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Una luz estallaba en sus ojos, cálida y cegadora encandilaba y casi quemaba sus parpados. Era extraño, jamás había visto una luz tan intensa en medio de la noche. t!nito lnita" despertaba entre adormecido e impactado, atento al resplandeciente cielo que se en#rentaba ante $l. El enmarañado bosque donde se re#ugiaba de la #ría noche quedo estampado en una luz tan #uerte como la del sol de poniente en pleno nacimiento del verano. Un #ulgor resoplaba entre las pocas estrellas del cielo que no se vieron opacadas por tan bella explosi!n celestial, casi hasta el viento que corría entre los abedules podía recoger ese cálido destello que se deslizaba por la oscuridad de la noche. %e pronto la luz se hizo densa y tomo direcci!n #rente al mundo de donde lnita " observaba, una gran bola de #uego celeste y azul el$ctrico cortaba de &ur a 'orte las tierras de 'aos. (a luz se hizo sonido y el estruendo hacia remecer los viejos y duros troncos a su alrededo r, las montañas s!lidas y estáticas se trans#ormaban en tiritonas bailarinas que derrumbaban sus rostros al valle. )or un segundo todo ante lnita" retumbo, en su mente aun encantada y temerosa recorría la idea de que aquel estruendo #ácilmente pudo haber atra vesado más all á de los límites de 'air al sai# y que todos en 'ao s deberían esta r aterror izad os saltando de sus camas sin entender que pasaba o de donde venía tal monstruoso ruido. *rente a $l aun deslizaba a paso lento aquella bella silueta de #uego y misterio. lnita" se levant! del suelo y lentamente #ue girando su cuerpo siguiendo el recorrido de tan atrayente estrella caída del cielo, la miro hasta que la gran montaña de +vel se la secuestro de los ojos. un embellecido y enamorado de tan divino espectáculo y atrapado por la adrenali na y el deseo inexplicable y vicioso de querer volver a verla corri! hasta el abedul más cercano y alto que encontr! y desesperado trepo hasta casi donde las ramas comenzaban a doblarse y amenazaban con derribar su cuerpo al suelo rendidas por su peso. lo lejos, casi al llegar a 'ogh, las tierras del bosque negro, #ue que logro divisar una enorme polvareda y un #uego naranjo, de un incendio como jamás podría haberse imaginado y como de seguro ni un anciano ha logrado ver en su vida por 'aos. (a luz ya no era luz, la bella estela azul ahora era un gran #uego a lo lejos, en otras tierras, pero algo extraño había dejado esa luz en $l. n permanecía en su recuerdo y en su pecho. %esde aquel instante le surgi! una inquietud por volver a mirarla. sí sigui! su noche, abrazado al árbol con ambos ojos abiertos y atentos a cualquier señal de aquella aurora que le había robado el sueño. El #uego a lo lejos que tanto despert! su curiosidad ya se volvía solo humo y recuerdo , la helada noche del &ur se encar g! de apagar el incandesce nte #inal de la estrella, mas no en sus recuerdos y su coraz!n. -asi ya nacía la mañana, las primeras luces de poniente delataban un tibio sol que volvía a despertar y abrigar a los condenados sureños atados al #río eterno de cada estaci!n. )ues en 'aos las estaciones casi eran todas iguales, lo nico que las distinguía eran los solsticios y el #lorecimiento de los bosques que se atrevían a corromper el bravo y penetrante #río del valle que se escondía entre las montañas. El sol trajo de nuevo a lnita" a la realidad, casi de improviso al primer rayo que toco su rostro desisti! de la idea de esperar respuesta de la luz que ya había sido. ajo del abedul que por no corromper sus ilusiones se apiado de $l y no lo derribo por esa noche. %e seguro mas de alguien vio la luz que logre ver anoche/ %ijo lnita", mientras enrollaba una improvisada cama que tendi! bajo las ramas de un sauce la noche anterior. %eseoso por llegar al pueblo a comentar con sus hermanos lo extraño de tal maravilloso suceso tomo el camino mas corto entre senderos maltrechos y riachuelos poco pro#undos, la ansiedad no le daba abasto por llegar al viejo poblado de 'aos. 0oven y ágil, el sendero no #ue desa#i! para sus rápidas piernas y atentos re#lejos, de contextur a delgada se deslizab a por entre los árboles y matorrales como si el viento #uese el que describiera sus movimientos con suaves soplidos. lnita" era el hermano de en medio de tres hermanos, de mental idad curiosa y alma aventurera, jamá s lograba parar en su casa, pues siempre se las arreglaba para escabullirse por cerros y quebradas en busca de nuevos lugares perdidos por los bosques y montañas. %e piel clara como la nieve, solo recubierta por chalecos de lana, y pelo castaño era uno mas con el paisaje típico de 'air al sai#, donde la nieve y el eterno color otoñal de las hojas eran el paisaje permanente de esta tierra al #in del mundo. 1

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Una luz estallaba en sus ojos, cálida y cegadora encandilaba y casi quemaba sus parpados. Eraextraño, jamás había visto una luz tan intensa en medio de la noche. t!nito lnita" despertaba entreadormecido e impactado, atento al resplandeciente cielo que se en#rentaba ante $l. El enmarañadobosque donde se re#ugiaba de la #ría noche quedo estampado en una luz tan #uerte como la del sol deponiente en pleno nacimiento del verano. Un #ulgor resoplaba entre las pocas estrellas del cielo que nose vieron opacadas por tan bella explosi!n celestial, casi hasta el viento que corría entre los abedulespodía recoger ese cálido destello que se deslizaba por la oscuridad de la noche. %e pronto la luz se hizodensa y tomo direcci!n #rente al mundo de donde lnita" observaba, una gran bola de #uego celeste y

azul el$ctrico cortaba de &ur a 'orte las tierras de 'aos. (a luz se hizo sonido y el estruendo haciaremecer los viejos y duros troncos a su alrededor, las montañas s!lidas y estáticas se trans#ormaban entiritonas bailarinas que derrumbaban sus rostros al valle. )or un segundo todo ante lnita" retumbo, ensu mente aun encantada y temerosa recorría la idea de que aquel estruendo #ácilmente pudo haberatravesado más allá de los límites de 'air al sai# y que todos en 'aos deberían estar aterrorizadossaltando de sus camas sin entender que pasaba o de donde venía tal monstruoso ruido.*rente a $l aun deslizaba a paso lento aquella bella silueta de #uego y misterio. lnita" se levant! delsuelo y lentamente #ue girando su cuerpo siguiendo el recorrido de tan atrayente estrella caída del cielo,la miro hasta que la gran montaña de +vel se la secuestro de los ojos. un embellecido y enamorado detan divino espectáculo y atrapado por la adrenalina y el deseo inexplicable y vicioso de querer volver averla corri! hasta el abedul más cercano y alto que encontr! y desesperado trepo hasta casi donde las

ramas comenzaban a doblarse y amenazaban con derribar su cuerpo al suelo rendidas por su peso. lolejos, casi al llegar a 'ogh, las tierras del bosque negro, #ue que logro divisar una enorme polvareda yun #uego naranjo, de un incendio como jamás podría haberse imaginado y como de seguro ni unanciano ha logrado ver en su vida por 'aos. (a luz ya no era luz, la bella estela azul ahora era un gran#uego a lo lejos, en otras tierras, pero algo extraño había dejado esa luz en $l. n permanecía en surecuerdo y en su pecho. %esde aquel instante le surgi! una inquietud por volver a mirarla. sí sigui! sunoche, abrazado al árbol con ambos ojos abiertos y atentos a cualquier señal de aquella aurora que lehabía robado el sueño. El #uego a lo lejos que tanto despert! su curiosidad ya se volvía solo humo yrecuerdo, la helada noche del &ur se encarg! de apagar el incandescente #inal de la estrella, mas no ensus recuerdos y su coraz!n. -asi ya nacía la mañana, las primeras luces de poniente delataban un tibiosol que volvía a despertar y abrigar a los condenados sureños atados al #río eterno de cada estaci!n.

)ues en 'aos las estaciones casi eran todas iguales, lo nico que las distinguía eran los solsticios y el#lorecimiento de los bosques que se atrevían a corromper el bravo y penetrante #río del valle que seescondía entre las montañas.

El sol trajo de nuevo a lnita" a la realidad, casi de improviso al primer rayo que toco su rostro desisti!de la idea de esperar respuesta de la luz que ya había sido. ajo del abedul que por no corromper susilusiones se apiado de $l y no lo derribo por esa noche.%e seguro mas de alguien vio la luz que logre ver anoche/ %ijo lnita", mientras enrollaba unaimprovisada cama que tendi! bajo las ramas de un sauce la noche anterior.%eseoso por llegar al pueblo a comentar con sus hermanos lo extraño de tal maravilloso suceso tomo elcamino mas corto entre senderos maltrechos y riachuelos poco pro#undos, la ansiedad no le daba abasto

por llegar al viejo poblado de 'aos. 0oven y ágil, el sendero no #ue desa#i! para sus rápidas piernas yatentos re#lejos, de contextura delgada se deslizaba por entre los árboles y matorrales como si el viento#uese el que describiera sus movimientos con suaves soplidos. lnita" era el hermano de en medio detres hermanos, de mentalidad curiosa y alma aventurera, jamás lograba parar en su casa, pues siemprese las arreglaba para escabullirse por cerros y quebradas en busca de nuevos lugares perdidos por losbosques y montañas. %e piel clara como la nieve, solo recubierta por chalecos de lana, y pelo castañoera uno mas con el paisaje típico de 'air al sai#, donde la nieve y el eterno color otoñal de las hojaseran el paisaje permanente de esta tierra al #in del mundo.

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 2a en su sendero se alcanzaba a ver las desteñidas siluetas de las primeras casas del poblado. 3usticasconstrucciones de madera oscura con ventanas rectangulares y pequeñas, con tejuelas de alerce en lostejados y unas chuecas chimeneas. sí se vestía el horizonte a su paso. &u camino ya era ahora unsendero pedregoso y transitable, debía cruzar casi la mitad del poblado para llegar a su casa.

'aos, pueblo de madereros y cazadores, constructores y ganaderos. 3odeado por un anillo cordilleranoque culmina en 4ranos, un imponente volcán vestido siempre de blanco y nubes grises escupidas porsu propio sueño casi eterno, casi la joya #inal de un anillo blanco. (os imponentes bosques que cubrían

el gran valle daban a paso el claro justo para que la aldea se #orjara y expandiera. 5as de cien casas nohabían en 'aos, casi todas pequeñas de ancho, algunas de un solo piso, pero en su mayoría todas erande dos a tres pisos de altura, así era mas #ácil mantener las casas cálidas y abrigadas durante los #ríosinviernos. (a casa de lnita" era de dos pisos, de color índigo, desgastado por el viento, con unaventana grande y siempre atenta a los rayos del sol que apenas tocaban el 'orte, las demás eranventanas pequeñas no mas grandes que un caj!n de manzanas. (a puerta era gris casi descascarada ymuy alta, no porque la gente #uera alta, aunque gran parte si lo era, si no por raras costumbres dediseños de $pocas pasadas, era la parte de la herencia arquitect!nica del 'orte, desde donde alguna vezse cree llegaron los primeros habitantes de 'aos, aunque otros creen que 'aos siempre tuvo habitantespropios aun antes del gran diluvio que dividi! las tierras.

l entrar en su casa lo primero que vio #ue a su madre correr a sus brazos mientras sus hermanos ypadre quedaban atrás discutiendo con voces intrigantes y cada uno sentado en una silla di#erente. 6odosparecían asustados, sin duda su madre era la que más lo demostraba.

7%!nde estabas8/ %ijo 5inta"a, su hermano mayor/ 7)or qu$ no habías vuelto a casa despu$s de aqueltemblor de anoche8/ proclamo con voz exaltada y parándose con brusquedad desde su asiento. 5inta"ano solía ser agresivo ni levantar la voz, de los tres siempre a #ue el mas sumiso y calmado.

'o #ue un temblor/ %ijo lnita" tranquilo mientras se sentaba y dejaba aun lado del sill!n las mantasque usaba de cama.

7-!mo no iba a ser un temblor8 &i anoche todo se movi! y por mas de media hora la campana de latorre de la iglesia no dejo de moverse y sonar por el movimiento de la tierra/ respondi! 5inta el padrede lnita".

ni, la madre, se acerc! con una tasa de ca#$ caliente y una tostada donde lnita", mientras $l seprestaba a contar que había visto y explicar porque no había sido un temblor / *ue una estrella queexploto y cay! sobre la tierra, por los bosques de 'ogh / %ecía tan tranquilo mientras tomaba el ca#$ ycomía una mascada de pan, como si estrellas explotaran cada noche sobre 'aos.9ncr$dulos pero atentos miraba su #amilia. lnilam, el menor de los tres hermanos, era el nico con carade intriga y postura curiosa sobre el asunto.

2 7-!mo era la estrella8/ %ijo con voz despreocupada lnilam, como queriendo encubrir su claracuriosidad latente.

Era cálida y brillante, de un tono muy azul y corría lento por el cielo desde &ur a 'orte. 2o estaba sobreel monte 3ush cuando detrás de la vieja montaña +vel cay! hasta que solo vi #uego por el bosque de'ogh./ %escribi! lnita".

2 7El temblor8 7-!mo lo explicas8/ pregunto 5inta, mirando a lnita" y a sus hijos mientras

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levantaba los brazos en señal de pregunta.

'o lo s$, solo s$ que despu$s de la explosi!n y antes de que #uera como una lanza de #uego por el cielola tierra se remeci! y hasta las montañas caían por el sonido. *ue como un trueno pero con #uerza/-ontesto lnita" con ojos abiertos, casi los mismos ojos de asombro que tenía cuando vio la estrellacaer mientras miraba de #rente a su padre.

6ruenos que mueven la tierra / ;ablo ni desde la cocina/ %e seguro estabas durmiendo a esa hora y

solo el movimiento llego a despertarte, y quizá ni eso, con lo bueno para dormir que eres.

;ablo enserio mamá, de verdad #ue una estrella al caer 76 me crees verdad8/ )regunto señalando alnilam, que mantenía una cara pensativa en su hermano.

El joven hermano sinti$ndose casi atacado con la pregunta que lo despert! de su estado deconcentraci!n mientras imaginaba lo descrito por lnita" miro asustado a su hermano y solo asinti!con la cabeza y sutilmente dijo / lnita" nunca ha mentido, además si es así an debe verse #uego a lolejos en 'ogh o las montañas derrumbadas 7o no8 / termino la #rase mirando a 5inta"a y su padrecomo buscando aprobaci!n en su idea. )ero cada uno de los dos estaba metido en su propiocuestionamiento de los hechos.

<uizá haya sido una estrella, a veces se ven caer cosas desde el cielo. )ero que sea la culpable de untemblor y una explosi!n como dices me cuesta creerlo/ 6ermino por decir 5inta"a despu$s de unalarga re#lexi!n en silencio.

Estrella o temblor no quiero a nadie con el est!mago vaci! pensando, así que a almorzar y más aun sidespu$s les toca ir a buscar leña. %ijo ni mirando a todos e insinuando duramente con la mirada alnita" y lnilam para que #ueran al bosque despu$s de almuerzo por leña.

(a #amilia almorz! tranquila, ya casi olvidando el tema, solo hablando del trabajo de la casa y derumores o comadreo de vecinos y noticias de lejanos #amiliares. l terminar de comer los dos

hermanos menores, lnita" mayor que lnilam, tomaron un morral y una #irme nueva carreta demadera y unas hachas que cargaron encima de la carreta. 6omando dos bueyes unidos por una yuntaenlazada a la carreta tomaron destino a los bosques de 3ush, mismo lugar donde lnita" estuvo lanoche anterior. El lugar no #ue al azar, lnita" claramente quería volver al lugar y subir arriba delmismo abedul para ver si alguna noticia nueva le traía el lejano horizonte, además como vio que suhermano había estado pendiente e interesado por el tema se la haría mucho más #ácil de convencer paraque volvieran a 3ush a indagar más del asunto.%urante el camino el tema nunca #ue la estrella, hablando de mujeres y molestándose uno al otro #ueronavanzando entre las colinas hasta el alto monte. Entonando viejas canciones de leñadores sobre batallasentre leyendarios hombres y su lucha con árboles vivos, así #ue como se les paso el tiempo hasta quellegaron cerca del claro donde lnita" había dormido la noche anterior.

=en apurate/ %ijo lnita" dejando las cosas botadas al lado del camino y corriendo hacia el abedul.

7%!nde vas8/ 3espondi! lnilam mientras tomaba un leve trote tras su hermano que ya escalaba condesesperaci!n el árbol.

%esde aquí se ve donde cay! la estrella, apura sube/ %ijo lnita" desde casi la mitad del árbol y convoz agitada por haber corrido y por la ansiedad de subir.

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&in mas preámbulos y divagaciones lnilam se trepo por las primeras ramas que alcanzo, la curiosidadle despert! desde lo pro#undo del vientre y sin darse cuenta ya casi alcanzaba a su hermano por elárbol. %e a poco se con#irmaba la historia de lnita", la montaña de +vel si mostraba un rostroescarpado y distinto al de otros días y al llegar a la copa an se podía divisar el humo que se emanabadesde 'ogh. unque pálido y poco denso, an era visible la estela de humo que había dejado elimpacto.lnilam estaba maravillado, no le caía en la cabeza el como algo podía caer del cielo y generar algo tangrande. 5as aun imaginar todo aquel espectáculo descrito por su hermano ya era complicado para $l.

(e hablo a lnita" que estaba con la vista clavada sobre el 'orte, tanto así que no escucho la voz de suhermano que le decía / lni 7<u$ crees que haya sido8 7%e verdad crees que #ue una estrella8)ero nada, lnita" estaba tan abducido por la necesidad de ver mas allá de lo que el horizonte le o#recíaque no respondi! nada. lnilam ignoro que su hermano no respondiera y sin molestarlo sigui! mirandoel humo y cuestionándose que había sido.-uando ya había transcurrido mas de una hora y tal espectáculo comenzaba a ser repetitivo y aburridolnilam volvi! a hablarle a su hermano/ 5e bajare, esto ya me aburri!, además debemos volver a casahay mucho mas por hacer allá/ )ero lnita" no respondía nada. 6omando una pequeña piedra queguardaba en el bolsillo lnilam logro despertar a su hermano del trance en que se encontraba con uncertero golpe en el hombro.

%ejame en paz/ 3espondi! enojado lnita", como jamás antes había respondido.

lnilam lo quedo mirando con ojos asombrados, nunca lo había tratado así por tan poca provocaci!n opor alguna mayor. lnita" mir! hacia abajo y cuando vio la cara de asustado de su hermano recobro elsentido y le dijo ? )erd!n, estaba distraído pesando leseras, vamos tienes raz!n bajemos de aquí yterminemos luego que ya me volvi! a dar hambre.

ajaron lentamente el alto árbol, ya no había apuro o ansiedad como la misma que tuvieron para subir.vanzaron devuelta al camino tomando las cosas botadas y los bueyes que aun aguardaban en elcamino. vanzaron un par de metros mas hacia unos robles y comenzaron a talar grandes ramas ytroncos ya caídos por los años o el viento.

sí llego la tarde, despu$s de unas cinco horas talando. (a carreta ya no daba abasto, pero an semantenía estable. (os bueyes como si nada ante el peso que arrastraban iban marchando lento y #irme.%e aquella tarde ya quedaban las huellas del paso de las ruedas hundidas en la tierra de aquel monte.puremos el paso dijo lnilam adelante de los bueyes con una larga varilla para animarlos a caminar,mientras lnita" se quedaba con el hacha en el hombro mirando desde el camino hacia el 'orte auncon curiosidad por volver a mirar el bosque de 'ogh.&i el hambre no hubiera atacado el est!mago desde tan temprano #ácilmente y sin dudarlo se hubieraquedado mirando con cara perpleja e inmutable el horizonte por horas. )ero el hambre pudo más yhabía que volver a casa sí o sí.5ientras entraban al pueblo y detrás de ellos corriendo con una bolsa venía 5inta"a, sin que los doshermanos los vieran apareci! al lado de ellos con cara sonriente y mostrando la bolsa en señal de que

había comprado.

;oy comeremos carne de ciervo / dijo con una sonrisa que atravesaba su rostro de oreja a oreja. *eliceslnita" y lnilam encontraron otra raz!n para apurar la marcha y sentir crujir an más sus hambrientosest!magos.

ni los esperaba al costado de la casa recogiendo verduras y #rutos de una pequeña huerta que ellamisma había armado, como se acostumbra a hacer en el &ur.

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uenas tardes mis olvidados leñadores / dijo con voz burlona y claro sarcasmos a sus hijos por habersedemorado tanto / 7#ueron a esperar que crecieran los árboles antes de cortarlos8 / pregunto mientras selevantaba y limpiaba unas raíces.

ntes de que lnilam respondiese lnita" se adelant! y para que no se delatara de que anduvieron en3ush viendo la estrella caída dijo ? A*uimos a ndarusB

7)or qu$ tan lejos8/ dijo 5inta"a dándose vuelta y mirando a sus hermanos con cara de asombro.

)orque así lo quisimos / respondi! lnilam entendiendo que su hermano no quería que se supierarealmente de donde venían. &iempre hubo una gran complicidad entre los dos hermanos menores, casisin la necesidad hablarse tan solo con mirarse eran capaz de entenderse y encubrirse el uno al otro.

)or lo mismo tenemos mucha hambre / se apresur! a decir lnita" / 7En qu$ ayudamos mamá8

En nada, está todo listo y servido, el ciervo es para la noche / les indico ni, mientras decía / Unamadre siempre sabe cuando sus hijos andan con hambre. (o cual era bastante obvio si se hablaba de su#amilia pues de los cuatro hombres solo 5inta"a no era tan bueno para comer, pero aun así comía másque una persona comn y corriente. (a once #ue tranquila y ya nadie hablaba del temblor, claro nunca

habían sentido uno tan #uerte y extraño, pero de todos era sabido que siempre temblaba en estas tierras.-uando ya todos estaban satis#echos y ni junto a lnilam levantaba los platos 5inta"a tomo lapalabra y dijo / +mar el del almac$n dice que igual vio una luz anoche, antes del temblor.

7%e verdad8 / hablo lnita" #irme y atento.

sí es, t sabes que igual el viejo esta medio loco ya, por la edad ? explico / )ero aun así dice algo bienparecido a lo que nos contaste. Excepto que me dijo que la estrella le hablo y le contaba secretos 7 tino te contaba secretos verdad8 / termino de contar junto con una risa #uerte, donde el resto igualtermino riendo.

2a no molestes / dijo lnita", y se aprontaba a levantarse de la mesa cuando 5inta"a volvi! a hablar.

'o, si es verdad. l menos coinciden en lo que tu cuentas y claro de seguro el pobre viejo imaginademás / Explicaba mientras miraba a su padre con seriedad y mientras ni y lnilam esuchaban conatenci!n desde la cocina / %e hecho para que veas que te creo quiero que me lleves mañana hastadonde supuestamente viste la estrella, quiero ver si aun se ve humo y además quiero enviarle una cartaa 3ams que es de mas al 'orte por si vio algo tambi$n o si algo mas se ve desde allá.

%udo que 3ams vea algo, su casa esta en un hoyo / se escucho desde la cocina con la vos de lnilam.

'o te burles de tu primo / %ijo 5inta / =ive en una quebrada no un hoyo y lnilam tiene raz!n dudo

que haya visto algo además su casa aunque queda mas al 'orte tambi$n esta mas al +este y las colimasru" cubren esa zona. 6endría que haber estado sobre ellas para ver todo lo que ocurri! y aun así sonmuy pequeñas para llegar a ver hasta 'ogh. 5inta tenía raz!n el primo 3ams jamás hubiera visto loque ocurri! por donde vivía además era demasiado #lojo para subir tal colina a mirar una simpleestrella.

6e llevar$ mañana a 3ush / dijo contento lnita" al ver la aprobaci!n de su hermano mayor / y verás,espero, el humo que aun debe quedar de la colisi!n.

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Esa noche lnita" no quiso salir a vagabundear como solía decir, pre#iri! quedarse en su casa y desdesu ventana en el segundo piso mirar la montaña +vel. Una y otra vez en su mente volvía el recuerdo detan cegadora luz e#ímera que lo cautivo, en su pecho crecía cada día mas la curiosidad y las dudas detodo ese #en!meno. &e prometi! al acostarse que apenas cantara el alba iría donde el viejo +mar apreguntarle que #ue lo que $l vio, qui$n sabe si vio algo que $l ignoro o si realmente la estrella hablaba.

(a noche se hizo corta, de aquellas noches donde un parpadeo de ojos bastaba para que el sol se

escabullera por la ventana, despert! muy atento y recordando lo pensando antes de dormir. &e visti!rápido y bajo a tomar desayuno, #ue casi el primero, solo ni y lnilam estaban en pie arreglando lamesa. -orri! la silla para sentarse y se apresur! a comer lo poco y nada que estaba servido.

6an rápido que comes / insinu! ni, como una clara indirecta de que debía masticar mas lento porcortesía ante ellos.

&aldr$ temprano hoy, ir$ donde el viejo +mar por lo que cont! 5inta"a ayer / replico lnita" mientrascasi tragaba un pan bañado en dulce de moras.

Estas bastante obsesionado con el tema / le comento su madre con la intensi!n de sacarle una respuesta

o idea que delate las intenciones de tanto inter$s. lnilam solo escuchaba y miraba de reojo a su madrey hermano, mientras recordaba el día anterior en al bosque y aquellas reacci!n brusca y poseída quehabía tenido lnita" ante tan pequeña provocaci!n.

)ara nada / dijo lnita" calmado / &olo es grato que alguien mas viera lo que vi y así sentirmeapoyado, no me gusta que descon#íen tu sabes.

(o sabemos / le decía su madre mientras colocaba una tasa al lado de $l y despu$s colocaba una manosobre su cabeza / &olo que no puedes esperar que tres hombres tercos como tu padre y hermanoslleguen a imaginar semejante idea.

Entonces 76 si me crees8 / dijo lnita" a su madre buscando aprobaci!n.

-laramente ni no lograba tampoco imaginar que tan grande espectáculo haya ocurrido o que hayasido el culpable del temblor de hace dos días ya. )ara no decepcionarlo respondi! con #alsa humildad ? 'o es muy importante lo que esta pobre vieja piense / sí se sac! los pillos y sigui! con sus laborescomo si nada.

A2o si te creoB / %ijo lnilam, con cara de alegría y re#lejando que desde hace rato deseaba ser parte dela conversaci!n.

Dracias lni, al menos tu siempre me apoyas ? gradeci! lnita" / &i quieres ven y acompáñame a

interrogar este viejo loco.(os dos j!venes salieron temprano de su casa cuando la niebla aun reinaba en la ciudad y las casas eran#antasmas que se escondían entre la tela blanca y #ría de la mañana. 6odas las chimeneas se veíanencendidas por el humo que emitían, en el &ur toda la gente se levanta temprano.vanzaron cuatro cuadras desde la casa pasando por la plaza central donde grandes troncos de distintasalturas se encontraban enterrados al centro de la plaza, y todo rodeado de árboles no mas altos que lascasas de tres pisos. 'o muy lejos ya se veía al viejo +mar, medio encorvado y muy abrigado enchalecos y capas de lana, $l viejo tenía ya casi ochenta y siete años, su pelo era todo blanco o lo quequedaba de su pelo, ya que al centro de su cabeza reinaba una mollera pelada y opaca. &iempre se

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levantaba al alba para sacar las tablas que cubrían sus ventanas y correr una pesada puerta para abrir sualmac$n.

uenos días / proclamo el viejo apenas vio la sombra de los j!venes cruzando la niebla.

uenos días / respondieron a coro ambos hermanos.

son ustedes, los niños 6ur / dijo +mar identi#icando a los j!venes.

6ur era el apellido de la madre de los hermanos, en 'aos el apellido que se heredaba en lasdescendencias era el de la madre y el del padre solo quedaba como segundo apellido.

;ola don +mar 75e recuerda8 &oy lnita" 6ur hijo de ni 6ur de la calle 6ranquen / 9ndicaba el jovenseñalando además la direcci!n de la calle con el brazo.

)or supuesto que se quienes son, ser$ viejo pero no un desmemoriado y aunque est$n tan grande siguensiendo y vi$ndose como los mismos ladronzuelos pequeños que solían jugar por el poblado. %íganme7En qu$ puedo ayudarlos8 / dijo el viejo vendedor mirando #ijamente a los dos hermanos.

Escuche de mi hermano mayor 5inta"a que usted había visto algo en el cielo hace dos días, la noche

del temblor para ser exacto / decía lnita" con voz curiosa como si #uese un desentendido del tema.

h si si si, A(a bola de #uegoB / respondi! +mar, con voz clara para ser un hombre de tal edad, mientrasmiraba el suelo recordando y levantando la cabeza y la mano indicando la direcci!n de lo visto / unagran rareza de esas que solo ves una vez en la vida de seguro. 2o estaba desde mi ventana, aun no medormía cuando una gran luz destello en toda la habitaci!n, tanto o mas clara que la luz de día. sustadono me atreví a mirar por la ventana pensando en que era el día #inal / pauso su relato mientras apuñabasu mano sobre el pecho en señal religiosa ? )ero por los cinco que no era tal día, despu$s de la luzsentí el #uerte golpe que remeci! todo y el temblor que provoco me tiro de un salto de la cama y melevante del suelo y me plasme en la ventana atento a ver que ocurría y #ue allí donde cruzo todo elpoblado como bendiciendo la ciudad esa gran bola de #uego azul, yo la mire en silencio y por suerte en

silencio porque así logr$ escuchar muy bien el cantito que iba susurrando por el cielo. <ue bonito eraescuchar una voz tan suave aunque cuando puse mas atenci!n al canto note que nada de bonito tenía,mas bien hablaba de tristeza y traici!n. hí #ue donde entendí que mi estrellita del cielo iba llorando,pero no la vi mas cuando cruzo la punta de +vel.

lnilam escuchaba atento el relato del anciano mientras lnita" intentaba unir cabos de lo que $l vio yrecordar, si tambi$n pudo sentir alguna voz o no. )ero nada, $l no había escuchado ni susurro ni llantoalguno. unque se comenz! a cuestionar y a retarse por dentro porque no puso más atenci!n, como sisupiera que realmente debi! haber escuchado un canto.

73ecuerdas la letra8/ pregunto mirando a +mar.

7<u$ letra8/ pregunto el viejo.

(a de la estrella, reci$n nos dijiste que iba cantando/ replico lnita" con la intenci!n de rea#irmar supregunta.

)ues nada podía entender yo, yo solo escuche que cantaba y por la melodía y voz uno sabe cuando yaalgo es de melancolía o alegría / dijo +mar mientras miraba a lnilam que lo seguía con#irmando conla cabeza atento a lo que escuchaba. lnita" no quiso mencionar que $l igual había visto todo esto, mas

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bien guardo con recelo sus recuerdos como si #uera prisionero de querer cada segundo valioso de esaluz solo para sí mismo. 5iro tranquilamente al hombre y le dijo ? %ebi! de haber sido un granespectáculo, me hubiera gustado verlo.

6us ojos me dicen que si lo vieron ? con mirada penetrante y la cara acercada al joven respondía +mar ? 6ambi$n logro ver lo que te hizo sentir y lo que crece en tu alma.

)erplejo y asustado lnita" dio un paso atrás manteniendo la compostura esperando que lnilam no

haya escuchado el susurro del viejo. &inti$ndose delatado dio media vuelta con un rápido saludo, nopor eso menos respetuoso, y se apronto a salir del almac$n. &u hermano le sigui! los pasos y #ue detrásde $l, aunque ya marchaba varios metros más adelante hasta que de pronto se qued! de pie comoausente en la mirada.

6anto misterio en ti ya me esta asustando. + me dices que pasa o te creer$ tanto o mas loco que don+mar ? %ijo lnilam casi a carrera intentando alcanzar a su hermano.

'o entenderías ? -ontesto lnita" / (a verdad ni yo logro entender bien ? 6$rmino por decir en vozbaja.

)ues ya no estoy entendiendo y si sigues así menos te entender$ o volver$ a creer ? %ijo *irme lnilam#rente a lnita" desa#iando a que hable.

ueno está bien te contare, solo porque eres el nico que me ha creído, aunque ahora si que meterminaras creyendo loco ? 6ermino por decir lnita", rendido ante la persistencia de su hermano /%esde el momento que vi esa bola de #uego que llama +mar, me naci! una #uerza, unas ganasinexplicable de verla y querer volver a ver su brillo su color, sentir que es y #ue lo que cayo ? contabacasi a voz baja y mirando a su alrededor mientras caminaba a la plaza del poblado ? 2 no puedoquitarme de la cabeza y del pecho esta sensaci!n, es como una angustia por verla, como si la luz sehubiera metido en mí y me dijera ven.

7 ti tambi$n te habl!8 / 9nterrumpi! lnilam.

'o, yo solo vi la luz y una cálida sensaci!n y desesperaci!n por tener eso entre mis manos y ojos paraver sus colores y no s$ c!mo explicarlo ? decía lnita" como rendido al no encontrar palabras quedesahogaran la emoci!n que le invadía el solo recordar aquella experiencia.

7-rees que debas ir8 9r hasta donde vistes que cay! la estrella ? dijo de improviso lnilam mirandodirectamente a su hermano.

6ienes raz!n lni, mi pequeño hermano, Aeso es lo que debo hacerB ? penas había terminado de oír lainsinuaci!n de lnilam y en su coraz!n salto la idea de vivir las mas larga aventura que alguna vez

haya llevado a cabo, ir hasta más allá de lo que sus pies habían recorrido y sus ojos mirados, y lo tomoenserio, no solo como una vaga insinuaci!n de sus ansias. Esto en menos de un minuto se volvi! unaidea enraizada en su mente. 5iro ya de pie a su hermano y la cara le brillaba de una alegría que nodaba abasto tan solo con una sonrisa. )arecía impaciente de un lado a otro pensando en que ya unassimples colchas y víveres no serían abasto para tantos "il!metros.

2 un arma, una portátil pero letal ? decía mientras sacaba cuentas de cosas por llevar y se detenía amirar a su hermano que hasta ese momento aun creía que todo era una locura o una broma. %e prontose detuvo y pens! en voz alta ? 5adre y padre 7<u$ les dir$8 7-!mo lo har$ para tan solo desaparecer8

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%esde aquel segundo lnilam noto que esto ya no era un juego o una broma, sin pensarlo y con posturasería dijo / =oy contigo ? se levant! y junto a lnita" tom! su hombro y entonces $l noto que la miradade lnilam hablaba enserio y a#irmo con la cabeza y así sinti$ndose mas apoyado que nunca acepto sucompañía.

hora todo se vuelve mas di#ícil. 2a que yo desapareciera era complicado a pesar de que siempredesaparezco por los bosques de alrededor, ahora somos dos ? dijo lnita". 2a con la niebla a medio

aclarar se veía a los dos hermanos de pie en la plaza solos y exaltados, ya con los pies a un impulso delviento de empujarlos a caminar hacia lo desconocido.

l llegar a casa los dos aparentaban total normalidad, como si el salir y planear abandonar el hogarhubiera sido una conversaci!n en otra realidad en otro mundo. (as tareas del día estaban listas para serdesignadas y esta vez 5inta"a y lnita" debían ir por leña así además lnita" llevaría a su hermano alos bosques de 3ush para ver los restos del incendio. 5ientras ni y lnilam debían reparar la huerta y5inta ir a trabajar a la maderera.

El camino #ue el mismo que recorri! el día anterior junto al menor de sus hermanos, solo que ahora

mas callado. 5inta"a era mas maduro que lnilam aunque de comportamiento era como un niño parasus bromas y jugarretas. un así las canciones no #altaron, 5inta"a record! una vieja canci!n quetocaban los obreros al salir del aserradero y pasar a las cantinas.

 Al acabar la jornada

al terminar de morir el sol

una vez la madera cortadaahora me voy a beber alcohol

 La sierra y el hacha atrás quedaran Ahora solo mis amigos y mi copa me entenderán

 A beber, a beber

 A cantar, a cantarQue mañana la madera nos vuelve a esperar

sí alegremente llegaron hasta el mismo claro de abedules y el sauce donde ya por tercera vez eravisitado esta semana. Esta vez con mas calma lnita" llevo a 5inta"a al árbol y lo hizo trepar. 2a casiera ín#imo el humo que se lograba divisar desde tan lejos, pero aun así visible si se miraba muy#ijamente casi sin parpadear por un rato. sí mismo quedo 5inta"a mirando para poder notar algo.6iene raz!n ? dijo despu$s de casi diez minutos mirando ? &i se ven señales de que haya habido #uegoen 'ogh y nada humano se atrevería ir a hacer #uego a esas tierras, ni siquiera a merodear por #uera.sí que tu estrella caída ahora si es creíble lnita" ? 6ermino de anunciar su hermano mirándolo desdela copa del árbol hacia abajo donde estaba ltina" a#errado a una rama empinando el cuello para poder

ver mas alto.

7'o te tienta ir verdad8 / %ijo 5inta"a.

7)or qu$ iría tan lejos8 / 3espondi! lnita".

6e conozco, no necesitas ni una palabra, ni el mas mísero suspiro para saber que tramas hermanito /bajando del árbol y riendo decía 5inta"a ? Es una locura hasta para ti ir y lo sabes, pero por ru y Ernaque s$ que eres terco y te iras igual. ru y Erna eran los dioses creadores de los árboles y la montaña,

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eran dos de los cinco dioses de 'aos. l tocar el suelo la sonrisa en su cara se había consumido y ahorala seriedad lo marcaba con un rostro casi sin expresiones ? Es imposible detenerte y cambiar tus ideas,pero no metas a lnilam en esto. El sigue muy de cerca tus pasos y tu imagen, no lo lleves a esto, seríaun cambio brusco pasar de unas rondas por esta tierra recorrida y bien sabida a llevarlo a tierrasextranjeras y temidas por la gente, no solo de acá si no tambi$n evitada por las personas que debenconvivir con ellas.

lnilam tomara sus propias decisiones, lo quieras o no 5inta"a, ya debes saber como es y aunque

parezca que vive a la sombra de mi imagen hace rato ya que en su interior ha imaginado y recorridomas aventuras de las que yo he hecho realidad caminando ? 3espondi! lnila" con voz suave yhaci$ndole entender que no estaba en sus manos el que su hermano menor lo acompañara o no.

)ar de tercos, eso es lo que son ? )rotesto 5inta"a ? 2 7<u$ harás con mamá y papá8

-reo que no les dir$, solo me desaparecer$ como siempre o inventare un viaje donde el primo 3ams ?Explicaba lnita" con voz preocupada sabiendo que esa no era la mejor respuesta ni la soluci!ncorrecta ? %e todos modos en algn momento sabrán entender que #ui por mi estrella, y que el día deabandonar la casa era inevitable, y con mayor raz!n si se trata de mí.

mbos hermano quedaron en silencio mientras la hora seguía pasando arrastrada por los rayos del solque ya comenzaban a despedirse. prate hoy creo que se va a oscurecer temprano y no tenemos leñaaun ? %ijo 5inta"a resignado al saber que nada podía hacer sobre la decisi!n de sus hermanosmenores. (os días son raros en el &ur, por más que un día logre ser gobernado por el sol, siempreexistirá una anarquía de las nubes en contra de sus rayos. 2 siempre sabrán derrocarlo del alto cielo ycondenarlo a quedarse en silencio tras sus negras mantas de agua. sí es el &ur, tierra de lluvia yatardeceres irregulares, el tiempo no es dueño de las etapas del día.

3ápido llenaron la carreta y casi ya a oscuras comenzaron a descender del cerro an más en silencioque al subir pues ni para canciones daba la noticia de la partida. -uando ya la aldea se les venía encima5inta"a le pregunto a lnita" / 7-uándo tienes pensado viajar8

un no lo decido, pero necesito que sea pronto, siento que se me acaba el tiempo y me recorre unaextraña angustia, siento que lo que sea que haya tocado ese bosque aquella noche me está llamando ydebo llegar antes de que otro sienta ese llamado o haya visto la estrella ? Explicaba lnita" mirando elsuelo con voz segura y despu$s levantando la cabeza al cielo como buscando su propia respuesta a tanraro sentimiento. 2a dentro de la ciudad la nostalgia como nunca antes lo comenz! a invadir, salir de'aos a lo desconocido, al exterior de las montañas, más allá de donde un simple habitante maderero dellugar había ido era desa#iante incluso para $l.

%ebi! esconder sus emociones y pensamientos, ni podía sospechar ya que era bastante suspicaz aun

mas si se trataba de sus hijos. (legaron a la casa como si nada descargando la leña a un costado de estay entraron en silencio a bañarse y comer a esa hora la cena. 5inta"a se acerc! a lnilam con laintensi!n de darle alguna señal de que ya sabía lo del viaje pero por la presencia de su madre pre#iri!callar ya que lnilam podía delatar alguna expresi!n de nerviosismo y su madre #ácilmente desci#rartodo lo ya hablado.

sí transcurri! la cena y el resto de tarde por morir que le quedaba al día, entre #alsas expresiones detranquilidad, ansiedades y nostalgias anticipadas. lnita" no hubiera despertado de ese trance porcomenzar a extrañar su hogar, sus caminos, su viejo poblado humeante a lo lejos si su hermano menor

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no lo hubiera presionado a trans#ormar los anhelos de una aventura en planes y realidad.

6engo la lista de todas las cosas que necesitamos en cinco días contando este deberíamos estar listospara partir 7no crees8 / &usurro lnilam en uno de los pequeños pasillos de la casa antes de que linta"entrara a su habitaci!n.

7Es demasiado arriesgado lo que hacemos verdad8 / )regunto lnita" con cara extraviada en el dintelde su puerta ? %igo, salir de 'aos, es casi como escribir un mapa nuevo casi jamás recorrido.

7Entiendes que es un viaje que será complicado hasta para mi verdad lni8 / 6ermino por preguntarle alnilam para asegurarse de que la motivaci!n de su hermano era personal y que entendía lo que lesa#rontaría, el misterio a lo desconocido lo desarmaba en sus palabras y por primera vez las curvas al#inal del camino no eran una tentaci!n a sus ojos, sino mas bien un hondo temor y recelo.

lnita", tu sabes lo que siento. &iempre #uiste el nico que vio en mis ojos la necesidad que tambi$n ati te invade, esa de querer llegar mas arriba y cada vez mas lejos en el horizonte. %e que cada caminolleve grabado tus pasos y que la palma de tu mano llegue a ser una desconocida en comparaci!n con latierra que recorres. 2o quiero mundo, quiero ver mas allá de un cord!n de montañas, saber que elmundo no culmina detrás de la ltima cresta o un des#iladero. 'o me niegues la nica oportunidad quetengo y la primera vez que me nace el valor de en#rentar el marco de la puerta y dejar que mis pies

avancen con #irmeza marcando la tierra ante mí ? sí lnilam abría su alma ante su hermano con lamas clara expresi!n de con#esar un sueño reprimido por el compromiso a su casa y el miedo. )aralnita" no caía dudas de que lo que su hermano le decía era un anhelo, que ya no se podía dar marchaatrás y aun mejor, las palabras de lnilam lo hicieron entrar en raz!n y no perder el rumbo, no perder laidea que ya se había apoderado de su cuerpo. -on una sonrisa y abrazando a su hermano lnita" dijo ? 0amás pens$ que el día en que yo me #uera de la casa sería junto a ti mi pequeño hermano, hasta5inta"a era una opci!n mas valida 7<ui$n pensaría que en tan delgado cuerpo y personalidad calmadahabía gran valor y curiosidad escondida8

mbos hermanos aquella noche durmieron tranquilos y muy pronto, no había necesidad de ansiedadpues viajar ya no era un supuesta posibilidad ni no mas bien una gran verdad y no hay nada mas seguro

que sentar las realidades de un sueño. &olo 5inta"a tuvo una mala noche, la opci!n de perder a sushermanos, de ser el mayor y tener que quedarse $l en la casa y la idea de que sus hermanos menoresserían los primero en partir antes del hogar le causaban recelo y rabia. -omenz! a sentirse viejo, solo ycon amargura de tener casi treinta años y aun no con#ormar su vida y decisiones solo. Una noche como jamás la había sentido, su cuerpo mas corpulento que el de sus hermanos, sus manos grandes, la barbamarcada todo comenzaba a pesar mas desde aquel momento. )asaba por su mente el que hacer con suvida su #uturo, el que ahora debería ser el hombre de la casa cuando su padre saliera por grandesperiodos de tiempo a trabajar y que el poder estaría en sus manos, la responsabilidad de su casa y sumadre. 9ncluso hasta odio llego a sentir entre todas sus re#lexiones, odio por el egoísmo de amboshermanos menores por solo pensar en ellos y abandonar la casa, pero en el instante se le pasaba puesentendía, era $l el egoísta que no los estaba dejando ir y que siguieran sus sueños e ideas.

(a noche se hizo interminable y cuando ya #altaban horas para la llegada del sol y cuando incluso losgallos comenzaban su batalla de cantos, reci$n ahí el sueño #ue mas grande que la angustia y cayorendido a dormir.

Un nuevo día iluminaba el poblado, mas despejado que de costumbre y la gente rápidamente lo noto,de temprano las calles mostraban personas movi$ndose a sus trabajos, recorriendo la #erias ubicadasalrededor de la plaza, donde la calle se cerraba a las carretas y la gente podía vender sus productosalimenticios, textiles y de hojalatería. ni desde muy temprano ya tenía sobre un paño rojo sus #rutas y

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verduras cosechadas de su huertita. -on una gran sonrisa en el rostro, como era de costumbre, vestidade un chaleco verde musgo y unos pantalones de tela negro, un pañuelo amarillo amarrado al cabelloque combinaba con sus ojos color almendra. &iempre #ue una mujer delgada, de t$s blanca y p!muloshinchaditos que #ácilmente se colocaban rojos al es#uerzo o la vergJenza, no muy alta de porte y decabello largo y castaño, que cubría sus redondas y grandes orejas, su pelo estaba adornados porhermosos rulos que topaban su cintura delgada que contrarrestaba de su cadera ancha. -uando desvi! lamirada hacia la izquierda y a casi una cuadra comenz! a divisar la #igura de 5inta"a guiando losbueyes y la carreta hacia ella con mas #ruta extraída del huerto.

7Estás bien8 / &uspicaz como siempre y desentendida pregunto ni mirando hacia otro lado.

&i todo bien 7%!nde te dejo esto8 / 3espondi! y pregunto 5inta"a sin expresi!n aparente alguna.

trás, atrás ? 9ndico abatiendo el brazo y con una sonrisa su madre / 76us hermanos ya salieron de lacasa8

'o ? 3espondi! con cierta di#icultad mientras tomaba un saco muy pesado de trigo y lo dejaba en elsuelo ? Estaban comiendo aun ? 6$rmino por decir.

En la casa lnilam y ltina" habían alargado el desayuno mas de lo debido y el tiempo se les #uecorriendo entre planes y expectativa, era #ácil echar a volar la imaginaci!n con todo lo que se avecinabaen el destino. provecharon que 5inta su padre no estaba y que tanto su hermano mayor como lamadre estaban en la #eria para organizar y guardar a escondidas como unos pequeños roedores comiday mantas entre los escondrijos de la casa. *altaba ante todo algo impensado y jamás antes utilizado, unarma, al menos una para de#enderse, pues de palos no se podía amedrentar los peligros del bosque, masaun de uno sin conocer y de otro evitado y aun desconocido por el mundo. 7)ero de d!nde sacar unarma8 2 7<u$ arma era la adecuada8 mbos hermanos no conocían mas que el pesado mástil del hachapartiendo la madera como arma y así mismo sus grandes batallas con ellas no #ueron mas que certerosgolpes a viejos y duros troncos para derribar su imponente presencia, pero un animal o lo que sea que

esconde el mundo no ataca o te lo encuentras como un árbol, ante el mundo no eres un peligro alasecho eres una presa escurridiza. rmas, en 'aos, no había armas desde hace años y casi solo se sabíaque habían en leyendas, incluso para cazar se usaban hábiles trampas y arcos para poder obtener unapresa, pero nunca mas allá de eso. Espadas, hachas de combate, lanzas, nada b$lico existía ni en lamente de los que en el poblado vivían, solo los mas viejos alguna vez de niño tenían el recuerdo dehaber visto a sus abuelos usar armas de combate para las bestias que habitaban estas tierras antes de lallegada de los hombres del 'orte. 6odo se detuvo ante este problema, las ganas y la impaciencia dabanpara querer en#rentar el mas allá de los lindes de 'aos sin arma alguna, pero esto escapaba de las ganasy debía ser tomado con seriedad, por suerte ambos hermanos lo entendieron bien desde un comienzo ydecidieron pensar antes de actuar, además aun quedaban cuatros días para la partida.

2a se acercaba la hora del almuerzo, aquella mañana se #ue volando de un lado de la casa al otro, de uncaj!n al otro y de cada escudriño en escudriño. ni y 5inta"a casi ya llegaban de la #eria y para nolevantar sospecha lnita" y lnilam aun debían hacer las cosas de la casa y el almuerzo. -uando desdela ventana ya divisaron a su madre y hermano comenzaron a dar una rápida revisi!n de las cosas quehabían tanto guardado como revoloteado para no dejar sospecha alguna ante ambos a pesar de que5inta"a ya sabía del viaje. El almuerzo como todos los días #ue normal, tranquilo y conversando delpueblo y gente, de cultivos y nuevos bosques por talar, la estrella ya había quedado atrás, de momento.

-uando ya terminaban de comer lnita" y lnilam se levantaron para recoger los platos y limpiar la

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loza, mientras lnilam tomaba las cosas de su hermano mayor lnita" recogía lo de su madre, hastaque sin previo aviso y en un cambio tan brusco que llego a botar la loza y el mantel de la mesa lnita"estupe#acto y tieso como aterrado #rente a un #antasma cae al suelo sentado con un tenedor en la manoy con la mirada perdida y penetrante hacia el horizonte de la ventana, con ojos saltones casiexorbitantes. )álido como un vaso de leche y de boca abierta quedo con aspecto aterrador y mortuorio.ni salto de un grito desgarrador de su silla tapándose la cara de espanto ante tal suceso, 5inta"adesplomo su asiento para ir a a#irmar a su hermano y lnilam tiro los platos y corri! a abrazar a sumadre para que se tranquilice. El temor inundo en un minuto la mente de todos mientras veían a media

luz en un suelo gris desgastado el inm!vil cuerpo de su hijo y hermano, lnita" no respondía, 5inta"alo a#irmo entre sus brazos y le hablaba para que despierte pero nada, era como ver un muerto. Entregritos y llantos se #ueron los minutos mas eternos vividos por ni. El mundo parecía dividido entrecada uno de ellos, como si cada uno #uera y estuviera desde una tierra muy distante intilmente viendoestremecer sus cuerpos ante el descalabro de ver caer a lnita" sin comprensi!n alguna. &u cara sigui!rígida como la piel del mas viejo árbol del bosque, sus brazos eran vigas de acero imposibles demoldear y acomodar. boca cerrada y apretando con todas sus #uerzas la mandíbula tiritaba sobre5inta"a botando saliva de entre los labios, con mirada perdida y casi sin parpadear se trans#ormabaante los ojos de su #amilia cada segundo en un hombre muerto, y así lo sentían en su alma sushermanos y madre, que ya veían ver morir a lnita" y que jamás volvería de aquel trance.

%espu$s de diez minutos de pánico ante la visible muerte del joven muchacho, y de #orma tan

improvista como la caída, lnita" sin previo aviso recobro la conciencia, algo turbado y desorientado,pero tan alerta como siempre.

-reo que algo me ha pasado ? %ijo tomándose la cabeza y mirando a todos con una leve sonrisa.

)ero nadie le respondi!, ni corri! a abrazarlo mientras 5inta"a miraba atentamente a lnilam quetenía #ija la mirada a su hermano ya recuperado y desde el cruzaba miradas con su hermano mayor.7<u$ había ocurrido8 Era el misterio que intrigaba a todos en la casa. ni tomando su cara yobservándolo a los ojos le preguntaba una y otra vez si estaba bien, que le había pasado y llorando lovolvía a abrazar.lnita" a pesar de sentirse bien #ue obligado a quedarse en cama por el resto del día mientras ni y

lnilam recorrían el poblado buscando un m$dico que pudiera ir a verlo y diagnosticar que habíaocurrido. 5inta"a se qued! al lado de la cama de lnita" y por mas de dos horas no se hablaron, solose miraban el uno al otro, hasta que 5inta"a quebranto el silencio.

-reí que habías muerto ? %ijo con preocupaci!n y voz quebrada mientras terminaba la #rase con unapequeña tos, encubriendo que la garganta se le apretaba al recordar el suceso.

&e lo que me paso 5inta"a. 6uve una visi!n ? %ijo lnita" calmadamente con la vista en sus manos ? *ue extraño pero no solo record$ el día en que callo la estrella sino que además creo haber visto el#uturo y lo que debo ir a buscar a 'ogh / %espu$s de tal declaraci!n no hubo reacciones dentro de lahabitaci!n ni comprensi!n de tales palabras, era algo extraño de asimilar y de prestar atenci!n e

imaginarlo al mismo tiempo. -on#undido su hermano lo miro y balbuceando intentaba hablar pero notenía claro que, si preguntarle que había dicho, que había visto o si estaba loco.

-reo que deberías dormir ? *ue lo nico que se le ocurri! decir a 5inta"a, ya que no sabía si realmentequería saber que había visto su hermano o si el solo hecho de recordar aquel momento se volvía unatortura dolorosa.

2o creo que deberías oírme y no hacerte el sordo ? 3eplico con disgusto lnita" al sentir que suhermano se hacía el desentendido del asunto.

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6e escuchare cuando est$s bien, antes como creerte si tal vez solo #ue un sueño o un delirio como losque dan con la #iebre ? %ecía 5inta"a para escurrirse del tema y arrancar de ahí.

A2o no tuve #iebre, t me vistes y lo sabesB / 6ermino por gritar lnita" sentado en la cama ? =i unapiedra de colores, de luces de coloresK morados, azules, celestes. )arecía #uego vivo en el suelo, no loquemaba pero si lo resplandecía y casi eran lenguas de #uego que danzaban sobre una bola de colores,eran llamas celestiales pero al tomarlas eran #rías, no quemaban. 2 dentro un color dorado que

terminaba por atrapar tu mirada lo quisieras o no. &ea lo que sea casi parecía que te hablaba, mellamaba a tomarlo y sacarlo de ahí. -uando mi mano penetraba la piedra incandescente de #uego ytocaba el dorado de su interior #ue cuando ocurri! que vi a 'aos en llamas e incluso creo haber vistomas allá de 'aos, pero no se que lugares serán jamás antes los había visto, lugares donde no habíanmontañas ni árboles incluso, todo estaba lleno de arena y tierra. 2 muchas escenas pasaron por misojos, #uego, rocas, y una espectral sombra que se volvía solida #rente a mí. 2, y ahora que lo recuerdodesde ahí aparecieron otras voces que tampoco comprendía y que me apartaron de mi visi!n, siluetasblancas y luminosas que terminaron por atacarme y ahí ? 6omándose una pausa ? hí #ue cuandodespert$ y estabas t a mi lado, aunque siempre te vi y lo supe.

(a habitaci!n quedo en total silencio con los dos hermanos en#rentados mirada contra mirada, pero no

era un con#licto, era una aceptaci!n intercambiada con una percepci!n at!nita ante tal relato, hasta laluz del día se lograba oír roer los marcos de las ventanas y resoplar el polvo de las colchas en la cama.

Esto te esta haciendo mal ? %ijo 5inta"a a su hermano ? 7'o crees que ya has llevado este tema muylejos8

'o, esto es verdad y no me esta haciendo daño, se lo que vi y es mas clara la señal aun de que debosalir camino hacia 'ogh ? (e respondi! tranquilo lnita".

'i siquiera sabes por donde salir del valle y los bosques ? (e indico 5inta"a como queri$ndole apagarla idea de viajar aun.

6e equivocas, hace menos de dos meses llegue casi al monte ltuner y desde ahí se veía el paso de6u##, por lo que me han contado así se llama. 2 esa es la salida del valle y la entrada al callej!npedregoso de montañas ? -onvencido le explico lnita" a su hermano.

7%e d!nde sacas esos lugares y nombres8 / )regunt! 5inta"a con cara de incredulidad.

Un día camine hasta la casa del primo 3ams pero antes de llegar me desvi$ hacia la otra direcci!n yascendí mucho mas allá en el mapa que yacía en mi mente. 2 no son inventados, pobladores de esastierras me contaron sus nombres y orígenes, como el paso 6u## que #ue el apellido del primerdescubridor que llego a las tierras de 'air al sai# ? 3ea#irmo lnita".

7%e verdad quieres seguir con todo esto8 / )regunt! 5inta"a con tono de previa comprensi!n.

sí es, creo que entre mas me demoro mas cosas como esta seguirán ocurriendo. (o que hoy ocurri!#ue un llamado a que debo apurar el tiempo y mis acciones ? %ijo en$rgico y seguro lnita" con unasonrisa en el rostro y empuñando su mano derecha.

l casi acabar la conversaci!n llego su madre y lnilam con un m$dico. llí se qued! la #amiliapreguntando y escuchando, lnita" se reserv! los comentarios de lo vivido en su alucinaci!n y 5inta"a

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supo respetar esto sin siquiera preguntarle si hablaría del tema. l anochecer 5inta llego a la casa sinsaber nada de lo que había ocurrido durante el día, al enterarse quedo perplejo, sin reacci!n alguna elmismo lnita" le cont! que se sentía mejor y que todo había sido un simple desmayo, tambi$nomitiendo a su padre el asunto de sus visiones. unque aparentaba normalidad ante los demás en suinterior no daba abasto el anhelo de partir, sentía que cada segundo alguien robaría lo que es tan de $l yque mas encima lo llamaba con una suave y constante voz, era como un ven, bscame, pero dominantey ensordecedor ante las demás cosas del mundo. l acabar el día, y con la noche acuestas lnita"buscaba desen#renado la oportunidad de hablar con lnilam sobre su visi!n y la necesidad de apurar las

cosas, reci$n casi antes de acostarse lo vio ir a recoger leña a#uera de la casa. Esta era sin duda laoportunidad per#ecta para abordarlo y plantear sus inquietudes además de ponerlo al corriente con lasvisiones. 6an rápido como lnilam cruzo la puerta #ue que lnita" se escabullo detrás de $l, era elmomento per#ecto y el que no #uera dentro de la casa lo hacía mejor, pues así no habría nadie queinterrumpiera las explicaciones. %espu$s de contarle lo ocurrido y visto lnilam muy atento lerespondi!, aunque comprendiendo la necesidad de apurar el viaje ? &abes que por mas que seanecesario irse antes no lo podremos hacer, aun no tenemos todo lo necesario y si nos lanzamos a laaventura así a la buena del destino no alcanzaremos a llegar a +vel y no tendremos ni que comer ni conque cazar o quizá que mas nos #alte.

lnita" no quería reconocerlo pero su hermano tenía raz!n, era sorprendente ver a lnilam tan maduro

y razonable, pensaba lnita" para sí mismo. -asi no tuvo tiempo para dubitar y no le qued! másremedio que aceptar el #reno que le imponía su hermano.

&on s!lo tres días mas, paciencia ? 6ermino por decir lnilam.

lnita" asinti! con la cabeza y pensandoK el tiempo se vuelve traicionero y burl!n ante la ansiedad, esa#ue la nica conclusi!n que logro sacar y que la guardo en silencio ayudando a su hermano a recoger laleña. &e les #ue así un día mas, la noche termino de apoderarse de todo al rededor incluido los sueños.-ansados y con#undidos #ueron presa #ácil ante las enredadas y suaves sabanas, por hoy todos lograrontener un placentero dormir.

-omenzaba el tercer día antes del viaje, solo 5inta y lnilam despertaron temprano ese día, los demásaun seguían c!modamente rendidos ante sus camas. ;asta el sol tardo mas en salir aquel día, ni #ue latercera en levantarse y como toda madre preocupada lo primero que hizo #ue ir a la habitaci!n delinita" a veri#icar que todo estuviera bien, como una mujer cuidadosa y tranquila azoto la puerta de unestruendo para abrirla y con un grito de alegría anunciaba su ingreso.

Auenos días hijo queridoB / Drito retumbando en la habitaci!n y abalanzándose a abrazar uno de los#rutos de su vida. El pobre lnita" no tuvo tiempo para reaccionar, se vio sobresaltado e invadido en unparpadeo y entre bostezos, 7qu$ ocurría8 (e preguntaba el coraz!n que marchaba a toda velocidadintentando arrancar del susto reci$n vivido.

A5amáB / Drito lnita" entre sorprendido y expresando un su$ltame corporal ante tal embestida decariños y arrumacos maternos / 7<u$ te pasa8

&olo me preocupo por ti, ayer me asustaste y ahora me da miedo perderte y no verte mas despertar ? (edecía ni mientras ya dejaba de abrazarlo.

%espu$s de esa explosiva mañana, en la que termino de despertar 5inta"a por el ruido, los tres bajaronal primer piso donde el desayuno ya estaba listo y servido por lnilam. -on buenos días saludolnilam a la #amilia que descendía por la estrecha e inclinada escalera de la casa, donde lnita" se #ue

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a recostar a un sill!n, 5inta"a se #ue al baño a lavarse y ni se qued! ayudando a colocar unas cositasde más para comer en la mesa. ;oy tocaba una vez mas ir a buscar leña, a lnita" y lnilam mientras5inta"a debía arreglar una bodega que se estaba torciendo. El lugar donde ir a sacar la madera ya noimportaba, por lo que no #ueron a 3ush si no mas al sur, camino al volcán, a un bosque mas denso ypoco talado, de camino di#ícil por el barro y las duras mal#ormaciones que este deja en el caminocuando se seca, con árboles viejos y de #uerte resistencia. hora la leña no era para el #uego, si no paraarreglar la casa, por lo que debían derribar grandes árboles usando serruchos y el hacha. &e vistieroncon gruesos chalecos de lana de oveja, botas engomadas y unos cálidos gorros tambi$n de lana y

salieron de la casa en#rentando el penetrante #rio. El camino a medida que se acercaban al volcán comenzaba a volverse angosto, como si los mismosárboles te cerraran el paso para no llegar mas allá. Drandes robles y araucarias dominaban las alturas ysalían triun#antes a reclamar la luz del sol, luz que hábilmente se escabullía entre las ramas para podertocar el suelo. veces por largos metros del camino los árboles tejían una sombra impenetrable, comosi por debajo de la tierra se recorriera. l llegar al lugar donde talarían árboles y antes de desempacarlas herramientas prestaron mucha atenci!n a los ruidos al rededor y bajando la respiraci!n miraron yescucharon cada rinc!n del bosque como previniendo ser vigilados. Era claro a ni uno de los dos ledaba una sensaci!n de tranquilidad estar ahí y el nerviosismo se volvía a cada rato mas evidente, mascuando comenzaron a dar los primeros golpes contra la corteza de un árbol. El estruendo retumbaba y

se propagaba entre tronco y tronco a la distancia hasta terminar en un eco en las #aldas de la cordillera yel macizo volcán ante sus pies. (a sierra a pesar de ser mas silenciosa se volvi! un continuo chillidooxidado que aumentaba la sensaci!n de pánico.

<ue lugar mas silencioso y aterrador ? %ijo lnilam sin querer demostrar el miedo e inseguridad quesentía al estar ahí.

&i, pero creo que #ue bueno venir aquí. Este es un miedo que tendremos que aprender a sentir seguido,mas en tierras desconocidas ? (e respondi! lnita" intentando esconder su propia descon#ianza dellugar.

6e imaginas el bosque cobrara vida y los árboles pudieran de#enderse ? 9nsinu! lnilam.

'o me sugestiones, que ya me siento intranquilo aquí ? -ontesto su hermano con una cara de estr$sque se giraba de lado a lado como si presintiera que algo aparecería entre los árboles.

(os bosques de 'aos eran tan grandes que hasta era extraño encontrar criaturas salvajes, pues ningunatenía la necesidad de acercarse mucho al poblado, el bosque daba abasto para que hombres y animalescasi vivieran en mundos separados. )umas, +sos y arbos eran las bestias mas temidas por la gente,en especial los arbos, animales tan viejos que solo eran partes de viejas leyendas del pueblo que losdescribían de mayor tamaño que los osos, con una gran melena gris que comienza como una barba bajosu mandíbula y termina a la mitad de sus lomos de piel pardo color. &on ágiles cazadores solitarios o

que a lo mas viven en pareja dentro de pro#undas cavernas al interior de las #rías montañas. En aquellostiempos solo mitos urbanos vivientes arrastrados por viejos pastores que suelen descender de lasmontañas con su ganado al terminar el verano.

%espu$s de una hora lograban al #in derribar el primer árbol, un crujir de cortezas y betas de maderaastillada #ue vibrando por las ramas de los demás árboles, hasta que el desplome topo el suelo paravolverse estruendo y luego silencio. 6an inmenso y denso era el bosque que mas allá de veinte metrosno existía mas horizonte que arrugadas cortezas, des#iguradas ramas y enredaderas espinadas queahorcaban los troncos de cada árbol al que se a#erraban. El in#inito silencio de pronto se vio

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interrumpido y tal interrupci!n #ue percibida en el mismo segundo en que toda la paz y el coraz!n delos hermanos se in#arto al unísono. %e entre los arbustos saltaba una silueta e#ímera que no delato pasoel acercarse, pero que ahora no ahorraba en ruido al exhibirse contra ellos. (as ramas quebrantadas yhojas pisadas por la criatura al tocar el suelo, embistiendo el mismo espacio que acogía a los aterradosy estupe#actos hermanos 6ur, terminaron por trans#ormar el ahogante silencio del bosque en unespasm!dico escalo#río en lnita" y lnilam. -omo una sombra acechante y alargada, de un suavetono ca#$ y cuerpo pequeño, en parada #irme y de ojos #ijos era que ante ellos se presentaba un )ud, elmas esquivo y temeroso animal del bosque, que por un segundo ponía a prueba en ambos hermanos

todo su valor y #irmeza ante lo desconocido, quien imaginaría que tal alboroto y sorpresa se les volvi!la peor sensaci!n de amenaza y espanto. penas el pobre y desprevenido animal noto la presenciahumana corri! despabullido del lugar casi mas aterrado que los hermanos. lnilam no podía creer lovivido y todo el nerviosismo y terror previo se trans#orm! en una gigantesca risa imparable, parecíaque solo bastaba la risa para derribar los árboles. 5ientras an seguía riendo tomo el hombro delnita" quien estaba asustado con las manos en las rodillas, agachado mirando el suelo y recobrando elaliento y el pulso de tal agitaci!n.

)ero que par de cobardes que somos ? %ecía a carcajadas lnilam mientras en su mente seguíaencontrando mas y mas razones para reírse de la situaci!n. lnita" no lograba encontrar lo gracioso ypálido como un diente de ajo se sent! en el pasto respirando hondo y mirando la copa de los árboles.

l #inal cuando recobro el color tambi$n pudo llegar a reírse de la situaci!n, así de extraño eraencontrar en tan inmensurable bosque una criatura viva, tan extraño que cuando te encontrabas #rente auna saltabas del susto por no saber que puede ampararse detrás de un simple arbusto.

5ejor termina de reír y sigamos cortando esto ? (e señalo lnilam mientras le acercaba la mano paraayudar a levantarlo ? 2a paso el chiste ? 9nsinu! mientras lo levantaba y solo basto esto para despertarel recuerdo de verse el uno al otro con cara de estpido y espanto, y así despertar la risa una vez mas.-ontinuaron con la labor de aserrar la madera como si nada, mucho mas relajados que antes, al pareceral ruido hizo romper el hielo del terror que les invadía. l cabo de unas horas ya estaban #amiliarizadoscon el bosque y a carreta a medio cargar.

5e llama la naturaleza ? 9nsinu! lnita" indicando que iría al baño en direcci!n a un par de árbolesque estaban mas apretujados que los demás árboles del lugar. ;ablando a susurro consigo mismo sobreel pat$tico momento que les hizo vivir aquel animalejo se #ue acercando a el lugar apartado yescondido donde podría orinar. &e escondi! detrás de los árboles, el lugar parecía per#ecto y pocovisible para su hermano u otro )ud que quisiera asustarlo. -uando ya casi terminaba de orinar ybajando su cabeza para levantar el cierre del pantal!n #ue que vio de #orma #ugaz e inidenti#icable unaespectral silueta blanca que de reojo cruzo #rente a $l. -uando ya tenía erguida la cabeza y los ojosinamoviblemente clavados hacia el bosque que se en#rentaba delante de $l, #ue que logro percibir elsuave crujir de las hojas a no mucho andar, entre un par de árboles a su izquierda, poco a poco el lentocrepitar trituraba el silencio que reinaba en su coraz!n, que una vez más se veía en#rentado al #ríosentimiento de incertidumbre implantado por el miedo a lo desconocido. 2a no era gracioso pensar que

podría ser otro animal, sin saber que hacer y con la espalda helada solo mantuvo la vista #ija haciaadelante para convencerse de que estaba solo, que aquel rasgarse del #ollaje en el suelo no era mas queel comn ruido del bosque. )or un instante concilio la idea de gritar sobre su acechante amenaza paraahuyentar al posible merodeador, pero tal era el temor que su voz no brotaba y ni huir era #actible, puesya ni las piernas se atrevían a responder ante la aprensi!n escalo#riante a la que estaba esclavo. 'ada en$l se atrevía a responder hasta estar seguro de que nadie estaba por ahí. )ens! en lnilam, que seencontraba lejos para verlo pero no para oírlo, intento luchar contra todo el poder que paralizaba sucuerpo y lentamente giro la cabeza para ver si a lo lejos veía la silueta de su hermano y así buscarseguridad y re#ugio en su presencia. 5ás cuando al despegar la cara del vacío yacente #rente a $l,

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des#ibrando cada hebra de su tenso coraz!n, corrompiendo sus anegados y sollozos ojos al #ilo delllanto y tensando hasta la ltima #ibra de sus paralizados nervios se present! inmutable y dominante,una sola presencia que devor! cada centímetro de lo que en su momento #ue un despoblado vano dehierba, troncos y sombras. %escolorando el verde musgo de las hojas y devorando el oscuro dominio delas sombras, como una alta luz imponente y g$lida, con mirada penetrante y sobresaltada, a ceño#runcido hundía sus ojos que contrastaban con lo pálido de su piel. +jos que eran negras es#eras queabsorbían cada tramo del alma aterrada de lnita" y de cada árbol alrededor. 9nm!vil se qued! durantela #racci!n de segundo en que el universo hizo coincidir la angustiada valentía del muchacho y los

ahogantes ojos de tan aterrador ser. %e cuerpo delgado y piel pálida plateada casi resplandeciente sesituaba sobre las quebrantadas hojas que sostenían su alto cuerpo. El cabello le cubría parte de ladelgada cara y llegaba hasta casi culminar su cintura, era largo, muy largo, tanto como su barba, y decolor gris, como el color de las nubes previas a una tormenta. Eterno #ue el tiempo en que ambos sedesa#iaron en presencia mas no en valor. un así el extraño y espeluznante ser no mantenía intenci!nen mirar con el rostro erguido al joven 6ur, si no que a cabeza a medio levantar sostenía la mirada ymordisqueaba sus labios. 6odo en tal criatura era extraño, sus manos eran grandes palmas alargadas,demasiado grandes para lo delgado de sus brazos que parecían enredaderas tendidas desde una rama, suropa era haraposa y desgastada, heridas por el claro paso del tiempo an se les distinguía undescolorado color pardo. *ue así que más de improviso que el animal anterior pero ahora sin arrancarse a#rontaba el ser pálido #rente a muchacho. trapado en tan irreconocible imagen qued! lnita",

prendido en el pro#undo mundo que se escondía al centro de tan negros ojos que yacían hundidos bajode una arrugada #rente ancha y alta de ceño encorvado. (a gran barba #ina y larga como su cuerpo locubría hasta la mitad de su cuerpo a medio descubrir por la desgastada ropa que lo vestía. )erdidos enel tiempo, entre segundos o quizás minutos se en#rentaron mirada a mirada, miedo contra osadía, desdeojos quebrantados y atemorizados hasta la mirada ilegible y acechante de quien no tenía intenciones deperder de vista al paralizado lnita". %e pronto su coraz!n se adelant! al tiempo y el espacio, y unangustiante sentimiento lo hizo recobrar la movilidad de su sangre que yacía estancada del susto, laspiernas entendieron per#ecto el mensaje y sus ojos que estaban sollozos, pero llanto estancado,comenzaron a derramar como llaves rotas gotas y gotas de agua desahogada. %e una bocanada el airereconquisto sus pulmones y sinti$ndose mas ligero que nunca en el segundo preciso dio media vuelta yal instante presto una desen#renada carrera hacia la bsqueda de su hermano. El momento #ue el

per#ecto, ya que lo ltimo que lograron captar sus ojos antes de perder de vista al ser, #ue que este seaprontaba a toda marcha a abalanzarse sobre lnita". 2 era verdad, detrás de $l se escuchaba el romperde las ramas tendidas sobre el pasto que delataban como a pasos #irme avanzaba tras $l aquel extrañocuerpo con apariencia semi humana. En un instante logro sentir el cosquilleo del ros$ de una de lasmanos de su persecutor, el cual lo termino de convencer de que atraparlo era su objetivo. -orri!enloquecido y estruendoso dando zancadas en el inestable suelo, a#irmando sus pies de cualquier objetoque le diera impulso para arrancar. (os pasos detrás de $l eran secos y seguros, hacían quebrantar lasramas y hasta las piedras parecían triturarse por los pies de lo que #uese que lo seguía. la distancia logro ver que lnilam que se marchaba con la carreta, tomo su segundo aire y apuro aunmas la carrera para llegar al lado de su hermano y tomar luego un hacha para protegerse.(a distancia se le hacía eterna, como si la tierra se estirara al igual que una goma de mascar entre su

seguridad y el terror que lo perseguía. &in aliento llego al lado de su hermano, aun no hablaba y casi nirespiraba solo atino a tomar el hacha, el tiempo solo le dio para llenar de valor sus manos, porque en elresto de su cuerpo le circulaba #ría la sangre a toda velocidad, con el hacha en alto se dio vuelta paraen#rentar con #alsa valentía y ojos llorosos a su agresor espectral. )ero el camino estaba vaci!, nirastros había de que algo lo hubiera seguido, solo se podía sentir en el ambiente la estela de pavor ysudor #río que había dejado su desen#renada huida. -ontagio rápidamente a lnilam con la sensaci!nde miedo, al cual la idea de que todo era una broma solo le duro un parpadeo, por re#lejo al miedotambi$n abrazo su hacha con #uerza y miraba a todo su alrededor por si aparecía algo. En el momentoen que ambos coordinaron sin darse cuenta en mirar hacia el camino por donde venían #ue que al #inal,

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muy atrás de donde habían estado se divisaba claramente por el porte y el color la misma aterradorasilueta que había seguido desen#renadamente a lnita", una vez mas mirando a medio agachar lacabeza y con mirada penetrante ante ellos. hora los dos estaban muertos de miedo solo lograrondesprender un grito de terror, tomar #irmes su hachas y volver a gritarle a los desentendidos bueyespara que apuraran la marcha, ni uno quiso darle la espalda a tal criatura hasta que el camino se torn!curvo y se desapareci! su imagen en la distancia. un así la intranquilidad persistía y ahora arrancar dellugar #ue la prioridad, tomaron la garrocha que guiaba los bueyes y levantándola del yugo totalmenteapuraron lo mas que pudieron su descenso de las #aldas del cerro. -asi se podía ver que en cualquier

momento los bueyes se tropezaban y caían rodando colina abajo por el camino. 'o hablaron entre elloshasta que vieron la ciudad y tampoco quisieron tornar la mirada atrás, ahora todo era hacia adelante yver las primeras casas del poblado a lo lejos aumentaba la ansiedad de llegar ante mas gente para sentirprotecci!n.

-uando ya alcanzaron el camino principal una parcial calma logro nacer desde el interior de suscuerpos. un espiritualizados por lo vivido, que esta vez si superaba todo lo inimaginable del mundo,siguieron avanzando directo hacia el centro de 'aos, aunque no era la ruta mas pr!xima a casa desdedonde estaban, la sola idea de pasar por la peri#eria del poblado para ahorrar unos minutos no justi#icaba el volver a estar solos entre el bosque y las casas. l llegar a la plaza decidieron sentarse enuna banca y dejar descansar a los pobres animales de carga que parecieran tan asustados como sus

dueños y ahora estaban mas apegados que nunca mirando a todos lados. lnilam se arroj! sobre elpasto con las manos cubri$ndose la cara y apretando sus ojos con la intensi!n de o borrar la imagent$trica que se repetía en su mente o despabilar su cuerpo de tan estresante momento. lnita" estabasentado en la banca con los codos apoyados en las rodillas y las manos juntas sosteniendo su barbilla.

(o que #uera que eso #uese era igual a los seres que vi al #inal de mi visi!n ? %ijo lnita" mirando a suhermano en el suelo que apenas termino de oír eso se quit! las manos de encima de la cara y se sent!de donde estaba en el suelo, miro con la boca abierta a su hermano, no podía ni sabía que hablar, aunno quería recordar que había visto menos hablar sobre ello.

lnita" percibi! el terror de su hermano y decidi! conservar sus teorías de lo ocurrido hasta que elrubor reconquistara la pálida cara de espanto que aun vestía su rostro. &iguieron por un corto tiempomeditando en silencio y separados cada uno por su lado, uno sentado y el otro recostado sobre el pasto.un sin entender y con el miedo aun latente decidieron con tan solo mirarse que debían volver a casa.

'o pens$ que las cosas se pondrían tan extrañas así de rápido ? (ogro decir lnilam, ya recobrando elmovimiento de su espantada cara de terror ? unque jamás hubiera imaginado algo así, suponía que dehaber ocurrido cosas raras habrían sido allá a#uera, #uera de 'aos, como imaginar que cosas así existíanacá. -osas igual de t$tricas como las que se escuchan de leyendas del mundo más allá de 'air al sai#.Esto no es de estas tierras lni, esto jamás lo había visto ? 3espondi! lnita" con voz pensativa.%espu$s de una pausa y mientras ya iban caminando junto a los animales retomo su teoría de los seres

en su visi!n ? lni yo vi esos seres antes, al #inal de mi visi!n ellos se cruzaron como sombras blancascon voces raras alejándome de todo lo que vi, de la gran sombra #rente a mí. 'o se quienes sean, perocreo que tendremos que tener cuidado de no toparnos con ellos si queremos llegar a nuestro objetivo.lnilam escuchando atento y mirando el suelo para no desconcentrarse de lo que su hermano lecontaba solo termino asintiendo con la cabeza. (a caminata sigui! silenciosa hasta la llegada a casa,una cuadra antes lnilam detuvo la marcha y mirando a su hermano le dijo. Esto no lo puede sabernadie y nuestra madre no puede llegar a sospechar, así que no diremos nada y #injamos lo mejor quepodamos. mbos tenemos dudas y queremos seguir sacando conclusiones, pero que sean para cuandoestemos acostados y no antes de acuerdo ? -on cara seria y ojos #ijos quedo esperando una señal de

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aceptaci!n de lnita" quien claramente se veía aun inundado de dudas y hundido en el tema.Entiendo y tienes la raz!n, con la cara que traigo no duraría ni un segundo en la casa sin que ni medetecte ? %ijo lnita" entendiendo que debía esconder toda su intriga.

(a llegada #ue normal, mejor simulaci!n de tranquilidad no pudieron haber demostrado, hasta losbueyes parecían haber entendido el plan a la per#ecci!n, pues apenas se les quito el peso y el yugo losdos se #ueron tranquilamente a pastar. %el mismo modo apenas terminaron de bajar la madera lnilamcomo lnita" se #ueron tranquilamente a comer. (a tarde se hacía cada vez mas #ría, como es de

costumbre al sur del mundo, las nubes grises desde la mitad del día controlaban todo el paisaje queenvolvía el cielo de 'aos y la silenciosa sombra del ocaso comenzaba a cobijar las casas y bosques,como escondi$ndolas del mundo nocturno. Una gran luz emitía la chimenea dentro de la casa mientrasla #amilia convivía, 5inta y 5inta"a hablaban de su día y se reían junto a ni de las noticias que traía5inta desde la #aena en el bosque o la maderera. lnilam leía un libro de gran tamaño que hablaba deviejas leyendas y criaturas, libro que había tenido olvidado de hace años en unas cajas de madera comodesperdicio y que ahora le robaba toda la curiosidad para logran tener pistas de lo visto antes. l ladodel #uego lnita" a#ilaba su hacha escuchando sutilmente los relatos de su padre.&u concentrada actividad seso cuando 5inta comenz! a contar que entre compañeros de trabajo seescuch! el rumor de gentes extraña rondando por los extremos Este de 'aos.

3u##ur llego diciendo hoy que un hombre muy alto y pálido llego a su casa hoy preguntando por laciudad y como llegar al centro del poblado. 3u## noto enseguida que no era de por estos lados, #ueevidente segn el por el acento, dice que susurraba y silbaba algunas palabras ? -ontaba 5intamientras lnita" permanecía inm!vil casi sin respirar prestando atenci!n.2 7-!mo era el hombre8 / )regunto ni, con cierto temor.'o lo sabe, vestía de harapos envueltos, como ca#$s pardos o grises, no recuerdo bien. )ero si recuerdoque lo encontr! demasiado #laco para ser tan grande, !sea no es raro encontrar gente alta por 'aos peroasí de delgadas de hijos y #amilias de leñadores, eso sí es raro ? 6ermino por contar y comentar 5inta.6enía raz!n en cuanto a que era di#ícil encontrar gente delgada y alta por 'aos, era una combinaci!nbastante poco usual, pues aunque lnilam y lnita" #uesen delgados ellos no eran considerados altos.5inta"a tampoco era alto pero si corpulento o mas que sus hermanos. El tema de conversaci!n #ue

extraño para todos, menos para lnilam que no tomo en cuenta lo contado, aunque seguía sumergido ensu libro. )ero en los demás despert! cierto recelo por sentir su tierra invadida, era extraño que 'aos#uese visitada por alguien y que perdiera su aislamiento.

(a gente aquí está acostumbrada a estar olvidada por el resto del mundo ? %ijo 5inta"a ? )ero no hayque ser ciego ante el hecho de que en algn momento mas gente llegará a esta tierra.

Esperemos sea gente tranquila ? %ecía 5inta.

&i no tendremos que de#ender nuestra tranquilidad, no imagino esta tierra devastada por extranjeros ? ;ablaba con propiedad y amor por su tierra. (a historia del hombre extraño se diluyo entre discusiones

de soberanía y como tratar con una invasi!n de gente de a#uera. sí de antipática era la sensaci!n detener gente desconocida pisando 'air al sai#. En 'aos no existía una soberanía o líder que controlara laciudad, era mas bien una gran comunidad que sabía convivir de #orma natural entre ellos y lanaturaleza.

Una brillante idea surgi! en la mente de lnita" y usando el tema regente como escalera para susprop!sitos insinu! de #orma inocente la siguiente pregunta. 2 7-on qu$ piensas de#ender tus tierras8'o recuerdo haber visto armas en 'aos ? )regunto mientras seguía a#ilando su hacha. lnilam, comosiempre, comprendi! enseguida a donde quería ir su hermano con la pregunta y apartando su mente de

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su libro quedo atento escuchando alguna pista de in#ormaci!n de donde poder obtener armas. 5inta"aera demasiado joven igual para recordar o saber de armas, naci! en $pocas de paz y muchas veces lapaz trae consigo el olvido por la historia y las viejas batallas que pudieron construirla.

6ienes raz!n, no hay armas b$licas en 'aos, nuestro herrero con suerte a#ila hachas y cuchillos ? %ijo5inta"a con cierta #rustraci!n en su discurso. pesar de tener raz!n en cuanto a que el herrero de la ciudad no manejaba la ciencia de las armas, aunasí era una esperanza de poder llegar a tener algunas, quizá mal diseñadas y poco manejables, pero si

bien a#iladas.

5inta al #inal de lo dicho por su hijo mayor e interrumpiendo el meditar de lnita" sobre el herrerocomo una posibilidad dijo ? &i quedan armas en 'aos, solo que en una parte del poblado más distanteque lo que rodea la plaza o incluso la simple peri#eria. 'o se olviden que esta aldea no es solo lo queaquí ven si no que son muchas casas desgranadas por los campos, ahí hay viejos campesinos que anconservan espadas oxidadas y viejas armaduras de cuero. %e hecho se dice que esos cueros eran tanduros como un muro de acero por que se hicieron de arbos casados en las montañas del sur ártico? 5inta era un hombre de sesenta y cuatro años que alguna vez de niño alcanzo a ver armas, no usadaspero si guardadas como reliquias ? demás se olvidan del abuelo del señor Lrs, el abuelo del herrero,ese hombre tambi$n #ue herrero y guerrero, además con ciento cuarenta años de seguro más de alguna

batalla alcanzo a ver y vivir, de seguro an tiene armas escondidas por ahí o sabe como #abricarlas.

2a era claro, ese era el mejor y mas cercano dato de donde poder conseguir armas, la cara de lnilamse ilusiono y #ascino por la posibilidad de conseguir lo que buscaban y además la historia de unguerrero real y sus historias de por si ya eran estimulo su#iciente para querer buscarlo e indagar en supasado. lnita" #eliz pero astuto logro ocultar su alegría por el dato recibido y dentro de su curiosidadvolvi! a preguntar para tener mas in#ormaci!n / 6an viejo y 7-rees que se acuerde8

%e seguro si se acuerda, nunca he visto hombre mas lucido de sus recuerdos y ágil que $l, y la edad noes ningn impedimento, se dice de hecho que el desciende de otra raza de hombres #avorecidos paravivir mas que los demás humanos como nosotros y yo conoci$ndolo si creo en eso. Es cosa de verlo, si

hasta es mas activo que yo para trabajar ? 9ndicaba 5inta.

(a conversaci!n ahora una vez mas había perdido su rumbo y ahora se trataba de las personas quehabían vivido mas años en la aldea. lnita" ya no le interesaba saber mas así que dejo que laconversaci!n tomara su propio rumbo sin in#luir en ella. 5iro a lnilam quien tambi$n lo miro paracon#irmar lo que harían al siguiente día. 2a les había llegado la hora de dormir y sin necesidad deplani#icar cosas o secretear a escondidas solo se #ueron a dormir cada uno a su habitaci!n.

*altaban ya solo dos días para la partida y la prioridad del día solo estaba en#ocada en conseguir armaso lo mas parecido a ellas. un así ni lnita" ni lnilam se levantaron temprano, esta vez solo ni

estaba en pie preparando la comida y lavando la taza y plato que había ocupado 5inta mas temprano alir al trabajo. ntes de bajar las escaleras lnilam se acerc! a su hermano y le dijo ? %ebemos plani#icaruna excusa para mañana y yo ya me adelante a pensar una.

Es un tanto obvio que #ue lo que pensaste lni. 2o igual pens$ en #ingir un viaje a donde el primo3ams, además es la excusa per#ecta para que vayas porque t nunca has ido ? 6$rmino porcomplementar el plan lnita".

penas comenzaron a bajar las escaleras y previo a lo que lnita" iba a decir se escuch! la voz de ni

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diciendo ? 7<u$ tiene planeado8 'o s$ pero presiento que no los ver$ por un tiempo/ 6an suspicazcomo siempre nada se escapaba a su intuici!n y sexto sentido.

<ue hábil eres mamá ? %ijo lnilam.

Es verdad quiero llevar a lni a la casa del primo 3ams por unos meses ? %ijo lnita" bajandocalmadamente la escalera y colocándose una camisa que llevaba en las manos.

El primo 3ams ? <uedo meditando ni ? Es bastante lejos para ir, 76 iras con ellos 5inta"a8 / (epregunto a su hijo mayor que justo se asomaba por lo alto de la escalera.

7 d!nde8 / %ijo sin haber escuchado muy bien de que hablaban.

%onde 3ams, tu hermano quiere llevar a lni donde el primo 3ams ? (e explic! ni paracontextualizar. 5inta"a comprendi! enseguida que esa era la excusa que estaban inventado para poderemprender el viaje y debi! esconder su miedo a perder sus hermanos e incorporarse a la conversaci!ncomo si nada supiera del verdadero viaje.

'o, yo no ir$ ? 3espondi! 5inta"a ? 'o te dejaría sola sabiendo que papá siempre debe salir a trabajar

todo el día ? *ue clara la señal de desaprobaci!n del viaje que aun tenía 5inta"a y su sarcasmoescondido en el mensaje.

+sea que si sabías del viaje ? 9nsinu! ni.

&i, algo me habían insinuado ? 5inta"a respondi! como desinteresado del tema.

AhB esta gente, supongo que ya lo tienen todo listo y que es imposible decirles que no, si pareciera queuno ni existe en esta casa para ustedes ? (es discutía ni sollozando. lnilam se volvi! hacia a ella aabrazarla y le dijo ? &olo son un par de meses, te prometo que me cuidare y volver$ pronto mamá.demás #ue igual que cuando 5inta"a me llevo a mi por primera vez ? %ijo lnita" sentado en un

sill!n comiendo un pan.

)uede ocurrir mil veces y ya haber conocido el lugar pero la preocupaci!n de una madre siempre es lamisma, ya lo entenderán cuando tengan sus propios hijos ? 6ermino por decir ni limpiándose suslágrimas y colocando sus manos #rías sobre su roja cara.

6ranquila mamá, los caminos cada día están mas seguros y lnita" conoce mejor los bosques queningn otro en estas tierras ? %ijo 5inta"a para darle seguridad a su madre y consuelo. 6odos seacercaron a la mesa a ayudar a colocar las cosas para el desayuno, a pesar del anhelo por viajar en elcoraz!n de lnita", no podía no sentir pena por abandonar a su madre con una mentira y arrastrar a sushermanos a mentir junto a $l. %esde hace un tiempo no se reconocía, casi nunca mentía y ahora era

algo necesario, cada cosa que hacía debía cubrirla con un embuste. lnilam se veía mas a#ectado porver a su madre llorar, en su interior casi explotaba la necesidad de contarle la verdad y abandonar laidea de seguir la aventura. 5inta"a lo observaba nervioso y en un acto de comprensi!n se acerc! a $l ysin que los demás lo noten le dio una palmada en el hombro y le dijo en un susurro en la oreja ? Este estu momento, debes ir o te arrepentirás por siempre el no haber en#rentado tus miedos / Entonceslnilam se convenci! de que esto era algo inevitable, que era lo que deseaba y que el miedo eranatural.

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l terminar de tomar desayuno lnita" se levant! ayudo a guardar la loza y demás cosas, lnilamintentaba distraer a su madre del tema del viaje y lo hacía inventando an$cdotas que oía de gente delpueblo junto a 5inta"a que le seguía la corriente. (a mente de lnita" no lograba pensar en otra cosaque aquel recuerdo de la estrella que marco su vida, nada ya era lo mismo desde aquel día y $l se dabacuenta de eso, no había noche en que sus parpados no recordaran el cálido beso de esa luz cegadora. 'isu alma olvidaba la angustia por querer correr hasta desgastar el aliento y paralizar el coraz!n detrás detan mágica danza de luz que se desgarraba desde el cielo. (a cara le brillaba, ni los peligros del mundo#uera de 'air al sair le parecían una preocupaci!n. 2a todo estaba listo para $l y el momento de partir se

había vencido desde hace días en su mente, pero an le #altaba un día. Una vez ordenada la casa y conni tranquilizada lnilam se acerc! a lnita" con la clara intenci!n de recordarle el hecho de ir dondeel herrero y por el abuelo de este.

El hogar del señor Lrs quedaba muy distante de su casa, al lado norte del poblado, cuando ya lastorcidas casas comenzaban a ser menos numerosas y mas distantes. 3ecostada sobre una leve pendientedel valle y adornada por el humo ennegrecido de la chimenea del herrero comenzaba a deslumbrarse lasilueta de la casa a lo lejos. Una senda pedregosa enlazaba el camino barroso de 'aos con la exiliadacasa de Lrs, el camino estaba adornado de rocas que enmarcaban el paso. Una casa de piedras ymadera adornaba el verde prado, a medio hundir en la tierra parecía una caverna y casa a la vez. &oloera de un piso y muy ancha, a di#erencia de las angostas casas del resto del poblado. Una puerta con

estilo ojival se ubicaba al centro del #rontis de la morada, junto a ella por lado izquierdo había una solaventana rectangular y pequeña. -uando llegaron #rente a la choza #ueron recibidos por el #uertemartillar que moldeaba el acero, y el calor del horno evaporaba las rocas alrededor de las paredes.lnilam se acerc! y alzando su mano izquierda dio tres golpes sobre la tibia madera de la puerta queirradiaba cálidamente el bochornoso calor que so#ocaba a la casa en su interior. los segundos despu$sde haber tocado desde el #ondo de la casa comenzar a sonar #irmes trancos sobre la madera rechinantedel piso, un pestillo cruji! al mimo instante en que empezaron a rechinar las bisagras. nte ellos seabri! la puerta revelando una sombra ancha y tosca. (a de un hombre alto y muy corpulento, de tezblanca pero enmascarada por el oscurecer del humo y del hollín. delante, pasen por aquí, cerremos lapuerta antes de que se escape el calor ? (es dijo el señor Lrs mientras se sacaba una gorra de lacabeza y dejaba a la luz su mollera a medio desnudar por los años ? 7 qu$ se debe la visita de los

 j!venes 6ur8 ? (es pregunto mientras despejaba unos desgastados sillones para o#recer asiento.'i uno de los dos hermanos había pensado en que decirle al herrero, no sabían muy bien como explicarel motivo de porque estaban ahí, no era #ácil solo decir que necesitaban armas para abandonar laciudad.lnita" tomo la iniciativa de hablar despu$s de un inc!modo cruce de miradas con lnilam y el señorLrs. Ml que ya los miraba con clara señal de que no estaban ahí por un hacha nueva o un simpleazad!n.&in tener muy claras las palabras lnita" se abalanzo a decir ? &eñor Lrs ayer conversando connuestro padre nos enteramos de que su abuelo #ue guerrero y herrero cuando en 'aos aun habíanbatallas para conquistar estas tierras.El intrigado herrero no lograba armar en su mente un camino que uniera sus teorías de porque estaba

ahí con lo reci$n escuchado así que decidi! continuar con la conversaci!n para ver si así lograbadescubrir algo primero, se acerc! a una mesa donde había una botella de vino y un par de vasos vacíos,se sirvi! en uno de los vasos y se volvi! junto a los dos j!venes ? &i, $l al igual que lo #ue mi padre, #ueherrero. 2 uno muy bueno, especialista en armaduras de cuero con placas de metal. &iempre sacaba encara eso, que no había nadie en 'aos que no le debiera la vida por vestir bajo esas armaduras ? lesrespondi! sentado en un sill!n #rente a ellos con una mano sobre una de sus piernas y la otrasosteniendo un vaso con vino en su interior / 7)or qu$ les interesa saber de mi abuelo8 ? (es preguntomientras tomaba el primer trago.ueno, somos j!venes los dos ? dijo lnita" mientras indicaba a su hermano a su costado derecho ? y

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 jamás hemos visto una armadura o un arma de guerra.&olo en libros o imaginándolas de la canciones que nos enseñaron de niños ? interrumpi! lnilam.)or lo mismo quisi$ramos saber si usted tiene armas de su abuelo o padre por ahí, o si usted mismosabe construir algunas ? así #ue como lnita" logro introducir sus intenciones en la conversaci!n sinintentar levantar sospecha.0!venes en 'aos interesados en armas, eso es nuevo y muy extraño de ver. &upongo que no solo tieneninter$s en verlas pues si me preguntas si se construirlas es por que necesitas llevarlas contigo despu$so 7estoy equivocado8 ? 2a estaba todo claro para el herrero, ya había logrado desentramar la madeja de

hilos de aquella visita e inter$s por su abuelo.<uedo un largo silencio rondando el lugar despu$s de aquella pregunta, solo el silbido de las teterasque a tapa a medio saltar mientras hervían sobre la estu#a y así corrompían tan inc!modo momento. síque armas ? dijo el señor Lrs rompiendo el hielo y levantándose de su sill!n ? no s$ si preguntarlescuales son sus intenciones. 7%ebería8 pues yo creo que sí, mas que mal no s$ que uso le podrían dar aalgo que no se ha necesitado por años en estas tierras. Es grande la responsabilidad que carga aquel queconcede a otro las herramientas de poder quitar una vida y de con#iar en $l de que será la correcta o delmodo adecuado. )ero quien soy yo para entrometerme en sus planes y prohibirles lo que necesitan 7ono8 ? 6ermino de preguntar a#irmado a la pared de su casa mirando por la nica ventana quesecuestraba la luz del exterior hacia el interior de la habitaci!n en donde estaban.'inguno de los dos supo responder, o mas bien ni uno de los quedo muy claro si deberían responder o

si era había sido una pregunta. El señor Lrs tomo la palabra y despu$s de mirar su vaso les dijo / (oshornos de un herrero jamás se detienen, ver romper la tierra por su acero y la ven regada de sangre porel mismo hijo que naci! de su #uego. =en nacer y caer civilizaciones, naciones enteras. Enemigos amuerte en#rentados siempre metal contra metal. <uien busca acero para quitar una vida, acepta tambi$narriesgarse a morir por el mismo. )ues no solo victorias construye un arma, tambi$n #abrica enemigosy hasta los hermanos se llegan a convertir en enemigos cuando el metal así lo sugiere ? 6$rmino dehablar aun secuestrado por el #rio susurro de su ventana y con la vista #ija sobre los cerros y la ciudad,desahogando el alma de un herrero. %espu$s del ltimo y más largo sorbo de vino volvi! la vista hacíalos hermanos y les dijo ? tengo lo que buscan, pero espero no terminen atrapados por lo que quierenconseguir.lnita" ni sabía que sentir, aun reordenaba las palabras que había escuchado y comenzaba a sentir

propio el discurso, como si el herrero #uera un hombre capaz de ver el #uturo y estuviera previni$ndolode un desastre. )ero en su alma luchaba la angustia por completar la ltima pieza que le #altaba a suplan para poder partir rumbo a la aventura. 'o necesito las armas para quitar vidas, si no que lasnecesito para proteger las nuestras ? dijo lnita" mientras se levantaba en$rgico de aquel magulladosill!n y en#rentando con postura #irma al señor Lrs desde la distancia.'o discutir$ mas, veo ímpetu en ti y ansiedad, así que no me gustaría arriesgarme a ir en contra de eso ? menciono el viejo herrero junto a una suave risa. %ejo su vaso ya vaci! sobre la mesa y los llevo porun angosto pasillo que conducía hasta el #ondo de la oscura casa, que a cada paso perdía mas la luzblanca del día y veía nacer la luz roja y devastadora del #uego que a parpadeo de las llamas iluminabala casa por breves segundos descoordinados, como destellos de luz que paseaban por las oscurasparedes.

lnilam que había estado callado y atento en todo momento comenz! a notar que ya no estaban sobrela tierra y que la casa no solo estaba a medio salir del lomo de valle en el que se encontraba, si no quegran parte de ella estaba hundida bajo la tierra y que solo los hornos estaban sobre la super#icie.-uando ya se alejaron de la luz proveniente del #uego se detuvieron al costado de una antigua caja demadera, el señor bLrs tomo dos antorchas de adentro de la caja y las encendi! con la ayuda de unchispero que portaba en los bolsillos, la primera que encendi! se la paso a lnita" quien ibacarcomi$ndole los pasos al herrero para que avanzara mas rápido ? 6ome señor 6ur, no se valla a caerque ahora bajaremos un par de escaleras ? le dijo el viejo Lrs a lnita".Una perdida escalera al #inal del corredor oscuro descendía en espiral hasta las mazmorras de la casa,

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poco a poco el calor que invadía cada habitaci!n se iba perdiendo a medida que bajaban. l #in llegaronal #inal del l!brego recorrido el que se iluminaba con las antorchas que desnudaban una habitaci!n aunmas ancha que la casa en la super#icie, llena de cajones amontonados y viejos abrigos de cuero. l #inaldel pasillo lograban deslumbrar sobre un gancho anclado a la pared que colgaba una redonda estructurade tono verde y de centro metálico, al costado de ella y colgando del mismo lugar una plateada hachade mano re#lejaba la luz que conquistaba el lugar y las ilusiones de lnilam que al #in lograba ver unarma real, un hacha liviana y a#ilada hecha para la batalla y no para la madera, pesada y grande.