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LA ARQUEOLOGíA COMO HISTORIA EN LA OBRA DE CARLOS ANGULO V ALDÉS Jorge Villa Ión' El9 de Julio de 2001, falleció en Barranquilla el arqueólogo Carlos Angula Valdés a la edad de 87 años, después de haber trabajado durante más de medio siglo en la reconstrucción de la histo- ria temprana del Caribe Colombiano. Este traba- jo pretende hacer un recuento de su trayectoria como investigador, una síntesis de sus más im- portantes aportes a la arqueología y, dentro de lo posible, señalar los posibles derroteros investigativos que se desprenden de su minucio- sa y contundente obra. En ningún caso se trata de unestudio exhaustivo, como tampoco de una biografía, sino que mas bien se quiere ofrecer una visión histórica de la arqueología del norte de Suramérica, tal cual la entendió el propio Angula, cuando repetía una y otra vez su frase preferida: "La arqueología es historia o no es nada". Las raíces de Carlos Angula se encuentran en Ciénaga, por parte de madre, y en Baranoa por parte depadre. Hijodeuna familiasencilla,estudió primaria en Barranquilla en un colegio del Barrio Abajo y luego hizo su secundaria en la Escuela Normal del Litoral Atlántico, en donde obtuvo el título de profesor de básica primaria. Después de untiempo de trabajarcomo maestro en una escue- la de primaria, se hizo merecedor a una beca en la Escuela Normal Superior en Bogotá en donde obtuvo eltítulo de Licenciado en Ciencias Sociales yEconómicas, un período de su vida muy fructífe- ro en el cual tuvo la suerte de aprovechar las Profesor de la Universidad del Norte. Profesor invitado del programa de antropología. enseñanzas de destacados profesores colombia- nos, y sobre todo, de un grupo de científicos que vivieron en los años cuarenta en Bogotá como refugiados de la Segunda Guerra Mundial, entre ellos el español Pablo Vila, los alemanes Gerhard Masur y Rudolf Hommes. Durante su permanen- cia en la Escuela Normal Superior aprovecha muy bien su tiempo y estudia en forma paralela en el Instituto Etnológico Nacional que dirigía LuisDu- que Gómez. Cuando estaba culminando sus estu- dios en 1946, a los 32 años de edad, yen razón de haber sidoun gran estudiante, tuvo laoportunidad de quedarse como profesor de la cátedra del distinguido geógrafo español Pablo Vila, quien había aceptado un puesto en Venezuela ypensó en Carlos Angula como la mejor opción en remplazo desus cursos delaNormal Superior. Tuvoademás, en ese momento, otra gran oferta para participar como investigador en una proyecto nacional de la Contraloría General delaRepública para hacer una geografía de Colombia. Latercera oferta larecibió en elmes deMarzode 1947 desde Barranquilla por parte del rector de la recién fundada Universidad del Atlántico, don Rafael Tovar Ariza, quien le solicitaba que regresara a Barranquilla para que se pusiera al frente delatarea dedirigir elInstituto de Investigación Etnológica, creado el28 de enero de ese año. Rara vez en la vida se le presentan a una persona tres posiblidades tan buenas como las que tuvo Angula que lo puso en una situación muy difícil para decidirse por una de ellas. En primer lugar intentó descartar la oferta del rector Tovar, para esto le envió una amable carta en la cual le dice que acepta elpuesto, pero leadjunta una lista ~'''''', de exigencias tan grandes, que el rector no pudiera .• 79

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LA ARQUEOLOGíA COMO HISTORIA EN LA OBRADE CARLOS ANGULO VALDÉS

Jorge Villa Ión'

El 9 de Julio de 2001, falleció en Barranquilla elarqueólogo Carlos Angula Valdés a la edad de 87años, después de haber trabajado durante másde medio siglo en la reconstrucción de la histo-ria temprana del Caribe Colombiano. Este traba-jo pretende hacer un recuento de su trayectoriacomo investigador, una síntesis de sus más im-portantes aportes a la arqueología y, dentro delo posible, señalar los posibles derroterosinvestigativos que se desprenden de su minucio-sa y contundente obra. En ningún caso se tratade un estudio exhaustivo, como tampoco de unabiografía, sino que mas bien se quiere ofreceruna visión histórica de la arqueología del nortede Suramérica, tal cual la entendió el propioAngula, cuando repetía una y otra vez su frasepreferida: "La arqueología es historia o no esnada".

Las raíces de Carlos Angula se encuentran enCiénaga, por parte de madre, y en Baranoa porparte de padre. Hijode una familia sencilla, estudióprimaria en Barranquilla en un colegio del BarrioAbajo y luego hizo su secundaria en la EscuelaNormal del Litoral Atlántico, en donde obtuvo eltítulo de profesor de básica primaria. Después deun tiempo de trabajarcomo maestro en una escue-la de primaria, se hizo merecedor a una beca en laEscuela Normal Superior en Bogotá en dondeobtuvo el título de Licenciado en Ciencias SocialesyEconómicas, un período de su vida muy fructífe-ro en el cual tuvo la suerte de aprovechar las

Profesor de la Universidad del Norte. Profesor invitado delprograma de antropología.

enseñanzas de destacados profesores colombia-nos, y sobre todo, de un grupo de científicos quevivieron en los años cuarenta en Bogotá comorefugiados de la Segunda Guerra Mundial, entreellos el español Pablo Vila, los alemanes GerhardMasur y Rudolf Hommes. Durante su permanen-cia en la Escuela Normal Superior aprovecha muybien su tiempo y estudia en forma paralela en elInstituto Etnológico Nacional que dirigía LuisDu-que Gómez. Cuando estaba culminando sus estu-dios en 1946, a los 32 años de edad, yen razón dehaber sido un gran estudiante, tuvo la oportunidadde quedarse como profesor de la cátedra deldistinguido geógrafo español Pablo Vila, quienhabía aceptado un puesto en Venezuela ypensó enCarlos Angula como la mejor opción en remplazode sus cursos de laNormal Superior. Tuvo además,en ese momento, otra gran oferta para participarcomo investigador en una proyecto nacional de laContraloría General de la República para hacer unageografía de Colombia. Latercera oferta la recibióen elmes deMarzo de 1947 desde Barranquilla porparte del rector de la recién fundada Universidaddel Atlántico, don Rafael Tovar Ariza, quien lesolicitaba que regresara a Barranquilla para que sepusiera al frente de la tarea de dirigir el Instituto deInvestigación Etnológica, creado el28 de enero deese año. Rara vez en la vida se le presentan a unapersona tres posiblidades tan buenas como las quetuvo Angula que lo puso en una situación muydifícil para decidirse por una de ellas. En primerlugar intentó descartar la oferta del rector Tovar,para esto le envió una amable carta en la cual ledice que acepta el puesto, pero le adjunta una lista ~'''''',de exigencias tan grandes, que el rector no pudiera .•

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conservan en el mismo lugar como observadorasmudas del acontecer de ese lugar tan especial. Enuna de las tres salas asignadas se presentaronrestos de los grupos Guahibo, Motión, Kofán yGuajiro. Había cerbatanas, diversos tipos de fle-chas, tejidos de palma, canastos, chinchorros,flautas de pan, etc. En otro salón se pudieronorganizar muestras de los Chibchas y de losQuimbayas. Al inico del museo se destinó una salapara el sitio de Tubará, que en ese momento sepresentaba como el sitio más interesante debidoa la variada cantidad de objetos que se habíanrecopilado durante el año 1948, que eran hachas,cerámica y momias.

El grupo de intelectuales que se congregaba alre-dedor de Angula, se fue constituyendo en uncomité de apoyo a las actividades del Intituto, endonde se llevaban a cabo amenudo unas tertuliassobre diferentes aspectos que rebasaban lomera-mente etnológico. Durante este período poste-rior a la Segunda Guerra Mundial, yespecialmentea principios de los años cincuenta, Barranquillavive un momento muy interesante de su historia,caracterizado por una cierta prosperidad comer-cial, ausencia de conflictos políticos y un auge demanifestaciones culturales de diversa índole,como las actividades literarias de Gabriel GarGÍaMárquez, los primeros años de la Universidad delAtlántico, un crecimiento urbano con arquitectu-ras novedosas, la consolidación de una orquestafilarmónica, etc., que hicieron de Barranquillauna de las ciudades colombianas más interesan-tes del medio siglo XX.'

Siempre bajo la dirección de Carlos Angula, secomenzó a editar la revista Divulgaciones Etnológi-cas. Elprimer número apareció en 1950 con artícu-los de Angula y de otros estudiosos e interesados,quienes publicaron artículos de notable nivel acadé-mico,comopor ejemplo, las experiencias de GerardoyAliciaReichelDolmatoff, de Aquiles Escalante, deRoberto Castillejo, entre otros.

satisfacer, luego desistiera de sus deseos para quede esta manera no perdiera tan valiosa amistad. Avuelta de correo, Angula recibió un breve telegra-ma en el cual el rector Tovar le manifestaba queaceptaba todas sus exigencias y que los pasajesestaban a su disposición en el momento que loquisiera. ComoAngula fue siempre un hombre depalabra, no tuvo más alternativa que regresar aBarranquilla para ponerse al frente de la tarea defundar una disciplina y de crear de la nada unmuseo arqueológico.

Cuando comenzó su trabajo a mediados de 194 7,en BellasArtes solo disponía de una sala y no teníaun presupuesto para el funcionamiento del futuroinstituto. Los primeros recursos los obtuvo gra-cias a unos contactos con políticos de laAsambleaDepartamental y contó con la ayuda de sus pro-fesores de Bogotá y de sus compañeros de estu-dios repartidos en varios lugares de Colombia. Enesta primera etapa intentó atender tres frentes demanera simultánea: iniciar la investigacionesetnológicas y arqueológicas, preparar una revistaespecializada y organizar las primeras muestraspara un museo arqueológico.

Con los conocimientos que disponía en ese mo-mento, realizó excavaciones arqueológicas y son-deos en Tubará, Cipacua, Mequejo, Malambo ySalgar. Estas actividades se combinaban con cur-sos de etnología y con conferencias de visitantesdel interior del país. Con la ayuda de la Sociedadde Mejoras Públicas se construyó en el antejardínde Bellas Artes un mapa en relieve de Colombia,que en el último medio siglo ha maravillado amiles de jóvenes y adultos que visitan tan curiosaobra pedagógica.

Con la colaboración de Luis Duque Gómez delInstituto Etnológico Nacional, se trajeron repro-ducciones perfectas de las estatuas de SanAgustíny se dispusieron en pedestales en los jardines deBellas Artes. Estas estatuas fueron construidasespecialmente para soportar las inclemencias delclima y todavía se pueden ver en medio de losárboles deljardín de BellasArtes, las cuales aún se

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LA ARQUEOLOGiA COMO HISTORIA EN LA OBRA DE CARLOS ANGULO VALDES

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Elinterés de Angula por Tubará sedebía a que este sitio era uno de losmás poblados de la región en elmomento de la Conquista y, quedurante los siglos coloniales fue la

él mismo escribió una geografía física del depar-tamento del Atlántico, aprovechando la excelen-te formación que tuvo en este campo alIado delconnotado geógrafo español Pablo Vila durantesu estadía en Bogotá. En este número se destacael interés de los otros artículos por el medioambiente de]a región con interesantes contribu-ciones de Rafael Tovar, de Aquiles Escalante yErnesto Guhl, entre otros.

La primera experiencia que tuvo Angula comoarqueólogo fue en el sitio de Tubará, en donderealizó varias excavaciones y pudo compilar unabundante material. Losresultados de estajorna-

da fueron publicados en la revistaDjvulgacíones delInsÜutoen 1951,la cual se constituye en un trabajopionero, aunque hecho solo con losescasos conocimientos adquiridosdurante su estadía en Bogotá, queno eran muchos debido a que laarqueología recién estaba nacien-do en Colombia. NiCarlos Angula,ni ningún otro investigador en elpaís en esos años, hacía una ar-queología de escuela con losméto-dos que en ese momento se estabandesarrollando en Europa y EstadosUnidos. Apesar de pertenecer An-gula a la generación de los pione-ros, sus trabajos siempre fueronhechos con criterio científico, en elsentido de la seriedad y laminucio-sidad en las excavaciones y en lasinterpretaciones posteriores. Lostrabajos de esta época, incluyendo alos de sus contemporáneos, siguensiendo hoy lecturas orientadoraspara los investigadores actuales.

ción del Museo Arqueológico, tarea que pudodesarrollar con bastante éxito, ya que contó conla valiosa cooperación de su amigo Luis AlbertoDuque del Instituto Etnológico Nacional en Bo-gotá y de los pocos arqueólogos interesados en elCaribe Colombiano, entre ellos, el gran pioneroaustríaco Gerardo Reichel Dolmatoff, con quiencompartió siempre los avances que se hacían enel conocimiento del pasado de la región. Cuandoelmuseo arqueológico fue inaugurado de maneraoficial en un acto público, le correspondió alinvestigador austríaco la presentación del pro-yecto. Era costumbre en esos años, que losarqueólogos que excavaban en la región siempreestaban en contacto con Angula y,cuando terminaban, siempre le en-tregaban una muestra representa-tiva de material cerámico al museode Barranquilla. Con estos mate-riales se fue conformando un labo-ratorio que fue de mucha utilidadpara todos los que en esa épocatrabajaban en la arqueología delnorte de Suramérica.

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Además de esta preocupación per-manente por el museo, Angula te-nía mucho interés en el espaciogeográfico que lo llevó a fundar elCentro Geográfico del Atlántico,como un capítulo de la SociedadGeográfica de Colombia. Con elapoyo de la Sociedad de MejorasPúblicas, se hizo construir en elantejardín de la Facultad de BellasArtes, lugar donde hasta el día dehoy se encuentra el museo, unaréplica a relieve de la geografía deColombia que se conserva hastahoy día y que ha servido para quemuchas generaciones se asomen yobserven las cordilleras, los ríos,las costas, etc. También se editó

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XIX cuando estaba a cargo de los trabajos deexcavación para construir el tranvía de la calle 37ode Jesús, que demostraron que ellugar donde seoriginó la ciudad estaba habitado mucho tiempoantes de la llegada de los españoles, lo que haceimpensable la posibilidad de una fundación alestilo de Cartagena o Santa Marta. El artículo deAngulo señaló el problema sobre los orígenes deBarranquilla, ydesde la arqueología, la respuesta aeste problema no era la preocupación de unarqueólogo yúnicamente dio cuenta de las eviden-cias que mostraban los restos arqueológicos en-contrados.

El otro aspecto relevante de las "colecciones" noaparece en el texto mismo, sino que fue unaespecie de subproducto del trabajo principal. quesurgió en el momento de la clasificación de losmateriales encontrados, ya que algunos de ellosrecogidos en el sur de Soledad, en sectores cerca-nos a la localidad de Malambo, no se pudieronclasificar junto a los demás debido a que mostra-ban ciertas características diferentes que se co-nocen con el nombre de "modelado inciso", queconsiste en que a la cerámica se le adhierenciertas formas que se han modelado por aparte,que son incrustadas en la vasija. Esta forma tanespecial de cerámica ya era conocida en ladersembocadura del río Orinoco en un sitio de-nominado Barrancas, por lo que se bautizó esteestilo como Serie Barrancoide. En 1957 estuvo devisita en la ciudad el arqueólogo norteamericanoIrving Rouse, de la Universidad de Yale, quien alver la colección de Malambo, que Angulo habíaentretanto completado con más piezas, confirmóla semejanza de ésta con el material encontradoen el bajo Orinoco, señalando "probables relacio-nes" culturales entre ambos sitios.6 A fines delmismo año, Betty Meggers y su esposo ClifordEvans, del Smithsonian Institution de Washing-ton, examinaron la colección de Malambo y tam-bién la definieron como Barrancoide. De estavisita surgió una profunda y fructífera amistadentre Angulo y el matrimonio Meggers. Segura- 8

i' . -"mente que la seriedad con que An9ulo conduCÍa -. -

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Es importante señalar al menos dos aspectosimportantes que se desprenden de estas coleccio-nes superficiales. Elprimero tiene que ver con lahistoria de la ciudad de Barranquilla, que con losescasos datos que existían en ese momento, lagente hablaba de una posible fundación en el añode 1629, según un relato recogido de la tradiciónpor Domingo Malabet en 1875. Angulo llama laatención sobre el error consagrado por la leyendade los ganaderos de Galapa de que en 1629 habríatenido lugar un acto de fundación. La evidenciapresentada por Angulo fue el hallazgo de cemen-terios indígenas y de otros sitios arqueológicos envarios lugares de Barranquilla como el CountryClub' y el Barrio Nuevo Horizonte,5 Granadillo yLosAlpes, pero en especial los restos encontradosel lU9ar conocido como el Barrio Abajo por elingeniero Antonio Luis Armenta a fines del siglo

mayor encomienda de indios de ese sector delpaís".2A mediados del siglo XXaún conservabasu carácter de pueblo indígena, con un alto por-centaje de población nativa con cierto grado deidentidad de su pasado. Medio siglo después quisovolver nuevamente a Tubará para determinarcon más exactitud la fecha de su poblamiento,que fue bastante tardío en relación con otrossitios de la región.

Tratando de ser sistemático, también realizó unalabor de recolección de material cerámico que seencontraba en la superficie del radio urbano de laciudad de Barranquilla y, en ese entonces, lalocalidad vecina de Soledad. Loanterior demues-tra, que ya a principios de los años cincuenta,Angulo sabía que su trabajo estaba inscrito en uncontexto geográfico y cultural que iba muchomás allá de las fronteras regionales y nacionales,sin todavía conocer algún antecedente empíricoque sirviera de soporte a esta hipótesis. Soloteníael marco teórico, lo que le faltaba era tiempo yuna metodología arqueológica acorde a las exi-gencias que le planteaba el problema de ubicar elbajo Magdalena en la evolución histórica de todala región del Caribe continental e insular. 3

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LA AROUEOLOGIA COMO HISTORIA EN LA OBRA DE CARLOS ANGULO VALOES

En 1962, tuvo lugar en Barranquilla un Seminariode Arqueología de 15 días con estudiantes detodos los países de América Latina organizadopor el Instituto de Investigaciones Etnológicas dela Universidad del Atlántico. Este evento contócon el apoyo de Instituto Smithsonian, de laNational Sciencies Foundation y de la Unión Pa-namericana. Este importante encuentro tuvocomo objetivo adiestrar a un grupo de arqueólogosen la metodo cuantitativo de las reriaciones ytuvo como profesores al propio James Ford, aClifford Evans y a Betty Meggers. Por supuestoque uno de los asuntos discutidos fue lo relacio-nado con la colección de cerámica barrancoide

.1:Jt, encontrada en el sitio aledaño de Malambo. Como.• un resultado de esta jornada, Angula sintetizó el

IelMuseo y el instituto de investigaciones, impre-sionaron a tan ilustres visitantes y le ofrecieronen 1958 una beca para hacer en el InstitutoSmithsonian un curso de "Análisis, descripción einterpretación del dato arqueológico" y luego enTucson, en la Universidad de Arizona realizó elcurso de "Técnicas de excavaciones arqueológi-cas". Estos cursos tuvieron un énfasis especial enel "método cuantitativo para obtener cronologíacultural", conocido también con el nombre de"Seriaciones", el cual fue propuesto inicialmentepor James A.Ford amediados de los años treinta,y desarrollado posteriormente por otros investi-gadores norteamericanos agrupados en torno alInstituto Smithsonian de Washington. 7

Durante su estadía en Norteamérica tuvo la opor-tunidad, no solo de aprender, sino de compartircon los más importantes arqueólogos y antropó-logos de este país y de otros becarios de AmericaLatina. A su regreso a Barranquilla, tenía unavisión diferente de la arqueología, conoCÍaunametodología que era compartida por varios otrosespecialistas, se incorporó de lleno a lacomunidadcientífica que le correspondía y solo necesitabatiempo para continuar con su trabajo de averiguarel papel que le correspondía al bajo Magdalena enla historia temprana de las Américas.

conjunto de conjeturas sobre la relación entreMalambo yBarrancas en un breve informe que sepublicó en 1962 al mismo tiempo en inglés y enespañol. Angula ya contaba con varios cortesrealizados en Malambo, en uno de ellos, el corteNr. 3, recogió carbón vegetal en el nivel arbitra-rio Nr. 14, que da una fecha de 3.070 antes delpresente, con 200 años de posible variación."Esta fecha ubica aMalambo en una fase cronológicacontemporánea de los sitios de El Palito, La Ca-brera y Las Barrancas, excavados por IrvingRouse yJosé Cruxent, cuyas fechas radiocarbóni-cas están alrededor de los 3.000 años antes delpresente (l950).t'De este modo, al fijarse elpunto de partida de ambos sitios, lo que quedabapor delante era un arduo trabajo arqueológicoque ofreciera suficientes evidencias para diluci-dar la dirección que tuvo la influencia cultural,del Orinoco hacia el Magdalena o al revés. Casiveinte años después se lograría establecer conrelativa claridad la relación entre los dos sitios.

Todo este inmenso trabajo de fundar y organizarel Museo Etnológico tuvo lamentablemente untriste final. En 1962, Angula fue retirado de ladirección del Museo por una decisión de la direc-tiva de laUniversidad del Atlántico. Conesta fataldecisión se sepultó este gran proyecto de reso-nancia internacional y a los pocos años, muy apesar de Angula, ya era muy poco de lo quequedaba del Museo, que fue víctima del abando-no, del desorden y de la desaparición de piezasimportantes, 11 privando, de esta manera, a laciudad de Barranquilla de una parte importantedel patrimonio histórico prehispánico.

Después de abandonar el museo, Angula necesi-taba dedicarse a alguna actividad que le produje-ralos recursos necesarios paravivir con su familia.Enese momento no sintió mayor atracción por laacademia, sino mas bien cierto fastidio por laamarga experiencia que vivió cuando lo retiraronde la dirección del museo. Quizás buscando lamanera de combinar una actividad lucrativa sinabandonar del todo sus intereses científicos, se

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A fines de los años sesenta, elarqueólogo alemán HenningBischof, publicó los resultados devarias prospecciones yexcavacio-nes que venía haciendo desde 1961,cuando por primera vez visitó laCiénaga Grande de Santa Marta encompañía de Angula. El interés deBischof era la cultura Tayrona, porlo cual hizo un corte en el sitioMina de oro, al oriente de la des-

."" embocadura en la Ciénaga del ríoFundación. Lacontinuas visitas deeste alemán mantenían despierto a" Angula, en especial porque al bus-car Bischof las raíces remotas ydesconocidas de los Tayronas, po-dría encontrar algún antecedenteinteresante para el enigma deMalambo y Barrancas, además de ¿l""¡.,losposibles contactos entre lagente -V

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del continente americano. El conchero de PuertoHormiga, se constituye en un hito de la historiatemprana de América y del Caribe, y al mismotiempo se establece como una referencia obligadapara todos los arqueólogos que trabajaban en laregión. Por supuesto que la noticia de PuertoHormiga le produjo a Angula una gran inquietud,ya que su preocupación principal en esos años eradesentrañar el misterio de MaJambo, cuya expre-sión y único testimonio eran los fragmentos decerámica, la cual había sido asociada al sitio deBarrancas en la desembocadura del río Orinoco enVenezuela. Loúnico que se podía afirmar en 1965era que entre Puerto Hormiga yMaJambodebía de

existir algún nexo cultural que fal-taba por establecer a través de ex-cavaciones en el territorio quequeda entre los dos sitios. De todosmodos, se observaba que ambascerámicas estaban relacionadas,pero no era una evidencia suficien-te como para hacer afirmacionesdefinitivas.

decidió por adquirir dos fincas en dos lugaresmuy estratégicos. Una de ella en el piedemonte dela Sierra Nevada de Santa Marta que bautizócomo Taironaca, y otra al lado de la carreteraentre Barranquilla y Tubará que denominó SanCarlos. Durante una década estuvo produciendoleche, huevos, queso, frutas, etc., y al mismotiempo continuaba haciendo regulares prospec-ciones en el terreno, especialmente en la CiénagaGrande, en donde pudo ubicar y reconocer unagran cantidad de sitios arqueológicos. Sus cole-gas y amigos, al saber de las nuevas actividadesdeAngula, no desaprovechaban oportunidad parahacerle largas visitas para compartir los eventosrelacionados con la arqueología delCaribe.

A mediados de los años sesenta,exactamente en 1965, Gerardo yAlicia Reichel Dolmatoff publica- .ron los resultados definitivos de las : texcavaciones y hallazgos que ve-nían realizando desde 1961 en elfamoso sitio de Puerto Hormiga, enla desembocadura del Canal delDique, en las cercanías de Cartage-na de Indias. Este sitio fue encon-trado de manera casual portrabajadores de ganadería en laHacienda Pomares." Esta publica-ciónprodujo mucha inquietud entrelosinvestigadores de lahistoria tem-prana del Caribe. En primer lugar,porque la fecha más antigua del si-tio, corroborada por el procedimien-to del Carbono 14, procedimientode datación muy novedoso para laépoca además de costoso, dio unafecha de 5.040 años antes del pre-sente, con un margen de error de 70años." Además de la antigüedad, seencontró en el sitio una cerámicacon desgrasante vegetal, que en esemomento y hasta el día de hoy, esconsiderada como la más antigua

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LA ARQUEOLOGIA COMO HISTORIA EN LA OBRA DE CARLOS ANGULa VALDES

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En la Universidad del Norte, en esemomento una institución joven dereciente fundación en 1965, sereencontró nuevamente con sus li-bros, con el entusiasmo de los jó-venes estudiantes y el ambienteintelectual propicio que creabansus colegas de humanidades. Conel apoyo de la rectoría logró des-pués de un tiempo iniciar desdecero la misma labor que hiciera en1947, es decir, la organización deun laboratorio de arqueología parainvestigadores, como una semillatambién de un futuro museo ar-queológico. Paralelo a sus obliga-

En 1971, el historiador AntonioVitorino, en ese momento docentede la Universidad del Norte, le soli-citó a Angula que se hiciera cargode la asignatura de AntropologíaCultural para los estudiantes desicología. Después de una décadavolvía a la labor docente; con ciertareticencia hizo un semestre y seretiró, luego, ante la insistencia deVitorino, accedió a retomar nueva-mente su vocación de maestro aban-donada tantos años.

Esta tesis de Angula sobre el origen de la culturaTayrona, la cual sería una continuación de losgrupos del bajo Magdalena, nunca la formuló enalgún documento, debido seguramente a la faltade elementos empíricos y por su habitual afán derigurosidad científica,pero en conversaciones sobreel tema en pequeños círculos sí se atrevía a formu-lar sus conjeturas al respecto. Como las posiblesevidencias de la evolución histórica desde el ríoMagdalena hacia la Sierra Nevada debería ser laCiénaga Grande de Santa Marta, durante los añossesenta estuvo dedicado a buscar sitios y a prepa-rar futuras excavaciones sistemáticas para diluci-dar este enigma.

de Malamboy la de la Sierra Nevada. Lostrabajosde Bischof culminaron finalmente en una tesisdoctoral en la Universidad de Bonn en AlemaniaFederal en 1971." Estas investigaciones lograronestablecer algunos elementos empíricos sobre elorigen de la cultura Tayrona en cerámicas encon-tradas en el piedemonte occidental de la SierraNevada, pero nunca fueron suficientes para de-mostrar de manera clara un contacto cultural conla gente del bajo Magdalena. Estos hallazgos noeran los primeros, porque Alden Masan encontróen 1931una cámara funeraria en Nahuange, queindicaba que podría existir una posible relaciónentre la cultura Tayrona y las sociedades indíge-nas de la parte baja del río Magda-lena, es decir, conMalambo.15 Estosaportes de Bischof incorporabannuevos elementos de juicio a unapolémica que entre tanto ya for-maba parte de los temas recurren-tes en las conversaciones de losarqueólogos, el cual giraba en tor-no a los orígenes de la cultura •.Tayrona.

Afines de los años setenta, GerardoReichel formuló en su difundido ~texto incluido en el Manual de His-toria de Colombia su tesis sobre elasunto de los grupos de la SierraNevada. Según Reichel, ante la dis-continuidad que presentaban lasevidencias arqueológicas, lo llevóa "pensar en la posibilidad de quelos Tayronas sean de origen cen-troamericano y que hayan llegadoa las costas de Santa Marta por ~mar" .16La conjeturas de Angulo alrespecto iban en una dirección con-traria a Reichel, ya que sugería quela cultura Tayrona debió habersederivado de las sociedades del bajoMagdalena, una hipótesis de traba-

t.:'>Il_~,",/ jo que en ese momento carecíaV totalmente de soportes empíricos.

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Después de las excavaciones en la Ciénaga, endonde no se pudo establecer el nexo cultural quepodría haberse esperado, entre los hombres de laYuca de Malambo Y los hombres de la Sierra #.;, ••;¡~

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Los concheros excavados en la Ciénaga no logra-ron establecer algún tipo de nexo entre el GranRíoy la Sierra. Elmás antiguo de estos es del sigloIVdespués de Cristo, lo que significa que se tratade una prolonación en el tiempo de un modo devida que ya se había establecido en Puerto Hormi-ga, y en otros lugares de la línea costera, tres milaños atrás. Los seis concheros excavados en laIsla de Salamanca y en la Ciénaga Grande cubrenuna historia que comienza a principios del sigloIV después de Cristo, hasta desaparecer a finesdel siglo X, después de la llegada de las tribusCaribes desde el sur y del surgimiento de losgrupos de la Sierra Nevada de Santa Marta. Laexperiencia histórica de los hombres de estosConcheros plantea varios desafíos a la arqueolo-gía y la teoría de la historia, como por ejemplo lacuestión del desarrollo desigual de los modos devida en una región amplia como lo es el CaribeColombiano. Losconcheros son, sin duda alguna,un modo de vida que ya tenía más de tres milaños, y se re-establece en los momentos queMalambo estaba produciendo yuca cultivada des-de hacía más de mil años. Este ejemplo podríaservir para comparar las formas de vida en laactualidad en el mundo, en donde se observa, hoymás que nunca, que en la evolución de las socie-dades del planeta consideradas en conjunto en eltiempo, la experiencia de la sociedad industrialen Europa, Estados Unidos y en algunas ctrasregiones, es solo una experiencia que tiene ape-nas unos 250 años, mientras que en otras regio-nes del globo aún sobreviven formas de vidaconsideradas como primitivas por la ciencia ofi-cial del mundo industrializado. Conceptos como"subdesarrollo" o "progreso" no tendrían validezen una posible aplicación a la experiencia de losconcheros en relación con Malambo o con lanaciente cultura Tayrona.

De regreso a Barranquilla, le dio los últimos reto-ques al trabajo pendiente sobre laCiénagayfueronpublicados en forma de libro en 1978 porel Bancode laRepública,J7que era el primero que llevaba acabo con base en la metodología aprendida enEstados Unidos hacía más de veinte años. En suparte inicial, el libro ofrece un capítulo extensosobre el ambiente físico de la Ciénaga, que seconstituye en un texto pionero en el campo deecología, ya que la descripción se hace con unenfoque que en aquellos años no era muy frecuen-te. Además de la descripción de todo lo natural.incluyendo plantas, animales ymicroorganismos,da cuenta de la inmensa tragedia que y habíaproducido la construcción de la carretera Barran-quilla-Ciénaga construida por tramos desde finesde los años cincuenta y culminada con la aperturadel puente sobre el río Magdalena en 1974.

ciones docentes, comenzó a trabajar en el pro-yecto de una arqueología sistemática de la Ciéna-ga Grande de Santa Marta. Sus años de "Farmer"entre el piedemonte de la Sierra Nevada y la orillade la Ciénaga Grande lo convirtieron en un granconocedor de la región y le permitieron ubicar losprincipales sitios para realizar las excavacionesque permitieran establecer el lugar que lecorreponde a esta región en la evolución de lassociedades prehispánicas, los cuales, en su mayo-ría eran grandes depósitos de conchas yrestos demoluscos, que se conocen con el nombre deconcheros. Una breve pausa de este trabajo fue suasistencia al VII Congreso Internacional para elEstudio de las Culturas Precolombinas de LasAntillas, que tuvo lugar en la ciudad de Caracas.En esta oportunidad su ponencia la tituló "Laserie Barrancoide en elNorte de Colombia", en lacual retomaba nuevamente el tema tal como lohabía dejado en 1962, y que encontró acogidaentre algunos colegas y desconfianza en otros. Lapolémica fue provechosa porque se establecieronunas recomendaciones para abordar en formaintensiva el estudio de la arqueología deMalambo,incluyendo, hasta donde fuera posible, un reco-nocimiento del curso bajo del río Magdalena.

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LA ARQUEOLOGIA COMO HISTORIA EN LA OBRA DE CARLOS ANGULO VALDES

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Iun sitio que exigía con urgencia que se le aclararasu posición en la historia de la región. Losmate-riales, las observaciones, los libros, las visitas, lasfotos, las reflexiones y discusiones con los cole-gas sobre el papel de Malambo en la historia,serían ahora puestos sobre el escritorio parainiciar las excavaciones con el método de lasseriaciones aprendido hacía casi veinte años atrás.Este trabajo se realizó con los auspicios del Fondode Investigaciones Arqueológicas Nacionales yde la Universidad del Norte. Esta investigacióndio por resultado la comprobación de que losindicios encontrados en 1960, ahora transforma-dos en evidencias arqueológicas, demostrabanque en Malambo había existido una tradicióncultural un milenio antes de Cristo basada en unavida aldeana y en cultivo de la yuca. lB

Por supuesto que las conclusiones finales de sutrabajo de Malambo produjeron todo tipo dereacciones. La razones son más que obvias, yaque ubicaba a este sitio como uno de los primerosdel norte de Suramérica en donde se producen losprimeros ensayos de vegecultura, es decir elcomienzo de la llamada "revolución neolítica".Por otra parte, Malambo se convierte en el centrode difusión de un modo de vida aldeano yvegecultor en una vasta zona que alcanza hasta ladesembocadura del río Orinoco y parte de LasAntillas. Los investigadores que conocían la S8-

8"'~'"riedad de Angulo, incluyeron de inmediato sus

~ 1;.! ~conclusiones en sus investigaciones, publicacio-

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nes venia docencia universitaria. Voces escépti-cas sobre la veracidad o la pulcritud de la arqueo-logía de Malambo las hubo y las hay todavía endeterminados círculos colombianos, pero en loscentros de estudio de Europa y América su obraes y seguirá siendo reconocida.

Laevidencia que expone Angulo para afirmar quese cultivaba yuca está basada en que en el nivelabitrario del cual se extrajeron muestras de car-bón vegetal que dan como fecha más antigua1120 antes de Cristo, se encontraron Budares,que son las bandejas en donde tradicionalmentese produce el cazabe de la yuca brava (ManihotEsculenta Grantz). El estudio del sitio, que fuehecho con base en el método cuantitativo para laobtención de cronologías culturales, conocidotambién como método de la seriación, permitióestablecer "con suficiente claridad" que la intro-ducción de layuca produjo cierta estabilidad en lacomunidad indígena de Malambo, y luego unaumento de la población. También se observa un"extraordinario desarrollo artístico de la cerámi-ca yen indicios de una división del trabajo".

En la historia temprana del Norte de Colombia,Malambo se ubica alrededor de dos mil añosdespués de Puerto Hormiga y ados mil también delsurgimiento de los cacicazgos de la Sierra Nevadaen el sigloXIIIdespués de Cristo. Según Angulo, ycon base en los datos arqueológicos, la historia deMalambo se acaba en el sigloVIIdespués de Cristo,que es un período muy poco estudiado, quizás porla complejidad que presenta, ya que es elmomentoen que comienzan a llegar los grupos Caribesdesde el sur del continente. Angulo pudo recono-cer en los niveles superiores la presencia Caribe,pero nunca se dedicó a estudiar el problema delcontacto, conquista, invasión, asimilación o mes-tizaje entre los grupos Arawaks y los Caribes, queestá abierto a los investigadores.

Una vez culminada la arqueología de Malambo, yposeedor de una metodología probada ya dosveces con éxito, buscó hacia atrás de Malambo en

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LA ARQUEOLOGIA COMO HISTORIA EN LA OBRA DE CARLOS ANGULa VALDES

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¡e~ Santiago, pero como ya se mostró no fue así y las~ fechas y restos de este sitio son bastante tardíos.

Si la evolución cultural no pasó por Santiago,entonces debió haber sido por el Canal de Dique,y el lugar más propicio mirado desde la geografíaera sin duda la Ciénaga del Guájaro.

Los resultados de este trabajo representan lamadurez de Angula como científico, tanto a nivelteórico como práctico. Realizó primero una co-lección de superficie, que le sirvió luego para fijarlos sitios dónde realizar los cortes, los cualesresultaron ser muy abundantes en restos. Lossitios más importantes de esta excavación sonRotinet y Carrizal. Los análisis de Carbono 14demuestran que la primera ocupación de Rotinetse produce a mediados del tercer milenio antes deCristo (4190 antes del presente)yterminaaproxi-madamente hacia la mitad del segundo milenio,es decir, un poco antes de los posibles inicios deMalambo. Conbase en elmétodo de las seriacionesy cortes arbitrarios, se pudo establecer que elsitio fue abandonado por largo tiempo, hasta sure-ocupación a comienzos de la era cristiana, queAngula denominó período Carrizal. Rotinet estu-vo conformado por una serie de concheros conrestos de gasterópodos y algunas especies de mar.La cerámica encontrada tiene una similitud conMonsú, que se caracteriza por el predominio deformas sencillas, así como la tendencia al uso de

.,,,.;,"'i/I~: motivos geométricos en la decoración, lo que haceV que Angula haga un replanteamiento de la relación

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entre Puertro Hormiga, Monsú y Guájaro y laprolongación del modo de vida recolector-caza-dor en esta región. Todo indica que Rotinet nosignificó un cambio cualitativo en elmodo de vidarespecto a Monsú, Puerto Hormiga, Barlovento yCanapote, sino que se mantiene dentro de la com-binación de concheros y cazadores. Aunque "losbudares se encuentran presentes a lo largo de todoel período Rotinet", no se atreve a asignarle unaimportancia decisiva en la economía doméstica, lacual indica que se trataba de una combinación dela utilización que el medio ambiente les ofrecía. Elanálisis de los restos en los niveles superioresindican que a mediados del primer milenio surgenaldeas cuya alimentación era básicamente deyuca,sin abandonar del todo los demás recursos delecosistema. Ya al finalizar el primer milenio des-pués de Cristo estas aldeas acceden al cultivo delmaíz, en la misma época que lo hacen Tubará,Piojo, Cipacua y el Valle de Santiago.

Por razones de orden público, el profesor Angulatuvo que suspender las excavaciones, y en losaños que siguieron se dedicó a llenar algunosvacíos, a reflexiones sobre variados aspectos quecompartía con sus colegas de la fundación y a ladocencia y asesoría a los jóvenes arqueólogos ehistoriadores quienes lo visitaban en su cubículodel Departamento de Historia de la Universidaddel Norte.

Para la conmemoración de los 500 años de lallegada de Colón alNuevo Mundo, Angula prepa-ró una apretada síntesis de todo el proceso histó-rico prehispánico en el Norte de Colombiautilizando el concepto de Modo de Vida, que locompartía con uno de sus mejores amigos, elvenozolano Mario Sanoja y su esposa IrradiaVargas. Este folleto es de gran utilidad para losespecialistas en la materia, mas no para el públicoen general. Muchos de sus amigos y admiradoresde su obra hubiéramos deseado que esta síntesisla hubiera convertido en un texto mucho másextenso para su divulgación y que alcanzara unpúblico más amplio.

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JANGWA PANA

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Como profesor, fue un ejemplo de dedicacion, ycomo colega y amigo, se destacó por el respetoque tuvo por quienes vivieron a su lado.

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BIBLIOGRAFíA

Hasta una semana antes de su muerte estuvotrabajando, preparando materiales para su próxi-mo curso, revisando las investigaciones pendien-tes ypensando en los proyectos para el futuro conun entusiasmo admirable. Murió rodeado del ca-riño de sus familiares, de sus hijos Bettyy Carlos,de su médico y discípula Rocío Barragán, de susmás cercanos colaboradores y, sobre todo, deaquella tranquilidad que se obtiene después dehaber trabajado con pasión por su tierra costeña,con una honradez y pulcritud ejemplares desde supuesto de investigador y profesor. Nos deja ungran legado de conocimientos, una biblioteca es-pecializada y acumulada durante medio siglo deestudio, un laboratorio de arqueología y un sueño:crear un Museo Antropológico del Caribe Colom-biano, que a su vez fuera un centro de investigacio-nes y divulgación.

"La historia de nuestro país no comienza con lallegada del primer conquistador español, sinoque se inicia en el momento en que el primerhombre puso sus pies en el territorio de lo quehoyes Colombia, y desde entonces, comenzó laconstrucción de nuestra nación".

En la lápida de su tumba en el cementerio Jardi-nes del Recuerdo de Barranquilla se puede leer lasiguiente inscripción:

"Hacia el año 1130 a. Cencontramos en Malamboevidencias del consumo de la yuca amarga. Siaceptamos que la tradición Malambo fue, toman-do corno base los datos cronológicos. el centro dedifusión, nuestra visión sobre ella sería la deasignarle un papel clave en una de las etapas deldesarrollo cultural de América Prehispánica".

Después de 1992, se dedicó a preparar dos obras,ambas hasta ahora inéditas. Una de ellas prepara-da para la National Geographic titulada "Arqueo-logía de superficie del departamento del Atlánticoy regiones adyacentes", la cual se publicará en unfuturo próximo. La otra es un estudio del procesode difusión cultural de la tradición Malambo a lolargo del río Magdalena.

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11 Esta informaciÓn se obtuvo directamente en conversacionesdel autor con Carlos Angulo Valdés en la Universidad delNorte.

12 Reichel, Gerardo. Puerto Hormiga: Un complejo prehistóricomarginal de Colombia. Nota preliminar. En: Revista colombia-na de Antropologi"a, Vol. X. Bogotá: 1961.

13 Ibid. Excavaciones arqueológicas en Puerto Hormiga. Bogo-tá: Ediciones Universidad de Los Andes, 1965. El concepto de"presente" para la datación con base en el Carbono 14 es elaño 1950, fijado de manera convencional por el norteameri-cano Williard Frank Libby (1908-1980), quien desarrolló esteprocedimiento.

14 Bischof, Henning. Indígenas y españoles en la Sierra Nevadade Santa Marta, siglo XV1.En: Revista Colom?iana de Antro-pología. Vol. 24. 1982-1983. Resumen de su tesis doctoral deBono en 1971. «Diespanisch-indianische Auseinandersetzumgin der nordlichen Sierra Nevada de Santa Marta» (1501-1600).

15 Bischof, Henning. La cultura Tayrona en el área intermedia.

En: Memorias del "8 Congreso de Americanistas en Stuttgarty Munich en 1968.

16 Reichel, Gerardo. Colombia indígena: Período prehispánico.En: Jaramillo, Jaime. Manual de Historia de Colombia. Bogo-tá: CoIcultura, 1984. Pág. 95. Primera edición en 1978.

17 Angulo, Carlos. Arqueología de la Ciénaga Grande de SantaMarta. Fundación de Investigaciones Arqueológicas Naciona-les. Banco de la República. Bogotá. 1978.

18 Angulo, Carlos. La tradición Malambo. Banco de la República.Bogotá. 1981.

19 En 1952 publicó el primer y único número de la RevistaGeográfica un artículo titulado "El Departamento del Atlán-tico y sus condiciones físicas", aplicando las enseñanzas desu admirado maestro, el español Pablo Vila en la EscuelaNormal Superior de Bogotá.

20 Angulo, Carlos. Arqueología del Valle de Santiago. Norte deColombia. Bogotá: Fundación de Investigaciones Arqueoló-gicas Nacionales, Banco de la República, 1983.

21 Ibid. P. 170. La sigla A.D. que significa en latín Anno Domini,señala el periodo después de Cristo.

22 Angulo, Carlos. Relaciones de intercambio entre tres regionesarqueológicas del Norte de Colombia. Ciénaga Grande, SierraNevada y el bajo Magdalena.

7 Meggers, Retty J. y Evans, Clifford. Cómo interpretar ellenguaje de los textos. Washington, D.e. 1969.

8 Angulo, Carlos. Evidences of the Barrancoid Series in NorthColombia. School of Interamerican Studies. University ofFlorida. 1962. La versión en español aparació bajo el título de:Evidencias de la Serie Barrancoide en el Norte de Colombia. En:Revista Colombiana de Antropología. Bogotá. 1962. Vol. IX.

9 Ibid. Pág. 86-87.

10 Rouse, lrving y Cruxent, José. Arqueología cronológica deVenezuela. Vol. 1y Vol. n. Washington: Unión Panamericana,1961.

Sobre la vida de la ciudad de Barranquilla en los años cincuentavéase: Villalón, Jorge. Barranquilla en el tiempo de la prospe-ridad de milagro.1947-1957. En: Revista Huellas Nr. 40.Barranquilla: Ediciones Uninorte, 1994. También la obraperiodística de Gabriel García Márquez escrita en Barranquillacompilada por Jaques Gilard. Textos Costeños. Bogotá:Oveja Negra, 1983.

Blanco, José A. Tubará. La encomienda mayor de Tierraden-tro. Bogotá: Centro Editorial Javeriano. 1995.

Angulo V., Carlos. "Colecciones arqueológicas superficialesde Barranquilla y soledad" Divulgaciones Etnológicas. Vol.1II NO.5. Junio de 1954. Barranquilla.

También se publicó «Contribuciones a la arqueología deBarranquilla. Nuevo Horizonte», artículo que conocemosporque ha sido citado, pero que ni el propio autor conservaun ejemplar.

El Country Club forma parte de la Urbanización El Prado de losempresarios Parrisch ubicada en la Calle 76 con Carrera 53.Nuevo Horizonte es un barrio ubicado en la Carrera 43 entrelas calle 82 y 85 que tiene la característica de ser uno de loslugares más elevados de la ciudad con una visón panorámicadel río y su desembocadura.

Así lo cuenta el propio Angula en su libro Tradición Malambo.Pág. 14.

NOTAS

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