la construcción del tapial en época nazarí: el caso de la ... · la construcción del tapial en...

8
El auge expansivo que tomo la ciudad de Granada durante los siglos XII, XIII y primera mitad del XIV, debido a la gran afluencia de musulmanes que llega- ron a ella escapando del acoso continuo a que se veí- an sometidos a causa del avance de la reconquista cristiana, hizo que los arrabales situados extramuros crecieran considerablemente. Así, fueron surgiendo los barrios que rodearon a la antigua medina, for- mándose fuera de las murallas de la Alcazaba Qadi- ma el arrabal de al-Bayyazin que ocupó la zona norte de la ciudad y que llegó a tener a principios del si- glo XIV una población de unos diez mil habitantes. Las incursiones castellanas, que a finales del si- glo XIII llegaron hasta las afueras de la ciudad, entre ellas la de Alfonso X en 1281, hizo necesaria la construcción de la cerca de este arrabal. Dicha mura- lla exterior del Albaicín de Granada, conocida parte de ella como «Cerca de don Gonzalo», fue la penúlti- ma que se levantó en la ciudad. Su construcción, lle- vada a cabo entre los años 1333 y 1354, se debe al sultán Yusuf I, quién la levantó a instancias de su mi- nistro Ridwan. El trazado de esta muralla, con una longitud total de unos 2.300 metros, de la que actualmente se con- servan unos 1.475 metros, se adapta a la fuerte pen- diente que configura la topografía del terreno en esta zona. Su desarrollo comenzaba en la ribera del río Darro, al pié de la Cuesta del Chapiz, subía con di- rección norte hasta la actual ermita de San Miguel Alto, lugar en el que se ubicaba la antigua Torre del Aceituno, para bajar luego con dirección oeste hasta las proximidades del antiguo Convento de la Merced y de aquí, con dirección sur, hasta llegar a la Puerta de Elvira (fig. 1). En su trazado se intercalaban unas 25 torres, incluyéndose en ellas algunos cambios de sentido que, por su mayor anchura, se usaron como tales, así como seis puertas que, al parecer, eran las que daban acceso al interior del arrabal. La cerca fue levantada en tapial calicastrado sobre cimiento de hormigón de cal, variando su espesor en- tre 1,20 y 1,35 metros, siendo su altura hasta el adar- ve superior a los 5,00 metros. El volumen de tapial aproximado empleado en su construcción fue de unos 16.00 m 3 (Martín 1988). A lo largo de su traza- do pueden observarse algunos detalles de cómo se La construcción del tapial en época nazarí: el caso de la muralla exterior del Albaicín de Granada Mariano Martín García Figura 1 Actas del Cuarto Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Cádiz, 27-29 enero 2005, ed. S. Huerta, Madrid: I. Juan de Herrera, SEdHC, Arquitectos de Cádiz, COAAT Cádiz, 2005.

Upload: others

Post on 11-Aug-2020

8 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: La construcción del tapial en época nazarí: el caso de la ... · La construcción del tapial en época nazarí: el caso de la muralla exterior del Albaicín de Granada Mariano

El auge expansivo que tomo la ciudad de Granadadurante los siglos XII, XIII y primera mitad del XIV,debido a la gran afluencia de musulmanes que llega-ron a ella escapando del acoso continuo a que se veí-an sometidos a causa del avance de la reconquistacristiana, hizo que los arrabales situados extramuroscrecieran considerablemente. Así, fueron surgiendolos barrios que rodearon a la antigua medina, for-mándose fuera de las murallas de la Alcazaba Qadi-ma el arrabal de al-Bayyazin que ocupó la zona nortede la ciudad y que llegó a tener a principios del si-glo XIV una población de unos diez mil habitantes.

Las incursiones castellanas, que a finales del si-glo XIII llegaron hasta las afueras de la ciudad, entreellas la de Alfonso X en 1281, hizo necesaria laconstrucción de la cerca de este arrabal. Dicha mura-lla exterior del Albaicín de Granada, conocida partede ella como «Cerca de don Gonzalo», fue la penúlti-ma que se levantó en la ciudad. Su construcción, lle-vada a cabo entre los años 1333 y 1354, se debe alsultán Yusuf I, quién la levantó a instancias de su mi-nistro Ridwan.

El trazado de esta muralla, con una longitud totalde unos 2.300 metros, de la que actualmente se con-servan unos 1.475 metros, se adapta a la fuerte pen-diente que configura la topografía del terreno en estazona. Su desarrollo comenzaba en la ribera del ríoDarro, al pié de la Cuesta del Chapiz, subía con di-rección norte hasta la actual ermita de San MiguelAlto, lugar en el que se ubicaba la antigua Torre delAceituno, para bajar luego con dirección oeste hasta

las proximidades del antiguo Convento de la Mercedy de aquí, con dirección sur, hasta llegar a la Puertade Elvira (fig. 1). En su trazado se intercalaban unas25 torres, incluyéndose en ellas algunos cambios desentido que, por su mayor anchura, se usaron comotales, así como seis puertas que, al parecer, eran lasque daban acceso al interior del arrabal.

La cerca fue levantada en tapial calicastrado sobrecimiento de hormigón de cal, variando su espesor en-tre 1,20 y 1,35 metros, siendo su altura hasta el adar-ve superior a los 5,00 metros. El volumen de tapialaproximado empleado en su construcción fue deunos 16.00 m3 (Martín 1988). A lo largo de su traza-do pueden observarse algunos detalles de cómo se

La construcción del tapial en época nazarí: el caso de lamuralla exterior del Albaicín de Granada

Mariano Martín García

Figura 1

Actas del Cuarto Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Cádiz, 27-29 enero 2005, ed. S. Huerta, Madrid: I. Juan de Herrera, SEdHC, Arquitectos de Cádiz, COAAT Cádiz, 2005.

Page 2: La construcción del tapial en época nazarí: el caso de la ... · La construcción del tapial en época nazarí: el caso de la muralla exterior del Albaicín de Granada Mariano

realizó su ejecución, así como gran cantidad de dibu-jos e inscripciones, éstas al parecer en letra gótica,realizados en el mortero aún fresco de sus paramen-tos por los cautivos cristianos que trabajaron en ella(Gómez-Moreno [1892] 1982, 491).

El lienzo de muralla estudiado y en el que vamos aconcretar nuestra comunicación, es el paño centralcomprendido entre las puertas de Fajalauza y la delAlbaicín o de San Lorenzo y, más concretamente, enel espacio en el que esta muralla sirvió de fachadaposterior a la iglesia del desaparecido convento deSan Antonio de Padua y San Diego, construido en1633 por el genovés Orlando de Levanto, demolidodurante la desamortización de 1834 y al que, por susriquezas, se conoció como «el pequeño Escorial»(Gallego [1946] 1982, 309). A nuestros días han lle-gado los huecos de las ventanas de dicha iglesiaabiertas en la muralla (fig. 2), hoy cegados tras larestauración llevada a cabo por la Consejería de Cul-tura de la Junta de Andalucía en 1997. La interven-ción se realizó según proyecto y dirección del arqui-tecto Francisco Javier Gallego Roca, asistido por elarquitecto técnico José Manuel López Osorio. Laobra fue ejecutada por la empresa «ConstruccionesFernández Adarve», siendo el que estas líneas escri-be el director técnico de la misma.

EL TAPIAL Y SU CONSTRUCCIÓN

Es bien sabido que el tapial no es un material deconstrucción, sino un sistema constructivo consisten-

te en verter en el interior de un encofrado de maderael material que constituía los distintos tipos de tapia-les. Se distinguen, en función de su diferente compo-sición y de la disposición de los materiales en el inte-rior del cajón, el tapial real (tongadas de tierraalternadas con una lechada de mortero rico en cal),tapial de tierra (tongadas sólo de tierra), tapial detierra y cal (tongadas de tierra mezclada con cal), ta-pial calicastrado o de cal y costra (tongadas de tierrao de tierra y cal con pellas de mortero rico en cal enlos cantos), tapial hormigonado (hormigón de calvertido en el cajón sin tongadas) y tapial de calican-to o de cal y canto (hilas de piedra de diverso tamañoalternadas con tongadas de tierra o de tierra y cal).Las tongadas mencionadas, una vez apisonadas conun pisón de madera, solían tener un grosor de unos 8a 10 cms.

El nombre de tapial viene del árabe tabiya, que serefiere al sistema de encofrado. Es sin duda la técni-ca más característica de la construcción andalusí. Di-cho tablero disponía de unas medidas aproximadasde 2,50 x 0,80 metros, estando formado por tres ocuatro tablas colocadas a tope por el canto de mayorlongitud y sujetas por dos o tres tabicones verticales,llamados costeros, que las sujetaban y hacían solida-rias. Disponían también de unas asas de madera o decuerda para su traslado.

La primera hilada de cajones se solía levantar so-bre un cimiento de mampostería que evitaba la as-censión de humedad por capilaridad ya que el mate-rial principal que forma el tapial es la tierra. Si elmuro a ejecutar se situaba en la pendiente de una la-dera, dicho cimiento de mampostería se escalonaba,estando su superficie horizontal y vertical perfecta-mente nivelada y aplomada, siendo la longitud de di-chos escalones igual a n veces y media la longitud delos cajones que montaban sobre él y su altura la deuno o varios cajones enteros. Todo ello debido a quedichos cajones se construían aparejados, como si deuna obra de fábrica se tratase, no pudiendo coincidirdos juntas verticales de hiladas continuas. En algu-nos casos, este contrapeado entre hiladas no se reali-zaba exactamente a medio cajón, pero siempre pro-curando evitar la coincidencia de juntas verticales.En todos los casos, la parte superior del mencionadocimiento de mampostería quedaba visto por encimade la rasante del terreno, evitando así el contacto dela tierra del suelo con los cajones de tapial. En algu-nos casos, el cimiento disponía de zarpa, o sea, era

742 M. Martín

Figura 2

Page 3: La construcción del tapial en época nazarí: el caso de la ... · La construcción del tapial en época nazarí: el caso de la muralla exterior del Albaicín de Granada Mariano

algo más ancho que el muro, entre otras razones parapoder montar sobre el borde sobrante el encofradopara la construcción de la primera hilada de cajones.

En las siguientes hiladas, este tablero de encofradose sujetaba a la hilada de cajones inferior apoyándosesobre unas tablas, de sección aproximada 8 x 2 cms,llamadas agujas. Para poder acodalar los tableros, lalongitud de dichas agujas superaba el grosor delmuro a ejecutar en unos 20 o 30 cms por cada lado.Para colocarlas se hacia unas hendiduras con unaazada en la parte superior del cajón inferior ya termi-nado, perpendiculares a los paramentos exteriores yparalelas entre sí, separadas entre ellas de 0,80 a 1,00metro, por lo que cada tablero debía apoyar en unastres o cuatro agujas.

Cuando el espesor del muro era pequeño, no lle-gando a tener más de 0,80 o 0,90 metros, dichas agu-jas estaban constituidas por una sóla pieza, siendopor tanto la longitud total de la tabla de 1,30 a 1,50metros aproximadamente. Cuando el grosor del murosuperaba el metro, eran dos las tablas que formabanlas agujas ya que el peso de los encofrados en los ex-tremos de una sóla pieza podría hacer que ésta secombara hacia arriba e incluso que pudiera partir porel centro. Por otra parte, cuando el espesor del muroalcanzaba, como en el caso de la muralla exterior delAlbaicín, 1,35 metros, si la aguja hubiera sido de unasola pieza, su longitud debía tener unos 2,00 metros,lo que con toda seguridad haría que la tabla, al sercolocada, dada su pequeña escuadría, estuviese ala-beada e, incluso, revirada, no sentando perfectamenteel tablero del encofrado.

Otro tanto ocurría con los mechinales para los an-damios. Si el muro era de pequeño grosor, los rolli-zos atravesaban el muro, atándose con cuerdas aotros rollizos verticales situados en ambos extremos,colocando sobre los primeros horizontales las tablasdel andamio. Cuando el muro era de mayor espesor,estos estaban formados por dos elementos horizonta-les, uno a cada lado de la muralla, empotrándolos enla misma aproximadamente un tercio de su anchura,formándose el andamio en el otro extremo igual queen el caso anterior.

Una vez relleno el encofrado con el material queformaba el cajón y desmontado los tableros del mis-mo, se cortaba con la azuela la tabla de la aguja quesalía del paramento. A continuación se tapaban losrestos de la tabla con una pella de mortero rico encal, tal como se aprecia en muchas de nuestras mura-

llas. De igual modo, los agujeros circulares que habí-an servido para la colocación de los mechinales paralos andamios, una vez extraídos los rollizos, se pro-cedía a cegarlos de la misma manera, introduciendoen los mismos trozos de ladrillos o piedras con la in-tención de reducirlos para que agarrara el mortero.Como es lógico, el haber dejado abiertos dichos agu-jeros, hubiera permitido al enemigo poder escalar lamuralla con mayor facilidad.

En algunas de las restauraciones que se llevan acabo en murallas de tapial, se tiene como criterio, ami parecer erróneo, el no tapar los agujeros que hanquedado de las agujas y los mechinales, quizás poruna visión romántica de estos elementos castrales.Entiendo que estos agujeros son un motivo importan-te para el progresivo deterioro de dichos monumen-tos ya que en ellos crece la vegetación y se introdu-cen algunos animales (aves, lagartos, culebras, etc.)cuyas raíces y nidos van agrandando los huecos, faci-litando así la entrada de agua y la formación de hielo,con la consiguiente degradación de los paramentos.Dichos agujeros se tapaban originalmente y creo queasí debe procederse siempre en cualquier interven-ción que en ellas se haga.

LA CONSTRUCCIÓN DE LA MURALLA EXTERIOR

DEL ALBAICÍN

Durante el proceso de ejecución de las obras de res-tauración de un trozo de dicha muralla, situado enuna zona intermedia del paño que une las puertas deFajalauza y del Albaicín o de San Lorenzo, nos dio laoportunidad de analizar y estudiar todo su procesoconstructivo.

En primer lugar, la excavación de las tierras exis-tentes a ambos lados de la muralla, permitió saberque su cimentación era de hormigón de cal y queapoyaba sobre la roca natural de la ladera del cerro.Dicho cimiento formaba escalones con las caracterís-ticas descritas anteriormente para los de mamposte-ría, si bien las caras exteriores no presentaban un pa-ramento vertical ya que el hormigón se ataluzabahasta llegar a la roca. Si, en cambio, su superficie ho-rizontal estaba nivelada y aplomada en el escalón,presentando un retallo o zarpa de anchura variable.

Sobre dicho cimiento se colocaron agujas sobre lasque apoyar los tableros del encofrado de la primerahilada de cajones que, aún teniendo en cuenta el es-

La construcción del tapial en época nazarí 743

Page 4: La construcción del tapial en época nazarí: el caso de la ... · La construcción del tapial en época nazarí: el caso de la muralla exterior del Albaicín de Granada Mariano

pesor de esta muralla, parece ser que en este casoeran pasantes de lado a lado. En algunas partes, de-lante de las señales dejadas por las agujas, aparecenagujeros en la zarpa del cimiento, pudiendo habersehecho para que penetraran los costeros del encofrado(fig. 3).

Ha sido imposible averiguar la longitud de los ca-jones empleados en esta muralla ya que en ningúncaso hemos podido ver dos juntas que correspondie-ran a los extremos del mismo cajón. En cuanto a laaltura de los mismos, la distancia vertical entre agu-jas nos da una altura de 0,90 metros.

En la intervención realizada en el tramo indicadode la muralla, al limpiar una sección del interior de lamisma en los laterales de uno de los huecos abiertosen ella por el convento de San Antonio y San Diego,pudimos observar claramente el sistema que emplea-ron para el apoyo del encofrado sobre el resto de lasagujas, así como otros detalles de cómo era su atiran-tado superior y arriostramiento interior, con los queevitaban que las tablas se abrieran al llenarlas o secerraran antes de su llenado.

En efecto, pudimos comprobar como las tablas delas agujas ocupaban en el interior del muro aproxi-madamente la tercera parte de su espesor en cada unode los lados, quedando macizo el tercio central. Deesta forma, la longitud de cada una de las tablas, te-niendo en cuenta el vuelo exterior de las mismas, de-bía ser de unos 60 o 70 cms. Pero, dado que estas ta-blas se levantarían por su extremo interior al apoyaren ellas el encofrado, se habían colocado a lo largode ellas tres cuñas, una en dicho extremo interior y

otra en cada costado de la tabla, estando estas dos adistinta distancia respecto al paramento exterior. Di-chas cuñas estaban formadas por un trozo de tablamás gruesa que las empleadas en las agujas, termina-das en punta para ser clavadas en el tapial del cajóninferior y con un escalón en su parte central para quesujetara la tabla horizontal, impidiendo que ésta selevantara.

Para evitar que el encofrado se abriera al verter elmaterial que constituía el muro, ataban a la cuña delextremo interior de la aguja una cuerda de espartoque, apoyada sobre la cara superior de la misma, sa-lía al exterior por debajo del encofrado, ascendía porel lateral de éste y debía atarse sobre los tableros deambos lados con la cuerda procedente de la aguja dela otra parte del muro. Una vez que hemos visto lacomposición interior de los elementos descritos,comprendemos algo que antes nos llamaba la aten-ción, como era el hecho de que en el paramento su-perficial de los muros aparecieran los huecos de lastablas de las agujas y, sobre ellas, un orificio circulardel que ya conocemos que correspondía al agujeroque ha dejado la cuerda de esparto una vez perdida(fig. 4).

El procedimiento de comprobar el montaje de to-dos estos elementos se hizo desmontando el tapialdel muro poco a poco, fotografiando cada paso quese daba al ir quitando el material que nos iba des-cubriendo el proceso de ejecución que se había se-guido en el siglo XIV por los constructores de lamuralla (figs. 5 y 6). Una vez que teníamos des-montado todos los elementos, se volvieron a en-

744 M. Martín

Figura 3

Figura 4

Page 5: La construcción del tapial en época nazarí: el caso de la ... · La construcción del tapial en época nazarí: el caso de la muralla exterior del Albaicín de Granada Mariano

samblar en el suelo para que pudiesen apreciarsemejor (fig. 7).

Para arriostrar interiormente los tableros se colo-caban unas cruces de San Andrés fabricadas, hechascon cañas o palos con un diámetro aproximado de 3cms, evitando así que los tableros del encofrado secerraran antes de verterse el material de relleno. Unavez comprobado este arriostramiento en la murallaque nos ocupa (figs. 8 y 9), nos hemos dado cuentaque también lo habíamos visto en otras estructurascastrales del Reino nazarí de Granada sin hasta ahoraconocer su significado, como, por ejemplo, en el tro-zo de muro almenado existente en la zona alta delcastillo de Íllora (Granada) o en el también muro al-

La construcción del tapial en época nazarí 745

Figura 5

Figura 6

Figura 7

Figura 8

Figura 9

Page 6: La construcción del tapial en época nazarí: el caso de la ... · La construcción del tapial en época nazarí: el caso de la muralla exterior del Albaicín de Granada Mariano

menado que queda en el castillo de Bentomiz en Are-nas (Málaga). Sabíamos del empleo de estas crucesde San Andrés en la construcción de los muros de ta-pial ya que aparecen en un dibujo que se incluye enuna relación de oficios de Cachemira en 1850, sibien desconocíamos que este sistema se utilizasepara el arriostramiento interior de los tableros de losencofrados (Mitchell 1988, 113) (fig. 10).

También podemos observar la ubicación de losagujeros de los mechinales para los andamios, aline-ados con las agujas y alternados con ellas, estandoambos contrapeados respecto a la hilada siguiente(fig. 11)

Como ya hemos mencionado anteriormente, lamuralla exterior del Albaicín se construyó con tapialcalicastrado o de cal y costra. Este sistema consisteen, una vez colocado el encofrado y antes de verterlas tongadas de tierra o de tierra con adición de cal,se coloca una pella de mortero rico en cal, en formade media caña, a lo largo de los ángulos que forman

los tableros con el cajón inferior. A continuación sehecha el material de relleno y, al apisonarse, la pellade cal se extiende hacia arriba en una delgada capa,mientras que en horizontal, la capa se va adelgazan-do hacia el interior del cajón hasta desaparecer, de-jando paso a un relleno muy pobre en cal. En dicho

746 M. Martín

Figura 10

Figura 11

Figura 12

Page 7: La construcción del tapial en época nazarí: el caso de la ... · La construcción del tapial en época nazarí: el caso de la muralla exterior del Albaicín de Granada Mariano

relleno se puede emplear, además de la tierra con calya mencionada, material reutilizado, grava y piedrasde pequeño tamaño. Vuelve a hacerse la misma ope-ración en la tongada siguiente, uniéndose la punta su-perior de la tongada inferior con la pella de cal de lasiguiente, de tal forma que, al quitar el encofrado,aparecerá un revestimiento superficial continuo, for-mado por una dura corteza de color blanquecino entodo el paramento vertical del cajón. Si vemos unasección de este tipo de muro, observaremos que apa-recen en los extremos de las tongadas unos trianguli-tos de color blanco que corresponden a las pellas demortero de cal que hemos ido colocando en cada unade ellas, de ahí el nombre de cal en la costra o super-ficie (fig. 12). Por ese motivo, cuando vemos el para-mento deteriorado de una muralla de tapial calicas-trado, al que le falta masa superficial, observaremoscomo se alternan las hiladas de tierra con las de cal,apreciándose claramente por la diferencia de color,indicándonos sus distintos grosores la cantidad dematerial que se ha perdido.

Según lo dicho anteriormente, una vez relleno elencofrado con el material que forma el cajón y des-montado los tableros del mismo, se cortaba con laazuela la tabla de la aguja que salía del paramento,así como la cuerda de esparto existente sobre ella(fig. 13). A continuación, se tapaban los restos de latabla con una pella de mortero rico en cal, tal comose aprecia en el paramento de la muralla que nosocupa (fig. 14). De igual modo se procedía con losagujeros de los rollizos que habían servido para lacolocación de los andamios.

También hemos podido observar como las juntasde hormigonado no siempre se hacían escalonando

los cajones, ejecutándose en ocasiones de forma in-clinada, creando una rampa en el sentido en el que seejecutaba el muro para luego continuar apoyando loscajones en sentido inverso (fig. 15).

CONCLUSIONES.

Creemos que los descubrimientos realizados al con-solidar parte de la muralla exterior del Albaicín deGranada, respecto al sistema empleado en la cons-trucción de su tapial calicastrado, su cimentación, loselementos utilizados en la confección de las agujasque sustentaban los tableros de los encofrados ycomo se ejecutaba el atirantado superior y arriostra-miento interior de los mismos, evitando que las ta-blas se abrieran al llenarlas o se cerrasen antes del

La construcción del tapial en época nazarí 747

Figura 13

Figura 14

Figura 15

Page 8: La construcción del tapial en época nazarí: el caso de la ... · La construcción del tapial en época nazarí: el caso de la muralla exterior del Albaicín de Granada Mariano

vertido del material que constituía su relleno, aportanuna visión novedosa sobre la construcción de los mu-ros de tapial en la Granada nazarí del siglo XIV y unpunto de partida para futuros trabajos sobre el tema.

LISTA DE REFERENCIAS

Gallego y Burín, Antonio. [1946] 1982. Granada, Guía ar-tística e histórica de la ciudad. Granada

Gómez-Moreno González, Manuel. [1892] 1982. Guía deGranada. Granada

Martín García, Mariano. 1988. La muralla exterior del Al-baicín o «Cerca de don Gonzalo». Estudio histórico ydescriptivo. Cuadernos de Estudios Medievales XIV-XV, 177–210.

Mitchell, George. 1988. La Arquitectura del mundo Islámi-co. Madrid.

748 M. Martín