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Callejolandia http://www.jesuscallejo.es El lenguaje sagrado de los símbolos

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EL LENGUAJE SAGRADO DE LOS SÍMBOLOSEL LENGUAJE SAGRADO DE LOS SÍMBOLOS Más de una vez me han preguntado si existe un idioma universal por el cual podamos entender esos arcanos secretos que están ocultos en algunos templos religiosos sean catedrales cristianas o pagodas budistas. Ese idioma existe y es común a todas las culturas y creencias. Son los símbolos, tan universales que muchos de ellos son auténticas imágenes arquetípicas del conocimiento humano. Símbolo proviene de la palabra griega symbolei, que significa "lo que une". Es un lenguaje especial y universal, representado por diversos signos, cuya finalidad última transciende a la mera representación gráfica: sería la de unirnos a nuestro ser real. Se podría decir que es el lenguaje de nuestra conciencia profunda, gracias al cual podemos entender las verdades más profundas a través de los símbolos más sencillos como son las cruces, los círculos, los laberintos, las serpientes... Los signos y símbolos en su origen fueron muy pocos y están formados por puntos, líneas y tres figuras geométricas básicas: el cuadrado, el triángulo y el círculo, así como sus posibles combinaciones. Son representaciones de fenómenos naturales y simboliza al sol, la luna, el fuego, el relámpago, el agua... Todos ellos, en sus expresiones más simples o más complejas, se remontan a una época indeterminada y antes de que aparecieran reflejados en piel, papiro o en papel, ya estaban dibujados en las cuevas prehistóricas, grabados en el suelo —geoglifos— o en las piedras y rocas —petroglifos—. Todas estas figuras se pueden considerar como mágicas desde el momento que han formado parte de los cultos, rituales y creencias más profundas de los primeros humanos y además han servido para confeccionar talismanes que los protegieran contra los espíritus y las fuerzas del mal. El investigador Oswald Wirth ha llevado a cabo exhaustivos estudios sobre el uso de figuras y símbolos simples —como la cruz, la esvástica, las rosetas, los círculos cruzados, etc— y llega a la conclusión de que todos ellos sugieren la relación existente entre la escritura a base de dibujos y los símbolos, que él llamó "la sagrada escritura primitiva de la Humanidad". Está a favor de la teoría de la difusión cultural a partir de la Atlántida y cita, entre otros ejemplos, ciertos dibujos antiguos o tallas que representan barcos ceremoniales, barcas del sol o barcos sagrados, que se encuentran en zonas tan distantes como Egipto, la isla de Pascua, Sumer, California, el norte de España y Suecia. Deberíamos hacer caso a lo que dijo todo un experto en la materia, Mircea Eliade, en su obra Imágenes y símbolos: "El símbolo revela ciertos aspectos de la realidad —los más profundos— que desafían todo medio de conocimiento". En este artículo no pretendo ser exhaustivo en el acercamiento a estos símbolos básicos y, a sabiendas de que "no son todos los que están", señalaré algunos considerados universales, representados por numerosas culturas de lugares y



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tiempos distantes, a modo de sagrado lenguaje gráfico solo apto “para aquel que tenga ojos para ver”. El PuntEl Puntoo . Es el origen de todas las cosas. No tiene dimensión y, sin embargo, genera la totalidad de lo que existe. El punto se asocia a la Divinidad: el origen de todo. El punto es adimensional y cuando empieza a moverse o vibrar crea un elemento bidimensional que es la línea y ésta crea la superficie y ésta, a su vez, el volumen, es decir, lo tridimensional. Por lo tanto, el punto es la fuente de toda manifestación. El CírculoEl Círculo Según los documentos más antiguos no hay un criterio unánime en determinar si fue el círculo o la esvástica el símbolo más generalmente empleado como representación natural del Sol. Los primeros humanos quisieron representar, evocar y fijar a este astro, fuente de fuego, de luz y de vida, que tanto les atemorizaba y les despistaba, pues al anochecer desaparecía y las tinieblas lo invadían todo hasta el día siguiente. El Círculo es la unidad y con un punto en el centro, la divinidad. En los textos alquímicos antiguos, el círculo coronado por una cruz es el símbolo del hierro y del sol. El círculo, a su vez, simboliza la espiral o la hélice, figuras geométricas que regresan a un punto más elevado que el anterior y representan mejor los cambios con relación al punto anterior. Este signo decora numerosos pantáculos astrológicos y alquímicos. Pitágoras simbolizó todos los acontecimientos del universo, incluidos los del hombre en los planos material y espiritual, con un círculo. Consideraba que todo en el universo se repite y el hombre al morir debía regresar a la vida para cerrar nuevamente el círculo. La EspiralLa Espiral Es la expresión de todo lo que se mueve en el Universo, por lo tanto es la energía cósmica en movimiento. En el sistema jeroglífico egipcio, este signo, que corresponde a la letra vau hebrea,



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designa las formas cósmicas en movimiento. Se relacionan especialmente con la espiral los lazos y las serpientes. Ya las antiguas tradiciones distinguían entre la espiral creadora, que se representaba dextrógira —hacia la derecha— y la destructora o torbellino, que se representaba levógira —hacia la izquierda—. Hasta se ha considerado una figura destinada a provocar el éxtasis con su mera contemplación como si se tratara de una sofisticado y potente mandala, capaz de alterar el estado de conciencia ordinario. Es imposible datar las primeras espirales grabadas en piedra. Las vemos en los mounds norteamericanos, en la selva amazónica y en varias zonas de Colombia y de Perú. En algunas ocasiones se encuentran dos espirales unidas como si se trataran de un 8 que a su vez es otro símbolo universal: el infinito en las Matemáticas y el yin y el yang de los taoistas. La RuedaLa Rueda Es un elemento muy extendido con gran aplicación en el arte ornamental y en la arquitectura, a veces usado como emblema solar. Uno de los conceptos más divulgados en la antigüedad es la idea del sol como rueda. Por ejemplo, en los mitos griegos Faetón condujo incorrectamente el carro del sol y abrasó la Tierra. Para René Guenón, el símbolo céltico de la rueda se conservó durante la Edad Media y ejemplos representativos de la rueda son los óculos de las iglesias románicas y los rosetones de las catedrales góticas. Indica también que hay una innegable relación entre la rueda y las flores más emblemáticas, como es la rosa en la cultura occidental y la flor de loto en las orientales, es decir, que hay una evidente asociación con las figuras mandálicas. No olvidemos que la décima carta del tarot es la Rueda de la Fortuna, una alegoría que reposa sobre el simbolismo general de la rueda y de la vida. Citemos también los trisqueles de las culturas célticas y las ruedas de fuego que conmemoran una fiesta con hondas raíces precristianas que se celebran en la noche de San Juan. Viejos símbolos paganos que han perdurado hasta hoy en día con el mismo simbolismo de protección solar.



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La CruzLa Cruz Nos encontramos ante un signo universal que ha sido muchas veces manipulado con intenciones partidistas. Como dice Pierre Vincent Piobb, el origen de todas las cruces está en la simple figura que en una circunferencia constituye dos diámetros que se cortan perpendicularmente. No es posible determinar donde aparece este signo por vez primera. De lo que no hay duda es que la cruz, en sus numerosas versiones, posee abundantes referencias en todas las civilizaciones conocidas. Es el símbolo predilecto de las culturas precolombinas y de numerosos dioses egipcios. Los monarcas babilonios portaban cruces colgadas en su cuello a modo de talismanes sagrados. Siempre hay algún atlantólogo que opina que la cruz y la esvástica provienen de la Atlántida puesto que es venerada en ambos lados del Atlántico. Es célebre la anécdota histórica de que las tropas de Hernán Cortés se quedaron sorprendidas al comprobar que los indígenas aztecas —y, antes que ellos, los mayas— ya conocían el emblema de la cruz asociado a sus dioses. En Egipto fue uno de sus símbolos más importantes: el ankh o cruz ansada, también llamada llave del Nilo. La Esvástica o cruz gamadaLa Esvástica o cruz gamada La cultura de la esvástica se ha extendido por el mundo entero. Un autor como Emilio Ribas, en su obra Enigmas del pasado, expone que su centro de difusión fue precisamente la Atlántida. Se



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cree que en los primeros lugares donde apareció representada fue en la cuenca del Indo. De hecho, la palabra procede del sánscrito. La esvástica está muy relacionada con la rueda solar —y así se la representa en algunas partes de la India—, con la diferencia de que la esvástica indica el sentido en el cual se ejercen las fuerzas periféricas, según la disposición en que se encuentren sus aspas. Se encuentra por doquier tanto en las ruinas del Templo del Sol de Tiahuanaco como en otras partes de América, estando considerado como uno de los símbolos más antiguos del mundo. La encontramos en la Creta prehelénica, en Mesopotamia, en Sumer, en el Egipto predinástico, en el Tibet, en la China o en el País Vasco —el laburu—. Recibió el nombre de "cruz gamada" por estar formada por cuatro gammas griegas y es el símbolo de la acción, de la luz y la fuerza. En los tiempos modernos, por influencia del nazismo, la esvástica se ha convertido en algo satánico. Pero sus connotaciones van más allá de lo mitológico. Cuando los físicos norteamericanos C. J. Ransom y Hans Schluter expusieron el gas hidrógeno a los efectos de la electricidad y al magnetismo, el hidrógeno se dividió para formar la silueta de una esvástica. Dedujeron que un cometa, al pasar a través del campo magnético de la Tierra, podía haber creado un efecto similar a la vista de gran parte de la humanidad. De ser así, entonces este símbolo universal pudo haberse aparecido por vez primera como un fenómeno de tipo natural, pero los observadores lo tomaron más bien como una señal sobrenatural y divina. El nombre chino de la esvástica es Lei Wen que significa "rodillo del trueno", indicando prosperidad, buena suerte y larga vida. El emperador Wu —684-704— ordenó su empleo como signo del sol. El LaberintoEl Laberinto

De nuevo nos encontramos ante un símbolo de gran fuerza en todo el mundo, objeto de fascinación por parte de los humanos. Así como el círculo es universalmente reconocido como símbolo de totalidad y unidad, la espiral lo es de transformación y crecimiento. Los primeros



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ejemplos conocidos se sitúan en la cuenca del Mediterráneo, sobre todo en Creta. Como diseño o dibujo ha aparecido en numerosas culturas representando diferentes significados astronómicos y místicos. El laberinto clásico suele tener tres o siete círculos, en todo caso un número impar. Es más que probable que ciertos templos iniciáticos se construyeran de este modo por razones que sólo conocían los sumos sacerdotes, pero que sin duda tendría que ver con la búsqueda espiritual, con la muerte y el renacimiento, sorteado el adepto o neófito diferentes pruebas en el camino. El más conocido es el que está situado en el suelo de la catedral de Chartres, en París, un circuito de once vueltas que conduce siempre hacia el centro. Hasta se creía que habían sido diseñados para que los demonios entrasen en él, se perdiesen en sus vericuetos y nunca más pudieran salir. Según Waldemar Fenn, ciertas representaciones de laberintos circulares o elípticos, de grabados prehistóricos, como los de Peña de Mogor —Pontevedra—, han sido interpretadas como diagramas del cielo, es decir, como imágenes del movimiento de los astros. El Triángulo El Triángulo El tres es la manifestación expresada en un plano superior. Su más alta significación aparece como emblema de la Trinidad. Según su vértice esté para abajo o para arriba significa cosas distintas. Con el vértice hacia arriba sería la materia en el plano de la energía, simboliza el fuego y el impulso ascendente de todo hacia la unidad superior. Con el pico hacia abajo, sería la manifestación de la energía en la materia y simboliza al agua. El triángulo rematado por cuernos era el símbolo cartaginés de la diosa Tanit. El triángulo coronado por una cruz fue muy utilizado en las anotaciones alquímicas y en los gremios corporativos medievales. La Estrella de cinco puntas: PentalfaLa Estrella de cinco puntas: Pentalfa Es una estrella de cinco puntas ejecutada en un solo trazo. Este signo, como todos los que se reseñan en este artículo, pertenece a los albores de la Humanidad y tampoco existe un cuándo o un cómo surgió. Sencillamente, ha estado ahí siempre, como símbolo universal de numerosas culturas, anterior a los caracteres escritos. Los pitagóricos denominaban a este signo Pentalfa.



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La Estrella de cinco puntas es un símbolo del hombre, no sólo por su parecido físico al hombre geométrico de Vitrubio, sino porque sus lados encierran la proporción áurea, número misterioso y sagrado que aparece en la naturaleza, en todas las formas de vida y en el hombre. Los sacerdotes celtas o druidas, la llamaban "pie de bruja" siendo para ellos un símbolo de la divinidad. Se trata de uno de los principales signos de la magia y en ocasiones se la ha denominado como pentagrama o pantáculo. Para los místicos, el cinco es el número del hombre cósmico, el hombre crucificado en el Universo, dominando los cinco elementos de la naturaleza. Para los alquimistas es la quintaesencia del hombre, la consciencia, conocido durante la Edad Media con el sugestivo nombre de "la cruz del trasgo" muy abundante en las marcas de cantero de algunas catedrales. Representa también los cinco sentidos corporales aunque los judíos lo consideraban como la representación de sus cinco Libros Mosaicos. Dentro de las supersticiones populares, se le ha tenido como emblema protector contra los demonios —siempre con el vértice para arriba, magia blanca, teurgia— y por analogía símbolo de seguridad, aunque cuando el signo se invertía colocando el vértice para abajo, se le ha asociado a los cultos satánicos. La Estrella de seis puntas: sello de SalomónLa Estrella de seis puntas: sello de Salomón

Dos triángulos completos y superpuestos da lugar a una estrella de seis puntas que a la vez es un poderoso talismán, llamado "sello de Salomón" o “estrella de David”, que además de ser el símbolo primordial del judaísmo, representaría al Universo establecido de manera armónica, donde la materia y la energía están equilibrados. A causa de su simetría geométrica, el hexagrama ha sido un símbolo popular en muchas culturas. Los esoteristas creen que el triángulo que señala hacia abajo representa la sexualidad femenina, y el triángulo que señala hacia arriba, la sexualidad masculina. Su combinación simboliza la unidad y la armonía. En la alquimia, los dos triángulos simbolizan el fuego y el agua, la conciliación de los opuestos. Según Juan Eduardo Cirlot también simboliza al alma humana.



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La SerpienteLa Serpiente

No sólo representa al animal, al reptil, sino a la vibración, a lo energético. Cuando una cultura primitiva dibujaba o grababa una línea ondulante a modo de serpiente en el suelo o en las paredes, estaba representando la energía de la Tierra que, por lo general, estaba asociado a un culto a las serpientes. Si la serpiente es alada, significa que maneja una alta energía —el dragón— si no tiene plumas, es terrestre, de baja vibración. En la India las serpientes son poderes protectores de las fuentes de la vida y de la inmortalidad. En Occidente, Bayley interpreta que la serpiente, similar a las ondas marinas, puede simbolizar la sabiduría abisal. La serpiente emplumada representa a un dios civilizador de mesoamérica, a Quetzalcoalt o Kukulcán, pero también a la kundalini de los mitos hindúes enrollada en sí misma en forma de anillo dispuesta a despertar los siete chakras, a matar o a iluminar a aquel que ose "jugar" con ella. La serpiente desempeñó un papel muy importante entre algunas sectas gnósticas, especialmente entre los ofitas y los nasenios —de naas, serpiente—. Hipólito, autor de dicha doctrina, sentencia diciendo que la "serpiente vive en todos los objetos y en todos los seres". La EscaleraLa Escalera



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Aparece con mucha frecuencia en la iconografía universal, englobando las ideas generales de ascensión, comunicación entre dos mundos o dos niveles. En el sistema jeroglífico egipcio, la escalera se halla como signo determinativo para el acto de subir. Con frecuencia el número de escalones nos suministra una información valiosa dentro del simbolismo numérico, según sean tres, cuatro o siete. Entre los egipcios los escalones suelen ser nueve y en muchas tumbas egipcias se han encontrado amuletos en forma de escaleras de mano. La representación esquemática de la escalera la encontramos en sitios tan distantes como Ollataytambo, en Perú o en algunas islas del Pacífico, e incluso en la toponímia de algunas localidades.

9 de noviembre de 2007

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