. Aprovecha para dar unavuelta entre los cerezos, la higuera, los olivos, las viñas...Aquí sí, aquí se distrae un poco la serenidad y se escapauna euforia intensa pero discreta. Se mueve más rápido,se la ve más joven, y aun así no remolonea, agarra sus to-mates, que los echa al mandil que se ha recogido con unamano, y se marcha porque se le hace tarde para ponerlas patatas.

El guiso empieza a hacerse sentir así que coge la jarrapara bajar a por agua sin maldecir a las escaleras. Lasvenas de la mano se le abultan cuando agarra con fuerzala barandilla. Otra vez sale sonriendo a la calle y, con lajarra llena sube de nuevo descansando en algún que otroescalón.

La comida está lista y la sirve en los platos hondos ver-des aunque deja la cazuela por si quieren repetir. Olía bien,pero es que sabe a gloria. Se ha sentado en el sillón, perodeja el culo al borde y no apoya la espalda, todavía no,antes dejará recogida la cocina, fregados los cacharros ypasada la escoba. Coge sus gafas y la bolsa de coser.Ahora está haciendo un bolso de hilo, y tiene un cuadroque empezó a deshilar, pero que ha dejado aparcado.Ahora sí se deja querer por el sillón un rato.

En su vida ya ha trabajado todo lo que tenía que tra-bajar, pero le cuesta estarse quieta. Sube, baja, entra, sale,viene, va, y acaba por sentarse a la puerta de casa comola de al lado, como el de enfrente, como ayer, como ma-ñana. Así, en familia, va cayendo el sol, cada día un po-quito más tarde, cómo se nota ya. Se despide, sonríe ycierra la puerta. _____________________________

Son ya muchos años colaborando con esta joya de re-vista que se ha convertido en todo un símbolo de las fiestasy, aunque una habla de este pueblo incluso cuando no sele presenta la ocasión, el folio en blanco impone. Estas pá-ginas están llenas de sentimiento, de calidad, de pluralidadtemática y de esfuerzo. Y estoy segura de que tambiénabiertas a seguir creciendo. Cada uno aporta lo quepuede, y Mogarraz está lleno de historias, de recuerdos, deleyendas, de ciencia, de rincones, de caminos, de oficios,de canciones, de costumbres, y nadie mejor para hablarde ello que quienes más lo conocen.

Estaré encantada de seguir emborronando páginaspara contribuir con esta revista, pero animaría también atodos y todas que nos regalen sus conocimientos, su ba-gaje, sus impresiones. Me consta que lleva un importantetrabajo materializar este ‘libro’, un trabajo que es digno deagradecer a quienes en todo este tiempo han estado ti-rando de ello. Queremos, o al menos yo, saber de Moga-rraz, dejar constancia escrita de su memoria, y eso es cosade todos.

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Isabel Herrera BadosaLa escalera

Escenas cotidianas

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La señora Victoria tras comprar el pan. Alrededor de 1988.

Salamanca y jamón ibérico; conceptos queaunque quieras no los puedes separar.

Buque insignia de nuestra gastronomía, granfuente económica de la provincia charra y tesoroy lujo para los paladares que tenemos el placer detener cerca este manjar y degustarlo de maneramás o menos frecuente.

El Jamón Ibérico es un producto recomendablepara nuestra salud por su contenido en grasas car-diosaludables y otras propiedades que hacenaconsejable su consumo. El aporte nutricional deljamón ibérico es equilibrado y muy apreciado porsu sabor y textura; no es un producto sólo para ali-mentarse y beneficiarse de sus cualidades, sinoque es sobre todo para disfrutarlo.

Este año quería hacer un homenaje a este gran-dísimo producto desde el punto de vista del res-peto a su materia prima, el cerdo ibérico, y suelaboración.

¿Cómo empezamos? Pues… ¡desde el princi-pio!

Hablar del jamón ibérico es referirse a su granprotagonista: el cerdo. Pero no un cerdo cual-quiera, sino el cerdo ibérico.

Por las calles del pueblo de Mogarraz podemosobservar al emblemático ‘Antón’, cerdito que es laatracción de los turistas que visitan la villa. Quienhaya estado en Mogarraz y no se haya hecho unafoto con este pata negra es que no ha estado.‘Antón’ es uno de los tantos ejemplares de cerdoibérico que nos podemos encontrar en la geogra-fía española.

El cerdo ibérico es una raza de cerdo cuyas ca-racterísticas le distinguen morfológicamente decualquier otra especie porcina. Tiene su origen enuna subespecie mediterránea del jabalí (Sus ScrofaMediterraneus) y se extiende por las zonas del su-roeste de la península ibérica.

Es un animal que está adaptado a las condicio-nes medioambientales de la dehesa arbolada. Surusticidad, adaptación al pastoreo y desarrollo tar-dío lo diferencian de otras razas.

Por lo general, se corresponde con animales detamaño medio para su especie, piel oscura, peloescaso, hocico afilado y patas finas y largas quesuelen ir acompañadas de pezuñas de color os-curo. Su carne va del rosa al rojo púrpura y tieneuna textura poco fibrosa, con una grasa brillante,fluida y blanda al tacto. Esta raza tiene la caracte-rística genética de poder almacenar grasa en sutejido muscular, infiltración grasa, que es la clavedel inconfundible sabor y textura de los jamonesibéricos. Los animales que viven en la dehesa sue-len alcanzar pesos entre 135 y 175 kg entre el pri-mer y segundo año.

Cuando nos referimos al jamón hacemos alu-sión al nombre genérico del producto alimenticioobtenido de las patas traseras del cerdo. Actual-mente, desde el 10 de enero de 2014 se establecióuna norma de calidad para regular la carne, eljamón, la paleta y la caña de lomo ibérico. Sin en-trar en detalle en este Real Decreto, quebraderode cabeza de empresarios del mundo chacineroy veterinario, utilizaremos esta norma para comen-tar algunas cosas interesantes que, como consu-midores de esta delicia, pueden interesarnos.

Antes de entrar en el proceso de elaboracióndel jamón, en los secaderos y tiendas de embuti-dos que podemos encontrar en nuestro pueblo, asícomo en los de todo el territorio español, dentrodel jamón ibérico existen distintas denominaciones.La diferencia entre ellas estará en la pureza de laraza y la forma de alimentación.

Destacar que en el mercado hay ejemplaresdenominados ‘Jamón Ibérico’ que no provienende animales que son 100% ibéricos, sino que se tra-tan de jamones que provienen de animales cuyomaterial genético tiene al menos un 50% de coin-cidencias con el ibérico puro, es decir que sus ma-dres son cerdas ibéricas y sus padres de otra raza,como la ‘Duroc’. Esto deberá quedar reflejado enla etiqueta del producto y como consumidores po-dréis reclamar dicha información.

Sabiendo que lo que tenemos en nuestrasmanos es un jamón ibérico, éste podrá ser ‘de be-llota’ (procedente de cerdos criados en libertad enla dehesa, alimentados exclusivamente por bello-tas y pastos naturales), ‘de cebo en campo’ (cria-dos en libertad en la dehesa, alimentados porpastos naturales y pienso) y ‘de cebo’ (que no se

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Teresa Herrera HerreraDe la Dehesa a la mesa

Fauna Local

MONFORTEEl Mirador de la Sierra de Francia

El Ayuntamientode Monforte

les deseaFelices Fiestas

han criado en libertad y su alimentación se basaen piensos de cereales y legumbres). La deno-minación que conocemos tradicionalmentecomo ‘recebo’ ya no puede utilizarse, de-biendo usarse la anteriormente mencionada ‘decebo en campo’.

La incorporación de nuevas tecnologías y con-troles sanitarios ha elevado la calidad de los jamo-nes, pero continúa siendo imprescindible laexperiencia y saber hacer de los maestros jamone-ros, herederos de una tradición que ha pasado depadres a hijos durante cientos de años para la ela-boración de este tesoro gastronómico. En con-creto, en Mogarraz contamos con muy buenosexpertos en la materia.

El proceso de elaboración del jamón ibéricopuede resumirse en cuatro etapas básicas: salazóny lavado, asentamiento, secado, y maduración yenvejecimiento. Etapas que necesitan de unos cui-dados específicos para cada una de ellas y deunas condiciones concretas. Es por ello que la Sie-rra de Francia es un buen entorno para elaboraruno de los mejores jamo-nes ibéricos de la penín-sula.

Tras sacrificar al animal,siempre cumpliendo lascondiciones de seguridadalimentaria y bienestar ani-mal, las canales se orean yse procede al posteriordespiece de la canal. Unode los despieces es eljamón. Estos jamones secubren con sal marina du-rante una semana o diezdías, dependiendo delpeso, y se conservan encámara. Esta cámara es-tará a una temperatura deentre 1 y 5 ºC y tendrá una

humedad relativa muy alta (entre 80 y 90%). Pa-sado este tiempo, se lavan las piezas en agua tem-plada para eliminar la sal de la superficie.

A continuación, en la fase de asentamiento, laspiezas lavadas se dejan entre uno y dos meses encámaras con una temperatura de entre 3 y 6 ºC yuna humedad relativa del 80 al 90%. En estetiempo la sal, que echamos en la anterior fase yque entró en la carne mediante un proceso quedenominamos técnicamente ‘ósmosis’, se va distri-buyendo uniformemente por toda la pieza, produ-ciéndose la deshidratación de la pieza y suconservación. Pasado este tiempo las piezas au-mentan su consistencia notablemente.

Trascurrido este tiempo, los jamones son lleva-dos a los secaderos. La temperatura de estos es su-perior a la de los otros emplazamientos de fasesanteriores y oscilará entre los 15 y 30 ºC durante los6 a 9 meses que dura el secado. En este tiempo, eljamón continúa deshidratándose y también tienelugar el sudado (difusión de la grasa entre las fibrasmusculares que permitirá retener el aroma una vezimpregnadas). El sabor final y los aromas se empie-zan a generar en esta etapa, gracias a una seriede alteraciones producidas en las proteínas (pro-teólisis) y las grasas del jamón.

Finalmente, los jamones se cuelgan en bodegasdurante no menos de 6 meses y hasta un máximode 30 a temperatura entre 10 y 20 ºC, y humedadrelativa entre el 60-80%. En este tiempo continúanlos procesos bioquímicos iniciados en la curación yen los que interviene la flora microbiana, que leconferirá su peculiar aroma y sabor final.

El proceso de elaboración del jamón ibérico,aunque aparentemente sencillo, requiere de mu-chísimo control y dedicación. Somos unos privile-giados de tener cerca establecimientos queelaboren y comercialicen este manjar. Aproveche-mos, defendámoslo y pregonemos a los cuatrovientos que Salamanca es una de las mejorescunas del Ibérico del mundo.

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Los humanos, como los vinos, siempre damosrazón de nuestros orígenes.

Es algo que no podemos ocultar y, a la menor,se nos nota la casta de los aires, el timbre de lasaguas, el color de la tierra donde nuestra vidaechó las raíces. E igual ocurre al hábitat por dondecorreteó nuestra infancia, y el caserío del lugar porcuyos recodos hurtamos el primer beso, y con lasombra boscosa de los montes que anida en nues-tros ojos.

Esto que sigo contando seguro que también ospasó a vosotros alguna vez.

Era un frío día, y llegaba yo a una ciudad delnorte del país. Asuntos de trabajo me habían lle-vado a un diciembre nevado y a un castizo hotel.Los viajeros laborales y solitarios sabemos del quie-bro que dejan en los huesos el traqueteo de los tre-nes, del primer sabor a sangre en la nariz de loslugares extraños, de lo que pesan las añoranzas enlas maletas, y de los ladridos fieros de los cuartosde interior. ¿Habría de quedarme yo varios días enun lugar así? En cuanto vi la habitación que measignaron, un espacio en donde la luz entraba enla habitación subsidiaria de un patio de luces, y en

el que el armario se avergonzaba de sí en un rin-cón oscuro, salí a solicitar una estancia en la quelas horas se asomaran a la ancha plaza de la ciu-dad como en los días de fiesta.

Pero no había otra, se me dijo en la recepción. Era un hotel al que yo había querido ir por haber

leído que en él se alojaba Hemingway, y por ello,a pesar de todo, habría de quedarme. Dejé la ma-leta sobre la cama intentando reunir el ánimo paradeshacerla, y me eché sobre la apaleada camaa remirar el techo, ese confidente con el que ha-blan en la distancia los trasterrados. Pasarían veinteminutos cuando llamaron a la puerta. Era el ge-rente del hotel, había visto en mi carné el lugar denacimiento y que no hacía mucho había pasadounos días en la Sierra de Francia con su familia, yque qué días, y que qué pueblos, y que qué cha-cinas y que…

Y me llevaron al otro ala del edificio, y hombre:la del barboso Ernesto no me la dieron, pero quese fastidie, pues él, aunque mucho más bueno queeste escribidor, nunca podrá contar esta historia.

Y luego, en la amplia y alegre habitación queme dieran, me puse presto a airear mi equipaje

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Ángel de ArribaLa obstinada remanencia de una tierra

Más allá de las Fronteras Mogarreñas

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pensando qué sería lo que se habían traído aque-lla gente de su visita a mi lejana tierra para que yomereciera el trato de un embajador de un país demaravilla. Y abrí la maleta, y apenas lo hice, salióde su interior una música de gaita serrana con suretiemble de tambor, y un olor a jara y a cantueso,y un agua de fuente con sabor a fresca plata, y unsol oribe de agosto luciendo sus joyas, y una pájaraen vuelo clamando palabras de mis mayores, y unleón florido y…

Y lo que en mi maleta veía no eran ropas disi-mulando su desarraigo y lejanía, sino todo aquellocon lo que la Sierra de Francia me había prepa-rado, con la dedicación de una abuela de pelolunar y limpias sayas negras, un equipaje paracuando hubiera de salir al mundo.

Era extraño que en el rácano espacio de esecajón -apenas un puñado de embuerzas- entraratoda mi niñez y juventud.

‘Embuerza‘ es una de las palabras de nuestrosmayores, y significa, como nos dice el gran poetaalbercano José Luis Puerto en su libro ‘Cuentos deTradición Oral de la Sierra de Francia‘: Porción decosas que caben en el hueco de las dos manosjuntas.

Pero en aquellos tiempos de este relato, yo des-conocía que en el hueco que formaban mis dosmanos juntas –el cuenco mágico de una em-buerza serrana– entraban las inconmensurablescosas de mi querencia.

Entretenido por esos mundos tardé años en vol-ver, y para entonces lo que llevara en mi equipaje

de memoria andaba algo desgastado, como unaestampa muy remirada. Pero en mi regreso de unatarde de verano, fue salir del Campo Charro y en-trar donde los robles y los castaños se enseñorean,cuando volví a oir música de gaita y tamboril en lamaleta de mi pecho. En los días siguientes recorrítodos mis lugares de la Sierra, y allá por donde ibame saltaban al paso los recuerdos y oía su subyu-gante voz cuando me contaban lo que nadie mássabe de mí.

Esto es lo que con tanta sensibilidad y magiamuestra el artista Florencio Maíllo en Mogarraz consu obra ‘Retrata2‘, al poner en las fachadas de lascasas de este bello lugar, los rostros de quienes lashabitaron, esos cuadros que en realidad son espe-jos que nos miran y nos dicen que siguen siendo,que están en nosotros y en todo lo que hay.

Ahora, al final del sendero de estas letras, sé loque reciben los viajeros que por aquí se acercan,sé qué es lo que se llevan de retorno los visitantesa sus lugares, sé lo que guardamos cada serranoen el equipaje de nuestras entrañas.

Y esto es la obstinada remanencia de esta tie-rra, de sus tradiciones, de sus villas y pueblos, de sunaturaleza, de sus frutos, de la cartografía de losrostros, de la muerte siempre viva, y de la vida in-quebrantable que impregna al viajero, como enpocos lugares, en Mogarraz y en ésta nuestra Sierrade Francia.

¡Felices Fiestas patronales de la Virgen de lasNieves!

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Aunque no nací en Mogarraz, siempre me hesentido mogarreña. En esta tierra están granparte de mis raíces y en ellas he disfrutado a lolargo de mi vida de muchos buenos momentosque serán difíciles de borrar de mi mente y de micorazón.

Mi padre, Luis ‘el Remisio’, salió de aquí paracumplir con el servicio militar en la capital, allá porlos años sesenta. Una vez terminado, encontrótrabajo y fijó su residencia en Madrid. Poco des-pués, por medio de otra mogarreña, su primaConchi, conoció a mi madre, ya que éstas erancompañeras de trabajo.

En Madrid se casaron, en Madrid nacimos mihermano y yo y allí seguimos todos viviendo, peronos escapamos a Mogarraz de vez en cuandopara recargar las pilas que se nos vacían en lagran ciudad.

Es imposible evitar la huella de estas raíces, lollevo escrito en la cara, o al menos eso dicen mu-chos mogarreños que así lo comentaban cuandotomaban el fresco a la puerta de su casa y yo pa-saba por allí, “eres igual que tu tía de joven”,“esta es remisina, no lo puede negar”... en fin,madrileña nací, pero mogarreña me siento.

Esa pasión y cariño que siento por esta tierrasin duda viene de familia, en especial de mis pa-dres. Mi madre, aunque tampoco nació aquí,sino en Vitigudino, se integró rápidamente en lafamilia y desde hace más de 50 años disfruta deMogarraz y sus gentes. Esa mezcla entre paisajey hospitalidad hace que te sientas bien en estelugar; Evidentemente, no todos sus ciudadanosson ejemplares y por mucho que nos empeñára-mos, este pueblo no va ser diferente al resto delmundo, pero tengo que decir que el carácter se-rrano, aparte de rencillas, enfrentamientos políti-cos o vecinales presentes en cualquier localidaddel mundo, sabe agasajar a los suyos y a los defuera que vienen a conocer nuestra tierra, nues-tros paisajes, nuestra gastronomía, nuestras tradi-ciones... en definitiva, nuestras raíces. Si no fueraasí, no sería posible la celebración de fiestas tanseñaladas para nosotros como es San Blas en lasque hay casi más forasteros que autóctonos o laspatronales de la Virgen de las Nieves, que son laexcusa que tenemos todos para coincidir connuestros amigos y familiares que no podemos verel resto del año.

¿Cómo no voy a sentirme mogarreña si en mimemoria guardo cantidad de recuerdos genera-dos en mi infancia, adolescencia y juventud?Eran otros tiempos y a pesar de las más de 12 tor-tuosas horas que tardábamos en recorrer los casi300 kilómetros que separaban Madrid de Moga-rraz haciendo escala en la majestuosa Salamanca,

pasábamos aquí todos los veranos y SemanasSantas: esas calles de piedras con las que te tro-pezabas cada dos por tres, el canalillo de aguaque pasaba por casa de mis abuelos en la calledel Castillo con el que jugaba a las cocinitas conmis primos, el vestido que con ilusión me com-praba mi madre para estrenar el día de las Nie-ves, a mi abuela pidiéndome que bajara a llenarel botijo a la Fuente de la Pila, las tardes en elCharco del Diablo o el frontón con mis amigos...efectivamente, eran otros tiempos, pero nuncalos olvidaré.

De pequeña pensaba que todos los pueblosde España eran así de bonitos porque era lo queestaba acostumbrada a ver, pero cuando co-mencé a ir a los pueblos de mis amigos del coleme di cuenta que Mogarraz no tiene nada quever con otros, podrá ser más pequeño, sin apenaslocales en los que los de ‘ciudad’ solemos dis-traernos e incluso puede que hasta hace pocono se encontrara en muchos mapas de carre-tera, pero no podemos negar que Mogarraz tienealgo que cautiva al visitante.

Orgullosa puedo decir que docenas de ami-gos han pasado por aquí y han disfrutado de estatierra, y no hay uno sólo que se haya llevado unmal sabor de boca, muchos de ellos han repetidoexperiencia y hablan maravillas de su paso por laSierra de Francia dando así a conocer el embrujode nuestra tierra. Más orgullosa te puedes sentir sicabe, cuando un domingo cualquiera, tomandoel aperitivo en un bar cualquiera de Madrid, oyessin proponértelo a un chico que está al lado tuyo“el fin de semana pasado estuve en un pueblochulísimo de Salamanca, en Mogarraz”. De re-pente, te das la vuelta y dices “perdonen, ¿quiénha estado en Mogarraz?” y ves cómo de formainconsciente te ves arropado por un descono-cido (hasta ese momento) con el que comienzasa intercambiar anécdotas de viajes y lugarescomo si te conocieras de toda la vida cada vezque coincides con él dejando atrás el estrés dela jornada diaria. Sí... Mogarraz embruja.

Casi toda mi familia emigró a distintos puntos,pero nunca se han desvinculado de Mogarraz,puesto que a día de hoy, muchos de los descen-dientes de mis bisabuelos, Alfonso y Luisa, segui-mos disfrutando de Mogarraz. Mi abuela, AntoniaCascón, además de sus hermanos Casilda y Fer-nando, fueron a Madrid, Andrés permaneció enMogarraz hasta su reciente fallecimiento esta pri-mavera, Pepa, a la que vemos sin falta todos losveranos, marchó a Pamplona, y el más valiente,Silvestre, se decidió a cruzar el charco hasta la le-jana Argentina.

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Susana SánchezEl mundo en la Mente, Mogarraz en el Corazón

Más allá de las Fronteras Mogarreñas

A finales de los 70, los primeros “remisinos” quesalieron por trabajo fuera de España duranteunos años, concretamente en Argelia, fueron mitío Toñi y familia. Más recientemente otros primosmíos, han fijado su residencia temporalmentefuera de España: Brasil, Londres, México o Ca-nadá entre otros, ya sea por estudios, amor o tra-bajo.

Hace un par de veranos en las fiestas de la Vir-gen cenaron en mi casa varios familiares de estarama, algunos venidos del extranjero, aquello pa-recía una reunión de la ONU, mis padres; mi her-mano; mis sobrinos; mi tía Alfonsa; mi prima Eva,además de Roberto, un encantador brasileñocon quien ha formado familia y con quien viveactualmente en Sao Paulo y los hijos de ambos;la hija de Silvestre, Paloma, con su marido Rubén,un argentino de ascendencia italiana (no era elprimer año que nos visitaban), y una prima másque no conocíamos, Ana, nacida en Río de Ja-nerio y casada con Bill, un sonriente canadienseque apenas entiende el castellano pero que dis-frutó de lo lindo durante ese verano en estas tie-rras descubriendo el lugar que vio nacer alabuelo de Ana, Fernando, hermano de mi bi-sabuelo Alfonso y conociendo de paso a la ramaespañola de la familia.

¿No pensáis que es hermoso juntarnos? Yo sí. Tampoco puedo dejar de nombrar a los fami-

liares pertenecientes a la rama de mi abuelo Re-

migio. Su hermana Leonor marchó a Sevilladonde siguen viviendo parte de sus hijos y nietosy otros se establecieron en Almería, Málaga yCádiz (uno de ellos es fiel a Mogarraz todos losaños, Rafael y su cariñosa esposa Rosa). El otrohermano de mi abuelo, Hilario, acabó en Avilés,Asturias, con sus hijos. Algunos de mis primos si-guen en Asturias, pero otros se han establecidoen Gerona y León. También disfrutamos de algu-nos de ellos durante muchos veranos: Pepe, Tere,Santiago o Rafaela, y sus respectivos cónyuges,Tere, Emilio, Trini, e hijos, Jose Carlos, Mª Nieves,Maite… Ya veis que aunque mi familia reside lejos,siempre lleva su origen en el corazón.

No quiero aburriros, es la primera vez que melanzo a escribir algo, pero quería haceros reflexio-nar sobre esto; todos, por poco que nos relacio-nemos, nos damos a conocer en el entorno enque habitamos y transmitimos nuestros sentimien-tos sea cual sea el lugar del mundo que elijamospara vivir, así que seguid dejando buena huellade nuestro querido MOGARRAZ.

Aquí os dejo un mapa marcado con los luga-res que me habéis indicado algunos de vosotrosdonde sabemos que han habitado en algún mo-mento de la historia mogarreños o descendientesde Mogarreños. Si no encuentras la banderita enel lugar en el que tú has dejado tu huella, ház-noslo saber para marcarla otro año.

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“Les quería contar la historia de tres mogarre-ños... Un día partieron del puerto de Vigo rumbo aBuenos Aires, República Argentina, el 31 de octu-bre de 1950... Llegamos al país reclamados por untío de mi madre, ésa era la única manera de entraral país... fue muy triste la llegada... un pueblito enmedio de una inmensa llanura... tan distinto a esepequeño pero acogedor lugar de donde venía-mos. Gracias a Dios en 1955 llegamos a Mar dePlata, provincia de Buenos Aires, y todo cambió através de la adquisición de un crédito a 50 años,tuvimos nuestra casa propia. Mis padres dejaron suvida en este país... pero les aseguro que nunca sa-lieron de SU pueblo, mi padre hasta el día de sumuerte estaba con su corazón en él... Soy hija deSilvestre Cascón Vicente y de Paulina Criado Ca-brero y fueron ellos quienes nos enseñaron a mí y amis hijos el amor a ese pueblo... ¡Mogarraz!

La foto fue tomada en Mogarraz el día antes departir. En ella se ve a parte de la familia Cascón Vi-cente: mis abuelos Alfonso y Luisa; mis tíos, Antoniay su marido Remigio, Andrés con su mujer Cruz, yPepa. Los niños son mis primos Manolo, Alfonsa,Luis, Flores, Toñi y Casi, y por supuesto, mis padresSilvestre y Paula conmigo en brazos.

Recientemente un senador nacido en BuenosAires de ascendencia italiana redactó una cartacontestando a las palabras poco afortunadas dela presidenta actual del país, la cual refiriéndose alas corrientes inmigratorias que llegaron a la Repú-blica Argentina expresó que “los que bajaron delos barcos lo hicieron muertos de hambre” me gus-taría reproducirla, porque, aunque tengo que

decir que a noso-tros en particularno nos trataron mal,refleja la situaciónde muchos deaquellos inmigran-tes cuando deci-dieron salir de sutierra.

En resumen, Es-teban Juan Caselliescribe:

“Pareciera ser que para la primera mandatarialas ilusiones de aquellos seres que querían dejaratrás una situación de angustia y desesperación,causada por la guerra y sus terribles consecuenciascomo el hambre, hubieran sido motivo para consi-derarlos inferiores o no dignos de la generosidadque en esa época el gobierno argentino supo de-mostrar. Esas personas a los que la Sra. Fernándezllama “muertos de hambre” fueron precisamentenuestros abuelos que no llegaron a suelo argentinosolo en busca de saciar sus necesidades -sin cier-tamente buscar la asignación de algún plan socialgratuito y cómodo a cambio de un voto- sino para

trabajar duramente forjando la Ar-gentina que llegó a ser la sexta na-ción en el mundo. Han sido ellos losque convirtieron a la Argentina en elgranero del mundo. Han sido ellosque, trabajando de sol a sol, comíansolo pan y cebolla para poder aho-rrar y enviar a sus hijos a estudiar. Hansido ellos, los inmigrantes, quieneshan poblado la extensa tierra argen-tina con hijos, nietos y bisnietos con-tribuyendo a crear, como ejemplopara toda Latinoamerica, una mag-nífica clase media culta y progre-sista, hoy tan atacada. Losdescendientes de aquellas maravi-llosas mujeres y hombres “muertos dehambre” aprendimos que el pan segana con el sudor de la frente y nocon asistencialismo. Produce indig-nación escuchar el apelativo de“muertos de hambre” con tanta so-berbia hacia personas que cierta-

mente tenían “hambre”, pero de progreso yserenidad. Sinceramente, más que aquella des-cripción poco generosa y agraviante, hubiera co-rrespondido un homenaje y un reconocimiento nosolo a los italianos sino a todos los que han querido“habitar el suelo argentino”, según reza la cartamagna, en paz y armonía. Senador Esteban JuanCaselli”.

Paloma CascónTestimonios

Más allá de las Fronteras Mogarreñas

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Mi nombre es Ana Cascón, nací en Río de Ja-neiro, Brasil. Mi padre, Augusto, también nació enBrasil, hijo de Fernando Cascón Vicente.

Mi abuelo Fernando nació en Mogarraz, hijo deVicentino Cascón y Ambrosina de la ConcepciónVicente. Hablaba siempre con mucho amor de Es-paña. Tanto amor que nunca quiso la nacionali-dad brasileña. Y siempre hablaba portugués conuna fuerte mezcla de español. Salió de Mogarrazdespués de un incidente muy triste, con destino ala Argentina, pero acabó quedándose en Brasil,donde se casó con la que él pensaba era “lachica más linda de Niteroi”. Y para mí fue muybueno, si no acá yo no estaría.

Siempre recitaba poemas, hablaba de muchascosas. Nos juntábamos 10 niños, y en las fiestas fa-miliares siempre había mucha poesía, canciones,teatro, y mucho de eso en español. Siempre ha-blando de España, Salamanca, teatro, poesía delanarquismo.

Brasil es una tierra de inmigrantes, y nunca mesentí menos Brasileña por tener un abuelo español.En verdad yo siempre he estado orgullosa de misorígenes. Tengo la suerte de tener esta mezcla ¡Mesiento rica con tanto patrimonio!

Mi bisabuelo Vicentino también emigraría a Bra-sil, pero más tarde, también por causa de algunaconfusión. ¡Mi familia tiene sangre caliente!

Existe una foto en el Brasil que me encanta, seve a toda la familia en la Iglesia de la Roca, en ellaaparece incluso mi bisabuelo Vicentino y mi padresiendo aún niño.

De pequeña nunca oí hablar de las noticias dela familia, y pensé que la relación con España seperdió, hasta que un día apareció una prima de laArgentina. Paloma Cascón Criado se llama, uste-des saben muy bien de ella, ya estuvo en Mogarraz

muchas veces. Más tarde nos visitaron nuestraprima Alfonsa Sánchez Cascón (hija de Remigio yAntonia) y su marido Amadeo. Hoy son muy ami-

gos de mi familia, y cuya hija Eva terminócasándose con Roberto, de São Paulo, ytiene dos hijos en Brasil.

Al visitar Mogarraz en 2012, me sentímás rica aún, al saber con precisióndónde mi abuelo vivió, viendo las fotosde la familia, la casa donde nació, losprimos y tíos.

Mis padres, Augusto Cascón y Seiva,fueron los primeros de la familia brasileñaen conocer Mogarraz en 1995. Viendolas fotos y películas de la temporada,veo como mis padres se pusieron con-tentos. Y cómo yo me sentí feliz cuandome ha tocado a mí conocer mi maravi-llosa familia en Mogarraz.

Espero que ustedes me den permisopara considerarme mogarreña yo tam-bién, ya que así es como me siento.

¿Casualidad o destino? Muchos años después, en verano de 1995, no

sabemos bien si fue casualidad o el destino quienconsiguió unir de nuevo a esta familia e hizo quehermanos, primos y sobrinos pasaran unos hermo-sos días que dejaron recuerdos en todos los que losconocimos.

En la foto aparecen: Los hermanos Andrés, Sil-vestre (y su mujer Paula, residentes en Argentina),Fernando (y su mujer Rosa, residentes en Madrid),Pepa (y su marido José, residentes en Pamplona),los primos Augusto (y su mujer Seiva, residentes enRío de Janeiro) y los sobrinos Amadeo, Mari y Luis(residentes en Madrid).

Un abrazo a todos los Cascón que andan por elmundo.

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Ana CascónTestimonios

Más allá de las Fronteras Mogarreñas

Un 26 de mayo, con un frío atí-pico para la época en la que esta-mos, nos sentamos alrededor deuna mesa camilla al calor del tradi-cional brasero tres generaciones demi familia, mi madre (1949), mi so-brina (2001) y una servidora (1976).

Mi madre se dispone a contarnosalguno de los juegos con los que dis-frutaba de pequeña, así como eldía de la matanza; la cara de sor-presa de mi sobrina fue en aumento.

Cuando éramos chicas, la nocheanterior al día de la matanza no dor-míamos, queríamos que nos fuerana llamar a cualquier hora, como siera a las 5 de la madrugada, impa-cientes esperando ese día. Con laúnica satisfacción de salir corriendopara ver cómo mataban a los cer-dos. A los niños cuya familia estabade matanza, le colocaban el “al-bero” una especie de delantal for-mado por una servilleta “maja”(paño bordado) y atado con lascuerdas de los chorizos, y nos tirábamos todo el día conél puesto.

Para que jugáramos nos echaban la “engalea” (co-lumpio hecho con una cuerda gorda alrededor de unaviga de madera). Si hacía mal tiempo, nos la echabanen las cuadras de las casas, entre todo el estiércol, y nosponíamos perdidas, como os podéis imaginar. Sin em-bargo, cuando hacía bueno, nos la echaban en los oli-vones y llevábamos la merienda que nos daban (el rabo,el corazón y la palometa); pero ya no nos daban otracosa para cenar, ya estábamos listos, con eso merendá-bamos y cenábamos. Hacían postre, pero sólo para losmayores. Recuerdo una vez que mi madre hizo unas na-tillas y las dejó en la sala, uno de mis hermanos (Agapito)arañó uno de los platos simulando un gato para probar-las y se metió en la cama como si no hubiera hechonada, pero mi madre se dio cuenta enseguida y labronca fue considerable, el postre no era para los niños.En las matanzas poníamos el “zahumerio” (azufre pren-dido en una lata) por las casas, sobre todo en la de To-dosio y Manuelina, casi todos íbamos allí.

Antes echaban hoja seca por las calles para meterlaen las cuadras y hacer el estiércol con los excrementosdel ganado, nos encantaba salir de la escuela por lastardes y pisotearla una y otra vez hasta dejarla molida.

Antes del anochecer jugábamos al “vendao” y nosmetíamos por todos los casetones. A veces también ju-gábamos al “ven-ven”, nos escondíamos todos menosuno. Los que nos escondíamos decíamos “ven-ven” y elque se la quedaba decía “voy-voy” hasta que nos en-contraba.

La infancia de mi madre respecto a la mía fue dife-rente. Pero recuerdo cuando era pequeña, en la ma-tanza de mis tíos Teresa y Jose (Chiche) que me iba aacostar con mi prima (Tere) para levantarnos pronto yver cómo mataban a los cerdos. Y, por supuesto, re-cuerdo a mi abuela Vicenta (cómo le gustaba lo de lamatanza), cuando me acostaba en su casa, que se le-vantaba muy temprano para irse a las matanzas de losfamiliares más cercanos y echarles una mano y no volverhasta por la noche. Y, cómo no, el vago recuerdo dehaber montado en la engalea en la matanza de mis tíosEloy y Chani con mi prima Rocío, nos la montaban en lacuadra de su casa.

También jugábamos en la calle, a unos juegos nomuy distintos a los que jugaba mi madre, al escondite,al pico-zorro-zaina, a apagar los chivatos de las casas,a tocar el timbre y salir corriendo, al escondite…

Mi sobrina conoce la matanza, pero no como lo hizomi madre, los tiempos han cambiado. Pero somos afor-tunados de mantener aún esa fiesta familiar. Y, encuanto a los juegos, el cambio es considerable; ahoracon las nuevas tecnologías no hay mucha cabida paralos juegos con los que yo disfruté en mi infancia y, muchomenos, para aquellos juegos con los que lo hizo mimadre.

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Carmen CalamaDisfrutar Jugando

Unión de generaciones

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UN AÑO EN FOTOS

Las aguedas 2014

Nombramiento MogarrazUno de los pueblos mas bonitos de Espana

Nombramiento

Florencio Maíllo Serrano del año

II Certamen de pintura rápida

Florencio Maíllo

San Blas 2014 & Reconocimiento por sus meritos

Mari y Tomas Perez Noche de ánimas

Veranos culturales - Charla Dra. Isabel Velazquez Soriano

Veranos culturalesConcierto en la iglesia

Veranos culturales - Teatro El Gato

Virgen de las Nieves

RecuerdosFOTOGRÁFICOS

Ricardo Seisdedos Maíllo con sus hijas Ana María y Remedios,y sus sobrinas Sera y Francisca. Final de los años 50.

Fiestas de Mogarraz, comienzos de los años 60. En el centroEmilia Luis Martín, a la derecha Carmela Cascón Martín.

Hijo de Eleuterio Barrado Lucas, comienzos de los años 60.Madre de Eleuterio Barrado Lucas, comienzos de los años 60.

Esperanza Vicente Criado con sus hijosEleuterio, Lucía y Concepción.

Benito "de Casas del Conde", Indalecio López"el novio", Benjamín Crego "de Casas del

Conde", Florián Sánchez, Antonio HernándezVicente, Paulino Hernández Cabrero y el niño

Alfonso Martín De Pablos.Fotografía: Bienvenido Vega Rodríguez.

Florián Sánchez López y Eleuterio BarradoLucas serrando una viga, al fondo Miguel

Inestal Cascón, final de los años 50.

Marcelino Sánchez Maíllo, Teógenes Maí-llo Sánchez, Ángel García y el construc-tor de la bodega cooperativa, en el bar

“Charrusco” en la villa de Mogarraz, el 5de agosto de 1965. Fotografía: Bienve-

nido Vega Rodríguez.

Remedios Seisdedos Maíllo el 31 de julio de1965 en Sequeros. Fotografía: Bienvenido

Vega Rodríguez.

Remedios Martín de Pablos vestida contraje peruano el 20 de febrero de 1965 en

la Plaza Mayor de Mogarraz.Propiedad de Bienvenido Vega Rodríguez.

Antonio de Blas Benito con Eva BenitoFonseca en torno a 1942.

Propiedad de Toño de Blas.

Feliciano de Blas Angulo, alrededor de 1935. Propiedad de Toño de Blas.

Victorino de Blas Benito en su mili alrede-dor de 1962.

Manuel Cabrero jurando bandera en la mili. Años 60. Propiedad de Candela Maíllo Calama.

Manuel Cabrero y amigos. Años 60. Propiedad de Candela Maíllo Calama.

Antonio de Blas Benito en 1965. Toño de Blas Rodríguez con su abuelo Feli-ciano de Blas Angulo en torno a 1968.

Propiedad de Toño de Blas.

Candela Maíllo Calama, Lucía MaílloCalama y Engracia en los 60.

Propiedad de Candela Maíllo Calama.

Boda de Antonio Calama y Francisca. Propiedad de Francisco Maíllo Calama.

Águeda Calama Morán, años 60. Propiedad de Francisco Maíllo Calama.

Candela Maíllo Calama recogiendo el diploma del curso de co-cina que se impartió en el pueblo en los 60.

Propiedad de Candela Maíllo Calama.

Familia Maíllo Calama, finales de los 50 principios de los 60. Propiedad de Francisco Maíllo Calama.

FolletosRevistasLibros

Tarjetas de visita Vinilos Papelería Roll Up Packaging Displays Sellos

Desplegables Carteles Carpetas Flyers Sobres

Durante una década los maestros artesanos han dejado su impronta en bóvedas, torres, tallas, artesonados,bordados, vidrieras, retajos de cantería y carpintería, dando forma al actual complejo.

El hotel Abadía de Los Templarios se encuentra inmerso entre 100.000 m.2 de naturaleza en pleno corazón del ParqueNatural de las Batuecas. Integrado dentro de un Complejo Rural del cuál for man parte 47 villas en la misma línea yconfort que el propio hotel.Dotado de 57 Junior Suites, 2 Suites y 2 Suites Imperial, el hotel incorpora las más modernas tecnologías y equipamientos.Instalaciones: Piscina El Lago, Pistas de Tenis, Restaurante Las Bóvedas (capacidad 600 personas), Cafetería, Sala deLectura, Servicios de Guardería, Complejo Termal Spa, Zonas Ajardinadas, Auditórium (capacidad 250 personas) yRestaurante Los Capiteles con capacidad para 350 personas.Actividades: Vuelos en globo, Rutas a caballo, Rutas en quads, Descensos en canoa, Tiro con arco, Paint-ball,Senderismo, Comidas camperas, Cenas medievales (con representación teatral), Excursiones en catamarán (por losmeandros del pantano Gabriel y Galán visitando Granadilla) y Rutas en Buggies.