Niña esclava obsequiada a Manuela Sáenz de 5 años junto con Nathan, su prima como muestra de amor

paterno.

Jonatás una negrita mayor que manuela tres años, se convierte desde ese momento en compañera de vida de

Manuela.

Jonatás al igual que los demás esclavos e

indígenas eran maltratados y

distanciados pues eran considerados por los patrones como gente

bruta, sucia, maloliente entre otros

desprecios, por lo cual la tía de Manuela trato

de distanciarla de ella, esas confianzas

con la servidumbre eran repudiadas.

Cuando separaron a manuela de sus amigas,

Jonatás esperaba ansiosa los fines de semana y

las vacaciones para volver a las jugarretas con su

amita, tiempo después Manuela le enseño a leer.

Cuando fue adolescente, Jonatás disfrutaba más

mirándose al espejo, junto con su prima y Manuela, estaban reconociéndose

como jovencitas, jugando a disfrazarse de gente

grande y a pintarse la cara.

Jonatás, su prima y la amita, habían planeado

conocer en vacaciones “los pecados de la carne”, cada una había averiguado por su parte en que consistía.

Jonatás descubrió que su madre conservaba el olor de

los recuerdos y encontró que los ojos de Eulalio- uno de sus

tantos primos- eran los mas hermosos y brillantes que

había visto.

Esa misma noche, mama Antonia con rituales cantos y brebajes la declaro protegida

y lista para iniciarse en placeres y gozos, y para no

parir esclavos.

Y en el cañaveral despertó en brazos del negro de ojos

hermosos y brillantes.

Cuando la amita se

casó, Jonatás y su prima

viajaron con ella hasta

Lima, donde viviría con su

esposo, cuando llegaron al

Callao, se sintieron felices

negros y negras actuando

como gente libre, se

alegraron de salir del frio

de Quito.

En Lima, la mita la entreno

junto con su prima para

hacerse amigas de

guardias y sirvientes a

quienes con alimentos y

favores especiales les

sacaban chismes y

secretos.

Los primeros días de

febrero del año

22, Jonatás y su prima se

embarcaron junto con la

amita hacia Guayaquil

impulsadas por la

emoción de la guerra

libertadora llevan a su

paso información a cada

caserío sobre la

proximidad de la libertad.

Siempre acompañando la

amita, se disponen a

llevar información y

colaborar en cuanta

locura incurre la amita

por su amor al libertador

Bolivar.

Cuando hubo un motín en Quito, en contra del libertador, y después de haber enfrentado a los alzados, regresan a Lima, donde se encuentra el señor Thorne y Bolívar ,llevando consigo, el archivo personal que el le encargo a Manuela.

Jonatás y su prima, nacidas en la esclavitud y regaladas a Manuela Sáenz desde muy niñas la acompañaron fielmente en todos sus viajes con el libertador, en el momento en que el concentrado en sus republicas y en recobrar el control de ellas, despreció y aparto a Manuela de su vida. En todos esos momentos ellas la acompañaron con fidelidad y cariño.

Jonatás y su prima, fueron encerradas varios días, junto a

otros criados, apaleados y bañados con agua fría después de defender a su amita, luego

que una turba tratara de lincharla en su quinta de

Bogotá por defender al Libertador. Hasta que fueron

expulsadas de Colombia en el año 34.

Jonatás siempre acompañando a su amita, aún en los

momentos que no tenía dinero o posesiones para vender y con

agüitas trataba de espantar el hambre hasta el final, en el

puerto de Paita..