l. gil, panorama social del humanismo español (1997)

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Prólogos y epílogo

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Luis Gil Fernandez

PANORAMA SOCIAL_DEL HUMANISMO ESPANOL

(1500-1800)

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Ilustracion de cubierta:

Antonio de Nebrija, miniatura del s iglo XV-XVI

(Biblioteca Nacional, Madrid)

Impresion de cubierta:

Graficas Molina

1." edicion, 1981

2." edicion, 1997

Reservados todos los derecbos. El contenido de esta obra esta protegido por

LaLey, que es tablece penas de pri sion y/o mult as, ademas de las correspon-

dientes indemnizaciones por dafios y perjuicios, para qcienes reprodujeren,plagiaren, distribuyeren 0 comunicaren publicamentc, en todo 0 enpar te , una

obra literaria, artistica 0 cientifica, 0 su transformacion, interpretacion 0 eje-

cucion artistica fijada en cualquier tipo de soporte 0 comunicada a traves

de cualquier medio, s in Lapreceptiva autorizaci6n.

© LUIS GIL FERNANDEZ, 1997

© EDITORIAL TECNOS, SA, 1997

Juan Ignacio Luca de Tena, 15 - 28027 Madrid

ISBN: 84-309-2965-7

Deposito Legal: M-465 1-1997

Printed ill Spain. lmpreso en Espana por Rigorma Grafica, S.A.

Pol . Alparrache, Navalcamero (Madrid)

lNDICE

PR6LOGO PARA EXCUSAR UN EPlLOGO , """ , , ,.,., Pag. 9

PR6LOGO A LA SEGUNDA EDICI6N .., - .

ABREVIATURAS .,"., ., ..., .. .,.,., _ .,."".. 23

1.

2.

3.

4,

5.

6,

7.

8.

9.

10.

11 .

PRIMERA PARTE

LOS ESPANOLES Y LAS LENGUAS CLAsICAS

EL PRECEDENTE MEDIEVAL CASTELLANO ....LA {<BARBARIE» HISpANICA . .,., .

LATfN Y VERNAcULO ::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

LA STYLI TARDITAS, EXPLICACIONES CONTEMPORANEAS ... .. .. ..

EL PROBLEMA DEL METODO

EL «ANTONIO»: PECADO ORIGmAL"I:iE'LA " f i A .R i3 · A R I ' E · . . · . .LA DRAsTICA PEDAGOGIA ,.. . .LA «MUSIC A BARBARESCA» ,

...............................................................

LA RUTINA INVETERADALA REACCr6N ILUSTRADA·y·SUS"ENEMIGOS ... .. . ···. . ·. . ·. .. . , .. .. .. · .. .. .. ·

EL CASO ESPECIAL DEL GRIEGO ,.. :::::::::::::::::::::::::::::::::

SEGUNDA PARTE

IMAGEN POPULAR DEL HUMANISTA

1. LETRADOS, GRAMATICOS Y HUMANISTAS ..2. SOBERBIA Y HETERODOXIA .

3. LA PROPIA ESTIMACI6N CONDI'CI·ONADA·:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::4. LA VIRTUS LIITERATA JESUiTICA

5. UN CASO LIMITE: LA REPUBLICA L I T E R A R I A " : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : :6. VlLIPENDIO DEL GRAMA TICO , ..

TERCERA PARTE

REALIDAD SOCIAL DEL HUMANISTA

1. HUMANISTAS Y MECENAS 289

2. LOS MAESTROS DELATINIDAD ,......................... 325

[7J

17

27

4859

84

100

110

127

136

146

162

189

229

251

260

266

274

281

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8 PANORAMA SOCIALDEL HUMANISMOESPANOL (1500-1800)

3. LOS RELIGIOSOS EN LA ENSE'&ANZA ; , ,..

4. LA REAL ACADEMIA LATINA MATRlTENSE .

5. LAS REIVTNDICACIONES DELOS PRECEPTORES ~ , ..

6. LOS PROFESORES UNlVERSITARlOS ; 0 , .

7. LA DlFicIL DlGNIFICACr6N PROFESIONAL .

CUARTA.PARTE

INTOLERANCIA TEOCM TICA Y DIRlGISMO ILUSTRADO

l. LA INQUISICI6N Y LOS HUMANISTAS 0 , •

2; EL AISLAMIENTO UNIVERSIT ARlO , ..

3 . LA oPREsr6N INTELECTUAL , .

4. LA AUTOCENSURll..: UN CASO TiPICO .

5. CENSURA Y LITERATVRACLAsICA , .

6, LOS JESUITAS Y LA SELECCl6N DE AUTORES , , .

7. .LA DICTADURA DEL «BUEN GUSTO» , , ..

QUlNTAPARTE

LOS MEDIOS BIBLIOOMFICOS

1. LA PRODUCCI6N EDITORlAL .

2. EL LIBRO ANTE LA LEY ..

3. VALORACI6w SOCIAL DE,LLIBRO ..

4. LA.PENURlA BIBLIOGMFICA :..

5. LAS BIBLIOTECAS ,", .

ADDENDUM

TRElNTA A '&os DE ESTUDIOS DE HUMANISMO: ESBOZO BIBLIO-66 9

GMFICO0 ••• •• •• ••• •• •• •• · ••• •• •• ,0 , • .. • • .. •

REFERENCIAS BIBLIOGMFICAS .., , " , :.. 69 1

INI11(l:ONOMAsTICO , ,............ 71 3

3 40

358

36 5

37 1

39 5

40 5

4 40

4 49

46 3

4 74

4 9 9

50 8

51 7

55 7

593

613

6 48

PROLOGO PARA EXCUSAR UN EPILOGO

Nada causa tanta pereza, cuando se ha terminado de escribir un

libra de las dimensiones de este, como ponerse a redactar un prologo

oumpliendo con la tradicional costumbre de anteponer una admonitio

auctorise las emborronadas paginas salidas de la propia pluma. EI

prologo, supuesta cortesia con el lector, en muchos casoses un puro

intento demanipular su libertad, sugiriendole pautas interesadas de

lectura. En otros, pretexto parahacer la propiajusti ficaciono autoala-

banza, cuando no para polemizar con posibles detractores 0 zaherir a

rivales de diferente escuela 0 ideologia, Rara vez contribuye, aunque

retina las condiciones de ecuanimidad y de modestia cientifica, a defi-

nir el objeto de la investigacion y a dejar en claro cuales han sido los

propositos del autor 0 los metodos empleados en su trabajo, Lo se por

experiencia. Los prologos, 0no se leen 0, si se leen, contribuyen a des-

pertar la pereza del lector y a hacerle juzgar el contenido de una obra

por 10 que en ellos se dice, excusando la lectura de corrido.

Y, sin embargo, me siento en la obligacion de advertir sobre 10 que

pretende ser este libra, que se ofrece como un Panorama social del

humanismo espafiol y lleva unos limites cronologicos que no son los

corrientes en la periodizacion historica. Ante todo, debe insistir en la

primera palabra del titulo. Este trabajo no aspira a ser una historia, es

decir, un relato mas 0menos exhaustive y cronologicamenteordenado

de las diversas vicisitudes de nuestro humanismo, sino una vision de

conjunto de las circunstancias en las que se desarrollo e! trabajo de los

humanistas espai ioles desde comienzos del siglo XVI a finales del siglo

XVIII. Un «panorama», segun define el Diccionario dela Real Acade-

mia, no es otra cosa que la «vista de un horizonte muy dilatado». Impli-

cita, pues, err la misma nocion de «panorama» esta la de una cierta

perspectiva y la de una toma de posicion para alcanzar un punto de

mira desde donde se obtenga ese amplio atisbo. El angulo desde el que

se contempla aqui la documentaci6n historica es el «social», y 10 que

le ha movidoal autor a situarse en ese enfoque ha sido,como se vera

despues, su condicion de helenista. Esta adscripcion profesional a la

[9 1

 

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10 PANORAMA SOCIAL DEL HUMANISMO ESPANOL (1500·1800)

filologia clasica expl ica tambien qu e el termino «humanismo» 10

entienda en su pristino sentido de studia humanitatis, es decir, como

esa aproximacion al estudio del griego y del latin atenta a asimilar los

elementos enriquecedores de la natura1eza humana existentes en el

legado escri to de ambas lenguas, antes de que esos «estudios de huma-

nidad» se diversificaran, con el historicismo decimononico, en lasdiversas ramas de la orgullosa, relativista y aseptica Ciencia de IaAnti-

giiedad. El humanismo, en este sentido, desde sus primeras manifesta-

clones en el Quattrocento y Cinquecento Italiano (sigJos para los que

desde F . J. Niethammer se suele reservar el terrnino «humanismo»,

abarcando tambien sus diferentes modalidades europeasj.a sus deriva-

ciones en el racionalismo y empirismo posteriores es, ante todo, una

corr iente educativa que se mantuvo en vigencia hasta las postrirnerias

del siglo XVIII. Y esto es mas cierto aun en Espana, en donde, como

independientemente han sefialado Concepcion Hernando y R. L.

Kagan; la reanimacion de los estudios clasicos prornovida por la Ilus-

tracion no pretendia sino revivir las glorias del Sigle de Oro, unanocion esta de clara raigambre dieciochesca,

La difusion del humanisrno como movimiento pedagogico fue

acompafiada en el resto de Europa del desarrollo de una industria cul-

tural para el consumo de las personas cultivadas, que origino ese siste-

ma de ensefianza, Florecieron aSI la critica filologica e historica, la

arqueologia, la filosofla de la historia, la critica estetica, etc. Erasmo,

Melanchton, Camerario en A1emania; Mureto, Scaligero, Casaubon en

Francia, en el siglo XVI; Lipsio, Heinsio, Grevio, Gronovio, en el XVII;

Hemsterhuys, Valckenaer, en el XVIII, en Holanda; Bentley, Porson,

Elmsley, Dobree en la Inglaterra dieciochesca; Winckelrnan, Lessing,

Herder en la Alemania de la misma centuria, par no citar sino unos

nombres, can sus estudios filologicos y ediciones criticas, con sus

ensayos de estetica ehistoria, abastecieron la demanda de bienes cul-

turales, servidos par una pujante industria editor ial. En estas condicio-

nes cabe-y ya se ha hecho repetidas veces- historiar la filologia chi-

sica europea, distinguiendo periodos, escuelas, tendencias, y

rnarcando los hitos de un progreso enel conocimiento de la Antigiie-

dad cada vez mas amplio, mas profundo y riguroso. Pero i,cabe hacer

10 mismo en el caso de Espana?

Los filologos clasicos espafioles de Ia generacion de la posguerra,

en especial los helenistas, con el pudor tal vez de haber nacido a la vida

cientifica conla macula del pecado original (que fue a su vez una felix

culpa) de intentar regresar en 1938 a los esplendores de un pretendido

PROLOGO PARA EXCUSAR UN EPiLOGO 11

Siglo de Oro, sEEE~.2,~~$~tHl,~,~.r.t~~\1pes-tr£"nMU1~;?~r,m e . 1 conv,ellchniellto de que nada sernejante podia-

mos oponer a las realizaciones de.la grantraq!)3' i6ri TUimanistICa e u r o -pea. Confeccionar Iistas interminables de nornbres de autores y deobras de segunda fila, a 1apatriotica manera de un Menendez Pelayo,

se nos antojaba tarea sin objeto y tiempo perdido. Orgul losos de nues-tro autcdidactismo y de habernos puesto en contacto directo, gracias a

viajes a1extranjero y al conocimiento de las lenguas modernas, con la

filologia clasica que en e1mundo se hacia en la segunda mitad del siglo

xx, los helenistas nos sentiamos felices de no vernos estorbados en

nuestro trabajo por el peso.de una u:adifion defectuosa e ininterrumpi-

da (como era, en cierto modo, e1 c aso de los latinistas) demetodos de

estudio y de ensenama. Y, con esta altaneria, mirabamos can conmi-

seraci6n :- quii;," hurgando en el polvo de bibliotecas y archivos, se

ocupaba de exhumar el trabajo, en lamayoria de los casos inedito, de

nuestros predecesores, Par buena que fuera, una tesis doctoral de esa

indole estaba condenada a no recibir jamas en nuestras secciones defilologia clas ica la maxima puntuacion,

Sic rebus stantibus, por ser entonces uno de los mas jovenes f110-

logos de esa generacion, se me encargo en 1966 una ponencia para el

III Congreso Nacional de la Sociedad Espanola de Estudios Clasicos

sabre El humanismo espaiiol del siglo XVI), que acepte con la coni-

prensible reluctancia. Fruto de ella fue la relativamente extensa publi-

cacion del rnismo titulo que vio la luz en 1967. Intente abordar el tema,

10 confieso, al modo tradicional, buscando hitos a los que remit irme.

Me resulto imposible. Tan solo logre ofrecer una desmit ificaci6n par-

cial de los topic os sobre el Sigle de Oro entonces en vigencia, Para los

aires que en la ciencia oficial a la sazon corrian, la dicha ponencia,aunque solo circulo en el mundo reducido de nuestros filologos clasi-

cos, me granjeo algunos disgustos. Todavia tengo clavada en mi la

mirada que me dirigia durante su lectura el rostra venerable del

P . Errandonea, por quien sentia (y guardo en el recuerdo) una sincera

adrniracion y respeto. Pero el haberme dedicado durante algun t iempo

a vagar por el campo, en muehos parajes aun sin desbrozar, de nuestras

humanidades oper6 en mi el positivoefecto de hacerme reparar en Ia

gran injusticia que ~~Jos cOl!tinuad~res£e ~8§~:ful}f(s~)lq~ip-nesde J~'*?~~~~t~~",~etial!l0s con ~1UestrOdesprecio a BU labo,r.DespeHaC10 mi interes, des~entonces':'a1ft~rrr:ffrvatmfflfe<e(jtt'fu~sru.:

I Cf. Est. clas., XI, num. 51, 1967,pp. 211-297.

 

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12 PANORAMA SOCIAL DEL HUMANISMO ESPANOL (1500-1800)

dios propios de mi especialidad, no he dejado de ocuparme, bien de

r n an e ra personal, bien dirigiendo trabajos de mis alumnos, de temas de

esta indole. El resul tado de estas invest igaciones, algunas de las cuales

como las de Jose Lopez Rueda y Concepcion Hernando se publicaron

en su momenta, ha sido relativamente pobre en 10 que se refiere a

documentar logros del quehacer cientifico 0 pedagogico. Por el con-trario, ha sido de cierta importancia en 10 que toea a 1a sociologia del

saber.

Como rasgo comun de los studia humanitatis espafioles en el

periodo de tres siglos que dichas investigaciones han cubierto, salvo

los esperanzados intentos de apertura y aproximacion a Europa de

principios del XVI y finales del XVIII, se ha de sefialar la monotonia, por

un lado, y el ag6nico debatirse, por otro, frente a 10 que parece en cada

momenta ser su muerte definitiva. En la historia del humanismo espa-

fiol no hay hitos demarcadores que perrni tan una periodizaci6n seme-

jante a la de la historia politica 0externa. Todo es gris, lineal, sin luces

que destaquen claroscuros, n i accidentes que diversifiquen el paisaje.Todo es recurrente: el menosprecio socia l, las retribuciones miseras, la

penuria de medios bibliograficos, la ineficacia de los metodos peda-

g6gicos. Tal como si en tres siglos nada hubiese cambiado. Tambien

son parecidos los diagn6sticos y los remedios propuestos a la, dijera-

se, perenne crisis. Los intentos de reforma, igualmente, terminan todos

ellos en fracaso.

De esta pr i rnar ia averiguaci6n su rg io enmi 1a idea de que el meto-

do mas adecuado para historiar el hurnanismo espafiolera el proceder

a sensu contrario de los metodos al usa en la historia de la cultura. En

vez de inventariar logros, era preciso inyenta~llos, para esforzar-

~e p.o~ descubrir a traves de estosC\f~~~~:~I~:,,,Th~,,<i~~~;~~.~~I.?L~ue

~e;~,~~lfN?n:el,.~orm.a}"g~~~~P)l<~",9~"nU~~~~}i~:~t~,~o·'~~~'t.l;~~~:~;:el~t*~o. Y de esta Idea, aSI como de las sugestlOnes q'tle me'hacian

amigos y colegas de dar forma de libro, con un mayor euerpo docu-

mental, a mi referido estudio, ha nacido este trabajo, que hubiera sido

imposible realizar hace unos afios, sin esas investigaciones previas que

el lector vera reiteradamente citadas en las notas bibliograficas.

Se que el haberlo escrito me acarreara las criticas de quienes pre-

tenden monopolizar la concepcion cientifica de la historia y las de

ciertos profesionales del patrio tismo que estiman, como aquel obispo

diecioehesco, que «mas vale sabiamente ignorar 10 que no es eondu-

cente saber». A los primeros los tranquilizo repitiendo que este libro

no pretende ser una «historia», sino una visi6n panoramica de hechos

PROLOGO PARA EXCUSAR UN EPjLOGO 13

historicamente documentados, que como tal vision tiene algo de per-

sonal 0, por decirlo de otra manera, de ensayistico. Aparte, claro esta,

de que no hay una sola manera de concebir la historia, ni un u n i co cri-

terio para determinar 10 «historiable». De todos es sabido como Aris-

toteles tenia a la historia por algo menos filos6fico que la poesia, por

ocuparse de 10 particular y contingente y no de 10 universal, conformea las categorias de 10 verosimil y de 10 necesario, como esta, En cam-

bio, Mommsen, el gran historiador de Roma, veia en el historiador a

un poeta (en el sentido de «creadon que en griego tenia esta palabra),

porque al seleccionar 10 historiable venia en cierta manera a crear su

propio objeto. Tampoco es igual la concepcion judeocristiana de 10

historico como proceso lineal de acontecimientos irrepetibles, al sen-

tido ciclico en que Polibio, por ejemplo, explicaba la sucesion de las

constituciones politicas.

Pero que nadie piense que, por deformacion profesional, compar-

to esta concepci6n ciclica de la historia y que me incluyo entre los con-

vencidos del eterno retorno. Nada mas lejos de la realidad. Lo que sime inclino a creer, con un Tucidides (y perd6neseme la bachilleria), es

en la posibilidad de descomponer el acontecer historico en elementos

simples, cuyas combinaciones parecidas, en circunstancias s imilares,

pueden dar lugara acontecimientos analogos, Dicho de otra manera,

cuando el substrato del acontecer historico (los individuos en su con-

texto y condicionamiento social) varia poco y tampoco se suceden las

circunstancias de forma muy distinta, los hechos tienden, por decirlo

asi, a repetirse indefinidamente y la vida colect iva a hacerse es tatica,

Gracias a ello, cuando no se considera a esos elementos simples de

manera aislada e inconexa, sino en su conjunto e interacci6n, como

formando la urdimbre en donde se entreteje el fluir de los hechos, espo sible apreciar correctamente los pasados y analizar tambien los pre-

sentes sobre los que se abate, qui erase 0 no, el peso del preterite. De

esta manera,la historia puede seguir reivindicando el se r esa magistra

vitae que estimaron los antiguos que era.

Si este libro depara alguna clave para cornprender como se hizo

imposible en Espafia el.deseable desarrollo de las hurnanidades clasi-

cas, veria eolmado mi prop6sito. Y digo alguna clave porque fueron

mas de uno los faetores que entraron en juego. Ya va siendo horade

d,e:SC~F.tAfa~ L x r 1 . i cacio~el,..~!!lll?li~t,flS.a1re.ttaso,.c~fhi;~f'e~p~ifui7C~ti1 0

eI~~~~~;f~r~~~J~I,5\m~~~~$l~I.~Pl8~J9:~]1§iJi¥XiJ?1~~~]!!:.'

Ir:....~9J1.( con las consiguientes rea~clOnes a 10 Menendez ~~layo denegarese retraso precisamente para dejar a salvo laresponsabilidad del

 

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14 PANORAMA SOCIAL DEL HUMANISMO ESPANOL (1500-1.800)

Santo Oficio), el remitirse al «integralismo» del caracter espafiol al

estilo de Bell a meter en danza las tres castas at modo de unAmerico

Castro. POl'o tra parte, hay que sacar tambien de su perplejidad a quie-

nes reconociendo ese retraso, como Bennassar, no aciertan a explicar-

se como l!n pueblo que dio tan eximias m:u~stras desu genio en la lite-• ~ L . . ," " ~"" . ~. ~ 1 " • ., .'" , ·'> \ '. -< ,r· ·, .. . . ~ ~. - '.~ " + ' • • ' .- . "'''~''1~....~~-,1-

ratiira y en las artes plasHca,s;1as diera tanparvas .eJ.1~flJ!Iol,gSl11PP} Iactenci~~A l a - Y a r g o Q e r a s p i g i n a s " ' q l t e s i g u e n ~ c 6 n ' l h descripct6iidEi'lafe";~~nologia pertinente a nuestro objeto, aparecera suficientemente

delimitada la interaccion de los factores que frenaron el desarrollo de

nuestro humanismo, no muy distintos en sustancia de los que provoca-

ron el retraso cientifico y cultural de Espafia. Por ello, y por haber

escrito recientemente unos «Apuntamientos para un analisi s sociolo-

gico del humanismo espafiols ', donde anticipo en parte las conclusio-

nes a que me ha conducido este estudio, me siento eximido de la obli-

gaci6n de afiadirle un epilogo en donde se haga un elenco de las

rnismas. Quiero tener la cortesi a de dejar al lector en plena libertad

para que jerarquice los diversos elementos que intervinieron en el pro-ceso y asigne a cada uno de ellos e1g rado de responsabilidad que esti-

me conveniente.

Por ultimo, quisiera replicar de alguna manera a posibles recrimi-

naciones de «patriomasoquismo», de desconfianza en la capacidad

intelectual de los espafioles, 0 de pesimismo en la valoraci6n de los

hechos. Dire ante todo, haciendo mias unas palabras de Carnpomanes,

que no somos duefios de la calidad de estes, y que todo intento de ter-

giversarla, aparte de inutil, esta condenado aI fracaso. No hay, pues,

regodeo alguno en mi al revolver aguas turbias pasadas que no mueven

yamolino. Tampoco menosprecio la inteligencia, ni el temple intelec-

tual de quienes nos precedieron en la docencia e investigaci6n en estecampo. En su honor dire que hicieron posible el milagro de la tradici6n

humanistica espanola por el simple hecho de que, en medio de tantas

adversidades, se mostraron dispuestos a superarlas y a consagrar sus

vidas, en la pobreza de sus medios, til estudio del griego y del latin.

Pero he de confesar mi, al menos provisional, pesimismo, en 10 que la

valoracion de los hechos pasados contribuye al esclarecimiento de

situaciones presentes y a figurarse, sobre la base de estas, el sesgo del

futuro. El panoramacontemplado en este trabajo se situa, en su extre-

mo mas cercano, a una distancia de cas! dos siglos con respecto al

2 Cf. Est clas., XXIII, num, 83,1979, pp. 143-171.

PROLOGO PARA EXCUSAR UN EPiLOGO 15

momenta en que vivimos. Qu i en haya tenido la paciencia de recorrer-

1 0 por entero reconocera aqui y alla el germen de males que aquejan a

uuestra actual sociedad. Los «letrados» priman en la escala de valores

sobre los «humanistas» 0 los cientificos. Se desprecia a los profesores

y se los retribuye de un modo indigno. Las universidades estan masi-

Cicadas. Mueve al estudiantado mas el culto de Mercurio que el de

Minerva. Se de~tiD<l"a la ipyestiga,pipp, Wl.c .Jwx~ef1tSl j~,4!jd-.] ;U;R,g»\;!0

nacional bru to q u e )10&, ,cpl09a"'~11"~JJ1~nulti~q.,.1!Jgar:,4e"Ji!.l!I:9PAA,iElnumero de bibliotecas publicas apenas ha aumentado desde mediados

de la centuria anterior. E163 por 100 de los adultos espafioles jamas ha

lcido un libra; tampoco hay un solo libro en el22 por 100 de los hoga-

res espafioles. El porcentaje de prensa consumido por la poblacion se

aproxima peligrosamente a los niveles tercermundistas, etc, Las pagi-

nas de este libro, sabiendonos hijos del pasado, pueden en algo contri-

buir a la comprension del proceso que ha conducido a situaci6n serne-

jante, Pero, a diferencia del ingenue optimismo de un Americo Castro,

quien creia que el analisis correcto del preterite nos hace serdueiios y

110 esclavos de la historia, tengo para mi que el puro conocimiento decsta carece de la fuerza suficiente para superar la inercia que viene de

Icjos y se hace mayor, como bola de nieve, cuanto mas rueda por la

pendiente de los siglos. As! lopermite suponer en nuestro caso la expe-

riencia vivida. Para modificar la realidad, segun no se hartan de repe-

tir los marxistas, deben conjugarse la teoria y la praxis, 0como, con

mas modesta terminologia se ensefiaba en la catequesis: al examen de

conciencia deben seguir el dolor de coraz6n y el prop6sito de enmien-

da, Tras esta breve alusion a las razones de mi pesimismo, el lector

comprendera por que no quiero cerrar este libra con las tristes refle-

xiones de un epilogo. Q!Jier~Qslej1lr~~smenester d~ j~n : 1Q ,bJ~r_t9!Wilor-

t ing~$! l ih~§p$J ;wza. ,

 

Page 7: L. Gil, Panorama social del Humanismo español (1997)

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PROLOGO A LA SEGUNDA EDICION

Arrojado al baratro de la descatalogacion, como otros de sus her-

manos, al cambiar de dueiio la Editorial en que via la luz por primera

vez, este libra revive gracias a Tecnos. Esta circunstancia obliga a la

cornposicion de un nuevo prologo, genero Iiterario al que no soy muy

adicto, no solo para dejar constancia de mi agradecimiento, sino tam-

bien para hacer un comentario sobre la suerte y la andadura de este hijo

de mi ingenio. Aunque la Editorial Alhambra tenia la filosofia de que

cl buen pafio en el area se vende y no era amiga de promocionar sus

productos dando tres cuartos a! pregonero, 10 que explica el numero

relativamente cortode resefias que se hicieron a mi Panorama en el

momenta de su aparicion, el tiempo transcurrido desde entonces hasta

hoy 10 ha dado a conocer de un modo suficiente entre los hispanistas,

los filologos clasicos , los pedagogos, los his toriadores de nuestra cul-

ILIray el publico culto en general.

Donde mejor acogida ha tenido, como es logico, ha sido entre los

l'ilologos clasicos que en su inmensa mayoria han comprendido perfec-

tamente las intenciones del autor y el «mensaje» que queria transmitir,

si es que de mensaje cabe hablar en un libra de estas caracteristicas. Es

mas, les ha servido de acicate, algo que anteriormente no ocurria, para

realizar estudios en profundidad con excelente preparacion sobre infi-

1 1 idad de aspectos de nuestro humanismo, como podra observarse en el

addendum que acompafia a esta edicion. Tambien ha side bien recibi-

do entre los pedagogos que se han ocupado de la historia de la ense-

fianza en Espana, como demuestra el amplio numero de veces que es

citado en el libra colectivo coordinado por Buenaventura Delgado

sobre La educacion en faEspana moderna. Mas reticentes se han mos-

trade algunos hispanistas e historiadores de la cultura espafioles que,

molestos quiz a por.Io que estiman una intrusion en su propio campo de

mi Panorama, como perdonandole la vida le reconocen, si, su copiosa

documentacion, pero Ie achacan el no aterterse ala cronologia, el rea-

brir la vieja polemica sobre la ciencia espanola, el hacer acopio de

Iallos que igualmente se hubieran podido inventariar en cualquier otra

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18 PANORAMA SOCIAL DEL HUMANISMO ESPANOL (1500-1800)

parte, 0 el sobrecargar las tintas presentando una vision exagerada-

mente sombria de los hechos. A to do ello, dado que ellogos gegram-

menos, segun decia Platen, no puede por si rnisrno defenderse cuando

es injustamente atacado, quisiera yo como buen padre y valedor repli-

car debidamente.Criticas de este jaez demuestran en quienes las hacen, no que no

hay an eomprendido el tenor literal de este libro, pues los hechos en 61

estudiados se exponen y comentan-en roman paladino y en rigurosa

sucesion temporal, sino que no se han tomado la molestia de leerlo,

cosa por 1 0 demas harto comprensible dadas sus considerables dimen-

siones. En 10 que respecta al primer reparo, parece como si se consi-

derara un atentado contra la cronologia el revelar el «continuismo de

nuestra vida cultural a parti r de elementos si tuacionales que hoy no nos

son ajenos», que destacaba entre los meritos de esta obra L. Jaubert (El

Pais, 31 de junio de 1983). Refiriendose a un aspecto muy concreto de

dicho continuiarno, a saber, ala «distincion entre severiores disciplinae

o "materias respetables" y los mas criticos y menos respetuososstudia

humanitatis», cuyo origen remontaba a las condiciones sociales del

Medievo y que se mantuvo a 10 largo de los siglos, claro esta, con sus

correspondientes repercusiones economicas, Antonio Tovar escribia

(Gaceta Ilustrada, 6 de diciembre de 1981) resefiando mi Panorama:

Todavia cuando yo fui de catedratico de Latin a Salamanca no sehabia

extinguido latradicion de que los de la antigua Facultad de Artes, continua-

da por las de Filosofia y Letras y Ciencias, eramos gente de medio pelo. Y

asi era en verdad: en los antiguos reglamentos de la Universidad, mientras

que se atribuia terciopelo de dos y tres pelos a los arrogantes juristas Y cano-

nistas, a los pobres artistas les bastaba un terciopelo mas desvaido y ligero,

de medic pelo, que como frase hecha tuvo fortuna y dura todavia, s in que

para muchos sea claro el significado.

Y afiadia: «Es sirnbolico que en espafiol "letrado" signifique no

"gramatico" 0 "literate", sino precisamente "abogado" como Luis Gil

nos sefiala en su libro.» Si debe tacharse esta situacion de atentado con-

tra la cronologia 0mas bien de anacronismo, se 10 dejo al juicio del

lector.Por otra parte, lejos de negar la existencia de un Humanismo espa-

nolo de reabrir la viej a polernica sobre la ciencia espanola, mi Pano-

rama venia a zanjarla para siempre al demostrar que fue 10 que fue, no

el que no fuera, porque los condicionamientos sociales, economicos,

religiosos y politicos no le irnpidieron el ser, sino el ser de otra mane-

ra, Conocidos estes, para seguir ci tando a Antonio Tovar:

PR O LOGO A LA SEGU1\IDA EDICION 19

Se cornprenden las dificultades que hacen milagrosa lamisma existencia

de nuestra literatura: las tasas por las que se ponia precio oficial a cada plie-

godel Quijote, lasrevisiones inquisitoriales de bibliotecas y tiendas de libre-

ros, el doble indice, romano y de la Inquisicion espanola, por el que hasta

Fraga Iribarne-que ya es decir- seregulo la publicacion de libros [...J. EIrnilagro que son un Nebrija, un Pinciano, un Brocense, los sabios ilustrados,

se comprende deverdad cuando sepiensa enuna sociedad que hahecho suvo

unprincipio que Luis Gil recoge enlas fuentes mas seguras: «Mas vale sabia-mente ignorar 10 que no es conducente saber.»

Y que como tal principio este axioma no es propio de la derecha 0

II ' Ia izquierda, sino un componente del genoma cultural hispanico, 1 0

dcmuestra esa increible descarga en un 50 par 100 del contenido teo-

rico de las asignaturas los planes de estudio del actual bachillerato y Ia

rcduccion de su duraci6n ados miseros afios. Los recientes legislado-

res socialistas, aun sin saberlo, se han mostrado tan partidarios de la

santa ignorancia como las jerarquias eclesiast icas de antafio, Elimi-

nando de los planes de estudio todo 10 que no es conducente saber e

l!l.lIal~ndo por el mas bajo rasero elnivel de conocimientos de lajuven-Illd,.~l no se pone un urgente remedio, se llegara a la misma «plebeyi-

zacion» de la cultura espanola, que en su dia, como digo en este libro,

i1ropic~61a ~nquisici6n. Yen semej antes condiciones, milagro sera que

las Universidades puedan formar en el futuro, no ya cientificos de altu-

ra, sino 1iceneiados con un minimo de eompeteneia profesional.

Tampoco es justo argiiir que un libro como mi Panorama se hubie-

fa podido escribir sobre cualquiera de los humanismos europeos reco-

glcndo, pongamos por easo, las criticas de los maestros a Iaignorancia

de sus alumnos, ° la de los alumnos a la ignorancia de sus maestros.

I In ernpefio semejante hubiera abocado no mas que a un anecdotario

goliardesco 0 fraygerundiano, por carecer de una minima base en elcontexte historico. Los hechos que aqui se presentan se concatenan los

unos con los otros formando un sistema, de tal manera que cada uno es

1 0 que es en funci6n de los demas. La imagen que de si tenian los

humanistas, por ejemplo, no es sino un reflejo de la que de ellos se

h.abia formado el vulgo, atento a la posicion social qu e a 1 0 largo de los

siglos habia asignado a los grarnaticos lajerarquizacion tradicional de

los saberes; jerarquizacion que a su vez motivo la rivalidad de los

humanistas con los letrados y teologos, guardianes eelosos de su situa-

cion de privilegio. El fracaso de la ensefianza del latin se explica en

bU,enaparte por el c~rto ti~mpo dedicado a su ensefianza, una imposi-

cion del menosprecio social de la materia, que l6gicamente impidi6

una mayor presencia de esta en los planes de estudio, 10que correlati-

 

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20 PANORAMA SOCIAL DEL HUMANISMO ESPANOL (1500-1800)

varnente hubiera implicado un incremento en las retribuciones de los

humanistas, una mas alta consideracionsocial de su tarea y una mayor

estimacion de sf mismos por parte de estes. Todo un circulo vicioso, en

suma, que dificilmente podria repetirse de modo parecido en otraparte.

En cuanto a eso de recargar las tintas en la exposici6n de los

hechos, estimo que se trata de una impresion puramente subjetiva, ya

que S1 alguna cualidad tiene este libra es la ponderaci6n, como mues-

tra el relativamente corto espacio que asigno a las repercusiones y

efectos inhibi torios de la Inquisicion, el tema que mas se hubiera pres-

tado a salpimentar el relato con el recurso a 10 patetico, y el mucho

mayor que dedico a los aspectos econornicos que no habian sido teni-

dos 10 suficientemente en cuenta por mis predecesores. Tanto es asi

que esta especial atencion le ha conferido ami trabajo, aunque fuera

«a mio malgrado», cierto aire de «analisi marxiana», conforme me

advert ia un colega Italiano. Para gobierno del lector y en evitaci6n deequivocos, advierto desde ahora que ni soy marxista, ni 1 0 fui, ni tam-

poco a estas alturas de Ia vida espero serlo.

Pero, para ser justo, he de reconocer que superaron con mucho a

estos reparos, por 1 0 demas, formulados sin acritud alguna, como de

pasada y con sordina, los eIogios con que fue saludada la aparici6n de

mi P~norama. Y , a fuer de bien nacido, me siento en la obligaci6n de

mencionar algunos de los que mas a mano tengo para expresarles

publicamente mi reconocimiento. «Un libro excepcional» intitulaba su

resefia Maria Dolores de Asis (Ya, 14 de mayo de 1982). De «uno de

los sondeos mas hondos que se han realizado ultimamente sobre el

pasado cultural de Espana» 1 0 cali ficaba Jose L6pez Rueda (EI Uni-versal, Caracas, 20 de noviembre de 1982). Antonio Mestre concluia

su recension con estas pa1abras: «El libro de Gil es bastante mas que

un estudio historico sobre el humanismo espafiol. Constituye, en eI

fondo, un intento de profundizar en las raices de la actitud de la soc ie-

dad espafiola-desde la Administraci6n al pueblo llano- ante la cul-

tura. Y bien merece una serena reflexion» (Revista de Occidente

num, 12, 1982, marzo-abri l, p. 121). Elena Rodriguez Peregrina sefia~

laba como su mayor merito el haber buscado en la interaccion de mul-

tiples factores, rehuyendo los dogmatismos y las explicaciones sim-

plistas, la causa del retraso espafiol y afiadla que por su copiosa

documentacion constituye una inagotablecantera de datos para futu-

ros trabajos (Wolfenbiitteler Renaissance Mitteilungen, XI-I, 1987,

pp. 32-33). Y Lucien Clare, t ras dedicarle un rninucioso analisis, ponia

PROLOGO A LA SEGUNDA EDICION 21

fin a su larga resefia (Iberica, IV, 1983, pp. 199-206) con estas palabras

que prefiero no traducir: «Tout en mettant en oeuvre cette sereine et

aristotelicienne "phronesis" -intel ligence du moment , tact, doigte-

que vanta i t Gadamer et .en retournant aux sources de I'antique aucto-

ritas, Luis Gil fournit aux chercheurs et aux curieux, et plus speciale-

ment it l'historien des idees et de 1a culture, a l'hispaniste aussi bien

qu'au latiniste et a l 'hel leniste, un instrument de travai l d'une grande

portee.»

Cumplida la obligacion de enumerar los pros y los contras encon-

Irados poria critica en mi Panorama, solo queda referirse al motivo de

SLl reedicion y a las caracteristicas de esta. El motivo evidentemente ha

sido la desaparicion del mercado librero de una obra que, abstracci6n

hccha del juicio personal que a cada uno merezca, tiene por su exten-

sa documentaci6n un valor instrumental que todos reconocen. Aumen-

tar esa documentacion, cuando la ya existente de por S 1 sobra y basta,

o poner al dia la bibliografia citada en las notas, hubiera significado

converti r esta obra en un mamotreto i1egib1e e intransitable, De ahi que

haya optado por 1imitarme a corregir los errores que se escaparon en la

pr i rnera edicion y a introducir en el texto iinicamente las modificacio-

lies imprescindibles. Suplo esas carencias con un addendum biblio-

gr{, fico que estimo que aumentara la utilidad de e s u t ti a1 5 a j o ~ - .. . .c o . - -.' . .. . , _ - - : - .:<

Madrid, enero de 1997

 

---------------- .-.sruIII~ ...""_ 'I~_,I~_.._....,._~~_~ .__"_

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686PANORAMA SOCIAL DEL HUMANISMO ESPANOL (!500-! 800)

leta Pe~e~ Custodio, que se ~a o.cupado de los influjos poeticos (1990),

d~ la Blbha como.~ente de inspiracion epica y Hrica (1991) y de las tee-

rucas de ~laboraclOn textual en la poesia de Arias Montano, asi como de

la~relaciones enn:e poetica y ret6rica en la teoria literaria de Jeronimo

VIda y del humanista extremefio, reedito y tradujo al castellano (1995)

e.se~audaJoso torrente de hexametros latinos que son sus Rhetoricorumlibri qu~tuor, un ~erdadero opus .magnum,que habra sido precedido pot

una sene de trabajos sobre cuestiones de praxis y teoria re torica (1989,

1:91, 1995). Las odas VI y XI de los Humanae Salutis Monumenta han

sido co~entadas, tan!o en sus influjos horacianos (1990-1991), como

~n.s~s diferentes versiones (1992) por J. L.Navarro Lopez. Un epitafio

inedito de Arias Montano a su maestro Pero Mexia ha sido dado a cono-

cer por Joaquin Pascual Barea (1994-1995).

En 15~9, cuan~o se procedio a adornar en Sevilla la popa de la gale-

ra que sena la capitana de la flota de Lepanto, se encargo al maestro

Juan de Mal-Lara que eligiese los temas y las divisas, y asi junto a pin-

turas que mostraban las hazafias de Hercules y de Jason, se llen61a naoentera de cortos poemas Iatinos de su cosecha que las declaraban. Estos

poemas, que. se. conservan en la Descripcion de fa galera real manus-

cnta en la Biblioteca Capitular de Sevilla, junto con su traduccion en

verso castellano, los ha editado y estudiado Rocio Carande Herrero

(1990). Otro andaluz , oscu.ro gramatico del Estudio de Antequera aun-

que excelente poeta neolatino, Juan de Vilches, ha lIamado la atencion

de A. Canales (1961), del profesor Luque (1993,1994) y de Francisco

J. Talavera Esteso (198 I), que acaba de ofrecer una excelente edici6n

anot~~a y comen~ada (19~5) de la De variis lvsibvs Sylva. Los poetas

alcalllz~os ha? sido repe,hdas veces objeto de estudio por parte de Jose

Maestre. Domm!S0 Andres (1984, 1987, 1990), Juan Sobrarias (1985,1993), Pedro RlllZ de Moros ~199~). Igualmente Antonio Ser6n (J 989,

1990-~~91), cuyas obras habia editado J. Guillen Caballero (1982). El

pa~eglflco. a Fernando el Cat61ico de Juan Sobrarias ha merecido un tra-

bajo de Violeta Perez Custodio (1996), as! como sendos estudios el

poema a Mercurino Arborio di Gattinara y el Carmen ad inuictissimum

C_~rolumVr~alizados po~ J. L. Navarro Lopez (1993-1994), que tam-

bien ha es :u.~Iado la~ ed~clones que Juan Sobrarias hizo en 1513 y 1516

de la Vergilii Maronis Vita de Pietro Crinito (1993).

De Juan de Verzosa, poeta sobre el que realiz6 su tesis doctoral

(l?9!), se ha ocupado ~ada del Mar Perez Morillo en 1993 y 1996;

a~I~111smoEduardo del Pino (1995). El influjo de Tacito en la prosa his-

tonca de este autor ha sido analizado por Jose Maria Maestre (1996).

ESBOZO BIBLIOGRAFICO

Una esplendida edicion critica de la obra poetica de Jaime Juan Falc6,

con traducci6n castellana, notas y estudio introductorio a cargo de

Daniel Lopez-Cafiete, ha visto la luz en la colecci6n dirigida por el

profesor Morocho en Leon (1996). La Austriada de Juan Latino ha

side editada por 1. A. Sanchez Marin (1981). Sandra Ines Ramos Mal-

donado, que consagr6 su tesis de licenciatura a los epigramas delhumanis ta murciano Francisco Cascales (1991), ha tocado cuestiones

de detalle de esta producci6n epigramatica en 1992, 1993 y 1996. De

algunos aspectos de la poesia de Vicente Mariner ha tratado Antonio

Serrano Cueto (1990, 1994, 1996). Luis Charlo Brea ha dedicado una

monografia a la curiosa producci6n poetica del medico luso-espafiol

del siglo XVII Duarte Nunez de Acosta (1993) y a la del tarnbien medi-

co de finales de la centuria y principios de la siguiente Diego Tenorio

de Le6n (1988,1994). Joaquin Pascual Barea (1990-1991) nos ha dado

a conocer el Poema curioso al nacimiento de Nuestro Senor Jesucris-

to, hecho todo de versos de Virgilio, obra inedita de fray Jose de la

Barrera, novicio en el convento de San Agustin de Sevilla el afio degracia de 1631, y ha llamado la atenci6n (1994) sobre el Liber de arte

poetica del jesui ta Bartolome Bravo, publ icado en Salamanca en 1593,

que en realidad viene a ser un vademecum de la versificaci6n latina.

Ha editado y estudiados varios poemas latinos gadi tanos del siglo XVII

J. L. Navarro Lopez (1992,1994-1995).

** *

Evidentemente es mucho y buena 1 0 realizado en los estudios de

humanismo en estos ultimos afios, pero no puede sustraerse uno a cier-ta impresion de anarquia y descoordinacion. Se hace necesario, pues,

poner un minimo de orden en este campo para saber par d6nde cami-

namos y no dar palos de ciego en el desconocimiento de los trabajos del

projimo. A este efecto seria muy conveniente crear una revista especia-

lizada en Humanismo, Renacimiento y Barroco, 0 dedicar en exclusiva

a este campo alguna de las recien nacidas en nuestras Universidades,

con el fin de proporcionar informaci6n a hispanistas, romanistas y cla-

sicistas y ofrecer un cauce de expresi6n a sus investigaciones. Quiza

haya llegado el momento de fundar una Sociedad de Estudios Neolati-

nos y Renacentistas que peri6dicamente organizara congresos y toma-

ra a su cargo dicho 6rgano de informaci6n cientifica. En cuanto a los

trabajos que estimo urgente realizar sefialo los siguientes:

687

 

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688 PANORAMA SOCIAL DEL HUMANISMO ESPANOL (1500-1800)

1. Un r~p.ertorio de los escritores castellano-aragoneses del siglo

xv que escribieron en latin, semejante al realizado por Mariangela

Vilallonga con los catalanes.

2. La publicaci6n de las obras de dichos autores que permanecen

todavia ineditas.

3. Un repertorio de los escritores espafioles que emplearon el

latin como lengua .de expresi6n literaria en los siglos XVI y XVII, que

completara y continuase el Hispanorum index scriptorum Latinorum

Mediir==»: aeui de Manuel C. Diaz y colaboradores (1993),

el cual termina en 1560. A este respecto estimo acertadisima la elabo-

rac~6n d~l indice d~ ~is~oriografia hispano-latina renacentista que se

esta reahzando a i rncranva de Jenaro Costas (cf.su informe de 1993)

en el Departamento de Filologia Latina de la UNED.

4.. Una bibliografia tematica que completara dicho repertorio y

recogiera las obras mas importantes del siglo XI X (a veces (micas en la

materia) y las del sigloxx.5.. Imprescindible es la aparici6n peri6dica y regular de un Bole-

tin Bibliografico de Estudios Humanisticos, como el publicado par los

profesores del Departamento de Filologia Clasica de la UNED, Jenaro

Costas Rodriguez y Leticia Carrasco Reija, en 1992 y 1994.

. Como investigaciones que exigirian mas tiempo y que seria conve-

mente emprender cuanto antes indico estas:

1. La publicaci6n de ese corpus de poetas hispano-latinos que

:_eclamaba, tremta .a~os ha, Jose L6pez del Toro, con traducei6n espa-

nola y normas unificadas de ediei6n. Es esta una tarea que facilitaenormemente eI repertorio de Alcina y 1 0 mueho que ya se ha publ i -

eado.

2. La del corpus epistolografico de nuestros humanistas, qae

depararia una fuente de inestimable valor hist6rieo. Esperemos que

p:~nto yean la luz las cartas de Benito Arias Montano, cuya edicien

dirigen Juan Gil y Jose Maria Maestre.

3 .. La de un corpus de las inscripciones latinas renacentis tas, que

tanto nes?o corren de desaparecer al estilo del que yo hice (1991) de

los epitafios de los caballeros espafioles de Ia Orden de San Juan en La

Valetta.

. .4. _EIestudio de las ensefianzas de Iatinidad y ret6riea en nuestras

Universidades y el eenso de las escuelas de gramatica. Carecemos de

un elenco de latinistas de los siglos XVI y XVII semejante al que hicie-

ESBOZO BIBLIOGAAF1CO

ron de los helenistas de dichas centurias Lopez Rueda (1971) y Enri-

queta de Andres (1988). Las dificultades para su elaboracion, obvia-

mente, sobrepasan las capacidades de una sola persona, y esta es la

razon de su inexistencia. Por ello seria muy conveniente que en todas

las Universidades donde hay Departamentos de Filologia Latina se

emprendieran las pertinentes investigaciones en los archivos universi-tarios, provinciales y municipales, por medio de tesinas y tesis docto-

rales, en colaboraci6n con los departamentos de Historia y de Pedago-

gia si los hubiere. En este respecto merecen una especial menci6n los

estudios de Antonio Alvar Ezquerra sobre la Universidad de Alcala de

Henares (1996) Ylos de Juan Gil sobre la ensefianza del latin en Sevi-

l la en la epoca del descubrimiento (1991) Y1adifusion de dicha lengua

y dellibro grecolatino en America (1986,1990).

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