«la celestina», de la comedia humanística al pliego … · de celestina, madeja en mano, a casa...

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CRITICÓN, 87-88-89, 2003, pp. 519-535. La Celestina, dela comedia humanística al pliego suelto. Sobre el Romance de Calisto y Melibea^ Carlos Mota Universidad del País Vasco El Romance de Calisto y Melibea (en adelante, Romancé) sólo ha estado accesible modernamente, que sepamos, en una edición del siglo xix, obra de Menéndez Pelayo 2 , propietario del único testimonio disponible: un pliego suelto de 1513, salido de la imprenta sevillana de Jacobo Cromberger 3 . En su humildad literaria, este texto y el pliego que lo acoge (no tan humilde: es un infolio, ilustrado por un bello grabado y una orla) constituyen un ejemplo peculiar de la temprana recepción de La Celestina*. Y de 1 Este trabajo se enmarca en el proyecto de investigación UPV-HA- 7900/2000, Literatura celestinesca en pliegos sueltos, que desarrollamos en colaboración con la Dra. Paloma Díaz-Mas. 2 Puede verse en Menéndez Pelayo, 1945, pp. 135-143. 3 Repertoriado por Rodríguez Moñino, 1997, núm. 1042; Norton, 1978, núm. 836; Griffin, 1991, núm. 100. El Romance de Calisto y Melibea figuraba también en un Libro en el qual se contienen cincuenta romances con sus vilancicos [sic] y desechas..., del que se conservan cuatro hojas pero no las que contenían el Romance (sabemos que figuraba en él por el índice, estampado al vuelto del folio de portada). El Libro en cuestión estaba en la biblioteca del Marqués de Morbecq (Rodríguez Moñino, 1973, I, núm. 28, lo considera impreso en Barcelona, Caries Amorós, en los años veinte del siglo xvi). 4 Al inventario de los testimonios de la recepción de La Celestina ha dedicado dos extensos artículos Snow, 1997 y 2001. Son dos entregas del proyecto de señalar todos los testimonios existentes desde 1499 hasta 1822, año de la edición madrileña de León Amanta, primera de las modernas de La Celestina. Las referencias primordiales sobre la descendencia literaria de La Celestina se encuentran en Bataillon, 1961, sobre todo pp. 226-243, en los análisis comparativos de Lida 1962, especialmente pp. 306-308, 344-346, 394-403, 457-466, 494-496, 572-588, 630-636, 652-656, 686-688, 710-717 y, por supuesto, en el estudio de Heugas, 1973, aunque han venido a completarlas un buen número de trabajos posteriores, entre los cuales destacaríamos por su originalidad teórica el de Whinnom, 1988

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Page 1: «La Celestina», de la comedia humanística al pliego … · de Celestina, madeja en mano, a casa de Melibea y el encuentro de Calisto y Melibea, testigo Lucrecia, en el jardín,

CRITICÓN, 87-88-89, 2003, pp. 519-535.

La Celestina, de la comedia humanísticaal pliego suelto.

Sobre el Romance de Calisto y Melibea^

Carlos Mota

Universidad del País Vasco

El Romance de Calisto y Melibea (en adelante, Romancé) sólo ha estado accesiblemodernamente, que sepamos, en una edición del siglo xix, obra de Menéndez Pelayo2,propietario del único testimonio disponible: un pliego suelto de 1513, salido de laimprenta sevillana de Jacobo Cromberger3. En su humildad literaria, este texto y elpliego que lo acoge (no tan humilde: es un infolio, ilustrado por un bello grabado y unaorla) constituyen un ejemplo peculiar de la temprana recepción de La Celestina*. Y de

1 Este trabajo se enmarca en el proyecto de investigación UPV-HA- 7900/2000, Literatura celestinesca enpliegos sueltos, que desarrollamos en colaboración con la Dra. Paloma Díaz-Mas.

2 Puede verse en Menéndez Pelayo, 1945, pp. 135-143.3 Repertoriado por Rodríguez Moñino, 1997, núm. 1042; Norton, 1978, núm. 836; Griffin, 1991, núm.

100. El Romance de Calisto y Melibea figuraba también en un Libro en el qual se contienen cincuentaromances con sus vilancicos [sic] y desechas..., del que se conservan cuatro hojas pero no las que contenían elRomance (sabemos que figuraba en él por el índice, estampado al vuelto del folio de portada). El Libro encuestión estaba en la biblioteca del Marqués de Morbecq (Rodríguez Moñino, 1973, I, núm. 28, lo consideraimpreso en Barcelona, Caries Amorós, en los años veinte del siglo xvi).

4 Al inventario de los testimonios de la recepción de La Celestina ha dedicado dos extensos artículosSnow, 1997 y 2001. Son dos entregas del proyecto de señalar todos los testimonios existentes desde 1499hasta 1822, año de la edición madrileña de León Amanta, primera de las modernas de La Celestina. Lasreferencias primordiales sobre la descendencia literaria de La Celestina se encuentran en Bataillon, 1961,sobre todo pp. 226-243, en los análisis comparativos de Lida 1962, especialmente pp. 306-308, 344-346,394-403, 457-466, 494-496, 572-588, 630-636, 652-656, 686-688, 710-717 y, por supuesto, en el estudiode Heugas, 1973, aunque han venido a completarlas un buen número de trabajos posteriores, entre los cualesdestacaríamos por su originalidad teórica el de Whinnom, 1988

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5 2 0 CARLOS MOTA Criticón, 87-88-89,2003

la extensión de la misma a nuevos ámbitos literarios: distintos, en primer lugar, delámbito universitario atraído por las múltiples posibilidades del género de la comediahumanística que vio nacer la Tragicomedia de Calisto y Melibea —entre ellas, la de suensayo en vulgar—5; y también del ámbito de los aficionados a la ficción sentimentalque la convirtieron enseguida en uno de los éxitos más constantes de la imprentarenacentista.

Es posible que la transferencia de la materia de La Celestina a quienes leían u oíanrecitar los versos de los pliegos sueltos contribuyese a hacer de la obra el «cuento decamino» que Rojas, entre el tópico proemial del menosprecio del vulgo y lapreocupación auténtica, rechazaba como destino de su creación6. Aun así, en este«cuento de camino», queda en pie —reafirmado si cabe— el propósito reprobador delamor que el bachiller esgrimió para dar su obra a más lectores que los de su círculo decríticos amigos.

Por otra parte, no cabe duda de que el Romance brinda unas cuantas claves para lainterpretación de elementos y pasajes de La Celestina que han dado no poca materia dediscusión a la crítica de los siglos xix y xx7. Los ejemplos más claros se referirían a lacomicidad del joven enamorado, la ligereza de Melibea, y, sobre todo, el papel de lahechicería de amores en la seducción de ésta8. No quiere esto decir que, por coetáneo dela creación de la Tragicomedia de Calisto y Melibea, el valor que se da a estoselementos en el texto de 1513 imponga las únicas lecturas razonables y no anacrónicasde su dechado. No cabe descuidar que el Romance es una drástica simplificación de laobra para uso de lectores vulgares. Tan drástica que a veces bordea la parodia,seguramente sin proponérselo. Con todo, a juzgar por cómo el anónimo poeta intentaintercalar entre sus fórmulas románcenles palabras textuales del texto de Rojas9, quedaclaro que fue atento degustador del mismo (aunque prescinde de su tesoro de sentenciasy refranes, ciertamente difíciles de versificar). Menos importancia tiene que se permitarecortes y alteraciones en la secuencia argumentai: lo admite la poética y la transmisióndel romancero, desde cuyas coordenadas (y las de la lírica tradicional) se reinterpreta lahistoria10. En cambio, es destacable el nulo papel que en el Romance se concede aCenturio y sus compinches y a los afanes de venganza de Elicia y Areúsa, cuyaintervención distingue tan visiblemente la Tragicomedia de la Comedia de Calisto y

5 Sobre la comedia humanística, véase Stáuble, 1968, 1976, 1980 y 1991. Con miras a La Celestina, Lida,1962; Canet, 1993; y, últimamente, Rico, 2000 y Ruiz Arzálluz, 2000.

° Recuérdese el pasaje del prólogo añadido a la Tragicomedia: «unos les roen [a «estos papeles»] loshuesos, que no tienen virtud, que es la historia toda junta, no aprovechándose de las particularidades,haciéndola cuento de camino. Otros pican los donaires y refranes comunes, loándolos con toda atención,dejando pasar por alto lo que hace más al caso y utilidad suya» (Rojas [y «antiguo autor»], La Celestina..., p.20. Todas las citas de la obra se hacen a partir de esta edición).

7 Para un balance reciente de las interpretaciones de la crítica moderna acerca de los personajes y susmotivaciones, la estructura de la obra, la lengua y otras cuestiones puede verse Mota, 2000.

8 La referencia clásica para el reconocimiento de éste como tema integral de la obra es Russell 1963.Puede verse en Botta, 1994 y Severin, 1995 un buen panorama de las contribuciones a la cuestión.

9 Sobre los cuarenta y dos octosílabos formulísticos del romance (tal respuesta le fue a dar, bien oiréis loque dirá, Calisto desque lo vido, etc.) véase García de Enterría, 1983, pp. 61-63. Según esta investigadora, lapresencia de los mismos, que se revela más intensa que en el romancero oral, es excesiva.

1 0 Para esta cuestión de la secuencia en la narración romancística, véase Catalán, 1997 a y 1997 b.

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S O B R E EL R O M A N C E D E CALISTO Y MELIBEA 5 2 1

Melibea. Hasta el punto de que, si no fuera porque se nos dice que Calisto «otra nochey otras muchas él la fuera a visitar [a Melibea]» (v. 323), podría pensarse que el autordel romance se basó en la Comedia, no en la Tragicomedia (o coincidió con parte de lacrítica del siglo xx en preferir la versión más antigua)11: para el autor del romance, sólo«la fortuna» parece ser responsable de la fatal caída de Calisto (pero véase abajo laposible reminiscencia señalada en la nota al v. 328). Y si miramos más allá de la obrade Rojas, la ausencia del submundo rufianesco y prostibulario aparta decisivamente esteromance de mucha otra literatura del Quinientos, no sólo de cordel (pero sobre todo decordel), donde las aguas celestinescas se mezclan con las de la literatura germanesca.Tal despego de la sordidez y de la obscenidad explícita concuerda bien por lo demáscon la poética y el ethos del romancero viejo.

Falta espacio aquí para poder tratar el ejemplo que ofrece este texto, bien a la vistasu referente literario, de cómo pudieron fraguarse otros romances juglarescos; nipodemos profundizar en los vislumbres sobre el nacimiento del romancero vulgar queproporciona a la altura de fecha tan temprana como 1513, y desde su mismo versoinicial: «Un caso muy señalado quiero, señores, contar». En otro orden de cosas, hayque resaltar que el poeta romanceril coincidió en el tiempo en la ocurrencia de versificarLa Celestina con Pedro Manuel Ximénez de Urrea, que publica su Égloga de laTragicomedia de Calisto y Melibea en 1513, en Logroño (en el Cancionero de esteautor, salido de las prensas de Arnao Guillen de Brocar)12. El poema de Urrea, sinembargo, y pese a sus 823 octosílabos, sólo recrea parte del primer auto de la obra. Enabordarla completa, el autor del Romance se adelantó en veintisiete años a JuanSedeño, que lo hizo en 1540 desde una perspectiva literaria culta, más comparable a lade Urrea, y con un escrupuloso afán de fidelidad al original (pero Sedeño se permitióuna extensión mucho mayor)13. En fin, el Romance de Calisto y Melibea no es un casoaislado: más allá de la espinosa cuestión de las relaciones entre las obras de Rodrigo deReinosa y La Celestina —que para algunos críticos podrían estar en los orígenesmismos de ella—, lo celestinesco aún tendría presencia significativa en la literatura decordel del resto de la centuria y probablemente de mucho después14.

E L T E X T O

El pliego se halla encuadernado en un volumen facticio infolio en la Biblioteca deMarcelino Menéndez y Pelayo, en Santander, con la signatura R-III-A / 595. En lacontracubierta hay sendos ex libris de antiguos propietarios: de Robert Samuel Turner ydel Duque de T'Serclaes de Tilly, y la firma de Marcelino Menéndez y Pelayo. Elvolumen contiene:

1) Romance de don gayferos que trata de como saco a su espo / sa que estaua en tierra demoros.

11 Para otro indicio aún más concluyeme de que se utilizó una Tragicomedia como base para lacomposición, véase abajo, n. al v. 35 del texto.

12 Puede leerse el texto en Dutton, 1990-1992, vol. VI, pp. 65-72.13 De la versión de Sedeño hay edición de Blini, 1988-1989.1 4 Paloma Díaz-Mas y yo mismo nos ocupamos de ambos aspectos en nuestro estudio objeto del proyecto

de investigación citado en la n. 1.

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2) Romance nueuamente hecho de Calisto y Melibea... (es nuestro pliego cuya descripcióndescripción detallada damos más abajo).3) Égloga nueua mente trobada por Juan del enzi I na. a. donde se introduze vn pastor g côotro se acôseja queriêdo dxar este mûdo ÔC sus vanidades por / seruir a dios el gl despues Ûauer se retraydo a ser hermitaño: el dios <í amor muy enojado porg-sin su / licécia lo auiafecho, vna nîpha êbia a le tetar <J tal suerte / g forçado di amor rjxa los abitos y la religiô.4 ) [hojas en blanco].

En cuanto al pliego (2), consta de dos hojas. Un grabado compuesto con la llegadade Celestina, madeja en mano, a casa de Melibea y el encuentro de Calisto y Melibea,testigo Lucrecia, en el jardín, más un criado que tiene el caballo de Calisto, ocupa trescolumnas del texto, que se distribuye a cuatro columnas15. Está impreso con letragótica, con los tipos 2(b) y 13(a) de Cromberger1^. Contiene:

a) lr-2v: Romance nueuamête hecho de Calisto y Meli / bea que trata de todos sus amores 8ídélas desastradas muertes suyas. 6c déla muerte de sus criados Sem-/pronio & parmeno: 8c"déla muerte de aquella desastrada muger Celestina intercessora en sus amores: «Un caso muyseñalado / quiero señores contar...»17

b) 2v, col. 3: Villancico: «Amor quiê de tus plazeres / 6c deleytes se enamora / a la fin cuytadollora».c) 2v, col 4: Româçe / que fizo vn galán alaban / do a su amiga: «De la luna tengo çjxa / &C delsol mayor pesar».

Se trata, como puede verse, de una miscelánea de textos profanos de carácterpopularizante: tienen en común pintar una imagen negativa del amor (es relativaexcepción el último romance, también documentado —con variantes— en un pliego dePraga, que mezcla con la breve mención de los padecimientos del amante un detalladoretrato físico de la enamorada)18.

Criterios de edición. Puntúo, versalizo y acentúo según las normas actuales.Desarrollo las abreviaturas sin indicarlo expresamente. Transcribo el signo tironianocomo y, que coexiste con él en el impreso. Separo y aglutino a la manera de hoy,aunque en algunos contados casos utilizo el apóstrofo y he mantenido la separación depor que con valor final. Respeto las vacilaciones vocálicas. Regularizo los usos de ulv,i/jly. Respeto en todo lo demás los usos del impresor (así los de s/ss, ç, z), excepto en eluso de m ante b y p y de -rr tras de nasal, caso en el que opto por simplificar. Corrijo

15 Esta distribución es bastante insólita. Lo común en los pliegos sueltos serán las dos columnas.16 Para una revisión de la clasificación de tipos utilizados por la imprenta de Jacobo Cromberger ¡ya

realizada por Norton, y que permitió la precisa fechación del pliego), véase Griffin, 1991, especialmente pp.211-227.

17 Título: Sobre el mismo deben verse los comentarios de García de Enterría, 1983, pp. 54-56, quesubraya sus vínculos con las figuras representadas en el grabado que ilustra el pliego. Este grabado (segúnNorton, 1978, p. 276), fue utilizado en la primera edición crombergeriana de la Tragicomedia (de «1502»,en realidad 1511: Norton, 1978, núm. 810; Griffin, 1991, núm. 72) y volvería a serlo, en un estado de mayordeterioro, en la de ca. 1513-1515 (Norton, 1978, núm. 878; Griffin, 1991, núm. 141). Es uno de losargumentos para la fechación del pliego en 1513.

18 Para un breve comentario de villancico y romance, véase García de Enterría, 1983, pp. 66-67.

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SOBRE EL ROMANCE DE CALISTO Y MELIBEA 5 2 3

las siguientes erratas: v. 23 oiréis por oreys; v. 188 vezes por vezer; v. 239 Calisto porCalistio; v. 278 oyeron por oyoron.

Romance nuevamente hecho de Calisto y Melibea que trata de todos sus amores y delas desastradas muertes suyas, y de la muerte de sus criados Sempronio y Pármeno, y de

la muerte de aquella desastrada muger, Celestina, intercessora en sus amores:

Un caso muy señalado quiero, señores, contar:2 cómo se iva Calisto para la caca cacar.

En huertas de Melibea una garça vido estar,4 echado le avía el falcón que la oviesse de tomar.

El falcón, con gran codicia, no se cura de tornar;6 saltó dentro el buen Calisto para avello de buscar:

vido estar a Melibea en medio de un rosal.8 Ella está cogendo rosas y su donzella arrayhán.

Calisto, desque la vido, empecóle de hablar:10 —Gran maravilla es aquesta que Dios me quiso mostrar.

1 La fórmula de exordio es semejante a las que proliferarán en el romancero vulgar. García de Enterría,1983, p. 57 subraya que con ella se hace muy presente, ya para el resto del relato, el narrador y el público alque se dirige. Ello constituye una radical diferencia respecto al planteamiento exclusivamente dialógico de laTragicomedia de Calisto y Melibea. Para una tipología de fórmulas de exordio propias del romancero viejo,véase Di Stefano, 1979.

2-3 Es de notar el énfasis que, siguiendo el argumento del primer auto de la Comedia (trazado sobre LaCelestina, auto n, p. 89: «Señor, porque perderse el otro día el neblí fue causa de tu entrada en la huerta deMelibea a le buscar; la entrada causa de la veer y hablar; la habla engendró amor; el amor parió tu pena; lapena causará perder tu cuerpo y alma y hacienda»), se pone en este comienzo en el motivo de la caza con avede cetrería. La relación del pasaje de La Celestina con el motivo cortés del asalto al jardín de la dama por elcaballero que busca su ave de caza, ya presente en Chrétien de Troyes, Cligès, vv. 6340-6363, ha sidocomentada por Riquer, 1957, Lida, 1962, pp. 200-201, Gerli, 1983, McGrady, 1986 y 1993, entre otros.Pero son evidentes las resonancias en la caca cacar de una fórmula también presente en El conde Arnaldos(véase Romancero, n° 66A, v. 3; la documenta la versión del Cancionero de romances s.a.). Por ello, creemosque en el romance se evoca con mayor fuerza que en La Celestina, auto n, p. 89 (y desde luego que en elArgumento del primer auto) el motivo folklórico de la caza peligrosa, relacionable con el anterior, lo que noviene mal para la finalidad reprobadora del amor. A mayor abundamiento, la mención de la garça (más alládel simbolismo erótico) recuerda los versos iniciales de una versión (la de Pliegos de Praga, XLVII [II, 49-50])del siniestro romance de los Augurios del rey don Pedro (Romancero, n° 30, vv. 1-4: «Por los campos deJerez a caza va el rey don Pedro./ Al pasar de una laguna quiso ver volar un vuelo; / vido volar una garza,desparóle un sacre nuevo, / remontárale un neblí que a sus pies cayera muerto») (Y véase la n. siguiente).Para el motivo de la caza peligrosa en la baladística paneuropea, véase Rogers, 1980, sobre todo pp. 6-40.

7-8 El autor recrea el encuentro con la mención del motivo de la doncella cogiendo rosas, propio de lalírica amorosa (véanse los ejemplos de Frenk, 1987, núms. 306, 307, 308 A y B) y, como la caca del v. 2 —enel Conde Arnaldos—, de la atmósfera mágico-erótica del día de San Juan, el Verde (más o menos coincidentecon el solsticio de verano) (véase Frenk, 1987, núms. 1243A, 1243B). Además, recuérdese que, en el romancedel Cautiverio de Guarinos (v. 29 de la versión del Cancionero de romances s.a.; también circuló en pliegos;véase Romancero, núm. 48), para celebrar la fiesta de San Juan, en fórmula evidentemente relacionada con ladel v. 8, los cristianos echan juncia, y los moros arayhán, plantas aromáticas con posibles connotacioneseróticas (como el eneldo, la verbena, el poleo, la yerbabuena, el trébol, la albahaca... de los cantares líricos:véase Frenk, 1987, núms. 1243B, 1244, 1245, 1253, 1254...). Es probable que el versificador del romancetuviera en mente, al construir este verso, más que la escueta primera mención al neblí del auto n , losinterludios líricos y la atmósfera del jardín nocturno del auto xix de la Tragicomedia.

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5 2 4 CARLOS MOTA Criticón, 87-88-89,2003

—¿En qué? —dixo Melibea— vos digades la verdad.—12 Allí respondió Calisto, tal respuesta le fue a dar:

—Hazer en natura humana tal hermosura y beldad14 y hazer a mí, inmérito, que la oviesse de mirar

y mi secreto dolor aver de manifestar. // [col. 2]

16 En este mundo tal gloria no la spero yo alcançar.—Respondióle Melibea prestamente sin tardar:

18 —¿Por gran gloria tienes ésta que me oviesses de hablar?—Yo lo tengo assí por tanto que no Ja puedo estimar.

20 —Pues yo te lo cumpliría, si quieres perseverar.

—¡O orejas que tal oyen que tal puedo yo alcançar!,22 mucho bienaventuradas se podrán ellas llamar.—

Allí habló Melibea, bien oiréis lo que dirá:24 —Mas muy malaventuradas se podrán ellas llamar

después que ayan oído lo que les he de fablar:26 ¡vete delante mis ojos, no me quieras enojar,

que ya no basta paciencia para averte de escuchar!28 Si no, las palabras dichas yo te las haré pagar.—

Calisto, de que esto oyera, comencóse de apartar30 demandando por Sempronio con dolor y sospirar. // [col. 3]

Las palabras que le dize eran para lastimar:32 —Cierra bien essas ventanas que la luz no pueda entrar,

venga la tristeza al triste, mis llantos dalde lugar.34 ¡O si viñesse la muerte por mis males acabar!

¡Si viniesse Galïeno, físico muy singular,

11 Por un descuido, el autor del romance renuncia por un momento a una de las señas de identidad de LaCelestina: el tratamiento de tú, tan literario y antirrealista, que se dan entre sí todos los personajes (otroejemplo en el v. 78).

14-15 La palabra inmérito, muy latina, se toma tal cual de la primera escena de La Celestina, quizá la másminuciosamente reconstruida en el romance. Otro tanto puede decirse del sintagma mi secreto dolor o de laapelación a las orejas bienaventuradas (vv. 21-22). No subrayo en lo que sigue las coincidencias verbalesentre La Celestina y el Romance: ofrece un muestrario suficiente de ellas García de Enterría, 1983, pp. 58-60.

16 El verso atenúa lo blasfemo de las palabras de Calisto en La Celestina, auto i, p. 27 («¿Quien vido enesta vida cuerpo glorificado de ningún hombre como agora el mío? Por cierto los gloriosos santos que sedeleitan en la visión divina no gozan más que yo agora en el acatamiento tuyo... Si Dios me diese en el cielola silla sobre sus santos no lo temía por tanta felicidad»). Es tendencia que se puede observar en otros lugaresdel Romance: aunque se recoge el elemento clave de la profesión de fe melibea de Calisto (véanse los vv. 70-72), no se versifica el famoso chiste sobre el pecado peor que el de Sodoma, seguramente muy clerical y desdeluego subido de tono. No se hace tanto hincapié como en la Tragicomedia en las semejanzas entre lasexpresiones devotas de Calisto hacia la vieja (por ejemplo, v. 311) y las que se suelen aplican a la Virgen.Etcétera: aunque se pinta a Calisto las rodillas por el suelo (v. 110) y en misa en la Magdalena (v. 231) nadase dice de los tratos privilegiados de la vieja con la clerecía de la ciudad (auto vi) ni sobre las sospechosasdevociones que murmura.

29 El autor del romance interpreta que la primera escena va unida a la segunda sin solución decontinuidad. Por lo demás, como puede verse sobre todo en la relación de las hechicerías de Celestina,reordena secuencias arguméntales con libertad.

35 Galïeno: Este nombre demuestra que el texto que tomó como base el versificador fue una Tragi-comedia, donde Calisto invoca a Crato y Galieno médicos (auto i, p. 29). (Lo notó García de Enterría, 1983,p. 65.) En las ediciones conservadas de la Comedia se invoca a Eras y Crato médicos, probable deformaciónde Erasístrato médico (a juzgar por la fuente más probable del pasaje, una anécdota sobre las habilidades

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S O B R E EL R O M A N C E DE C A L I S T O Y M E L I B E A 5 2 5

36 que supiesse dar remedio a passión de tal penar!—.Allí respondió Sempronio: —Este mal, ¿qué puede estar?

38 —¡Vete de a_, no me hables!, ¡déxame desesperar!Si no, antes de mi muerte la tuya podrás causar.

40 —Dexarte quiero, cuitado, pues solo quieres quedar.—Sempronio, como discreto, començara de pensar:

42 «¿Qué mal pudo ser aqueste que assí te pudo trocar?o estás endiablado o quieres loco tornar.

44 Si entro a dalle consejo, nunca le querrá tomar;si lo dexo quedar solo, la muerte querrá tomar». // [col. 4]

46 Estando todo turbado, Calisto le fue a llamar:—Dame, Sempronio, el laúd, que quiero un poco sonar.—

48 Luego se lo da Sempronio, y allí le fuera hablar:—Destemplado está, señor, qu'el son no puede acordar.

50 —¡O triste de mí, cuitado, que en el mundo no ay mi par,pues mí sentido y memoria solo me fueron dexar!

52 Mas tómalo tú, Sempronio, y cantasses un cantar:el más triste de sonido que se pudiesse hablar.—

54 Sempronio tomó el laúd y empeçara de cantar:—Mira Ñero de Tarpeya a Roma la gran cibdad,

56 mírala cómo se ardía sin ninguna piedad:él le manda echar el fuego con su mucha crueldad.—

58 Allí respondió Calisto y mira qué fue a fablar:—Mayor es el triste fuego y menor la piedad

60 que me quema mis entrañas, que no me dexa reposar.—No digas esso, señor, no quieras desesperar,

62 —Escucha un poco, Sempronio, yo te lo quiero contar:fuego que cien años dura, mayor se puede llamar

64 que lo que en un día passa, aunque queme una cibdad.Como de bivo a pintado, como de sombra a real,

66 aquesta es la différencia que entre ésse y mí ay,porque el fuego del infierno no puede tanto quemar.

68 —Por cierto —dixo Sempronio—, no devías tal hablar,que aunque fuesses un moro no devías creer tal.

para el diagnóstico del mal de amores del médico Erasístrato que refiere Valerio Máximo, Pacta et dictamemorabtlia, 5, 7, ext. 1).

44-45 Los dos versos sintetizan muy bien la escena de las vacilaciones de Sempronio (La Celestina, auto i,pp. 30-32). Pero se excluye por completo de la recreación la famosa diatriba contra las mujeres quepronuncia en la obra Sempronio (auto i, pp. 39-42).

55-57 El autor adapta a la asonancia en -á propia de este romance la forma usual de este Incendio deRoma, divulgadísimo romance erudito del siglo xv (véase Romancero, núm. 101). En La Celestina reza(como es habitual en los testimonios del siglo xvi): «Mira Ñero de Tarpeya a Roma cómo se ardía, / gritosdan niños y viejos y él de nada se dolía»). En el Manuscrito de Palacio de la Comedia de Calisto y Melibea, elcopista, probablemente recurriendo a su propia tradición oral, escribe: «Mira Ñero de Torpeo a Roma cómose ardía, / gritos dan niños y viejos y él manzilla no avía».

63 García de Enterría (1983, pp. 60-61) subraya que «los refranes populares que aluden a un mal grandey prolongado no hablan de ochenta años, como dice Calisto en la Tragicomedia, sino de cien años como en elromance: "No hay mal que cien años dure, ni bien que a ellos ature" (Correas, 1627 [ed. Combet, 1967]: p.244)».

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70 —No soy moro ni cristiano ni tal me quiero llamar,mas Uámesme melibeo, // que assí me quiero nombrar: [f-lv, col. 1]

72 que yo en Melibea creo y a ella quiero adorar.—Sempronio, desque lo oyera, comencóle de hablar:

74 —Ya conozco tus passiones, las que te hazen penar,pues yo te curaré délias y aun te entiendo de sanar.

76 —Digas, hermano Sempronio, tú me digas la verdad¿cómo has pensado agora de hazer esta piedad?

78 —Yo vos lo diré, señor. Sed atento en escuchar:muchos días son passados que aquí en esta cibdad

80 conozco una puta vieja que en el mundo no ay su par.Las artes que ella sabe, ¿quién te las podrá contar?

82 Hechizera y alcahueta, muy astuta en su hablar.¿Qué te contaría della, de lo que sabe ordenar?

84 Hazer y deshazer virgos en esta nuestra cibdad,en las passiones de amor sabe mil remedios dar .—

86 Calisto desqu'esto oyera empeçara de hablar:—Ponga en mis males remedio, yo la quiero bien pagar.

88 Y veme luego por ella que la quiero yo hablary tu trabajo, Sempronio, mucho bien galardonar.

90 —Que me plaze, mi señor, de illa luego a buscar.Y entretanto que allá voy, piensa bien qué le has de dar.—

92 Ya se partía Sempronio para avella de buscar.En llegando a su puerta, empeçara de llamar.

94 Celestina que lo oyera, comencé de preguntar:—¿Qué buena venida es ésta? Vos queráismela contar.

96 —Bien sabes, señora madre, la nuestra grande amistad,y tienes bien conoscida la mi buena voluntad,

98 y de qualquiera ganancia tu parte quería dar:aquí está mi amo, Calisto, // que muere sin lo matar; [col. 2]

100 de amores de Melibea loco se quiere tornar.De ti y también de mí tiene gran necessidad:

102 pues toma luego tu manto, ven, que te embía a llamar.—Celestina qu'esto oyera luego se fue a cobijar:

104 —No me digas más, mi fijo, no me quieras más fablar.Yo lo sanaré del cuerpo, de la bolsa bien sangrar;

106 yo le alargaré la cura por que pueda más gastar.—Estas palabras hablando a la puerta van llegar.

108 Entrando está Calisto para con él negociar.Calisto desque la vido comencóla de mirar.

110 Las rodillas por el suelo, fuera tal su razonar:—¡O reverenda persona, cosa digna de loar!

80 En la expresión puta vieja se evoca sintéticamente, sin elaborarlo en verso, un célebre parlamento dePármeno en el auto i (pp. 53-54) con el que el joven criado trata de abrir los ojos a un Calisto al queSempronio ha descrito a la alcahueta con realismo —y aun crudeza— pero sin utilizar tal expresión. Nótesepor otra parte que ese pasaje en que Pármeno afirma que todos los ruidos del mundo parecen decir «¡putavieja!» es uno de los que más claramente sitúan la acción de la obra en un escenario urbano (el Romance noignora el dato: en los vv. 79 y 163 se habla de esta cibdad).

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SOBRE EL ROMANCE DE CALISTO Y MELIBEA 5 2 7

112 Ya te avrá dicho Sempronio la causa de mi penar:de amores de Melibea loco me quiero tornar.—

114 Allí fabló Celestina, tal respuesta le fue a dar:—No te mates, cavallero, ni quieras tomar pesar,

116 no pierdas el esperança pues yo te he de remediar.Yo iré presto a Melibea para tu mal le contar,

118 yo le ordiré una tela la qual yo bien sé tramar;Por esso, mientra que vo a remedio te buscar

120 desta vieja pecadora te quisiesses acordar,que su menester es grande que no lo podrás pensar.—

122 Ya se parte Celestina de Calisto a más andar.Iva Sempronio con ella para más la acompañar:

124 ivan los dos razonando cómo a Calisto pelar.A casa de Celestina ambos fueron a llegar,

126 a tomar sus aparejos para Melibea engañar:el azeite serpentino // con los que suele tomar, [col. 3]

128 las madexas del hilado qu'es la causa para entrar.Vase a casa de Pleberio con Melibea hablar.

130 A la entrada de la puerta con Lucrecia fue a topar,Celestina luego entrando la comencé a saludar:

132 —¿Quién te trae acá, mi madre, y qué andas a buscar?—Amor grande y desseado, y por tu vista mirar,

134 vender un poco de hilado con muy gran necessidad.—Pues mi señora la vieja creo lo querrá comprar.—

136 Allí fablara Alisa, bien oiréis lo que dirá:—¿Con quién fablas tú, Lucrecia, de qué es tu razonar?

138 —Con aquella buena vieja que moró en la vezindadque tiene la cuchillada: yo te la quiero mostrar.—

140 Va la vieja Celestina con Alisa a razonar.—Mi venida fue, señora, por mi hilado mostrar,

142 qu'es el mejor que yo vi en todo nuestro lugar.Por mis miserias complir, tú me lo quieras comprar.—

144 Dixo Alisa a Melibea: —Hija, voy a visitara mi amiga hermana: tú lo puedes bien comprar.

146 Trata bien a la vezina y hazla luego pagar.—Celestina queda sola con Melibea hablar;

148 con lisonjas y mentiras comiença su razonar:—O señora e hija mía, no ay en el mundo tu par,

150 nadie con tu hermosura no se piense de igualar.Mi venida a tu posada yo te la quiero contar

125-126 Aunque evidentemente no se representa en el Romance el conjuro del «triste Plutón» con queconcluye el auto ni de La Celestina, aparece en estos versos el azeite serpentino, esencial para el hechizo deMelibea que se propone Celestina, Que el autor del romance otorga un papel decisivo a la hechicería deamores en el desarrollo de la trama lo muestran la alusión a la conjura de sus valedores del v. 169, lamención de que Celestina a Melibea asida ['ligada'] la fue dexar (v. 177: asido/a es término técnico de lamagia de amores que no aparece en La Celestina), y, sobre todo, el —desplazado e impropio, pero biensignificativo— enbecbizar del cordón de Melibea del v. 209, que muestra el tino de las interpretaciones quevinculan entre sí, magia mediante, los objetos filiformes que aparecen en la obra (así el hilado, el cordón deCelestina y aun la cadena con que Calisto premia a Celestina). Al respecto, véase Deyermond, 1977 y 1978.

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152 si me das licencia agora sin comigo te enojar.—Respondióle Melibea: —Si yo te puedo remediar,

154 con mucha gana y plazer yo te entiendo escuchar.—Celestina muy astuta // comencóle de hablar: [col. 4]

156 —Un enfermo dexo malo, tú le puedes bien sanarcon una palabra sola que de ti pueda llevar

158 con la mucha fe que tiene en tu lindeza sin par.—Respondióle Melibea, bien oiréis lo que dirá:

160 —Habíame más descubierto, tú lo quieras aclarar:de una parte me alteras, de otra me hazes penar.

162 Díme quién es el enfermo, por Dios, sin más dilatar.—Bien conoces tú, señora, en esta nuestra cibdad

164 un gentilhombre de sangre que Calisto es su nombrar.—No digas más, buena vieja. Ya entiendo tu hablar:

166 ésse es un loco aborrido ¿y tú lo quieres sanar?Vete delante mis ojos, no te haga aquí matar.—

168 Esto que oyó Celestina, comencóse de espantar;conjura sus valedores que la vengan ayudar:

170 —Otras he visto más fuertes y después las vi amansar.—Con desculpas y halagos la hizo luego callar;

172 ya consiente los loores, ya la haze alegre estar.Luego torna Celestina a su razón acabar

174 y demándale un cordón para Calisto sanar.Las fuerças de Melibea todas son a su mandar:

176 en los lazos del amor dentro la fuera a enlazar.La sabia de Celestina asida la fuera dexar;

178 con su cordón en la mano a Calisto fue a buscarcon alegría muy grande por las albricias ganar.

180 En entrando en su posada, con él se fuera topar.—¿Qué traes, señora mía, para sanar mi gran mal?—

182 Ella encarece el trabajo por hazerse bien pagar:—Cómo buelvo biva y sana // quiéraste maravillar.— [f. 2r, col. 1]

184 Calisto estava penando hasta vella ya acabar:—Acaba, señora mía, no quieras más dilatar,

186 o abrevia tu razón o tú me quieras matar.—No te mataré, señor, que vida te quiero dar

188 con que puedas muchas vezes de Melibea gozar.Mira el cordón que traigo por traerla a tu mandar.—

190 Calisto, desque lo vido, comencáralo de besar;las palabras que le dize no ay quien las sepa contar.

192 Y a la vieja Celestina ya la comiença abracar:—O mi madre tan bendita, ¿con qué te puedo pagar?

194 Cuéntame de qué manera la començaste a hablar,que me deleito en oíllo y entiendo de sanar.

169 sus valedores: Se inspira en la invocación eufemística al diablo que Celestina hace por lo bajiniscuando se desata la furia de Melibea: «(En mala hora acá vine si me falta mi conjuro. ¡Ea, pues, bien sé aquien digo! ¡Ce, hermano, que se va todo a perder!)» (Auto iv, p. 127: este elemento se enfatizó en el paso dela Comedia a la Tragicomedia, que añadió el «¡Ce, hermano...!»).

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SOBRE EL ROMANCE DE CAL1STO Y MELIBEA 5 2 9

196 —Dixe que mal de quixares nunca te quiere dexar,que ella sabía una oración para tu mal aplacar.

198 —¡O maravillosa astucia! ¡o muger muy singular!Ve Pármeno, trae un sastre, manto y saya le he de dar

200 d'aquel contray que tú sabes que saqué para frisar,y entretanto que se haze, madre, no te ha de enojar.

202 Ve en buen ora a tu posada, entiende en mi remediar.—Ya se despide la vieja, Pármeno con ella va.

204 Desde allí a su posada no hazen sino hablar,prometiéndole Areúsa de traerla a su mandar.

206 Estas palabras diziendo, a su casa van llegar:con las razones que sabe a los dos fizo ayuntar.

208 Desque los dexa ayuntados, a su casa va tornar.El cordón de Melibea comiença de enhechizar

210 de tal suerte y tal manera que luego la fue a trocar,que de áspera y cruel // blanda la hizo tornar. [col. 2]

212 La yerva de ballestero ya la prende y va tomar,las palabras que dezía es maldezir su negar.

214 —Ven acá, hija Lucrecia, la vieja me va a llamar,que de muy terrible fuego toda me siento quemar.—

216 Iva Lucrecia muy presto a Celestina buscar.Ya la trae déla halda por su señora curar.

218 —O, bien vengas, vieja onrada, Dios te quiera guardar.A tus manos soy venida, tú me has de remediar.

220 —¿Qu'es esto, señora mía? yo esto presta a tu mandar.—Melibea, muy penada, tal respuesta le fue a dar:

222 —Tú sabrás, por mi ventura, según te quiero contar,que en aquella tal moneda tú me tienes de pagar

224 que te di para Calisto, que ya soy a su mandar.Da forma, señora madre, cómo le pueda hablar.

226 —Que me plaze, mi señora, y luego sin dilataresta noche a media noche yo te lo haré mirar,

228 y de allí daréis concierto para más poder gozar.Adiós te queda, señora: ya voy a lo concertar.—

230 Vase la vieja barbuda para Calisto buscar:allá fue a la Madalena, donde suele en missa estar.

205 Se menciona a Areúsa, pero no a Elicia, único personaje secundario de la obra que falta en elromance, a excepción, naturalmente, de Centurio y sus subcontratados.

212 yerva de ballestero: «especie de veneno, que se hace de las raíces de la vedegambre, que limpias detoda suciedad y tierra se machacan y ponen en una prensa para sacarles el jugo, el cual se cuece y, vuelto acolar para que quede purificado de nuevo, se pone al fuego hasta que tome color de arrope y se espese.Llámase así porque usan de él los ballesteros para untar las puntas de los pasadores y demás instrumentospuntiagudos a fin de envenenar las heridas... Lat. Elleborum nigrum, veratrum nigrum» (Autoridades, s.v.ballestero). El poeta, de forma muy original, identifica la philocaptio de Melibea con la administración de unveneno (de complicada preparación y que normalmente impregnaba un virote, elemento que puedesimbolizar el amor e incluso el sexo). En la mención de esta yerba y de sus usuarios se sintetiza, con todas susconnotaciones eróticas (y añadiéndoles una moralizante: el amor envenena), el cúmulo de sensaciones físicas(punzadas y desgarros) y símiles y metáforas quirúrgicas de la entrevista entre Celestina y Melibea delbrillante auto x de la Tragicomedia.

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232 Desque la vido Calisto, de plazer quiere llorar.Échale bracos al cuello, comiénçale de rogar

234 que dixesse su embaxada si vida le quería dar.Allí fablara la vieja, depriessa y no de vagar:

236 —Las albricias, mi señor, tú me las puedes bien dar,que Melibea es ya tuya toda presta a tu mandar.

238 Esta noche a medianoche tú la podrás bien hablar.—Lo que dixera Calisto // ya lo podréis bien pensar: [col. 3]

240 —¡O maravilla tan grande que tal cosa he de gozar!No puede passar aquesto, yo lo devo de soñar.

242 Mas el concierto que traes ya lo querría provar.Mi paga puede ser poca para tu obra pagar:

244 toma esta chica cadena haz tú délia a tu mandar.—Entre Pármeno y Sempronio comiençan a murmurar:

246 —Mira, hermano, qué le ha dado. A nosotros, ¿qué ha de dar?—Ya se parte Celestina para su casa alegrar.

248 Vasc Calisto a su cama a dormir y reposar.Desque fue la medianoche, él se fuera levantar;

250 haze venir a los mocos que le oviessen de armar.ívase por su camino por Melibea hablar;

252 en llegando a su puerta comiença luego a escucharsi sentiera a su señora junto a la puerta estar.

254 Comiença desta manera Calisto de razonar:—¿Es mi señora y mi vida la que siento passear?—

256 Melibea qu'esto oyera, quíssose certificar:—¿Cómo es tu nombre, señor? No me lo quieras negar

258 ¿quién te hizo aquí venir, aquesta puerta mirar?—La del gran merecimiento, la qu'el mundo ha de mandar,

260 la que no me hallo digno de podella yo alcançar.No temas, señora mía, tu voluntad declarar

262 a este cativo tuyo, al que te viene adorar.—Ay fabló Melibea, bien oiréis lo que dirá:

264 —Yo soy tuya, señor mío, mucho siento tu penar.—Yo maldigo aquestas puertas que no nos dexan mirar,

266 una hora me es un año hasta mañana esperar.—Ten paciencia, señor mío, // pues está cerca el gozar, [col. 4]

268 que mañana aquestas oras te podrás acá tornar,por las paredes del huerto te podrás, señor, entrar.—

270 Ya se despide Calisto con dolor y sospirar;en llegando a su posada, vase a la cama acostar.

272 Pármeno, también Sempronio, a la vieja van buscarpor que su parte les diesse de la cadena o collar.

274 La vieja que aquesto viera, tal respuesta les fue a dar:—Mucho esto maravillada de vosotros tal pensar:

276 que lo que yo he trabajado vosotros queréis gozar.Quitaos del pensamiento que nada ayáis de llevar.—

278 Los mocos, que aquesto oyeron, comiençan de renegar,

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SOBRE EL ROMANCE DE CALISTO Y MELIBEA 531

hazen fieros de rufianes queriéndola maltratar,280 ponen mano a las espadas vanse para la matar:

danle tantas cuchilladas que la fueron acabar.282 Saltan por una ventana para se poder salvar

si la justicia viniesse para avellos de tomar.284 Como la ventana es alta, las piernas se van quebrar,

de suerte que la justicia allí los vino a fallar.286 Pónenlos en sendos asnos, llévanlos a degollar.

Sosia, que era en la plaça, todo lo vido passar;288 viene corriendo a su casa, las tristes nuevas llevar.

Topóse con Tristanico, comencóle de contar:290 —¡O desventura tan grande, o desonra y gran pesar!

—Cuéntamelo tú, Sosia, y dígasme la verdad.292 —¡A Pármeno y a Sempronio los llevan a degollar!

—Vamos muy presto a Calisto, sepa su desonra y mal.—294 ívase para la cama, a Calisto recordar.

—No duermas, señor, ya tanto, oye tu desonra y mal. [f. 2v, col. 1]296 que a tus leales criados ya los llevan a enterrar.

—¡O marauilla tan grande! ¿quién ha fecho tanto mal?298 ¡o mis leales sirvientes! Tú me lo quieras contar:

¿a quién mataron tan presto? ¿dó hizieron tanto mal,300 que aquesta noche passada comigo fueron a estar?—

Allí fablara Sosia, bien oiréis lo que dirá:302 —A la vieja Celestina ellos la fueron matar.

—Pues mátame tú a mí y te entiendo perdonar,304 que más mal ay en su muerte que tú no puedes pensar.—

Dize lástimas Calisto, que quiere desesperar:306 tiénese por desonrado pues no los puede vengar,

y también que sus amores no se podrán acabar308 ni por mucho mal y daño, él lo entiende de provar.

El concierto concertado ordena de lo tomar,310 con las rebueltas passadas un poco se va a tardar.

La señora que lo espera empeçara de hablar:312 —Ya se tarda el cavallero. Lucrecia, ¿qué puede estar?

Esta tardança que veo me haze penada estar.—314 Ella en aquesto estando, Calisto fuera llegar.

—Escucha, hermana Lucrecia, ¿qué passos oigo sonar?—316 Calisto que fue llegado hizo la escala posar,

entrara dentro del huerto con Melibea folgar.318 Melibea que lo vido vase lo luego abracar

y vanse mano por mano para su plazer tomar:320 la donzella Melibea dueña la hizo quedar.

279 fieros: 'voces o gestos provocativos o amenazadores, bravatas'. Para el sintagma fieros de rufianescreemos que no debe descuidarse que Rodríguez Moñino (1997, núm. 473) considera impreso entre 1505 y1510 (Toledo, sucesor de Pedro Hagembach) el pliego «Comienza vn razona / miento por coplas en que secó/trahaze la jermania y fieros de / los rufianes y las mugeres del / partido: y de vn rufián llama-/docortauiento: y ella catalina / torres altas. Fechas por rodri / go ó" reynosa», pieza que constituiría una de lasprimeras muestras impresas de la literatura germanesca, que tanto éxito tendrá a lo largo de los siglos xvi yXVII.

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Holgaron toda la noche hasta la luz assomar,322 tórnase luego Calisto a su casa a reposar.

Otra noche y otras muchas él la fuera a visitar. // [col. 2]

324 La fortuna, que no dexa el bien mucho reposar,causó qu'estos dos amantes en mal fuessen acabar:

326 como Calisto una noche que salía de su holgardescendía por el escala depriessa y no de vagar,

328 desvarándole los pies al suelo fuera parar.Como la pared es alta, fuérase a despedaçar:

330 la cabeça hecha quartos, los sesos fueron saltar.

A los gritos de los mocos Melibea oyó su mal;332 haze llantos muy secretos por su mal no publicar.

Ordenó cómo matarse por podello acompañar:334 sube a la torre más alta de la casa a más andar.

Haze a su padre que mire y desde abaxo la escuchar,336 cuéntale todo lo hecho e lo que entiende obrar.

Las lástimas que dezía, ¿quién que las sepa contar?338 Acabadas de dezir, déxase desesperar:

da consigo en tierra, muerta, por sus males acabar.340 Tales fines da el amor al que sigue su mandar.

327 depriessa y no de vagar: García de Enterría (1983, p. 62) hace notar que la fórmula se encuentratambién —usada con mayor propiedad— en el romance del Conde Claros: «Mandó llamar alguazilesapriessa y no de vagar»; «Cavalgue vuestra alteza apriessa y no de vagar» (vv. 72 y 172, respectivamente:extraemos el texto de Di Stefano, 1993, núm. 21). Nuestro romance, como el del Conde Claros o el delConde Atareos (véase Di Stefano, 1993, núm. 49), parecen responder a un mismo gusto literario: el de ponerpor largo en verso romancístico novelescas historias de amor.

328 desvarándole: 'resbalándole'. Compárese: «¡Mía, mía es la vengança!, Yo la tomaré de vosotros altiempo que a mí plogiere. Yo faré desvarar los vuestros pies; cerca es el día de la vuestra perdición, e para queasí sea, ya se vienen allegando los tiempos» (Alfonso Martínez de Toledo, Arcipreste de Talavera oCorbacho, IV, i, p. 249). El pasaje del Arcipreste de Talavera traduce Deuteronomio, 32, 35: «Mea est ultio,et ego retribuam in tempore, ut labatur pes eorum: juxta est dies perditionis, et adesse festinant témpora».No es posible saber si el versificador del romance tuvo presente el versículo bíblico o —incluso— el Corbachocastellano. Si así fuera, sería un elemento favorable a la idea de que en Ja época se interpretaba la caída deCalisto más como un castigo del cielo que como un mero accidente, pues el pasaje bíblico narra un momentode ira yahvística («Vidit Dominus, et ad iracundiam concitatus est, quia provocaverunt eum fílii sui et filiae»(Deut., 32, 19)).

329-330 El romance no recoge la petición de confesión in articulo mortis que Calisto hace al precipitarse alsuelo en la Tragicomedia, pero no en la Comedia (auto xix, p. 323). Tal vez por ese recato hacia loposiblemente irreverente o sospechoso que se advierte en otros lugares.

340 Es de notar que en nada queda el monólogo de Pleberio del auto xxi, al que tanta importancia hadado la crítica moderna. Salvo —tal vez— en las indecibles lástimas que se encarecen en el v. 337 y que seatribuyen a Melibea.

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Resumen. El principal propósito de este artículo es presentar una nueva edición, anotada, del Romance deCalisto y Melibea. El texto se ha conservado en la Biblioteca de Menéndez Pelayo, en Santander, en un raropliego suelto infolio impreso en Sevilla en 1513 por Jacobo Cromberger. El Romance es un testimonio muyimportante de la más temprana recepción y de las primeras recreaciones de La Celestina de Fernando deRojas. Las notas subrayan más las diferencias que las coincidencias con el texto de la Tragicomedia deCalisto y Melibea, así como aquellos aspectos en que resulta más acusada la influencia del romancero y de lalírica tradicional.

Resume. Nouvelle édition, avec notes, du Romance de Calisto y Melibea. Le texte conservé à la Bibliothèquede Menéndez Pelayo, à Santander, est un pliego suelto ('canard') in-folio imprimé à Séville en 1513 parJacobo Cromberger. Il s'agit d'un témoignage important pour la toute première réception et les premièresréécritures de La Célestine de Fernando de Rojas. L'annotation met l'accent, plus que sur les ressemblances,sur les différences entre le poème et la Tragicomedia de Calisto y Melibea, et également sur les aspects quirévèlent une influence notable du Romancero et de la poésie lyrique traditionnelle.

Summary. The aim of this paper is to présent a new, annotated édition of the Romance de Calisto y Melibea.The text has been preserved in a rare in-folio chapbook now held in the Menéndez Pelayo Library,Santander, printed in 1513 at the Sevilian press of Jacobo Cromberger. In itself, the Romance is a veryimportant testimony of the earliest réception and re-creations of La Celestina by Fernando de Rojas. Thecommentary underlines the différences more than the coincidences with the text of the Tragicomedia deCalisto y Melibea and those aspects in which rhe influences of ballads and popular lyric are strongest.

Palabras clave. La Celestina. CROMBERGER, Jacobo. Pliegos sueltos. ROJAS, Fernando de. Romancero.