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III Congreso Latinoamericano de Historia Económica y XXIII Jornadas de Historia Económica
Mesa general 8: Historia Industrial
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San Carlos de Bariloche, 23 al 27 de Octubre de 2012 - ISSN 1853-2543 1
La evolución del empleo en la industria siderúrgica entre 1975 y 1994: los
casos de Argentina y Brasil.
Patricia Jerez.
Área de Estudios sobre la Industria Argentina y Latinoamericana
Centro de Estudios Económicos de la Empresa y el Desarrollo
Facultad de Ciencias Económicas
Universidad de Buenos Aires.
Introducción.
La industria siderúrgica como sector de envergadura se desarrolló en Argentina y en Brasil en
el marco del modelo de Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI). La
mencionada actividad sectorial fue particularmente fomentada por el Estado argentino a partir
de los años ´40, participando de la misma junto con el sector privado. En 1947 se sancionó la
ley que dio origen al Plan Siderúrgico Nacional a través del cual se establecían las líneas
directrices para el funcionamiento de la actividad siderúrgica. Paralelamente, en los referidos
años, el Estado brasilero comenzó a participar como productor en el sector siderúrgico en un
mercado con presencia de capital extranjero, aprobándose el primer plan nacional sectorial en
1971. El desarrollo de la actividad sectorial en estos países estuvo acompañado por un
crecimiento del sector a nivel mundial.
Sin embargo la actividad siderúrgica en los principales países desarrollados comenzó a
declinar luego de iniciada la década de los años ´70. La crisis sectorial internacional que se
produjo posteriormente, sumada al cambio en el contexto económico mundial, derivó en una
reestructuración del mercado siderúrgico en el cual los países desarrollados redujeron su nivel
de producción de acero, cerraron plantas obsoletas, predominando aquellas en las que la
producción era más flexible y a menor escala, concentrándose en la producción de aceros
especiales y reduciendo la dotación de personal. El lugar que estos países dejaron disponible
fue ocupado por los países en desarrollo cuya capacidad instalada se había expandido a partir
de inversiones realizadas en años anteriores y que al enfrentarse con mercados internos, cuyos
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consumos de acero se habían reducido, buscaron en la exportación el medio para canalizar su
producción no demandada localmente. El sector siderúrgico en Argentina y en Brasil siguió
este último comportamiento no sólo como consecuencia de las políticas económicas aplicadas
en cada uno de los mencionados países sino también por el efecto que la crisis de la deuda
externa tuvo sobre las respectivas economías.
La adopción de nuevas tecnologías de producción facilitó la inserción de productos
siderúrgicos en el mercado internacional, permitiendo a través de métodos más eficientes
alcanzar los niveles de calidad demandados mundialmente. Los cambios en los procesos
productivos derivaron en cambios en los procesos laborales los que a su vez afectaron el nivel
de empleo.
Hacia el fin de la década de los años ´80 se produjo un nuevo cambio en el sector
siderúrgico internacional cuando a partir de 1988 se inició una etapa de privatizaciones de
empresas siderúrgicas a nivel mundial en un marco de apertura y globalización de los
mercados, adquiriendo mayor importancia en Europa y en América Latina.1
Por lo tanto los sectores siderúrgicos en Argentina y en Brasil fueron modificando su
accionar ante los cambios ocurridos en su entorno desde mediados de los años ´70 afectando
dichas modificaciones, entre otras variables, el nivel de mano de obra sectorial.
Es en este marco entonces que particularmente se analizará la evolución del nivel de
ocupación en los sectores siderúrgicos argentino y brasilero entre 1975 y 1994, tratando de
establecer los factores que explican el comportamiento del mencionado nivel, teniendo
también en cuenta lo ocurrido con su composición. El texto está organizado de la siguiente
manera: primero se describe en forma general el comportamiento del empleo sectorial en
ambos países, luego se analiza por separado cada caso, posteriormente se comparan las
situaciones analizadas y por último se realiza el comentario final.
1 Amarante de Andrade et al (1999).
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La evolución del empleo sectorial.
El empleo en el sector siderúrgico entre 1975 y 1994 no tuvo el mismo comportamiento para
Argentina y Brasil. De acuerdo con la información expuesta en el gráfico 1, si bien el nivel de
empleo siderúrgico en cada país disminuyó medido entre los extremos de la serie, en el caso
argentino fue estrictamente decreciente hasta 1981, luego creció levemente hasta 1984, sin
alcanzar el nivel mínimo del segundo quinquenio de los años ´70, y a partir de 19852 comenzó
a decrecer. Mientras que en el caso brasilero entre 1975 y 1989 creció con oscilaciones y
luego descendió desde 1990 hasta el final del período.
Gráfico 1
Cantidad de personas ocupadas en el sector siderúrgico.
0
20000
40000
60000
80000
100000
120000
140000
160000
180000
200000
1975 1976 1977 1978 1979 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994
Argentina Brasil
Fuente: CIS (1996), IBS (1981,1986, 1989-1995).
Diferentes son los factores que explican el comportamiento del nivel de ocupación
sectorial tanto en Argentina como en Brasil. Si bien algunos de ellos son comunes a ambos
casos, se presenta a continuación en forma separada lo ocurrido particularmente en cada país.
2 La disminución no se percibe en el gráfico ya que sólo se redujo en 527 personas. Ver datos cuadro 1.
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El caso argentino.
Como ya se mencionó, el nivel de empleo en el sector siderúrgico argentino disminuyó si se
compara su valor en 1975 con el correspondiente a 1994. Su evolución anual medida en
cantidad de personas ocupadas se presenta en el cuadro 1, conjuntamente con su clasificación
en empleados mensualizados y jornalizados.
Cuadro 1
Personal total, mensualizado y jornalizado en el sector siderúrgico argentino.
(en cantidad de individuos)
Año Personal Total Personal
Mensualizado
Personal
Jornalizado
1975 47102 16804 30298
1976 46059 16711 29348
1977 45023 16644 28379
1978 44521 16520 28001
1979 40330 16252 24078
1980 36786 14502 22284
1981 33392 13286 20106
1982 33569 13546 20023
1983 35858 14098 21760
1984 37855 14336 23519
1985 37328 14880 22448
1986 35981 14497 21484
1987 34014 13794 20220
1988 33169 14784 18385
1989 32148 14092 18056
1990 30730 14024 16706
1991 21627 9540 12087
1992 17349 7685 9664
1993 17085 8401 8684
1994 17071 8230 8841 Fuente: CIS (1996).
La disminución en el empleo total medido entre los extremos de la serie fue 68%,
pasando de un nivel de 47.102 personas empleadas a 17.071. La tendencia es decreciente a lo
largo del período aunque entre 1982 y 1984 se produjo un crecimiento de la ocupación pero
sin llegar a alcanzar el valor de 1979.
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Para poder explicar el comportamiento del empleo es necesario tener en cuenta los
siguientes factores. A partir de 1976, se abandonó el modelo ISI y se implementó una política
económica que dio mayor importancia a la inversión financiera hecho que desalentó el
desarrollo de la actividad productiva, observándose también una reducción de la demanda
interna y del consumo de bienes siderúrgicos. El cambio en el modelo de acumulación
modificó el perfil de especialización de la producción manufacturera ya que la nueva
estructura estuvo basada en la producción de bienes intermedios intensivos en recursos
naturales.
Dadas estas circunstancias se produjo un cambio de la estructura productiva y
empresaria del sector, en el cual se destacó la concentración del mercado en pocas empresas,
mientras que a nivel mundial el sector siderúrgico se encontraba en una etapa de
reestructuración la que derivó en una modificación del rol jugado por los países desarrollados
y en desarrollo en la producción sectorial.
Durante el segundo quinquenio de los años ´70, Siderca y Acindar, dos de las tres
empresas más importantes del sector3, incorporaron en sus procesos productivos nueva
tecnología que se encontraba a la vanguardia internacional hecho que les permitió integrar
verticalmente sus empresas. Estas incorporaciones se tradujeron en Siderca en la adopción de
la ruta tecnológica reducción directa, horno eléctrico, colada continua y laminación instalando
el sistema de reducción directa Midrex, un horno eléctrico, una segunda máquina de colada
continua y un laminador continuo mientras que en Acindar también se adoptó el sistema
Midrex de reducción directa, instalando a su vez tres hornos eléctricos y dos máquinas de
colada continua, equipos que se agregaban a la capacidad existente de laminación y de
producción de aceros especiales4.
En la década de los años ´80 estas empresas incorporaron algunas modificaciones que
si bien no alteraron básicamente la concepción del proceso productivo, cambiaron ciertos
aspectos específicos para mejorar la productividad y dar mayor continuidad al mismo. Dentro
de estos cambios cabe mencionar que algunos de ellos implicaron el uso de la computadora en
ciertas tareas de las fases de aceración y laminación así como también se pueden mencionar la
3 Según datos de Bisang (1989), en el año 1984, Siderca, Acindar y Somisa poseían 56,6% del personal ocupado
en el sector y participaban con el 68,2% en la producción sectorial medida en pesos argentinos. 4 Bisang (1989).
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modificación de los hornos de coque, instalación de paneles de refrigeración en los hornos
eléctricos, modificaciones en los trenes de laminación, entre otros.5
Somisa era la tercera empresa más importante del sector. Su esquema productivo
estaba integrado por dos altos hornos, cuatro baterías de hornos para coque y una planta de
sinterización. La tecnología originalmente aplicada por la empresa fue posteriormente
complementada con nuevas técnicas durante diferentes etapas de expansión subsistiendo
ambas en forma simultánea. Es por ello que existían hornos Siemens Martin con
convertidores LD y lingoteras con máquinas de colada continua. Somisa también incorporó
modificaciones menores en sus procesos en los años ´80 como lo hicieron Siderca y Acindar.6
Cabe aquí mencionar que una fuente de disminución de la cantidad de mano de obra
utilizada la constituyó la nueva tecnología incorporada por las empresas siderúrgicas en el
período analizado. Según Bisang (1989), las técnicas tendieron a ser más intensivas en el uso
del capital siendo el sistema de reducción directa un proceso químico desarrollado en una
planta totalmente computarizada y automatizada, ahorrador de mano de obra, comparado con
la producción del alto horno. Mientras que el reemplazo de los hornos Siemens Martin por los
LD disminuyó en aproximadamente un 30% la cantidad de mano de obra utilizada en la fase
de aceración.
Además, la necesidad de colocar cierta proporción de la producción en el mercado
externo requirió por parte de las empresas nacionales de la elaboración de productos con la
competitividad y la calidad demandada por los compradores extranjeros. La adopción de
nuevas técnicas de producción tuvo el objetivo de implementar procesos productivos más
eficientes que redujeran costos y mejoraran la productividad. Esta situación modificó el modo
de producir en comparación con el sistema vigente en las décadas anteriores, en las cuales
reinó la concepción taylorista-fordista de organización del trabajo, y con ello se introdujeron
cambios organizacionales y de los procesos laborales. Estos cambios implicaron
racionalización, incorporación de la informática en diversas tareas, y de novedosas técnicas de
gestión, requiriendo una calificación específica de la mano de obra y reduciendo el nivel de
ocupación. Este último hecho estuvo vinculado también con las ventajas derivadas de la
aplicación de los avances de la microelectrónica en los procesos productivos. Según Quadros
5 Bisang (1989). Este autor denominó a estas modificaciones “cambios menores”.
6 Bisang (1989).
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Carvalho (1987) la utilización de la tecnología de microprocesadores en las tareas de
medición y control de las industrias de procesos continuos permitieron mejorar los niveles de
integración, control global y continuidad de los procesos productivos.
Según Soul (2006), algunas transformaciones de los procesos laborales comenzaron a
realizarse en Siderca, Acindar y Somisa en el primer quinquenio de los años ´80 aunque las
mismas se tornaron más intensas entre 1988 y 1992 en el caso de las últimas dos empresas
mencionadas. Según la citada autora, en Acindar se llevaron a cabo diferentes intentos para
modificar el mencionado proceso antes de la implementación del denominado Nuevo Método
de Trabajo en 1991. Entre ellos se destacó el proyecto SAMA en 1984/1985, el que tenía
como objetivo reorganizar el sistema de mantenimiento en la planta de Villa Constitución de
la empresa a través de equipos que atendían diferentes sectores, pero fue resistido porque
afectaba negativamente la cantidad de puestos de trabajo. Sin embargo, a través de la
flexibilización de tareas se logró la estandarización de las mismas y el uso más intensivo del
factor trabajo. El otro proyecto a mencionar es la aplicación del concepto de calidad total en la
producción de caños con costura en 1988 el que implicó agregar tareas de control de calidad
en puestos operativos.
Estos métodos tuvieron como resultado una reducción del plantel de operarios, al
concentrar mayor cantidad de tareas en un cierto grupo, reduciendo tiempos muertos e
intensificando el uso de la mano de obra.
Adicionalmente en el caso de Acindar es necesario destacar que la adquisición y
fusión con otras empresas derivó en una reducción de personal, especialmente en el sector
administrativo para evitar la duplicación de tareas7.
La incorporación de nueva tecnología en Siderca implicó la adopción de un alto grado
de automaticidad en sus procesos ya que se incorporaron equipos electrónicos a bienes de
capital existentes, maquinaria moderna con comandos y controles electrónicos, entre otros,
que no sólo derivaron en una reducción en la cantidad de mano de obra utilizada sino que
también implicó un cambio en su composición, demandándose una menor cantidad de
personal obrero8, como se analizará posteriormente.
Hacia 1984, Siderca se encontraba implementando un sistema computarizado de
administración de mantenimiento ya que la automatización implicó un menor nivel de empleo
7 Bisang (1989).
8 Azpiazu y Basualdo (1989).
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en la etapa de fabricación pero demandó trabajos de mantenimiento en mayor cantidad y de
mejor calidad. Para seguir siendo competitivos a nivel internacional, los directivos de la
empresa vieron la necesidad de mejorar la eficiencia del mencionado sector y por lo tanto
decidieron implementar el referido sistema el cual buscaba, entre otros resultados, optimizar
la utilización de la mano de obra y disminuir la cantidad de personas contratadas.9
Otro elemento importante a considerar cuando se analiza la evolución del empleo
sectorial es la privatización de la empresa Somisa. La misma se realizó en 1992 pero en el año
previo se llevó a cabo una importante reducción en la cantidad de personal ocupado por la
empresa. Por lo tanto si bien en abril de 1991 la cantidad de empleados era 12063 en
diciembre de ese año su nivel fue 561410
.
En Acindar se redujo la cantidad de personal en el marco de un programa de retiros
voluntarios a principios de los años ´90. Tanto lo ocurrido en Somisa como en Acindar tuvo
lugar en un contexto en el cual la disminución en el nivel de ocupación fue un elemento
común entre las principales empresas del sector de manera tal que Siderca a marzo de 1992
había contraído por cuarto año consecutivo su nivel de empleo e inclusive en el último año
aproximadamente se redujo un 10% el nivel de personal sobre el nivel del año anterior.
Asimismo, habían dejado la actividad una cantidad considerable de empresas laminadoras
afectando negativamente el nivel de ocupación.11
Es necesario considerar adicionalmente que en 1991 se implementó el Plan de
Convertibilidad desarrollándose una política económica que introdujo cambios estructurales
por medio de las privatizaciones y de la desregulación y apertura de la economía, entre otras
medidas. En este contexto, el ingreso de importaciones y la disminución de exportaciones,
con precios internacionales en descenso, afectó negativamente el nivel de rentabilidad de las
empresas del sector, hecho que a su vez contribuyó a explicar parte del ajuste negativo en el
empleo observado durante 199212
.
Como último factor a consignar al explicar la evolución del empleo sectorial es
necesario mencionar lo ocurrido en términos de cantidad de empresas. En 1975, año al cual le
correspondió el máximo nivel de empleo sectorial del período, 59 empresas integraban el
9 Sánchez y Ostiglia (1985).
10 Saravia (1995).
11 Azpiazu, Basualdo y Kulfas (2005).
12 Siderurgia Latinoamericana, octubre 1993.
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sector mientras que en 1991, año en el cual se produjo la mayor disminución anual de empleo
del período, 37 empresas formaban parte del mismo13
.
Por lo tanto en virtud de lo expuesto en este apartado se puede establecer que factores
tales como la incorporación de tecnología, al permitir una mayor continuidad de los procesos,
redujo la cantidad de mano de obra a utilizar en la medida que los procesos se ejecutaron más
automáticamente. Asimismo, la necesidad de ser más competitivos derivó en la aplicación de
procesos laborales que disminuyeran costos por lo tanto se implementaron procedimientos
que intensificaban la utilización de la mano de obra concentrando en ciertos puestos tareas
operativas y de control, por ejemplo, de la misma forma que se recurrió al uso de las
computadoras para realizar tareas que antes se desarrollaban manualmente así como también
se redujeron tiempos muertos. La disminución en la cantidad de empresas que integraban el
sector también es un dato importante al explicar el descenso en el nivel de ocupación, más aún
si se considera que dicho descenso fue progresivo a lo largo del período analizado y que se
produjo como consecuencia de fusiones, absorciones y cierres de establecimientos. Según
datos de Azpiazu y Bisang (1992), y complementando a los citados en el párrafo anterior, en
1980 la mencionada cantidad fue 46 y en 1985, 42.
Si bien es difícil establecer una correspondencia unívoca entre cada uno de estos
argumentos y las variaciones anuales que se observan en la evolución del empleo del cuadro 1
dada la información disponible, en el sentido de identificar la cantidad de personas que
dejaron su empleo por cada motivo en particular, permiten explicar las tendencias de la serie.
Por otro lado, entre 1982 y 1984 se produjo un aumento del empleo pero el nivel de la
ocupación sectorial no llegó a alcanzar el menor nivel observado en el segundo quinquenio de
1970. En cambio el importante descenso observado en 1991 se puede atribuir principalmente
a lo ocurrido en términos de empleo en Somisa y a los ajustes de personal realizados en
Acindar y también en Siderca.
Por último cabe mencionar que la incorporación de nueva tecnología modificó el
empleo sectorial no sólo en términos cuantitativos sino también en términos cualitativos. La
aplicación de novedosos desarrollos electrónicos e informáticos a los procesos productivos
permitió otorgar un mayor grado de automaticidad a los mismos requiriendo una menor
cantidad de personal obrero. De acuerdo con los datos presentados en el cuadro 1, esta
13
Azpiazu y Bisang (1992) como fuente de datos para la cantidad de empresas.
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situación se observa a partir del importante descenso registrado en el personal jornalizado en
relación a lo ocurrido con el mensualizado. Según cálculos de elaboración propia en base a los
datos del cuadro mencionado, el personal jornalizado representó 64% del total y el
mensualizado el 36% en 1975 mientras que en 1994 dichos valores fueron 52% y 48%
respectivamente. Como un ejemplo adicional, cabe citar lo ocurrido en Siderca como
consecuencia de las mejoras tecnológicas incorporadas hecho que fue mencionado en párrafos
anteriores. Entre 1977 y 1986, la dotación de personal descendió 12,5% aumentando el
personal mensualizado en 19,7% mientras que el jornalizado se redujo 27,3%14
.
Asimismo, si se analiza el personal ocupado clasificándolo de acuerdo con su
desempeño en oficinas centrales y en plantas, la cantidad de personas ocupadas entre 1985 y
1994 descendió 79% en el primer caso y 53% en el segundo15
.
El caso brasilero.
La evolución del empleo en el sector siderúrgico brasilero se presenta en el cuadro 2. El
comportamiento es creciente desde 1975 hasta fin de los años `80 aunque con oscilaciones. En
1989 la serie alcanza su valor máximo y después comienza a decrecer estrictamente desde
1990 hasta 1994 como también se observa en el gráfico 1.
Si se analiza el subperíodo 1975-1989, donde la tendencia es creciente, se observan
ciertas oscilaciones en el crecimiento de la serie debido a que el empleo creció en 1976, entre
1978 y 1980, en 1982, entre 1984 y 1986, en 1988 y en 1989 y decreció en 1977, 1981, 1983
y 1987, comparado en todos los casos con sus respectivos años anteriores. En el subperíodo
1990-1994 decreció estrictamente, como se mencionó en el párrafo anterior. Si se considera la
serie en su totalidad, desde 1975 hasta 1994, el empleo disminuyó 17%.
Cuadro 2
Cantidad de personas ocupadas en el sector siderúrgico brasilero.
(en valores absolutos)
Año Personal Total
14
Azpiazu y Basualdo (1989). 15
Cálculos de elaboración propia en base a datos preliminares de ILAFA b).
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1975 123931
1976 144957
1977 133877
1978 139613
1979 142024
1980 146084
1981 137339
1982 144360
1983 137551
1984 144036
1985 145250
1986 156048
1987 151960
1988 157669
1989 184144
1990 140197
1991 128049
1992 117079
1993 108419
1994 103344 Fuente: IBS (1981, 1986, 1989 a 1995).
Los factores que explican el comportamiento del empleo durante el período son los
siguientes. Desde la mitad de la década de 1970 hasta el fin de la del ´80, la industria
siderúrgica brasilera se desarrolló en un contexto caracterizado por las políticas de promoción
y regulación. En los dos Planes Nacionales de Desarrollo de la década de los años ´70 se le
otorgó un papel muy importante, correspondiéndole más de la tercera parte de la inversión
total en la industria manufacturera. A su vez entre 1974 y 1980 más del 75 % de la inversión
sectorial correspondió al complejo Siderbras, holding estatal dedicado a la coordinación y
programación de la producción siderúrgica. Esta importante expansión estatal permitió
aumentar la capacidad instalada sectorial de forma tal que en 1980 Brasil se convirtió en el
décimo productor mundial de acero.16
Esta necesidad de incrementar la capacidad productiva
se originó en el hecho que la producción local no logró satisfacer el consumo interno de
bienes siderúrgicos, generándose entre 1973 y 1975, y en menor escala hasta 1977, un
considerable déficit comercial. La inversión consistió en la ampliación de la capacidad
productiva de las tres empresas estatales integradas a coque, CSN, Usiminas y Cosipa, que
16
Azpiazu, Basualdo y Kulfas (2005).
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monopolizaban la producción de aceros planos, y el establecimiento de dos empresas
siderúrgicas, una integrada y la otra semiintegrada, en la órbita de Siderbras, CST y
Açominas, respectivamente. Si bien al proyectar esta ampliación sectorial se esperaba que la
economía brasilera mantuviera un elevado ritmo de crecimiento, las demoras de su puesta en
marcha en casi la totalidad de los casos implicó que toda esa nueva capacidad productiva
estuviera disponible en los años ´80 cuando el nivel de actividad económica se había
contraído. Este hecho derivó en la necesidad de destinar crecientes niveles de producción a la
exportación.17
Por lo tanto la expansión sectorial observada, consecuencia de las inversiones que
permitieron aumentar la capacidad instalada en 14,25 millones de toneladas y cuya puesta en
marcha tuvo lugar entre 1974 y 1989, estuvo acompañada por un aumento del empleo
sectorial. En efecto, entre 1973 y 1980 la tasa de crecimiento de la producción siderúrgica fue
9% anual acumulativo y la del consumo aparente de productos siderúrgicos 6% anual
acumulativo mientras que, entre 1980 y 1988, la primera tasa de crecimiento mencionada fue
de 6,1% y la segunda -2,6% anual acumulativo respectivamente. El empleo sectorial creció
17,9% entre 1975 y 1980 y 7,9% entre 1980 y 1988. Si adicionalmente se considera toda la
década de 1980 el crecimiento del empleo fue 26,1% mientras que el de la producción de
acero crudo 63,8% y el de la producción de laminados 56 % entre 1981 y 1989.18
Por lo tanto
en un contexto de expansión sectorial se produjo un aumento de la ocupación, aunque el
consumo interno disminuyó en los años ´80, derivando esta última situación en un incremento
del nivel de exportaciones, como se explica seguidamente.
Hacia 1983 el sector siderúrgico se destacaba como un gran impulsor de la economía
brasilera. El contexto nacional e internacional contribuyeron a que Brasil se transformara en
un importante exportador de acero a punto tal que en dicho año las exportaciones de acero
explicaron aproximadamente 20% del total del saldo de la balanza comercial19
y a su vez se
convirtieron en un importante factor para mantener el nivel de empleo sectorial20
, dada la
17
Azpiazu, Basualdo y Kulfas (2005). 18
Fuente: Azpiazu, Basualdo y Kulfas (2005) para capacidad instalada y tasas de crecimiento anual acumulativa
de la producción. Cálculos de elaboración propia en base a datos del cuadro 2 para el incremento del empleo
sectorial, en base a datos de Siderurgia Latinoamericana agosto 1993 para incremento de la producción de acero
crudo y en base a datos de ILAFA, Anuario Estadístico 1986, 1988 y 1992 para incremento de la producción de
laminados. 19
Siderurgia Latinoamericana marzo 1984. 20 Siderurgia Latinoamericana abril 1984.
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disminución en el nivel del consumo interno. Inclusive en 1986 las exportaciones sectoriales
ascendieron a 1478,2 millones de dólares para crecer consecutivamente hasta alcanzar 3609,2
millones en 1989, observándose un saldo comercial sectorial positivo entre los años
mencionados21
.
Las privatizaciones en el sector siderúrgico internacional, iniciadas en 1988,
determinaron el comienzo de una etapa de reestructuración sectorial a nivel mundial, etapa
que también estuvo marcada por las consecuencias que las innovaciones tecnológicas tuvieron
sobre el comportamiento de las empresas. Se logró mejorar la productividad, la
competitividad y la calidad sobre la base de reducción de costos, modernización de la
producción, racionalización de inversiones y aprovechamiento de interacciones entre grupos
de trabajo. Esta reestructuración dio lugar a una nueva división internacional de la producción
siderúrgica en la cual los países desarrollados se especializaron en la elaboración de bienes
con mayor valor agregado así como productos especiales mientras que los países en desarrollo
se concentraron en la producción y exportación de productos siderúrgicos semielaborados y
laminados calientes principalmente. En este contexto los países desarrollados intensificaron la
utilización de tecnologías ahorradoras de mano de obra y que permitieran reducir costos,
buscando una mayor racionalización del proceso productivo con el objetivo de alcanzar una
mayor continuidad y automatización de la actividad.22
Por lo tanto en este período de
reestructuración se difundió la utilización de la usina mini –mill, usina cuya ruta tecnológica
está basada en la utilización del horno eléctrico y la colada continua. A su vez la colada
continua permitió mejorar el rendimiento y la productividad en el proceso de elaboración de
acero, al suprimir una etapa en el proceso convencional, convirtiéndose en un elemento
fundamental para la tecnología del mini-mill. La colada continua no sólo posibilitó la
reducción en el consumo de energía sino también la reducción de la utilización de la mano de
obra en por lo menos un 50%.23
En 1987, 1988 y 1989, el 45,5%, 49% y 54%,
respectivamente, de la producción brasilera de acero se elaboró con este proceso
mientras que
en 1992, el 58%24
.
21
López y Porta (1994). 22
Amarante de Andrade et al (1999). 23
Amarante de Andrade et al (1999). 24
Fuente: López y Porta (1994) para datos del período 1987-1989 y Amarante de Andrade et al (1999) para
1992.
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Hacia 1989 la necesidad de aplicar nuevas herramientas para avanzar con la
modernización del proceso productivo era una realidad en el sector siderúrgico brasilero. En
un contexto de reestructuración sectorial mundial, en el cual la búsqueda de una mayor
calidad de producto dependía del aumento de la productividad y de la competitividad, un nivel
más elevado de automatización y de utilización de procesos informáticos así como una mayor
inversión en investigación permitirían alcanzar el mencionado objetivo, debido a que por sí
solas las ventajas comparativas brasileras en la producción de acero dadas por la
disponibilidad de materia prima y de mano de obra no eran suficiente para ser más
competitivo en el mercado. Si bien el nivel de automatización era aceptable comparado con el
promedio internacional, en relación con los países productores más avanzados como Japón, el
desfasaje tecnológico variaba entre 5 y 8 años.25
Por lo tanto para revertir esta situación, las
empresas pertenecientes al complejo Siderbras iniciaron un proceso de modernización a partir
del Plan de Desarrollo Siderúrgico elaborado por dicho organismo que preveía inversiones
hasta el final de la década de 1990. En este contexto, por ejemplo, se consideró prioritario
automatizar e informatizar la acería de la empresa CSN en un plazo de 5 años para duplicar la
productividad de la mano de obra, hecho que requería una determinada inversión mientras que
también se contemplaba un ajuste en la cantidad de personal.26
En este mismo sentido, y en
términos del grado de automatización aplicado en el área de reducción, la industria brasilera
se encontraba atrasada en por lo menos un 70% en comparación con el nivel mundial27
. López
y Porta (1994) mencionan las causas que Batista y De Paula argumentaron para explicar el
retraso en el nivel de automatización y ellas son: existencia de bajos salarios, falta de
financiamiento e inversiones y demorado incentivo estatal otorgado a la automatización en el
control de procesos solo iniciado en los años ´80. Para De Paula inclusive, según mencionan
también López y Porta (1994), el desfasaje en el grado de automatización de los procesos
productivos con respecto a los países desarrollados era de 79%, siendo aún mayor para la
producción de aceros especiales28
.
25
Siderurgia Latinoamericana mayo 1989. 26
Siderurgia Latinoamericana mayo 1989. 27
Conclusiones obtenidas del Simposio de Automatización en el área de Reducción organizado por el IBS y
citado en Siderurgia Latinoamericana febrero 1990. 28
En López y Porta (1994): Batista, J C y De Paula, G (1989): Avaliacao e perspectivas tecnologicas das
empresas estatais produtivas: o caso do setor siderurgico, Instituto de Economia Industrial-UFRJ, Rio de Janeiro,
y De Paula, G. (1993): Estudo da competitividade da industria brasileira, Competitividade da industria
siderurgica, Campinas,
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Por lo tanto en un contexto de reestructuración de la siderurgia mundial con adopción
de novedosas tecnologías, el sector siderúrgico brasilero invirtió para alcanzar un mayor
grado de modernización y adecuar sus procesos en línea con las nuevas técnicas para de esta
manera ser más competitivos. Es por esta razón que se puede establecer que la mencionada
situación explica en parte la reducción del nivel de ocupación que se produjo a partir de 1990
y hasta el final del período.
Pero no toda la reducción de personal de los referidos años obedeció a este fenómeno
ya que debido a las privatizaciones realizadas en el sector se produjeron ajustes en la cantidad
de personas ocupadas antes y después de vender las empresas estatales. Entre 1991 y 1993 las
plantas privatizadas fueron: Acesita, Açominas, CSN, Cosipa, CST, Piratini y Usiminas29
. El
empleo para el conjunto de estas empresas se redujo en 13.017 personas desde fin de 1988 y
hasta antes de realizar las respectivas privatizaciones. Estas empresas también disminuyeron
posteriormente el nivel de mano de obra utilizada y en este caso en 12.436 personas si se
considera desde el segundo momento mencionado y hasta fin del año 1994.30
Además cabe agregar que durante esta etapa de descenso en el nivel de empleo
también influyó la situación económica brasilera ya que a principios de 1990 se produjo un
cambio de política económica con el cual se promovió la apertura de la economía, la
liberalización de precios y la reforma económica, factores que no favorecieron el desarrollo
sectorial. La disminución en el nivel de consumo interno derivó en un descenso en el nivel de
producción de acero motivo por el cual las empresas reaccionaron disminuyendo los costos a
través de la reducción de personal, realizando ajustes en los planes de inversión y optimizando
el uso de insumos para disminuir los costos de stocks31
.
Finalizadas las privatizaciones, en el sector siderúrgico brasilero se inició una etapa de
inversiones orientadas a alcanzar la modernización tecnológica, ajustar costos, mejorar la
calidad, proteger el ambiente y ennoblecer productos.32
En términos de la composición del empleo, cabe destacar lo ocurrido con la
participación del personal subcontratado a partir de 1983. Como se observa en el gráfico 2, la
29
Saravia (1995). 30
Cálculos de elaboración propia en base a Saravia (1995). Téngase en cuenta que el momento considerado para
evaluar el dato correspondiente a nivel de empleo anterior a la privatización se extiende hasta un año antes de la
misma sólo para una de las empresas mencionadas. Para el resto es menor. Más información en Saravia (1995). 31
López y Porta (1994). 32
Amarante de Andrade et al (2001).
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tercerización del empleo alcanzó un nivel más elevado hacia fin de los años ´80 mostrando
una mayor participación del personal subcontratado en el total de la ocupación sectorial. Este
hecho concuerda con la tendencia mundial hacia nuevas formas de organización de la
producción y del trabajo basadas en modernas tecnologías y en un mercado laboral más
flexible, apartándose de la tradición taylorista-fordista. Si bien este tipo de empleo alcanzó un
máximo en 1989, a partir de 1990 se mantuvo en niveles superiores a los observados entre
1983 y 1988. En consecuencia, el personal propio redujo su participación así como también
ocurrió con el correspondiente a otras actividades si se compara el año 1983 con 1994.
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Gráfico 2
Composición del personal ocupado en el sector siderúrgico brasilero.
(en %)
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
70%
80%
90%
100%
1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994
Propio registrado Subcontratados Otras actividades
Fuente: cálculos de elaboración propia en base a IBS (1990,1992 y 1995).
Por otro lado, si se analiza el personal ocupado categorizándolo de acuerdo con su
desempeño en oficinas centrales y en plantas, la cantidad de personas ocupadas entre 1985 y
1994 disminuyó 54% en el primer caso y 26% en el segundo33
.
Comparación de la evolución del empleo en los sectores siderúrgicos argentino y brasilero.
Lo distintivo al comparar la evolución del empleo en los sectores siderúrgicos argentino y
brasilero entre 1975 y 1994 es que si bien el nivel de ocupación disminuyó en ambos casos al
considerar los extremos de la serie, el comportamiento del empleo fue diferente a lo largo del
período considerado ya que mantuvo una tendencia decreciente en el caso argentino mientras
que en el brasilero su tendencia fue creciente hasta 1989 y a partir de 1990 decreciente.
Al considerar la situación de Argentina y Brasil para realizar el análisis propuesto se
observa que los dos países tenían estructuras productivas sectoriales, tamaños de mercado y
dotación de recursos minerales diferentes pero compartían el mismo contexto sectorial
internacional (considérese la crisis del sector siderúrgico mundial y su posterior
33
Cálculos de elaboración propia en base a datos preliminares de ILAFA b).
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reestructuración) y latinoamericano (crisis de la deuda externa y la aplicación de políticas de
ajuste) para que reaccionaran en forma similar (incremento de exportaciones y mejoras en la
calidad a través de mayor competitividad y productividad) e introdujeran innovaciones
tecnológicas (automatización, aplicación de la microelectrónica y la informática)
aprovechando a su vez los cambios en la especialización de la producción en los países a nivel
mundial cuando enfrentaron la disminución del consumo interno. Aunque las estrategias
utilizadas para enfrentar los cambios de contexto fueron a grandes rasgos comunes, su
aplicación dependió de las características sectoriales locales y afectó el nivel de empleo.
Otro elemento a mencionar es el desarrollo del sector en cada país durante el período.
Mientras que en el sector siderúrgico argentino se observaba un proceso de reducción de la
cantidad de empresas y de concentración de la oferta, en el sector brasilero se produjo un
fuerte proceso de expansión impulsado por la importante inversión realizada por las empresas
estatales entre 1975 y 1984. Esta inversión se tradujo en la ampliación de las plantas
existentes como en la instalación de nuevas, convirtiéndose el sector en uno de los más
dinámicos de toda la industria. Las empresas estatales abarcaron la producción de aceros
planos hasta el momento de su privatización entre 1991 y 1993 mientras que la producción de
aceros no planos correspondió mayoritariamente al sector privado aunque con menores
escalas de producción.
Por lo tanto, en el sector siderúrgico brasilero que estaba compuesto principalmente
por empresas estatales las que fueron responsables de gran parte de la producción en los años
´80, años caracterizados por una disminución en el nivel de actividad e inclusive
estancamiento, las exportaciones permitieron mantener el nivel de actividad sectorial sin
producirse ajustes en el nivel de empleo más que puntualmente siendo la tendencia de este
último creciente a lo largo de estos años mientras el nivel de producción también mantuvo una
tendencia creciente. Adicionalmente, según Saravia (1995), la mayoría de las empresas
estatales comenzó a implementar ciertas modificaciones profundas vinculadas con aspectos
referidos a la organización y la gerencia, que afectaban el nivel de ocupación, después de la
venta de las mismas al sector privado. Sin embargo, antes de dicha venta se habían realizado
cambios en el nivel de personal.
En Argentina el empleo se redujo en los mencionados años ya que dos de las
principales empresas del sector, que eran privadas, introdujeron hacia fin de los años ´70
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tecnología ahorradora de mano de obra y continuaron incorporando mejoras en la década
siguiente, sumado al descenso en el nivel de ocupación que produjeron la fusión y cierre de
ciertas empresas. Como ya se mencionó, Somisa disminuyó su nivel de personal en 6449
personas entre abril y diciembre de 1991, año previo a su privatización34
.
Cabe agregar que si bien las modernas técnicas para fabricar acero que incorporaron
Argentina y Brasil durante el período analizado les permitió hacia fin de los años ´80 estar en
la misma senda que los países desarrollados, en esos años se observaba cierto retraso en el
grado de automatización de las plantas siderúrgicas brasileras comparado con el de los países
desarrollados mientras que en Acindar y Siderca era elevado 35
, realizándose diferentes
inversiones en Brasil para modernizar los procesos productivos a principios de la década de
1990 y mejorar la productividad. Por lo tanto, como la incorporación del método de reducción
directa en Acindar y Siderca se efectuó durante el segundo quinquenio de los años ´70 y
siendo éstas dos de las empresas líderes del mercado, representando su personal hacia 1984 el
28 % de la ocupación total del sector y hacia fin de los años ´80 aproximadamente el 38%36
,
se puede sostener que ambos argumentos explican por lo menos en parte que el efecto
negativo sobre el empleo se haya producido más tardíamente en Brasil que en Argentina. Por
lo tanto esta es una de las razones por las cuales se observa una tendencia decreciente de la
ocupación en el sector siderúrgico argentino desde el inicio del período analizado y en Brasil
una tendencia creciente del empleo hasta 1989 y posteriormente decreciente, habiendo
además otros factores que contribuyeron a delinear el comportamiento de las respectivas
tendencias, los que fueron expuestos en otros acápites. De la misma manera, y para
ejemplificar, en el caso de la colada continua utilizada en la fase de aceración, Brasil producía
una menor proporción de acero con dicho método que Argentina hacia fin de la década de
1980 e inclusive se encontraba más alejado del nivel promedio correspondiente a los países
desarrollados y a la media mundial de acuerdo con los datos citados seguidamente, influyendo
en la cantidad de mano de obra requerida en la actividad.
Cuadro 3
Proporción de producción de acero bruto obtenido por colada continua.
(en %)
34
Cálculos de elaboración propia en base a Saravia (1995). 35
López y Porta (1994). 36
Cálculos de elaboración propia en base a Bisang (1989) y CIS (1996).
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1987 1988 1989
Argentina 65,8 68,2 74,3
Brasil 45,5 49,0 54,0
Promedio Países OECD 77,2 80,0 82,9
Promedio Mundial 55,4 59,0 61,8
Fuente: López y Porta (1994)
Como otro elemento a considerar en la comparación se puede citar el efecto de las
privatizaciones de las empresas siderúrgicas estatales en ambos países las cuales tuvieron un
efecto negativo sobre el nivel de ocupación a principios de la década de 1990, ajustes
realizados tanto antes como después de las referidas ventas. De la misma manera y en base a
datos presentados en acápites anteriores se observa que en ambos países la disminución en la
cantidad de personal fue mayor en las oficinas centrales que en las plantas.
Por último cabe relacionar la evolución del empleo sectorial y la de la producción de
acero y laminados en ambos países. Para ello se presenta la siguiente información en el
cuadro 4.
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Cuadro 4
Variación del empleo y de la producción de acero y de laminados en el sector siderúrgico.
(en %)
1975-1979 1980-1989
(*)
1990-1994
Empleo S.Sid. Arg. -14 -13 -44
Empleo S.Sid. Brasil 15 26 -26
Pcc Acero Arg. 46 44 -10
Pcc Acero Brasil 67 63 25
Pcc Laminados Arg. s/d 59 - 6
Pcc Laminados Brasil s/d 56 17
Fuente: cálculos de elaboración propia en base a datos de CIS (1996), IBS (1981, 1986,1989-
1995), Siderurgia Latinoamericana nº 400 y Anuario Estadístico 1986, 1988, 1992 y 1996 de ILAFA.
(*) Los datos de esta columna para la producción de laminados en Argentina y Brasil
corresponden al período 1981-1989.
A partir de los datos del cuadro se puede establecer que en el caso argentino en los
períodos 1975-1979 y 1980-1989 a pesar del aumento de la producción de acero y de
laminados se produjo una disminución en el empleo mientras que en Brasil se incrementó la
producción así como también el empleo para los años mencionados. En cambio entre 1990 y
1994 la producción de acero y de laminados argentinos decreció y el empleo también
decreció, pero en mayor proporción, mientras que en el sector siderúrgico brasilero creció la
producción pero disminuyó el empleo, observándose un cambio respecto de lo ocurrido en
años anteriores.
Por lo tanto, para el caso argentino se puede enunciar que la relación inversa entre la
evolución de la producción de acero y de laminados y la del empleo estuvo presente en los
sub-períodos 1975-1979 y 1980-1989 sin observarse que el incremento de la mencionada
producción tuviera un efecto expansivo sobre el nivel de ocupación sectorial mientras que en
el sector siderúrgico brasilero dicha relación inversa se verificó entre 1990 y 1994.
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Comentario final.
La evolución del empleo en los sectores siderúrgicos argentino y brasilero se explica a partir
de diversos factores. El desarrollo sectorial se fue delineando a partir de las características del
contexto local, observándose una oferta progresivamente más concentrada a lo largo del
período en el caso argentino y un sector que se expandía en el caso brasilero a partir del
aumento de la capacidad productiva de las plantas existentes y el establecimiento de nuevas
plantas durante la primera década del período analizado. A su vez la situación sectorial
internacional dio lugar a la colocación en el mercado externo de cierta proporción de
productos siderúrgicos argentinos y brasileros, compensando de esa forma la disminución del
consumo interno. Este hecho derivó en la necesidad de mejorar la competitividad para
ingresar en aquellos mercados que dejaban vacantes los países desarrollados y exigían
productos de mayor calidad. Por lo tanto la incorporación de moderna tecnología fue un
elemento para lograr dicho objetivo pero dadas sus características produjo un descenso en el
nivel de ocupación sectorial. Sin embargo si bien ambos países realizaron las adaptaciones
tecnológicas de acuerdo con lo ocurrido a nivel internacional, Brasil se encontraba rezagado
en términos de la incorporación de la automaticidad en sus procesos con respecto a lo
ocurrido en los países desarrollados hacia fin de la década de 1980, hecho por el cual inició un
plan de modernización. Por lo tanto los efectos negativos de estos cambios sobre el nivel de
empleo afectaron con diferente intensidad y en diferentes años del período a ambos países.
Adicionalmente se debe consignar la influencia que las privatizaciones tuvieron sobre el nivel
de ocupación sectorial las que contribuyeron a reducirlo en ambos casos.
Otro elemento importante que se desprende del análisis realizado es el hecho que si
bien en Argentina no se observa que la variación positiva en el nivel de producción
siderúrgica estuviera acompañada por un incremento del empleo sectorial en los sub-períodos
1975-1979 y 1980-1989, en Brasil dicha relación se observa en los años mencionados,
modificándose entre 1990 y 1994 al aumentar la producción y disminuir la ocupación.
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