la magia de los juegos cooperativos

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A) LA MAGIA DE LOS JUEGOS COOPERATIVOS Hace ahora exactamente tres años que finalizaba la redacción de lo que sería mi primer libro de juegos cooperativos (Jares, 1989). Aquel, en gallego, respondía a la idea de sintetizar, recorrer, organizar en definitiva lo que consideraba más atractivo de lo que hemos convenido en llamar juegos cooperativos. Ese planteamiento me llevó a revisar buena parte de la bibliografía existente sobre el tema, básicamente del área anglosajona. En este segundo libro, por el contrario, si bien la estructura y los objetivos son idénticos, el planteamiento ya es diferente. Aquí se trata de ofertar juegos preferentemente originales, acompañados de otros no originales, pero no conocidos o poco conocidos en lengua castellana. El registro de juegos se completa con los que eran originales en el libro en gallego. Durante estos últimos años, hemos realizado innumerables sesiones de juegos cooperativos, además de haberlos utilizado y desarrollado en distintos medios —educación formal y no formal—; con distintas edades —desde los tres años en adelante—; con grupos de edades diferentes —niños y niñas, jóvenes, adultos, niños y niñas, con adultos y jóvenes—; en distintos lugares geográficos y con distintas finalidades. De todo ello hemos aprendido y sacado las conclusiones oportunas. Sin embargo y como hilo conductor, hay una idea que sobresale y que particularmente me invade en cada ocasión que practico este tipo de juegos: la vivencia del enorme impacto, la magia de los juegos cooperativos para descubrir, generar, desarrollar, etc., situaciones de alta comunicación, de mutuo aprecio, de distensión, cohesión y cooperación. En definitiva, la vivencia de una situación de alto bienestar psíquico y físico. Y ello, como decía, tanto en las sesiones que hemos practicado con profesores y profesoras de todos los niveles educativos como con monitores de tiempo libre, con mis alumnos y alumnas de EGB y en la actualida: de Universidad y con jóvenes en campamentos o clubs de tiempo libre, ello por qué? Básicamente porque, a diferencia de o c-e sucede en los juegos al uso, es decir los juegos de tipo competit vo cc~ ~a"íes e n la actualidad, en los juegos cooperativos se enfatizan las as:'a:a: as _2icas de la participación, la comunicación, la cooperación, de tal forma que no hay ganadores ni perdedores; todos participamos por igua' s - :.e:s' 'adié excluido. El objetivo del juego no es ver, pues, quién ga'a : a* oierde, quién es capaz de conseguirlo y quién no, sino en par ; :ar _~;os para buscar el placer, la comunicación y el aprecio de todos. A) LA IMPORTANCIA DE JUGAR, LA NECESIDAD DE LOS JUEGOS COOPERATIVOS Aun sin estar plenamente generalizada, cada ez ~as oenetra en el tejido social, la ¡dea de resaltar la importancia de la exoe*- en: a ca en el desarrollo físico, social, moral e intelectual de los n ños . r ñas no sólo entre los profesionales de la educación sino también enre los zac'es. medios de comunicación y sociedad en general. En la ac:_a :s: ex ste una amplia bi- bliografía psicopedagógica que demuestra y cc' r :c:'' : :~a realidad. El juego es un fin en sí mismo, como p r c.ec: de una necesidad que debemos cubrir, como fuente de placer. co"-~ cación y diversión. Al mismo tiempo, el juego es un medio extraorc r a r : :a-a cascubrir el entorno y las relaciones humanas que en él se prodL.:a- = 'a: sácente sobre este último aspecto es en el que se centra la preserte :.: : a: : - a sensibilización en las relaciones humanas a través del juego. No obstante, precisamente por estar referida a ~ a . a de la bibliografía a la etapa infantil, así como a la generalizado- 3a ese prejuicio social que asocia juego como antitético a trabajo y sinón mo ce oérdida de tiempo, además de circunscribir el juego a los primeros años de vida negando la Tiportancia y la presencia del juego a lo largo de nuestras vidas, se ha generado una visión falseada y restrictiva del rr smo. Er consecuencia, desde la convicción de que jugar no es patrimonio exclusivo de esos «locos bajitos», este manual va dirigido a todas las edades a partir de los tres años.

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Page 1: La Magia de Los Juegos Cooperativos

A) LA MAGIA DE LOS JUEGOS COOPERATIVOS

Hace ahora exactamente tres años que finalizaba la redacción de lo que sería mi primer libro de juegos cooperativos (Jares, 1989). Aquel, en gallego, respondía a la idea de sintetizar, recorrer, organizar en definitiva lo que consideraba más atractivo de lo que hemos convenido en llamar juegos cooperativos. Ese planteamiento me llevó a revisar buena parte de la bibliografía existente sobre el tema, básicamente del área anglosajona. En este segundo libro, por el contrario, si bien la estructura y los objetivos son idénticos, el planteamiento ya es diferente. Aquí se trata de ofertar juegos preferentemente originales, acompañados de otros no originales, pero no conocidos o poco conocidos en lengua castellana. El registro de juegos se completa con los que eran originales en el libro en gallego.

Durante estos últimos años, hemos realizado innumerables sesiones de juegos cooperativos, además de haberlos utilizado y desarrollado en distintos medios —educación formal y no formal—; con distintas edades —desde los tres años en adelante—; con grupos de edades diferentes —niños y niñas, jóvenes, adultos, niños y niñas, con adultos y jóvenes—; en distintos lugares geográficos y con distintas finalidades. De todo ello hemos aprendido y sacado las conclusiones oportunas. Sin embargo y como hilo conductor, hay una idea que sobresale y que particularmente me invade en cada ocasión que practico este tipo de juegos: la vivencia del enorme impacto, la magia de los juegos cooperativos para descubrir, generar, desarrollar, etc., situaciones de alta comunicación, de mutuo aprecio, de distensión, cohesión y cooperación. En definitiva, la vivencia de una situación de alto bienestar psíquico y físico. Y ello, como decía, tanto en las sesiones que hemos practicado con profesores y profesoras de todos los niveles educativos como con monitores de tiempo libre, con mis alumnos y alumnas de EGB y en la actualida: de Universidad y con jóvenes en campamentos o clubs de tiempo libre, ello por qué?

Básicamente porque, a diferencia de o c-e sucede en los juegos al uso, es decir los juegos de tipo competit vo cc~ ~a"íes en la actualidad, en los juegos cooperativos se enfatizan las as:'a:a: as _2icas de la participación, la comunicación, la cooperación, de tal forma que no hay ganadores ni perdedores; todos participamos por igua' s - :.e:s' 'adié excluido. El objetivo del juego no es ver, pues, quién ga'a : a* oierde, quién es capaz de conseguirlo y quién no, sino en par ; :ar _~;os para buscar el placer, la comunicación y el aprecio de todos.

A) LA IMPORTANCIA DE JUGAR, LA NECESIDAD DE LOS JUEGOS COOPERATIVOS

Aun sin estar plenamente generalizada, cada ez ~as oenetra en el tejido social, la ¡dea de resaltar la importancia de la exoe*- en: a ca en el desarrollo físico, social, moral e intelectual de los n ños . r ñas no sólo entre los profesionales de la educación sino también enre los zac'es. medios de comunicación y sociedad en general. En la ac:_a :s: ex ste una amplia bibliografía psicopedagógica que demuestra y cc'r:c:'' : :~a realidad.

El juego es un fin en sí mismo, como prc.ec: de una necesidad que debemos cubrir, como fuente de placer. co"-~ cación y diversión.Al mismo tiempo, el juego es un medio extraorc rar : :a-a cascubrir el entorno y las relaciones humanas que en él se prodL.:a- = 'a: sácente sobre este último aspecto es en el que se centra la preserte :.: : a: : - a sensibilización en las relaciones humanas a través del juego.

No obstante, precisamente por estar referida a ~ a . a de la bibliografía a la etapa infantil, así como a la generalizado- 3a ese prejuicio social que asocia juego como antitético a trabajo y sinón mo ce oérdida de tiempo, además de circunscribir el juego a los primeros años de vida negando la Tiportancia y la presencia del juego a lo largo de nuestras vidas, se ha generado una visión falseada y restrictiva del rr smo. Er consecuencia, desde la convicción de que jugar no es patrimonio exclusivo de esos «locos bajitos», este manual va dirigido a todas las edades a partir de los tres años.

S n embargo, ante el hecho globalmente positivo de la toma de conciencia acerca de la importancia del juego, falta una segunda idea, una segunda ■r'le* : ~ aue todos debemos afrontar: el juego y los juguetes tampoco son neutrales. Es decir, los juegos y los juguetes transmiten y potencian un de-:a-----------------------ac: código de valores a través del cual se estructuran un determinado:: :a aa-sc-a-jugador, unas determinadas relaciones entre los propios ju- : a : ; as - _ a :eterminada forma de entender la diversión, etc. En otras pa- a : as -o :::os los juegos cumplen el requisito de ser educativos —que •: s^ :a:a :: - con la desviación didactista—. Debemos, pues, clarificar- .as: a; a; _: a a . : :s ciones con respecto al tipo de juegos que queremos -.sa■ : ;-ac: :a- :a'=~acerlos coherentes con nuestra forma de pensar.

E- ara sa" :: s as ideas que defendemos están en consonancia con lapa".: ca: *'T"r a a a < alusión, la cooperación frente ala competitividad, la corr_- :a; ; a"a a a "comunicación, la risa de todos frente a larisa de unos sobre otros, la igualdad frente a la discriminación, etc..., debemos tener muy presente los roles y valores que transmitimos a través del juego. Por consiguiente se trata de potenciar juegos que sean acordes a los valores ) de la igualdad, la participación, la empatia, la cooperación, etc. Y

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aquí es donde radica la importancia de los juegos cooperativos.Por último no podemos soslayar el papel de los juegos cooperativos dentro de un proyecto

educativo más amplio en el que la cooperación y la resolución noviolenta de los conflictos se convierten tanto en sus piedras angulares como en los principales fines a alcanzar. En otras palabras, la puesta en práctica de unos medios coherentes con los fines perseguidos: unos juegos de paz para una cultura de paz. Los juegos cooperativos son un instrumento muy útil para modificar las relaciones y estructuras sociales vigentes, claramente violentas. En tanto que «el individuo, la familia y la clase son muchas veces microcosmos de la sociedad entera, buscamos actividades y soluciones creativas y noviolentas en estas áreas» (Judson y Otros.1986, p.235).

B) CARACTERISTICAS DE LOS JUEGOS COOPERATIVOS

Los juegos cooperativos poseen una serie de características que les confiere su especificidad. Sobre las mismas, se han referido diversos autores. Así por ejemplo, M. Paliarás (1982) señala las siguientes:

«a) Todos los participantes, en lugar de competir, aspiran a una finalidad común, trabajando juntos.b) Todos ganan sí se consigue la finalidad y todos pierden en caso contrario.c) Todos los jugadores compiten contra los elementos no humanos del juego en lugar de

competir entre ellos.d) Los jugadores combinan sus diferentes habilidades uniendo sus esfuerzos para

conseguir la finalidad común» (p. 75).El venezolano G. Brown subraya que las características de los juegos cooperativos son

liberadoras y señala las siguientes:• «Liberan de la competencia: El objetivo es que todos participen para poder lograr una meta común.

La estructura asegura que todos jueguen juntos, eliminando la presión que produce la competencia. El participante no se preocupa si va a ganar o a perder: su interés está en la participación.

• Liberan de la eliminación: El diseño del juego cooperativo busca la incorporación de todos. Muchos juegos tratan de eliminar a los más débiles, a los más lentos, a los más torpes, etc. Y junto con la eliminación va acompañado el rechazo y la desvalorización. El juego cooperativo busca incluir y no excluir.

• Liberan para crear: Crear es construir y, para construir, la importancia del aporte de todos es fundamental. Las reglas son flexibles y los participantes pueden contribuir a cambiar el juego. Los juegos se pueden adaptar al grupo, a los recursos, al medio ambiente y al objetivo de

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la actividad. Muchos juegos competitivos sor muy rígidos, inflexibles y dependientes de equipos especiales.Todo esto ocurre porque están excesivamente orientados al resultado final; el juego cooperativo, en cambio, pone e e-fasis en el proceso: lo importante es que los jugadores gocen pa"ic cando.(•' Liberan de la agresión física:... Si promover: s a agresión física contra otro, estamos aceptando un comportamie,'t: destructivo y deshumanizante. Se busca eliminar estructuras que rea - eran la agresión contra los demás» (Brown, pp. 18-19).

La catalana Rosa María Guitart (1985), enumera las siguientes:— «El niño —nosotros diríamos el jugador— -gará por el placer de jugar, no por conseguir necesariamente un precio— El niño —jugador— se divertirá sin la arenaza de no conseguir el objetivo marcado.

— Favorecen la participación de todos.— Los compañeros se ven como compañeros ce uego, con relaciones de igualdad.

— El niño—jugador— intentará superarse a sí ^ ¡smo y no superar a los otros.— El juego se ve como una actividad conjunta, no ndividualizada.

— Todos los niños —jugadores— tendrán un papel destacado, todos serán protagonistas» (pp. 10-11).

Los canadienses R. Crévier y D. Bérubé (1987) expertos en la utilización de los juegos cooperativos en la Educación Física, citan las siguientes:(0 «Cada jugador es responsable de la seguridad y del bienestar de los otros jugadores.

— En ningún momento, un jugador es eliminado.— Unicamente se utiliza la fuerza útil y necesaria para jugar juntos.— Todo jugador puede ceder su sitio al que quiera, cuando quiera.— Cada jugador participa según sus capacidades.— El énfasis es puesto en el placer antes que en el esfuerzo» (p.23).A las características enumeradas, añadimos por nuestra parte una más: s . ductilidad, tanto

para las edades de los jugadores como para los ambientes sr ¡es que se han de desarrollar. Lo que los convierte en un instrumento : táctico de suma flexibilidad.

E" cefínitiva, parafraseando a T. Orlick (1986, p. 13), las cuatro carac- r' esenciales que resumen las características de los juegos cooperativos :: * - ::: :e'ación, la aceptación, la participación y la diversión.

D) VA LO = ES Y VENTAJAS EDUCATIVAS DE LOS JUEGOS COOPERATIVOS

1 : - : ;e : ,e:e :esprender de lo dicho, la opción por los juegos cooperativos 'eso:-ce í _- = -oble motivación: por lo que representan de acciones lúdic:-: .e- zas —c_e = .ez constituye un valor— y, naturalmente, por los valores y desbezas educativas que estimulan. La mayoría de ellas ya se han insinuado. NoobstMA&con un afán sintetizador, podemos agruparlas como sigue:

• Construcción de una relación social positiva. Los juegos cooperativos cambian las actitudes de las personas hacia el juego y hacia ellas mismas, favoreciendo la creación de un ambiente de aprecio recíproco, apto no sólo para la diversión, sino también para el aprendizaje intelectual como actitudínal. Asimismo generan comportamientos pro- sociales basados en unas relaciones solidarias, afectivas y positivas.

• La empatia. Capacidad para situarse en la posición del otro para comprender su punto de vista, sus preocupaciones, sus expectativas, sus necesidades y su realidad. La comunicación empática excluye toda forma autoritaria de comunicación, estando asociada a la igualdad y a la simetría comunicativas. Igualmente precisa de la expresión, «animar y devolver conductas de interacción como la autoapertura y superar la tendencia a detenerse en cómo perciben a uno las personas con las que nos comunicamos» (Scott y Powers, 1985, p.211).

• La cooperación. Valor y destreza necesaria para resolver tareas y problemas juntos a través de unas relaciones basadas en la reciprocidad y no en el poder o en el control. Las experiencias cooperativas son la mejor forma de aprender a compartir, a socializarse y a preocuparse por los demás. De esta forma, al colaborar para un fin común, las respuestas destructivas se cambian en constructivas.

• La comunicación. Desarrollo de la capacidad para expresar, deliberada y auténticamente, nuestro estado de ánimo, nuestras percepciones, nuestros conocimientos, nuestras emociones, nuestras perspectivas. Para ello es necesario que la comunicación se realíce desde la claridad y, sobre todo, desde la congruencia del mensaje emitido (P. Cela, 1985, p.5).

• La participación. En una cultura selectiva y discriminatoria, los juegos cooperativos persiguen como valor y como destreza la participación de todos los miembros. Esta participación colectiva en la ejecución del juego y en la búsqueda de posibles soluciones, genera un clima de confianza y de mutua implicación absolutamente necesarias para una auténtica comunicación humana.

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• El aprecio y autoconcepto positivo. Desarrollar una imagen positiva de sí mismo y reconocer, apreciar y expresar la importancia del otro. La autoestima, confianza y. seguridad en sí mismo, «es un elemento de identidad vital, que juega un importante papel en la determinación de nuestra conducta comunicativa» (Scott y Powers, op. cit. p.102).

• La alegría. En general, como nos recuerda L. Corman (1978), «uno de los caracteres más notables de la educación noviolenta es el de formar niños alegres» (p.184). La alegría representa un objetivo edu-cativo que no podemos soslayar, en tanto que una de las finalidades de todo proyecto educativo en cualquier edad es el de formar personas felices. En los juegos cooperativos, al desaparecer el miedo al fracaso y al rechazo, generalmente asociado con los juegos competitivos, la finalidad última, la alegría, se desvela con toda nitidez. Se trata, pues, de «compartir la alegría que sentimos hacia la vida y hacia los demás» (M. Harrison, 1986, p.236). Entre otras cosas porque, como señala T. Orlick, «el compartir aumenta la experiencia de la diversión» (1986, P-14).

Además de los valores enunciados, los juegos y dinámicas cooperativas presentan una serie de ventajas educativas que han sido puestas de relieve por numerosas investigaciones psicopedagógicas de carácter experimental. Así, en un estudio realizado por M. Deutsch (1980). se comprueba cómo «los grupos cooperativos desarrollan muchos medios de comportamiento que indican elevada cohesión. En comparación con los grupos de competencia, sus miembros se quieren más, hacen mayores intentos de influirse mutuamente ^y son más amistosos en su comportamiento (p. 68-69). De igual forma, Deutsch deduce de sus investigaciones con grupos que «la competencia produce una mayor inseguridad personal que en la cooperación» (ibidem).

Otros investigadores como Lee Keith Hammond y Morton Goldman (1961), Muzafer Sherif (1956) y Charles E. King (1960). entre otros, corroboran los anteriores resultados, subrayando que también en la productividad —consecución de metas comunes—, los grupos cooperativos obtienen mejores resultados, fundamentalmente debido al acrecentamiento de los miembros por el grupo y al consiguiente aumento de la cohesión. Esta aumenta considerablemente con la utilización de técnicas cooperativas. En el campo escolar, se ha demostrad do cómo trabajando cooperativamente, los estudiantes logran mejoras sustanciales en las distintas áreas de conocimiento y en el desarrollo de la personalidad.

En definitiva, comparando las relaciones que se producen en situaciones de cooperación y de competición, podemos concluir lo siguiente (Brown,

1987, pp. 14-15):1. Los individuos en situaciones cooperativas se percatan de que la consecución de sus objetivos es,

en parte, consecuencia de las acciones de los otros miembros de la situación. Mientras, los individuos en situaciones competitivas se percatan de que la consecución de sus objetivos es incompatible con la consecución de los objetivos de los demás miembros. Es decir, los individuos son conscientes de estar en una situación competitiva o cooperativa y, consecuentemente, actúan de acuerdo a ello.

1 Los miembros de grupos cooperativos tienen más facilidad que los miembros de grupos competitivos para valorizar las acciones de sus compañeros tendentes a lograr los objetivos comunes, y para oponerse i reaccionar negativamente frente a las acciones capaces de entorpecer : ~oedir la obtención de tales objetivos.

: rc .dúos en situaciones cooperativas son más sensibles a las s: : :.:es de los demás miembros del grupo que los individuos en s t^ac ones competitivas.

- - T~3ros de grupos cooperativos se ayudan mutuamente con- = . "= • : -e nc ía que los miembros de grupos competitivos.z le e :. tí :■£ c erto período de tiempo, se registra una frecuencia mayor i' = -ración de esfuerzos en situaciones cooperativas que en ir^oetitivas.

z en términos cualitativos, es mayor en los gruposos grupos competitivos. zJBB/tt M —fOf manifestación de amistad entre los

miembros de <o~ : : :e ; :.e entre los miembros de los grupos com-pefefeaoa

8. Los miembros de grupos cooperativos se percatan de que son máscapaces de producir efectos positivos sobre sus compañeros de grupoque los miembros de grupos competitivos.

Además de estas ventajas de tipo intelectual, afectivo y social, algunos autores (Crevier y Bérubé, 1987), han remarcado las consecuencias positivas que los juegos cooperativos tienen en nuestro organismo, debido fundamentalmente a la risa que producen, favorecedora del llamado equilibrio ener-gético. «El juego cooperativo es una fuente de risa inagotable. En el momento de reír, nuestro cerebro libera una hormona llamada endomorfina. Esta sustancia estimula el organismo positivamente, aumenta la facultad de concentración y de reacción, acrecienta la insensibilidad al dolor y puede provocar un sentimiento de euforia. La risa tiene propiedades curativas y se descubren cada vez más sus poderes:— Supone un excelente ejercicio muscular y pulmonar.— Regula y ralentiza los latidos cardíacos.— Descansa los músculos.

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— Combate la ansiedad y la depresión.— Elimina el estrés» (pp 10-11).

C) APRENDER A JUGAR COOPERATIVAMENTE

Probablemente algún lector, o lectora, que decida dirigir una sesión de juegos cooperativos, tenga alguna que otra dificultad cuando los jugadores que no hayan tenido ningún tipo de contacto con estas dinámicas. Esta dificultad deriva fundamentalmente de la reproducción de esquemas competitivos, violentos, y, también, de la proyección de algún prejuicio si la sesión se hace con adultos. En estos supuestos hay que ser perseverantes, dialogar con los participantes e intentar que ellos mismos encuentren las causas por las que el juego no «sale». ¡Ah!, y tener un poco de paciencia.

Recuerdo cómo en algunas clases con alumnos de 7.2 y 8.s de EGB, se producía algún que otro conflicto en algunos juegos que implican contacto físico, básicamente empujones y las típicas bromas de las primeras sesiones. En algunas de estas clases se necesitaron varias sesiones de juegos-debate para captar progresivamente la dinámica de los juegos. Es más, aun cuando en algunas ocasiones se verbalizaba el tipo de juegos que se iba a practicar en los que se resaltaba la premisa según la cual o ganábamos o perdíamos todos, no se conseguía evitar la reproducción de conductas competitivas, lógicamente más acusadas en unas personas que en otras. Son reacciones conductuales acordes, en definitiva, con el sistema educativo y con la sociedad para la que prepara, en la que la competición es uno de los axiomas en los que se sustenta. Ello es así, tanto desde la perspectiva del curriculum expreso como del oculto, a pesar de las proclamas y legislación vigente. A la propia estructura competitiva del sistema educativo y la efectividad del curriculum oculto, «mucho más apropiado para promover la competición que la cooperación» (M. Masheder, 1986, p.17), hay que añadir la creencia o acuerdo tácito entre la mayoría de los educadores según el cual «la competición proporciona la motivación necesaria para el aprendizaje» (ibidem).

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6. Juegos de cooperaciónSi la cooperación es un valor presente en los juegos anteriores, en los aquí reunidos se convierte

además en una exigencia, tanto por su finalidad como por la propia estrategia del juego. Como se puede suponer, los juegos de cooperación hacen referencia inevitable a la competición, que se nos quiere presentar como algo natural e innato en las relaciones humanas. Así, la selección, la discriminación, la exclusión, obtienen un status de normalidad y cotidianeidad que las hacen difícilmente custionables. En los juegos cooperativos, por el contrario, todos sirven para jugar, todos ganan. Su objetivo, lejos de discriminar, es unir.

Como en cualquier juego, es preciso realizar o superar una serie de condiciones o reglas que serán siempre exteriores y no humanas. Esto es, el juego exige la cooperación de los miembros del grupo para competir con los elementos o tareas asignados. Un jugador puede aprender a mejorar sus habilidades y sus competencias para su satisfacción personal en vez de competir con los demás, estando igualmente incentivado por la seguridad psicológica que proporciona la idea de estar arropado por el grupo y que en ningún caso va a ser humillado ni quedar descalificado.

Por último, en tanto en cuanto los juegos son variables conformadoras ae una determinada simulación del mundo exterior, la introducción de los - ecos cooperativos viene a ser una estrategia más en ese empeño de construir rr'sonas solidarias y cooperativas.

Los objetivos generales de este tipo de juegos son:— Desarrollar estrategias de juego que impliquen cooperación.

— Sensibilizar sobre la dinámica cooperación-competición.— =:^er en evidencia la premisa de que, para jugar y divertirse, Hay que competir.— -: ~e'tar la participación de todos creando una sensación de co- --- dad.