la biblia contra el cancer

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La biblia contra el cncer


David Khayat


Lo ltimo sobre los alimentos y estilos de vida ms adecuados para prevenirlo y combatirlo

con la colaboracin de Nathalie Hutter-Lardeau y France Carp


No obstante, el alma no se parece a la tierra labrada; el alma necesita tormenta, fuego, vrtigo. El cuerpo tiene el tiempo, camina despacio, con prudencia, paso a paso, sujeto a las leyes de la gravedad; el alma niega el tiempo y quebranta las leyes, quiere correr, lanzarse hacia delante sin miedo al dolor, a la embriaguez o incluso a la locura; solo as se eleva hasta Dios. Encontrars en tu camino a personas que se atienen a la razn, pero la razn anda a tientas, ayudndose con el bastn blanco del ciego, tropezando en cada piedra, y cuando una pared le cierra el paso se detiene y se empea en derribarla ladrillo a ladrillo sin conseguirlo nunca, porque una mano invisible la reconstruye y le aade altura y grosor.

Elie Wiesel, Las puertas del bosque, 1964


A mi madre y a mi padre, que me proporcionaban tanto

amor dndome de comer.

A mi mujer y a mis pichoncitas, qu divertidas eran las

comidas familiares cuando estbamos todos reunidos!

Las echo de menos.

Gracias a los que me han ayudado a escribir este libro: a

Virginie Baffet, tan eficaz, a todo el equipo de Atlantic Sant,

magnfico, y a mi amigo Roger Mouawad, que siempre est

ah cuando le necesito.

A Gilbert y Michel, a Guy S., Michel R. y Caroline, Christian

C., Antoine W., Alain D., Georges B., ric F., Yannick A.,

Jean-Louis P., Alain D., Pierre H., Hlne D., Paul B., Yves

C., Dominique L. S., Alain S., Bernard L., Jean-Pierre V.,

Jean-Paul L., Michel C., Jacques L.,

Marc V., Valrie V. y a tantos otros genios

de la cocina a los que siempre admirar.

A todos mis amigos, que me apoyan y me levantan la

moral cuando el peso del cncer, en mi vida, se vuelve

difcil de soportar.

A quienes me acogieron en su casa para que pudiera

escribir este libro.

A Claude y Bndicte, a Herbert y Catherine, a Julien, Olivia,

Romain y Julien.


PRLOGO

Mientras escribo este libro, se cumplen exactamente treinta aos desde que empec a luchar contra el cncer.

El 1 de septiembre de 1980 ingres en el Servicio de Oncologa del Hospital de la Piti-Salptrire. Treinta aos!

Fui interno en los hospitales de Pars, luego jefe de clnica; me doctor en Medicina y tras unos aos de investigacin en Israel y Nueva York obtuve mi segundo doctorado en Biologa Humana.

A continuacin fui profesor de Cancerologa en la Universidad Pierre-et-Marie-Curie de Pars, luego en la Universidad de Texas, en el MD Anderson Cancer Center (Estados Unidos) y jefe del Servicio de Oncologa otra vez en la Piti-Salptrire de Pars, hace ya veinte aos.

A peticin de Jacques Chirac fui responsable del Plan Nacional francs contra el Cncer de 2002 a 2007.

Durante todos estos aos, cualesquiera que fuesen mis ttulos, cargos y responsabilidades, el hilo conductor de mi vida ha sido el cuidado de enfermos con cncer.

Durante treinta aos de investigaciones interminables, de consultas a mis colegas, los cientficos ms prestigiosos del mundo, de lecturas a menudo agotadoras, de contrastar

14 La biblia contra el cncer


ideas y teoras con las mentes ms insignes en el campo del cncer, he procurado entenderlo mejor para combatirlo mejor y vencerlo ms veces.

He luchado al lado de miles de enfermos, con una proximidad que a menudo pareca verdadera amistad; los he acompaado muchas veces hacia la curacin, pero muchas otras, demasiadas, hacia la muerte; he tratado de impedir por todos los medios que el cncer se desarrollara en su cuerpo, en ocasiones recurriendo a unos procedimientos tan innovadores que parecan una locura.

En una pelea cuerpo a cuerpo, enfermo a enfermo, frente a todos los cnceres, innumerables, misteriosos, uno tras otro, como un soldado que luchara con arma blanca, he tratado de llevar a mis enfermos a la victoria. A la curacin.

Qu duros han sido estos combates, qu intenso el sufrimiento de los enfermos. Cuntas penas y frustraciones me han acompaado siempre a lo largo de mi vida.

Con el Plan contra el Cncer que le propuse al presidente Chirac hice un intento de ganar terreno a la enfermedad aplicando estrategias nacionales de lucha contra el cncer, en vez de tratar a los enfermos uno por uno. El plan consista en desarrollar los controles preventivos y los diagnsticos precoces; procurar que todos los enfermos, en cualquier lugar de Francia, pudieran beneficiarse de los ltimos tratamientos; estimular la investigacin cientfica y el desarrollo de nuevos instrumentos que permitan mejorar el cuidado de todos estos enfermos.

Pero el resultado sigue siendo trgico. A estas alturas de mi vida me doy cuenta de que hay algo que debera haberse hecho mucho antes o, por lo menos, haberse desarrollado ms: la prevencin. Por eso he querido escribir este libro y condensar en l treinta aos de experiencias y reflexiones. Compartir todos mis conocimientos con el mayor nmero posible de personas para

Prlogo 15


que juntos podamos hablar realmente de esperanza y decirnos que gracias a ellos quizs algn da nuestros hijos vivirn en un mundo libre para siempre de la amenaza de esta maldita enfermedad.

A diferencia de los que pretenden extraer unas reglas a partir de una experiencia personal y singular con el cncer e imponrselas a todos sin tener al menos la prudencia de usar el condicional, propio de los autnticos investigadores, este libro es la suma de treinta aos de investigaciones en cancerologa, tanto en el laboratorio como en la cabecera de los enfermos, en Francia y Estados Unidos. Su legitimidad es indiscutible, ya que adems es el resultado de una colaboracin fructfera entre un cancerlogo y una nutricionista de gran vala.

David Khayat Abril de 2010


PREFACIO

Cuando tom la pluma y me decid a escribir La biblia contra el cncer no me imaginaba en absoluto que tendra un xito mundial y una repercusin tan grande; no me lo imaginaba porque no tuve en cuenta dos elementos que son evidentes para todos los que han comprado el libro y lo han ledo.

El primero de estos elementos es que el cncer, indudablemente, no acaba de ser una enfermedad como las dems. Da miedo muchsimo miedo, y este miedo se refuerza da a da cuando nos enteramos de que algn allegado, pariente, amigo, compaero o, en general, cualquier persona conocida ha muerto de cncer.

En Europa, uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres padecen o padecern cncer a lo largo de su vida. Cada dos o tres minutos se diagnostica un nuevo caso de cncer, tanto en Espaa como en Francia. Son miles los muertos, cientos de miles. Segn la Organizacin Mundial de la Salud (OMS), en 2020, apenas dentro de diez aos, los muertos sern millones en el mundo y conforme van pasando los aos esos muertos ya no son annimos, tienen la cara de las personas queridas, la de nuestros padres, nuestras madres, nuestras esposas, nuestros amigos, nuestros hroes y esas caras que desaparecen, y que



cada da son ms, nos dan miedo, nos angustian y nos invitan a tratar de comprender lo que es un cncer, de dnde viene, qu lo provoca, qu es lo que lo hace tan difcil de vencer.

El segundo elemento es ms subjetivo. Obedece a una idea subrepticia que, insidiosamente, condiciona a diario un poco ms nuestros comportamientos alimentarios. Es la idea de que la salud est en nuestro plato o, dicho de otra forma igual de rotunda: lo que comemos puede enfermarnos. En el fondo, somos lo que comemos!

Lejos de ser infundado, este concepto est respaldado por un nmero cada vez mayor de pruebas cientficas que lo confirman. Dicho de un modo muy sencillo: el cncer es una clula, de entre los mil billones (1015) de clulas que forman el cuerpo humano, que un da, por motivos que explico someramente en este libro y que desarroll con mayor profundidad en el anterior (Les Chemins de lespoir, Ed. Odile Jacob), se vuelve maligno y se reproduce sin control hasta formar un tumor que va invadiendo el cuerpo del enfermo.

Pues bien, todos los das de nuestra vida desde la ms tierna infancia hasta el momento de expirar, cada uno de nosotros fabrica unos 70 millones de clulas nuevas para reemplazar a las que, por ser viejas o estar daadas, se destruyen continuamente en nuestro cuerpo. Existe el riesgo de que un da, sin querer, fabriquemos una clula defectuosa, frgil, que pueda volverse maligna y desencadenar un cncer.

Una clula, un da, entre 70 millones de clulas nuevas! Reconocers que el riesgo no es pequeo

Pero hazte esta pregunta: con qu materiales fabricamos esos 70 millones de clulas nuevas cada da? Sencillamente, con lo que comemos: las protenas, los glcidos, los lpidos, las vitaminas y los oligoelementos, los minerales, etctera. De la calidad de estos alimentos, de su equilibrio, de los txicos que pue

Prefacio 19


dan contener depender, en alguna medida, la calidad, la solidez y la resistencia a los procesos de cancerizacin de nuestras clulas, pero tambin depender de sus mezclas, de la forma en que se han cocinado o elaborado. Todos estos factores pueden aumentar o disminuir el riesgo de que un da desarrollemos un cncer o, lo que es ms importante para m, tener la posibilidad de proteger a nuestros hijos de esta terrible enfermedad.

Pero eso no es todo. Lo que se dice en este libro, y quiz sea una de sus originalidades, es que contraer un cncer depender an ms de la forma en la que digerimos los alimentos. La prueba est a la vista de todos: no somos iguales frente a la alimentacin.

Con el mismo aporte calrico unas personas engordan, otras no. Unas digieren las especias o la leche fresca, y otras no. Nuestro organismo no aprovecha de la misma manera los alimentos que ingerimos.

Y como tambin es evidente que no todos somos iguales frente al cncer (por ejemplo, uno de cada siete fumadores desarrollar un cncer de pulmn y los otros seis no), por qu nos quieren hacer creer que existe un rgimen universal, vlido para todos, hombres y mujeres, fumadores y no fumadores, jvenes y ancianos, un rgimen capaz de protegernos del cncer? Eso es rematadamente falso y afirmarlo supone un insulto al sentido comn. Cada individuo corre un riesgo distinto de desarrollar uno u otro cncer; cada persona dispone de un capital enzimtico que condicionar el destino de los alimentos que consuma.

Por este motivo, en este libro he querido esbozar los primeros pasos hacia un verdadero rgimen o, mejor dicho, hacia una estrategia alimenticia personalizada. He tratado de hacerlo de un modo sencillo y accesible para todos los lectores, porque creo que es importante despus de treinta aos trabajando como onclogo, luchando con ms o menos fortuna al lado de



muchos pacientes con cncer, despus de tantos fracasos, tantos sufrimientos, tanta desesperacin dar, por fin, una oportunidad a la prevencin de la enfermedad.

Evitar el cncer ser, sin duda, la mejor forma de acabar con esta lacra y no permitir que nos siga arrebatando a las personas que amamos.


INTRODUCCIN A LA EDICIN ESPAOLA*

Adaptar La biblia contra el cncer a la situacin espaola ha sido un ejercicio muy interesante. Espaa, como otros grandes pases europeos, dispone de mucha informacin epidemiolgica de gran calidad sobre la situacin respecto al cncer: tanto frente al riesgo de desarrollar los distintos tipos de cncer o la posibilidad de curarse como, en fechas ms recientes, de evitarlo aplicando medidas preventivas.

Francia y Espaa poseen una serie de similitudes, al menos en lo que concierne a nuestro asunto: la alimentacin y el cncer.

Una parte de la poblacin vive en el contorno mediterrneo, con las implicaciones que esto tiene en relacin con el rgimen, y la otra, en cambio, reside en la fachada atlntica.

Ambos pases tienen una verdadera historia culinaria con una autntica cultura alimentaria transmitida a lo largo de generaciones, la cual constituye la peculiaridad de su gastronoma y, en general, de su alimentacin. Ambos disponen de una industria agroalimentaria slida y de productos re

* Todos los datos sobre Espaa se consultaron entre septiembre y octubre de 2010.



gionales de calidad, que dan reputacin internacional a su cocina.

Sin embargo, ambos pases estn experimentando una occidentalizacin rpida en el consumo de alimentos que, poco a poco, va sustituyendo los platos tradicionales por las comidas rpidas (fast food), idnticas en todos los pases y, a menudo, portadoras de un exceso de grasa, demasiado calricas y desequilibradas.

Tanto Francia como Espaa son dos pases productores y consumidores de vinos de calidad, exportadores reconocidos por la excelencia de su viticultura.

Segn el estudio Eurocare 4, la eficacia en el tratamiento de los cnceres en ambos pases es prcticamente la misma, con tasas de curacin para la mayora de estas enfermedades muy parecidas, gracias al fcil acceso de la poblacin a una atencin mdica, que suele ser de excelente calidad. No obstante, existen diferencias. La poblacin espaola est ms envejecida: el 69 por ciento de los hombres franceses tienen menos de 44 aos frente al 63 por ciento de los espaoles. Respecto a las mujeres, estas cifras son del 64 por ciento frente a 58 por ciento respectivamente, algo que no deja de tener consecuencias en el riesgo absoluto de padecer cncer, pues, como es sabido, el riesgo de desarrollar una enfermedad maligna suele aumentar con la edad.

Sin embargo, en la epidemiologa del cncer nunca se parte de cifras absolutas, precisamente para poder comparar el riesgo de cncer entre un pas y otro sin tener en cuenta el nmero de personas por tramo de edad, es decir, que en lugar de cifras absolutas se manejan cifras por franjas de edad. Generalmente los datos se obtienen por cada 100 000 habitantes para, tambin en este caso, poder comparar las cifras de cncer entre pases que no tienen el mismo nmero de habitantes.

Introduccin a la edicin espaola 23


Y entonces, fantstica sorpresa para nuestros amigos espaoles, descubrimos que la prevalencia de los cnceres, es decir, el nmero de enfermos en un momento dado por cada 100 000 habitantes es netamente inferior en Espaa que en Francia. Si tomamos 100 000 franceses y 100 000 espaoles y vemos cuntos hombres y mujeres padecen cncer, hallamos 2192 hombres franceses frente a 1785 hombres espaoles y, con las mujeres, 2512 frente a 1937. Qu datos tan alentadores para Espaa y cmo nos gustara a los franceses poder decir lo mismo!

Veamos ahora en detalle estos estudios para ver qu ocurre con los principales tipos de cncer.

Pues bien, tanto si se estudia la situacin de las mujeres como la de los hombres, los resultados son idnticos. En el caso de la mujer, las espaolas presentan menor prevalencia de cncer de mama, colon, recto, cuello uterino y de leucemia. Los hombres espaoles son menos susceptibles a padecer cncer de colon, recto, pulmn, prstata y leucemia que los franceses. No obstante, los hombres espaoles presentan bastantes ms casos de cncer de estmago y las mujeres de cncer de endometrio (tero), as como melanoma maligno en ambos sexos.

Los motivos de que este ltimo tipo de cncer sea bastante ms frecuente en Espaa que en Francia son, sin duda, el mayor nmero de horas de sol y la presencia de muchos espaoles de origen celta; en cambio, el aumento de la prevalencia de los otros dos tipos de cncer, el de estmago y el de endometrio, obedece a otros factores.

En el caso del cncer de estmago, los estudios espaoles demuestran claramente que el riesgo disminuye con la latitud (cuanto ms cerca de la lnea del ecuador menor latitud, menor riesgo de padecer cncer), el nivel de renta (cuanto ms rica es la provincia, ms disminuye el riesgo), el consumo de fruta y hortalizas (que, como es sabido, protegen de este tipo de



cncer), la alimentacin ms rica en caloras (que aumenta el riesgo) y, por ltimo, el consumo de vitaminas C y A (que disminuye el riesgo). La obesidad tambin supone un importante factor de riesgo para el desarrollo de un cncer de estmago, lo mismo que para el de endometrio.

Ahora bien, un estudio reciente llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Zaragoza ha revelado que en Espaa se est produciendo un cambio catastrfico de hbitos nutricionales mucho ms importante que en Francia. Segn este estudio, el aumento del consumo de materias grasas y lcteos, unido a la disminucin del consumo de hortalizas, ha provocado en Espaa una autntica epidemia de obesidad. El sobrepeso de los nios espaoles de entre 6 y 7 aos es superior al de los pequeos estadounidenses y entre los adolescentes esta proporcin es de las ms altas del mundo! De modo que, si por ahora el porcentaje de adultos obesos es ms o menos igual en ambos pases, alrededor de un 14 por ciento, si nos fijamos en lo que sucede con los jvenes el futuro se presenta mucho menos optimista.

He aqu, a modo de introduccin, algunos elementos especficos de Espaa que conviene tener presentes antes de empezar la lectura de La biblia contra el cncer. No he pretendido hacer un estudio comparativo exhaustivo de la situacin del cncer en ambos pases; simplemente he querido completar esta versin espaola de mi libro sealando algunas cifras e informaciones especficas de vuestro pas.

Aunque soy un onclogo que tiene su consulta en Pars, mi visin de la problemtica del cncer no se limita a Francia; dira incluso que es completamente internacional. Viajo con frecuencia por todo el mundo para impartir cursos y dar consejos, para ver a enfermos complicados y para ayudar a ciertos gobiernos a aplicar polticas integradas de la lucha contra el cncer, para

Introduccin a la edicin espaola 25


participar en congresos internacionales o, a veces tambin, para pasar temporadas fuera al margen de mi profesin. He tenido la ocasin y el placer de visitar Espaa decenas de veces; he trabajado con los mejores onclogos, muchos de los cuales son hoy verdaderos amigos, y as es como he conocido y apreciado Espaa maravilloso pas y, sobre todo, a los espaoles.

Mi mayor deseo, ahora que se publica esta versin adaptada de mi libro sobre los regmenes contra el cncer, es que pueda contribuir, al igual que en Francia, a la comprensin de la relacin entre alimentacin y cncer para as mejorar nuestras actitudes frente a la alimentacin y ayudarnos a reducir el riesgo de desarrollar un cncer.

Informacin general sobre Espaa

Tabla 1 comparativa de datos: espaa, francia y la unin europea

Poblacin total

Francia

64 713 762

Espaa

45 989 016

La Europa de los 27

501 064 211

Tasa de natalidad 12,7 10,8 10,7

Porcentaje de poblacin

< 65 aos

16,5 16,6 17,1

Esperanza de vida de los

hombres

77,8 aos 78 aos 76 aos

Esperanza de vida de las

mujeres

84,9 aos 84,3 aos 82,2 aos

Hombres fumadores (%) 31,6 37,2

Mujeres fumadoras (%) 21,2 24,7



Muertes por cncer (por

100 000 habitantes)

166,7 154,6 172,9

Muertes por enfermedades

cardiovasculares (por

100 000 habitantes)

33,8 47,4 84,2

Cifras 2010. Fuente: Eurostat

0-14 aos

Francia

18,5 %

Espaa

14,8 %

LA EUROPA DE LOS 27 *

15,7 %

15-24 aos 12,7 % 10,9 % 12,5 %

25-49 aos 33,4 % 40,6 % 36,2 %

50-64 aos 18,9 % 17,2 % 18,6 %

65-79 aos 11,4 % 11,9 % 12,7 %

Ms de 80 aos 5,1 % 4,7 % 4,4 %

Pirmide de edad. Cifras de 2009 (*datos de 2008). Fuente: Eurostat


INTRODUCCIN GENERAL

Las mujeres japonesas padecen muchos menos cnceres de mama que las estadounidenses, por qu? Ms sorprendente an, por qu cuando las japonesas emigran a Estados Unidos su riesgo de desarrollar un cncer de mama se iguala con el de las estadounidenses a partir de la segunda generacin? Acaso estas japonesas han cambiado sbitamente su dotacin gentica? En absoluto. Siguen pareciendo japonesas y su aspecto exterior no ha cambiado nada. Entonces, se han sometido a un tratamiento cancergeno? La contaminacin de las ciudades estadounidenses es mucho mayor que la de Tokio u Osaka? Ni lo uno ni lo otro, de eso podemos estar seguros. Qu les ha sucedido a estas mujeres para que, en apenas dos generaciones, un riesgo tan importante, tan especfico, tan vital, se haya modificado tanto y explique el fenmeno observado? En realidad se ha producido una sola cosa, que demuestra de un modo palmario el propsito de este libro. En dos generaciones, estas mujeres han cambiado de hbitos y, sobre todo, de comportamiento alimenticio y lamentablemente han adquirido las costumbres de los estadounidenses en materia de alimentacin. Es lo que, con una palabra mundialmente aceptada, se denomina occidentalizacin de la



alimentacin. En su alimentacin diaria han disminuido el consumo de pescado, arroz, fruta y hortalizas, y ha aumentado la proporcin de carne, de grasas en todas sus formas, y de dulces. Muchas veces han engordado: han elevado mucho el consumo de refrescos azucarados y con ello han aumentado su aporte calrico diario. As, sin que se pueda dar una explicacin definitiva, han incrementado de forma considerable su tendencia a desarrollar un cncer, un tumor maligno, en las mamas.

Cuando vemos el reparto geogrfico del riesgo de contraer cncer, por tipo de cncer o por pases, las diferencias que existen, a veces increbles, son impresionantes.

Hay muchos ms cnceres de intestino (colon) en Australia y Nueva Zelanda que en Francia e Italia. Hay muchos menos cnceres de estmago en Alemania que en Japn o en Uganda. Hay una diferencia impresionante respecto al riesgo de padecer cncer de mama entre Reino Unido y Grecia. Los cnceres de piel son mucho ms frecuentes en Israel que en Irlanda, y se podran poner infinidad de ejemplos de este estilo. Qu explicacin tiene todo esto?

Por supuesto, existen diferencias genticas entre las poblaciones de los pases, y decir gentica es como decir susceptibilidad. Lgicamente, ciertos agentes infecciosos, ms presentes en unos lugares que en otros, y potencialmente cancergenos, pueden explicar tambin algunas diferencias, pero cuando leemos los estudios que tratan de desvelar estos misterios, los llamados epidemiolgicos, de los que nos ocuparemos ms adelante, llegamos forzosamente a la conclusin de que nuestros hbitos alimentarios tienen mucho que ver en este asunto del cncer y son los responsables de todas las diferencias, por separado o en combinacin con otros factores de riesgo, ya sea como factor principal o, por el contrario, a veces

Introduccin general 29


como factor marginal y en el lmite de lo detectable, porque esa es la verdad: nuestros hbitos alimentarios, en trminos generales, son, efectivamente, los responsables de muchos de los cnceres que desarrollamos.


El cncer:captulo uno la opcin de la prevencin

Nuestros comportamientos alimenticios son los responsables de muchos cnceres. Esto tendra poca importancia si en los ltimos aos el cncer no se hubiera convertido en el terrible azote que representa hoy para toda la humanidad. En Occidente, uno de cada dos hombres y ms de una de cada tres mujeres, aproximadamente, est o estar afectado por un cncer. En el ao 2000 se produjeron diez millones de casos nuevos de cncer en el mundo, con seis millones de muertos al ao. En 2010, apenas diez aos despus, la Organizacin Mundial de la Salud (OMS) prev veinte millones de casos nuevos y diez millones de muertos.1

El cncer mata en el mundo a ms personas no solo que el sida, sino incluso que el sida, la tuberculosis y el paludismo juntos.2

Contrariamente a lo que se piensa, el cncer es la primera causa de mortalidad de los adultos, incluidos los pases pobres.3

En Francia el sida* sigue matando, por desgracia, a unas 300 personas al ao;4 por su parte, en ese mismo tiempo el cncer

* Sndrome de inmunodeficiencia adquirida.



mata a 150 000 franceses. En Espaa, mientras que el sida mata, lamentablemente, a 600 personas cada ao, en el mismo perodo de tiempo el cncer mata a 105 000 espaoles.5

Tabla 2 estimacin del nmero de casos de cncer en francia en 2009

Localizacin

Labio, cavidad oral,

faringe

Esfago

Estmago

Colon, recto

Hgado

Pncreas

Laringe

Pulmn

Melanoma de la piel

Mama

Cuello del tero

Cuerpo del tero

Ovario

Prstata

Testculo

Vejiga

Hombre

Incidencia

8000

3090

4210

21 000

5800

3880

2790

25 000

3420

71 000

2220

8900

Mortalidad

2750

Mujer

Incidencia

3040

Mortalidad

730

2770 1050 730

2860 2280 1660

9200 18 500 8200

1650

3880

940 520 130

21 000 9200 7300

830 4000 710

52 000 12 000

2780 970

6300 1880

4440 3120

8900

70

3460 1790 1140

1. El cncer: la opcin de la prevencin 33


Rin

Sistema nervioso central

Tiroides

Linfoma

Mieloma mltiple

Leucemia aguda

Leucemia linfoide

crnica

Todos los cnceres

6800

2500

2050

6700

2890

1840

1990

197 500

2450 3370 1380

1700 1990 1280

140 6600 240

2220 5900 1890

1540 2400 1440

1630 1580 1410

590 1530 460

85 500 149 000 62 000

Datos del Institut national de veille sanitaire6 (Instituto Nacional de Control

Sanitario)

En Europa, el cncer es responsable de un tercio de la mortalidad. Desde hace tres o cuatro aos, se ha convertido en la primera causa de mortalidad en Francia, donde hoy, en 2010, una mujer muere de cncer de mama cada hora. Se calcula que por la misma causa mueren en Espaa 20 mujeres al da.7

Tabla 3 estimacin del nmero de casos de cncer en espaa en 20088

Localizacin

Labio, cavidad oral,

faringe

Esfago

Estmago

Hombre

Incidencia

5784

1845

4967

Mujer

Mortalidad

1895

Incidencia

1652

Mortalidad

464

1627 287 269

3745 2923 2312



Colon recto

Hgado

Pncreas

Laringe

Pulmn

Melanoma de la piel

Mama

Cuello del tero

Cuerpo del tero

Ovario

Prstata

Testculo

Vejiga

Rin

Sistema nervioso central

Tiroides

Linfoma

Mieloma mltiple

Leucemia aguda

Leucemia linfoide

crnica

Todos los cnceres

16 896

3721

2755

3279

20 347

1606

25 561

630

11 386

3177

1979

472

3310

1390

2743

655

121 176

8427 12 005 6067

3131 1438 1561

2716 2363 2386

1636 154 91

17 841 3159 2753

461 2037 385

22 240 6076

1965 718

4427 1187

3195 1883

6150

40

4026 1804 864

1296 1404 646

1549 1575 1219

108 1787 183

1466 3154 1296

965 1528 959

1878 2024 1444

129 459 101

66 565 77 869 38 940



En lo que respecta a Espaa, la prevalencia del cncer (excepto el cncer de piel no melanoma) a cinco aos es de 203 736 casos. El tumor ms prevalente es el de mama, seguido de los tumores ginecolgicos, que incluyen los tumores de tero, ovario, trompa de Falopio y crvix (cuello uterino).

Respecto a los hombres, la prevalencia de cncer (excepto el cncer de piel no melanoma) a cinco aos es de 245 382 casos. El tumor ms prevalente en varones es el de prstata, seguido del de vejiga.9 Un 8 por ciento de los ciudadanos espaoles ha sufrido un cncer a lo largo de su vida.10

Dejemos de pensar que morir de cncer es normal, porque el cncer mata a los viejos y alguna vez hay que morir. Qu disparate! En Francia, el cncer es la primera causa de muerte prematura en el hombre, es decir, mortalidad antes de los sesenta y cinco aos de edad. Solo el cncer de pulmn destruye anualmente en Francia cerca de medio milln de aos potenciales de vida entre los menores de sesenta y cinco aos.11

En Espaa, el porcentaje de muertes por cncer de pulmn, que apenas aument desde 1990 en los hombres, creci entre las mujeres alrededor de un 50 por ciento. De igual manera, en las mujeres el riesgo de muerte por cncer de pulmn creci entre 1990 y 2006 un 68 por ciento, mientras que en los hombres el riesgo de padecerlo descendi un 2,8 por ciento.12

Qu hermosos habran podido ser esos aos! Qu contribucin habran podido hacer a la riqueza del pas gracias a la produccin y al consumo que todos esos hombres hubieran podido generar si no hubiesen muerto antes de tiempo!, porque tambin en el plano econmico el cncer es un verdadero azote. Si en Francia el coste directo de los tratamientos de cncer asciende a unos 11 000 millones de euros anuales, el coste indi



recto relacionado con este fenmeno suma otros 17 000 millones ms. En total, el coste del cncer en Francia se acerca a los 30 000 millones de euros cada ao,13 una cantidad respetable, y el nmero de cnceres, como revela la OMS, se duplica cada veinte aos.

Por su parte, en Espaa, el coste directo sanitario de los enfermos de cncer para 2003 se calcul en 3855 millones de euros, un 6,5 por ciento del gasto sanitario total,14 mientras que en 2008 el coste indirecto estimado15 del tratamiento de enfermedades oncolgicas se situ entre los 20 000 y los 50 000 euros por enfermo.

En Estados Unidos, el clculo realizado por el NIH* para 2005 indicaba que el coste anual por cncer ascenda a 210 000 millones de dlares,16 lo que en 2008 y a escala mundial representara ms de 895 000 millones de dlares, es decir, el 1,5 por ciento del PIB** mundial. En 2009, los nuevos casos de cncer en Europa costaron 82,6 millones de dlares.17

Adnde iremos a parar? Cmo podemos enfrentarnos a semejante hecatombe sobre hombres y mujeres an jvenes? Cmo podremos sufragar los gastos cada vez mayores del tratamiento de su enfermedad? Si no cambiamos las causas que determinan esta situacin, el desastre est servido.

* National Institutes of Health [Institutos nacionales de la salud (EE. UU.), NIH en sus siglas en ingls].

** Producto interior bruto.



Tabla 4 Incidencia del cncer en el mundo en 2008 y estimacin para

203018

Regin

frica

Europa

Regin

mediterrnea

Amrica

Sureste asitico

Pacfico

occidental

Mundo

Nmero de casos en 2008 (en millones)

0,7

3,4

0,5

2,6

1,6

3,7

12,4

Estimacin del nmero de casos

en 2030 (sin cambio de la tasa de incidencia)

1,2

Estimacin del nmero de casos

en 2030 (con aumento de la tasa de incidencia

del 1 % anual)

1,6

4,1 5,5

0,9 1,2

4,8 6,4

2,8 3,7

6,1 8,1

20 26,4

Cmo reducir el riesgo de cncer?

Entonces, qu podemos hacer? La respuesta es sencilla: salvo que se descubra pronto un tratamiento milagroso que transforme el cncer en un simple rema, no hay ms alternativa que optar, con determinacin inquebrantable, por la mejor forma de luchar contra el cncer, la ms barata y sin embargo la ms eficaz: la prevencin.

Evitar el cncer, evitar que se desarrolle, sigue siendo la estrategia ms aceptable y realista para tratar de erradicar este terrible flagelo. Pero cmo podemos hacerlo? Frente a un



monstruo tan temible, tan vido de crecimiento mortfero, tan complejo y multiforme, cmo podemos idear procesos, mecanismos, actitudes que detengan el desarrollo de un tumor maligno?

Porque su nombre ya lo dice, y no est puesto por capricho: esta enfermedad es maligna, secreta!, no revela fcilmente las claves que permitan encontrar armas eficaces para luchar contra ella. Incluso y quiz sobre todo cuando no est declarada, sino an en sus comienzos, agazapada en un recoveco del cuerpo de un hombre o de una mujer que todava no se sienten enfermos; cuando est all, en la mama o en la prstata, y espera tranquilamente a que la alimenten para crecer y desarrollarse; cuando la prevencin an podra evitar la enfermedad y sus consecuencias, que son los tratamientos agresivos como la ciruga, las radiaciones o la quimioterapia y a veces, lamentablemente, la muerte.

De modo que, para aplicar unos mtodos de prevencin, que parecen tan importantes como difciles de imaginar, tenemos que hacer un breve repaso de nuestros conocimientos sobre lo que provoca cncer.

En este libro, ms adelante, entraremos en la intimidad de una clula cancerosa y trataremos de comprender cmo se convierte en una enemiga tan temible. No lo haremos para compartir unos conocimientos acadmicos complejos, sntesis de millones de artculos cientficos publicados todos los aos, no; lo haremos de un modo muy simplificado para poder comprender cmo un alimento ingerido, una naranja o un filete, por ejemplo, puede perturbar el mecanismo de regulacin de la vida de una de nuestras clulas y transformarla en clula cancerosa o, por el contrario, puede protegerla.

En este captulo, lo que entiendo por hacer un repaso del origen de los cnceres es, sencillamente, analizar todas las causas las etiologas, en lenguaje mdico de nuestros cnceres pa



ra ver cmo, cambiando tal o cual parmetro, se podra evitar su desarrollo.

Primera causa del cncer: el tabaco

Debemos admitir que las causas del cncer son sumamente variadas, como lo son, por otro lado, los tipos de cnceres, pero al menos hay algo que podemos afirmar con seguridad para cualquier rincn de nuestro planeta: el tabaco en todas sus formas y modalidades de uso es, con diferencia, la primera causa de cncer y en los pases industrializados es el responsable del 30 por ciento de los cnceres.19

Tabla 5 fraccin de ciertos cnceres atribuible al tabaco20

Localizacin del cncer

Cavidad bucal

Faringe

Esfago

Estmago

Hgado

Pncreas

Laringe

Pulmn

Riones

Vejiga

Cuello uterino

Fraccin atribuible

al tabaco. Hombre (en %)

63

76

51

31

38

25

76

83

26

53

Fraccin atribuible al tabaco. Mujer (en %)

17

44

34

14

17

17

65

69

12

39

23



El tabaco estuvo directamente relacionado con las muertes que se produjeron en Espaa en 2009 debidas a las siguientes enfermedades: cncer de boca, cncer de faringe, cncer de laringe, cncer de trquea, bronquios y pulmn, cncer de esfago, adems de enfermedad isqumica del corazn, enfermedad cerebrovascular y enfermedad pulmonar obstructiva crnica.21

Tanto si se fuma como si se mastica, en cigarrillos o en pipa, con filtro o sin filtro, bajo en nicotina o no, el tabaco produce cncer: cncer de labios, de boca, de laringe, de bronquios, de pulmn, de esfago, de estmago, de pncreas, de rin, de vejiga, en proporciones que varan de un cncer a otro, pero que alcanzan un 70 por ciento en los casos del pulmn o la garganta. Tanto si acta solo como en combinacin con otros factores cancergenos de los que ya hablaremos, el tabaco es un terrible factor de cancerizacin celular. Los productos de su combustin, al penetrar por inhalacin o deglucin en nuestro cuerpo, encuentran la va natural que los lleva al interior de nuestras clulas ms frgiles, donde reaccionan qumicamente con nuestro ADN*, es decir, con nuestros genes contenidos en los cromosomas, y producen una serie de mutaciones que, a su vez, provocan la transformacin maligna de las clulas y la aparicin de un cncer.

Y debes saber que lo mismo sucede con los productos de la combustin de otras plantas que algunos prefieren fumar, como el hachs.

El que algunos cigarrillos sean ms bajos en nicotina que otros no disminuye el riesgo. Lo nico que cambia es que, como el fumador inhala ms profundamente su calada de tabaco, de

* cido desoxirribonucleico.



sarrollar cnceres ms hacia la periferia de sus pulmones, un fenmeno que est comprobado.

En Francia el tabaco mata todos los aos a 70 000 personas.

Esta cifra est en aumento constante y plantea graves problemas a escala mundial, sobre todo en China, donde se consumen ms de 2000 de los 5500 millones de cigarrillos fabricados anualmente en el mundo.

Actualmente en Espaa se estima que ms de 55 000 personas fallecen cada ao como consecuencia del tabaco, y la edad de inicio en este hbito est en torno a los 13 aos, una de las ms bajas de la Unin Europea.22 Ms de la mitad de los nios espaoles son fumadores pasivos, bien porque sus padres fuman o porque lo hace la persona responsable de su cuidado,23 y ms del 85 por ciento de los casos de cncer de pulmn estn relacionados con el tabaquismo activo y el 5 por ciento con el tabaquismo pasivo.

Y, sobre todo, que los fumadores no se hagan ilusiones tratando de comer biolgico o haciendo supuestos regmenes salvadores. Hagan lo que hagan, comparado con la enorme influencia directa del tabaco en el origen de la mayora de los cnceres, todo intento paralelo de prevencin sin dejar de fumar es engaarse a s mismo!

De modo que la primera regla que enunciaremos en nuestra biblia contra el cncer es: NO FUMAR.

Hoy en da, en casi todos los hospitales hay consultas de ayuda a la deshabituacin del tabaco. En ellas se administran sustitutos de la nicotina, gratuitos o de precio reembolsable. Quienes deseen prevenir el cncer y sean fumadores deben empezar por algo muy sencillo: dejar de fumar! Mejor an, y esto va dirigido especialmente a los jvenes, a nuestros hijos: no empezar a fumar nunca!



Vemos, por lo tanto, que fumar es la primera causa de cncer en cualquier lugar del mundo, responsable de la tercera parte de los mismos. A qu se debe entonces el 70 por ciento restante?

El efecto cancergeno de las hormonas

Otra tercera parte de los cnceres est relacionada con el efecto cancergeno de nuestras hormonas, naturales o artificiales (como las de los tratamientos sustitutivos de la menopausia), sobre ciertos rganos sensibles a ellas.

Ocurre as con los estrgenos, hormona femenina, y el cncer de mama y de tero, y, en el hombre, con la testosterona, hormona masculina, y el cncer de prstata.

El cncer de mama en la mujer y el cncer de prstata en el hombre son los cnceres ms frecuentes en Francia, y cada uno de ellos causa de 10 000 a 12 000 muertes al ao respectivamente.

En 2008 se detectaron en Espaa 25 561 nuevos casos de cncer de prstata, lo que supone una incidencia del 88,9 por ciento. La mortalidad fue de 6150 casos, equivalente a un 18,5 por ciento de los pacientes.24 Respecto al cncer de mama se detectaron 22 240 nuevos casos, lo que supone una incidencia del 81,1 por ciento, con una mortalidad de 6076.25

Se puede hacer algo para prevenirlos? De hecho, s y no. Conviene saber que en la mujer el riesgo es mayor si:

Su madre o una hermana padecen cncer de mama. La pubertad es precoz. La edad del primer embarazo es tarda. Tiene pocos hijos.



No amamanta. La menopausia es tarda. Ha tomado durante mucho tiempo un tratamiento hor

monal sustitutivo de la menopausia (THS).

Vemos inmediatamente que, aparte de prescindir de la THS, si la menopausia natural es normal no se puede hacer gran cosa. Una mujer no puede decidir la edad de su pubertad o su menopausia; nadie es responsable de las enfermedades que hayan podido tener sus parientes, ni se puede obligar a las mujeres a tener ms hijos y a que empiece a tenerlos antes. As que, de entrada, la respuesta a la pregunta Pueden prevenirse los cnceres actuando sobre las hormonas? es no. Sin embargo, como veremos ms adelante, hoy disponemos de suficientes datos cientficos que permiten tener esperanza y, en realidad, contestar que s se puede: interviniendo en nuestra alimentacin. La alimentacin est vinculada a nuestro equilibrio hormonal, y lo mismo se puede decir del cncer de prstata en el hombre.

Ya hemos explicado la causa del 60 por ciento de los casos de cncer, la mitad debidos al tabaco y la otra mitad a las hormonas. Nos queda por explicar el 40 por ciento restante.

Las causas infecciosas y las causas ambientales de los cnceres

Una gran variedad de factores etiolgicos son los causantes de la mitad, es decir del 20 por ciento, de los casos restantes de cncer y, por otro lado, existe una gran variabilidad de unas regiones a otras del planeta.


David Khayat

ISBN edicin en papel: 978-84-8460-951-3

No se permite la reproduccin total o parcial de este libro,

ni su incorporacin a un sistema informtico, ni su transmisin

en cualquier forma o por cualquier medio, sea ste electrnico,

mecnico, por fotocopia, por grabacin u otros mtodos,

sin el permiso previo y por escrito del editor. La infraccin

de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito

contra la propiedad intelectual (Art. 270 y siguientes

del Cdigo Penal)

Ttulo original: Le Vrai Rgime anticancer

Odile Jacob, mayo de 2010

Traduccin: Mara Enguix Tercero

David Khayat, 2011

Nathalie Hutter-Lardeau, 2011

France Carp, 2011

de la traduccin, Mara Enguix Tercero, 2011

Documentacin para la edicin espaola: Paloma Valverde

Ediciones Planeta Madrid, S. A., 2011

Ediciones Temas de Hoy es un sello editorial de Ediciones Planeta Madrid, S. A.,

Paseo de Recoletos, 4, 28001 Madrid (Espaa)

www.planetadelibros.com

Primera edicin en libro electrnico (3')): febrero de 2011

ISBN: 978-84-8460-972-8 (3'))

Conversin a libro electrnico: Newcomlab, S. L. L.

www.newcomlab.com

PORTADAPRLOGOPREFACIOINTRODUCCIN A LA EDICIN ESPAOLAINTRODUCCIN GENERAL1. El cncer: la opcin de la prevencinCRDITOS

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la biblia contra el cancer

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