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Jonathan Tittler

Las fotos que ilustran este articulo forman parte del ArchivoAlvaro Cepeda Samudio. y fueron cedidas por la señoraTeresa de Cepeda en exclusividad a Huellas.

duda. por decirlode un modo pre-posmoderno. logana en espíritudemocrático. enapertura a unespectro de re-gistros y cues-tiones anterior-mente callados.

En nuestrasuniversidades.

por ejemplo, yano discutimos silos departamen-tos que enseñanmaterias del ám-bito hispánicodeben mantenerparidad entrecursos sobre li-teratura y cul-tura peninsu-lares e hispa-noamericanos.Esa batalla ya seluchó durantelos años de miformación uni-versitaria. con laclara ascenden-cia. en Estados,~varo

Cepeda Samudio un sábado de carnaval en La Cueva. (Foto de Nereo). Unidos. por lo

menos, de lo his-panoamericano, gracias, en parte. al "boom" de sunovela y. en parte. a la eclosión demográfica de gente

Huellas 40. Uninorte. Barranquillapp. 7-13. Abril. 1994. ISSN 0120-2537 7

De la caterva deaseveraciones ycontraalegatosque ha consti-tuido el debatesobre la posmo-dernidad y suramificaciónartística. el pos-modernismo,quizá lo siguientesea motivo deacuerdo e inclusode cierta sanasatisfacción: lacrisis de auto-ridad que hasufrido el dis-curso occidentalen los últimostreinta años haconducido a unadispersión de in-tereses -disper-sión que, al des-concertarnos porexigir que reca-pacitemos sobrelos cánones quedeterminan loque leemos, es-cribimos y ense-ñamos, tambiénha dado paso a ¡ r

una mayor am-plitud de voces y de temas de investigación. Lo quepierde nuestro discurso cultural en cohesión. sin

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de habla española en los países de Norteamélica,la mayor parte de quienes proceden más

inmediatamente de este mismo hemisfelio. Ahora,apenas veinte años después, se ve amenazada laautoridad del recién coronado boom por pro-ponentes de literaturas poco representadas, talescomo la afrohispánica, la esclita por mujeres, laque linda con los llamados géneros populares o laliteratura hispano-norteamelicana. Mirando conlentes más fuertes, observamos que esta últimaagrupación consiste en tres grandes facciones"nacionales": la chicana (mexicano-amelicana), lapuertorriqueña y la cubana, además de unacategoría que borrosamente incluye a los rela-tivamente pocos escritores colombianos, domi-nicanos. ecuatolianos, y de los demás países de lazona idiomática y culturalmente hispana (deberíanombrarlos todos. pero por limitaciones de tiempoy espacio no 10 puedo hacer). Es en una parte deesa larga "etcétera" (precisamente ese espaciocolombo-norteamelicano o "neo-colombiano") queme quiero concentrar en 10 restante de mi presen-tación.

algunos relatos del vallecaucano Silvio MartínezPalau -mordazmente satíricos en cuanto a su nue-va realidad circundante- con otros del antioqueñoAndrés Berger-elegíacas y entrañables remem-branzas de su niñez en las calles del entoncesparadisíaco Medellin. 3 Con estos intentos creo quehe hecho constancia de la existencia del corpus tex-tual neo-colombiano, sugiriendo su verdaderadiversidad y facilitando su estudio como unasubdisciplina dentro de lo hispano-norteamericano.Hasta el momento. sin embargo. ese campo hacarecido de historia: no ha habido ningunanarración acerca de su desarrollo a través deltiempo. Con Todos estábamos a la espera, unesbelto volumen de nueve cuentos del costeño(cienaguero de nacimiento y barranquillero decrianza) Alvaro Cepeda Samudio. empezamos aremediar esa falta. 4

Lo que provee esta colección de cuentos, y sobretodo el relato "Un cuento para Saroyan," es unposible punto de partida para lo que después iría aser, mediante treinta años más de migración yproducción cultural, la narrativa neo-colombiana.Constituye una fugaz muestra de compenetracióncon la realidad norteamericana, apropiando algunosde sus motivos sin designarlos como completamenteajenos, que indica la cosmovisión mixta, hibrí-dizada, propia al género. Permítaseme describir unpoco el cuento y su contexto para que se saqueuna noción del grado y la cualidad de la relacióncon la cultura norteamericana.

En algunos trabajos previos he intentadodocumentar la existencia e importancia de laliteratura neo-colombiana.! * distinguiéndola de sus

contrapartes colombiana y norteamericana,principalmente por su dimensión bicultural. Heestudiado las novelas de Jaime Manrique, autor deColombian Gold y la recién publicada Latín Moon inManhattan -ambas escritas en inglés y con unatendencia a estereotipar 10 colombiano para lograrfascinar a lectores anglodominantes-, en con-traposición a la de Boris Salazar. La otra selva. que,aunque puesta en Nueva York y narrada porneoyorquinos. maneja no sólo el idioma de su prosnatal sino también una imaginería mucho máscompleja y matizada en 10 que al mundo hispanoatañe.2 De manera semejante he yuxtapuesto

Cepeda encabeza su librito con el siguienteepígrafe, que, al revelar su proceso de creación. lograexplicar por lo rrenos un significado del titulo:

Estos cuentos fueron escritos, en su gran mayoria,en New York, que es una cilldad sola. Es una so-

Clarkson N. Potter, 1983); y Jaime Manrique, Latm Moon mManhattan (Nueva York: Sto Martin's Press, 1992); Boris Salazar,La otra selva (Bogotá: Tercer Mundo Editores. 1991).

3 Sllvio Martinez Palau, Made m USA; Estudio en naturalezas

muertas (Hanover, NH: Ediciones del Norte. 1986); AndrésBerger, "El afilador", Revista Chicano-riqueña 10 (1982): 171-79.

1 Ver Jonathan Tittler. "Pacific Ethnics: The Neo-Colom-bian Stories of Andrés Berger and Silvio Martinez Palau", enFrom Chicanos to chilenos: Hispanic Culture on the paclfic Coast01 the Americas. ed. Grinor Rojo (Long Beach, CA: CaliforniaState University at Long Beach. 1992) (en prensa); y JonathanTittler. "Neo-Colombian Literature: For a Imse Canon". Dispositio(en prensa).

.Existe una traducción del articulo "Neo-Colombian Utera-ture: For a Loose Canon". con el titulo "La literatura neo-colombiana: hacia un canon suelto" en Huellas No. 35 agosto.1992. p. 47. (N. del E.).

4Alvaro Cepeda Samudlo. Todos estábanws a la espera(Bogotá: Plaza y Janés. 1980 (1954). Referencias parentéticasen mi texto se remiten a esta edición. La Importancia de estetexto ya ha sido sugerida en un contexto más angosto por AlfredoArango-Franco en un estudio Inédito. "Literatura colombianade Nueva York: De la sombra a la marginalldad". Agradezco aAlvaro PIneda Botero su ayuda en localizar ese estudio.

2 Jaime Manrique. Colombian Go/d: A Novel 01 Power andCorruption. tr. Sara Nelson y Jaime Manrique (Nueva York:

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ledad sin solución. Es la soledad de la espera.Los personajes son hombres y mujeres que yo he visto

en un pequeño bar de Alma, Michigan; esperando en unaestación de Chatanooga. Tennessee; o simplementeviviendo en Ciénaga. Magdalena. Y las palabras soninferiores a ellos.

Además del gesto becqueriano concluyente. lo que seestablece acá es una suerte de equiparidad o in ter-cambiabilidad entre todos los lugares que ha visitado elperipatético autor. Obviamente. dirigido a un lectorcolombiano (¿quién más sabe en qué país queda eldepartamento del Magdalena?). Cepeda refuerzalingüísticamente esa indistinción entre lo del norte y lo delsur al incorporar el nombre inglés de la ciudad que más leha impresionado (un ejemplo del "code switching" propio alas personas verdaderamente bilingües o biculturales). Ensus investigaciones. el colombianólogo francés JacquesGilard ha encontrado que sólo tres de los cuentos ("Vamos amatar los gaticos". "Jumper Jigger" y "El piano blanco") enefecto fueron escritos mientras Cepeda estaba en la granurbe (el autor había ido allá para estudiar periodismo enColumbia University, y casi no resisto la tentación de titu-lar esta ponencia "Entre Colombia y Columbia", pero en esteaño quincentenario de tanta "colonización" decidí pasar poralto el jueguito). 5 Lo cierto es que el libro entero (con unasola excepción, "Hay que buscar a Regina" , que evoca lamisma violencia tropical que marca Crónica de una muerteanunciada de García Márquez -ora por epígrafes sacadosde autores norteamericanos como Saroyan, Capote oFaulkner, ora por referencias a la vida urbana (fría.silenciosa. solitaria) de este país- está permeado de unambiente que tiene que caerles como exótico o por lo menosforáneo a los lectores de la Costa Atlántica de Colombia delos años cincuenta.

Facsírniles de las portadas de la primeraedición de Todos estábamos a la espera,que editó en Barranquilla la Librería Mundo.Los dibujos son de Cecilia Porras.

El relato en cuestión, "Un cuento para Saroyan" ,constituye una apoteosis de esta tendencia norteame-ricanizante .Como es una obrita no muy conocida -deapenas seis páginas y media en la segunda edición (1980)que manejo-, me permito resumir algunas de suscualidades más salientes. Un joven de nombre "Al" narra enprimera persona y tiempo presente cómo sale de clase enColumbia University para comprar un libro que el profesorde arte ha exigido que compre si el joven quiere pasar elcurso. Después de detenerse en un restaurante, un bar yuna taquilla para "mamar gallo" con algunos amigos,ninguno de los cuales cree que realmente va a comprar ellibro, llega a la librería de Mr. Schneider donde trabaja unachica Sandy que le gusta. Al recomendarle ésta un libro de

5Jacques Gllard. "Prólogo: Los cuentos de Cepeda Samudlo", en CepedaSamudlo. Todos estábamos a la espera, 9-44.

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calle 148 (significativamente Al dice Mla148M. pero en mi rol de intérprete me veoen la necesidad de explicar la referencialocalista). El compromiso del autor con sumedio es tal que. cuando hace mención deun partido de fútbol entre Columbia yCornell. deja entendido que. como siempre.va a ganar Cornell (es cierto: excepto porlos años setenta tempranos. cuando EdMarinaro se desempeñaba estelarmentecomo fullback. Cornell ha podido contarcon ganar únicamente a Columbia en suslides en la legendaria Liga deYedra). y siAlconoce su medio. su medio lo conoce a él.ya que. como he mencionado. nadie creeque va a comprar el libro exigido por elprofesor. el cual. en efecto. no acabacomprando. La compenetración esprofunda: el sujeto dentro de su medioambiente. el medio ambiente dentro delsujeto. Incluso bromea con sus inter-locutores (la prueba de fuego de dominarun idioma extranjero. si no es el poder hacercálculos aritméticos en él).

¿Quieren más evidencia del status neo-colombiano del texto? (no quiere decir queno sea colombiano también; sino algo más,y esa cosa "más", indicativa de vivenciasque trascienden el ámbito cultural ylinguístico específicamente colombiano.cuando el narrador no es Alvaro sino Al. eslo que quiero expli citar)

Miremos otro texto de Cepeda. un poemarecogido por Daniel Samper Pizano en unaantología póstuma publicada por elInstituto Colombiano de Cultura. 6 Está

escrito. como se verá en seguida. en inglés.están aparte poemas y canciones quecompuso el talentoso escritor. al otro ladode la barrera idiomática. El texto es elsiguiente:

Alvaro Cepeda Samudio en la terraza de un bar de La Habana.en una escala voluntaria, rumbo a Columbia University.

(Foto de Enrique Scopell).

cuentos de Saroyan. abandona su plan. compra ellibro de Saroyan e invita a cenar a la niña con eldinero sobrante. El cuento termina en una nota deligera culpabilidad por la imprudencia de la compra.pero este sentimiento palidece ante la voluptuosailusión de conocer la ficción de Saroyan. yamanoseada por la muchacha.

Desde las primeras frases estamos en un mundocultural férreamente neoyorquino: se mencionandólares. el tiempo frio. la revista The New Yorkel;actores de cine de la época como Mickey Rooney yJames Cagney. el hipódromo en Jamaica. Losamigos tienen nombres típicos. como Mack. el res-taurateul; y Johnny Saxon. el dueño del bar en la

6 Alvaro Cepeda Samudio. Antología. Selección y prólogode Daniel Samper Pizano (Bogotá: Instituto Colombiano deCultura. 1977).99-101. Agradezco a Teresa Manotas de Cepedael haberme facilitado varios textos y mucha información parala elaboración de este estudio.

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mIS BALAD [SIC] IS 1'0 BE WHISPERED WlTH WVING UPSAND SO MUCH TENDERNESS AS NOT 1'0 DISTURB mE SWEETSMIUNG SLEEP OF mE BEAlfl'IFUL GIRL

Where could the manflnd the words to begin this blissfulWednesday?

In the whizzing wind its resoundignIorest 01 ambulatoryLeaves opening sharp tunnels 01 music in the dense darkness 01 the night?

In the green-blue-gray oJ the tame and silent sea?In the tight blackness oJ the complacent night, piercingly woundedTen times a thousand times by the ancient light oJ the stars?In the changing sand burning with insidious thorns?In the soft and delicate curoe oJ the receding hills?Where the music, where the sound, where the color; where the light.Where the Jorm to construe the words with which the man couldTeU the beautiful girl about the rife, the world and theWonderment that were born anew this blissful Wednesday?

The man searched everywhere ior the words: in the music oiThe wind. in the variable color oi the sea. in the light oi the night:And he couldfind none.

And the man, a master 01 earthly words. was suddenly deserted by theSound 01 the languages 01 earth.Then, the beautijul girllooked at the man and in the purity 01 herEyes he Iound the word to describe the new and limpid universeAround themThe word was Joan..And since then aU the things 01 the world can be named withjustOne word: and the word is Joan..(This isjust to teU you that 1 love you. But then your (sic] already knew that).

enseña dentro de nuestros departamentos de inglés.si los textos son asequibles en ese idioma) o de laliteratura hispanoamericana. Así que su pedazo degloria es casi penosamente modesta. Aun así(porque estas relaciones de dominio y subaltemidadson a fondo políticas, y la política institucionaJ hacambiado mucho en la última generación y puedecambiar con una mayor velocidad en el futuro).merece la pena retratarlo en algún detalle. Es, an-tes que nada, hasta ahora un personaje ficticio, elAlvaro del último capítulo de Cien años de soledadque forma con Germán. Gabriel y Alfonso el círculode amigos de Aureliano Babilonia, el penúltimo dela estirpe Buendía de Macondo, padre del que nacecon una cola de cerdo. el mismo que descifra lospergaminos de Melquíades. Este personaje Alvaroestá basado, a su vez, en el Alvaro Cepeda Samudioque con Germán Vargas. Gabriel García Márquez.Alfonso Fuenmayor (y su padre José FélixFuenmayor) configuraron el (ya mítico) "Grupo de

Quizás un tanto abusivo de la aliteración, y, paralos gustos actuales, sexista en el uso del "hombre"frente a la "muchacha" (mucho más notable eninglés que en español), pero el más que competentedominio del inglés (me llama la atención esaformulación de "diez veces mil veces", a la vez ar-caica e innovadora, redundante y única en surítmica expresividad) está fuera de cuestión. El queescribió estos versos es el mismo autor de "Uncuento para Saroyan" , el que parece haber dadoarranque a la llamada literatura neocolombiana.

Como le atribuyo tanta importancia. puedenustedes preguntarse. ¿quién es Alvaro Cepeda Sa-mudo? ¿Qué más ha hecho? ¿Por qué no hemosoído mencionar su nombre antes? Recuerden quelo propongo como un posible originador de unasub disciplina de la literatura hispano-nor-teamericana. en sí una astilla marginal de o laliteratura norteamericana (frecuentemente se

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Alvaro Cepeda Samudiofrente a la bibliotecade Columbia University.(Foto de Enrique Scopell).

Barranquilla" de los 1930. responsable por traer lamodernidad literaria a Colombia cuando el paísparecía más interesado en bañarse en sangre (laépoca de la Violencia. con V mayúscula. arrancacon el "Bogotazo" de 1948) que asimilar los para-digmas de Woolf. Joyce. Kafka. Hemingway yFaulkner). Alo mejor. muchos conocen ya a Cepeda(es decir. el Cepeda textual y legendario) sin saberlo.

dimensión genial que parecía encerrar.

Como hemos venido diciendo. Todos estábamosa la espera, tan elíptica en su técnica y parca ensu desarrollo, no hace sino insinuar el riquísimomundo bicultural que escritores neo-colombianoscomo OIga Elena Matiei. Armando Romero.Teobaldo Noriega, Luis Zalamea. Alvaro GómezMonedero, Eduardo Márceles Daconte. Adela deLuppi. Miguel Falquez-Certain, entre otros,representan en sus diversas obras.

A ese mismo Alvaro Cepeda Samudio (en su ava-tar de escritor) se le atribuye haber escrito una delas tres primeras novelas modernas en Colombia(la atribución es de Rayrnond Leslie Williams) lanovela es La casa grande. recién traducida muyfelizmente por nuestro anfitrión Seyrnour Menton;las otras novelas son Respirando el verano, delcartagenero Héctor Rojas Herazo, y La hojarascadel cataquero Gabriel García Márquez. 7 Más alláde eso, Cepeda ha publicado otro libro de relatos.Los cuentos de Juana, mucho periodismo. fuecorrespon~al de The Sporting News de San Luis,Missouri, y ha hecho varios cortometrajes. entrelos cuales el más memorable es La langosta azul.Se le considera una especie de hombre renacentista,un espíritu libre y anárquico que se metía en milcosas y nunca carecía de proyectos pero que. comoescritor de creación, no tuvo el temperamento paraencadenarse al escritorio para producir la obra de

En mi subtitulo encierro la figura de Cepeda consignos de interrogación. como si el papel fundamen-tal y fundacional que le atribuyo no lecorrespondiera. Hay problemas, vamos a confesarlo.Cepeda nunca fue emigrante, sino estudiante. enNorteamérica (es cierto que volvió a Nueva York,como lo había hecho José Eustasio Rivera. paramorir, pero eso no fue por nostalgia sino una medidapráctica en una emergencia médica). Tan prontocomo obtuvo su diploma. volvió a Barranquilla consu baúl de experiencias y algunos textos escritospara resumir su vida de parrandero y creadorcosteño. En ese contexto. los Estados Unidos le siIVecomo motivo literario o quizá como hobby, perodista mucho del campo de lucha diaria que es paraSalazar, Manrique, Berger y Martínez Palau.Tampoco luce el Lazarillo de Tormes, sin embargo.todas las características propias del géneropicaresco que encabeza. Así que no me preocupasobremanera esa ligera distinción entre prototipo yseguidores.

7 Alvaro Cepeda Samudio. La casa grande (Bogotá: EdicionesMito. 1962); edición en inglés. La casa grande. tr. SeyrnourMenton (Austin: University ofTexas Press. 1991); Héctor RojasHerazo. Respirando el verano (Bogotá: Ediciones Tercer Mundo.1962); Gabriel Garcia Márquez. La hojarasca (Bogotá: EdicionesS.L.B.. 1955). No es tanto el carácter de Cepeda (o el de su

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escritura) .lo que me hace vacilar; es más bien laaceleración y lo esquivo de la historia en sí. Losreferentes originarios ya no son como eran; no semantienen estables. se erradican y se reinscriben.al invocarse ya señalan hacia otro punto en unproceso interminable de construir orígenes. Entérminos más concretos, mi investigación esreciente. la disciplina que propongo está apenas enciernes.

A lo mejor mañana alguien encuentra otrotexto anterior o más sustancioso que el que lespresento. Dejémoslo así: Alvaro Cepeda Samudioqueda como digno engendrador de la línea neo-colombiana, por ahora. Lo que importa es que sereconozca la existencia y valía de esa tradiciónnecolombiana, que pugna por figurar entre lasprincipales vertientes de la literatura hispano-norteamericana. Y entre tanto, todos estamos a laespera de que aparezca otra figura o figuras paracimentar la narración de sus bases históricas.

En Alvaro Cepeda Samudio. Todos estábwrws a la espera.Bogotá: Plaza y Janés. 1980.9-44 (ensayo).

Gómez Monedero. Alvaro. Cantata para delinquil: Bogotá:Plaza y Janés. 1991 (novela).

Manrique. Jaime. Colombian Gold: A Novel of Power andComJpcion. Tr. Sara Nelson y Jaime Manrique. Nueva York:Clarkson N. Potter. 1983 (novela).

.LatinMoon in Manhattan. Nueva York: Sto Martln'sPress. 1992 (novela).

.Scarecrow. Tr. Eugene Richie y Edlth Grossman.Nueva York: Groundwater Press. 1990 (poesía).

Márceles Daconte. Eduardo. Los perros de Benarés y otrosretablos peregrinos. Bogotá: Oveja Negra. sin fecha (cuentos).

Martínez Palau. Silvio. The English-only Restaurant. NuevaYork: Ediciones Pirata, 1990 (drama).

.Made in USA; Estudio en naturalezas muertas.Hanover. NH: Ediciones del Norte. 1986 (cuentos).

Mattel. OIga Elena. La gente. Bogotá: Instituto Colombianode Cultura. 1974 (poesía).

.Pentafonía. Medellín: Secretaría de Educación.Recreación y Cultura del Municipio de Medellín. 1975 (poesía).

Noriega. Teobaldo. Candela viva. Madrid: Pliegos. 1984(poesía).

.Duende de noche. Madrid: Pliegos, 1988 (poesía!.acampo Zamorano. Alfredo. Almofrez (Poemas seleccionados

y nuevos), 1960-95. Cali: Instituto Colombiano de Cultura, 1986(poesía).BIBLIOGRAFIA

Arango-Franco. Alfredo. "Literatura colombiana de NuevaYork: De la sombra a la marginalidad" (ensayo inédito).

Bedoya. Luis Iván. Biografta. Medellín: Ed. Otras Palabras.1989 (poesía).

Canto a pulso. Medellín: Ed. Otras Palabras. 1988

.Oficio de amor: Polifonía de homenaje a la mrger:Bogotá: Ediciones Tercer Mundo. 1978 (poesía).

.Poemas reunidos. Bogotá: Instituto Colombianode Cultura. 1974 (poesía).

Pineda Botero. Alvaro. Diálogo imposible. Bogotá: TercerMundo Editores. 1981 (novela).

.Gallinazos en la baranda. Bogotá: Plaza y Janés.1986 (novela).

.Trasplante a Nueva York. Bogotá: Oveja Negra.1983 (nouvela).

Romero. Armando. La casa de los veespertUios. Caracas:Monte Avila. 1982 (cuentos).

.El demonio y su mano. Caracas: Monte Avila. 1975(cuentos).

Salazar. Boris. La otra selva. Bogotá: Tercer Mundo Editores,1991 (novela).

Zalamea. Luis. El círculo del alacrán. Bogotá: Tercer MundoEditores, 1991 (la ed., Miami: Ediciones Universal, 1990),(novela).

(poesía).Berger. Andrés. "El afilador". Revista Chicano-riqueña 10

(1982): 171-79 (cuento).."Cartas a mi amante". The Americas Review 15.2

(1987): 12-27 (cuento).Cepeda Samudio. Alvaro. Todos estábamos a la espera.

Bogotá: Plaza y Janés. 1980 (1954) (cuentos). Tercera edición.1993. El Ancora. Bogotá.

.Antología. Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura.1977 (prosa. poesía. ensayos).

Falquez-Certaln. Miguel. Reflejos de una máscara (1968-82).Nueva York: Ed. Marsolaire. 1986 (poesía).

Gilard. Jacques. "Prólogo: Los cuentos de Cepeda Samudio".

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