la palanca 16

40
1 LA PALANCA # 16 PRIMAVERA 2011

Upload: pablo-mayans

Post on 13-Mar-2016

226 views

Category:

Documents


1 download

DESCRIPTION

Arte: JImena Schlaepfer. Textos: Esther Seligson, Juan Domingo Argüelles, Marco Antonio Campos, Axel Velázquez, Geney Beltrán Félix, Jezreel Salazar, Javier Acosta, Diego José.

TRANSCRIPT

1

LA PALANCA # 16 PRIMAVERA 2011

2

3

Presentación:

Índice:

3. 8. 10. 16. 24. 29. 33.36.

# 16 PRIMAVERA 2011LA PALANCA

Cicatrices. 13 aforismos 13.Árboles.El ensueño agreste de Jimena Schlaepfer. Autobiografía. Reiteraciones, ecos.Abecedario del vacío.Ansiorismos

Esther SeligsonJuan Domingo Argüelles

Marco Antonio CamposAxel Velázquéz

Geney Beltrán FélixJezreel Salazar

Javier AcostaDiego José

Solo la brevedad puede aproximarse a la exactitud. El pensamiento que se arriesga a la concisión, apuesta por la autenticidad de las ideas antes que subordinarse a las restricciones de la argumentación. Más que per-suadir, el aforismo convence por agitación y claridad. Frente a las murallas del tratado, sugiere, lo mismo una panorámica que un acercamiento intimista a la in-teligencia humana, que cansada de los ropajes del dog-matismo, retorna a las fuentes de la duda para cuestio-nar su propia veracidad. Su orientación suele dirigirse hacia lo abierto, divergente, contradictorio, dubitativo, paradójico.

Una posible respuesta a los tiempos que corren — voraces, despiadados, intransigentes, absurdos— se-ría precisamente lo que Hanna Arendt nos sugiere: «de-tenerse y pensar». Lo intentaron Erasmo, Montaigne, Pascal y Lichtenberg en la época que les tocó vivir.

Decidimos que las páginas de LA PALANCA 16 estuvie-ran exclusivamente dedicadas al aforismo como género y como discurso. Presentamos una carga energética de pensamiento lúdico, irónico, revelador, lapidario y re-flexivo que el lector descubrirá en cada uno de los dar-dos lanzados por los autores....

El arte de Jimena Schlaepfer, con su carácter oníri-co, sugiere atmósferas que dialogan libremente con las ideas.

Bienvenidos, que su estancia en LA PALANCA 16 les brinde un momento de claridad.

4

Consejo de colaboradores:Geney Beltrán Félix

Jair Cortés Daniel FragosoDavid MaawadJoan M. Puig

Alberto Tovalín

Agradecemos profundamente el apoyo y entusiasmo para la realización de este proyecto:

Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de HidalgoLourdes Parga Mateos

Sergio Aranda

LA PALANCA se terminó de imprimir en marzo de 2011 en los talleres de: Offset Santiago, S.A. de C.V.

Rio San Joaquín, 436, Col. Ampliación Granada, México D.F. Para su composición se utilizaron tipos de la familia Century Schoolbook.

La tipografía y el logotipo de LA PALANCA son BD PLAKATBAU del Buro Destruct: www.typedifferent.com

Para consultar las referencias de nuestros colaboradores y otros contenidos:

LA PALANCA en línea: www.lapalancax.blogspot.com http://issuu.com/lapalanca

El contenido de los artículos y el arte es responsabilidad de sus autores.Todos los registros en trámite.

Para más información sobre la obra de Jimena Schlaepfer:www.photoblog.com/jimenaschlaepfer www.myspace.com/jimenaschlaepfer

Portada: Jimena Schlaepfer, Pez dama, acuarela y pluma, 33x22 cm. 2009.

LA PALANCADirector: Pablo Mayans

Edición: Diego José

m i n aeditorial

Trico PachucaPedro Liedo

Jaime Lavaniegos

ITESM Campus HidalgoClaudia GallegosArturo Alvarado

Secundaria MontessoriLourdes LavaniegosLupita de Santiago

Centro de las Artes de HidalgoNydia Ramos

Colegio ColumbiaTere Pontón de Maauad

AlimentariPaola Arriaga y equipo

NeuromedJesús Chong Barreiro

5

De Cicatrices (2009):

Kadish: La cicatriz de Dios está en nuestra muerte.

Poco importa si ella llegó por su propio pie o si por bala o tajo, cáncer

o sida. O si la llamamos con somníferos, soga, fuego, gas o accidente.

La cicatriz de Dios siempre se abre para darnos paso.

OP

La costumbre de contraponer la eternidad de Dios a la finitud del

Hombre.

Ambos absolutos, sin embargo, implican una cicatriz cuyos bordes

siempre supuran.

OP

Los delirios de Poder desbordan cualquier cicatriz.

OP

En el origen y al final, somos la causa de nuestras propias cicatrices,

poco importa qué o quién las motivó.

OP

Anda, sí, consulta tu carta astral: conocerás qué heridas no harán ci-

catriz.

OP

La cicatriz más desesperada es la que se niega a reconciliarse consigo

misma.

Aunque también hay cicatrices dichosas: aquellas cuya herida fruc-

tificó en el perdón.

OP

Traicionarse a sí mismo provoca heridas que jamás cicatrizan.

Cicatrices

Esther Seligson

6

En el cine apapacho mis cicatrices. El teatro quiero que me las abra a

todo lo que dan.

OP

Hay amores que nos descubren cicatrices cuya existencia ignorábamos

por completo.

OP

Las heridas de un corazón mezquino no forman cicatriz: se diluyen en

su propia mezquindad.

OP

La palabra, dicen, es lo que nos distingue de los animales.

Creo que la diferencia esencial esté en la incapacidad del animal

para expresar las cicatrices de su especie. Lo cual no significa necesa-

riamente que nuestras heridas humanas sean más profundas.

Se habla de “el sentido” de la vida. Sí, la dirección va siempre, como

en los ríos, en el sentido en que fluyen las heridas hacia la oceánica

cicatriz del perdón... o del olvido...

Jim

en

a S

ch

la

ep

fe

r, M

uer

te c

ósm

ica,

tin

ta c

hin

a, a

críl

icos

y p

lum

a, 2

0X30

cm

. 201

0.

7

El sueño es ese vehículo providencial que nos permite circular por

nuestras más recónditas cicatrices sin restricción alguna.

El único riesgo es que las abre, también, sin restricción alguna.

OP

¿Para qué enmascaras tus cicatrices si de cualquier modo su gruir te

quita el sueño?

OP

Un hijo(a) es una herida que jamás cicatriza.

A eso se refiere Dios cuando “condena” a Eva a parir con dolor. Él

ya había experimentado en carne propia las consecuencias de la ma-

ternidad.

OP

El Conocimiento sólo se transforma en Sabiduría cuando es experi-

mentado, vivido en carne propia.

De cualquier otra manera apenas si es un mapa de cicatrices mudas

vistas desde el aire.

Jim

en

a S

ch

la

ep

fe

r, F

um

ánd

ose

a K

anu

, tin

ta c

hin

a, a

críl

icos

y p

lum

a, 2

4X33

cm

. 201

0.

8

Brujir: “Igualar los bordes de un vidrio después de cortado con un dia-

mante.”

Así imagino será el paso de la vida a la muerte: sin dejar la menor

cicatriz.

OP

Tendemos a concluir demasiado naturalmente que la cicatriz es el re-

sultado de una herida, que ésta ha de resolverse en aquella y sansea-

cabó.

Y no hay razón objetiva para que suceda de otra manera.

Para la memoria, sin embargo, la cicatriz es apenas la herida de

la herida herida, una eterna fisura de la realidad absoluta de cada

quien...

De Escritos a mano (2011):

Todo en nosotros es distancia, jornada cuyo término desconocemos,

siempre a medio camino, parciales e inadecuados.

Si es así, no hay entonces camino errado; cuestión de engancharse

al Nombre correcto en las encrucijadas, atravesar el puente sin ton-

tear con las esfinges —sirenas de tierra— y sus obvias preguntas.

Si soy mi propia búsqueda, ¿a qué detenerse en philo sophias?

OP

Aceptamos pasivamente lo irrecuperable, la inercia del olvido. Cava-

mos pacientemente la inconsciencia de la postergación. De la “largura

de días” para qué hablar: corta o extensa, la vida se escurre igual…

OP

Por lo general tendemos a olvidar que, del Cosmos, somos las criaturas

más imperfectas, las más inadaptables y dependientes. ¿Es imagina-

ble una rosa, una lagartija, un pájaro o una pantera pretendiendo que-

rer dejar de ser lo que son esencialmente: planta, reptil, ave, animal

salvaje?

9

Jim

en

a S

ch

la

ep

fe

r, M

ater

ia g

ris,

tin

ta c

hin

a, a

críl

icos

y p

lum

a, 3

0X22

cm

. 201

0.

10

13 Aforismos 13

Juan Domingo Argüelles

Para Bruno Estañol

No vivimos en un Estado de derecho; vivimos en un Estado de

derecha.

OP

No es lo mismo un escritor de ficción que una ficción de escritor.

OP

Durante mucho tiempo me pareció que el aprendizaje tenía lógica y

congruencia... hasta que conocí de cerca a mis maestros.

OP

No tengo dudas de que he escrito más de lo que debería, pero no más

de lo que podría. La hipergrafía no es una virtud.

OP

El pendejo es casi siempre nocivo, aunque a veces de modo incons-

ciente. El ojete, en cambio, es más dañino porque se solaza en su

mala intención. Pero el peor de todos es el pendejete: híbrido de

ambos. Es el peor porque es pendejo y es ojete.

OP

Algunos escritores y artistas son como las putas politizadas: se que-

jan de que las usen, pero se dejan usar, de mil amores, si la paga es

buena.

OP

Muchos escritores son avinagrados, intolerantes, soberbios, vanido-

sos y aun malvados. Incluidos los genios. Luego, entonces, el libro

no mejora sustancialmente al ser humano. No le da, necesariamen-

te, un propósito ético. Únicamente lo ilustra.

11

En México o te vuelves loco o te vuelves cínico. Las calles, las pla-

zas, las casas, las oficinas, las camas, los retretes están llenos de

cínicos. Más vale estar loco.

OP

Era melómano y megalómano. Tuvo un hijo melomegalómano.

OP

Hay quienes se radicalizaron tanto a la derecha, que hoy hasta la

ultraderecha parece izquierda.

OP

Con su peculiar acento y su consustancial arrogancia, una erudita

francesa dice: “Provengo de una minorría”. Todos escuchamos que

provenía de una amenorrea.

OP

Pasado el pasado, el presente fue lo que fue: impalpable presente

que no tuvimos por pensar en la historia que ya pasó.

OP

La comodidad se hace conformismo, y el conformismo nos hace aco-

modaticios. Tiene razón el poeta George Jonas: no somos libres por-

que preferimos más la comodidad que la verdad.Jim

en

a S

ch

la

ep

fe

r, d

e la

ser

ie “

Soc

iepe

z”, a

cuar

elas

y p

lum

a, 1

4X21

cm

. 201

0.

12

Árboles

Marco Antonio Campos

Somos sombras de tiempo y al pensar en nosotros y los otros —ayer,

hoy— somos sombras en movimiento.

OP

El pasado es un montón o amontonamiento de escasas imágenes

que, interrogadas, apenas explican una vida.

OP

La juventud es el don más grande que se da bajo el sol. Y se sabe

esto pero se lo olvida trabajando siempre para ser alguien. Y cuan-

do se llega a la madurez, cuando aparecen las primeras canas o

vemos a las muchachas ligeras y espléndidas que lentamente van

diciendo adiós, el mundo se ve con la calma cruel de la experiencia.

Comprendemos que el mayor don que puede darse bajo el sol es la

juventud, pero que ésta la perdimos absurdamente, que no fuimos

capaces de saber vivirla y comprenderla pero que tampoco teníamos

las armas necesarias para saber vivirla y comprenderla.

OP

En alemán la palabra Angst significa a la vez o aisladamente angus-

tia, miedo, ansia. Entre eso y la locura hay una hoja en la rama del

árbol que puede o no caer.

OP

Una máxima o un imperativo para un joven es: “debes destruir”.

La iconoclastia como pose o tarea. Para un adulto es casi una máxi-

ma o un imperativo: “debes construir”. Sin embargo es desolador

imaginar que aquello que construimos con tantos esfuerzos y penas

—poco, poquísimo— será destruido por jóvenes que harán la tarea

de destrucción que hicimos nosotros y nuestra vida habrá sido como

una exhalación de aire entre las hojas.

OP

El pasado existe para que los poetas embellezcan sus miserias.

13

En la madurez caminamos sobre las sombras de nuestros grandes

sueños.

OP

El sueño, si no encarna, es siempre irreprochable y siempre inútil.

pero uno se da cuenta sólo tarde.Jim

en

a S

ch

la

ep

fe

r, d

e la

ser

ie “

Soc

iepe

z”, a

cuar

elas

y p

lum

a, 2

1X14

cm

. 201

0.

14

Cuando niños nos decían: “no te entrometas en las en las conversa-

ciones de los mayores”. Una vez, con una niña, hija de una amiga de

mi madre, intervinieron los mayores en nuestra conversación. Les

dije: “no se entrometan en las conversaciones de los niños”. Pasados

más de cuarenta y cinco años de eso, creo que tenía razón en lo que

dije. El orbe del niño es mágico e inventivo; el del adulto opaco y

embustero. Aunque niños y adultos se crucen y entrecrucen a cada

momento en el escenario del gran teatro del mundo, no hay posibili-

dad real entre ambos de comprensión y reconciliación.

OP

Antonio Porchia escribió: “mi padre, al irse, regaló medio siglo a mi

niñez”. Yo apenas añadiría: “mi padre, al irse, regaló siglo y medio

de libertad y de sueño a mi niñez ”.

OP

En las familias acomodadas hay ascendientes –abuelos o tíos – que

aman con más naturalidad a aquellos miembros e hijos de esos

miembros que tienen poder y dinero.

Los parientes pobres suelen ser pegotes molestos a los que se

tolera con dificultad y con quienes se debe simular algún afecto.

OP

Aunque quiera, aunque se esfuerce con toda la voluntad del alma

y del corazón, un hombre no puede levantarse del todo cuando ha

caído hasta las profundidades del abismo. Siempre queda en él algo

triste y definitivamente roto.

Jim

en

a S

ch

la

ep

fe

r, d

e la

ser

ie “

Soc

iepe

z”, a

cuar

elas

y p

lum

a, 1

4X21

cm

. 201

0.

15

Cuando se quiere aprender a sonreír tarde en la vida, la sonrisa se

vuelve un rictus.

OP

Se sabe que los años ya se nos precipitaron encima, cuando al agu-

dizarse los dolores del cuerpo, uno empieza a interesarse por las

enfermedades de los demás.

OP

Quizá la historia del mundo se resuma in extremis en un hecho

inexplicable y absoluto: el silencio de Dios. Pero ese silencio sólo

puede explicarse por su abandono.

OP

El silencio de Dios significa lo que no se alcanza a entender.

OP

Dios arde en nuestra conciencia culpable.

OP

No supo cuántas veces en el curso de su vida el arcángel lo precipitó

de un paraíso que apenas llegó a entrever. O creyó entrever.

OP

Nacemos inocentes y nos vuelven culpables. Crecemos y crecen

también nuestras culpas. Vemos nacer a inocentes y los volvemos

culpables. Crecen ellos a su vez y siguen llenándose de culpas y

convirtiendo en culpables a los otros. Y todos morimos en la culpa.

OP

La mano y la conciencia despiadadas del hombre destruyen todos

los paraísos.

OP

Un hombre que ha conocido la felicidad en la tierra ¿de qué puede

ser salvado?, ¿o para qué se le salva?

16

En su imagen y significación religiosa el cielo parece la mayor locu-

ra imaginativa del hombre. ¿Pero quién no ha aspirado a él?

OP

Se aprecia altamente a los jóvenes dotados porque representan una

palabra hecha de tiempo: esperanza. Después de los 40 años se es

ya lo que se es, o en casos como el nuestro, lo que se debió ser.

OP

Las personas a las que quisimos y mueren van dejándonos más so-

los en la tierra y deshabitándonos interiormente. Ese algo de ese

alguien no podemos ya reponerlo. Es como irnos muriendo lenta-

mente.

OP

No hay injusticia, como creí alguna vez, en el morir. Tampoco debe

atacarse a la muerte a diestra y siniestra, como quería Rimbaud,

y así lo creí en otro tiempo. Tampoco se trata de hacerle un altar

enfermizo, como le construí varios años, porque es robarle triste-

mente a la vida lo que le pertenece. La muerte sucede y es y como

tal debemos aceptarla, como se acaban de aceptar los hechos que no

es posible comprender.

OP

Entre lo que uno quiere ser y lo que es hay la distancia de un tiempo

que no nos es dable vivir.

OP

Se debe vivir con pasión pero también debemos retirarnos a tiempo

antes de que la pasión nos devore o nos consuma en una columna de

fuego. Pero cuando se ha llegado a ese punto ¿cómo saberlo?

OP

Las apariencias y las verdades a medias nos van haciendo o desha-

ciendo más que la verdad. Hay quienes se ponen tantas máscaras

que ya no saben dónde está la verdadera cara, o a lo mejor, la cara

que tienen son todas las máscaras que se pusieron en el tiempo,

pero ya son incapaces de quitárselas o descifrarlas.

17

Cuando las malas experiencias continuas han hecho que se aprenda

a desconfiar de la gente, uno empieza a vivir, ya sin máscaras, el

desencanto del mundo.

OP

Un hombre golpea un muro toda su vida. Lucha por romperlo. Lo-

gra al fin abrir un boquete, y pasa: descubre que el otro lado era

igual o peor que el sitio espantoso donde estaba. Pero se consuela

diciéndose que al menos lo intentó.

OP

El exceso de estudio pocas veces otorga la felicidad.

OP

Me pasé en la espera de esperar grandes hechos que no llegaron.

OP

En las relaciones amorosas se busca al principio la reciprocidad y

uno de los dos acaba siendo la víctima.Jim

en

a S

ch

la

ep

fe

r, d

e la

ser

ie “

Soc

iepe

z”, a

cuar

elas

y p

lum

a, 1

4X21

cm

. 201

0.

18

El ensueño agreste de Jimena Schlaepfer

 “Quimérica” es la palabra que se puede utilizar para definir la obra reciente de  Jimena Schlaepfer. Sus personajes y  ámbitos  fantásticos  son  inventivas visuales en los que flora, fauna y humanidad se funden. Para lo cual se hace necesaria  la generación de un mundo primigenio donde estos seres puedan habitar, un paisaje cuyo horizonte es la línea entre razón y sueño. 

Dentro de los muchos elementos de juicio que se pueden utilizar para ca-tegorizar la obra de Schlaepfer, aquel que apela al asunto de “lo femenino” sería el más limitado a pesar de ser el más recurrido. Ciertamente, su trabajo es una muestra del estado actual de la visión femenina en las artes, pero tam-bién es un síntoma de las temáticas y las referencias visuales que interesan a su generación, donde la fantasía y la ficción son concebidos como medios para analizar y comprender la realidad, a modo de crítica, evasión, e incluso, idealización.  Schlaepfer  forma  parte  de  una  generación  de  artistas  jóvenes que trabajan en la Ciudad de México, cuyo sello particular es el retorno a la naturaleza como motivo de reflexión estética y como referencia primordial, de un modo que puede presentar conexiones con el Romanticismo europeo del siglo xix. Para esta generación, los motivos visuales que se pueden extraer de la naturaleza, se pueden transformar para crear alegorías y representaciones sobre la condición de lo humano, sobre lo emocional y acerca de la posibi-lidad ulterior de un espacio de actividad de imágenes simbólicas, que logran escapar al razonamiento más positivista. El arte de esta artista tiene ilustres antecedentes: desde las criaturas fantásticas medievales que habitan en cua-dros de pintores como El Bosco, hasta las creaciones oníricas del Surrealismo.

La obra artística de Jimena Schlaepfer se ha desarrollado en medios diver-sos: dibujo, pintura experimental, escultura en cerámica, bordado en cartón y vídeo. Esa diversidad tiene un eje constante: lo natural como posibilidad me-tafórica para la personificación. En sus obras lo agreste se transforma en un escenario que puede alojar lo fantástico y, dentro del espacio de ficción que es posible en el arte, confirma el eco de animismo que nos lleva a intuir una posible vida secreta de las plantas y los animales. En este sentido, las obras de Schlaepfer funcionan como una afirmación contemporánea de estrategias de creación que, desde el ámbito de la inventiva y el ensueño colectivo, cuentan con una larga tradición en las artes: el cuento, el mito y la leyenda se vivi-fican en los trabajos de esta artista, manteniendo un potencial de sugerente elocuencia que lleva a la mente a inventar narrativas.       w

Jim

en

a S

ch

la

ep

fe

r, T

ibu

rón

Mac

o (d

etal

le),

bor

dado

en

car

tón

, 250

x90

cm. 2

010.

19

20

Página anterior: Jimena Schlaepfer, Dragón blanco, tinta china y acrílicos, 80x60 cm. 2009.

Esta página: Jimena Schlaepfer, Conejobuho, tinta china, acrílicos y pluma, 33x24 cm. 2010.

21

Esta página: Jimena Schlaepfer, Sicodelia, acrílicos y pluma, 33x24 cm. 2010.

Página siguiente: Jimena Schlaepfer, Pájaro trueno, tinta china y acrílicos 122x80 cm. 2010.

22

23

w El trabajo de Jimena se ha distinguido por hacer uso de medios utili-zados escasamente en la producción del arte reciente. De especial interés es su propuesta de dibujo a partir de esmerados bordados con hilos multicolores sobre  cartón. Estos  dibujos muestran  escenas  sencillas,  como  el  retrato  de un oso polar dormitando. Otros bordados son más complicados y muestran grandes escenas compuestas por una mezcla de seres fabulosos y flora enrare-cida, que pretenden escenificar hechos míticos (como en “Génesis”) surgidos de la imaginación de la autora. Schlaepfer también hace uso frecuente de la cerámica, con la que elabora esculturas esmaltadas de lobos bicéfalos, pájaros extraños y medusas que estrujan; los cuales son temas recurrentes en su obra. Estas esculturas  terminan  integrándose a dioramas realizados en papel car-toncillo y ambientados con una iluminación especial que le da a la escena un aspecto de ensueño agreste. Es de notar la traslación a términos escultóricos de un mundo que la artista ha ido formulando como el hogar idealizado de sus personajes. Los ejercicios de Schlaepfer se han extendido a la creación de in-tervenciones a sitios que, a modo de instalaciones, se muestran como lugares hechos de papel donde sus personajes habitan y tienen lugar sus aventuras de simbolización emocional o reflexiva. Destacan las obras elaboradas con papel cartoncillo, aplicado con adherente sobre soportes bidimensionales, donde los animales sirven de pretexto para realizar experimentos que concatenan pintu-ra y escultura sobre un mismo soporte.  

Un proyecto que logra unificar todos los intereses de la artistas, es la serie fotográfica “Paisajes que solo existieron aquí…” En ella, Schlaepfer presenta una serie de fotografías tomadas a partir de montajes que realizó en el con-texto de su espacio doméstico, interviniendo el mismo con papel y esculturas hechas  con cerámica, cartoncillo y otros materiales. Estas imágenes funcio-nan como mirillas que nos permiten una visión de un mundo que hasta ahora solo existía en la imaginación de la creadora, y que logran funcionar como un puente necesario entre nuestra circunstancia cotidiana y el mundo alterno y subjetivo que la artista nos propone. 

Axel Velázquez

Jim

en

a S

ch

la

ep

fe

r, T

ibu

rón

Mac

o, b

orda

do e

n c

artó

n, 2

50x9

0 cm

. 201

0.

24

Autobiografía

Geney Beltrán Félix

Lo que te repugna de mí es lo que desconoces de ti.

OP

Quien se asume en tanto víctima lo que revela no es una indefensión

aceptada sino su necesidad de un verdugo para dar cumplimiento,

por mano ajena, al odio que siente por sí mismo.

OP

Quien no quiere pagar no encuentra mejor coartada para su ingrati-

tud que la diatriba contra los defectos, imaginarios o reales, de sus

acreedores...

OP

«Azar» es el nombre que damos a nuestro miedo cuando, por debajo

de la consciencia, se impone a nuestra voluntad.

OP

El miedo es odio-en-su-tierna-infancia.

OP

Hay miedos que son deseos de clóset.

OP

Anda, qué valiente. Véndete ahora, barrigón, como el purísimo ene-

migo de todo aquello de que te has alimentado desde que, muerto de

hambre, rogabas por entrar a los banquetes...

OP

Nada lastima más que recibir un favor: nos recuerda que al nacer

veníamos desnudos e indefensos.

25

Rencor que se avergüenza de decir su nombre, la gratitud es la for-

ma de perdonar, a quien nos lo hizo, un favor.

OP

Matrimonio: rito de pasaje por el que un individuo pide ya no ser

manipulado por varias personas para entregar así el monopolio a

una sola.

Jim

en

a S

ch

la

ep

fe

r, C

onst

elac

ión

de

la f

emin

eid

ad, t

inta

ch

ina

y pl

um

a, 3

0X22

cm

. 200

9.

26

Los padres son El Otro en estado puro.

OP

El fracaso tiene la compasión de ser invisible

para sus víctimas.

OP

El hipócrita deja ver a cada persona una más-

cara distinta, pero está condenado a advertir en

todos, repetido, su propio rostro.

OP

Luego de ser traicionado sólo queda una cosa:

volver a nacer.

OP

Toda traición es abominable porque nos recuer-

da lo imposible que fue la vida, para el solitario,

en la época de las cavernas.

OP

No hay más despiadada perfección que la del

suicidio.

OP

Como el orgasmo, el dolor es un adelanto, en pe-

queño, de la muerte: nos recuerda que desde

el nacer, sin advertirlo, hemos venido eligiendo

entre la supervivencia y el suicidio.

OP

Quien vive cada instante como si un segundo

después se fuera a morir no vive la vida sino su

intolerancia a la vida.

OP

El ingenio es la profundidad de los simpáticos.

Jim

en

a S

ch

la

ep

fe

r, d

e la

ser

ie “

Día

de

mu

erto

s”, t

inta

ch

ina

y ac

ríli

cos,

122

X45

cm

. 201

0.

27

No se repruebe la frivolidad de los intelectua-

les en nuestra época: si no pueden cambiar el

mundo, que escriban para cambiar de marca de

zapatos.

OP

Muy cómoda es para el cínico nuestra época:

tampoco él busca —ni admite— respuestas.

OP

¡Ay, esa gente con ego de león y escritura de

perro!

OP

¡Cuántos lugares equivocados tiene el mundo!

¿O será uno solo y el mismo que me persigue?

OP

La vejez se trae desde siempre bajo la piel, y va

quemando capas hacia la superficie a como el

eco de las frustraciones la convoca.

OP

No hay contradicción entre misantropía y

lujuria.

OP

El asco es el deseo al revés. Pero deseo al fin.

OP

…Y es que —a veces— en la sola decisión de

seguir respirando ya está implícito el aceptar

corromperse.

OP

¿Por qué el yo es más yo cuando suelta su vio-

lencia?

Jim

en

a S

ch

la

ep

fe

r, d

e la

ser

ie “

Día

de

mu

erto

s”, t

inta

ch

ina

y ac

ríli

cos,

122

X45

cm

. 201

0.

28

¿Se dará cuenta acaso de que al pedir lo que no da, nunca podrá

recibirlo sin hipotecar el alma con una injusticia?

OP

La sinceridad, esa forma tan puritana de suicidarse ante los amigos.

OP

El escepticismo radical vuelto una certidumbre hedonista: la duda

ante todo sin la angustia por nada.

OP

¿De dónde hallarle futuro a un país cuyo pasado es una vergüenza

y cuyo presente es una amenaza?

OP

La crítica de una dictadura busca la destrucción de esa dictadura.

La crítica de una democracia quiere el mejoramiento de esa demo-

cracia. Pero la primera, sin armas, no le hace nada a la dictadura. Y

la segunda, sin dinero, no mueve gran cosa en la democracia.

OP

Todo aforismo lo pensó antes alguien más.

OP

Aforista: delincuente que, disfrazado de fiscal, finge colocar al gé-

nero humano en el banquillo de los acusados en que secretamente

pasa condena sobre sí mismo.

OP

Somos iracundos fiscales que, sin embargo, han llegado tarde, ¡ay!,

a la repartición de dedos flamígeros.

OP

El aforismo es la autobiografía sin los hechos.

29

Para sobrevivir el dolor construye fronteras.

OP

Hay un hueco en el horizonte que por incompetencia llamamos “sol”.

OP

La arqueología es una especialización de la nostalgia.

OP

La precisa necesidad de decir adiós. La insólita perfección de

quedarse.

OP

Las ciudades o nos enseñan a reconocernos en los otros o nos

hacen desear borrarlos.

OP

Extrañar es tener la sensación lúcida de haber sido otro.

OP

Un día el silencio en que nos habíamos refugiado no nos servirá

más y el agujero en que habíamos metido la cabeza nos resultará

vergonzoso.

OP

Al pasado que viene lo denominamos utopía. El deseo es el ayer

volviendo en busca de sus fueros.

OP

Estamos condenados a mirarnos. A encontrar en otros las simi-

litudes que nos rechazan.

Reiteraciones, ecos

Jezreel Salazar

30

Escribir como forma de la nostalgia, como

método para evitar la pérdida. Nunca olvidar

esto: escribir es siempre regresar.

OP

La lejanía no es un asunto de distancias y geo-

grafías, sino el resultado de certezas íntimas

y morales.

OP

Las utopías son el futuro de los recuerdos.

OP

Qué lástima que el amor no siempre haga suyo

ese don: resurgir.

OP

El amor sólo es posible porque existe el cam-

bio. La sucesión es lo que permirte que algo

duela.

OP

Existe una disyuntiva: vivir el sueño como eva-

sión o como reparación. Hay otra posibilidad:

habitar lo onírico como única forma de vida.

OP

Todas las horas tienen fisuras. Hay que ha-

llarlas.

OP

Estamos marcados por lugares que quisiéra-

mos olvidar en mayor medida que por aquellos

que vivifican un anhelo feliz.

OP

A la trivialidad del sentimiento la denomina-

mos “cursilería”.

Jim

en

a S

ch

la

ep

fe

r, d

e la

ser

ie “

Día

de

mu

erto

s”, t

inta

ch

ina

y ac

ríli

cos,

122

X45

cm

. 201

0.

31

El insomnio es un tipo de lucidez desgastada

por el cansancio.

OP

Leer mientras se viaja es lo mismo que habitar

una caja china. Experiencia matriushka: ir a

otro país con un libro (el viaje dentro del viaje).

OP

El odio suele ser la reiteración permanente de

un cariño herido.

OP

Aforismo: ensayo jíbaro, microscopía del pen-

samiento.

OP

¿Fue el malestar emocional lo que tuvo conse-

cuencias sobre el cuerpo o fue la enfermedad

lo que provocó efectos dañinos en la vida in-

terior?

OP

Habrá que envejecer para volver a la infancia.

OP

La memoria es un adiós interminable.

OP

La realidad es silenciosa en la medida en que

no sabemos cómo ponerla en palabras. Esa in-

capacidad puede también producir ruido.

OP

Si quieres alejar a alguien de tu vida, préstale

dinero. Entre mayor la deuda, más insondable

la distancia.

Jim

en

a S

ch

la

ep

fe

r, d

e la

ser

ie “

Día

de

mu

erto

s”, t

inta

ch

ina

y ac

ríli

cos,

122

X45

cm

. 201

0.

32

La esperanza es el credo que practican quienes no han leído a

Kafka.

OP

Espera: forma kafkiana de la esperanza.

OP

La desesperación es la prisa del deseo.

OP

Infidelidad: esa forma de la disidencia moral, esa clandestinidad

de los sentidos.

OP

No es luz lo que no es espanto.

OP

No hay mundo sino peceras. Los peces se ahogan en sus lágri-

mas, a nosotros nos asfixia nuestro aliento.

OP

Cuando abren los ojos, los peces siguen ahogándose en su llanto.

OP

Todo es asunto de percepción. Lo que varía no es el tiempo, sino

el reflejo en los espejos. Es decir, la mirada.

OP

La enfermedad es otro de los nombres que tiene la lucidez.

OP

Fiebre: lucidez dolorosa. Susceptibilidad de la piel.

33

a. La eternidad nos es arrebatada dos veces: primero con el naci-

miento, al final, con la muerte. Lloramos la segunda mitad de la

eternidad, despreciamos la primera.

b.Nacer es el pecado de interrumpir la inexistencia.

c.Madurar consiste en contraer la histeria de ser alguien.

d. Morir es resolver la sospecha de no ser un yo.

e. Lo único realmente ridículo de la existencia es que no mueva a

risa.

f. Si la gallina es un pretexto del huevo para crear otro huevo,

el lector es una estrategia del libro para hacer otro libro. Los

hombres son, por tanto, un medio de los dioses para crear más

dioses.

g.Los niños son de cuando no había dioses.

h.Lo más raro del mundo es la existencia del mundo.

i.La i es una ñ vista de perfil.

j.Aún después de que se permita la ordenación de mujeres y se

desautorice el celibato, la decadencia de la Iglesia permanecerá

hasta que no instituya el sacramento del divorcio: que lo que

Dios ha separado no lo reúna el hombre.

Javier Acosta

Abecedario del vacío

34

k.El aprendizaje de toda doctrina filosófica pasa por tres fases,

similares a las de la comprensión de los chistes: 1) hacer como

si hubiésemos entendido, 2) escribir una tesis al respecto y 3)

explicar a otros lo que no hemos entendido manteniendo los pro-

tocolos del primer inciso.

l.Michel Foucault decía que no estaba seguro de que existiera la

filosofía, pero sí de que había filósofos. Podríamos decir lo con-

trario de la poesía: de lo que jamás estaremos seguros es de la

existencia de los poetas. Por ello todo aquel que se presenta como

poeta sabe que ejerce de impostor.

m.Corazonada: mi corazón nada sabe del futuro.

n.Un pesimista que cree que todo tiempo pasado fue mejor no deja

de ser un optimista. Un pesimista cabal sabe que todo empeora

tanto si se remonta uno al pasado como si se intenta vislumbrar

el futuro.

Jim

en

a S

ch

la

ep

fe

r, S

ombr

a, t

inta

ch

ina

y pl

um

a, 2

4X33

cm

. 201

0.

35

ñ.La ñ es una i vista de frente.

o.Contra Aristóteles, la Poesía no es superior a la Historia porque

cuente las cosas no como fueron, sino como debieron ser. La poe-

sía es superior porque cuenta el mundo libre del deber ser.

p. La poesía siempre es celebración. La poesía es cuando celebra la

vida sin-sentido.

q.Principio y fin de la poesía: en el principio siempre está la poe-

sía, después viene el poema, cuyo único fin es encaminarse a la

poesía. Entre el principio y fin un paso en falso, seco, inevitable.

r.La existencia es el camino más largo para ir de la nada a la nada.

s.La existencia es el no-camino, siempre demasiado corto, siempre

demasiado tortuoso. De la nada a la nada, pasando por el nadie.

t.(Porchiana:) Cuando no estoy soñando ando medio dormido.

u.El inconsciente es una cabeza dentro de otra cabeza —hueca.

v.Madurar es olvidar que uno está vivo. Inmadurar es el oficio del

poeta —aún en el caso de que entendamos al poeta como alguien

que escribe poemas.

w.Motivos del insomnio: ya nada más dormido soy el hombre que

soñé alguna vez.

x.La x es una t que se tropieza.

z. La eternidad es esa cantidad de tiempo que cabe, toda entera, en

la mitad de la eternidad.

36

Permanecemos temerosos a la incertidumbre sin alcanzar el sosiego

espiritual, pero sin lanzarnos a vivir el desconcierto.

OP

Demasiada soledad termina por debilitarnos, pero una sobredosis

de gente puede ser irreversible.

OP

Hay una manera de permanecer anclado sin que las cosas nos afec-

ten: resolver lo inmediato y dejarse mecer por las apacibles aguas

de la comodidad. Se trata de la indolencia típica de nuestro tiempo.

Hay otra forma de renunciar, incluso a la exaltación del existir: al-

canzar el ideal estoico: la auténtica apatía: no desear.

OP

La Modernidad con su desperdicio es inevitable como la caca de las

palomas.

OP

Por la sola dicha de alcanzar, en ciertos momentos, esos estados de

gratuita contemplación, vale soportar el existir.

OP

La pantera de la ansiedad va por mis nervios, me acecha. Presiento

cotidianamente su sombra, su huella. De nada sirve esperar su zar-

pazo definitivo: su presencia es lo que aterra.

OP

La peor de las supersticiones es creer que se tiene la razón. El mal

que engendra es la dictadura del yo, que es tan perjudicial como

cualquier fanatismo; por quienes han defendido hasta las últimas

consecuencias sus razones —arrastrando consigo a incrédulos y a

creyentes— el mundo padece la sombra del horror.

Ansiorismos

Diego José

37

Disfrutar de la dicha de reírse de uno mismo es el único remedio

contra el orgullo y la autocompasión.

OP

Quienes han logrado vencer la superstición de la Verdad Absoluta,

llevan la mitad del camino hacia la libertad.

OP

La Modernidad, ese cadáver a quien en vano se le exige: levántate

y anda.

Jim

en

a S

ch

la

ep

fe

r, S

in t

ítu

lo, t

inta

ch

ina

y ac

ríli

cos,

80X

60 c

m. 2

009.

38

La consciencia del cuerpo —en cada tendón y en cada nervio crista-

lizado— es el síntoma de la ansiedad.

OP

La poesía es un estado de gracia al que aspira la palabra.

OP

Desear la quietud es inquietarse por vivir en desarmonía. La quie-

tud exige un grado superlativo de silencio: callar al yo y a los canes

de sus deseos.

OP

Naufragar como Robinson, sin ir demasiado lejos, hacerlo dentro de

la sociedad. Intentar ser una isla entre la gente hasta comprender

el auténtico sentido de la empatía que habla John Donne.

OP

¡Ah, los poetas! Su hambre de prestigio suele ser tal, que olvidan

alimentarse de poesía.

Jim

en

a S

ch

la

ep

fe

r, G

ato

mu

rcié

lago

, tin

ta c

hin

a y

acrí

lico

s, 9

0X12

3 cm

. 201

0.

39

40