la economía solidaria y el rol de la cooperación organizacional

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La economía solidaria y el rol de la cooperación organizacional para el desarrollo Silvia Pomar Fernández y Araceli Rendón Trejo 1 INTRODUCCION El crecimiento de la economía mundial ha traído consigo un conjunto de problemáticas como el agravamiento en la desigualdad en la distribución de la riqueza, el aumento de la pobreza en varios países -sobre todo en los que están en desarrollo- y el deterioro cada vez mayor del medio ambiente como resultado de diversas actividades humanas contaminantes y consumistas que afectan la calidad de vida y salud de los habitantes. Es sobre todo a partir de la década de los ochenta cuando la globalización de la economía planteó nuevos retos. En la búsqueda de un mejor desempeño y resultados con el fin de lograr la permanencia y crecimiento de las organizaciones, las condiciones de trabajo se modifican normalmente en deterioro de la clase trabajadora; igual sucede con los salarios. En este marco se han buscado nuevas formas de llevar a cabo las actividades productivas y han surgido empresas que buscan mejorar las condiciones de vida de sus colaboradores. Surgiendo así el concepto de “economía solidaria” que se designa a un conjunto de organizaciones microeconómicas caracterizadas por rasgos comunes marcados por una ética social (Chaves y Monzón, 2007). La Economía Solidaria puede ser considerada como una oportunidad de supervivencia y una alternativa de la economía capitalista global, en la que la competitividad ha aumentado y la pobreza se ha agudizado. Mediante la realización de actividades económicas es posible que las personas se provean de lo necesario para subsistir; una parte importante de esta actividad son las relaciones entre las personas, así como la forma coherente y equitativa de administrar los recursos en beneficio de los participantes que conforman las organizaciones. 1 Profesoras – Investigadoras de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco, área: Análisis y gestión socioeconómica de las organizaciones.

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La economía solidaria y el rol de la cooperación organizacional

para el desarrollo

Silvia Pomar Fernández y Araceli Rendón Trejo1

INTRODUCCION

El crecimiento de la economía mundial ha traído consigo un conjunto de

problemáticas como el agravamiento en la desigualdad en la distribución de la

riqueza, el aumento de la pobreza en varios países -sobre todo en los que están

en desarrollo- y el deterioro cada vez mayor del medio ambiente como resultado

de diversas actividades humanas contaminantes y consumistas que afectan la

calidad de vida y salud de los habitantes.

Es sobre todo a partir de la década de los ochenta cuando la globalización

de la economía planteó nuevos retos. En la búsqueda de un mejor desempeño

y resultados con el fin de lograr la permanencia y crecimiento de las

organizaciones, las condiciones de trabajo se modifican normalmente en

deterioro de la clase trabajadora; igual sucede con los salarios.

En este marco se han buscado nuevas formas de llevar a cabo las

actividades productivas y han surgido empresas que buscan mejorar las

condiciones de vida de sus colaboradores. Surgiendo así el concepto de

“economía solidaria” que se designa a un conjunto de organizaciones

microeconómicas caracterizadas por rasgos comunes marcados por una ética

social (Chaves y Monzón, 2007).

La Economía Solidaria puede ser considerada como una oportunidad de

supervivencia y una alternativa de la economía capitalista global, en la que la

competitividad ha aumentado y la pobreza se ha agudizado. Mediante la

realización de actividades económicas es posible que las personas se provean

de lo necesario para subsistir; una parte importante de esta actividad son las

relaciones entre las personas, así como la forma coherente y equitativa de

administrar los recursos en beneficio de los participantes que conforman las

organizaciones.

1 Profesoras – Investigadoras de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco, área: Análisis y gestión socioeconómica de las organizaciones.

La economía solidaria puede estar presente en todos los sectores de la

economía, ya que es una forma de organización de la sociedad en función a los

recursos productivos y a su concepción de progreso y bienestar, en el que son

fundamentales la cooperación y la solidaridad. Las organizaciones cooperativas

formadas bajo este enfoque buscan generar en conjunto mejoras que

trasciendan el beneficio económico, que satisfagan los intereses de los

colaboradores y que resuelvan sus necesidades y problemas. Los participantes

en estas organizaciones tienen un sentido social y ético. Estos movimientos

cooperativos y autogestionarios han encontrado en la economía solidaria una

forma de potenciar sus recursos y experiencias.

Determinar la importancia del cooperativismo en el mundo; analizar el

carácter autónomo del Estado y del capital de estas formas de organización, asi

como mostrar el impacto que tienen en el beneficio económico de los paises

analizados.

1. ECONOMÍA Y MERCADO En los primeros años de la década de los 70 del siglo pasado, el aumento de los

precios del petróleo – y de otras materias primas-, insumo fundamental en la

actividad económica, llevó a cuestionar el modelo económico imperante en el

que el Estado tenía una fuerte participación en la actividad económica2. La

aplicación de políticas de corte keynesiano no daban respuesta y solución a los

problemas de falta de crecimiento, inflación y desempleo. Ante estos hechos se

cuestionaron las teorías de crecimiento y desarrollo y políticas hasta entonces

aplicadas.

Con la crisis de deuda que se presentó en la década de los ochenta se

cuestionó la validez del modelo proteccionista y de sustitución de importaciones.

El modelo se orientó así al mercado externo con la idea de la no intervención

del Estado en la actividad económica. Se puso de relieve la importancia del libre

mercado y de la competencia como impulsor del crecimiento económico; las

mejores empresas y más preparadas serían las que podrían enfrentar la

competencia en mercados no protegidos, abiertos al exterior. “La solución a la

crisis viene en el marco del neoliberalismo, impulsado por el capitalismo

2 Desde la década de los 60 y en los 70 se alertó sobre los problemas ambientales. Esto dio pie

al surgimiento de movimientos sociales en torno al análisis de las cuestiones del medio ambiente

anglosajón (Estados Unidos e Inglaterra), que consistiría básicamente en la

privatización, la liberalización y apertura total de mercados y activos, eliminación

de todo tipo de obstáculos y regulaciones al libre funcionamiento de los

mercados” (Orellana, 2007: 5).

El modelo económico neoliberal que se ha seguido desde la década de los

ochenta ha dado lugar a crisis en diversos ámbitos:

Crisis económica. Deterioro de las economías locales y nacionales, en

beneficio de grandes grupos financieros.

Crisis social. Mayor concentración de la riqueza en grandes empresas

nacionales y en las globales. ”Polarización y reparto cada vez menos

equitativo de las riquezas entre los continentes y en el seno de cada

país; exclusión, aislamiento, violencia, aumento de pobreza creciente,

inseguridad, precariedad en el trabajo y en la vivienda” (Orellana,

2007: 6).

Crisis del empleo: desempleo creciente a pesar de tener tasas de

crecimiento positivas, degradación de las condiciones de trabajo,

empleos marginados, subempleo y aumento de la economía informal.

Crisis humana: “falta de perspectivas de futuro, espejismo del

consumismo, individualismo, pérdida de ideales, destrucción de

culturas y de modos de ser y hacer de muchos pueblos” (Orellana,

2007: 6).

Crisis política: desvalorización de la acción de los poderes públicos y

de los políticos. Desconfianza en su actuar y en sus intereses.

Crisis medioambiental: degradación acelerada del medioambiente,

reducción de la biodiversidad, mercantilización de la naturaleza.

A estas crisis se añaden las que periódicamente se presentan en las

economías de mercado como resultado de hechos diversos que impactan no

solo a los países en los que se originan los problemas, sino a todos aquellos que

se encuentran interconectados en la economía global. Desde la década de los

ochenta, la globalización de la economía planteó nuevos retos a los países, las

empresas y habitantes de este mundo global. En la búsqueda de un mejor

desempeño y resultados que permitan la permanencia y crecimiento de las

organizaciones, las condiciones de trabajo se modifican constantemente en

deterioro de la clase trabajadora. De hecho, se implementan una serie de

reformas en la búsqueda de la flexibilidad laboral.

Es en este contexto que a partir de la década de los ochenta se busca

incorporar la solidaridad en los procesos productivos y replantearse el concepto

de racionalidad económica. La economía solidaria o economía de la solidaridad

tiene como principio o fundamento de solidaridad. La solidaridad a nivel de las

empresas, mercados e instituciones económicas, ha aumentado la eficiencia

micro y macroeconómica, propiciando también beneficios sociales y culturales

en beneficio de la sociedad. La economía solidaria es un sistema

socioeconómico, cultural, medioambiental e integrador en el que el ser humano

no es un factor más en los procesos económicos. En este sistema se considera

su valor, dignidad y su derecho a buenas condiciones de vida. La participación,

el consenso, la solidaridad, el apoyo y la cooperación cobran también relevancia

(Razeto, 1999).

En el caso de México las raíces de estas acciones encaminadas a una

práctica más humana y solidaria en las actividades económicas, se encuentran

en movimientos diversos como, por ejemplo, “los esfuerzos de campesinos por

enfrentar situaciones adversas en relación con la tierra, los recursos naturales,

las condiciones de producción y el abasto de alimentos. Movimientos que han

tenido participación, asistencia y acompañamiento de asociaciones de la

sociedad civil y de la iglesia católica mediante proyectos de educación, salud,

alimentación, vivienda, ahorro, préstamos y producción” (Marañon, 2013: p.13).

Las iniciativas de comercio justo han fortalecido también las experiencias de

economía solidaria ( Marañon, 2013).

2. Redes de Cooperación

Los esfuerzos de colaboración solidaria son llevados a cabos en el mundo por

distintos actores con el fin de realizar actividades productivas que permitan a los

participantes mejores condiciones de trabajo y de bienestar de vida con calidad,

es por ello que estas formas de organización se han multiplicado en diversas

partes y regiones con economía capitalista.

La Economía Solidaria conlleva a la formación de redes productivas en

las que participan gran cantidad de unidades productivas pequeñas

autogestionarias de carácter comunitario y propiedad social en las que se

abarca la producción, distribución y consumo de bienes y servicios (Moran,

2008). Tiene su base en esfuerzos de formación de economías de subsistencia,

que en ciertos casos dan lugar a asociaciones en los que la solidaridad que se

establece, además de favorecer las iniciativas de producción de bienes y de

generar aprendizajes y conocimientos, proporcionan servicios a la comunidad

que favorecen el crecimiento y desarrollo socioeconómico del área en la que se

establecen.

En las prácticas de la economía solidaria se ubican las cooperativas,

mutuales, asociaciones y fundaciones, entre otras formas de asociación. A pesar

de encontrarse en un sistema capitalista, sus actividades no pertenecen al

sector público ni a la actividad privada tradicional cuyo fin es la maximización del

beneficio en términos económico-financieros. Muchas de estas organizaciones

se vinculan entre sí, estableciendo lazos de colaboración. En la búsqueda de un

beneficio particular cada entidad económica de trabajo y capital no actúa sola,

sino que se relaciona estrechamente con las otras unidades económicas con el

fin de establecer y conformar una red de colaboración, apoyo y protección,

considerando estos elementos como principios rectores de la misma.

Este modelo involucra colectividades de producción que se unen y que

favorecen sinergias mediante su conexión y que dan pie a expandir su efecto a

otros conjuntos de empresas organizadas bajo este modelo con efectos

benéficos para sus participantes y para los consumidores que a ellas se

vinculan. Se genera de este modo un amplio sistema de cooperación solidaria e

interacción intrasistémica que conforma las Redes productivas de la economía

social, que son redes que a su vez, se subdividen en otras cada vez más

específicas de acuerdo a la naturaleza y fines de cada uno de los espacios

empresariales que se van construyendo (Moran, 2008).

En términos teóricos una red involucra la existencia de asociados, que

son los actores o nodos, mismos que se vinculan entre si y conjuntan sus

esfuerzos para el logro de ciertos objetivos comunes bien definidos, que

permiten complementar sus capacidades y lograr una sinergia integral. La

vinculación se realiza horizontalmente con participación, colaboración y

corresponsabilidad de cada asociado en base a un plan de acción. Esta

colaboración contribuye a generar productos y resultados, tangibles e intangibles

ya que de la interrelación se logra incrementar valor a sus procesos, productos o

servicios, se genera también conocimiento y un mayor reconocimiento a la

actividad que realizan en red (Sebastián, 2000).

Las redes de la economía solidaria no están atadas a la sola racionalidad

del mercado, su crecimiento se basa en la solidaridad y compromiso.

Constituyen un modelo alternativo de desarrollo que autogobierna su propio

desarrollo y que tiene impacto en el tejido social. Estas prácticas generan las

bases para el desarrollo de un mercado asociativo y cooperante que está

basado en valores y equidad, participa en la actividad productiva, proyectando

potencialidades de mercado y un intercambio comunitario.

Las redes de cooperación se encuentran en diversas actividades

productivas, muchas de ellas relacionadas con la sustentabilidad y cuidado del

medio ambiente. La formación de redes ha llevado a que se vea la importancia

de la conformación de otras que aglutinen a su vez a más redes. Ejemplo de ello

es la Red de redes de economía alternativa y solidaria (REAS) formada en

España en 1995, la cual tiene sus orígenes en las primeras entidades - surgidas

en la década de los ochenta y primeros años de los noventa del siglo pasado-

implicadas en el terreno social y económico que buscaban dar soluciones reales

a la integración social, económica y cultural de una parte de la población, sobre

todo la más desfavorecida. Otros casos son los de redes formadas en América

Latina como la plataforma centroamericana de economía solidaria (PECOSOL) y

la Red Intercontinental de Promoción a la Economía Social y Solidaria de

Latinoamérica y el Caribe (RIPESS LAC, 2014).

3. Importancia de la Economía Solidaria El hombre es un ser social, forma parte de una sociedad en la que produce y

obtiene bienes y servicios para satisfacer sus necesidades. En el transcurso de

su desarrollo, como parte de la sociedad, en muchos casos se ha relacionado

con otros individuos mediante la cooperación, en un principio para sobrevivir,

después para el logro de lo requerido para su vida material, emocional, afectiva;

lo que le ha dado sentido a vivir en sociedad. La cooperación surge desde el

inicio de la civilización.

Desde el punto de vista del Instituto Nacional de la Economía Social

(2015), la cooperativa se refiere al conjunto de actividades económicas y

empresariales que llevan a cabo entidades que pretenden el interés colectivo de

los actores. Los colaboradores participan en todas las fases del proceso

productivo, generan valor agregado, su dirección es autogestiva y la toma de

decisiones es un proceso democrático para beneficio de todos. “Es una nueva

forma de organización de la sociedad en torno a los recursos productivos y su

concepto de progreso y bienestar” (Orellana, 2007: 7). Es considerada como un

enfoque de la actividad económica “que tiene en cuenta a las personas, el medio

ambiente y el desarrollo sostenible y sustentable, por encima de otros intereses”,

se considera que “es una manera de vivir, que provee de manera sostenible las

bases materiales para el desarrollo personal, social y ambiental del ser humano”

(economiasolidaria.org, 2015:1).

Los protagonistas de la economía solidaria son los campesinos, los

indígenas, los obreros, los subempleados y desempleados, quienes luchan por

la justicia social, de trabajos bien remunerados, agua para sus pueblos, luz y

servicios; algunos pretenden liberarse de los caciques opresores y funcionarios

corruptos y de los intermediarios del comercio (Marañon, 2013). Como parte de

esta lucha surge la búsqueda de la autoadministración socioeconómica para

obtener el autogobierno a nivel comunitario, en base a sus propias normas y

costumbres.

Desde mediados de los ochenta han surgido actores que han colaborado

con el mundo campesino, entre ellos, las asociaciones civiles y otras ligadas con

la Iglesia, apoyando la lucha contra la pobreza (Como el Ejercito Zapatista de

Liberación Nacional –EZLN-) dando asistencia y acompañamiento mediante

proyectos de educación, salud, alimentación, vivienda y en algunos casos

ahorro, préstamos y producción (Marañon, 2013).

Con el EZLN se plantean los derechos indígenas para autogobernarse

con autonomía, creándose así formas de cooperación en las que se buscaba

“una economía centrada en la reciprocidad, sin ser apoyados por el Estado,

colocando su producción en mercados solidaros, que son impulsados por

organizaciones de productores y de la sociedad civil, que promueven un

proyecto político de oposición a las dinámicas de exclusión y de diferenciación

social derivadas de las tendencias del capitalismo. Posteriormente se dan otras

iniciativas como la del comercio justo,3 que buscaban mejorar las condiciones

económicas y sociales de los pequeños productores en los países del sur”

(Marañon, 2013 p. 17). Lo que se pretendía era garantizar la igualdad,

ofreciendo a los productores condiciones que les permitieran operar sin

intermediarios, dándoles las posibilidad de conducir su proceso de desarrollo.

Todo esto dio origen a organizaciones económicas populares más

formalizadas que se basan en la reciprocidad como el caso de las cooperativas y

las comunidades campesinas o artesanales.

Al mismo tiempo se generan otras economías como las internacionales

que determinan medidas que regulen el capital financiero, comercial y la

economía social que se realiza al margen de aquellos cuyo propósito es la

acumulación de capital.

La Economía social, desde el punto de vista empresarial, se basa en

principios de solidaridad, complementariedad y cooperación, al contrario del libre

mercado y la competencia. Organizaciones que buscan la soberanía y la

seguridad alimentaria, enfatizan su forma de organización en la autogestión. Se

busca la justa redistribución de la riqueza, realizar la distribución mediante redes

productivas, obteniendo el valor de uso y no el de cambio, se pretende

garantizar la reproducción de un capital sin perseguir lucro (Moran, 2012,

Orellana, 2007 ). Son empresas que forman redes para lograr un apoyo mutuo,

por lo que entre ellas se protegen formando redes sociales.

La economía solidaria está más relacionada entonces, con la calidad de

vida y el bienestar de quienes forman parte del grupo. A continuación se

presenta el cuadro 1 que muestra las diferencias entre la economía solidaria y

la capitalista:

Cuadro 1. Características de la Economía solidaria y capitalista

Economía solidaria Economía capitalista

Economía al servicio de las personas, se considera como sujeto a la sociedad civil, cada persona asume su papel para el

Personas al servicio de la economía, el sujeto es el capital y todo se mercantiliza para incrementarlo, el dinero se encuentra en pocas

3 El comercio justo tiene su origen con la iniciativa de Max Havelaar fundado en 1989 en Holanda, ante la disminución de las cotizaciones internacionales del café. El movimiento se funda además, en la producción orgánica considerando la salud de los agroecosistemas (Renard, 1999 en Marañon, 2013). En México surgió la Unión de Comunidades Indígenas de la Región del Istmo que se solidarizó con el organismo de cooperación holandesa “Solidaridad”.

desarrollo personal y colectivo. personas limitando el acceso a él.

Igualdad y horizontalidad, satisfacer las necesidades de todos.

Desigualdad y verticalidad, se satisfacen las necesidades de los poseedores del capital.

Cooperación e inclusión, participación de toda la comunidad en las actividades que se realicen para beneficio de todos.

Competencia y exclusión, en la empresa se genera la competencia entre los trabajadores y entre las empresas, si no se adaptan a la forma de operación se excluyen .

Concepto diverso de progreso, se refiere al progreso en función al contexto de cada persona, cultura o pueblo.

Concepto único de progreso, orientado al crecimiento económico, la modernización y la industrialización.

Beneficio Social, reparto equitativo en función al trabajo realizado.

Beneficio financiero, reinversión de beneficios en la empresa para lograr su crecimiento o reparto de dividendos a los socios y en dado caso de utilidades a los trabajadores.

Compromiso con el entorno social y medioambiental, existe solidaridad desde el punto de vista económico, social y ecológico, de acuerdo con la demanda real de la comunidad local y utilizando métodos de producción que no afecten el medioambiente.

Desvinculación con el entorno social y medioambiental, se recurre en ocasiones a la deslocalización de la producción y a la oferta de bienes que fomentan el consumismo, con el propósito de conseguir mayores beneficios, sin poner especial atención al daño que pueden causar al medioambiente, pensando en los beneficios propios más que en los sociales.

Micro, pequeñas y medianas organizaciones, se favorece este tamaño para la descentralización de los procesos, con los ingresos que obtienen ayudan a poner en marcha otras empresas, formando con ello redes de cooperación

Grandes empresas nacionales, multinacionales, internacionales y transnacionales, con lo que se tiende a la centralización y concentración del capital.

Fuente: adaptado de Orellana, 2007

Con base a lo anterior se determina, de acuerdo con Orellana (2007; p.15),

que los elementos de la economía solidaria son:

las organizaciones conformadas principalmente por organizaciones

sociales, cooperativas;

la producción, los productos o servicios que se ofrecen deben ser

necesarios para la comunidad con la satisfacción de necesidades reales,

que permitan mejorar la calidad de vida, lo que permite la producción

local;

un mercado social, se fundamenta en la relación social entre personas, en

donde cada componente empresa, consumidor o productor procura

consumir los bienes y servicios producidos por el resto de los actores del

mercado;

el comercio justo, lo importante es asegurar y potenciar la producción y

consumo local, obtener un precio equitativo;

las finanzas éticas, contar con un sistema financiero que de respuesta a

las personas que pretenden que sus ahorros estén destinados a financiar

iniciativas con beneficios sociales, con esto se crean las sociedades de

ahorro popular;

la moneda social, cuya intención es devolver al dinero su función original

que permita el intercambio, se plantea la utilización de una moneda social

que permita el intercambio de bienes y servicios.

Existen diversas formas de adoptar la economía social (Moran, 2012, INAES,

2015):

Asociaciones de producción campesina o ejido. Se unen campesinos para

compartir medios de producción, crédito, servicio y fuerza de trabajo, con

la finalidad de reducir costos y precios.

Cooperativas de producción campesina. Se caracterizan por generar

trabajo colectivo sin emplear trabajo asalariado.

Cooperativa de producción urbana. Propiedad colectiva con actividad

manufacturera o artesanal, la fuerza de trabajo esta formada por los

mismos dueños del capital.

Cooperativas de comercialización urbana. Actúan como agentes de los

productores asociados.

Sociedades de Ahorro y Préstamo. Empresas de servicio financiero par

fomentar el ahorro y facilitar el préstamo.

Proyectos productivos. Conformación por grupos que desean emprender

un negocio a partir de la cooperación y la ayuda mutua, en la que exista

un mejoramiento económico social para todos sus integrantes.

La economía solidaria se basa en seis principios4 (economiasolidaria.org, 2015):

1) Equidad. Prevalece la igualdad en relación a los derechos y con la

posibilidad de satisfacer equitativamente los intereses de las personas,

sin importar edad, género, origen o capacidad.

4 Provienen de la carta de principios de la economía solidaria

2) Trabajo. Actividad que determina la calidad de vida de la comunidad y las

relaciones económicas entre los participantes, las regiones y Estados.

Puede ser remunerado o no, contribuye dentro de la dimensión social.

3) Sostenibilidad ambiental. Se considera que la naturaleza es fuente de

riqueza económica, de salud y bienestar.

4) Cooperación. Como práctica, entre ellos mismos y con otras entidades y

organismos públicos o privados. Se fomenta la participación democrática

generando aprendizaje y el trabajo con cooperación. Se respeta la

autonomía, sin existir dependencia entre ellas.

5) Sin fines lucrativos. Se pretende la realización de proyectos viables,

sostenibles, cuyos beneficios sean reinvertidos y distribuidos.

6) Compromiso con el entorno. Tiene que ver con el desarrollo comunitario

de la región o territorio.

En el país, el gobierno Federal a través del Instituto Nacional de Economía

Social (INAES), órgano descentralizado de la Secretaría de Economía, busca

impulsar la economía social, apoyando a todos aquellos que quieran iniciar un

negocio a partir de la cooperación y ayuda mutua, el propósito es lograr un

mejoramiento económico y social de sus integrantes. Dentro de sus principales

tareas está el consolidar las acciones de apoyo para la generación de empleos

productivos por medio del apoyo a la inversión en proyectos productivos,

fortalecimiento y desarrollo de negocios dentro de los que se encuentra la

conformación de cooperativas, sobre todo a nivel regional, y la consolidación de

la banca social.

3. Las cooperativas como forma organizacional 3.1 Antecedentes a nivel mundial

Las cooperativas surgen como resultado de los esfuerzos de varios pensadores

en la historia por lograr una sociedad más justa, considerando el bienestar

común como una de las principales premisas. En el siglo XVII, algunos

pensadores que compartían esta ideología se opusieron al sistema mercantilista

y al modo de producción que existía en Francia e Inglaterra, lo que favoreció el

surgimiento de teóricos sociales como Bellers y Plockboy quienes promovieron

la abolición de las estructuras que prevalecían en ese tiempo por la

colectivización de los medios de producción, lo que generó los principios del

cooperativismo (Valtierrra, Yahaira, 2012).

Posteriormente nace el “Socialismo Utópico” denominado así por Marx y

Engels, quienes junto con Lenin consideraban que el cooperativismo permitiría

contrarrestar el sistema capitalista. Se postulaba la asociación libre de los

trabajadores bajo el credo de la igualdad y la cooperación. Con ello se crearían

organizaciones autónomas, autosuficientes, que satisficieran las necesidades de

sus miembros, con igualdad de beneficios sobre la base de un gobierno

democrático.

En Europa en el siglo XVII y XVIII hubo avances en la economía. Es

entonces cuando nace la experiencia de los “Pioneros de Rochdale, quienes

crearon las reglas justas para darle normatividad al cooperativismo” ((Valtierrra,

Yahaira, 2012: 4). En diciembre de 1844 en Inglaterra la cooperación recibe la

máxima institucionalización de esa época; las reglas estaban basadas en el

esfuerzo propio, la ayuda mutua, la democracia, la libertad de acción, la

ausencia de ánimo de lucro y el deseo de superación. Lo que prevaleció fue el

cooperativismo de consumo, el cual se extendió a casi todo el continente

europeo, posteriormente se crean las cooperativas de trabajo y de crédito al

crearse las primeras cajas de crédito. Hacia la mitad del siglo XIX surgen las

cooperativas agrícolas, principalmente en Dinamarca, Bélgica y Francia, para

después llegar a países como Estados Unidos, adquiriendo así una gran

importancia en la vida económica de las comunidades rurales.

Por la importancia que va adquiriendo el cooperativismo en el mundo se

crea la Alianza Cooperativa Internacional en Londres en 1895, que actualmente

cuenta con cuatro oficinas regionales en América, Europa, África y Asia. La de

América se estableció en 1990 en San José de Costa Rica, en la cual los

miembros son organizaciones de los sectores de actividad agrícola, bancaria, de

crédito y ahorro, industriales, de seguros, pesca, vivienda, salud, servicios

públicos, servicios sociales, turismo y consumo. Contaba hasta 2014 con 283

organizaciones de 93 países que representan a casi 1000 millones de personas.

En esta alianza México cuenta con 5 miembros: La Caja Popular

Mexicana, la Confederación Nacional Cooperativa de Actividades Diversas de la

República Mexicana, la Federación de Cajas Populares Alianza S.C. de R.L. de

C.V, Federación Nacional de Cooperativas Financieras UNISAP S.C. DE R.L.

de C.V. y la Federación Regional de Cooperativas de Ahorro y Préstamo

Noroeste S.C.L de C.V (Cooperativa de las Américas, 2015).

De acuerdo con la ONU (2009) las empresas cooperativas son un modelo

que es pertinente cuando hay dificultades económicas y deficiencias de los

mercados, ya que es una forma de organización accesible para las personas

pobres y marginadas. Este modelo permite que la población local se organice

para mejorar sus condiciones, además de favorecer la inclusión social, por tanto,

genera externalidades positivas a la sociedad y es importante en la

transformación de la economía.

Las cooperativas favorecen el desarrollo socioeconómico, ya que al

dedicarse a varias actividades en las economías, contribuyen a la producción de

alimentos, a la seguridad alimentaria, posibilitan el acceso a los servicios

financieros, generan empleo, aumentan los ingresos, con lo que se mejora las

condiciones de vida. Además, favorece el desarrollo de habilidades, aptitudes,

generación de conocimiento y la educación en las comunidades locales, incluye

a las mujeres y segmentos marginales de la sociedad, contribuyendo a la

reducción de la pobreza (ONU, 2009).

La ONU estableció directrices para que los gobiernos creen un entorno

propicio para establecer condiciones de igualdad con el fin de que puedan

funcionar de manera sostenible y puedan tener las condiciones que tienen otro

tipo de empresas5.

3.2 Antecedentes en México

Los primeros vestigios de emprendimiento cooperativo en América Latina

surgieron en el siglo XIX principalmente en Argentina, Brasil, Venezuela y

México. Fue la iglesia católica la que promovió este modelo en Colombia,

Centroamérica y México (OIT, 2012). Se considera que cuando los beneficios

que se obtienen trabajando en forma colectiva son mayores que hacerlo en

forma individual se generan acuerdos de cooperación. En los años 90 del siglo

pasado se manifestó un interés por la cooperación empresarial bajo el principio

de interés por la comunidad.

5 Recomendación 193 de la OIT, 2002

En México, las cooperativas surgieron en el siglo XIX influenciadas por

inmigrantes extranjeros y fuentes documentales como libros, revistas y noticias

que llegaban del exterior. Las primeras se crearon como cajas de ahorro en

Orizaba en 1839, donde establecieron como regla que cada socio tendría un

solo voto. Entre 1850 y 1870 se crearon sociedades mutualistas representando

una forma de organización social cuyo objetivo era contar con un fondo de

seguros contra accidentes de trabajo, enfermedades o deudas por defunción6

En 1873 surgió el primer taller cooperativo, conformado por 26 sastres.

Tiempo después se formó la Sociedad progresista de Carpinteros, cambiando su

forma jurídica a una sociedad de consumo denominada Compañía Cooperativa

de Obreros de México, posteriormente se formaron las de sombrereros; con el

tiempo estas cooperativas desaparecieron pero el modelo y la ideología se

siguió difundiendo. Durante la Revolución Mexicana algunas cooperativas se

mantuvieron unidas en torno al “Centro Mutuo Cooperativo de México” (OIT,

2012: 51 y 52)

Entre 1911 y 1926 empezaron a crecer el número de cooperativas y

surgieron algunas de pesca, transporte y consumo, entre las más comunes.

Después de publicada la Constitución Política de 1917 se constituyó la Gran

Cooperativa de Consumo del Distrito Federal. En 1935 se formó la Liga Nacional

de Sociedades Cooperativas de Sociedades, en 1938 se creó la Ley General de

Sociedades Cooperativas, en 1942 se constituyó la Confederación Nacional

Cooperativa de la República Mexicana. En la década de los años cincuenta se

fundaron las primeras cajas populares, en 1964 nació la Caja Morelia Valladolid,

en 1972 el gobierno impulsó las cooperativas pesqueras, en 1978 se creó la

Comisión Intersecretarial para el fomento Cooperativo y en 1982 se expidió el

Reglamento de Cooperativas Escolares, en 1984 se publicó el Programa

Nacional de Fomento Cooperativo (Fritz-Krockow, 1986). Desde el siglo XIX se

han fundado cooperativas muy importantes que se han convertido en grandes

empresas, como la productora de cementos Cruz Azul, los periódicos Excelsior y

la Prensa y Refrescos Pascual entre otros.

En 1991 el ejecutivo federal publicó la Ley General de Organizaciones y

Actividades Auxiliares de crédito donde se integró la figura jurídica de la

6 Estas sociedades tuvieron un tiempo de logros, pero fracasaron por mal funcionamiento y fraude por lo que se fueron a la

bancarrota

Sociedad de Ahorro y Préstamo reconociendo por primera vez a las cajas

populares. En 1994, el movimiento cajista realizó consultas a los socios para

definir la posición en el tratamiento de esta nueva ley; 62 cajas populares

decidieron formar una sola institución nacional, por lo que en 1995 se constituyó

Caja Popular Mexicana, Sociedad de Ahorro y Préstamo. En 2014 se creó el

Centro de Desarrollo Integral Cooperativo “Cedicoop” con el propósito de dar

capacitación, consultorias, asesorías y creación e incubación bajo el modelo

cooperativo (ACI, 2014)

3.3 El aspecto legal de las cooperativas.

El cooperativismo es una forma de organización en el que se socializa la

propiedad de la producción, otorgando un valor importante al factor trabajo.

Surge, como se ha comentado, como un sistema socioeconómico en donde se

promueve la asociación entre productores y consumidores. Económicamente se

reducen costos, precios y permite mejorar la calidad de vida de quienes

participan en ella.

En México, la Ley General de Sociedades Cooperativas (LGSC) la define

en su artículo 2º como “una forma de organización social integrada por personas

físicas con base en intereses comunes y en los principios de solidaridad,

esfuerzo propio y ayuda mutua, con el propósito de satisfacer necesidades

individuales y colectivas a través de la realización de actividades económicas de

producción, distribución y consumo de bienes y servicios”

La LGSC en su artículo 6, determina los principios bajo los cuales se rigen

estas sociedades:

Cuadro No 2. Principios de las cooperativas

Principio Contenido

Libertad de asociación y retiro voluntario de los socios

Se da a cada persona la libertad de formar o no parte de la cooperativa. Se conformará con un mínimo de cinco socios o de 25 para las de Ahorro y Préstamo (art. 11, V y 12; art. 33).

Administración democrática Todos los socios tendrán voz y voto en la Asamblea General o Comité de Crédito con igualdad de derechos y obligaciones. Sólo tendrá un voto independientemente de sus aportaciones (art.11. I, III).

Limitación de intereses a algunas aportaciones de los socios si así se pactara

Para evitar la concentración del capital social en algunas personas se limita la cantidad aportada que está conformada por certificados de aportación. Al menos cada socio debe dar el valor de un certificado (Art. 51).

Distribución de los rendimientos en proporción a la participación de los socios

Los excedentes de las cooperativas de consumidores se distribuyen en función a las adquisiciones efectuadas durante el año por cada socio (art. 24) . En las de producción, se reparte de acuerdo al trabajo realizado

en función a calidad, tiempo, nivel técnico y escolar (art. 28).

Fomento de la educación cooperativa y de la educación en la economía solidaria

En todas las cooperativas es obligatoria la educación, por lo que establecerá en la Asamblea General los programas y estrategias que se realizarán en este sentido (art. 47).

Participación en la integración cooperativa

Una vez constituida la sociedad y ser reconocida jurídicamente, podrán asociarse libremente con otras para la consecución del objeto social (art. 13).

Respeto al derecho individual de los socios de pertenecer a cualquier partido político o asociación religiosa

Existe libertad para tomar la decisión que a cada socio convenga.

Promoción de la cultura ecológica

Responsabilidad de vivir una vida ambiental ética. Respetando el medio ambiente que les rodea.

Fuente: Elaboración propia con base en la Ley General de Sociedades Cooperativas emitida por la Cámara de Diputados de acuerdo a la última reforma del Diario Oficial de la Federación del 13 de mayo de 2009

De acuerdo con el capítulo II las distintas clases y categorías de las

sociedades cooperativas son:

1) Las de consumidores que de acuerdo al art. 22 de la LGSC define como

“aquellas donde los socios se unen con objeto de obtener en común

artículos, bienes o servicios para ellos, sus hogares o sus actividades de

producción”. De acuerdo con el art. 23 podrán vender al público en

general siempre y cuando los consumidores se asocien. Existen dos tipos

de sociedades “las de actividades de abastecimiento y distribución y las

de prestación de servicios relacionados con la educación o la obtención

de vivienda” (art. 26).

2) Las de productores, definida en el art. 27 de la LGSC como “aquellas

cuyos miembros se asocien para trabajar en común en la producción de

bienes y/o servicios, aportando su trabajo personal, físico o intelectual.

Independientemente del tipo de producción a la que estén dedicadas,

estas sociedades pueden almacenar, conservar, transportar y

comercializar sus productos”. Dentro de ellas se encuentran las ordinarias

que sólo requieren ser constituidas para funcionar y las de participación

estatal donde es el Estado quien da la concesión o administración de

bienes o servicios (art. 30, 31 y 32).

3) Las de ahorro y préstamo, se rigen por la LSC y por la Ley de Ahorro y

Crédito Popular, de acuerdo con el art. 33, se entenderá como “ahorro, la

captación de recursos a través de depósitos de ahorro de dinero de sus

socios y como préstamo, la colocación y entrega de los recursos captados

entre sus mismos socios”.

Las cooperativas están basadas en valores de conducta de la norma social,

los cuales están relacionados con la ayuda mutua, responsabilidad, democracia,

igualdad, equidad y la solidaridad considerando los valores éticos de honestidad,

trasparencia, responsabilidad y vocación social. De acuerdo con el art. 34 la

dirección, administración y vigilancia interna está a cargo de la asamblea

general, el consejo de administración, el consejo de vigilancia, comisiones y

comités y en el caso de las sociedades de Ahorro y Préstamo además por un

comité de crédito, uno de riesgos; un director o gerente general y un auditor

interno.

3.3 Impacto de las cooperativas en las economías

Las cooperativas han tomado cada vez más importancia en el mundo, tienen

presencia en todos los continentes. Las cooperativas son importantes

exportadoras, por ejemplo, en Nicaragua, la Promotora de Desarrollo

Cooperativo de Las Segovias (PRODECOOP) agrupa a 45 cooperativas

integradas por más de 2,420 familias, forma parte de una red mundial de

comercio justo y apoya a sus socios agricultores para que produzcan y

comercialicen de modo sostenible café.

En Europa, según el reporte Explorando la Economía Cooperativa, de la

ACI en 2012, “…se dividen en: cooperativas mutualistas aseguradoras (28%), el

26% se dedica a la agricultura y la industria de comida, el 21% en cooperativas

de consumidores, el 7% son bancos cooperativos, 7% se encuentra en la

industria, el 4% en otros servicios, 3% de salud, 1% de vivienda, y un 3% de

otras cooperativas no se logro clasificar” (COOP, 2015).

En el siguiente cuadro se presenta información de cooperativas de países

que se encuentran en Europa, Asia, África y Oceanía. La información es de

fechas diversas según los últimos datos proporcionados por los gobiernos u

organismos de esos países.

Cuadro No. 3. Cooperativas Europa, Asia y Oceanía Actividad principal y asociados

País Actividad Principal

No. De cooperativas

Asociados y empleados

Bangladesh (2006) Eléctricas ND 28’000,000

Corea (2006) Pesquera Agrícolas

ND 2’ 000,000

España ND 21,949 (2012) 300,000 (2012)

Finlandia Lácteos Huevos

Prod. Forestal

ND ND

Francia(2010) ND 21, 000 700,000

Japón Agrícolas 33% de familias 77’000,000

Kenya (2006) Café Lácteos Algodón

20% 250,000 (2009)

Malasia ND ND 27% población (2009)

Noruega Lácteos 33% de las familias

41.5% son miembros

Nueva Zelanda(2006) Lácteos. ND ND

Fuente: Elaboración propia con información de la Alianza Cooperativa Internacional, www.ica.coop; Consejo Mundial de Cooperativas de Ahorro y Crédito y Asociación Europea de Bancos Cooperativos; OIT, folleto informativo, Cooperative and Rural Employment, 2007, 2011,2012; International Co-operative Alliance (2015). ND: Información No disponible. En los renglones sin año, se refiere a 2008.

No obstante que se carece de información completa sobre el impacto total

que en la economía tienen estas organizaciones, puede observarse en el cuadro

que en algunos países un tercio de la población forma parte de una cooperativa,

es el caso de Japón y Noruega, economías con alto nivel de desarrollo. La

actividad que desarrollan la mayoría de las cooperativas esta orientada a los

sectores alimentario, agrícola y lácteo. En este último Kenya y Nueva Zelanda

abastecen mediante cooperativas al 75% y al 85% respectivamente. En el caso

de Nueva Zelanda, el 95% de su producción láctea, se exporta. Kenya además

produce el 70% del café y el 95% de algodón.

En relación al empleo, estas organizaciones captan en algunos casos

más de la tercera parte de la fuerza laboral como el caso de Japón y Noruega.

En otros países la generación de empleo es considerable como en Japón,

Bangladesh y Noruega.

En 2012, las ventas de las 300 empresas cooperativas más grandes del

mundo sumaron 1.1 trillones de dólares, importe comparable al PIB de algunas

de las economías nacionales más importantes; otro dato importante es que

“49.000 cooperativas de ahorros y préstamos prestan servicios a 177 millones

de miembros en 96 países, con los auspicios del Consejo Mundial de

Cooperativas de Ahorro y Crédito” (AIC, 2013).

La mayor concentración de cooperativas se encuentra en Europa según la

Asociación Internacional Cooperativa. En esa región, 4,200 bancos cooperativos

prestan servicios a 149 millones de clientes, incluidas pequeñas y medianas

empresas y emplean a más de 700.000 personas (AIC, 2013).

En Noruega, Nueva Zelandia y los Estados Unidos de América, las

cooperativas agrícolas producen entre el 80% y el 99% de los lácteos (AIC,

2013). En Finlandia las cooperativas tienen un impacto en la producción del

74% en los alimentos y el 96% en los productos lácteos. En Asia, China e India

hay 180 millones de personas en cooperativas en el sector rural y 250 millones

en la India (COOP, 2015). En la India 100,000 cooperativas lecheras emplean a

12 millones de mujeres (OIT, ACI, 2014). También existen cooperativas agrarias

ambientales por ejemplo:

“En los Países Bajos existen más de 125, gracias a las cuales las agencias de

conservación neerlandesas firman contratos de gestión ambiental con grupos de

gestores de tierras para que los territorios puedan trabajarse como un todo y no de

manera fragmentaria. Las cooperativas ambientales se convirtieron en un medio

para que los productores se autorregularan y desarrollaran instrumentos locales

eficaces para alcanzar objetivos ambientales en sus actividades agrícolas”

(Renting, H. y J. D. Van der Ploeg (2001) en OIT, ACI, 2014:12).

De los países que integran la AIC, Estados Unidos es el que mayor

número de socios tiene; en segundo lugar está India, en tercero, Japón; en

cuarto Irán. En el continente americano, las cooperativas también han adquirido

gran importancia como se observa en el siguiente cuadro.

Cuadro No. 4. América. Cooperativas, Asociados y Empleados

País No. De cooperativas Asociados y empleados directos

Argentina 13,000 (2008) 9’665,000

Bolivia 1,600 160,000

Brasil (2009) 6652 9’300,000

Canadá ND 25% de población son miembros

Costa Rica 594 92,000 (21% de población)

Cuba 1624 (2015)

Chile 952

El Salvador 741

Guatemala 841 1’225,000 (42% mujeres)

Estados Unidos (2010) 30,000 97’600,000

Colombia 8,600 5’000,000

México 15,000 5’000,000

Nicaragua 4500

Panamá 522 (2010) 214,000 (48% mujeres)

Paraguay 450 (2012) 113,000 (18%)

R. Dominicana 542 (2010) 1’000,000 Fuente: Sitio web de la Alianza Cooperativa Internacional, www.ica.coop; Consejo Mundial de Cooperativas de Ahorro y Crédito y Asociación Europea de Bancos

Cooperativos; OIT, folleto informativo, Cooperative and Rural Employment, 2007, 2011,2012. Cooperativa de las Américas, www.aclamericas.coop/hechos y cifras del cooperativismo. Artículo Cooperativas una Alternativa en México, 14 de abril de 2011 Inter press Service, Agencia de Noticia (www.ipsnoticias.net) ND: Información No disponible. En donde no se mencionan los años son datos a 2011

Cómo se observa, el país con mayor número de cooperativas es Estados

Unidos, en las que destacan las rurales y las eléctricas que abastecen a cerca

de 42 millones de usuarios en 47 estados. Brasil es muy conocida por sus

bancos solidarios y el impacto significativo de sus cooperativas de salud. Del

total de ellas, el 23% son agropecuarias, el 16% se encuentran en sector

bancario y el 15.3% en transporte. En el caso de Cuba, país que se encuentra

en cambios económicos y políticos, registraba hasta 2014 que el 72.2% de las

cooperativas eran agropecuarias (COOP, 2015)

En México, no existen datos oficiales actuales de la cantidad y efecto

económicos de las cooperativas. De 1970 a 1984 se cuenta con información

resultado de investigaciones sobre el tema. En el siguiente cuadro se observa el

comportamiento en la creación de estas organizaciones.

Cuadro No. 5. Cantidad de Cooperativas y Socios (1970-1984)

1970 1973 1983 1984

Cantidad Socios Cantidad Socios Cantida

d Socios Cantidad Socios

Agropecuarias1 817 57,712 900 61,213 2,537 98,330 2,556 119,097

Pesqueras 238 26,818 332 35,035 931 66,179 953 72,367

Industriales2 258 16,246 323 18,671 653 36,539 694 27,971

Transportes 220 8,724 228 8,947 377 16,876 362 15,396

Servicios3 59 2,914 95 4,838 205 7,361 165 6,596

Consumo Intermedio 454 45,898 641 81,399

Consumo Final 794 175,515 810 178,194 812 250,158 346 203,316

Comercialización 370 17,852

No especificado 134 8,277

Total 2,386 287,429 2,688 306,898 5,969 521,341 6,221 552,271

1. Incluye agricultura, ganadería, caza, silvicultura y extracción de madera ( no comprende ejidos) 2. Incluye minería, productos alimenticios, textiles y prendas de vestir, industrias de la madera, papel,

imprentas y editoriales, sustancias químicas, productos minerales y metálicos, otras industrias manufactureras y construcción.

3. Incluye restaurantes y hoteles, servicios de alquiler y administración de bienes inmuebles, servicios prestados a empresas, servicios educativos y otros servicios.

Fuente : Fritz-Krockow, 1986.

Como se observa, entre 1970 y 1984 se triplicó su número; aumentó en

un 160%. De esa fecha a la actualidad, el sector de las cajas de ahorro es el

que cuenta con datos estadísticos más completos hasta los primeros meses de

2015; la CONDUSEF informó que hay 692. De ese total registrado sólo 143

están regularizadas y 49 se encuentran en proceso de autorización. El

Fideicomiso de Supervisión Auxiliar de Sociedades Cooperativas de Ahorro y

Préstamo y de Protección a sus Ahorradores (Focoop) calculó el número de

socios del sector a septiembre de 2014 en 6. 5 millones. A pesar de no existir

datos exactos, se ha estimado que son alrededor de 15 mil cooperativas.

A manera de ejemplo, se muestran datos de las sociedades de ahorro

popular (SOCAPs) que ofrecen productos financieros a la población de menos

recursos. Estas organizaciones contribuyen a mejorar las condiciones

económicas de sus socios, promueven la inclusión financiera en lugares en las

que las grandes instituciones financieras no les interesa llegar.

A marzo de 2013, el sector contaba con 6.1 millones de socios, de lo

cuales el 36% tenían sus ahorros invertidos en sociedades no supervisadas por

la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y por la CONDUSEF. La

CONDUSEF reportaba que existían a esa fecha 622 SOCAPs, de las cuales el

64% se encontraban autorizadas y 30% se encontraban en prorroga y sin

evaluar .

Cuadro No. 6. México. Distribución de SOCAP 2013

Estado SOCAPs Partic%

1 Oaxaca 116 18.80

2 Jalisco 87 14.10

3 Michoacán 46 7.46

4 Guanajuato 37 6.00

5 Veracruz 32 5.19

6 Querétaro 27 4.38

7 SLP 23 3.73

8 Guerrero 21 3.40

9 Chiapas 20 3.24

10 México 20 3.24

11 Puebla 19 3.08

12 Nayarit 19 3.08

13 Morelos 19 3.08

14 Yucatán 18 2.92

15 N. León 15 2.43

16 Durango 14 2.27

17 D.F 13 2.11

18 Colima 12 1.94

19 Hidalgo 10 1.62

20 Sinaloa 10 1.62

21 Tamaulipas 6 0.97

22 Tlaxcala 5 0.81

23 Sonora 5 0.81

24 Coahuila 5 0.81

25 Campeche 4 0.65

26 Chihuahua 4 0.65

27 Aguascalientes 4 0.65

28 Zacatecas 3 0.49

29 Tabasco 1 0.16

30 Baja Californis 1 0.16

31 Quintana Roo 1 0.16

617 100 Fuente: http://www.condusef.gob.mx/PDF-s/Comunicado

/2013/com28_socaps.pdf

Como se puede observar, los estados con mayor número de cooperativas

de ahorro popular se encuentran en Oaxaca, Jalisco y Michoacán. Es

interesante observar que en uno de los estados con mayor pobreza en el país se

encuentra la mayor cantidad de cooperativas.

Conclusiones

Las cooperativas como forma de organización se han convertido en una

alternativa de desarrollo sostenible, para gran cantidad de personas que buscan

llevar a cabo actividades productivas diversas con beneficios personales, de

grupo, comunidad o región y la sociedad en general. Esta forma de organización

ha permitido la conformación principalmente de micro y pequeñas empresas; en

algunos casos hay cooperativas de tamaño grande como resultado de procesos

de lucha contra los propietarios ante condiciones injustas de trabajo, es el caso

de Refrescos Pascual y Cementos Cruz Azul. Sin importar el tamaño todas

están enfocadas en apoyar a sus socios y en las necesidades locales.

En muchos países del mundo ha destacado la conformación de

cooperativas, las cuales se han centrado principalmente en el sector alimentos y

bebidas, destacando las agrícolas y las productoras de leche. Han generado un

alto porcentaje de empleo no solo en países en desarrollo en los que se puede

pensar que hay mayores problemas de pobreza y deterioro de las condiciones

de vida de la población, sino también en países desarrollados como Japón y

Estados Unidos, Francia y Noruega. En México, hay registros importantes de

esta actividad desde la década de los años setenta del siglo pasado y aunque no

se cuenta actualmente con estadísticas que den cuenta de la importancia de la

reciente creación de estas organizaciones, hay una creciente presencia en

varias actividades económicas, incluyendo la producción respetuosa con el

medio ambiente. Una gran cantidad de están concentradas en el sector del

crédito conformadas como cooperativas de ahorro y préstamo.

A nivel gubernamental ha habido un mayor interés por la conformación de

este tipo de sociedades ya que son unidades productivas que favorecen el

empleo y el desarrollo regional y local. En las comunidades de bajos ingresos se

considera que las cooperativas de vivienda, turismo y energías renovables

posibilitan mejoría de la economía local y dan la posibilidad de lograr una

distribución más equitativa de los ingresos económicos, además de generar

nuevas fuentes de empleo a quienes se integran como trabajadores en ellas.

Las cooperativas tienen sus primeros vestigios desde hace dos siglos y

están presentes en gran parte del mundo, se considera importante esta forma de

organización como parte del desarrollo económico y social de cada país. La gran

cantidad de personas que se ha integrado a las cooperativas muestra que el

cooperativismo forma parte de la cultura económica y social de los países,

conformando sin lugar a dudas un modelo empresarial que contribuye al

bienestar social.

Referencias:

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