la nasa se apunta a la siesta

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La NASA se apunta a la siesta La Junta de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos (NTBS), que toma como base informes de la agencia espacial norteamericana, ha realizado un estudio que tuvo como protagonistas a los controladores aéreos. ¿Su conclusión? Que una pausa para dormir ayuda a mejorar un 34 por ciento su rendimiento y un 54 por ciento, su estado de alerta. Es más, la NTBS pone un límite a lo que debería ser la siesta ideal: 26 minutos. FUENTE | La Razón digit@l 19/07/2011 "Después de las comidas se produce un pico de sueño. Y si se puede, es aconsejable no dormir más de 30 minutos", explica a LA RAZÓN Miguel Ángel Saiz, director médico de Noctis Center, centro especializado en trastornos del sueño. Y subraya que nunca se debe superar esa media hora. "El sueño hay que plantearlo como una parte importante de nuestra vida. Y para funcionar bien durante la vigilia, el sueño nocturno ha de ser de la mayor calidad posible. Si nos echamos una siesta de dos horas, eliminamos parte de nuestro descanso nocturno", añade. ¿La consecuencia? Un desorden que puede conducir de lleno al insomnio. "Durante el sueño, disminuye la frecuencia cardiaca y la presión arterial, lo que nos viene bien. Si desarrollamos una serie de hábitos incorrectos, caeremos en una rutina", añade Saiz. CAPACIDADES COGNITIVAS Por el contrario, una breve y bien aprovechada siesta puede provocar "un aumento de nuestras capacidades cognitivas y un nivel óptimo para atenuar el cansancio contenido durante el día". No en vano, la disminución de los riesgos cardiovasculares es uno de los grandes beneficios de la siesta. Otro informe, publicado en Archives of Internal Medicine, aseguraba que la siesta es una de las mejores recetas para eludir problemas cardiacos. Así, los que se tomaban este descanso redujeron estos trastornos en un 37 por ciento, mientras que los que dormían la siesta de forma ocasional sólo los disminuyeron en un 12 por ciento. Sin embargo, no predicamos con el ejemplo. Una encuesta elaborada por la Fundación de Educación para la Salud (Fundadeps) revelaba que sólo el 16,2 por ciento de los españoles se echaba una siesta a diario después de comer. Y más de la mitad (58,6 por ciento) afirmaba que nunca lo hacía. La presidenta de Fundadeps, María Sainz, afirmó que la siesta "ha pasado a ser un mito que únicamente interesa para el turismo". Así, el país que parece haberse tomado más en serio las propiedades reparadoras de la siesta ha sido Alemania. Bien es cierto que las obligaciones laborales nos privan de poder echar una cabezada. "Al final, la gran mayoría de los mortales se ve empujada a beber café o darse pellizcos para que no le venza el sueño en el trabajo", dice Saiz. Por eso, expertos alemanes han recomendado que se incorpore este hábito en el trabajo. "Los empresarios listos saben de la importancia de una pausa reparadora. Así, se mantiene el rendimiento, la creatividad y la motivación del trabajador", afirmó al diario Bild Mario Ohoven, presidente de la Federación Alemana de la Pequeña y Mediana Empresa. De hecho, Ohoven recordó que la siesta en el trabajo se ha instaurado con éxito en países como Estados Unidos, Japón y Austria. Algo que, dice, aumenta "el atractivo de una empresa con vistas a reclutar a trabajadores cualificados".

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un articulo sobre el sueño

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Page 1: La NASA Se Apunta a La Siesta

La NASA se apunta a la siesta

La Junta de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos (NTBS), que toma como base informes de la agencia espacial norteamericana, ha realizado un estudio que tuvo como protagonistas a los controladores aéreos. ¿Su conclusión? Que una pausa para dormir ayuda a mejorar un 34 por ciento su rendimiento y un 54 por ciento, su estado de alerta. Es más, la NTBS pone un límite a lo que debería ser la siesta ideal: 26 minutos.

FUENTE | La Razón digit@l 19/07/2011

"Después de las comidas se produce un pico de sueño. Y si se puede, es aconsejable no dormir más de 30 minutos", explica a LA RAZÓN Miguel Ángel Saiz, director médico de Noctis Center, centro especializado en trastornos del sueño. Y subraya que nunca se debe superar esa media hora. "El sueño hay que plantearlo como una parte importante de nuestra vida. Y para funcionar bien durante la vigilia, el sueño nocturno ha de ser de la mayor calidad posible. Si nos echamos una siesta de dos horas, eliminamos parte de nuestro descanso nocturno", añade. ¿La consecuencia? Un desorden que puede conducir de lleno al insomnio. "Durante el sueño, disminuye la frecuencia cardiaca y la presión arterial, lo que nos viene bien. Si desarrollamos una serie de hábitos incorrectos, caeremos en una rutina", añade Saiz. CAPACIDADES COGNITIVAS Por el contrario, una breve y bien aprovechada siesta puede provocar "un aumento de nuestras capacidades cognitivas y un nivel óptimo para atenuar el cansancio contenido durante el día". No en vano, la disminución de los riesgos cardiovasculares es uno de los grandes beneficios de la siesta. Otro informe, publicado en Archives of Internal Medicine, aseguraba que la siesta es una de las mejores recetas para eludir problemas cardiacos. Así, los que se tomaban este descanso redujeron estos trastornos en un 37 por ciento, mientras que los que dormían la siesta de forma ocasional sólo los disminuyeron en un 12 por ciento. Sin embargo, no predicamos con el ejemplo. Una encuesta elaborada por la Fundación de Educación para la Salud (Fundadeps) revelaba que sólo el 16,2 por ciento de los españoles se echaba una siesta a diario después de comer. Y más de la mitad (58,6 por ciento) afirmaba que nunca lo hacía. La presidenta de Fundadeps, María Sainz, afirmó que la siesta "ha pasado a ser un mito que únicamente interesa para el turismo". Así, el país que parece haberse tomado más en serio las propiedades reparadoras de la siesta ha sido Alemania. Bien es cierto que las obligaciones laborales nos privan de poder echar una cabezada. "Al final, la gran mayoría de los mortales se ve empujada a beber café o darse pellizcos para que no le venza el sueño en el trabajo", dice Saiz. Por eso, expertos alemanes han recomendado que se incorpore este hábito en el trabajo. "Los empresarios listos saben de la importancia de una pausa reparadora. Así, se mantiene el rendimiento, la creatividad y la motivación del trabajador", afirmó al diario Bild Mario Ohoven, presidente de la Federación Alemana de la Pequeña y Mediana Empresa. De hecho, Ohoven recordó que la siesta en el trabajo se ha instaurado con éxito en países como Estados Unidos, Japón y Austria. Algo que, dice, aumenta "el atractivo de una empresa con vistas a reclutar a trabajadores cualificados".

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EN CUARTO LUGAR No es la primera vez que los alemanes han demostrado más interés en la siesta que los españoles, en teoría, inventores del concepto. Un estudio publicado en la revista Neurology revelaba que el 22 por ciento de los germanos reconocía dormir la siesta al menos tres veces a la semana. Les seguían en este peculiar ranking los italianos –16 por ciento– y los británicos –15 por ciento–. España se tuvo que conformar con el cuarto puesto: sólo un 9 por ciento reconoció echarse la siesta regularmente. Desde Noctis Center se tiene la percepción de que "el sueño es un artículo de lujo, cuando es algo básico". Pérdidas de concentración y memoria, arritmia cardíaca, problemas respiratorios y endocrinológicos... La falta de sueño puede llevar asociadas un nutrido grupo de patologías. "Y cada vez se descubren más", apunta Miguel Ángel Saiz. Y de poco vale ir creando una 'deuda de sueño' y tratar de corregirla los fines de semana. "Si la deuda a lo largo de la semana es importante, después es imposible 'pagarla' ", añade. DORMIDORES 'CORTOS' Y 'LARGOS' Con todo, los expertos creen que la ecuación 'más horas, más descanso' no es cierta. Así, afirma Saiz, es fácil toparse con dos tipos de 'dormidores': los 'cortos', que con seis horas de sueño son capaces de funcionar perfectamente, y los 'largos' que, pese a dormir nueve horas, continúan cansados. "El dormidor, largo o corto, no se hace: nace. Y después, se va adaptando a sus variables y a factores externos: un trabajo de siete horas, mayor presencia de labores físicas, etc. Cada individuo tiene un sueño diferente. Y cuando tratamos a un paciente, buscamos optimizarlo de la mejor manera posible", asegura Saiz.

Autor: J. V. Echagüe

El cerebro cubre la falta de sueño con 'siestas neuronales'

Un estudio puede haber encontrado explicación a los accidentes de carretera que se producen sin que el conductor llegue a dormirse, pero sí a sufrir momentáneos lapsus de atención que al volante pueden resultar fatales.

FUENTE | Público 28/04/2011

Según el trabajo de un equipo de investigadores de EE.UU. e Italia, ciertas regiones de la corteza cerebral compensan la falta de sueño tomándose la libertad de apagarse aunque el individuo esté despierto. Estas neuronas que se quedan en off, aunque minoritarias en cada momento según los resultados, incluso sólo dos de un grupo de 20, pueden afectar al rendimiento. Los científicos sometieron a un grupo de ratas a largos periodos de privación de sueño y analizaron lo que ocurría en sus cerebros y en su habilidad para alcanzar terrones de azúcar. Para evitar que los animales se durmiesen, los investigadores introducían en sus jaulas objetos que suscitaran su curiosidad, tales como pelotas de colores, cajas y tubos.

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Según relatan los autores del estudio que ha publicado Nature, en esa situación "tanto el electroencefalograma (EEG) como el comportamiento indican vigilia". Y sin embargo, los resultados revelan que algunas neuronas duermen la siesta por su cuenta. "Después de un largo periodo de vigilia, algunas neuronas corticales se quedan brevemente offline como en el sueño". "Las neuronas a menudo se quedan offline en un área cortical pero no en otra", añaden. "Durante estos periodos de sueño local [las ratas] se ven progresivamente incapacitadas para alcanzar [la comida]". DISTINTO DEL MICROSUEÑO Los científicos aclaran que es un fenómeno distinto y previo al microsueño, algo también habitual como causa de accidentes de tráfico, pero que consiste en pequeñas cabezadas de entre 3 y 15 segundos con los ojos cerrados y un patrón de EEG semejante al del sueño. En el caso de estas siestas neuronales, los ojos siguen abiertos y el efecto se parece más al de los lapsus que sufren los pacientes de epilepsia. Según el director del estudio en la Universidad de Wisconsin, Giulio Tononi, "estas neuronas cansadas en un cerebro despierto pueden ser responsables de los lapsus de atención, falta de juicio, tendencia al error e irritabilidad que experimentamos cuando no hemos dormido lo suficiente pero no nos sentimos especialmente soñolientos". Los científicos advierten de que "antes incluso de sentir fatiga" se debe "dejar toda actividad que requiera estar alerta.

Sin sueño no hay aprendizaje

En un estudio realizado por investigadores del sueño de la Universidad de Wisconsin–Madison y publicado en la revista Science, se indica que dormir más horas mejora la capacidad de aprendizaje del cerebro, al poder recuperarse este de las gran cantidad de sinapsis -uniones entre las células nerviosas donde se traspasan las señales eléctricas o químicas -que realiza durante el día.

FUENTE | ABC Periódico Electrónico S.A. 24/06/2011

«El sueño reduce el tamaño de las sinapsis nuevas, hay que crear un espacio para que las sinapsis crezcan de nuevo o no se puede aprender al día siguiente», indica Chiara Cirelli, profesora de psiquiatría en la Facultad de Medicina y Salud Pública de la UW–Madison. «Aún más importante, la reducción ahorra energía y, para el cerebro, la energía lo es todo. Aprender sin sueño es insostenible desde un punto de vista energético». En un trabajo anterior, este laboratorio también demostró que las sinapsis reforzadas tenían niveles más altos de proteínas, acumuladas durante un día de aprendizaje, y el sueño rebaja esos niveles de proteína. SÍNDROME DEL X FRÁGIL En este trabajo, los investigadores también analizaron el papel del gen FMR1, que, cuando no se expresa en los seres humanos, desemboca en el síndrome del «X

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Frágil», una de las causas del autismo e incapacidades mentales. Las personas con «X Frágil» también tienen dificultades para dormir. Durante la investigación, se estudió lo que sucede cuando el gen FMR1 está «sobre-expresado», es decir, cuando más proteína FMR1 está presente en el cerebro. Trabajos anteriores habían demostrado que el FMR1 podría facilitar la reducción de las sinapsis. Durante el estudio, se observó que cuando este gen se encuentra «sobre-expresado», el aumento en el número de sinapsis en el sueño no se produce, y la consecuente necesidad de sueño disminuye. «Esto sugiere que si las sinapsis se regulan a la baja, hay menos necesidad de dormir», apunta Cirelli. «Se trata de más evidencias para la teoría de que el sueño se impulsa por la necesidad de reducir las demandas energéticas del cerebro». MENOS SUEÑO, MÁS TRABAJO EN EL CEREBRO Durante el experimento, se tomaron moscas del vinagre que habían pasado sus primeros días de vida en tubos individuales, demasiado pequeños para permitirles volar. A continuación, las soltaron en grupos en una cámara con mucha luz, lo que les permitió volar juntas durante 12 horas al día. Todas las moscas tuvieron más sinapsis mientras estaban despiertas más horas, según la investigación. Tras varias horas volando en grupo, se puso de nuevo a algunas moscas en los tubos particulares, donde dormían mucho más tiempo, por lo menos un día. Sus sinapsis volvieron la normalidad después de descansar. Las moscas que continuaron volando y fueron privadas de sueño seguían teniendo las sinapsis más grandes y densas. Este estudio aporta una gran evidencia a la teoría de que la «homeostasis sináptica», la cual mantiene el equilibrio interno de las neuronas, es una de las razones clave de por qué todos los animales necesitan dormir.