juanote
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Homenaje a un xalapeño ejemplarTRANSCRIPT
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Juanote:
El Señor niño sol.
Fernando Santiago Vásquez
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Para todos los Juanotes y en especial a Don Juan Herrera Vásquez mi cariño y por supuesto aquí va y esta mi corazón.
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uanote: con el mecapal a cuesta y bajo la
jícara celeste después de su formación
dentro del recipiente femenino que tarda
trece veces veinte días y una vez trece, trece veces
veinte es la combinación de las probabilidades del
destino que nos ofrece los caminos a seguir en la
transformación, así Juanote tenía marcado su
destino con su número trece, su vida se entretejía,
sus metas logradas con su entorno en un marco de
respeto y cordialidad, Juanote poseía del número
trece la esencia de todo lo que está vivo, que
después de haber florecido esta en condición de dar
frutos y frutos en abundancia, del uno al trece es la
cuenta del destino y Juanote reunía todas esas
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cualidades de todos los números anteriores: acción,
amor, conocimiento, transparencia y sabiduría.
Juanote desde el Cipactli nos remontamos a los
tiempos lejanos de nuestros hermanos indígenas
con sus huaraches y sus pies firmes para soportar el
peso de la carga y de la vida en la Xalapa la de la
Tomoancha la de la niebla, la de la niebla azul
turquesa y de la lluvia, aquí donde se origina la vida
de Veracruz, aquí el lugar de las flores bellas y de
aroma de mar que llega desde el Puerto de la
Veracruz. Las cuentas del destino de Juanote y su
Tonalpohualli traen consigo ser emprendedor,
principio firme, puesto que su carga es de gran
responsabilidad. Juanote tiene una raíz milenaria
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que lo ata a la tierra a esta tierra nuestra con una
raíz firme, profunda y con un principio y una
responsabilidad con el cosmos así como su Ehecatl
ese viento, el primer viento vital que recibió y que lo
dejo marcado para toda su vida en esta tierra de
hombres y mujeres de trabajo, de fe, esperanza, de
amor y pasiones. Juanote no solo transportaba
cosas, sino como el viento de los buenos aires,
transportaba ilusiones junto a aquella Alcayata que
permanece aun, era un sembrador porque en cada
uno de quienes lo conocimos dejo la semilla que
germina, no olvidamos su Ehecatl que transporto
en él, el sonido de la música, de la armonía en el
canto del agua, de los pájaros, de los arboles, de los
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hombres y mujeres. Juanote afortunado que
gustaba del sonido de la música que alegra los
corazones y así marcho al corazón de Tonanntzin
Coatlicue la madre Tierra, Juanote el señor niño
sol, el que hoy porta el caracol bajo la jícara celeste
de Xalapa, Tonatiuh de Xalapa, Juanote era como
el viejo coyote danzante que tenia la música por
dentro y como Coatl se acogía porque recordaba de
cuando recibió el agua de vida que se llama
Chalchiuhtliacue agua que limpia, que es clara
que nunca duerme ni dormidita, penetro hasta su
corazón, así paso su vida, hasta que dio el paso
hacia una nueva forma de vida, por que el vivir es
morir y el morir es vivir; ¡Viva la vida! ¡Viva
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Juanote! Juanote como un manantial xalapeño
Atl agua, todo lo que se adapta a las
circunstancias, fertilidad, limpia y rejuvenece, sabe
ser transparente, penetra sugiriendo y sirve de
camino, camino de Juanote, que embellece la
faldita de nuestra madre tierra Tonantzin como
joyas preciosas. Hoy solo el recuerdo y en el
recuerdo Juanote, porque mientras viva en el
recuerdo, vivirá aquel hombre niño sol, con
sombrero de paja de ala grande y dentro de ese
sombrero, que es como una caja de pandora llena
de sorpresa que dirigió Xiuhtecuhtli el que
encamino a Juanote en su vida de servicio de guía a
los xalapeños, como aquel lucero, aquellos ojos de
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Santa Lucia, dentro del sombrero un Itzcuintli con
el que mi hija Biadxi quiere jugar por gracioso y
juguetón, pero con Juanote el Itzcuintli lo
acompaña hacia Mictlan donde un día florecerá
una nueva forma de vida y que se cumpla la eterna
ley de la naturaleza, que de la muerte nace la vida
y de la vida surge la muerte, y el camino de Juanote
no ha terminado anda recogiendo sus pasos porque
dejo muchos, todos esos hilitos de luz de ese mecate
que llevo consigo, de ese mecate luminoso con el
que tejió su vida y algunos tejemos la nuestra con
ese mecate de esperanza, por ello debemos saber
cuán grande es nuestro mecate y vivir, vivir con
intensidad y luminosidad para seguir viviendo y
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recogiendo los hilitos de luz por una eternidad y no
desperdiciar nada en ninguna vuelta esos mecatitos
luminosos, y cuando nos adelantemos a la vida no
lloren y se alegren los corazones, canten sones
alegres. Juanote es tiempo de descansar, las
semillas reposan, no es tiempo para germinar, la
tierra descansa, el invierno para rejuvenecer y en
primavera florecer, así Juanote como los tiempos,
sin tiempo, lleno de flores hermosas Xochiquetzalli
y del señor niño Piltzintecuhtli. En el vientre de la
madre tierra hoy Xochipilli, Macuilxochitl , nos
entregan esa fuente de inspiración para poder
recordar a Juan, Juanito, Juanote, hoy
Tezcatlipoca, Huitzilopochtli el colibrí izquierdo,
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Tezcatlipoca Tepeyolohtli corazón de los montes
nos recuerda a Juanote, con un corazón no como la
caña hueca sino lleno de flores y cantos. Recuerdo a
Juanote cuando despierto al amanecer y veo a
Tlahuizcalpantecuhtli el lucero de la mañana y
recuerdo a Juan, a Juanito a Juanote, a Don Juan
Herrera Vásquez y recuerdo a mi padre y recuerdo
a mis abuelos, y recuerdo a todos los Juanotes y
recuerdo al tata, Andrés Henestrosa cuando dice:
Niña cuando yo muera No llores sobre mi tumba Toca sones alegres, mama, Cántame La Sandunga. Toca El Bejuco de oro, La flor de todos los sones, Canta La Martiniana, mama, Que alegra los corazones.
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Si quieres que no te olvide Si quieres que te recuerde, Toca sones alegres, mama, Música que no muere.
Fernando Santiago Vásquez
Juchitán de todas las mujeres, Oaxaca. México.
13 de Diciembre 2008.
Juanote nació en Xalapa en 1921 y murió aquí en 1989. Su ejemplar vida en la que desarrolló una personalidad especial, transcurrió en esta población aparentemente como la de un hombre común. Sin embargo, estos dos hechos no fueron así. El sobrenombre comienza llamando la atención y, hoy evoca a un fuerte hombre, cuyas energías creó en él una espontánea seguridad para el honrado vivir y en la sociedad los auténticos sentimientos de respeto, cariño y nostalgia. Este jalapeño ha dejado para siempre una firme huella en la tradición, la historia y el recuento de valores en nuestra sociedad. Juanote creció bajo la severa mirada de un padre que sabía distinguir muy bien entre actos morales e inmorales, entre acciones honestas y deshonestas y, sobre todo, los matices de estos extremos, difíciles de advertir si la mentalidad es fanática, doctrinaria y narcisista.
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Seguramente, un ser tan admirable como su hijo, un hombre como pocos: nada de hipocresía, ningún riachuelo de culpa en la conciencia, toda distancia con las máscaras y los disfraces; una integridad que aprendió a amar y se fue con justa paz a la tumba. Juanote, adolescente, asimiló con orgullo el oficio de su padre e integró el primer gremio de "cargadores de número" en Xalapa. Entregado a su trabajo, fue haciéndose un deleitoso y conocedor de la música clásica. Contaba entusiasmado que poseía alrededor de doscientos textos preferidos, más las diversas interpretaciones de los temas. Melómano por elección, también formaba su discoteca con otros géneros musicales; entre sus inclinaciones se encontraban autores del folklore latinoamericano. La lectura de obras literarias también lo acompañaba en el escaso tiempo que dedicaba al estimado autodidactismo. Juanote fue un símbolo de la Atenas Veracruzana de antaño. Desde los once o doce años (no recordaba exactamente), los jalapeños le confiaban los cambios de casas, los acomodos que él decidiera, las galantes entregas necesitadas de discreción y el cuidado de bienes que los dueños consideraban valiosos. Recorría a pie trayectos largos para cumplir con los traslados, en épocas que sólo existían veredas para llegar fatigado a lejanos lugares desde esta ciudad. El número 13 de cargador a él le parecía de buena suerte. Juanote, el incansable, podía entregar desde una valiosa joya empaquetada en un diminuto y lujoso estuche, hasta un piano asegurado en su recio mecapal. Hoy, su vida no es la anécdota, sino el recto y simple vivir en el recuerdo. Fuente: Historia, cuentos y leyendas de Jalapa
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Fernando Santiago Vásquez, Indígena zapoteca. Licenciado en Derecho, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana y otras Universidades, decidor de poesía indígena, se ha dedicado, también, a la traducción y enseñanza del idioma zapoteco; radica en Xalapa Veracruz México; del año de 1980 a la fecha. Egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana y profesor de la misma ha impartido las cátedras de Derecho romano I y II y los Seminarios de Derecho: I,II,III,IV,V,VI,VII,VIII; Introducción al Estudio del Derecho I y II; Derecho Civil: I,II,III,IV; Teoría Política II, Historia del Derecho Mexicano y Metodología De la ciencia del Derecho en la Universidad Veracruzana, con sede en la Facultad de Derecho. En la Facultad de Antropología, de la misma Universidad Veracruzana, impartió un seminario sobre Antropología Jurídica. Sus cátedras se han llevado a cabo en otros centros universitarios, como: el Centro de Estudios Superiores Hispano Anglo Francés de Xalapa, donde impartió la cátedra de Derecho Romano: I y III; en la Universidad de Xalapa ofreció la cátedra de Derecho Romano II y Teoría de las Obligaciones; en el Centro de Estudios Superiores Hernán Cortés dio la cátedra de Derecho Civil II. En la Universidad Centro Latinoamericano de Estudios Superiores impartió la cátedra de Derecho Romano I y II, impartió los cursos de Introducción al Estudio del Derecho, Estructura Socioeconómica de México y Ciencias Sociales e Historia en el Instituto Científico Motolinía así como en otras instituciones. Colaboró como Visitador General de Asuntos Indígenas de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Veracruz y como Director de Asuntos Indígenas de la misma. Ha sido asesor para grupos étnicos marginados a.c. del norte de Veracruz (con grupos náhuatl, otomí y tepehua), en el comité de solidaridad y participado con el fideicomiso para la salud de los niños indígenas de México, colaboró en el departamento de bienes inmuebles, inventario y contratación de la dirección general de patrimonio del Estado de Veracruz; asimismo, en la Dirección General de Enseñanza Media Superior y Superior. Destaca su participación como miembro del Seminario de Derecho Romano y Derechos Indígenas de la Universidad Veracruzana. Fue becario del programa de apoyo a investigadores nacionales, específicamente del programa sobre cultura política, establecido por la Universidad Veracruzana. Ha participado y asistido a diversos cursos, seminarios, conferencias, mesas redondas y
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talleres sobre derecho, cultura y enseñanza. Asistió a diplomados sobre derechos indígenas, ha producido y conducido programas bilingües de radio sobre derechos indígenas y ha escrito notas y artículos sobre la problemática indígena. Su desempeño profesional, le ha merecido los reconocimientos del Consejo Nacional de Recursos para la Atención de la Juventud, por su participación en el Premio a la Juventud Indígena 1992; de la asociación de estudiantes jalapeños en reconocimiento a las actividades culturales que ha promovido. Su colaboración en las Jornadas Nacionales de la Constitución General de la República y los símbolos patrios le valió el reconocimiento del Gobierno del Estado de Veracruz. Fue postulado en el año del 2003 como candidato al premio “Medalla Veracruz 2003” en el rubro a la preservación de las tradiciones y cultura indígena” por el poeta zapoteca Andrés Henestrosa, así como de la humanista y defensora de los derechos humanos Doña: Ofelia Medina. Se le han otorgado otros testimonios literarios y académicos. Teléfono celular (045) (044)2281 261047 [email protected]