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ISTMO AUTÓNOMO AÑO I / Nº 5 MARZO – ABRIL DE 2005 (Versión Electrónica)

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Page 1: Istmo autónomo año i n° 5 mar abr de 2005

ISTMO AUTÓNOMO

AÑO I / Nº 5 MARZO – ABRIL DE 2005

(Versión Electrónica)

Publicación Cultural del

Comité Autonomista Zapoteca “Che Gorio Melendre”

Tiraje en versión impresa: 1 000 ejemplares numerados.

Contacto: [email protected]

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ÍNDICE

Editorial...................................................................................................................................3

ENTREVISTA

Bidii na’ Binni Lidxu’: una plática con su representante........................................................4

ARTÍCULO

¡Ma’ zeeda Saa Guidxi! / Alexis Sepúlveda Chiñas................................................................8

BAÚL DE LETRAS

Tiro de Gracias / Lucía Bayardo...........................................................................................13

Memorial de 1 poeta detective

salvaje & temible turista / Luis Manuel H. Amador..............................................................16

Dos poemas / Mario Santiago Papasquiaro.........................................................................18

Yoo Lidxe’ / Natalia Toledo.................................................................................................20

En la inercia de mi paso / Vicente Martínez..........................................................................21

Ra ga’chi guipi’ / Martín Fuentes Castillo...........................................................................23

Vagones / Ibán de León Santiago.........................................................................................25

El Istmo de las Cinco Flores / Carlos Sánchez Martínez......................................................26

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EDITORIAL

"El Istmo es la casa de los cinco idiomas, hogar de diversidad y de cinco pueblos. Por la necesidad de emplear una imagen abstracta que representara al todo y no solamente a una parte, el Istmo quedó plasmado en un disco con cinco vírgulas de la palabra, equidistantes, y en movimiento. Las vírgulas nos remiten a la diversidad cultural, a las cinco lenguas y a las cinco eras de la humanidad en nuestra cosmovisión. La equidistancia habla del valor equitativo que cada pueblo tiene; ninguno mejor que otro; nadie por encima de nadie. Por último, el movimiento en que pareciera estar el símbolo, se refiere al Quinto Sol de los pueblos originarios de México, el del Movimiento; en el que existimos."

Acta de Reunión del Comité Melendre (13/nov/04),en que se definió el símbolo visual del Istmo

Es Marzo, la Semana Santa se acerca, y los camposantos de toda la región se llenarán de visitantes. Nosotros realizaremos un torneo de Xquenda Beedxe' (don del Jaguar, ferocidad); elprimero en su género en el Istmo. En el Estado de Guerrero, practican un deporte similar al nuestro pero denominado "Pelea de Tigres". Por analogía y por la necesidad de hacer designación de él, al "porrazo" llamarán Xquenda Beedxe' a partir de hoy, los hombres de las nubes, los binnizá. Cada etnia del Istmo lo nombrará en su idioma.

Xquenda Beedxe’, es un ejercicio sano que fortalece el cuerpo y agiliza la mente. Antiguamente, era una de las actividades con la que los futuros guerreros se preparaban. Practicarlo no conlleva riesgos, pues de lo que se trata no es de lastimar al adversario sino de someterlo con destreza. Se juega en la arena, o en cualquier superficie lisa. Gana quien pone la espalda del contrincante en el suelo. No hay tiempo límite, ni golpes, y las uñas se cortan antes de comenzar. Resultados: diversión, y ejercitación sana.

Lucía Bayardo, Vicente Martínez, Martín Fuentes Castillo, Ibán de León Santiago, Carlos Sánchez, y Alexis Sepúlveda, son autores que escriben en esta ocasión. En sus renglones, el lector ingresará a dimensiones de placer, suspenso, y conocimiento.

Por conducto de Luis Manuel H. Amador, llegan a nosotros dos poemas memorables deMario Santiago Papasquiaro (1953-1998). A Luis además nuestro agradecimiento por aceptar participar en la corrección de textos de esta revista.

Mención especial merece la colaboración de Natalia Toledo –galardonada en la última entrega, con el Premio Nacional de Literatura Netzahualcóyotl–, para este número. Disfrútenla.

Finalmente, con el epígrafe, respondemos a quienes preguntaron tanto por el significado de nuestro logotipo.

Esperamos nuevamente que el presente ejemplar resulte grato a todos los que siguen nuestro pausado caminar. Gracias.

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ENTREVISTA

BIDII NA’ BINNI LI’DXU’: UNA PLÁTICA CON SU REPRESENTANTE 1

Gracias a la intensa labor que la Asociación Civil Bidii Na’ Binni Li’dxu’ realiza en Pro de la Cultura y la Sociedad, tanto en la Ciudad de México como en diferentes poblaciones del Istmo, así como a las interrogantes que han surgido respecto éste grupo, es por lo que nos atrevimos a indagar. Fue de este modo que las dudas iniciales culminaron en la siguiente entrevista, que el compañero Abraham Toledo, nos permitió realizarle:

ISTMO AUTÓNOMO: Abraham, sabemos de Biddi Naa Binni Li’dxu’ por las diferentes actividades que han realizado y por otras tantas en que han tenido destacada participación. Pero dinos, ¿cuándo y en qué condiciones surgen?

ABRAHAM TOLEDO: Primeramente, nosotros vemos la luz en el año de 1995, como respuesta, y por qué no, consecuencia, de los hechos violentos ocurridos en el vecino Estado de Chiapas a principios de 1994. También determinó nuestro ánimo la devastación dejada a su paso por las inundaciones en el Istmo.

I. A.: ¿Por qué “Tiende la mano a tu gente”?A. T.: Porque en ese nombre quisimos representar nuestra manera de ver la vida.

Como vez, nuestra aparición era un reclamo de la sociedad, debido a los fuertes cambios por los que ella atravesaba; y era a la sociedad –cultura, arte, economía, y todo lo que la significa– a la que dirigiríamos nuestro mensaje y actividades. Con ese término intentamos vincular nuestro presente al pasado, reivindicar los valores perdidos aún cobijados en esta visión colectiva de la comunidad.

I. A.: Ya me dijiste cuando nacen, y qué filosofía los guía. Ahora cuéntanos acerca de sus comienzos, de los primeros pasos de Biddi Naa Binni Li’dxu’.

A. T.: Nuestro trabajo lo iniciamos con una valoración a todas las poblaciones marginadas, y con el establecimiento de contactos. Esto era necesario a causa de la resistencia natural de los pobladores ya que desde siempre han sido utilizados por los diferentes caciques políticos. En eso andábamos cuando nos llega el huracán Paulina en el 97, y tuvimos que recorrer casi toda la costa para verificar físicamente el nivel del desastre. Conocimos a los sectores más golpeados, desde comunidades enteras, hasta niños marginados. Ver a los infantes en aquellas condiciones hizo que echáramos a andar un programa de becas escolares por tres años, en Santa Rosa de Lima, para quince menores. Esto, cabe recalcar, financiado por amigos radicados en el Distrito Federal, que se hicieron cargo de cada menor. Independientemente de las becas, a la población se le apoyó año tras año por medio de pláticas –sobre higiene y salud mental, prevención de enfermedades de transmisión sexual, prevención del fenómeno “niño de la calle” –, actividades de verano y útiles escolares.1 Entrevista realizada a finales de febrero de este año, 2005, por Gubidxa Guerrero Luis.

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En Juchitán también se apoyó a la población, sobre todo la de Cheguiigu’ que resultó muy afectada, con garrafones de agua y despensas completas.

I. A.: Lo que acabas de decir me sorprende, pues éstas acciones van más allá de lo que alguien pudiera pensar en un primer momento.

A. T.: Así es. El trabajo como el que te comenté, se realiza lejos de los ojos de los espectadores promedio. Y más aún, de muchos políticos. Las comunidades con las que compartimos y trabajamos son las que testifican nuestro esfuerzo.

I. A.: Aparte del trabajo comunitario directo, me gustaría que nos platicaras acerca de las actividades culturales que ustedes hayan realizado, al menos háblanos de las más importantes.

A. T.: También hay algo de eso. Después de una estancia en España, se establecieron los contactos necesarios para la promoción de la cultura fuera del país. Al regreso, durante la Semana Santa del 2003, realizamos el Primer Festival Cultural de Saa Cheguiigu’ homenajeando al maestro Macario Matus con la edición de un poemario titulado “Cinco Nuevos Soles”. Se generó el espacio necesario para que los artesanos de la comunidad vendieran sus productos en torno al evento. Otra aspecto positivo fue que ésta actividad se realizó casi por entero en diidxazá [zapoteco].

I. A.: ¿Y cómo tomó tu barrio esta festividad?A. T.: La respuesta fue muy buena, no sólo de la gente de mi barrio sino de toda la

ciudad de Juchitán, pues fueron muchos los que asistieron de otras secciones. Además, gracias a esto, en julio de ese mismo año recibimos la invitación como promotores al Festival Internacional de Música Folk en Asturias, España, y al torneo “Bateo de oro”, obteniendo un tercer lugar como representantes de México. A los resultados positivos se debe que este año complementemos el Saa Cheguiigu’ con el Saa Guzebenda, dedicado a la gente de la Séptima Sección y aledañas; pero de eso hablaremos más adelante.

I. A.: Hablemos entonces del Centro Cultural Juchitán, que rápidamente se ha vuelto punto de referencia para los hermanos que radican en “La región más transparente del aire”, como llamara Alfonso Reyes a la Ciudad de México. ¿Qué hay de ese proyecto?

A. T.: Qué bueno que tocas ese tema. El Centro Cultural se inaugura en julio del año pasado. Después de un arduo trabajo de acondicionamiento, el local estuvo listo para servir como un espacio más para la cultura, pues es lo mismo una sala gastronómica –se pueden cenar unas ricas tlayudas, garnachas, tamales y platillos regionales- que un espacio de expresión para los artistas plásticos y musicales. Así lo resumiría yo. Es éste un lugar abierto a todo el que venga con ánimo constructivo. El local está a sus órdenes los viernes y sábados a partir de las seis de la tarde. Además, contamos con un espacio para la venta de artesanías, libros, discos, cintas, y otros tantos productos de nuestra región.

I. A.: Abraham, ¿el aspecto ecológico está dentro de sus programas comunitarios?A. T.: Tan lo está, que entre las finalidades de nuestras actividades culturales se

encuentra la de generar conciencia de lo que significaría la pérdida de nuestro ecosistema, especialmente la que en Istmo está en grave riesgo.

Por poner un ejemplo; en septiembre del año pasado los habitantes de Playa Vicente en Juchitán, celebraron una fiesta. Pero no de las que sirven para hacer más jugosas las

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ganancias de las cervecerías, sino una para hacer más sensible ante el hábitat. Bidii Naa Binni Li’dxu’ coordinó el evento, donde se habló con la gente sobre la alternativa que puede representar aquel lugar. Playa Vicente es apto para un buen proyecto ecoturístico, pero que venga directamente de las comunidades, no de las transnacionales para las que la ecología sólo es importante cuando es redituable. En esta ocasión tampoco dejaron de contarse algunos amigos que han seguido paso a paso lo que hacemos, y que amablemente han aportado algún tipo de recurso.

I. A.: Hacia dónde miran Abraham y sus compañeros. Cuales son los nuevos planes. Qué actividades hay en puerta. Relátanos.

A. T.: Hay, por lo pronto, dos que vienen al caso. Uno a corto, a muy corto plazo y el otro a mediano y largo. El primero son las “fiestas” que daremos en Cheguiigu’ y ahora también en la zona sur de Juchitán: la séptima sección. Hace rato no quise adelantarme pues el evento de Saa Guzebenda está muy cerca ya, y debe acompañarse de la invitación que hago a todos nuestros paisanos: asistan el Viernes 25 de marzo a la explanada de la capilla del mismo nombre, y un día antes acudan frente al panteón miércoles santo de Cheguiigu’. Habrá música, homenajes, y la pasarán bien.

El otro proyecto es más delicado pues consiste en abrir en el transcurso de estas semanas la “Casa del Anciano”, Lidxi Binnigoola. Esto, con el objetivo de crear un espacio para los que más saben de nuestros pueblos, y a los que, desgraciadamente, se les está empezando a excluir. No será un asilo, eso es impensable para nosotros. Será lo que dije antes, un espacio dedicado a ellos y hecho por ellos. La intención es que este proyecto integral cumpla las siguiente funciones: 1.- Promover la medicina tradicional, 2.- Fortalecer nuestra identidad, 3.- Reivindicar el papel que los ancianos han desempeñado a lo largo de siglos. Con esos tres tenemos de sobra. Hay más, pero estos tres aspectos son los que pasaré a desarrollar.

El que tiene que ver con la medicina tradicional sale como un grito urgente. La gente que anteriormente atendía sus padecimientos con la curandera, con el curandero, quienes aplicaban remedios sencillos pero eficaces, ahora acude cada vez más al doctor alópata sin tener presente que para muchos, la medicina es una profesión lucrativa más que servicial y útil a la comunidad. La medicina tradicional jugaba un papel importantísimo en la sociedad nuestra. La curandera no sólo recetaba; ella iba más allá del simple diagnóstico; conocía a los pacientes, sus vidas, sus problemas y existía una empatía que motivaba una interacción adecuada, más eficaz que el trato déspota. Además, cuando uno lee las estadísticas no puede más que pensar en lo “graves” que son algunos padecimientos. Ahora hasta un parto es “grave”. Lo digo porque el 80% de los partos atendidos por médicos profesionales en Juchitán son por medio de cesárea. ¿ustedes creen que tan alto número de mujeres realmente requiera de una, o que más bien sea el médico quien requiera el dinero? Bueno. Lidxi Binnigoola será una alternativa es ese ámbito. Ahí se darán consultas, aparte de tantísimas labores más que realizarán los ancianos.

La identidad hoy tan dañada por la globalización y los infinitos factores que la agudizan, pretende tener un respiro en la “Casa del Anciano”. Ahí la lengua zapoteca, y el pensamiento solidario habitarán, pues son los binnigoola los que más pueden aportar para la recuperación de lo que nos constituye como zapotecos.

Por último. Creemos que debe recuperarse el papel de imprescindibles en que se tenía a la población adulta mayor. La opinión de un anciano no era sólo escuchada, sino tomada en cuenta para las decisiones. Concientes estábamos de que en ellos se encontraba

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la experiencia. Hoy, son cada vez más los políticos que piensan que sus maromas en la grilla conceden más experiencia que los años al servicio de la comunidad, en convivencia. Que el anciano sea tomado nuevamente en cuenta en cualquier ámbito y con el peso que sus palabras merecen es otra más de nuestras metas.

I. A.: Con la platicad de hoy, el lector tendrá un panorama más claro de sus actividades, y de la importancia de darles seguimiento. Muchos resolverán dudas pendientes y contarán con herramientas para hacer un balance de su trayectoria y de lo que realmente representan. ¿Deseas agregar algo?

A. T.: Únicamente agradecer a todos los que estén leyendo estás palabras y quienes a lo largo de nuestro caminar se han sumado desinteresadamente para hacer de nuestros pueblos, y de nuestra cultura, algo cada vez mejor.

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ARTÍCULO

¡MA′ ZEEDA SAA GUIDXI!2

Alexis Sepúlveda Chiñas

A Hilda Chiñas Morán: mi madre. Al Xuaana′ Rolando Chiñas Ordáz y la

Xheela′ Xuaana' Juana Morán Gallegos:3 mis padres.

¡Ya viene la Fiesta del Pueblo! Mencionan con emoción en diidxazá nuestros abuelos, los depositarios de la tradición cultural e histórica compartida de los binnizá. Espero que no dejemos de escuchar esta expresión y que, a su vez, reproduzca el mensaje de los binnigula′sa′ hacia las futuras generaciones.4

En este escrito mostraremos un panorama general de la mayordomía llamada Saa Guidxi o Fiesta Titular, realizada en el barrio Santa María Reu’ de Guizii (Tehuantepec). Estas fiestas se realizan por la ciudad. En este caso, el barrio es organizado por los Xuaana′, los principales (que son los Xuaana′ que ya no están en función), y la pareja de Mayordomos cuyas funciones se intercalan en un sistema de cargos festivo, muy similar al de la tradición ancestral; así, gracias a la mayordomía se redistribuyen bienes y servicios al barrio, y por tanto, se refuerzan los lazos de cooperación.5 La palabra “Titular” empezó a usarse por los dominicos para que la gente recordara las estaciones, que era como se designaban algunas visitas papales a templos de barrios en Roma durante la Cuaresma.6

La Saa Guidxi mas reciente de Reu’ se realizó a finales de enero de este año7. El día principal, Dxi Laní, fue el domingo treinta, pero anteriormente, como fiesta prehispánica del pueblo binnizá, se celebraba por estas fechas de marzo, ya que representaba el inicio de su Año Nuevo;8 después, cuando llegaron los evangelizadores dominicos se cambió el

2 ? Expresión en lengua zapoteca del Istmo de Tehuantepec. De ma' zeeda: ya viene; saa: fiesta; y guidxi: pueblo.3 ? Pareja de mayordomos de la Fiesta Titular del Barrio Santa María Reoloteca de Tehuantepec en 1999. Los términos Xuaana′ y Xheela′ Xuaana′ provienen de xu: temblor, metafóricamente poder, y ná' que es mano, o sea “el que tiene el poder en la mano”, el que manda; xheela′ es la esposa. Ver, Münch Galindo, Germán Guido, “La teogonía zapoteca y sus vestigios en Tehuantepec”, Anales de Antropología, México, IIA-UNAM, 1983, vol. XX, (Tomo II: Etnología y Lingüística), p. 39-63.4 ? Diidxazá de diidxa palabra y za nube; binnizá de binni la gente, y za nube, los zapotecos del Istmo. Binnigula sa los antepasados mitificados y en un sentido amplio los restos de su cultura material, su legado arqueológico. Za también es el gentilicio del grupo étnico y el nombre primitivo de su lengua. Pickett, Velma, (comp.), Vocabulario Zapoteco del Istmo. Castellano-Zapoteco y Zapoteco-Castellano, México, Instituto Lingüístico de Verano A.C. / Dirección General de Asuntos Indígenas-SEP, 1965, (Serie de Vocabularios Indígenas Mariano Silva y Aceves, núm. 3).5 ? Münch, Guido op. cit. nota 2, p. 50. 6 ? Según: Vichido Rito, Nicolás, “Saa Guidxi: Fiestas Titulares”, Tehuantepec 1891-1991 un siglo de fe. 2. Fiestas y mayordomías en Tehuantepec, México, Comisión de Historia del Centenario de la Diócesis de Tehuantepec-CENAMI, 1989, p. 69-85.7 ? 2005. 8 ? Se tiene por registro de Fray Francisco de Burgoa del s. XVII, que el 12 de marzo comenzaba el año zapoteco en Tehuantepec y terminaba el 6 de marzo al transcurrir un año, quedando días aciagos del 7 al 11. Vid. Münch, Guido, op. cit. nota 2, p. 57.

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festejo para antes de la Cuaresma o Nabaana (tristeza), debido a que consideraban este tiempo de penitencia y reflexión, así que no podía haber ningún tipo de festividad por las fechas de oración; entonces, las Saa Guidxi, de fuerte tradición indígena, fueron reubicadas en el nuevo calendario cristiano,9 y al mismo tiempo se perdió parte de su orientación festiva real al imponerse un nuevo sentido católico. Sin embargo los zapotecas, que cifran su vida en las fiestas comunales, lograron adaptar su tradición a las nuevas condiciones religiosas, y conservaron algunos de los cargos que simbolizaban ocupaciones de sus antecesores, ya que, en la renovación del año binnizá se recordaba el pasado representado por nuestros muertos, nuestros ancestros deificados y eternizados en el recuerdo festivo; se explica así el culto a los binnigula′sa′10. Por eso los cargos deben ser cumplidos para mantener el curso histórico de nuestra identidad.

También se realiza otro tipo de mayordomía por este grupo, pero dedicada directamente al santo patrón, donde en mayor medida, el gasto corre a cuenta de sus mayordomos: me refiero a las Fiestas Patronales, mismas que presentan un carácter común.11 Finalmente no debemos dejar de mencionar a las Velas; pero estas tienen una importancia y estructura diferente.

Las Saa Guidxi se realizan con mucho fervor. Aunque no se hacen directamente en honor a un santo patrón, presentan un carácter especial, ya que refuerzan la cohesión social y la identidad étnica; son fiestas para el pueblo; se celebran en Guizii -debido a que fue la sede de la institución religiosa de los binnizá del Istmo-, y especialmente en los barrios que están en la ribera del Guiigu′ ro′ Guizii o Río grande Tehuantepec.12 El cargo de mayordomos de dichas fiestas es portado con mucho orgullo y satisfacción por una pareja que cumple cierta promesa o acepta el compromiso por convicción; así, se avocan a sobrellevar el encargo para mantener su vida cultural, y por tanto, la de su pueblo; esta es la forma de cumplir con las costumbres creadas por los binnigula′sa′ como fin último de sus vidas.13 Los mayordomos suelen ser, regularmente, un matrimonio; pero en ocasiones, la pareja ritual se puede componer de madre e hijo, o padre e hija. En general, es vital la participación de la mujer, la cual labora activamente en el desempeño de su función, en la que comparte el poder ceremonial con su compañero. Esto lo resalto porque, en muchas comunidades de México, el cargo del mayordomo14 es ejercido únicamente por los hombres de las comunidades. La importancia de la mujer no es exclusiva de los binnizá.15

9 ? Probablemente se originaron en la fiesta prehispánica de siete días llamada Laní Guiache guie′, vid. Müinch Galindo, Germán Guido, “Fiestas y mayordomías en la República Zapoteca de Tehuantepec”, Tehuantepec 1891-1991 un siglo de fe. 2. Fiestas y mayordomías en Tehuantepec, México, Comisión de historia del centenario de la Diócesis de Tehuantepec-CENAMI, 1989, p. 11-68.10 ? Münh Galindo, Germán Guido, La Organización Ceremonial de Tehuantepec y Juchitán, México, IIA-UNAM, 1999, p. 169. Quizá el sentido real de ir al panteón el Sexto Viernes en Tehuantepec, como el Domingo de Ramos en Juchitán, provenga de este culto festivo a nuestros antepasados.11 ? Vichido, Nicolás, op. cit. nota 5, p. 69-70.12 ? Ibidem, p. 70, 73, 77.13 ? Münh Galindo, Germán Guido, “Zaa Guidxi, las fiestas del pueblo zapoteco en Gui si o Tehuantepec”, Anales de Antropología, México, IIA-UNAM, 1984, vol. XXI, p. 103-136.14 ? Del latín major mayor, y domus casa, tomado de Mateos, Muñoz Agustín, Compendio de etimologías grecolatinas del español, México, Esfinge, 1995, p. 100.15 ? Millán, Saúl, Fiestas de los pueblos indígenas. La ceremonia perpetua: Ciclos festivos y organización ceremonial en el sur de Oaxaca, México, INI/SEDESOL, 1993, p 137.

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Básicamente, los mayordomos de estas fiestas anuales tienen la responsabilidad del cuidado del templo principal, durante todo el año de su función; así, en Santa María Reu’ los días jueves y domingos en la vida de los mayordomos comienza a las cinco de la mañana, cuando asisten al templo para llevar aceite a los santos; ellos tienen las llaves del templo y lo limpian cambiando las flores, los cirios, dejando todo listo para las misas. Hacer estas labores como sirvientes principales de su templo, cuesta mucho trabajo y requiere dedicación, por eso estos cargos son muy respetados por el pueblo. También existen los cargos de Gusaana, Chagola, y Capitán, en la estructura de la actividad ceremonial.16

Es importante mencionar las actividades previas a la semana festiva Saa Guidxi, como la entrega de la cera, efectuada el último domingo del mes de mayo; asimismo, un mes antes se hace la Molida del polvo o Topa dxita para elaborar los marquesotes usados en las invitaciones; también se baja a la Virgen un viernes antes, y después de la fiesta se sube el segundo martes.17

Cuando llega el momento de realizar la Saa Guidxi, que en Santa María Reu’ ocurre dos semanas antes de la Cuaresma y, específicamente, el domingo de sexagésima,18

comienza una gran labor por parte de todo el barrio que se presta a colaborar con los mayordomos y su fiesta comunal; para este caso particular, las actividades duran una semana entera siguiendo un esquema tradicional con rituales conservados, en cierta medida, desde fechas inmemoriales:

El primer día de actividades, el lunes por la noche, se realiza una reunión en la casa de los mayordomos que en diidxazá se nombran Gopa bidó′ (cuida santo); en esta convivencia los principales sahuman el altar familiar nombrado “el santo” o yoo bidó′; los asistentes a la velada con cierto rango social se ponen coronas de granadilla o pepe gui′xhi′ (Passiflora spp.); después cenan panza de res, y frito de cerdo mientras escuchan el pito y caja.19

El martes por la mañana se ofrece un desayuno con chocolate y pan en casa de los mayordomos; las Xheela′ xuaana' recolectan dinero en su mesa para comprar el torito pirotécnico que se quemará el jueves. Al medio día, se ofrece comida preparada por las Xheela′ xuaana' salientes; esta consiste en mole negro con carne de cerdo, y pozol con semilla de mamey tostada y molida en la ceremonia Cuba ladxiguenda. También se reparte el pan para las invitaciones a las Xheela′ xuaana' entrantes para que se venda en sus barrios; el plazo vence el sábado cuando deben entregarse las ganancias después de la ceremonia Mediu de ca guie′ (ceremonia de los petates); luego, con el dinero recolectado por los Xuaana' se hacen los pagos a la Iglesia para tener derecho a las misas de los mayordomos y los capitanes, además de obtener el permiso del Municipio para realizar las fiestas por las calles y el atrio del templo principal del barrio; los capitanes son despedidos y simulan ir a Lachiguiri20 como antes, a traer las flores, o plantas sagradas; todo esto musicalizado por el grupo del pito y caja.21

Para el miércoles no se hacen muchos trabajos, más que continuar con los preparativos de las actividades ceremoniales futuras, y la pareja de mayordomos asiste al

16 ? Münch, Guido, op. cit. nota 8, p. 125-130. 17 ? Santos Cisneros, Antonio, “Fiesta Titular en el Barrio de Santa María Reoloteca”, Tehuantepec 1891-1991 un siglo de fe. 2. Fiestas y mayordomías en Tehuantepec, México, Comisión de Historia del Centenario de la Diócesis de Tehuantepec-CENAMI, 1989, p. 87-105.18 ? Vichido, Nicolás, op. cit. nota 5, p. 77.19 ? Santos, Antonio, op. cit. nota 15, p. 88; MÜNCH, Guido, op. cit. nota 7, p. 56.20 ? Población ubicada al noroeste de Tehuantepec.21 ? Ibidem, p. 89; Münch, Guido, op. cit. nota 8, p. 110

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templo principal para dejarlo preparado; por la noche, se realiza en el atrio, un baile que corre por cuenta de los mayordomos de las Fiestas Patronales del 15 de agosto.22

Es hasta el día jueves, en que por la noche se efectúa el Baile Velorio o Calenda. Algo característico de esta noche es que se simula buscar a un torito perdido, se dan pedazos de ocote y faroles con velas hechos de carrizo forrado con papel de china, se bebe mezcal y anisado23 además de rociar a los felices espectadores al paso de la comitiva; finalmente, el torito es encontrado junto con los cigarros y más mezcal en casa de los mayordomos del Viernes Saa (mismos que son los que hacen la Fiesta Patronal de agosto); en seguida, se dirigen al templo, y ya en el atrio, se ejecuta la quema del tradicional torito petate -hecho de un armazón de carrizo, papel y fuegos pirotécnicos-, asimismo, se queman las representaciones de carrizo y papel de unos españoles llamados María Ndriá y José Ndré, al ritmo del Son hua′ xha′24 y del Son Torito. Los espectadores gozan de esta actividad pírica; después, regresan a la enramada de los mayordomos titulares, comen lomo xí, beben cerveza y bailan.25

En el nombrado Viernes Saa los capitanes simulan regresar de Lachiguiri y depositan las flores en el templo del Cerro de Dolores, donde se velan; se sabe que antes las flores se dejaban en el barrio Lieza. Por la noche, se realiza un baile en el atrio -a cargo de los mayordomos de las Fiestas Patronales de agosto-, dentro de estas actividades de los mayordomos de las Fiestas Titulares. Las dos parejas rituales unen esfuerzos para el bien común; a media noche, después de comer pescado frito con lechuga, se baila el Son Xquipi′ (son del Ombligo), que es exclusivo de esa noche y recuerda el linaje de los binnigula′sa′.26

Para la jornada siguiente, durante la mañana sabatina, se lleva a cabo la ceremonia Mediu de ca guie′ o de los petates, que consiste en la venta de comida por parte de las Xheela′ xuaana' entrantes, mismas que pagan el pan que distribuyeron, y reciben comida igual que las demás personas que fueron invitadas al adquirir pan en días anteriores; además, se reparte el nisiaaba′ bupu (atole de espuma) hecho a base de cacao, panela y guie′ chaachi (flor de mayo, o del cuervo) llamada cacaloxóchitl entre los nahuas; con las ganancias obtenidas, se sufragan los gastos de las fiestas consecutivas, de modo que, el pueblo está obligado a consumir los productos rituales fomentando así la cooperación económica en especie y servicios. El nombre se debe a que antes los productos -en general pan, atole y comida-, se ponían sobre algunos petates de palma, a manera de puestos de comerciantes que en los tianguis ofrecen sus productos al ras del suelo; con este mercadeo, el atrio del templo, o en ocasiones, el domicilio particular de la pareja de mayordomos, se convierte en un mercado provisional en el que se incentiva la cooperación del barrio. Por otra parte, los Xuaana′ van al Cerro de Dolores para dar inicio a la tirada de frutas y trasladarse a los barrios de Lieza, San Juanico, La Soledad, Santa Cruz Tagolaba y finalmente, por la tarde, hacer la tirada en Santa María Reu’, en la que los capitanes literalmente tiran frutas y regalos sobre multitudes arremolinadas de personas de su barrio e incluso de barrios vecinos. Esta acción de obsequiar al pueblo es llevada a cabo frente a los atrios de los templos después de que los caballeros o capitanes salen de estos con las plantas sagradas ya benditas, que se llevan a cuestas sobre el lomo de sus caballos; ellos riegan los regalos a la gente que los ve pasar.27 Por la tarde,

22 ? Santos, Antonio, op. cit. nota 15, p. 89. 23 ? Bebida de maíz fermentado.24 ? La gente conoce este son como “son del vallisto” 25 ? Ibidem, p. 90; Münch, Guido, op. cit. nota 7, p. 57.26 ? Ibidem, p. 93; Münch, Guido, op. cit. nota 8, p. 112.27 ? Münch, Guido, op. cit. nota 7, p. 57.

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después de hacer coronas de heno para ser usadas por los personajes de alto rango, se realiza el convite de flores que es un paseo por las principales calles del barrio para llevar velas y flores al templo, en el que participan los principales y demás portadores de cargos, seguidos de niñas, muchachas y señoras formadas luciendo su mejor traje; posteriormente van los atarrayeros que son los personajes que bailan el Son del Pescado y atrapan a la gente espectadora con sus redes, de las que escapa otro personaje que lleva sobre su cabeza una efigie del benda bisiá28 (pez espada), el cual no podría ser atrapado si no existiera la unidad entre los pescadores que trabajan en equipo por el bien común, dando mucha importancia a la cercanía del mar y al sustento que de sus aguas nace. No debemos olvidar la cercanía del río. Los Xuaana' bailan el Son Bandaga y llevan las coronas de heno; después, las Xheela′ xuaana' también bailan este Son de la Hoja.29

El domingo es el Dxi Laní. Se realiza el baile principal con una misa y luego un desfile de los principales portando banderitas de papel de china. En esta ceremonia festiva se realiza el nombramiento, que es la transmisión de la mayordomía a los futuros mayordomos titulares.30 Se gritan numerosas conjuras que ratifican la identidad binnizá y la alteridad frente a su país, la pertenencia a su actual religión católica, además de expresar su hermandad universal y su disposición a luchar por su cultura respetando las demás.

El día lunes hay otra fiesta pequeña en casa de los mayordomos aún en funciones. Para el martes se realiza la desbaratada del templo: Che guibiá yu′ du′ y se lleva acabo una misa en el templo del barrio Santa Cruz Tagolaba, al termino de la cual, la mayordoma es ampliamente felicitada por las Xheela′ xuaana'; es notable que los hombres no entren al templo ya que se quedan en el atrio platicando. En el baile, anteriormente se escuchaba el Son de los Cocos y se bajaban estos frutos de la enramada para beber su líquido con mezcal, pero ahora esto se hace al siguiente día para garantizar la venta de cerveza; en este momento se hace la acostumbrada lavada de olla que debe su nombre a que en épocas pasadas este día era dedicado a lavar los enseres de barro usados en toda la semana de fiesta en la que, entre otras cosas, se dio de comer y beber a varios cientos de personas diariamente31

Finalmente el miércoles, con pocas ganas de seguir festejando, se realiza el recalentado, dando a entender que se recalienta la comida y todo lo que dejaron del día anterior para que sea consumido por el deseo de fiesta. Antes también se hacía la ceremonia de entrega de la fiesta llamada Beela biguii o carne asada, para pasar la estafeta de la Saa Guidxi a San Blas Atempa, y darles las varas guie′ (varas floridas) -que son carrizos ensartados con pan torta, carne asada y tortilla-; en ocasiones se reúnen el jueves para continuar la fiesta, y si no hay tal, siempre queda la oportunidad de seguir la vida festiva en otros lugares de la región.32

28 ? Pez águila en su traducción literal.29 ? Santos, Antonio, op. cit. nota 15, p. 94.30 ? Ibidem, p. 99.31 ? Münch, Guido, op. cit. nota 7, p. 61.32 ? Münch, Guido, op. cit. nota 8, p. 114; Cfr. Santos, Antonio, op. cit. nota 15, p. 104.

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BAÚL DE LETRAS

TIRO DE GRACIA

Lucía Bayardo

El día que José se inició como matón el jefe de la banda le regaló un rollo de cinta adhesiva. “Para que no se te haga callo”, le dijo, “porque esto de jalar el gatillo no tiene fin”. A José le agradó la idea de tener una ampolla para recordar la sensación de poderío. Estiró la cinta y le dio dos vueltas sobre su dedo meñique de la mano izquierda: llevaría la cuenta de sus muertos encintando falanges. Todos aplaudieron su originalidad.

Ahora que apuntaba el arma con decisión se podían distinguir nueve marcas de cinta a manera de anillos.

–No tienes facha de matón, Josecito –dijo el hombre, con los brazos elevados en escuadra.

Era el Igualado, un viejo conocido de José que recién llegaba del extranjero. Le decían así porque era de baja estatura y gustaba de fastidiar a los niños. José reía con sus compañeros de pandilla, que habían formado un círculo en torno del Igualado.

–Ya, baja la pistola y lárgate de aquí, Josecito –continuó diciendo el Igualado.José no escuchó, lo acechaba un recuerdo: el día de su séptimo cumpleaños alguien se

le acercó por la espalda, lo prendió del cabello, y zarandeándole la cabeza violentamente le hizo perder el equilibrio hasta hacerlo caer de rodillas. El Igualado, entonces, caminó en su derredor hasta quedar frente a él y empezó a hacer movimientos sugestivos de macho en celo, con la pelvis frente a su rostro. “¡Te vas a quedar con las ganas, Josecito!”, le dijo en tono amanerado. Después, con el tacón de la bota, le estampó la cara contra un charco lodoso. José se incorporó buscando el auxilio de su hermano. Aquél, junto al Igualado, no dejaba de mofarse y amenazaba con golpearlo si no se aguantaba las ganas a llorar.

Sin duda el personaje que se encontraba del otro lado del cañón lo había orillado a convertirse en asesino, y José sonrió al confirmar la frase aprendida en la adolescencia: todo es circular. Con ambas manos apuntó hacia la cabeza de la víctima. Como otras veces, movió la pistola en círculos, el mismo trayecto que seguiría la cinta alrededor de su décimo dedo. No disparó. En cambio, se puso de rodillas lentamente y, una vez que la pistola estuvo a la altura deseada, entonó con voz afeminada: “Te vas a quedar con las balas, Igualadito”.

Hubo algarabía entre los compañeros de la pandilla que rodeaban la escena. De los cinco José era el más joven, el menos severo, y a pesar de que llevaba crédito en sus cuentas, lo que estaba por hacer desbordaba su forma acostumbrada de consumar un asesinato.

Hicieron apuestas.Se escuchó una detonación. Con ella vinieron los alaridos del Igualado y una mezcla

de exclamaciones.–¿Y ora tú, por qué tanto odio a éste? –preguntó uno de los compañeros.–Nomás son las ganas de jugar –contestó.

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Ninguno del grupo advirtió la expresión en sus ojos; todos estaban absortos mirando al Igualado en posición fetal tratando de contener la sangre que manaba de sus genitales.

–Bueno, ya dale el tiro de gracia –ordenó el jefe.José se perfiló con toda calma ante el Igualado. Quería verle el gesto para grabarlo

sobre el otro recuerdo, el de su infancia. Estaba seguro de que el suplicio presenciado le devolvería la dosis de poder que le había sido arrebatada entonces.

Pero la mirada del Igualado no era suplicante sino mordaz. Una oleada de recuerdos volvió a asaltar a José. “¡Ya dale, hombre!”, dijo una voz. No hizo caso, estaba inmerso en el mar de su infancia, se estaba ahogando.

No era él sino el niño quien cargaba el revólver; le parecía tan pesado como la primera vez que lo empuñó, a los ocho años, cuando el Igualado lo había obligado a matar a su cachorro. Tenía la misma mirada ahora. “Eso o lo otro”, le había amenazado aquél, bajándose el cierre del pantalón. Las voces y las imágenes eran un solo impulso vívido y violento. El pasado se hacía presente y, por segunda vez, lo invadió el pánico.

Titubeó al tiempo que escuchaba los gritos obligándolo a disparar, mas el diálogo interior había comenzado y llevaba ventaja. José buscó la fuente de las voces, las de afuera y las de adentro. “¿Qué pasa?”, reclamó una. “¿Tienes miedo?”, preguntó otra.

–¿Qué esperas? –reclamó el jefe. José lo escuchó desde un segundo plano. Recordó las nueve veces que había jalado el

gatillo. ¿Cuántas más?, ¿cuántas sin pensarlas, sin un motivo justificado, sin el remordimiento de las consecuencias? Quizás el Igualado fue su mayor pretexto para convertirse en matón, pero si lo mataba ¿qué móvil podría conducirlo a sus próximas víctimas si el odio lo descargaba con el tiro de gracia? ¿Estaba dispuesto a dejar el poder ganado en todos esos años?

Las preguntas encontraron un nuevo rumbo: ¿dónde había quedado su niñez?, ¿de qué le servía matar si no la podía recuperar? Su infancia fue borrada antes de convertirse en una imagen perdurable, de volverse una barca para mantenerse a flote en tiempos de dificultad. Le hubiera sido útil ahora que se hundía en el recuerdo.

Una corriente helada transitó como un río subterráneo su piel buscando la salida. No era el niño sino José quien temía. No el hecho de que lo encarcelaran ni a la posibilidad de fallar. Le atemorizaba que aquello de matar no tuviera fin, que no se cerrara el ciclo de la venganza. Le aterraba la idea de llegar a la decena, a la costumbre de empezar la nueva ronda de la cinta adhesiva sobre el fardo de los dedos, a seguir con el oficio que le había marcado las manos, la mirada, la postura tensa en el agravio.

–¡No lo mato! –se oyó decir, al tiempo que bajaba la pistola.El tono contundente provocó un perturbador silencio. Instantes después se escuchó

una carcajada como salida de un pozo. No era la víctima; tampoco el jefe ni los de la pandilla. José levantó instintivamente el arma.

–¡No lo mato! –repitió, girando sobre su propio eje. Se secó el sudor de la frente con la manga de la camisa. Sus brazos estaban

extendidos como dos ramas de encino y el índice se le amoldó con la forma del gatillo. Los que circundaban la escena dieron un paso atrás.

Después escuchó gritos. ¿Salieron de él? No lo supo, sintió que la pistola cobraba vida propia y embestía contra él mismo.

–No te espantes, niño –dijo una voz impregnada de aguardiente. José la reconoció. Era imposible olvidar el tono cínico de su hermano.

–¿Hasta cuando vas a enfrentar la verdad? –preguntó, arrastrando cada palabra.

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José estaba confundido. La voz se le había presentado en múltiples ocasiones, pero siempre en soledad.

–Te han fallado las cuentas otra vez, niño –continuó diciendo la voz-. Ya llegaste a la decena. ¿Por qué no comenzar con la siguiente?

–¡Cállate! –exclamó José, aunque se tragó la última sílaba.También se engulló el torrente de reclamaciones que buscaba irrumpir en estampida.

¿Qué podía hacer ante la figura fraterna? Seguía admirándolo pero, ¿por qué lo había expuesto al Igualado? José siguió hundiéndose en lo acontecido hasta llegar a la zona más remota de su cabeza: el Igualado dejó la pistola sobre la cama mientras se subía el cierre del pantalón. Por reflejo José la empuñó y, de espaldas, se retrajo hasta topar con la pared. ¿Qué edad tendría entonces?, ¿once?, ¿doce? “Ni al cachorro le atinaste, niño”, le había dicho el Igualado, burlándose. José lo odió. El sentimiento se acrecentaba conforme añadía detalles a la escena. Su hermano y el Igualado empezaron a saltar sobre la cama. “Peso si le das a cualquiera de los dos”, se mofó su hermano haciendo muecas en el aire. ¿Podía haber un momento más humillante, más quebradizo? Todo a su alrededor daba vueltas. ¿O era él quien se movía? A lo lejos escuchaba las voces de sus compañeros de pandilla y los alaridos del Igualado.

–¿Por qué te empeñas en borrarme de la lista, niño?–Aquello fue un accidente –chilló José, derrotado. –Así le llaman cuando el asesino es menor de edad, niño, pero tú bien sabes que no

fue un accidente.José recordó el último acto de la obra desmemoriada: podía ver sus brazos

prolongados rematando en el cañón metálico. Éste ascendía y descendía siguiendo el cuerpo enorme de su hermano. Quería verlo suspendido en el aire, quieto; necesitaba que aquello terminara. Entonces su hermano y el Igualado se dijeron algo en secreto, soltaron una carcajada y, al ritmo de los saltos, empezaron a contar. Antes de llegar al tres se abalanzaron sobre José. De súbito se hizo el silencio, después sobrevino el estallido.

Cuando levantó la mirada, José vio un cuerpo inerte. Era el del Igualado. Aturdido por el disparo y las voces de sus compañeros, su mente trataba de librarse del pasado, de otro tiempo, del monólogo que había iniciado en la infancia y no tenía fin.

–Qué buen teatro hiciste, José –dijo uno de los amigos–. Por un momento rumié que te ibas a echar pa’ trás.

–Yo creí que te habías vuelto loco –dijo otro–. Empezaste a decir sandeces y girabas como perinola. Hasta pensé que me iba a tocar el “toma uno” –dijo, y echó una risotada.

–Apréndanle, muchachos. ¡Eso es matar con estilo! –concluyó el jefe. Todos lo felicitaron y abundaron en los detalles de lo sucedido. José tenía la cabeza baja mientras sacaba la cinta y se vendaba nuevamente el dedo.

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MEMORIAL DE 1 POETA DETECTIVE SALVAJE & TEMIBLE TURISTA

Luis Manuel H. Amador

En su última entrevista publicada, el chileno Roberto Bolaño hace varias veces la mención de un nombre: la primera para declarar que su mejor amigo “fue el poeta Mario Santiago”, otra para evocar entrañablemente “las caminatas interminables con Mario Santiago”, una más para decir algo que ya no recuerdo, también sobre Mario Santiago.

Bolaño se transfiguró literariamente en el personaje Arturo Belano, e inmortalizó a Mario Santiago como Ulises Lima (Ulises, cual viajero empedernido; Lima, ante su devoción por la poesía peruana), ambos, protagonistas del prodigio narrativo de seiscientas páginas que en 1998 el chileno bautizara como Los detectives salvajes.

¿Quién era Mario Santiago Papasquiaro? Ante todo el poeta que nació en Mixcoac (lugar que vio nacer igualmente a Octavio Paz), Distrito Federal, un 24 de diciembre de 1953, cuyo destino estaría ligado para siempre al viaje. Para el registro civil se llamaba José Alfredo Zendejas Pineda, aunque su seudónimo invocara el nombre de un amigo y el lugar de nacimiento de su admirado José Revueltas. “Mario” (su amigo) y “Santiago Papasquiaro” (municipio de Durango donde nació el autor de El apando) se convirtieron en el alias con que junto a otros rebeldes habría de fundar el Infrarrealismo, movimiento poético que abanderó la iconoclasta actitud irreverente y violenta en esos días cuando, dice el narrador Juan Villoro, tomaron “por asalto las lecturas y los cocteles de nuestra serenísima república de las letras.”

El mismo Villoro recuerda a Mario, en su época de joven integrante del taller literario Miguel Donoso Pareja, como “el más brillante alumno del taller de poesía de Juan Bañuelos”, el muchacho que a los dieciocho años ya había leído, visto y escuchado todo, el crítico despiadado y con mucho humor que “cada dos o tres miércoles visitaba a los narradores en calidad de temible turista.”

Mario cultivó fama de insoportable; también la de conversador memorioso que solía continuar el saludo inicial con algunas mentadas de madre protocolarias que se desvanecían inmediatamente cual ritual de pasaje donde entraba por la puerta el interlocutor entrañable. Los testimonios de sus viajes, tanto de consumidor psicodélico como de imparable caminante, parecen de leyenda. Sus amigos aseguran que podía dedicarse el día entero y parte de la noche a recorrer el laberinto de México, D. F. y que sólo se detenía (siempre acompañado de Roberto Bolaño) para comprar leche clavel y continuar la marcha. El poeta Bruno Montané, huésped suyo en un cuartito de París, lo recuerda mientras Mario se aseguraba de dejarlo descansar durante noches en las que se perdía para desaparecer por las calles como un fantasma.

Muchos sabrán que durante una pesquisa lo único seguro de encontrar es el asombro. Al respecto, la poesía de Mario Santiago Papasquiaro posee instantes con esa densa lucidez de largo aliento que parece devorar todo a su paso. En sus versos se encuentran lo mismo citas de los clásicos antiguos que paisajes con camiones de volteo y portadas de revista Pimienta, veloz crítica literaria y comentarios efímeros sobre cine, exactitudes de taxonomista y sórdidas cantinas de la peor calaña, descripción de desiertos, caminos carreteros, hoteles de paso y alcantarillas. La ciudad, con su flujo vital, es el personaje que parece conducir inevitablemente, sin concesión ni pausas, el corazón del puñado de poemas que dejó como única herencia.

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Con algunos trabajos esparcidos entre revistas y libros de autores que nunca citarán su nombre (trabajó como traductor y corrector en importantes editoriales, como Joaquín Mortiz), y con sólo dos libros publicados tardíamente, Mario perdió la vida en 1998, arrollado por un auto en la última caminata por las calles de la ciudad que conocía mejor que las líneas de su mano.

Acabo de leer Beso eterno, el librito que en tiraje de doscientos ejemplares Mario publicó en 1995 en ediciones Al este del paraíso. Sus escasas 23 páginas no impiden calificarlo de edición memorable. De este libro son los dos poemas que transcribo:

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DOS POEMAS DE MARIO SANTIAGO PAPASQUIARO

“Porque todos somos / todos somos / todos somoslos hijos de / todos somos los hijos de / 1 brillante & coloridaflor / 1 flor llameante / & no hay nadie / que lamente lo que somos”

Canción huichola

Para Patricia Rodríguez Acosta

Mi patria es este cacto jugoso que arranco de la boca mismadel desierto:Lophophora Williamsii:/Universo de botones floreando las palmas de mis manos/Salta & danza mi destinoComo 1 perro celebrando la bendición puntual de su alimentoLa lengua de Dios me besa con firmeza& torna & sigue & giraDevorando el panal de mis pupilasEstá lloviendo& la huella del diluvioNo es otra que la tierra que hoy pisoA la distanciaSólo veo el pálpito fruto vivo de mi almaMis abuelos peregrinos me indican el camino/ pellizcándomeEl sudor de mis moléculasprende el sueño necesariopara que la intrínseca ceguera de mis piesno decaiga ni en brújula ni en ánimo

La realidad de la belleza(luciérnaga fugaz)se posa 1 segundo en mis cabellos¿Qué viento negro podría romperme el pasoo intentar siquiera cancelar mi canto?El vientre de mis dientes no deja de masticar supropia pulpaVuelo:trino:zureo:aúllo:salpico:preño:me exprimo:me desatoLlevo en mí el eco de 1 impulso insospechableSimiente lunar/manantial de migracionesArcilla lodazal de óvulos/visiones & peñascosRaíz que surge & se evaporaEn el zaguán de las nubesA la luz del relámpagoA 1 salto de besar el alba —pezuña de venado—que acaricia el dulce corazón de Wirikuta

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AQUÍ & AHORA

Mario Santiago Papasquiaro

El poeta agradece a su madre haber nacidoNo haber sido electroshockeado/como su carnal más chavoLa madre de su madre levitando le agradeceLa lección de la intemperie & el hallazgoLa bella inclinación a elegir ayuno & tragoEl alto privilegio de radiografiar el corazón del lagoAun viviendo la más brutal de las sequíasMi amor al beso& mi absoluta resistenciaal necio acoso de todo género de inerciasTodo ese caudaldel que soy tabla que flota por su lenguaSe lo debo a ellaque no me abortó ni aun sintiéndose arañada por el roncohuracán de las desgraciasTodo el viento que me otorgó meciéndomeEl ardor con que me ungió —pulverizando sus errores—Su mirada de alacrán o colibrí—según fluya el vapor que mana de las aguas secretas de la Diosa—El cedazo /el arpón o la carnadade lo que nunca nos hemos dicho pero sí inyectadoTantas nieblas detenidas& saltos de conejos empujándolasEl difícil sol directo de ser madre-hijo e hijo-madreEstas palabras que me brotan/al igual que sueños y caricias/Se las digo cara a cara hoy que puedoAntes de que huya de mis manosla flama del cuerpo de este instanteO se funda la luz que nos penetraImpidiéndonos perdernos en el caosComo lágrimas que se disuelven en la lluvia

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YOO LIDXE’

Natalia Toledo

Dxi guca’ nahuiini’ guse’ ndaani’ na’ jñaa biida’sica beeu ndaani’ ladxi’do’ guibá’. Luuna’ stidu xiaa ni biree ndaani’ xpichu’ yaga bioongo’.Gudxite nia’ strompi’pi’ bine’ laa za,ne guie’ sti matamoro gúca behua xiñaa bitua’dxi riguíte nia’ ca bizana’.Sica rucuiidxicabe benda buaa lu gubidxa zacaca gusidu lu daa,galaa íque lagadu rasi belecrú.Cayaca gueta suquii, cadiee doo ria’ ne guixhe, cayaca guendaró,cayaba nisaguie guidxilayú, rucha’huidu dxuladi, ne ndaani’ ti xiga ndo’pa’ ri de’du telayú.

CASA PRIMERA

De niña dormí en los brazos de mi abuelacomo la luna en el corazón del cielo.La cama: algodón que salió de la fruta del pochote.Hice de los árboles aceite, y a mis amigos les vendí como guachinango la flor del flamboyán.Como secan los camarones al sol, así nos tendíamos sobre un petate.Encima de nuestros párpados dormía la cruz del sur.Tortillas de comiscal, hilos teñidos para las hamacas, la comida se hacía con la felicidad de la llovizna sobre la tierra, batíamos el chocolate, y en una jícara enorme nos servían la madrugada.

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EN LA INERCIA DE MI PASO

Vicente Martínez

En la inercia de mi paso ensimismado, el día me trajo consigo hasta el litoral donde desenmaraña los ocasosAhora que luz y sombra enrojecen, y la mirada se acomete en un ir y venir de tonos incendiados, la noche comienza su parto El oscuro trance donde la vida se aquieta inicia con una inseminación sangrienta

Ahí donde el paisaje cierra sus fronteras, una semilla de lava se desploma hasta incrustarse en el vientre de la tierra Apenas la penumbra va sitiando la ciudad, las voces ocultas se agazapan y en silencio se buscan a tientas

Con el frío desenvainando los filos de su aliento, mi sombra languidece y se alarga hasta perderse en los confines de su miedo En medio de resonancias y presagios uno empieza a rescribirse, empeñado en reencontrar con la memoria y sus fragmentos el punto aquel, donde la esperanza quedó descarrilada en un paraje del trayecto Y vuelve uno al lugar de los vestigios, al sitio devastado donde no resuena más aquel invento con el que alguna vez pusimos cielo de por medio Aquí, la mano agreste de la nada, derruye siglo tras siglo el antiguo aposento del olvido

El polvo es un espectro que pasa corriendo con delirante fiebre Repitiendo el amargo rumor de la vejez que trae consigo el viento, se aniquilan entre si los ecos Disecada por la lluvia, muere la última flor en medio del lamento de una risa vagabunda Con desenfreno el río avanza sus aguas rumbo al destierroen su cauce lleva los despojos del árbol de los sueños La hojarasca es el único manto de los frutos muertos, más abajo se lenta se pudre la roída piel de los recuerdos El abandono lame con paciencia los restos de la memoria que aún quedan sobre las piedras

El sol agoniza vertiéndose en gotas de luz cenicienta mientras, la penumbra se va haciendo cada vez más densa y eterna

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Y allí,entrampadas en las ramas de aquel cacto están mis alas Desvencijadas ¿Estoy a tiempo o llegué tarde? No lo sé. Pero siempre son las mismas plumas las que flotan en el aire...

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RA GA’CHI GUIPI’

Martín Fuentes Castillo

Gule baduhuiini’, badu ri’ni’,ra zubadi’ ma binadia’ga’ stidxi,biuu tu guni’: “gule ti lexu huiini’,bichiña laabe jñaa, ti icaabe niidxi”.

Guze, bia, gucu xhaba, nisiaasi’.Rului’ bido’ nexhe’ ndaani na’ jñaa.Deche yoo gulaa. Guipi’ cheigaachi’,pumpu yu ma da’gu’ bladu yu ruaa.

Rúnanu rini’ bixhozenu ne jñaanu:“Xhiiñe’, li’dxu’ ne xqui’dxu’ gunaxhii,rari’ gúlelu’, ga’chi’ xquipilu’”.

Ngue runi ora xquidxi dxu’ canazanuribananu xquidxinu ne rului’nácanu casi yaga gucuaa xcú.

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DONDE ESTÁ ENTERRADO EL OMBLIGO

Martín Fuentes Castillo

Nació el nene, la criatura,desde donde estoy sentado oí su llanto,alguien dijo: “nació un niñito orejas de conejo,acércalo hija, para que le des pecho”

Lo bañaron, asearon, vistieron, ya duerme.Parece santo entre los brazos de su madre.Detrás de la casa se excavó un hoyo. Se va a enterrar el ombligo,la ollita que lo contiene ya está cubierta con un plato de barro.

Oímos que dicen nuestros padres:“Hijo, quiere a tu casa y a tu pueblo,aquí naciste, aquí está enterrado tu ombligo”.

Por eso cuando vivimos en tierra lejanasentimos nostalgia por nuestro pueblo y pareceque somos como árbol de raíces profundas.

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VAGONES

Ibán de León Santiago

IPorque todos los viajes anuncian el regreso, y hora tras hora un esqueleto se quiebra en los andenes. Las vías también dicen tu nombre; oh corredor donde los grillos laten interminablemente: la muerte en el vacío es la penumbra.

IILos vagones crecen bajo el agua. Mi padre, el maquinista, tiene los ojos de Neptuno y manos carbonizadas que no tocan. Al nacer ya somos el silencio o la palabra íntima del viaje.

IIITu piel es el desierto. Hay un andar monótono que fluye. Tocarte es conducirme por el mundo, y hallar en tu quietud todos los viajes.

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EL ISTMO DE LAS CINCO FLORES Carlos Sánchez Martínez

Es en este lugar de donde mis palabras floridas salen hacia los cuatro rumbos de la tierra, en busca de ustedes: los habitantes del Istmo de las Cinco Flores. Aquí es el hábitat de los hombres excepcionales, los que están en peligro de extinción.

No pasarán los tiempos sin que nuestro territorio sea independiente y libre. El Estado del Istmo dará un paso más en su historia heroica para tener cinco verdaderas culturas, cinco lenguas oficiales, cinco pueblos autónomos cobijando cientos de comunidades. Las cinco huellas plasmaremos en los sitios sagrados. Acabará la ignorancia, acabará la suciedad. Permanecerá lo bueno.

Pone su huella la mujer Ikoots (huave) sobre las calles de arena fina, del mar de San Mateo.

El movimiento de las sombras delgadas replica el sol de la mujer Ayuuk (mixe) sobre las montañas verdosas.

Observa orgullosamente la mujer Naxhuek (zoque) a un tucán multicolor, bajo el cielo de la selva de los Chimalapas.

Mientras tanto, la mujer Chontal  de San Miguel Tenango, dialoga  con sus parientes bajo una fresca enramada en la playa de Huamelula. Festejan junto a las Ikoots el arribo de esos seres milenarios; danzan juntas el son de la tortuga.

Del corazón de la mujer Zá (zapoteca) nace la melodiosa lengua que las mujeres Guiatis (ixtaltepecanas) cantan cual cenzontli de las mañanas de mayo. Altivas, las de Atempatl (San Blas) y de Guizii (tehuana), platican bajo los frescos tejados de Tehuantepec. Preciosas se miran cuando bailan en la Vela Diidxazá las jeromeñas (ixtepecana). Viva réplica de la Virgen del Rosario es la espinaleña, quien ofrece rosas rojas a la mujer raptada. Plegarias eleva la juchiteca en el Templo de San Vicente Ferrer; son ellas las que fijan las flores en sus pechos eternamente en Guidxi Guie’ (Juchitán), las que sustentan al pueblo y a su gente.

Estas son las cinco flores del nuevo Estado: el Estado del Istmo.  Pintemos cinco telas sagradas, unamos las voces y las flores para crear nuestra bandera, que volará bajo el firmamento de los dioses antiguos, y de hoy...

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