LA CARTA FEV

FEDERACIÓ D’ESCOLTISME VALENCIÀ

FEDERACIÓ D’ESCOLTISME VALENCIÀ

SUMARIO¿QUÉ ES LA CARTA FEV?

JUSTIFICACIÓN HISTÓRICA

CARTA FEV

ESTRUCTURA DE LA CARTA

MISIÓN DEL ESCULTISMO

MODELO DE PERSONA

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32EDITA COLABORAN

“Ella está en el horizonte. Me acerco dos pasos y ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos, y el horizonte se desplaza diez pasos más allá. A pesar de que camine, no la alcanzaré nunca. ¿Para qué sirve la utopía? Sirve para esto: para caminar.”

Eduardo Galeano

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¿QUÉ ES LA CARTA FEV?

La Carta FEV es un documento consensuado y aprobado en asamblea el 1 de octubre de 2006 por los miembros de la FEV. En ella se explicitan nuestros objetivos y características como entidad scout, con la intención de que sirva de guía para alcanzar nuestra fi nalidad común de transformación social.

La Carta FEV nos defi ne como institución desde lo más profundo, poniendo de relieve los elementos básicos de nuestra acción educativa y transformadora. Supone así un ideario en el que se establecen los prin-cipios de nuestro trabajo común y orienta una acción local con vocación global. Desde la unidad y la siner-gia, la unión de voluntades que se encuentran da una resultante mayor que el mero sumatorio de las partes, puesto que las esperanzas, la fuerza, las dudas y el camino de cada compañero repercuten en las propias fuerzas, dudas, esperanzas y camino, reforzándolo, ampliando las miras, redimensionándonos.

La Carta FEV nos defi ne en su redacción desde el mismo momento en que se empieza a trabajar sobre ella. Con ella se puede identifi car cada miembro de la FEV, y resulta no sólo una expresión de lo que somos sino también de aquello que queremos ser.

La Carta FEV es una utopía del día a día; ex-presa un camino tortuoso, complejo y probablemente interminable, pero que merece ser recorrido. Con la mirada puesta en el futuro nos invita a tomar aire, renovar fuerzas y continuar caminando juntos por un mundo mejor.

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JUSTIFICACIÓN HISTÓRICA

La FEV se crea en 1997 con la unión de Scouts de Castelló, Scouts d’Alacant y el Moviment Escolta de València. Este hecho se enmarca en una estrate-gia global del MSC que aparece con el desarrollo del proyecto Alfa, que pretendía defi nir la distribución de competencias entre el propio MSC y sus entidades miembro. La necesidad de facilitar las vías de comu-nicación y participación interna llevó a la creación de federaciones de ámbito autonómico que serían las que ostentarían la representación e interlocución directa en el seno del MSC.

A partir de ese momento la FEV ha avanzado, tanto en la unifi cación de criterios como en la adqui-sición de competencias que antes les eran propias a sus asociaciones miembro. El desarrollo sistemático de una planifi cación estratégica (L’Olivera, Pla Estratègic y Rebrot) ha favorecido el crecimiento del sentido de unidad desde los comienzos de la FEV. La pluralidad y ese sentido unitario han sido los pilares básicos para la creación de un proyecto común.

Estos diez años de andadura han dado lugar a una sinergia que ha permitido la creación de elemen-tos de trabajo comunes, como son la Escola Lluerna, el programa de Jóvenes o los equipos transversales, que han dado respuesta a inquietudes i difi cultades compartidas. Así pues, la Carta FEV surge como re-spuesta a la necesidad de un marco ideológico común que sustente el desarrollo cotidiano de la actividad de la FEV.

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CARTA FEV

La Federació d’Escoltisme Valencià es un mov-imiento educativo de carácter voluntario para niños y jóvenes que forma parte del MSC desde una identi-dad propia, consciente y arraigada . Partiendo de un análisis de la realidad que nos rodea y a través de la educación en valores, buscamos mejorar la socie-dad mediante la aplicación activa del método scout y nuestro compromiso con los valores de la Ley Scout. En nuestro proceso educativo entendemos la naturalezacomo una herramienta fundamental, por lo que fo-mentamos su conservación y disfrute.

Optamos por la transformación social, querien-do ser constructores de una sociedad más humana. So-mos juez y parte de la democracia, participando críti-ca y activamente en su realización efectiva desde un punto de vista apartidista.

Optamos por la persona como elemento funda-mental en la transformación de la sociedad, y enten-demos la educación integral como el eje de nuestra labor, siempre trabajando desde y para la base del movimiento: los grupos scouts.

Optamos por el crecimiento espiritual como base del desarrollo personal. Desde el máximo respeto hacia otras religiones y culturas elegimos a Jesús de Nazaret como modelo para la vida personal y comu-nitaria, y somos parte activa de una Iglesia abierta y plural que, en continuo movimiento, pretende la inte-gración y la práctica de los valores cristianos en todos los ámbitos de nuestra vida.

Por esto, optamos por una FEV abierta y con sentido, donde todos los miembros juguemos un rol activo en la construcción de una sociedad más justa y solidaria con los empobrecidos, en la que todos poda-mos sentirnos más felices al “contribuir a hacer más felices a los demás”.

Aprobada en la Asamblea FEV del 1 de Octubre del 2006

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ESTRUCTURA DE LA CARTA

La carta se estructura en cinco partes diferen-ciadas. En la primera parte se defi ne qué es la FEV y cómo trabaja.

“La Federació d’Escoltisme Valencià es un movimiento

educativo de carácter voluntario para niños y jóvenes que forma

parte del MSC desde una identidad propia, consciente y arraiga-

da. Partiendo de un análisis de la realidad que nos rodea y a

través de la educación en valores, buscamos mejorar la socie-

dad mediante la aplicación activa del método scout y nuestro

compromiso con los valores de la Ley Scout. En nuestro proceso

educativo entendemos la naturaleza como una herramienta fun-

damental, por lo que fomentamos su conservación y disfrute.”

Movimiento educativo

El trabajo que realizamos en el escultismo se en-marca en lo que se conoce como educación en el tiempo libre. En la sociedad en que vivimos el tiempo exento de responsabilidades constituye un espacio esencial para trabajar la confi guración de la personalidad.

Desde el escultismo utilizamos el tiempo de ocio como un espacio idóneo para educar en valores pues, aunque disponemos de poco tiempo efectivo, di-cho espacio se convierte en muy signifi cativo. Nuestro objetivo no es subir banderas, ni gritar el nombre de la patrulla más fuerte, ni ensuciar de harina las cabezas de los lobatos… Más bien estos aspectos han de ser her-ramientas para conseguir nuestro objetivo, el cual es educar en valores, y toda la tarea que desarrollamos se circunscribe a esa fi nalidad. Los valores y creencias constituyen el núcleo esencial de la persona y por ello nuestro objetivo se dirige hacia ahí, con la voluntad de forjar personalidades fuertes e íntegras.

De hecho, una de las principales características que nos diferencian de otras asociaciones juveniles, es el hecho de comprometernos con una Ley que nos de-fi ne como scouts, a la que nos adscribimos en el mo-mento de la Promesa. En este sentido, la Ley no ha de ser entendida como una serie imperativa de normas de funcionamiento. Es más bien la recopilación de aquellos valores que compartimos los miembros del escultismo, recogidos en unas directrices que nos muestran un es-tilo de vida y una forma de interiorizar dichos valores, con el fi n de mejorar nuestra actitud cotidiana hacia los demás, hacia Dios, y hacia nosotros mismos.

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El compromiso, el servicio, el respeto, la es-peranza, la fraternidad, la tolerancia, el respeto del medio ambiente, la alegría, el esfuerzo, la austeridad, la solidaridad, la espiritualidad, la responsabilidad, la gratuidad… son sólo algunos de los valores incluidos en la Ley, esenciales para la construcción de una sociedad más justa, y razón de ser de nuestro movimiento.

Identidad

La FEV se enmarca en un territorio con una len-gua, una cultura y una identidad colectiva propias, fru-to de nuestra historia. Conscientes de esta realidad y de la riqueza que supone apostamos por su promoción y defensa, a través del conocimiento y la expresión de una cultura que nos recuerda de dónde venimos y que constituye el primer paso para decidir hacia dónde queremos ir. Pero no podemos entender este hecho diferencial como un elemento de separación y aislami-ento. Sólo desde la apreciación de la propia cultura podemos abrirnos al mundo, valorar otras formas de vivir y de sentir y experimentar en primera persona el intercambio cultural.

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Nuestro arraigo constituye un factor de protec-ción frente al pensamiento único y la unifi cación de las ideas y las conciencias. Nos sirve como fundamento desde el que interpretar y cuestionar nuestro entorno, tanto cercano como global. La consciencia de nuestra propia identidad supone una oportunidad única y un punto de partida para la construcción cultural del fu-turo, y es la base fundamental para el desarrollo de una identidad global defi nida desde la igualdad.

Vida en la naturaleza

Las vivencias en la naturaleza pueden jugar un papel muy importante, tanto en el desarrollo person-al de cada niño y joven como en la consolidación del grupo de iguales como grupo de referencia. Las expe-riencias compartidas en la naturaleza pueden llegar a ser muy intensas y fructíferas en la vida de la rama, marcando a menudo puntos de infl exión en la ronda. Además, el espacio natural nos ofrece una oportuni-dad inmejorable para trabajar la educación del ocio. Las experiencias intensas en la naturaleza impactan en el niño o joven, destapándole un sinfín de emo-ciones y lugares por descubrir y vivir en compañía de sus compañeros, el grupo de iguales. Es una alternativa

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de ocio enriquecedora y saludable, que el niño o joven podrá ir integrando en su estilo de vida y dándole valor si sabemos ir ofreciéndole espacios para su disfrute. Este proceso tiene en el horizonte la valoración de la naturaleza por lo que es en sí y no por lo que nos of-rece. Debemos respetarla por su propia esencia, no sólo porque nos sirva de sustento.

Queremos que el niño o joven descubra y ex-perimente en profundidad el medio natural, como un primer paso hacia la comprensión e interiorización de la unidad del perfecto y equilibrado organismo vivo que es la naturaleza. La naturaleza no es simplemente un medio disponible para nuestros fi nes, sino el comple-jísimo y maravilloso resultado de varios miles de mil-lones de años de evolución autónoma. No es nuestra, no es una posesión que podamos comprar o vender, no nos pertenece a los humanos, no pertenece a nadie. Somos todos.

En resumen, el papel de la naturaleza como her-ramienta educativa en el escultismo reside en que el niño o joven descubra, comprenda y reconozca la naturaleza como el marco donde se desarrolla la vida, incluida la suya, y superando el egoísmo o la comodidad, llegue a respetarla, admirarla y amarla.

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Las tres siguientes partes corresponden a las opciones MSC: país, educación y espiritualidad. Nótese que los tres párrafos empiezan con el verbo Optamos.

“Optamos por la transformación social, queriendo ser

constructores de una sociedad más humana. Somos juez y parte

de la democracia, participando crítica y activamente en su real-

ización efectiva desde un punto de vista apartidista.”

Educación no formal y transformación social

La educación, por los valores y actitudes que puede transmitir, debe ayudar a la sociedad a tomar conciencia de sus propios problemas y puede contribuir en gran manera a la transformación y a la humanización de las sociedades. En cuanto a la educación no formal, como es el caso del escultismo, parte con ventaja so-bre la educación formal a la hora de provocar cambios sociales. Ello se debe a su mayor fl exibilidad y dina-mismo. El escultismo no está atado a leyes y burocra-cias que puedan ralentizar o bloquear su adaptación a los cambios del contexto. Los educadores scouts deben aprovechar esto y adaptar su trabajo a la evolución y cambio del contexto donde viven sus chavales.

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Según plantea la Constitución Scout Mundial, el movimiento scout tiene como fi nalidad educar de forma integral a los jóvenes para formar ciudadanos comprometidos con sus comunidades locales, nacion-ales e internacionales. Ciudadano es el que se siente perteneciente a una comunidad y el que se identifi ca con ella. No queremos educar jóvenes apáticos, incon-scientes y desimplicados. Pretendemos forjar person-alidades comprometidas con su entorno, que conozcan y sean conscientes de la realidad que les envuelve, que tengan herramientas para analizarla y valorarla críticamente. Y, por último que se impliquen en la transformación de dicha realidad. Esa es la misión del escultismo, y así la refl ejamos en nuestra carta.

Movimiento político pero no partidista

Formar ciudadanos no puede, en ningún caso, ser una actividad aséptica y exenta de intencionalidad. Es por eso que la FEV defi ne claramente un modelo de per-sona conforme a unos valores expresados en la Ley y la Promesa. Este modelo es el medio fundamental para la transformación social, entendiendo la participación, implicación y el compromiso con el entorno como una parte fundamental de éste.

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De esta manera, podemos concluir que nuestra acción e infl uencia directa sobre la sociedad no está, ni puede estar, sujeta a la disciplina de la política de partidos, pero a su vez no puede ser entendida lejos de la política y la democracia. Si entendemos que la participación en aquellos asuntos públicos que nos afectan es parte del ejercicio de la ciudadanía, po-demos concluir que nuestra propuesta es una puesta en práctica de la democracia y por tanto forma parte activa de la vida política.

“Optamos por la persona como elemento fundamental

en la transformación de la sociedad, y entendemos la educación

integral como el eje de nuestra labor, siempre trabajando desde

y para la base del movimiento: los grupos scouts.”

Persona

Optamos por la persona porque es un ser con capacidad de amar, de razonar profundamente, de ser libre y dar sentido a su existencia. Un ser que es ca-paz de reconocer al otro como un tú, y que, tal como plantea el personalismo comunitario, desarrolla su lib-ertad en la medida en que crece con el otro. El tú y el yo forman un nosotros que camina hacia la libertad. La

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persona es el sujeto clave en la transformación social. Cualquier intento de eliminar la dimensión personal o reducirla a un individualismo egoísta y excluyente es un ataque contra la posibilidad de desarrollarse plenamente como seres humanos. Cualquier atisbo de que el ser humano tiene derecho a destruir toda la naturaleza porque es más inteligente es un ataque a la propia vida.

Educación integral

El escultismo es un movimiento educativo que persigue la formación profunda del carácter, la asun-ción de unos valores y un estilo de vida, la expresión de un modo de ver, ser y hacer en el mundo. Nuestra meta no es enseñar a los niños y jóvenes unas técni-cas, conocimientos o habilidades parcelarias. Quere-mos contribuir a formar personas completas, que vivan los valores con sentido y plenitud.

Nuestra tarea consiste en ayudar a niños y jóvenes a descubrir, aprender e integrar una forma de hacer y de ser. Una persona íntegra es una persona completa. No buscamos formar especialistas en nada, sino aprendices de todo, aprendices de un modo de

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vida que tiene en el horizonte la utopía de un mundo mejor.

Nuestra acción se dirige a capacitar a niños y jóvenes para que sepan aprender a aprender, que puedan ser útiles, en cualquier circunstancia, a la con-strucción de ese nuevo mundo.

Nuestra propuesta se basa más en un porqué que en un como, porque “quien tenga un porqué, in-ventará un como”.

Los grupos scouts

Si observamos la jerarquía institucional de la FEV, veremos cómo los grupos se unen en asociaciones y éstas a su vez en la federación. Es ésta una estruc-tura desde abajo hacia arriba, donde la mayor impor-tancia la tienen los grupos scouts, ya que es ahí donde tiene lugar la educación de los niños y jóvenes. La FEV, basándose en las necesidades de los grupos y de la sociedad en general, coordina el camino a seguir en nuestro objetivo de transformación social. Dentro de este camino, cada uno de los grupos parte desde una posición concreta, ya que la riqueza y la pluralidad

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defi nen realidades diferenciadas y particulares. Es por esto que los grupos deben tener la sufi ciente autonomía para trabajar en los ámbitos que consideren oportunos según sus proyectos educativos. Podemos partir de dif-erentes realidades, pero la fuerza de nuestro objetivo común nos impulsa a caminar unidos.

“Optamos por el crecimiento espiritual como base del

desarrollo personal. Desde el máximo respeto hacia otras reli-

giones y culturas elegimos a Jesús de Nazaret como modelo para

la vida personal y comunitaria, y somos parte activa de una Ig-

lesia abierta y plural que, en continuo movimiento, pretende la

integración y la práctica de los valores cristianos en todos los

ámbitos de nuestra vida.”

Dimensión de sentido

El ser humano posee una dimensión trascend-ente, porque tiene la capacidad de plantear un sentido a su vida, de preguntarse profundamente por su exist-encia, por el sentido del amor, el sufrimiento, la vida y la muerte. El ser humano trasciende la vida material para preguntarse por el absoluto, bien sea Dios, el más

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allá, los valores, la vida. La dimensión profunda, espir-itual o trascendente del ser humano constituye la di-mensión esencial, pues es la que da sentido a la exist-encia de cada uno de nosotros. Ignorar esta necesidad humana, o reducirla a la creencia religiosa es un error fatal. Todo ser humano necesita dar sentido a su vida, bien desde la creencia religiosa, bien desde la creen-cia en determinados valores. Si no somos capaces de dar un sentido a nuestra vida, la muerte llega en vida y nos convertimos en peleles del azar y de la necesidad. La depresión se adueña de nosotros.

Sólo desde la convicción profunda, sólo desde la vivencia profunda de sus creencias puede llegar el ser humano a la plenitud. La acción voluntaria y solidaria no puede convertirse en un “lavaconciencias o pone-tiritas”. Desde múltiples instancias de poder se pre-tende manipular al voluntariado poniéndolo al servicio de los intereses de los grupos dominantes, convirtién-dolo en una acción puntual para solucionar un proble-ma puntual. El voluntariado, la acción comprometida y solidaria, nunca puede ser más que la expresión de la vivencia continua y cotidiana de los valores y creen-cias que uno posee, el refl ejo de una forma de vida asumida desde lo más profundo. No vamos los sába-

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dos a la reunión para divertir a los niños y jóvenes, sino como expresión de una inquietud que nos nace de dentro, que nos obliga a educar jóvenes, a ayudar a nuestros amigos, a exigir honestidad a los políticos y a luchar en contra del hambre y la guerra.

Jesús como modelo

La lucha por un mundo más justo y equitativo, subvirtiendo los criterios económicos por el amor al otro, es una carrera de fondo. Es una vocación para una vida, en la que todos necesitamos referentes. La fi gura de Jesús desborda amor en sus relaciones y en sus hechos; dando bien por mal, siempre al lado de los excluidos o marginados, siempre con su mensaje de amor en la boca y en las manos…

Su mensaje de salvación, de que no todo está perdido si los humanos eligen reconocerse como tales unos a otros, y libremente amarse, está en el tuétano de nuestra propuesta como institución educativa.El testimonio de Jesús muestra aquello de pensar con los pies: a andar se aprende andando, y a amar, aman-do.

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Por tanto, nuestro primer referente es Jesús de Nazaret, que rompió un modelo de relación entre las personas al considerarlas a todas como hermanas. Él fue el primero en entregarse al servicio de sus seme-jantes.

Iglesia

Nadie aprende a andar sólo, ni mucho menos a amar. El mensaje de amor es necesariamente un men-saje a interpretar y vivir en plural. Es desde el otro que el imperativo del amor cobra signifi cado profundo, que adquiere sentido.

Es a través del otro que cada uno de nosotros elige entrar en esa lucha, en esa carrera de fondo.

Es con el otro que compartimos anhelos, dudas, miedos, alegrías, sudores, lágrimas y esperanzas en la construcción de ese mundo mejor, aquí y ahora.

Cada persona está llamada a dejarse interpe-lar por el otro y a permitir que el amor encienda lo muerto.

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La Iglesia es, desde y dentro de esta vivencia de los valores cristianos, el espacio y el vínculo para la organización, realización y vivencia del inédito vi-able. Es la unión de vidas y obras de todos aquellos que creemos que ese otro mundo es no sólo posible, sino necesario e impostergable. Es una oportunidad para hacer real y tangible el asentimiento de corazones, que da sentido y fuerza al revolucionario mensaje de Jesús, y a la cotidiana tentativa de ponerlo en práctica de cada uno de nosotros. No obstante, la salida de la Iglesia marca el inicio de la verdadera vocación del cristiano en el mundo, viviendo los valores cristianos en todos los ámbitos de la vida.

“[…] y nos desesperábamos donde sólo había injusticia y

nadie se alzaba contra ella.

Y, sin embargo, sabíamos que también el odio contra la bajeza

desfi gura la cara.

También la ira contra la injusticia pone ronca la voz.

Desgraciadamente, nosotros, que queríamos preparar el camino

para la amabilidad no pudimos ser amables.

Pero vosotros, cuando lleguen los tiempos en que el hombre sea

amigo del hombre, pensad en nosotros con indulgencia.”

A los hombres futuros, Bertolt Brecht.

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En la quinta parte, a modo de conclusión, se reafi rma nuestro objetivo dentro de la sociedad.

“Por esto, optamos por una FEV abierta y con sentido,

donde todos los miembros juguemos un rol activo en la construc-

ción de una sociedad más justa y solidaria con los empobrecidos,

en la que todos podamos sentirnos más felices al “contribuir a

hacer más felices a los demás.”

Papel del educador

Para que la carta tenga realmente sentido, es necesario creer en ella, y sobre todo, que creamos en ella los educadores scouts. Dentro del abanico de herramientas que incluye el método scout, podemos destacar una por su especial relevancia: el modelo del educador. Para que toda la propuesta educativa de la FEV goce de verdadera utilidad, es necesaria la impli-cación de los educadores en todos sus aspectos. He-mos de creer en lo que decimos y en lo que hacemos. una sociedad más justa.

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Para educar en la solidaridad, es necesario (aunque no siempre sufi ciente) que el educador sea solidario. Podemos no ser perfectos en nuestra labor, pero las virtudes de cada uno pueden suplir con creces las carencias del otro, y viceversa. Así, somos capítulos que al trabajar juntos formamos un gran libro, en el que pueden guiarse, inspirarse y apoyarse los niños y jóvenes.

Institución abierta

Dentro del ámbito de la Comunidad Valencia-na, en cada municipio o barrio donde existe un grupo scout, existen otras organizaciones que, de un modo u otro, también pretenden mejorar la sociedad. De la misma forma que los miembros de la FEV al asoci-arnos ganamos fuerza y sentido, es necesario pensar que al colaborar con otras asociaciones que compartan nuestros objetivos, también ganamos en recursos, in-cidencia y capacidad de trabajo. Los esfuerzos de la FEV no han de ir ligados únicamente al crecimiento del propio escultismo, sino esencialmente, al de la so-ciedad en general. Corremos el riesgo de vivir en una pecera, que desconoce el mar abierto.

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Así, la coordinación y cooperación con el resto de agentes sociales se revela como el modo de hac-er efectiva la transformación de niños y jóvenes en ciudadanos comprometidos, siendo además una her-ramienta importante para facilitar nuestra labor co-tidiana.

La FEV tiene sentido. Es algo más profundo y más osado que una mera gestora administrativa. La FEV se ha convertido, con el esfuerzo de todos, en un espacio de encuentro, de formación, de refl exión, de vivencia, de revolución y transformación. Somos parte de la FEV, nos identifi camos con ella porque encontra-mos gente que piensa, siente y vive con y como no-sotros. Es una instancia que nos permite acercarnos a nuestro ideal. Es una herramienta, una mediación que nos ayuda en nuestra tarea de educar niños y jóvenes y construir una sociedad más justa.

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Empobrecidos

En cuanto al término empobrecidos, se decidió optar por él debido a la carga ideológica y dinámica que suscita. Los fenómenos de pobreza al nivel mun-dial no son fruto de la naturaleza, sino más bien de la acción o la omisión de las personas hacia las personas. El pobre no es pobre por voluntad propia. Dentro de los márgenes de su propia responsabilidad, es sujeto paciente de una estructura y un sistema que le hace cada día más pobre.

Como dice Jon Sobrino en el epílogo del libro Bajar de la Cruz a los Pobres:

“Pobres son los que no dan por supuesto, como algo normal, tener vida, por lo cual yo no soy uno de ellos, pues sí doy la vida por supuesto.

Pobres son los que tienen a (casi) todos los po-deres de este mundo en su contra, la dimensión di-aléctica que se decía antes, con lo cual por su mera existencia son una pregunta de si estoy en su favor o en su contra.

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Pobres son los que no tienen nombre: las ochocien-tas mil personas de Kibera, hacinadas, prácticamente sin letrinas. Pobres son, permítaseme decir una aparente tontería, los que no tienen calendario: nadie sabe qué es el 7 0, aunque sí saben lo que es el 11 S . El 7 O es el 7 de octubre, día en que las democracias bombardearon Afganistán como respuesta al 11 S. Sin nombre y sin cal-endario los pobres no tienen existencia. No son. [...]Pobres son los empobrecidos, y muchos de ellos mueren -lenta o violentamente- por serlo. De hambre mueren cien mil personas al día, y cada siete segundos un niño de menos de diez años. Y como el hambre puede ser superada, «un niño que muere de hambre hoy, muere asesinado».”

Hacer felices a los demas

En su último mensaje, Baden Powell dice, re-specto al sentido del movimiento scout, que “la ver-dadera forma de obtener la felicidad es haciendo fe-lices a los demás”.

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El poso profundo de la propuesta de Baden Powell ha sido renovado con la Misión del escultismo (Durban, 1999). Este texto resume los métodos y la fi -nalidad del escultismo, un movimiento ya centenario. Ha sido y es una referencia para niños, jóvenes y edu-cadores, que seguirán siendo, con sus esfuerzos cotidi-anos, motivo para la esperanza.

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MISIÓN DEL ESCULTISMO “El Escultismo tiene por Misión – partiendo de los valores enunciados en la Promesa y la Ley Scout – contribuir a la educación de los jóvenes y a la con-strucción de un mundo mejor, poblado de personas satisfechas consigo mismas y dispuestas a jugar un pa-pel constructivo en la sociedad.

Esto se consigue a través de:

La implicación de estos jóvenes, en sus años de formación, en un proceso de educación no-formal.

El empleo de un método específi co que hace de cada uno el principal artesano de su propio desarrollo, para convertirse en una persona autónoma, solidaria, responsable y comprometida.

La ayuda para que los jóvenes establezcan un sistema de valores basado en principios espirituales, sociales y personales expresados a través de la Prome-sa y la Ley Scout.”

MODELO DE PERSONA

Una persona que confía en el ser humano, que está convencida de que la persona puede super-ar el egoísmo que le constriñe para pasar a ser plena donación; que la persona puede ser protagonista de su propia historia y es capaz de construir su proyecto de vida.

Una persona con esperanza. Esperanza del que cree que otro mundo es posible, que un mundo más justo es posible. No una esperanza ingenua, sino la esperanza sensata y serena del que vive consciente de la realidad trágica en que nos encontramos, pero que no abandona la utopía y la voluntad de ser testi-monio de dicha utopía, aunque nunca llegue a verla en vida.

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Una persona que dota de sentido y fundamen-to su vida, que cultiva su dimensión espiritual desde una perspectiva abierta y no excluyente, donde el cristianismo se presenta como una creencia humaniza-dora y plenifi cadora, pero donde se da cabida a otras formas de espiritualidad. Una persona que, aunque siempre con dudas, sabe hacia dónde va y qué es lo que quiere.

Una persona que siente que vive en comuni-dad y se compromete profundamente con ella, desde convicciones íntimas y no por mero activismo. Comu-nidad próxima o lejana, pero en la que se produce el encuentro con el otro y así se redescubre a sí mismo y redescubre la grandeza de la vida.

Una persona crítica, refl exiva y creativa, que huye del pensamiento único, que utiliza sus capaci-dades intelectuales para estar perfectamente ubicado en el mundo y para afrontar la vida desde nuevos e innovadores planteamientos desde los que buscar la justicia y la felicidad.

Una persona con una profunda capacidad de sentir, de indignarse, de apreciar los pequeños detalles de la vida, de afectarse con el sufrimiento del otro y solidarizarse con él.

Una persona en constante proceso de construc-ción, que se siente como un ser inacabado y, como tal, se piensa y se construye continuamente, siempre en profunda interrelación con el otro. Fruto de esta con-vicción, estudia, refl exiona, investiga y trabaja para crecer y poner todos los medios posibles para alcanzar la justicia.

Una persona valiente, con carácter y fuerza para luchar por lo que cree. que cultiva esa energía liberadora, que desprecia ser tibio y que es capaz de hacer frente a los retos.

Una persona que se siente ciudadano del mundo, con una identidad intercultural, una identidad colectiva, que se mantiene en unas raíces sólidas y claras, pero que está abierta al mundo y al intercam-bio cultural.

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Una persona buscadora de la paz y educada para la paz, para la convivencia, que positiviza el con-fl icto, que promueve el diálogo y la resolución de las divergencias con la ayuda de la negociación, que busca la cooperación y no la competitividad, que transforma las difi cultades en oportunidades de superación y de progreso personal.

Una persona austera, con una visión global del mundo desde criterios de sostenibilidad y equilibrio medioambiental. Que tiene la austeridad como forma de vida y critica los actuales modelos de consumo, de producción y de organización económica...

Una persona feliz con los demás, con su vida, con las pequeñas cosas, que asume la sencillez como forma de vida y encara con alegría los sufrimientos que le toca vivir.

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“Pero la verdadera forma de obtener la felici-dad es haciendo felices a los demás. Tratad de dejar este mundo en mejores condiciones de como lo encon-trasteis; de esta manera, cuando os llegue la hora de morir, podréis hacerlo felices, porque, por lo menos, no perdisteis el tiempo e hicisteis cuanto os fue posible por hacer el bien. “Estad listos” en esta forma, para gozar una vida dichosa y morir dichosos; asíos a vuestra promesa scout siempre, aun cuando hayáis dejado de ser muchachos. Que Dios os ayude a hacerlo así.”

Baden Powell