josé luis velarde guillermo lavín - angelfire · 2000-12-14 · 2 n a quien corresponda:...

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1 Recuento Ingeniería Genética /Víctor Aquiles Jiménez...(4) Ciencia Ficción en Japón / Yasutochi Nakazima...(14) Mitos y falacias de la Ciencia Ficción / Gabriel Benítez...(18) The Western Canon / Alberto Chimal... (26) Narrativa Un ride al cielo / Natalia Malinkó...(30) Correo Insospechado... 37 Remiten José Luis Velarde Guillermo Lavín Administración Ma. Enriqueta Montero Higuera Alejandra García Cabrera Coordinación Zona Sur Gloria Gómez Guzmán Jorge Maldonado Coordinación en Nuevo Laredo Héctor Romero Lecanda Federico Schaffler Coordinación en Reynosa Graciela Ramos Coordinador en Monterrey Renato Tinajero Coordinador en Matamoros Arturo Zárate Coordinación en Cd. Victoria Arturo Castrejón Carmen López Corresponsal en Europa Víctor Aquiles Jiménez Consejo Editorial Héctor Carreto Roberto Arizmendi Arturo Castillo Alva Diseño y portadas Guillermo Lavín José Luis Velarde Dirigir correspondencia a: Río San Marcos y Río Tamesí #104, fraccionamiento Zozaya, Cd. Victoria, Tamaulipas. CP 87070. También recibimos correspondencia en el correo electrónico: [email protected] Visite nuestra WEB: http://aquiencorresponda/.spedia.net % (131) 2–32–33 A Quien Corresponda es una revista mensual que cuenta con el apoyo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes a la edición de revistas independientes “Edmundo Valadés 1999”. Nombre con registro en trámite para la reserva de derechos de título ante la Dirección General de Derechos de Autor. Expediente: 206/98.352/. #103. Septiembre del 2000. Impreso en Ciudad Victoria, Tamaulipas, México. ISSN: 0188–5863

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Recuento

Ingeniería Genética /VíctorAquiles Jiménez...(4)

Ciencia Ficción en Japón /Yasutochi Nakazima...(14)

Mitos y falacias de la CienciaFicción /Gabriel Benítez...(18)

The Western Canon /AlbertoChimal... (26)

Narrativa

Un ride al cielo /NataliaMalinkó...(30)

Correo Insospechado... 37

Remiten

José Luis Velarde

Guillermo Lavín

Administración

Ma. Enriqueta Montero Higuera

Alejandra García Cabrera

Coordinación Zona Sur

Gloria Gómez Guzmán

Jorge Maldonado

Coordinación en Nuevo Laredo

Héctor Romero Lecanda

Federico Schaffler

Coordinación en Reynosa

Graciela Ramos

Coordinador en Monterrey

Renato Tinajero

Coordinador en Matamoros

Arturo Zárate

Coordinación en Cd. Victoria

Arturo Castrejón

Carmen López

Corresponsal en Europa

Víctor Aquiles Jiménez

Consejo Editorial

Héctor Carreto

Roberto Arizmendi

Arturo Castillo Alva

Diseño y portadas

Guillermo Lavín

José Luis Velarde

Dirigir correspondencia a: Río San Marcos y Río Tamesí#104, fraccionamiento Zozaya, Cd. Victoria,

Tamaulipas. CP 87070. También recibimoscorrespondencia en el correo electrónico:

[email protected]

Visite nuestra WEB:

http://aquiencorresponda/.spedia.net

% (131) 2–32–33

A Quien Corresponda es una revista mensual que cuentacon el apoyo del Consejo Nacional para la Cultura y lasArtes a la edición de revistas independientes “EdmundoValadés 1999”. Nombre con registro en trámite para lareserva de derechos de título ante la Dirección Generalde Derechos de Autor. Expediente: 206/98.352/. #103.

Septiembre del 2000. Impreso en Ciudad Victoria,Tamaulipas, México.

ISSN: 0188–5863

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n A Quien Corresponda:

1.– Recibimos con gusto la noticia de que den-tro de unos cuantos meses, la Edito rialPlan e ta publicará un volumen antológico delos mejores cuentos aparecidos en Méxicodurante 1999. Pero más gusto nos dio cuan-do nos comunicaron que en ella seránincluidos los textos: El te rc e r o jo y la pata d em o no ; de José Luis Basulto, escritor y perio-di sta radi cado en Brasi l , donde sedesempeña como agregado de prensa en laEmbajada de México; y Cam ello a do m ic i-lio , de Hernán Mena Arana, escritor y ejecu-tivo de la casa Domeq en Yucatán, al sur denuestro país. Estos relatos ganaron, respecti-vamente, el Primer Lugar y la SegundaMención en nuestro I Co n c urso In ternac io -

nal d e Cuen to .

Ambos trabajos fueron publicados en nuestronúmero 83, que fuera presentado en enerode 1999. Este hecho avala la calidad de losautores que participaron en nuestro primercertamen encaminado a difundir la literaturaen ámbitos cada vez más amplios.

2.- Los mantendremos informados, sobre lafecha de aparición de esta antología que nosratifica que seguimos por el camino correc-to.

Vamos a ver cuántos textos procedentes denuestras páginas son considerados para laspróximas ediciones de esta editorial. Espera-mos que el número aumente.

3.-Siguen llegando cuentos a nuestro III Co n -c urso , que recibirá trabajos hasta el próximo

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30 de octubre. Los que lleguen después deesa fecha serán avalados por el matasellosdel servicio postal, sin embargo, no prolon-garemos la espera más allá del 30 denoviembre, así que si padece de un serviciopostal lento, y desconfiable como los pro-nósticos meteorológicos que anuncianlluvias fementidas, le recomendamos tomarlas providencias necesarias.

Los envíos proceden, en su mayoría de España,Argentina y México.

4.- Pablo Herranz nos envió amablemente elvolumen 22 de 2000 m an iac o s, una publica-ción de la Semana de Cine Fantástico y deTerror San Sebastián. En este ejemplar dediciembre de 1999, se comentan amplia-mente algunos pormenores del cinemexicano de horror. En infernal ristra deremembranzas aparecen luchadores enmas-carados y con el rostro al aire, vampiros,momias, dráculas, Lilia Prado, Tere y LorenaVelázquez, entre otras divas de buen ver,invasiones del averno y del espacio exterior(Marte a menudo, sin menospreciar Venus).No faltan los amos del pancracio metidos adetectives, ni los cómicos como Clavillazo oViruta y Capulina convertidos milagrosa-mente en héroes de movimientos ridículos yamorosa tendencia capaz de seducir adora-bles extrañas con un chiste sin gracia.Desfilan (casi siempre en blanco y negro)cuevas, laboratorios, castillos baratos, exte-riores neblinosos, recintos siniestros demanufactura casera donde predominan losdecorados de mastique y cartón piedra, has-ta di l u i r l os ecos de una orquestadestemplada que soñaba adentrarse en loscaminos del jazz.

5.- Nuestros conocidos Mauricio-José Schwarzy Guillermo del Toro se unen al equipo deManuel Valencia, el director de 2000

m an iac o s que cita, reseña y documenta cin-tas que considerábamos olvidadas en losdías infantiles cuando aún se exhibían trespelículas por un peso. Casi siempre produc-ciones realizadas con presupuestos ínfimos,luchas arriba y fuera del ring; mujeres deropa escasa (en las versiones destinadas alconsumo al interior de México y con desnu-dos totales para las copias proyectadas en elextranjero), calidad escasa, ediciones ilógi-cas, gu i on es con fu n d i dos comorompecabezas a veces imposible, violenciairrestricta, diálogos descabellados (¿nos-otros escribimos diálogos?), actuacionespésimas y directores distraídos sin saber quecon el tiempo llegarían a ser objetos de cultoy material de análisis.

Si desea copia del ejemplar o de otras producio-nes de la Sem ana d e Cin e Fan tástic o y d eTerro r d e San Sebastián , por favor dirija unacarta a Manuel Valencia, apartado postal 5251,Valencia, 46080, España.

6..- Mande textos para el concurso, remediospara la fiaca, el original del Bryce 3, lluvias alpor mayor, huracanes septembrinos, bicicle-tas de montaña, aguaceros que preludienotoños húmedos, marquetas de Linares,

Guillermo Lavín José Luis Velarde

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“¡Científicos de todo el mundo uníos y reflexionad!"

xclamó el investigador francés Jacques Testart, al anunciar que había decididoterminar de una vez con esa carrera enloquecida hacia la novedad científica. Es-tas palabras las incorporó en su artículo el desaparecido periodista científicochileno, Jorge Laplace, titulado “Conciencia al límite", en el diario Las ÚltimasNoticias en noviembre de 1986, en donde presentaba al joven investigador fran-cés, “padre científico" del primer niño probeta francés.

¦ El autor es escritor, ensayista y sociólogo, ganador del XII Concurso Internacional de laEditorial Argenta Sarlep de Argentina en 1999 como ensayista.

por Víctor Aquiles JiménezChile-Suecia

Testart fue uno de los jóvenes rebeldes y ateosque conmovieron Francia en mayo del 68. En 1972,ya especializado en el campo de la inseminación ar-tificial, hizo nacer dos terneras con trasplante deembriones. En 1979 realizó el prodigio con sereshumanos y nació una niñita, Amantine. Desde en-tonces han venido al mundo por este proceso másde 600 niños de probeta solamente en Francia escri-bía en su artículo Laplace.

El lunes 26 de junio corrió por el mundo la noti-cia que Clinton y Blair pregonaban orgullosos y eu-fóricos al presentar los avances que habíanalcanzado los experimentos con el genoma huma-no. Pero lo que ha llamado especialmente mi aten-ci ón fueron l as pal abras de uno de l osrepresentantes del proyecto genoma Francis S. Co-llin al decir más o menos lo siguiente: “Co m ienzauna nueva era a partir d e h o y tan g rand e c o m o fue

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e l d e sarro llo d e la hum an idad d espués d e la in ven c ió n d e la rueda".Estas palabras pueden resultar adecuadas o no, dependiendo del

momento, y a mi entender, sobredimensionan el avance de manerademasiado simple e irrespetuosa, por la falta de conocimientos enotras materias del especialista que cree que nada más hubo antes dela rueda y después de ella que haya contribuido al engrandecimien-to de la sociedad humana. Habría sido más elegante ahorrarse elejemplo en un acto de sobriedad y disciplina mental.

Tal vez esto en el fondo refleje un poco lo que es el avance de laingeniería genética que tiene muy buenos investigadores y técnicos,pero no muy buenos planteamientos refrendado por la historiauniversal cuando sus promotores hacen lucimiento público.

Bastante se ha estado hablando del interesante como fascinanteasunto relacionado con el patrón genético universal que nos hace atodos hermanos, ¿maravilloso, no?, en que viene a plantear nuevosparadigmas ante la existencia de Dios y del Universo y de la nadaabsoluta. Es complejo hablar del ADN (ácido desoxirribonuclei-co), de los genes y cromosomas y de entender el funcionamientograndioso que permite los entrecruzamientos más diversos imagi-nables que transmiten la herencia, los rasgos comunes, la inteligen-cia, la memoria y por último las enfermedades a las personas quedescienden de otras por un mecanismo que por fin se está abriendoal conocimiento universal. Se dice que son cerca de cien mil las pro-teínas que producen tal milagro, pero sólo se ha conseguido leerapenas tres mil y que dentro de 30 años más con el avance de la tec-nología se podrá tener toda la historia humana extendida en la me-sa como si fuera un plano desplegado. El famoso misterio de lainiciación de la vida humana y de toda especie en la Tierra dejará deser un misterio. Creo que sobre esto hay demasiada informaciónsimplificada y compleja al mismo tiempo a disposición de los inte-resados en los diarios y revistas, en los medios de comunicación vi-sual e Internet, como para ampliar más este trabajo.

Obviamente nos alegra saber que estamos en el umbral de unaépoca en donde se desterrará para siempre ciertas enfermedades dedifícil curación como el cáncer, la diabetes, el Parkinson, y más de6.000 enfermedades hereditarias y otras llamadas g en é tic as d e lc o m po rtam ien to que tienen que ver con el alcoholismo, la depre-sión, esquizofrenia, la homosexualidad y el crimen.

Comienza una era que nos permite un respiro al pensar quenuestros hijos podrán prescindir con una vacuna de estas enferme-dades y llevar unas existencias libres de estas plagas. Hasta ahí esasombroso y maravilloso el avance de la biotecnología y la medici-na, no obstante algo nos alerta a que estemos atentos a los experi-mentos y avances precisamente para que no transgredan loslímites; ahora ¿qué límites?

Jacques Testart es uno de aquellos científicos de elite que se ha

Es complejo hablar delADN (ácido

desoxirribonucleico),de los genes y

cromosomas y deentender el

funcionamientograndioso que permitelos entrecruzamientos

más diversosimaginables que

transmiten la herencia,los rasgos comunes,

la inteligencia, lamemoria y por últimolas enfermedades a

las personas quedescienden de otraspor un mecanismoque por fin se está

abriendo alconocimiento

universal.

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atrevido a alzar la voz exclamando en 1986: “He lle -g ado a la c o n c ien c ia d e l lím ite y n o iré m ás allá".Entonces pretendía crear un comité ético interna-cional, que fiscalice los proyectos investigadores re-lacionados con la fecundación artificial y lamanipulación genética, y de esto ya han pasado 14años. Laplace decía al respecto: “Es po c o p ro bab leque ten g a éxito h ay m uc h o s in te re se s en jueg o , sinc o n tar c o n e l afán hum ano y le g ítim o d e do m inarc ada vez m ás la naturaleza”. Esto lo escribió el pe-riodista en 1986 y no estaba equivocado, porque de-trás del proyecto genoma hoy tenemos a la empresaprivada norteamericana Celera Genomics y cientí-ficos de 18 importantes países. En todo caso la acti-tud valiente de Testart dará lugar a muchaspolémicas, aunque la pregunta sea una sola: ¿estátodo permitido en aras del progreso?

Pregunta sin respuesta, o por lo menos pode-mos comprobar que el pesimismo del articulistachileno Laplace estaba correcto, porque 14 añosmás tarde no pareciera existir ningún organismocapaz de controlar y normatizar los experimentosgenéticos. Hoy Testart es el director de investiga-ción del Instituto nacional de Salud e InvestigaciónMédica (Inserm), especialista en biología de la re-producción y aparece respondiendo a una entrevis-ta realizada por un destacado entrevistador francésy recogida por Hugues Salord para la revistaSCIENCES correspondiente al número 23 del año1996. De esa entrevista sólo se han tomado dos pre-guntas y sus respuestas de todo el cuestionario:

Label Frances: En 1986 anun c ió usted púb lic a-m en te que , p o r razo n es d e o rd en é tic o h ab ía d e c id i-d o in te rru m p ir su s in v e st ig ac io n e s so b re laf e c undac ió n artif ic ial, ¿p o r qué las h a re to m ado ?

JacquesTestar: Si se fija bien en lo que escribí en1986 en L’uf transparent, se dará cuenta de quenunca dije que interrumpiera mis investigaciones.Explicaba entonces que no quería proseguir deter-minados trabajos por el simple placer de investigar,ya que en mi opinión la investigación tiene unafunción muy concreta: ser útil para la sociedad. Asíque continué mis trabajos con el fin de intentarayudar a las parejas estériles a tener niños. Por elcontrario, y vuelvo hoy a repetirlo, precisaba queno quería en ningún caso lanzarme a la unión gené-

tica y reproducción artificial, es decir a las técnicasidentitarias que permiten prever lo que será cadahuevo si se transforma en niño. Es algo contra loque llevo luchando desde hace diez años.

Label Frances: En su en sayo Des g ren o u ille s e td e s h o m m es, usted af irm a la n e c e sidad d e c o n ten e rla c ien c ia “d en tro d e lo s lím ite s c o m patib le s c o n lad ig n idad hum ana". ¿Aquién le c o rre sp o nd e , se g únusted , e stab le c e r lo s lím ite s?

Jacques Testart: No son los investigadores quie-nes deben fijarlos. Estos pueden desempeñar un pa-pel de expertos, de información e incluso deasesoramiento, pero en ningún caso un poder dedecisión. Esta función protectora, podría ser de laincumbencia del Comité Consultivo Nacional deÉtica. Desgraciadamente este Comité, al igual quela Comisión Nacional de Medicina y Biología de lareproducción, está compuesta fundamentalmentepor científicos. Lo que es grave, es que en esas con-diciones, cualquier reflexión ética se convierte for-zosamente en un juicio técnico. ¿Dónde están loshistoriadores, los filósofos o los poetas tan indis-pensable para cualquier reflexión sobre el futurodel hombre? Finalmente, no olvidemos que estascuestiones éticas no deben ser abordadas exclusiva-mente a nivel nacional sino europeo y finalmentemundial.

La entrevista es bastante interesante para los cu-riosos, entre los que me cuento, porque toma un te-ma muy de actual i dad como es el de lamanipulación genética, los bancos de esperma, lafecundación artificial, el problema de las parejas in-fértiles la “fabricación"de niños de “mejor calidad"de los que se hacen en la cama todos los días, y laalusión que hace Testart del biólogo y escritor fran-cés (1894-1977) Jean Rostand que desconfiaba másde las desviaciones de los “mejores" científicos quede las de un investigador loco.

Ahora, comparando el debate mundial que seha desatado sobre la noticia del genoma humano ylas toneladas de papel escrito y de cintas rodadaspara la televisión sobre el asunto, queda flotandoen el aire el “castigo" sublimado por la palabra “éti-ca" al final de cada artículo, debate o ensayo sobreel tema que tratan expertos y aficionados al tema.Claro, abundan los ejemplos y gráficos de lo que es

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el ‘histórico anuncio’. “Los críticos denuncian ries-gos de manipulación genética y de discriminaciónde los individuos en función de sus genes" (El País,martes 27 de junio de 2000, España). Este diariotrae una información completísima incluyendo uneditorial que ocupa dos columnas de tres de la pági-na central y otras diez páginas con todas las varian-tes del tema con el rigor que le caracteriza y seemplean varias horas en acabar de leerlo cuandoacaparan la atención. Se agradece el esfuerzo perio-dístico, pero sólo en un recuadro pequeñito de lapágina 11 aparece una lista con los beneficios y ries-gos del proyecto genoma o de la época genoma, ydos de esos riesgos se clasifican como de Eug en esia:“Habrá fuertes tentaciones de corregir el genomade los hijos para prevenir enfermedades o mejorarsu capacidad" y Desig ualdad : “Si los beneficios delgenoma sólo son accesibles a los más ricos, las desi-gualdades crecerán enormemente, y tal vez de mo-do irreversible", eso es todo.

Apenas unas cuatro líneas dedicadas a la “adver-tencia", el “castigo" que nos podría caer por meter-nos con el misterio. Me di el trabajo de escuchartodos los medios noticiosos posibles, tanto españo-les, suecos y chilenos a través de su canal internacio-nal, mientras durara la expectante noticia y pudecomprobar que apenas hubo referencia a posiblesproblemas éticos, dicho esto de la manera más am-bigua posible, produciéndome la sensación que pa-ra otorgarle cierta “seriedad" a una noticia decarácter científico es bueno hacer una indicaciónética para dar la idea de profundos conocimientos yexperiencias al respecto que pueden tratarse por se-parado en otro momento o programa especial.

Sin embargo detrás de esa ambigüedad no haynada, ningún conocimiento que haga probable laoposición de lo que se está entregando como unanoticia de interés general y se soslaya el tema pasan-do por alto lo que pueden ser los fundamentos éti-cos que se podrían sobrepasar. Y antes de llegar aello tendríamos que recordar qué es lo que se en-tiende como ética.

Ética: Parte d e la Filo so f ía que trata d e la m o ral yd e las o b lig ac io n e s d e l h o m bre (Aristos, EditorialSopena, Barcelona, España).

Como la definición debemos ampliarla en lo

posible trataré de complementar otras basándomeen el libro Ètic a So c ial Arthur de Fridolin Ut, (Bi-blioteca Herder, Barcelona, España, 1965).

Ética social: Só lo d e l c o n o c im ien to un iv e rsal enc uan to c o n o c im ien to real re su lta la p o sib ilidad d ef o rm ular p rin c ip io s é tic o s c o m o p rin c ip io s so c ia-le s, que n o se re f ie ren ún ic am en te al c o m po rta-m ien to d e un ind iv iduo c o n re lac ió n a o tro , sin oque en p rim er lug ar van d irig id o s c o m o exig en c iato tal al c o n jun to d e la so c iedad . Las c o n se c uen c iaspara la e labo rac ió n d e l d e re c h o se d e jan sen tir enlas re lac io n e s en tre d e re c h o y m o ral.

Derecho: El dere c h o e s un c o m po rtam ien toc o n c re to in te rp e rso nal que se pued e im po n er c o ac -tivam en te .

El dere c h o c o m o « d ebe se r» e f ic azm en te re g u la-d o r, que in c luy e p o r ig ual a to das las parte s.

El d eber juríd ic o p ro c ed e d e una auto ridadComo bien vimos al principio de este trabajo

Jacques Testart en 1986 se proponía crear un comi-té ético internacional que fiscalice los proyectos deinvestigación relacionadas con la fecundación arti-ficial y la manipulación genética y lo encontramoscomo Director de Investigación del Instituto Na-cional de Salud e Investigación Médica, mantenien-do su oposición a que este tipo de pruebas serealicen sin que nadie imponga un orden ético a loscientíficos del mundo.

A mi entender no puede haber un “ordenamien-to" ético y jurídico a estos experimentos porque lasnoticias que nos entregan están dirigidas al campode la medicina que busca soluciones definitivas alas enfermedades más drásticas de la humanidad ytodos estamos interesados en que lleguen pronto anosotros tales soluciones. Ahí ya tenemos el primer“enganche" que nos permite hacer la vista gordacon los posibles “excesos" de algunos científicos. Ala espera de las benditas soluciones no nos impor-tan que aparezcan las ovejas clónicas, ni las vacas lo-cas, ni ratones con orejas humanas. Además laciencia moderna nos hace confiar como nada en elmundo en sus imposiciones, cualquier cosa quevenga refrendada como científica nos hace bajar laguardia, debido precisamente a la reputación queha conseguido ganarse el mundo científico en lasúltimas décadas.

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Pero no siempre ha sido así, la ciencia tiene unahistoria contradictoria y muchas veces negra. Loque era una verdad científica hace cien años hoy esuna falacia, un engaño, un embuste, un juego qui-romántico. Es probable que lo que es científico hoymañana no lo sea. Verdades absolutas no caben enel universo humano ni siquiera las llamadas c ien -c ias exac tas porque sólo algunos privilegiados soncapaces de entenderlas. No está demás que recurra-mos a dar otra definición de la Ciencia: Se llam aCien c ia al c o n jun to d e d e sc rip c io n e s d e las c arac te -rístic as o bse rvab le s d e suc e so s, c o sas, in d iv iduo s op ro c e so s reale s y d e las le y e s que rig en lo s d istin to sf en ó m en o s naturale s. Tam bién se c o n sid e ra c ien c iaa lo s p ro c ed im ien to s que sig uen lo s c ien tíf ic o s p arad esc rib ir o b je tivam en te ; o bse rvar y realizar exp e -rien c ias y analizar c rític am en te sus re su ltado s; c rearc o n c ep to s e h ip ó te sis y c o n stru ir teo rías; v e rif ic arexp erim en talm en te las c o n c lusio n e s d e las le y e sc ien tíf ic as (Félix Cernuschi, Emilio Signorini, En-señando Física Mediante Experimentos, Edit. Uni-versitaria de Buenos Aires, 1965).

La Ciencia tiene tal prestigio y poderío que ape-nas encontramos valientes que se opongan a ella.Antaño la Iglesia Católica cuando aún tenía el po-der político en Europa opuso tenaz resistencia alaplicar la Inquisición especialmente en contra de laCiencia en la Edad Media. Con ello la humanidadvivió una etapa de oscurantismo y retraso enorme;pero a partir del Renacimiento se produce un des-pegue del mundo científico que nos dio alas y el ac-tual progreso que conoce la sociedad humanaactual. Hemos presenciado en el siglo veinte prodi-gios que nos han asombrado llenándonos de admi-ración como nunca en el ámbito científico ytecnológico, mas, no debemos olvidar precisamen-te que en el mismo siglo hemos visto resaltado losantivalores de la convivencia, donde las atrocidadesde las guerras mundiales y de los prejuicios racialesnos demuestran con claridad que el adelanto de laciencia no va a la par con las leyes de la convivenciay tolerancia. Precisamente es eso lo que nos hace re-celar un poco del frío mundo de la ciencia, dada laexperiencia que almacena la historia.

Alegrarnos por el histórico anuncio sobre la lec-tura del genoma humano realizado por Clinton y

Blair es una noticia para sentirse optimista por loque representa en lo positivo el mensaje, pero nosdeja el ambiguo alerta de la ética cuando nada pare-ciera ser que vamos encaminado a ello. Pese a lobueno de una noticia que nos tiene al borde de des-cifrar nuestro misterioso origen, el Tercer Mundo(relacionado con los pobres de la Tierra) presentaun cuadro permanente y alarmante de desnutri-ción más de 450 millones padecen hambre que sesuman a los 840 millones de subalimentados y a lahorrible cifra de más de 40 mil niños que fallecenal día de inanición. Hubo eso sí, una noticia quepasó desapercibida proveniente del ámbito cuandoel Instituto de Citogenética Molecular de la Uni-versidad de Lund, Suecia, comunicaba que era po-sible la unión de células vegetales y de animales,que podría servir para crear un nuevo ser en la Tie-rra que se alimentara de la luz del sol y agua. Estome hizo escribir el cuento “El d ía que e l h o m brep lan ta e sc ap ó "(Cuentos ecológicos, Edit. Yalde, Es-paña, 1994) porque me hizo sentir la esperanza deque una nueva humanidad podría vivir al fin sin elflagelo del hambre en la Tierra. A pesar de vivir al-gunos años en Suecia, nunca más he escuchado ha-blar de ese proyecto. No sé si haya sido unaespeculación, pero de todas maneras la noticia pa-só por los medios de comunicación sin pena ni glo-ria.

Si la noticia del genoma ha sido dada para im-pactar el alma mundial las cifras descritas más arri-ba de los hambrientos del mundo, de lossubalimentados y de los miles de niños que mue-ren diariamente sin tener nada que llevarse a la bo-ca carece de la más mínima importancia, como lainvención de la rueda misma, porque en ningunaparte el descubrimiento del genoma humano y detodas las maravillas de las que nos proveerá en el fu-turo cercano nos anuncia que prestará solución aesos problemas de la humanidad.

No es que mi comentario esté fuera de tiesto, loque molesta es la arrogancia con que se anuncia unavance enorme dentro del ámbito de la biologíaque será una solución inmediata a las enfermeda-des cuando en este momento que escribo este artí-culo miles mueren de hambre.

La ética como el derecho se fundamentan en

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conceptos morales y nada ha de escapar a esas leyes,humanas por cierto, manejadas y aceptadas por mi-lenios. Ningún oficio, arte, religión, filosofía odogma puede prescindir de ética y derecho. Lo quehace inadmisible el desarrollo de la tecnología delos países industrializados es que los beneficios delos adelantos de la ciencia no llegan a todos y suenaterrible pensar en solucionar enfermedades comola diabetes cuando hay millones de seres que quisie-ran morir de ella pero felices pido perdón por elexabrupto. Esta ironía la escribo con buena inten-ción pero dolido por las inmensas sumas que se des-tinan en los países desarrollados para que la gente“queme" calorías y no se enferme por ellas. El inge-nio de los técnicos y científicos para crear máqui-nas empleadas para el ejercicio físico y de losalimentos bajos en caloría y dietéticos resulta hastaofensivo para un observador con sensibilidad. Co-mer pastos y semillas machacadas desabridas esbueno para mantener la forma, conforme, pero nonos olvidemos que en vez de hacer tantos esfuerzospor no engordar, vamos, francamente, comamosmenos y mandemos comidas con hartas caloríasdonde las necesitan, entonces ahí el genoma huma-nos tendría más connotancia que la que tuvo cuan-do se dio la noticia al mundo.

El proyecto genoma ha estado liderado por em-presas privadas y públicas, esto significa que por so-bre el i n terés ci entí fi co los hay tambiéneconómicos y los resultados de los avances benefi-ciarán a unos pocos. Para nadie es desconocido queel ámbito científico necesita recursos económicospara subsistir y que muchas veces son escasos, de-pendiendo de la importancia estratégica se desti-nan sumas públicas adecuadas, pero es el mundoempresarial el que invierte más, con la ambición desacar partido de los resultados de la inteligencia hu-mana para sí mismos. Y esto es peligroso en variasdirecciones.

En relación a si esta información sobre el geno-ma y sus posibles logros médicos por el hecho deser una noticia positiva más allá del ámbito especia-lizado no logrará efecto permanente alguno a granescala sino una mera y corta curiosidad. Los cam-bios podrán venir cuando una vez la ciencia y lossistemas económicos decidan realmente aplicar

proyectos reñidos con la moral y dignidad de laspersonas, entonces se iniciarán los debates a granescala y quizás ya sea tarde.

¿Pero cuáles podrán ser las cosas que se realicenen nombre de ingeniería genética capaces de agre-dir moralmente la conciencia de la humanidad?

Sólo con un poco de imaginación podremosvislumbrar lo que podría venir en corto tiempo ycomo dice el axioma: v isió n m ás in te lig en c ia ig ualp ro f e c ía es factible diagnosticar lo que puede suce-der con la manipulación genética cuando la indus-tria y competencia desplieguen toda las gamas deexperimentos imaginables con las células, los em-briones, el genoma, la fecundación artificial, la clo-nación y la manipulación genética. Creo que nohace falta pensar que dentro de ciertas décadas elmundo se pueble de monstruos, más bien al con-trario. Vemos los esfuerzos que realiza la gente conéxito, poder y dinero para verse siempre bellos, jó-venes, y saludables. Ese será uno de los campos másapetecidos por los industriales del área genéticadonde desarrollarán las nuevas técnicas. Quisieraequivocarme y hasta puedo predecir que antes de50 años la humanidad enfrentará el desafío de pro-longar la vida a ciertos límites de edad, dependien-do de la clase social, y que veremos desaparecer delplaneta a los viejos. Las tendencias de la ciencia y dela clase acomodada en todas partes nos hace pensaren un futuro donde algunas personas tendrán laedad ideal máxima de 25 años siendo viejísimos yque morirán con apariencia joven. Este modeloacabará por imponerse. Un planeta que desterrarápara siempre a los ancianos conservándose algunoscuerpos embalsamados en los museos.

La edad real dependerá del poder político, eco-nómico y fama de las personas.

Habrá conflictos por imponer definitivamenteel prototipo de raza humana.

Se creará una raza semihumana con inteligencialimitada para hacer los trabajos más duros y com-plejos.

En fin, esto que parece ciencia ficción no es tan-to, porque ya la Ciencia se está proveyendo de he-rramientas de alta tecnología y de conocimientospara poner en práctica lo que he anunciado. Unplaneta donde todos sean jóvenes, sin ancianos no

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parece deseable, como asimismo donde todos ten-gan una apariencia saludable y bella. Será comovolver al pasado griego que pregonaba: “Men te sa-na en c uerp o san o ". Naturalmente si ya es posibleseleccionar los embriones y desechar las proteínasmalignas que encierran enfermedades hereditariasy del comportamiento, no tendremos personas conlimitaciones de ningún tipo, todos serán perfectosdesde el punto de vista físico, todavía no me atrevoa pensar en la inteligencia, no me da la imagina-ción para tanto; a menos que se encuentre la proteí-na del saber y se regule en dosis para que hayaprivilegiados que sean más inteligentes que otros:¿con qué fin?Con la finalidad viejísima de domina-ción a los menos inteligentes, que dicho sea de pasoaceptarían felices esa diferencia.

Un mundo así, creo que no le interesa a nadie enla actualidad a menos que esté loco; de todas for-mas hay una tendencia a llegar a ello si no somoscapaces de poner un tope, un límite a la Ciencia, eneste caso bien clara, normas basada en la moral, elderecho y el respeto a la dignidad humana.

Jacques Testart pregunta: “¿Dónde están lospensadores, los historiadores, los filósofos o poetastan indispensable para cualquier reflexión del futu-ro de los hombres?"

Este llamado de Jacques no está condenado alostracismo porque tal cual él, los escritores de cien-cia ficción, los poetas, filósofos e historiadores, co-mo sociólogos, desde hace mucho tiempo seencuentran advirtiendo ora a sus obras ora a sus in-vestigaciones de la frágil moral humana enfrentadaal dilema cuando tiene que decidir entre el bien y elmal. Toda la historia de la humanidad está llena decrónicas al respecto en la que abundan ejemplos yel más preclaro es el del Génesis bíblico en dondelos protagonistas están advertidos que no deben co-mer del fruto prohibido. Metáfora o no, encierrauna verdad del porte de un genoma.

Tenemos clásicos de la literatura universal co-mo Aldous Huxley que escribiera Un m undo f e liz,entre muchos otros que contribuyen a alertar sobrelas posibles desviaciones de la técnica y del poderpolítico de los hombres sobre sus congéneres y co-mo este trabajo no es un tratado de autores de cien-cia ficción o de anticipación, un botón de muestra

es suficiente para comprender al científico francésJacques Testart que no está errado al incluir a los es-critores en el espacio de los que deben hacer unaporte para in te rp re tar el sentir de la gente, ante unasunto tan relevante como es descifrar y cambiar elmapa genético humano y de paso todas las reglas deconvivencia, de solidaridad y defensa a los débiles eindefensos que han permitido nuestra difícil evolu-ción y desarrollo civilizado en el curso de cientosde miles de años, porque un nuevo concepto socialde una cultura superficial y frívola socavaría la rui-na moral de nuestros valores más estrictos comoapreciados.

Creo que es interesante recordar la figura y ge-nio del escritor y científico Isaac Asimov que en1942, recién llegado a los Estados Unidos, apenasbalbuceando el inglés, para costearse los estudiosuniversitarios inició la publicación de una serie derelatos sobre robots. En uno de sus cuentos enun-cia “las tres leyes de la robótica" que he incluidoaquí para utilizarlos como modelos en la confec-ción de las normas a dictar a la nueva ciencia de laingeniería genética cuanto más rápido sea posible.Asimov jamás supuso que su fantasía pudiera ser alcabo de 4 décadas una realidad y más aún ser testi-go de sus profecías literarias. Las leyes inventadaspor él como argumento en un cuento, hoy son unarealidad de ética y moral en la construcción de ro-bots por las empresas fabricantes. Pero conozca-mos las tres leyes de la robótica de Asimov:

Primera ley: El robot debe obedecer estricta y ab-solutamente las instrucciones que recibe de su jefe,de su maestro, de su director humano, lo que quieredecir, que el hombre maneja y dirige el robot.

Segunda ley: En el momento de tomar una deci-sión en que el robot tenga que salvar una vida hu-mana o la propia, debe el robot preferir la vidahumana y autodestruirse si fuera necesario.

Tercera ley: Si el director humano de un robot leda una instrucción que vaya en contradicción conla segunda, lo que quiere decir, amenazar, destruir aseres humanos, él tiene que tomar la decisión dedesobedecer esa ley que ética como moralmente esinjustificable.

Estas “leyes"de la robótica, de acuerdo a la men-talidad humana, por ser los hombres los creadores

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de artefactos mecánicos con inteligencia artificial,producto de nuestra propia inteligencia y por seruna prolongación de nuestros cerebros tienen muybien definida las normas de conducta moral que losha de regir. Considerando que nacen de la especula-ción de un escritor y científico como la fuera Asi-mov en los años 40, no han podido serdesestimadas y aunque la industria que produce ro-bots ha superado con creces la fantasía de este hom-bre, las tres leyes de la robótica imaginada por él enuno de sus cuentos tienen una actualidad enorme yuna aplicación que nadie puede poner en duda.

Como el genoma es el universo o mapa humanofísico más complejo conocido por nosotros hastaahora y no es un producto e inventiva ni una pro-longación de nuestra inteligencia, como lo puedeser en la robótica, informática y cibernética, por lotanto las leyes que alcancen a la ingeniería genética,a la biología molecular y sus derivaciones, han debuscarse en el hombre mismo, en su conciencia, co-razón y alma. Una forma es recurriendo al sentidocomún y ver que opinan las encuestas al respecto.En USA el más reciente sondeo de opinión entregael siguiente resultado: el 44% opina que estas prue-bas y experimentos tendrán buenas consecuencias yun 47% tendrán malas consecuencias, dicho clara-mente.

Esta desconfianza de las multitudes no es gratui-ta ni vacua, la historia humana tiene su efecto en laconciencia colectiva y suele suceder con frecuenciaque la ciencia se desvía con fines que no son del be-neficio social para la que es concebida. Un hecho esque tenemos armas mortales capaz de acabar con lavida en el planeta a lo menos 9 veces seguidas y unaasistencia sanitaria en los países industrializados yen vías de desarrollo sólo para ricos y una sociedadlaboral de mercado y consumo basada en el dineroy la venta de servicios de los jóvenes y sanos que re-lega a los más viejos y enfermos a condiciones de vi-da sin ilusión. Los implementos de la tecnología,tanto industrial como hogareña es para la gente declase y media alta.

El miedo a que los científicos den rienda suelta asus pasiones y a su creencia de desentrañar todos losmisterios del universo sin detenerse a medir las con-secuencias no da confianza a la gente, eso quiere de-

cir que algo está funcionando mal y debe buscarseuna alternativa que genere confianza a la gente. Larotundidad de los científicos en cuanto a su buenavoluntad y disposición es muy frágil desde el mo-mento mismo en que intervienen empresas priva-das que buscan ganancias económicas a costa de lasnecesidades humanas. Las empresas públicas sonmás seguras mientras los poderes políticos seantrasparentes y democráticos, pero es terrible pensarque en donde se rompan estos principios emerjauna utilización equivocada de los conocimientos yavances en el campo de la ingeniería genética y re-nazca el deseo de crear una raza humana superior aotras en la Tierra.

El misterio es bueno, ya lo dijo Pascal: “el hom-bre necesita el misterio"

Y Einstein que no fue ningún arrogante e ilusoal referirse a la ciencia expresó lo siguiente: “Laemoción más completa y más bella que podemosexperimentar es la sensación de lo místico. Es la ci-miente de toda verdadera ciencia. Aquel a quien esextraña esta emoción, que no puede maravillarse niquedarse preso de temor ante ella, es como un hom-bre muerto".

Misterio y mística, dos territorios del alma.Una buena manera de buscar las normas a nivel

regional e internacional sobre el tema de la mani-pulación genética es producir el debate desde la es-cuela y a todos los niveles donde sea posible paraconsensar opiniones y de acuerdo a éstas ir conside-rando las que sean más frecuentes. Así será posibleestablecer los criterios morales y jurídicos que im-pongan a la ciencia los límites.

Jacquest Testart no estás solo, los intelectuales,los historiadores, los poetas, los escritores de cien-cias ficción y los sociólogos estamos dispuestos ainiciar el debate.

Cuando tú digas.¦

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ue en 1960 cuando se empezó a usar la palabra “SF”1 en Japón. En ese añose publicó por primera vez la revista profesional de ciencia ficción “SFMagazine” editada por Masami Fukushima. Hasta entonces, había sidocomún que las publicaciones dedicadas al género llevaran el subtítulo:“kuusou kagaku shousetsu” (ficción científica imaginaria).

¦ Conocí a Yasutochi por casualidad al deambular por la WEB. En primera instancia me sorprendióque mantuviera una página en Español, más tarde le solicité un artículo para acercarrnos un pocoa una literatura que no deja de sorprenderme por las peculiaridades con que se manifiesta. J.L.V.(http://plaza.across.or.jp/~nakazima/index.html)

por Yasutoshi NakazimaJapón

Los primeros tres números de “SF Magazine”,presentaron solamente traducciones de su equiva-lente estadounidense, pero en los siguientes ejem-p l a res fu eron i n corporán dose textospertenecientes a los autores de la Primera Genera-ción de escritores de ciencia ficción nacidos en Ja-pón, entre ellos destacan los nombres de Shin’ichiHoshi, Yasutaka Tsutsui, Aritsune Toyoda, SakyoKomatsu, Taku Mayumura, Ryo Hanmura, RyuMitsuse y Kazumasa Hirai. Todos ellos se apegabana los valores Hoshi de los cuentos ultra-cortos:Tsutsui, de la sátira y el humor; Toyoda, de la histo-ria; Komatsu, de la civilización y lo humano;Mayumura, concerniente a la organización de los

hombres; Hanmura, de la leyenda; Mitsuse, de lainestabilidad; Hirai, de las acciones.

En 1973, la novela “Nippon Chinbotsu” (El Ja-pón se hunde) de Sakyo Komatsu se convirtió en”best seller" y sólo a partir de ella, la ciencia ficcióncomenzó a arraigarse en el gusto del público. Laobra describía el fin de las islas japonesas al colap-sarse por el diastrofismo2 que en ese entonces erapostulado por la geofísica como novedad.

La obra de Komatsu encarnaba el terror vagocompartido por todos los japoneses ante los cons-tantes trastornos geológicos experimentados porlas islas donde se encuentra asentado el país. Japónvivía en ese entonces altos índices de crecimiento

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económico que lo reafirmaban en el mundo como una poten-cia industrial y líder en los terrenos de la electrónica, maqui-naria y vehículos de motor.

Durante la década de los sesenta aparecerían los autorespertenecientes a la Segunda Generación como Son Akira Ho-ri, Shinji Kajio, Musashi Kambe, Masaki Yamada, y otros me-nos renombrados.

Hori se adentró en los caminos de la “ciencia ficción du-ra”. Kajio escribía cuentos líricos que ahora podrían englobar-se en la llamada “ciencia ficción blanda”. En cambio Kambesentía predilección por los cuentos humorísticos. La primeraobra de Yamada fue “Kami Gari” (La caza de Dios), dondeconfrontaba la idea de Dios con los razonamientos científi-cos.

En 1976, se publicó la segunda revista de ciencia ficción“Kiso Tengai”. Una publicación importante que dio oportu-nidad a escritores jóvenes como Koushu Tani (cuentos de alpi-nistas) y Motoko Arai de sólo diecisiete años de edad.

El estreno de Star Wars aceleró la difusión de la ciencia fic-ción. Las revistas de ciencia ficción incrementaron sus tirajesrepartidos en cinco títulos: “SF Magazine”, “Kiso Tengai”,“Starlog”, versión japonesa, “SF Adventure” y “SF Houseki”.Las editoriales también comenzaron a publicar colecciones deCF dedicadas a los jóvenes, tales como “Sonorama Bunko” y“Cobalt Series”.

Las ochenta fueron las épocas de aturdimiento. La difu-sión del mercado de CF con afa-nes mercantilistas fomentó lamezcla con videojuegos, juegosde rol, cómics y dibujos anima-dos, hasta embonar con la sub-división de los gustos de losaficionados repartidos en in-contables tendencias.

Muchos autores arraigadosen la ciencia ficción se alejarondel género y se adentraron enotros caminos literarios.. Ac-tualmente no se venden mucho,casi nada, los libros que tienenla etiqueta “SF” en la portada.

La noticia dedicada a difun-dir que Shin’ichi Hoshi escribióel cuento milésimo de su carreraen 1983, fue la noticia más di-fundida, después de mucho

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tiempo sin que la ciencia ficción ofreciera nada rele-vante.

En este lapso, Baku Yumemakura empezó la se-rie de “Majuu gari” (La caza de las bestias diabóli-cas) y se hizo el precursor del boom de la ”leyendaviolenta". Yasutaka Tsutsui también se distanció dela ciencia ficción para acercarse a formatos más tra-dicionales. En los noventa, se publicaron muchasnovelas de futuros probables, donde era muy co-mún que Japón resultara victorioso en la SegundaGuerra Mundial. En casi todos estos proyectos, losescritores narraron el desarrollo de armas nuevasque cambiaron las circunstancias de la historia ypropiciaron buenas ventas.

En 1993, “SF Adventure” dejó de publicarse.Con ella cayeron dos revistas más. Durante variosaños sólo se publicaron “SF Magazine” y “SF Ad-venture”, hasta que esta última se sumó a la lista detítulos desaparecidos en las librerías.

En estos tiempos, se han puesto de moda las no-velas de terror. Con el éxito alcanzado por “ParasiteEve” de Hideaki Sena y “Ring” de Kouji Suzuki, seha constituido un verdadero boom. Estas historias,ahora catalogadas bajo la categoría “terror”, po-drían haberse englobado dentro de la ciencia fic-ción si se hubieran publicado hace diez años o más.Podría decirse que se han publicado diversas histo-rias de ciencia ficción en lo últimos tiempos, perosin llevar el género expuesto al público.

En 1997, una revista de crítica literaria: “Honno Zasshi” (Revista de Libros) publicó un artículotitulado ”Todos los títulos de CF de estos diez añoshan sido basura" y creo un gran cisma en el mundode la ciencia ficción japonesa. Las discusiones alrespecto surgieron no sólo en las páginas de “SFMagazine”, sino que se extendieron en el ámbito delos fanzines y en BBS. Se podría decir que los senti-mientos ocultos y las opiniones reivindicantes serevelaron con ímpetu tras ese reto que colocó a laciencia ficción de nuestro país en algo llamado épo-ca de invierno”.

En 1998, Masahiko Inoue empezó la serie de an-tologías titulada “Colección de formas distintas”,donde recopila cuentos de terror que abordan dife-rentes temas. El primer título fue “Love Freak”; elsegundo estuvo dedicado al tema “Invasión”; el ter-cero a la “Metamorfosis”. Muy recientemente, en

octubre de 1999, publicó el título 13 “Actores”. Es-ta colección vendió mucho desde el principio yotras casas editoriales comenzaron a publicar anto-logías dedicadas a la ciencia ficción. Tras la reapari-ción de Kadokawa Haruki Bunko, se han idorepublicando, una tras otra, las obras de autorespertenecientes a la Primera Generación como Sa-kyo Komatsu, Ryu Mitsuse y Ryo Hanmura que yaeran muy difíciles de obtener. Considero que es unproyecto relevante para los lectores de antaño y losactuales y quizá signifique el inicio de una nuevageneración.

¦

Notas del editor1 Por las iniciales en inglés de Science Fic-

tion.2 Diastrofismo: Deformación y colapso de

la superficie terrestre por la acción de lasfuerzas internas del planeta. The Webster In-teractive Enciclopedy. 1997).

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omencemos por aclarar a lo que me refiero. Cuando hablo de mitos noes mi intención hablar sobre la influencia que los antiguos relatos y mi-tologías tienen sobre el género (tema de por sí muy interesante y que da-ría para más de una conferencia, pero en fin...). No. Cuando hablo demitos me refiero a toda esa distorsión informativa que se tiene sobre laciencia ficción tanto dentro del círculo como afuera.

¦ ... ó todo lo que usted pensaba saber sobre el género, sin saber que siempre estuvo equivocado,¿o no?

por Gabriel BenítezMéxico

En especial me enfocaré al interior, y me enfoca-ré ahí, porque creo resulta importante que los lecto-res y escritores de éste género conozcan de lo queleen (o lo que se supone leen). Así es. En el transcur-so de muchas agradables veladas al frente de mis e-mails me he dado cuenta de ciertas confusiones queaún pululan por la mente de varios fans de la C.F.-especialmente aquí en México-o por la mía misma.A continuación mencionaré algunas e intentaréaclararlas o dar una explicación pertinente al pun-to, así que les pido se acomoden de la manera más agusto posible y se dispongan a disfrutar de esta con-ferencia:

Mito Uno: Ciencia Ficción es todo lo quetenga naves espaciales u ovnis en la

portada.

Déjenme confesarles algo que detesto de las li-brerías y que de seguro muchos de ustedes detestantambién. Resulta harto frecuente al acudir a uno deestos recintos del saber que la persona encargada oel empleado en turno nos guíe inexorablemente a lasección de libros esotéricos cuando le pedimos noslleve hacia el estante de la ciencia ficción. Gustan se-ñalar con desinterés los libros de J.J. Benítez, deErich Von Danniken o incluso del mismo Osho(un gurú fraudulento que antes se hacia llamar Ra-

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El problema da suprimer paso

cuando se imponela política

proteccionista deLópez Portillo. El

material extranjeroencuentra grandes

problemas paraentrar al país y

cierta sensación deinjusticia empieza a

gestarse en lascompañías

editoriales nonacionales.

Nosotros podemosexportar, peroimportar nos

resulta muy caro.

jnesh) y decir: “Esto es todo lo que tenemos”. Su desinterés e ignoranciame resultan patéticas. Yo ya aprendí a solo dar las gracias y retirarme abuscar por mi cuenta. Les sugiero hagan lo mismo. Lo peor es que esaignorancia con respecto al género es un mal extendido por toda la co-munidad de lectores de literatura “seria” y, por supuesto, de los no lec-tores. ¿A qué se debe? La respuesta es fácil: al desconocimiento total deltema. Este desconocimiento es debido sin duda a la poca circulacióncon que cuenta el género en nuestro país (y por supuesto, a la poca edu-cación literaria en general) y a que la mayor parte de su presencia aquíesta soportada por los programas de televisión y las películas del géne-ro, que como veremos más adelante, tienden a dar una visión erróneadel entorno de nuestra literatura. Para comprender el mecanismo de es-ta falta de promoción debemos remontarnos hasta poco antes del sexe-nio del presidente José López Portillo. En ese entonces México era todauna potencia editorial no sólo en aquí, sino en todo Latinoamérica eincluso España. Los libros de ciencia ficción más codiciados llegaban atodas esas partes desde nuestras editoriales, entre las cuales destacabaDiana y Novaro por comprar una buena cantidad de títulos norteame-ricanos del género tales como la serie de Marte de Edgar Rice Bu-rrouhgs o las de la Alo nd ra d e l Espac io y Lo s h o m bres Len te de E.E.“Doc” Smith, aparte de obras de escritores más recientes como Nor-man Spinrad o Robert Silberverg por citar solo algunos. El problemada su primer paso cuando se impone la política proteccionista de Ló-pez Portillo. El material extranjero encuentra grandes problemas paraentrar al país y cierta sensación de injusticia empieza a gestarse en lascompañías editoriales no nacionales. Nosotros podemos exportar, pe-ro importar nos resulta muy caro. Se supone que eso activará nuestraeconomía interna. Pequeño pero lamentable error. La política de pro-tección no funciona y da al traste con la economía nacional. Por su-puesto, todo mundo piensa en gastar su dinero en otra cosa que nosean libros y el mercado editorial nacional se hunde por no tener unpúblico que los soporte en su propio país, aunado a una incapacidadde competir en el extranjero, causada esta por una crisis del papel queeleva los precios a niveles estratosféricos: el golpe de gracia para el nego-cio. De ahí en adelante los únicos capaces de comprar los derechos denovelas de ciencia ficción norteamericana e inglesa son los españoles ypor algunos años los argentinos. Gracias a esto factores se conviertenen los principales abastecedores de América latina y también de nues-tro mismo país al tiempo que comienzan a formar su propia bibliotecadel genero, con autores autóctonos como Gabriel Bermúdez Castillo,el ya conocido y reconocido maestro Domingo Santos (que en realidadcomenzó a escribir desde poco antes de 1963), Ángel Torres Quezada ymuchos más. Hoy por hoy, continuamos sufriendo las consecuencias.De España nos llegan solo las sobras y saldos del género y los precios re-sultan aparte casi prohibitivos, gracias a la importación Nos hemosconvertido pues, en una suerte de perros migajeros en lo que a ciencia

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ficción se refiere. Lo siento, no se ofendan, pero asíes...

Mito 2: La ciencia ficción es una literaturacuyo valor se fundamente en ser

anticipativa

Para muchos de los presentes este mito es clási-co. Todo mundo fuera del género (o casi todo mun-do) cree que la obligación de la ciencia ficción es a)enseñar ciencia ó b) Predecir como será el futuro óalertarnos sobre las funestas consecuencias de este.Todos sabemos que eso no es así en realidad. Aun-que, muy bien, también tenemos que aceptar quedurante algún tiempo ese fue el objetivo en la men-te de varios de los más importantes exponentes delgénero, en este caso Hugo Gernsback o John W.Campbell Jr.

Ésta era la visión de Gernsback sobre lo que de-bía ser ciencia ficción, escrita por él mismo:

“No sólo es la ciencia ficción una idea de tre-menda importancia, podría ser también un impor-tante factor en hacer del mundo un mejor lugarpara vivir, atreves de educar al público sobre las po-sibilidades de la ciencia y de la influencia de ella enla vida... Si cada hombre, mujer, niño y niña pudie-ran ser inducidos a leer ciencia ficción, daría comoresultado un gran beneficio para la comunidad...La ciencia ficción puede hacer a la gente más feliz,dándole un mayor entendimiento del mundo, ha-ciéndola más tolerante”.

Viéndolo fríamente Gernsback tiene cierta ra-zón en su comentario.

La ciencia ficción podría hacer eso. De hecho lohace, pero no tomando a la ciencia como punto departida solamente sino a estos dos importantes ele-mentos: La especulación científica y su capacidadpara romper conceptos.

En un mundo donde todo parece preestablecidoy cotidiano, la capacidad de la ciencia ficción demirar los hechos desde ángulos diferentes o decrear nuevas situaciones en base a la idea del “¿Quépasaría si...?” permite al lector y al escritor sumer-girse en un ejercicio mental que pone en juego to-das las variables sociales, éticas, religiosas ycientíficas con las que convivimos comúnmente.

La ciencia ficción se convierte pues, en una bofeta-da hacia nuestras percepciones, ideologías y creen-cias preconcebidas para obligarnos a ver las partesde la realidad que nunca vemos o nos negamos aver. La ciencia ficción se convierte entonces, en unaherramienta reflexiva que muchas veces tiene lacualidad de llevarnos hacia la concientización deun hecho que antes no tomábamos en cuenta peroque puede resultar vital y a sus manifestaciones psi-cosociales, económicas e incluso personales.

Mito: La ciencia ficción de los 50, 60 y 70 esmuy inocente

Esta falacia me he encargado de desmentirla nosé cuantas veces en la red y, sorprendentemente,aún continua vigente al menos en mi grupo de e-mail. Muchos continúan pensando aún que la cien-cia ficción de los 50 y 60 era básicamente pura Spa-ce Opera y monstruos extraterrestres secuestrandochicas en bikini. Por supuesto que no es así pero nipor error y pretender que así fue solo demuestrauna confusa y muy limitada visión sobre el género,aunado a un gran desconocimiento de las obras li-terarias que lo conforman (sé que me oí pretencio-so, pero vamos, tómenlo como un desfogue...)

Es obvio que muchos confunden los años de1950 con lo que algunos gustan llamar “La edad deOro de la Ciencia Ficción”, una época en cierta for-ma dominada por un grupo de escritores bajo la tu-tela intelectual del editor John W. Campbell Jr.. Enrealidad esta época data (según Michael Ashley) de1936 a 1945, y es reconocida por ser el impulso defi-nitivo del género para convertirse en lo que hoy es.Se caracteriza también por ser una ciencia ficciónmás comprometida con la ciencia, con argumentosy tramas sólidos y no meros divertimentos fantásti-cos con pretextos científicos o seudocientificos. Aesta edad y a esta corriente pertenecen autores co-mo Isaac Asimov, Robert A. Henlein, E. A. VanVogt, Frederik Pohl, Henry Kuttner y varios más.Atrás de ellos ya brillaban antes luminarias comoClifford D. Simack, Edmond Hamilton, E.E. DocSmith, los hermanos Binder y por supuesto, JackWilliamson, además de muchos otros.

La transición a los 50 lo constituye pues una

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época de reafirmación de la ciencia ficción dondecomienza a formarse un mercado ya atractivo paralas novelas del tema y a consolidarse el nombre yobras de varios autores que serán pilares de la cien-cia ficción moderna.

Cuando llega la época de los 50 nos encontra-mos con una ciencia ficción que presenta la mayo-ría de los primeros verdaderos clásicos del génerocomo El Ho m bre Dem o lid o y Tig re Tig re de Al-fred Bester, Merc ad ere s d e l Espac io de Pohl yKornbluth, La Ciudad y las Estre llas de Arthur C.Clark; nos encontramos también con un mercadolector constante, con obras claves y piedras de to-que para las futuras generaciones. Gente como Phi-lip K. Dick, Robert Silverberg, Frank Herbert yotros hacen su aparición con sus obras tempranas yprimeras novelas.

En los 60 llega el segundo bandazo de la cienciaficción con un movimiento muy importante gesta-do en Inglaterra: La New Wave o Nueva Ola. Lanueva ola aboga por una experimentación literariaen la ciencia ficción, por un trasfondo más psicoló-gico en sus personajes y por un desarrollo más libreen cuestión de estilos. Gente como Michel Moor-cock, Brian Aldiss, J. G. Ballard pasan de ser escrito-res ingleses algo ocultos para saltar al paisajeinternacional, apoyados por una época donde el ar-te pop comienza a ser descubierto y analizado bajoun prisma académico. En realidad la New Wave noinfluyo tanto en los estados unidos, pero ayudomucho al desarrollo y aceptación de escritores co-mo Phil K. Dick que ya apuntaban a esa dirección.

Estamos hablando de que en los 60 la cienciaficción ya navegaba por temas tabú, como

*El sexo: Venus Plus X de Teodoro Sturgeon(1960), Relac io n e s Extrañas de Phillip Joseph Far-mer (1960);

*El feminismo: La Mano Izquie rda d e la Osc u-ridad , Ursula K. Le Guin (1969);

*Las Drogas: Lo s Tres Estigm as d e Palm er El-d ritc h , Phillip K. Dick (1964);

*La violencia: La Naran ja Mec án ic a de AnthonyBurguess, etc.

En realidad son los 60 la edad en que la cienciaficción cobra importancia capital y reconocimien-to más allá de la imagen de divertimento juvenil

que siempre la había acompañado, comenzando aser objeto de estudios serios e importantes comolos de Danko Suvin, David Ketterer o más reciente-mente John Clute, Peter Nichols y David Pringleentre muchos otros. Como podemos ver, los 50 ylos 60 están a mucha distancia de ser “inocentes”Mejor ni mencionemos los 70...

¿Entonces por que esta imagen tan acentuada?Fácil. Mucho del contacto aquí en México con laciencia ficción se debe a los medios de comunica-ción como el cine y los cómics. Por lo general, el ci-ne lleva un promedio de 15 años de retraso con loque aparece la literatura del género. Quien no haleído ciencia ficción, tiene entonces la imagen fijade las producciones de películas norteamericanasde los 50, cuya relación con su propia literatura de-ja mucho que desear ya que solo resulta ser una lar-ga colección de monstruos extraterrestres ypelículas ridículas. Yo m e c asé c o n un m o n struod e l Espac io Exterio r (1958), El terro r d e l añ o 5000(1958), El ho m bre d e l Plan e ta X (1951) Reina d e lEspac io Exterio r (1958), la famosísima. Esta Isla laTie rra (1954) y El m o n struo d e la Laguna Neg ra(1954) junto con todas sus secuelas, además de unalarga lista de muchas otras por el estilo, califican ala ciencia ficción de los 50 como algo que nuncafue. Para ese entonces, la mayor parte del género yahabía dejado a los monstruos muy atrás... Dejandoaclarado esto, háganme entonces un favor... leanmás, vean menos televisión y no le crean todo a Ste-ven Spielberg.

Mito 4: La ciencia ficción “dura” esaburrida y está basada 100% en la ciencia

Error, por supuesto. Tomando como referenciael mito anterior, suponemos que la ciencia ficción“dura” solo toma como punto base el hecho cientí-fico, sobre el que girará toda la historia. Se suponeque los personajes serán planos y la trama estará sal-picada de ecuaciones diferenciales y explicacionescientíficas. Les tengo noticias. No sé que han leído,pero no es así. La ciencia ficción dura tiene unaimagen de monstruo matemático porque se creeque la ciencia “dura” es solo aquella impregnada denumeritos y fórmulas. La química, la biología y la

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física caen en este rubro. Sin embargo, no sólo esoes ciencia. ¿Dónde se dejan las ciencias políticas, lasciencias sociales, la psicología? Todas ellas y mu-chas más también son ciencias y una novela o rela-to de ciencia ficción dura se puede escribir sobrecualquiera de ellas tomándolas como base e investi-gando datos sobre estas. Un ejemplo de una novelade ciencia ficción “dura” sociológica es To do s so -bre Zanzíbar de John Brunner que trata con basesde estudio sobre el fenómeno de la sobrepoblación.En contra partida se encuentra ((¡Hagan Sitio , Ha-g an Sitio ! de Harry Harrison (conocida en el cinecomo Cuando e l Destin o n o s alc an c e / So y len tGreen ) que trata del mismo tema, pero cuyo desa-rrollo en lo que respecta a la ciencia es muy blando.Cada obra tiene su valor, por supuesto, pero To do sso bre Zanzíbar resulta ser mucho más creíble, apar-te de que sus protagonistas no son planos como ca-bria de esperarse de un libro de ciencia ficción“dura”.

Hay otro punto que resulta interesante aclarar.No sé si se han fijado pero toda obra de ciencia fic-ción “dura” tiene su punto científico básico centra-do bajo una premisa de ciencia imaginaria ocontrovertida.

La ciencia imaginaria no pretende ser real, sinoque es un experimento imaginativo enfocado a ha-cer viable una historia. La controvertida, por su la-do, es la ciencia teórica aún no comprobada, comolo fue hace poco tiempo, por ejemplo, la existenciade los agujeros negros. Pongamos como ejemplo lanovela de Robert L. Forward, Huevo d e Drag ó ndonde los datos científicos sobre una estrella deneutrones tienen que competir con la casi seguraimposibilidad de que exista vida en una de ellas. Enesta novela la hay y es vida inteligente adaptada alambiente. El que esta vida resultara creíble se tuvoque apoyar pues, en datos científicos sobre las estre-llas ultramasivas que nosotros conocemos comopulsares, pero de ahí a que la vida se pueda desarro-llar de verdad en un lugar como esos es casi imposi-ble. Y digo casi porque uno nunca sabe...

Mito 5: Isaac Asimov es “duro”

Es muy frecuente que por ahí se comente queIsaac Asimov es básicamente un escritor de línea

“dura” dentro de la ciencia ficción, cosa que no escorrecta en su totalidad. En realidad Asimov no es-cribió muchos relatos que podamos calificar de“duros”. En la mayoría de ellos sus premisas se ba-san en ciencia imaginaria, extrapolada o controver-tida.

Es muy frecuente que a ciertos autores, se les en-casille en etapas de su trabajo o en suposiciones in-fundadas. Como ejemplo tenemos a Asimov que esconsiderado escritor de línea 100% dura. Sus cuen-tos de la serie de los robots, por ejemplo, no puedenentrar en esta clasificación en un aspecto rigurosoasí como tampoco la serie de la Fundac ió n y mu-chos de sus relatos independientes. En cambiocuentos como La Bo la d e Billar, Tesis so bre la Trio -tim o lin a Resub lim ada y Alo m arc ian o , si pertene-cen a este subgénero. Su serie de Luc ky Star, Ran g erd e l Espac io , también es ciencia ficción “dura” aun-que la mayor parte de sus datos resulten obsoletoshoy en día.

Mito 6: La ciencia ficción es relegada por laliteratura mainstream

Este es otro mito formado a propósito. Duranteaños los escritores de ciencia ficción se quejan depertenecer al patito feo de la literatura. No soncomprendidos ni valorados fuera de su propio cir-culo. En realidad esto no es cierto y se pueden darvarios ejemplos de lo contrario: Ursula K. Le Guiny Ray Bradbury por solo mencionar algunos sonejemplos vivientes de que la literatura “exterior”puede aceptar más de lo que suponemos. En reali-dad el ghetto de la ciencia ficción es una especie degrupo de autoafirmación rebelde. Por eso existenconvenciones, terminología especial del género ytemas muy particulares. No lo neguemos. Los quepertenecemos al circulo de la ciencia ficción nossentimos especiales, una especie de elite vapuleadapor la ceguera de los demás mortales literarios. ¿P-ero en verdad es así? ¿Es la ciencia ficción la rebeldesin causa de la literatura? En cierta forma sí, la cien-cia ficción cuenta con ciertas premisas que trascien-den la mera ficción literaria, convirtiéndola en unaparato comunicador de ideas en muchos niveles.Es una literatura exploratoria, experimental, tras-

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cendente en cuanto a la visión del mundo que nosrodea. La ficción general sufre de limites muy es-trictos en cuanto a su exposición. La ciencia ficcióntambién cuenta con ciertos limites, pero muchosde ellos parecen estar hechos de goma pues casi po-demos estirarlos. La ciencia ficción tiene la capaci-dad de ir a donde la literatura convencional nopuede.

A ojos de algunos, la ciencia ficción peca de exa-geradamente imaginativa, sin embargo, algo de es-to ha sido creado a propósito por el mismo grupode la ciencia ficción para mantener una cierta ba-rrera protectora para el género. El circulo no aceptacualquier cosa sólo por tener elementos de cienciaficción. Un ejemplo de esto recayó en Laura Esqui-vel -la famosa autora de Co m o agua para Cho c o late-y su nada agraciada La Ley d e l Am o r que no sopor-tó ni los primeros dos capítulos dentro de la acepta-ción de los lectores de ciencia ficción. Hasta ahorano conozco a nadie dentro del género que haya sen-tido agrado por esta novela y si lo hay entonces me-rece seguir leyendo a Laura Esquivel.

Pequeño paréntesis: Una opinión de Brian Al-diss sobre este tema: Muchas personas no hacenmás que llorar junto a las paredes del ghetto en elque parece que está encerrada la ciencia ficción, ysupongo que yo he sido una de ellas, pero la reali-dad es que una gran parte de esas paredes han sidoconstruidas desde adentro por los fans, los escrito-res y los editores. Por ejemplo, las tapas de los librosde ciencia ficción tienen muy poco que ver con elcontenido del libro. Las tapas son significantes ge-néricos, y en algunos casos es muy probable que noexista ni la más mínima individualidad. Si hay uncohete al fondo, algo parecido a un dragón un po-co más cerca y un hombre y una mujer semidesnu-dos en primer plano todo eso ya te dice lo que vas aencontrar entre las tapas, y te indica que ese libro esidéntico al que leíste el mes pasado. Es el sistemaque utilizan.

Brian Aldiss es un famoso escritor ingles deciencia ficción, autor de obras como Franken ste inDesen c ad enado , la serie del planeta Helliconia y lanovela corta El Árbo l d e Saliva, entre muchas otras.

Mito 7: Los programas preferidos de los

fans de ciencia ficción son Star Trek yBabilonia 5

Siento decepcionarlos pero este es un gran error.Por lo general, los fans de estas series leen pocaciencia ficción y sus gustos están orientados al ge-neró pero por su lado visual: series de televisión, pe-lículas, videos, cómics... La revista Starf ic c ió n (Laversión española de Starlo g ) le debe parte de su de-rrumbe de los quioscos a este falso supuesto. Reci-bían muchas cartas de fans pidiendo más y másStar Trek en las páginas de la revista. Los compla-cieron y... ¡quebró!. Ahora, por 60, 000 pesos adivi-nen... ¿ qué números resultaron ser los menosvendidos? Así es: Los de Star Trek ¿Por que? Fácil.Porque el lector promedio de la revista era lector deciencia ficción, no fan incondicional de los romu-lanos. En cierta forma los Treakies de habla espa-ñola son algo así como el algodón, ocupan muchoespacio pero no pesan nada. Lo siento si hay fansde estas series por aquí. Quejas y reclamaciones conla Federación, por favor.

Existen muchos más mitos dentro del géneroque podríamos explorar pero de seguro tendríamosque hacer una convención sólo para ellos. Por elmomento quedémonos con estos, los cuales esperolos haga reflexionar un poco más sobre nuestra lite-ratura: La ciencia ficción. Gracias por su atención.

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T I ERRA ADENTROCONACULTA

F E T AONDO DITORIAL IERRA DENTROA través de la edición de libros antológicos, individuales y colectivos de jóvenes autores

del interior del país, Tierra Adentro da a conocer nuevas voces y estimula la creaciónacercándola al público lector de México.

N TUEVOS ÍTULOS

P

202Procesiones *

204Ante el ojo del cíclope **

Huecos necesarios *

Aquí comienza la nocheinterminable *

Barítono de luz **

Cuerpo en añicos *

ABCdario *

Nirvana **

OESÍA

206

207

209

210

212

213

. Nirvana Paz

. Valerie Mejer

. Ángel Carlos Sánchez

. Édgar Rincón Luna

. Sergio Vicario

. Josué Vega López

. César Silva Márquez

. Carlos Manuel CruzMeza

C

Larva de serafín **

Pentagramas **

UENTO

201

211.

. Alana Gómez

María Enríquez

T

Los sobrevivientes **

N

E

EATRO

201

OVELA

NSAYO

. Aída Andrade Varas

. Vízania Amezcua

. Gustavo Ruiz Pascacio

205

208

Una manera de morir **

Los designios de la Diosa: Lapoética de Efraín Bartolomé **

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¦ En este artículo, Alberto Chimal evalúa la postura adoptada por Harold Bloom en su libro The WesternCanon. Preguntas importantes que nos conciernen hoy son expuestas de manera ágil y provocadora.

por Alberto ChimalMéxico

e ha dicho que nos encontramos en el último trecho de la historia. Esto inclu-ye a la historia de la literatura, un arte que se encuentra agotado, dicen, y envías de desaparecer. ¿Será verdad? En 1994, el crítico norteamericano HaroldBloom publicó un libro, The Weste rn Cano n (El c an o n o c c id en tal), que seconvirtió en uno de los más comentados del mundo.

En él, Bloom explica sus ideas sobre qué son losclásicos, por qué se debe leerlos y cómo llega unaobra a ser clásica, es decir, a inscribirse en el llama-do canon de la literatura: la lista de los libros im-prescindibles. Además, repasa la obra de unaveintena de los más grandes autores, desde Dantehasta Neruda, para intentar averiguar qué los hacegrandes.

Pero lo que más llamó la atención fue el canonmismo: las listas, muy extensas, en las que Bloomconsigna los autores y los libros que, según su pare-cer, deben leerse, para no perder el tiempo leyendolo demás. Como es natural, mucha gente no leyó si-

no las listas, para ver quién estaba y quién no; y anadie le gustó descubrir que Bloom no incluyó aninguna autora feminista, por las que no sientemucho aprecio; que no favorece a los escritorescomprometidos, de los que afirma que son, por logeneral, malos a pesar de sus buenas intenciones;que subordina todo a Shakespeare; que cita a Octa-vio Paz para decir que estaba equivocado; que seburla de los estructuralistas franceses y otros estu-diosos con los que no está de acuerdo; que no men-ciona ni el nombre de Juan Rulfo; que deja a JorgeLuis Borges como mero seguidor de Walt Whit-man; que su lista tiene un porcentaje elevadísimo

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de escritores hombres blancos, muertos y del sexo masculino, ydónde quedamos todos los demás; etcétera.

Sin embargo, hay otra cuestión todavía más importante, y quepocos han tratado, acerca del canon de Bloom. Su libro está escritocon urgencia y preocupación verdaderas, y tal vez no injustifica-bles: su propósito es recordar a la gente cuál es la utilidad de la lite-ratura (utilidad, dice Bloom, más allá de la política y los problemasdel momento, más allá de cualquier beneficio económico o tangi-ble) en un tiempo en el que la literatura está en peligro.

Estos años del fin

Desde hace años, y hasta los últimos segundos de 1999, los me-dios nos prepararon para el inevitable fin del milenio (que, por ra-zones publicitarias, se adelantó un año, para aprovechar el encantodel número 2000). Pero a la par de las celebraciones, se hablaba delapocalipsis. Además de las visiones imprecisas de San Juan, estabanlas de Nostradamus, Juan XXIII y los profetas Jeremías, Isaías, Eze-quiel y Malaquías; estaba todo el cine apocalíptico, el cyberpunk, elpunk a secas; estaba la caída de la URSS, que acabó con numerosasversiones de la utopía; estaba la certeza, después de un siglo de dete-rioro ecológico y miles de desastres, de que el progreso de la tecno-logía no es suficiente, como se pensaba en el siglo XIX, para hacermejor y más justa la vida de la humanidad... Todo apuntaba a esteaño, que durante tanto tiempo fue sinónimo de “el futuro” y seprometía brillante, perfecto, lleno de maravillas; y ahora que esta-mos aquí, no podemos ver nin-guna. En cambio, hay l aconvicción generalizada de queel siglo termina con muchaspromesas incumplidas, pocosavances y grandes sufrimien-tos; hay un enorme pesimismo,la visión del futuro como algocada vez más terrible, la impre-sión de que nada puede ser me-jor.

Al mismo tiempo, todas lasartes le dan la espalda a la ideade tradición: de una continui-dad con el pasado que vale lapena preservar. No puede ha-berla cuando, como sucede encasi todas partes, los artistas es-tán obligados a la novedad, el“romper con lo establecido”, el

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ser o parecer originales para llamar la atención, des-tacar, vender. Pero, al menos en la literatura, de estoresulta que ya no hay nada contra lo que rebelarse,ninguna regla previa que tenga sentido romper; elnuestro es un tiempo de dispersión, en la que cual-quier cosa es permisible mientras pueda encontrarcompradores.

El efecto sobre los escritores es terrible, diceBloom, y propone su idea apocalíptica más impor-tante: la que él llama “angustia de las influencias”.Los escritores, al crear su obra, deben luchar cons-tantemente contra sus precursores: contra las obrasprevias que ellos conocen y que influyen en su tra-bajo, para no acabar simplemente copiándolas: pa-ra encontrar su voz, para poder escribir algo que seaverdaderamente propio. Para Bloom, esa lucha escada vez más difícil, a medida que aumenta el nú-mero de obras en el canon, crece la urgencia por ha-cer algo nuevo y se van agotando las posibilidadesde decir algo que no se haya dicho.

Peor aún, El c an o n o c c id en tal concluye con unaqueja: al menos en los Estados Unidos (diceBloom) los escritores y los críticos están cada vezmás en favor de la ideología, la corrección política,el mercantilismo, y menos de la literatura. Al mis-mo tiempo, el gusto creciente por lo inmediato y lofácil relega a la incomprensión a cada vez másobras. Tal vez, concluye Bloom, nos acercamos aotra edad oscura; tal vez, además de no haber obrasnuevas que valgan la pena, venga una larga era debarbarie tecnológica, en la que la palabra escrita lle-gue a olvidarse. La literatura puede morir, insinúa,cuando ya no interesa a nadie.

Apocatástasis

No puedo negar la pertinencia de casi todas lasrazones del profesor Bloom. Como él, y como mu-chos otros, tengo la impresión de que hay muchossignos preocupantes: el desprecio creciente por to-do estudio que no dé beneficios inmediatos; la ideade que son innecesarios y deben ceder espacio a dis-ciplinas técnicas “más provechosas”; la cada vezmayor dificultad para publicar y difundir cual-quier libro que no esté hecho a partir de las fórmu-las del best-seller, el lugar cada vez más subalterno

de los escritores en la sociedad, dan a pensar en losúltimos tiempos del Imperio Romano. Como en-tonces, la humanidad puede estar a punto de practi-carse una lobotomía: de dar la espalda alconocimiento, al pensamiento, a la razón primor-dial por la que ha sobrevivido durante decenas demiles de años.

Pero es posible pensar, al menos, en una solu-ción. Todos parecemos convencidos de que algoanda mal. ¿Por qué no oponerse a esa convicción?

No hay que pensar en la palabra apocalipsis. Heaquí otra palabra: apocatástasis, que designa al pun-to en el que un planeta termina de dar una vuelta al-rededor del sol. Por extensión, es el momento en elque se cumple un ciclo: el final que es también uncomienzo. ¿No podríamos pensar que este fin es, enrealidad, un principio? Es posible crear no una lite-ratura que mire hacia atrás (como los numerososrepasos del siglo que llenaban las librerías el año pa-sado). Es cuestión de creer que existe un adelante.Hay quien cree que, si se moja, llueve: supone que elefecto puede ir antes de la causa. Se le llama pensa-miento mágico. Pensemos así: “Nada está escrito.El mundo está empezando. Amaneces”.

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¦ 1. “¡El pueblo no necesita sensaciones insanas. El pueblo necesita sensaciones sanas!" Los hermanosStrugatsky. “Un cuento sobre troika”

por Natalia MalinkóUcrania

o s c adávere s fue ro n hallado s en la c o rn isa d e l ed if ic io en c o n struc c ió n p o r lac alle “Gen eral Go rbac h o v”... El lenguaje impersonal, entrecortado del infor-me policiaco. Los años de nacimiento... ¡Tan jóvenes! Ylos nombres, los queyo no tenía derecho de publicar sin el permiso de los familiares. Así empecé:

Se d ed ic a a Natalia y Eug en io , a lo s que ,p o r d e sg rac ia, n o lle g ué a c o n o c e r p e rso -

“Se tomaron de las manos y miraron hacia abajo. Pro-bablemente se sentaron sobre la barandilla, abrazados. Laoscuridad, el viento y ellos dos solos, sin nadie alrededor.Tal vez lloraban, tal vez sonreían el uno al otro por últimavez en su vida. O estaban pálidos, llenos de decisión y cóle-ra hacia todo el mundo, el mismo que no supo compren-der sus jóvenes corazones ardientes. Él tenía diecinueve,ella, dieciocho, y el décimosegundo piso del edificio enconstrucción del Sanatorio Militar tenía una altura signifi-cativa.

No gritaban. La cornisa que sobresalía, a unos metrosdel suelo, resultó ser la decisiva. Los muchachos quedaron

tendidos allí. Se halló una nota. La mano de ella: No s am a-m o s d em asiado para n o estar jun to s. La mano de él: Lean a“Ro m eo y Ju lie ta”, e s un libro m uy buen o . El doble suici-dio ocurrió la noche del 26 de agosto de 1998..."

Seis años de ausencia y por fin la visita tan esperada ami ciudad natal y el trabajo inesperado de reportera. Unanota llena de exaltación para uno de los periódicos deTheodosia. La foto de los muchachos. ¡Qué coincidencia!Acogía a ambos dentro de un marco negro, un torniquetede fierros oscuros, el inesperado augurio tres días antes desu muerte.

¿Un suicidio doble? Y comentarios, preguntas, acusa-

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Iba descubriendo cadauna de esas cualidadesde Natalia al mirar las

fotos, unas, esparcidaspor la sala, y otras queacababan de surgir de

los cajones, lascarpetas, las cartas, las

mismas que ella lemandaba a Eugenio aDzeleznovodsk desdeMoscú, dos veces a lasemana, sin falta. Las

cartas que él respondíaenseguida,

religiosamente. Cartasllenas de bromas, citas

de sus cancionesfavoritas de rock,

confesiones de amor,tiernas algunas y

alocadas otras, y fotos.

ciones, conjeturas, chismes. De todo.“Ella no lo amaba de verdad, sentía lástima por él... Dicen que pertenecían

a una secta y se envenenaron en un rito de sacrificio... Su rostro se veía tran-quilo... Un rictus horrible... Se pusieron a pelear por los anillos, y los mucha-chos muertos, ahí mismo... Hasta que vi su brazalete en forma de serpientepude creer que era ella…Las costuras de su pantalón reventaron por la mons-truosa presión del aire... Su pantalón estaba rasgado, hecho trizas con algopuntiagudo, y su pantaleta igual... Cuando la vio en la morgue, dijo que ya noera suya, era del otro; lo único familiar que le encontraba fueron sus cejas y ellabio de arriba, el que solía mordisquearse, nada más... Estaban drogados, seles ve en la cara... El forense fue muy claro: nada de droga... Había dos botellasde vino: una vacía ya, y la otra, medio llena aún... Los últimos días nosrehuían, deseaban estar solos... Ella se tenía que marchar al día siguiente... Enel puño él traía el mechón arrancado de sus largos cabellos... Tantas horas ba-jo el sol, era necesario darles sepultura lo más pronto posible... La madre, lamadre del muchacho no les dejaba estar juntos... Parece que la abuela de ellafue la culpable... Para mí no están muertos, mis niños...”

Y un comentario más, especialmente para mí: “¿Por qué convertir todoeso en una sensación insana? ¿Quién le dio el permiso?.. ¿Quién?”

2. “A nad ie le d ebe s c o n tarse c re to s tem ib le s, h ab lar

d e nuestro s pavo re s, d e c ire l c ó m o vam o s a m o rir.Este lib ro g uarda en sí

a un Dio s d e ve rdad para ti,que se ríe , te adm ira a ti.Tan be lla c o m o e l alzar

d e una m ág ic a varita, su vo laren la m ano d e aque lla h ada

d en tro d e m i sueñ o o lv idado ."“Sp lin”, g rup o d e ro c k ruso

Bella, indiscutiblemente bella. Orgullosa, altiva. Gélida y distante. Inteli-gente, madura y fuerte. Atrevida. Tierna. Dulce. Vulnerable. Perfecta.

Iba descubriendo cada una de esas cualidades de Natalia al mirar las fotos,unas, esparcidas por la sala, y otras que acababan de surgir de los cajones, lascarpetas, las cartas, las mismas que ella le mandaba a Eugenio a Dzelezno-vodsk desde Moscú, dos veces a la semana, sin falta. Las cartas que él respon-día enseguida, religiosamente. Cartas llenas de bromas, citas de sus cancionesfavoritas de rock, confesiones de amor, tiernas algunas y alocadas otras, y fo-tos.

“Personifico a la esfinge”. Natalia, sentada sobre una roca a un lado de lasvías de ferrocarril. Hace frío. Su extraordinaria cabellera castaña se ocultadentro de su abrigo negro, la perfección de su rostro queda resaltada por el ri-bete oscuro de pieles que ornamenta la espaciosa capucha a sus espaldas. Sucabeza la apoya sobre una mano, un cigarrillo, en la otra. Fumaba. La escritu-ra en la foto es una cita de una canción de “ Chish”.

“Mi alma clama el vuelo”. Eugenio junto a un monumento que represen-ta a un águila de alas extendidas.

Yaquí las fotos de su último verano, el verano de su unión, el verano de sumuerte. El abrazo se vuelve un detalle indispensable en cada una de ellas. Lamirada de Natalia es diferente, llena tal vez de aquella luz cálida y serena que

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distingue a las mujeres que logran realizar su sentimientoen la intimidad con el hombre amado. Eugenio se ve ma-duro, rebosante de seguridad y orgullo, cosas que no es po-sible captar en sus fotos anteriores, donde la expresión detimidez no lo abandonaba incluso en compañía de susamigos.

...Una playa. Los pies hundidos en la transparencia deuna ola, ella detrás de él. Un bikini negro deja ver la femi-nidad de su cuerpo bronceado. Piernas largas, manos gra-ciosas que abrazan el delgado talle de Eugenio. Unaserpiente de metal blanco aprisiona el brazo derecho de lajoven, igual que en las demás fotos. Eugenio consagra elabrazo cubriendo la muñeca de Natalia con una mano,con la otra, doblada hacia atrás, le acaricia los cabellos enla nuca. Ella se ve un poco más alta que él. Sonríen ambos.A sus espaldas no existe nada aparte del azul ultramar delGolfo de Theodosia, un azul intenso y libre.

...De noche. Abrazados junto a un viejo álamo lucenprendas negras: Natalia, un entallado vestido corto, Euge-nio, una camisa desabrochada a la mitad. Tan sólo un de-talle, pero cuánto puede descubrir a un observador el gestode la joven que aprovecha la abertura de la camisa para aca-riciar el pecho semidesnudo de él. Natalia es la sensuali-dad misma y Eugenio, el orgullo.

Otra foto, tomada por la propia mamá del muchacho.Natalia y Eugenio en su departamento, acostados en el so-fá. La cabeza de ella descansa sobre el brazo de él y la jovensaluda con una mano a la cámara. Junto al sofá apareceuna grabadora. De esa forma gustaban de escuchar la mú-sica de los grupos “Nautilus Pompilius”, “DDT”,“Chish”, “Mummy Troll”, “Metallica”, aquellas cancio-nes de rock difícilmente comprensibles e inconformistasque suelen adherirse al corazón con sus melodías melancó-licas o agresivas. Una toma peculiar, ya que Eugenio notrae encima más que una trusa boxer, un reloj y un anillode metal blanco en la mano derecha, regalo de Natalia.

Y aquí se ven como dos niños, unidos en un abrazoinocente, las mejillas juntas. Tiernos, dulces, sonrientes,felices. Pero ya se adivina una sombra de tristeza en susojos, los de ella, de un suave color café y de él, un poco másoscuros. El retrato con un marco negro al fondo fue toma-do el mismo día.

¿Sería posible que ya entonces estuviesen pensando encometer aquel sacrificio?

Entre sus cosas encontradas en la azotea del fúnebreedificio no se halló ninguna libreta, como tampoco unapluma. Sólo la mitad de una hoja cuadriculada, -el mensa-jero del suicidio. La letra de Natalia es segura, abierta, quedenota algo de prisa. Eugenio había puesto su inscripciónen el costado derecho, de arriba para abajo.

¿Romeo y Julieta?“De todas formas moriré temprano, lo sé”, las palabras

que Eugenio le repetía a su madre. ¿Fue un decir única-

mente?El alm a d espués d e la m uerte , un tratado religioso, re-

sultó ser el último libro que leían Natalia y Eugenio. Lohacían de la misma manera en la que escuchaban música:acostados en el sofá el uno junto al otro, compartiendo pá-ginas que encerraban las ideas de un monje con dignidadde sacerdote, llamado Serafín. ¿Qué tanto influyó esa obraen su decisión?

Una foto más que guarda una inscripción extraña quela misma Natalia hizo mucho tiempo antes de su muerte.Se la ve parada sobre las piedras de una brecha en ¿un mu-ro?, ¿una pared? o ¿una azotea? con la gélida negrura abra-zándola por detrás. A pesar del saturnino escenario, sonríealegre. La escritura dice: “Un ride al c ie lo ”.

¿Un rid e al cielo?

3. “¡Síg uem e , le c to r! ¿Quién te d ijo que en e l m undon o existe un am o r ve rdad ero , leal, e te rn o ?

¡Que le c o rten la in fam e len gua a aque l m en tiro so !¡Síg uem e , le c to r m ío , só lo a m í y te en señaré un

am o r así!Mikhaíl Bulg ako v , “El m aestro y Margarita”

Él le dijo: “Te quiero”. Las palabras parecían tan comu-nes, tan justificadas no sólo entre ellos, sino entre todoslos miembros de una gran compañía de amigos, donde se-mejantes revelaciones se consideraban como una parte in-trínseca de su trato. Sin embargo, el corazón se le detuvode repente en una espera penosa. ¿En espera de qué? De unfallo implacable, tal vez. O tal vez de una felicidad embria-gadora, que él, un niño de escasos diecisiete años, aún noconocía. “Yo también te quiero”, le respondió una Nataliade dieciséis, de manera acostumbrada, tan fácil como a unhermano. Sonreía. Eugenio, al contrario, se veía serio yconfundido. Y de todas formas, se decidió: “Yo te quierono como a una hermanita...”

Sucedió el 10 de enero de 1997. Se encontraban en elbar “El Rodger alegre” junto con Alexiéy, su amigo co-mún.

Ante mí se dibujaba una historia de amor, admirable ypura, una historia que me obligaba a contemplar las fotosde los enamorados por largos ratos, que detenía mi plumapara que pudiera meditar en las palabras exactas que iba aescribir, que me oprimía algo dentro de la garganta. Quizáera la constante pregunta: ¿Niños, niños, qué hicieron? YEugenio, un chico guapo de ojos oscuros e inquietantes,me miraba con algo de negligencia, mientras procurabamantener a su venerada Natalia aprisionada en un abrazoeterno, incluso en compañía de sus amigos. Allí está Ale-xiéy, un güero de típicos ojos eslavos, más alto y corpulen-to que Eugenio, en posiciones que denotan sudesenvoltura, su sencillez. No así el mismo Eugenio, ensus fotos anteriores sobre todo, reservado, tímido y siem-

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pre pensativo, aún cuando sonreía.“Escribía versos buenos, talentosos”, la opinión de su

maestra de inglés de la misma escuela especializada en eseidioma, en donde también estudiaba Natalia. Allí se cono-cieron, durante el penúltimo año de bachillerato. Allí seformó el círculo de sus amigos. Desde entonces comenzóla historia, testigo de la cual me estaba volviendo, aunquefuera únicamente testigo a cierta distancia, la misma que lamuerte de Natalia y Eugenio me había marcado.

Medio semestre antes de terminar el bachillerato, Nata-lia junto con su abuela se trasladó de Theodosia a Moscú,en donde pensaba continuar su educación. El plan de sucarrera profesional marchaba a la perfección. La AcademiaSuperior Jurídica, estudios por correspondencia. El traba-jo en Petrovka, 38, la administración de policía judicial deMoscú en espera de las insignias de una oficial. Dos años.Sólo le faltaba otro más para ganárselas.

Eugenio escogió para sus estudios Dzeleznovodsk, unaciudad-satélite de Piatigorsk. Una elección en cierto modofamiliar, porque su tío se encontraba viviendo allí. Ingresóa los cursos preparativos de la Facultad de Psicología e in-glés, primer año. Segundo año, cambió el lugar de estudiosa la Facultad de Filosofía y Letras en la misma Universidadde Piatigorsk. ¿Motivos? Económicos en su mayor parte:en la Facultad de Psicología era necesario pagar, algo queresultaba difícil para la mamá del muchacho que ya no te-nía ningún lazo con el padre de Eugenio.

Así, para cuando Eugenio se decidió confesarle suamor a Natalia, ya se encontraban estudiando en ciudadesdistintas, separados la mayoría del tiempo. Sin embargo,¿qué distancia es válida para dos que se aman? Desahoga-ban sus almas ansiosas en vacaciones, en la misma ciudadpequeña, rebosante del verano y el mar, la misma ciudadque un helado día de enero les reveló un sentimiento subli-me. La misma ciudad con las orillas doradas de arena quelos sedujo para celebrar su amor sin limitaciones, que lostentó unirse en cuerpo y alma no sólo en los abrazos y lascaricias de sus jóvenes cuerpos, sino hasta en la muerte...

4. “Y padre s nuestro s n o so n e l e sc udo ,No so m o s d e e llo s, lo s h ijo s d e l yug o .

Fuim o s n iñ eras e l un o d e l o tro ,Y pad re s nuestro s so m o s n o so tro s."

E. Evtush enko

Y aquí surgía otro detalle. Familias con problemas. Y,además, familias de ambos muchachos muertos.

Por azares del destino había llegado al departamentode la madre de Eugenio al noveno día de su muerte, el díade recordar al fallecido. Toqué el timbre y una puerta des-gastada, al abrirse, me ofreció un diminuto recibidor conmultitud de zapatos obstruyendo el paso. Pregunté por lamadre y una de las personas que rondaban el espacio sala -

cocina me persuadió de su ausencia. Y por primera vez vilas fotos de Natalia y Eugenio.

Me invitaron sentarme, acepté cohibida. Nunca anteshabía intentado hacer un reportaje acerca de algo tan trági-co como el suicidio. Las primeras preguntas a Alexiéy sa-lían de mis labios temblorosos, con cautela, gateando,como el deslizar de un espía principiante. Yo misma po-dría considerarme como una espía principiante, atrevién-dome a asomar a los sentimientos ajenos, a profanaraquellos secretos íntimos que Natalia y Eugenio prefirie-ron llevarse a la tumba.

Alexiéy hablaba con ganas, algunas veces riéndose bre-vemente al recordar algunos detalles graciosos de las rela-ciones entre sus amigos. Lo hacía como si ellos dos, Nataliay Eugenio, se encontraran en la habitación contigua, cerca,muy cerca de él, listos para aparecer en cualquier segundo ydisipar el absurdo mito de su muerte. Yyo no podía apar-tar de mí el pensamiento: llorarás, muchacho, ¡cómo llora-rás!, cuando por fin te convenzas del camino sin retornoque tus queridos amigos eligieron, cuando veas en las no-ches de insomnio sus caras sonrientes en las fotos, algunasde las cuales tomaste tú mismo, cuando percibas su doloro-sa ausencia, su falta irreparable.

Me puse aún más nerviosa con la aparición de las ma-más de jóvenes muertos. Pequeña de estatura, enérgica has-ta lo enfermizo, elegante y jovial, con vivos ojos cafés, desemblante tan parecido al de su hijo, así se me presentó lamadre de Eugenio. Me aseguró revelarme toda la verdad sime quedaba otro rato y se lanzó como una bala a organizarlos asientos, a preparar la mesa para todos aquellos, parien-tes y amigos, que vinieron acompañarla en esa fecha.

La otra mujer. Una blusa de algodón blanco y rosa y unpantalón pasado de moda. Ojos llorosos. Incapaz de hacercualquier cosa. Después de las palabras de consuelo que lamamá de Eugenio le había brindado se puso frente al espe-jo del tocador, obstinada en retocar su maquillaje. Las som-bras en los párpados demasi ado bri l l antes, losmovimientos lentos y la mirada poco consciente me esta-ban conduciendo a una conclusión que yo creía vergonzo-sa. Intentaba apartar ese juicio prematuro de mi mente,pues se trataba de la madre de Natalia.

Resultó que ambas mujeres se llamaban igual no sóloentre sí, sino también igual a la muchacha muerta, Natalia.Tres Natalias más una cuarta, yo misma, ¡qué colmo decoincidencias! Fue el motivo suficiente para que NataliaIvánovna, la madre de Eugenio, me proclamara la enviadade Dios, aunque soy atea. La madre de Natalia tuvo unareacción contraria: “Ellas la mandaron, ¡debe irse de inme-diato!”

“Ellas” resultaron ser las tre s bru jas, la abuela, la tía y suhija, como afanosamente pretendía la pobre y desvalidamujer. Pero Natalia Ivánovna procuró disipar esas terriblessospechas acerca de mi persona, una joven reportera de un

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periódico local y, además, un poco “extranjera” por habervivido tiempo considerable en México.

Durante el convite moderado con el vino de Oportoblanco, Tavrida, el predilecto de Natalia y Eugenio, fui en-terándome de las relaciones poco amigables entre las fami-lias de los muchachos. A Eugenio lo crió prácticamenteNatalia Ivánovna sola, pues se había divorciado cuandoEugenio aún era muy pequeño. Maestra de inglés, la madredel muchacho no le podía brindar ninguna posición so-cialmente elevada.

YNatalia... Su verdadera familia, la que procuraba ocu-parse de ella, resultaron los abuelos maternos. La madremisma, la mujer de maneras extrañas, la que yo observabaen la mesa del convite fúnebre, fue privada de la tutoría dela niña por su incapacidad debida al alcoholismo. Mi sen-tido de la percepción del mundo no me había engañado.

Familias desintegradas, incompletas, problemáticas.Así se dibujaba este nuevo elemento en el perfil psicológi-co de la historia.

Más nihilistas en cuanto a la relación amorosa resulta-ban las parientes de Natalia que consideraban a Eugeniomuy poca cosa. Para suavizar el trato familiar, la mucha-cha les aseguraba que Eugenio era un simple amigo, quedejaron de ser novios desde el verano pasado. “¡Brujas, esasbrujas! Le echaban brujerías al muchacho, cortaban sus fo-tos y las enterraban, ¡eso fue lo que hicieron!”, de vez encuando se escuchaban las exclamaciones de la madre deNatalia. Su voz ronca, embriagada instaba a Natalia Iváno-vna a apoyarla en sus sospechas, y ya una historia escalo-friante de brujas y magia negra rondaba al entristecidopúblico juvenil, amigos de los fallecidos.

“Parecía una muñeca repintada, nada en común con laNatalia que conocí, hasta se veía como otra persona...”, uncomentario más.

“Querían que Eugenio muriera, pero se les volteó labrujería: ella murió también...”

“Yo sé que mis niños encontraron una vida mejor, en elCielo, donde podrán estar juntos para siempre”, NataliaIvánovna, disimulando lágrimas.

Y un último comentario, escuchado ese día. El tío deEugenio, un militar jubilado que vino desde Dzelezno-vodsk para apoyar a la mamá del muchacho:

“No le haga caso a mi hermana cuando le habla delotro mundo. Está muy alterada. Estoy seguro, que a dondelos muchachos se fueron, nada los espera. En ningún lugarestarían mejor que aquí, en la Tierra.”

5. “La g en te n o rm al e s d éb il, apátic a y f lo ja.La g en te n o rm al se c o n fo rm a c o n lo que

e l Dio s le m andó , y si n o le m andó nada,c hupa c e rv eza y c ritic a c o n m alevo len c ia,

p e ro en vo z baja a lo s que , c arajo , n o le s da ig ual"S. Vititsky , “La búsqueda d e la p red e stin ac ió n”

Ya se había publicado una parte de mi artículo sobre eldoble suicidio donde sobresalía la historia de un amor trá-gico. La primera plana del número traía el retrato de Nata-lia y Eugenio con el casual marco negro al fondo, la fotoque la propia mamá del muchacho había elegido para esefin. Como su deseo particular iba acompañado de un her-moso verso de amor de Eugenio Evtushenko, el famosopoeta soviético que, sin embargo, en su extensa obra logródar lugar a la expresión de los sentimientos íntimos:

Nuestro p ro p io salvam en to so m o s,En e l d iv in o f irm am en to en c e rrado s,

A do nd e lo s extrañ o s n o tien en ac c e so ,Sin m ás c o m pañ ía que la naturaleza...

Al mediodía ya no era posible encontrar ni un soloejemplar del periódico. Se había agotado.

La historia de Romeo y Julieta contemporáneos cauti-vaba la atención de la gente. Dentro de mí misma creía ha-ber encontrado la respuesta correcta referente a las causasdel suicidio. El día, cuando un niño desde su balcón deledificio que estaba enfrente había descubierto dos cadáve-res sobre la cornisa, se destinaba para la partida de Nataliaa Moscú, una partida que nunca se realizó.

Al miedo a esa separación que podría considerarseacostumbrada debió agregarse el otro, más fuerte, más ate-rrador, el que atormentaba no sólo a Eugenio, sino a todoslos jóvenes varones de su edad en este país que era mi pa-tria. El miedo de ser reclutado por el ejército. ¡Dos, quizátres años! Nadie se c asa an te s d e c o n c lu ir e l se rv ic io m ili-tar, ún ic am en te lo s c h if lad o s... Las n o v ias nun c a e sp eran ...Para c o n vertirse en una m uje r basta c o n una no c h e , p arac o n vertirse en un h o m bre se n e c e sitan do s añ o s... ¿Afirm-aciones deprimentes? ¡No! ¡Estilo de vida!

El papel en donde citaban a Eugenio en el comité mili-tar de la ciudad llegó unos días después de su muerte. Tar-de. Y de nuevo me acordaba del verso de Evtushenko:

Nuestro p ro p io salvam en to so m o sY este tem o r que abraza e l alm a

El m iedo d e se r sep arado sA m ano s ajen as se r en tre g ado s...

Sí, todo el caso se veía tan claro, tan límpido...Y, completamente de acuerdo con la ley de la infamia,

me sobrevino el trancazo. La tía de Natalia exigía visitarlaen tono de un ultimátum. Fui a cumplir con mi deber.

La tía. Una mujer sensata en el sentido más común dela palabra. Sensata con la sensatez de un miembro bien ubi-cado en la sociedad. Con planes sensatos para la vida. Igualque Antón, el verdadero novio de Natalia. Aunque lo co-noció únicamente en el funeral, a donde él vino desde

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Moscú, estaba convencida de sus evidentes ventajas encomparación con Eugenio. Un chico normal, con los piesbien puestos en la tierra que a sus escasos diecinueve yaconducía un auto propio, ganado con su trabajo. Sí, señor.Él y sólo él podría convertirse en el esposo de Natalia, unachica tan inteligente, tan delicada, que no toma -no fuma -no se droga - no se corta las venas como algunos. Algunoscomo Eugenio, desde luego. ¿Acaso no lo sabía? Ese chicotan debilucho, inconformista y llorón ya había intentadodejar correr la sangre de sus muñecas mutiladas en unaocasión. En sus cartas amenazaba a Natalia con ahorcarseenfrente de su ventana si ella terminaba su relación con él.Hasta ya quería lanzarse desde la maldita azotea antes. Lapropia Natalia fue quien le había contado el incidente a suhija. Y bien, y por favor, su caminito ya estaba marcado,pero ¿para qué rayos arrastrar a una muchacha inocenteconsigo? ¿O fue acaso porque ella por fin resolvió termi-nar con él, ya que se había comprometido viviendo conAntón como su mujer este mismo verano, antes de que vi-niera ese desgraciado de Eugenio? Ella no pudo habersesuicidado, claro que no, tenía tantas expectativas en cuan-to a su profesión, su vida al lado de Antón en la capital.¿Quién demonios era ese Eugenio comparándolo con ella?Un pobre don nadie, un miserable drogadicto que se traga-ba sus ruedas, como tenía la desfachatez de escribirle a Na-talia en sus cartas.

-¿Usted m ism a leyó e so en sus c artas ?¡Por supuesto! La abuela estaba escondiéndolas de Na-

talia en vista de su mala influencia. ¿Podría ser de otro mo-do? Los parientes que en realidad se preocupan de susniños tienen la obligación de conocer la correspondenciaque reciben.

Ydebe escribir en su despreciable periódico que no fueun suicidio doble, uno sencillo, tal vez y un asesinato.

-¿Po r qué lo c re e?Pues el cuerpo de Natalia estaba destrozado casi por

completo mientras que el de Eugenio todo intacto, limpie-cito, sin raspaduras ni desgarres, la camisa dentro del pan-talón, el cinturón abrochado, una fractura en la base delcráneo y la ruptura del hígado, nada más. Yel pantalón deNatalia estaba hecho trizas, en desgarres como a causa dealgo puntiagudo, su pantaleta igual, yo misma la revisé, laespina quebrada, una mano y ambas piernas también, elrostro desfigurado, un gran moretón en uno de los ojos...

-¿Qué sug ie re usted , que Eug en io le h izo to do e sto ?¡Quién sabe! ¿Tal vez había intentado violarla?..(“¡Sí, le re su ltaba una tarea tan ardua que p re f irió h a-

c e rlo c o n e l c in turó n abro c h ado !”, un poco de bilis por miparte, aunque sólo en pensamientos.)

Y mire, señorita, si no desmiente todo ese cuentito deamor, pues Natalia no lo amaba de verdad, sentía lástimade él, voy a tener que demandarla por calumnia. ¡Voy a de-mandarla!..

Regresé cansada, abatida, sumida en profunda depre-sión. Pensaba en lo que seguramente era la ley del trabajode un reportero: el sentimiento es el peor enemigo de la ex-periencia. Me dejé llevar por la primera impresión, permitíque mis propios sentimientos me arrastraran como un tí-tere, olvidé mi obligación de ser imparcial como reportera.Continuaba siendo una escritora cuya pluma es regida porel puro corazón y casi nada de razonamiento calculador.

Como un toque especial se añadían las líneas que misuperior había escrito a mano en una hoja y que por undescuido cayó en mi poder. Debió ser su nota para el pró-ximo número del periódico. Allí, sin intención de ofender-me, mi primer material recibía el calificativo de “crudo”.“Crudo” significaba incompleto, insatisfactorio, en resu-men, una mierda. ¡El artículo que yo había escrito con tan-to afán, con tanta pasión se consideraba un materialcrudo!

Otra opinión:“¿Ytú, qué necesidad tienes de meterte en todo eso? Sí,

claro, encontraron a una tonta que sirve como tapón paracada miserable agujero. ¿No te da igual ultimadamente?¿No te da igual, como a toda la gente normal?”

Pero claro que no me daba igual, nada igual. Yo no eragente normal, desde luego. Era una visitante que venía des-de el lejano México con las ganas de comprender qué es loque pasaba en mi patria, cómo se vivía allí...

De noche. El círculo de luz sobre las fotos y los borra-dores. El atormentador flujo del rock ruso. Un cassette,otro... todos los que pude conseguir. Preguntas, preguntasy más preguntas...

¿Respuestas?Preguntas...¿Ysi la equivocada era yo y en realidad no había nin-

gún suicidio doble? ¿Ningún amor cósmico, admirable ypuro entre Natalia y Eugenio? ¿Hasta dónde tenía el dere-cho de escribir? ¿Cuál era el límite de mi jurisdicción lite-raria? ¿Sería aquel, pasando el cual me convertía enatormentadora de la gente decente, gente normal con susplanes de vida bien trazados? ¿O mi límite debería ser la lí-nea que separaba mis especulaciones de la decisión de in-volucrar en mis historias escritas a las personas reales consus nombres reales? ¿Cuál sería ese límite? ¿Cuál?..

Meditaba dolorosamente, sin descansar, tratando depenetrar las sombras de desconfianza que envolvían la his-toria de dos muchachos fallecidos.

El amor... El amor no trabaja de acuerdo al principiode elección de la mejor pareja en cuanto a su valor social.El amor ni siquiera trabaja, este sentimiento sublime llegaimparable como una oleada imperiosa para acoger, captu-rar, tragarlo a uno por completo, sin dejar lugar a los pen-samientos calculadores. El amor podría encontrarse cerca,en la fogosa inundación del amanecer del día siguiente, odormitar en el crepúsculo de ayer, junto con todos los ma-

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los entendidos. O podría ser considerado por parte de lagente normal y sensata como un lamentable obstáculo enla construcción de la casa del futuro. Lo único cierto es quemientras existan corazones capaces de amar, existe el amor.

Jóvenes y llenos de contradicciones, que todavía no po-dían acostumbrarse a vivir como todos, como gente sensa-ta y normal y, sin embargo, los que vivían entre nosotros,tan atrevidos y vulnerables al mismo tiempo, ellos, Nataliay Eugenio, estaban aquí. Yno era posible pretender que mediera igual.

Cada uno de los partidos, los que creían en el amor en-tre ellos, y los que no lo aceptaban, estaban en lo cierto, a sumodo de ver. Paradójicamente un punto de vista excluía alotro. ¿Cómo reconocer la verdad tras esas dos frentes quecombatían con dolor, sufriendo, cómo arrancar de ese caoslas piedras preciosas de la verdad y componerlas en un úni-co mosaico de revelación? ¿Cómo quedarse “al margen” yno salir disparada en contra de uno de los lados? ¿Acaso se-ría posible?..

Por extraño que parezca, hacia quien sentía más compa-sión, era Antón, un joven que nunca conocí. Debió estarverdaderamente enamorado de Natalia para tener ese ges-to, venir a su funeral desde Moscú, conociendo los antece-dentes de su muerte que debían desmentir el afecto porparte de ella hacia él, que debían haber estrangulado su al-ma, asesinado su corazón.

Esa podría ser una de las razones más poderosas que in-fluyeron en la decisión de la muchacha para acabar con suvida. De esa forma resolvía su situación ambigua, de esaforma se libraba de la necesidad de un enfrentamiento conAntón, con sus parientes, consigo misma.

Un monstruo deslumbrante e imperioso, el maximalis-mo, fue el que conducía a Natalia y Eugenio por los labe-rintos apasionados de su juventud. Esta debió ser la causade que no pudieron aceptar la existencia de borrascas pasa-jeras. El conflicto interno pareció cobrar la magnitud deun huracán arrollador que finalmente hizo naufragar suvoluntad.

El malestar del alma es viento que aúlla; sensación deculpa - oleadas gélidas en la oscuridad; protesta en contrade la separación de la persona amada -una ráfaga explosiva.Ymiedo, cruel, implacable, desgarrador, el miedo a la vida -una destructiva tempestad...

6. “Eres hum ano sin n o m bre ,sin c arg a, d e snudo e l h o m bre .

Ven , llé vam e le jo s c o n tig oa la o rilla d e l m undo , te p id o ...Fuera jaleo s, c arre ras m ezquinas.

Si e l bo rd e existe , darem o s e l p aso ,Y m ien tras c aem o s, quebram o s lo s lazo s."“Nautilus Po m p ilius”, g rup o d e ro c k ruso

Estaban sentados en la azotea, tan alta, tan lejos de lacurva del golfo de Theodosia, refulgente a causa de las mi-ríadas de luces nocturnas, lejos de la cúpula de la villa deStamboli que se escondía en la oscuridad, de la gigantesca yborrosa lagartija del cabo que rodeaba el puerto, del vivosusurro de las olas templadas del Mar Negro... La vida pal-pitaba en ellos a pesar de la nota que a cada rato les causabaasombro. ¿En realidad ya todo estaba decidido? La vida es-taba dentro de ellos y la vida estaba junto, tan cálida y exci-tante como el abrazo de la persona amada. Una botella devino no les pareció tributo suficiente a la despedida. Abrie-ron la otra. Dos vasos, algunos bocadillos y la nota, un sim-ple trozo de papel, sencillo y terriblemente significativo.Lo sujetaron con el peso de la botella aún medio llena.

El parapeto de cemento se sentía frío. Ysu almenaje es-trecho, demasiado estrecho, todavía los protegía de la ne-grura sin fondo del otro lado. Sentarse sobre él resultó unatarea difícil, pero mantenerse allí lo fue aún más. Mante-nerse allí era imposible. Y ya no pudieron ayudar ni losabrazos frenéticos que en lugar de la persona amada agarra-ban el gélido vacío, ni los gritos de dolor y desesperación.Nada pudo ayudarles. Y no había nada más aparte de undolor momentáneo y desgarrador que aplastó la concien-cia con su único y último pensamiento: ¿Yeso es TODO?!..

En realidad, ¿eso sería todo? O, al final de cuentas, ¿sehabían tomado su rid e al cielo, un rid e con un tren rumboal cielo como lo decía la canción de uno de sus grupos favo-ritos y legendarios de rock ruso, “ Nautilus Pompilius”:

El tren c o n d estin o al c ie loSig ue la ru ta lunar

Para lle varse le jo s c o n sig oA lo s que e s p o sib le salvar...

¦

(En ero - jun io d e 1999)

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¦

7 de junio del 2000, Málaga,España

¡Hola amigos! Hace ya untiempo que veo que os

anunciáis en el fanzine ElMelocotón Mecánico, por eso

he decidido escribiros paraque me anunciéis como

poder adquirir vuestra revistaliteraria, en ella aunque viene

indicada la dirección decontacto, no indica cómohacer el pedido. Por todos

esto os rogaría que meescribáis para poder iniciar

una relación epistolarfructífera.

A modo de conclusión osadjunto un par de relatos demi creación, espero que mepodáis dar vuestra opiniónmás sincera, cosa que de

verdad anhelo y más viniendo

de alguien que dirige unarevista cultural de prestigiocontrastado, bueno eso es

todo por esta vez, medespido con un abrazo.

(carta condensada)Juan Jesús

Gracias por escribirnos.Pronto recibirás noticias

nuestras por correo. Por lopronto aprovechamos la

oportunidad para suplicara todos los interesados en

establecer contacto connosotros que anexen sus

direcciones de correoelectrónico para acelerar

respuestas y reducir costosde operación. En lo que

concierne a las suscripcionespor un año al extranjero

solicitamos envíen chequebancario certificado por

sesenta dólares a nombre de

Guillermo Lavín, o José LuisVelarde, para recibir doceejemplares repartidos en 4

envíos.

¦

14 de junio del 2000.Torremolinos, Málaga,

EspañaApreciado poeta: Me he

decidido a escribirle con lasana intención de saber de larevista A Quien Corresponda.No sé, hace tiempo le escribí

y no recibí noticias. Unolucha todo lo que puede,

pero son muchos losintereses que hay, de verdad.

Poderes que limitan lalibertad, que manipulan.

Libertad que tú decides, noque te decidan. Es así, y es

duro luchar contratendencias dominantes y

Co err

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prejuicios. Le envío estospoemas por si pudiese

publicar alguno. Por favorescríbame.

Hasta la suya. Un abrazo.José Repiso Moyano

Estimado amigo: Seguimosen la brega. Uno quisiera

responder todas las cartas,entablar millones de charlas,

pero a veces, como ustedmismo dice, hay

imponderables, en este casouna correspondencia

extraviada, porque tratamosde responder a todos los que

nos escriben, a pesar delincremento de las tarifas

postales y del alto costo quepudieran representar. Por

eso hemos ido insistiendo enlas posibilidadescibernéticas para

incrementar nuestrapresencia alrededor delmundo y contribuir a la

difusión de la literatura bienestructurada. No tenemos

prejuicios literarios, creemosen la calidad de la escritura.

En nuestra próxima cartahablaremos de los poemas

que ha tenido a bienenviarnos.

Gracias.

¦

20 de junio del 2000,Oviedo, Asturias, España

A Quien CorrespondaMuy señores míos:

Visitando la página WEB

(www.escritoras.com) tuvenoticia de que su fundación

convoca un premio de relatosy me gustaría conocer las

bases del mismo, con la ideade participar en él.

Espero sus noticias en ladirección arriba indicada.Atentamente, se despide,

agradeciendo la atenciónprestada

Azucena Álvarez García

Si usted tiene acceso a Internet,puede visitar nuestra páginaWeb:http://aquiencorresponda.spedia.net.

Ahí tenemos toda lainformación del concurso,

ejemplares de AQC enformato PDF y noticias

literarias.

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Recibimos el número 104de Tierra Adentro que dedicadiversos textos al análisis dela nueva narrativa del país;

presenta la plástica deManuel Rodríguez Varrona;se refiere a la IV Bienal de

Pintura de Occidente AlfonsoMichel; brinda un adiós a

Jesús Gardea que fallecierahace unos meses, tras

haberse destacado como unode los mejores escritores del

país. La revista tambiénofrece al lector textos

inéditos de Daniel Sada, JuanJosé Rodríguez, EugenioPartida, Mario GonzálezSuárez, Cristina Rivera-

Garza, Édgar Reza, JoséRamón Ruisánchez, Alana

Gómez Grey y Gonzalo Vélez.

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Dice Jorge HumbertoChávez en la contraportada

de ABCdario, libro depoemas de César Silva

Márquez del Fondo EditorialTierra Adentro, que

ABCdario es un libro depretextos: en estas páginas

existe una habitación depersonajes, objetos, amores,ciudades, el tiempo, bares ymujeres por los que el oficiodel poeta parece instalarse de

nuevo en la circunstanciaadánica del (re)

conocimiento del mundo.Pero algo subyace en este

barajamiento de recuerdos yvisiones; un ejercicio y unareflexión sobre el lenguaje,una literatura que se toma así misma como leit motiv ydespliega en el espacio denuestra interpretación unaserie de hallazgos, juegos y

artificios que se revelan y quenos revelan.

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Carlos Manuel Cruz Mezapresentó Nirvana con el

número 213 de esta mismacolección. Un poemario quees comentado por Fernando

Ruiz Granados: La poesíaamorosa no puede escindirsedel aspecto religioso. Para el

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autor, Nirvana no representasolamente el estado deperfección espiritual

alcanzado en latrascendencia, la anulación,la no existencia, sino que es

también un Ser, la mujeramada e idealizada, la

encarnación de la muerte, lapatria, lo prohibido, lo

deificado, lo demoniaco, loangélico, el símbolo deaquello que nos seduce,

enamora y obsesiona porquees el reflejo de nuestra propia

esencia.Para mayores informes

sobre los libros de estacolección por favor diríjase a

la siguiente dirección:Programa Cultural Tierra

Adentro, Avenida Revolución1877, octavo piso, San Ángel,código postal 01000, México,

D.F.

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Recibimos el número 34 dePórtico, el boletín de laAsociación Española de

Fantasía y Ciencia Ficción,donde se reseñan las

actividades emprendidas poreste organismo.

Hay reseñas de libros,información sobre concursos,

noticias del ámbitocienciaficcionero y una

interesante sección donde losmiembros de la asociación

describen sus trabajosliterarios.

Reciben correspondencia en

Alonso Quijano 61-3º D,28034, Madrid, España.

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20 de junio del 2000,México, Distrito, Federal

Mi muy querido amigo JoséLuis: He recibido las revistas

A Quien Corresponda,puntualmente. En el últimopaquete viene parte de lanarrativa fantástica rusa,

junto con la noticia de losautores, me han parecido

excelentes, gracias a ustedes(Guillermo adjunto) nos

estamos enterando de éstasque para nosotros son

novedades y de las buenas. Afines del año pasado, se meocurrió fundar una editorial.Pequeña, obviamente y confuncionamiento en base a

suscripciones, para asíamarrar las ventas. De estemodo, en enero publiqué A

control remoto y otros rollosque te anexo y tengo la

certeza de que te gustará,pues entre otras cosas toca la

onda del rock.Dos meses después

publiqué una novela negramía, la cual también te anexo

y, por estos días acabo depublicar un ensayo sobre el

asunto del EZLN en Chiapas yun libro de CF de G. Fárber.Junto con los libros van losrespectivos boletines de La

Cofradía de Lectores: LaTinta Indeleble que así se

llama mi editorial, mediante

estos boletines te enterarásde las características

generales de estamicroempresa, a la cual

también pertenece nuestrocomún amigo Orlando Ortiz.

Me da gusto saber queustedes siguen en la brega,

ganando más premios TierraAdentro.

Me da mucho gustosaludarlos y ojalá cuando

vengan puedan comunicarseque más alegría nos dará

estrechar sus manos.Por cierto, olvidaba

felicitarte por puntualizarque el año 2000, es el últimodel Siglo XX, no el primero

del Siglo XXI.Atentamente

Gonzalo Martré

Los interesados en sumarsecomo cofrades en esta

empresa, pueden dirigirse aLa Cofradía de Lectores laTinta Indeleble, Gabriel

Mancera 1013, DelegaciónBenito Juárez, México,

Distrito Federal, C.P. 3100.Mil gracias a Gonzalo por

sus comentarios.

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Ganadores del II Concursode Relatos El Melocotón

Mecánico

El jurado formado porDaniel Bosch Ibáñez;

Eduardo Gallego Arjona; JuanMiguel Gonzálvez Craviotto;

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Manuel Alejandro Gonzálvezdel Águila; Raúl DavidGonzálvez del Águila;

Antonio Manuel López Rubioy Ramón Requena Sánchez,

acuerdan:1º. Declarar como finalistas,los relatos: El día de SanJuan, escrito por Antonio

Martín Infante (Huelva); Elforito, escrito por JuanFrancisco Torres Chica

(Jaén); El Hacedor de lluvia,escrito por Ignacio Sanz

Vallas (Madrid).2º. Otorgar el II Premio

EMM, dotado con 50.000pesetas, exaequo a los

relatos: Los conejos de laguerra, escrito por JoseAntonio Cotrina Gómez

(Vitoria, Álava); La piel y eltiempo, escrito por Antonio

Martín Infante (Huelva).3º. El jurado también

acuerda otorgar las siguientesMenciones Especiales, a losrelatos: La partida, escrito

por Salvador JiménezGutiérrez (Málaga); Bebé a

bordo, escrito por JuanAntonio Fernández

Fernández (Argentona,Barcelona); Wayc, escrito por

Víctor Miguel GallardoBarragán (Granada); Muerte

Reivaj, escrito por JesúsTorres Martín (San Fernando,Cádiz); El color de la sangre,

escrito por Jorge GallegoAlarcón (Madrid).

4º. Los ganadores delConcurso, así como otros

relatos que el jurado

considere de calidadcontrastada serán publicados

en el número 1 de laColección de libros

Albemuth, de próximaaparición, en una antología

de este II Certamen deRelatos EMM; los relatos queaparezcan en el libro seránanunciados proximamente.El jurado se congratula de la

enorme aceptación de este IIConcurso de Relatos EMM,en el que se recibieron untotal de 140 narracionesescritas por 85 autores,

procedentes de España (118),Argentina (17), México (2),Brasil, Chile e Israel. Damos

las gracias a todos losparticipantes de este

certamen literiario y losinvitamos a participar ensucesivas convocatorias.Granada, 20 de junio de

2000.

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8 de junio del 2000,Jiquilpan, Michoacán

A Quien Corresponda:Fuepara mí una grata sorpresa,después de varios meses de

no tener noticias de su parte,el recibir sus magníficos

números de A QuienCorresponda, dedicados a laLiteratura Fantástica Rusa I yII; un gran esfuerzo literario

de su parte por poner alalcance de los fans de C.F. y

F. estos sorprendentesrelatos, maravillosos relatos,

tan difíciles de leer o deencontrar en cualquier otra

revista del género.Nuevamente se han anotadoun triunfo indiscutible con lapublicación de ellos. Mis mássinceras felicitaciones por talmotivo a ustedes y a Natalia

Malinkó, por habercooperado tan amablementeen la divulgación de estos.Con gran contento veo que

A Quien Corresponda se vadando a conocer

internacionalmente y cruza,cada vez más, lejanas

fronteras, por lo que nodudo que su revista tambiénserá muy popular como en

México. Felicitacionestambién por ello.

Un saludo y mis mássinceros deseos. Hasta

prontoJorge Martínez Villaseñor

Mil gracias a Jorge por susbuenos deseos. Muy prontorecibirá los ejemplares de

AQC que necesita paracompletar su colección.

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