la frase de nietzsche dios ha muerto

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La siguiente explicación intenta orientar hacia ese lugar desde el que, tal vez, podrá plantearse un día la pregunta por la esencia del nihilismo. La explicación tiene su raíz en un pensamiento que comienza a ganar claridad por primera vez en lo tocante a la posición fundamental de Nietzsche dentro de la historia de la metafísica occidental.

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    Heideggeren castellano

    Nietzsche enCastellano

    LA FRASE DE NIETZSCHE DIOS HAMUERTO

    Martin HeideggerTraduccin de Helena Corts y Arturo Leyte en HEIDEGGER, M., Caminos de

    bosque, Madrid, 1996, pp. 190-240.

    La siguiente explicacin intenta orientar hacia ese lugar desde el que, tal vez,podr plantearse un da la pregunta por la esencia del nihilismo. La explicacin tiene suraz en un pensamiento que comienza a ganar claridad por primera vez en lo tocante a laposicin fundamental de Nietzsche dentro de la historia de la metafsica occidental. Laindicacin ilumina un estadio de la metafsica occidental que, presumiblemente, es suestadio final, porque en la medida en que con Nietzsche la metafsica se ha privadohasta cierto punto a s misma de su propia posicin esencial, ya no se divisan otrasposibilidades para ella. Tras la inversin efectuada por Nietzsche, a la metafsica solo lequeda pervertirse y desnaturalizarse. Lo suprasensible se convierte en un producto de losensible carente de toda consistencia. Pero, al rebajar de este modo a su opuesto, losensible niega su propia esencial la destitucin de lo suprasensible tambin elimina a lomeramente sensible y, con ello, a la diferencia entre ambos. La destitucin de lossuprasensible termina en un ni esto... ni aquello en relacin con la distincin entre losensible () y lo no-sensible (). La destitucin aboca en lo sin-sentido. Pero an as, siguesiendo el presupuesto impensado e inevitable de los ciegos intentos por escapar a locarente de sentido por medio de una mera aportacin de sentido.

    En lo que sigue, la metafsica siempre ser pensada como la verdad de lo ente encuanto tal en su totalidad, no como la doctrina de un pensador. El pensador tienesiempre su posicin filosfica fundamental en la metafsica. Por eso, la metafsica puederecibir el nombre de un pensador. Pero esto no quiere decir en absoluto, segn la esenciade la metafsica aqu pensada, que la correspondiente metafsica sea el resultado y lapropiedad de un pensador en su calidad de personalidad inscrita en el marco pblico delquehacer cultural. En cada fase de la metafsica se va haciendo visible un fragmento decamino que el destino del ser va ganando sobre lo ente en bruscas pocas de la verdad.El propio Nietzsche interpreta metafsicamente la marcha de la historia occidental,concretamente como surgimiento y despliegue del nihilismo. Volver a pensar lametafsica de Nietzsche se convierte en una meditacin sobre la situacin y el lugar delhombre actual, cuyo destino, en lo tocante a la verdad, ha sido escasamente entendidotodava. Toda meditacin de este tipo, cuando pretende ser algo ms que una vaca yrepetitiva crnica, pasa por encima de aquello que concierne a la meditacin. Pero no setrata de un mero situarse por encima o ms all, ni tampoco de una simple superacin.Que meditemos sobre la metafsica de Nietzsche no significa que ahora tambin y muy

  • especialmente tengamos en cuenta su metafsica, adems de su tica, su teora delconocimiento y su esttica, sino que intentamos tomarnos en serio a Nietzsche en cuantopensador. Pues bien, para Nietzsche, pensar tambin significa representar lo ente encuanto ente. Todo pensar metafsico es, por lo tanto, onto-logia o nada de nada.

    La meditacin que intentamos hacer aqu precisa de un sencillo paso previo, casiimperceptible, del pensar. Al pensar preparatorio le interesa iluminar el terreno de juegodentro del que el propio ser podra volver a inscribir al hombre en una relacinoriginaria en lo tocante a su esencia. La preparacin es la esencia de tal pensar.

    Este pensamiento esencial -que, por lo tanto, siempre y desde cualquier punto devista es preparatorio-, se dirije hacia lo imperceptible. Aqu, cualquier colaboracinpensante, por muy torpe y vacilante que sea, constituye una, ayuda esencial. Lacolaboracin pensante se convierte en una invisible semilla, nunca acreditada por suvalidez o utilidad, que tal vez nunca vea tallo o fruto ni conozca la cosecha. Sirve parasembrar o incluso para preparar el sembrado.

    A la siembra le precede el arado. Se trata de desbrozar un campo que debido alpredominio inevitable de la tierra de la metafsica tuvo que permanecer desconocido. Setrata de comenzar por intuir dicho campo, de encontrarlo y finalmente cultivarlo. Setrata de emprender la primera marcha hacia ese campo. Existen muchos caminos delabor todava ignorados. Pero a cada pensador le est asignado un solo camino, el suyo,tras cuyas huellas deber caminar, en uno y otro sentido, una y otra vez, hasta podermantenerlo como suyo, aunque nunca le llegue a pertenecer, y poder decir loexperimentado y captado en dicho camino.

    Tal vez el ttulo Ser y Tiempo sea una seal indicadora que lleva a uno deestos caminos. De acuerdo con la implicacin esencial de la metafsica con las ciencias-exigida y perseguida una y otra vez por la propia metafsica- y teniendo en cuenta quedichas ciencias forman parte de la propia descendencia de la metafsica, el pensarpreparatorio tambin tendr que moverse durante un tiempo en el crculo de las ciencias,porque stas siguen pretendiendo ser, bajo diversas figuras, la forma fundamental delsaber y lo susceptible de ser sabido, ya sea con conocimiento de causa, ya sea por elmodo en que se hacen valer y actan. Cuanto ms claramente se aproximen las cienciashacia la esencia tcnica que las predetermina y seala, tanto ms decisivamente seexplica la pregunta por esa posibilidad del saber a la que aspira la tcnica, as como porsu naturaleza, sus lmites y sus derechos.

    Del pensar preparatorio y de su consumacin forma parte una educacin delpensar en el corazn de las ciencias. Encontrar la forma adecuada para que dichaeducacin del pensar no se confunda ni con la investigacin ni con la erudicin, essumamente difcil. Esta pretensin siempre est en peligro, sobre todo cuando el pensartiene que empezar por encontrar siempre y al mismo tiempo su propia estancia. Pensaren medio de las ciencias significa: pasar junto a ellas sin despreciarlas.

    No sabemos qu posibilidades le reserva el destino de la historia occidental anuestro pueblo y a Occidente. La configuracin y disposicin externas de estasposibilidades no son tampoco lo ms necesario en un primer momento. Lo importantees slo que aprendan a pensar juntos los que quieren aprender y, al mismo tiempo, queenseando juntos a su manera, permanezcan en el camino y estn all en el momentoadecuado.

    La siguiente explicacin se mantiene, por su intencin y su alcance, dentro delmbito de la experiencia a partir de la que fue pensada Ser y Tiempo. El pensar se veinterpelado incesantemente por ese acontecimiento que quiere que en la historia del

  • pensamiento occidental lo ente haya sido pensado desde en relacin con el ser, pero quela verdad del ser permanezca impensada y que, en cuanto posible experiencia, no slo lesea negada al pensar, sino que el propio pensamiento occidental, concretamente bajo lafigura de a metafsica nos oculte el acontecimiento de esa negativa aunque sea sinsaberlo.

    Por eso, el pensar preparatorio se mantiene necesariamente dentro del mbito dela meditacin histrica. Para ese pensar, la historia no es la sucesin de pocas, sino unanica proximidad de lo mismo, que atae al pensar en imprevisibles modos del destinoy con diferentes grados de inmediatez.

    Ahora se trata de meditar sobre a metafsica de Nietzsche. Su pensamiento se vebajo el signo del nihilismo. ste es el nombre para un movimiento histrico reconocidopor Nietzsche que ya domin en los siglos precedentes y tambin determina nuestrosiglo. Su interpretacin es resumida por Nietzsche en la breve frase: Dios ha muerto.

    Se podra suponer que la expresin Dios ha muerto enuncia una opinin delateo Nietzsche y por lo tanto no pasa de ser una toma de postura personal y enconsecuencia parcial y fcilmente refutable apelando a la observacin de que hoymuchas personas siguen visitando las iglesias y sobrellevan las pruebas de la vida desdeuna confianza cristiana en Dios. Pero la cuestin es si la citada frase de Nietzsche esslo la opinin exaltada de un pensador -del que siempre se puede objetar correctamenteque al final se volvi loco- o si con ella Nietzsche no expresa ms bien la idea quedentro de la historia de Occidente, determinada metafsicamente, se ha venidopronunciando siempre de forma no expresa. Antes de apresurarnos a tomar una postura,debemos intentar pensar la frase Dios ha muerto tal como est entendida. Por eso,haremos bien en evitar toda cuanta opinin precipitada acude de inmediato a la mente alor algo tan terrible.

    Las siguientes reflexiones intentan explicar la frase de Nietzsche desde ciertospuntos de vista esenciales. Insistamos una vez ms: la frase de Nietzsche nombra eldestino de dos milenios de historia occidental. Faltos de preparacin como estamostodos, no debemos creer que podemos cambiar dicho destino por medio de unaconferencia sobre la frmula de Nietzsche, ni tan siquiera que lleguemos a conocerlosuficientemente. Pero, de todos modos, ahora ser necesario que nos dejemos aleccionarpor la meditacin y que en el camino de ese aleccionamiento aprendamos a meditar.

    Naturalmente, una explicacin no debe limitarse a extraer el asunto del texto,sino que tambin debe a aportar algo suyo al asunto, aunque sea e manera imperceptibley sin forzar las cosas. Es precisamente esta aportacin lo que el profano siempre sientecomo una interpretacin exterior cuando la mide por el rasero de lo que l considera elcontenido del texto y que con el derecho que se autoatribuye, critica tachndola dearbitraria. Sin embargo, una adecuada explicacin nunca comprende mejor el texto de loque lo entendi su autor, sino simplemente de otro modo. Lo que pasa es que ese otromodo debe ser de tal naturaleza que acabe tocando lo mismo que piensa el textoexplicado.

    Nietzsche enunci por vez primera la frmula Dios ha muerto en el tercerlibro del escrito aparecido en 1882 titulado La gaya ciencia. Con este escritocomienza el camino de Nietzsche en direccin a la construccin de su posturametafsica fundamental. Entre este escrito y los intiles esfuerzos en torno a laconfiguracin de la obra principal que haba planeado aparece publicado As hablZarathustra. La obra principal planeada nunca fue concluida. De manera provisional

  • deba llevar el ttulo La voluntad de poder y como subttulo Intento de unatransvaloracin de todos los valores.

    El chocante pensamiento de la muerte de un dios, del morir de los dioses, ya leera familiar al joven Nietzsche. En un apunte de la poca de elaboracin de su primerescrito, El origen de la tragedia, Nietzsche escribe (1870): Creo en las palabras delos primitivos germanos: todos los dioses tienen que morir. El joven Hegel dice as alfinal del tratado Fe y saber (1802): el sentimiento sobre el que reposa la religin dela nueva poca es el de que Dios mismo ha muerto. La frase de Hegel piensa algodistinto a la de Nietzsche, pero de todos modos existe entre ambas una conexinesencial escondida en la esencia de toda metafsica. La frase que Pascal toma prestadade Plutarco: Le gran Pan est mort (Penses, 695), tambin entra en el mismo mbito,aunque sea por motivos opuestos.

    Escuchemos en primer lugar cules son las palabras exactas del texto completo,el nmero 125, de la obra La gaya ciencia. El texto se titula El loco y reza as:

    El loco.-No habis odo hablar de ese loco que encendi un

    farol en pleno da y corri al mercado gritando sin cesar: Busco aDios!, Busco a Dios!. Como precisamente estaban all reunidosmuchos que no crean en Dios, sus gritos provocaron enormesrisotadas. Es que se te ha perdido?, deca uno. Se ha perdido comoun nio pequeo?, deca otro. O se ha escondido? Tiene miedo denosotros? Se habr embarcado? Habr emigrado? -as gritaban yrean todos alborotadamente. El loco salt en medio de ellos y lostraspas con su mirada. Que a dnde se ha ido Dios? -exclam-, oslo voy a decir. Lo hemos matado: vosotros y yo! Todos somos susasesinos. Pero cmo hemos podido hacerlo? Cmo hemos podidobebernos el mar? Quin nos prest la esponja para borrar elhorizonte? Qu hicimos, cuando desencadenamos la tierra de susol? Hacia dnde caminar ahora? Hacia dnde iremos nosotros?Lejos de todos los soles? No nos caemos continuamente? Haciaadelante, hacia atrs, hacia los lados, hacia todas partes? Acaso haytodava un arriba y un abajo? No erramos como a travs de unanada infinita? No nos roza el soplo del espacio vaco? No hace msfro? No viene siempre noche y ms noche? No tenemos queencender faroles a medioda? No omos todava el ruido de lossepultureros que entierran a Dios? No nos llega todava ningn olorde la putrefaccin divina? Tambin los dioses se descomponen!Dios ha muerto! Dios permanece muerto! !Y nosotros lo hemosmatado! Cmo podremos consolarnos, asesinos entre los asesinos?Lo ms sagrado y poderoso que posea hasta ahora el mundo se hadesangrado bajo nuestros cuchillos. Quin nos lavar esa sangre?Con qu agua podremos purificarnos? Qu ritos expiatorios, qujuegos sagrados tendremos que inventar? No es la grandeza de esteacto demasiado grande para nosotros? No tendremos que volvernosnosotros mismos dioses para parecer dignos de ellos? Nunca hubo unacto ms grande y quien nazca despus de nosotros formar parte,por mor de ese acto, de una historia ms elevada que todas lashistorias que hubo nunca hasta ahora. Aqu, el loco se call y volvi

  • a mirar a su auditorio: tambin ellos callaban y lo miraban perplejos.Finalmente, arroj su farol al suelo, de tal modo que se rompi enpedazos y se apag. Vengo demasiado pronto -dijo entonces-,todava no ha llegado mi tiempo. Este enorme suceso todava est encamino y no ha llegado hasta los odos de los hombres. El rayo y eltrueno necesitan tiempo, la luz de los astros necesita tiempo, losactos necesitan tiempo, incluso despus de realizados, a fin de servistos y odos. Este acto est todava ms lejos de ellos que las mslejanas estrellas y, sin embargo, son ellos los que lo hancometido. Todava se cuenta que el loco entr aquel mismo da envarias iglesias y enton en ellas su Requiem aeternam deo. Unavez conducido al exterior e interpelado contest siempre esta nicafrase: Pues, qu son ahora ya estas iglesias, ms que las tumbas ypanteones de Dios?.

    Cuatro aos ms tarde (1886), Nietzsche le aadi un quinto libro a los cuatro de

    que se compona La gaya ciencia, titulndolo Nosotros, los que no tenemos temor.El primer texto de dicho libro (aforismo 343) est titulado: Lo que pasa con nuestraalegre serenidad. El pasaje comienza as: El suceso ms importante de los ltimostiempos, que Dios ha muerto, que la fe en el dios cristiano ha perdido todacredibilidad, comienza a arrojar sus primeras sombras sobre Europa.

    Esta frase nos revela que la frmula de Nietzsche acerca de la muerte de Dios serefiere al dios cristiano. Pero tampoco cabe la menor duda -y es algo que se debe pensarde antemano- de que los nombres Dios y dios cristiano se usan en el pensamiento deNietzsche para designar al mundo suprasensible en general Dios es e nombre para elmbito de las ideas los ideales. Este mbito de lo suprasensible pasa por ser, desdePlatn o mejor dicho, desde la interpretacin de la filosofa platnica llevada a cabo porel helenismo y el cristianismo, el nico mundo verdadero y efectivamente real. Por elcontrario, el mundo sensible es slo el mundo del ms ac un mundo cambiante por lotanto meramente aparente, irreal. El mundo del ms ac es el valle de lgrimas enoposicin a la montaa de la eterna beatitud de ms all. Si, como ocurre todava enKant, llamamos al mundo sensiblemundo fsico en sentido amplio, entonces el mundosuprasensible es el mundo metafsico.

    La frase Dios ha muerto significa que el mundo suprasensible ha perdido sufuerza efectiva. No procura vida. La metafsica, esto es, para Nietzsche, la filosofaoccidental comprendida como platonismo, ha llegado al final. Nietzsche comprende supropia filosofa como una reaccin contra la metafsica, lo que para l quiere decir,contra el platonismo.

    Sin embargo, como mera reaccin, permanece necesariamente implicada en laesencia de aquello contra lo que lucha, como le sucede a todos los movimientos contraalgo. El movimiento de reaccin de Nietzsche contra la metafsica es, como merodesbancamiento de sta, una implicacin sin salida dentro de la metafsica de tal modo,que sta se disocia de su esencia y, en tanto que metafsica, no consigue pensar nunca supropia esencia. Y as, para la metafsica y por causa de ella, permanece oculto eso queocurre precisamente dentro de ella y en tanto que ella misma.

    Si Dios, como fundamento suprasensible y meta de todo lo efectivamente real,ha muerto, si el mundo suprasensible de las ideas ha perdido toda fuerza vinculante ysobre todo toda fuerza capaz de despertar y de construir, entonces ya no queda nada a lo

  • que el hombre pueda atenerse y por lo que pueda guiarse. Por eso se encuentra en elfragmento citado la pregunta: No erramos a travs de una nada infinita?. La frmulaDios ha muerto comprende la constatacin de que esa nada se extiende. Nadasignifica aqu ausencia de mundo suprasensible y vinculante. El nihilismo, el msinquietante de todos los huspedes, se encuentra ante la puerta.

    El intento de explicar la frase de Nietzsche Dios ha muerto debe ponerse almismo nivel que la tarea de interpretar qu quiere decir Nietzsche con nihilismo, con elfin de mostrar su propia postura respecto a ste. Como, sin embargo, ese nombre se usaa menudo a modo de lema y trmino provocador, y tambin muy a menudo comopalabra peyorativa y condenatoria, es necesario saber lo que significa. No basta conreclamarse como poseedor de la fe cristiana o alguna conviccin metafsica para estarya fuera del nihilismo. Del mismo modo, tampoco todo el que se preocupa por la nada ysu esencia es un nihilista.

    Parece que gusta usar ese nombre en un tono como si el mero adjetivo nihilistaya bastase, sin aadirle ningn pensamiento a la palabra, para suministrar la prueba deque una meditacin sobre la nada precipita ya en la nada y comporta la instauracin dela dictadura de la nada.

    En general, habr que preguntar si el nombre nihilismo, pensado estrictamenteen el sentido de la filosofa de Nietzsche, slo tiene un significado nihilista, es decir,negativo, un significado que empuja hacia una nada anuladora. As pues, visto el usoconfuso y arbitrario de la palabra nihilismo, ser necesario -antes de una explicacinconcreta sobre lo que el propio Nietzsche dice acerca del nihilismo- ganar el correctopunto de vista desde el que podemos permitirnos preguntar por el nihilismo.

    El nihilismo es un movimiento histrico, no cualquier opinin o doctrinasostenida por cualquier persona. El nihilismo mueve la historia a la manera de unproceso fundamental, apenas conocido, del destino de los pueblos occidentales. Por lotanto, el nihilismo no es una manifestacin histrica entre otras, no es slo una corrienteespiritual que junto a otras, junto al cristianismo, el humanismo y la ilustracin, tambinaparezca dentro de la historia occidental.

    Antes bien, el nihilismo, pensado en su esencia es el movimiento fundamental dela historia de Occidente. Muestra tal profundidad, que su despliegue slo puede tenercomo consecuencia catstrofes mundiales. El nihilismo es el movimiento histricomundial que conduce a los pueblos de la tierra al mbito de poder de la Edad Moderna.Por eso, no es slo una manifestacin de la edad actual, ni siquiera un producto del sigloXIX, a pesar de que fue entonces cuando se despert la agudeza visual para captarlo ysu nombre se torn habitual. El nihilismo no es tampoco el producto de nacionesaisladas cuyos pensadores y escritores hablen expresamente de l. Aquellos que se creenlibres de l, son tal .vez los que ms a fondo lo desarrollan. Del carcter inquietante deeste inquietante husped forma parte el hecho de no poder nombrar su propio origen.

    El nihilismo tampoco inaugura su predominio en los lugares en que se niega aldios cristiano, se combate el cristianismo o por lo menos, con actitud librepensadora, sepredica un atesmo vulgar. Mientras sigamos limitndonos a ver solamente los diversostipos de incredulidad que reniegan del cristianismo, bajo sus variadas manifestaciones,nuestra mirada quedar presa de la fachada externa y ms precaria del nihilismo. Eldiscurso del loco dice precisamente que la frase Dios ha muerto no tiene nada encomn con las opiniones confusas y superficiales de los que no creen en dios.Aquellos que son no creyentes de este modo, no estn todava en absoluto afectados porel nihilismo como destino de su propia historia.

  • Mientras entendamos la frase Dios ha muerto solamente como frmula de lafalta de fe, la estaremos interpretando teolgico-apologticamente y renunciando a loque le interesa a Nietzsche, concretamente la meditacin que reflexiona sobre lo que haocurrido ya con la verdad del mundo suprasensible y su relacin con la esencia delhombre.

    El nihilismo, en el sentido de Nietzsche, no tapa por lo tanto en absoluto eseestado representado de manera puramente negativa que supone que ya no se puede creeren el dios cristiano de la revelacin bblica, y hay que saber que Nietzsche no entiendepor cristianismo la vida cristiana que tuvo lugar una vez durante un breve espacio detiempo antes de la redaccin de los Evangelios y de la propaganda misionera de Pablo.El cristianismo es, para Nietzsche, la manifestacin histrica, profana y poltica de laIglesia y su ansia de poder dentro de la configuracin de la humanidad occidental y sucultura moderna. El cristianismo en este sentido y la fe cristiana del Nuevo Testamento,no son lo mismo. Tambin una vida no cristiana puede afirmar el cristianismo y usarlocomo factor de poder, en la misma medida en que una vida cristiana no necesitaobligatoriamente del cristianismo. Por eso, un debate con el cristianismo no es enabsoluto ni a toda costa un ataque contra lo cristiano, as como una crtica de la teologano es por eso una crtica de la fe, cuya interpretacin debe ser tarea de la teologa.Mientras pasemos por alto estas distinciones esenciales nos moveremos en las bajassimas de las luchas entre diversas visiones del mundo.

    En la frase Dios ha muerto, la palabra Dios, pensada esencialmente,representa el mundo suprasensible de los ideales, que contienen la meta de esta vidaexistente por encima de la vida terrestre y, as, la determinan desde arriba y en ciertomodo desde fuera. Pero si ahora la verdadera fe en Dios, determinada por la Iglesia, seva moviendo hacia adelante, si, sobre todo, la doctrina de la fe, la teologa, en su papelcomo explicacin normativa de lo ente en su totalidad, se ve limitada y apartada, no poreso se rompe la estructura fundamental por la que una meta situada en lo suprasensibledomina la vida terrestre y sensible.

    En el lugar de la desaparecida autoridad de Dios y de la doctrina de la Iglesia,aparece la autoridad de la conciencia, asoma la autoridad de la razn. Contra sta se alzael instinto social. La huida del mundo hacia lo suprasensible es sustituida por elprogreso histrico. La meta de una eterna felicidad en el ms all se transforma en la dela dicha terrestre de la mayora. El cuidado del culto de la religin se disuelve en favordel entusiasmo por la creacin de una cultura o por la extensin de la civilizacin. Locreador, antes lo propio del dios bblico se convierte en distintivo del quehacer humano.Este crear se acaba mutando en negocio.

    Lo que se quiere poner de esta manera en el lugar del mundo suprasensible sonvariantes de la interpretacin del mundo cristiano-eclesistica y teolgica, que habatomado prestado su esquema del ordo, del orden jerrquico de lo ente, del mundohelenstico-judaico, cuya estructura fundamental haba sido establecida por Platn alprincipio de la metafsica occidental.

    El mbito para la esencia el acontecimiento del nihilismo es la propia metafsica,siempre que supongamos que bajo este nombre no entendemos una doctrina o inclusouna disciplina especial de la filosofa, sino la estructura fundamental de lo ente en sutotalidad, en la medida en que ste se encuentra dividido entre un mundo sensible y unmundo suprasensible y en que el primero est soportado y determinado por el segundo.La metafsica es el espacio histrico en el que se convierte en destino el hecho de que elmundo suprasensible, las ideas, Dios, la ley moral la autoridad de la razn, el progreso,

  • la felicidad de la mayora la cultura y la civilizacin, pierdan su fuerza constructiva y seanulen. Llamamos a esta cada esencial de lo suprasensible su descomposicin. La faltade fe en el sentido de la cada del dogma cristiano, no es por lo tanto nunca la esencia yel fundamento del nihilismo, sino siempre una consecuencia del mismo; efectivamente,podra ocurrir que el propio cristianismo fuese una consecuencia y variante delnihilismo.

    Partiendo de esta base podemos reconocer ya el ltimo extravo al que nosvemos expuestos a la hora de captar o pretender combatir el nihilismo. Como no seentiende el nihilismo como un movimiento histrico que existe desde hace muchotiempo y cuyo fundamento esencial reposa en la propia metafsica, se cae en laperniciosa tentacin de considerar determinadas manifestaciones que ya son y slo sonconsecuencias del nihilismo como si fueran ste mismo o en la de presentar lasconsecuencias y efectos como las causas del nihilismo. En la acomodacin irreflexiva aeste modo de representacin se ha adquirido desde hace dcadas la costumbre depresentar el dominio de la tcnica o la rebelin de las masas como las causas de lasituacin histrica del siglo y de analizar la situacin espiritual de la poca desde estepunto de vista. Pero cualquier anlisis del hombre y de su posicin dentro de lo ente,por aguda e inteligente que sea, sigue careciendo siempre de reflexin y lo nico queprovoca es la apariencia de una meditacin, mientras se abstenga de pensar en el lugardonde reside la esencia del hombre y de experimentarlo en la verdad del ser.

    Mientras sigamos confundiendo el nihilismo con lo que slo son susmanifestaciones, la postura respecto al mismo ser siempre superficial. Tampoco se irms lejos por el hecho de armarse de un cierto apasionamiento en su rechazo basado enel descontento con la situacin del mundo, en una desesperacin no del todo confesada,en el desnimo moral o en la superioridad autosuficiente del creyente.

    Frente a esto debemos comenzar por meditar. Por eso le preguntamos ahora alpropio Nietzsche qu entiende por nihilismo y dejamos por ahora abierta la cuestin desi, con su comprensin, Nietzsche ya acierta y puede acertar con la esencia delnihilismo.

    En una anotacin del ao 1887 Nietzsche plantea la pregunta (Voluntad dePoder, afor. 2): Qu significa nihilismo?. Y contesta: Que los valores supremoshan perdido su valor.

    Esta respuesta est subrayada y acompaada de la siguiente explicacin: Faltala meta, falta la respuesta al porqu.

    De acuerdo con esta anotacin, Nietzsche concibe el nihilismo como un procesohistrico. Interpreta tal suceso como la desvalorizacin de los valores hasta entoncessupremos. Dios, el mundo suprasensible como mundo verdaderamente ente que todo lodetermina, los ideales e ideas, las metas y principios que determinan y soportan todo loente y, sobre todo, la vida humana, todas estas cosas son las que se representan aqucomo valores supremos. Segn la opinin que todava sigue siendo usual, por valoressupremos se entiende lo verdadero, lo bueno y lo bello: lo verdadero, esto es, loverdaderamente ente; lo bueno, esto es, lo que siempre importa en todas partes; lo bello,esto es, el orden y la unidad de lo ente en su totalidad. Pero los valores supremos ya sedesvalorizan por el hecho de que va penetrando la idea de que el mundo ideal no puedellegar a realizarse nunca dentro del mundo real. El carcter vinculante de los valoressupremos empieza a vacilar. Surge la pregunta: para qu esos valores supremos si noson capaces de garantizar los caminos y medios para una realizacin efectiva de lasmetas planteadas en ellos?

  • Ahora bien, si quisiramos entender al pie de la letra la definicin de Nietzschesegn la cual la esencia del nihilismo es la prdida de valor de los valores supremos,obtendramos una concepcin de la esencia del nihilismo que entretanto se ha vueltousual, en gran medida gracias al apoyo del propio ttulo nihilismo y que supone que ladesvalorizacin de los valores supremos significa, evidentemente, la decadencia. Lo queocurre es que, para Nietzsche, el nihilismo no es en absoluto nicamente unamanifestacin de decadencia, sino que como proceso fundamental de la historiaoccidental es, al mismo tiempo y sobre todo, la legalidad de esta historia. Por eso, en susconsideraciones sobre el nihilismo, a Nietzsche no le interesa tanto describirhistricamente la marcha del proceso de desvalorizacin de los valores supremos, paraacabar midiendo la decadencia de Occidente, como pensar el nihilismo en tanto quelgica interna de la historia occidental.

    Procediendo as, Nietzsche reconoce que a pesar de la desvalorizacin de losvalores hasta ahora supremos para el mundo, dicho mundo sin embargo sigue ah y queese mundo en principio privado de valores tiende inevitablemente a una nuevainstauracin de valores. Despus de la cada de los valores hasta ahora supremos, lanueva instauracin de valores se transforma, en relacin con los valores anteriores, enuna transvaloracin de todos los valores. El no frente a los valores precedentes nacedel s a la nueva instauracin de valores. Como en ese s, segn la opinin de Nietzsche,no se encierra ningn modo de mediacin y ninguna adecuacin respecto a los valoresanteriores, el no incondicionado entra dentro de ese nuevo s a la nueva instauracin devalores. A fin de asegurar la incondicionalidad del nuevo s frente a la recada en losvalores anteriores, esto es, a fin de fundamentar la nueva instauracin de valores comomovimiento de reaccin, Nietzsche designa tambin a la nueva instauracin de valorescomo nihilismo, concretamente como ese nihilismo por el que la desvalorizacin seconsuma en una nueva instauracin de valores, la nica capaz de ser normativa.Nietzsche llama a esta fase normativa del nihilismo el nihilismo consumado, esto es,clsico. Nietzsche entiende por nihilismo la desvalorizacin de los valores hasta ahorasupremos. Pero al mismo tiempo afirma el nihilismo en el sentido de transvaloracinde todos los valores anteriores. Por eso, el nombre nihilismo conserva una polivalenciade significado y, desde un punto de vista extremo, es en todo caso ambiguo, desde elmomento en que designa por un lado a la mera desvalorizacin de los valores hastaahora supremos, pero al mismo tiempo se refiere al movimiento incondicionado dereaccin contra la desvalorizacin. En este sentido es tambin ambiguo eso queNietzsche presenta como forma previa del nihilismo: el pesimismo. SegnSchopenhauer, el pesimismo es la creencia por la que en el peor de estos mundos la vidano merece la pena de ser vivida ni afirmada. Segn esta doctrina, hay que negar la viday esto quiere decir tambin lo ente como tal en su totalidad. Este pesimismo es, segnNietzsche, el pesimismo de la debilidad. No ve en todas partes ms que el ladooscuro, encuentra para todo un motivo de fracaso y pretende saber que todo acabar enel sentido de una catstrofe total. Por el contrario, el pesimismo de la fuerza, en cuantofuerza, no se hace ilusiones, ve el peligro y no quiere velos ni disimulos. Se da cuentade lo fatal que resulta una actitud de observacin pasiva, de espera de que retorne loanterior. Penetra analticamente en las manifestaciones y exige la conciencia de lascondiciones y fuerzas que, a pesar de todo, aseguran el dominio de la situacinhistrica.

    Una meditacin ms esencial podra mostrar cmo en eso que Nietzsche llamapesimismo de la fuerza se consuma la rebelin del hombre moderno en el dominioincondicionado de la subjetividad dentro de la subjetidad de lo ente. Por medio delpesimismo, en su forma ambigua, los extremos se hacen a la luz. Los extremos

  • obtienen, como tales, la supremaca. As surge un estado en el que se agudizan lasalternativas incondicionadas hasta moverse entre un o esto o lo otro. Se inicia unestado intermedio en el que se manifiesta, por un lado, que la realizacin efectiva delos valores hasta ahora supremos no se cumple. El mundo parece carente de valores. Porotro lado, en virtud de esta concienciacin, la mirada escudriadora se orienta hacia lafuente de la nueva instauracin de valores, sin que el mundo recupere por eso su valor.

    Sin embargo, a la vista de cmo se conmueven los valores anteriores, tambin sepuede intentar otra cosa. Efectivamente, aunque Dios, en el sentido del dios cristiano,haya desaparecido del lugar que ocupaba en el mundo suprasensible, dicho lugar sigueexistiendo aun cuando est vaco. El mbito ahora vaco de lo suprasensible y delmundo ideal puede mantenerse. Hasta se puede decir que el lugar vaco exige sernuevamente ocupado y pide sustituir al dios desaparecido por otra cosa. Se erigennuevos ideales. Eso ocurre, segn la representacin de Nietzsche (Voluntad de Poder,afor. 1.021 del ao 1887), por medio de las doctrinas de la felicidad universal y elsocialismo as como por medio de la msica de Wagner, esto es, en todos los sitios enlos que el cristianismo dogmtico no tiene ms recursos. As es como aparece elnihilismo incompleto. A este respecto Nietzsche dice as (Voluntad de Poder, afor. 28del ao 1887): El nihilismo incompleto, sus formas: vivimos en medio de ellas. Losintentos de escapar al nihilismo, sin necesidad de una transvaloracin de los valoresanteriores traen como consecuencia lo contrario y no hacen sino agudizar el problema.

    Podemos resumir el pensamiento de Nietzsche sobre el nihilismo incompleto demanera ms clara y precisa diciendo: es verdad que el nihilismo incompleto sustituyelos valores anteriores por otros, pero sigue ponindolos en el antiguo lugar, que semantiene libre a modo de mbito ideal para lo suprasensible. Ahora bien, el nihilismocompleto debe eliminar hasta el lugar de los valores, lo suprasensible en cuanto mbito,y por lo tanto poner los valores de otra manera, transvalorarlos.

    De aqu se deduce que para el nihilismo completo, consumado y, por tanto,clsico, se precisa ciertamente de la transvaloracin de todos los valores anteriores,pero que la transvaloracin no se limita a sustituir los viejos valores por otros nuevos.Esa transvaloracin es una inversin de la manera y el modo de valorar. La instauracinde valores necesita un nuevo principio, esto es, renovar aquello de donde parte y dondese mantiene. La instauracin de valores precisa de otro mbito. Ese principio ya nopuede ser el mundo de lo suprasensible ahora sin vida Por eso el nihilismo que apunta ala inversin as entendida, buscar lo que tenga ms vida. De este modo, el propionihilismo se convierte en ideal de la vida pletrica (Voluntad de Poder, afor. 14 delao 1887). En este nuevo valor supremo se esconde otra consideracin de la vida, estoes, de aquello en lo que reside la esencia determinante de todo lo vivo. Por eso quedapor preguntar qu entiende Nietzsche por vida.

    La indicacin acerca de los diferentes grados y formas del nihilismo muestraque, segn la interpretacin de Nietzsche, el nihilismo es siempre una historia en la quese trata de los valores, la institucin de valores, la desvalorizacin de valores, lainversin de valores, la nueva instauracin de valores y, finalmente y sobre todo, de ladisposicin, con otra manera de valorar, del principio de toda instauracin de valores.Las metas supremas, los fundamentos y principios de lo ente, los ideales y losuprasensible, Dios y los dioses, todo esto es comprendido de antemano como valor. Poreso, slo entenderemos suficientemente el concepto de Nietzsche de nihilismo sisabemos qu entiende Nietzsche por valor. Slo entonces comprenderemos la fraseDios ha muerto tal como fue pensada. La clave para comprender la metafsica deNietzsche es una explicacin suficientemente clara de lo que piensa con la palabra valor.

  • En el siglo XIX se vuelve usual hablar de valores y pensar en valores. Pero slose hizo verdaderamente popular gracias a la difusin de las obras de Nietzsche. Se hablade valores vitales, de valores culturales, de valores eternos, del orden y rango de losvalores, de los valores espirituales, que se cree encontrar, por ejemplo, en laAntigedad. Gracias a una ocupacin erudita con la filosofa y a la reforma delneokantismo se llega a la filosofa de los valores. Se construyen sistemas de valores y entica se persiguen los estratos de valores. Hasta la teologa cristiana determina a Dios, elsummum ens qua summum bonum, como el valor supremo. Se considera a la cienciacomo libre de valores y se arroja a las valoraciones del lado de las concepciones delmundo. El valor y todo lo que tiene que ver con el valor se convierte en un sustitutopositivo de lo metafsico. La frecuencia con que se habla de valores est en paralelo conla indefinicin del concepto. Dicha indefinicin, a su vez, est en paralelo con laoscuridad del origen de la esencia del valor en el ser. Aun suponiendo que ese valor tanreclamado no sea nada, no por eso deja de verse obligado a tener su esencia en el ser.

    Qu entiende Nietzsche por valor? En qu se funda la esencia del valor? Porqu la metafsica de Nietzsche es la metafsica de los valores?

    En una anotacin (1887/88) Nietzsche dice lo que entiende por valor (Voluntadde Poder, afor. 715): El punto de vista del valor es el punto de vista de lascondiciones de conservacin y aumento por lo que se refiere a formaciones complejasde duracin relativa de la vida dentro del devenir. OJO nune

    La esencia del valor reside en ser punto de vista. Valor se refiere a aquello que lavista toma en consideracin. Valor significa el punto de visin para un mirar que enfocaalgo o, como decimos, que cuenta con algo y por eso tiene que contar con otra cosa. Elvalor est en relacin interna con un tanto, con un quantum y con el nmero. Por eso,los valores (Voluntad de Poder, afor. 710 del ao 1888) se ponen siempre en relacincon una escala de nmeros medidas. Subsiste la cuestin de dnde se fundamenta asu vez la escala de aumento y disminucin.

    Gracias a la caracterizacin del valor como punto de vista aparece algo esencialpara el concepto de valor de Nietzsche: en cuanto punto de vista, dicho concepto esplanteado siempre por un mirar y para l. Este mirar es de tal naturaleza que ve en lamedida en que ha visto; que a visto en la medida en que ha situado ante s, harepresentado a lo vislumbrado como tal y, de este modo o ha dispuesto. Es slo pormedio de este poner representador como el punto necesario para ese enfocar hacia algoy as guiar la rbita de visin de este ver, se convierte en punto de visin, es decir, enaquello que importa a la hora de ver y de todo hacer guiado por la vista. Por lo tanto, losvalores no son ya de antemano algo en s de tal modo que pudieran ser tomadosocasionalmente como puntos de vista.

    El valor es valor en la medida en que vale. Vale, en la medida en que esdispuesto en calidad de aquello que importa. As, es dispuesto por un enfocar y mirarhacia aquello con lo que hay que contar. El punto de visin, la perspectiva, el crculo devisin significan aqu vista y ver en un sentido determinado por los griegos, aunqueteniendo en cuenta la transformacin sufrida por la idea desde el significado de al deperceptio. Ver es ese representar que, desde Leibniz, es entendido expresamente bajo elrasgo fundamental de la aspiracin (appetitus). Todo ente es representador, en la medidaen que al ser de lo ente le pertenece el nisus el impulso de aparecer en escena queordena a algo que aparezca (manifestacin) y de este modo determina su aparicin. Laesencia caracterizada como nisus de todo ente se entiende de esta manera y pone para s

  • misma un punto de vista que indica la perspectiva que hay que seguir. El punto de vistaes el valor.

    Segn Nietzsche, con los valores en tanto que puntos de vista se establecen lascondiciones de conservacin y aumento. La propia manera que tiene de escribir estaspalabras en su lengua, sin la conjuncin y entre conservacin y aumento, que ha sidosustituida por un guin de unin *i, le sirve a Nietzsche para hacer notar que los valores,en cuanto puntos de vista, son esencialmente, y por lo tanto siempre, condiciones de laconservacin y el aumento. En donde se disponen valores hay que considerar siempreambos tipos de condicin, de tal modo que permanezcan unitariamente en mutuarelacin. Por qu? Evidentemente solo porque lo ente mismo, en su aspiracin yrepresentacin, es de tal modo en su esencia que necesita de ese doble punto de visin.De qu son condiciones los valores como puntos de vista si tienen que condicionar almismo tiempo la conservacin y el aumento?

    Conservacin y aumento caracterizan los rasgos fundamentales de la vida, loscuales se pertenecen mutuamente dentro de s. A la esencia de la vida le toca el querercrecer, el aumento. Toda conservacin de vida se encuentra al servicio del aumento devida. Toda vida que se limita nicamente a la mera conservacin es ya una decadencia.Por ejemplo, para un ser vivo asegurarse el espacio vital nunca es una meta, sino slo unmedio para el aumento de vida. Viceversa, una vida aumentada acrecienta la necesidadanterior de ampliar el espacio. Pero no es posible ningn aumento si no existe ya y seconserva un estado asegurado y slo de ese modo capaz de aumento. Lo vivo es portanto una formacin compleja de vida constituida por la unin de ambos rasgosfundamentales, el aumento y la conservacin. Los valores, en su calidad de puntos devista, guan la visin hacia la contemplacin de las formaciones complejas. La visines, en cada caso, visin de una mirada vital que domina sobre todo ser vivo. Desde elmomento en que dispone los puntos de visin para los seres vivos, la vida se muestra ensu esencia como instauradora de valores (vid. Voluntad de Poder, afor. 556 del ao1885/86).

    Las formaciones complejas de vida dependen de las condiciones de unaconservacin y una permanencia tal que lo permanente slo permanece a fin de volverseno permanente en el aumento. La duracin de esta formacin compleja de la vida reposaen la relacin alternante de conservacin y aumento. Por eso, es slo relativa. Siguesiendo una duracin relativa de lo vivo, esto es, de la vida.

    Segn las palabras de Nietzsche, el valor es punto de vista de las condicionesde conservacin y aumento por lo que se refiere a formaciones complejas de duracinrelativa de la vida dentro del devenir. La palabra devenir, sola y sin determinar, nosignifica ni aqu, ni en general en el lenguaje de los conceptos de la metafsica deNietzsche, algn modo de fluir de todas las cosas, el mero cambio de los estados, ni tansiquiera alguna evolucin o desarrollo indeterminado. Devenir significa el trnsito deuna cosa a otra, ese movimiento y movilidad que Leibniz llama en su Monadologa(pargrafo 11) changements naturels y que domina a travs del ens qua ens, esto es, delens percipiens et appetens. Nietzsche piensa ese dominio en tanto que rasgofundamental de todo lo efectivamente real, es decir, en un sentido amplio, de lo ente.Eso que determina de este modo a lo ente en su essentia lo concibe como voluntad depoder.

    Si Nietzsche cierra su caracterizacin de la esencia del valor con la palabradevenir hay que concluir que esa palabra final nos seala el mbito fundamental al quenicamente y en general pertenecen los valores y la instauracin de valores. El

  • devenir es, para Nietzsche, la voluntad de poder. La voluntad de poder es portanto el rasgo fundamental de la vida, palabra que Nietzsche tambin usa a menudoen un sentido amplio que la pone al mismo nivel que el devenir dentro de lametafsica (vid. Hegel). Voluntad de poder, devenir, vida y ser en su sentido ms ampliosignifican en lenguaje de Nietzsche lo mismo (Voluntad de Poder, afor. 582 del ao1885/86 y afor. 689 del ao 1888). Dentro del devenir, la vida, esto es, lo vivo, seconfigura en centros respectivos de la voluntad de poder. Estos centros son enconsecuencia formaciones de poder. Es en cuanto tales como Nietzsche entiende el arte,el Estado, la religin, la ciencia la sociedad. Por eso puede decir (Voluntad de Poder,afor. 715) lo siguiente: Valor' es esencialmente el punto de vista para la consolidacino la debilitacin de estos centros de dominio (concretamente en lo tocante a su carcterde dominio).

    En la medida en que, en la demarcacin de la esencia del valor que hemospresentado, Nietzsche concibe a sta como condicin con carcter de punto de vista parael aumento y la conservacin de la vida, pero entiende que la vida se fundamenta en eldevenir como voluntad de poder, dicha voluntad de poder se desvela como aquello queestablece esos puntos de vista. La voluntad de poder es la que estima segn valores apartir de su principio interno (Leibniz), en tanto que nisus en el esse del ens. Lavoluntad de poder es el fundamento para la necesidad de instauracin de valores y elorigen de la posibilidad de una valoracin. Por eso dice Nietzsche (Voluntad de Poder,afor. 14 del ao 1887: Los valores y su transformacin se encuentran en relacin conel aumento de poder del que plantea los valores.

    Aqu se hace evidente que los valores son las condiciones de la voluntad depoder puestas por ella misma. Slo all, en donde la voluntad de poder hace su aparicincomo rasgo fundamental de todo lo efectivamente real, esto es, all en donde se tornaverdadera y, por consiguiente, es concebida como la realidad efectiva de todo loefectivamente real, se muestra de dnde surgen los valores y por medio de qu essoportada y guiada toda valoracin. Ahora se reconoce el principio de la instauracin devalores. La instauracin de valores es a partir de ahora realizable principalmente, estoes, a partir del ser en tanto que fundamento de lo ente.

    Por eso, la voluntad de poder es al mismo tiempo, en tanto que ese principioreconocido y por consiguiente querido, el principio de una nueva instauracin devalores. Es nueva, porque se consuma por primera vez conscientemente a partir delsaber de su principio. Es nueva, porque se asegura ella misma de su principio ymantiene fijamente esa seguridad a modo de un valor planteado a partir de dichoprincipio. Pero la voluntad de poder es, en cuanto principio de la nueva instauracin devalores y en relacin con los valores anteriores, el principio de la transvaloracin detodos los valores anteriores. Como, sin embargo, los valores hasta ahora supremosdominaban sobre lo sensible desde las alturas de lo suprasensible y dado que laestructura de este dominio es la metafsica, tenemos que con la instauracin del nuevoprincipio de transvaloracin de todos los valores se consuma la inversin de todametafsica. Nietzsche considera esta inversin como una superacin de la metafsica.Pero, cegndose a s misma, toda inversin de este tipo sigue estando siempre implicadaen lo mismo, que se ha vuelto irreconocible.

    Ahora bien, en la medida en que Nietzsche concibe el nihilismo como lalegalidad en la historia de la desvalorizacin de los valores hasta ahora supremos, peroconcibe la desvalorizacin en el sentido de una transvaloracin de todos los valores,segn su interpretacin, el nihilismo reside en el dominio y el desmoronamiento de losvalores y, por lo tanto, en la posibilidad de una instauracin de valores en general. Esta

  • misma se fundamenta en la voluntad de poder. Por eso es por lo que la frase deNietzsche Dios ha muerto y su concepto del nihilismo slo se pueden pensarsuficientemente a partir de la esencia de la voluntad de poder. Por eso, cuandoexplicamos qu piensa Nietzsche con la frmula voluntad de poder, que l mismoacu, damos el ltimo paso en direccin al esclarecimiento de la consabida frase.

    Este nombre, voluntad de poder, pasa por ser algo tan sobreentendido que nose comprende cmo alguien puede gastar sus energas en analizar ese conjunto depalabras. Porque lo que significa voluntad es algo que puede experimentar cualquiera yen cualquier momento por s mismo. Querer es aspirar a algo. Qu significa poder esalgo que tambin sabe hoy todo el mundo desde su cotidiana experiencia en el ejerciciodel dominio y la fuerza. Voluntad de poder es, por lo tanto, evidentemente, laaspiracin a alcanzar el poder.

    De acuerdo con esto, el ttulo voluntad de poder presupone dos estados decosas diferentes que se han encontrado en mutua relacin a posteriori: el querer, por unlado, y el poder, por otro. Si, finalmente, con la intencin de no limitarnos a describir,sino tambin de explicar, preguntamos cul es el fundamento de la voluntad de poder,tendremos que, en su calidad de aspiracin hacia eso que todava no est en su poder,sta surge evidentemente de un sentimiento de carencia. Aspiracin, ejercicio deldominio, sentimiento de carencia, son maneras de representacin y estados (facultadesdel alma) que captamos con el conocimiento psicolgico. Por eso, la explicacin de laesencia de la voluntad de poder forma parte de la psicologa.

    Lo que acabamos de explicar sobre la voluntad de poder y su manera de serconocida es ciertamente esclarecedor, pero, por as decir, pasa de largo ante lo quepiensa Nietzsche con la frmula voluntad de poder y cmo lo piensa. El ttulovoluntad de poder nombra una palabra fundamental de la filosofa definitiva deNietzsche. Por eso, se la puede llamar metafsica de la voluntad de poder. Nuncacomprenderemos lo que significa voluntad de poder, en el sentido de Nietzsche,basndonos en alguna representacin popular acerca del querer y el poder, sino slosiguiendo el camino de una meditacin sobre el pensamiento metafsico, es decir, almismo tiempo sobre el conjunto de la historia de la metafsica occidental.

    La siguiente explicacin de la esencia de la voluntad de poder piensa a partir deestas relaciones. Pero aunque se atenga a las propias explicaciones de Nietzsche,tambin debe captar stas de modo ms claro de lo que el propio Nietzsche supocomunicarlas inmediatamente. Ahora bien, lo nico que nos resulta siempre ms claroes lo que previamente se nos ha vuelto ms significativo. Es significativo aquello cuyaesencia est ms prxima de nosotros. Tanto en lo que sigue como en lo anterior,siempre se piensa a partir de la esencia de la metafsica y no slo a partir de una de susfases.

    En la segunda parte de As habl Zarathustra, que apareci un ao despus deLa gaya ciencia, en 1883, Nietzsche habla por primera vez de voluntad de poder enel contexto en el que justamente debe ser comprendida: Donde encontr algo vivo,encontr voluntad de poder; y hasta en la voluntad del siervo encontr la voluntad de seramo y seor.

    Querer es querer ser seor. As entendida, la voluntad tambin se encuentra en lavoluntad del siervo, ciertamente no de tal modo que el siervo pueda aspirar a salir de supapel de esclavo para ser l mismo seor, sino ms bien en el sentido de que el esclavo,en cuanto esclavo, el siervo en cuanto siervo, siempre tiene algo por debajo de l a lo

  • que da rdenes para su servicio y de lo que se sirve. De este modo, incluso en cuantoesclavo, tambin es seor. Tambin ser esclavo es querer ser un seor.

    La voluntad no es un mero desear o un aspirar a algo, sino que querer es, en s,dar rdenes, ordenar (vid. As habl Zarathustra, I y II; Voluntad de Poder, afor.668 del ao 1888). Este ordenar tiene su esencia en el hecho de que aquel que ordena esseor con conocimiento de su disponibilidad sobre las posibilidades de la actuacinefectiva. Lo que se ordena en la orden es el cumplimiento de esa disponibilidad. En laorden el que ordena obedece (y no precisamente despus del que ejecuta la orden) a esadisponibilidad y a ese poder disponer y, de este modo, se obedece a s mismo. As pues,el que ordena est por encima de s mismo en el sentido de que se arriesga a s mismo.Ordenar, que es algo muy distinto que un mero mandar algo a los dems, es unaautosuperacin y ms difcil que obedecer. La voluntad es el autorrecogimiento en loordenado. Slo hay que seguir dando rdenes al que no sabe obedecerse a s mismo. Lavoluntad no aspira en primer lugar a lo que quiere como a algo que no tenga todava. Loque quiere la voluntad, ya lo tiene. Porque la voluntad quiere su querer. Su voluntad eseso querido por ella. La voluntad se quiere a s misma. Se supera a s misma. As pues,en cuanto querer, la voluntad quiere ir ms all de s misma y, por lo tanto, tiene quellevarse detrs y debajo de s misma. Es por eso por lo que Nietzsche puede decir(Voluntad de Poder, afor. 675 del ao 1887/88): Querer, en general, es tanto comoquerer ser ms fuerte, querer crecer.... Ser ms fuerte quiere decir aqu tener mspoder, esto es, tener slo poder. Efectivamente, la esencia del poder reside en ser seorsobre el grado de poder alcanzado en cada caso. El poder slo es tal poder mientras sigasiendo aumento de poder y se siga ordenando ms poder. Un simple detenerse en elaumento de poder, el mero hecho de quedarse parado en un grado determinado de poderes ya el comienzo de la disminucin y decadencia del poder. La superacin de s mismoen el poder forma parte de la esencia del poder. Esta superacin del poder forma parte ysurge del propio poder, en la medida en que es una orden y como orden se otorga elpoder de superarse a s misma en cada nivel de poder alcanzado. Es verdad que de estamanera el poder est siempre en camino hacia s mismo, pero no como una voluntad quese encuentra disponible para s misma en algn lugar y que intenta alcanzar el poder enel sentido de una aspiracin. El poder tampoco se otorga poder slo para superarse a smismo en cada grado de poder alcanzado, sino nicamente con la intencin deapoderarse de s mismo en lo incondicionado de su esencia. Segn esta determinacinesencial, querer es en tan escasa medida una aspiracin, que ms bien se puede decirque toda aspiracin es y permanece una forma posterior o previa del querer.

    En la frmula voluntad de poder la palabra poder slo nombra la esencia delmodo en que la voluntad se quiere a s misma, en la medida en que es el ordenar. Encuanto tal ordenar, la voluntad se rene consigo misma, esto es, con lo querido por ella.Este autorrecogimiento es la facultad de poder del poder. Existe tan poco una voluntadpor s misma, como un poder por s mismo. As pues, voluntad y poder tampoco selimitan a estar agrupados en la voluntad de poder, sino que la voluntad es en cuantoVoluntad de voluntad, la voluntad de poder en el sentido del otorgamiento de poder.Pues bien, el poder tiene su esencia en el hecho de que, en cuanto voluntad dentro de lavoluntad, est al servicio de la voluntad. La voluntad de poder es la esencia del poder.Muestra la esencia incondicionada de la voluntad que, en cuanto pura voluntad, sequiere a s misma.

    Por eso, la voluntad de poder tampoco puede ser contrapuesta a una voluntad deotra cosa, por ejemplo a una voluntad de nada, porque incluso esta voluntad estodava voluntad de voluntad, de tal modo que Nietzsche puede decir (Para una

  • Genealoga de la Moral, tercer tratado, afor. 1 del ao 1887): antes prefiere [lavoluntad] querer la nada que no querer.

    Querer la nada no significa de ninguna manera querer la mera ausencia detodo lo efectivamente real, sino querer precisamente eso efectivamente real, peroquererlo siempre y en todo lugar como una nada y slo a travs de ella querer laaniquilacin. En este querer, el poder se asegura siempre la posibilidad de ordenar ypoder ser seor.

    Como esencia de la voluntad, la esencia de la voluntad de poder es el rasgofundamental de todo lo efectivamente real. Nietzsche dice (Volunta de Poder, afor. 693del ao 1888) que la voluntad de poder es la esencia ms ntima del ser. El sersignifica en este caso, segn el lenguaje de la metafsica, lo ente en su totalidad. Laesencia de la voluntad de poder y la propia voluntad de poder en tanto que carcterfundamental de lo ente, no se dejan por ello constatar por medio de la observacinpsicolgica, sino que, por el contrario, es la propia psicologa la que recibe su esencia,esto es, la posibilidad de disponer y conocer su objeto, de manos de la voluntad depoder. Por lo tanto, Nietzsche no concibe la voluntad de poder psicolgicamente, sinoque, por el contrario determina nuevamente la psicologa como morfologa y teora deldesarrollo de la voluntad de poder (Ms all del bien y del mal, afor. 23). Lamorfologa es la ontologa del , cuya transformada en perceptio debido al cambio del ,se manifiesta en el appetitus de la perceptio como voluntad de poder. El hecho de que lametafsica -que piensa desde siempre lo ente como sub-jectum, en relacin con su ser-,se convierta en esta psicologa as determinada, demuestra, aunque slo comomanifestacin colateral, la existencia de este acontecimiento esencial que consiste en latransformacin de la entidad de lo ente La (entidad) del subjectum se convierte ensubjetidad de la autoconciencia, la cual hace aparecer a su esencia como voluntad devoluntad. La voluntad, en cuanto voluntad de poder, es la orden para adquirir ms poder.A fin de que, en la superacin de su propio poder, la voluntad pueda superar el gradoalcanzado en cada caso, hay que alcanzar previamente ese grado, asegurarlo yconservarlo. El aseguramiento de cada grado de poder correspondiente es la condicinnecesaria para la superacin del poder. Pero esta condicin necesaria no es suficientepara que la voluntad pueda quererse a s misma, esto es, para que ese querer ser msfuerte, para que ese aumento de poder, sea. La voluntad tiene que dirigir su mirada a uncampo de visin y empezar por abrirlo para que de all empiecen a mostrarseposibilidades que le indiquen el camino a un aumento de poder. La voluntad debe portanto disponer una condicin de ese querer ir ms all de s misma. La voluntad depoder debe disponer a la vez las condiciones de conservacin de poder y las de aumentode poder. Forma parte de la voluntad la disposicin de esas condiciones que sepertenecen mutuamente.

    Querer, en general, es tanto como querer ser ms fuerte, querer crecer, y querertambin los medios necesarios para ello (Voluntad de Poder, afor. 675 del ao1887/88).

    Los medios esenciales son las condiciones de s misma que dispone la propiavoluntad de poder. Nietzsche llama a dichas condiciones, valores. Dice as(XII, afor.395 del ao 1884): En toda voluntad hay una estimacin. Estimar significa establecery fijar el valor. La voluntad de poder estima en la medida en que establece la condicinde aumento y fija la condicin de conservacin. Segn su esencia, la voluntad de poderes la voluntad que dispone valores. Los valores son las condiciones de conservacin yaumento dentro del ser de lo ente. La voluntad de poder es ella misma, en la medida enque aparece expresamente en su pura esencia, el fundamento y el mbito de la

  • instauracin de valores. La voluntad de poder no tiene su fundamento en un sentimientode carencia, sino que es ella misma el fundamento de la vida ms rica posible. Aqu,vida significa voluntad de voluntad. Vivo: esto ya significa estimar (loc. cit.).

    En la medida en que la voluntad quiere la superacin de su propio poder, nodescansa por muy rica que sea su vida. Ejerce su poder en la exuberancia de su propiavoluntad. De este modo, retorna constantemente hacia s misma en cuanto lo mismo. Lamanera en que lo ente en su totalidad, cuya essentia es la voluntad de poder, existe, estoes, su existentia, es el eterno retorno de lo mismo. Ambas frmulas fundamentales dela metafsica de Nietzsche, voluntad de poder y eterno retorno de lo mismo,determinan lo ente en su ser desde las dos perspectivas que guan desde la Antigedad ala metafsica, desde el ens qua ens en el sentido de essentia y existentia.

    La relacin esencial que queda por pensar entre la voluntad de poder y eleterno retorno de lo mismo, no puede por lo tanto presentarse todava de modoinmediato, porque la metafsica ni ha pensado sobre el origen de la distincin entreessentia y existentia, ni tan siquiera se lo ha preguntado.

    Si la metafsica piensa lo ente en su ser como voluntad de poder, piensanecesariamente lo ente como instaurador de valores. Piensa todo en el horizonte de losvalores, de la validez de dichos valores, de la desvalorizacin y la transvaloracin. Lametafsica de la Modernidad comienza y tiene su esencia en el hecho de que busca loincondicionadamente indudable, lo cierto, la certeza. Segn las palabras de Descartes,se trata de firmum et mansurum quid stabilire, esto es, conseguir mantener algo firme yestable. Esto estable. en cuanto objeto, le resulta satisfactorio a esa esencia, que reinadesde antiguo, de lo ente en cuanto eso que permanentemente se presenta, que subyacesiempre en todas partes (, subiectum) Tambin Descartes, como Aristteles, preguntapor el . En la medida en que Descartes busca ese subiectum en la va prediseada de lametafsica y pensando la verdad como certeza encuentra el ego cogito en cuanto egopermanentemente presente. As es como el ego sum se convierte en subiectum, esto es,el sujeto se convierte en autoconciencia. La sujetidad del sujeto se determina a partir dela certeza de esta conciencia.

    En la medida en que la voluntad de poder dispone a modo de valor necesario laconservacin, es decir, el aseguramiento de s misma, tambin justifica la necesidad deaseguramiento de todo lo ente; en cuanto esencialmente representador, dicho ente estambin siempre un tomar algo por verdadero. El aseguramiento de este tomar porverdadero se llama certeza. As, segn el juicio de Nietzsche, la certeza, en cuantoprincipio de la metafsica moderna, slo se encuentra verdaderamente fundamentada enla voluntad de poder, suponiendo que la verdad sea un valor necesario .y la certeza lafigura moderna de la verdad. Esto evidencia en qu medida en la teora de Nietzsche dela voluntad de poder en cuanto esencia de todo lo efectivamente real, se consuma lamoderna metafsica de la subjetivad .

    Por eso puede decir Nietzsche: la cuestin de los valores es ms fundamentalque la cuestin de la certeza: esta ltima slo adquiere seriedad bajo el presupuesto deque se responda a la cuestin del valor (Voluntad de Poder, afor. 588 del ao 1887/88).

    Ahora bien, una vez que se ha reconocido la voluntad de poder como principiode la instauracin de valores, la cuestin del valor debe meditar en primer lugar cul esel valor necesario que parte de ese principio y cul es el valor supremo adecuado adicho principio. En la medida en que la esencia del valor se manifiesta como lacondicin de conservacin y aumento dispuesta en la voluntad de poder, se ha abierto laperspectiva para una caracterizacin de la estructura de valores que sirve de norma.

  • La conservacin del grado de poder alcanzado por la voluntad en cada ocasinconsiste en que la voluntad se rodea de un crculo al que puede recurrir en todomomento y con toda confianza para afianzar su seguridad. Este crculo delimita lasexistencias de presencia (de , segn el significado cotidiano de la palabra entre losgriegos) disponibles inmediatamente para la voluntad. Estas existencias sin embargoslo se convierten en algo permanente y estable esto es en algo que est siempre adisposicin, cuando se las establece por medio de un poner. Este poner tiene lanaturaleza de un producir que pone algo delante, que representa Lo que se torna establede esta manera es lo que permanece. Nietzsche llama a eso estable, fiel a la esencia delser que reina en la historia de la metafsica (ser = presencia constante), lo ente.Mostrndose fiel al lenguaje del pensar metafsico una vez ms, a menudo nombra a esoestable el ser. Desde el inicio del pensamiento occidental, lo ente pasa por ser loverdadero y la verdad, aunque el sentido de ente y verdadero se han transformado enmltiples ocasiones. A pesar de todas las inversiones y transvaloraciones que lleva acabo, Nietzsche no se sale una va nunca rota de las tradiciones metafsicas cuandollama simplemente ser, ente o verdad a eso que se ha fijado dentro de la voluntad depoder a fin de asegurar su conservacin. De acuerdo con esto, la verdad es unacondicin dispuesta en la esencia de la voluntad de poder, concretamente la de laconservacin de poder. La verdad es, en cuanto tal condicin, un valor. Pero como lavoluntad slo puede querer si dispone de algo estable, la verdad es el valor necesariopara la voluntad de poder que parte de la esencia de dicha voluntad de poder. El nombreverdad no significa ahora ni el desocultamento de lo ente, ni la coincidencia de unconocimiento con su objeto, ni la certeza que se ocupa de disponer y asegurar lorepresentado. Verdad es ahora -concretamente teniendo presente un origen esencialhistrico a partir de los modos citados de su esencia-, el estable aseguramiento de lasexistencias del crculo a partir del que la voluntad de poder se quiere a s misma.

    En relacin con el aseguramiento de cada grado de poder alcanzado, la verdad esel valor necesario. Pero no basta para alcanzar un grado de poder, porque lopermanente, tomado en s mismo, no es nunca capaz de dar aquello que sin embargo eslo primordial para la voluntad si quiere ir ms all de s misma como voluntad, esto es,si quiere entrar por lo menos en las posibilidades del ordenar. stas slo se dan a travsde una mirada previa y escudriadora que forma parte de la esencia de la voluntad depoder; en efecto, en su calidad de voluntad de ms poder, sta es, en s misma,perspectivista en cuanto a las posibilidades. Abrir tales posibilidades y proveer con ellases esa condicin de la esencia de la voluntad de poder que, siendo precedente en sentidoliteral, supera a la primera citada. Por eso dice Nietzsche (Voluntad de Poder afor. 853del ao 1887/88): Pero la verdad no vale como medida suprema del valor, ni muchomenos como poder supremo.

    Para Nietzsche, la creacin de posibilidades de la voluntad, las nicas a partir delas cuales la voluntad de poder se libera hacia s misma, es la esencia del arte. Deacuerdo con este concepto metafsico, bajo el trmino arte, Nietzsche no piensa slo nien primer lugar el mbito esttico de los artistas. El arte es la esencia de todo querer queabre perspectivas y las ocupa: La obra de arte, cuando aparece sin artista, por ejemplo,como cuerpo, como organizacin (el cuerpo de oficiales prusianos, la orden de losjesuitas). En qu medida el artista slo es un grado previo. El mundo como obra de arteque se procrea a s misma Voluntad de Poder, afor. 796 del ao 1885/86).

    La esencia del arte concebida a partir de la voluntad de poder consiste en que elarte excita a la voluntad de poder en primer lugar hacia s misma y la estimula paraquerer pasar ms all de s misma. Como Nietzsche tambin llama a menudo vida a la

  • voluntad de poder, en tanto que realidad efectiva de lo efectivamente real y conresonancias de la y la de los primeros pensadores griegos, puede decir que el arte esel gran estmulo de la vida (Voluntad de Poder, afor. 851 del ao 1888).

    El arte es la condicin dispuesta en la esencia de la voluntad de poder para quedicha voluntad, en cuanto tal, pueda llegar al poder y aumentarlo. Desde el momento enque condiciona de esta manera, el arte es un valor. En tanto que condicin que prevaleceen el rango del condicionamiento del aseguramiento de las existencias, y por lo tantoprecede a todo condicionamiento, el arte es el valor que abre en primer lugar todoaumento, de grado. El arte es el valor supremo. En relacin con el valor llamado verdad,es un valor ms elevado. El uno reclama al otro, cada uno a su manera. Ambos valoresdeterminan en su relacin de valor la esencia unitaria de la voluntad de poder quedispone valores dentro de s misma. Dicha voluntad es la realidad efectiva de loefectivamente real o, tomando el trmino en un sentido ms amplio del que suele usarNietzsche, el ser de lo ente. Si la metafsica tiene que decir lo ente en relacin con el sery si con ello nombra a su manera el fundamento de lo ente, entonces la proposicinfundamental de la metafsica de la voluntad de poder debe enunciar el fundamento. Dicequ valores son dispuestos esencialmente y segn qu rango de valor son dispuestosdentro de la esencia de la voluntad de poder instauradora de valores en cuanto esenciade lo ente. La proposicin dice as: El arte tiene ms valor que la verdad (Voluntad dePoder, afor. 853 del ao 1887/88).

    La proposicin fundamental de la metafsica de la voluntad de poder es unaproposicin de valor.

    A partir de la proposicin suprema de valor se hace evidente que la instauracinde valores es, en cuanto tal, esencialmente doble. En ella se disponen respectivamente,expresamente o no, un valor necesario y un valor suficiente, pero ambos a partir de lamutua relacin que prevalece en ellos. Esta duplicidad de la instauracin de valorescorresponde a su principio. Eso a partir de lo cual es soportada y conducida lainstauracin de valores como tal, es la voluntad de poder. A partir de la unidad de suesencia, exige y alcanza las condiciones de aumento y conservacin de ella misma. Lamirada a la doble esencia de la instauracin de valores conduce expresamente alpensamiento ante la pregunta por la unidad esencial de la voluntad de poder. En lamedida en que ella es la esencia de lo ente como tal, pero que decir esto es loverdadero de la metafsica, cuando pensamos en la unidad esencial de la voluntad depoder nos preguntamos por la verdad de eso verdadero. Con ello, llegamos al puntosupremo de sta y de toda metafsica. Pero qu significa aqu punto supremo?Explicaremos lo que pensamos por medio de la esencia de la voluntad de poder,permaneciendo dentro de los lmites previstos para la presente meditacin.

    La unidad esencial de la voluntad de poder no puede ser otra que la propiavoluntad de poder. Es el modo en que la voluntad de poder se aporta a s misma comovoluntad. Ella la sita en su propio examen y ante s de tal manera que en semejanteexamen la voluntad se representa a s misma puramente y en su figura suprema. Pero larepresentacin no es aqu en absoluto una presentacin a posteriori, sino que lapresencia determinada a partir de ella es el modo en el que y en cuanto tal la voluntad depoder es.

    Pero este modo en el que es, es tambin la manera en que se dispone a s mismaen el desocultamiento de s misma. Pues bien, all reside su verdad. La pregunta por launidad esencial de la voluntad de poder es la pregunta por la manera de esa verdad en laque la voluntad es como ser de lo ente. Pero esa verdad es al mismo tiempo la verdad de

  • lo ente como tal, bajo cuya forma la metafsica es. La verdad por la que se preguntaahora, no es por tanto esa que dispone la propia voluntad de poder como condicinnecesaria de lo ente en cuanto ente, sino esa en la que la voluntad de poder instauradorade condiciones se presenta como tal. Ese Uno, en el que se presenta, su unidad esencial,atae a la propia voluntad de poder.

    Pero de qu tipo es entonces esta verdad del ser de lo ente? Slo puededeterminarse a partir de aquello cuya verdad es. Pero en la medida en que dentro de lametafsica moderna el ser de lo ente se ha determinado como voluntad y por tanto comoquerer-se, pero el querer-se es en s el saber-se a s mismo, lo ente, el , el subiectum, sepresenta al modo del saber-se a s mismo. Lo ente (subiectum) se presenta,concretamente a s mismo, al modo del ego cogito. Este presentarse a s mismo, esteponerse delante que llamamos re-presentacin, es el ser de lo ente qua suiectum. Elsaber-se a s mismo se convierte en sujeto por antonomasia. En ese saber-se a s mismose rene todo saber y lo conocible por l. Es reunin de saber, del mismo modo que lacordillera es la reunin de las montaas. La subjetividad del sujeto es, en cuanto talreunin, co-agitatio (cogitatio), conscientia, Ge-wissen [reunin de saber], conscience.Pero la co-agitado ya es en s un velle, un querer [wollen]. Con la subjetidad del sujetoaparece la voluntad en calidad de su esencia. La metafsica moderna piensa el ser de loente, en tanto que metafsica de la subjetidad , en el sentido de la voluntad.

    De la subjetidad en cuanto primera determinacin esencial forma parte el hechode que el sujeto que representa se asegure a s mismo, es decir, se asegure siempre de lorepresentado por l en cuanto tal. De acuerdo con este aseguramiento, la verdad de loente tiene, en cuanto certeza, el carcter de la seguridad (certitudo). El saber-se a smismo, en el que la certeza es como tal, sigue siendo por su parte una variante de laesencia de la verdad existente hasta ahora, concretamente de la correccin (rectitudo)del representar. Pero lo correcto ya no consiste en la equiparacin con un elemento quese presenta impensado en su estado de presencia. La correccin consiste ahora en lainstalacin de todo lo que hay que representar segn la medida de correccin dispuestaen la exigencia de saber del res cogitans sive mens representador. Esta exigenciaconcierne a la seguridad que consiste en que todo lo que hay que representar y elrepresentar mismo sean empujados y reunidos en la claridad y evidencia de la ideamatemtica. El ens es el ens co-agitatum perceptionis. El representar es ahora correctosi cumple con esta exigencia de seguridad. Una vez reconocido de este modo comocorrecto, es, en cuanto correctamente producido y disponible, justificado. La verdad delo ente en el sentido de la autocerteza de la subjetidad es en el fondo, en cuantoseguridad (certitudo), la justificacin del representar y lo representado por l ante supropia claridad. La justificacin (iustificatio) es la consumacin de la iustitia y, de estemodo, la propia justicia. En la medida en que el sujeto es una y otra vez sujeto, seasegura con certeza de su seguridad, se justifica ante su propia exigencia de justicia.

    Al comienzo de la Modernidad vuelve a despertar la cuestin acerca de cmo elhombre, en la totalidad de lo ente, lo que equivale a decir, ante el fundamento ms entede todo ente (Dios), puede ser y estar cierto de su propia permanencia y estabilidad, estoes, de su salvacin. Esta cuestin de la certeza de la salvacin es la cuestin de lajustificacin, es decir, de la justicia (iustitia).

    Dentro de la metafsica moderna es Leibniz el primero en pensar el subiectumcomo ens percipiens et appetens. A partir del carcter de vis del ens, piensa por primeravez claramente la esencia del ser de lo ente como voluntad. Piensa de manera modernala verdad de lo ente como certeza. En sus 24 tesis sobre la metafsica, Leibniz dice as(tesis nm. 20): iustitia nihil aliud est quam ordo seu perfectio circa mentes. Las

  • mentes, esto es, las res cogitantes, son, segn la tesis 22, las primariae Mundi unitates.Verdad como certeza es aseguramiento de la seguridad, es orden (ordo) y comprobacin*ii* permanente, esto es, acabamiento total, perfeccin (perfectio) *iii**. El carcter deesa puesta en seguridad o aseguramiento *iv*** de lo que es en primer lugar yverdaderamente ente en su ser, es la iustitia (justicia).

    En su fundamentacin crtica de la metafsica, Kant piensa el ltimoautoaseguramiento de la subjetividad trascendental como la quaestio juris de ladeduccin trascendental. Es la cuestin de derecho de la justificacin del sujetorepresentador, que ha fijado su propia esencia en la autojustificacion de su yo pienso.

    En la esencia de la verdad como certeza, pensada sta como verdad de lasubjetidad y sta como el ser de lo ente, se esconde la justicia experimentada a partir dela justificacin de la seguridad. Es verdad que reina como esencia de la verdad de lasubjetidad, pero no es pensada dentro de la metafsica de la subjetidad como verdad delo ente. Por el contrario, la justicia tiene que presentarse ante el pensamiento de lametafsica moderna como el ser de lo ente que se sabe a s mismo, en cuanto el ser de loente aparece como voluntad de poder. Dicha voluntad se sabe como esa queesencialmente instaura valores, que en dicha instauracin de valores, como condicionesde su propia estabilidad esencial, se asegura y se hace justicia constantemente a smisma y en este devenir es justicia. En sta y como tal, la propia esencia de la voluntadde poder tiene que representar, lo que para el pensamiento metafsico moderno, significaser. As como en la metafsica de Nietzsche el pensamiento del valor es msfundamental que el pensamiento bsico de la certeza en la metafsica de Descartes, en lamedida en que la certeza slo puede pasar por justa si vale como valor supremo, delmismo modo, en la era de la consumacin de la metafsica occidental en Nietzsche, laautocerteza que mira a s misma de la subjetidad, se manifiesta en tanto quejustificacin de la voluntad de poder, de acuerdo con la justicia que reina en el ser de loente.

    En una obra anterior y tambin ms conocida, en la segunda de lasConsideraciones intempestivas, De la utilidad y las desventajas de la historia para lavida (1874), Nietzsche ya coloca en el lugar de la objetividad de las ciencias histricasa la justicia (pargrafo 6). De lo contrario, Nietzsche calla en lo relativo a la justicia.Es slo en los decisivos aos 1884/85, cuando se le presenta ante los ojos la voluntadde poder como rasgo fundamental de lo ente, cuando escribe dos pensamientos sobre lajusticia, aunque no llega a publicarlos.

    La primera anotacin (1884) lleva por ttulo: Los caminos de la libertad. Diceas: Justicia, como manera de pensar constructora, apartadora, eliminadora, a partir delas estimaciones de valor; suprema representante de la vida misma (XIII, afor. 98).

    La segunda anotacin (1885) dice as: Justicia, como funcin de un poder deamplias miras, que ve ms all de las pequeas perspectivas del bien y del mal y, por lotanto, goza de un horizonte de ventaja mucho ms vasto: la intencin que mira porconservar algo que es ms que sta o aquella persona (XIV, afor. 158).

    Una explicacin exacta de estos pensamientos sobrepasara el marco de lameditacin aqu emprendida. Ser suficiente remitir al mbito esencial del que formaparte la justicia pensada por Nietzsche. Para prepararnos a la comprensin de la justiciaque Nietzsche tiene a la vista, tendremos que apartar de nuestra mente todas lasrepresentaciones sobre la justicia procedentes del mbito de la moral cristiana,humanista, ilustrada, burguesa y socialista. Efectivamente, Nietzsche no entiende enabsoluto la justicia primordialmente como una determinacin del mbito tico y

  • jurdico. Antes bien, la piensa a partir del ser de lo ente en su totalidad, esto es, a partirde la voluntad de poder. As, justo es lo que se adecua a derecho. Pero qu sea dederecho es algo que se determina a partir de eso que es en cuanto ente. Por eso diceNietzsche (XIII, afor. 462 del ao 1883: Derecho = la voluntad de eternizar unarelacin de poder determinada. Estar satisfecho con esto es el presupuesto. Todo lo quees digno de veneracin se ve empujado a lograr que el derecho aparezca como loeterno.

    Tambin forma parte de esta reflexin una anotacin del ao siguiente: Elproblema de la justicia. Lo primero y ms poderoso es precisamente la voluntad y lafuerza para tener un poder superior. Es slo despus cuando el que domina constatajusticia, esto es, cuando mide las cosas por su rasero; si es muy poderoso, puede llegarmuy lejos en la permisibilidad y reconocimiento del individuo que est haciendoensayos (XIV, afor. 181). Es posible, y est dentro del orden, que el concepto dejusticia de Nietzsche cause extraeza a la representacin usual, pero de todos modosacierta con la esencia de la justicia, que al comienzo de la consumacin de la EdadModerna del mundo y dentro de la lucha por el dominio de la tierra, ya es histrica ypor eso determina toda actuacin del hombre en esta era, ya sea expresamente o no, demanera oculta u abierta.

    La justicia pensada por Nietzsche es la verdad de lo ente, que es al modo de lavoluntad de poder. Lo que pasa es que ni ha pensado la justicia expresamente en cuantoesencia de la verdad de lo ente, ni ha llevado al lenguaje la metafsica de la subjetidadconsumada a partir de este pensamiento. Con todo, la justicia es la verdad de lo entedeterminada por el propio ser. En cuanto dicha verdad es la propia metafsica en suconsumacin moderna. En la metafsica como tal se esconde el fundamento por el que,si bien Nietzsche puede experimentar el nihilismo de manera metafsica como historiade la instauracin de valores, sin embargo no puede pensar la esencia del mismo.

    No sabemos qu figura escondida, estructurada a partir de la esencia de lajusticia como su verdad, le estaba reservada a la metafsica de la voluntad de poder.Apenas si se ha enunciado su primera proposicin fundamental y, para eso, no como talproposicin. con esa forma. Es verdad que el carcter de tesis de dicha proposicin,dentro de esta metafsica, es de una naturaleza particular. Es verdad que la primeraproposicin de valor no es la tesis suprema para un sistema deductivo de tesis. Pero sientendemos el trmino proposicin fundamental de la metafsica con el debido cuidado,en el sentido de que nombra el fundamento esencial de lo ente como tal, esto es, dichoente mismo en la unidad de su esencia, entonces la tesis sigue siendo suficientementeamplia y variada como para determinar en cada caso, segn la naturaleza de lametafsica, el modo de su decir sobre el fundamento.

    Nietzsche tambin ha enunciado la primera proposicin fundamental de lametafsica de la voluntad de poder bajo otra forma (Voluntad de Poder, afor. 882 del ao1888): Tenemos el arte, para no perecer por causa de la verdad.

    Naturalmente, no debemos tomar esta frase sobre la relacin metafsica esencial,es decir, la relacin de valor entre arte y verdad, de acuerdo con nuestrasrepresentaciones cotidianas sobre la verdad y el arte. Si as ocurre, entonces todo setorna banal y lo que es peor y fatal, nos hurta la posibilidad de intentar una controversiaesencial con la posicin oculta de la metafsica que se est consumando en nuestrapoca, con el fin de liberar a nuestra propia esencia histrica de las nieblas producidaspor la historia y las visiones del mundo.

  • En la ltima frmula citada de la proposicin fundamental de la metafsica de lavoluntad de poder, arte y verdad estn pensados, en cuanto primeras configuraciones dedominio de la voluntad de poder, en relacin con el hombre. Cmo deba ser pensada engeneral la relacin esencial de la verdad de lo ente como tal con la esencia del hombredentro de la metafsica de acuerdo con su esencia es algo que le sigue permaneciendovelado a nuestro pensamiento. Apenas se plantea la cuestin que, adems, por causa delpredominio de la antropologa filosfica se ve perdida en la confusin. En todo caso,sera un error pretender tomar la frmula de la proposicin de valor como testimonio deque Nietzsche filosofa al modo existencial. Nunca hizo tal cosa. Lo que hizo fue pensarmetafsicamente. Todava no estamos maduros para el rigor de un pensamiento como elque enunciaremos a continuacin y que fue escrito por Nietzsche en la poca en quemeditaba sobre la obra principal que haba planeado, La Voluntad de Poder:

    En torno al hroe todo se convierte en tragedia, en torno al semidis todo enstira y en torno al dios todo se torna qu?, tal vez mundo? (Ms all del bien y delmal, afor. 150 [1886]).

    Pero s hemos llegado a un momento en que podemos aprender a ver que, pormucho que tomado histricamente por mor de un ttulo tenga que mostrar otro aspecto,el pensamiento de Nietzsche no es menos concreto y riguroso que el de Aristteles,quien en el cuarto libro de su metafsica piensa el principio de contradiccin comoprimera verdad sobre el ser de lo ente. La conexin ya habitual, aunque no por eso esmenos cuestionable, entre Nietzsche y Kierkegaard, desconoce -a raz de undesconocimiento de la esencia del pensar-, que, en cuanto pensador metafsico,Nietzsche conserva la proximidad con Aristteles. Aunque lo cite ms a menudo,Kierkegaard permanece esencialmente lejos de Aristteles y esto se debe a queKierkegaard no es un pensador, sino un escritor religioso, aunque desde luego no unoentre tantos, sino el nico a la altura del destino de su poca. En eso reside su grandeza,siempre que hablar as no sea ya un malentendido.

    En la proposicin fundamental de la metafsica de Nietzsche se nombra, juntocon la relacin esencial de los valores arte y verdad, la unidad esencial de la voluntad depoder. A partir de dicha unidad esencial de lo ente como tal, se determina la esenciametafsica del valor. l es la doble condicin de s mismo, puesta en la voluntad depoder y para ella.

    Puesto que Nietzsche experimenta el ser de lo ente como voluntad de poder, supensamiento tiene que pensar en direccin a los valores. Por eso se trata de plantearsiempre y antes que todo la cuestin del valor. Ese cuestionar se experimenta a s mismocomo histrico.

    Qu ocurre con los anteriores valores supremos? Qu significa ladesvalorizacin de dichos valores en relacin con la transvaloracin de todos losvalores? Como el pensamiento segn valores se basa en la metafsica de la voluntad depoder, la interpretacin que hace Nietzsche del nihilismo, en cuanto proceso dedesvalorizacin de los valores supremos y de transvaloracin de todos los valores, esuna interpretacin metafsica, concretamente en el sentido de la metafsica de lavoluntad de poder. Pero en la medida en que Nietzsche concibe su propio pensamiento,la doctrina de la voluntad de poder como principio de la nueva instauracin devalores, en el sentido de la autntica consumacin del nihilismo, ya no comprende elnihilismo de manera slo negativa, en tanto que desvalorizacin de los valoressupremos, sino tambin de manera positiva, como superacin del nihilismo; en efecto,la realidad efectiva de lo efectivamente real, ahora experimentada de manera expresa, la

  • voluntad de poder, se convierte en origen y medida de una nueva instauracin devalores. Dichos valores determinan de modo inmediato el representar humano y almismo tiempo estimulan la actuacin del hombre. El ser hombre se alza a otradimensin del acontecer.

    En el pasaje citado, aforismo 125 de La gaya ciencia, a propsito del actohumano por el que dios ha sido muerto y, por tanto, el mundo suprasensible ha sidodesvalorizado, el loco dice las siguientes palabras: Nunca hubo un acto ms grande yquien nazca despus de nosotros formar parte, por mor de ese acto, de una historia mselevada que todas las historias que hubo nunca hasta ahora.

    Con la conciencia de que Dios ha muerto se inicia la conciencia de unatransvaloracin radical de los valores anteriormente supremos. Gracias a estaconciencia, el propio hombre se muda a otra historia que es ms elevada, porque en ellael principio de toda instauracin de valores, la voluntad de poder, es experimentada ytomada expresamente en tanto que realidad efectiva de lo efectivamente real, en tantoque ser de lo ente. La autoconciencia, en la que tiene su esencia la humanidad moderna,consuma de este modo su ltimo paso. Quiere ser ella misma la ejecutora de la voluntadde poder incondicionada. La decadencia de los valores normativos toca a su fin. Elnihilismo, el hecho de que los valores supremos se desvalorizan, ha sido superado.Esa humanidad que quiere su propio ser hombre como voluntad de poder y experimentatal ser hombre como parte de la realidad efectiva determinada en su totalidad por lavoluntad de poder, se ve determ