la leyenda de robin hood - juliochavez.com.arjuliochavez.com.ar/alumnos/2015/autores...

22
LA LEYENDA DE ROBIN HOOD Versión libre de la leyenda popular Mauricio Kartun y Tito Lorefice Letra de canciones: Mauricio Kartun

Upload: lyduong

Post on 15-Oct-2018

231 views

Category:

Documents


3 download

TRANSCRIPT

Page 1: LA LEYENDA DE ROBIN HOOD - juliochavez.com.arjuliochavez.com.ar/alumnos/2015/Autores Argentinos/La_leyenda_de... · ¡Noble aldeano...! ... ¿Son tan dulces los pasteles de man-zana

LA LEYENDA DE ROBINHOOD

Versión libre de la leyenda popularMauricio Kartun y Tito Lorefice

Letra de canciones: Mauricio Kartun

Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 23 pag 1

Page 2: LA LEYENDA DE ROBIN HOOD - juliochavez.com.arjuliochavez.com.ar/alumnos/2015/Autores Argentinos/La_leyenda_de... · ¡Noble aldeano...! ... ¿Son tan dulces los pasteles de man-zana

Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 23

LA LEYENDA DE ROBINHOOD

Versión libre de la leyenda popularMauricio Kartun y Tito Lorefice

Letra de canciones: Mauricio Kartun

La Leyenda de Robin Hood fue estrenadaen la Sala Casacuberta del Teatro Muni-cipal Gral. San Martín de la ciudad deBuenos Aires durante la temporada 1996por el Grupo de Titiriteros del Teatro SanMartín, con dirección de AdelaidaMangani y Tito Lorefice

PERSONAJES

TaberneroViandanteTrovadorJuglarRobin HoodPasteleraVendedoraPregoneroRecaudadorCapitánTomásGisbornePequeño JuanArchiduquesaMortianaMarienneLady CarolaAmaFray TuckVerdugoObispoRicardoFeriantes, aldeanos, salteadores, nobles, y

guardias

ESCENA I

Clima de feria. De fiesta patronal. Genteque va y viene. Música. Dos acróbatas

Dramática Latinoamericana de

hacen sus suertes. Mas allá hace lo pro-pio un malabarista solitario. Un gitanohace bailar a su oso. Un viandante voceasus bocadillos, y junto a un barril quecarga -tambaleándose casi aplastado- suescuálido ayudante, un tabernero ofrecevino en generosos jarros de latón.

TABERNERO: ¡Vino fresco para la sed...Vino fresco...! ¡Enfriado entre las piedrasde los arroyos de Sherwood!

VIANDANTE: ¡Jamones de mi hacienda ypan de mi horno! ¡Bocados!

Un viejo juglar cruza la escena hasta el cen-tro de la plaza. Acomoda su sombreropara recibir las monedas, y comienza atañer su laúd en rápida afinación. Algu-na gente se acerca rodeándolo.

JUGLAR:¡Detengan su marcha atareados andan-tes...!¡Noble aldeano...! ¡Forzudo labriego...!Entreguen su atención unos instantesal cantar del juglar andariego...!¡Emoción, intriga, amor y suspenso...!¡Ya comienzo...! ¡Ya comienzo!

Se acercan mas paseantes. Con andar hi-dalgo y marcado desprecio cruza la es-cena el viejo trovador con su laúd cruza-do en la espalda.

TROVADOR: Apártense... Vamos, que tengoapuro... ¡Que gusto, amontonarse aquípara oír desafinar a estos músicos ambu-lantes con menos oído que una pared...!

Teatro/CELCIT N° 23 pag 2

Page 3: LA LEYENDA DE ROBIN HOOD - juliochavez.com.arjuliochavez.com.ar/alumnos/2015/Autores Argentinos/La_leyenda_de... · ¡Noble aldeano...! ... ¿Son tan dulces los pasteles de man-zana

JUGLAR: (Sin mirarlo siquiera, respondede inmediato.) Oídos son los que me so-bran amigo trovador...

TROVADOR: (Deteniéndose sorprendido.)¿Y quién te ha dicho que soy trovador?

JUGLAR: (Girando hacia él recién allí.) Elviento que sopla entre las doce cuerdasde tu laúd, colega...

TROVADOR: ¿Colega? ¿Que tengo yo demúsico ambulante?

JUGLAR: Tu instrumento.

TROVADOR: ¡Y solamente eso! Que nadanos hermana y todo nos distingue a losReales Trovadores de la Corte, (Una re-verencia) de los juglares de feria... (Lo se-ñala)

JUGLAR: Las notas de la escala son siete.En tu pentagrama y en el mío.

TROVADOR: Pero a mi me dan aplauso, nolimosna. Y me acompañan en bellos re-latos cortesanos y no en historias vulga-res de la plebe.

JUGLAR: Contaré entonces para que dis-frutes, una historia de nobles...

TROVADOR: (Irónico) ¿De nobles?

JUGLAR: ¿Porqué no? Una historia suce-dida aquí mismo, en esta plaza. Con unhéroe de la nobleza que terminó amadopor las gentes del pueblo por su humil-dad y su valentía... ¡Robin de Locksley,Caballero del Rey!, mas conocido entrenosotros como: ¡Robin Hood! (Los espec-tadores aplauden entusiasmados)

TROVADOR: ¡Ya me imaginaba yo! Cuen-tos de pobres buenos y ricos malos... Alfinal toda la culpa será de mis señores...

JUGLAR: Podrías también contar tu ver-sión... Ellos te escucharán como a mi.(Comienza a tocar)

TROVADOR: ¡¿Cantar en la plaza...?!¡Habrase visto...!

JUGLAR: (Canta)Fue en el año mil doscientos no se cuantoQue el Rey Ricardo marchó a la GuerraSantaDejando a un hombre en el poder que losuplanta

Dramática Latinoamericana de

que de solo recordarlo sufro espanto.¡Por eso lo canto.!Gisborne se llamaba el ambiciosoque buscaba enriquecerse a nuestra cos-tay arrasaba como manga de langostacon impuesto y tributo tan cuantioso¡Me pongo furioso!

TROVADOR: (Alterado interrumpe) ¡¡No...!!(Cantando también él)

(Al juglar)

No puedo permitirle al embusteroque difama de esta forma al señor condey mi trova en desagravio te respondecon la furia vengadora de un acero¡Me pongo cabrero!

(Al público)

Era el conde un gobernante preocupadopor darle a la ciudad alcurnia y brillo,y recursos conseguir pues es sencilloque el dinero ha de sacarse de algúnlado...y tomarlo prestado.A sus fieles labradores les pedíaapenas mas esfuerzo en su trabajoy que pagaran sus impuestos a destajocon el oro, con moneda o mercancía

JUGLAR:¡Eso era sangría!¡Oh, oh, oh...!¡Eso era sangría!

TROVADOR:¡Y lo suyo anarquía...!¡Si señor!¡Lo suyo anarquía...!

JUGLAR:¡El alcalde era un ogro...!

TROVADOR:¡No olvide sus logros!

JUGLAR:¡Un cruel delincuente!

TROVADOR:¡Pero era eficiente!

(Se agarran a «laudasos». Los separan. Dis-cuten tratando de liberarse.)

TROVADOR: Es una infamia... El Con-de de Gisborne recaudaba el dinero paradarle a la corte el lustre merecido...

Teatro/CELCIT N° 23 pag 3

Page 4: LA LEYENDA DE ROBIN HOOD - juliochavez.com.arjuliochavez.com.ar/alumnos/2015/Autores Argentinos/La_leyenda_de... · ¡Noble aldeano...! ... ¿Son tan dulces los pasteles de man-zana

JUGLAR: Era un tirano... Un ambicioso...Si no hubiese sido por Robin...

TROVADOR: ¡Robin! Ese jovencito malcria-do...

JUGLAR: Mis ojos se iluminan cuando lorecuerdo regresando de la guerra. Aquí...aquí mismo. En una mañana de feriacomo esta...

TROVADOR: No estaría tan mal la plebeentonces si así se divertía...

JUGLAR: No te engañes Trovador... La ale-gría es algo que a mi gente nadie nuncale ha podido quitar... En las buenas épo-cas y en las malas... (Comienza una mú-sica evocativa) Un día como el de hoy...con hombres como estos... con un solcomo este... Entrando por allí a la pla-za, de regreso por fin a la patriaañorada... (Un cambio de luz y una su-gestión musical instala el recuerdo, lahistoria. Los narradores bajan a la pe-numbra. Robin Hood entra a la plazaobservando todo con emoción.) De vueltaa su tierra y a la de sus padres... (Lospersonajes de la feria vuelven a su ac-ción de entonces)

ESCENA II

ROBIN: (Se arrodilla y besa la tierra. Seincorpora.) Salud pueblo de Sherwoodque dejé hace tanto tiempo... mi antiguaplaza...

(A una vendedora que pasa con su canas-ta) ¿Son tan dulces los pasteles de man-zana como antes de marchar a la gue-rra?

PASTELERA: Muchas cosas malas han pa-sado desde entonces pero los manzanossiguen fuertes...

ROBIN: ¿Viste por aquí a mis viejos amigos¿A Lucas... a David... a Alan...?

PASTELERA: ¿Aquí? ¿Que harían los no-bles en la plaza? En las competencias selos puede encontrar... En las fiestas...Lord Chandler no se pierde una. Es fácilreconocerlo aunque tanto ha cambiado:sus seis hijos son tan gordos como él...

VENDEDORA: A Lord James se lo encuen-tra en los jardines del palacio... Persiguemariposas con su red mientras sus sir-vientes tiran del arado.

Dramática Latinoamericana de

PASTELERA: Allí los podrás encontrarRobin. Aquí no. La plaza es nuestra. Unade las pocas cosas que aun no nos hanpodido sacar. ¿He sido clara verdad?Adiós Robin.

ROBIN: Un momento... Por favor... Hacetiempo partí a luchar por lo que creíajusto, dejando a mi aldea, a mi gente...Pero no reconozco a mi regreso el sitioque llevé en mi corazón. ¿Que ha ocurri-do en mi ausencia para que haya ahoratanto rencor?

TABERNERO: ¿Y que le puede importar esoa un niño rico?

ROBIN: Me importa...

PASTELERA: Habría que pregúntaselo a tuseñor, el duque de Gisborne: Porqué paganuestros cultivos a precios miserables...Qué hace con los terribles impuestos quenos obliga a pagar a costa de nuestro sa-crificio... el de nuestras pobres familias...

VENDEDORA: ¿Que hace? ¡Gastarlo enfiestas fastuosas! En telas carísimas, yesos gorros emplumados como galline-ros...

ROBIN: ¿Y nadie ha hecho nada para im-pedirlo...? ¿Para avisar a nuestro Rey desemejante injusticia?

VIANDANTE: Solo la buena duquesaMarienne ha intercedido por nosotrospero nada ha conseguido. Hace mesesque busca hacerle llegar al Rey Ricardonoticias sobre esta calamidad...

ROBIN: (Para si) ¡Marienne...! ¡La bellaMarienne! Mi tierno amor de infancia...¿Como está ella?

PASTELERA: Sin su dulzura y su preocu-pación todo sería mas difícil aun... Masde uno de nosotros estaría muerto...

VENDEDORA: O prisionero en las catacum-bas del Alcalde Gisborne...

ROBIN: ¿Pero que poder tiene este hombrepara haber dominado así a todos...?

PASTELERA: (Confidencial) Una bruja lo hacriado desde pequeño... Y dicen que noda un paso sin consultarlo con ella... ¡Po-deres...!

ROBIN: ¿Poderes?

Teatro/CELCIT N° 23 pag 4

Page 5: LA LEYENDA DE ROBIN HOOD - juliochavez.com.arjuliochavez.com.ar/alumnos/2015/Autores Argentinos/La_leyenda_de... · ¡Noble aldeano...! ... ¿Son tan dulces los pasteles de man-zana

VENDEDORA: No solo eso... Cuentan que...(La interrumpe un sonar de trompetas eirrumpen en la plaza los esbirros deGisborne. Todos se apartan asustados.)

ESCENA III

PREGONERO: (Desplegando su proclama.Redoble.) Al pueblo de Sherwood. Su ex-celencia el alcalde, excelentísimo, dignísi-mo, altísimo, reverendísimo Conde deGisborne, Señor de estas tierras y sus al-rededores, notifica a los pobladores dellugar que el tributo recaudado hasta lafecha resulta insuficiente para satisfacerlas necesidades prioritarias de la casa real.Es por eso que por este edicto ordena: quelos impuestos gentilmente aportados porlos pobladores de esta comarca sean au-mentados al doble de lo que hasta ayer sepercibía. A quien no cumpla con tal decre-to le será confiscada su vivienda, su tie-rra, su cultivo o su hacienda, siendo ade-más castigado con prisión y tormentossegún la gravedad de su culpa. Es ordendel excelentísimo, dignísimo, altísimo,reverendísimo Conde de Gisborne. (Trom-petas. Se retiran, y quedan instalados tresrecaudadores en una mesa.)

VIANDANTE: (A los recaudadores) ¡Pero esimposible pagar mas...!

VENDEDORA: ¡No me alcanza ya para ali-mentar a mis hijos...!

PASTELERA: Sacrifiqué primero mi trigo...después mi buey... mis ovejas...

RECAUDADOR: ¿Te quedan gallinas?

PASTELERA: ¡Necesito sus huevos parahacer mis pasteles!

RECAUDADOR: Los cocineros del Condelos harán mas sabrosos...

PASTELERA: Pero...

RECAUDADOR: ¡Las gallinas señora pas-telera! ¡No podemos estar aquí todo eldía...! (Comienza a armarse la fila de losimpuestos. Los pobladores dejan su ga-bela sobre la mesa. Los recaudadores latoman y las van acomodando sobre sucarro. Vuelve la luz sobre los relatores.)

JUGLAR:Tanta injusticia, tanto penarla gente no tenía con qué pagarEntregaba su hacienda, entregaba su pan

Dramática Latinoamericana de

o terminaba preso por el cruel guardián

CORO PUEBLO:¡Que se vayan! ¡Que nos dejentranquilos de una vez!

TROVADOR:Eso era incomprensión, eso era inculturasi el Conde recaudaba no lo hacía por usuraUn hombre refinado, un exquisito caballerocon su sastre, su chofer, su valet, su pelu-quero.

CORO PUEBLO:¡Que se vayan! ¡Que nos dejentranquilos de una vez!

CORO RECAUDADORES:¡Que se pongan! ¡Que nos paguencon cambio y rapidez

JUGLAR:Esta triste situación no podía continuar...

TROVADOR:Lo que pasa es que a esta gente no legusta trabajar.

JUGLAR:Sufriendo la sangría que imponía el crueltirano...

TROVADOR:El impuesto es el deber de todo ciudada-no...

CORO PUEBLO:¡Que se vayan! ¡Que se dejende robar con avidez!

CORO RECAUDADORES:¡Que se pongan! ¡Que nos paguenlos sombreros del marqués

CORO PUEBLO:Esa es una insensatez...

CORO RECAUDADORES:¡Pagarán con interés!

CORO PUEBLO:No lo manda ningún juez...

CORO RECAUDADORES:Ya no uno sino diez

CORO PUEBLO:Semejante estupidez

CORO RECAUDADORES:¡El que lo dice lo es...!

Teatro/CELCIT N° 23 pag 5

Page 6: LA LEYENDA DE ROBIN HOOD - juliochavez.com.arjuliochavez.com.ar/alumnos/2015/Autores Argentinos/La_leyenda_de... · ¡Noble aldeano...! ... ¿Son tan dulces los pasteles de man-zana

ESCENA IV

En medio de la batahola se escuchan unosladridos y unos gritos fuera. Entra unniño -Tomás- corriendo con una bolsaperseguido por dos enormes perros. Atrásvarios guardias armados.

GUARDIA I: ¡Al ladrón! ¡Al ladrón!

El niño trepa a un árbol. Los guardias ysus perros lo acechan desde abajo.

CAPITAN: ¡Tiren el árbol! ¡Ahora!

Están por cumplir la orden cuando Robinse interpone.

ROBIN: Alto soldado... ¿Tanto han cambia-do las cosas en esta tierra que hace faltaun ejército para capturar a un niño?

CAPITAN: No intervengas forastero... Salvoque estés buscando problemas. Encon-tramos a este bandido escondiendo subolsa de trigo para no pagar el tributo asu excelencia

TOMAS: Es lo único que nos queda para elresto del invierno... Somos seis herma-nos señor... y mi madre.

CAPITAN: Pues en cuanto te agarremos ten-drán una boca menos de la que preocu-parse. ¡Volteen el árbol y atrapen al ban-dolero!

ROBIN: ¿Quién es el ladrón aquí?

CAPITAN: ¿Qué dice este estúpido? ¡Atra-pen también al forastero!

Robin se resiste. Comienza un lance de es-padas en el que Robin se desdobla domi-nando poco a poco a sus atacantes. Losguardias maltrechos huyen, y solo que-dan enfrentados Robin y el Capitán. Conun ágil movimiento Robin esquiva unaestocada, y el Capitán cae desarmado.Robin le apoya la espada en el pecho.

CAPITAN: (Temblando) ¡No me mate!

ROBIN: No lo haré. Demasiada sangre hevisto correr en la guerra. Que sepa tuseñor que Robin de Locksley ha regresa-do, y que en nombre del Rey Ricardo nopermitiré esta injusticia en mi tierra.¿Podrás recordar el mensaje?

CAPITAN: Ssssii... Ssssii señor...

Dramática Latinoamericana de

ROBIN: Ahora... ¡A correr! (El Capitán seincorpora y huye)

La gente rodea admirada a Robin.

ROBIN: (A Tomás) Regresarán... Van a bus-carte aquí... ¿Donde podrías esconder-te...?

TOMAS: Voy a reunirme con mi padre... enel bosque de Sherwood.

ROBIN: ¿En el bosque? ¿Y que hace allí?

TOMAS: Huyó, como muchos otros, y bus-có refugio en la espesura. Han apresadoa muchos hombres que se negaron apagar los impuestos.

TABERNERO: ¡¡Llegan mas guardias!!¡Atención!

PASTELERA: ¡Es el mismísimo AlcaldeGisborne! ¡Dios nos proteja! (Se apartan)

ROBIN: Adiós amigos... Ya sabrán de mi...(Escapa)

ESCENA V

CAPITAN: (Entrando. Lo sigue -furioso-Gisborne -con uno de esos singularessombreros que gusta lucir- y los guar-dias, maltrechos, vendados, entablilla-dos) Por aquí... Por aquí estaban...

GISBORNE: ¡¿Donde están esos malhecho-res?! (Grita) ¡Voy a atraparte Robin deLocksley! ¡Y a todos tus secuaces tam-bién! ¡Búsquenlos por allí! (Al capitán)¿Cuantos soldados lo acompañaban?

CAPITAN: Bueno...

GISBORNE: Vamos, pronto... ¿Cuantoshombres tenía su escolta?

CAPITAN: Bueno... es que en realidad...Soldados... lo que se dice soldados...

GISBORNE: Soldados, guerreros, infante-ría... Como quiera llamarlos Capitán...¿Veinte? ¿ Quince? (El Capitán calla aver-gonzado) ¿Diez? ¿Menos de diez? ¿Quie-re decirme que fueron vencidos por me-nos de diez guerreros? ¿seis? ¿Cuatro?

CAPITAN: Uno...

GISBORNE: ¡¡¿Uno?!! ¡Un solo hombre hapodido dejarlos en ese estado! ¡Estoy ro-

Teatro/CELCIT N° 23 pag 6

Page 7: LA LEYENDA DE ROBIN HOOD - juliochavez.com.arjuliochavez.com.ar/alumnos/2015/Autores Argentinos/La_leyenda_de... · ¡Noble aldeano...! ... ¿Son tan dulces los pasteles de man-zana

deado de idiotas...!

CAPITAN: Si señor Alcalde...

GISBORNE: ¡De cobardes...!

CAPITAN: Como usted diga Su Excelencia...

GISBORNE: De... De... ¡¡Que venga inme-diatamente el pregonero, inútil!!

CAPITAN: A la orden... (A Guardia I) ¡Quevenga el pregonero en este mismo mo-mento, inservible!

GUARDIA I: (A Guardia II) ¡Que traiganurgente al pregonero, incapaz!

GUARDIA II: (A Guardia III) Que aparezcael pregonero presto, inepto!!

GUARDIA III: (Busca -el también- su su-bordinado al que ordenar. No quedan ya.Sale y regresa empujando al pregonero)¡Será posible que nunca estés donde sete necesita, torpe!

GISBORNE: (Al pregonero) ¡Proclama!

PREGONERO: ¡Al pueblo de Sherwood...!¡Al pueblo de Sherwood! (Redobles. Lagente se acerca a escuchar)

GISBORNE: (Dicta como una carta) Su ex-celencia, etc, etc...

PREGONERO: ¡Su excelencia el alcalde,excelentísimo, dignísimo, altísimo,reverendísimo Conde de Gisborne, Señorde estas tierras y sus alrededores...!

GISBORNE: (Por lo bajo) Comunica, etc,etc...

PREGONERO: ¡Comunica a los pobladoresy lugareños de estos parajes...!

GISBORNE: Que se ha puesto precio, etc,etc...

PREGONERO: Que se ha puesto precio ala cabeza del bandido... (Inquiere)

GISBORNE: (Proclama) ¡Robin de Locks-ley...!

PREGONERO: Quién pueda dar noticias desu paradero... será recompensado con...(Inquiere)

GISBORNE: (Alterado. Se juega) ¡Cien co-

Dramática Latinoamericana de

ronas de oro!.

PREGONERO: Es orden del excelentísimo,dignísimo, altísimo, Conde de Gisborne.(Gisborne lo corrige enérgicamente en vozbaja) Es orden del excelentísimo, digní-simo, altísimo, (Recalca) ReverendísimoConde de Gisborne.

GISBORNE: ¡En marcha! (Sale seguido desu guardia que -maltrecha- intenta in-fructuosamente una marcha marcial)

ESCENA VI

Baja la luz sobre la plaza y crece sobre elbosque. La floresta susurra su sonidocaracterístico. Robin camina con gestoalerta. Llega hasta un arroyo cruzado porun tronco que hace de improvisado puen-te. Comienza a cruzar por él cuando enla otra orilla aparece imponente la enor-me figura de Pequeño Juan, armado conun largo palo, que le impide el paso.

JUAN: Salud pequeño caballero sin caba-llo... ¿De paseo?

ROBIN: Algo así...

JUAN: Pero muy bien... muy bien... ¿Y elilustre ha elegido cruzar por el puentedel Pequeño Juan?

ROBIN: ¿Así se llama?

JUAN: Como que así me llamo yo, que hesido quién tendió este tronco sobre el le-cho.

ROBIN: Y bien, si. Por el pasaré.

JUAN: Claro, claro... No hay mas que pa-gar el peaje.

ROBIN: ¿Peaje...?

JUAN: ¿No nos cobran ustedes los noblesel impuesto por nuestro trabajo? Yo notengo corte ni castillo. Solo esta natura-leza que me rodea... El fresco del arro-yo... la sombra de los árboles... Se mepaga el impuesto al tronco y adelante.

ROBIN: Puedo pasar por las rocas si quie-ro...

JUAN: Claro, claro... pagando el impuestoa la piedra...

ROBIN: ¿Si cruzo a nado?

Teatro/CELCIT N° 23 pag 7

Page 8: LA LEYENDA DE ROBIN HOOD - juliochavez.com.arjuliochavez.com.ar/alumnos/2015/Autores Argentinos/La_leyenda_de... · ¡Noble aldeano...! ... ¿Son tan dulces los pasteles de man-zana

JUAN: Impuesto a las aguas...

ROBIN: Trataré de saltarlo entonces...

JUAN: Siempre que pagues el impuesto alos aires de Sherwood...

ROBIN: Pues bien, me regreso y nada tedebo...

JUAN: Me temo que ya estás endeudadomuchacho... (Por detrás de Robin apare-cen otros salteadores armados con pa-los que le cierran la retirada.)

ROBIN: Soy Robin de Locksley, amigo... Yvengo en son de paz.

JUAN: Amigo... (Ríe) No recuerdo habergozado nunca de tan eminente amistad...¿Hay pago o no hay pago?

ROBIN: ¿Que pasa si no lo hago?

JUAN: No saldrías de aquí...

ROBIN: Veo detrás mío quienes podríanimpedírmelo... (Lo provoca) Pero no veoquien me detendría delante... (Lossalteadores ríen)

JUAN: Bueno, bueno... Hemos dado con unpequeño valiente... Desenfunda tu acerosi vas a intentarlo...

ROBIN: No peleo contra alguien desarma-do...

JUAN: (Agita su enorme palo) Esta es miespada si alguien gusta probarlo...

ROBIN: Dame otro igual y lo haré. (Un ru-mor se levanta entre los saqueadores)

JUAN: (A sus compinches) ¡Ya escucharon!(Ríe. Alguien le acerca a Robin un palosimilar.) ¡En guardia muchacho! Veremossi sabes nadar...

Con cautela al principio, mas violentos des-pués, los palos comienzan un rítmicoentrechocar que, como un excéntricomalambo, va dominando la escena.

JUAN:Mi palomas maloque el mismo Satánte achataesa ñatade pelafustán.

Dramática Latinoamericana de

Castigala viga,te vas para atrás,me juegoandariegoque no pasarás.

CORO:Que no pasarás...Que no pasarás...Te achatara la ñatay te irás para atrás.

ROBIN:Cuidado la coca,cuidado la bocha,grandote abribocaque ahí va mi garrocha.

JUAN (Lo esquiva y se burla)¡Tremendo el azoteque da tu garrote!

ROBIN:Tu risa la borra...¡Mi fiel cachiporra!

JUAN:Mi palo te aplico...

ROBIN:Te achato el hocico...

JUAN:Atento Robínque llega tu fin...

ROBIN:Bracitos de flan,de miga de pan,Mi golpe secreto... (Lo da)...¡Y al agua mi Juan!

Juan trastabilla unos instantes y cae rui-dosamente al arroyo.

JUAN: ¡Socorro...! ¡Me ahogo!

ROBIN: Aquí está mi mano amigo... No hevenido a matar a nadie. (Ayuda a Peque-ño Juan a salir del agua. Los salteadoreslo rodean amenazantes.)

SALTEADOR I: Pudiste con el, pero no po-drás contra todos...

ROBIN: Créanme que no busco pelea... (Loapresan con fiereza. Lo llevan hacia losárboles con malas intenciones)

TOMAS: (Entrando) ¡Un momento! ¡No le

Teatro/CELCIT N° 23 pag 8

Page 9: LA LEYENDA DE ROBIN HOOD - juliochavez.com.arjuliochavez.com.ar/alumnos/2015/Autores Argentinos/La_leyenda_de... · ¡Noble aldeano...! ... ¿Son tan dulces los pasteles de man-zana

hagan daño!

JUAN: ¡Tomás, hijo mío! ¿Que ha pasadopara que vengas aquí?

TOMAS: ¡Papá! (Corre y lo abraza) Los guar-dias quisieron apresarme y gracias aRobin pude huir de la ciudad.

JUAN: ¿Este hombre te ayudó?

TOMAS: Arriesgando su vida... (Lo sueltanrespetuosamente)

JUAN: Quién ayuda a mi hijo no puede serotra cosa que mi amigo. Te pido perdónRobin de Locksley. (Se dan la mano)¿Pero porqué un noble habría de ayudara alguien del pueblo?

ROBIN: Cuando hace ya ocho años partí acombatir en las Cruzadas no sospecha-ba que en mi pueblo ocurrirían las cosasque encontré a mi regreso.

JUAN: ¿Conociste al Conde de Gisborne?¿Escuchaste de sus maldades?

ROBIN: He visto con mis propios ojos lasatrocidades que comete contra nuestropueblo. Mi corazón y mi mano están dellado de la justicia. Que es el lado de migente. Ustedes. Por todo eso me dispon-go a luchar.

JUAN: Es imposible enfrentarlos. Por esohuimos al bosque.

ROBIN: ¿Imposible? Nada de eso. Gisborneestá acostumbrado a buenos aldeanosque apenas se defienden. ¿Pero que pa-saría si los aldeanos lo sorprenden conun buen ataque?

JUAN: ¡¿Atacarlos?! Sería como llevar ove-jas al matadero. Su ejército está bienpreparado, y nosotros... Nuestras cabe-zas tienen precio. Hasta la del niño lotiene ahora. No somos guerreros, Robin,somos prófugos.

ROBIN: Y yo ahora un fugitivo como uste-des. Tampoco yo puedo regresar. Peroprefiero la muerte a vivir escondido. ¿Queharán sus familias sin ustedes?

Los hombres dudan. Murmuran. Se con-sultan.

JUAN: (Temeroso) Y... ¿que podemos con-tra ellos...?

Dramática Latinoamericana de

ROBIN: Somos hombres libres. Y un hom-bre libre que defiende su hogar vale masque diez soldados mercenarios.

SALTEADOR I: No tenemos armamento...

ROBIN: La dignidad no es un arma, peroda fuerzas para fabricarlas.

JUAN: ¿Con que...?

ROBIN: ¿No te escuché decir que solo te-nías esta naturaleza...? Ella nos dará loque necesitamos... la madera de sus ár-boles, y las piedras de sus arroyos...

SALTEADOR II: Hace días que solo come-mos fruta y alguna presa de caza... Ne-cesitaremos dinero. Para nosotros, y paranuestras familias que penan allí en elpueblo...

ROBIN: Lo tomaremos...

SALTEADOR III: De donde...

ROBIN: Aguarden tan solo a que llegueaquel carruaje que se acerca por el ca-mino y se los enseñaré. (Aparece un lu-joso carruaje cerrado, tirado por cuatrobriosos caballos de tiro)

ESCENA VII

Robin corre hasta el camino y hace señasal cochero que detiene su marcha. Loshombres se esconden y observan.

ROBIN: (Arrancando de una mata unas flo-res silvestres) Salud amigo cochero...¿Puedo ofrecer a la dama el obsequio deestas flores que compiten con su encan-to?

ARCHIDUQUESA: (Se asoma envuelta enel brillo de sus alhajas. Pasada en añosy coqueteando desde su madura fealdad.)Pero que joven mas galante... (Al coche-ro) ¿Como no le hemos visto antes en lasfiestas de nuestra corte...? ¿Como es tunombre jovencito?

ROBIN: Robin de Locksley fui hasta ayerMilady. De ahora en mas puede llamar-me Robin Hood. Y ahora si me permite...(Desenfunda su arma) Esas joyas de gus-to tan exótico desentonan con la bellezanatural de ese rostro suyo... (Amenazacon su espada al cochero que intenta unadefensa) Si fuese tan gentil. (Se saca elsombrero con ademán cortesano y se lo

Teatro/CELCIT N° 23 pag 9

Page 10: LA LEYENDA DE ROBIN HOOD - juliochavez.com.arjuliochavez.com.ar/alumnos/2015/Autores Argentinos/La_leyenda_de... · ¡Noble aldeano...! ... ¿Son tan dulces los pasteles de man-zana

alarga) En este joyero estarán seguras...créame... (La dama temblando con fuer-te retintín de oros se despoja de sus bri-llos y los pone uno a uno en el sombrero.Al cochero:) El baúl por favor... (El co-chero arroja el baúl del que caen pararegocijo de los salteadores un sinnúme-ro de prendas íntimas y finos vestidos)

ARCHIDUQUESA: ¡Mi vestuario...!

ROBIN: Queda en buenas manos...

ARCHIDUQUESA: Nada me dejan...

ROBIN: ¡No sea injusta..! Le queda su en-canto en pleno... ¡Oh... pero esos labiossugestivos Milady...! ¿Porque empañar suhermosura con la grosera compañía deloro? Señora, su dentadura... (Vuelve aalargarle su sombrero. La dama con ges-to iracundo se quita la dentadura y ladeposita. La cara se le chupa como unapasa.) ¡Bonita siempre! Y ahora gentilcochero... Tu colaboración para los hom-bres del Rey Ricardo... (Le saca la espa-da y el látigo con el que azota a los caba-llos. Despide con una reverencia al vehí-culo que parte volando.)

De entre las matas aparecen los hombresfestejando asombrados el despojo.

ROBIN: Amigos... El primer botín... Uno deustedes bajará en la noche a la aldea pararepartirlo entre las familias...

TODOS: Viva... Bravo...

ROBIN: ¿Hay leñadores entre nosotros?

VARIOS: Si señor... Aquí...

ROBIN: A talar los robles mas fuertes...¿Carpinteros?

OTROS: Muy hábil... El mejor...

ROBIN: A fabricar las armas...

CARPINTERO: Necesitaremos herramien-tas...

JUAN: Lady Marienne nos podrá ayudarcon algunas...

ROBIN: ¿Lady Marienne...? Quisiera ser yoquien vaya a buscarlas... En la nocheestaré de regreso...

TOMAS: Toda la Guardia Real te busca

Dramática Latinoamericana de

Robin...

ROBIN: (Levantando uno de los vestidos dela archiduquesa) Buscan a Robin Hood,Tomas. Pero no será Robin Hood quienvisite hoy a la hermosa Marienne... (Des-pidiéndose antes de salir) Amigos... ¡Ladefensa ha comenzado...!

ESCENA VIII

Castillo de Gisborne. Mortiana, la hechice-ra, junto a un caldero humeante. A sulado Gisborne, con un nuevo sombreromas ridículo aun, aguarda ansioso.

GISBORNE: Mortiana... Madrina mía... Queven tus ojos de adivina... Dame en estaencrucijada tu sabio consejo...

MORTIANA: (Preparando su menjunje) Ojode sapo... Cola de lagartija... los froto conajo y los pico prolija... pata de escorpión...pelo de araña... lo meto en el caldero yrevuelvo con saña... (Lo hace. Se redoblala humareda)

GISBORNE: ¿Que ves...? ¿Que ves...?

MORTIANA: Hay peligros cerca, mi niño...

GISBORNE: ¿Peligros?

MORTIANA: Un hombre ha llegado, dis-puesto a quitarte del trono...

GISBORNE: ¡Robin de Locksley!

MORTIANA: Hay que hacer algo urgente...El Rey Ricardo regresará en cualquiermomento...

GISBORNE: ¿Pero qué...?

MORTIANA: ¿No decías estar tan enamo-rado de Lady Marienne...? Casarse conella entonces... Marienne es prima delRey... Estando el poder en manos de unfamiliar tan querido Ricardo te dejará alfrente de todo...

GISBORNE: Nada me haría tan feliz... PeroMarienne no hace mas que rechazarme...

MORTIANA: Tonterías... Con tu belleza...Con tu inteligencia... con tu bondad...¿Que mujer no querría un marido así...?Hoy mismo irás a visitarla. Te pondrástu mejor ropa, uno de tus hermosossombreros, montarás tu caballo masbrioso y lo que es mas importante: le

Teatro/CELCIT N° 23 pag 10

Page 11: LA LEYENDA DE ROBIN HOOD - juliochavez.com.arjuliochavez.com.ar/alumnos/2015/Autores Argentinos/La_leyenda_de... · ¡Noble aldeano...! ... ¿Son tan dulces los pasteles de man-zana

llevarás de regalo estos dulces delicio-sos que estoy preparando en mi marmi-ta y te asegurarás de que los saboree.(Saca con la cuchara una porción delrepugnante pegote verde. Lo huelearrobada) ¡Mmmmm...! Nadie se ha re-sistido nunca a este filtro de amor. Bas-tará con que lo pruebe para caer ena-morada a tus pies...

GISBORNE: ¿Solo con probarlos...?

MORTIANA: Solo con probarlos...

GISBORNE: (Eufórico) ¡Si señor! Me casa-ré con esa doncella...

CAPITAN: (Aparece agitado) Permiso miseñor...

GISBORNE: ¡Idiota! ¿Como se atreve al-guien a molestarme aquí!

CAPITAN: Es que... ¡Mi Señor...! Una ban-da de facinerosos ha asaltado en el bos-que a la Archiduquesa de Greene... Y...Mi señor... al frente de los bandidos es-taba Robin de Locksley... Robin deLocksley, a quien ahora conocen como...¡Robin Hood!

GISBORNE: ¡¡Robin de Locksley!! ¡Aggggggg!¡Voy a colgarte en la plaza pública Robinde Locksley!

MORTIANA: ¡Ese es mi niño...! Pero antes...(Revuelve el caldero)

GISBORNE: Si, si... Antes que nada... Mivisita galante... a llevar estos dulces irre-sistibles a la bella Marienne... (Al Capi-tán) ¡Que me preparen el caballo negro!¡Que me alcancen la capa y el sombrerode plumas de avestruz... (El Capitánasiente y va a salir a cumplir la orden.)Aunque bien podría ser el de garza... (Elcapitán asiente nuevamente y vuelve aencarar el mutis) O el de tucán que estan colorido y combina con la capa...(Vuelve a detenerse, asiente, reemprendela marcha está a punto de salir cuan-do:) Aunque si es por colorido, el decacatúa... (Baja la luz sobre las dudasde Gisborne)

ESCENA IX

Jardín de Marienne. La muchacha juegamelancólicamente con dos enormes pe-rros mellizos a los que arroja una estacaque devuelven una y otra vez.

Dramática Latinoamericana de

MARIENNE:Si como el palo que mojado de rocío,cuando arrojo, me devuelven en mimano...si así mi amor que yo arrojase en un sus-pirome devolviesen con noticias del que amo...Robin te extraño...Han pasado tantos años...Entra el ama conduciendo a Lady Carola,una dama muy emperifollada.

AMA: Aguarde aquí Milady. Veré si mi se-ñora puede recibirla. (Va hacia Marienne)

LADY CAROLA: (Bajando la caperuza de sucapa. Vemos que se trata en realidad deRobin vistiendo el traje que robara a laArchiduquesa) Maldito calor... ¡No secomo resisten las damas estos vestidos...!¡A lo que llegamos los hombres poramor...! (Vuelve a cubrirse apresurada-mente)

AMA: (A Marienne) Hay aquí una señoraque insiste en verla. Dice traer un en-cargo personal... (Marienne observa aLady Carola que la saluda con discretareverencia)

MARIENNE: Acérquese por favor... (LadyCarola lo hace) No tengo el gusto de co-nocerla señora...

LADY CAROLA: (Aflautando la voz) Carola...Lady Carola... Y traigo para usted un re-cado de alguien que me ha pedido lamayor de las discreciones...

MARIENNE: Adelante...

LADY CAROLA: (Por el ama) Debo hacerloen privado...

MARIENNE: En nadie confío mas que enella. Nada que deba yo saber tendría queocultarle...

LADY CAROLA: Es que usted comprende-rá...

MARIENNE: Su duda nos ofende señora.Hable ahora o marche ya.

LADY CAROLA: (Se le escapa el vozarrón)¡Lady Marienne! (Disimula con una tos.Vuelve a la voz femenina) ¡Lady Marien-ne...! Cuando sepa el recado entenderámis razones...

MARIENNE: ¡Hable o parta...!

Teatro/CELCIT N° 23 pag 11

Page 12: LA LEYENDA DE ROBIN HOOD - juliochavez.com.arjuliochavez.com.ar/alumnos/2015/Autores Argentinos/La_leyenda_de... · ¡Noble aldeano...! ... ¿Son tan dulces los pasteles de man-zana

LADY CAROLA: Bueno... yo...

Se escucha el anuncio de unas trompetasy aparece Gisborne -engalanado con otrosombrero aparatoso- precedido por elpregonero que se adelanta obsecuente.

PREGONERO: Su excelencia el dignísimo,Altísimo, Reveren...

GISBORNE: Está bien... está bien... Nadade pompa... Es solo una visita informal...

LADY CAROLA: (Apresurado) Bueno muybien Lady Marienne... Regresaré en otromomento... (Intenta una salida veloz)

MARIENNE: Oh no... no se vaya ahora...

LADY CAROLA: Es que usted tiene razón...Mejor...

MARIENNE: Le pido por favor señora...(Robin accede temeroso)

GISBORNE: Lady Marienne... Permítamebesar su mano... (Va a hacerlo. Los pe-rros se le abalanzan ladrando furiosa-mente. El ama los detiene de las correasa duras penas)

AMA: ¡Quietos! ¡Quietos! No se que les suce-de... Tal vez el sombrero de su señoría...Lo han tomado por una presa de caza...

GISBORNE: (Aterrorizado se saca el som-brero y lo esconde detrás. Nervioso) ¿In...interrumpo...?

MARIENNE: Manteníamos con Lady Carolauna encantadora charla sobre temas fe-meninos... (Gisborne besa la mano deLady Carola que agradece con graciosareverencia)

GISBORNE: Serán solo unos instantes...(Cuidándose de los perros le extiende losdulces) Unas deliciosas confituras pre-paradas por el pastelero real para usted...Cuando las pruebe quedará... quedará...¡Encantada! ¡Hechizada...! ¡Pruebe...Pruebe...!

MARIENNE: Le agradezco Alcalde Gisborne.Las gustaré en la merienda.

GISBORNE: Deléitese ahora con una...

MARIENNE: Mas tarde lo haré...

LADY CAROLA: (Tomando un dulce) Yo sí

Dramática Latinoamericana de

le haré los honores...

GISBORNE: ¡¡No...!! (Disimula) Lady Ma-rienne tiene razón... Mejor disfrutarlasacompañadas de un rico té.

MARIENNE: (Al ama) Que las disponganpara la merienda... (Aparte) Nada quevenga de este hombre se servirá en mimesa. Que se las tire... O mejor... Quelas coman los perros...

AMA: Como ordene señora... (A los perros)Vengan cachorros... Vengan conmigo...(Sale con los canes)

GISBORNE: (Acomodándose como puede elsombrero) Mi bella y dulce Marienne...Gustarías dar una cabalgata por el pra-do...

MARIENNE: Nada me haría mas feliz, Al-calde, pero me temo que mi salud no estádel todo bien...

GISBORNE: ¿Enfermucha? Mi hermosaMarienne... Sin perder un instante man-daré a buscar a palacio a mi médica decabecera...

MARIENNE: ¿Médica?

GISBORNE: Mortiana es capaz de aliviarcualquier dolor con sus brebajes...

MARIENNE: ¡Mortiana no...! no... no creoque haga falta, digo... Mi amiga LadyCarola justamente acaba de traermeunas hierbas del bosque que en unashoras me tendrán como nueva...

GISBORNE: ¿Del bosque...? (A Lady Carola)¿Se ha atrevido usted por el bosque enestos días?

LADY CAROLA: Bueno... soy una mujeraudaz...

GISBORNE: (A Marienne) De eso justamen-te quería alertarte Marienne... Una pan-dilla de salteadores se ha escondido enlos bosques de Sherwood y asalta cuan-to viajero se atreve por sus senderos...Los capitanea un bandolero que se creemuy romántico robando a la gente de lacorte para repartir el botín entre los po-bres... Un truhán que creíamos muertoen la guerra y acaba de regresar...

MARIENNE: (Esperanzada) ¿Muerto en laguerra...?

Teatro/CELCIT N° 23 pag 12

Page 13: LA LEYENDA DE ROBIN HOOD - juliochavez.com.arjuliochavez.com.ar/alumnos/2015/Autores Argentinos/La_leyenda_de... · ¡Noble aldeano...! ... ¿Son tan dulces los pasteles de man-zana

GISBORNE: Así es... Un tal Robin de Loc-ksley.

MARIENNE: (Sin poder reprimir su alegría)¡Alabado sea Dios!

GISBORNE: ¿Que cosa te hace tan feliz,Marienne...?

MARIENNE: (Disimula) Que su excelenciaesté aquí para protegernos de ese ván-dalo...

GISBORNE: (Fatuo) Claro, claro... Tranqui-la... (A Lady Carola) ¿Conoce a ese fora-jido?

LADY CAROLA: Me suena...

GISBORNE: Cuídese de él... Yo no andaríatan suelta por ese bosque... (A Marienne)Mi deliciosa Marienne... ¿No disfrutaréde tu compañía hoy entonces...?

MARIENNE: Tal vez mañana señor...

GISBORNE: Me retiro entonces... No de-jes de saborear mis dulces... Recuer-da... (Se escuchan afuera unos fuertesladridos y entra el ama arrastrada porlos perros que se abalanzan sobreGisborne)

GISBORNE: ¡¡Noooo!! (Trata de huir. Lesarroja su sombrero pero nada parecedetenerlos)

AMA: (A Marienne) No se que sucede miseñora... Comieron lo que... lo que ustedme ordenó, y se han puesto como poseí-dos...

Los perros se arrojan violentamente sobreGisborne que cae al suelo, pero en cam-bio de atacarlo comienzan a lambetearlerománticamente la cara.

GISBORNE: ¿Pero qué...? ¿Que es esto...?¡Sáquenme estos babosos de encima...!(Huye) Sáquenmelos... (Sale perseguidopor los perros enamorados que arrastrana su vez al ama)

MARIENNE: Señora... Permítame darle lasgracias... Estoy... Estoy... Dios mío... herecibido la noticia mas feliz de mi vida...Tal vez alguna vez pueda explicarle.

LADY CAROLA: No hay nada que explicar...Quizá el mensaje que traigo haga mayoraun su felicidad...

Dramática Latinoamericana de

MARIENNE: (Recuerda) El mensaje...

LADY CAROLA: «Todavía te amo...»

MARIENNE: ¡Oh Dios...! ¿Y quien lo en-vía?

ROBIN: (Descubriendo ahora su auténticapersonalidad) Quien nunca te olvida,Marienne... Robin de Locksley.

Las luces y la música festejan el beso que -claro- desenlazará la escena en romanti-quísimo epílogo.

MARIENNE:Como la lluvia canta tras de la sequía,y como el sol que canta tras el aguacero,feliz festeja repicando así ligeromi corazón en agitada melodía.

ROBIN:Marienne amada...soñaba con tu mirada...

ESCENA X

Bosque de Sherwood. El improvisado ejér-cito de Robin construye sus armas. Ha-chas, herramientas, y piedras de afilarvan marcando -en su trabajo- un ritmoque gana poco a poco la espesura. Cadacual hace lo suyo.

JUAN: (Exhorta) Somos tan pobres que ape-nas nos queda lo que la tierra regala...De los árboles vendrán nuestras lanzas...¡Y las afiladas piedras del río serán laspuntas con las que vamos a vencer alenemigo...!

Con el fondo rítmico de los útiles entonan -por grupos- este quod libet

Sin obús ni catapultahallamos la maneralas armas son de huesode roca y de madera

Soñando con la vueltael alma se reanimaclava que te clavalima que te lima.

Por la mujer que añoroy el pan de nuestros hijosperforo que perforolijo que te lijo

¡Taladro, hacho, cepillo,clavo, afilo y martillo!

Teatro/CELCIT N° 23 pag 13

Page 14: LA LEYENDA DE ROBIN HOOD - juliochavez.com.arjuliochavez.com.ar/alumnos/2015/Autores Argentinos/La_leyenda_de... · ¡Noble aldeano...! ... ¿Son tan dulces los pasteles de man-zana

JUAN: ¡Silencio todos...! ¡Una carreta seacerca por el camino...!

Por el camino aparece una rudimentariachata cargada de barriles. Conduce a losbueyes un fraile gordinflón que bebe cer-veza en un jarro de grandes proporcio-nes.

ROBIN: Tranquilos amigos... Solo se tratade un nuevo cliente. ¡A los árboles...! (Lohacen)

Como naciendo del rítmico chirriar del ca-rretón inunda el ámbito un angélico co-ral gregoriano

CORO ANGELES:Buscando la armonía de la naturalezacon el cereal inútil Dios hizo la cerveza...Por santo designio, milagro divino,de la uva sin gracia hizo Dios el vino...

FRAY TUCK: (Mira al cielo en estado de gra-cia) ¡Oh prodigiosa cerveza de mi aba-día...! Basta acabar el tercer jarro paraque la cabeza se te llene de ángeles...¡Hipp! (Vuelve, pio, el coral)

CORO ANGELES:Por fresco y por franco hizo Dios el blancopor gusto distinto, dio El Señor el tinto¡Bienaventurado quién hizo el rosado!¡Hipp!

Robin se cruza en el camino, y lo detiene.

FRAY TUCK: Buenos días os dé Dios, her-manos... ¡Hipp!

ROBIN: ¿Que llevan sus barriles, padre?

FRAY TUCK: La cerveza mas rubia quealma alguna pueda saborear en las vi-ñas del señor. Fermentada y filtrada ennuestra abadía por este cordero deDios...

ROBIN: ¿Y quién ha de gustarla?

FRAY TUCK: Huéspedes y comensales delcastillo de Gisborne.

ROBIN: Aquí la descargará entonces paraalegría de mis hombres...

FRAY TUCK: ¡Oh Dios! ¡Pero si es elmismísimo Robin Hood y sus salteadores!

JUAN: Despreocúpese padre: queda enbuenas manos... Es decir: en buenas

Dramática Latinoamericana de

bocas... (Ríen)

FRAY TUCK: ¿Y que haré yo...? No puedo iral castillo con la carreta vacía... ni volvera la abadía sin la paga...

ROBIN: Puede quedarse aquí.

FRAY TUCK: ¿Aquí...?

ROBIN: ¿Porqué no? ¿No están aquí losmansos de la tierra? Necesitamos tam-bién la palabra de Dios.

FRAY TUCK: No soy campesino...

ROBIN: Tampoco yo.

FRAY TUCK: Ya lo veo. ¿Y como es que unLord, un noble, halla la felicidad vivien-do con los humildes...?

ROBIN: He visto en la guerra caballerosmuertos de miedo abandonar a su her-mano en la batalla. Y he visto al campe-sino mas humilde arrancarse del cuerpouna lanza para defender a un caballomoribundo. La nobleza no se hereda,señor. La crean nuestros actos. Así melo enseño mi padre.

FRAY TUCK: ¿Y que haría yo aquí?

ROBIN: Lo que todo cura honrado... Ade-más de compartir la cerveza, claro...

FRAY TUCK: ¡El señor se revela de las ma-neras mas misteriosas! ¡Acepto!

ROBIN: Bienvenido... No se arrepentirá.

FRAY TUCK: (Brindando) Mientras no searrepientan ustedes... ¡Hipp!

Todos, volviendo a la actividad

¡Taladro, hacho, cepillo,clavo, afilo y martillo!

ESCENA XI

Luz sobre los relatores que vuelven a can-tar las andanzas de Robin.

JUGLAR:Así fue que las riquezas que robaban alos noblesRobin Hood las repartía con justicia entrelos pobres.

En un plano de la ciudad vemos a los hom-

Teatro/CELCIT N° 23 pag 14

Page 15: LA LEYENDA DE ROBIN HOOD - juliochavez.com.arjuliochavez.com.ar/alumnos/2015/Autores Argentinos/La_leyenda_de... · ¡Noble aldeano...! ... ¿Son tan dulces los pasteles de man-zana

bres de Robin repartir el botín.

TROVADOR:El ladrón les repartía lo que hurtaba a lanoblezaLos ilustres reclamaban del maleante lacabeza

En otro plano -en el castillo- los nobles sequejan al gobernador.

JUGLAR:Con cabeza generosa dividía la monedamientras la batalla se gestaba en la ar-boleda.

TROVADOR:La arboleda era la cueva de ese pillo cri-minal¡Que se deje de pavadas porque va a ter-minar mal!

Sale la luz sobre la ciudad y crece sobre laescena en el castillo

NOBLE I: ¡Intolerable...! Me quitó hasta misable...

NOBLE II: ¡Insolente! Me quitó hasta mislentes...

NOBLE III: ¡Inaudito! Me quitó el apetito...(Lo miran extrañados) Y si... la mala san-gre que me hago...

GISBORNE: Señores comprendan que...

NOBLE I: (Interrumpe) ¡Tiene que actuarsin dilación...

NOBLE II: ...sin piedad...

NOBLE III: ¡Sinvergüenza...! (Lo miran. Seexcusa.) Robin Hood. Sinvergüenza... ¿Sio no?

GISBORNE: Yo pienso que...

NOBLE I: (Interrumpe) Alcalde Gisborne,si usted no acaba con esos maleantesinmediatamente no cuente de aquí enmas con nuestra ayuda. (Se cuadra) Se-ñor Conde... (Una reverencia) Caballe-ros... (Sale)

Noble II: (Se cuadra) Señor Conde... (Unareverencia) Caballero... (Sale)

NOBLE III: (Se cuadra) Señor Conde... (Va ahacer la reverencia pero ve que lo handejado solo. Sale llamando.) ¡Caballeros...!

Dramática Latinoamericana de

ESCENA XII

GISBORNE: ¡Maldito Robin...! ¡¿Que pue-do hacer! ¡Demonios!

Una llamarada y una densa humareda prece-den la aparición instantánea de Mortiana.

MORTIANA: ¿Me necesitabas mi niño...?

GISBORNE: ¡Madrina...! ¡Preciso otra vezde su consejo!

MORTIANA: Ya te lo he dado: La mejor de-fensa es un buen ataque.

GISBORNE: Es que yo...

MORTIANA: Quién pega primero pega dosveces...

GISBORNE: Si pero...

MORTIANA: ¡¡Cobarde...!! Allí afuera espe-ra tu ejército listo para atacar a esos la-drones. Solo necesitan de alguien que seponga al frente y los lleve valerosamentea la batalla. ¿Vas a perder todo lo que teayudé a conseguir...?

GISBORNE: ¿Perder...?

MORTIANA: ¡Todo!

GISBORNE: (Dubitativo) ¿Entonces lo quedebo hacer es...?

MORTIANA: ¡Atacar!

GISBORNE: ¿Y no se podría...?

MORTIANA: ¡¡Noo...!!

GISBORNE: (Nervioso) Bien... Atacaremosentonces. (Se acerca a la ventana para aren-gar a su ejército. La garganta lo traicionacon una vocesita chillona) ¡Soldados de...!(Carraspea. Vuelve a intentarlo) ¡Soldadosde Sherwood...! ¡Debemos prepararnos parala gran batalla...! Es necesario sacar a estepueblo del desorden y la corrupción... Ven-ceremos a Robin... a sus cómplices... Y atodo aquel que se oponga a mi autoridad...¡Adelante Soldados! ¡Armémonos de valor...y vayan...! (Redobles y trompetas indican elcomienzo de la marcha)

ESCENA XIII

Sube la luz sobre el campamento de Robinen el bosque

Teatro/CELCIT N° 23 pag 15

Page 16: LA LEYENDA DE ROBIN HOOD - juliochavez.com.arjuliochavez.com.ar/alumnos/2015/Autores Argentinos/La_leyenda_de... · ¡Noble aldeano...! ... ¿Son tan dulces los pasteles de man-zana

Robin: Amigos míos. Ahora hermanos. Seescuchan ya las trompetas del palacio.El alcalde ha decidido atacar y habremosde defendernos con honor y valentía. Laverdad está de nuestro lado, y Dios sa-brá ayudar a quién lo merece. ¡Por la pazde nuestro pueblo, y por Ricardo nues-tro rey...!

JUAN: Por el rey...

SALTEADOR I: Y por nuestras familias...

SALTEADOR II: Por nuestros hijos...

ROBIN: ¡A tomar posiciones!

Al tronar de los tambores comienzan aavanzar los estandartes de Gisborne. Uncuerno de caza les responde desde elbosque donde los hombres de Robinaguardan emboscados en las copas delos árboles. Los relatores se enardecen.

TROVADOR:¡Ahora si que Robin Hood pagará por sudelitoY la paz y la armonía volverán a este dis-trito!

JUGLAR:Lanzas, espadas y flechas, el momentoya ha llegadoUno de ellos vencerá. Otro será derrota-do.

TROVADOR:Uno será derrotado...

JUGLAR:Otro de ellos vencerá...

TROVADOR:¿Quién será al final vencido...?

JUGLAR:¿Y el triunfador, quién será...?

Los ejércitos se aprestan a entrar en bata-lla. Las luces bajan velando el espacio.Los trompetas, cuernos y redoblantessirven de fondo, en lejano plano sonoro,a la:

ESCENA XIV

En un espacio intermedio entran, huyen-do a caballo, Marienne y su ama.

MARIENNE: ¡Corre ama, te lo ruego! Debe-mos llegar hasta donde está mi primo el

Dramática Latinoamericana de

Rey Ricardo para evitar que este desas-tre nos aniquile a todos...

AMA: Que los ángeles pongan alas a estoscaballos para llegar cuanto antes...

Dos jinetes acorazados se interponen en elcamino.

GUARDIA: ¡Alto Milady...! ¿Donde creenque van...?

MARIENNE: Déjennos pasar. Llevamosapuro.

CAPITAN: Creo que hay alguien que laaguarda con mayor apuro todavía...(Ríen) Mi señor el alcalde Gisborne hamandado por usted...

MARIENNE: ¡No iré...!

Marienne y el ama intentan escapar. Lossoldados le cierran el paso. La duquesaes apresada, y su servidora se aleja enveloz carrera. La escena cierra con losgritos y pataleos de Marienne que esenancada por la fuerza por el capitán enuno de los blindados corceles militares.

ESCENA XV

Vuelve la acción sobre el campo de batalla.Gisborne arenga a su tropa.

GISBORNE: ¡Valientes guerreros del con-dado...! El combate nos espera... ¡Peleentranquilos fieles soldados...! Mientras elAlcalde Gisborne esté aquí ningún co-barde osará atacarlos por la espalda!

Comienza la contienda. Un cuadro bélicode proporciones épicas. Hay lucha cuer-po a cuerpo. Los salteadores -en inferio-ridad numérica- van siendo derrotados.Uno a uno caen prisioneros. Robin sedebate multiplicándose aquí y allá hastaque, herido y sin fuerzas, elije huir. Mien-tras los últimos rebeldes van siendo en-cadenados los narradores retoman lapalabra.

TROVADOR: (Marcial)¡Que orgullo viril, que euforia apasiona-daque gozo el del guerrero en la batalla ga-nada...!

JUGLAR:¡Que dolidaes la perdida...!

Teatro/CELCIT N° 23 pag 16

Page 17: LA LEYENDA DE ROBIN HOOD - juliochavez.com.arjuliochavez.com.ar/alumnos/2015/Autores Argentinos/La_leyenda_de... · ¡Noble aldeano...! ... ¿Son tan dulces los pasteles de man-zana

TROVADOR:Soy un músico de guerra, y es de gestami cantar...Las notas son estocadas, en mi marchamilitar...!

JUGLAR:¡Y son llantoen este canto.

TROVADOR: ¡Ah, la marcha militar...!¡Aquella marcha que compuse celebran-do la victoria...! (Se escuchan los redo-bles marciales de la marcha)

Soldado, tu furia marcialfue bandera del triunfo final...Tu violencia y tu fervorCon tu saña y tu rencorY el bello instinto de matar del animal...!¡Un dos...!

CORO SOLDADOS:¡Será feroz...

TROVADOR:¡Un dos...!!

CORO SOLDADOS:...el castigo atroz..!

Al son de la marcha los prisioneros sonconducidos a prisión en rígido desfile queencabeza el trovador. Gisborne envalen-tonado provoca a los cautivos.

GISBORNE: ¡Infelices cobardes! ¡Ya los veréarrepentirse mañana cuando bailen col-gados de una soga...! ¡Que preparen lashorcas!

ESCENA XVI

JUGLAR: Y mientras los prisioneros cru-zaban encadenados esta plaza, y lasmarchas militares se jactaban de la vic-toria con su rataplán, los juglares bajá-bamos la voz para cantar el dolor de laderrota.

Triste con su canto el ave se lamentaTriste la lluvia esta tarde de domingo

(Se ilumina un sector del bosque. Bajo unalluvia sombría Robin intenta rehacer loqueda de su ejército)

¡Pero cuidado tristeza que aun distingoel sol oculto detrás de la tormenta!

ROBIN: ¿Cuantos quedamos...?

Dramática Latinoamericana de

JUAN: Pocos y maltrechos señor... Debe-ríamos huir antes que vengan por noso-tros. Todo está perdido.

ROBIN: Solo la muerte no tiene remedio,Juan. Y si no hacemos algo mañanaGisborne ejecutará a los prisioneros.

JUAN: ¡No lo hará...! Mi hijo está entre ellos.

ROBIN: ¿Que piedad podemos esperar deese hombre?

JUAN: ¿Que podemos nosotros contraellos...?

ROBIN: Aunque tengamos que morir en elintento. Tenemos que llegar a esa plazaantes del amanecer.

JUAN: Daría mi vida por salvar a Tomás,¿Pero como...?

FRAY TUCK: Tranquilidad hermanos... Diosaprieta pero no ahorca...

SALTEADOR I: Dios tal vez no... ¡PeroGisborne si!

FRAY TUCK: ¡Hereje! Quiero decir que creosaber como llegar hasta allí...

JUAN: ¿Como...?

SALTEADOR II: ¿De que manera...?

FRAY TUCK: Acérquense todos... Con laayuda de la bienaventurada cerveza... ¡Ydel Señor, claro!, mañana estaremos enesa plaza... (Todos se acercan a Tuck) Setrata de lo siguiente...

ESCENA XVII

Baja la luz sobre el bosque y crece en elpalacio de Gisborne. Marienne es con-ducida por el capitán y dos soldados anteel tirano.

GISBORNE: Adelante... Adelante primoro-sa Marienne...

MARIENNE: ¡Deberá responder por esto,Alcalde...!

GISBORNE: Aun disgustada usted es ma-ravillosa...

MARIENNE: (Furiosa) ¡Basta de tanto ga-lanteo idiota...! ¡Su almíbar me empala-ga, señor! ¡Sepa que su cortejo me resul-

Teatro/CELCIT N° 23 pag 17

Page 18: LA LEYENDA DE ROBIN HOOD - juliochavez.com.arjuliochavez.com.ar/alumnos/2015/Autores Argentinos/La_leyenda_de... · ¡Noble aldeano...! ... ¿Son tan dulces los pasteles de man-zana

ta tan ridículo como sus sombreros, yque jamás aceptaré su estúpida idea decasarse conmigo...!

GISBORNE: ¿Enojadita...?

MARIENNE: (Histérica) ¡¡Aaahhhhh...!!

GISBORNE: Tal vez asomándose a ese bal-cón cambie de idea...

MARIENNE: (Haciéndolo) ¡Nada puede ha-cerme...! (Se interrumpe observando lashorcas que se van levantando en la plaza.Mas allá los prisioneros.) ¡¡¿Que es eso!!?

GISBORNE: Las huestes de Robin Hoodhan sido derrotadas, señora, y al ama-necer serán ejecutados...

MARIENNE: ¡Robin...!

GISBORNE: Ese cobarde huyó traicionan-do a sus soldados...

MARIENNE: ¡No...!

GISBORNE: (Disfrutando) ¡Siii...!

MARIENNE: Libere a esos hombres... ¡Porfavor le pido, alcalde!

GISBORNE: ¿Liberarlos...? ¿Con lo que meha costado su captura? ¡Me he jugado lavida, milady...!

MARIENNE: ¿Como habré de pedírselo...?

GISBORNE: Solo entregaría a mis prisio-neros de una manera...

MARIENNE: ¿Cual?

GISBORNE: Como regalo de nuestra boda...

MARIENNE: ¡Oh no...!

GISBORNE: En unos minutos amanecerá...No hay tiempo para dudas, duquesa...

MARIENNE: ¿Y como sé que cumplirá...?

GISBORNE: (Ofendido) ¡Soy un hombre depalabra, señora...!

Desde la plaza comienzan a escucharse losredobles tenebrosos que anuncian la eje-cución.

MARIENNE: Yo... yo no podría... Se lo pidode rodillas... Esos hombres no merecen...

Dramática Latinoamericana de

GISBORNE: (Interrumpe) ¡Es la boda, o lavida de esos condenados...! Usted elije.

MARIENNE: (Vencida) Está bien... acepto.

GISBORNE: Maravilloso... (A los soldados)Lleven a la señora a las habitaciones. Quesea vestida y perfumada. Despierten alobispo: que prepare la ceremonia. Laboda se hará inmediatamente (Obedecen.Salen con Marienne)

CAPITAN: ¿Detengo la ejecución entonces,mi señor...?

GISBORNE: ¡¿A quién se le ocurre?! ¡¡Quelos ajusticien inmediatamente!! CuandoMarienne se entere ya estaremos casadosy ya nada podrá hacer! Vamos... Debo ele-gir el sombrero para mi enlace... (Salen)

ESCENA XVIII

Amanece sobre la plaza de Sherwood. Losredobles no cesan. El pueblo se agolpaobservando la ejecución. Los soldados loscontienen con violencia. Se escuchan que-jas y gritos. Un verdugo de sombría ca-pucha sube a los prisioneros al patíbulo.

VOCES DEL PUEBLO: ¡Asesinos...! ¡Déjen-los ir...!

Por un lateral hace su aparición la carretade Fray Tuck repleta de barriles de cer-veza. Un guardia lo detiene.

GUARDIA: ¡Alto...! ¿Como se te ocurre en-trar hasta aquí con esa carreta?

FRAY TUCK: ¡Disculpe señor oficial... Dis-culpe por favor yo no sabía... Ya me reti-ro... yo solo quería descargar la cervezaque me encargaron para que festejen conella los soldados del alcalde... Ya me lallevo..

GUARDIA: ¡Un momento! ¿Cerveza...? (FrayTuck asiente) ¿Y está... sabrosa?

FRAY TUCK: Cristalina como el agua quecorre sobre las piedras, y con una espu-ma... ¡Vigorosa! ¡Ah, que espuma! ¡Cuan-do empiece a crecer sobre tu vaso no vasa encontrar manera de detenerla!

GUARDIA: Está bien... está bien.... Adelanteentonces... ¿Y... a que hora será el...?

FRAY TUCK: Paciencia hermano un pocomas y la plaza se inundará de ella...

Teatro/CELCIT N° 23 pag 18

Page 19: LA LEYENDA DE ROBIN HOOD - juliochavez.com.arjuliochavez.com.ar/alumnos/2015/Autores Argentinos/La_leyenda_de... · ¡Noble aldeano...! ... ¿Son tan dulces los pasteles de man-zana

Se ubica con su carreta junto al patíbulo.Otro guardia sube a Tomás. Los espec-tadores se indignan.

VERDUGO: Venga aquí pequeño criminal...

UNA MUJER: ¡Es un niño...!

OTRA: ¡No pueden hacer eso!

VERDUGO: Es verdad... Por ser el benja-mín de los condenados te correspondeun trato diferente... ¿Cual es tu últimodeseo...?

TOMAS: Que le cuenten a mi padre que nolloré, señor... ¡Y que la justicia reine porfin en Sherwood...! ¡Que viva mi patria,Robin Hood, y el Rey Ricardo Corazón deLeón...!

El pueblo ruge. Los soldados lo contienen.

VERDUGO: ¡Pequeño demonio serás el pri-mero en hamacarte...! (Le cierra al cue-llo el nudo de la soga) A ver si tu Robinpuede salvarte de esta...

FRAY TUCK: ¡Dios escucho tus deseos,hermano! (Destapa un barril) ¡Milagro...!

Robin se incorpora desde dentro del tonel.

ROBIN: (Cargando una flecha de su carcaj)¡Suéltenlo ahora!

VERDUGO: ¡Jamás...!

ROBIN: Entonces lo haré yo mismo... (Dis-para. La flecha -en lento vuelo- cruza elespacio con feroz zumbido y corta lim-piamente la soga que restalla a su vezcomo un látigo. De el pueblo se levantauna voz de admiración.

VERDUGO: ¡Esta locura no te servirá denada...!¡Deténgalo...!

Los soldados se arrojan sobre la carreta.

FRAY TUCK: ¡Hermanos míos...! ¡A Diosrogando... y con el mazo dando...!

De los otros toneles saltan como resorteslos hombres de Robin. Lluvias de fle-chas cruzan el espacio en uno y otrosentido.

ROBIN: Pueblo de Sherwood... ¿Hastacuando soportarán a este tirano...? ¡Estaes la oportunidad! ¡¡Unanse a la lucha...!!

Dramática Latinoamericana de

Como si esa voz fuera la que esperabandesde hace tanto los aldeanos se arrojantambién sobre los soldados. La lucha segeneraliza. A proscenio Tomás y Peque-ño Juan corren y se funden en un pro-fundo abrazo.

TOMAS: ¡Papá...!

JUAN: Tomás... Mi Tomás... Nunca creí quesentiría tanto orgullo como este de queseas mi hijo... (Vuelven a abrazarse) Yahora... ¡Vamos! (Con Tomás sobre loshombros Pequeño Juan se une a la lu-cha blandiendo su imbatible garrote)

ROBIN: ¡Marienne...! ¡¿Alguien ha visto aMarienne?!

ALDEANA: ¡Gisborne la tiene en el casti-llo...!

ROBIN: ¡Allá voy...! (Corre hacia las altastorres de almenas amuralladas)

ESCENA XIX

Una recámara en el interior del castillo.Gisborne con un sombrero mas extrava-gante aun apura la ceremonia. Mariennevestida de boda llora en un rincón. Labruja Mortiana corre de un lado al otroencendiendo velas. El ámbito va cobran-do una luz entre solemne y tétrica. Elobispo -dormido aun- no atina a apron-tar todo. Viste su sotana mas lujosa peroha olvidado quitarse el gorro de dormir.

GISBORNE: Termine de una vez, señorobispo...

OBISPO: Es que no estoy acostumbrado alevantarme a estas horas de la madru-gada... Estoy un poquito dormido toda-vía señor Alcalde... pero creo que ya ten-go todo... ¿Empezamos?

GISBORNE: (Fastidiado) Si. En cuanto sesaque el gorro de dormir y se ponga loque corresponde...

OBISPO: ¿Eh...? ¿Ah...? ¡Oh si claro, cla-ro...! (Lo hace)

Las enormes puertas de madera que ha-cen de foro se abren para dejar pasar alCapitán que llega demudado. Entra y cie-rra con gran precaución.

GISBORNE: ¿Pero que es este estruendoque llega desde la plaza?

Teatro/CELCIT N° 23 pag 19

Page 20: LA LEYENDA DE ROBIN HOOD - juliochavez.com.arjuliochavez.com.ar/alumnos/2015/Autores Argentinos/La_leyenda_de... · ¡Noble aldeano...! ... ¿Son tan dulces los pasteles de man-zana

CAPITAN: (A Gisborne. Aparte) Malas noti-cias señor. Los hombres de Robin hanatacado la ciudad y no hay como dete-nerlos...

GISBORNE: ¡Robin...! ¡Otra vez ese nom-bre...!

CAPITAN: Debe escapar inmediatamente...

GISBORNE: ¡Escapar... Claro, claro, si...!¡Pero debo casarme primero...! Será laúnica forma de conservar el trono... ¡Se-ñor Obispo no hay tiempo que perder...!¡Vamos, vamos diga lo que tiene que de-cir...!

Mortiana acerca a Marienne llorosa aun asu futuro marido.

MORTIANA: Hacen una pareja... ¡Hechizan-te...!

OBISPO: (Con pía parsimonia) Hermanosmíos... Nos encontramos aquí para cele-brar...

GISBORNE: ¡¡No... Sin pérdida de tiempo...!!¡Que en esto me va la cabeza!

MORTIANA: ¡¿Que ha sucedido niñomío...?!

En la recámara anterior irrumpe Robin yse detiene ante las enormes puertas ce-rradas. Intenta infructuosamente abrir-las.

ROBIN: ¡Abran estas puertas...! ¡Gisborne,cobarde, se terminaron tus abusos...!(Golpea con violencia)

MARIENNE: ¡Robin...!

GISBORNE: (Se burla) Rooobiiin... ¡Es muytarde para arrepentirse Marienne...! (Alobispo) Dígalo ya...

OBISPO: Alcalde Gisborne quiere por es-posa...

GISBORNE: (Urge) ¡Solo lo importante!

OBISPO: Yo los declaro...

MARIENNE: ¡Noo...!

OBISPO: Marido y...

Con estruendo soberano Robin se arrojacontra la puerta que cede destrozada.

Dramática Latinoamericana de

Entra espada en mano. El obispo huye.Tras rápida pelea desarma al Capitán yarrincona a Gisborne. Marienne se arro-ja a sus brazos.

ROBIN: (A Gisborne. La espada lo apuntaamenazante.) ¿Cual es el precio de unatraición como esta, Alcalde? Fuiste ele-gido para ser la autoridad y terminastetraicionando la confianza que se te dio.Aprovechaste del poder para enriquecertey enriquecer a los tuyos.

GISBORNE: (Gimoteante) Yo... Yo... No memates te lo ruego...

ROBIN: ¿Matarte...? Demasiada sangre hacorrido ya en esta tierra... Un juicio es loque te espera.

MORTIANA: ¡Un juicio! Y quien va a juz-garnos... ¿ Un salteador de caminos...?¿Un ladrón que asoló los caminos deSherwood?

ROBIN: Tengo la conciencia sin manchas. Noreniego de nada de lo hecho. Aguardare-mos el regreso del Rey Ricardo. Que el so-berano nos juzgue a los dos, y si he sidoculpable de algo pagaré con orgullo mipena.

REY RICARDO: (Que escuchaba la esce-na desde la puerta) No hará faltaRobin. Acabo de llegar y estoy al tantode todo.

ROBIN: ¡Su majestad...! (Se arrodilla)

MARIENNE: Primo Ricardo... (Las trompe-tas anuncian tardíamente el real arribo)

RICARDO: Gracias a Robin Hood y su va-lentía el trono está a salvo. (A sus guar-dias) Llévense al traidor. Pagará la penaque merece.

Los guardias se llevan a Gisborne. Mortianalo acompaña llorando.

RICARDO: Prima Marienne... Una novia tanhermosa y sin boda...

ROBIN: Si su majestad lo permite... La bodapuede celebrarse todavía...

RICARDO: ¿La boda...? ¿Y quién será elnovio...?

ROBIN: Yo lo seré, su majestad, si la mujerque amo me da el si...

Teatro/CELCIT N° 23 pag 20

Page 21: LA LEYENDA DE ROBIN HOOD - juliochavez.com.arjuliochavez.com.ar/alumnos/2015/Autores Argentinos/La_leyenda_de... · ¡Noble aldeano...! ... ¿Son tan dulces los pasteles de man-zana

MARIENNE: ¡Robin...!

ROBIN: ¡Marienne...! (Se besan. Los hom-bres de Robin entran rodeándolos conrespeto.)

RICARDO: Que siga entonces la boda...

MARIENNE: El obispo escapó...

FRAY TUCK: Si Dios cierra una puerta, abreotras cien... Preparen las copas herma-nos que el casamiento está en buenasmanos...

TODOS: ¡Hurra...! ¡Viva...!

Se escucha en un laúd lejano una músicanupcial. Las luces bajan sobre la cere-monia que comienza.

ESCENA XX

Se ilumina nuevamente la plaza. Y sube,con la luz, la música con la que el juglarcelebra emocionado la unión.

TROVADOR: ¡Bahhh...! ¡Aborrezco los fi-nales sentimentales...! ! Hay que ser muyingenuo para emocionarse con estassensiblerías! ¡Héroes temerarios! ¡Amo-res eternos! ¡Amistades indestructi-bles...! Nada de eso es verdadero. En lavida real la gente no hace esas pavadas...Está demasiado ocupada en cosas real-mente importantes... El trabajo... lacasa... el dinero... Tu cuento es tonto,juglar, porque no se parece en nada a larealidad...

JUGLAR: Puede ser amigo Trovador... pue-de ser... Soy de los que sigo pensando enque es la realidad la que debería pare-cerse a los cuentos. ¿Y alguien debe ha-cerlos, no...?

La música crece acompañada por la voz delJuglar que prologa la canción final. Lospersonajes de la feria van volviendo alsitio inicial.

Dramática Latinoamericana de

JUGLAR:Ojalá que el muchacho se case siemprecon la chicaComo en los cuentosY que el amor dure en ellos para siempreComo en los cuentosOjalá los abrazos. El cariño ojalá.Ojalá dos corazones y una flecha en lamitadQue al final de cada historiatodos canten de contentoComo en mi cuento.

TROVADOR: ¡Bah...! Ilusiones románticas...Me gustaría ver que se ha hecho ahoradespués de tanto tiempo de Robin yMarienne...

Como invocados por el trovador entran delbrazo a la plaza. Los siguen en ruidosomontón una chorrera de Robinsitos yMariennitas en largo degradée.

El juglar vuelve a cantar. Poco a poco elcoro se le va uniendo.

JUGLAR:

Ojalá que a los malos les vaya mal al finalComo en los cuentosY que los buenos por fin se decidan a lucharComo en los cuentos.Ojalá la justicia. Ojalá la libertad.Ojalá la honradez. Ojalá la dignidad.Que tengan premio los buenos,y los malos escarmiento,Como en mi cuento.Ojalá que las cosas de la vida se parecie-ran a los cuentosLlena de sueños, de heroísmo y de qui-meraComo los cuentosOjalá que los hombres entendieran de unavezque del sueño nace el mundo, y no pien-sen al revés.Por que a esta tierra le hace falta un ar-gumento¡Donde triunfe la verdad... como en elcuento!.

Teatro/CELCIT N° 23 pag 21

Page 22: LA LEYENDA DE ROBIN HOOD - juliochavez.com.arjuliochavez.com.ar/alumnos/2015/Autores Argentinos/La_leyenda_de... · ¡Noble aldeano...! ... ¿Son tan dulces los pasteles de man-zana

sc

e,

deta

Toda representación de esta pieza deberá contar condebida autorización de ARGENTORES, AsociaciónArgentina de Autores. J.A. Pacheco de Melo 1820(1126) Capital Federal. República Argentina.

Dramaturgo y Maestro de Dramaturgia, MauricioKartun ha escrito desde 1973 hasta la fecha más dequince obras teatrales entre originales y adaptacioneChau Misterix, La casita de los viejos, Pericones, Say Vanzetti, El partener, Desde la lona, y RápidoNocturno, aire de foxtrot, son sus producciones másrepresentadas, y publicadas, en la Argentina y en elextranjero.

Sus obras han ganado en el país algunos de lospremios más importantes: Asociación de Cronistas dEspectáculo, Nacional, Municipal, Konex, ArgentoresPrensario, Fondo Nacional de las Artes, LéonidasBarletta, María Guerrero, Pepino el 88, y TrinidadGuevara.

Creador de la Carrera de Dramaturgia de la E.A.D.,Escuela de Arte Dramático de la Ciudad de BuenosAires, es responsable allí actualmente de su CátedraTaller. Es docente de la Universidad Nacional del

Dramática Latinoamericana de

la

.co

l

de

Centro en cuya Escuela Superior de Teatro es titularlas cátedras Creación Colectiva, y Dramaturgia; y dicen la Escuela de Titiriteros del Teatro San Martín lamateria Dramaturgia para títeres y objetos. Decontinuada actividad pedagógica en su país y en elexterior, ha dictado talleres y seminarios en España,México, Cuba, Colombia, Venezuela y Puerto Rico.

Alumnos formados en sus talleres se han hechoacreedores a la fecha a más de setenta premiosnacionales e internacionales en la materia.

Mauricio Kartun. Correo electrónico:[email protected]

Todos los derechos reservadosBuenos Aires, Argentina. Abril de 2000

CELCIT. Centro Latinoamericano de Creación eInvestigación TeatralDirector: Carlos IanniBolívar 825. (1066) Buenos Aires. ArgentinaTeléfono/fax: (5411) 4361-8348. e-mail:[email protected]: http://argen-guia.com/celcit

Teatro/CELCIT N° 23 pag 22