la libertad interior
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La libertad interior
Jiddu Krishnamurti
Mabel Ramírez Martínez
Desde mi punto de vista este libro es bastante repetitivo pero eso se debe a que
es la transcripción de una conferencia dada por el autor. Aun que siento que sus
ideas son demasiado radicales concuerdo en algunas partes con él, sobre todo en
el aspecto de liberarnos de tanta carga de autoridades que nosotros mismos
hemos creado para dar orden y seguridad a nuestro ser.
En este texto se nos muestra un mundo repleto de problemas que el mismo
hombre ha generado causando su propia desgracia como las guerras, la pobreza,
el odio y la juventud sin guía. Las ideologías según Krishnamurti solo han servido
para dividir al hombre, según su credo, raza, partido político, nacionalidad, género,
etc. Lo que ocasiona una serie de conflictos que derivan en una falta de
cooperación y solidaridad además de un ciego seguimiento de una “autoridad” que
da a las personas un falso sentido de pertenencia y de seguridad, sin la cual se
sienten perdidos y aislados. Sin embargo esta autoridad es peligrosa pues
restringe la posibilidad de acceder a la comprensión y al amor.
La solución a este grave problema es una revolución pero una donde se desarrolle
una mente religiosa, pero no como una doctrina ideológica, sino en un sentido más
profundo, de comprensión y cooperación entre unos y otros para producir un orden
social diferente, esta es la verdadera revolución. Dado que la religión es una
acción completa que abarca toda la vida no solo fragmentos de ella, debemos
tomarla como una forma de vida en la que haya armonía interior y un sentimiento
de unidad completa.
Para empezar hay que lograr una seriedad, la cual implica no aceptar ninguna
autoridad, pues el autoritarismo solo satisface a quien la ejerce y no permite el
sentido de comunión. Demos lograr liberar la mente, porque sólo una mente libre
es capaz de aprender, así mismo debemos desaparecer el “yo primero” pues
muestra un sentido de autoridad y de incapacidad para la cooperación fraternal.
Porque todos podemos cooperar pero solo si de ello obtenemos algún beneficio, y
si no es así evitamos toda acción solidaria.
La libertad no se obtiene siguiendo una ideología o una formula, es uno mismo
quien debe descubrirla pues cada uno de nosotros somos diferentes y por lo
mismo seguimos caminos diversos para lograrlo, sin embargo hay que diferenciar
este proceso de búsqueda de lo que es pensamientos, pues el pensamiento surge
de la memoria de lo ya aprendido, de lo viejo, pero para enfrentar este nuevo reto
hay que cambiar de dirección, vaciar nuestras mentes para poder ver con claridad
el mundo que nos rodea. Esta absoluta libertad del hombre viene primero del
aspecto psicológico o interno y luego en el externo. La libertad interior trae consigo
la aceptación, el amor, la paz, la belleza, la religiosidad y la armonía. Sin embargo
todos nosotros estamos fuertemente condicionados por la cultura en la que
vivimos, lo que nos imposibilita para ver un problema en su totalidad sino sólo los
fragmentos.
¿Cómo podemos darnos cuenta si hay sentido de libertad interna en nosotros? Si
somos capaces de ver claramente todo el panorama, no lo que otros nos dicen de
él, no como una ideología a la que hay que aspirar, sino con nuestra propia
perspectiva, sin miedo a la muerte. Es decir, no investigarla verbalmente sino en la
acción, pues la acción es instantánea. Es verdad que no podemos eludir el dolor
físico, la enfermedad, pero si somos libres sobre cómo tratar con ella, ya sea que
la veamos como una espantosa carga o como un obstáculo a vencer sin ser
arrollados por ella.
El sistema nos educa en distancia entre el maestro y el estudiante, este sistema
es el que afirma nuestra personalidad, la que nos da posición y por lo tanto nunca
ponemos en tela de juicio su influencia ni interna ni externamente pues al hacerlo
se destruiría la seguridad que sentimos sobre él. Pero el hombre tiene que ser
libre de lo contrarios va a destruirse a sí mismo. Urge desacondicionar la mente
intoxicada de conocimientos que sólo limitan y nublan la visión. Sólo dándonos
cuenta de que la mente está totalmente condicionada comenzaremos a sentir
libertad.
No podemos sólo examinarnos y ya, pues la mente que examina está también
condicionada por lo que el proceso analítico se encontrará limitado. Para mirar con
verdadera libertad, hay que observar sin predisposiciones mirar como si lo
estuviéramos haciendo por primera vez, libre de distorsiones del pasado de una
cultura arraigada. La energía de nuestras vidas se gasta en la constante lucha por
reprimir nuestro ser para encajar en los estándares que la educación y la sociedad
han establecido.
En el proceso de observación hay dos tipos de estados; la inatención y por raros
momentos la atención completa, la cual consiste en fijar la concentración en algo,
sin tratar de darle forma o cambiarlo, sino que solo se limita a observarlo tal y
como es sin prejuicios ni modelos establecidos. Sin embargo cabe aclarar que la
inatención nunca puede convertirse en atención.
El ser humano ha buscado guiarse a través de acciones correctas llamándolas
moralidad, sistema que nos tiene presos y condicionados pero si logramos ver con
libertad podremos cometer errores pero podremos verlos de inmediato y
eliminarlos sin seguir castigándonos por ello. La vida es acciones, es movimiento
sin principio ni fin pero nos empeñamos en dividirla en pasado presente y futuro,
siendo esta ultima la que nos genera más miedo pues representa lo incierto lo
inexplorado dejando en incógnita nuestro destino el cual queremos sentir seguro,
con casa, comida, vestidos y comodidades, cosas que nos proporcionan placer,
pues es lo que perseguimos en esta vida, placer y satisfacción, las cuales se
manifiestan en autoexpresión y autorrealización. Sin embargo cuando estas se
ven frustradas nace la ira y la agresividad que a su vez se convierten en otra
forma de placer.
Pese a todo lo dicho es cierto que el hombre tiene un vacio en su ser, un vacio
que nunca podrá llenar con nada, pero que aun así trata de disimularlo utilizando
la belleza, el amor y el placer. Pero el amor no es placer, es bienaventuranza,
felicidad. Lo que pasa es que nos resistimos y obstaculizamos nuestras vidas
viéndola como una fastidiosa rutina la cual convertimos en un problema, cuando lo
único que debemos hacer es dejarla fluir aceptar que la realidad está en constante
cambio y que solo las mentes sensibles alertas y agiles obtendrán la libertad
psicológica.
Muchas personas se aferran a los hábitos y a la costumbre por miedo, todos
tememos a lo desconocido, a lo incierto. Pero solo mirando el temor, dejándolo
florecer para mirar su naturaleza podremos dejarlo libre, terminando así con ese
temor infundado que nos impide avanzar.
Un dato que me pareció baste interesante fue el tema del sueño. Muchos crees
que la acción de soñar es inevitable y de lo más normal, no obstante Krishnamurti
asegura que es posible dormir sin soñar. ¿Cómo es esto posible? Cuando
dormimos nuestro inconsciente proyecta los problemas personales hacia la mente
superficial la cual nos hace “soñar” pero si desarrollamos la observación aguda y
alerta no dejamos que se nos pase nada por alto, la mente vive con intensidad
completa y a la hora de dormir puede estar tranquila y no soñar en absoluto
dándole un completo descanso para que al despertar se encuentre lucida y fresca.
Todos necesitamos un propósito para vivir, darle un significado a esta vida cada
vez mas tormentosa y aburrida, para ello creamos objetivos los cuales según
nosotros solo podemos lograr si alguien más nos dice que hacer, dejando la
responsabilidad de nuestro ser a alguna autoridad interna o externa. Pero la
inteligencia es libre, está por encima de la agresión dando un sentido de alta
sensibilidad a nuestra persona.
Para comprender la naturaleza de la vida, ver su verdadero significado sin
distorsión con una mente clara, se debe recurrir a la meditación, recordando que
meditar no es repetir palabras o mantras es liberarnos de la hipocresía, de la doble
moral, de decir una cosa y hacer otra, estando libre de toda autoridad, para lo cual
se requiere de una mente delicada, inteligente y sensible. Además se debe realzar
la disciplina no como “lo que debe ser” sino como la sensibilidad para comprender
y actuar con rapidez.
Como tema final esta la comunicación, casa que muchos damos por hecho pero
que pocos reflexionamos. Pues hay una brecha entre el hecho sucedido y la forma
en como lo interpretamos, pues cada quien lo ve desde su propio punto de vista lo
que causa conflictos y desavenencias. Hay que ser muy claros a la hora de
comunicarnos con los demás ya que cada uno entiende a su manera, llegando a
convertir las palabras en armas peligrosas las cuales debemos manejar con suma
prudencia.