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La cruz de Saraís
Jordi Badia / Luisjo Gómez
Dossier de prensa
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SINOPSIS
Tras el éxito obtenido con El legado del valle (RBA, 2011), los autores Jordi Badia y
Luisjo Gómez nos traen la segunda parte de aquel thriller histórico-conspirativo que
cautivó a los amantes de las grandes historias. Aunque La cruz de Saraís puede leerse
de forma independiente, en ella recupera a algunos de los personajes de aquella
primera entrega y persevera en un argumento que, a buen seguro, debe de haber
hecho retorcer en sus tronos a gran parte de la curia romana.
El argumento, que oscila entre el presente y el pasado, recupera a Arnau Miró, el
protagonista principal de El legado del valle, a quien encontramos nuevamente
instalado en Uganda. Después de haber descubierto el secreto de El Legado –la
descendencia sanguínea de Jesucristo- y de haber investigado sobre los misterios
encerrados en el Valle del Boí (Lleida), y en concreto en el Pantocrator que decoraba el
ábside de Sant Climent de Taüll, Arnau Miró pretende mantenerse alejado de todo lo
concerniente a la Sangre Real y a las organizaciones, algunas de corte cátaro y
templario pero también otras ultracatólicas, que giran en torno a ese secreto. Pero no
le resultará tan sencillo…
Sin embargo, Jordi Badía y Luisjo Gómez no se limitan a mostrarnos los secretos en
torno a la descendencia de Jesucristo, sino que se remontan a la Edad Media para
explicarnos el origen de una de las misiones más importantes llevadas a cabo por los
Templarios: la protección de todas las mujeres que, a lo largo de los siglos, han
permanecido ocultas para que nadie supiera que eran las descendientes de Jesucristo.
Todas esas mujeres fueron bautizadas como Charité y en esta nueva novela los autores
relatarán los sufrimientos que padecieron para evitar ser asesinadas por los
extremistas católicos obsesionados en evitar que el mundo conociera su existencia.
Así, a lo largo de La cruz de Saraís, los autores nos transportarán a la cruzadas en Tierra
Santa, a los monasterios ocultos en las montañas del desierto sirio, a la Cataluña
pirenaica del siglo XIII, a las iglesias donde tuvieron que ocultarse los cátaros durante
el exterminio de sus miembros ordenado por la curia romana, a los salones secretos
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del Vaticano y a otro montón de enclaves históricos que encuentran en esta novela un
hilo conductor: la revelación de que Jesucristo luchó por una cristiandad distinta a la
que hemos construido. Y es que éste es el trasfondo de esta segunda entrega de los
autores catalanes: algunas buenas personas intentaron, y todavía intentan hoy,
acercar nuevamente el cristianismo a los más necesitados, pero algunas malas
personas se esforzaron, y todavía se esfuerzan hoy, en acumular el poder que ostenta
esta religión para mantener oprimida y engañada a la población mundial.
Pero La cruz de Saraís también nos transporta el presente, en concreto a ese Valle de
Boí que ya nos presentaron en El legado del Valle. En esta ocasión, el sargento de los
Mossos d’Esquadra Ramón Palau cobra más protagonismo al tener que averiguar qué
es El Propósito y, sobre todo, qué misterios encierra la cruz de ocho brazos que adorna
la Iglesia de Sant Llorenç de Saraís. Además, el sargento está convencido de que la
Orden de la Divina Sepultura, que es una especie de ‘Mafia de Cristo’ llamada a
defender la gran mentira que el catolicismo romano defiende, no ha desaparecido y
que continúa haciendo de las suyas en el Valle de Boí. Paralelamente, el abogado
Feliciano Marest, que ya conocimos en la anterior novela, continúa empeñado en
matar a Arnau Miró y en robarle cierto pergamino que contiene parte de la gran
verdad.
Pero lo más importante de esta nueva entrega ya no es el Legado en sí, sino algo que
llaman El Propósito y que uno de los personajes define de esta manera: ‘Es algo
intangible, una amenaza que se cierne sobre nuestra Iglesia y que arranca de los
primeros días de la cristiandad. Hay quien afirma que un grupo que instigaba ese
movimiento hereje se asentó en el valle durante el bajo Medievo y que dejó unas
huellas que ahora tenemos la obligación de borrar. Es nuestro deber’. Y es que El
Propósito no es otra cosa que la intención de recuperar la esencia del cristianismo –
generosidad, pobreza, honradez, etc.-, y por eso hay tanta gente empeñada en
ocultarlo.
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CONTEXTOS HISTÓRICOS DE LA NOVELA
-Las cruzadas, siglo XII: Los autores nos trasportan al siglo XII, cuando Ricardo Corazón
de León, que en esta novela aparece como un guerrero déspota y cruel, se dispone a
reconquistar el llamado ‘Reino de Dios’. Los templarios participan en la cruzada, aun
cuando no están en absoluto de acuerdo con la crueldad de dicho rey.
-Béziers, siglo XIII: Los autores nos trasladan a esta población francesa para
mostrarnos el modo en que el templario Paul de Tornois salva a una niña llamada
Charité, descendiente el linaje de Cristo. Felipe Augusto II de Francia y el Papa
Inocencio III han empezado el ataque contra los cátaros y, además, han ordenado el
asesinato de Charité.
-Valle del Bovino, 1250: Charité llega al Valle protegiendo a su hija. Le acompaña
Georges de Abadía, ‘el caballero templario del inmaculado manto’, que ahora es quien
se encarga de protegerla.
-París, siglo XVIII: Charité vive en una taberna del París del siglo XVIII. Pero el Padre
Gabriel, primera espada de Francia y asesino del Papa, las ha encontrado y va a por
ellas. Dos templarios hermanos, Pierre y Daniel de Midiville la defienden.
-El Vaticano, 1883: La camarera del Papa León XIII oye las mentiras que León XIII dice
sobre los cátaros y recuerda con pesar el exterminio de esos caballeros de Dios.
-Boí, 1917: El ecónomo de Taüll, Josep Farrero, recuerda cuando el obispo de Urgell
ordenó destruir algunos fragmentos de los frescos de su iglesia. Es un tipo de censura
histórica: borrar las pinturas en las que se contaba la verdad.
-Barcelona, 1943: Un militar franquista recibe la orden de eliminar a una mujer
llamada Caritat (nombre catalán de Charité), a quien acusan de haber ayudado a los
rojos.
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-Ciudad del Vaticano, 1978: Sor Vicenza atiende al Papa Juan Pablo I, llamado el papa
honrado, que agoniza en el lecho de muerte. Ha sido un Papa honrado y honesto que
trató de llevar a cabo El Propósito, esto es, la conversión del catolicismo en una
religión que realmente se preocupe por los más necesitados.
LA ORDEN DE EXTREMISTAS CATÓLICOS
La cruz de Saraís vuelve a presentarnos la Orden de la Divina Sepultura, una
organización de extremistas católicos que quiere acabar con cualquier atisbo que
pueda demostrar que otra cristiandad es posible. La Orden quiere proteger el status
quo a toda costa y no duda en asesinar para lograr sus fines. Igualmente, sus
seguidores harán todo lo posible para impedir que la descendencia de Jesús salga a la
luz pública.
‘Somos su ejército de sombras, y alguien debe hacer este trabajo. Pero no lo dudes, la
eternidad nos agradecerá nuestros sacrificios como soldados del Señor’.
En La cruz de Saraís, el nuevo Canciller de la Orden, Monseñor Collvinent, tiene dos
prioridades absolutas: recuperar el pergamino que custodia Arnau Miró y eliminar a
Feliciano Marest, el abogado que trabajó para ellos pero que ahora va por libre.
LOS CÁTAROS Y TEMPLARIOS
La cruz de Saraís aprovecha los saltos en el tiempo argumentales para lanzar una
defensa cerrada de las dos órdenes religiosas más misteriosas y fascinantes de la
cristiandad: los cátaros y los templarios.
Los templarios son presentados en esta novela como la orden auténticamente
encargada de proteger a los descendientes de Jesucristo, mientras que los cátaros son
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mostrados como la orden que sufrió con más virulencia la persecución de la Iglesia
Romana. Así, los autores dedican páginas y más páginas a la descripción del modo en
que Inocencio III, por ejemplo, decidió exterminar a una orden que defendía la
austeridad y que propugnaba el acercamiento del cristianismo al modo en que lo
concibió el propio Jesucristo.
‘Sufrían una nueva cruzada, otra más, decretada por el papa Inocencio III. Esta vez no
se trataba de recuperar los Santos Lugares, sino que era en aras del sosiego de la
Iglesia romana, contra otros cristianos y en el mediodía francés. Un año antes, el
hombre que ceñía la mitra papal en Roma, para oprobio de la fe, había decidido
suprimir a sangre y fuego la llamada herejía cátara. «Combatid a los cátaros; son
peores que los sarracenos. Quienes participen en la cruzada tienen asegura-da la
salvación eterna, el Reino de los Cielos», predicaban por toda Europa fanáticos monjes
cistercienses en nombre del Papa’.
Además, La cruz de Saraís también se adentra en uno hecho histórico que sorprenderá
a muchos lectores: la presencia de los cátaros en la Cataluña pirenaica:
‘Existen evidencias de un movimiento cercano al catarismo que surgió en el Medievo,
alrededor de algunas facciones cristianas como contestación a los poderes católicos.
Contó con seguidores dentro de la nobleza, y dejó alguna huella en los Pirineos; en
concreto, en el Valle de Boí. Según la leyenda, a todos sus miembros se les marcaba
con una cruz de ocho brazos en el pecho. La hacían con cuatro cortes de una espada
constelada, también llamadas de virtud. Eran unas armas con propiedades invencibles
que pasaban de generación en generación. Se cuenta que una de ellas llegó al valle de
manos de Bernat-Unifred, obsequiada por su antecesor, Carlomagno, cuando este le
encargó liberar los Pirineos de la morisma. (…). Esa espada, al igual que el pergamino,
está ahora en manos de Arnau’
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LOS COMPLOTS DE LA HISTORIA
La cruz de Saraís también repasa una buena parte de las teorías conspirativas que han
revoloteado a lo largo de la historia entorno a la historia del cristianismo. He aquí
algunos ejemplos:
-Asesinato de Juan Pablo I: ‘Hay teorías, incluso dentro del mismo clero, que sostienen
que Juan Pablo I fue asesinado. La autoría intelectual recaería en la curia romana. ¿El
motivo? Las profundas reformas que deseaba realizar en la Iglesia y, en concreto, en el
Vaticano’.
-Renuncia de Benedicto XVI: ‘Este Papa renunciara: ya lo verá, no resistirá la presión’.
-Censura artística (Erosión Sistemática e Inteligente): ‘También censuraron los
genitales de un tullido en pleno acto onanista que se representa en una de las arcadas
de la iglesia de Sant Joan de Boí. Algo comprensible hasta cierto punto, ¿no cree?’. Y
‘La persona que atentó contra la obra perforó los genitales del niño para dar forma al
anhelo de acabar con el linaje sagrado’.
-Censura artística (Erosión Sistemática e Inteligente): ‘Mi abuelo descubrió que fue
profanada a principios del siglo pasado —explicó el cátaro—. Fue un acto que formó
parte de la E. S. I. (Erosión Sistemática e Inteligente), un proceso de censura de todas
las representaciones artísticas cuyo mensaje discrepara del canon católico romano.
Identificó al responsable de tal abominación: el rector de las iglesias del valle durante
esos años, que, además, desobedeció a las más altas instancias políticas y culturales’.
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ALGUNOS PERSONAJES IMPORTANTES
1) PERSONAJES CONTEMPORÁNEOS
-Arnau Miró: El protagonista de El legado del valle continúa viviendo en Uganda,
donde regenta un hotel. Sigue preocupado por las implicaciones de lo descubierto en
su anterior aventura –su pertenencia al linaje de Cristo- y en La cruz de Saraís volverá a
tropezar con sus antiguos perseguidores.
-Cita: ‘De modo imprevisto, El Legado llegó a manos de Arnau Miró, quien
llevaba veinte años fuera de España ejerciendo de empresario en Butiaba, un pequeño
poblado de Uganda a orillas del lago Alberto. Se trataba de un pergamino legendario
que señalaba a Arnau como miembro de la estirpe divina, descendiente del linaje de
Cristo, aunque él jamás compartió esa creencia. No era más que una locura que solo
dejaba tras de sí ríos de sangre y dolor’.
-Sargento Ramón Palau: Oficial de los Mossos d’Esquadra destinado en el Valle del Boí.
Vive obsesionado con lo que llama el ‘caso Boi’, ya que cree que no se ha cerrado del
todo. Está decidido a descubrir el enigma que encierra el valle.
-Cita: ‘Me llamo Ramón Palau. Soy sargento de los Mossos d’Esquadra, de la
dotación de Pont de Suert. Y no, no nos conocemos; soy un buen fisonomista y nunca
olvido una cara’.
-Enriqueta: Especie de herborista del Valle de Boí que conoce muchos de los misterios
que oculta la zona. Proporciona algunas pistas al sargento Ramón Palau sobre los
lugares históricos que debe investigar.
-Cita: ‘La mujer, que rondaba los sesenta, siempre vestía de negro, como en
duelo permanente. Regordeta y de baja talla, su cara oronda le confería un aspecto
afable. Desde que Carola se marchó del lugar, había sido contratada en la cafetería
para diversas tareas que compaginaba con las de limpieza de las iglesias del valle,
donde los domingos ejercía de monaguillo’.
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-Ongolia: Compañera de Arnau. Durante once años ejerció como esclava sexual en las
filas de Lord Resistance Army y ahora está bajo la protección del protagonista.
-Cita: ‘Una lágrima recorría la mejilla de Ongodia y Arnau siguió su curso con la
mirada a lo largo de su piel morena. Detrás de la mujer adulta siempre había
vislumbrado a la niña con la infancia quebrada. El de ahora solo era otro sufrimiento
más en una cadena convulsa de amargos trances sufridos a lo largo de su existencia’.
-Feliciano Marest: Pese a que la Orden [criminal] para la que trabaja ha decidido
prescindir de sus servicios, este abogado catalán decide continuar con su plan de
venganza contra aquellos que guardan alguna relación con El Legado. Es cruel,
sanguinario y terrible, y además está dispuesto a hacer lo que sea para conseguir su
objetivo. Se ha sometido a una operación de cirugía estética y ha adoptado una nueva
personalidad, haciéndose llamar a partir de ahora Tomás Moro.
-Cita: ‘De mediana edad, baja estatura y prominente barriga, salió del
aeropuerto sudando a mares dentro de su arrugado traje de poliéster a causa del
húmedo y asfixiante calor del trópico’.
-Monseñor Collvinent: Aspirante a canciller de la Orden extremista católica que
pretende ocultar la verdad sobre la descendencia de Jesucristo.
-Cita: ‘Collvinent, hombre corpulento de media estatura, con mirada gélida e
impersonal, era conocido por algunos de los presentes solo por unos oscuros rumores
que circulaban sobre él. De carácter desabrido y sin escrúpulos, había dejado su impla-
cable huella en distintas partes del planeta. Se consideraba a sí mismo «el martillo de
Dios». Formado en Roma, a caballo entre la vida monástica y el hampa, su acento aún
tenía dejes italianos’.
-Felip Saludes: Periodista cátaro que está a punto de publicar su primera ensayo: ‘La
historia secuestrada de los cátaros’.
-Cita: ‘Un hombre, de espaldas, yacía en el suelo con la cabeza dentro del
inodoro. Reconoció su americana, la media melena de color castaño. Con rapidez, se
agachó para comprobar si seguía con vida. Le puso los dedos índice y corazón en el
cuello ensangrentado, pero no halló ningún latido (…). En cuclillas, procurando mover
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lo menos posible el cuerpo, giró unos grados el rostro del cadáver. El peso de la cabeza
hizo que se doblegase hacia un lado y el tajo del cuello se abrió y le salpicó’.
-Pastor Llorenç: Pastor medio ermitaño que vive en el Valle de Boí y que está
convencido de que el pueblo de Saraís volverá a ser poblado en un futuro próximo.
Siempre va acompañado de su perro Tro.
-Cita: ‘Tenía la tez morena, agrietada por el castigo del tiempo. Su rostro,
surcado de arrugas y cicatrices, estaba moteado de lunares. Sus marcadas facciones se
arquearon al sonreír. Parecía llevar días sin afeitar. Cubría su pelo cano con una vieja
gorra, y se abrigaba con una zamarra de piel gastada’.
-Gregorio Moreno Solves: Asesino a sueldo que trabaja para la Orden que lucha por
ocultar la existencia de El Legado. Había formado parte de los Mossos d’Esquadra,
hasta que un día abandonó el cuerpo repentinamente.
-Cita: ‘Hijo de emigrantes españoles, se había criado en un oscuro suburbio
industrial de Belfast. Nacido en el seno de una familia de católicos recalcitrantes,
desde niño sufrió el conflicto entre ingleses protestantes y católicos irlandeses en el
Ulster. Recién estrenada la mayoría de edad, trabajó como pistolero a sueldo del IRA’.
-Berta Hernández: Ex novia de Arnau Miró y experta en la historia del Valle de
Boí.
-Cita: ‘Se armó un gran revuelo entre el público masculino cuando Berta
Hernández, con su larga y llamativa melena pelirroja, entró en la cafetería. Sin
importarle ser el centro de todas las miradas, fue hasta la barra y examinó el local. Al
fondo, en una mesa del rincón, descubrió al hombre que buscaba. Bebía una tónica’.
-Profesor Fevzi Kenan: Profesor universitario de Teología e Historia del Arte que ha
conseguido relacionar las obras pictóricas del Valle de Boí con otras de distintos
lugares sagrados del planeta.
-Cita: ‘Fevzi había relacionado algunos registros de la más emblemática obra
pictórica del románico del Valle de Boí, el Pantocrátor de Sant Climent de Taüll, con
otras similares del monasterio sirio de Deir Mar Musa. Además, había dado una nueva
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interpretación a la configuración rectilínea de los campanarios de las iglesias de tres de
los pueblos del valle —Erill la Vall, Boí y Taüll—, demostrando que la prolongación de
su trazo no apuntaba a Roma, como se creía, sino a Tierra Santa, lo cual confirmaba
que no se trataba de un tributo al catolicismo, sino a los primeros cristianos’.
2) PERSONAJES DEL PASADO
-Jean de Badoise: Sargento templario del siglo XI. Tras participar en las cruzadas junto
al cruel Ricardo Corazón de León, recibe la orden de custodiar y proteger El Legado.
-Cita: ‘Alto y delgado, Jean le sacaba una cabeza a su camarada de la Orden.
Habían entrado juntos en el noviciado de la encomienda del Temple en París y viajado
hasta Chipre, y juntos también habían sido ascendidos a sargentos. Los dos esperaban
con anhelo consagrarse algún día como templarios. Tras jurar votos de pobreza,
castidad y obediencia, serían Pobres Caballeros de Cristo, podrían portar armas en
sagrado, y derramar sangre de infieles en nombre de la fe verdadera’.
-Paul de Tornois: Mentor de Jean de Badoise. Caballero templario y comendador de
Chipre y Señor de Becerra.
-Cita: ‘El templario, dada su pericia con la ballesta, no tuvo ni que encarar el
arma. Disparó desde la cadera un dardo que se hundió en la garganta del hombre,
truncando su grito de guerra en un gorgoteo sanguinolento’.
-Padre Pascuale: Abad de un monasterio enclavado en las montañas del desierto de
Siria. Amigo de Paul de Tornois desde el noviciado. Es el encargado de proteger el
Legado.
-Cita: ‘El sacerdote lo miró con fijeza, estudiándolo. Sobre sus hombros iban a
recaer serias responsabilidades. Tenían un cometido, y un secreto: El Legado. Debía
estar seguro de a quién se iba a revelar, de quién asumiría tal honor y a la vez tan pe-
ligrosa tarea en futuros y decisivos años. Lo besó en ambas mejillas con fervor, como si
se tratara de un hermano ca-ballero consagrado, para aprobar así la elección de Paul
de Tornois’.
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-Rolando del Porto: Artista y guerrero templario que realiza una serie de obras
pictóricas en el monasterio del desierto sirio donde también se encuentra el Adab
Pascuale.
-Cita: ‘Rolando, a pesar de su fortaleza física y sus probadas habilidades como
combatiente, tenía unas dotes innatas para el dibujo y la pintura. Experto miniaturista,
sus atrevidas ilustraciones en códices y pergaminos le llevaron a realizar brillantes
frescos en multitud de capillas que jalonaban el orbe conocido y que daban fe de su
especial don por toda la cristiandad. La sensibilidad de un niño con un pincel, en el
musculoso cuerpo de un guerrero’.
-Maanaraf: Oficial a cargo de un escuadrón de turcópolos que protege a los templarios
Jean de Badoise y Paul de Tornois.
-Cita: ‘El turcópolo refrenó su montura y de un salto puso pie en tierra. Se
dirigió a una de las mulas y descolgó del arreo una ballesta de caballería, que hasta ese
momento había permanecido oculta por una larga pieza de cuero. Cruzó la distancia
que lo separaba del templario, que también había descabal-gado, y le tendió el arma.
Este la sopesó con dos manos, comprobó el estado de tensión del nervio y miró
inquisitivo a Maanaraf’.
-Amiel Aicart: Abad cátaro del monasterio del Valle del Bovino al que llega una de las
descendientes de Jesucristo en el siglo XIII.
-Cita: ‘Amiel Aicart, descendiente de druidas y trovadores, era hijo del
Languedoc. Nacido de una familia de leñadores, pasó de niño a hombre con un hacha
entre las manos para talar árboles. Sostenía que, entre murmullos de hojas y crujir de
ramas, estos lloraban cuando los cortaba; entonces, afligido, les hablaba para
implorarles perdón, para contarles que era una obligación impuesta por su padre’.
-Georges de Abadía: Templario encargado de cuidar de Charité y de la hija que ha
tenido con Georges de Abadía.
-Cita: ‘No era una misión de rutina, pero tampoco era acorde al alto cargo que
el guerrero templario tenía asignado en el seno de la Orden. Pese a su juventud, fue
nombrado comendador del Temple para el valle poco tiempo después de la muerte de
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su preceptor. Elegido sobre el terreno, y por orden de la casa madre en París, se
ratificó la decisión gracias a los informes enviados en secreto por su mentor a lo largo
de los años, durante los que vivió, amó y sirvió a la causa de la Sangre Real’.
-Pierre y Daniel de Midiville: Hermanos templarios del siglo XVIII que protegen a
Charité.
-Cita: ‘Desde que habían entrado al servicio de la Orden, ambos hermanos,
Pierre y Daniel de Midiville, habían forjado una sólida amistad con la muchacha,
haciéndole a la vez de padre, del que la niña carecía. Jamás se habían relajado en su
custodia, pero también llegaron a pensar en la posibilidad de que sus enemigos
hubieran cesado el acecho y perdido el rastro de la madre, la hija y el objeto. Ahora
sabían cuán equivocados habían estado’.
-Padre Gabriel: Religioso del siglo XVIII, perteneciente de Ducado de Borgoña y
primera espada de Francia. Es el sicario a quien el Papa acude cuando tiene que matar
a alguien.
-Cita: ‘Contrastaba con el resto de gente que abarrotaba la posada. Sentado
junto a la puerta, apoyaba la espalda en la pared. A pesar de la posición, se adivinaba
alto y delgado. Sobrio y elegante de ademanes, tenía el pelo oscuro veteado en gris,
peinado con esmero hacia atrás y recogido con una cinta de terciopelo negro, el
mismo color de la capa y el traje talar que vestía, símbolo este último de su dignidad
eclesiástica’.
-Fiona: Monja vaticana al servicio de León XIII. Defiende con vehemencia la memoria
de los cátaros y es llamada por un jesuita para que proteja el Legado.
-Cita: ‘De nombre irlandés y corazón cosmopolita, Fiona era un crisol de
orígenes. Nacida en el mediodía francés, de padre español y madre gala, había
destacado de inmediato por su viva inteligencia y su firme carácter’.
-Mosén Josep Farrero: Ecónomo de Sant Climent de Taül a principios del siglo XX.
Presenció el modo en que el obispo de Urgell ordenaba la destrucción de las pinturas
que podían revelar algunas verdades ocultas del cristianismo.
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-Cita: ‘Acababan de acomodar al obispo y a su séquito en una hospedería de
Taüll, mientras tres técnicos italianos trabajaban sin descanso en el interior de la
iglesia de Sant Climent para extraer un fragmento de la milenaria pintura del ábside; se
trataba de una parte que consideraban herética de la obra recién descubierta, que
había permanecido escondida tras la cal y un retablo durante más de setecientos
años’.
ALGUNOS EXTRACTOS
-Ricardo Corazón de León: ‘El novel sargento Jean de Badoise había desembarcado en
Acre lleno de fervor y arrojo, junto a las huestes del Rey Ricardo I de Inglaterra,
llamado «Corazón de León». ¡Cómo no sentirse orgulloso, si apenas contaba dieciséis
años e iba a participar en la reconquista de «El Reino de los Cielos» para la Cristiandad,
la ciudad en la que ningún soberano osaba ceñir sus sienes con corona de oro porque
Cristo la había llevado de espinas!’
-Saladino y los mamelucos: ‘Delante de ellos, oculto por el bosque de encinas que se
extendía al oeste por las colinas abiertas al mar, se desplegaba el ejército de Saladino,
con treinta mil infantes ligeros, quince mil de infantería pesada y ocho mil jinetes. En el
centro, como guardia personal del Sultán, se encontraban los temibles mamelucos,
quienes habían sido comprados de niños a pueblos de origen turco y caucasiano —de
ahí la palabra mamluc, cuyo significado es «esclavo»—. Obligados a convertirse al
islam, tras un severísimo entrenamiento militar, se les concedía la libertad solo para
formar parte de tan selecta tropa de élite’.
-La fe verdadera de Benedicto XVI: ‘¿Sabe a qué Papa le corresponde este número? Al
actual, a Benedicto XVI. El próximo, según la profecía, debería ser el antipapa, «Pedro
el Romano», a quien se le atribuye la caída del catolicismo en tono apocalíptico,
aunque también podría significar el triunfo de la cristiandad verdadera, toda una re-
volución. Necesitamos que la veleta gire, y que un nuevo aire llegue a todas las almas
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del mundo. Este es nuestro anhelo. —Sujetó el tazón humeante para calentarse las
manos—. Estamos cerca, sargento, los pájaros ya lo anuncian’.
-Los templarios: ‘El abanderado, que era el caballero que tenía el honor de llevar La
Beaussante, la sagrada insignia templaria en la que, entre una franja blanca y otra
negra de los colores de la Orden, brillaba la Cruz Pathé en rojo, la dirigió al suelo dos
veces para luego elevarla otras tantas al límpido cielo palestino: era la señal para que
la caballería pesada templaria, ariete principal del ejército cruzado, se encaminara al
combate al paso’.
-Bangkok: ‘A miles de kilómetros de allí, en los arrabales de Bangkok, una delgada
canoa de madera se deslizaba por las aguas limosas de uno de los muchos canales del
Chao Praya que, como una tela de araña líquida, envuelven la capital de Tailandia. El
pilo-to gobernaba la chalupa con precisos movimientos del motor fueraborda, que
hacía las veces de timón. En su extremo, la hélice se hundía en las aguas sucias
mientras impulsaba la embarcación’.
-Uso de la ballesta en la Edad Media: ‘La Iglesia trató de suprimirla a instancias de la
nobleza —dijo, a la vez que se preparaba para el combate que se avecinaba—. Con
semejante arma, un simple plebeyo, con somero entrenamiento, podría perforar la
coraza del más noble, poderoso y equipado de los caballeros (…). La esencia de su veto
radica en que subvierte el orden social. Un simple campesino que haya dejado de
destripar terrones con su azada para servir en una hueste armada sería capaz de
hendir primorosas y caras armaduras con un tosco trozo de madera rematado con una
punta de acero desbastado —dijo mientras calibraba con ojo experto un dardo—.
¿Qué emplumado caballero a lomos de brioso corcel admitiría semejante desacato a
su rango, tamaña osadía a su casta, por parte de un triste peón sin cuarteles de
nobleza ni hidalguía?’.
-Los secretos del Valle del Boí: ‘En el barranco de Les Escales hay la tumba de un fraile
anónimo que hace siglos, como otros muchos clérigos del lugar, plantó cara y
desobedeció a sus superiores. El monje repartía entre los pobres el dinero que le había
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dado el obispado para otros menesteres. Por ello, lo condenaron a muerte. Pero tras la
ejecución, el pueblo, por su cuenta, lo canonizó (…). Pasado un tiempo, las rocas
cercanas comenzaron a sangrar. Sucedía al atardecer, antes de que las aguas del
embalse anegaran la tumba. Ni el ganado se atrevía a cruzar el barranco. Por eso, los
pastores debían pasar la noche en alguna cueva, al amparo de santos y oraciones. El
miedo los paralizaba y debían taparse ojos y oídos para no ver ni oír los resplandores y
ecos del sepulcro’.
-Saraís: ‘Pasado el mediodía, avistó las primeras ruinas de lo que en su día fueron unos
hogares. La hiedra y la breña cubrían los muros quebrados de piedra. El ambiente era
desolado; im-peraba un hondo silencio, truncado solo por el susurro de la brisa al
agitar la arboleda. ¿Cuántas almas habían habitado aquellos parajes? ¿Cuánto tiempo
llevaban sus recuerdos sin dueño? Era un pueblo muerto. Palau se estremeció cuando
descubrió, asomando entre los abedules, el mellado campanario de la iglesia, ahora en
ruinas, otra joya del románico perdida’.
-La maldición del Valle de Boí: ‘Es parte de la profecía que anuncia el fin de la
maldición que cayó sobre estas tierras. Una condena que solo remite la noche de san
Juan y el día de san Félix «El africano», desde que el rey de Aragón dispuso que ese
fuera «día de tregua del Señor» —cabeceó, apesadumbrado—. Pero el resto del año
provoca escalofríos. Aparecen los espíritus del Mas de Sant Andreu; provienen del
monasterio de Lavaix. Por la noche, entre estos muros aún resuenan sus lamentos, el
entrechocar de espadas contra escudos. Vagan como fríos alientos desde que el valle
cayó y quedó en ruinas. Algunos monjes fueron emparedados en los muros del con-
vento para que tuvieran que soportar hasta la muerte el tormento de la gota serena
sobre sus cabezas. Ánimas que transitan perdidas por el valle en su viaje perpetuo
hacia el más allá’.
-El París del siglo XVIII: ‘Era un local popular, cerca de la isla de Saint Louis, a la sombra
de las torres de Notre Dame. Su clientela habitual estaba compuesta por buhoneros y
campesinos que llevaban sus productos al mercado. Cenaban, y luego algunos pasaban
allí la noche para volver al alba a sus hogares. Hombres y mujeres sencillos en una
-
Francia descontenta con el anquilosado poder que los gobernaba. El monarca, Luis
Capeto, tan absoluto como inepto, estaba rodeado por una camarilla de aduladores,
nobles ociosos y corruptos, y dominado por una reina, María Antonieta, más atenta a
los intereses de Austria, su país de origen, que a los de la nación que la había
entronizado por matrimonio’.
-Barcelona hoy: ‘Se acercaban las navidades y las calles ya lucían engalanadas con
guirnaldas y adornos de distintas formas y colores. Ramblas abajo, mientras la noche
caía sobre Barcelona, un hombre caminaba con paso raudo entre el gentío, las manos
en los bolsillos. Vestía gabardina beige y un gorro del mismo color. Dejó atrás el
monumento a Colón y se adentró en el puerto a través del puente levadizo para ir al
centro comercial Maremágnum. Allí, una multitud de turistas disparaban sus flashes
para obtener un pedazo digitalizado de la ciudad, mientras una larga cola de chiquillos,
ansiosos bajo la humedad y el frío vespertino, serpenteaba interminable haciendo
turno junto a sus padres para entregar las cartas de los Reyes Magos al paje real’.
-León XIII: ‘El hombre con traje talar blanco avanzó sobre una alfombra rojo sangre por
el amplio pasillo flanqueado por esculturas y lienzos de reputados maestros
renacentistas. A pesar de su edad, caminaba erguido y con la barbilla alta, conscien-te
del poder que ostentaba sin recato en las postrimerías del siglo xix. A su paso, un
ejército de religiosos y seglares bajaba la cabeza, en señal de obediencia los primeros y
de respeto los últimos’.
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LOS AUTORES
-Jordi Badia Pérez (Barcelona, 1961): Diplomado en Ciencias Empresariales, ejerce
como empresario y gerente en diversas entidades. En el año 1997 quedó fascinado por
el Valle de Boí, en la Alta Ribagorça. Desde entonces sus veranos transcurren allí, entre
investigaciones acerca de la importancia militar del valle en la Edad Media, así como de
una reinterpretación del mensaje que nos dejó el arte románico.
-Luisjo Gómez Álvarez (Barcelona, 1961): Ex boxeador y licenciado en Derecho, ejerce
como abogado penalista. Con reconocida experiencia en la defensa de procesos
criminales, es un gran aficionado a la lectura y a la historia, algo que le llevó a
relacionar las inquietudes de su amigo sobre el valle, con determinados pasajes
históricos. Ambos coincidieron en las aulas de La Salle Bonanova a los catorce años,
donde iniciaron una estrecha amistad.
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LA NOVELA ANTERIOR: EL LEGADO DEL VALLE
La primera novela de Jordi Badía y Luisjo Gómez, ‘El legado del valle’ (RBA, 2011) nos
presentó a Arnau Miró, un hombre que se ve inmerso en una trama conspirativa para
ocultar uno de los secretos mejor guardados de la cristiandad: El Legado. La
investigación llevada a cabo por el protagonista, así como por otros personajes que
vuelven a aparecer en La cruz de Saraís, transportaba al lector al Valle de Boí, un
conjunto de valles y sierras del Pirineo catalán. En ese territorio se alza Sant Climent de
Taül, la iglesia románica en cuyo ábside central fue pintado el famosísimo mural que
representa al Pantocrator más famoso de la Historia del Arte –hoy en el Museo
Nacional de Arte de Cataluña-, el cual oculta, según los autores, uno de los secretos
más importantes de la cristiandad: la existencia de una descendencia sanguínea del
mismísimo Jesucristo. Lógicamente, dos fuerzas han luchado siempre por ocultar esa
Verdad: por un lado, quienes desean que dicha Verdad salga a la luz, y por el otro, los
ultracatólicos que desean silenciarla para que nada reste poder a Roma. En el primer
grupo, la Orden del Temple ha jugado un importante papel a lo largo de los siglos; en
el segundo, una organización secreta que asesina en nombre de Dios.
LA CRÍTICA DIJO SOBRE… EL LEGADO DEL VALLE
-‘Tremenda novela, vibrante y enigmática’, Cadena Ser
-‘Un thriller con una base documental muy sólida. Una novela nada convencional que
entretiene y toca las almas de los lectores’, Cristina Fernández Rovira, El Mundo
-‘Empezarla es no poder dejarla. Un pedazo de novela que te tiene enganchado el fin
de semana, sin comer ni cenar’, Punto Radio
-‘Un thriller histórico-conspirativo que comparte similitudes en su trama con ‘El Código
da Vinci’ de Dan Brown’, Mónica Bergós, El Correo
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-‘Administra el suspense, dosifica la información, divierte, entretiene y da saltos a
través de la historia, alrededor de un secreto escondido en los Pirineos durante el
último milenio’, Onda Cero
-‘Un bestseller donde el valle de Boí es un protagonista más’, El País
-‘Un relato de intriga y crímenes’, La Mañana
-‘Una historia donde nadie es lo que parece, y que os tendrá en tensión hasta la última
página… ¿Cual será el legado de los cátaros?’, Blog El Bibliófilo Enmascarado
-‘Lo mejor de la novela es la crítica al fanatismo y la intolerancia ya que, por muy
descabellada que sea una creencia, nadie tiene derecho a perseguirla, derramando
sangre de forma cruel y despiadada, algo que hizo la Inquisición y que siguen
practicando otras religiones en la actualidad’, Miguel Ángel Gómez Juárez, Blog Me
gustan los libros
-‘Enigmático desde la lectura de la sinopsis. Capaz de absorber paulatinamente el
tiempo del lector sin que éste se de cuenta’, Alex VonKarma, Bloggerizados