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    APOLOGADE

    SCRATESJenofonte

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    SOBRE LA APOLOGA DE JENOFONTE

    Sabemos que la muerte de Scrates provoc una serie de obras de tipo apologtico(apologas) y tambin acusatorio (kategora), como la del sofista Polcrates. Entre lasdefensas o Apologas se pueden citar, la de Lisias( perdida), la de Platn y la Jenofonte. Ensiglos posteriores escribieron tambin Apologas sobre Scrates: Teodectes de Faselis,Demetrio de Falero, Plutarco, y la declamacin de Libanio. Acerca de la Apologa deJenofonte, nadie dud, en la antigedad, acerca de sus autenticidad: Digenes Laercio (II57) la cita como suya, lo mismo que Ateneo (218 E). Ser en la Modernidad, Wilamowitzquien la considere como inautntica. La obra fue escrita por Jenofonte entre el 394 y el 387.Parece que al escrito de Polcrates le sigui la defensa de Lisias y el captulo 1 de losRecuerdos de Jenofonte. A continuacin habra escrito Platn la suya, y sta fue seguidapor la de Jenofonte, en protesta, segn Shanz, contra las libertades que se tom Platn alcomponer su Apologa. Como no haba estado presente en el juicio, Jenofonte acude altestimonio de Hermgenes, amigo suyo y testigo de la muerte del maestro, como puedeverse, incluso en el Fedn (59 b). Jenofonte no pretende hacer un reportaje exacto deljuicio, sino exponer la sublime actitud y altivo lenguaje ante el jurado de un Scrates queestaba convencido que era un buen momento para morir (eukira).Es esta una diferenciaesencial con la Apologa de Platn: all Scrates se enfrenta a la muerte a partir de su fe enuna vida posterior (doctrina tambin presente en el Fedn). Jenofonte no habla para nada deeste tipo de creencia, sino que afirma que Scrates basaba su satisfaccin en la idea deevitar los achaques de la vejez. Mientras que para Platn la muerte parece ser laconsecuencia lgica y trgica del cumplimiento de una misin, para Jenofonte representauna meta deseable en s. La Apologa de Jenofonte se puede dividir en tres partes:

    1. La primera parte viene a ser como una introduccin a las palabras de Scrates anteel tribunal. En ella, Jenofonte se propone explicar los motivos de su actitud altiva(megalegora). Para ello, introduce un relator en la persona de Hermgenes. Atravs suya nos enteramos que Scrates se niega a defenderse porque su vida enteraha sido una apologa y porque su genio divino (daimon) se opone a que prepare sudefensa. Adems, Scrates afirma que es un buen momento para morir.

    2. La segunda parte, constituye la parte central de la Apologa y en ella Scratesrealiza su discurso ante el jurado. Primeramente recuerda la doble acusacinrealizada en contra suya: Asebeia (impiedad) y Corrupcin de la juventud. Susafirmaciones relativas a las advertencias de la voz divina provocan las protestas y elmalestar del tribunal. A tales protestas, Scrates contesta que segn el Orculo deDelfos, l es el hombre ms sabio y ms justo de Atenas. Las protestas se agudizanan ms, siendo declarado culpable. Al mismo tiempo, se niega a proponer una pena

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    alternativa a la muerte as como a evadirse cuando sus amigos se lo piden. Scratesno est dispuesto a escapar a la muerte.Hecha pblica la condena, Scrates toma de nuevo la palabra para sealar que notiene conciencia de haber cometido ninguna de las faltas de las que se le acusa.Profetiza que la vergenza ser para quienes le han condenado injustamente. El

    futuro, seala, del mismo modo que a Palamedes, le har justicia.3. En la tercera parte, Scrates abandona el tribunal con una mirada y una actitud muyserena, en concordancia con las palabras que acababa de pronunciar. Ante laafliccin de sus amigos, les recuerda la oportunidad de su muerte. Ancdota relativaa Apolodoro y severa advertencia de Scrates respecto de Anito, con la prediccinsobre el sombrio futuro de su hijo. La Apologa finaliza con algunas observacionesde Jenofonte y un eplogo.

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    PRIMERA PARTE

    Creo que merece la pena recordar tambin con qu actitud deliberada reaccion Scrates,

    cuando fue citado a juicio, tanto en lo relativo a su defensa como ante su muerte. Es verdadque otros han escrito ya sobre ello, y todos han coincidido en la altanera (1) de su lenguaje,lo que demuestra evidentemente que es as como se expres, pero una cosa no dejaronsuficientemente clara, y es que haba llegado a la conclusin de que para l la muerte era yaen aquel momento preferible a la vida; con esta omisin resulta que la altanera de sulenguaje parece bastante insensata. Sin embargo, lo que ha contando sobre l su compaeroHermgenes (2), hijo de Hipnico, explica que su lenguaje altanero se corresponda con sumanera de pensar. En efecto, al ver que hablaba de toda clase de temas ms que de sujuicio, le pregunt: No deberas examinar, Scrates, los argumentos de tu defensa?. Yque Scrates de entrada le respondi: No crees que me he pasado la vida preparando midefensa?. Y al preguntarle l: Cmo es eso?, le respondi: Porque a lo largo de todami vida no he cometido ninguna accin injusta, que es precisamente lo que yo considero lamejor manera de preparar una defensa. Y al preguntarle Hermgenes de nuevo: No vescmo a menudo los tribunales atenienses, dejndose arrastrar por discursos persuasivos,han condenado a muerte a personas inocentes y como, en cambio, con frecuenciaabsolvieron a culpables, o bien compadecidos por sus discursos o bien porque hablabanadulndoles?. Pero, por Zeus!, respondi Scrates, es que dos veces que intentexaminar mi defensa se me opuso el genio divino. (3) Y como l por su parte le contest:Qu cosas ms raras dices!, Scrates le respondi a su vez: Te parece raro quetambin la divinidad crea que para mi es mejor que muera ahora? No sabes que hasta elmomento presente a nadie le reconocera haber vivido mejor que yo? Y, lo que todava esms agradable, yo tena conciencia de haber vivido mi vida entera en la piedad y en lajusticia, de modo que, sintiendo por mi mismo una gran estima, me daba cuenta de que losque me frecuentaban experimentaban hacia m el mismo sentimiento. En cambio ahora, sisigue prolongndose mi edad, s que necesariamente tendr que pagar el tributo a la vejez,ver peor, or con ms dificultad, ser ms torpe para aprender y ms olvidadizo de lo queaprend. Ahora bien, si soy consciente de mi decrepitud y tengo que reprocharme a mmismo, cmo podra seguir viviendo a gusto?, segua diciendo Scrates. Y aun puedeocurrir que la divinidad en su benevolencia me est proporcionando incluso no slo elmomento ms oportuno de mi edad para morir, sino tambin la ocasin de morir de lamanera ms fcil. (4) En efecto, si ahora me condenan, es evidente que podr utilizar el tipode muerte considerado el ms sencillo por quienes se ocupan del tema, y el menosengorroso para mis amigos, al tiempo que infunde la mayor aoranza hacia los muertos,pues el que no deja ningn recuerdo vergonzoso o penoso en el nimo de los presentes, sinoque se extingue con el cuerpo sano y con un alma capaz de mostrar afecto, cmo no va aser a la fuerza digno de aoranza? Con razn los dioses se oponan entonces a lapreparacin de mi discurso de defensa, cuando nosotros creamos que haba que buscarescapatorias por todos los medios. Porque si hubiera llegado a conseguirlo, es evidente que,en vez de terminar ya mi vida, me habra preparado para morir afligido por lasenfermedades o la vejez, a la que afluyen todas las amarguras, con absoluta privacin dealegras. No, por Zeus!.

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    SEGUNDA PARTE

    Hermgenes -contaba que les haba dicho-,no ser yo quien est deseoso de tal situacin,sino que, si disgusto a los jueces exponindoles todas las ventajas que creo haber obtenidode los dioses y de los hombres, as como la opinin que tengo de m mismo, en ese casoantes elegir morir que seguir viviendo servilmente, mendigando el beneficio de una vidamucho peor que la muerte. Hermgenes contaba que con estas ideas, una vez que leacusaron sus adversarios en el juicio de que no crea en los dioses que reconoca la ciudad,sino que trataba de introducir nuevas divinidades y corrompa a la juventud (5), compareciante el jurado y dijo: Una cosa que me sorprende ante todo, jueces, es en qu opinin seapoya Meleto para afirmar que no creo en los dioses que reconoce la ciudad, puesto quetanto los que se encontraban presentes como el propio Meleto (6), si lo deseaba, podanverme cuando haca sacrificios en las fiestas de la ciudad y en los altares comunales. Y encuanto a nuevas divinidades, cmo podra introducirlas al decir que una voz divina se memanifiesta para darme a entender lo que debo hacer? (7) Pues tambin los que utilizan losgritos de los pjaros y las palabras humanas apoyan en voces sus conjeturas. Discutiraalguien que los truenos sean voces o un presagio muy importante? Y la sacerdotisa quetiene su sede en su trpode de Delfos (8) O no comunica tambin ella los orculos del diospor medio de la voz? Es cierto que todos saben y creen que la divinidad conoce el futuro ylo anuncia a quien quiere, igual que yo lo digo. Pero mientras ellos llaman augurios, voces,encuentros fortuitos y adivinos a los que les dan advertencias, yo a eso lo llamo geniodivino, y pienso que al llamarlo de esta manera me expreso con mayor verdad y mspiadosamente que los que adjudican a las aves el poder que tienen los dioses. Y sta es laprueba de que no miento contra la divinidad: habiendo anunciado a muchos amigos moslas advertencias de la divinidad, en ningn caso result haberme equivocado. Y como, alor estas palabras, los jurados se ponan a protestar, unos desconfiando de sus afirmacionesy envidiosos otros de que tambin de los dioses obtuviera mayores favores que ellos,contaba que Scrates haba seguido diciendo: Ea, escuchad tambin otra cosa, para quequienes de entre vosotros lo deseen desconfen todava ms del favor con que he sidohonrado por los dioses. Un da que Querefonte (9) acudi al orculo de Delfos parainterrogarle acerca de m, en presencia de muchos testigos le respondi Apolo que ningnhombre era ni ms libre, ni ms justo, ni ms sabio que yo. Y que, como naturalmente losjurados todava alborotaban ms ante esta respuesta, Scrates habl de nuevo: Sinembargo, seores del jurado, el orculo divino dijo cosas ms importantes sobre Licurgo(10), el legislador de Lacedemonia, que sobre mi, pues se cuenta que al entrar en el templose dirigi a el dicindole: Me pregunto si debo llamarte dios u hombre. A m no me

    compar con un dios, pero juzg que destacaba mucho sobre el resto de los hombres. Sinembargo, no por ello tenis vosotros que creer al dios por las buenas, sino que debisexaminar cada uno de los elogios que hizo de m. En efecto, a quin conocis que seamenos esclavo que yo de las pasiones del cuerpo?, qu hombre veis que sea ms libre queyo, que no recibo de nadie regalos ni salario?, a quien podrais considerar razonablementems justo que a un hombre que est acomodado a lo que tiene y que no necesita ningnbien ajeno? Y en cuanto a sabio, cmo se podra con razn negar que lo es un hombrecomo yo, que desde que empec a comprender (11) lo que se deca nunca dej, en la

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    medida de mis posibilidades, de investigar y aprender todo lo bueno que pude? Y de laeficacia de mis esfuerzos, no os parece que tambin es una prueba el hecho de que muchosciudadanos que aspiran a la virtud, y tambin muchos forasteros, me prefieran a m entretodos para ser mis discpulos? Cul diramos que es el motivo de que, a pesar de sabertodos que en absoluto podra corresponder, por falta de dinero, sin embargo, muchos estn

    dispuestos a hacerme algn regalo? O el hecho de que nadie me reclame el pago de algnfavor y, en cambio, muchos reconozcan que me deben gratitud? O que, durante el asedio(12), mientras otros se compadecan por su suerte yo no viva con ms apuros que cuandola ciudad gozaba de mayor prosperidad? O por qu los otros se procuran en el mercadobocados exquisitos a muy alto precio, mientras yo me ingenio de mi alma placeres msagradables que ellos sin ningn gasto? (13)Y si nadie verdaderamente podra refutarmenada de cuanto he dicho de m mismo, alegando que miento, cmo no sera elogiado enjusticia tanto por los dioses como por los hombres? Aun ms, Meleto, t afirmas quecorrompo a los jvenes con esta conducta? Todos sabemos sin duda qu clase decorrupciones afectan a la juventud; dinos entonces si conoces algn joven que por miinfluencia se haya convertido de po en impo, de prudente en violento, de parco enderrochador, de abstemio en borracho, de trabajador en vago, o sometido a algn otroperverso placer. Por Zeus!, dijo Meleto, yo s de personas a las que has persuadidopara que te hicieran ms caso a ti que a sus padres. Lo reconozco, contaba que habadicho Scrates, al menos en lo que se refiere a la educacin, pues saben que me hededicado a ello. Pero en cuestin de salud las personas hacen ms caso de los mdicos quede sus padres, y en las asambleas prcticamente todos los atenienses atienden ms a losoradores que hablan con sensatez que a sus parientes. Adems, no elegs tambin comogenerales, antes que a vuestros padres y a vuestros hermanos, incluso, por Zeus!, antes quea vosotros mismos, a quienes consideris que son ms entendidos en materias blicas?.As es, Scrates, dijo Meleto, porque as conviene y es la costumbre.Pues en esecaso,le dijo Scrates, no te parece tambin extrao que, mientras que en las demsactividades los que destacan en ellas no slo alcanzan igual participacin sino que recibenhonores preferentes, yo, en cambio, por el hecho de que algunos me consideren el mejor enque es el mayor bien para los hombres, me refiero a la educacin, me vea acusado por ti enuna acusacin con pena de muerte?. Es evidente que se dijeron muchas ms cosas, tantopor parte de Scrates como de los amigos que hablaron en su defensa pero yo no puse todoel empeo en contar todo lo que se dijo en el proceso, sino que me conform con hacer verque Scrates se preocup por encima de todo en dejar claro que no haba cometido ningunaimpiedad con los dioses ni injusticia con los hombres; y en cuanto a no morir, l no creaque deba suplicar para evitarlo, sino que incluso pensaba que era un buen momento paraterminar su vida. Que sa era su manera de pensar se puso muy en evidencia cuando lavotacin de la sentencia fue negativa, pues en primer lugar, cuando se le invit a fijar porsu parte la pena, ni quiso hacerlo personalmente ni permiti que la fijaran sus amigos, sinoque incluso afirm que el hecho de fijar su pena equivaldra a reconocerse culpable. (14) Ensegundo lugar, cuando sus amigos quisieron sacarlo de la crcel furtivamente, no loconsinti, e incluso pareci burlarse de ellos al preguntarles si conocan algn lugar fueradel tica inaccesible a la muerte. Cuando termin el juicio, dijo Scrates:. Pues bien,seores, quienes instruyeron a los testigos hacindoles ver que deban testimoniar conperjurio contra m y los que se dejaron sobornar por ellos deben ser conscientes de habercometido un grave delito de impiedad y una gran injusticia. En cuanto a m, por qu mevoy a sentir menos orgulloso que antes de mi condena, puesto que no he sido convicto de

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    haber cometido ninguno de los delitos por los que me acusaron? Nunca se me ha visto, enefecto, haciendo sacrificios a nuevos dioses en vez de hacerlos a Zeus, Hera y los diosesque les acompaan, ni jurando ni reconociendo a otros dioses. Y en cuanto a losjvenes,cmo podra corromperlos acostumbrndolos a una vida de dureza y frugalidad?En lo que se refiere a los delitos castigados con la pena de muerte, el saqueo de templos, el

    robo con escalo (15), la esclavitud de un hombre libre, la traicin al Estado, ni siquiera mispropios adversarios me imputan ninguno de ellos. Por ello me pregunto con asombro cmopudo pareceros que yo haba llevado a cabo una accin digna de muerte.

    TERCERA PARTE

    Sin embargo, tampoco por el hecho de morir injustamente tengo que tener menos alta lacabeza, porque la vergenza no es para m sino para quienes me condenaron. Me consuelatodava el recuerdo de Palamedes (16), que muri de manera muy semejante a la ma. Aunahora sigue inspirando cantos muchos ms hermosos que Odiseo, que injustamenteocasion su muerte. S que tambin testimoniarn en mi favor el futuro y el pasado,haciendo ver que jams hice dao a nadie ni volv peor a ninguna persona, sino que haca elbien a los que conversaban conmigo, ensendoles gratis todo lo bueno que poda.Despus de pronunciar estas palabras se retir con semblante, actitud y paso sereno, muy deacuerdo con las palabras que acababa de pronunciar. Pero al darse cuenta de que susacompaantes estaban llorando, dijo: Qu es eso? Es ahora cuando os ponis a llorar?Acaso no sabis hace mucho tiempo que desde que nac estaba condenado a muerte por lanaturaleza? Sin embargo, si muero prematuramente en medio de una inundacin de bienes,es evidente que tendr que lamentarme tanto yo como mis amigos, pero si libero mi vida delas amarguras que me esperan, creo que todos vosotros debis congratularos pensando quesoy feliz.Estaba presente un tal Apolodoro (17), amigo apasionado de Scrates, pero persona simplepor lo dems, que dijo: Pero es que yo, Scrates, lo que peor llevo es ver que mueresinjustamente. Y entonces Scrates, segn se cuenta, le respondi, acaricindole la cabeza:Preferiras entonces, queridsimo Apolodoro, verme morir con justicia queinjustamente?, y al mismo tiempo le sonri. Se cuenta tambin que, al ver pasar a nito,dijo: Ah tenis a ese hombre lleno de orgullo, convencido de que ha llevado a cabo unahazaa grande y noble con haberme hecho matar porque, al ver que la ciudad le honrabacon las mayores distinciones, dije que no deba educar a su hijo en el oficio de curtidor(18). Pobre desgraciado, que no sabe, al parecer, que aquel de nosotros dos que hayadejado hechas las obras ms tiles y ms hermosas para siempre, se ser el vencedor! Pero-sigui diciendo- tal como Homero (19) ha atribuido a algunos de sus personajes en elmomento de su muerte pronosticar el porvenir, tambin yo quiero hacer una profeca . Tuveuna breve relacin con el hijo de nito y me pareci que no era de espritu dbil, por lo queafirmo que no permanecer en la vida servil que su padre prepar para l, sino que por notener ningn consejero diligente caer en alguna pasin vergonzosa y llegar lejos en lacarrera del vicio. Y no se equivoc con estas palabras, sino que aquel muchacho le tomgusto al vino y ni de da ni de noche dejaba de beber, y al final no fue de ninguna utilidad ni

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    para su ciudad, ni para sus amigos, ni para s mismo. En cuanto a nito, por la malaeducacin dada a su hijo, y por su propia falta de juicio, incluso despus de muertoconserva su mala reputacin. Al ensalzarse a s mismo ante el tribunal, Scrates despert elodio de los jueces y los impuls ms an a votar su condena. Por mi parte, creo que haalcanzado un destino grato a los dieses, pues abandon lo ms duro de la vida y encontr la

    ms fcil de las muertes. Demostr as la fortaleza de su espritu, pues cuando se dio cuentade que para l era preferible morir a seguir viviendo, lo mismo que no se opuso a los otrosbienes de la vida, tampoco se acobard ante la muerte, sino que la acept y la recibi conalegra.Por mi parte, cuando pienso en la sabidura y nobleza de espritu de aquel hombre, ni puedodejar de recordarlo ni, al acordarme de l, puedo dejar de elogiarle. Si alguno de los queaspiran a la virtud tuvo trato alguna vez con alguien ms beneficioso que Scrates,considero que tal hombre debe ser tenido por muy feliz. (20)

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    NOTAS

    (1) ALTANERIA EN EL LENGUAJE

    La denominada altanera que Scrates mantiene ante el Tribunal que lo juzga es una cosaevidente. En la Apologa de Platn tambin se nos muestra este tipo de actitud. Ahora bien,lo que sera absurdo es convertir a Scrates en un tipo chulesco al modo actual.La altanerade Scrates, enfrentado ante una acusacin que saba que era falsa e injusta,era debida:

    1. Segn Platn, por tener que defender contra viento y marea la veracidad eimportancia de lo que l consideraba su misin divinadentro de la ciudad. Ello dalugar a la presentacin de un Scrates aparentemente arrogante y seguro de smismo, incluso ante la muerte.

    2. Segn Jenofonte, su altanera ante el Tribunal, no estara relacionada tanto con lamisin a desarrollar en la ciudad como con el tpico cansancio de vivirdel hombregriego. Scrates, se siente mayor y con grandes posibilidades de tener queenfrentarse a una vejez ausente de la ms mnima calidad intelectual. Ante ello, lomejor es morir y, para ello, nada mejor que tratar con cierta arrogancia ysuperioridad a un Tribunal que no ha entendido para nada su concepcin y modo devida.

    (2) HERMOGENES

    En todos los testimonios se nos muestra como una persona que mantuvo una total lealtad a

    la figura de Scrates.

    (3) GENIO DIVINO

    Para expresar el concepto de genio divino Jenofonte emplea el neutro t daimnion , menoscomprometido que el masculino ho damon , expositor de un ser divino personal. En estesentido, para Jenofonte, el genio divino sera ms que un dios tradicional griego, un geniotutelar,bueno o malo, que acompaaba a cada hombre durante toda su vida. Al mismotiempo, el genio divino que Scrates afirmaba poseer lo convierte Jenofonte en una especiede divinidad anunciadora delfuturoe indicadora de lo que Scrates debera hacer.Por su parte Platn en (Fedn 107d, 108b, 113d) habla de un genio ti daimnion que le

    advierte no tanto de lo que debe hacer sino lo no debera obrar en un momentodeterminado.

    (4) MUERTE DULCE

    Se refiere a la muerte por absorcin de cicuta.El veneno provoca primero la hinchazn delas piernas y va subiendo hasta el corazn sin provocar ningn dolor.

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    (5) CORRUPCIN JUVENTUD

    La presentacin que hace Jenofonte acerca de la denuncia contra Scrates se diferencia dela que Platn nos ofrece en suApologa (24b) en lo siguiente: la acusacin de corromper ala juventud la sita Platn, contrariamente a Jenofonte, en primer lugar. A continuacin

    como 2 acusacin, Platn, tambin contrariamente a Jenofonte, sita la introduccin denuevos dioses.

    (6) MELETO

    Era un joven poeta trgico que por instigacin deAnitopresent bajo su nombre laacusacin contra Scrates. Platntambin lo cita en la Apologa (23e) y en el Eutrifrn(2b).

    (7) DEBER HACER

    En esta una diferencia clara de Jenofonte y Platn acerca de la naturaleza del daimonqueScrates deca poseer. Aqu vemos como, para Jenofonte, el daimon acta de modo positivoen Scrates dicindolo lo que debe hacer. En Platn, el daimon es simple disuasor y lesealaba a Scrates nicamente lo que no deba hacer.

    (8) TRPODE DE DELFOS

    Para referirse al trpode de Delfos, Jenofonte usa el trmino griegopit. Era este otronombre con que describa el santuario de Apolo, y describa a la serpiente a la que matoApolo con sus flechas antes de instalarse en el orculo.

    (9) QUEREFONTE

    Era el nmero uno de losfans de Scrates. En lo que se refiere a la naturaleza de supregunta, tampoco coincide Jenofonte con Platn.Platnen laApologa (21a) afirma que Querefonte no pregunta directamente al orculoacerca de si Scrates era el ms sabio, sino que pregunta acerca de si haba en Grecia algnhombre ms sabio que Scrates. La respuesta fue que NO.Por su parte,Jenofontedice que Querefonte pregunt al orculo si Socrtes era el hombrems sabio de Grecia. La respuesta fue que SI.Parece que tambin aqu, del mismo modo que en relacin con la funcin del daimonsocrtico, sale a relucir una diferente concepcin de la funcin del orculo.

    (10) LICURGO

    Herodoto tambin nos cuenta esta ancdota acerca deLicurgodel fundador de lalegislacin espartana.

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    (11) COMPRENSIN

    Hace referencia al momento en que tuvo uso de razn,es decir, al momento en quecomenz a entender el verdadero significado de las palabras. El dato parece indicar queScrates desde muy jovencito comenz a sentir inters por la filosofa.

    (12) ASEDIO

    Se trata del asedio al que someti a Atenas el generalLisandroen el ao 404, al final de laguerra del Peloponeso.

    (13) GASTO

    Alusin a un Scrates en donde lo que predomina es su carcter moralal modo de sudiscpulo Antstenes.

    (14) CULPABLEHay aqu otra nueva contradiccin con laApologade Platn.All, Scrates propone como pena alternativa que se le alimentara en el Pritaneoa costasdel Estado, para luego, ante la presin de sus amigos, ofrecerse a pagar una multade unamina, que podra llegar a 30 con un aval de sus amigos.Ahora, segn Jenofonte, Scrates se niega en redondo en solicitar ningn tipo de penaalternativa a la impuesta por el tribunal.

    (15) ROBO A ESCALO

    La palabra griega toichorycha designa expresamente la accin de perforar un muro deadobe para entrar a robar en casa.

    (16) PALAMEDES

    Combatiente en la guerra de Troya. Inventor de gran ingenio fue condenado a muerteinjustamente por la envidia de Ulises. Su leyenda fue muy famosa en los siglos V y IV.Gorgias compuso un Palamedes en cuyo comienzo haba una frase que repite la afirmacinde Scrates de que estamos condenados a muerte desde que nacemos.

    (17) APOLODORO

    Gran admirador de Scrates. Platn lo cita en el Banquete (172b) y en el Fedn (59a-b y117d).

    (18) CURTIDOR DE PIELES

    Este era el oficio de Anito. Aunque Scrates no despreciaba este oficio, pensaba que suhijo, bien dotado intelectualmente, poda dedicarse a cosa ms interesantes.

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    (19) HOMERO

    En Iliada XVI 851 y sigs, Patroclo al morir a manos de Hector le profetiza su prximamuerte a manos de Aquiles, y Hector en XXII 358 y sigs. le profetiza a Aquiles su muertepor obra de Paris y Apolo.

    (20) FELIZ

    Jenofonte termina irnicamente refirindose a una posibilidad que considera imposible.