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46 Naturaleza Aragonesa, n.º 33 (2016). ISSN: 1138-8013 L L a madera de las plantas leñosas como los árboles almacena información sobre las condiciones en la que se desarrolló. Esta infor- mación no sólo se refiere al clima, sino que tam- bién indica cómo los árboles se relacionan con otros organismos o cómo responden a eventos como incendios o aludes. La dendrocronología es la ciencia que nos permite acceder y recuperar esta información contenida en los anillos de cre- cimiento para conocer mejor cómo cambian los bosques. Las plantas como todos los organismos que viven fijos al suelo (sésiles) no se pueden des- plazar, y por lo tanto no pueden evadirse de las condiciones adversas de lugar donde viven ya sean: climáticas (extremos de frío o de calor, * Divulgador sobre temas de naturaleza y etnografía centrado en el territorio del Alto Aragón. Técnico de Centro de Naturaleza Espacio Salto de Roldán, Ayuntamiento de Nueno, Huesca. C/electrónico: [email protected]. ** Ecólogo y dendroecólogo. Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC). Zaragoza C/electrónico: [email protected] Miguel ORTEGA MARTÍNEZ * Jesús Julio CAMARERO** La Memoria de los Á rboles La información del territorio contenida en los anillos de crecimiento de la madera Figura 1. Sección de pino carrasco (Pinus halepensis). En las coníferas se distinguen bien los anillos formados por una banda clara (madera temprana) y otra oscura (madera tardía). Los anillos iniciales son más gruesos porque en los primeros años el crecimiento del árbol es mayor. MEDIO NATURAL

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LLa madera de las plantas leñosas como losárboles almacena información sobre las

condiciones en la que se desarrolló. Esta infor-mación no sólo se refiere al clima, sino que tam-bién indica cómo los árboles se relacionan conotros organismos o cómo responden a eventoscomo incendios o aludes. La dendrocronologíaes la ciencia que nos permite acceder y recuperar

esta información contenida en los anillos de cre-cimiento para conocer mejor cómo cambian losbosques.

Las plantas como todos los organismos queviven fijos al suelo (sésiles) no se pueden des-plazar, y por lo tanto no pueden evadirse de lascondiciones adversas de lugar donde viven yasean: climáticas (extremos de frío o de calor,

* Divulgador sobre temas de naturaleza y etnografía centrado en el territorio del Alto Aragón. Técnico de Centro de NaturalezaEspacio Salto de Roldán, Ayuntamiento de Nueno, Huesca.C/electrónico: [email protected].** Ecólogo y dendroecólogo. Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC). ZaragozaC/electrónico: [email protected]

Miguel ORTEGA MARTÍNEZ *Jesús Julio CAMARERO**

La Memoria de los ÁrbolesLa información del territorio contenida

en los anillos de crecimiento de lamadera

Figura 1. Sección de pino carrasco (Pinus halepensis). En las coníferas se distinguen bien los anillos formados poruna banda clara (madera temprana) y otra oscura (madera tardía). Los anillos iniciales son más gruesos porque en

los primeros años el crecimiento del árbol es mayor.

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sequías, exceso de precipitaciones), perturbacio-nes eventuales (incendios, riadas, avalanchas) ola presión de herbívoros y patógenos y la com-petencia con otras plantas por agua o por luz.Las plantas de un territorio reflejan las condicio-nes ambientales del mismo. Por ejemplo, losbotánicos agrupan los pisos altitudinales devegetación en las montañas en función de lascondiciones climáticas.

La mayoría de las plantas leñosas, es decirárboles y arbustos, tienen dos tipos de creci-miento, uno primario en altura y otro secundarioen anchura que se refleja por el aumento delperímetro del tronco a partir de la formación denuevas capas de madera desde el cambium quese sitúa justo debajo de la corteza, y este creci-miento en grosor es el que aquí nos interesa. Lasplantas leñosas forman por tanto tejidos perdura-bles compuestos principalmente de celulosa ylignina que constituyen la madera y esta contie-

ne información sobre las condiciones ambienta-les en las que se desarrolló, sólo hay que saberinterpretar y recuperar esta información. La den-drocronología, que se podría traducir por “cien-cia de la madera y el tiempo”, permite interpre-tar y recuperar esta información recogida en lamadera (FRITTS 1976, COOK y KAIRIUKSTIS 1990,SCHWEINGRUBER 1996, SPEER 2010). Es la cien-cia que estudia los anillos anuales de crecimien-to.

El árbol crece mientras tenga condicionesadecuadas de temperatura y humedad, pero enlos climas estacionales hay una época en la quese para el crecimiento, normalmente cuandohace demasiado frío para crecer, aunque tambiénpuede ser por escasez de agua como en las zonasmediterráneas. Este parón deja una marca en lamadera en forma de anillo de crecimiento, en elque la parte más interna corresponde a la made-ra temprana formada sobre todo en primavera.La primavera suele ser el momento de mayorcrecimiento. Durante el verano y principio deotoño se forma la madera tardía, que suele sermás estrecha. En climas tropicales sin estaciona-lidad en los que el árbol crece a lo largo de todoel año no se forman anillos o se pueden formardos anillos al año.

En las coníferas los anillos son muy fáciles dedistinguir pues la madera tardía que señala el findel crecimiento de ese año es una línea oscura yla madera temprana es una banda ancha y clara.En algunas frondosas como los robles tambiénes fácil diferenciar el límite de los anillos puesviene determinado por la formación de vasosconductores grandes. Sin embargo, en otrasfrondosas como carrascas y hayas, los vasos sonparecidos en cuanto al tamaño de su seccióntransversal.

Figura 2. Sabina negra, (Juniperus phoenicea). Esteejemplar vivió en una pared rocosa orientada a mediodía

del Prepirineo, a pesar de su tamaño, el lado mayortiene 40 cm de diámetro, contamos 632 anillos de creci-

miento.

Figura 3. Roble quejigo, (Quercus cerrioides). Este roblese podó periódicamente para leña, después de cada

poda y durante unos años el árbol detenía su crecimien-to secundario lo que dejaba añillos estrechos.

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(EE.UU), un Pinus longaeva vivo con un diáme-tro de 2,5 metros de sección cuyo tronco conte-nía 4862 anillos y su edad se estimó en torno a5000 años ya que parte de su médula estabahueca; a este ejemplar denominado Prometeo sele considera el ser vivo (no clonal) más viejo quese conoce. Afortunadamente no es necesario cor-tar el árbol para poder estudiar los anillos, losdendrocronólogos usan para ello la barrena dePressler, que es un tubo hueco de acero con unextremo terminado con una rosca y borde cor-tante que permite sacar testigos de madera (eninglés «cores»). Normalmente se toman dosmuestras radiales de madera de cada árbol, reali-zadas a la altura del pecho, y se muestrean unos15 ejemplares de la misma especie y zona, o seaun sitio con similar orientación y altitud. Los tes-tigos de madera obtenidos se secan al aire yluego se montan sobre un canutillo de madera,entonces se lijan, y cuanto más fina es la lijausada mejor se ven los anillos. Una vez prepara-dos los testigos pueden observarse los anillosmediante una lupa y se pueden estudiar, fotogra-fiar o escanear.

En dendrocronología la datación cruzada esuna ley fundamental que permite asignar a cadaanillo un año con sin incertidumbre ya que secomparan todos los testigos de los árboles mues-treados en el mismo sitio (FRITTS 1976). El testi-go rara vez permite obtener la serie completa de

Una de las aplicaciones más populares de ladendrocronología ha sido determinar la edad delos árboles. Así, en agosto de 1964 se cortó en el«Great Basin National Park» de Nevada

Figura 4. Pino negro (Pinus uncinata). Los anillos excén-tricos denotan que la posición del árbol no era vertical.

En este caso fue un alud de nieve lo que tumbo el tronco;a través de los anillos podemos saber que fue en 1976.

Figura 5. Pino negro (Pinus uncinata) inclinado por los aludes, Peña Blanca, Benasque.

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los anillos, bien porque el radiodel tronco puede ser mayor quela longitud de la barrena o bienporque el centro del árbol puedeestar podrido o hueco, o tambiénla muestra puede no habersetomado en dirección al centropues los anillos excéntricos sonfrecuentes. Por ello la edad totaldel árbol debe estimarse tenien-do en cuenta los anillos que fal-tan y considerando el diámetrodel tronco y la altura a la que setomó la muestra.

La primera consecuencia deesta técnica es saber con grancertidumbre que hay pocosárboles milenarios en laPenínsula Ibérica. Bueno, hay pinos laricios enSierra Cazorla (Jaén) y pinos negros en elParque Nacional de «Aigüestortes i Estany deSant Maurici» (Lérida) que superan los 1.000años y se acercan a los 1.100-1.200 años deedad. Hasta mediados del siglo pasado la granpoblación de las zonas rurales, el desarrollo de laagricultura y de la ganadería, así como la depen-dencia de la madera como combustible en loshogares hicieron que los bosques fueran muyexplotados, y tal y como podemos ver en foto-grafías de principios y mediados del siglo pasa-

do la cubierta arbórea era escasa. Por ello es fre-cuente que los árboles más viejos aparezcan enzonas remotas o poco explotadas, alejados depoblaciones humanas y de rutas de comunica-ción, pues la presión humana sobre la naturalezaha sido tal que solo los árboles situados en luga-res inaccesibles han tenido posibilidades de cre-cer lentamente y hacerse así ancianos.

Dadas las condiciones ambientales en queviven, por ejemplo, zonas altas de montaña contemperaturas frías y sobre suelos rocosos, nosuelen ser árboles muy grandes pues su creci-

Figura 6. Aspecto de un pinar de pino negro afectado por un alud cerca dePeña Blanca, Benasque. Verano del 2015.

Figura 7. Madroño (Arbutus unedo). Este ejemplar paso por tres incendios a los cuales sobrevivió, tal y como indicala cicatrización de sus quemaduras.

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anillo al año si hay lluvias a finalesdel verano. La información de losanillos de cada ejemplar se cruzacon la de otros a la búsqueda de ani-llos ausentes o dobles mediante ladatación cruzada que hemos descritoantes. También podemos usar lamadera de cada anillo para averiguarsu densidad y composición químicaanalizando isótopos de carbono y asísaber cómo el árbol reacciona alaumento de la concentración de CO2

atmosférico.Las series de anillos de grosores

diferentes nos va a dar tambiéninformación sobre la dinámica fores-tal: competencia con otros árbolesvecinos, el efecto de las plagas oincluso el manejo humano de losbosques. Imaginemos un grupo de

arboles muy jóvenes que crecen con suficienteacceso a luz y agua, sus anillos en ese momentoson anchos pues al igual que ocurre con nosotrosen los primeros años el crecimiento es más rápi-do. Pasados los años los anillos se van estre-chando a medida que el espacio para crecer dis-minuye y la competencia aumenta. Si imagina-mos que todos los años cae la misma precipita-ción el agua que era suficiente cuando los árbo-les eran jóvenes y vigorosos puede no serlo

miento es muy lento. De hecho, es el aspecto deestos «patriarcas» con copas achaparradas,ramas bajas muertas y troncos anchos y con cor-teza gruesa lo que da una pista sobre su edad.Estos árboles tienen una ventaja para los den-drocronólogos, en muy poco espacio concentranmayor numero de anillos, y por lo tanto de infor-mación, pues sus anillos son muy estrechos(menos de 1 mm) y al estar en condiciones tanlimitantes reflejan muy bien cualquier cambioambiental como el aumento odescenso de temperaturas. Por elcontrario, los árboles que crecenen zonas bajas y cálidas, sobresuelos profundos y sin proble-mas de humedad no recogen tanbien los cambios de temperatura,sus anillos suelen ser másanchos, y a menudo son pocolongevos.

La dendrocronología sirvepara obtener mucha más infor-mación. Ya hemos comentadoque los árboles crecen cuandoencuentran condiciones adecua-das de temperatura y humedad.En las zonas mediterráneas unaño benigno significa un año delluvias y la formación de un ani-llo ancho, al contario un añoseco significa anillos estrechos,incluso puede que el árbol noforme anillo. También puedeparecer que se forme más de un

Figura 8. Cedro (Cedrus sp). Cicatriz aún abierta como consecuenciade la riada del barranco de Arás, Biescas que sucedió en agosto del

1996.

Figura 9. Abeto (Abies alba). La diferencia de anchura de los anillos marcael momento en que se realizó una tala al eliminar la competencia por la luz

este ejemplar desarrollo un mayor crecimiento.

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cuando los árboles songrandes y compiten consus vecinos por el agua ola luz lo que junto a sumayor tamaño contribuyea ralentizar su crecimien-to. Si se realiza un aclareolos árboles no cortadosvuelven a disponer de másagua y también de más luzpor lo que el crecimientoaumenta de forma brusca(se llama «liberación») ysus anillos son másanchos. Puede tambiénocurrir que algún árbolmuestre un descensobrusco de crecimientocomo consecuencia delefecto de herbívoros oparásitos.

El manejo por parte delos hombres de árbolessilvestres también deja suhuella. Así en muchaszonas se podan árbolescomo: chopos, fresnos yrobles para la obtenciónde forraje, madera y leña.En la siguiente época decrecimiento después de la poda el árbol va a usarsus reservas y el follaje que le queda para des-arrollar nuevas ramas y hojas, por lo que duran-te varios años el crecimiento secundario quedarámuy disminuido, dependiendo de la intensidadde la poda; pasado ese tiempo de recuperación elárbol volverá a experimentar un crecimientovigoroso hasta la siguiente poda. En los anillosde estos árboles quedará reflejado el ritmo deexplotación debido a los años de poda y losperiodos de recuperación después de cada poda.

Es evidente que una de las limitaciones queencuentra la dendrocronología para reconstruirprocesos históricos antiguos es encontrar unnúmero suficiente de árboles viejos, ya quecuanto más viejo sea un árbol más podremosretroceder en el tiempo y obtener más informa-ción del pasado. También se necesitan anillos dereferencia en los cuales hubo unas condicionesclimáticas características (frío primaveral,sequias veraniegas extremas). Así, en árboles delnordeste ibérico hubo una helada en primaveraen 1871 que detuvo el crecimiento de los árbo-les, 1931 y 1963 fueron estrechos debidos al

frío, 1984, 1986, 1994-1995, 2005 y 2012 fueronmuy estrechos por sequíasintensas y en 1972 una olade frío polar alteró el creci-miento de la madera tardía afinal del verano en el nor-deste ibérico. Teniendoestos años de referenciapodemos buscarlos enmadera antiguas, como edi-ficaciones con vigas cuyasfechas de construcción sola-pen con las de los bosquesmuestreados. Así podemosir retrocediendo y construiruna cronología maestra uti-lizando la madera de troncosque reposan en fondo delagos y turberas o inclusousar madera fósil. De estaforma se han conseguido lareconstrucción climática delos últimos 825 años en losPirineos (o en el caso deEscandinavia y Alemania sehan podido establecer cro-nologías de 10.000 años).Por ello, estas técnicas seusan no solo para datar res-

tos arqueológicos, sino también para realizarcorrecciones en el carbono 14.

Pero la madera no solo nos va a dar informa-ción sobre el clima, también sobre determinadoseventos. Cuando nos imaginamos la sección deun tronco de un árbol seguro que lo hacemoscomo un disco con el centro en medio, y así esen un tronco perfectamente vertical de secciónconcéntrica. Sin embargo, en el monte el troncoestá sometido a muchas tensiones, pensemos enla gravedad (orientación y pendiente de laderas)o en el viento o en la competencia por la luz. Nisiquiera los anillos del mismo árbol son de gro-sor uniforme, de ahí que se tomen dos testigos decada árbol y de orientaciones opuestas.

Cuando un tronco crece perfectamente ver-tical, las tensiones son iguales en todo su perí-metro y los anillos son uniformes y concéntri-cos, si inclinamos este árbol las tensiones sedesequilibran, la gravedad actúa de diferenteforma en una parte y otra del tronco, por lo queel árbol lo compensa creando madera de reac-ción que ayuda a soportar las tensiones. Estaacumulación de madera más resistente hace

Figura 10. Abeto (Abies alba) mostrando dosanillos más estrechos que corresponde al efectode un lepidóptero defoliador cuyo consumo delas hojas redujo el crecimiento del árbol, aun-

que después se recuperó.

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incendio son más gruesos, pues el fuego pudodañar al árbol, pero también eliminó a sus com-petidores o liberó nutrientes del suelo, por loque el árbol superviviente experimenta unmayor crecimiento. Así, la dendrocronologíatambién ayuda a datar este tipo de eventos, parareconstruir su frecuencia, intensidad y periodode retorno.

Agradecimientos

A todos aquellos que nos han orientado sobredonde hay árboles y bosques viejos, han contri-buido a su estudio y han ayudado a obtener lasrodajas de madera de las fotografías.

Nota a las fotografías

Todas las rodajas de la exposición «LaMemoria de los Árboles» así como de las pre-sentes fotografías proceden de leñeros, limpie-zas de caminos y cortafuegos o árboles caídospor circunstancias naturales, por lo que no hasido necesario cortar ningún árbol vivo para larealización de las mismas.

Referencias bibliográficas

COOK, E.R. y KAIRIUKSTIS, L.A. (eds.) (1990). Methods ofDendrochronology - Applications in the EnvironmentalSciences. Dordrecht, The Netherlands. 351 pp.

FRITTS, H.C. 1976. Tree Rings and Climate. AcademicPress, London-New York. 567 pp.

SCHWEINGRUBER, F.H. 1996. Tree Rings andEnvironment: Dendroecology. WSL, Haup, Bern. 609pp.

SPEER, J.H. 2010. Fundamentals of Tree-Ring Research.Tucson, Arizona; University of Arizona Press. 341 pp.

que los anillos sean excéntricos. Las coníferasformarán la madera de reacción a modo decontrafuerte en la parte inferior de la sección(pendiente abajo) y las frondosas formaránmadera de tensión a modo de tirante en la partesuperior de la sección (pendiente arriba). Elpaso de anillos concéntricos a excéntricos nosdirá en que momento el árbol se inclinó, perono sabremos qué lo inclinó, eso lo tendremosque deducir del lugar donde se encuentra elárbol y contrastándola con la de otros ejempla-res del mismo lugar. A veces esta transición deforma de los anillos se hace a través de unosanillos muy estrechos, que nos indican que alinclinarse el árbol también perdió ramas y/oraíces; en una zona de ribera la inclinación deltronco será por riadas, en alta montaña por alu-des de nieve, en una ladera inestable por sudeslizamiento.

La corteza de los árboles tiene una funciónparecida a nuestra piel, protege al leño y enespecial la zona más sensible, el cambium, nosolo de infecciones, sino de daños mecánicos ytérmicos. Cualquier daño tiende a ser reparadocon la cicatrización, si estos son pequeños lascicatrices quedaran ocultas al cabo del tiempocon el crecimiento secundario del tronco, si songrandes pueden quedar expuestas. A través delos anillos podemos datar algunos de estos trau-mas y en muchos casos obtener información deellas; en una riada la madera y demás materia-les flotantes chocan contra los árboles de laribera, las heridas no solo nos van a indicarcuando se produjo sino la altura del agua o ellodo en ese momento, igual ocurre con un des-prendimiento de rocas, aludes o con los incen-dios. En el caso de fuegos que no sean de altaintensidad y/o duración muchos ejemplares dediferentes especies, sobre todo algunos pinos ofrondosas, como los robles, sobreviven perocon cicatrices orientadas en la dirección desdedonde llegó el fuego, por lo que nos indica ladirección del incendio. Si el árbol no ha muer-to, la quemadura cicatrizará y el crecimientosecundario la irá cubriendo progresivamente,de esta forma podemos datar incendios. A vecespara nuestra sorpresa los anillos posteriores al

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