islas[conciencia] núm. 01 - biodiversidad

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invierno 2010 Nº 1 ejemplar gratuito [ conciencia] el periódico del Museo Elder slas ORGANIZA Y PRODUCE: Gobierno de Canarias FINANCIA: Agencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información Gobierno de Canarias

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islas[conciencia] es la nueva línea de publicaciones de divulgación científica del Museo Elder de la Ciencia y la Tecnología de Las Palmas de Gran Canaria, entidad adscrita a la Viceconsejería de Turismo del Gobierno de Canarias. Con ella, el Museo pretende hacer llegar a la ciudadanía los conocimientos, reflexiones y proyectos de científicos e investigadores en aquellos campos de especial relevancia para Canarias, pero con vocación universal, en el ámbito de la investigación, la innovación y el desarrollo.El formato elegido para islas[conciencia], un periódico con artículos de diversos autores que desde distintas áreas de conocimiento aborden una misma temática, tiene como objetivo el poner a disposición, tanto del autor como de los lectores, el espacio suficiente para que las ideas, los conceptos y los razonamientos puedan ser expuestos con la necesaria profundidad. Sin embargo, es nuestro deseo que islas[conciencia] sea predominantemente divulgativo, esto es, accesible para todos aquellos que, sin ser especialistas ni poseer conocimientos técnicos sobre el tema, estén interesados en conocer y disfrutar con y de la ciencia.Para este primer número dedicado a la biodiversidad, hemos contado con la colaboración de biólogos, físicos, químicos, geólogos, ecólogos o filólogos que desarrollan su trabajo en distintas universidades, institutos y departamentos de la Administración. Cada uno, desde su área de investigación, nos ofrece un punto de vista único para que con el conjunto podamos conformarnos una imagen global de aproximación sobre uno de los campos de estudio de mayor relevancia en la actualidad. No en vano, las Naciones Unidas declararon el año 2010 como Año Internacional de la Biodiversidad.A través de los escritos que componen esta publicación descubriremos el origen reciente del término biodiversidad, la importancia de las islas como “puntos calientes” de variedad biológica y el caso especial de Canarias por su elevado número de especies endémicas y por la grave amenaza en la que se ha convertido la introducción de especies exóticas. Intentaremos comprender cuáles son las razones que provocan la existencia de este inimaginable número de especies biológicas distintas y por qué algunas clases, como los insectos, parecen haber triunfado y otras, como los anfibios, presentan actualmente unas tasas de extinción alarmantes. Revisaremos los proyectos y herramientas utilizadas para la conservación y gestión de los recursos naturales o las nuevas oportunidades que se nos presentan gracias a organismos, hasta ahora no explotados, como las microalgas. La biodiversidad tratada desde campos como la fisiología provoca nuestro asombro al desvelar las insólitas soluciones que la evolución ha encontrado para resolver los problemas del frío o el calor y como la física o la química, abre ante nosotros un mundo insospechado de características que presenta la vida y que ahora comenzamos a comprender. Pero las especies vivas actuales no son sino una pequeña parte de todas las especies que han poblado nuestro planeta a lo largo de los últimos 3.500 millones de años, muchas de las cuales desaparecieron en grandes extinciones masivas dejándonos, como único testimonio de su paso, unos pocos restos fósiles que la paleontología se afana en estudiar. Desde el Museo Elder de la Ciencia y la Tecnología queremos agradecer sinceramente el esfuerzo y el tiempo dedicado, muchas veces robado de sus obligaciones investigadoras, docentes o profesionales, por todos y cada uno de los autores de los artículos, ilustraciones y diseñadores que, sin excepción, se prestaron a colaborar desde el primer momento en este nuevo proyecto de divulgación y difusión de la ciencia. El resultado de su ilusión, dedicación y saber hacer es este primer número de islas[conciencia].Este periódico, y la publicación paralela del Museo de la Ciencia y el Cosmos de Tenerife dedicada a la astronomía, ha sido posibles gracias a la financiación de la Agencia Canaria de Investi

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Page 1: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

invierno 2010Nº 1

ejemplar

gratuito

[conciencia]el periódico del Museo Elder

slas

ORGANIZA Y PRODUCE:

Gobiernode Canarias

FINANCIA:

Agencia Canariade Investigación, Innovacióny Sociedad de la InformaciónGobierno de Canarias

Page 2: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

Paulino Rivero BautePRESIDENTE DEL GOBIERNO DE CANARIAS

FUNDACIÓN CANARIA MUSEO DE LA CIENCIA Y LATECNOLOGÍA DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIA

Ricardo Fernández de la Puente ArmasPRESIDENTE DE LA FUNDACIÓN. VICECONSEJERO DETURISMO DEL GOBIERNO DE CANARIAS

José Regidor GarcíaVICEPRESIDENTE DE LA FUNDACIÓN. RECTOR DE LAUNIVERSIDAD DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIA

VOCALESIsabel Pascua Febles

José Juan Martínez Díaz

Sinesia María Medina Ramos

Rita Enma Hernández Callero

Miguel Cabrera Cabrera

María Méndez Castro

Julio Melián Pérez Marín

Juan Ruiz Alzola

Cristian Santana Hernández

José Carlos Manzano Fernández

MUSEO ELDER DE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍADE LAS PALMAS DE GRAN CANARIA

Fernando Pérez GonzálezDIRECTOR-GERENTE

José Miranda AyalaADMINISTRADOR

TÉCNICOSJosé C. Ruano Caballero

José Sarmiento Rodríguez

Mª Arántxatxu Rodríguez Quintana

César Díaz Vega

Gregorio de la Fuente Frutos

PUBLICACIÓN

COORDINACIÓN GENERALFernando Pérez González

ADMINISTRACIÓNJosé Miranda Ayala

COORDINACIÓN TÉCNICAGregorio de la Fuente Frutos

TEXTOSSalvador Gregorio Benítez

José L. Martín Esquivel

David Romo Vallejo

Juli Caujapé Castells

Manuel Arechavaleta Hernández

José Luis Gómez Pinchetti

Elizabeth Ojeda Land

Manuel Ángel Vera Galván

Juan Pedro de Nicolás

Obdulia Mª Molina Bolaños

María del Carmen Brito de la Nuez

Martín Moreno Muñoz

José Luis Viejo Montesinos

Ignacio de la Riva

Juan Ignacio Pérez Iglesias

Patricia Assunção

Adelina de la Jara

Laura Carmona

Karen Freijanes

Eduardo Portillo

Héctor Mendoza

Juan Manuel Martín González

Jesús García Rubiano

Jesús Pérez Peña

José Luis Eiroa Martínez

Enrique Peñalver Mollá

Joaquín Moratalla

Araceli Santana Benítez

Miguel Ángel Cabrera Pérez

DISEÑO Y MAQUETACIÓNCarlos Tavío

ILUSTRACIÓN CENTRALIñaki Díez Cortaberría

IMPRESIÓNArtes Gráficas del Atlántico S.A.

EDITAMuseo Elder de la Ciencia y la Tecnología de Las Palmas

de Gran Canaria.

Viceconsejería de Turismo del Gobierno de Canarias

PATROCINAAgencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad

de la Información del Gobierno de Canarias

islas[conciencia] es la nueva línea de publicaciones de divulgación científica del Museo Elderde la Ciencia y la Tecnología de Las Palmas de Gran Canaria, entidad adscrita a la Viceconsejería

de Turismo del Gobierno de Canarias. Con ella, el Museo pretende hacer llegar a la ciudadanía

los conocimientos, reflexiones y proyectos de científicos e investigadores en aquellos campos

de especial relevancia para Canarias, pero con vocación universal, en el ámbito de la

investigación, la innovación y el desarrollo.

El formato elegido para islas[conciencia], un periódico con artículos de diversos autores que

desde distintas áreas de conocimiento aborden una misma temática, tiene como objetivo el

poner a disposición, tanto del autor como de los lectores, el espacio suficiente para que las

ideas, los conceptos y los razonamientos puedan ser expuestos con la necesaria profundidad.

Sin embargo, es nuestro deseo que islas[conciencia] sea predominantemente divulgativo,

esto es, accesible para todos aquellos que, sin ser especialistas ni poseer conocimientos

técnicos sobre el tema, estén interesados en conocer y disfrutar con y de la ciencia.

Para este primer número dedicado a la biodiversidad, hemos contado con la colaboración

de biólogos, físicos, químicos, geólogos, ecólogos o filólogos que desarrollan su trabajo en

distintas universidades, institutos y departamentos de la Administración. Cada uno, desde

su área de investigación, nos ofrece un punto de vista único para que con el conjunto podamos

conformarnos una imagen global de aproximación sobre uno de los campos de estudio de

mayor relevancia en la actualidad. No en vano, las Naciones Unidas declararón el año 2010

como Año Internacional de la Biodiversidad.

A través de los escritos que componen esta publicación descubriremos el origen reciente del

término biodiversidad, la importancia de las islas como “puntos calientes” de variedad biológica

y el caso especial de Canarias por su elevado número de especies endémicas y por la grave

amenaza en la que se ha convertido la introducción de especies exóticas. Intentaremos

comprender cuáles son las razones que provocan la existencia de este inimaginable número

de especies biológicas distintas y por qué algunas clases, como los insectos, parecen haber

triunfado y otras, como los anfibios, presentan actualmente unas tasas de extinción alarmantes.

Revisaremos los proyectos y herramientas utilizadas para la conservación y gestión de los

recursos naturales o las nuevas oportunidades que se nos presentan gracias a organismos,

hasta ahora no explotados, como las microalgas. La biodiversidad tratada desde campos

como la fisiología provoca nuestro asombro al desvelar las insólitas soluciones que la evolución

ha encontrado para resolver los problemas del frío o el calor y como la física o la química,

abre ante nosotros un mundo insospechado de características que presenta la vida y que

ahora comenzamos a comprender. Pero las especies vivas actuales no son sino una pequeña

parte de todas las especies que han poblado nuestro planeta a lo largo de los últimos 3.500

millones de años, muchas de las cuales desaparecieron en grandes extinciones masivas

dejándonos, como único testimonio de su paso, unos pocos restos fósiles que la paleontología

se afana en estudiar.

Desde el Museo Elder de la Ciencia y la Tecnología queremos agradecer sinceramente el

esfuerzo y el tiempo dedicado, muchas veces robado de sus obligaciones investigadoras,

docentes o profesionales, por todos y cada uno de los autores de los artículos, ilustraciones

y diseñadores que, sin excepción, se prestaron a colaborar desde el primer momento en este

nuevo proyecto de divulgación y difusión de la ciencia. El resultado de su ilusión, dedicación

y saber hacer es este primer número de islas[conciencia].

Este periódico, y la publicación paralela del Museo de la Ciencia y el Cosmos de Tenerife

dedicada a la astronomía, ha sido posibles gracias a la financiación de la Agencia Canaria

de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información (ACIISI) del Gobierno de Canarias.

Editorial

ORGANIZA Y PRODUCE: FINANCIA:

Gobiernode Canarias

Page 3: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

SU

MA

R O[conciencia]

el periódico del Museo Elder slas

4NUEVAS PALABRAS PARANUEVAS REALIDADESAPROXIMACIÓN AL TÉRMINOBIODIVERSIDAD DESDE UNPUNTO DE VISTA FILOLÓGICOAutor: Salvador Gregorio Benítez Rodríguez

6 ISLAS Y BIODIVERSIDADAutor: José L. Martín Esquivel

8LAS ISLAS GALÁPAGOS:UN LABORATORIO PARA LAEVOLUCIÓNAutor: David Romo Vallejo

11 UNA VISIÓN MOLECULAR

LA FLORA ENDÉMICATERRESTRE CANARIA EN LASOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN:

Autor: Juli Caujapé Castells

18

LA MUSARAÑA CANARIAAutores: Dña. Obdulia Mª Molina Bolaños,Dña. María del Carmen Brito de la Nuez,Dr. D. Martín Moreno Muñoz

20LAS ESPECIESEXÓTICAS INVASORAS:UNA AMENAZA PARA LABIODIVERSIDAD CANARIAAutora: Elizabeth Ojeda Land

23NATURA 2000:LA HERRAMIENTA TERRITORIALEUROPEA DE LA CONSERVACIÓNDE LA NATURALEZAAutor: Manuel Ángel Vera Galván

26BIODIVERSIDAD DE LA GESTIÓNDE LA BIODIVERSIDADNECESIDAD URGENTE DE UN CAMBIO ENLA GESTIÓN DE LA BIODIVERSIDADAutor: Juan Pedro de Nicolás

31

ALGOLOGÍA Y BIODIVERSIDADREFLEXIONES SOBRE ALGOLOGÍAEL DESCUBRIMIENTO DE NUEVASESPECIES Y SUS APLICACIONESINDUSTRIALES REALES Y POTENCIALES.Autor: Juan Luis Gómez Pinchetti

16LA LISTA DE ESPECIESSILVESTRES DE CANARIAS 2009Autor: Manuel Arechavaleta Hernández

DIVERSIDAD Y DECLIVEMUNDIAL DE LOS ANFIBIOSAutor: Ignacio de la Riva

35LA DIVERSIDAD DEINSECTOS ESPAÑOLESAutor: José Luis Viejo Montesinos

39DIVERSIDAD FISIOLÓGICAAutor: Juan Ignacio Pérez Iglesias42

45POTENCIALBIOTECNOLÓGICO DE LAS

MICROALGASAutores: Patricia Assunção, Adelina dela Jara, Laura Carmona, Karen Freijanes,Eduardo Portillo, Héctor Mendoza

47LA BIODIVERSIDADY LAS CIENCIAS FÍSICASAutores: Dr. Juan Manuel Martín Gonzálezy Dr. Jesús García Rubiano

52BIODIVERSIDAD Y QUÍMICA:EL GRAN LABORATORIO DE LANATURALEZAAutores: Jesús Pérez Peñay José Luis Eiroa Martínez

57LA BIODIVERSIDADDEL PASADO Y EL ÉXITO DE LOSINSECTOSAutor: Enrique Peñalver Mollá

61TURISMO YBIODIVERSIDADAutora: Araceli Santana Benítez.

59

LOS PLANES DERECUPERACIÓN:INSTRUMENTOS PARA LACONSERVACIÓN DE LASESPECIES AMENAZADASAutor: Miguel Ángel Cabrera Pérez

62

LAS GRANDES EXTINCIONESDE LA HISTORIA DE LA VIDA:

UN GRAN FILTRO PARALA BIO-DIVERSIDADAutor: Joaquín Moratalla

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[conciencia] slas

4EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

NUEVAS PALABRAS PARANUEVAS REALIDADES

APROXIMACIÓN AL TÉRMINO BIODIVERSIDAD DESDE UNPUNTO DE VISTA FILOLÓGICO

Autor:

Salvador Gregorio Benítez RodríguezInvestigaciones Filológicas en Canarias. ULPGC.

Escribir un artículo sobre la palabra biodiversidad desde

un punto de vista filológico exige aproximarse, evidente-

mente, a todos los aspectos que son relevantes para

llegar a comprender su alcance como palabra, su valor

como ente lingüístico. Ahora bien, si queremos percibir

su verdadera esencia, debemos acercarnos al medio

natural, a la realidad que nos circunda, en suma, al

mundo. Y no solo porque a través de la lengua, que

funciona como vehículo de comunicación, le damos

nombre a la realidad, sino porque ambas, las lenguas y

las especies, han evolucionado con el tiempo a partir de

un origen común mediante un proceso denominado

selección natural.

En la naturaleza, la vida nació en un mar de materia

inerte. Los seres primigenios se multiplicaron en seres

semejantes con vida propia que ocuparon las regiones

vacías del planeta donde se desarrollaron, se multiplicaron

y se diversificaron, sobreviviendo y adaptándose a las

diferentes condiciones de vida.

Las lenguas, por su parte, nacen desde la necesidad del

ser humano de comunicarse con los demás miembros

de su comunidad; desde el deseo de expresar sus alegrías

y sus penas, sus sueños y sus esperanzas, sus anhelos

y sus nostalgias; desde la necesidad de dar órdenes, de

influir sobre el oyente, de llamar su atención, pero también

de darle nombres a la realidad para distinguirla de otras;

desde la necesidad de organizar el mundo circundante

y de ordenarlo para organizar y ordenar así el pensamiento.

En la evolución el hombre comenzó a desarrollar la

capacidad del lenguaje, o sea, la de adiestrar a los

órganos que participan en la fonación en la producción

de una serie de sonidos que, combinados según las

reglas que por convención se van estableciendo en la

propia lengua, se convierten en elementos con significado,

esto es, en signos desde el momento en que son acep-

tados por los demás miembros de la comunidad como

tal, es decir, como elementos portadores de contenido.

Esos signos, igual que las demás especies naturales, se

desarrollan, se multiplican, se diversifican para adaptarse

a las necesidades comunicativas y a las capacidades

modulares de las articulaciones bucofaríngeas. Algunos

de estos signos con el tiempo se extinguen porque son

reemplazados por otros en un proceso de selección

natural o porque, simplemente, la realidad a la que

nombraban ha desaparecido, se ha extinguido. Ahora

bien, también nacen otros nuevos para nombrar nuevas

realidades, nuevos objetos, nuevas dimensiones, nuevos

productos o nuevas preocupaciones. La mayoría evolu-

ciona, pero, sobre todo, los más productivos se combinan

con otros para crear nuevos signos, entes con vida propia

que se adaptan al medio y que responden a los tiempos.

En los tiempos de Darwin, a mediados del siglo XIX, cupo

hablar de especies y de evolución, de transmutación y

de selección natural pues sus postulados acerca del

hecho de que todas las especies de seres vivos hayan

evolucionado a lo largo del tiempo a partir de un antepa-

sado común mediante el proceso de selección natural

supusieron una importantísima revolución científica que

hizo necesaria la creación de nuevos términos para

nombrar tales hallazgos y contrastarlos.

Es, por el contrario, en nuestros tiempos, finales del siglo

XX y principios del XXI, cuando nace el término biodiver-

sidad, sin embargo, no el concepto, pues este ya fue

apuntado en cierta manera por la propia “Teoría de la

Evolución”. Según las fuentes, esta palabra fue utilizada

por primera vez en septiembre de 1986 en el título de

una conferencia sobre el tema, el National Forum on

BioDiversity, convocada por Walter G. Rosen, a quien se

le atribuye la idea de la palabra. Sin embargo, el concepto,

por su carácter intuitivo, ha presentado ciertas dificultades

para su definición precisa.

Según la RAE, este término se define como la `variedad

de especies animales y vegetales en su medio ambiente´.

En el campo de la biología, en particular, se entiende que

la biodiversidad abarca al número de poblaciones de

organismos y de especies distintas, pero se hace necesario

hacer algunas precisiones en lo que atañe a su alcance

designativo. Cuando se habla de biodiversidad se han de

distinguir cuatro niveles: en primer lugar, el que se refiere

a la diversidad genética o intraespecífica, que contempla

la diversidad de versiones de individuos dentro de una

especie, las variaciones interindividuales o variedad de

genotipos; en segundo lugar, la diversidad específica, que

contempla la pluralidad de especies, es decir, de sistemas

genéticos o genomas; en tercero, la ecosistémica, que

describe la diversidad de las comunidades de especies

distintas. Y, por último, aquella que describe la riqueza de

esas especies dentro de las comunidades, es decir, la

diversidad interna. En el campo de la ecología el concepto

engloba, además, la diversidad de interacciones entre las

especies y el medio en el que viven: el aire que los rodea,

el agua de la que viven, el suelo que les abriga y el resto

del entorno en el que se desenvuelven.

Esto es en lo que se refiere a su alcance semántico, a su

capacidad designativa, a su valor como signo lingüístico.

Ahora bien, en lo que se refiere a su formación la palabra

biodiversidad no es un elemento que nació ex novo desde

una combinación azarosa de sonidos, sino que es el

En la naturaleza, la vida nacióen un mar de materia inerte.

La Torre de Babel, de Pieter Brueghel el Viejo. Kunsthistorisches Museum

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[conciencia] slas

5EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

producto resultante de la combinación de otros signos

que existían con anterioridad en la lengua; por ello debemos

distinguirlos y deslindarlos, y una vez deslindados, anali-

zarlos y caracterizarlos, prestando especial atención a su

clase, a su comportamiento, a su procedencia, a su

significado y a los tipos de relaciones que se establecen

entre ellos.

De entrada, se sabe que la palabra biodiversidad es un

calco del vocablo del inglés biodiversity. Para algunos,

este término resulta de la contracción de la expresión de

la misma lengua «biological diversity» propuesta por

Thomas Lovejoy en 1980 dada la creciente preocupación

en el mundo de las ciencias de la Naturaleza por describir

y por caracterizar la diversidad interna de los ecosistemas.

Esta expresión está integrada por dos unidades, biological

y diversity, términos que, desde un punto de vista de su

formación, se crean en la lengua de Shakespeare, pero

no a partir de especies lingüísticas autóctonas, de for-

mantes creados desde la lengua, sino a partir de signos

de otras lenguas, fundamentalmente de las lenguas

clásicas, bien del griego, que se introducen a través del

latín , como son bio-, -logo, -ico; bien del propio latín,

como es el caso de -al, di-, versus. Pero también a partir

de signos de lenguas románicas, como es el caso del

segmento -ty, que entró a través de la lengua de Voltaire.

Todos estos signos funcionan como especies lingüísticas

foráneas que se aclimatan y se adaptan a los rasgos que

conforman y definen el ecosistema de la lengua británica

y, en particular, a sus hábitos y a sus limitaciones articu-

latorias en la pronunciación. Esta es una gran parte de

la herencia que ha recibido el inglés de las lenguas clásicas

y de alguna de las románicas. Ahora bien, ¿de qué manera

se desenvuelven y se comportan esos signos en un nuevo

ecosistema lingüístico? ¿Cómo se relacionan en el nuevo

medio entre sí y con los demás signos del inglés?.

Es necesario dejar claro que esta lengua no solo ha

recibido en herencia de otros idiomas estos y otros

muchos signos de este tipo y palabras ya formadas, sino

que, al adoptar tales términos, esta lengua asumió como

propios los procedimientos de creación de palabras de

aquellas, en concreto, los patrones en los que se basó

el latín para el enriquecimiento de su caudal léxico y los

de las lenguas románicas que nacieron a partir de él. Esta

importantísima herencia es producto de la convivencia

de tres lenguas durante más de trescientos años en

Inglaterra: la lengua anglosajona, usada por el pueblo

como lengua cotidiana; el latín, reservada para la liturgia

casi exclusivamente; y el francés, la lengua de la corte y

de la nobleza británicas, que se convirtió en la lengua de

prestigio. El resultado más inmediato ha sido el de que

la lengua inglesa, en la creación de nuevas palabras, no

solo recurra con cierta frecuencia a los signos heredados

de otras lenguas, sino también a los mismos procedimien-

tos de creación de palabras que se daban en las lenguas

que sirvieron de modelos; en concreto, los de derivación,

por un lado, esto es, la adición a una palabra ya existente

de un elemento que signifique al principio de ella, llamado

prefijo, como en subespecie para el español y en subspecie

en el caso del inglés, o a final de ella, llamado sufijo, como

en ecologista para el español y en ecologist para el inglés;

los de composición, a través de la unión de dos elementos

léxicos, de dos palabras preexistentes, como es el caso

de quebrantahuesos, una especie de ave, para el español

y dogfish, para el inglés, que alude a una especie de pez;

y, por último, los de contracción, es decir, los de creación

de un nuevo término a partir de partes de otras palabras,

como ya hemos apuntado que sucede con el vocablo

que analizamos.

Todos estos fenómenos dejan de manifiesto que las

palabras, los signos que las componen y las reglas de

combinación de los signos viajan en el espacio y en el

tiempo y que se adaptan en un ecosistema lingüístico

diferente al suyo o, por el contrario, se extinguen, mueren,

desaparecen. En este sentido, biological, por su parte,

es un término producto de la combinación de varias

unidades lingüísticas mínimas con significado: por un

lado, el elemento compositivo o prefijal de origen griego

βιο-, que significa `vida´ y que constituye el elemento de

segundo orden en el término; por otro lado, otro elemento

compositivo, -´logo, ga, que deriva del latín -logus, y este

a su vez del griego -λογο, que alude a la `palabra´ y que

funciona como el núcleo de tal expresión; el elemento

sufijal -´ico, ca, que procede del latín -icus, y este del

griego -lkóç y cuya función semántica es la de indicar

`relación´; y, finalmente, el elemento sufijal -al, que procede

del latín -alis y que expresa también ̀ relación o pertenencia´.

Estos dos últimos elementos funcionan como auxiliares

del primero de la expresión ya que de esta manera hacen

referencia a 'lo relativo al conocimiento de la vida'.

El segundo de los elementos, diversity, es también una

palabra en cuya génesis han participado numerosos

signos. Por un lado, la base que procede del latín diversus,

que es, a su vez, el resultado de la fusión del elemento

di-, que significa `extensión o propagación´, elemento

auxiliar, y de la base versus, que significa `especie,

naturaleza, forma, etc.´, que funciona como el núcleo de

la expresión, a la que se le ha añadido el sufijo del inglés

-ty, que procede del francés -te, elemento auxiliar que

tiene su homólogo español en -dad, ambos de origen

latino, con el que se expresa la abstracción de la cualidad,

en concreto, de `la propagación de la naturaleza, de las

especies´.

Como ya se ha apuntado, en la formación del término

biodiversidad se da el fenómeno de la contracción de los

dos términos ya analizados, vocablos que nacen desde

la lengua, desde los signos con los que ella ya cuenta.

En nuestro caso, la nueva palabra se ha creado a partir

del primer elemento del término biological, el signo bio,

y el segundo término entero; de ahí biodiversity, cuyo

calco en español es biodiversidad.

Este primer elemento es un signo muy productivo y de

una reciente gran vitalidad en la creación de nuevos

términos en el campo científico como, por ejemplo, lo

son bioética, biochip, bioestadística, biocompatibilidad,

biocenosis etc. Esa vitalidad y el hecho de que haya sido

el signo que junto con diversidad más importan es sin-

tomático de un estado de cosas: el hombre es cada vez

más consciente de que, para contrarrestar su influencia

sobre el medio ambiente y para evitar la extinción de la

vida en la tierra, es necesario proteger la biodiversidad,

esto es, la diversidad de vida en el planeta, lo que supone

también la biodiversidad de signos a través de los que

nombrar a los seres que la conforman, caracterizarlos y

definirlos, porque las lenguas no son más que el espejo

en el que se refleja el mundo circundante. Las lenguas y

las especies nacieron de un germen común y seguirán

el camino de la vida juntas y de la mano.

Autor: Salvador Gregorio Benítez Rodríguez

Thomas Lovejoy, creador del término biodiversidad.

Quebrantahuesos

Page 6: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

[conciencia] slas

6

ISLAS Y BIODIVERSIDAD

Autor:

José L. Martín EsquivelObservatorio de Desarrollo Sostenible,

Agencia Canaria de Desarrollo Sostenible y

Cambio Climático

Las Galápagos, al oeste de Sudamérica, y el archipiélago

Malayo, al sur de Asia, fueron los laboratorios donde dos

insignes naturalistas, Charles Darwin y Alfred Russell

Wallace, reflexionaron hace unos 150 años sobre el origen

de las especies. A partir de sus observaciones sobre la

biodiversidad de territorios distantes cuyo nexo geomor-

fológico común era que se trataba de islas, ambos llegaron

a la similar conclusión de que las especies provenían

unas de otras evolucionando desde ancestros comunes1.

Casi un siglo antes, Linneo ya había resaltado el papel

de las islas al afirmar que las cosas vivas tuvieron su

origen en una isla montañosa rodeada por el océano

primitivo, que era lo suficientemente alta como para

ofrecer una variedad de hábitats similar a la existente en

las actuales montañas. Naturalmente la intención de

Linneo no era otra sino dar salida a la aparente contra-

dicción de que todas las especies hubieran sobrevivido

en un arca durante el diluvio bíblico, que por muy grande

que hubiera sido parecía imposible que hubiera contenido

tanta variedad de formas como él observaba. La teoría

de la isla de clima primaveral como centro de la creación

fue una primera contribución a la relación teórica entre

la variedad de hábitats y biodiversidad. Con el tiempo,

la idea de un único centro de creación evolucionó hacia

centros múltiples, a modo de islas-continente repartidas

por distintas zonas ecográficas.

Los hallazgos fósiles generaron gran incertidumbre sobre

estos razonamientos, probaba que las especies podían

extinguirse y denotaban un sospechoso parecido con

muchas formas vivientes, como si alguna relación des-

conocida entonces uniera unas especies con otras. Con

base en ello, el geólogo Charles Lyell, contemporáneo

de Darwin y Wallace, llegó a aventurar que la extinción

sucesiva de animales y plantas debía ser parte del

constante y regular curso de la naturaleza. La síntesis

entre las ideas previas vino de la observación de las

biotas insulares. La publicación del "Origen", por Charles

Darwin en 1859, abrió el camino a las modernas teorías

evolutivas y los inventarios en miles de islas impulsaron

los estudios de la biogeografía. Las islas se revelaron

como centros de biodiversidad donde las especies únicas

y exclusivas, desconocidas en otras partes del planeta

(endemismos), era la tónica general frente a lo que ocurría

en los continentes donde había muchas más especies,

pero muy expandidas por extensos territorios.

Exactamente un siglo más tarde, en enero de 1959,

Edward Wilson, un biólogo de Harvard que a la postre

se convertiría en uno de los grandes paladines de la

Desde un punto de vista bioló-gico, las islas están en la cunade la historia del conocimientosobre la evolución.

Charles Darwin

Alfred Russell

defensa de la biodiversidad, especulaba sobre la distri-

bución de las especies en Nueva Guinea2. En sus estudios

de entonces estuvo el germen de la que hoy conocemos

como biogeografía insular, uno de cuyos pilares se

edificaría más tarde, fruto de la colaboración de Wilson

con el ecólogo Robert MacArthur3. Ambos establecieron

la relación entre la superficie de las islas, su antigüedad

y su grado de aislamiento y la biodiversidad que alber-

gaban en la denominada “teoría del equilibrio de biogeo-

grafía insular”. Con dicha teoría ayudaron a comprender

los patrones que regían la biodiversidad en las islas e

iniciaron una intensísima línea de investigación sobre

biodiversidad en islas que hoy continua a pleno

rendimiento4. El último desarrollo de la biogeografía insular

incorpora los procesos evolutivos de formación de especies

y el ciclo geológico de las islas volcánicas, desde su

génesis hasta su desaparición por simple erosión, en una

nueva síntesis que se ha denominado “teoría dinámica

de biogeografía de islas oceánicas". Es el resultado del

trabajo de un grupo de investigadores liderados por el

Profesor Robert Whittaker, de la Universidad de Oxford,

con importantes aportaciones de los científicos canarios.

Parte de este trabajo se sustentó en los recuentos de

biodiversidad realizados por los Bancos de Biodiversidad5

de los Gobiernos de Canarias, Azores, Madeira y Cabo

Verde, con una confección común desarrollada en nuestro

archipiélago6.

Islas hay de muchas formas y dimensiones, pero según

su origen podemos diferenciarlas en oceánicas y conti-

nentales. Las primeras emergieron directamente de los

fondos oceánicos y jamás han estado unidas a un conti-

nente, mientras que las continentales han compartido su

historia con otras masas de tierra vecinas al menos en

algún momento. Las islas oceánicas son las que albergan

mayor cantidad de especies exclusivas: Canarias es un

buen ejemplo de ello.

Biodiversidad de CanariasEl inventario más reciente de Biodiversidad de Canarias

resulta de los bancos de datos que mantiene el Gobierno

de Canarias y el Colegio Oficial de Biólogos de Canarias,

donde se resume el estado del conocimiento de las

especies terrestres7 y marinas8. Las especies terrestres

citadas en Canarias son 14.254 especies de animales,

plantas y hongos, sin considerar fósiles o subfósiles. Los

animales son el grupo dominante (62%), seguido de

plantas y hongos con una representación similar (19%).

Hasta 3.857 de todas estas especies son endémicas de

Canarias. La mayoría son animales y en concreto artrópo-

dos, que es el filo dominante en general en la biodiversidad

de todo el mundo.

El último censo realizado en el medio marino data de

2003. En él se registraron 3.965 especies de las cuales

Islas Canarias

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

Page 7: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

[conciencia] slas

7

regiones donde se daban las condiciones climáticas

adecuadas para su pervivencia. Actualmente, tres de las

cinco especies de plantas exóticas mencionadas que de

media se naturaliza cada año en Canarias, se ven favore-

cidas en su expansión por el calentamiento global.

AmenazaHablando en términos muy generales, la probabilidad de

que una especie insular se extinga es unas 40 veces

superior a que lo haga una continental, y los análisis de

las extinciones acaecidas históricamente en todo el mundo

parecen corroborar tal afirmación: el 80% de las extinciones

conocidas desde la expansión europea hasta la actualidad

han sido especies insulares.

La pérdida de hábitats tiene importantes consecuencias

en la desaparición de las especies. Una interesante

derivación de la teoría clásica de biogeografía insular

predice que la desaparición del 90% de la superficie de

un hábitat puede conllevar una extinción de la mitad de

las especies. Teniendo en cuenta la gran cantidad de

especies endémicas que hay en Canarias y la singularidad

de muchos de sus hábitats naturales, es fácil deducir que

la regresión se acompañará de notables extinciones.

Se pueden hacer algunas conjeturas a este respecto. Por

ejemplo, el monteverde de Gran Canaria ocupaba en el

siglo XV una extensión muy superior a la actual, aproxi-

madamente 16.344 hectáreas. En dicho bosque, conocido

por los historiadores como la selva de Doramas, se

encontraban las especies más características de la laurisilva

de la isla. Sin embargo, las continuas talas, la sobreex-

plotación y la transformación del territorio al que se vio

sometido durante siglos, determinó la desaparición del

98,4% de su extensión. La aplicación de la relación

especies área antes mencionada permite concluir que al

menos el 56% de las especies que albergaba este bosque

hubo de desaparecer, y con ellas el 95% de los endemis-

mos locales que vivían en él. Lamentablemente ignoramos

cuáles eran estos endemismos locales, pero no por ello

la pérdida deja de ser importante. Sí podemos afirmar

que, según este modelo matemático, se extinguieron 19

endemismos locales por cada uno que haya sobrevivido12.

La peculiaridad en la biodiversidad es la cualidad más

genuina de la naturaleza de las islas en todo el mundo.

Conforma una herencia evolutiva cuya importancia tras-

ciende los límites de la isla, realzando su globalidad. Las

modernas políticas de conservación que hablan de con-

tener la pérdida de la biodiversidad antes de 2020, en

realidad refieren a la necesidad de preservar la singularidad

biótica de las islas, ya que en ellas reside una parte

destacada de las formas de vida más raras y exclusivas

del planeta.

Autor: José L. Martín Esquivel

solo 365 eran endémicas. Sin embargo los esfuerzos de

los últimos años y los reanálisis de trabajos previos

permiten suponer que esta biodiversidad es con seguridad

de, al menos, un millar de especies más. En el océano,

el grupo dominante es el de los moluscos, concretamente

los del tipo gasterópodo.

RarezaSi algo caracteriza a la biodiversidad endémica de Canarias

es el elevado grado de especies raras. Solo en la isla de

Tenerife hay más de 150 que apenas se conocen en

reductos de menos de 10 km2 y aunque hay quien

considera que ello no es sino consecuencia de un alto

grado de presión sobre el territorio que ha llevado a las

especies a sobrevivir arrinconadas en dichos lugares, lo

cierto es que obedece en buena parte a una distribución

natural. La rareza es, al menos en Canarias, consustancial

a su propia biodiversidad, fruto de una compleja historia

natural con consecuencias evolutivas.

Es una biodiversidad con mayor riesgo intrínseco de

desaparición que la continental, pero no necesariamente

amenazada por naturaleza. Asociar rareza a amenaza es

una confusión cuyas raíces quizás se encuentren en la

tradición botánica de una vieja teoría que relacionaba la

antigüedad de las especies con la amplitud de su distri-

bución. En una serie de trabajos sueltos entre 1916 y

1921, y finalmente en un libro en 1922, J.C. Willis propuso,

refiriéndose a las plantas, que sólo las especies jóvenes

tendrían distribuciones reducidas, de modo que lo natural

sería una tendencia a ocupar amplios rangos9. Aunque

Willis consideraba que no había muchos ejemplos de

especies extinguiéndose, algunos naturalistas interpretaron

su teoría a la inversa: si una especie tenía una distribución

restringida podía deberse a que estaba en regresión. La

hipótesis de Willis nunca ganó aceptación como regla

general, pero las ideas que Willis documentó se aplicaron

en Canarias10 en un temprano análisis que quizás, de

alguna forma, aún perdura en el subconsciente de muchos

naturalistas.

FragilidadLos ecosistemas de las islas son frágiles y muy vulnerables

a la intervención humana, pues han evolucionado en un

entorno menos competitivo que el de los sistemas

continentales11. Las especies endémicas, más adaptadas

a los hábitats de la isla, viven en una suerte de trampa

evolutiva que les hace soportar peor cualquier cambio en

el ecosistema que las especies no endémicas, y tampoco

pueden refugiarse en otros lugares, dado lo limitado del

territorio insular. El cambio puede provenir tanto de una

intervención humana como de la aparición de especies

introducidas. En las tres últimas décadas se ha registrado

en Canarias cinco plantas y un vertebrado exóticos cada

año, de promedio, lo cual además de entrañar una ame-

naza para la biota nativa ha llevado a una rebaja significativa

en los porcentajes de endemicidad. Por ejemplo, en el

caso de la flora, la proporción de especies endémicas se

ha visto reducida desde la mitad a la tercera parte. La

consecuencia final es que la biodiversidad crece pero a

costa de disminuir su singularidad.

Un problema añadido para la preservación de la biodiver-

sidad viene de la mano del emergente calentamiento

global, que favorece el asentamiento en las islas de

muchas especies tropicales que en otras circunstancias

difícilmente podrían reproducirse aquí. Un ejemplo signi-

ficativo es el de los Laureles de Indias, cuyos frutos nunca

maduraron desde que se inició su cultivo en los parques

y jardines de Canarias, hasta que en los años ochenta

del pasado siglo se asilvestró Eupristina verticillata, un

himenóptero polinizador tropical que ha seguido a los

laureles por todo el mundo, asentándose en aquellas Islas Hawaii

1 Wallace, A.R. 1858. On the Tendency of Varieties

to Depart Indefinitely From the Original Type

(S43: 1858).

[http://people.wku.edu/charles.smith/index1.htm]

Darwin, Ch. 1859. On the Origin of species by

means of natural selection or the preservation

of favoured races in the struggle for life. John

Murray, London. 502 pp. [http://darwin-

online.org.uk/contents.html]

2 Wilson, E.O. 1961. The nature of the taxon cycle

in the Melanesian ant fauna. American Naturalist,

95, 169-193

3 MacArthur, R. & E.O. Wilson. 1967. The theory

of Island Biogeography. Princenton University

Press. Princenton, 203 pp.

4 Whittaker, R.J. & J.M. Fernández-Palacios.

2007. Island Biogeography. Ecology, Evolution

and Conservation. 2º ed, Oxford University Press.

Oxford. 401 pp.

5 Martín, J.L., N. Zurita, M.C. Marrero, I. Izquierdo,

M. Arechavaleta, S. Fajardo, M.A. Cabrera, S.

Martín, A. Vera, M. Naranjo & C. Valdivia, C.

2005. El Banco de datos de Biodiversidad de

Canarias. Consejería de Medio Ambiente y Or-

denación Territorial del Gobierno de Canarias163

pp.

6 Whittaker, R.J., R.J. Ladle, M.B. Araujo, J.M.

Fernández-Palacios, J.M. Delgado & J.R. Arevalo.

2007. The island inmaturity - speciation pulse

model of island evolution: an alternative to the

“diversity begets diversity” model. Ecography,

30: 321-327.

7 Arechavaleta, M., S. Rodríguez, N. Zurita & A.

García (coord.). 2010. Lista de especies silvestres

de Canarias. Hongos, plantas y animales terres-

tres 2009. Gobierno de Canarias. 579 pp.

8 Moro, L., J.L. Martín, M.J. Garrido & I. Izquierdo,

I. (eds). 2003. Lista de especies marinas de

Canarias. Algas, Hongos, Plantas y Animales

2003. Consejeria de Política Territorial y Medio

Ambiente del Gobierno de Canarias. 250 pp.

9 Willis, J.C. 1922. Age and area. A study in geo-

graphical distribution and origin of species.

Cambridge University Press. London.258 pp.

10 Guppy, H.B. 1921. The testimony of the ende-

mic species of the Canary Islands in favor of the

Age and Area Theory of Dr. Willis. Ann. Bot., 25,

S. 513-517.

11 Fernández-Palacios, J.M. & J.L. Martín-Esquivel

(eds). 2001. Naturaleza de las Islas Canarias.

Ecología y conservación. Editorial Turquesa, S/C

de Tenerife. 474 pp.

12 Martin-Esquivel, J.L. 2010. Atlas de biodiversi-

dad de Canarias. Gobierno de Canarias. S/C de

Tenerife, 288 pp.

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

Page 8: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

[conciencia] slas

8

LAS ISLAS GALÁPAGOS:UN LABORATORIO PARA LA EVOLUCIÓN

Autor:

David Romo VallejoCodirector de la Estación Biológica de

Biodiversidad Tiputini. Universidad de San

Francisco de Quito.

El Archipiélago de Galápagos es un conjunto de islas e

islotes de origen volcánico. Se estima que las primeras

islas aparecieron entre 9 y 5 millones de años atrás. Las

primeras se sumergieron y las más recientes probable-

mente no tienen más de 700.000 años. Políticamente,

las islas pertenecen al Ecuador y en su conjunto corres-

ponden a la provincia insular de Galápagos cuya capital

es Puerto Baquerizo Moreno ubicada en la Isla San

Cristóbal. La mayor población humana está en Puerto

Ayora ubicada en la Isla Santa Cruz. La Isla más grande

es Isabela y allí se encuentra Puerto Villamil. Un pequeño

grupo humano habita en la Isla Floreana. Charles Darwin

visitó las islas en 1835 luego de haber pasado también

por las Canarias. Las observaciones que hizo durante

este viaje, y de manera muy especial, lo que vio en las

Galápagos, fueron la fuente de inspiración para su pro-

puesta de la teoría de Evolución de las Especies por

Selección Natural.

El paisaje que vio Darwin no ha cambiado mucho. La

mayoría de islas son rocosas, bastante secas, no hay

fuentes cercanas de agua dulce, y la vegetación llega a

ser boscosa en las islas más grandes y sólo en las zonas

que atrapan la humedad del mar. Esto es algo con lo

que los habitantes de las islas Canarias están muy

familiarizados. Darwin no visitó la parte continental del

Ecuador, pero si lo hubiese hecho, podría haber consta-

tado que en la parte sur y centro de la costa ecuatoriana

existe el único bosque seco tropical del Pacífico. Esta

zona es particularmente importante desde el punto de

la biodiversidad por su altísimo grado de endemismos

(especies que son única de ese lugar) y por ser un

ecosistema de transición entre el bosque muy húmedo

tropical del Chocó y las planicies desérticas de la costa

peruana. Desde aquí migraron aves como el sinsonte

que tanto captó su atención y árboles como el “palo

santo”.

Tanto plantas como animales debieron adaptarse a las

condiciones ambientales particulares de las islas. Para

un ecólogo, es imposible no usar cada espacio de

Galápagos para demostrar los procesos evolutivos de

los ecosistemas. Cada isla tiene al menos un volcán y

algunos de ellos están muy activos. Luego de una erupción

y cuando la lava se ha enfriado totalmente, pasarán unos

pocos meses y se podrán ver plantas de cactus y una

que otra gramínea que empiezan a crecer alimentados

con el rocío que se forma del agua proveniente del mar.

Estas plantas, con sus escasas raíces, son capaces de

Isla de Dafne, islas Galápagos

ir rompiendo la lava y al morir dejan materia orgánica que

es aprovechada por otras plantas más grande cuyas

semillas viajaron en las plumas de algún piquero o albatros.

Unas cuantas décadas después se verá un conjunto de

arbustos, cactus de diferentes alturas, y ciertos árboles

que periódicamente perderán sus hojas en las épocas

en las que la lluvia es escasa. Las raíces más fuertes irán

rompiendo cada vez más las rocas y sus cuerpos muertos

irán acumulando más materia orgánica. Si esta historia

se da en la parte de la isla que capta la humedad,

tendremos luego un bosque con árboles llenos de musgos

café rojizos que, cual barbas de ermitaño, atraparán la

humedad proveniente del mar, obligándola a precipitarse.

Este escenario es común del bosque nublado y es justa-

mente allí donde se encontrará la mayor diversidad da

plantas y animales de las islas.

Darwin describió a las iguanas como los míticos dragones.

El ancestro de estos animales llegó hace algunos millones

de años, probablemente en masas flotantes de vegetación

similares a las que hoy en día vemos saliendo en la

desembocadura del río Guayas en el Golfo de Guayaquil.

Allí viven iguanas verdes y son uno de los atractivos

turísticos de esta ciudad costera. Se ha hecho especial

énfasis en rescatar los lugares tradicionales donde se las

puede observar en pleno casco urbano. Las iguanas

verdes son uno de los pocos lagartos cuya dieta es

vegetariana. Al llegar al archipiélago, sin enemigos naturales

y con suficiente vegetación, es probable que su población

haya crecido casi sin problemas. Con el pasar de los años

y las diferentes adaptaciones a las que llegaron para

sobrevivir en este mundo nuevo, hicieron que hoy en día

reconozcamos 3 especies de iguanas terrestres en Galápa-

gos, todas con su propio género: Conolophus. Las iguanas

terrestres aprendieron a vivir con muy poco agua, extra-

yéndola principalmente de los cactus que son su principal

alimento. Al crecer la población, es muy probable que la

Tortuga

El Archipiélago de Galápagoses un conjunto de islas e islo-tes de origen volcánico.

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comida haya empezado a escasear y que algunas de las

iguanas empezaran a comer algas marinas expuestas

durante la marea baja. Este alimento relativamente abun-

dante presenta algunos retos. Primero tiene mucha sal,

lo que causa pérdida de agua, segundo las olas al romper

en la orilla pueden causar accidentes que terminen ma-

tando al animal y finalmente la presión por acceder a más

comida obligadamente requiere que se pueda bucear.

Las iguanas marinas cambiaron para resolver estos

problemas. Primero sus narices tienen unas “glándulas”

que guardan la sal y la expulsan, logrando así no perder

agua del cuerpo. Los dedos de manos y pies son más

fuertes y las uñas más largas. Así se pueden agarrar de

las rocas y no ser arrastrados por el oleaje. Finalmente

para poder bucear, sus colas son aplanadas lateralmente

y su metabolismo cambió de tal modo que su corazón

late 5 veces por minuto, logrando así sumergirse sin

requerir tomar aire por cerca de una hora. El color negro

de estos reptiles parece ser el producto de dos presiones

ambientales. La primera es camuflarse. El único enemigo

natural aparente es el halcón de Galápagos (especie

endémica) que principalmente ataca a las iguanas recién

nacidas y juveniles. La segunda es poder captar mejor el

calor del Sol. Los reptiles, conocidos como animales de

sangre fría, requieren calentarse para poder activar mejor

su metabolismo. El color negro es el que capta todas las

gamas de luz que provienen del Sol y esto permite que

las iguanas se “calienten” más rápido y puedan así

sumergirse a buscar alimento.

El archipiélago de Colón (nombre oficial de las Galápagos)

tiene además 13 especies de lagartijas, 5 especies de

colúbridos y 12 especies distintas de tortugas terrestres,

de las cuales algunas ya están extintas, todas ellas únicas

de las islas. Darwin aparentemente no recolectó ninguna

tortuga a pesar de que probablemente si comió su carne.

Era costumbre de los barcos en esas épocas colectar

las tortugas y llevarlas como alimento pues su fisiología

las volvía una refrigeradora ambulante ya que no requerían

agua dulce. Las tortugas terrestres evolucionaron un

sistema similar al de los camellos y pueden guardar agua

dulce por varias semanas. Esta práctica causó la extinción

de varias especies de tortugas y más tarde la introducción

de animales como cabras, perros y ratas pondría en

peligro a las especies restantes. Hoy en día la labor de

la Estación Charles Darwin y el Parque Nacional con su

programa de cría en cautiverio ha restaurado las pobla-

ciones de las que aún sobreviven, quedando como un

reto salvar la especie del solitario George, único exponente

de su clase que hasta la fecha no ha producido descen-

dientes.

Iguana marina

Entre los exponentes más conocidos de la fauna endémica

de Galápagos están los pingüinos, cuya población oscila

entre 1500 y 2000 individuos. Los pingüinos son aves

del Polo Sur. La corriente fría de Humboldt debió haber

arrastrado varios individuos que lograron adaptarse a las

nuevas condiciones. Su distribución está restringida a las

islas que están por debajo de la línea ecuatorial. Durante

los eventos del Niño, cuando la temperatura del agua

sube, estos animales sufren descensos poblacionales

bruscos por la falta de comida. Este fenómeno afecta a

todos los animales que dependen de la comida que llega

con la corriente de Humboldt, como son los cormoranes

no voladores, lobos marinos, piqueros de patas azules,

de Nazca y enmascarados, peces, tiburones incluyendo

el endémico de Galápagos, entre otros. El calentamiento

global y el cambio climático que estamos viviendo hace

suponer que algunas de estas especies estarían en severo

peligro de extinción.

Las aves más famosas y estudiadas son los pinzones.

Sus parientes más cercanos están nuevamente en la

costa de Ecuador. Darwin los usó para fundamentar su

teoría de selección natural explicando los mecanismos

de adaptación por presión ambiental. Una pareja de

pinzones llegó hace miles de años y correspondía, como

es de esperarse, a una especie con bastante variabilidad

genética y consecuentemente alta adaptabilidad. Para

entender los detalles de esta historia, imaginémonos una

pareja humana cuyos ancestros poseían varias destrezas

en las manos. La descendencia presentaría algunos de

estos rasgos en unos hijos, otras en otros. Unos tendrían

manos grandes, otras pequeñas, unos dedos más flexibles,

otros menos flexibles, etc. Cuando la recolección de

comida depende de las cualidades de las manos y la

comida es tan variada como los tipos de manos, todos

pueden vivir felices. En el caso de los pinzones, la varia-

bilidad permitía que estas aves accediesen a diferentes

tipos de semillas de acuerdo a la forma de sus picos.

Diferencias en los tipos de plantas en diferentes islas

fueron marcando la dirección de la forma del pico de

acuerdo a la disponibilidad de comida. A medida que las

poblaciones crecían, grupos distintos iban marcando sus

diferencias de acuerdo a la comida que tenían en mayor

abundancia. Cuando la comida escaseaba, sólo los que

tenían los picos adecuados sobrevivían y dejaban des-

cendencia cuyos genes producían hijos mejor adaptados

para el tipo de comida que había en tal o cual isla. La

falta de comida llegó a presionar por buscar alternativas

que ya no eran semillas. Los casos más extremos son el

pinzón que come gusanos de los cactus. Este pajarito

tiene un pico en forma de tijera que lo usa para cortar

espinas y usar el espino para extraer gusanos de troncos

o las tunas del cactus. Darwin no visitó todas las islas e

islotes, por lo tanto no tenía muestras de todos los

pinzones que existen en Galápagos. No fue sino hasta

hace poco que se descubrió una especie “vampira”. En

un pequeño islote desprovisto de vegetación y que es

utilizado principalmente como lugar de anidación por aves

marinas, se encontró una pinzón que se alimenta de

sangre. Para ello, su pico es fuerte y lo usa para arrancar

plumas de las aves que están anidando y cuando sale la

sangre, la bebe.

Las plantas también son notorias. Existen alrededor de

220 especies endémicas del archipiélago. Las plantas

del género Escalecia han evolucionado para producir

coincidencialmente el mismo número de especies endé-

micas que los pinzones. Van desde pequeños arbustos

hasta árboles de varios metros de altura. Los colores de

Autor: David Romo Vallejo

Algodoncillo

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las flores son una adaptación que está ligada al mecanismo

de polinización. Las flores que usan el viento, que de

paso es la estrategia más antigua y generalizada, no

requieren colores fuertes. Las flores que usan insectos

como abejas, por lo general tienen colores amarillos o

violeta. Los colores rojos están ligados a la presencia de

aves. Debido a que existen muy pocas aves en Galápagos,

no existen plantas con colores vivos y predominan más

bien las gamas de blanco y amarillo.

Las adaptaciones más importantes están ligadas a la

conservación del agua y la resistencia a la salinidad. La

mayoría de plantas tienen características de la flora

desértica. Esto es, entre otras cosas: ciclos de vida

cortos, semillas resistentes a la deshidratación, pierden

las hojas en la época seca. En las partes altas de islas

como San Cristóbal, Santa Cruz o Isabela, se pueden

encontrar arbustos, hierbas y árboles que se han adaptado

para condiciones de mayor humedad. Como habíamos

dicho antes, algunos árboles están cubiertos de musgos,

bromelias y helechos. Estas plantas epífitas (que viven

sujetándose en los troncos sin causar daño a la planta

huésped) captan la humedad que llega con la neblina

generada por el mar y el agua condensada nutre a las

plantas. En la Isla de Santa Cruz existe un bosque de

Miconias. Estos árboles de la familia Melastomataceae,

tienen unos frutos dulces y pequeños parecidos a una

baya. En ausencia de competencia, estas plantas formaron

bosques densos hasta la llegada de los humanos, que

introdujeron plantas como la guayaba (guava) y la casca-

rilla. Este último árbol es nativo de Ecuador y a finales

del siglo XIX, los indígenas descubrieron que la infusión

de su corteza servía para curar la malaria o paludismo.

Más tarde se descubrió que la corteza tenía el compuesto

que hoy conocemos como Quininia y que aún es el

principal medicamento para esta enfermedad. Nadie

sabe a ciencia cierta como y porqué llegó esta planta a

Galápagos pues no existe el vector de la malaria y por

lo tanto no hay esta enfermedad. Sin embargo, la cascarilla

se dispersó de una manera alarmante y desplazó a la

Miconia nativa.

Lo anteriormente expuesto sirve de ejemplo para comentar

el grave problema de las especies introducidas en eco-

Lobo marino

Opuntia

sistemas insulares. En Galápagos hoy en día existen un

par de cientos de plantas introducidas y algunas decenas

de animales en la misma categoría. Las cabras y ratas

han sido de lo más dañinas y las primeras casi han sido

erradicadas en su totalidad gracias el esfuerzo del Parque

Nacional y donantes internacionales. Animales como

hormigas y avispas no son tan fáciles de erradicar puesto

que si se trata de envenenarlas se puede afectar seria-

mente a los animales nativos. El tema de las plantas es

mucho más grave pues la única metodología aplicable

es la de arrancar manualmente las plantas. El bosque

de cascarilla que está desplazando a la miconia es

incontenible. El problema se agrava porque el fruto de la

cascarilla se dispersa con el viento. Otra planta que está

causando graves estragos es la mora. La isla de San

Cristóbal está plagada por esta planta y simplemente no

existe el contingente humano para poder erradicarla.

Las islas Galápagos han cambiado políticamente mucho

desde la época de Darwin. Cuando él llegó nadie recla-

maba su territorio porque no tenían mayor atractivo. En

la primera mitad del siglo XX fueron una cárcel ecuatoriana

para reos peligrosos. En 1939 se declaró a todo el

archipiélago como el primer parque nacional del Ecuador,

Autor: David Romo Vallejo

Sinsonte

excluyendo las zonas pobladas. Sin embargo en la década

de los 50 la Isla de Baltra albergó una base militar de los

Estados Unidos. En 1973 se declara al Archipiélago de

Colón como la primera y única provincia insular del Ecuador.

En 1979 se la declara como Patrimonio de la Humanidad

por la UNESCO. En 1998 se declara la Reserva Marina

de Galápagos, siendo ese entonces la segunda reserva

marina más grande en el mundo y en la actualidad la de

mayor tamaño en América y el Caribe. Los esfuerzos por

garantizar la protección de este paraíso terrenal son

grandes y los ojos del mundo están siempre atentos a lo

que hacemos mal, aunque no siempre están allí para

aplaudir lo que hacemos bien. Galápagos es sin lugar a

dudas uno de los últimos lugares en el mundo donde aún

podemos observar a la naturaleza en su estado prístino.

Es un laboratorio que día a día nutre nuestro entendimiento

de los procesos evolutivos. La teoría de la evolución

enunciada por Darwin nos permite entender y aprender

cada uno de los mecanismos que dan forma a la vida en

la Tierra. Es responsabilidad de los ecuatorianos y del

resto de habitantes del planeta el que este lugar se

mantenga para las actuales y futuras generaciones.

Sin lugar a equivocación, no existe un lugar igual a Galápagos.

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11

UNA VISIÓN MOLECULAR

LA FLORA ENDÉMICA TERRESTRE CANARIA EN LASOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN:

Autor:

Juli Caujapé CastellsJardín Botánico Canario “Viera y Clavijo”-Unidad

Asociada CSIC. Cabildo de Gran Canaria.

Figura 1. Orígenes putativos de la flora Canaria endémica según las evidencias moleculares disponibles. Modificado a partir de: Caujapé-Castells J (2011) Jesters, red queens,

boomerangs and surfers: a molecular outlook on the Canarian endemic flora. En: D. Bramwell y J. Caujapé-Castells (eds.) The Biology of Island Floras. Cambridge University

Press, London (en prensa).

Islas, plantas endémicas,conocimientoLas islas del mundo conforman sólo el 5% de la superficie

emergida actual del planeta, pero contienen aproximada-

mente el 25% de las plantas vasculares terrestres cono-

cidas, y 20 de los 34 puntos calientes (hotspots) de

biodiversidad son islas, o contienen un componente insular

importante (ver http://www.biodiversityhotspots.org).

Solamente el aislamiento ya confiere a las islas la categoría

de “generadoras de biodiversidad singular” y por ello

concentran mayores densidades de organismos endémi-

cos que la mayoría de áreas continentales. Pero es que,

además, las islas oceánicas como Canarias (que, recor-

demos, nunca han estado unidas al continente) poseen

características físicas derivadas de su origen volcánico

(profundos barrancos, elevadas montañas, abruptas

discontinuidades climático-ecológicas) que imponen

barreras adicionales al flujo genético y fomentan todavía

más que la propia insularidad la generación de nuevas

especies (o también su extinción por causas naturales

no asociadas con el hombre).

Se estima que existen actualmente unas 610 especies

de plantas vasculares terrestres endémicas de Canarias

(según cálculos de Arnoldo-Santos Guerra, del Jardín de

Aclimatación de La Orotava). Un número ciertamente

elevado que sin embargo es probablemente una infra-

estimación, porque la abrupta orografía actual de muchas

de las islas representa también un impedimento para su

adecuada exploración botánica. Primera paradoja: en

pleno siglo XXI, con la estación espacial internacional y

miles de satélites orbitando sobre nuestras cabezas, o

telescopios explorando los confines del universo conocido,

todavía no sabemos con precisión cuántas especies de

plantas viven en un territorio como Canarias, ni dónde se

distribuyen exactamente. Sin menoscabo de la importancia

de los espacios exteriores, es todavía muy necesario

tener los pies en el suelo e invertir los mismos recursos

en la elaboración de un censo preciso de los organismos

que comparten el planeta (tierra, agua y aire) con nosotros,

y en su investigación.

Teniendo en cuenta las incertidumbres sobre el presente

de la biodiversidad, puede parecer una osadía investigar

el pasado de la flora endémica de una región insular tan

rica, compleja y variable como Canarias a través de

variables invisibles (la información que contiene la molécula

de ADN) para derivar algunas conclusiones de futuro

sostenible. Pero en el año internacional de la biodiversidad,

y aunque sea solamente desde el punto de vista de la

biología molecular, vale la pena apuntar lo que creemos

saber, lo que imaginamos y lo que ciertamente ignoramos

sobre la diversidad vegetal terrestre del archipiélago.

Orígenes y modos de diversificaciónde la flora Canaria: hipótesis basadasen evidencias molecularesDesde poco después de que en el Mioceno se originaran

sus islas más antiguas (Fuerteventura y Lanzarote, hace

unos 21 y 19 millones de años según las estimaciones

más actualizadas), el archipiélago Canario ha estado

recibiendo biodiversidad desde múltiples áreas geográficas.

Los orígenes, la composición y el éxito de los organismos

que colonizaron las islas a lo largo de un tiempo tan

prolongado sin duda han variado dependiendo de factores

biológicos, climáticos, geológicos, o puramente aleatorios.

A consecuencia de diferentes combinaciones de estos

factores, y de la insondable influencia de la extinción, la

flora canaria terrestre que conocemos actualmente es

una representación imperfecta de los vínculos florísticos

históricos entre el archipiélago y otras regiones geográficas.

Como cualquier otra rama de las ciencias no exactas, la

biología molecular tiene numerosas limitaciones. No

obstante, los datos genéticos se prestan al análisis

matemático mejor que los morfológicos, y en consecuencia

permiten evaluar con mayor precisión cuestiones impor-

tantes sobre la biodiversidad en el espacio-tiempo, como

por ejemplo los posibles orígenes y la evolución post-

colonizadora de la flora endémica Canaria. Por supuesto,

las conclusiones a este nivel no deben tomarse como

una verdad absoluta, porque ni las verdades absolutas

existen en ciencia, ni toda la flora Canaria ha sido aún

examinada bajo perspectivas moleculares, ni estas aproxi-

maciones ofrecen siempre la resolución perseguida. A

pesar de todo esto, este tipo de datos sí permite enfatizar

tres generalidades importantes.

En primer lugar, la flora Canaria actual es el resultado de

eventos de colonización en diferentes momentos del

tiempo desde numerosos puntos geográficos del planeta,

no necesariamente cercanos. Los datos actuales apoyan

que los antepasados más próximos de aproximadamente

un 35% de los grupos examinados bajo la perspectiva de

la filogenia molecular se ubican en la región Mediterránea,

un 25% en el Noroeste de África, y un 22% en regiones

geográficas más remotas, especialmente Sudáfrica, el

Este de África, o América. Alguien podría sorprenderse

de la predominancia de los grupos Canarios cuyo origen

putativo se halla en el Mediterráneo, pero debemos recordar

que la bajada eustática del nivel del mar en el último

máximo glacial provocó la emergencia de numerosas

montañas submarinas entre la península y el archipiélago

que hoy están de nuevo sumergidas (las personas intere-

sadas podrán verlas fácilmente en Google earth). Todas

ellas existían ya cuando se empezó a formar la isla más

antigua del archipiélago (Fuerteventura), e indudablemente

la biodiversidad vegetal pudo colonizarlas gracias sobre

todo al tránsito de semillas, con la inestimable ayuda de

los vientos alisios (o, en una minoría de casos, de pájaros).

Así, representaron vías de paso desde el Mediterráneo y

otros lugares hacia Madeira, y luego Canarias.

En segundo lugar, el origen geográfico de la flora Canaria

terrestre no se explica solamente por contingentes colo-

nizadores provenientes de zonas continentales, sino que

la Macaronesia insular tuvo también un importante papel

en la generación de los endemismos actuales. No hay

ninguna evidencia molecular que sugiera el origen de una

especie endémica canaria a partir de un antepasado

caboverdeano, pero un 18% de los endemismos canarios

para los que se dispone de datos de este tipo parecen

tener su origen en las mismas Islas Canarias, en Madeira,

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

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[conciencia] slas

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Figura 2. Contrastes entre el paradigma clásico y el nuevo en el concepto de evolución en islas, y sus características básicas. En el recuadro del paradigma clásico, el dibujo

corresponde a la Figura 16 del capítulo de Per Sunding en el libro “Plants and islands” (Academic Press 1979). Las fotos ilustrativas del paradigma nuevo representan algunos

géneros de plantas vasculares terrestres en los que los endemismos canarios pueden haber retro-colonizado el continente. De izquierda a derecha, representantes canarios de

los géneros Aeonium, Androcymbium, Convolvulus, Lotus y Matthiola. Fotos de Felicia Oliva-Tejera, investigadora del Jardín Botánico Canario “Viera y Clavijo-Unidad Asociada

CSIC (Cabildo de Gran Canaria).

Autor: Juli Caujapé Castells

o en Azores (Figura 1). Es muy probable que las peculia-

ridades orográficas y la antigüedad de las islas Canarias

(cuando el antepasado más reciente de los endemismos

es Canario) y de nuevo los vientos alisios (en el caso de

los endemismos con antepasados de los otros dos

archipiélagos) hayan influido en este patrón.

Finalmente, los datos moleculares disponibles en nume-

rosos linajes endémicos también apoyan que las Islas

Canarias no han sido exclusivamente receptoras de

biodiversidad, sino que pudieron tener un papel importante

en la composición florística y faunística de algunos

enclaves continentales. Este fenómeno, conocido como

retro-colonización o “efecto boomerang”, está propug-

nando desde Canarias un cambio de paradigma en las

teorías de evolución insular.

En efecto, hasta hace poco, se asumía que las islas

actuaban exclusivamente como “sumideros biológicos”:

lugares donde algunos elementos de biodiversidad llega-

ban muy improbablemente y luego diversificaban dando

lugar a espectaculares endemismos (o se extinguían),

pero de donde nunca podían escapar. Ahora, datos

moleculares examinados por nuestro grupo de investiga-

ción apoyan con diferentes grados de robustez un posible

retorno al continente desde Canarias en 30 géneros de

plantas vasculares terrestres, así como en algunos grupos

de animales e insectos. Y en contraposición a los diversos

orígenes geográficos de la flora endémica, parece que

la proximidad geográfica ha sido determinante en el éxito

de las retro-colonizaciones vegetales, ya que el 68% de

las que hemos podido detectar hasta ahora implican a

grupos distribuidos cerca de la zona de Marruecos

conocida como el enclave Macaronésico (la “Macaronesia

continental”). La retro-colonización es hoy en día uno de

los temas de investigación más candentes sobre la

evolución post-colonizadora de linajes endémicos cana-

rios, y está siendo evidenciada con creciente incidencia

por otros grupos de investigación en musgos y hepáticas.

En estrecha relación con esta excitante realidad emer-

gente, los datos moleculares actuales también sugieren

de forma convincente que, en muchos endemismos

Canarios, las especies distribuidas en las islas más

orientales (Fuerteventura, Lanzarote y, en ocasiones, Gran

Canaria) mantienen mayor similitud genética con sus

congéneres del Oeste de África que con los distribuidos

en las Islas Canarias más occidentales. Este parece ser

el caso de, por ejemplo, Olea guanchica (el acebuche),

o Androcymbium psammophilum (el cebollín estrellado

de los jables). Las evidencias moleculares, apoyadas por

la detección de un gradiente significativo de diversidad

genética en sentido Este-Oeste (esto es, mayor diversidad

genética en Fuerteventura, Lanzarote y Gran Canaria que

en el resto de las islas del archipiélago), nos han llevado

a sugerir la hipótesis del “singameon surfero” para explicar

los orígenes y la distribución de parte de los elevados

niveles de diversidad genética y taxonómica detectada

en la flora endémica Canaria terrestre.

Según esta nueva teoría, la orografía poco compleja de

Fuerteventura y Lanzarote (y, en ocasiones, el Este de

Gran Canaria) durante los últimos millones de años

(excepto en los macizos de Jandía y Famara), la elevada

antigüedad geológica de estas islas, su mayor cercanía

al continente y su superficie acotada pudieron fomentar

la mezcla genética entre diferentes genotipos coloniza-

dores filogenéticamente próximos, que podrían haber

estado previamente aislados en el continente. Pensamos

que, en las zonas menos abruptas de las tres islas

Canarias orientales, la convergencia de estos factores

pudo generar poblaciones de tipo singameon, caracteri-

zadas por una gran diversidad genética y morfológica.

La individualización de diferentes especies endémicas a

partir de los singameones habría sido difícil en Fuerteven-

tura y Lanzarote porque el abundante flujo genético

imperante en la mayor parte de su territorio impedía el

necesario aislamiento (excepto en Jandía y Famara). No

obstante, nuestra hipótesis actual es que los niveles de

diversidad genética mantenidos en los singameones

pudieron ser determinantes para permitir a algunos linajes

vegetales terrestres colonizar con éxito diferentes ecosis-

temas en alguna de las islas más occidentales, donde la

mayor complejidad orográfica y ecológica sí pudo promover

la disrupción de la cohesión genética y la efectiva gene-

ración de nuevas especies por aislamiento, selección o

deriva. De ahí que la hipótesis se refiera a los singameones

“surferos”, porque las poblaciones instauradas en las islas

más occidentales tendrían menor variabilidad genética a

medida que se alejan de del punto de origen de la ola de

colonización en las islas orientales.

La predominancia de la mezcla genética en Fuerteventura

y Lanzarote podría ser también una causa a considerar

(junto con su antigüedad geológica y la extinción, por

supuesto) para explicar que el número de endemismos

insulares exclusivos en estas islas sea actualmente menor

que en las demás (excepto en el Hierro, donde este hecho

se explica sólo por la escasa complejidad orográfica y la

juventud geológica, 'apenas' 1,12 millones de años según

las últimas estimaciones). Gran Canaria sería excepcional,

ya que en ella confluyen factores que podrían haber

propiciado el mantenimiento de singameones con otras

características (como la elevada complejidad orográfica

de gran parte de la isla) que habrían fomentado la dife-

renciación de nuevas especies endémicas.

La conservación de la biodiversidadvegetal canaria.Por regla general, el origen a partir de contingentes

colonizadores supuestamente no muy numerosos (que

condicionan bajos niveles de diversidad genética y, por

ende, menor capacidad de adaptación a cualquier cambio)

y la evolución en total aislamiento hace a las especies

endémicas de islas oceánicas muchísimo más singulares

que las de otros enclaves geográficos, pero también

extremadamente más frágiles. Creo importante enfatizar

que los factores biológicos que generaron en el pasado

la profusa diversidad de la flora terrestre Canaria (leñosidad,

aislamiento, singularidad genética, fragmentación ecoló-

gica,..) son los mismos que la hacen también ahora mucho

más susceptible a las presiones derivadas de los cambios

globales actuales, demasiado rápidos y radicales para

permitir la adaptación. A igualdad de otras variables, las

especies endémicas Canarias requieren mayor grado de

protección que las de otros enclaves de nuestro país. De

hecho, tal vez en un mundo ideal toda la biodiversidad

insular debería estar protegida.

En el mundo insular real, diversas problemáticas científicas

se unen a variables inextricablemente asociadas al desa-

rrollo de nuestra especie para dificultar el cometido de la

biología de la conservación. Me refiero sobre todo a los

fenómenos que imponen mayores cargas para la super-

vivencia de los endemismos vegetales Canarios, como

son el crecimiento demográfico en un espacio de por sí

limitado, la rápida y con frecuencia gratuita fragmentación

territorial asociada, el cambio de uso de las tierras, la

ganadería incontrolada, o las amenazas políticas derivadas

de la ambición asociada al desarrollo insostenible, tan

bien plasmadas en Canarias por el recientemente aprobado

Catálogo de especies protegidas de Canarias.

Vaya por delante que la biología de la conservación nunca

trata de menoscabar las oportunidades de desarrollo de

un territorio en pro de la biodiversidad (¡muchísimas islas

del mundo basan su economía exclusivamente en el

turismo!). Bien al contrario, puede (¡debe!) ayudar a pre-

servar y potenciar algunas de sus características singulares

para atraer desarrollo económico aplicando el único

conocimiento válido en la gestión de la biodiversidad: el

derivado de la investigación científica. Un paisaje degra-

dado, o una biodiversidad enferma, restan muchísimas

posibilidades de desarrollo sostenible, por ejemplo a la

industria turística. Por contra, si sabemos conservar el

impresionante patrimonio natural Canario, la biodiversidad

puede ser un activo económico mucho más importante

de lo que ya es hoy en día.

Sea como fuere, la coincidencia entre elevada fragilidad

y abundantísima diversidad biológica que se da en Canarias

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

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Figura 3. Plantas canarias que poseen una diversidad genética excepcionalmente elevada a pesar de estar críticamente amenazadas. Debajo del nombre popular y científico, se muestra una foto de algunos especímenes, así como una imagen de los patrones de

variabilidad obtenidos en cada género mediante una de las muchas técnicas moleculares que aplicamos para la estimación de la diversidad genética (electroforesis horizontal de aloenzimas en gel de almidón). Las fotos y los datos de diversidad genética comentados

en el texto son parte de las investigaciones de Moisés Soto Medina y colaboradores (Crambe tamadabensis), Felicia Oliva Tejera y colaboradores (Lotus arinagensis) y Olga Fernández Palacios y colaboradores (Parolinia platypetala).

Autor: Juli Caujapé Castells

genera problemas de gestión y de conservación, ya que

por definición los recursos presupuestarios son limitados

y no alcanzan para proteger integralmente una biodiver-

sidad de tal calibre. Hoy en día, se hacen necesarias

variables de selección, y normalmente los datos genéticos

se utilizan para maximizar las oportunidades de supervi-

vencia de las especies que resultan priorizadas por aquellas

variables (que no son genéticas). Sin entrar en detalles,

por regla general se considera que cuanta más diversidad

genética se conserva, mayores posibilidades tiene una

especie de sobrevivir a los cambios futuros que no

impliquen su destrucción física.

Que ciertas especies estén priorizadas según algunos

parámetros de amenaza internacionalmente aceptados

(por otro lado de muy discutible aplicabilidad en islas) no

significa necesariamente que éstas sean las únicas que

deben merecer protección legal. Cuando declaramos que

una especie está “críticamente amenazada” suele ser

porque su depauperación biológica ha alcanzado ya

extremos espectaculares, y queda bien poco de ella que

conservar: en muchos casos apenas existen una o dos

poblaciones que contienen unos pocos individuos muy

emparentados, con muy poca variabilidad genética y que

se reproducen (si es que se reproducen) con dificultad y

dando en ese caso lugar a descendencia tarada, poco

vigorosa. Tal vez sea adecuado reflexionar seriamente

sobre la optimización de los recursos dedicados a la

conservación en un territorio tan biodiverso como Canarias,

sobre todo para evitar que se destinen sólo a los casos

más críticamente amenazados en detrimento de otros

que todavía pueden contener abundante variabilidad

genética que interesa conservar. La biodiversidad funciona

como una complicada red de interacciones en la que

ninguna especie puede sobrevivir sin la aportación de

muchas de las demás. Por lo tanto, no se trata de elegir

a cuáles destinamos los recursos, sino de escoger las

estrategias de conservación más adecuadas en función

de cada caso, de forma que se aspire a una protección

integral.

Aunque algunas especies críticamente amenazadas de

la flora Canaria terrestre disponen de niveles de diversidad

genética muy superiores al promedio, la gran mayoría de

ellas tienen unas pocas poblaciones muy exiguas que

son reproductivamente poco viables a medio-largo plazo.

Por lo tanto, todas ellas son candidatas prioritarias a la

conservación “ex situ” (es decir, fuera de sus áreas

naturales de distribución). Esto no significa descartar la

protección de sus hábitats o dejar de realizar otro tipo de

estudios en algunos casos de especial interés. No obs-

tante, la estrategia general aquí es la recolección indiscri-

minada y urgente de semillas en las poblaciones (sin

interferir con su dinámica demográfica natural) para el

almacenamiento en bancos de germoplasma, comple-

mentada con el mantenimiento de colecciones vivas para

su estudio, su exhibición (por ejemplo en Jardines Botá-

nicos como el “Viera y Clavijo”), su uso en educación

ambiental (¡pasen y vean a los organismos más raros de

la naturaleza!) y, en algunos casos, la utilización de sus

genes en tecnologías aplicadas.

En las especies no tan amenazadas (que todavía pueden

tener niveles moderado-altos de diversidad genética que

interesa conservar), la estrategia debería ser más diversi-

ficada. En cuanto a la conservación “ex situ”, y a diferencia

de las plantas más críticamente amenazadas, ya no se

trata aquí de “acumular todas las semillas posibles cuanto

antes”, sino de representar el máximo de la diversidad

genética en los bancos de germoplasma. Por lo tanto, el

muestreo de semillas tendría que ir precedido siempre

de (como mínimo) estudios genéticos encaminados a

seleccionar las muestras que éstos almacenan. Así mismo,

en estos casos la información genética es de fundamental

importancia para la conservación “in situ” (es decir, en las

áreas naturales de distribución, o en otras de características

similares). Por ejemplo, utilizándola para seleccionar

poblaciones donantes que optimicen la dinámica de flujo

génico de las poblaciones donde detectemos más fallos

genéticos o reproductivos, o para establecer reintroduc-

ciones estratégicas que propicien mayor conectividad

genética entre todas las poblaciones de la especie. Todas

estas acciones, junto con otras que incluyen el necesario

monitoreo periódico de las poblaciones, están empezando

a implementarse en la Reserva de la Biosfera de Gran

Canaria con el fin de crear un modelo de gestión e

investigación de la biodiversidad que sea exportable a

otros espacios de características similares del archipiélago

Canario o de otros territorios del planeta.

Han tenido que pasar treinta años desde la fundación de

la biología de la conservación por Michael E. Soulé y

colaboradores/as para que se reconozca la necesidad

de destinar recursos (y un año internacional) a esta ciencia.

La motivación viene dada también porque gran parte de

nuestra economía y bienestar se basan en la biodiversidad

vegetal (muchas medicinas, tejidos, alimentos, combus-

tibles o materiales para la construcción provienen direc-

tamente de ella, y no pueden sintetizarse por medios

artificiales). Incluso el Banco Mundial ha lanzado recien-

temente un proyecto para valorar la biodiversidad y ayudar

a las personas a entender mejor (en términos económi-

cos…) la r iqueza na tu ra l de su en to rno

(http://planetark.org/wen/60040). Por algo se empieza,

aunque probablemente la iniciativa estaría mejor encami-

nada si se complementara con medidas para hacer

percibir a las personas el impacto de sus hábitos de

consumo en la biodiversidad (y ayudándolas a minimizarlo).

Pero en pleno auge de la denominada “sociedad de la

información”, creo que el tratamiento de la conservación

de la biodiversidad no puede cerrarse sin tocar un tema

que es también de la mayor importancia para optimizar

recursos: la conservación de la información relevante para

conservar la biodiversidad.

La información a secas:la bioinformáticaCualquier persona razonable puede entender que para

maximizar las posibilidades de éxito de toda iniciativa (ya

sea en conservación biológica o en otros campos de la

actividad humana) es imprescindible que toda la informa-

ción relevante disponible sea accesible, sobre todo a los

especialistas. Lo que ya no se entiende tan bien es que

la información básica sobre biodiversidad (que es cara,

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

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Autor: Juli Caujapé Castells

Figura 4. Funcionamiento básico del sistema de información Demiurge para ampliar el conocimiento existente sobre la diversidad genética de la biodiversidad. Cada usuario/a que disponga de una matriz de genotipos en formato Transformer 4 podrá geo-referenciarla

y depositarla voluntariamente en el servidor (previa autenticación), junto con otra información que considere relevante. Una persona con la especialización adecuada revisará estos datos, que si son validados podrán ser objeto de búsqueda, descarga y análisis por

cualquier usuario registrado. Tanto los revisores como los autores de los compendios de diversidad genética reciben un certificado acreditativo. A la derecha, un ejemplo del prototipo de compendio de diversidad genética que se generará después de este proceso.

Estos elementos han sido obtenidos por la colaboración entre el Jardín Botánico Canario “Viera y Clavijo”-Unidad Asociada CSIC, el Departamento de Ingeniería del Software del ITC, Mr. Bicho, Jablesoft, The agile monkeys, Inventia Claudesign y la Fundación Amurga.

valiosa, y se financia con fondos públicos en la mayoría

de casos) sea actualmente de acceso muy limitado,

incluso para los especialistas. No me estoy refiriendo a

los datos que no se hacen públicos por incompetencia

o por un mal entendido “celo profesional” (¡la ciencia

surgió para explicar las cosas, no para ocultarlas!), sino

a un fenómeno más subrepticio: el continuo goteo de

conocimiento que se está produciendo en paralelo a la

generación, análisis y publicación de cantidades cada

vez más ingentes de información sobre la biodiversidad

y su conservación. El mundo actual, que quiere tejer una

“sociedad del conocimiento” basada en la informática y

las telecomunicaciones, está todavía huérfano de herra-

mientas eficaces que conserven la información básica

sobre la biodiversidad y permitan analizarla para dar lugar

a nuevo conocimiento. Otra gran paradoja: ¿Dónde está

el conocimiento que perdemos con la información?

En el campo concreto de la diversidad genética, las

revistas de impacto que publican artículos basados en

datos de genética de poblaciones no son eficientes a la

hora de transmitir la información básica en la que se

sustenta el importante conocimiento que contienen. Del

mismo modo que es imposible cocinar un huevo frito

partiendo de una tortilla a la francesa, tampoco se puede

construir conocimiento sobre la biodiversidad a partir de

datos ya elaborados, aunque estén publicados en revistas

con un impacto galáctico. En la genética de poblaciones

como en muchos otros campos, se hace imprescindible

disponer de los datos crudos que las revistas de impacto

no difunden para ponerlos a disposición de la creatividad

humana y poder reciclarlos en nuevo conocimiento

mediante análisis alternativos a los que se desarrollan

en las publicaciones, o técnicas estadísticas que hoy no

existen, pero que sin duda surgirán en el futuro.

Canarias es hoy pionera en lo que podríamos denominar

“reciclaje de datos” sobre diversidad genética, y ocho

instituciones del archipiélago (el Jardín Botánico Canario

“Viera y Clavijo”-Unidad Asociada CSIC, el ITC, Mr. Bicho,

Jablesoft, The agile monkeys, Inventia Claudesign y la

Fundación Amurga) están colaborando para optimizar

una herramienta bio-informática universal que permita

preservar y ampliar todo el conocimiento existente sobre

la diversidad genética de la biodiversidad. El servidor web

Demiurge (http://www.demiurge-project.org/) será en

breve tiempo el primer repositorio de datos y meta-datos

de diversidad genética que pondrá a disposición pública

matrices de genotipos geo-referenciadas listas para ser

analizadas de forma versátil, libre y gratuita mediante

software de nueva generación.

El ámbito de aplicación de este gran esfuerzo científico-

técnico es planetario, y viene refrendado por el Programa

de Cooperación Transnacional Madeira-Azores-Canarias

(http://www.pct-mac.org/) y por la infraestructura mundial

de información sobre la biodiversidad (GBIF), que recien-

temente se hizo eco de la iniciativa (hacia el final del enlace

http://www.gbif.es/Recursos3.php). No obstante, sus

repercusiones pueden ser determinantes para ampliar el

conocimiento sobre la Flora Canaria, exprimiendo al

máximo los datos que ya existen, pero que sin este

“demiurgo de diversidad genética” están actualmente

demasiado dispersos, o son de difícil (¿imposible?) utili-

zación.

La información húmeda: el ADNOtro tipo de información de indudable relevancia para la

conservación biológica es la que contiene la molécula de

material hereditario que poseen todos los organismos

vivos. Aunque no podemos plantar ADN en el campo y

esperar a que crezca la planta de la que proviene, el ADN

contiene toda la información necesaria para generar la

manifestación más visible de la biodiversidad: cada uno

de los organismos que la conforman. Por lo tanto, alma-

cenando adecuadamente el ADN garantizamos el acceso

a esta información en el futuro. Desde su fundación en

el año 2005, el Banco de ADN de la flora canaria del

Jardín Canario cuenta ya con casi 7.000 muestras, en su

gran mayoría con origen en el archipiélago y recolectadas

por personal del propio centro. Como siempre explicamos,

este banco es causa y efecto de la investigación desarro-

llada en el centro, y su misión es invertir sus fondos de

material genético en acciones de investigación que den

lugar a beneficios en términos de conocimiento. Tres de

nuestras líneas de investigación más avanzadas son la

identificación molecular de la flora como complemento a

las variables morfológicas (los llamados “códigos de barras

moleculares”), la detección de santuarios de biodiversidad

mediante la asignación de valores de complejidad evolutiva

a cada unidad de territorio, y la construcción de un “árbol

de la vida” de toda la flora Canaria, para el que ya

disponemos del 70% de los endemismos.

Sería apropiado que las acciones de conservación “ex

situ” e “in situ” antes comentadas incluyeran extracción

y depósito del ADN de todas las poblaciones implicadas.

Pero también sería necesario que las grandes interven-

ciones urbanísticas fueran precedidas de adecuadas

herborizaciones, extracciones de ADN y recolecciones

de semillas en el territorio sobre el que se va a intervenir.

De lo contrario, pronto será imposible entender el impacto

real de estas intervenciones en la biodiversidad, generar

conocimiento fiable sobre la flora endémica Canaria, o

conservarla.

Reflexiones finalesQue yo me haya limitado a algunas de las líneas de

investigación en diferentes aspectos de la biodiversidad

molecular de la flora canaria en las que mi centro está

implicado solamente significa que prefiero hablar de lo

que mejor conozco. Sólo en el ámbito de la investigación

sobre la flora canaria terrestre, existen muchos otros

grupos de investigación de calidad contrastada en la

institución que me acoge, en el archipiélago Canario y en

el resto del mundo. Algunos de ellos están desarrollando

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

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Autor: Juli Caujapé Castells

Figura 5. Aportaciones realizadas por diferentes instituciones al Banco de ADN de la Flora Canaria del Jardín Canario y distribución geográfica de las muestras Macaronésicas residentes en esta instalación de conservación “ex situ”. Entre paréntesis después del nombre

de cada institución se muestra el número de especies aportadas, y porcentaje de muestras del banco de ADN que éstas representan. Modificado a partir de Jaén-Molina y colaboradores (en preparación).

Agradecimientos

Felicito al Museo Elder por esta magnífica iniciativa

en el año internacional de la Biodiversidad, y

agradezco a su director la deferencia de invitarme

a hacer esta aportación. Deseo así mismo agra-

decer el apoyo institucional del Cabildo de Gran

Canaria, del Consejo Superior de Investigaciones

Científ icas y de la Fundación Amurga-

Maspalomas. Gracias también a todas las per-

sonas e instituciones con las que colaboramos

hoy en día (son demasiadas para citarlas aquí

sin olvidar a nadie), pero muy especialmente a

las que nos aportan perspectivas sobre aspectos

de la biodiversidad que no desarrollamos en

ninguno de los departamentos de investigación

del Jardín Botánico Canario “Viera y Clavijo”-

Unidad Asociada CSIC.

investigaciones con organismos que no entran en nuestra

misión institucional (animales, bacterias, algas, organismos

marinos en general,…). Otros investigan como nosotros

plantas vasculares terrestres, pero desde puntos de vista

a los que ninguno de los departamentos de investigación

del Jardín Canario se dedica (ecología, demografía,

biodiversidad de regiones que mantienen vínculos florísticos

con Canarias, etc…). Tanto los unos como los otros

aportan conocimientos y conceptos nuevos a nuestra

misión institucional de conocer y conservar la flora terrestre

del archipiélago. Por lo tanto, generan naturalmente

complementariedades con las que enriquecemos nuestras

investigaciones sobre la biodiversidad Canaria. Sin esta

multi-disciplinariedad, cualquier dato sobre biodiversidad

sería casi irrelevante; nuestro conocimiento de la flora

todavía más limitado; su conservación, un esfuerzo fútil.

Si la situación actual cuasi-prometedora quiere mantenerse,

deben analizarse sus causas, y poner los medios para

fomentarlas sin generar una sobrecarga inhumana de

trabajo para las personas que ya tienen las capacidades

adecuadas y disponen de un trabajo estable. En un

reciente artículo sobre conservación de la biodiversidad

vegetal en las islas del mundo se enfatizan las necesidades

que se consideran más urgentes en Canarias

(http://dx.doi.org/10.1016/j.ppees.2009.10.001). Para

implementarlas, se requiere ante todo un pacto político

a largo plazo (no a cuatro años vista), que apueste

decididamente no sólo por las grandes infraestructuras,

sino por consolidar al personal ya suficientemente espe-

cializado (sin especialización no es hoy posible la ciencia),

y por ir dotando a las instituciones de nuevo tejido humano

todavía mejor seleccionado y por lo tanto más adecuado

para mover la máquina de la investigación insular. Si no

hay manos, sobran las cabezas y las infraestructuras.

Desde hace mucho tiempo, el archipiélago canario es un

punto caliente de biodiversidad reconocido a nivel mundial.

Afortunadamente, Canarias es hoy en día también un

punto caliente de ideas nuevas sobre la biodiversidad

que, en ocasiones, están teniendo profundo calado

internacional. Y hay que felicitarse por el hecho de que,

a diferencia de la situación imperante hace poco tiempo,

muchas de estas ideas se están liderando desde institu-

ciones Canarias. Sirva como muestra esta magnífica

iniciativa del Museo Elder (¡y no están todos los que son!).

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

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LA LISTA DE ESPECIESSILVESTRES DE CANARIAS 2009

Autor:

Manuel Arechavaleta HernándezBiólogo. Técnico del Servicio de Biodiversidad.

Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y

Medio Ambiente. Gobierno de Canarias.

Este catálogo recoge todas las especies terrestres de

hongos, plantas y animales del archipiélago, según la

información que ha sido publicada en revistas científicas

o que se recoge en otros estudios inéditos. Dicha lista

recopila exclusivamente los animales y vegetales silvestres,

omitiendo las especies domésticas y aquellas ligadas al

hombre que no viven en el medio natural. Es un fiel reflejo

de la información registrada en el Banco de Datos de

Biodiversidad de Canarias y su publicación periódica es

un mandato de la Orden de 1 de junio de 1999, por la

que se crea el Banco de Datos de Biodiversidad de

Canarias, con el objetivo de divulgar la biodiversidad.

La primera edición del catálogo de especies de Canarias

vio la luz en 2001 y supuso un hito en la historia del

conocimiento de la biodiversidad de las islas, pues por

primera vez se recopilaban en una misma obra todas las

especies silvestres terrestres conocidas en el archipiélago.

En ese momento Canarias fue una región pionera en este

tipo de iniciativas pues pocas regiones del mundo contaban

con un catálogo de esta naturaleza. Posteriormente, en

2004, se publicó una nueva lista con datos actualizados

respecto a la edición anterior, en la que se incluía además

otros grupos animales y vegetales poco estudiados,

suponiendo nuevamente un avance considerable. En este

contexto se publica ahora una nueva lista ampliada y

corregida de los hongos, plantas y animales terrestres, en

la que se incluye la información anterior y la que se ha ido

generando desde 2004, progresando con ello en el objetivo

de dar a conocer y divulgar nuestros valores naturales.

Es obvio que el registro de la biodiversidad de una región

requiere de un arduo esfuerzo de actualización continua.

De hecho, desde que en 2001 se publicara por primera

vez la lista de especies del archipiélago, el conocimiento

de la biota ha aumentado a un ritmo extraordinario, no

sólo por la descripción científica de nuevas especies de

Canarias, sino también por el descubrimiento de otras

especies no registradas hasta entonces del archipiélago

o de algunas de las islas. En todo caso, la información

registrada en el Banco de Datos de Biodiversidad de

Canarias y en este libro no es necesariamente un reflejo

de la distribución real de las especies, sino de aquella que

es conocida y que se recoge en las fuentes científicas y

técnicas de las que se nutre dicho Banco de Datos.

En síntesis, las 13.328 especies recogidas en la Lista de

Especies Silvestres de Canarias 2004 se elevan ahora

hasta 14.254, lo que supone un incremento considerable

de casi un millar de especies. Entre éstas se incluyen 220

El Gobierno de Canarias acaba depublicar una nueva edición am-pliada y actualizada de la Lista deEspecies Silvestres de Canarias.

endemismos canarios, realzando aún más el carácter

exclusivo de gran parte de la biodiversidad del archipiélago.

Para cada especie y subespecie de la lista se indica las

categorías taxonómicas jerarquizadas a las que pertenece

y las islas del archipiélago en que es conocida. También

se indica si es una especie exclusiva de Canarias y si es

nativa o ha sido introducida por el hombre en el archipiélago

o en alguna de las islas.

La obra incluye además un capítulo en el que se resumen

en forma de tablas y gráficos las estadísticas más signifi-

cativas sobre la biodiversidad del archipiélago y de cada

isla, en particular, sobre el número de taxones de cada

grupo, el nivel de endemicidad y la proporción de especies

introducidas frente a nativas. En un anexo se señalan las

especies y subespecies de presencia dudosa en Canarias,

o bien pendiente de confirmación, y las que se considera

que han desaparecido del archipiélago. Finalmente, con

el objeto de facilitar la búsqueda de taxones en esta obra,

al final de la misma existe un extenso índice alfabético con

todas las especies, subespecies y categorías taxonómicas

superiores y, lo que resulta de gran utilidad, otros nombres

considerados no válidos recogidos en la bibliografía (señalán-

dose en ese caso a qué nombre correcto corresponden).

Esta posibilidad que se nos brinda de disponer en una

única obra del inventario de todas las especies que con-

forman la biota terrestre de Canarias y su distribución en

el archipiélago es un paso importante en la tarea de difundir

al público general los conocimientos que se tienen sobre

nuestra biodiversidad, y al mismo tiempo constituye un

referente importante desde el punto de vista científico y

académico.

La biota canaria en cifrasEs sabido que el archipiélago canario está constituido por

islas oceánicas que nunca han estado unidas al continente

y, en consecuencia, las especies nativas que habitan las

distintas islas han tenido que colonizar éstas por su propios

medios de forma natural. Esto condiciona en gran medida

la biodiversidad animal y vegetal de Canarias pues, aunque

existe una buena representación de la mayor parte de los

grupos de hongos, plantas y animales, ciertos grupos con

dificultades para llegar hasta las islas a través del mar están

ausentes, así como otros que habiendo llegado al archi-

piélago no encuentran en él hábitat adecuado. Los sistemas

insulares de esta naturaleza suelen ser pobres en especies,

al menos en comparación con las zonas continentales; sin

embrago en Canarias concurren una serie de circunstancias

que la hacen más rica en especies de lo que cabría esperar,

a saber: la distancia al continente es de apenas 100 km;

las corrientes marinas y los vientos dominantes tienen una

dirección favorable para el transporte de especies desde

la región mediterránea y el norte de África; existe una gran

heterogeneidad de hábitats, determinada por las diferencias

de altitud y orientación; y, por último, los procesos de

especiación son acusados debido al aislamiento y en

segunda instancia a la heterogeneidad ambiental de las

islas.

De acuerdo con la Lista de Especies Silvestres de Canarias

2009, la biota terrestre del archipiélago está constituida al

menos por 14.254 especies de animales, plantas y hongos,

repartidas en un total de 3.193 géneros y 1.335 familias.

A estas habría que añadir una veintena de especies que

se dan por desaparecidas desde hace décadas o incluso

siglos y unas 240 especies cuya presencia en Canarias es

dudosa o está pendiente de ser confirmada.

El grupo dominante en cuanto a número de especies lo

conforman los artrópodos y entre éstos los insectos, que

abarcan algo más del 40% del total. El resto de la biota

está compuesta en un 20% por otros grupos animales, en

un 20% por hongos (incluyendo los líquenes y hongos

liquenícolas) y en otro 20% por plantas en sentido amplio

(fanerógamas, helechos y briófitos).

Port

ad

a d

el l

ibro

de la

list

a d

e e

specie

s

CANARIAS El Hierro La Palma La Gomera Tenerife Gran Canaria Fuerteventura LanzaroteHONGOSHONGOS 1.896 277 1.092 621 1.136 506 48 64

LÍQUENES Y HONGOS LIQUENÍCOLAS 1.548 296 728 662 939 333 215 197

PLANTASBRIÓFITOS (Musgos y hepáticas) 503 193 344 292 427 304 128 112

HELECHOS 64 34 42 41 53 47 16 15

FANERÓGAMAS 2.027 670 862 862 1.415 1.261 732 686

ANIMALESMOLUSCOS (Caracoles y babosas) 286 32 56 78 112 74 41 40

ARTRÓPODOS

Miriápodos (Ciempiés y milpiés) 136 28 45 48 81 48 14 16

Crustáceos 134 25 26 40 67 43 36 22

Arácnidos (Arañas, ácaros, etc.) 984 116 204 271 579 354 187 110

Insectos 6.192 1.181 2.434 1.946 4.206 2.745 1.454 1.227

Otros artrópodos 153 31 54 40 97 31 20 30

OTROS INVERTEBRADOS 242 31 54 53 142 64 18 37

VERTEBRADOS

Peces 9 2 2 2 6 8 1 -

Anfibios 3 1 2 2 2 3 2 1

Reptiles 18 4 3 4 6 6 3 3

Aves 105 46 44 47 82 67 51 47

Mamíferos 21 9 12 9 16 10 9 7

NÚMERO DE ESPECIES SILVESTRES POR GRUPOS TAXONÓMICOS Y POR ISLAS

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

Page 17: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

[conciencia] slas

17

Autor: Manuel Arechavaleta Hernández.

El mayor número de especies se concentra, por este orden,

en Tenerife, La Palma y Gran Canaria, por ser islas de gran

tamaño que albergan una gran variedad de ambientes

diferentes. Esta heterogeneidad es un factor clave, pues

islas menores como El Hierro y La Gomera a pesar de su

reducido tamaño son ricas en especies, mientras que

Fuerteventura y Lanzarote, de mayor extensión, se sitúan

entre las más pobres.

Pero el mayor valor de la biodiversidad de Canarias radica

en su alta exclusividad. Como suele ocurrir en islas oceá-

nicas, el aislamiento ha propiciado la generación de una

gran cantidad de endemismos, esto es, especies que son

exclusivas del archipiélago y que no habitan en ningún otro

lugar del mundo. De hecho, casi un 27% de las especies

que viven en Canarias son endémicas de las islas, porcentaje

que se eleva hasta un 30% si excluimos de este cómputo

las especies introducidas por el hombre.

A menudo las especies endémicas tienen una distribución

muy restringida, confinada a un sector de una isla o incluso

a un barranco o una ladera; de hecho, en esta publicación

se pone de manifiesto que un 40% de los endemismos

canarios son además exclusivos de una sola isla. En otras

palabras, casi una de cada tres especies que nos encon-

tremos en la naturaleza en Canarias será exclusiva del

archipiélago y casi en la mitad de los casos será un

endemismo insular. En este sentido, Tenerife y Gran Canaria

son las islas con mayor número de endemismos y de

endemismos monoinsulares y al mismo tiempo con mayor

proporción de éstos en el conjunto de su biota.

El porcentaje de endemismos es muy variable de unos

grupos a otros dependiendo de factores biológicos (como

la capacidad de dispersión) o genéticos (como la facilidad

intrínseca de diferenciación). La mayor cantidad y proporción

de endemismos se da en los artrópodos y en los moluscos,

entre los animales, y en las plantas con flor, entre los

vegetales. En algunos casos, como ocurre en los moluscos

o en ciertas familias ricas en especies de arañas y coleóp-

teros, se supera el 80%. Gran parte de culpa de esto la

tiene un fenómeno evolutivo que se produce típicamente

en islas, denominado radiación adaptativa, por el cual a

partir de ciertas especies se forman varias especies muy

próximas entre sí que ocupan diferentes nichos ecológicos

hasta ese momento vacíos.

El Banco de Datos de Biodiversidad deCanariasEl Banco de Datos de Biodiversidad de Canarias es una

base de datos puesta en marcha en 1998 por el Gobierno

de Canarias. En ella se recopila toda la información conocida

sobre la distribución en el archipiélago de las especies

silvestres de Canarias. Se registran además las fuentes

documentales que sustentan dicha información, así como

otros datos biológicos de interés, a saber: posición en la

jerarquía taxonómica, nivel de endemicidad, origen en el

archipiélago, estatus de protección, imágenes, etc.

En síntesis, el Banco de Datos es un instrumento funda-

mental para organizar la información existente sobre la

biodiversidad del archipiélago, con información veraz y

actualizada, y sirve de cauce para su difusión y divulgación

a los ciudadanos, al tiempo que es una herramienta de

gran utilidad para orientar las políticas de gestión y conser-

vación de nuestros recursos naturales. De acuerdo con la

Ley 4/2010, de 4 de junio, del Catálogo Canario de Especies

Protegidas el Banco de Datos de Biodiversidad de Canarias

constituye un registro público de carácter administrativo,

en el que se ha de incluir el listado y distribución de todas

las especies silvestres, que de modo regular habitan o se

reproducen en el Archipiélago y sus aguas.

La información se registra y se gestiona mediante una

aplicación informática diseñada específicamente denomi-

nada Atlantis. Todo dato incluido en la base de datos debe

estar avalado por un documento (publicado o inédito) y es

revisado y analizado en última instancia por un supervisor

científico, que a su vez cuenta con el apoyo de diferentes

especialistas en los distintos grupos taxonómicos.

Los datos de la distribución de las especies se registran

georreferenciados en cuadrículas UTM de 500 x 500 m,

a modo de sistema de información geográfico. Para cada

cita bibliográfica se asigna un nivel de precisión según la

concreción geográfica de las citas, y un nivel de confianza,

según la fiabilidad de la fuente o la certidumbre en la

identificación de las especies.

Esta gestión espacial de la información es una de las

grandes potencialidades de Atlantis, pues permite realizar

análisis territoriales de la distribución espacial de la biodi-

versidad. Las aplicaciones que se derivan de esta posibilidad

en materia de conservación de la biodiversidad y de

ordenación de los recursos naturales son muchas. Por

ejemplo, elaboración de mapas de distribución de especies,

elaboración de catálogos de especies de ámbitos territoriales

afectados por planes y proyectos (estudios de impacto,

planes de espacios protegidos, planeamiento territorial,

etc.), delimitación y propuesta de áreas protegidas (ZEC,

ZEPA, etc.), delimitación de áreas de interés faunístico y

botánico, análisis de la evolución temporal de la distribución

de especies, evaluación de tendencias en la distribución

de especies amenazadas, detección de áreas poco estu-

diadas desde el punto de vista de la fauna o la flora,

evolución de la distribución de especies exóticas o modelos

predictivos de distribución de especies o de atributos de

biodiversidad.

La aplicación Atlantis desarrollada por el Gobierno de

Canarias ha sido adaptada para su uso en los archipiélagos

macaronésicos de Madeira, Salvajes, Azores y Cabo Verde,

en el marco de proyectos de cooperación entre regiones

ultraperiféricas financiados por la Unión Europea dentro

de las iniciativas Interreg III-B. De este modo los gobiernos

de estas regiones cuentan en la actualidad con Bancos

de Datos idénticos al de Canarias, habiendo adoptado los

mismos criterios y modelos de funcionamiento implemen-

tados en el Banco de Datos de Biodiversidad de Canarias.

DISTRIBUCIÓN POR ISLASDEL NÚMERO DE ESPECIESY ENDEMISMOS

Nº de especies

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

Hongos s.s.

1709 spp.

Protozoos

172 spp.

Cromistas

15 spp.

Líquenes yhongosliquenícolas1548 spp.

HONGOS

Briófitos

503 spp.

Helechos

64 spp.

Fanerógamas

2027 spp.

PLANTAS

Vertebrados

156 spp.

Otrosinvertebrados242 spp.

Moluscos

286 spp.

Artrópodos

7599 spp.

ANIMALES

Plantas

19%

Hongos

19%

Animales

62%

Vertebrados

Moluscos

Otros invertebrados

Arácnidos

Insectos

0 1000 2000 3000 4000 5000 6000 7000

Nº de especies

NÚMERO DE ESPECIES SILVESTRES POR GRUPOS TAXONÓMICOS

DISTRIBUCIÓN DE ENDE-MISMOS POR GRUPOSTAXONÓMICOS No endémicos

Endémismos

pluriinsulares

Endemismos

insulares

0 500 1000 1500 2000 2500 3000 3500

Vertebrados

Artrópodos

Moluscos

Otros invertebrados

Fanerógamas

Helechos

Briófitos

Líquenes y hongos

liquenícolas

Hongos s.s.

40 spp.

107 spp.

6 spp.

2 spp.

637 spp.

10 spp.

236 spp.

2935 spp.

21 spp.

0

2000

4000

6000

8000

10000

El Hierro La Palma La Gomera Tenerife Gran Canaria Fuerteventura Lanzarote

114514

2614

139

567

2975

480

1336

5903

865

2115

9366

312

1146

5018

275

1116

6003

112

673

2976

Nº d

e es

peci

es

Especies silvestres

Especies endémicas

Endemismos insulares

Page 18: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

ALGOLOGÍA Y BIODIVERSIDADREFLEXIONES SOBRE ALGOLOGÍA

EL DESCUBRIMIENTO DE NUEVAS ESPECIES Y SUSAPLICACIONES INDUSTRIALES REALES Y POTENCIALES

Autor:

Dr. Juan Luis Gómez PinchettiProfesor Titular en el Departamento de

Biología e Investigador en el Centro de

Biotecnología Marina de la ULPGC.

Las Algas están constituidas por un grupo muy hete-

rogéneo de organismos eucariotas fotosintéticos que

incluye formas macroscópicas, las macroalgas, y un

grupo tremendamente diverso y menos estudiado de

microrganismos agrupado bajo el término microalgas.

En este último también se incluyen algunos organismos

procariotas, las algas verde-azules, cianobacterias o

cianofitas, generadoras hace 3.550 millones de años

del oxígeno que posteriormente dio lugar a nuestra

atmósfera actual; y las proclorofitas, descubiertas

curiosamente hace solo 30 años. En la actualidad las

Algas, a través del proceso fotosintético que fija dióxido

de carbono, son las responsables de generar un

importante porcentaje del oxígeno presente en la

atmósfera de la Tierra produciendo a su vez una

enorme cantidad de carbono orgánico en forma de

En el año 2010, Año Internacionalde la Biodiversidad, no han dejadode sorprendernos las continuas no-ticias sobre el importante papel quelas Algas juegan en el escenarioactual del cambio climático y lasnuevas necesidades energéticas.Estas noticias aparecidas en los me-dios tanto de divulgación como decarácter científico, en sus variadossoportes, nos informaban de losdescubrimientos y tendencias, pro-metedoras en muchos casos, en losque macroalgas y microalgas mues-tran capacidades que otro tipo deorganismos no presentan o las que,hasta el momento, no habían sidoevaluadas.

biomasa, lo que las sitúa en una posición importante

para el mantenimiento de la vida sobre el planeta.

Esta gran diversidad de organismos obliga a clasificar

las diferentes especies en 10 grupos o divisiones

principales caracterizados por su variedad en los tipos

de pigmentos fotosintéticos, sustancias de almacena-

miento o reserva, ultraestructura (estructura celular) y

tipo de cubierta celular. Sin embargo, estas caracterís-

ticas para su clasificación, que pueden resultar sencillas

a priori, reflejan un amplio rango de propiedades

metabólicas, bioquímicas y genéticas que hacen que

el hábitat de las Algas no esté restringido únicamente

al medio marino. Aunque el océano, sobretodo en las

zonas costeras, es el ambiente propio de las macro-

algas, de las que algunas especies llegan a alcanzar

longitudes superiores a los 20 m (p.e. el alga parda

Macrocystis), se han descrito muchas especies que

habitan ambientes de luz, temperatura y salinidad

variables, incluyendo las aguas dulces continentales.

Lo mismo sucede con las microalgas en su gran

variedad de formas y tamaños. Sin embargo, la diver-

sidad encontrada hasta el momento en microalgas no

se restringe únicamente a variaciones limitadas en los

factores descritos anteriormente. Muchas especies de

microalgas, especialmente las cianobacterias, han sido

encontradas en ambientes denominados extremos,

es decir, lagos salados y alcalinos, hielos y aguas

termales, desiertos y suelos variados, cuevas, e incluso

en la corteza o el tronco de muchos árboles, sin

olvidarnos de los arrecifes de coral y muchas otras

formas de vida simbionte. Añadido a todas estas

posibilidades, las Algas presentan gran plasticidad

fenotípica, lo que se traduce en una importante capa-

cidad para adaptar su morfología y actividad fisiológica

a las variaciones medioambientales, característica muy

importante a la hora de plantear y abordar las posibili-

dades de su cultivo controlado.

Una vez situados en este contexto la pregunta sería,

¿conocemos cuántas especies de Algas existen en la

actualidad?. La respuesta es sencilla: nadie lo sabe con

exactitud. Jugando con cifras de una forma aproximada,

hasta el momento hay reconocidas entre 36.000 y 40.000

especies que los algólogos (o ficólogos) consideran

como el 20% del número total de especies estimadas,

es decir, podemos calcular un número que puede superar

las 200.000, y algunos expertos afirman que incluso

unos cuantos miles más. De hecho, el número de espe-

cies aumenta semanalmente, una vez que los problemas

para su identificación y clasificación están siendo solven-

tados a partir del desarrollo de las nuevas técnicas de

biología molecular aplicadas a la taxonomía, o sistemática

molecular, sobretodo con microalgas.

Para hacernos una idea, en el Archipiélago Canario,

una región clasificada como importante desde el punto

de vista de la Biodiversidad Marina resultado de una

situación geográfica con óptimas condiciones para el

establecimiento de especies con afinidades biogeo-

gráficas diferentes, hay identificado un número de

Algas que no sobrepasa las 800 especies. Esta cifra

comprende un importante listado de especies de

macroalgas e incorpora, de forma gradual, un número

creciente de especies de microalgas (en su mayoría

cianobacterias y dinoflagelados) identificadas más

recientemente. Comparando las cifras este catálogo

podría parecer incompleto, como lo puede parecer el

cómputo global de especies. Por esta razón, y estando

cada vez más preocupados por los posibles efectos

que el calentamiento global pudiera causar sobre los

patrones de vida de las Algas en general, en los últimos

años se han incrementado los esfuerzos para llevar a

cabo nuevos estudios tanto de catalogación como de

caracterización funcional de las comunidades naturales

y de como éstas podrían evolucionar en un futuro

próximo.

Desde un punto de vista tecnológico y aplicado, muchas

especies de Algas están siendo utilizadas, cada vez

más, en una gran variedad de aplicaciones y procesos

industriales que van desde el consumo humano y

animal a la obtención de biocombustibles, pasando

por la obtención de metabolitos únicos o su utilización

en sistemas de purificación de agua, aire o gases de

combustión. Más recientemente, las técnicas de inge-

niería genética están permitiendo la modificación y

mejora de especies para aumentar sus utilidades

tecnológicas generando un gran número de patentes

y asentando las bases para la creación de nuevas

empresas e industrias de carácter tecnológico innovador.

Algunas especies de macroalgas han sido utilizadas

tradicionalmente como alimento humano, de forma

particular en los países orientales. El desarrollo de los

sistemas de cultivo en mar abierto de géneros como

Porphyra (nori), Laminaria (kombu) o Undaria (wakame)

ha incrementado su mercado de tal manera que no es

difícil disponer de ellas en los mercados occidentales.

Un mercado, por otra parte, que aumenta proporcio-

nalmente con la curiosidad que el consumidor occidental

tiene hacia productos con la etiqueta de saludables y

que puedan ser incorporados fácilmente a nuestra

manera de cocinar. Otra aplicación de gran importancia

industrial es la obtención de los denominados ficoco-

loides. Un grupo de sustancias extraídas de algunas

especies de macroalgas rojas y pardas (Gelidium,

Gracilaria, Kappaphycus, Laminaria, Macrocystis),

muchas de ellas cultivables en la actualidad, que

presentan propiedades particulares cuando son disueltas

en agua. Estos polisacáridos conocidos como agar,

carragenatos y alginatos son capaces de gelificar,

estabilizar, espesar y emulsionar soluciones por lo que

sus campos de aplicación incluyen desde el desarrollo

de técnicas microbiológicas y biotecnológicas hasta

su utilización en la industria de los alimentos procesados.

Un número cada vez más importante de especies,

tanto de macroalgas como de microalgas, pueden ser

cultivables en una gran variedad de sistemas de cultivo

[conciencia] slas

18EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

Page 19: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

que abarcan diferentes escalas y grados de control:

sofisticados fotobiorreactores, tanques de cultivo para

la producción de forma intensiva, cultivos en cascada

o estanques en canal tipo “raceway”. Algunas especies

cultivables en estos sistemas también están siendo

empleadas para el tratamiento de aguas residuales de

diferentes tipos. En los denominados sistemas de

policultivo integrado, micro- y macroalgas pueden ser

utilizadas como trampas de nutrientes disueltos que

son producidos como desecho por animales cultivados

de niveles tróficos superiores (peces o crustáceos),

convirtiendo estos “residuos” en biomasa y oxígeno.

Aguas residuales urbanas o provenientes de actividades

agrícolas o ganaderas (p.e. los purines) pueden ser

canalizadas a través de sistemas de cultivo de microalgas

para su biofiltración. Ambos procesos reducen, en

cualquier caso, la descarga de residuos al medio,

evitando así los posibles problemas de eutrofización

que se pudieran generar. La biomasa de Algas producida

en los procesos de biofiltración podría ser utilizada, por

ejemplo, en la obtención de bioestimulantes de aplicación

en agricultura ecológica, o en la extracción y purificación

de pigmentos, como las ficobiliproteínas, utilizados

como marcadores fluorescentes en biomedicina y con

un alto valor añadido.

Macroalgas y microalgas son también fuente de com-

puestos con gran interés en la industria farmacéutica,

algunos de ellos con actividad antibiótica, antivírica o

anticancerígena. Este hecho no es sorprendente ya

que muchas especies han sido capaces de responder

evolutivamente al ataque de microbios o al pastaje de

organismos herbívoros sintetizando metabolitos pro-

tectores que les sirven de defensa. Muchas de estas

sustancias están siendo estudiadas por su capacidad

antioxidante, capaz de reducir la actividad de los

radicales libres causantes de los procesos de oxidación

celular, y aumentando así el interés de las industrias

nutracéutica y cosmética. Algunas especies de micro-

algas (cianobacterias como Spirulina, algas verdes

como Chlorella, Dunaliella, Haematoccocus o diato-

meas como Phaeodactylum) son cultivadas a gran

escala para su utilización como suplemento protéico,

nutricional o como fuente de aditivos como el ß-

caroteno, la astaxantina o los ácidos grasos poliinsa-

turados. Este tipo de sustancias tienen también un

gran interés en el desarrollo de alimentos y piensos

para animales, particularmente en el campo de la

acuicultura.

Pero sin lugar a dudas, el mayor esfuerzo científico-

tecnológico de los últimos años ha estado centrado en

la obtención de biocombustibles, particularmente bio-

diesel, a partir de la biomasa de microalgas cultivadas.

Los problemas ecológicos y económicos asociados a

la disminución de los combustibles fósiles han aumentado

el interés por la búsqueda de recursos sostenibles de

hidrocarburos como fuente de energía. Y en esta aproxi-

mación las microalgas presentan algunas características

socio-económicas interesantes que se pueden resumir

en dos; no compiten con la demanda de plantas terres-

tres importantes como fuente de alimento humano (p.e.

el maíz), y además, para su cultivo no se requieren tierras

que podrían ser destinadas a la agricultura. Las Algas

pueden ser utilizadas para producir biocombustibles

(biodiesel, biohidrógeno, biometano o bioetanol) a través

de procesos como la extracción de lípidos o grasas, la

fermentación de biomasa o los sistemas para la gene-

ración de hidrógeno. Los dos primeros han sido desa-

rrollados hasta lo que se puede denominar la escala

comercial. El tercero se encuentra en fase de desarrollo

con altas expectativas potenciales.

Algunas especies de microalgas (pertenecientes a los

géneros Botryococcus, Nannochloropsis, Neochloris

o Tetraselmis) son capaces de acumular, bajo ciertas

condiciones de cultivo, lípidos con porcentajes elevados

de triglicéridos, la materia prima para la obtención del

biodiesel, por encima del 30% de su peso seco. Tra-

ducido a términos de producción, las microalgas pro-

ducen entre 15 y 300 veces más grasa por unidad de

área y tiempo de cultivo que otros vegetales terrestres.

La composición en carbohidratos, lípidos y proteínas

(y la ausencia de lignina), tanto de micro- como de

macroalgas, permite igualmente su utilización en pro-

cesos de fermentación para la producción de biometano

o bioetanol, y por lo tanto, es una biomasa considerada

como interesante complemento dentro de los plantea-

mientos del concepto de “biorefinería”.

Con lo ya descrito de forma resumida, podemos ha-

cernos una idea del interés que suscita el desarrollo

de tecnología para la producción de Algas. El diseño

y la mejora de los modernos sistemas de cultivo para

la producción de especies con alto contenido en lípidos

(p.e. como fuente de biodiesel para aviones), contem-

plan su conexión a puntos de generación de CO2 o

aguas residuales para su biofiltración, reduciendo así

la generación de sustancias contaminantes a la atmós-

fera o las aguas naturales, mientras producimos la

biomasa. De hecho, durante décadas las microalgas

han jugado un papel importante en investigación es-

pacial (Algología Planetaria), siendo consideradas

seriamente en los procesos de mantenimiento de vida

en naves espaciales y en la posible colonización de

otros planetas. Estos sistemas para la regeneración

de entorno vital están basados en especies que siendo

cultivadas en fotobiorreactores sean capaces de eliminar

dióxido de carbono, producir oxígeno, eliminar desechos

y ser utilizadas, por ejemplo, como complemento

nutritivo.

Pero volviendo a las consideraciones sobre la diversidad

y el número de especies, muchas de estas realidades

y potencialidades sobre la utilización y el futuro apro-

vechamiento de las Algas, de forma general, han sido

establecidas a partir de los conocimientos adquiridos

con un número relativamente reducido de las mismas,

no superior al 2% del total de especies estimadas.

Este hecho apunta hacia la necesidad de continuar el

trabajo sobre la identificación y caracterización, tanto

desde el punto de vista biológico como tecnológico,

de nuevas especies que en muchos casos mejorarán

los procesos desarrollados hasta el momento. En este

sentido, es determinante el papel que juegan las Co-

lecciones de Cultivo.

El Banco Nacional de Algas (BNA), servicio asociado

al Centro de Biotecnología Marina de la Universidad

de Las Palmas de Gran Canaria, es la colección es-

pañola de cultivos de especies de microalgas y ma-

croalgas acreditada como Autoridad Internacional de

Depósito de Microorganismos según el Tratado de

Budapest. Su función principal es la de recolectar,

aislar, identificar, y conservar la biodiversidad de mi-

croalgas (cianobacterias incluidas) y macroalgas, de

zonas tropicales y subtropicales, y en particular de la

Región Macaronésica. Además, el BNA presta servicios

de apoyo científico y tecnológico, a la comunidad

científica y al desarrollo de empresas de carácter

biotecnológico, siguiendo las directrices para el esta-

blecimiento, operación y gestión en las colecciones de

cultivo de microorganismos establecidas por la Fede-

ración Mundial de Colecciones de Cultivos (WFCC), y

aportando nuevas técnicas, como la citometría de flujo

y la crioconservación para la preservación de cepas,

a las metodologías tradicionales de trabajo en las

colecciones de cultivo.

Conjuntamente con los proyectos que se desarrollan

en el Centro de Biotecnología Marina, enfocados hacia

la utilización y caracterización de especies que mejoren

las eficiencias en los sistemas de policultivo integrado,

la valoración de sustancias de interés a partir de la

biomasa obtenida de los sistemas de cultivo (p.e.

polisacáridos o sustancias antioxidantes) o la biopros-

pección y selección de cepas para la industria de los

biocombustibles, la actividad en nuestro entorno geo-

gráfico más próximo parece encontrarse bien dirigida

hacia los planteamientos discutidos durante la I Con-

ferencia Mundial sobre Biodiversidad Marina celebrada

en Valencia en 2008. Dentro de las áreas consideradas

de interés prioritario fueron incluidos algunos desarrollos

en los que el término Algología juega un papel tremen-

damente importante, entre ellos, campos como

“Biodiversidad y bioprospección: papel ecológico de

los productos naturales marinos y sus aplicaciones

biotecnológicas”, “Conservación de la Biodiversidad

Marina” o “Beneficios sociales y económicos de la

Biodiversidad” se encuentran, en la actualidad, en la

punta del iceberg.

Autor: Dr. Juan Luis Gómez Pinchetti

[conciencia] slas

19EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

Especies de macroalgas (Hypnea, Hydropuntia), microalgas (Botryococcus) y cianobacterias (Spirulina) incluídas en el catálogo del Banco Nacional de Algas.

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Page 20: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

[conciencia] slas

20

LAS ESPECIESEXÓTICAS INVASORAS:

UNA AMENAZA PARA LA BIODIVERSIDAD CANARIA

Autora:

Elizabeth Ojeda LandBióloga, Técnico del Servicio de Biodiversidad.

Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y

Medio Ambiente del Gobierno de Canarias.

Los orígenes de la introducción deespecies en CanariasLa introducción de especies en Canarias es un proceso

que se lleva produciendo desde el asentamiento de los

primeros pobladores del archipiélago. Ya los aborígenes

trajeron consigo animales y plantas, como las cabras y

los perros, así como el cultivo puntual de algunos cereales.

Pero sin duda, el gran salto cuantitativo en la introducción

de especies ocurre en el siglo XV con la conquista

castellana. La llegada de los nuevos pobladores fue

acompañada de una gran cohorte de especies que les

permitieron su estancia y su progreso, además de garan-

tizar su alimentación. Así, se introdujeron diversos cultivos

y nuevos animales como los cerdos, ovejas, o gatos,

liberándose además al entorno natural el conejo, para

asegurar así la presencia de animales cazables. Pero,

con estas introducciones voluntarias, llegaron también

otras indeseables, a veces como polizones en las bodegas

de barcos (ratas y ratones) o mezclados con las mercan-

cías de abasto y de comercio, como es el caso de

numerosas semillas de plantas que, con el tiempo, se

fueron naturalizando en el archipiélago.

A partir del siglo XV, el descubrimiento de un nuevo

continente llevó también al descubrimiento de un increíble

Las especies exóticas son aque-llas que no se encuentran de mo-do natural en un determinado te-rritorio, sino que han sido intro-ducidas por la actividad humana,ya sea de forma voluntaria o invo-luntaria. En ocasiones, estas es-pecies, al establecerse en nuevasáreas geográficas, ocasionan gra-ves daños en los ecosistemas na-turales y en las especies de la floray la fauna nativas. Es entoncescuando se las conoce como espe-cies exóticas invasoras (EEI).

número de especies desconocidas hasta el momento, y

con ello, su incipiente traslado y comercio desde América

hasta Europa, sobretodo en el caso de los vegetales.

Frecuentemente, este comercio vía marítima tenía una

escala ineludible en Canarias.

Nuevas utilidades de las especies exóticas (además de

la agrícola, la ganadera y la cinegética) se generaron con

posterioridad. A partir del siglo XVI y, especialmente,

desde el siglo XVIII y hasta principio del XX, se produjo

un fuerte flujo de organismos (muy relevante en el Reino

Unido) como intercambio de especies vivas con la intención

de su aclimatación. Surgen los Jardines Botánicos como

fuente de investigación científica y exhibición de “especies

raras” vegetales. Más tarde le seguirían los Parques

Zoológicos en los que como resultado de colosales

expediciones, se introdujeron en Europa animales proce-

dentes de lugares recónditos de Asia, África, Oceanía o

América.

Con todo ello, una nueva cultura basada por un lado en

el interés científico, y por otro en la contemplación,

promueve la utilización de especies de plantas y animales

exóticos con fines ornamentales o estéticos, creando así

otros aprovechamientos añadidos: la jardinería, el colec-

cionismo y la exhibición de todo tipo de organismos.

ESPECIES NATIVAS E INTRODUCIDAS SEGÚN LOS GRANDES GRUPOS DE ORGANISMOS

NÚMERO DE ESPECIES TERRESTRES SILVESTRES(Distribución por islas)

ESPECIES INTRODUCIDAS E INVASORAS

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

Introducidos62 spp.

HONGOS

Nativos3.383 spp.

PLANTAS

Nativos1.893 spp.

Introducidos701 spp.

Nativos7.489 spp.

Introducidos797 spp.

ANIMALES

0

3000

6000

6000

9000

El Hierro La Palma La Gomera Tenerife Gran Canaria Fuerteventura Lanzarote

358

2242

380

2580

903

4971

1181

8144

513

4480

609

5371

369

2595

Nº d

e es

peci

es

Especies nativas

Especies introducidas

Introducidosprobable622 spp.

Introducidosinvasor183 spp.

Introducidosseguro751 spp.

Vertebrados

Artrópodos

Fanerógamas

Helechos

9000

Nº de especies

35

66

80

2

0 50 100

Page 21: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

[conciencia] slas

21

Autora: Elizabeth Ojeda Land

El siglo XX se caracteriza por generar un ingente comercio

de especies, que se intensifica en la medida en que los

medios de transporte evolucionan y se hacen más rápidos

y eficaces. De esta forma, tanto el traslado intencionado

de organismos vivos, como su introducción accidental,

alcanza límites desconocidos hasta el momento. En la

actualidad, miles de especies se trasladan voluntaria o

involuntariamente entre los continentes y en todas direc-

ciones, a un ritmo tal, que es a partir de 1960 cuando se

registra en Canarias el mayor aumento en el número de

especies exóticas establecidas.

Algunos datos sobre las especiesintroducidas en CanariasSegún el Banco de Datos de Biodiversidad de Canarias

(2009) existen actualmente un total de 14.254 especies

terrestres de animales, plantas y hongos que se desarrollan

de forma silvestres en el archipiélago. De ellos, aproxima-

damente un 11% se consideran especies introducidas o

probablemente introducidas (1.556 especies). Son exóticos

con seguridad 62 especies de hongos (incluidos los hongos

imperfectos, protozoos y líquenes); 797 animales (verte-

brados e invertebrados) y 101 especies de plantas (fa-

nerógamas y helechos). Tenerife es la isla con más especies

introducidas seguida de Gran Canaria, siendo Lanzarote

en la que se ha registrado el menor número de especies

exóticas silvestres en términos absolutos.

De todas estas especies introducidas presentes en el

archipiélago, 183 son consideradas dañinas (invasoras).

El impacto de las especies exóticasinvasorasLos efectos negativos que sobre la biodiversidad nativa

pueden ejercer las EEI, se intuían ya desde el siglo XIX.

De hecho, Charles Darwin, en su libro de 1859 El origen

de las especies, aludía al hecho de que algunos animales

domésticos que habían sido trasladados desde Europa

hacia América, una vez introducidos, se multiplicaban

rápidamente, lo que en algunos casos afectaba a la

supervivencia de las especies nativas.

Actualmente, la UICN (Unión Internacional para la Con-

servación de la Naturaleza), considera que la presencia

de especies exóticas invasoras supone una de las princi-

pales causas de pérdida de biodiversidad del planeta.

Estudios recientes reflejan que en Canarias las EEI afectan

negativamente al 73% de las 100 especies nativas pro-

tegidas prioritarias de gestión, alterando también sus

hábitas. Las amenazas más importantes son las que

derivan de la presión que ejercen los herbívoros introdu-

cidos sobre las plantas, particularmente el conejo (Oryc-

tolagus cuniculus), el muflón (Ovis orientalis) y el arruí

(Ammotragus lervia). También los ejemplares domésticos

sin control de cabras (Capra hircus) y ovejas (Ovis aries)

generan fuertes impactos en la flora y en los hábitats

naturales. El gato asilvestrado (Felis silvestris catus) figura

entre los principales factores de amenaza para los lagartos

gigantes de El Hierro (Galliotia simonyi), La Gomera (G.

bravoana) y Tenerife (G. intermedia).

Entre las plantas, la mayoría de las especies exóticas

invasoras introducidas en Canarias, lo han sido volunta-

riamente, provocando cambios profundos en el paisaje

y compitiendo por el espacio y los recursos con la flora

nativa. Distintos usos y aprovechamientos han favorecido

su expansión, resultando algunas de estas especies en

la actualidad, auténticas transformadoras de los hábitats

naturales y de los procesos ecológicos que los sustentan.

La caña común (Arundo donax) ejerce una fuerte com-

petencia con la vegetación nativa sobre todo en los

cauces de barranco, donde forma un tapiz impenetrable

que además altera el régimen de incendio provocando

su rápida expansión y mayor virulencia. La tunera común

(Opuntia maxima) fue introducida inicialmente para el

cultivo de la cochinilla (Dactylopius coccus) y la obtención

de tinte. Posteriormente se la ha usado como alimenticia

por sus frutos, como seto de fincas e incluso como

ornamental. En la actualidad, se encuentra tan extendida

que su erradicación de los paisajes canarios se considera

prácticamente imposible. Algo similar ocurre con la tunera

india (Opuntia dillenii) o con la pitera (Agave americana),

ampliamente distribuidas por todo el archipiélago. Pero

además algunos árboles y arbustos introducidos como

las acacias (Acacia spp.) o los eucaliptos (Eucalyptus

globulus y E. camaldulensis), impiden o dificultan la

regeneración de especies nativas al secretar sustancias

alelopáticas (inhibidoras del crecimiento) o al modificar

las características químicas y físicas del sustrato.

Es importante destacar, que las propias especies nativas

o endémicas de Canarias pueden funcionar como especies

invasoras, si por usos inadecuados, se las traslada entre

islas o de localización de origen, ya que entonces pueden

producirse fenómenos de predación, competencia, e

hibridación genética, que de forma natural no ocurrirían.

Los impactos negativos que las EEI producen en las

nuevas áreas donde se establecen, no son sólo de

naturaleza medioambiental, sino también económicos

(plagas y malas hierbas en cultivos, plagas en ambientes

urbanos), sanitarios (transmisión de parásitos y patógenos,

alergias, envenenamientos, etc.) e incluso de alarma

social, en el caso de escape de animales peligrosos o

potencialmente peligrosos.

Distintas administraciones canarias han invertido recursos

económicos y humanos para el control directo de las EEI

o para la restauración de hábitats afectados por ellas.

A modo de ejemplo, el Cabildo Insular de la Palma invirtió

en 1999, 209.604 euros en el control del rabogato. El

Cabildo de Gran Canaria en 2009, gastó 24.232 euros

para colaborar en la erradicación de la culebra de California

y el Cabildo de Tenerife, entre los año 2005-2006, invirtió

unos 90.000 euros en distintas actuaciones para el control

de aves exóticas y otros animales introducidos asilvestra-

dos en la isla. Pero, el mayor gasto económico proviene

del Gobierno de Canarias. La Dirección General de

Protección de la Naturaleza gastó entre los años 2006-

2008, 1.751.239 euros en acciones encaminadas a

detectar, conocer y controlar los efectos del picudo rojo

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

El picudo rojo supone una grave amenaza para la palmera canaria.

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rechava

leta

La amapola de California se introdujo en Canarias como planta ornamental.

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La tunera común se distribuye ampliamente en todas las islas del archipiélago.

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La pitera es una especie mejicana que resulta muy complicada de erradicar del paisaje isleño.

Foto

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a

Page 22: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

[conciencia] slas

22

Autora: Elizabeth Ojeda Land

sobre las palmeras canarias y en la actualidad, y desde

el año 2008, lleva a cabo una campaña para el control

de ofidios (especialmente de la culebra de California)

que costará 296.083 euros. Otras medidas de restaura-

ción, conservación y lucha contra la desertificación, así

como actuaciones preventivas y control de plagas en

relación directa o indirecta con las EEI, han requerido

una inversión en torno a 1.600.000 euros.

Algunas de las peores especies exó-ticas invasoras en CanariasEntre las plantas introducidas más dañinas destacan:

las tuneras (Opuntia maxima, O. dillenii y O. tomentosa),

las piteras (Agave americana, A. sisalana y A. fourcroydes),

el matoespuma (Ageratina adenophora), el rabogato

(Pennisetum setaceum), la amapola de California (Eschs-

cholzia californica), las acacias (Acacia spp.), el tojo (Ulex

europaeus), el tabaco moro (Nicotiana glauca), la caña

común (Arundo donax), los geranios (Pelargonium spp.),

la trebolina amarilla (Oxalis pes-caprae), el helecho acebo

(Cyrtomium falcatum) y la orejagato de río (Tradescantia

fluminensis).

Entre los animales con mayor impacto negativo se

encuentran: el conejo (Oryctolagus cuniculus), el muflón

(Ovis orientalis), el arruí (Ammotragus lervia), el gato

asilvestrado (Felis silvestris catus), la rata negra (Rattus

rattus), la ardilla moruna (Atlantoxerus getulus), la hormiga

argentina (Linepitema humile), la cotorra argentina (Myiop-

ssita monachus), la culebra real de California (Lampropeltis

getula), el picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus) y la

diocalandra (Diocalandra frumenti).

Líneas de actuaciónEn el año 2008, en el marco del proyecto Interreg III-B

“BIONATURA”, se edita el libro Flora y Fauna Terrestre

Invasora en la Macaronesia. Top 100 en Azores, Madeira

y Canarias. En este proyecto participaron científicos,

especialistas en biodiversidad y técnicos de las distintas

administraciones de los tres archipiélagos, con la intención

de cuantificar los efectos de las especies exóticas inva-

soras sobre las especies nativas y sobre los ecosistemas,

así como valorar la viabilidad de su control. Se recopila

por primera vez en un documento la información inicial

necesaria que sirva de soporte para la adopción de

políticas y normativas específicas que contribuyan al

control de la amenaza que suponen las EEI en estos

archipiélagos.

También en el año 2008 se crea la Base de Especies

Introducidas en Canarias. Se trata de una base que se

actualiza periódicamente y que tiene por finalidad recopilar

y centralizar la información sobre las especies exóticas

presentes en las islas (fechas de llegada, distribución,

interacciones con las especies autóctonas, acciones de

control de las que han sido objeto, etc.), con la intención

de que se configure como una herramienta útil que asesore

en los procesos decisorios relativos a la conservación de

la biodiversidad. La base incluye cientos de fichas de la

flora y la fauna terrestres, y de las algas introducidas

(invasoras y no invasoras) que se encuentran naturalizadas

en cualquiera de los hábitats terrestres o marinos de

Canarias. Así mismo, incluye aquellas especies animales

y vegetales exóticas que son objeto de posesión o comercio

y que, en caso de establecerse, podrían convertirse en

especies invasoras (potencialmente invasoras). También

se contemplan las especies nativas trasladadas a otras

islas o islotes que no forman parte de su distribución

natural. En general, no se consideran las especies ligadas

a la actividad agropecuaria, salvo en el caso que se

encuentren naturalizadas y muestren un carácter poten-

cialmente invasor. A esta base se puede acceder desde

la página Web del Gobierno de Canarias en el siguiente

enlace: http://www.interreg-bionatura.com/especies/.

En el año 2009 se celebran los Talleres de Especies

Exóticas Invasoras (invertebrados, vertebrados y flora

terrestre), con la intención de elaborar la lista preliminar

de especies exóticas invasoras en Canarias que sirva

como base para la inclusión de especies tanto en el futuro

Catálogo Nacional, como en el Catálogo Canario de

Especies Invasoras, dando cumplimiento así a lo dispuesto

en la Ley 42/2007 de Patrimonio Natural y de la Biodiver-

sidad. En la actualidad se está trabajando además en la

elaboración de la Estrategia Canaria para la Prevención

y Control de las Especies Exóticas Invasoras. Finalmente,

en lo que concierne a las invasiones biológicas existen

algunas certezas. Por un lado, que el número de nuevas

introducciones de especies tiende a aumentar de forma

exponencial como resultado del aumento del comercio

y de los desplazamientos de personas entre distintos

territorios. Por otro lado, que a partir del establecimiento

de una especie exótica invasora, el problema siempre

tenderá a agravarse si no se toman medidas al respecto.

En definitiva, que los costes de actuaciones tardías serán

siempre más elevados que los asociados a una buena

estrategia de prevención o a una respuesta rápida. La

labor de sensibilización y de información de los distintos

departamentos públicos, sectores privados, así como de

la ciudadanía en general, resulta fundamental para evitar

la proliferación de nuevas especies exóticas invasoras y

sus efectos negativos. Así mismo, también resulta impor-

tante el mantenimiento de una red de comunicación

actualizada que permita disponer de forma temprana de

la información necesaria para actuar con prontitud.

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

Página principal de la Web de Especies Introducidas en Canarias

En los barrancos de todas las islas crece la caña común. Es una especie que favorece

la propagación de incendios.

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El helecho acebo se introdujo en Canarias por su uso ornamental.

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La ardilla moruna se encuentra, por el momento, exclusivamente en la isla de

Fuerteventura. Es probable que ya no pueda eliminarse de esta isla.

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Cartel de la campaña de control de ofidios en Gran Canaria.

Los ejemplares de cabra sin control causan un grave daño a la flora nativa del

archipiélago.

Page 23: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

[conciencia] slas

23

NATURA 2000:LA HERRAMIENTA TERRITORIAL EUROPEA DE LA

CONSERVACIÓN DE LA NATURALEZA

Autor:

Manuel Ángel Vera GalvánServicio de Biodiversidad, Consejería de

Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio

Ambiente del Gobierno de Canarias.

Impregnada de la atmósfera del desarrollo sostenible,

a principios de los años noventa, la Unión Europea

(UE) aprobó la Directiva 92/43/CEE. Esta directiva es

conocida como directiva de hábitats y constituye la

piedra angular de la conservación de la biodiversidad

en dicha alianza de estados.

A través de la directiva de hábitats se marca la pauta

para que los estados miembros de la UE establezcan

en sus normativas las medidas encaminadas a garan-

tizar la biodiversidad europea. Este objetivo se logra

a través de la conservación de los hábitats naturales

y de las especies, pero sin olvidar las exigencias

económicas, sociales y culturales de las sociedades

locales. Se pretende alcanzar la convivencia entre los

valores naturales y las gentes que viven de su aprove-

chamiento.

Para conseguirlo, en la directiva se plantea la construc-

ción de una red europea de espacios naturales, deno-

minada Natura 2000, y el establecimiento de un sistema

de protección para las especies. Culmina este aderezo,

por un lado, la necesidad de remitir a la Comisión

Europea informes periódicos basados en un sistema

de seguimiento y vigilancia del estado de conservación

de esa biodiversidad. Y, por otro, la disponibilidad de

fondos para la conservación de esa biodiversidad y

para el desarrollo rural respetuoso con la naturaleza.

Actualmente, la red Natura 2000 en la UE integra unos

25.828 espacios, que comprenden 922.271 km2, de

En las últimas décadas del s. XXse ha propuesto una filosofía deconservación de la naturaleza de-nominada desarrollo sostenible.Esta idea surge al considerarseel destacado papel que determi-nadas sociedades humanas tradi-cionales juegan en el manteni-miento de la biodiversidad y sealeja de la idea de conservaciónprístina de los ecosistemas deinicios del mismo siglo.

los que 754.710 km2 son terrestres (el 17,6 % de la

superficie de la UE) y 167.561 km2 son marinos. De

ese conjunto, España proporciona 1.774 espacios

cuya superficie alcanza 155.064 km2, lo que supone

que nuestro país está aportando el 16,8 % de la

superficie de la red en la UE. Es un buen indicador de

la importancia española en diversidad biológica en el

contexto europeo.

Los espacios que forman parte de Natura 2000 son

de dos tipos. Unos proceden del primer intento de

regular la conservación de la naturaleza en el seno de

la UE, la directiva de aves; estos espacios se denominan

zonas de especial protección para las aves (ZEPA) y

la directiva de hábitats los ha incorporado a la red. Los

segundos se denominan zonas especiales de conser-

vación (ZEC) y son la culminación de un proceso de

selección de los territorios en función de sus contenidos

en hábitats naturales y hábitats de especies.

El proceso de selección de los espacios pasa por tres

fases. En la primera de ellas es la administración de

conservación de la naturaleza del estado miembro (en

el caso canario corresponde a la administración de la

Comunidad Autónoma) la que determina los lugares

de importancia comunitaria (LIC) en función de la

presencia de los hábitats de interés comunitario y los

propone a la Comisión Europea; seguidamente es la

Comisión quien, una vez evaluada su contribución en

el contexto de la UE, aprueba esos lugares; finalmente,

corresponde de nuevo a la administración del estado

miembro declararlos ZEC y aplicar las medidas que

contribuyan a la conservación de los hábitats que

contienen.

En términos generales, en el ámbito de ZEC y ZEPA

deben evitarse las actividades perjudiciales sobre los

hábitats naturales y los hábitats de las especies por

los que se han declarado. Cuando sea necesario,

deben adoptarse medidas de gestión que favorezcan

la convivencia de las actividades humanas y el mante-

nimiento en un estado de conservación favorable de

los citados hábitats en sus territorios de distribución

natural.

En el marco del espíritu que emana de las instituciones

europeas, se hace necesario que existan vías de

participación para que propietarios y quienes realizan

aprovechamientos formen parte de las decisiones de

gestión en los espacios Natura 2000. Se trata de un

gran reto que las autoridades y administraciones locales

van a afrontar en los próximos años.

En el continente europeo muchos de los territorios

integrados en la red Natura 2000 contienen explota-

ciones agrarias y forestales, hecho que se ha incorpo-

rado en el Reglamento comunitario sobre el Desarrollo

Rural. Con ello se pretende apoyar las prácticas econó-

micas agroforestales que son respetuosas con el medio

ambiente y establecer vías de ayuda adicional a las

explotaciones en el seno de Natura 2000.

Sin embargo, en algunas regiones, tal como ocurre

en Canarias, el desarrollo de actividades agroforestales

en el interior de los espacios se encuentra muy reducido

o sólo presenta una importancia muy local. Principal-

mente es debido a que se trata de espacios con un

elevado índice de naturalidad, en los que los hábitats

presentes no tienen una dependencia del uso humano.

En estos lugares las posibilidades de desarrollo se

encaminan a las actividades de ocio y esparcimiento

en la naturaleza, entre las que destaca el turismo.

Natura 2000 ofrece una llamativa oferta de diversidad

natural que puede ser aprovechada por medio de

prácticas respetuosas con el medio.

Natura 2000 en CanariasEn las Islas Canarias, la red Natura 2000 se encuentra

en un avanzado estado de desarrollo: hay designadas

43 ZEPA y se han declarado 177 ZEC. Estos espacios

ocupan 3.480 km2 (supone el 46,81 %) de la superficie

terrestre del archipiélago y 1.843 km2 (se corresponden

con el 5,37 %) de las aguas territoriales que lo circun-

dan. En unos casos los territorios pertenecen a la

figura ZEC, en otros a la figura ZEPA y, en otras

situaciones ambas figuras se solapan.

Este amplio conjunto de espacios pretende contribuir

a la protección de un destacado elenco natural, de

importancia reconocida en el contexto de la UE, pero

tremendamente fragmentado. En Canarias se distin-

guen 24 hábitats naturales (4 marinos y 20 terrestres)

de interés comunitario de los 231 tipos recogidos en

la directiva de hábitats. Adicionalmente ha de mencio-

NATURA 2000: SUPERFICIE POR ISLA (ha)

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

0

20.000

El Hierro La Palma La Gomera Tenerife Gran Canaria Fuerteventura Lanzarote

Terrestre

Marina

40.000

60.000

80.000

100.000

Page 24: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

[conciencia] slas

24

narse la presencia de 73 especies (2 musgos, 4 hele-

chos, 60 plantas superiores, 5 reptiles y 2 mamíferos)

de interés comunitario así como 30 especies o subes-

pecies de aves, cuyos hábitats deben encontrarse

protegidos al amparo de la red Natura 2000.

Entre los hábitats naturales presentes en Canarias,

destacan por su exclusividad los pinares de pino canario,

los bosquetes de sabinares, los palmerales y la laurisilva.

No menos importantes son otros hábitats naturales,

como las cuevas marinas, los campos de lava y las

cavidades volcánicas, los sistemas dunares y, ya bajo

la superficie del mar, los arrecifes y los bancos arenosos

someros, en los que se desarrollan las praderas de

fanerógamas marinas: los sebadales.

Por otra parte, entre las especies cabe acentuar en el

mar el delfín mular y la tortuga boba, mientras que en

tierra resultan llamativos el lagarto gigante herreño, la

cuernúa, el oro de risco, el pinzón azul, las palomas

de la laurisilva y un largo etcétera de especies desco-

nocidas para la mayor parte de la ciudadanía.

Una parte de los hábitats naturales y de las especies

cuyos hábitats han de encontrarse integrados en Natura

2000 se señalan como prioritarios. En el caso de los

hábitats naturales canarios se trata de 7 de ellos,

mientras que entre las especies la cifra se eleva a 35.

Esta distinción significa que para la administración su

conservación supone una especial responsabilidad y,

con el objeto de asegurar su mantenimiento, la normativa

es más exigente en algunas de las situaciones de

prevención de las afecciones.

El proceso para la selección de los espacios integrantes

de Natura 2000 en Canarias se inició en 1996, impul-

sado por el Gobierno de Canarias, con una primera

propuesta que fue remitida a la Comisión Europea a

través del entonces Ministerio de Medio Ambiente. En

esa propuesta se incorporaban las ZEPA, designadas

en su mayoría con anterioridad a la existencia de la

directiva de hábitats. Desde ese momento se abrió un

proceso de evaluación de suficiencia respecto a la

representación de los hábitats naturales y de las especies

en la propuesta de Canarias. La propuesta se basaba

principalmente en los espacios de la red canaria de

espacios naturales protegidos (ENP). Dicho proceso

culminó con las mejoras y subsanación de ausencias

que detectó la Comisión. Estas mejoras supusieron la

incorporación de territorios ajenos a la citada red canaria

de ENP.

Una vez alcanzado dicho estado, la propuesta fue

sometida a consulta institucional de los cabildos insulares

y a un doble proceso de información pública en abril

y julio de 1998. Fruto de este proceso se recibieron

algunas alegaciones que contribuyeron al diseño defi-

nitivo de la propuesta final de LIC que el Gobierno de

Canarias remitió a Bruselas. La Comisión Europea

aprobó esa propuesta el 28 de diciembre de 2001.

Esa fecha se convirtió en el pistoletazo de salida para

que, en un plazo máximo de seis años, las autoridades

canarias iniciaran la definitiva declaración de esos

espacios como ZEC y les aplicaran las adecuadas

medidas de conservación que contribuyan al manteni-

miento en un estado de conservación favorable de los

hábitats naturales y de las especies.

La declaración ZEC llegó finalmente el 13 de enero

de 2010, con la publicación del Decreto 174/2009

del Gobierno de Canarias en el BOC. Curiosa y para-

lelamente, la Administración del Estado se adelantó

publicando el 31 de diciembre de 2009 la Orden

ARM/3521/2009 de declaración de los espacios

marinos y marítimo-terrestres de Canarias. Ahora

mismo, estos espacios están doblemente declarados:

¡se trata de los espacios mejor declarados del territorio

español!

Autor: Manuel Ángel Vera Galván.

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

Palmerales como el de Taguluche constituyen un ejemplo de hábitat natural en el que la intervención humana es necesaria para su conservación.

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ng

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era

Los sabinares presentan un buen estado de conservación en las escarpadas laderas del norte de La Gomera.

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el V

era

Las zonas esteparias de Fuerteventura conforman parte de hábitat de especies como la hubara, por lo que han sido integradas en ZEPA.

Foto

: Á

ngel V

era

Page 25: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

[conciencia] slas

25

Autor: Manuel Ángel Vera Galván.

Para las ZEC que no cuentan con una cobertura por

parte de la red canaria de ENP, ambos instrumentos

declarativos emplazan a la aprobación de planes o

instrumentos de gestión para finales del año 2010.

Los planes de gestión promovidos por la administración

central ya han sido sometidos a un periodo de infor-

mación pública. Los planes impulsados por la admi-

nistración canaria acaban de ser elaborados y serán

sometidos a procesos de consulta institucional y a

información pública en breve.

Con respecto a las ZEPA, aún es necesario contar con

la declaración formal de las mismas, tal como exige la

legislación básica estatal. No obstante, la gran mayoría

de los territorios así designados disponen del paraguas

protector de distintas figuras de la red canaria de ENP.

Sin embargo, principalmente algunos roques y zonas

costeras aún no disfrutan de la protección de la decla-

ración, por lo que formalmente no es posible aprobar

sus instrumentos de gestión. Consecuentemente, los

planes insulares han tenido en consideración su exis-

tencia y marcan directrices para el planeamiento mu-

nicipal, de manera que los territorios se mantienen casi

inalterados o escasamente modificados, salvo en muy

contadas ocasiones.

Desde una óptica meramente técnica, en este estado

de desarrollo del aporte canario a la red Natura 2000,

aún quedan muchas cosas por llevar a cabo. A criterio

de este autor, principalmente hay dos líneas de acción

fundamentales para alcanzar la madurez de la red en

Canarias: una, la culminación del sistema de protección

de los espacios y, dos, la divulgación y puesta en valor

de los mismos.

Con respecto al sistema de protección, convendría

realizar una fusión entre el sistema de la red canaria

de ENP y la red Natura 2000 en Canarias, integrando

los objetivos de ambas estructuras territoriales. Sería

factible porque presentan un alto grado de coincidencia,

tanto territorial como de objetivos. La construcción de

un sistema protector común favorecería una mejor

coordinación entre las administraciones implicadas y

conduciría a una simplificación para la propia adminis-

tración y, por supuesto, para la ciudadanía, evitando

procedimientos paralelos que hacen compleja la tra-

mitación de sus iniciativas.

Todo ello requiere del diseño de una campaña de

divulgación de lo que representa Natura 2000, activa

y ambiciosa para alcanzar un impacto social, conside-

rando tanto el plano de conservación de la biodiversidad

como el plano de las oportunidades que supone para

la población. En la actual situación de crisis, la red

Natura 2000 supone posibilidades de diversificación

económica basadas en aprovechamientos sostenibles,

como es el caso del turismo de naturaleza, y constituye

un activo fundamental del archipiélago con capacidad

para contribuir a la reactivación de la economía en

Canarias.

Para más información sobre Natura 2000 puedenvisitarse las páginas web del Gobierno de Canarias(http://www.gobiernodecanarias.org/cmayot/medio

ambiente/medionatural/rn2000/index.html), del Minis-terio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino(http://www.mma.es/portal/secciones/biodiversidad

/rednatura2000) y de la Comisión Europea(http://ec.europa.eu/environment/nature/natura2000

/index_en.htm).

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

Los campos de lava y los tabaibales son dos de los numerosos hábitats naturales que atesora la red Natura 2000 (Malpaís de Güímar, en Tenerife).

Fo

to:

Patr

icia

Vera

El cabezón de Teneguía (Cheirolophus junonianus) es una de las especies de interés comunitario que requiere de medidas de conservación.

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Los pinares presentan oportunidades para el desarrollo de actividades en la naturaleza respetuosas con la conservación, como en este caso de Inagua (Gran Canaria)

Fo

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el V

era

Page 26: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

BIODIVERSIDAD DE LA GESTIÓNDE LA BIODIVERSIDAD

[conciencia] slas

26

Autor:

Juan Pedro de NicolásCatedrático de Ecología.

Universidad de La Laguna

Polisemia de la biodiversidadCada grupo de población tiene una visión específica

sobre la biodiversidad adaptada a una serie de condiciones

demográficas, socioeconómicas y ambientales específicas

que les permite subsistir y desarrollarse. Visiones y

condiciones que varían según que se trate de poblaciones

de recolectores de plantas silvestres, de cazadores de

animales salvajes, de nómadas que pastorean su ganado

por amplias praderas, de agricultores que cultivan distintas

variedades de plantas, de ganaderos dedicados a la cría

de animales domésticos, de familias con animales de

compañía y plantas ornamentales, de personas que

trabajan en zoológicos de diferente tipo, de ciudadanos

preocupados por la contaminación de los alimentos, de

taxónomos que clasifican los organismos depositados

en los museos, de biogeógrafos que analizan la distribu-

ción de las plantas y de los animales, de empresarios

interesados por el turismo ecológico y el ocio al aire libre,

de comerciantes de especias, de cocineros interesados

por la calidad de los productos, de grupos ecologistas

defensores de la conservación, de comerciantes que

importan materias primas animales y vegetales, de inves-

tigadores que analizan el uso médico de moléculas

vegetales, de analistas que evalúan los efectos del cambio

climático sobre la biodiversidad, de arquitectos que

diseñan jardines adaptados a las condiciones del clima,

de ecólogos que estudian la relación entre el número de

especies y la superficie de cada área, de gestores am-

bientales que evalúan los recursos y los servicios de los

ecosistemas, y de economistas interesados en el desarrollo

sostenible.

Por tanto, el término biodiversidad es un término polisé-

mico que trata sobre la relación entre los datos, los

principios, las visiones, los objetivos y los criterios de

gestión que asumen, implícita o explícitamente, diferentes

grupos humanos sobre la extraordinaria variedad de los

seres vivos que habitan en el Planeta que les permiten

garantizar su subsistencia. Visiones diferentes según las

condiciones socioeconómicas y ambientales, pero que

comparten el referirse a sistemas en los que intervienen

organismos vivos (seres energizados) para los cuales la

información tiene tanta importancia como la materia y la

energía para cuya interpretación y gestión se precisa

asumir una concepción sobre la realidad más compre-

hensiva que la que ofrece la ciencia analítica fisicalista y

un contexto multiparadigma complementario más adap-

tativo que el contexto uniparadigma excluyente conven-

cional.

Carácter adaptativo de las visionessobre la biodiversidad.Calificamos de adaptativas a las visiones culturales sobre

la biodiversidad que contribuyen a mejorar la subsistencia

y la calidad de vida humana. Para lo cual se requiere que

cumplan como condición suficiente de que el balance

entre los beneficios generados (subsistencia, calidad de

vida) y los costes requeridos (diseño, comunicación

inmediata, gestión) sean positivos (rentable) y mayores

que otras opciones (competitivo), al menos a corto plazo.

Además, si el balance es positivo a medio plazo e incluye

el coste de transmisión de la información (escritura,

imprenta, telégrafo, televisión e internet), la visión corres-

pondiente se transmite de generación en generación

formando parte del patrimonio cultural.

Desde una perspectiva más analítica, una visión cultural

es adaptativa cuando cumple con las dos siguientes

condiciones necesarias: que la comprehensión de la visión

supere a la complejidad de los problemas a gestionar y

que este balance sea el más positivo entre las visiones

que cumplen con la primera condición.

En relación con la complejidad, conviene diferenciar entre

complejidad de interpretación y la complejidad de gestión.

La complejidad de interpretación depende de una multitud

NECESIDAD URGENTE DE UN CAMBIO ENLA GESTIÓN DE LA BIODIVERSIDAD

de factores y de interacciones a diferentes escalas espa-

ciales (local, regional, global) y temporales (corto, medio

y largo plazo), que condicionan significativamente la

dinámica de la realidad; mientras que la complejidad de

gestión es menor, pues sólo considera los factores que

hay que regular conscientemente por haberse degradado

los mecanismos naturales de regulación que los regulaba

como consecuencia de la explotación del medio por el

aumento de la población y del grado de desarrollo. Factores

en función de los cuales se puede evaluar la complejidad

de la gestión de una situación, aunque también convendría

incluir los factores ecológicos (Tabla 1).

Por otro lado, la comprehensión de las visiones asumidas

sobre la biodiversidad depende del número de parámetros

e interacciones significativas a diferentes escalas (espaciales

y temporales) que permite manejar cada visión asumida

sobre la realidad o sobre la gestión (Tabla 2).

Al analizar el patrón de variación conjunta de la variación de

la complejidad de los problemas y de la comprehensión de

la visión que permiten gestionarlos se evidencia una corre-

lación positiva, que se consideran reflejo de la sucesiva

incorporación de visiones más comprehensivas como res-

puesta a la aparición de problemas más complejos. Visiones

que se consideran resultado de la combinación de procesos

de variación y de selección darwiniana o cibernética (Fig 1).

TABLA 2

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

Grado de comprehensión Visión sobre la gestión Característicasde la biodiversidad

A Muy Baja Recolectora-cazadora Especies accesibles y comestibles.

B Baja Agraria Plantas cultivadas y animales domésticos.

C Medio baja Naturalista Especies con características fijas.

D Media Evolucionista Definición de variedades y ecotipos.

E Medio alta Desarrollista Comercio de plantas cultivadas y de animales domésticos.

F Alta Ambientalista Conservación de la biodiversidad

G Muy alta Sistémica Recursos y servicios de la biodiversidad

El grado de comprehensión de diferentes visiones sobre la gestión de la biodiversidad depende del número de factores e interaccionessignificativas sobre la biodiversidad que permiten considerar.

TABLA 1

Grado de complejidad Tipología socioeconómica Densidad de población

I Muy baja Sociedad de cazadores y recolectores Muy baja

II Baja Sociedad agraria extensiva Baja

III Medio-baja Sociedad artesanal regional Medio-baja

IV Media Sociedad comercial internacional Media

V Media-alta Sociedad industrial desarrollista Media-alta

VI Alta Sociedad industrial ambientalista Alta

VII Muy alta Sociedad del conocimiento Muy altal

El grado de complejidad de la gestión de la biodiversidad depende de la densidad de población y de las condiciones socioeconómicas.Además, deberían incluirse criterios ecológicos.

Page 27: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

[conciencia] slas

27

Autor: Juan Pedro de Nicolás.

Relación entre población, desarrolloeconómico y adaptación cultural.

El crecimiento de las poblaciones en condiciones naturales

(ecológicas) sigue una curva sigmoidal caracterizada por

aumentar inicialmente de forma suave, experimentar

posteriormente un crecimiento exponencial y estabilizarse

finalmente en torno a un valor (capacidad de carga) que

depende de las condiciones ambientales, de la evolución

de las poblaciones y de su interacción con otras pobla-

ciones (Fig. 2.A). Sin embargo, cuando similares pobla-

ciones se desarrollan bajo condiciones controladas que

garantizan el suministro de recursos y la retirada de

residuos, manifiestan un crecimiento exponencial, que

también experimenta la población humana, pero debido,

en este caso, a la sucesiva incorporación de adaptaciones

culturales que permiten superar las teóricas “capacidades

de carga” que cabría esperar sin tener en mente los

factores culturales. Aunque, la población también podría

estabilizarse o disminuir en función de la visión asumida

y de las condiciones ambientales (Fig. 2.B).

En el caso de ecosistemas poco alterados (naturales,

ecológicos) y con baja densidad de población humana,

como durante el Paleolítico y en zonas actualmente

protegidas, el crecimiento de la población humana se

regula gracias a mecanismos naturales (ecológicos,

fisiológicos) de regulación cibernética, mientras que las

adaptaciones culturales desempeñan una función que se

limita a transmitir información sobre el lugar y la época

de recolección y de caza de diferentes especies, y sobre

cuándo y a dónde emigrar cuando disminuyen los recur-

sos. Información que ha venido enriqueciéndose con la

experiencia, posibilitando que las poblaciones de homíni-

dos aumentaran gradualmente a lo largo de más de dos

millones de años, modificando paralelamente la biodiver-

sidad y las condiciones de subsistencia. Pues al aumentar

la densidad de población se dificulta la migración y se

precisa intensificar la explotación de los ecosistemas para

responder al aumento de la demanda, alterándose me-

canismos naturales de regulación que han motivado la

desaparición de especies vegetales, de animales y de

homínidos.

Sin embargo, el hombre moderno ha subsistido gracias,

posiblemente y a su mayor capacidad para aprovechar

la información empírica (datos) y la derivada de formular,

asumir y aplicar diferentes concepciones sobre la

gestión que le han permitido evitar su desaparición y

la de otras especies. Sin embargo, no ha podido evitar

destruir los mecanismos naturales de regulación, evitar

la acumulación de efectos secundarios a medio plazo

sobre la subsistencia, que siguiera aumentando la

complejidad de la gestión y la necesidad de seguir

mejorando la comprehensión de la gestión para seguir

subsistiendo.

En la actualidad, gracias a la información de las ciencias

ambientales, la derivada de los datos que suministra la

combinación de la prospección remota, los ordenadores

y los sistemas de información geográfica, la población ha

seguido creciendo a la vez que aumentando la complejidad

de la gestión. Pero al superarse cierto nivel de complejidad,

el rendimiento de los datos comienza a disminuir y a

acumularse problemas más complejos (crisis de comple-

jidad), motivando que para garantizar la subsistencia y la

calidad de vida humana se requiera incorporar una visión

más comprehensiva sobre la biodiversidad que permita

reducir los efectos primarios directos, locales y normalmente

reversibles. Así al aproximarse la población a los siete mil

millones de habitantes aumentan los efectos secundarios

a largo plazo, globales, irreversibles y más complejos para

cuya gestión no basta la información derivada del aumento

de los datos, sino que se precise incorporar una visión

adaptativa más comprehensiva. Visión que, si realimenta

positivamente el aumento de la población, da lugar a una

estructura cibernética (“círculo vicioso”) que posibilita el

crecimiento exponencial. Sin embargo, en función de la

visión asumida sobre la realidad y de las condiciones

ambientales, podrían tener un signo negativo y hacer que

el crecimiento sea nulo o negativo (Fig. 3).

En diferentes momentos de la historia se ha producido

la incorporación de visiones más comprehensivas (revo-

luciones, explosiones culturales, cambios de paradigma)

y adaptativas (operativas, comunicables, rentables y

competitivas) que han dado lugar a mecanismos de

realimentación positiva (círculos viciosos) que han posibi-

litado que la población humana creciera exponencialmente.

Además, algunas de estas visiones adaptativas se han

incorporado al patrimonio cultural configurando culturas

que ahora conocemos como recolectoras, cazadores,

agrarias, naturalistas, evolutivas, desarrollistas, ambienta-

listas y sistémicas que han subsistido hasta la actualidad

por mantener su carácter adaptativo bajo determinadas

circunstancias (Fig. 4).

Las visiones referidas continúan siendo funcionales para

gestionar la biodiversidad de territorios sometidos a

diferentes condiciones socioeconómicas cuando su

comprehensión se adecúa a la complejidad de su gestión;

diferenciando al respecto áreas de conservación, de

agricultura extensiva, de agricultura intensiva, urbanas,

industriales y grandes megalópolis.

CORRESPONDENCIA ENTRE COMPLEJIDAD DE LOS PROBLEMAS Y LA COMPREHENSIÓN DE

VISIONES ADAPTATIVAS SOBRE LA GESTIÓN DE LA BIODIVERSIDAD.

FIG. 1

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

MUYALTA

MEDIA

ALTA

ALTA

MEDIA

MEDIA

BAJA

BAJA

MUYBAJA

MUY BAJA BAJA MEDIA BAJA MEDIA MEDIA ALTA ALTA MUY ALTA

SISTÉMICA

AMBIENTALISTA

DESARROLLISTA

EVOLUCIONISTA

NATURALISTA

AGRARIA

RECOLECTORA

Complejidad de la gestión de la Biodiversidad (Escala ordinal)

Com

preh

ensi

ón d

e la

vis

ión

de la

Bio

dive

rsid

ad

(Esc

ala

ordi

nal)

Relación entre la comprehensión de diferentes visiones sobre la gestión de la biodiversidad y la complejidad de los problemas que permitengestionar. La complejidad de la gestión se evalúa en la tabla 1 y la comprehensión de la visión en la tabla 2.

A. DESARROLLO EN CONDICIONES ECOLÓGICAS B. DESARROLLO EN CONDICIONES CONTROLADAS

Tiempo Tiempo

Crecimientosigmoidal

Crecimientoexponencial

Tam

año

de la

pob

lanc

ión

FIG. 2

Diferencia entre el crecimiento de las poblaciones (A). En condiciones ecológicas la población presenta un crecimiento sigmoidal caracterizadoporque elntamaño de la población se estabiliza en un valor representado por la capacidad de carga (A). Sin embargo, en condiciones

controladas las poblaciones presentan un crecimiento exponencial como el que presenta también la población humana (B).

Page 28: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

[conciencia] slas

28

Desarrollo histórico de visiones adapta-

tivas sobre gestión de la biodiversidad.

Durante el Paleolítico, cuando hace más de un millón de

años nuestros ancestros comenzaron a utilizar el fuego, la

densidad de población era baja y sus efectos primarios

sobre la biodiversidad (locales y a corto plazo) resultaban

reversibles debido a la presencia de mecanismos naturales

de regulación fisiológica y ecológica, mientras que la

información cultural representada por la cultura de las

POBLACIÓN, COMPLEJIDAD DE LA GESTIÓN Y DESARROLLO CULTURAL

DIFERENTES VISIONES ACTUALES SOBRE LA BIODIVERSIDAD

poblaciones de recolectores y de cazadores reflejaba

inconscientemente la dinámica (sistémica) de la naturaleza

fruto de proyectar esta dinámica sobre la mente humana

(totemismo) o la dinámica de la mente humana sobre la

naturaleza (animismo), que al transmitirse por imitación u

oralmente posibilitó que la densidad de población aumen-

tara, que resultaran más difíciles las migraciones y que se

intensificara la explotación de los ecosistemas motivando

la extinción de algunas especies animales y vegetales así

como diversas poblaciones de homínidos.

Hace unos 16.000 años comenzó a aumentar la temperatura

causando una crisis climática que llevó a que emigraran

muchas especies vegetales y animales de las que se alimen-

taba el hombre moderno, motivando que mientras que unos

grupos de población siguieron a sus presas, otros protago-

nizaran la revolución cultural del Neolítico. Caracterizada

por el desarrolló de la cerámica, los primeros cultivos, la

domesticación del ganado, la realización de obras hidráulicas,

la creación de organizaciones sociales fuertemente jerarqui-

zadas (imperios), la diferenciación de los componentes

materiales (materia, energía) y formales (información) de la

realidad y que sacerdotes y sabios se especializaran en el

almacenamiento y transmisión de información, posibilitando

que aumentara la productividad y la densidad de la población.

Sin embargo, paralelamente se generaron problemas am-

bientales (las siete plagas de Egipto) y organizativos (falta

de flexibilidad por excesiva jerarquización).

Hace unos 2500 años, durante la Antigüedad griega, la

crisis organizativa y ambiental de los imperios orientales

posibilitó que las ciudades-estado griegas (“polis”) desa-

rrollaran sistemas organizativos más flexibles y competitivos,

fruto de las sinergias inducidas por la combinación del

idioma griego y la filosofía, que les permitió dominar el

comercio en el Mediterráneo y triunfar militarmente sobre

egipcios y persas. Contribuyendo indirectamente a difundir

y ampliar la “visión naturalista sobre la biodiversidad” de

Aristóteles, que asume que los organismos forman parte

de especies fijas que se distribuyen según un orden natural

que hay que respetar, que se tomó como referencia para

la gestión de la biodiversidad durante el periodo Helénico,

el Imperio Romano, la Edad Media, el Renacimiento y el

siglo XVIII e, incluso, en la actualidad para la gestión de

situaciones simples en áreas de conservación.

Al principio del Renacimiento (siglo XV) la invasión del

Mediterráneo oriental por los turcos produjo una crisis

comercial que interrumpió el comercio entre oriente y

occidente. Pero que se pudo superar gracias a las sinergias

derivadas de la interacción entre la ciencia de Galileo y la

tecnología naval, que posibilitó abrir nuevas rutas comer-

ciales entre oriente y occidente y explorar nuevos continentes

en los que se obtuvieron especímenes de diferentes espe-

cies que enriquecieron los herbarios, los jardines botánicos

y los museos, y disponer de nuevas especies comestibles

e industriales. Todo ello amplió la información sobre la

biodiversidad durante el siglo XVIII, pero sin que supusiera

un cambio revolucionario equivalente al experimentado

dos siglos antes en el campo de la física.

Durante el Siglo XIX se incorporó la química, la biología y

la geología al ámbito de la ciencia analítica experimental.

A la vez, la mecánica de Newton experimentaba grandes

avances, la termodinámica daba sus primeros pasos, se

generalizaba el uso del carbón como fuente de energía,

se desarrollaba la máquina de vapor y se difundían con-

cepciones liberales (políticas, económicas y sociales) que

posibilitaron la primera revolución industrial y el intercambio

comercial entre continentes, así como a la exploración de

nuevas áreas biogeográficas y el desarrollo de nuevas

razas de animales domésticos y de variedades de plantas

cultivadas que, además de enriquecer la información sobre

la biodiversidad, suscitaron una serie de interrogantes que

trataron de resolver Lamarck en Francia, formulando una

teoría evolutiva que concedía especial protagonismo a la

información y a la organización, y posteriormente Darwin

en Inglaterra, aprovechando ideas imperantes sobre la

supervivencia del más fuerte que llevó a formular una teoría

evolutiva por variación y selección.

Las visiones referidas supusieron un cambio revolucionario

en la visión sobre la biodiversidad comparable ahora sí a

la que supuso la visión de Galileo en el campo de la física,

que permitió formular durante la primera mitad del siglo

XX una “visión evolutiva sobre la biodiversidad” que integraba

ideas de Darwin, la genética de Mendel, el concepto de

mutación y la genética de poblaciones (teoría sintética).

Autor: Juan Pedro de Nicolás.

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

FIG. 3

Relación cíclica entre el tamaño de la población, la explotación del medio, la pérdida de biodiversidad y el desarrollo cultural que serealimentan positivamente configurando en un “círculos viciosos” que propicia el crecimiento exponencial.

VII

VI

V

IV

III

II

I

SISTÉMICA

AMBIENTALISTA

DESARROLLISTA

EVOLUTIVA

VISIÓN FORMAL NATURALISTA

CULTURA AGRARIA

CULTURA RECOLECTORA-CAZADORA

A B C D E F G HTiempo (Escala ordinal)

Com

plej

idad

de

la g

estió

n de

la B

iodi

vers

idad

(Esc

ala

ordi

nal)

FIG. 4

Visiones adaptativas sobre la biodiversidad iniciadas en diferentes momentos de la historia (a: paleolítico; b: neolítico; c: antigüedad griega;d: siglo XIX; e: primera parte XX; f: segunda parte del XX; g: principio del XXI) y que enriquecen el patrimonio cultural actual (h) sobre gestión

de la biodiversidad.

POBLACIÓN

EXPLOTACIÓNDE LA

BIODIVERSIDAD

DESTRUCCIÓNDE MECANISMOSNATURALES DEREGULACIÓN

PÉRDIDA DE

BIODIVERSIDAD

COMPLEJIDADDE LA GESTIÓN

DE LA BIODIVERSIDAD

COMPREHENSIÓNDE LA VISIÓN

SOBRE LABIODIVERSIDAD

+

+

+

+ +

+

+

+ ++

+

+

“CÍRCULOVICIOSO”

Page 29: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

[conciencia] slas

29

Autor: Juan Pedro de Nicolás.

A lo largo del Siglo XX continuó el progreso científico y

tecnológico gracias al uso del petróleo como fuente de

energía, el desarrollo de motores de explosión, el uso de

la electrónica, el desarrollo de las comunicaciones inalám-

bricas y la producción en serie, que impulsó la segunda

revolución industrial y un modelo de desarrollo que califi-

camos de “desarrollismo” porque aunque prometía resolver

todo tipo de problemas y contribuyó a que siguiera aumen-

tando la población, paralelamente motivó una serie de

crisis epistemológica, ambiental, demográfica, financiera

y económica.

La crisis epistemológica se inició a principios de la primeramitad del siglo al resolverse a favor de Einstein las contra-

dicciones con Newton sobre el comportamiento de la luz.

La cual inició un proceso que llevaría a que se reconociera

sucesivamente que la ciencia no suministraba conocimientos

ciertos, sino conjeturas que habría que someter a falsación;

que el conocimiento no progresaba gradualmente, sino

que experimentaba cambios revolucionarios (cambio de

paradigma), y que para la resolución de los problemas

complejos que se acumulan a principios del siglo XXI se

necesitaba incorporar una visión sobre la gestión más

comprehensiva que la visión ambientalista y sustituir el

contexto uniparadigma convencional (excluyente) por un

contexto multiparadigma (complementario) reflejo del patrón

de desarrollo cultural humano (Fig. 4). Lo cual implica que

para la gestión de cada problema se requiere asumir una

visión sobre la gestión cuya comprehensión se adecuara

a la complejidad de los problemas.

Pese a las conclusiones referidas, durante la segundamitad del siglo se mantuvieron los principios científicos y

el modelo de desarrollo del XIX, como si no hubieran sido

afectados por la crisis epistemológica; debido posiblemente

a la inercia social y al desfase temporal entre las crisis y

sus efectos. Sin embargo, la manifestación de los efectos

y problemas ambientales no tardarían en evidenciarse, así

como problemas complejos de otro tipo (financieros,

demográficos, económicos) bajo los cuales subyace también

una crisis de complejidad causante de inseguridad intelec-

tual que ha llevado a que se adopten diferentes opciones,

cuyo reconocimiento social ha estado condicionado por

la dificultad para su comunicación y para su utilización en

la gestión.

En primer lugar, fruto de la colaboración interdisciplinar de

físicos, antropólogos, ecólogos y epistemólogos se desa-

rrolló de la cibernética (ciencia del control y de la comuni-

cación), que hubiera permitido una solución conveniente,

pero que no se generalizó debido a que exigía un cambio

cultural demasiado radical para una sociedad satisfecha

que se creía poseedora de una metodología científica

(analítica y reduccionista) capaz de garantizar un conoci-

miento cierto y una gestión correcta. Más propensa a

asumir la idea de “desarrollo cero”, finalmente no se asumió

por sus implicaciones prácticas para la población, optándose

por la alternativa del “desarrollo ambiental” que integraba

objetivos ambientales e información ecológica, que al

resultar difícil de aplicar a la gestión llevó a optar por la

visión más simple, de una visión ambientalista sobre la

biodiversidad.

La visión ambientalista sobre la biodiversidad se articula

en torno a las ciencias ambientales, resultantes de incorporar

objetivos ambientales y de realizar ajustes ad hoc en los

principios de las ciencias analíticas, que permite diferenciar

una serie de ciencias ambientales naturales (física ambiental,

química ambiental, biológica ambiental, etc.) y culturales

(economía ambiental, antropología, sociología ambiental,

geología ambiental, economía ambiental) que, unido a la

información suministrada por los sensores remotos, los

sistemas de muestreo, las técnicas de análisis multivariante,

el uso de los ordenadores y los sistemas de información

geográfica (SIG) configuran la “visión ambientalista sobre

la biodiversidad”. Una visión multidimensional que adquirió

gran protagonismo y se convirtió en la visión convencional

para la gestión de la biodiversidad gracias a resultar fácil

de comunicar y de aplicar a la Administración para gestionar

problemas ambientales trascendentes relacionados con

el urbanismo, la ordenación del territorio, el paisajismo, la

gestión ambiental y la gestión de la biodiversidad. Sin

embargo, no constituía un sistema de principios coherente

y ha contribuido a generar diversos problemas ambientales.

Limitaciones y alternativas de la ges-tión ambientalista.La visión convencional sobre la gestión de la biodiversidad

se refiere a la visión que se considera políticamente correcta

en cada época y territorio, es asumida por la Administración

para la gestión y se difunde por los medios de comunicación

entre la población que integra las redes que controlan el

desarrollo cultural en cada época (burgos, ciudades, áreas

metropolitanas y grandes megalópolis).

A este respecto, hasta finales del siglo XX la visión conven-

cional sobre la gestión de la biodiversidad ha estado

representada por la visión ambientalista, que asume un

contexto científico uniparadigma excluyente que tomaba

como referencia los principios de conservación de los flujos

de materia y de energía (visión fisicalista) y aplicaba una

metodología analítica que fluía de lo macro a lo micro (datos

� criterios heurísticos � principios) en la cual se mezclaban

criterios heurísticos heterogéneos relacionados con la física

de Newton (siglo XVII), la visión naturalista de Linneo (siglo

XVIII) y la visión evolutiva de Darwin (siglo XIX) que resultaban

poco coherentes. Por lo que, aunque permitían abordar

problemas ambientales medianamente complejos (conta-

minación, eficiencia energética) en una época de transición

en la que conviven tecnologías del siglo XXI, estructuras

sociales del XX y mentalidades heredadas del XIX caracte-

rizadas por asumir objetivos locales a corto plazo, no

permitían gestionar problemas más complejos como los

que plantea la gestión de la biodiversidad en las cuales

interaccionan organismos (entes energizados, que poseen

energía propia) para cuya gestión no basta la información

cuantitativa ligada a los flujos de materia y de energía, sino

que se requiere tener en cuenta los flujos de información

cualitativa (“diferencias que crean diferencias”) y aplicar

una metodología integradora que va de lo macro a lo micro

(principios � criterios heurísticos � datos) que permiten

definir "contextos" que den cabida a unas visiones más

comprehensivas que la visión ambientalista.

Pues aunque, la visión ambientalista ha permitido resolver

problemas ambientales medianamente complejos, presenta

importantes limitaciones para la gestión de la biodiversidad

derivadas del enfrentamiento entre grupos de población

(ecologistas, desarrollistas), de la baja comunicación inter-

disciplinar (entre arquitectos, ingenieros, científicos, gestores,

sociólogos, ecólogos) y de los problemas de coordinación

administrativa a diferentes niveles (local, regional, autonó-

mica, estatal, UE). Además, no representa la visión más

extendida entre la población (agricultores, artesanos,

trabajadores industriales, etc.), ni la que reúnen los avances

científicos más recientes, tampoco es la que ofrece mayores

garantías para la gestión de los problemas especialmente

complejos (pérdida de especies silvestres, desarrollo de

transgénicos, contaminación de los alimentos, etc.), y ni

siquiera asume una visión tan comprehensiva sobre la

biodiversidad como la NEPA (National Environmental Policy

Act) en su legislación sobre evaluación del impacto ambiental

que inspira la legislación de la mayoría de los países, debido

al sesgo naturalista que existe en Europa y que se acentúa

en Canarias por razones históricas.

La situación crítica de la gestión ambiental ha seguido

aumentando durante el Siglo XXI al aumentar el tamaño

y la movilidad de la población, motivando la degradación

de mecanismos naturales de regulación y la acumulación

de problemas complejos (pérdida de especies autóctona,

transgénicos, epigenética, ingeniería genética, etc.) con

importantes implicaciones económicas, ambientales y

políticas, que ha hecho de la gestión de los problemas

complejos un objetivo estratégico de primera magnitud.

Ante lo cual, unos grupos de la población han asumido

que vivimos en un mundo incoherente que no permite una

gestión racional; otros grupos han optado por soluciones

culturales heredadas (budistas, taoístas, cristianas, fisicalista),

y un tercer grupo ha optado por aprovechar la información

derivada de la crisis epistemológica y de los planteamientos

de la cibernética.

La profundización de esta última alternativa lleva a concluir

que se necesita asumir una visión más comprehensiva

sobre la gestión de la biodiversidad que la visión ambien-

TABLA 3

FIG. 5

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

ÁREAS DE GESTIÓN CONDICIONES SOCIOECONÓMICAS VISIÓN ADAPTATIVA

Áreas de conservación Economía recolectora Visión naturalista.

Áreas agrarias extensivas Agricultura de consumo Cultura agraria.

Áreas agrarias intensivas. Agricultura para la exportación Visión ambientalista.

Áreas industriales Economía desarrollista. Visión ambientalista.

Áreas urbanas Economía ambientalista Visión sistémica.

Grandes megalópolis Economía del conocimiento. Visión sistémica.

Áreas definidas en función de las condiciones socioeconómicas, y la visión adaptativa cuya comprehensión (Tabla 2) se adecúe al nivelde complejidad de las poblaciones a gestionar (Tabla 1).

CONTEXTO UNIPARADIGMA

· Convencional· Excluyente· Visión ambientalista

CONTEXTO MULTIPARADIGMA

· Convencional· Excluyente· Visión ambientalista

Durante el siglo XXI se acumulan problemas complejos como resultado del aumento del tamaño y de la movilidad de la población. Lo cualmotiva que para su gestión se precise asumir una visión sistémica más comprehensiva que la ambientalista que sea coherente e integrada

y adaptativa. Para lo cual se requiere sustituir el contexto convencional uniparadigma por un contexto multiparadigma complementario

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[conciencia] slas

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talista y que para que tal visión resulte coherente y adap-

tativa (operativa, rentable, comunicable y competitiva) se

requiere sustituir el contexto convencional uniparadigma

excluyente y fisicalista por un contexto multiparadigma

complementario que permita gestionar problemas más

complejos, en los que intervienen significativamente orga-

nismos que requieren asumir una visión sistémica más

comprehensiva que la visión ambientalista.

El contexto multiparadigma es asumido en diversos campos

de la cultura como la pintura, en la que conviven estilos

clásico (equivalentes a la visión naturalista), impresionista

(equivalente a la visión evolutiva y expresionista (equivalente

a la visión sistémica. Situación que se repite en la gastro-

nomía, donde conviven cocinas tradicionales (local, regional,

nacional), internacionales, (francesa, japonesa, china), la

nueva cocina y la cocina de fusión. Y algo equivalente se

podría decir de la música, contexto que, en el caso de la

gestión de la biodiversidad, implica que, para la gestión

de cada tipo de problema se necesita asumir una visión

cuya comprehensión se adecúe a la complejidad de los

problemas: que sea mayor que la complejidad de los

problemas, pero no mucho más, para que resulte adap-

tativa. De modo que para la gestión de problemas simples,

se debería asumir una visión poco comprehensiva y poco

costosa, fácil de comunicar y de aplicar como la cultura

general recolectora; para la gestión de problemas más

complejos, se debería asumir una visión más comprehen-

siva más difícil de comunicar y de aplicar como, por

ejemplo, la naturalista. Y según se aumenta el tamaño de

la población y la complejidad de los problemas, incorporar

visiones sucesivamente más comprehensivas (evolutiva,

desarrollista, ambientalista) (Fig. 4).

Finalmente, para abordar la gestión de los problemas

especialmente complejos que se acumulan a principios

del siglo XXI se necesitaría incorporar una visión más

comprehensiva que la ambientalista, que no se limite a

asumir un enfoque multidimensional, sino que también

mejore el grado de integración de la información gracias

a un sistema de principios ex novo que resulte adaptativo

(operativo, rentable y competitivo) gracias a las sinergias

derivadas de mejorar la comprehensión, la coordinación

administrativa, la concordia social y la comunicación

interdisciplinar y de la forma de estructurar la información.

La nueva visión se puede materializar en torno a la

“ecoclimatología cultural”. Que mejora la comprehensión

gracias a incorporar la cultura al enfoque sistémico de la

ecología, que resulta operativa estructurando la información

en torno al clima y que resulta rentable gracias a ofrecer

herramientas como los atlas ecoclimáticos, los manuales

de ecodiseño, los planes de empleo verde, los programas

de formación sistémica y las sinergias derivadas de reducir

la confrontación ideológica, propiciar la comunicación

interdisciplinar y mejorar la coordinación. Sin embargo,

para garantizar su comunicación debería promoverse

instituciones educativas complementarias a las universi-

dades y para posibilitar la competitividad habría que mejorar

la investigación, el desarrollo y la innovación sobre el

proceso de evaluación y de ajuste del contexto multipara-

digma, la visión sistémica, de la ecoclimatología cultural,

de las herramientas operativas y de las técnicas de gestión.

Necesidad y urgencia de cambiar deestrategia de gestión.Debido al aumento de la complejidad de los problemas

relacionados con la biodiversidad (cambio climático,

biodiversidad, cultivos transgénicos, ingeniería genética),

a las dificultades para su gestión por el enfrentamiento

entre grupos ecologistas y desarrollistas (que recogen

todos los días los medios de comunicación), a las defi-

ciencias de la comunicación interdisciplinar (entre científicos,

planificadores, gestores, legisladores, arquitectos, inge-

nieros, sociólogos), a los problemas de descoordinación

de la Administración (CC.AA., diputaciones, cabildos,

municipios) y a las implicaciones ambientales, económicas,

políticas y culturales de estos aspectos, la posibilidad de

mejorar la gestión ambiental incorporando un contexto

multiparadigma y una visión más comprehensiva sobre la

realidad constituye un objetivo estratégico de primera

magnitud, superior incluso a las tecnologías de la información

y de la comunicación, pues ofrecen la ventaja añadida para

los países medianos de permitirles competir en la economía

del conocimiento sin requerir de grandes inversiones de

capital para el desarrollo tecnológico.

Esto representa una importante oportunidad para España

y para Canarias. Por un lado, al posibilitar mejorar la gestión

de su rica biodiversidad, que se encuentra en peligro debido

al desfase entre el aumento de la complejidad de los

problemas con la población y su movilidad y las limitaciones

de los sistemas convencionales de gestión de la biodiver-

sidad para gestionar situaciones complejas, por basarse

en un sistema incoherente de principios provenientes de

ambientes tan heterogéneos como la historia natural, la

ciencia analítica y las ciencias ambientales. Y, por otro,

porque el desarrollo de diferentes tecnologías para la gestión

ADECUACIÓN DE LA VISIÓN ASUMIDA SOBRE LA BIODIVERSIDAD A LA COMPLEJIDAD DE

LOS PROBLEMAS

de problemas ambientales complejos posibilitaría ocupar

un nicho competitivo en la economía del conocimiento al

generar sinergias políticas (reducir la confrontación social,

desarrollo sostenible), profesionales (comunicación inter-

disciplinar), administrativas (potenciar la coordinación),

sociales (empleo verde), económicas (economía del cono-

cimiento) y tecnológicas (ecodiseño).

Pero para garantizar la competitividad habría que adecuar

la visión sistémica a las condiciones (socioeconómicas,

geoestratégicas y profesionales) específicas del país y

garantizar su difusión entre la población. Lo cual requeriría

en nuestro caso incrementar la inversión en I+D+i en torno

a la Ecoclimatología cultural y a sus herramientas operativas

y desarrollar tecnologías clave para la economía del cono-

cimiento (gestión sistémica, ecodiseño, formación ambiental

y el empleo verde), así como contar con instituciones

complementarias a las universitarias. Y actuar urgentemente,

pues de lo contrario, países emergentes que padecen

problemas inaplazables relacionados con la biodiversidad

y que disponen de los recursos humanos y económicos

necesarios para impulsar el cambio, después de haber

dominado la economía productivista podrían dominar

también a la economía del conocimiento.

Autor: Juan Pedro de Nicolás.

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

SISTÉMICA

AMBIENTALISTA

EVOLUTIVA

DESARROLLISTA

NATURALISTA

AGRARIA

RECOLECTORAAI

BII

CIII

DIV

EV

FVI

GVII

VISIÓNASUMIDA

GESTIÓNDE LA

BIODIVERSIDAD

PROBLEMASA GESTIONAR

COMPLEJIDAD

(tabla I)

COMPREHENSIÓN

(tabla 2)

VISIÓN SOBRE

BIODIVERSIDAD

FIG. 6La gestión adaptativa multiparadigma implica asumir una visión sobre la biodiversidad cuya comprehensión (Tabla 2) se adecúe al grado

de complejidad de los problemas a gestionar (Tabla 1).

CONTEXTO

MULTIPARADIGMAVISIÓN SISTÉMICA

ECOCLIMATOLOGÍA

CULTURAL

HERRAMIENTAS

OPERATIVAS

GESTIÓN

BIODIVERSIDAD

FIG. 7

La visión sistémica sobre la gestión de la biodiversidad se puede materializar en torno a la Ecoclimatología cultural. Esta garantiza sucomprehensión asumir la visión sistémica de la Ecología integrando también la cultura. Además, garantiza la operatividad y rentabilidad

estructura la información en torno al clima y desarrolla diferentes herramientas operativas (atlas ecoclimático, manuales de empleo verde).Sin embargo, se requiere contar con instituciones complementarias a las universitarias para garantizar la comunicación y un proceso

continuo de evaluación y de ajuste del contexto y de las herramientas para garantizar competitividad.

Page 31: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

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LA MUSARAÑA CANARIA

El archipiélago canario siendo volcánico presenta, no

obstante, ciertas peculiaridades respecto a las otras islas

oceánicas: abarca islas relativamente cercanas al conti-

nente africano (Fuerteventura se encuentra a unos 95

Km.); existen profundidades de sólo 40 metros entre

algunas islas (caso de Fuerteventura y Lanzarote); posee

climas muy variados debido a la influencia de numerosos

factores como son: las distintas corrientes marinas, los

vientos alisios y subsaharianos, altitudes que superan en

alguna isla los 3.700 metros. Por último, posee mamíferos

no voladores como la musaraña canaria (Crocidura

canariensis), cuya llegada a las islas es anterior a la del

hombre, hecho que se ha podido comprobar gracias a

la existencia de registros fósiles donde aparecen restos

de este insectívoro.

Todo ello ha favorecido la existencia de una naturaleza

rica y diversa, creándose ecosistemas únicos que han

despertado el interés de científicos de todas las épocas

(Cook, Banks, Bougainville, Broussonet, Malaspina,

Humboldt y Darwin entre muchos otros).

Como frecuentemente se ha venido diciendo, las Canarias

son “un verdadero laboratorio de la Naturaleza”, donde

las especies se han podido desarrollar y evolucionar a

sus anchas.

Pero nos preguntamos, ¿cómo se ha podido producirla colonización de las islas de forma natural por partede animales terrestres como las musarañas? Varios

autores proponen que la llegada de estas especies se

pudo realizar mediante balsas flotantes formadas por

masas de tierra con su fauna y flora incorporada, que se

separarían de ríos de gran caudal y serían arrastradas

mar adentro por las corrientes, a muchos kilómetros de

distancia, tal como se ha constatado en alguno de los

grandes ríos del planeta como son el Amazonas y el

Orinoco, entre otros.

Las islas de origen volcánicotienen una serie de caracterís-ticas que las diferencian de lascontinentales, como son: la le-janía respecto al continente,la presencia de grandes pro-fundidades entre sí y una au-sencia de mamíferos no vola-dores.

Autores:

Dña. Obdulia Mª Molina BolañosBióloga, Licenciada por la Universidad de La Laguna

Dña. María del Carmen Brito de la NuezBióloga, Licenciada por la Universidad de León

Dr. D. Martín Moreno MuñozBiólogo, Licenciado por la Universidad de Barcelona

y Doctorado en Veterinaria por la Universidad de

Las Palmas de Gran Canaria

Los mamíferos terrestres que actualmente viven en Ca-

narias exceptuando C. canariensis, como se ha comentado

anteriormente han sido, con toda probabilidad, producto

de la introducción voluntaria o involuntaria del hombre.

La musaraña canaria posee dimensiones que apenas

superan los 7 cm de cuerpo y los 4,5 cm de cola. Perfec-

tamente adaptada a la aridez de su hábitat, nuestra

musaraña devora todo aquello que pueda aportarle los

nutrientes necesarios para cubrir las necesidades ener-

géticas de su elevado metabolismo, y si bien opta por

una dieta mayoritariamente basada en invertebrados, no

desdeña restos y carroña de otros animales. Es también

capaz de matar al pequeño lagarto atlántico que vive en

estas islas.

Datos zoológicos de la musaraña canaria

Taxonomía

Clase: Mamíferos

Orden: Soricomorha

Familia: Soricidae

Subfamilia: Crocidurinae

Género: Crocidura

Especie: Crocidura canariensis

Nombre común: Musaraña canaria, ratón hocicudo.

Descripción

Mamífero de pequeño tamaño, considerado de talla media

dentro de los crocidurinos.

Musaraña canaria (Crocidura canariensis)

Su peso oscila entre los 6 y los 9,5 g. El cráneo, de perfil

aplanado, es más largo que ancho y carece de arco

cigomático. Las mandíbulas están bien desarrolladas y

sostienen una dentición típicamente insectívora, con

piezas de cúspides altas y puntiagudas. Posee largas

orejas y está provista de una larga y estrecha nariz, con

vibrisas, que puede mover con facilidad. Su pelaje, largo

y suave, se mantiene todo el año, presentando una

coloración pardo grisácea oscura en el dorso y un vientre

jaspeado, debido al color gris oscuro de la base y puntas

blancas o beige. Tiene una cola robusta cubierta de pelo

fino y de la que salen algunos pelos más largos. Es

pentadáctilo (con cinco dedos en todas sus extremidades),

unguiculado (con uñas en los dedos) y plantígrado (apoya

la planta del pie con el talón tocando el suelo al despla-

zarse).

Distribución

Es una especie endémica de Canarias, que está presente

en las islas orientales de Fuerteventura y Lanzarote, y en

los islotes de Montaña Clara y Lobos.

Hábitat

Vive en los ambientes semidesérticos propios de las islas

más orientales de Canarias. Se puede encontrar tanto

en zonas de malpaíses antiguos donde ya existe vegeta-

ción, como en otros lugares carentes de ésta. También

se encuentra en zonas de barrancos pedregosos e incluso

en ambientes humanizados con paredes de piedras y

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

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[conciencia] slas

34

Autores: Dña. Obdulia Mª Molina Bolaños, Dña. María del Carmen Brito de la Nuez, Dr. D. Martín Moreno Muñoz.

restos de lo que fueron zonas de cultivos. Las madrigueras

consisten en pequeñas excavaciones bajo las piedras o

en algún hueco ya existente, que rellena con restos

vegetales para conseguir un nido más confortable.

Biología

La mayoría de los datos han sido obtenidos a partir de

observaciones en el laboratorio. Se reproduce varias

veces al año, con un máximo de tres crías por camada,

siendo dos el número más frecuente. La gestación es de

32 días, aproximadamente. Las pequeñas musarañas

nacen poco desarrolladas, sin pelo, ciegas y sordas. Con

menos de dos semanas comienzan sus primeras excur-

siones fuera de la madriguera formando caravanas, en

las cuales una de las crías se agarra a los cuartos traseros

de un adulto y el resto se agarra de la misma forma al

hermano que tenga delante. Emiten sonidos muy agudos

que varían según expresen agresividad, sumisión o llama-

da.

Depredadores

Es presa de la lechuza común (Tyto alba) y, aunque de

forma más ocasional, del cernícalo vulgar (Falco tinnun-

culus), lo que verificaría el hecho de que puede estar

activa tanto de día como de noche. En lugares antropiza-

dos puede ser cazada accidentalmente por los gatos

domésticos que no llegan a comérsela. En ocasiones, se

ha citado al búho chico canario (Asio otus canariensis)

como depredador de esta especie, sin embargo en

estudios realizados con egagrópilas en varias islas, nunca

se han encontrado restos de musarañas.

Estudios sobre musarañas en Canarias

La primera cita publicada sobre la existencia de musarañas

en el archipiélago canario se encuentra en el Diccionario

de Historia Natural de las Islas Canarias de Viera y Clavijo,

escrito entre 1866 y 1869. El autor utiliza la expresión de

“musgaño” y lo clasifica como Sorex musaraneus, des-

cribiendo de forma muy breve algunas características y

costumbres de este animalillo, sin especificar en qué islas

está presente.

Es en 1903 cuando C. Floericke publica los resultados

de unas observaciones ornitológicas realizadas en el Pico

de Osorio de Gran Canaria, señalando que las musarañas

forman parte de la dieta de la aguililla (Buteo buteo) y del

milano real (Milvus milvus).

El grupo de investigación encabezado por A. Martín realizó

en 1984 el primer trabajo científico que confirmó la

existencia de dos musarañas en Canarias: Suncus etruscus

y la que fue clasificada provisionalmente como Crocidura

russula yebalensis. Pocos años después, en 1987, R.

Hutterer y su equipo de colaboradores, basándose en

estudios más profundos sobre la morfología, biología y

genética de esta última especie, determinaron que se

trataba en realidad de un endemismo canario, al que

denominaron Crocidura canariensis.

En 1989, O. Molina y R. Hutterer observaron diferencias

entre C. canariensis y las musarañas procedentes de

Gran Canaria, describiendo un nuevo endemismo al que

denominaron Crocidura osorio, que hacía alusión a su

primera localización. Después fueron publicados dos

nuevos trabajos relacionados con las musarañas de

Canarias: uno en el que se llevó a cabo el estudio de los

sonidos emitidos por C. canariensis, realizado por R.

Hutterer y L.F. López-Jurado en 1990; y otro, publicado

en el mismo año por A. Fain y G. Rack, en el que se

describe la presencia de un ácaro que determinaron como

un nuevo endemismo y denominaron Echinonyssus mo-

linae, parásito de C. osorio.

Al año siguiente, en 1991, J. Michaeux junto a R. Hutterer

y N. López-Martínez encontraron restos fósiles de musa-

rañas y roedores endémicos pertenecientes a la época

del Pleistoceno en Fuerteventura y paralelamente C.

Criado y P. Atoche los hallaron en la isla de Lanzarote.

Buscando el origen de las dos musarañas endémicas

canarias y un posible antecesor común, R. Hutterer, T.

Maddalena y O. Molina publicaron, en 1992, un trabajo

analizando y comparando los cariotipos, frecuencias

alélicas de loci polimórficos, sonidos, aspectos ecológicos

y biológicos, morfología craneal y restos fósiles de cuatro

especies distintas: C. canariensis, C. osorio, C. russula

y C. sicula (esta última procedente de Sicilia). En él se

concluyó que las dos musarañas endémicas canarias

tienen diferentes orígenes, a la vez que se detectó una

gran cercanía genética entre C. osorio y C. russula, a

pesar de sus diferencias en cuanto al tamaño, sonidos

y número de crías por camada.

Basándose en análisis multivariantes de medidas mor-

fométricas realizados entre C. canariensis y C. sicula, M.

Sara concluyó, en 1995, que ambas son en realidad dos

subespecies de la misma especie. Sin embargo, este

trabajo fue tomado con cierta cautela al considerar que

la metodología empleada no fue determinante para la

conclusión obtenida. No obstante parece ser que ambas

especies sí tuvieron un ancestro común originario en el

norte de África.

Más tarde, en 1996, L.F. López-Jurado y J.A. Mateo

publicaron un estudio sobre la inmovilización de presas

mediante la utilización de veneno por parte de C. cana-

riensis. Desde entonces las dos especies de musarañas

canarias han sido citadas en varios libros de consulta

tales como la guía de campo de los “Mamíferos de

España” de J.C. Blanco (1998), “Naturaleza de las Islas

Canarias” de J.M. Fernández-Palacios y J.L. Martín

Esquivel (2001), así como el “Atlas de los Mamíferos de

España” de L.J. Palomo y J. Gisbert (2002). En todos

ellos es comentada la necesidad de analizar nuevos

resultados que aclaren el status taxonómico de dichas

especies.

Los progresivos avances de la investigación y el uso de

nuevas técnicas, tal como la utilización del ADN mitocon-

drial, han permitido resolver muchas de las incógnitas

planteadas en la clasificación y determinación de la situación

taxonómica de especies de diferenciación dudosa. Apli-

cando dicha técnica, O. Molina, R.P. Brown, N. Suárez y

J.J. Pestano (2002) concluyeron que la especie clasificada

anteriormente como C. osorio debía ser considerada

como C. russula, especie que pudo ser introducida en

Canarias desde la Península Ibérica, probablemente

durante la conquista española hace unos 500 años.

Paralelamente, P. Vogel y un equipo de investigadores,

en 2002, utilizando la misma técnica, realizaron la com-

paración de las dos musarañas canarias con especies

africanas y europeas, llegando a la misma conclusión para

C. osorio, y en lo que se refiere a C. canariensis y C.

sicula, probablemente tuvieran un ancestro común del

que se fueron diferenciando hace unos 50 millones de

años.

Los últimos estudios sobre la musaraña canaria realizados

por el equipo de investigación constituido por A. Arencibia,

O. Molina, M.C. Brito, M. Moreno y J. Orós, han estado

orientados a conocer su anatomía e histología, con el fin

de interpretar sus adaptaciones biológicas, dentro de un

proyecto que fue Premio de Investigación Simón Benítez

Padilla 2002, y que fue presentado en 2004. La amplia

colección fotográfica obtenida a modo de atlas anatómico-

histológico y el protocolo utilizado pueden servir de

referencia para profundizar en el conocimiento de otras

especies y para estudios de anatomía comparada.

Mamíferos endémicos extintos

Se conoce la existencia de al menos tres especies de

mamíferos endémicos presentes en el archipiélago antes

de la llegada del hombre, que desaparecieron poco

después. Pertenecían al orden de los roedores y entre

ellas se encontraban ratas gigantes.

Una de estas ratas a la que se llamó Canariomys bravoi,

encontrada en Tenerife, aparece en yacimientos pleisto-

cénicos, por lo que se le calcula una antigüedad de al

menos 100.000 años. Su extinción es reciente, siendo

probable que conviviera con los aborígenes isleños.

Otra rata gigante de aspecto similar aunque de mayor

tamaño, que pudo llegar a medir medio metro de longitud,

Canariomys tamaranis, fue encontrada en la Aldea de San

Nicolás, en Gran Canaria.

La última especie descubierta en las islas de Fuerteventura,

Lanzarote y La Graciosa, denominada Malpaisomys insu-

laris, es un pequeño roedor del que se han encontrado

restos fósiles entre lavas recientes (de unos pocos cente-

nares de años).

Vista dorsal de la nariz

Detalle de la boca y parte de la dentición

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ORGANISMOS Nº DE ESPECIES NÚMERO DE ESPECIES ESTIMADAS PRECISIÓN

DESCRITAS

ALTO BAJO MEDIO

VIRUS 4000 1000000 50000 400000 Muy baja

BACTERIAS 4000 3000000 50000 1000000 Muy baja

HONGOS 72000 2700000 200000 1500000 Moderada

PROTOZOOS 40000 200000 60000 200000 Muy baja

ALGAS 40000 1000000 150000 400000 Muy baja

PLANTAS 270000 500000 300000 320000 Buena

NEMATODOS 25000 1000000 100000 400000 Baja

ARTRÓPODOS

CRUSTÁCEOS 40000 200000 75000 150000 Moderada

ARÁCNIDOS 75000 1000000 300000 750000 Moderada

INSECTOS 950000 100000000 2000000 8000000 Moderada

MOLUSCOS 70000 200000 100000 200000 Moderada

CORDADOS 45000 55000 50000 50000 Buena

OTROS 115000 800000 200000 250000 Moderada

TOTAL 1750000 111655000 3635000 13620000 Muy baja

[conciencia] slas

35

INSECTOS ESPAÑOLESLA DIVERSIDAD DE

en números redondos podemos decir que del millón y

medio de especies animales conocidas, un millón y cuarto

son artrópodos y, de ellos, más de un millón son insectos,

la tercera parte de los cuales son coleópteros. En este

sentido cabe recordar la anécdota atribuida al eminente

biólogo británico J.B.S. Haldane, quien a la pregunta de

qué había aprendido acerca de Dios en su larga carrera

científica respondió: “Su desmedida afición por los

coleópteros”. En efecto, por número de especies, géneros,

familias e incluso órdenes, los artrópodos son sin duda

el tronco animal que más éxito ha tenido en la historia

evolutiva.

Los artrópodos son un grupo evolutivamente antiguo, ya

que se encuentran fósiles desde la base del Cámbrico,

e incluso se especula que antes; es decir, están en el

Planeta desde hace al menos 550 millones de años. La

historia de la vida en la Tierra no se entendería sin los

artrópodos; su inmensa diversidad, biomasa, diversidad

ecológica y evolutiva hacen de este tronco una de las

claves para entender el funcionamiento de los ecosiste-

mas. Son tan ubicuos, que podemos encontrar artrópodos

desde las más profundas simas oceánicas, hasta las

altas capas de la troposfera, o las selvas tropicales y los

desiertos; son comunes en el suelo o como parásitos en

el interior de otros animales o de plantas; forman agallas,

son capaces de resistir la desecación total, la congelación

prolongada y la falta de oxígeno.

Los artrópodos, y en particular los insectos, causan a

los seres humanos numerosas molestias, problemas y

enfermedades, bien por acción directa, con molestias,

picaduras, dermatosis, fobias, etc.; bien por acción

indirecta, ya que son los agentes transmisores de algunas

de las enfermedades más dañinas para la Humanidad,

como la malaria, las tripanosomiasis, la fiebre amarilla,

el dengue o la peste. Igualmente, estos organismos

afectan a la agricultura y a la ganadería, sectores que sin

duda se ven perjudicados, aunque es preciso agregar

que en lo que concierne a la agricultura, lo beneficios

proporcionados por los insectos superan con creces los

perjuicios ocasionados. Así, se estima que las plagas de

artrópodos (sobre todo insectos) causan alrededor de

400 millones de euros al año de pérdidas a la agricultura

mundial, aunque, también según algunas estimaciones,

los beneficios por polinización de cultivos alcanzan los

17.000 millones de euros al año, ya que alrededor de 90

cultivos diferentes son polinizados por insectos.

Los artrópodos constituyen alrede-dor del 80% de todas las especiesanimales descritas hasta la fecha;

Autor:

José Luis Viejo MontesinosEx-Presidente de la Real Sociedad Española

de Historia Natural y Catedrático de Zoología

de la Universidad Autónoma de Madrid.

Los insectos son organismos clave para el desarrollo de

las ciencias (y no sólo biológicas), ya que tienen o han

tenido una capital importancia en la Ecología, Biogeografía,

Evolución, Genética, Fisiología, Medicina, e incluso en la

Física y la Química. Al ser sus poblaciones tan ubicuas

y numerosas, los insectos intervienen en muchos procesos

de los ecosistemas terrestres y dulceacuícolas, como

polinización, depredación, parasitismo, control de pobla-

ciones, etc. Contribuyen eficazmente a la formación del

suelo, a los ciclos de nutrientes y al tratamiento de

residuos. El mundo sin los insectos no se parecería nada

al que conocemos. Para empezar las flores, tal y como

son actualmente, no existirían, dado que en la mayor

parte de los casos, estas estructuras reproductoras han

sido evolutivamente modeladas por los insectos, a lo

largo de cientos de millones de años de evolución conjunta.

Así, los colores, formas y olores de la mayoría de las flores

responden a unas claves evolutivas relacionadas con la

atracción de los insectos que han de transportar el polen

de las anteras de una flor al carpelo de otra. También

podemos aducir razones estrictamente económicas para

proteger los insectos. A los beneficios económicos como

polinizadores que acabamos de mencionar, se unen los

derivados del control biológico que ejercen sobre otras

plagas, sean de insectos, sean de plantas invasoras:

malas hierbas, matorral, etc. Los insectos son productores

de miel, cera y otros productos apícolas, además de

recolectores de polen como alimento humano. Pero es

que como alimento humano en sí, los insectos también

constituyen un recurso de primera magnitud. Se trata de

los insectos comestibles que no porque en Europa no

formen parte de la dieta humana, dejan de serlo en

muchos otros lugares del planeta, como China, México,

Centroamérica, Colombia, numerosos países africanos,

etc. Y es probable que en el futuro se conviertan en una

fuente de alimento de creciente demanda, dadas sus

buenas cualidades nutricias. Las barreras principales que

frenan el consumo de insectos son de tipo cultural,

comparables a las que algunos grupos humanos estable-

cen frente a los crustáceos, por otra parte tan apreciados

en España y otros países con tradición pesquera. Además,

se estima que a lo largo de la vida, una persona de una

cultura no insectívora se come inadvertidamente más de

un kilo de insectos, en forma de larvas, pupas o adultos

de Tenebrio molitor (el escarabajo de la harina), o de

Sitophilus zeamais (el gorgojo del maíz), Ostrinia nubialis

(un lepidóptero taladrador del maíz), u otros insectos

propios de productos almacenados que se trituran con

el grano, por no hablar de los pulgones que vienen con

las ensaladas, o los lepidópteros que se procesan a la

vez que la fruta para compotas, mermeladas u otras

conservas vegetales.

¿Cuántas especies de insectos hayen España?

Los artrópodos son un tronco morfológicamente homo-

géneo en términos generales. Se divide en cuatro grandes

categorías: Crustáceos, Quelicerados, Miriápodos y

Hexápodos (normalmente conocidos como Insectos). La

diversidad de especies es muy desigual según el grupo.

En la tabla 1 mostramos el número aproximado de especies

conocidas de los principales grupos de organismos, y

apreciamos el acusado grado de incertidumbre, al que

hay que sumar el problema de la nomenclatura; en efecto,

como sucede con otros grupos de invertebrados, las

cifras de diversidad de artrópodos son altamente especu-

lativas. Al igual que en otros casos es preciso distinguir

TABLA 1

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

Número de especies de los principales grupos de organismos en el planeta. Modificado de HEYWOOD & WATSON, 1995.

Page 36: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

NÚMERO DE ESPECIESÓrdenes Mundo P. Ibérica Francia Italia Gran Bretaña

Collembola 6500 500 500 418 304

Protura 500 13 10 a 20 31 12

Diplura 800 50 45-60 73 12

Microcoryphia 300 61 38 48 7

Thysanura (Zygentoma) 500 41 10 a 13 19 2

Ephemeroptera 2000 121 140 94 46

Odonata 6000 78 87 88 45

Plecoptera 1900 136 150 144 34

Blattodea 4000 20 18 40 8

Isoptera 2200 2 3 2 0

Mantodea 1900 14 9 12 0

Grylloblattodea 25 0 0 0 0

Dermaptera 1840 20 20 22 7

Orthoptera 19000 307 212 333 30

Phasmatodea 2500 4 3 8 0

Embioptera 275 4 3 5 0

Zoraptera 30 0 0 0 0

Psocoptera 3000 115 108 102 87

Anoplura 490 29 30 267 539

Mallophaga 3000 273 150

Homoptera 49500 2000 2050 2147 1150

Heteroptera 32600 1400 1500 1380 516

Tysanoptera 5600 249 346 213 167

Neuroptera (sensu lato) Megaloptera 270 4 3 4 2

Raphidioptera 175 12 17 20 4

Neuroptera (sensu stricto) 5000 152 160 153 54

Mecoptera 500 4 9 10 4

Coleoptera 330000 10000 9600 11989 3700

Strepsiptera 532 15 10 a 15 21 10

Siphonaptera 1900 86 90 81 61

Diptera 132111 6106 6500 6552 6668

Trichoptera 7000 316 244 367 192

Lepidoptera 165000 4243 5120 5083 2400

Hymenoptera 115000 9400 8000 7526 6641

TOTAL 893837 35775 35110 37315 22034

[conciencia] slas

36

entre las especies cuya existencia es conocida para los

taxónomos (especies descritas) y las especies aún por

describir. A menos que digamos lo contrario, normalmente

nos referiremos a las primeras, es decir las especies que

“ya tienen nombre”, si bien en muchos casos poco más

se sabe de ellas, e incluso en muchos casos no sabemos

si bajo un mismo nombre se esconden dos o más especies

diferentes, o lo contrario: una misma especie tiene más

de un nombre.

Para obtener más información sobre la biodiversidad

española, sugerimos al lector la consulta de las recientes

revisiones de LIZANA y VIEJO (2007), y VIEJO (2007 y

2011).

La fauna de insectos de España no es fácil de evaluar;

las más conservadoras estimaciones indican que en la

Península Ibérica debe haber poco más de 40.000 espe-

cies descritas, mientras que otros cálculos apuntan más

bien hacia las 50.000; a ellas habría que añadir las especies

canarias que no aparecen en la península (endémicas o

no) y que podrían ser tres o cuatro mil. Como en otros

casos, el nivel de conocimiento de la fauna de insectos

de España es muy desigual, tanto desde el punto de vista

taxonómico, como del biogeográfico, ya que algunos

grupos difícilmente aportarán novedades relevantes en

cuanto a nuevas adiciones a la lista de especies, como

los ropalóceros (mariposas diurnas), mientras que otros

son una fuente inagotable de noticias taxonómicas, como

los colémbolos o determinadas familias de coleópteros

o de lepidópteros; igualmente sucede con respecto al

territorio, pues algunas regiones están relativamente bien

prospectadas y conocidas, como la Comunidad de Madrid,

mientras que otras ofrecen extensas lagunas de informa-

ción biogeográfica, como Castilla-La Mancha, Extremadura

o amplias zonas de Castilla y León o Andalucía. En la

tabla 2 recogemos los datos disponibles o las estimaciones

respecto al número de especies de cada orden.

Debido a la enorme amplitud del grupo, es impensable

recoger en la necesariamente limitada extensión de este

artículo siquiera una pincelada de cada uno de los órdenes

de insectos, por lo que únicamente ofreceremos una breve

reseña de algunas especies particularmente llamativas,

singulares o amenazadas, sin ninguna otra pretensión.

Los efemerópteros son insectos evolutivamente muy

antiguos, ligados a los cursos de agua, cuya fauna ibérica

es relativamente rica, ya que se conocen al menos 120

especies. Su vinculación a los ríos, dados sus hábitos

larvarios, convierte a estas especies en vulnerables a

causa del lamentable estado de nuestros cursos de agua.

Esa es la razón por la que en el Libro Rojo de los Inverte-

brados de España (VERDÚ Y GALANTE, 2006) se incluyen

siete especies de efemerópteros, todas ellas con la etiqueta

de En peligro: Caenis nachoi, Torleya nazarita, Rhithrogena

monserrati, Rhithrogena thomasi, Habrophlebia antoninoi,

Prosopistoma pennigerum y Siphlonurus ireneae.

Los odonatos (libélulas y caballitos del diablo) no son un

orden particularmente diverso, ya que en el mundo sólo

se conocen unas 6000 especies, y en la Península Ibérica

78; sin embargo es uno de los grupos de insectos más

populares, por su tamaño más bien grande y su aspecto

llamativo; además son buenos bioindicadores de la calidad

de las aguas a las que están ligadas por sus fases larvarias.

Entre las especies españolas de odonatos merecen

destacarse las siguientes:

· Ophiogomphus cecilia. Se trata de una libélula de la

familia Gomphidae, incluida en el Catálogo Nacional de

Especies Amenazadas, en la categoría En Peligro de

Extinción, cuya presencia en la Península Ibérica está

confirmada en Portugal, y en España ofrece fuertes

indicios.

· Lindenia tetraphylla.- Es otro gónfido incluido en el

Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, en la

categoría En Peligro de Extinción, sólo conocida por

TABLA 2

citas antiguas de Valencia. En Libro Rojo de los Inver-

tebrados de España (VERDÚ Y GALANTE, 2006) se

cataloga En peligro crítico.

· Gomphus graslinii.- Gónfido incluido en el Catálogo

Nacional de Especies Amenazadas, en la categoría De

interés especial, muy raro. En Libro Rojo de los Inverte-

brados de España (VERDÚ Y GALANTE, 2006) se

cataloga En peligro.

· Macromia splendens.- Es una libélula de la familia

Cordulidae, considerada una reliquia del periodo glaciar,

muy rara, con citas muy escasas en ríos de la mitad

occidental, incluida en el Catálogo Nacional de Especies

Amenazadas, en la categoría En Peligro de Extinción.

En Libro Rojo de los Invertebrados de España (VERDÚ

Y GALANTE, 2006) se cataloga En peligro crítico.

· Oxygastra curtisii.- Es un cordúlido, incluido en el Catálogo

Nacional de Especies Amenazadas, en la categoría

Sensible a la alteración de su hábitat, relativamente raro.

En Libro Rojo de los Invertebrados de España (VERDÚ

Y GALANTE, 2006) se cataloga En peligro.

· Leucorrhinia pectoralis.- Libélula de la familia Libellulidae,

sólo conocida en España en una localidad del Pirineo

de Lérida, y catalogada en el Libro Rojo de los Inverte-

brados de España (VERDÚ Y GALANTE, 2006) En

peligro crítico.

· Coenagrion mercuriale.- Libélula de la familia Coenagrio-

nidae, incluida en el Catálogo Nacional de Especies

Amenazadas, como De interés especial, dispersa por

la Península Ibérica, aunque rara.

Los ortópteros son los conocidos saltamontes y langostas,

algunas de cuyas especies constituyen serias plagas

agrícolas, pero que en España actualmente no constituyen

una grave amenaza para los cultivos. En la Península

Ibérica se conocen poco más de trescientas especies,

algunas incluidas en el Catálogo Nacional de Especies

Amenazadas, como Baetica ustulata (Sensible a la alte-

ración de su hábitat) y Acrostira euphorbiae, un panfágido

endémico de La Palma (En Peligro de Extinción).

Los dictiópteros con frecuencia se escinden en Blattodea

(cucarachas) y Mantodea (mantis o santateresas); en la

península Ibérica se conocen unas 20 especies de cuca-

rachas y unas 14 de mantis. Entre las primeras está

Loboptera subterranea, un blatélido exclusivo de Tenerife,

que vive en tubos volcánicos, y considerado En peligro

en Libro Rojo de los Invertebrados de España (VERDÚ Y

GALANTE, 2006); entre las segundas se incluye Aptero-

mantis aptera, una mantis sin alas, endémica de la Penín-

sula Ibérica, considerada como De Interés Especial en el

Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.

En relación con los coleópteros, el Libro Rojo de los

Invertebrados de España (VERDÚ Y GALANTE, 2006)

Autor: José Luis Viejo Montesinos.

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

Número de especies de insectos descritas en el mundo y que se estima están presentes en la Península Ibérica, Francia, Italia y GranBretaña. Modificado a partir de ORTUÑO (2002).

Page 37: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

[conciencia] slas

37

Autor: José Luis Viejo Montesinos.

recoge tres especies En peligro crítico; se trata de los

carábidos Dicrodontus alluaudi y Trechus detersus; el

primero es un escarabajo endémico de Gran Canaria y

el segundo de Fuerteventura Y Lanzarote; la tercera

especie es Cionus canariensis, un gorgojo (Curculionidae)

endémico de Gran Canaria. Otros coleópteros amenaza-

dos y catalogados como En peligro son: Apoduvalius

naloni, carábido cavernícola de Muñera (Asturias), Calathus

amplius, carábido endémico de Tenerife, Ildobates neboti,

carábido cavernícola de Castellón, Otiorhynchus torres-

salai, curculiónido cavernícola, Athypna iberica, escarabajo

de la familia Glaphyridae, endemismo ibérico sólo conocido

de las sierras del sur de Salamanca, Oresigenus jaspei,

escarabajo cavernícola de la familia Leiodidae, sólo

conocido de los Picos de Europa, Meloe foveolatus y

Mylabris uhagonii, dos meloideos muy raros, Amaladera

longipennis y Paratriodonta alicantina, dos escarabajos

de la familia Melolonthidae, sólo conocidos de Alicante.

En el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas se

recogen algunos coleópteros como Pimelia granulicollis,

un tenebriónido endémico de Gran Canaria En Peligro

de Extinción, Osmoderma eremita (Cetoniidae) muy raro

de los Pirineos, Cucujus cinnaberinus (Cucujidae), sólo

conocida de Monte Muniellos (Asturias) y Limoniscus

violaceus (Elateridae), sólo conocida de Picos de Europa

(Cantabria) y del valle de Goñi y Sierra de Andía (Navarra),

ambas especies ligadas a la madera podrida en bosques

de haya; Buprestis splendens, escarabajo Buprestidae

ligado a los pinos, sólo conocido en España en las

provincias de Cádiz, Cuenca y Granada; Lucanus cervus,

el conocido ciervo volante, asociado a los robledales

maduros de la mitad septentrional de la península; Rosalia

alpina, un cerambícido ligado a los hayedos con madera

podrida, Carabus (Mesocarabus) riffensis es un endemis-

mo norteafricano, sólo conocido a las afueras de la ciudad

de Ceuta. La fauna canaria de coleópteros es altamente

interesante, con 1248 endemismos y una considerable

diversificación de algunos géneros, como Acalles (27),

Attalus (51), Calathus (24), Cardiophorus (31), Hegeter

(22), Laparocerus (66), Longitarsus (17), Nesotes (20),

Oxypoda (16), Pachydema (16), Tarphius (30) y Trechus

(16) (entre paréntesis el número de especies, según

MACHADO, 2002).

Los dípteros probablemente sean uno de los órdenes

con más especies presentes en España. Según CARLES-

TOLRÁ (2002), en España se han catalogado 6.433

especies, de las que 5.800 son de la España peninsular,

559 de Baleares y 1.146 de Canarias; para la península

(incluye, claro, Portugal) la cifra es 6106; para la región

ibero-balear, 6.184; para Europa, 17.440, y para la región

Paleártica, 34.699; sobre un total mundial de 132.111.

La mayor diversidad está en los Cyclorrhapha, dípteros

más bien de tipo mosca, con más de tres mil especies;

de Nematocera (mosquitos en sentido general) se conocen

1.873 especies españolas. Entre las familias más diversas

se encuentran, entre los nematóceros, los quironómidos,

con cerca de 500 especies españolas; y entre los ciclo-

rrafos, los sírfidos (con 355), los múscidos (276) y los

parasitoides taquínidos (514). De algunas familias se

conoce relativamente bien la fauna (Syrphidae, Muscidae,

Calliphoridae, etc.), mientras que de la mayoría el cono-

cimiento es muy escaso y fragmentario. Aún así en los

últimos años se han ido teniendo en cuenta en la elabo-

ración de listas rojas, de manera que en el Libro Rojo de

los Invertebrados de España (VERDÚ Y GALANTE, 2006)

se incluyen tres especies amenazadas: Caliprobola spe-

ciosa, un sírfido asociado a bosques sólo conocido en

España en una localidad leonesa y catalogado como En

peligro; Rhyncomyia italica, un califórido asociado a

medios dunares, sólo conocido de Cerdeña y de un par

de localidades levantinas y catalogado como Vulnerable;

y Mallota dusmeti, otro sírfido muy raro del centro de la

península, cuyas larvas son saproxílicas, es decir, están

asociadas a la madera podrida.

Acherontia atropos imago

Iris oratoria

Onychogomphus uncatus

Saltamontes

Xylocopa violacea Garapito [Corixa]

Los himenópteros son un extenso orden de insectos

muy populares, entre los que se incluyen las abejas, las

avispas y las hormigas, pero que igualmente agrupa a

una miríada de pequeñas especies parasitoides, cecidó-

genas (que producen agallas en las plantas) o de otros

hábitos, poco conocidas. La fauna española es particu-

larmente rica, ya que se conocen cerca de 10.000 espe-

cies. El papel de los himenópteros en los ecosistemas es

de capital importancia, ya que constituyen una buena

fracción de los polinizadores y de los parasitoides contro-

ladores de las poblaciones de otros insectos. En el Libro

Rojo de los Invertebrados de España (VERDÚ Y GALANTE,

2006) se recogen tres abejorros y dos hormigas En peligro:

Bombus (Megabombus) reinigiellus (endemismo de Sierra

Nevada), Mendacibombus (Mendacibombus) mendax (de

Pirineos) y Psithyrus (Fernaldaepsithyrus) flavidus (Pirineos

y Cordillera Cantábrica), los tres de la familia Apidae, y

Goniomma compressisquama (endemismo ibérico sólo

conocido de El Ejido, Almería) y Rossomyrmex minuchae

(endemismo de Sierra Nevada y Sierra de Gádor, Almería),

que son las dos hormigas.

Los lepidópteros son quizá uno de los órdenes de insectos

más populares, debido a que entre ellos están las maripo-

sas; sin embargo el carácter llamativo y la opinión benévola

que estos insectos inspiran, no se extienden a todos los

miembros del orden, la mayoría de los cuales son polillas

o falenas de aspecto anodino, cuyas larvas (orugas) no

suelen gozar de muy buena opinión entre el público.

Constituyen un excelente bioindicador de condiciones

ambientales, debido sobre todo a la marcada propensión

de muchas especies a comer en la fase larvaria de una

sola especie vegetal o a lo sumo de unas cuantas (este-

nofagia). La fauna ibérica de lepidópteros, aun siendo

extensa, es más bien pobre en relación con la diversidad

mundial, ya que apenas llega al 3% de las especies

conocidas, lo que cabe atribuirse a la inmensa biodiversidad

de las áreas tropicales y ecuatoriales; sin embargo si

realizamos la comparación con Europa, la fauna ibérica

es una de las más ricas, y si añadimos la fauna canaria,

encontramos un valor añadido en cuanto a número de

endemismos. En el mundo se conocen 4 subórdenes, 41

superfamilias, 107 familias y unas 165.000 especies (dato

que varía según las fuentes); en la Península Ibérica, 2

subórdenes, 29 superfamilias, 78 familias y unas 4.250

especies (VIEJO, 2009).

Ecosistemas o áreas de especial in-terés para los insectosLa riqueza faunística de España es elevada en la mayor

parte de los grupos, si bien el reparto de las especies no

es uniforme a lo largo del territorio nacional. Según de

qué clase, orden o familia se trate es posible señalar

ecosistemas o áreas naturales más ricos en especies;

igualmente el concepto de riqueza no debe limitarse a la

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

Page 38: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

[conciencia] slas

38

Autor: José Luis Viejo Montesinos.

mera cifra del número, sino que debiera incluir la singula-

ridad biogeográfica: endemismos, disyunciones, etc.

Entre otros muchos ecosistemas o áreas españolas de

particular interés por su fauna entomológica podemos

mencionar los siguientes:

· En términos generales las islas Canarias constituyen un

“minihotspot” o punto caliente de biodiversidad, con un

elevado número de endemismos que, en términos

relativos, alcanza las 7,1 especies/100 km2, y que para

los coleópteros es de 16,7 especies/100 km2 (MACHA-

DO, 2002).

· Los bosques son comunidades de gran interés faunístico,

en especial aquellos que conservan buena parte de su

naturalidad. En estudios realizados sobre mariposas en

la Comunidad de Madrid, los melojares y los quejigares

son los bosques más ricos y diversos (VIEJO Y TEM-

PLADO, 1986; ROMERA et al., 2002).

· Los ecosistemas saproxílicos, es decir, los que se generan

en torno a la madera podrida, son auténticas rarezas

forestales. SPEIGHT (1989), en su trabajo para el Consejo

de Europa, basándose en la presencia de especies

indicadoras, elaboró un listado de bosques de impor-

tancia internacional para los organismos saproxílicos.

En España cita los siguientes:

- JAÉN: bosques de Pinus y Quercus de la Sierra del

Pozo en las Sierras de Cazorla-Segura.

- ALMERÍA: bosques de Pinus y Quercus de la Dehesa

de Alfaguara en la Sierra de María.

- CÁDIZ: bosques de pinsapo y quejigo de El Pinar en

la Sierra de Grazalema.

- MÁLAGA: bosques de pinsapo y Quercus de la Sierra

de las Nieves.

- MADRID: bosques de Fagus y Quercus del Hayedo

de Montejo, en Montejo de la Sierra.

- NAVARRA: bosques de Picea y Fagus del Bosque de

Irati.

- LÉRIDA: bosques de Fagus y Abies del monte del

Montseny.

- GERONA: bosques de Castanea de San Privat de

Bas, entre los 600-800 m de altitud en Olot.

- TENERIFE: bosques de Laurus, Ilex y Prunus de El

Pijaral.

- LA PALMA: bosques de Pinus canariensis del Pinar

de Garafía.

· Las cumbres de los sistemas montañosos españoles

albergan interesantísimas especies, muchas de ellas

endémicas. Particular mención merece Sierra Nevada,

donde se encuentran numerosas especies de insectos

bien endémicas (por ejemplo los lepidópteros Agriades

zullichi y Polyommatus golgus, o la hormiga Rossomyrmex

minuchae), bien de sorprendente distribución disyunta.

· Los prados húmedos, donde sobreviven y prosperan

especies relictas de épocas más húmedas y frías, como

le sucede a la mariposa Maculinea nausithous.

· Los ecosistemas subterráneos ofrecen un gran interés

en España, tanto en la península, como en las islas. Se

trata de ambientes muy peculiares, en los que apenas

existe producción (en términos ecológicos) y sus orga-

nismos son básicamente consumidores, al carecer de

luz en la inmensa mayoría de los casos. Ya hemos

comentado la importancia de los tubos volcánicos

canarios, pero a ellos hay que añadir las cavernas

peninsulares y baleares, repartidas en los siguientes

distritos (ORTUÑO, 2002): cantábrico, vasco, pirenaico,

catalán, levantino, bético, lusitánico, central y balear. En

estas cavidades se encuentra una asombrosa diversidad

de coleópteros (carábidos, estafilínidos, catópidos,

colídidos, etc.), pero también de colémbolos, tisanuros,

dipluros, y muchos otros insectos.

· Los ecosistemas de aguas continentales están especial-

mente amenazados en España, y acogen una destacada

riqueza faunística, tanto en número de especies, como

en singularidad biogeográfica. Entre los insectos ligados

a las aguas continentales, se encuentran efemerópteros,

odonatos, hemípteros, plecópteros, tricópteros, coleóp-

teros (Hydrophilidae, Dytiscidae, Gyrinidae, Haliplidae,

Hygrobiidae, etc.), dípteros y otros muchos insectos.

· El medio edáfico alberga también una destacada riqueza

faunística, en gran medida dominada por artrópodos,

muchos de los cuales tienen un importante papel bioin-

dicador. Entre la fauna edáfica se hallan numerosos

endemismos o especies singulares de colémbolos,

coleópteros, dípteros, etc.

En lo que respecta a las mariposas (Lepidoptera, Papilio-

noidea y Hesperioidea), la fauna está mucho mejor estu-

Acheronthia atropos Acherontia atropos pupa

Cucullia verbasci Hyles euphorbiae

diada que en los demás grupos de insectos (incluido el

resto de lepidópteros) y es posible ofrecer mucha más

información referida a la riqueza de especies en áreas

concretas. En este sentido se puede comentar que las

cuadrículas de 10 x 10 km que corresponden al Sistema

Ibérico son las más ricas en especies (más de 160). Sin

embargo, y por útil que sea este sistema de medir la

riqueza, el número de especies no debiera ser el único

criterio para seleccionar áreas de máximo interés. Así,

desde el punto de vista de la riqueza, para la declaración

de áreas de máximo interés se han seleccionado especies

singulares, aplicando criterios tales como: Especies

restringidas a Europa (189 especies), Especies recogidas

en el Apéndice II del Convenio de Berna y/o la Directiva

de Hábitats (23 especies) y Especies amenazadas según

el Libro Rojo de las Mariposas Europeas o el de la UICN

(71 especies). El resultado de cruzar esta información se

expresa en la tabla 3, donde se muestran áreas concretas

de especial interés para las mariposas.

Área Paisaje Especies Superf. (ha)

Picos de Europa Riscos, bosques y praderas 6 64.700

Peña de Orduña Bosques y praderas 3 2

Sierra de Guara Bosques y praderas 5 47.500

Panticosa Praderas 3 350

El Cadí y La Molina Bosques y praderas 4 50.000

Montseny Bosques y cultivos 4 30.100

Sierra de Urbión Bosques 4 25.000

Sierra del Moncayo Bosques y praderas 5 30.000

Alto Valle del Lozoya Praderas 2 6

Sierra de Albarracín, Montes Universales y Alto Tajo Bosques y praderas 6 70.000

Serranía de Cuenca Bosques y praderas 6 90.000

Sierra de Gúdar Bosques 5 30.000

Sierra Nevada Bosques y vegetación de alta montaña 5 86.200

Sierra de María Bosques y riscos 2 7.500

TABLA 3

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

Áreas de especial interés para las mariposas (Papilionoidea y Hesperioidea), según MUNGUIRA et al. (2003).

Page 39: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

DIVERSIDAD Y DECLIVEMUNDIAL DE LOS ANFIBIOS

Autor:

Ignacio de la RivaDepartamento de Biodiversidad y Biología

Evolutiva, Museo Nacional de Ciencias

Naturales.

Hoy en día el número de especies conocidas de anfibios,

6754 a fecha 14 de noviembre de 2010, supera al de

mamíferos, e iguala casi al de reptiles (pese a que en

ambos grupos también han aumentado las cifras). El

número de nuevas especies de anfibios descubiertas en

los últimos tiempos se aproxima a mil por década y

puede decirse que no sabemos con una mínima certeza

cuántas faltan aún por descubrir, principalmente en las

regiones tropicales. Pero junto a esta asombrosa diver-

sidad desconocida y parcialmente revelada en unos

cuantos lustros, de los anfibios podemos afirmar además

otro hecho de cariz mucho más sombrío: tampoco

sabemos cuántas especies han desaparecido para

siempre en el mismo período, pero sí sabemos que las

especies de anfibios extintas desde los años 70 superan

con creces a las de todos los demás grupos de verte-

brados terrestres juntos. La pérdida lamentable de este

acervo natural responde a causas complejas que co-

mentaremos más adelante, y supone no sólo la desapa-

rición irreversible de un número alarmante de especies,

sino a veces de linajes enteros con historias evolutivas

apasionantes y características biológicas exclusivas.

Hablaremos aquí de esa diversidad taxonómica (taxo-

nomía: la ciencia que describe y clasifica las especies),

de la multiplicidad de formas de vida que convierte a los

anfibios en un grupo singular y repasaremos la magnitud

y las causas de la tragedia en la que está inmerso.

Un reparto desigualLos anfibios están distribuidos casi por todo el globo,

estando sólo ausentes de las regiones polares, los

desiertos más extremos y de casi todas las islas oceánicas

(aquellas de origen volcánico que nunca estuvieron en

contacto con tierra firme). Pero, por razones biogeográfi-

cas, la diversidad de especies no está en absoluto

repartida uniformemente. En general, a latitudes más

altas, menos diversidad, siendo ésta máxima en torno

En la década de los 70 del pasadosiglo, cualquier obra zoológica dedivulgación mostraba a los anfibioscomo el grupo de vertebrados me-nos diverso, con unas 1500 espe-cies, bastante por detrás de los rep-tiles, de los mamíferos y, desdeluego, de las aves y de los peces.

a la línea del ecuador. Las selvas tropicales y las áreas

montañosas albergan el mayor número de especies. En

biodiversidad se utiliza el término “hotspot” (punto caliente)

para referirse a los lugares donde se alcanzan las mayores

diversidades y, en general, estos lugares suelen coincidir

para un gran número de tipos de organismos. Los princi-

pales hotspots de anfibios son las selvas tropicales de

Sudamérica (sobre todo cerca de los Andes y en el

sudeste de Brasil) y de Centroamérica, así como algunas

regiones de África tropical, del subcontinente indio y del

sudeste asiático. Por ejemplo, en algunas localidades

bien estudiadas de la Amazonía de Ecuador y de Colombia

se han hallado diversidades de cerca de 100 especies

en una sola hectárea; concentraciones muy altas se

encuentran también en enclaves privilegiados de Borneo,

Sri Lanka o los Western Ghats de la India. Las regiones

más boreales y australes albergan sólo una o dos especies,

al igual que extensas áreas de desierto (y aquí siempre

junto a los enclaves más húmedos, donde las especies

presentan cortos periodos de actividad limitados a las

esporádicas lluvias). Para hacernos una idea de cuán

irregular es la distribución de la diversidad de anfibios en

el planeta, basta un dato comparativo: Rusia alberga 32

especies, frente a las 492 de Ecuador, cifras aún más

reveladoras si tenemos en cuenta que la extensión de

Rusia es 60 veces superior a la del país andino (cuyo

catálogo, además, está todavía por completarse).

Tampoco la distribución es homogénea desde un punto

de vista taxonómico. De los tres órdenes vivientes de

anfibios, los anuros (ranas y sapos) son cosmopolitas, los

urodelos (salamandras y tritones) ocupan prácticamente

sólo el hemisferio norte, y las cecilias (anfibios subterráneos

con aspecto de lombriz) se limitan a las zonas tropicales

de América, África y Asia. Dentro de los anuros algunas

familias son casi cosmopolitas, como los bufónidos y los

ránidos, con cientos de especies cada una, mientras otras

son endémicas de áreas muy restringidas y presentan

normalmente poca diversidad; por ejemplo, los sooglósidos

(cuatro especies) se circunscriben a las islas Seychelles y

los rinofrínidos (una especie) a Centroamérica. La única

radiación de urodelos que ha conquistado de verdad los

trópicos ha producido el mayor número de especies dentro

del grupo: nada menos que 262 especies -el 44% de

todos los urodelos- se agrupan en la subfamilia Bolitoglo-

ssinae de la familia pletodóntidos, y se distribuyen por

Centroamérica y marginalmente por el norte de Sudamérica.

Las razones de tan diferentes distribuciones y diversidades

residen en la historia de los anfibios como grupo primitivo

(son los primeros vertebrados terrestres) ligado a la antigua

distribución de los continentes, pero las características

ambientales de las diferentes regiones son las responsables

últimas de la diversificación. Por ejemplo, la aparición de

sistemas montañosos en un área antes sin relieve promueve

procesos de especiación al generar una gran heteroge-

neidad de ambientes y la aparición de barreras que aíslan

unas poblaciones de otras. La complejidad fisiográfica de

la cordillera de los Andes, extendida a lo largo de miles

de kilómetros de norte a sur a través de los dos hemisferios,

[conciencia] slas

39EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

Nido de espuma con larvas de Leptodactylus petersi, Bolivia.

Page 40: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

sin duda está detrás del hecho de que Sudamérica sea,

con diferencia, el continente de mayor diversidad de

anfibios.

Especies nuevasCon frecuencia oímos en los medios de comunicación

que, tras una expedición a un lugar remoto o una campaña

de colecta de ejemplares aquí o allá, han aparecido varias

o muchas especies nuevas para la ciencia, y hay quien

se pregunta si es que las especies evolucionan tan deprisa.

Esto lo que quiere decir es, simplemente, que el mundo

está poblado de infinidad de formas vivientes y estamos

aún muy lejos de conocerlas todas. En ocasiones, el

científico encuentra en el campo algo que ya de una

forma casi inmediata identifica como nuevo, y otras veces

sólo la profundización en el estudio de poblaciones ya

conocidas permite descubrir que, lo que se tenía por una

sola especie, en realidad corresponde a dos o más

entidades distintas. Así, si oímos que se ha descrito una

nueva especie de anfibio en Europa o Norteamérica, lo

más seguro es que se trate de algo ya previamente

conocido pero que se ha estudiado ahora mejor. En

cambio, en las regiones tropicales y menos exploradas,

es frecuente que el científico pueda encontrar en el campo

algo realmente distinto a todo a lo demás y reconocerlo

en el acto como tal. Y esto, con anfibios, ocurre práctica-

mente todos los días. En los últimos años, un contingente

cada vez mayor de taxónomos locales está accediendo

al estudio de la fauna y flora en países megadiversos,

donde antes casi toda la investigación era hecha por

extranjeros. Este cambio ha llevado a una explosión de

descubrimientos de especies nuevas. También, las nuevas

tecnologías aplicadas a dichos estudios aceleran el

proceso y permiten discernir donde antes todo parecía

lo mismo. Un reciente resumen del progreso efectuado

en el conocimiento de la biodiversidad amazónica entre

los años 1999 y 2009 arroja el espectacular dato de 216

nuevas especies descritas para la región en dicho periodo,

un promedio cercano a dos cada mes.

Diversidad de formas de vidaDe vez en cuando estos descubrimientos añaden, además,

una nueva curiosidad al ya largo catálogo de extrañezas

en el comportamiento de los anfibios, sobre todo en lo

referente a la reproducción. En efecto, uno de los aspectos

más fascinantes de los anfibios es la increíble variedad

de formas de reproducción que exhiben. Incluso la mo-

dalidad más común -huevos abandonados en el agua de

los cuales eclosionan larvas acuáticas que luego se

transformarán en adultos de vida más o menos terrestre-

es ya de por sí asombrosa: no olvidemos el increíble

fenómeno de la metamorfosis. Los urodelos y las cecilias

presentan variadas formas de reproducción pero es en

los anuros donde la diversidad se muestra en todo su

esplendor. En el año 1986, los Drs. William Duellman y

Linda Trueb (dos investigadores muy renombrados en el

campo de la herpetología -parte de la zoología que estudia

los anfibios y los reptiles), de la Universidad de Kansas,

compendiaron los modos de reproducción de los anfibios

anuros basándose en aspectos tales como el número y

tamaño de los huevos, dónde son depositados, si existe

fase larvaria o no y, en caso de que la haya, si las larvas

se alimentan independientemente o no, si hay algún tipo

de cuidado de la prole por parte de alguno de los proge-

nitores, etc. Desde que se hizo esta clasificación de los

modos de reproducción se ha pasado de conocer 29

modos a más de 40. En algunos casos, esto se ha debido

a un estudio más profundo de la biología de especies

que ya eran conocidas, pero en otros, el descubrimiento

de una nueva especie ha sido al mismo tiempo el de un

modo de reproducción inédito. Por ejemplo, en 2010 se

ha descubierto en Borneo una pequeñísima rana que se

reproduce exclusivamente en el agua acumulada en los

jarros -recipientes alimenticios- de una especie concreta

de planta carnívora.

Entre las modalidades de reproducción más extravagantes

podemos destacar la de las dos especies australianas

del género Rheobatrachus, lamentablemente extintas

ambas en los años 80 del siglo pasado. En estas ranas,

tras la puesta, la hembra se tragaba los huevos y los

incubaba en el estómago hasta que los juveniles eran

“paridos” por la boca una vez completada la metamorfosis.

Algo parecido es lo que hacen otras dos especies de los

bosques húmedos del sur de Chile, las ranitas de Darwin

del género Rhinoderma. Fue el herpetólogo español

Marcos Jiménez de la Espada quien en la segunda mitad

del siglo XIX desveló que los machos de estas especies

tragan los huevos e incuban a sus hijos en los sacos

vocales (esas bolsas que las ranas macho inflan para

cantar). En América tropical muchas especies de la familia

Leiuperidae y Leptodactylidae construyen nidos de es-

puma a base de una secreción que macho y hembra van

batiendo con las patas en el momento del acoplamiento

y la puesta. En esos nidos, que pueden estar sobre tierra,

bajo tierra, o ser flotantes, las larvas viven protegidas de

muchos depredadores y de posibles episodios de dese-

cación, hasta que pueden ser liberadas al agua (algunas

especies no lo hacen nunca y terminan su desarrollo

dentro del nido). Miembros africanos de la familia de los

racofóridos hacen nidos de espuma semejantes, pero

en los árboles o vegetación sobre el agua. La estrategia

de colgar las puestas sobre vegetación o rocas, de

manera que al eclosionar las larvas caigan directamente

al agua de arroyos o charcas, ha evolucionado diferentes

veces en distintos grupos de anuros; en algunas especies

de las llamadas “ranitas de cristal” (Centrolenidae) además

uno de los progenitores permanece cerca de la puesta

hasta la eclosión, hidratándola y protegiéndola de depre-

dadores. En algunas familias americanas los huevos son

transportados por la hembra sobre el dorso, bien sea en

celdillas especiales embebidas en la piel, que se engrosa

a tal efecto (los acuáticos Pipidae) o en un repliegue

cutáneo especial que constituye una bolsa incubadora,

como ocurre en las llamadas ranas marsupiales. Una

variante de una especie de la familia australiana Myoba-

trachidae, Assa darlingtoni, es que las bolsas incubadoras

están en los costados de los machos. De todas estas

estructuras pueden salir larvas o ranitas ya perfectamente

formadas, según las especies. Hay algunos pequeños

sapos africanos que son vivíparos: las hembras paren

[conciencia] slas

40

Autor: Ignacio de la Riva.

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

Macho de Hyalinobatrachium carlesvilai cerca de la puesta; esta especie se describió en 2010 y habita en los bosques del piedemonte andino en Bolivia y sur de Perú.

Page 41: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

[conciencia] slas

41

Autor: Ignacio de la Riva.

juveniles ya perfectamente formados sin pasar por fase

de huevo terrestre ni acuático. En las ranas venenosas

de la familia Dendrobatidae, los padres invierten conside-

rable energía en cuidar de la prole; uno de los progenitores

acarrea las larvas en el dorso hasta que las libera en algún

cuerpo de agua restringido donde, en los casos de mayor

sofisticación, la hembra periódicamente depositará huevos

infértiles para alimentar a sus renacuajos. Sin tener que

viajar a lejanas tierras tropicales, en Europa se encuentran

los conocidos sapos parteros, cuyos machos, tras fertilizar

los huevos, los enredan en cordones que transportan en

sus patas traseras y terminarán depositándolos en el

agua justo antes de la eclosión. Todas estas extrañas

estrategias responden a dos presiones selectivas: evitar

el peligro de desecación de la puesta y eludir, en las fases

tempranas del desarrollo, a los depredadores, que son

una gran amenaza tanto en el estadio de huevo como

de larva.

El declive global de los anfibiosLos medios de comunicación se hacen eco continuamente

de uno de los mayores motivos de preocupación ambiental

de los últimos años: la pérdida de biodiversidad a una

tasa posiblemente nunca alcanzada en el pasado, y

debida a la acción del hombre. En esta pérdida global,

los anfibios tienen un papel protagonista, al ser el grupo

de vertebrados más amenazado. La Unión Internacional

para la Conservación de la Naturaleza establece para las

especies una serie de categorías de amenaza que van,

de mayor a menor gravedad, desde “En peligro crítico”

a “Preocupación menor”, pasando por varias categorías

intermedias. Aquellas especies de las que se tiene evi-

dencia razonable de su desaparición se consideran

“Extintas en la naturaleza” (en los casos en los que sólo

queden ya ejemplares en cautividad) o “Extintas”. Las

estimas más recientes, sobre un total de 6284 especies

evaluadas, consideran que un total de 37 especies de

anfibios se han extinguido con seguridad (probablemente

son muchas más, pero constatar la extinción no es sencillo)

y nada menos que un 41% de las especies vivientes

están amenazadas en diversos grados; casi 500 especies

(un 7.7%) ostentan la categoría de “En peligro crítico”,

pero se teme que en realidad 157 de ellas puedan haberse

extinguido ya. En las escasas poblaciones monitorizadas

de las que se tienen datos continuados desde 1970 el

declive ha sido del 80% de los efectivos. Lo verdadera-

mente preocupante es que toda esta situación, incluyendo

las extinciones, es muy reciente, de los últimos 30 o 40

años. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué unos animales discretos,

con muy limitado uso por parte de los humanos, y que

han florecido durante millones de años hasta alcanzar

una diversidad fantástica que sólo ahora estamos empe-

zando a desvelar, han entrado en pocas décadas en un

declive tan catastrófico? Son muchas las causas que, de

forma aislada o actuando de forma sinérgica, están

acabando con tan interesante clase de vertebrados. La

propia condición anfibia, con una vida normalmente a

caballo entre el agua y la tierra, supone que estos animales

se vean doblemente condicionados por los factores

negativos que influyen sobre ambos medios. Algunas de

las causas son bien conocidas y afectan igualmente a

otros grupos animales y vegetales: la pérdida de hábitat

por urbanización, deforestación y otros cambios en el

uso del suelo; la contaminación de aguas y suelos con

desechos industriales, farmacéuticos, fertilizantes, pesti-

cidas, y productos químicos diversos; la desecación y

alteración de cuerpos de agua, que sirven como enclaves

fundamentales para la reproducción; la introducción de

especies foráneas que compiten directa o indirectamente

con las nativas, depredan sobre ellas o introducen enfer-

medades; el calentamiento del clima, que provoca cambios

ambientales a los que frecuentemente las especies no

pueden responder con suficiente velocidad; y las llamadas

enfermedades emergentes. Otra causa que se ha pro-

puesto es el aumento de la radiación ultravioleta. La

colecta directa de ejemplares para consumo humano,

usos medicinales, o como mascotas es un problema que

sufren determinadas especies, y en algunos casos pun-

tuales puede llegar a ser muy serio. Raramente una causa

actúa en solitario, y lo más frecuente es que una variedad

de ellas se confabulen para poner a las especies en

problemas. La sinergia entre algunos de estos factores

es un fenómeno complejo de estudiar y que tiene diversas

manifestaciones. Por ejemplo, se ha comprobado que

en tiempos de sequía, cuando la escasez de agua hace

que las charcas sean más someras, los huevos están

más expuestos a la radiación ultravioleta, lo que a su vez

los hace más vulnerables frente a la infección por hongos

del género Saprolegnia. Recientemente se ha propuesto

que el tándem más letal es la combinación de cambio

climático e introducción de especies foráneas.

El declive drástico de las poblaciones y la extinción casi

fulminante de especies enteras, incluso en muchas regio-

nes prácticamente vírgenes, han traído de cabeza a los

científicos desde que se empezó a observar el fenómeno

a finales de los 80 del pasado siglo. Por ello, en las últimas

dos décadas, herpetólogos, biólogos de la conservación,

parasitólogos, micólogos y otros especialistas han con-

formado muchos equipos de trabajo por todo el mundo

para averiguar la causa última de esta mortalidad masiva.

Se ha avanzado bastante, pero aún quedan muchas

aspectos por comprender y, desde luego, está todo por

hacer para descubrir cómo mitigar estos efectos, si es

que fuera posible hacerlo. Lo que hoy sabemos es que

el principal culpable de las desapariciones súbitas es un

hongo patógeno llamado Batrachochytrium dendrobatidis,

un miembro del grupo de los quitridios descubierto en

1999; nunca antes se había conocido una especie de

este grupo que parasitase a vertebrados. Aunque hay

indicios de que podría provenir de África y haberse

extendido por el globo transmitido por una especie de

rana de uso común en laboratorios (Xenopus laevis), hay

datos que hacen dudar de tal hipótesis. Podría ser que

el hongo siempre haya estado por todas partes pero sólo

ahora se ha hecho infeccioso. Esta hipótesis alternativa

invoca al cambio climático como factor que podría haber

desencadenado la nueva acción patógena del hongo o la

nueva vulnerabilidad de los anfibios. En América y Australia

la enfermedad, llamada quitridiomicosis, se ha comportado

como una ola invasora de avance predecible y efectos

devastadores. Afecta sobre todo a las especies de áreas

montañosas que se reproducen en aguas corrientes. Las

bonitas ranas arlequines de América tropical (género

Atelopus), de las cuales quedaban decenas por describir

para la ciencia, han desaparecido en casi todas partes,

habiendo sobrevivido prácticamente sólo las especies de

tierras bajas; de casi todas las especies de montaña no

hay ni rastro, incluyendo algunas como el “jambato” de

Ecuador, de la que se llegó a decir que, en algunos lugares

y ciertas épocas, era imposible caminar sin pisarlas.

Seguramente son más de 100 las especies de Atelopus

que han sido borradas del mapa para siempre en los

últimos 25 años, prácticamente el 80% de las especies

del género. Candidatas a haber sido víctimas del hongo

asesino son también las dos especies de Rheobatrachus

mencionadas anteriormente, aunque esto no se ha com-

probado; había en marcha programas de investigación

para estudiar con ellas el tratamiento de la úlcera de

estómago en humanos, pues la ingesta de los huevos y

la detención de todos los procesos digestivos durante su

incubación intra-estomacal, debía contener la clave del

control de la producción de jugos gástricos. Nunca lo

sabremos, pues una de las especies se vio por última vez

en 1979 y la otra en 1985, sólo un año después de haber

sido descubierta. De las dos especies de Rhinoderma

chilenas también mencionadas antes, una de ellas es muy

posible que haya desaparecido ya y la otra ha sufrido un

serio declive. Así, vemos que el fenómeno de la extinción

no sólo está borrando de la faz de la tierra ésta o aquella

especie, sino terminando a la vez con estrategias biológicas

únicas y fascinantes, trayectorias evolutivas que tardaron

millones de años en gestarse y que se pierden para

siempre. Es dramático que nos esté tocando vivir un

momento así, pero esta es la realidad actual y, si es que

tenemos alguna responsabilidad en ella (y casi todos los

indicios apuntan en ese sentido), debemos hacer todo lo

posible por cambiarla.

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

Atelopus zeteki, rana arlequín de Panamá con categoría de "En peligro crítico". La mayoría de las especies de este género se ha extinguido por culpa de la quitridiomicosis.

Page 42: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

[conciencia] slas

42

DIVERSIDAD FISIOLÓGICACuando pensamos en diversi-dad animal tendemos a pensaren la diversidad de especies,de grupos taxonómicos, tam-bién de patrones corporales,de anatomía. E incluso, tende-mos a relacionar esas especiescon la diversidad de entornos.

cero, hay riesgo de congelación. A continuación veremos

unos casos en los que distintos animales han desarrollado

diferentes estrategias para hacer frente al frío o a sus

efectos.

Vivir bajo ceroDebido a las sales disueltas que contiene, el agua de mar

se congela a -1'8 ºC. Los líquidos corporales de los peces

(teleósteos, al menos) contienen menos solutos, por lo

que la temperatura de congelación de la mayoría de ellos

es -0'8 ºC. Por eso, uno tiende a pensar que difícilmente

podrían encontrarse peces en aguas que se encuentran

a temperaturas inferiores a ese valor, puesto que los

líquidos internos de los peces estarían congelados. Pero,

por increíble que parezca, sí hay peces a temperaturas

inferiores a esa, y los hay porque sus líquidos corporales,

contra lo que cabría esperar, no se congelan. La razón

de esa paradoja es que los peces que viven en esas

aguas tan frías acumulan en su interior sustancias que

tienen efecto anticongelante. Así, los peces que viven en

el Océano Antártico acumulan glucoproteínas en su interior,

que es lo mismo que hacen los bacalaos de los mares

septentrionales. Pero hay otras sustancias que sirven al

mismo propósito. De hecho, las sustancias más utilizadas

para evitar la congelación son los péptidos. Y hay peces

que utilizan moléculas aún más simples, como la glucosa;

Fundulus heteroclitus, por ejemplo, acumula glucosa, un

simple azúcar.

Fuera del mar también hay organismos que recurren a

solutos anticongelantes. Algunos anfibios recurren, como

Fundulus, a la glucosa. Y otros han optado por el glicerol,

otra sustancia relativamente simple también.

Sea cual sea la molécula, todas tienen una característica

común: se trata de moléculas orgánicas. Y esa caracterís-

tica, su condición orgánica, la comparten con los anticon-

gelantes que utilizamos en los radiadores de los automóvi-

les cuando llega el invierno. Así pues, también en este

caso los seres vivos se han adelantado millones de años

a algo que los fabricantes de automóviles creyeron inventar

hace tan solo unas cuantas décadas.

Además, hay animales que toleran la congelación. La

mayoría son invertebrados. Pero también hay algunas

especies de vertebrados capaces de sobrevivir tras

haberse congelado y recuperar sus funciones vitales. Ni

Autor:

Juan Ignacio Pérez IglesiasCatedrático de Fisiología, Coordinador de la

Cátedra de Cultura Científica de la Universidad

del País Vasco.

Establecemos con facilidad la conexión entre, por ejemplo,

el modo de vida sésil del mejillón y el biso mediante el

que se adhiere a la roca donde vive. Y también ligamos

de forma automática la capacidad ambulatoria del caracol

con el poderoso pie que le permite desplazarse. Pero no

sólo los rasgos anatómicos tienen relación con el modo

de vida. Los fisiológicos también la tienen, una relación

fuerte, además.

Cuando hablamos de fisiología hablamos de las funciones

animales. A los que nos dedicamos a ese campo de la

Biología, nos interesan dos aspectos de la función: el

mecanismo implicado en la función y el problema que

permite resolver. Y por supuesto, como en cualquier otro

campo de la Biología, el punto de vista adaptacionista

siempre ha de estar presente, o lo que es lo mismo, para

comprender cómo funcionan los animales, debemos

tener presente que también eso es producto de la evo-

lución y consecuencia de las presiones selectivas que

han operado en el pasado de cada especie.

La temperatura, sus variaciones, así como los extremos

que puede alcanzar, es una variable de gran importancia.

Condiciona de forma decisiva la biología de los animales

y es un factor en relación con el cual han desarrollado

numerosos y muy diversos mecanismos adaptativos. Por

esa razón he utilizado esta variable aquí. Explicaré la

diversidad de respuestas que los animales dan a la

temperatura, al frío y al calor, como ejemplos claros de

diversidad fisiológica.

Fundulus

El fríoLas bajas temperaturas representan una seria dificultad

para la vida animal. La velocidad de las reacciones

químicas depende de la temperatura. Por ello, también

los procesos biológicos, -y muy especialmente el meta-

bolismo y los procesos que dependen de él-, varían con

la temperatura. Y eso puede ser un problema si las

temperaturas bajan o son muy bajas. Porque las activi-

dades animales pueden verse obstaculizadas por el frío.

Es más, allí donde la temperatura alcanza valores bajo

peces, ni aves, ni mamíferos toleran la congelación, como

tampoco la toleran la mayoría de reptiles y anfibios; también

en esos grupos esa tolerancia constituye una excepción.

Las especies que toleran la congelación viven, como es

lógico, en zonas muy frías y para poder sobrevivir no

tienen por qué desplazarse a zonas más cálidas cuando

llegan los hielos.

En el Viejo Mundo las únicas especies de las que se sabe

que toleran la congelación son la salamandra siberiana

(Salamandrella keyserlingi) y la lagartija europea (Lacerta

vivipara). El resto de vertebrados que recuperan sus

funciones tras la congelación se encuentran en Las Améri-

cas. Se han estudiado tres especies de reptiles, las tres

tortugas. Dos de ellas, Terrapene carolina y Terrapene

ornata, son las más grandes de las especies que toleran

la congelación.

El caso más sorprendente de tolerancia a la congelación

es el de la rana del bosque, Rana sylvatica, una rana que

puede encontrarse en el círculo polar ártico y que puede

experimentar la congelación completa de su cuerpo en

repetidas ocasiones. Es verdaderamente asombroso

observar cómo se congela, deteniéndose la respiración

y la circulación sanguínea, y dejando de responder a

estímulos. Un 65% de sus líquidos corporales se puede

convertir en hielo; puede llegar a tener hasta 7 u 8 g de

hielo en el celoma y bajo la piel, de manera que el resto

de órganos han de sufrir una deshidratación considerable.

Tras permanecer durante días o semanas en esa situación,

al fundirse el hielo por la elevación de la temperatura,

recupera todas sus funciones y en un plazo que varía

entre 5 y 14 horas, recobra la excitabilidad de los nervios

periféricos y las respuestas reflejas. La rana del bosque

utiliza una sustancia protectora harto conocido, la glucosa;

la acumula en sus fluidos para prepararse para la estación

fría. Alcanza concentraciones de entre 150 y 300 μmol/g

en los órganos principales, hígado, corazón y cerebro. A

efectos comparativos, ha de tenerse en cuenta que en

ranas en estado normal esas concentraciones se encuen-

tran entre los 1 y 5 μmol/g; esto es, son del orden de 100

veces menores. Parece ser que gracias a su tamaño

(grande) el proceso de congelación cursa de forma gradual

y además, no llega a formarse hielo en el interior de las

células, debido a la alta concentración osmótica que hay

en el medio intracelular al haberse producido flujo osmótico

de agua hacia el exterior de las células.

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

Page 43: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

El frío paralizaPor las razones dadas antes, el frío paraliza. Las bajas

temperaturas provocan una ralentización de los procesos

fisiológicos, con lo que ello supone si de lo que se trata

es de poder desarrollar niveles aceptables de actividad.

Sin embargo, en el reino animal se ha desarrollado toda

una batería de respuestas para hacer frente a los riesgos

que se derivarían de una estricta dependencia térmica

de los procesos biológicos. Me refiero ahora, por supuesto,

a los animales poiquilotermos, esto es, a aquellos que

no regulan su temperatura corporal.

Muchas especies de poiquilotermos han desarrollado

mecanismos moleculares que permiten mantener una

relativa independencia de la actividad con respecto al

cambio térmico. Un mecanismo muy común consiste en

disponer de una batería de variedades enzimáticas con

distintos óptimos térmicos. Este mecanismo es carac-

terístico de animales que habitan latitudes diferentes,

como varias especies de peces marinos, por ejemplo, y

también de otros que mantienen sus niveles de actividad

relativamente constantes a lo largo de las estaciones del

año. Así, la sustitución progresiva de enzimas metabólicas

con óptimos de actividad en temperaturas altas por otras

con óptimos a temperaturas bajas es un mecanismo

adecuado al pasar de verano a invierno.

Un caso curioso, descrito recientemente, es el de la

lengua del camaleón. Es conocido que los camaleones

tienen una lengua que proyectan a gran velocidad de

manera que atrapan a la presas, pequeños insectos, por

sorpresa. El problema para los camaleones es que en las

mañanas frías, prácticamente no pueden ni moverse, y

eso representa un problema si de ello depende su capa-

cidad para cazar. Curiosamente, la selección natural ha

encontrado una solución a ese problema. Resulta que la

lengua del camaleón, mientras se encuentra recogida, se

halla sometida a una considerable tensión, similar a un

muelle comprimido. Esa tensión se libera, proyectando

la punta de la lengua hacia delante, cuando abre la boca

para atrapar a una presa. En ese momento el camaleón

no desarrolla ningún trabajo; lo ha hecho antes, al recoger

la lengua. Por esa razón, aunque el frío deprima la actividad

metabólica, ello no afecta a su capacidad para lanzar la

lengua y atrapar presas. Al fin y al cabo, una vez ha

cazado un insecto, puede tomarse el tiempo que sea

necesario para recoger la lengua. Y una vez recogida,

aunque haya necesitado mucho tiempo, ya se encuentra

en situación de proyectarla de nuevo a gran velocidad.

Estufas biológicasLa otra gran estrategia para hacer frente al frío consiste

en calentar el organismo desde el interior. A eso se le

denomina endotermia, y es la condición que debe cumplirse

para que un animal pueda mantener más o menos cons-

tante su temperatura corporal. Los animales que mantienen

constante la temperatura corporal son homeotermos, y

por tanto, para poder ser homeotermo, un animal debe

ser endotermo. Dicho de otra forma, sin una fuente interna

de calor no es posible regular la temperatura corporal.

La constancia térmica se consigue igualando la pérdida

y la ganancia de calor. La pérdida de calor es la que se

produce, por conducción y por radiación, cuando la

temperatura externa es más fría que la interna. La única

forma de igualar esa pérdida es generando calor en el

interior del organismo (endotermia), y es la actividad

metabólica la que da lugar a esa producción de calor.

Esto tiene consecuencias importantes. Dado que el calor

es una forma de energía, térmica para más señas, es

necesario disponer de otra, la energía química contenida

en los alimentos, para producirla. Por eso, un animal

endotermo requiere mucho alimento. Dicho con otras

palabras, mantenerse caliente es caro.

Por ser caro mantenerse caliente, algunos animales

ahorran una parte de la factura hibernando. Muchos

mamíferos de zonas frías mantienen, de abril a septiembre,

un modo de vida normal, pero a partir de septiembre, en

algún momento, se recluyen en su madriguera, bajan la

temperatura corporal, reducen su metabolismo a un

mínimo, y dejan de desarrollar actividad muscular. Gracias

a todo ello ahorran mucha energía, que es de lo que se

trata, ya que en esas zonas suele escasear el alimento

en invierno. Hay que aclarar, no obstante, que durante el

periodo de hibernación, en ciertas ocasiones y con una

periodicidad determinada, despiertan para volver enseguida

a la condición de mínimo nivel metabólico. Se desconocen

las razones por las que se producen esos fugaces des-

pertares, pero deben de ser razones muy poderosas,

puesto que conllevan elevaciones significativas del gasto

energético, hasta el punto de que dos terceras partes del

gasto que se produce durante la hibernación ocurre

debido a esos breves episodios.

Una característica común a los animales que hibernan

es su pequeño tamaño. La razón de ello es que a los

animales de tamaño grande, por razones que ahora no

vienen al caso, no les interesa hibernar. Esta afirmación

seguramente chocará, pues todos tenemos en la cabeza

a los osos, que son animales de gran tamaño. Y lo cierto

es que, en contra de la creencia popular, los osos,

técnicamente, no hibernan; lo que hacen es desarrollar

una hipotermia superficial, que no es lo mismo, aunque

pueda parecerlo. El animal de mayor tamaño que hiberna

es la marmota alpina, que con sus cinco kilos de peso,

se encuentra muy lejos de las grandes masas propias de

los osos.

Otra posibilidad para hacer frente a las necesidades

derivadas del mantenimiento de una temperatura corporal

relativamente alta es acumular reservas de energía en

cantidades importantes. El caso quizás más extremo de

esa estrategia es la del pingüino emperador. Este pingüino

tiene un ciclo de vida verdaderamente extraño. Tras poner

el huevo, las hembras se dirigen al mar, en busca de

alimento, y los machos se quedan a incubarlo durante el

invierno austral. Permanecen sin comer a temperaturas

que pueden alcanzar los -50 ºC, y en medio de unas

tempestades de nieve y viento terribles. Para hacer posible

esta proeza biológica se conjugan tres elementos. Por

un lado cuentan con un aislamiento térmico -el plumaje-

excepcional; por otro, disponen de un gran volumen de

grasa, que han acumulado durante el verano en el rico

mar antártico; y finalmente, se disponen unos junto a

otros, en un agrupamiento que minimiza la pérdida de

calor. A pesar de ello, en ocasiones no sobreviven al

invierno.

Y la otra posibilidad es la de contar con suficiente alimento

durante todo el año, y en cantidades tales que su consumo

permita aportar la energía necesaria para equilibrar la

pérdida de calor. Tenemos un ilustrativo caso de este

fenómeno en la especie humana. A partir de datos obte-

nidos de los registros de intendencia del ejército de los

Estados Unidos, sabemos que existe una clara relación

entre la cantidad de alimento que consumen los soldados

y la temperatura media de la localidad en la que se

encuentran. La relación es negativa, por supuesto: comen

más cuanto más baja es la temperatura ambiental. Ex-

presado en unidades de energía, los soldados acantona-

dos en una localidad cuya temperatura media es 35ºC

consumen, en forma de alimento, 3.100 kilocalorías

diarias, mientras que aquellos cuyo entorno se encuentra

a una temperatura media de -30ºC, llegan a consumir

5.000 kilocalorías por día. Estos son los datos extremos,

pero la dependencia negativa existente entre ambas

magnitudes, -ingestión calórica diaria y temperatura

ambiental-, es muy clara para el conjunto de 22 acanto-

namientos de los que se tiene información precisa. Esa

relación negativa se deriva de las distintas necesidades

que impone la regulación térmica en unas y otras locali-

dades. Se necesita comer más cuando hay que hacer

frente a las mayores pérdidas de calor que se experimentan

en climas fríos, porque esa mayor ingestión de alimento

es la que permite disponer del combustible necesario

para compensar las pérdidas de energía en forma de

calor.

Tortuga terrapene

[conciencia] slas

43

Autor: Juan Ignacio Pérez Iglesias

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

Page 44: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

El calorSi en vez de frío, hace calor, los problemas que hay que

resolver son otros. El excesivo calor puede causar la

muerte. Hay varias razones por las que el calor es letal,

pero seguramente es la inhabilitación de las neuronas la

razón primera de la muerte térmica. Por eso todos los

animales tratan de evitar condiciones térmicas letales. El

otro problema que causa una temperatura alta es, por

decirlo así, el contrario al que causaban las bajas tempe-

raturas. Altas temperaturas pueden provocar altas velo-

cidades biológicas y, por ende, alta actividad metabólica

y excesivo gasto de energía. Y ese mayor gasto es en

sí un problema, porque esa energía que se pierde no

queda disponible para crecer y para reproducirse, que

en última instancia, es de lo que se trata.

Los animales ectotermos pueden “resolver” este problema

de la forma ya descrita cuando hemos visto el efecto del

frío. Si dispone, por ejemplo, de una batería de variedades

enzimáticas con diferentes óptimos térmicos, puede

mantener relativamente constante su actividad metabólica.

Así pues, lo que valía cuando me refería al frío vale igual

al referirme al calor. Y por supuesto, hay animales que

no disponen de ese tipo de mecanismos de compensa-

ción.

Los seres humanos sudamosEn los animales homeotermos el problema se plantea

cuando la temperatura ambiental está por encima de la

corporal. Eso es un problema, porque un cuerpo más

frío que el entorno no puede perder calor ni por conducción

ni por radiación. Su único recurso consiste en la evapo-

ración. Es sabido que cuando un líquido se evapora

encima de una superficie, esa superficie se enfría, porque

al evaporarse, el líquido toma calor de ella. Todos hemos

experimentado esa sensación al mojarnos. En el reino

animal hay tres mecanismos para perder calor de esa

forma. Uno de los mecanismos consiste en la sudoración.

Nosotros, los seres humanos, somos un ejemplo claro

de ese comportamiento y de hecho, llegamos a perder

grandes volúmenes de agua de esa forma cuando nece-

sitamos disipar mucho calor. Un jugador de futbol, por

ejemplo, puede perder hasta un 4% de su masa corporal

en forma de sudor a lo largo de un partido, y eso que

suelen ingerir cierto volumen de agua (en forma de líquidos

isotónicos) en el vestuario durante el descanso y cada

vez que tienen ocasión cuando se detiene el juego. Y

puede ser bastante más lo que llegan a perder los

deportistas que participan en pruebas de resistencia de

larga duración.

Hablando de sudor, es ilustrativo el dato que aporta el

historiador británico Sir Robin Lane Fox en su “El Mundo

Clásico” (Editorial Crítica, 2007, 825 pp.; traducción de

“The Classical World. An Epic History of Greece and

Rome”, Penguin Books, 2005). Se refiere a la Atenas

clásica, cuando era la cabeza del imperio ultramarino

que llegó a ser en la Antigüedad. Cito literalmente:

“En las expediciones que se emprendían en pleno verano,

esos remeros mostraban una resistencia muy superior

a cualquier individuo de nuestros tiempos. En una recrea-

ción de este tipo de naves realizada recientemente, los

remeros tenían que ingerir un litro de agua por cada hora

de trabajo al remo (los remeros actuales de una trirreme

habrían necesitado por tanto casi dos mil litros de agua

para una jornada de trabajo de diez horas, mientras que

una trirreme antigua no podía transportar grandes provi-

siones de agua). “Casi toda el agua consumida”, cuentan

los modernos recreadores de la trirreme, “era eliminada

a través del sudor, y los remeros apenas sentían la

necesidad de orinar. Buena parte de ese sudor caía Marmota

goteando sobre los hombres que ocupaban la hilera

inferior, lo que resultaba verdaderamente desagradable

para ellos. El mal olor de la bodega era tan penetrante,

que debía fregarse con agua salada al menos una vez

cada cuatro días (aunque los antiguos atenienses proba-

blemente fueran más tolerantes)”. Para mantenerse fresco

el cuerpo debe evaporar fluidos, de modo que “la venti-

lación se hace absolutamente necesaria, pero rara vez

resulta suficiente para la inferior de las tres hileras” (los

entrecomillados, tomados de J.S.Morrison, J.F.Coates y

N.B.Rankov, 2000, “The Athenian Trireme”, 238 pp.)

Los perros jadeanLos canes carecen de glándulas sudoríparas y no sudan.

Pero eso no quiere decir que no recurran a la evaporación

como vía para perder calor. Lo que ocurre es que jadean

cuando tienen que perder calor y la corriente de aire que

provoca el jadeo facilita la evaporación del líquido superficial

que impregna las superficies respiratorias.

Los perros no jadean para respirar. Al jadear toman aire

por la nariz y lo expulsan por la boca; nosotros, cuando

jadeamos, tomamos el aire por la boca y lo volvemos a

expulsar por la boca. En nuestro caso, por lo tanto, el

movimiento es bidireccional; en el caso de los perros, sin

embargo es principalmente unidireccional. Esa diferencia

obedece al hecho de que si el movimiento de aire sobre

las superficies respiratorias fuese bidireccional, el calor

perdido en el movimiento de inspiración se recuperaría

en parte con el de espiración.

El jadeo canino es rápido, o mejor dicho, rapidísimo. De

hecho, si ese movimiento fuese provocado por las con-

tracciones repetidas de los músculos de la caja respiratoria,

la actividad muscular sería tan intensa que produciría más

calor que el que se consigue disipar evaporando el líquido

superficial de las superficies respiratorias. Y sin embargo,

como es lógico, no es así. Lo que ocurre es que los

músculos intercostales cuya contracción provoca la

actividad de jadeo sólo se contraen activamente al inicio

de la secuencia; a partir de ese momento la cavidad

torácica se contrae y se expande rítmicamente sin que

apenas sea necesario trabajo muscular adicional. Y eso,

por sorprendente que parezca, ocurre porque la frecuencia

de jadeo es la frecuencia de resonancia de la cavidad

torácica. Debido a ello, los perros, como muchos otros

animales sólo jadean con una frecuencia determinada, la

de resonancia de su caja torácica. Cualquier otra exigiría

un trabajo muscular demasiado alto y produciría, por ello,

excesivo calor.

Veamos un situación posible. Tras una carrera, por ejemplo,

para mantener constante su temperatura corporal, un

perro debe disipar el calor que ha producido su musculatura

esquelética. Bajo esas condiciones jadeará a una frecuencia

aproximadamente constante de entre 300 y 400 movi-

mientos por minuto. Conforme vaya disipando el exceso

de calor acumulado, su necesidad termorregulatoria

disminuye. Pues bien, no irá reduciendo su frecuencia de

jadeo progresivamente, sino que empezará a intercalar

periodos de respiraciones cuyos movimientos se producen

con una frecuencia muy inferior, de entre 30 y 40 movi-

mientos por minuto. Cualquiera que observe jadear a un

perro se percatará de ello. Así pues, no hay reducción

progresiva de la frecuencia, sino cambios abruptos, de

manera que conforme va teniendo menos necesidad de

disipar calor los periodos de respiración con menor

frecuencia van siendo cada vez más prolongados. El

movimiento de menor frecuencia es eminentemente res-

piratorio, mientras que el de mayor frecuencia, sin dejar

de ser también respiratorio, es ante todo termorregulatorio.

En los perros, el líquido que se evapora en la superficie

respiratoria proviene de una glándula nasal. Se tiene

conocimiento de la existencia de esa glándula desde el

siglo XVII, pero antes se pensaba que su función era la

de mantener húmeda la nariz. Sin embargo, parece que

además de esa función también surte de agua a los

epitelios de las vías nasales internas. Y gracias a ella se

mantiene la nariz perruna húmeda y fresca. De alguna

forma, la función de esa glándula es equivalente a la que

cumplen las glándulas sudoríparas de los animales que

sudamos.

ConclusiónComo hemos podido ver, también en el terreno de las

funciones cabe hablar de diversidad, y cabe hacerlo,

además, ligado a la adaptación a las características del

entorno. Hay diversidad de usos de un mismo dispositivo.

Y también hay diversidad en cuanto a los mecanismos

mediante los que los animales hacen, -o hacemos-, frente

a las condiciones ambientales que pueden representar

un problema. Los efectos del frío se pueden combatir de

diferentes formas, y lo mismo pasa con los del calor. En

última instancia, de lo que se trata es de sobrevivir y de

disponer de los recursos necesarios para perpetuarse en

la descendencia, y cada especie ha desarrollado los

mecanismos que se lo han permitido.

[conciencia] slas

44

Autor: Juan Ignacio Pérez Iglesias

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

Page 45: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

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MICROALGASPOTENCIAL BIOTECNOLÓGICO DE LAS

Autores:

Patricia Assunção, Adelina de la Jara,Laura Carmona, Karen Freijanes,Eduardo Portillo, Héctor MendozaDepartamento de Biotecnología, Instituto

Tecnológico de Canarias (ITC).

A pesar de su gran importancia para nuestro Planeta,

las microalgas constituyen un grupo de microorganis-

mos cuyos usos potenciales aún no han sido suficien-

temente estudiados. Se han descrito más de 40.000

especies de microalgas, pero se estima que más de

10 millones están aún por catalogar. De las especies

de microalgas conocidas, menos del 1% ha sido

sometido a trabajos de “screening” para la identificación

de nuevas sustancias bioactivas o potenciales aplica-

ciones industriales o agrarias. Teniendo en cuenta que

sólo se explotan industrialmente con éxito unas 6

especies, se puede decir que la biotecnología de las

microalgas es una actividad en fase de desarrollo que

se beneficia tanto de técnicas de la biotecnología

tradicional como de la moderna. Las microalgas cons-

tituyen una de las más importantes reservas de nuevos

productos y aplicaciones.

Hoy en día, las microalgas se han diversificado hasta

límites desconocidos y se encuentran en ambientes

muy diferentes. Han colonizado ecosistemas muy

dispares en los que los rangos de salinidad y tempe-

ratura varían fuertemente. La adaptación a estos

ambientes pasa por la aparición de procesos que, de

alguna manera, las protegen, ya sea por la síntesis de

compuestos antioxidantes en ambientes de alta salini-

dad y temperatura, la disposición en la membrana de

ácidos grasos poli-insaturados de cadena larga que

evitan la congelación de la membrana en ambientes

muy fríos o el desarrollo de mecanismos fototácticos

mediante los que las microalgas son capaces de evitar

las horas de mayor irradiación.

Las microalgas fueron los primerosorganismos con capacidad de fo-tosíntesis y uno de los principalesagentes en la creación de la actualatmósfera terrestre. Estos organis-mos son claves en el equilibrio pla-netario, ya que la dinámica del dióxi-do de carbono en la Tierra está, engran medida, determinada por ellosy, además, constituyen la base delas cadenas tróficas que permitenla vida en los océanos.

Aparte de la industria farmacéutica (restringida a un

reducido número de productos) y la producción desti-

nada a la acuicultura, el mayor mercado para los

productos obtenidos a partir de la microalgas corres-

ponde a los alimentos dietéticos y funcionales, seguido

por el mercado de aditivos alimentarios, especialmente

carotenoides como la astaxantina y el β-caroteno. La

producción de ácidos grasos poli-insaturados de

cadena larga -ω3 y -ω6 a partir de microalgas, para

consumo humano y animal, se presentan como una

óptima alternativa de futuro a la fuente tradicional de

estas sustancias, los aceites de pescado. Por otra

parte, debido en gran medida a la crisis del petróleo

en los últimos años, y al consecuente uso abusivo de

los cereales para la producción de etanol y biodiesel,

las microalgas han vuelto a suscitar interés como

productoras de biocombustibles.

El Departamento de Biotecnología, perteneciente a la

División de Investigación y Desarrollo Tecnológico del

Instituto Tecnológico de Canarias (ITC), en colaboración

con otras instituciones locales e internacionales, centra

su esfuerzo en la exploración de actividades basadas

en la biotecnología que ofrezcan nuevas posibilidades

de desarrollo en los sectores de la industria, la agricultura

y el medio ambiente. Sus principales líneas de trabajo

se basan en el estudio de las aplicaciones potenciales

de las microalgas, teniendo en cuenta su enorme

biodiversidad. Para ello se seleccionan las especies y

cepas de microalgas que reúnen las características

adecuadas para la producción de la sustancia de

interés (trabajos de “screening”) antes de cultivarlas a

gran escala. Posteriormente, esos cultivos son cose-

chados (centrifugación, tamizado, floculado, etc.) y

procesados (secado, pasteurizado,etc.) hasta obtener

una biomasa destinada a la aplicación de interés

(alimentación, farmacia, cosmética, energía, etc.). En

este sentido, la identificación y la caracterización de

nuevas especies y cepas no sólo constituye uno de

los más prometedores abordajes en el campo de la

biotecnología, sino una contribución inestimable a la

preservación de su biodiversidad. Como ejemplo, los

grandes programas de investigación sobre la utilización

de microalgas en procesos de mitigación de gases de

efecto invernadero y la producción de biocombustibles,

que en la segunda mitad del siglo XX fueron puestos

en marcha por E.E.U.U. y Japón, permitieron generar

importantes colecciones de microalgas que en la

ESPECIES DE MICROALGAS CON ALTA RELEVANCIA EN APLICACIONES BIOTECNOLÓGICAS

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

Observación microscópica de la microalga Haematococcus. Cultivo de microalgas en medio solido.

Especie/Grupo Producto Aplicaciones

Spirulina platensis/Cyanobacteria Ficocianina, biomasa Alimentos dietéticos

Chlorella vulgaris/Chlorophyta Biomasa Alimentos dietéticos, suplementos dietéticos, sustitutos de piensos

Dunaliella salina/Chlorophyta Carotenoides, ≤-caroteno Alimentos dietéticos, suplementos dietéticos, piensos

Haematococcus pluvialis/Chlorophyta Carotenoides, astaxantina Alimentos dietéticos, productos farmacéuticos, aditivos de piensos

Ondontella aurita/Bacillariophyta Ácidos grasos Productos farmacéuticos, cosméticos, alimentación infantil

Porphyridium cruentum/Rhodophyta Polisacáridos Productos farmacéuticos, cosméticos, alimentación

Isochrysis galbana/Chlorophyta Ácidos grasos Alimentación animal

Phaedactylum tricornutum/Bacillariophyta Lípidos, ácidos grasos Alimentación, producción de biodiesel

Lyngbya majuscule/Cyanobacteria Inmunomodeladores Cosmética, Alimentación

Nannochloropsis oculata/Chlorophyta Ácidos grasos Alimentación animal

Page 46: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

Autores: Patricia Assunção, Adelina de la Jara, Laura Carmona, Karen Freijanes, Eduardo Portillo, Héctor Mendoza.

[conciencia] slas

46

actualidad constituyen la base de muchos trabajos en

diferentes áreas de la investigación. Actualmente, el

Departamento de Biotecnología del ITC posee una

amplia colección de microalgas, provenientes de co-

lecciones oficiales de cultivo y fruto de los aislamientos

de campo realizados a lo largo de 10 años que son la

base de muchos proyectos de investigación. En este

sentido, el Departamento de Biotecnología ha apostado

por las herramientas de la biología molecular para lograr

una identificación correcta de las especies de microalgas

depositadas en su cepario, una vez que la taxonomía

tradicional, además de muy laboriosa, no siempre

permite una identificación precisa. Por otra parte,

también se ha empezado a estudiar la variabilidad

genética intra-especifica de las diferentes especies de

microalgas que producen moléculas de interés biotec-

nológico, de manera que pueden ser seleccionadas.

Por ejemplo, se ha obtenido una gran variabilidad intra-

especifica en diferentes aislamientos de campo de la

microalga Dunaliella salina, el mayor productor de β-

caroteno a nivel industrial.

Entre los estudios realizados por el ITC, cabe destacar

el diseño y desarrollo de técnicas de cultivo a gran

escala para la producción de microalgas destinadas a

consumo humano y para la elaboración de piensos

animales, así como la elaboración de dietas para

acuicultura. Asimismo, el Departamento de Biotecno-

logía de esta institución lleva a cabo estudios de

viabilidad técnica para la producción de sustancias

bioactivas a partir de microalgas, con especial atención

a la obtención de bioantioxidantes naturales, que

pueden ser aplicados en la elaboración de alimentos

funcionales. Este departamento ha dedicado también

sus esfuerzos a la producción de pigmentos naturales

(β-caroteno, astaxantina) de uso alimentario a partir de

microalgas. Otra utilidad de gran importancia es la

depuración de aguas residuales y gases de combustión

a partir de cultivos intensivos de microalgas. Por otra

parte, en los últimos años se ha trabajado con vista a

seleccionar especies y cepas de microalgas hiperpro-

ductoras de ácidos grasos saturados para producción

de biocombustibles, y poli-insaturados (-ω3 y -ω6)

para uso alimentario.

Por último, decir que las Islas Canarias, por sus óptimas

condiciones ambientales (clima templado y una ade-

cuada insolación), constituyen un lugar ideal para el

desarrollo del cultivo intensivo de microalgas a gran

escala. El cultivo de microalgas es una actividad de

bajo impacto ambiental con una baja demanda de

energía que no requiere ni suelo fértil ni agua de calidad.

No compite, por tanto, con otras actividades agrarias.

En la actualidad, ciertas microalgas son la base de una

floreciente industria biotecnológica. Canarias es un

territorio frágil, deficitario en su sector industrial y en el

que el sector primario pierde de forma acelerada peso

económico a favor de un sector terciario fuertemente

dependiente del turismo. El desarrollo tanto de la

industria como de las actividades agrarias, fuertemente

condicionado por la insularidad, sólo podría sustentarse

sobre nuevas actividades poco exploradas, con un

gran potencial de desarrollo tecnológico y comercial y

de bajo impacto ambiental, como es el caso del cultivo

intensivo de microalgas.

PROYECTOS EN QUE PARTICIPA EL DEPARTAMENTO DE BIOTECNOLOGÍA DEL INSTITUTO

TECNOLÓGICO DE CANARIAS (ITC)

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

Estudio de los usos energéticos, farmacéuticos, alimentarios y cosméticos

de la biomasa de microalgas teniendo en cuenta aspectos de viabilidad,

sostenibilidad social, medioambiental, energética y económica.

Mejora del conocimiento sobre organismos extremófilos y ampliación la

colección de microalgas originarias de ambientes hipersalinos del

Departamento de Biotecnología del ITC.

Creación de un banco genético marino de la Macaronesia.

Diseño y desarrollo de nuevos formatos alimentarios a partir de microalgas.

Transición hacia un modelo Energético Sostenible para Madeira, Azores

y Canarias.

Uso de lactosueros para el cultivo heterotrófico de microalgas para la

producción de ácidos grasos poli-insaturados de cadena larga y la

elaboración de lactorremplazantes en nutrición animal.

Estudio de viabilidad técnica de los difusores venturi como mejora del

proceso de dilución en vertidos de salmuera procedentes de desaladoras

y consiguiente reducción del impacto ambiental en los ecosistemas

marinos, especialmente sobre praderas marinas.

Valorización energética de cultivos de microalgas en plantas alimentadas

por energías renovables (bioacumuladores: producción de biodiesel y

fijación de emisiones de CO2 por cultivos de microalgas).

Fuentes alternativas de biomasa: microalgas en nutrición animal. Evaluación

del efecto de microalgas marinas sobre el sistema inmune de rumiantes.

PSE-Microalgas

OMARAT/POCTEFEX

BANGEN

FAM

TRES

LACTOALGA

VENTURI

BIOACU

INMOSEAWEED

Acrónimo Proyecto Entidades Financiadoras Objetivo

Cultivo de microalgas a escala de laboratorio.

Cultivo de microalgas en fotobioreactores.

Cultivo de microalgas en sistemas abiertos (raceways).

Page 47: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

[conciencia] slas

47

LA BIODIVERSIDAD Y LAS CIENCIAS FÍSICAS

FÍSICA Y VIDA

Autores:

Dr. Juan Manuel Martín González yDr. Jesús García RubianoDepartamento de Física. Universidad de

Las Palmas de Gran Canaria.

La mayor parte de las personas no considera a la Física

como una disciplina fundamental en el estudio de la

biología y de la vida en general. Así, cuando se analizan

los planes de estudio de las carreras de Biología,

Veterinaria o Medicina se constata que se dedica muy

poco tiempo al estudio de la Física que se considera,

a lo sumo, una materia auxiliar. Esta concepción es

errónea y simplista, ya que la Física subyace en todos

los aspectos de las Ciencias de la Vida. En este sentido,

la mecánica nos proporciona los fundamentos de la

estructura de los seres vivos, tanto desde el punto de

vista estático como dinámico, nos permite entender,

por ejemplo, la bipedestación del ser humano o cómo

era el equilibrio de los antiguos saurios. La Termodiná-

mica es otra parte de la Física clave en los estudios

biológicos, ya que sus leyes regulan los intercambios

energéticos entre los sistemas biológicos tanto a nivel

celular como en el ámbito macroscópico. Resulta

frecuente definir a un organismo vivo como un sistema

termodinámico que lucha contra el aumento inexorable

de la entropía1 que impone el segundo principio de la

termodinámica. La mecánica estadística -parte de la

Física que modeliza sistemas de muchas partículas-

se ha utilizado como herramienta para modelar la

dinámica de poblaciones de seres vivos desde unice-

lulares a seres humanos.

La Electricidad y el Magnetismo -otra de las piezas

angulares de la Física- subyace en todo el fenómeno

vital y nos permite entender, cosas tan dispares como

el intercambio de nutrientes en la membrana celular,

la trasmisión nerviosa, la naturaleza de la radiación

electromagnética que reciben y emiten los seres vivos

o la orientación de las aves en los fenómenos migra-

torias. Qué no decir de la óptica, que además de

proporcionar instrumentos tan útiles como el micros-

copio, es la base de nuestro sistema de visión. La

mecánica cuántica y sus aplicaciones como la Física

Atómica, la Física nuclear o la Física del Estado Sólido

son disciplinas estrechamente imbricadas con la Quí-

mica en el estudio de las bases de la vida.

Por otra parte, la mayor parte de nuestros medios de

observación de los seres vivos se basan en alguna de

las ramas de la Física. Baste como ejemplo indicar,

que gran parte de los avances en los estudios médicos

y biológicos en las últimas décadas han sido posibles

gracias al desarrollo de instrumentos como los aparatos

de Rayos X, el microscopio electrónico, el láser o la

resonancia magnético-nuclear.

Todo lo anterior nos indica que la Física, lejos de ser

una herramienta auxiliar, en las ciencias de la vida

constituye una de sus disciplinas básicas de forma

que toda persona que se quiera acercar al estudio de

este campo debería tener sólidos conocimientos de la

misma. Esto ha sido reconocido desde la antigüedad

y grandes físicos han dedicado parte de sus esfuerzos

a la relación entre la Física y la vida. Hermann von

Helmholtz (1821-1894) conocido por sus estudios de

termodinámica, acústica y electromagnetismo estudió

también la fisiología sensorial, los Premios Nobel de

Física y padres de la teoría cuántica Niels Bohr (1885-

1962) y Erwin Schrödinger (1887-1961) se interesaron,

también, en la aplicación de su nueva teoría a la vida

llegando el último a escribir un libro titulado ¿Qué es

la vida? También podemos destacar al célebre George

Gamow (1904-1968), quien colaboró activamente con

James D. Watson en aplicaciones de teorías físicas al

ADN o al físico nuclear húngaro Leo Szilard (1898-

1964), quien se dedicó a la Biología tras la segunda

guerra mundial.

Desde el punto de vista abiótico, o del entorno de los

sistemas vivos, la importancia de la física es determi-

nante: geofísica (terremotos, tectónica de placas,…),

oceanografía, meteorología,… El problema surge pre-

cisamente cuando constatamos que los objetos de

estudio de estas partes de la física son, probablemente,

los sistemas no biológicos más complejos conocidos.

El sistema más complejo del universo probablemente

sea nuestro cerebro.

La metodología clásica de la Física se basa, en general,

en la reducción de problemas complejos a una suma

de problemas simples. Durante siglos, las limitaciones

del cálculo matemático han hecho que los físicos

realizaran fundamentalmente modelos de los fenómenos

basados en sistemas lineales que fueran resolubles.

Los modelos se mejoraban considerando que las no

linealidades en las ecuaciones eran pequeñas pertur-

baciones sobre las soluciones de los modelos lineales.

Este esquema conduce a modelos de una gran utilidad

que nos han permitido comprender desde el compor-

tamiento de los átomos a la evolución del universo y

realizar desarrollos tan prácticos como edificios, puen-

tes, maquinaria industrial, generadores de energía o

productos electrónicos. Sin embargo los modelos

lineales son demasiado simples para describir sistemas

complejos como los relacionados con la vida, o los

geofísicos ya mencionados, en los que la interacción

no lineal entre sus partes da lugar a fenómenos apa-

rentemente imprevisibles.

Por ello, en las últimas décadas se ha intentado la

búsqueda de explicación a fenómenos complejos que,

debido tanto a su tamaño (número de variables) como

a la no linealidad de las interacciones entre sus ele-

mentos, son irresolubles mediante los modelos mate-

máticos en uso. Este esfuerzo ha dado lugar al naci-

miento de la Teoría del Caos y de la Geometría Fractal,

ambas de carácter interdisciplinar, aunque de profundo

contenido físico-matemático.

Estos dos elementos: no linealidad y sensibilidad

extrema a las condiciones iniciales, son los dos ingre-

dientes clave en los procesos o comportamientos

denominados caóticos. Como hemos comentado,

según la mecánica clásica, de un sistema lineal del

que se conocen sus ecuaciones características, y con

unas condiciones iniciales fijas, se puede conocer

exactamente su evolución en el tiempo. Pero en el

caso de los sistemas caóticos, una mínima diferencia

en esas condiciones hace que el sistema evolucione

de manera totalmente distinta. Muchos sistemas

naturales como el Sistema Solar, la dinámica de las

placas tectónicas, los fluidos en régimen turbulento o

los crecimientos de población se aproximan más a un

sistema de este tipo que a uno lineal. Este hecho fue

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

George GamowErwin Schrödinger

Page 48: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

[conciencia] slas

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Autores: Dr. Juan Manuel Martín González y Dr. Jesús García Rubiano.

apuntado por Henri Poincaré (1854-1912) a comienzos

del siglo XX, pero no fue hasta la década de los 60,

cuando se comenzó a disponer de una capacidad de

cálculo suficiente con la aparición de los ordenadores

de alta velocidad, cuando pudo comprobarse. Las

primeras investigaciones en la Teoría del Caos se

deben a Edward Lorenz (1917-2008) al estudiar las

soluciones de un modelo matemático de dinámica

atmosférica se dio cuenta que alteraciones mínimas

en las precisión de los decimales de los números que

introducía en sus ecuaciones resultaban en soluciones

ampliamente divergentes2. El concepto de Caos De-

terminista surge en este entorno, estrechamente

relacionado con la Geometría Fractal3, que es la

geometría con la que se pueden modelizar las nubes,

de las cuencas de los ríos, de las líneas de costas

perfiladas por el mar, etc. Por si fuera poco, las

distribuciones de probabilidad que se obtienen en

estos casos, cuando se hacen análisis de tipo esta-

dístico, no siguen los patrones normales o Gausianos,

de manera que los valores medios en muchos casos

no existen y las varianzas no son finitas. Es en estas

especialidades donde los modelos físicos son más

débiles y donde la predicción a medio y largo plazo

es simplemente una quimera.

En la actualidad la capacidad de cálculo ha aumentado

exponencialmente de forma que junto a nuevos con-

ceptos y herramientas procedentes de las ciencias de

la complejidad, las ciencias físicas están tratando de

abordar el estudio de estos sistemas desde varios

puntos de vista distintos. En este breve artículo pre-

tendemos mostrar las relaciones entre estas nuevas

formas de “hacer Física” y el complejo fenómeno de

la biodiversidad.

BiodiversidadCon el término biodiversidad o diversidad biológica

hacemos referencia a todos los genes, especies,

ecosistemas y paisajes que conforman nuestro mun-

do. Abarca toda la variedad de la vida en la Tierra;

todos los seres vivos, desde los microscópicos a los

más grandes del planeta, así como su composición

genética única. Incluye a las plantas, los paisajes, las

tierras de cultivo, los bosques y los lagos. En definitiva

la enorme variedad de ecosistemas terrestres, enten-

didos como agrupaciones dinámicas de animales,

plantas y microorganismos, en estrecha interacción

entre ellos y con el entorno físico o abiótico en el que

viven. Por su parte este entorno no es menos diverso:

fenómenos geológicos, oceánicos, lagos, ríos, etc.

Sin olvidar la atmósfera, el clima y los ciclos climáticos

con toda su complejidad. La diversidad biológica

juega un papel fundamental tanto en el mantenimiento

de la vida en nuestro planeta como en muchos as-

pectos físicos y mentales relacionados con nuestro

bienestar y salud, siendo además muy importante el

mantenimiento de la biodiversidad para las genera-

ciones futuras.

La biodiversidad, es el resultado de la evolución,

mediante la selección natural, a lo largo de miles de

millones de años. Esta evolución parece ir en la dirección

de una cada vez mayor diversidad y reserva genética

o de especies que permita el mantenimiento de eco-

sistemas más adaptables y resistentes a las condiciones

ambientales cambiantes. Una mayor biodiversidad

aumenta la probabilidad de que existan especies en

el ecosistema que puedan responder a perturbaciones

diferentes tanto como que sean capaces de reemplazar

la función de alguna especie extinguida. A lo largo del

proceso evolutivo ha habido grandes extinciones de

manera que, en la actualidad, sólo hay una pequeña

parte, menos del 1%, de todas las especies que han

existido sobre el planeta, lo que da a las extinciones

un papel importante en el modo en que la vida ha

evolucionado.

Uno de los mayores retos de la ciencia moderna es

desarrollar una teoría unificada de la diversidad biológica.

¿Puede la enorme variedad de los seres vivos, el gran

ecosistema que es la biosfera en su conjunto, explicarse

en términos de leyes o principios relativamente simples

a la manera de la Física?

Fisica y BiodiversidadEn la tierra, los seres vivos interaccionan entre sí y con

su entorno físico, abiótico, en escalas de tiempo que

van desde el microsegundo hasta el milenio y en escalas

espaciales que van desde el micrómetro hasta el globo

terrestre entero. En medio de toda esta enorme diver-

sidad, tanto física como biológica, emergen patrones

de organización ecológica sorprendentemente precisos

y cuantificables; patrones que regulan el tamaño de

los organismos, las abundancias relativas de especies

tanto espaciales como en comunidades ecológicas,

etc., y cada patrón emergente proporciona pistas sobre

los mecanismos subyacentes que regulan la biodiver-

sidad. Muchos de ellos muestran la actuación de las

leyes y principios de la Física, la Química y la Biología,

en el control de los procesos fundamentales. Es obvio

que principios muy bien establecidos en Física, como

la conservación masa-energía, el comportamiento de

la materia a niveles atómicos o moleculares, a los que

se añaden otros procedentes de la química, de la

tectónica de placas, de las leyes de la herencia biológica,

de la evolución por selección natural, etc., deben

desempeñar un papel importante en la regulación de

la biodiversidad. Así, la existencia de ciertos patrones

estadísticos en las estructuras de comunidades refleja

la actuación de leyes naturales o al menos de principios

generales. Sin embargo no está claro cómo interactúan

entre sí estos procesos fundamentales para producir

la diversidad que vemos a nuestro alrededor ni cuál es

la causa de que los seres vivos muestren un grado de

auto-organización y complejidad tan grande.

Uno de los patrones ecológicos más importante viene

dado por la manera en la que aumenta el número de

especies a medida que aumenta el área muestreada,

conocida como relación especie-área. Hoy en día ya

no se pone en cuestión que la distribución espacial de

muchas especies muestra características fractales, y

que los métodos que se derivan de la geometría fractal

son adecuados para analizar patrones macroecológicos

como la mencionada relación especie-área. Aunque

también se encuentran especies cuyas distribuciones

se desvían de los patrones fractales estrictos.

El punto de vista TermodinámicoLa Primera Ley de la termodinámica, como es conocida,

formula que la energía total de un sistema se conserva

constante. La Segunda Ley establece que la entropía

de un sistema aislado sólo puede aumentar, lo que

implica que la energía libre de un sistema aislado es

degradada sucesivamente por sistemas que intercam-

bian calor, conduciendo a un aumento o producción

de entropía. Eventualmente el sistema tiende a alcanzar

un estado de equilibrio en el que la entropía es máxima

y donde cualquier perturbación tiende a ser anulada.

Todo posible gradiente es de inmediato eliminado o

degradado. En el equilibrio toda organización, estructura

o memoria del pasado queda destruida. Pensemos en

un animal encerrado en un lugar completamente aislado

y en lo que sucede después de su muerte.

Por ejemplo, cuando quemamos carbón obtenemos

calor, humo y cenizas; la energía concentrada en las

moléculas de carbón, se ha dispersado, desordenado,

la entropía ha aumentado. Con el carbón podríamos

conseguir hacer algún trabajo; con el humo, las cenizas

y el calor que se pierde en el aire, es más complicado.

Si vertemos leche en el café, se mezclaran aumentando

la entropía. Por mucho tiempo que esperemos, no

veremos que el café y la leche, de forma natural, se

separen, lo que implicaría un reordenamiento y por

tanto una disminución de la entropía. En resumen, todo

sistema cerrado tiende a un estado de máximo desor-

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

Geometría fractal en una variedad de broccoli (izquierda) y representación gráfica de un atractor de Lorentz, ejemplo de modelo matemático con comportamiento caótico (derecha).

El litoral costero (izquierda) puede ser modelado de forma eficaz mediante la geometría fractal (derecha).

Page 49: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

[conciencia] slas

49

den o entropía o, lo que es lo mismo, a una disminución

de la energía útil.

Desde el punto de vista termodinámico o más bien

mecánico-estadístico, la complejidad se relaciona con

la cantidad de información necesaria para describir un

sistema y, por tanto, cuanto más complejo es un ser

vivo más información hay contenida en él, más orde-

nados serán todos los procesos y estructuras que lo

conformen y, por tanto, menor será su entropía. La

cuestión de que la pérdida de información es equivalente

a un aumento de entropía no se aclaró del todo hasta

la mitad del siglo XX, con el desarrollo de la informática,

cuando se consiguió unificar la definición mecánico-

estadística de la entropía con la entropía como medida

de información o de incertidumbre; es decir cuando

se pudo relacionar con claridad el concepto de energía

con el de información.

En realidad los sistemas reales no están aislados,

intercambian energía, materia o información con el

ambiente que les rodea. Por ejemplo, la tierra intercam-

bia energía mediante radiación de diferentes longitudes

ondas: recibe radiación de onda corta y baja entropía

desde el sol y emite radiación infrarroja, térmica o de

onda larga, mucho más desordenada y entrópica, al

exterior. A pesar de ello, la termodinámica clásica

puede aplicarse, no sin dificultad, a sistemas no aislados

y en estados de no equilibrio, como mostró el Premio

Nobel Ilya Prigogine (1917-2003). Para estos sistemas

el cambio de la entropía total del sistema viene deter-

minada tanto por el aumento o la producción interna

de entropía, como por el flujo de entropía a través de

la frontera del sistema con su entorno. Así, un sistema

en no equilibrio puede mantener un nivel bajo de

entropía, a costa de aumentar la del ambiente, expor-

tando el excedente al exterior.

Todos los procesos naturales que se dan en la tierra,

un sistema termodinámico abierto, trabajan degradando

fuentes de energía libre y produciendo entropía. Así se

producen y mantienen los fenómenos abióticos: circu-

lación atmosférica, transporte de calor, ciclos hidroló-

gicos, etc. Pero los seres vivos también requieren de

fuentes de energía libre tanto para poder construir y

mantener sus complejos organismos como para realizar

trabajo (crecer, moverse, reproducirse...). Además, a

través del metabolismo de cada ser vivo, la actividad

biótica afecta tanto a la química del planeta (especial-

mente a la concentración de gases en la atmósfera)

como a las características físicas de la superficie

terrestre cambiando su albedo, rugosidad del suelo

(vegetación), etc. Todo ello implica la transformación

de diferentes formas de energía entre sí, gobernadas

por las leyes de la termodinámica.

Conviene aclarar que la temperatura no es una forma

de energía, aunque este término a menudo se usa por

algunos ecologistas en lugar del concepto de energía.

Sin embargo, la temperatura tiene una gran importancia

para los seres vivos ya que controla el ritmo al que los

organismos utilizan la energía química. La temperatura

ambiental es determinante en los procesos fisiológicos

de los organismos, en la reproducción y en su desarrollo,

también determina la distribución de los organismos

en zonas climáticas; en aguas más o menos frías; etc.

Mucha de la diversidad biológica depende de las

adaptaciones de los seres vivos a los distintos ambien-

tes climáticos que responden a gradientes térmicos.

El principal gradiente térmico en nuestro planeta es

debido a las diferencias de temperaturas entre el

ecuador más caliente y los polos mucho más fríos. En

este tipo de gradientes de temperatura, de forma

natural, se produce un transito de calor desde la zona

más caliente a la más fría, que tiende a reducirlo, a

conducir al sistema al equilibrio y cuyo responsable es

la entropía. La naturaleza siempre actúa de manera

que todo gradiente genera una “fuerza” que tiende a

contrarrestarlo. Es como si la naturaleza aborreciera

los gradientes. Un tornado, la corriente termohalina,

una bacteria que persigue un gradiente de glucosa,

un alud de nieve, el viento que mueve un molino, etc.,

tienen un mismo propósito: reducir un gradiente de

presión, temperatura, concentración química, energía

potencial, etc. Lo interesante es que entre las vías

disponibles de forma natural para contrarrestar los

gradientes se encuentra el desarrollo de estructuras

y de procesos altamente organizados. Un ejemplo

simple son las estructuras autoorganizativas que se

producen en los movimientos convectivos de fluidos

como respuesta a una diferencia de temperatura.

La naturaleza que nos rodea está plagada de sistemas

que, a pesar del segundo principio de la termodinámica,

se mantienen lejos del equilibrio; desde los fenómenos

meteorológicos y marinos pasando por los seres vivos,

hasta nuestras sociedades y estados modernos. Estos

sistemas se mantienen y desarrollan importando energía

de alta calidad, e incrementando su organización, a

expensas del aumento de entropía del entorno. En

nuestro caso, desgraciadamente, este aumento de

entropía toma la forma, entre otras, de enormes con-

tenedores de basura, emisión descontrolada de gases

a la atmósfera, de contaminación de ríos o mares.

Muchos de los residuos que eliminamos, todavía

contienen energía de cierta calidad y por tanto deberían

ser reciclados y reutilizados. La emergencia de empre-

sas de reciclaje, de grupos sociales que tratan de

ganarse la vida a la vez que cuidan el entorno, etc. es

una buena metáfora de aumento de la “biodiversidad”

y reducción de gradientes, aunque en este caso social

o económica.

Desde este punto de vista, los seres vivos son sistemas

termodinámicos disipativos, que se mantienen en

estados lejos del equilibrio, con una gran organización

interna. Para ello degradan fuentes de energía libre,

producen residuos que expulsan al exterior y aumentan

la entropía total del sistema. Desde cierta visión termo-

dinámica, la biodiversidad se debe a que la vida explora

y explota todos los gradientes de energía posibles a

su alcance, de manera que la entropía total se maximice.

Para ello, los ecosistemas desarrollan estructuras y

funciones que degradan de manera muy efectiva los

correspondientes gradientes de energía. Son maestros

del reciclaje.

Auto-organización y emergencia enla frontera del CaosLa vida no es sólo orden y organización, también

necesita el caos o el azar para poder explorar, para

acceder a lo nuevo, para aprender. Nada hay más

caótico que la cría de un animal cuando está en proceso

de aprendizaje, como todo propietario de un perro o

un gato sabe. Por esta razón a veces se habla de la

vida como un proceso de auto-organización entre el

orden y el caos, que se sitúa en alguna zona crítica

entre fases definidas. Así físicos, como el recientemente

fallecido Per Bak (1948-2002) y sus colaboradores

Chao Tang y Kurt Wiesenfeld, han desarrollado la idea

de los Sistemas Críticos Autoorganizados (Self-

organized criticality o SOC). Tratan de responder a

preguntas del tipo ¿Qué es lo que subyace debajo de

la eficiencia funcional de estos enormes sistemas? Lo

que parece suceder es que los grandes sistemas que

funcionan eficazmente no se rigen por el caos deter-

minista, ni por el orden estructural perfecto, sino que

de alguna manera se sitúan en una zona crítica, en

algún lugar entre el orden y el caos. Usando un símil

automovilístico: circulan bordeando siempre la legalidad.

Desde un punto de vista musical diríamos que estos

sistemas no tensan la cuerda ni muy rígida ni demasiado

suelta, ni afinan el instrumento de forma perfecta. Se

sitúan en un punto de afinamiento que, si bien no es

el mejor, es el que permite adaptarse mejor a otros

músicos, al director, a la obra y al ambiente musical.

Téngase en cuenta que de nada sirve ser el mejor

músico del mundo si lo importante es el sonido del

Autores: Dr. Juan Manuel Martín González y Dr. Jesús García Rubiano.

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

Las células de Benard, debidas al movimiento convectivo de las partículas de un líquido entre dos placas a diferentes temperaturas, son un ejemplo de las estructuras disipativas

autooganizadas estudiadas por Prigogine.

Las colonias de bacterias y los hormigueros son ejemplos de estructuras emergentes autoorganizadas.

Page 50: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

[conciencia] slas

50

mitir información suficiente a su descendencia y ser

capaz de reaccionar a estímulos externos.

Leyes de potencia. Complejidad eco-lógica y biodiversidad.En el estudio de los sistemas naturales una de las

verdades inevitables es que no hay una escala deter-

minada a la cual estudiar su dinámica, y uno de los

objetivos de la ciencia es el estudio de propiedades

universales que no dependen de las escalas determi-

nadas por los detalles del modelo. El inevitable problema

de la escala viene asociado también al hecho de que

tanto los animales como las organizaciones sociales

no pueden hacerse mucho más grandes o mucho más

pequeños sin experimentar cambios fundamentales

en su estructura o conducta. Una ley de potencia o

de escala se describe mediante una expresión mate-

mática del tipo y = c xb donde x e y son dos variables,

cantidades u observables, c es una constante (también

puede entenderse como una constante de normaliza-

ción), y b el exponente de escala.

La propiedad más interesante de este tipo de ecuacio-

nes es que su forma no varía si cambiamos las escalas

con las que observamos las variables. A esta propiedad

se la conoce como invarianza en escala (scaling inva-

riance) y, los fenómenos asociados a este tipo de

comportamiento, se denominan libres de escala (scale

free). Estadísticamente, una serie de datos que se

distribuyan de esta manera, o que se expresen siguien-

do una ley de este tipo, carecen de magnitudes carac-

terísticas, es decir, no tiene longitudes características,

ni valores medios o varianzas definidos.

La aparición de leyes de potencia sugiere la existencia

de algún tipo de orden subyacente en sistemas capaces

de auto organizarse, aunque estos mecanismos no

han sido completamente explicados en muchos siste-

mas. A pesar de ello hay cierto número de modelos o

de procesos que las generan. Uno de los más conoci-

dos es el ya mencionado de los Sistemas Críticos

Autoorganizados (SOC). El estudio de las leyes de

escala permite simplificar la complejidad ecológica y

entender algunos de los principios físicos y biológicos

que regulan la biodiversidad. Este sigue dos direcciones:

· De tipo estadístico, estudiando la aparición de distri-

buciones de frecuencia del tipo p(x) = c xb, a veces

denominadas de “cola larga”, que siguen procesos

que carecen de escalas característica, que muestran

comportamiento fractal y, por tanto, poseen las

mismas propiedades estadísticas a diferentes escalas.

Estos comportamientos han sido tradicionalmente

estudiados por la física en el caso de los fenómenos

críticos que aparecen en las transiciones de fase y

que no poseen una escala característica o típica, ni

en el espacio ni el tiempo.

· De tipo alométrico. Investigaciones recientes en el

campo de la alometría, refuerzan la idea de que el

tamaño es uno de los ejes principales de la variación

biológica. Los organismos vivos varían en tamaño

desde las millonésimas de gramo de bacterias o virus

hasta las toneladas que pesa una ballena; hay más

de 21 órdenes de magnitud entre sus pesos. Sin

embargo, la Ley de Kleiber: r = cM3/4, relaciona el

ritmo metabólico r y la masa corporal M de todos los

organismos vivos, desde la célula hasta la ballena.

Esta sencilla ley de potencia, considerada una de las

leyes más importante en biología, es para algunos el

origen de la “cuarta dimensión” de la biología, debido

a su conocido exponente de escala 3/4.

Por otra lado una gran parte de la biodiversidad global

se debe o puede atribuirse a fenómenos abióticos que

varían espacialmente y con los que el medio biótico

interacciona. Es el caso de la enorme heterogeneidad

de los paisajes terrestres, marcadas por los procesos

tectónicos, erosivos, etc. Para cuencas de ríos o redes

hidrográficas se han encontrado relaciones de escala

en leyes de potencia típicamente fractales. No deja de

sorprender como las raíces y ramas de los árboles, los

sistemas circulatorios, respiratorios o digestivos, se

ramifican de manera similar a como lo hacen los ríos.

Comparten el hecho de ser objetos fractales.

Por último, mencionar que bajo las Leyes de Potencia

puede subyacer una estructura fractal. Para la biodi-

versidad es importante el tratamiento geométrico de

la variación ambiental, de los gradientes ambientales,

y no hay una teoría global sobre ello. Aún así, la geo-

metría fractal nos puede permitir cuantificar y modelizar

la geometría de esta heterogeneidad ambiental. Algunos

gradientes, como la división por zonas de la vegetación

de los lagos, varían de forma lineal, suavemente. En

este caso, el problema fractal está en la frecuencia y

el tamaño de los lagos en una determinada región. La

geometría fractal, también puede ser de utilidad al

analizar distribución espacial de los nutrientes del suelo.

Para otro tipo de gradientes, como los generados por

los claros en los bosques o selvas tropicales, producidos

por los grandes árboles cuando caen, y que permiten

el acceso de la luz a ciertas zonas del bosque en

permanente sombra, se producen distribuciones que

muestran la formación de estructuras fractales y multi-

fractales. Ricard Solé y Susanna Manrubia4 mostraron

que estos grandes sistemas se encuentran en un

estado de criticalidad autoorganizada (SOC), estados

a los que tienden de forma espontánea algunos sistemas

formados por muchos elementos que interactúan no

linealmente entre sí. Sistemas auto-organizados, puesto

que en ellos los patrones emergen a partir de las

interacciones, de los arreglos, entre los componentes

del sistema y no son debidos a causas externas.

Redes complejasOtro de los grandes retos es entender cómo la biodi-

versidad responde ante perturbaciones como la pérdida

de hábitat, las invasiones biológicas, la sobreexplotación

de los recursos naturales o el cambio climático. O

responder a preguntas del tipo: ¿cómo afecta la extin-

ción de una especie al conjunto del ecosistema? ¿Se

verán afectadas muy pocas o, por el contrario, se

iniciará una avalancha de coextinciones que se propa-

garán por todo el sistema? En la actualidad solo hay

una pequeña fracción de todas las especies que han

existido alguna vez sobre la tierra, mucho menos del

1% de la diversidad global. La extinción de especies

en forma de avalanchas parece ser la norma y, así, el

sistema parece comportarse como un “Sistema Crítico

Autoorganizado”.

grupo como un todo, y este se consigue evolucionando

y aprendiendo juntos, cuando la autoorganización es

perfecta. La rigidez no es buena, pero la anarquía

tampoco: hay una zona de equilibrio inestable, un

atractor, donde el flujo de información y energía entre

las partes del sistema es el más óptimo, y hacia donde

el sistema es atraído de forma natural. Hay muchos

ejemplos como este: equipos de fútbol, empresas,

ecosistemas. Si un león o un tiburón fuera un depre-

dador perfecto, no pasara hambre, en poco tiempo

no quedarían presas para comer. El ser humano casi

lo es, el barco de pesca armado con equipos dirigidos

por satélite, el cazador armado con la moderna tec-

nología, etc., pueden acabar con la biodiversidad.

Así, las colonias de hormigas o el cerebro son estruc-

turas emergentes, es decir, creadas por un gran

número de individuos que intercambian información

localmente, de manera que ninguno de ellos tiene

conciencia del superorganismo que están ayudando

a construir. Son sistemas auto-organizados, los ele-

mentos que los componen trabajan mediante algún

tipo de entendimiento mutuo, sin órdenes externas,

y los patrones que se observan en los niveles de

organización más altos como el cerebro o el pensa-

miento, emergen sólo de las numerosas interacciones,

no lineales, entre los individuos o subsistemas que

componen los niveles inferiores (neuronas). El tipo de

fenómenos emergentes que pueden surgir no son

predecibles con anterioridad y no podemos saber de

antemano si afectara al sistema de una forma positiva

o negativa. También es claro que estos fenómenos

no pueden ser entendidos examinando aisladamente

las propiedades individuales de los componentes del

sistema; se han de considerar las interacciones entre

sus componentes y tener en cuenta que las interac-

ciones pueden no ser directas, ya que un individuo

puede modificar el ambiente y este a su vez afectar

el comportamiento de los demás.

Las bacterias, por ejemplo, funcionan en equipo con

una división del trabajo espontánea y produciendo

enzimas y otros compuestos químicos colaborativa-

mente. Sus ciclos vitales se entrelazan y los productos

residuales de unas sirven de nutrientes a las otras.

Las bacterias ocupan su medio ambiente y lo alteran

profundamente realizando tareas que individualmente

no podrían llevar a cabo. Así, los comportamientos

que emergen a nivel colectivo son claves para entender

el mundo bacteriano y no podemos entender a las

bacterias analizándolas individualmente. En definitiva,

las bacterias, en su desarrollo metabólico y en el

intercambio genético, no sólo aprenden, sino que

generan un entorno de recursos colectivos que sustenta

a todo el planeta. Y todo esto de forma paralela,

distribuida, cooperativa y sin nadie que dirija.

Otro punto de vista se centra en la exergía, un concepto

procedente de la ingeniería, que mide la cantidad total

de energía libre en un sistema, y que se relaciona

estrechamente con la riqueza de especies. Cuanta

más exergía hay disponible para repartir entre las

especies, más vías disponibles hay para la degradación

de energía. Por tanto, a medida que el sistema madura

aumenta la producción de entropía y por tanto la

tendencia hacia la auto-organización

Podemos pues concluir que, desde el punto de vista

de la física, los seres vivos son sistemas abiertos y

que se mantienen lejos del equilibrio intercambiando

con su entorno materia y energía, almacenando y

procesando información. Lo que distingue a los seres

vivos, como sistemas complejos adaptativos, es que

parte de la información que es obtenida del exterior

a través de los sentidos les permite aprender. Además

contienen un manual genético que les capacita para

auto regularse; auto conservarse; reproducirse; trans-

Por ejemplo, la reproducción de más del 90 % de las

especies de árboles y arbustos en regiones tropicales

no sería posible sin los insectos, aves, mamíferos

frugívoros y otros animales de los que depende la

polinización de sus flores y la dispersión de sus semillas.

Así, la caza selectiva puede tener consecuencias

catastróficas para la regeneración del bosque tropical.

La gran biodiversidad terrestre es deudora de estas

redes mutualistas entre especies animales. Si los tipos

de plantas más diversificados son los que se polinizan

por animales, debemos pensar en lo que sucedería si

desparecen las abejas: ¿polinizar a mano?.

Entender las propiedades de los ecosistemas,

especialmente lo que los hacen vulnerables o resistentes

a la extinción, su fragilidad, la red de interacciones

entre especies, la respuesta a perturbaciones, la

Autores: Dr. Juan Manuel Martín González y Dr. Jesús García Rubiano.

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

Page 51: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

[conciencia] slas

51

Autores: Dr. Juan Manuel Martín González y Dr. Jesús García Rubiano.

dependencia de especies “clave” y la importancia de

estas para la estabilidad y persistencia del sistema, es

de vital importancia en un contexto de rápido aumento

de la modificación de hábitats y de un más que posible

calentamiento climático global.

El uso de la nueva teoría de redes complejas permite

aproximarse a la arquitectura de la biodiversidad,

especialmente al entramado de las interacciones

ecológicas, y a como se propagan las perturbaciones

a través de la red ecológica. El estudio de las redes

complejas ha permitido el estudio de numerosos

sistemas como las redes lingüísticas; muchas redes

económico-sociales o el funcionamiento de Internet.

En los últimos años se ha empezado a entender como

este enfoque permite una mejor comprensión de las

relaciones entre especies y supone un primer paso

hacia una ecología más predictiva, capaz de responder

ante retos como el cambio climático.

“Hasta hace poco, la investigación en biodiversidad

se centraba exclusivamente en la riqueza de especies,

olvidándose de las interacciones entre ellas o asumiendo

que se producían de modo aleatorio, sin un patrón

específico. En contraste, el paradigma de red enfatiza

las interacciones ecológicas entre especies, acentuando

la importancia de su interdependencia” J. Bascompte

(Estación biológica de Doñana, CSIC)

Las redes tróficas (quién se come a quién), el tipo de

redes ecológicas que ha recibido más atención por

parte de los ecólogos, muestran todas las posibles

vías de alimentación de cada una de las especies que

la constituyen. Muchos sistemas complejos funcionan

como una red en la que los vértices (o nodos)

representan a los elementos o agentes y, las líneas

que unen los vértices, representan las relaciones entre

ellos; quién está relacionado con quién; quién se come

a quién; quién es amigo de quién; quién trabajó con

quién... En los últimos años se ha desarrollado toda

una teoría de redes complejas a partir de la antigua

teoría matemática de grafos muy aplicada en Teoría

de Circuitos y Electrónica. Las conexiones entre los

elementos de la red pueden ser al azar y tendríamos

redes aleatorias o, por el contrario, la red puede ser

determinista y todos están relacionados con todos en

una forma geométrica bien definida. Entre estos dos

extremos se encuentran las redes complejas, las cuales

se han estructurado siguiendo patrones no lineales y

su estructura puede mostrar geometría fractal, con

algunos nodos muy relacionados y otros menos, de

manera que la distribución de los enlaces en cada

nodo sigue una Ley de Potencia. Se ha demostrado

también que este tipo de redes son más óptimas que

las otras, de manera que se puede ir de un nodo a

otro con un mínimo número de pasos (redes de

pequeño mundo). Estudios recientes apuntan que las

topologías de este tipo de redes que se encuentran a

medio camino entre redes totalmente ordenadas y

regulares y redes totalmente azarosas, entre el orden

y el caos como ya mencionamos, facilitan la transmisión

de información de manera mucho más eficiente que

cualquier otro tipo de topología.

Estas redes, además, son muy robustas, siguen

funcionando aunque una buena parte de ella sea

eliminada, como una persona que puede seguir viviendo

aunque le falte un brazo o el apéndice. Sin embargo,

estas redes son muy sensibles a ataques bien dirigidos.

El ataque de la serpiente con su veneno es más eficaz,

a la hora de reducir a su presa, que el del león. Los

seres vivos forman estructuras de este tipo, tanto en

su funcionamiento interno (redes metabólicas) como

colectivo (redes ecológicas). Las especies se relacionan

entre sí de diferentes modos, dando lugar a complejas

redes de interacción. En función del tipo de interacción

que observemos nos encontramos con redes de

competidores, redes tróficas, redes mutualistas, redes

de facilitación, etc.

Los modelos basados en redes complejas permiten

identificar qué papel juega cada especie dentro de la

1 La entropía es una magnitud termodinámica que

caracteriza la posibilidad de realización de un

determinado proceso. Así al de lanzar una figura

de cristal al suelo: tenderá a romperse y a es-

parcirse, mientras que jamás conseguiremos

que, lanzando trozos de cristal, se construya la

figura por sí sola. Según el Segundo principio

de la termodinámica, la entropía en un sistema

aislado siempre aumenta. Coloquialmente, se

puede considerar que la entropía indica el des-

orden de un sistema, es decir, su grado de

homogeneidad. A mayor entropía menos orden.

2 Esta sensible dependencia de las condiciones

iniciales fue conocida después como el efecto

mariposa ampliamente utilizada de forma colo-

quial en la actualidad.

3 Un fractal es un objeto semigeométrico cuya

estructura básica, fragmentada o irregular, se

repite a diferentes escalas. Es demasiado irregular

para ser descrito en términos geométricos tradi-

cionales y posee detalles a cualquier escala de

observación. Muchas estructuras naturales son

de tipo fractal. El término fue propuesto por el

matemático Benoît Mandelbrot en 1975 y deriva

del Latín fractus, que significa quebrado o frac-

turado. Fuente: wikipedia.

red: algunas tienen poca importancia, pero otras están

muy bien conectadas, de manera que su extinción

provocaría cambios en toda la red, afectando al

reciclado de nutrientes, los flujos de agua y de carbono,

entre otras muchas funciones, que se alteran cuando

la arquitectura de estas redes se pierde. En el caso de

la biodiversidad, cuando se habla de fragilidad se

mencionan, principalmente, estos dos aspectos: La

pérdida de biodiversidad asociada a la eliminación de

especies y la posible fragmentación de las redes en

subredes desconectadas entre sí (destrucción y

fragmentación de hábitats). En ambos casos, la

desaparición de las especies más conectadas en la

red, o especies “clave”, tiene grandes efectos sobre

la estabilidad y persistencia de la red.

ConclusionesHemos visto como la Física subyace en todos los

modelos e interpretaciones de las Ciencias de la Vida

en general y, en particular, de la biodiversidad. Las

disciplinas clásicas de la Física, en especial la

Termodinámica, rigen gran parte de las interacciones

entre los seres vivos y su entorno. En la actualidad,

las nuevas teorías físico-matemáticas surgidas tras la

aparición de los ordenadores como la Teoría del Caos,

la Geometría Fractal, las Leyes de Escala o las Redes

Complejas permiten la elaboración de modelos que

nos permiten aventurar explicaciones del complejo

fenómeno de la biodiversidad y ayudar en la estimación

de las posibles evoluciones de la misma debido a

cambios antropogénicos o naturales del entorno.

Finamente indicar que la investigación en biodiversidad

no se restringe a la tierra. También ha surgido una

nueva especialidad científica, la Astrobiología o

exobiología, que estudia el origen, presencia e influencia

de la vida en el universo y que hace uso de todos

estos conceptos y especialidades.

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

4 Solé, R. & Manrubia, S. 1995. Are Rainforest

self-organized in a critical state? J. Theor. Biol.

Vol. 173, 31-40.

5 Física y Vida. Joaquín Marro, Crítica, Barcelona

2008

6 Redes complejas, Ricard Solé, .etatemas, Tus-

quets, Barcelona, 2009

7 Las manchas del leopardo. Brian Goodwin. Me-

tatemas, Tusquets, Barcelona, 1998

8 La termodinámica de la vida, Eric D. Schneider

y Dorion Sagan. Metatemas. Tusquets, Barcelo-

na, 2008

9 Redes mutualistas de especies. Jordi Bas-

compte y Pedro Jordano. Investigación y Ciencia.

Septiembre 2008.

10 Orden y caos en sistemas complejos: funda-

mentos. Ricard Solé, Susanna C. Manrubia.

Ediciones UPC, 2001. Barcelona

11 The fractal nature of nature: powers laws, eco-

logial complexity and biodiversity. James H.

Brown y otros. Phyl. Trans. R. Soc. Lond. B

(2002), 357, 619-626.

12 Centro de Astrobiología (CSIC/INTA).

http://cab.inta-csic.es/index.php?lng=es

Geometría fractal en copos de nieve

Page 52: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

[conciencia] slas

52

BIODIVERSIDAD Y QUÍMICA:EL GRAN LABORATORIO DE LA NATURALEZA

Autores:

Jesús Pérez PeñaJosé Luis Eiroa MartínezDepartamento de Química

Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

El año 2010 fue proclamadopor la Asamblea General de lasNaciones Unidas como el AñoInternacional de la DiversidadBiológica.

A través de este reconocimiento, se pretendía resaltar la

importancia de la biodiversidad en la vida humana y

“acrecentar los esfuerzos para reducir significativamente

el ritmo de pérdida de biodiversidad promoviendo solucio-

nes innovadoras”.

Como respuesta acerca de las numerosas causas que

afectan a la pérdida de biodiversidad, nos encontramos

con algunas que ya forman parte indeleble de la conciencia

ciudadana: el cambio climático (cuya influencia en el

comienzo de las estaciones de crecimiento puede producir

alteraciones y desequilibrios en los ecosistemas) y la

acumulación de sustancias contaminantes que dejan

sentir su efecto negativo en diferentes ámbitos en función

de su tipología y modo de acción. Y detrás de todo ello,

la percepción de una actividad química (o de la Química)

sospechosa de introducir elementos de distorsión negativos

y de efectos no deseables en nuestra calidad de vida:

contaminación atmosférica (destrucción de la capa de

ozono, gases de efecto invernadero, lluvia ácida), conta-

minación del agua (fertilizantes, aguas residuales urbanas

e industriales, disolventes, detergentes, etc.), residuos

sólidos (residuos químicos sólidos, residuos radiactivos y

nucleares, o sea, generación de enormes cantidades de

residuos peligrosos y no peligrosos, etc.), compuestos

persistentes y no biodegradables en diferentes comparti-

mentos medioambientales, etc. En definitiva, una actividad

que, a pesar de su presencia permanente en nuestra vida,

parece que siempre lleve consigo una “marca” como

generadora de efectos negativos sobre el medio ambiente.

2011:Año Internacional de la QuímicaDespués de las reflexiones anteriores, puede que no resulte

anecdótico el siguiente dato: La 63ª sesión de la Asamblea

General de las Naciones Unidas (30 de Diciembre de 2008)

aprobó una resolución por la que se proclama 2011 como

Año Internacional de la Química, justamente el año que

en que se celebra el centenario de la concesión del Premio

Nobel de Química a Marie Curie, confiriendo a la UNESCO

y a la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada

(IUPAC) la dirección y coordinación de las actividades

relacionadas con este evento.

La exposición de motivos para este reconocimiento no

deja lugar a dudas y merece la pena transcribir las decla-

raciones de quienes ostentaban los cargos de Presidente

de la IUPAC y del Director General de la UNESCO en el

momento de la resolución:

“El Año Internacional de la Química impulsará a nivel mundial

las actividades científicas en el campo de esta ciencia

básica para nuestra vida presente y futura. Esperamos

fomentar el conocimiento y el aprecio de la química entre

el público en general, incrementar el interés de los jóvenes

por la ciencia y crear una atmósfera entusiasta con respecto

a las perspectivas de hallazgos creativos de las ciencias

químicas en el futuro” (Prof.Jung-Il Jin, Past-President de

la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC).

“Me congratulo por esta ocasión que se presenta de exaltar

las realizaciones de una ciencia fundamental como la

Química. Sensibilizar al público de la importancia de lasciencias químicas es una tarea de suma importancia,habida cuenta de los desafíos que debe afrontar eldesarrollo sostenible. No cabe duda de que la química

va a desempeñar un papel importante en la creación de

fuentes de energía alternativas, así como en la alimentación

de una población mundial cada vez más numerosa”.

(Koichiro Matsuura, Director General de la UNESCO, 1999-

2009).

El lema elegido es muy significativo: “Chemistry: our life,

our future.” (“Química: nuestra vida, nuestro futuro”) y los

objetivos finales son concretos:

“incrementar la apreciación pública de la Química como

herramienta fundamental para satisfacer las necesidades

de la sociedad, resaltando su contribución como ciencia

creativa esencial para mejorar la sostenibilidad de nuestros

modos de vida y para resolver los problemas globales y

esenciales de la Humanidad como los del agua, alimenta-

ción, salud o energía”.

Parece reconocimiento justificado a un sector que, en

España concretamente es generador de riqueza (el sector

químico está compuesto por más de 3.300 empresas que,

con una facturación anual de más 48.000 millones de

euros, generan el 10% del Producto Industrial Bruto es-

pañol), productor de empleo estable y de calidad (el sector

químico genera más de 500.000 puestos de trabajo direc-

tos, indirectos e inducidos, con un 88% de los contratos

laborales del sector con carácter indefinido, frente al 65%

de la media nacional) y un sector internacionalizado (el

sector químico genera en los mercados exteriores más del

40% de las ventas y se ha convertido en el segundo mayor

exportador de la economía española con una cifra anual

de exportaciones de 20.000 millones de euros)1, repartién-

dose las actividades en los sectores de Química Básica,

Química de la Salud Humana, Animal y Vegetal y, finalmente,

Química para la Industria y el Consumo Final.

La Química y la BiodiversidadPero evidentemente no se trata de presentar un artículo

dedicado a ensalzar los logros de la Química. En una

atención especial dedicada a resaltar la diversidad biológica,

se trata de exponer o buscar algunos de los anclajes

químicos en la biodiversidad considerando que el término

“diversidad” no es asociable exclusivamente a lo biológico,

o si se prefiere, hablar de una diversidad química. Cierto

que un análisis exhaustivo del tema nos llevaría al desarrollo

de una monografía que quedaría fuera del objetivo del

trabajo, por lo que es conveniente centrarse en algunos

ejemplos concretos que sirvan para ilustrar el tema objeto

de análisis. El esquema puede ser el siguiente:

a) Diversidad química desde la diversidad biológica.

b) Química y Salud.

c) Apuesta por el desarrollo sostenible.

Diversidad química desde la diversi-dad biológica.“Cuando F.W. Sertüner consiguió en 1806 (hace poco más

de 200 años) aislar la morfina puede decirse que comenzó

la fitoquímica como ciencia y sobre todo, como ciencia

orientada al estudio general (obtención, síntesis, aplicaciones,

etc.) de productos naturales (metabolismo secundario de

las plantas). Durante los primeros 150 años, la investigación

fue orientada esencialmente al objetivo de aislar y elucidar

estructuras de los nuevos productos obtenidos. Esta etapa,

muy sistemática, supuso un salto cualitativo como soporte

de la química orgánica moderna y, sobre todo, para la

industria farmacéutica, suministrando las bases químicas

para la investigación biológica acerca del metabolismo

secundario de las plantas, dando paso a otra etapa que

comienza hace aproximadamente unos 50 años. A partir

de este periodo, se produce una diversificación en la

orientación de las investigaciones y se buscan respuestas

a una cuestión relevante: ¿cómo pueden sintetizar las

plantas la enorme variedad y diversidad de metabolitos

secundarios que comprenden a más de ¡200.000 estruc-

turas químicas!?2” Fraenkel en 1959, argumentó que la

razón de ser de estos, no podía encajar con la idea de que

eran simplemente “productos de desecho” del metabolismo

primario que se acumulan en las células de la planta debido

a la ausencia de un sistema excretor eficiente. Realmente,

los llamados metabolitos secundarios han sido selecciona-

dos a lo largo de todo el proceso evolutivo para ser útiles

como mecanismos de defensa. Actualmente, su papel

indispensable como componentes de la estrategia de

supervivencia de los organismos vivos frente a los ambientes

más hostiles, está fuera de toda duda.

Y es que la Naturaleza constituye una fuente extraordinaria

de toxinas muy potentes de las que podríamos destacar,

entre otros, los siguientes aspectos:

· Son elaboradas por organismos vivos como sistemas

de defensa y mecanismos de adaptación.

· Presentan estructuras muy complejas que, en la mayoría

de los casos son muy difíciles de sintetizar en el laboratorio.

Muchas son las referencias a las que se puede acudir para

ilustrar con ejemplos lo que la Naturaleza construye desde

los organismos vivos y que hacen excelentes revisiones

acerca de la química de los productos naturales3, 4, 5. Se

describen a continuación algunos ejemplos obtenidos de

bibliografía especializada6.

Un caso muy difundido y estudiado es el de la mariposa

Monarca, Danaus plexippus, que es capaz de incorporar

de las plantas, para su protección, tres clases diferentes

de toxinas. Así, en la fase de larva absorbe, generalmente

de la Asclepias curassavica, glicósidos cardíacos (como el

calotropin) que protegen a la mariposa adulta de la predación.

Pero, junto a los glicósidos cardíacos también incorpora una

serie de tres alcaloides pirazínicos que, transferidos poste-

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Autores: Jesús Pérez Peña y José Luis Eiroa Martínez.

Mariposa monarca

Estructura de la molécula de Calotropin. Glicósido cardíaco incorporado

Toxinas Fuente Metabolitos

Glicósidos cardiacos

Calactin Asclepias curassavica (hojas) Calotropagenin

Calotropin

Calotosin, etc.

Alcaloides pirrolizidínicos

Retronecina Senecio jacobea (néctar) Danaidona

Interregimina Hidroxidanidal

Seneciophyllina (hormonas masculinas)

Intermedina

Lycopsamina

Echinatina

Senecionina

Alcaloides pirazinicos Asclepias curassavica (hojas)

3-Isopropilpyrazina

3-sec-butilpirazina

3-isobutil-2-metoxipirazina

TABLA 1 (Referencia 6)

Estructura de los microtúbulos a partir de los dímeros de tubulina α y tubulina β.

riormente al adulto, proporcionan una mezcla volátil de

secreciones olorosas que emiten como señal de peligro.

Por último, hay que incluir la absorción de una segunda

clase de alcaloides, las pirrolizidinas, que incorpora la

mariposa adulta de plantas de Senecio jacobeae como

néctar reforzado. Así obtienen un doble efecto: por un

lado, una protección extra útil frente a la predación de los

pájaros como un dispositivo de reserva de glicósidos

cardíacos y, por otro, su uso como precursores de la

formación de feromona masculina que almacenan en las

alas y liberan sobre las alas de una mariposa hembra justo

antes de la cópula. La Tabla 1 ofrece el conjunto de toxinas

que incorpora de las plantas la mariposa Monarca.

La lucha ecológica contra las plagasLa mayoría de los organismos vivos utilizan compuestos

orgánicos para establecer comunicaciones químicas entre

ellos e inducir acciones para la conservación de la especie.

En las comunicaciones, hablamos tanto de relaciones

interespecíficas (entre individuos de especies diferentes)

como intraespecíficas. (establecidas entre individuos de la

misma especie). Las feromonas son un ejemplo característico

de compuestos químicos utilizados en este tipo de relación.

Esta comunicación química necesita que la señal codificada

originada en la fuente de emisión se transmita a través de

un medio adecuado para su correcta recepción en destino.

El aire suele ser el medio natural más óptimo para el

transporte de las feromonas, que se emiten a concentra-

ciones muy bajas y cuyos componentes son extraordina-

riamente volátiles.

Dados la limitación y control que, tanto en la agricultura

ecológica como en la no ecológica, se imponen al uso de

productos fitosanitarios, la investigación actual en este

campo se centra en la utilización de productos naturales

semioquímicos junto con el desarrollo de las tecnologías

adecuadas de emisión controlada de los mismos (matrices,

soportes, etc.,) para interferir en el proceso de comunicación

entre los individuos, constituyendo así una herramienta

básica para todo tipo de programas de detección, monitoreo,

acciones de captura masiva y control integrado de plagas.

En definitiva, se trata de la lucha ecológica contra las plagas

en la que podrían destacarse las siguientes ventajas:

· Los semioquímicos naturales como las feromonas, son

productos inocuos.

· Ayuda a la programación de acciones específicas.

· No se incorporan productos o residuos tóxicos que

puedan afectar a la calidad medioambiental.

· No se altera el equilibrio biológico (información obtenida

sobre semioquímicos: www.semiotrap.com).

Los dos ejemplos citados son muestras evidentes de ese

maravilloso laboratorio que nos suministra la propia Natu-

raleza, fábrica de todo tipo de productos que la ciencia

pretende elaborar mediante los procesos de síntesis

adecuados con el fin de aplicarlos para satisfacer las

necesidades de la sociedad desde una perspectiva de

respeto al medio natural. En definitiva, la evidencia de la

diversidad química desde la diversidad biológica.

Química y SaludEl proceso de elaboración de un nuevo fármaco a partir de

productos naturales requiere de la intervención de expertos

en diferentes campos como químicos, bioquímicos, biólogos

moleculares, farmacéuticos, médicos, toxicólogos e incluso

de expertos en procesos de simulación. Se trata pues de

un proceso inter y pluridisciplinar.

Ya hemos visto anteriormente cómo la Naturaleza ha dotado

a los organismos vivos de mecanismos de defensa química

para evitar la predación lo que en definitiva se traduce en

el arte del establecimiento de estrategias evolutivas con

elaboración de sustancias que permitan mantener a unas

especies impidiendo el crecimiento de otras.

Hasta la década de los 80 la principal fuente de productos

naturales de interés farmacológico fueron las plantas terrestres.

Sin embargo, a partir de entonces el número de compuestos

de origen marino que han sido sometidos, por ejemplo, a

ensayos antitumorales preclínicos y clínicos ha aumentado

de forma significativa. En los últimos años la tendencia

consiste en la obtención de productos naturales como materia

prima para procesos de síntesis o hemisíntesis, y eso que

en la actualidad sólo ha sido explorada una mínima parte

del enorme potencial que la biodiversidad marina, por ejemplo,

ofrece como auténtica despensa química de productos

naturales.

Los avances en biología molecular, el conocimiento mole-

cular de los genes responsables de la biosíntesis de

metabolitos secundarios, la biotecnología marina como

complemento a la síntesis química (o viceversa), el empleo

de técnicas genómicas y celulares, la aplicación de técnicas

sofisticadas y adecuadas para el análisis e identificación

de estructuras químicas e incluso el desarrollo de programas

de simulación para diseño virtual de medicamentos en

función de la relación estructura-actividad biológica, cons-

tituyen un magnífico soporte sobre el que se sustenta el

edificio de la investigación sobre fármacos que cubran las

nuevas necesidades terapéuticas.

Uno de los escenarios más importantes en el que se

proyecta el potencial farmacológico procedente de la

biodiversidad marina es el relacionado con el tratamiento

del cáncer. Como ejemplo se pueden citar los avances en

la obtención de productos naturales (y los correspondientes

progresos en el diseño de procesos de síntesis en labora-

torio) que actúan como elementos estabilizantes o modu-

ladores de la dinámica microtubular con especial hincapié

en los aspectos biológicos, bioquímicos y farmacológicos

asociados a estos compuestos.

Como se sabe, la tubulina es el componente principal del

huso mitótico que constituye una de las dianas más

específicas en tratamientos químicos (quimioterapia) de

enfermedades neoplásicas y cuya función está condicionada

por la dinámica microtubular.

La regulación precisa de este proceso es básica en el

mecanismo de la división celular. Pues bien, una de las

líneas de investigación que actualmente presenta más

interés en el tratamiento de procesos tumorales consiste

en la búsqueda de agentes que interactúen en la dinámica

microtubular a distintos niveles y con diferentes mecanismos,

bien como inhibidores de la polimerización de la tubulina

o como estabilizadores de los microtúbulos en condiciones

no estables, deteniendo las células en mitosis e induciendo

de forma eventual la apoptosis (muerte celular regulada).

El trabajo de K.H. Altmann y J. Gertsch7, expone una

excelente revisión de las investigaciones recientemente

llevadas a cabo con especial dedicación al estudio de

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

Toxinas de plantas incorporadas por la mariposa Monarca

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Tejo del Pacífico (Taxus brevifolia).

Esponja marina: Discodermia dissoluta.

Los ensayos de laboratorio realizados sobre la sustancia

revelaron que poseía propiedades terapéuticas antifúngicas

e inmunosupresoras. Resultaba especialmente útil en qui-

mioterapia pues detenía el crecimiento de células cancerosas.

La especial sensibilidad del compuesto a la luz (posibles

problemas de fotodescomposición) implica que la recolec-

ción óptima se produzca a profundidades superiores a los

33 metros. Pero el problema principal para su uso farma-

cológico consistía en la escasa cantidad de producto que

podía obtenerse de forma natural, ya que el rendimiento

en la obtención era de unos 7 mg de discodermolida / 434

g de esponja. Este dato hacía poco viable en principio la

obtención a escala comercial del principio activo debido

a las enormes cantidades de esponjas que se requerían.

El hecho químico. La “construcción química” de moléculas

orgánicas complejas requieren, en la mayoría de los casos,

del diseño específico de procesos de síntesis en los que

al menos hay que tener en cuenta dos condicionantes: a)

el uso de moléculas más pequeñas que actúen como

“bloques de construcción” o “ladrillos moleculares” y b)

dado que estas unidades de construcción molecular , con

átomos de carbono con su última capa electrónica com-

pleta, son muy estables y poco reactivas, el método de

síntesis que se diseñe debe incluir procedimientos (normal-

mente catalíticos) para aumentar la reactividad y lograr así

superar las dificultades para la construcción del nuevo

edificio molecular más complejo.

El Premio Nobel de Química en el año 2010 ha sido

concedido a Richard F. Heck, Ei-ichi Negishi y Akira Suzuki

"Por las reacciones de acoplamiento cruzado catalizadas

por paladio y su uso en síntesis orgánica" y en la exposición

de motivos que la Fundación Nobel ofrece como información

se cita textualmente:

“Existe una necesidad cada vez mayor de productos

químicos complejos. La humanidad busca nuevos medi-

camentos que puedan curar el cáncer o detener los efectos

devastadores que los virus causan en el cuerpo humano.

La industria electrónica está buscando sustancias que

puedan emitir luz, y la industria agrícola quiere sustancias

que puedan proteger los cultivos. El premio Nobel de

química 2010 premia una herramienta que ha mejorado la

capacidad de los químicos para satisfacer todas estas

expectativas muy eficientemente: las reacciones de aco-

plamiento cruzado catalizadas por paladio.”

Este tipo de reacciones, que se utilizan desde hace 40 años,

(los primeros trabajos de R. Heck en este campo se publicaron

en J. Org. Chem. en 1972), vienen a solucionar el problema

de la construcción de moléculas complejas mediante pro-

puestas de mecanismos de síntesis adecuados en las que

el paladio actúa como “mediador” o “punto de encuentro”

favoreciendo la reacción entre los carbonos estables.

Los resultados. El hecho comentado anteriormente acerca

de la necesidad de disponer de enormes cantidades de

organismos para obtener un escaso rendimiento de producto,

(especialmente en aquellos en los que no puedan efectuarse

cultivos masivos de los mismos), sitúa a los laboratorios de

investigación en la plataforma de proponer como objetivo

el diseño de procesos de síntesis que sean capaces de

reproducir las estructuras que, de forma natural, “fabrican”

organismos tan primitivos. Y aunque el problema no es fácil

de resolver, en los últimos años se han desarrollado diversos

procesos de síntesis (grupos de Smith, Paterson, investiga-

dores de Novartis que han conseguido publicar su síntesis

química en treinta y nueva pasos, y otros) que han permitido

obtener cantidades razonables de producto (teniendo en

cuenta el rendimiento de las síntesis orgánicas) subsanando

así el problema de suministro para todos los ensayos clínicos.

Las reacciones de acoplamiento cruzado de Heck, Negishi

y Suzuki, pusieron a disposición de los investigadores las

herramientas necesarias para la obtención a escala de

laboratorio de la discodermolida. (Concretamente, en un

paso central del proceso, se utiliza la variante de Negishi).

Esto dio paso además a propuestas de síntesis para

obtención de análogos del producto. La discodermolida

ha mostrado gran eficacia como estabilizador de

microtúbulos y como inhibidor de la proliferación de células

humanas deteniendo el ciclo celular en diferentes fases.

Compite con el taxol por la unión con los microtúbulos,

pero con mayor afinidad y es efectiva también en células

cancerígenas resistentes a otros fármacos.

Podría citarse un amplio abanico de ejemplos similares en

los que a través de procesos químicos de síntesis, la

investigación pretende “copiar” con mucho esfuerzo e

imaginación y no siempre con resultados positivos, ese

maravilloso laboratorio que es la Naturaleza. Sin ánimo de

ofrecer una información in extenso que quedaría fuera del

objeto de esta reseña, sí citaremos de forma resumida tres

ejemplos adicionales, simplemente para ilustrar y poner de

manifiesto la excelencia como expertos químicos de ciertos

organismos marinos, admirando la complejidad de las

moléculas que son capaces de sintetizar (se indican refe-

rencias y fuentes de texto en cada caso).

Eribulin mesilato

La Halicondrina B es una de las formas más activas de un

conjunto de compuestos genéricos, las halicondrinas, que

fueron extraídos en un principio de diversas esponjas de

la zona del océano Índico y, fundamentalmente de una

esponja marina, la Halichondria okadai localizada en los

mares de Japón. El descubrimiento de una nueva fuente

de producto en Nueva Zelanda (en la esponja Lissodendoryx

sp), junto con su cultivo en hábitats artificiales, creó expec-

tativas de poder disponer de cantidad suficiente de materia

para realizar ensayos preclínicos, y aunque los resultados

confirmaron en principio las previsiones, para la producción

en gran escala quedaba sólo el recurso de la síntesis total

en laboratorio.

Estructura de la molécula de Taxol.

Como aplicación del Paclitaxel se ha descrito su uso

terapéutico en diferentes tipos de carcinomas (mama,

ovario, carcinoma de pulmón no microcítico avanzado) y

en el tratamiento de pacientes con Sarcoma de Kaposi

avanzado vinculado al SIDA.

El medio marino: La gran farmacia y un laboratorio de

excelencia. El interesante caso de la discodermolida y otros.

El hecho biológico. La esponja marina Discodermia dissoluta

es un organismo primitivo que, ante la incapacidad de

Estructura de la molécula de Discodermolide.

productos naturales de origen vegetal, bacteriano y marino.

Exponemos a continuación, de forma resumida, algunos

ejemplos.

Paclitaxel (Taxol)8

En 1963, M. E. Wall descubre propiedades antitumorales

en extracciones preparadas de la corteza del árbol Tejo

del Pacífico (Taxus brevifolia). Posteriormente, junto con

M.C.Wani y otros colaboradores, consiguen aislar los

principales componentes, identificando el principio activo

y determinando su estructura química. Los resultados se

publican en una prestigiosa revista científica9.

Finalmente, fue S. Horwitz quien primero determinó, en

1979, las propiedades del paclitaxel como agente modu-

lador de los microtúbulos, recibiendo el producto en 1992,

tras el desarrollo de las correspondientes pruebas, la

aprobación de la FDA (Food and Drug Administration) para

su uso clínico.

El paclitaxel (taxol de nombre comercial) fue la base para el

desarrollo de derivados análogos de síntesis, como el doce-

taxel, pero también supuso el inicio de la búsqueda de nuevos

productos naturales y de síntesis mimética con los mismos

resultados (inhibiendo la replicación de células) en cuanto a

su uso en la quimioterapia del cáncer. La lista es amplia y

podemos citar como ejemplo las epotilonas A y B, eleuterobina,

ciclostreptina, dictiostatina, discodermolida y otros (ver

referencia 7).

escapar de sus depredadores, ha desarrollado una extraor-

dinaria habilidad para producir complejas moléculas de

productos tóxicos como mecanismo de defensa. Es decir,

su problema le convierte en un experto químico10.

La esponja suele vivir en el mar Caribe en hábitats normal-

mente superiores a los 30 metros (más profundidad en la

zona de las Bahamas que en la de Colombia, por ejemplo).

Uno de los venenos que es capaz de sintetizar es la

discodermolide o discodermolida que fue aislada por

primera vez por S. Gunasekera y R. Longley, científicos de

la Harbor Branch Oceanographic Institution.

Autores: Jesús Pérez Peña y José Luis Eiroa Martínez.

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

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Autores: Jesús Pérez Peña y José Luis Eiroa Martínez.

Halichondria okadai. Esponja típica de los mares de Japón.

Estructura de la molécula de Halicondrina B.

Las dificultades desde el punto de vista experimental y

teórico para el diseño adecuado del proceso de síntesis

del compuesto, dada la gran complejidad estructural del

mismo, indujo al equipo de investigación de la compañía

Eisai Co, Ltd, a la búsqueda de análogos sintéticos de

halicondrina B, como el eribulin mesilato (E7389) que, por

un lado constituye el fragmento más activo de la Halicondrina

B con una masa molecular inferior (aproximadamente el

70%) y, por otro, posee una actividad equivalente frente

a células tumorales. Desde el punto de vista funcional, es

un inhibidor de la dinámica de los microtúbulos que detiene

el ciclo celular por inhibición del crecimiento de los mismos.

Actualmente se están desarrollando ensayos clínicos en

Estados Unidos y Europa con eribulin mesilato en diferentes

fases y para tratamiento de diferentes tipos de cánceres,

con especial éxito en el cáncer de mama11, 12, 13.

Ecteinascidinas (Trabectedina, E-743), Yondelis

Las ecteinascidinas son alcaloides que se han aislado del

tunicado Ecteinascidia turbinata que puede localizarse

repartido por el Mediterráneo (zonas de Baleares y Túnez)

y en el mar Caribe. En los primeros ensayos clínicos se

utilizó principio activo extraído y obtenido de cultivos

marinos de las especie. Al igual que se ha expuesto en el

caso anterior, las dificultades encontradas para ultimar

métodos directos para una síntesis total, llevaron a inves-

tigadores del grupo biofarmacéutico PharmaMar a desa-

rrollar un método semisintético para obtener producto a

gran escala. En la ruta sintética, se parte previamente de

un metabolito microbiano, safracina B, que presenta una

gran similitud estructural con ET-743 y que puede obtenerse

en grandes cantidades por fermentación de la bacteria

Pseudomonas fluorescens (A2-2)14.

El mecanismo de acción es altamente específico. Por un

lado, causa cambios conformacionales en el ADN interfi-

riendo en la acción de las proteínas encargadas de las

reparaciones celulares. Además interfiere en la división

celular mediante bloqueos continuos del ciclo celular en

diversas fases e inhibe los procesos de transcripción

genética.

Desde el punto de vista de su aplicación, se están llevando

a cabo ensayos de fase II con Yondelis para cáncer de

mama, de próstata y de pulmón y para tumores pediátricos

y fase III para cáncer de ovario. La UE y la FDA de Estados

Unidos le concedieron la designación de fármaco huérfano

para el sarcoma de tejidos blandos (STB) y el cáncer de

ovario15, 16, 17.

La gran molécula: La palitoxina

Volvamos sobre las reacciones de acoplamiento cruzado

catalizadas por paladio, origen y causa del Nobel de

Química 2010, y con ellas, la posibilidad de construcción

de grandes edificios moleculares, a partir de unidades

sencillas. Uno de los resultados más espectaculares (des-

crito ampliamente en la bibliografía) consiste en la síntesis,

utilizando la reacción de Suzuki, de una molécula como la

que se representa en la estructura siguiente:

Se trata de una molécula gigante de 129 átomos de

carbono, 223 átomos de hidrógeno, tres átomos de nitró-

geno, 54 átomos de oxígeno y 64 centros asimétricos. En

1982, el Prof. D. Uemura y sus colaboradores de la Uni-

versidad de Nagoya publicaron la estructura completa de

la palitoxina y en 1994, el Prof. Yoshito Kishi y su grupo

de la Universidad de Harvard publican el método de síntesis:

la que es considerada como una de las “madres de todas

las síntesis”.

Pero con ser espectacular el resultado descrito, no menos

admiración produce saber que esta molécula tan compleja

corresponde a uno de los productos tóxicos más conocidos,

“fabricados” por Protopalythoa Sp. presente en práctica-

mente todos los arrecifes coralinos del mundo en zonas

de poca profundidad.

Estructura de la molécula de Palitoxina

Protopalythoa sp.

Ecteinascidia turbinata, un tunicado.

Estructura de la molécula de Trabectedina

En definitiva, hablamos de alrededor de diez años de

trabajo de excelencia de uno de los grupos de investi-

gación más prestigiosos (del orden de 50 químicos) en

el campo de la síntesis orgánica, dedicados con éxito

final a la obtención en laboratorio de una estructura tan

compleja como la del palytoxin o palitoxina. Esa molécula

que, organismos tan primitivos como la Protopalythoa

sp. “fabrican” de forma natural en su proceso evolutivo

como mecanismo de defensa. Los expertos químicos

también los tenemos en el enorme laboratorio farmacéu-

tico que la Naturaleza dota en el medio terrestre y, sobre

todo en el medio marino. Hay que concluir que la diver-

sidad química se multiplica en el seno de la diversidad

biológica.

Apuesta por el desarrollo sostenible.La Química sostenibleMuchos son los campos en los que en el futuro la Química

deberá seguir suministrando respuestas a los diferentes

problemas. El propio sector ha identificado al menos

cuatro ámbitos de intervención decisiva: salud, energía,

nuevos materiales y medio ambiente. Y será preciso dar

a conocer su compromiso con el desarrollo económico,

con la protección y conservación del medio ambiente y,

en definitiva, con el progreso de la sociedad y mejora de

nuestra calidad de vida, siempre bajo la perspectiva de

respuestas armónicas con el concepto de desarrollo

sostenible.

Un amplio número de indicadores avalan esta perspectiva.

Así, ya se ha descrito el esfuerzo (con gran éxito por

cierto) de la investigación química en la obtención por un

lado y el desarrollo de procesos de síntesis adecuados

por otro, de productos de aplicación farmacológica,

aprovechando y/o “mimetizando” el gran trabajo de ese

magnífico laboratorio, que de forma natural, ha puesto a

nuestro servicio la “diversidad biológica”. Y el futuro es

prometedor no sólo gracias al enorme desarrollo de

métodos de síntesis total en la química orgánica moderna

(hay que tener en cuenta que algunos procesos para la

“fabricación” de los productos naturales no son eficientes)

sino, en gran medida, debido al enorme avance científico

en la biología molecular y celular (puede hablarse del gran

aporte de la genómica que agrupa y recoge en un campo

multidisciplinar los avances en bioquímica, matemáticas,

bioinformática, estadística, física, etc. y los procesos o

mecanismos de transferencia genética).

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

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56

El ámbito de los nuevos materiales es otro en el que la

innovación química de futuro proyectará resultados muy

prometedores. En este caso pueden citarse los avances

en nanoquímica y nanotecnología para conocer cómo los

químicos, controlando el tamaño y la forma de materiales

a escala molecular, permiten construir estructuras, con

propiedades ópticas, químicas, mecánicas, eléctricas o

magnéticas muy características y no convencionales con

un amplio campo de aplicabilidad. Se trata de materiales

nanoestructurados para fabricación de dispositivos electro-

ópticos, electrónicos, semiconductores con aplicaciones

en fotocatálisis, polímeros conductores, etc18.

La última reflexión se realiza sobre el compromiso de la

Química con la protección medioambiental, manteniendo

como uno de sus objetivos principales el afrontar la

“revolución progresiva” en los procesos de producción

con el fin de promover tecnologías químicas innovadoras

que reduzcan el uso o generación de sustancias químicas

peligrosas, minimizando la aparición de residuos y/o

tratando que éstos tengan toxicidad nula, es decir, que

sean inocuos. Nos referimos a lo que se conoce como el

principio de economía atómica: todos los átomos que

entran a formar parte de una reacción deben aparecer en

el producto de forma que no se genere ningún subproducto.

Y hablamos de un compromiso real como lo prueba la

existencia de muchas iniciativas:

a) Química verde o sostenible.

Este objetivo expuesto anteriormente, coincide con la

filosofía, cada vez con mayor implantación tanto en el

marco conceptual como académico e investigador, de

lo que se ha aceptado en denominar como Química

Verde o Química Sostenible que enmarca su propósito

y fines en doce principios que fueron escritos originalmente

por Paul Anastas y John Warner en su libro Green Che-

mistry: Theory and Practice. No es momento de realizar

un análisis de los doce principios, pero además del citado

en el párrafo anterior, se puede hacer mención al interés

en el uso de materias primas renovables, diseño productos

biodegradables, analizar en tiempo real los procesos

químicos para evitar la contaminación y favorecer el uso

de los catalizadores adecuados de bajo impacto ambiental

como aceleradores en los procesos químicos de forma

que puedan ser recuperados y reutilizados. La catálisis

constituye en sí misma una disciplina que se mantiene

año a año como una de las líneas prioritarias en la pro-

gramación de todos los planes de investigación nacionales

y europeos. Ya se ha hecho referencia a la importancia

de las reacciones catalizadas por paladio en el caso de

la concesión del Premio Nobel de Química 2010 y su

aplicación al campo de la Farmacia y la Medicina, pero

análisis similares podrían realizarse sobre su uso en

Ingeniería e Industria, Fotocatálisis como Tecnología

Avanzada de Oxidación, Polímeros, etc.

b) Plataforma Tecnológica Española de Química Sostenible

(PETEQUS)

A imagen de su homóloga europea, en 2005 se puso en

marcha esta plataforma, que pretende responder a las

necesidades del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología

creando un lugar de encuentro entre los organismos de

investigación y la empresa, con el objetivo de impulsar el

crecimiento de la ciencia química y su industria a través

de la innovación y en un marco de sostenibilidad19.

c) Declaración de la Química20

La Declaración de la Química, apadrinada por el Premio

Nobel de Química, Jean Marie Lehn, fue proclamada en

Madrid el 16 de abril de 2002 en un acto celebrado en el

Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Después

de los considerandos en los que se destaca el papel que

el progreso y el desarrollo futuro del conocimiento tiene

reservado a la Química, citamos textualmente los puntos

1 y 6 de la Declaración:

1. Es necesario concienciar a la Sociedad del indispensable

papel que la ciencia en general y la Química en particular

desempeñan para garantizar y mejorar la calidad de vida

y el bienestar de los ciudadanos.

6. Es necesario que la Química y su desarrollo industrial

continúen considerando prioritario su Compromiso de

Progreso con la protección de la salud, la seguridad y el

medio ambiente, así como la utilización racional y sostenible

de los recursos naturales.

Terminado el Año Internacional de la Biodiversidad, comienza

el Año Internacional de la Química. Después de las reflexiones

puestas en juego, parece lógico que estén enlazados en

el tiempo y conectados con relaciones de interés mutuo.

Muchos son los compromisos que de forma ineludible

parecen asociarse a la Química, quizás como pago al

desconocimiento que, en muchos casos, se tiene de su

actividad y contribución al progreso de nuestra sociedad,

resaltándose con frecuencia los aspectos negativos. Pero,

como ha quedado descrito, el futuro es apasionante y la

Química cumplirá con los retos propuestos.

Autores: Jesús Pérez Peña y José Luis Eiroa Martínez.

1 Datos obtenidos de FEIQUE (Federación Em-

presarial de la Industria Química Española).

2 Reflexiones traducidas del abstract de una ex-

celente revisión sobre la investigación del me-

tabolismo secundario de las plantas desde las

perspectivas funcional, mecanística y evolutiva

que puede encontrarse en: T. Hartmann : “From

waste products to ecochemicals: Fifty years

research of plante secondary metabolism”

Phytochemistry, 68, (2007) 2831-2846.

3 J. Faulkner : “Highlights of marine natural pro-

ducts chemistry (1972-1999) Nat. Prod. Rep.

17, (2000) 1-6

4 M.S. Butler: “The Role of Natural Product Che-

mistry in Drug Discovery”. J. Nat. Prod. 67,

(2004) 2141-2153

5 D.J. Newmann and G.M. Cragg: “Natural Pro-

ducts as Sources of New Drugs over the Last

25 Years” J. Nat. Prod. 70, (2007), 461-477

6 J.B. Harborne: “Twenty-five years of chemical

ecology”. Nat. Prod. Rep. 18, (2001) 361-379

7 K.H. Altmann and J. Gertsch: “Anticancer drugs

from nature-natural products as a unique source

of new microtubule-stabilizing agents”. Review.

Nat. Prod. Rep. 2007, 24, 327-357 (The Royal

Society of Chemistry)

8 Taxol es el nombre que corresponde a la droga

Paclitaxel en formulación clínica final. Es marca

registrada con patente de Bristol-Myers-Squibb.

9 M.C. Wani, H.L. Taylor, M.E.Wall, P. Coggon

and A.T. McPhail. J.Am.Chem.Soc. 93, 2325-

2327, 1971.

10 Estos organismos marinos contienen enormes

cantidades de genes bacterianos que pueden

ser capaces de producir sustancias tóxicas.

11 Wang Y., Habgood G.J., Christ W.J., Kishi Y.,

Littlefield B.A., Yu M.J. "Structure-activity rela-

tionships of halichondrin B analogues: modifica-

tions at C.30-C.38". Bioorg. Mcd .Chem. Lett.

(2000) 10(10): 1029-32.

12 Yu M.J, Kishi Y., Littlefield B.A. "Discovery of

E7389, a fully synthetic macro cyclic ketone

analog of halichondrin B. In: Anticancer agents

from natural products" (eds. Cragg G.M.L.,

Kingston D., Newman D.J. Taylor & Francis,

Boca Ratón (2005) 241-265

13 B.Talero Barrientos, A.Mª Tabasco Alvarez y

Mª. L. González Rodríguez “ Descipción y estado

clínico actual de algunos agentes antitumorales

de origen marino”.. Industria Farmacéutica.

Mayo-Junio 2010, págs 76-83.

14 Velasco, A.; Acebo, P.; Gomez, A.; Schleissner,

C.; Rodríguez P.; Aparicio, T.; Conde, S.; Muñoz,

R.; Calle, F. de la; García, J. L.; Sanchez-Puelles,

J. M. “Molecular characterization of the safracin

biosynthetic pathway from pseudomonas fluores-

cens A2-2: Designing new cytotoxic compounds”.

Mol. Microbiol, (2005), 56, 144-54

15 Transcripción y datos obtenidos de: De la

Calle, F. PharmaMar SAU. «Fármacos de origen

marino » Treballs de la SCB. Vol. 58 (2007) 141-

155. Artículo muy interesante para obtener una

visión general de diversos fármacos obtenidos

de la biodiversidad marina.

16 Jimeno l., López Martín J.A., Ruiz- Casado

A., Izquierdo M.A., Scheuer P.]., Rinehart K.

"Progress in the clinical development of new

marine derived anticancer compounds". Anti-

cancer Drugs. 2004; 18(4): 321-9.

17 Molinski T.F., Dalisay D.S., Lievens S.L., Salu-

des J.P. “Drug development from marine natural

products”. Nat Rev. Drug Discov. 2009; 8(1):

69-85

18 De interés para tener una idea de futuro de

los nanomateriales: Nanoquímica y Nanotecno-

logía: Nuevos materiales, Polímeros y Máquinas

moleculares”. T. Torres Cebada, en Simposium

Internacional.” Nanoquímica: Máquinas y Sis-

temas Supramoleculares”. Valencia, Marzo

2002

19 Fuente y Texto: FEIQUE ((Federación Empre-

sarial de la Industria Química Española)

20 Foro Química y sociedad.

www.quimicaysociedad.org

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

Page 57: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

LA BIODIVERSIDADDEL PASADO Y EL ÉXITO DE LOS INSECTOS

Autor:

Enrique Peñalver MolláInvestigador Titular del Instituto

Geológico y Minero de España.

Si la biodiversidad comprendetoda la panoplia de especiesde seres vivos existentes enla actualidad, la paleobiodiver-sidad lo es de todas las queexistieron a lo largo de lostiempos geológicos desde elorigen de la Vida

La paleobiodiversidad se conoce mediante el estudio de

los fósiles, que son los diversos tipos de restos de los

seres vivos del pasado que se encuentran en los estratos

rocosos. Los fósiles nos proporcionan los indicios más

importantes sobre la historia y la evolución de la Vida sobre

la Tierra. Sólo es posible conocer una pequeña parte de

las especies que existieron en el pasado, pero ello no

impide establecer con gran detalle los grandes grupos de

seres vivos que han existido y los patrones principales de

la historia de la Vida. Las mayores discontinuidades referidas

a la paleobiodiversidad fueron las extinciones en masa y

los posteriores procesos de diversificación.

Cuando una especie del pasado se extinguió, ya nunca

más volvió a generarse. Cada especie es irrepetible y el

drama de la Vida es “un drama histórico”. Esta es una

lección añadida para calibrar mejor las decisivas conse-

cuencias de nuestra actividad destructora de ecosistemas...

las especies perdidas nunca volverán. Curiosamente, una

especie fósil que se creía extinguida en un determinado

periodo geológico, luego se puede encontrar en estratos

más modernos. Esto nos indica que hay una laguna en el

registro fósil y que dicha especie en realidad tuvo una

mayor duración. Puesto que parece una “resurrección”, a

dichas especies se les denomina con el vistoso nombre

de “especies Lázaro” o “taxones Lázaro”. Puede ocurrir

algo similar en las especies actuales, por ejemplo el caso

del insecto palo de la isla de Lord Howe, Dryococelus

australis, que ha sido encontrado vivo recientemente

después de 80 años durante los que se creía que estaba

extinguido. Pero el ser humano muchas veces establece

sus propias reglas gracias a la Ciencia y la Tecnología. Los

científicos quieren “resucitar” especies del pasado mediante

la recuperación y manipulación de ADN fósil o subfósil

(ADN antiguo) y la estimulación del desarrollo de embriones

que porten dicho material genético. Una vez más hablamos

de “Parque Jurásico”. Por ejemplo, los mamuts congelados

en el permafrost de Siberia podrían proporcionar el ADN

necesario para incorporarlo al núcleo de un óvulo de

elefanta, previamente despojado de su ADN original, y

hacer que se desarrollase un embrión. Se están realizando

intentos al respecto y es posible que algún día no muy

lejano podamos contemplar un mamut en un zoológico.

¿Paleobiodiversidad que vuelve a ser biodiversidad? Más

bien se trataría de la creación de fascinantes monstruos

de feria similares a lo que fueron los mamuts e irremedia-

blemente fuera de su contexto ecológico.

En conclusión, a la paleobiodiversidad nos acercamos

mediante el laborioso y lento estudio de los fósiles. Muchas

especies del pasado se conocen por la morfología de sus

partes duras, como conchas, huesos y dientes, ya que

estas partes tienen un gran potencial de conservación.

Los organismos de cuerpo blando o muy delicado dejaron

restos fósiles únicamente si quedaron enterrados en am-

bientes muy poco comunes. Los raros yacimientos de

conservación excepcional suelen contener muchos fósiles

de organismos de cuerpo blando y, además, suelen con-

tener fósiles pertenecientes a diversos grupos taxonómicos

de alto rango, como por ejemplo Filos y Clases (lo que

más concretamente se llama disparidad para diferenciarlo

de la diversidad). En estos yacimientos es común encontrar

fosilizados también organismos con partes duras, pero

entonces suelen estar articulados y con la impresión de

las partes blandas, como por ejemplo el perfil de la piel o

el contorno del aparato digestivo en el caso de un anfibio.

En España existen 24 yacimientos de conservación excep-

cional. Dos de estos yacimientos son muy antiguos, del

Cámbrico, de hace unos 540 millones de años, y de origen

marino: Murero (Zaragoza) y Constantina (Sevilla). El yaci-

miento aragonés de Murero ha sido declarado Bien de

Interés Cultural, y contiene preservada una biota de cuerpo

blando de tipo Burgess Shale. Los más comunes en España

son los que se originaron en antiguos lagos y también los

yacimientos de ámbar. Estos raros yacimientos son “puntos

calientes de paleobiodiversidad”, si hacemos una analogía

con los “puntos calientes de biodiversidad” actuales, como

son las selvas tropicales y los arrecifes de coral. Son

ventanas abiertas para conocer la biodiversidad del pasado

y también las relaciones ecológicas entre los organismos,

ya que suelen mostrar evidencias de dichas relaciones; en

el caso del ámbar se encuentran en ocasiones insectos

transportando polen, insectos con ácaros parásitos en su

cuerpo, fragmentos de telas de araña con presas, etc. La

paleobiodiversidad en el ámbar es muy alta ya que la resina

actuó como una trampa para organismos de pequeño

tamaño, principalmente insectos.

Los insectos, con una historia evolutiva de más de 408

millones de años, son el grupo de organismos más diversoInsecto tisanóptero de un milímetro de longitud hallado en ámbar de hace 110 millones

de años en Cantabria. Se ha descrito como Tethysthrips hispanicus en 2010.

Las diferencias entre ambos conjuntos son cualitativas y

cuantitativas, y es el factor tiempo el que más nos interesa

aquí. El tiempo comprendido desde el origen de la Vida

se mide en miles de millones de años, es el llamado tiempo

profundo. Se estima que actualmente existen numerosos

millones de especies, entre 10 y 30 millones, incluso se

ha llegado a plantear la cifra de 100 millones, y como se

puede apreciar se trata de estimaciones muy burdas.

Curiosamente, a los científicos les es más sencillo, y el

resultado es mucho más preciso, estimar el número de

estrellas y galaxias en el Universo conocido que el número

de especies que existen en el planeta Tierra. La dificultad

en este tipo de cálculos se dispara cuando tratamos de

estimar la paleobiodiversidad, y de hecho nadie lo ha

hecho hasta ahora. Darwin escribió el 26 de Julio de 1843

a su amigo G.R. Waterhouse que “Me llevaría un capítulo

argumentar lo probable que es que la geología nunca haya

revelado y nunca revelará más de una de un millón de

formas que han existido...” Al cabo de más de un siglo y

medio después de la labor de miles de paleontólogos que

han descrito numerosas nuevas especies fósiles no se

puede cambiar ni una coma de esta aseveración del genial

Darwin. En algunos libros de divulgación de la paleontología,

se indica que más de un 99,9 % de toda la vida que ha

existido está extinta, y sin duda se trata de una cifra

verdadera. Sin embargo, no deja de ser una estimación

muy burda ya que el número de especies que poblaron

el planeta en el pasado fue tan enorme, que los dígitos

que faltan a la derecha del 9 decimal son los que arrojarían

algo de luz sobre la verdadera magnitud de la paleobiodi-

versidad. Poco después, en otra carta, esta vez a J.D.

Hooker, Darwin escribió que “...las especies no son (es

como confesar un asesinato) inmutables.” El motor de

tanta biodiversidad pasada y actual es la evolución. Unas

especies se originan a partir de otras por selección natural.

La generación de nuevas especies a partir de las existentes

pudo ser rápida o lenta según los linajes, pero al entrar

en la ecuación el tiempo profundo, el resultado sería tan

asombroso como inimaginablemente grande.

[conciencia] slas

57EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

Page 58: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

en la actualidad, y seguramente fue así durante una gran

parte del Fanerozoico, principalmente en el Cenozoico.

Por ejemplo, en el yacimiento de conservación excepcional

del Eoceno (hace 48 millones de años) de Messel, en

Alemania, se han encontrado más de 100 familias de

invertebrados, la mayoría insectos. En el ámbar del Mioceno

(hace unos 18 millones de años) de la República Dominicana

se han reconocido cientos de especies de insectos repar-

tidas en 152 familias distintas. Pese a que estas cifras de

paleobiodiversidad son muy grandes, en realidad sólo son

la punta del iceberg. En una hectárea de selva tropical

actual podemos encontrar más de 40.000 especies de

insectos, y en un árbol actual de las selvas de Perú se

determinaron 43 especies de hormigas. En total se conocen

unas 925.000 especies de insectos vivientes, principalmente

escarabajos, mientras que los cordados, que incluyen a

todos los vertebrados, sólo alcanzan las 43.000 especies.

Por otro lado, la fauna actual de insectos estuvo “esbozada”

desde tiempos muy remotos. Muchos de los órdenes de

insectos actuales aparecieron en el tránsito Pérmico-

Triásico, hace unos 250 millones de años, coincidiendo

con la mayor extinción en masa del grupo. Durante el

Cretácico se originaron muchas de las familias actuales

y casi el 90% de las mismas ya existían a finales de dicho

periodo.

El éxito de los insectos sólo se puede explicar por la

conjunción de diversas características. Una de las más

importantes es el diseño de su exoesqueleto, con innova-

ciones clave debidas a la plasticidad de sus extremidades,

por ejemplo para hacerse raptoras, o las extraordinarias

modificaciones que se han producido en sus aparatos

bucales para muy diversos tipos de alimentación. Asimismo,

las alas desarrolladas para el vuelo les permiten huir de

los depredadores, conseguir alimento o facilitar la búsqueda

de pareja, mientras que el origen del estado larval permite

a algunos insectos acelerar el desarrollo de los inmaduros,

facilitar la diapausa en periodos desfavorables, y explotar

dietas diferentes a las de los adultos. Otro hito evolutivo

de enorme importancia en los insectos fue “el

descubrimiento” de la sociabilidad. Todo ello debió contribuir

a que los insectos tuvieran bajas tasas de extinción y altas

tasas de especiación. Una idea generalizada que parece

estar en consonancia con lo dicho anteriormente es que

los insectos son muy resistentes a la actividad humana

destructora de la Naturaleza, sin embargo ello no es cierto.

Se estima que el 99,99 % de las especies actuales de

insectos son muy vulnerables a la acción del hombre y a

la extinción que causa dicha acción. La razón es que las

grandes capacidades de los insectos no son muy útiles

si los ecosistemas a los que están adaptadas las diferentes

especies son arrasados por completo por el ser humano

y, por otra parte, dicha destrucción en muy rápida en

términos evolutivos.

Vamos a narrar la historia de una de las especies fósiles

españolas descritas este mismo año, Tethysthrips hispa-

nicus, precisamente un insecto, como ejemplo del estudio

de la paleobiodiversidad y del conocimiento variado que

ello genera. Se trata de un insecto tisanóptero perfecta-

mente conservado en resina fósil del yacimiento de con-

servación excepcional de El Soplao (Cantabria), un yaci-

miento del Cretácico descubierto hace sólo tres años. La

masa de ámbar que contenía este diminuto insecto (sólo

1 milímetro de longitud corporal) también mostraba un

trocito de madera cubierta por unos raros hongos micros-

cópicos descomponedores que están siendo investigados.

El insecto se aisló en un pequeño fragmento de ámbar,

y se incluyó en resina sintética en una campana de vacío.

El pequeño bloque resultante se cortó en forma de prisma

con una sierra de joyero y se pulieron todas sus caras.

Luego se realizó un dibujo exacto y muy detallado del

ejemplar con un microscopio especial para dibujo y se

describieron todas sus características. Este taxón resultó

ser un nuevo género, además de nueva especie, y demostró

que la familia Thripidae tuvo una distribución muy amplia

durante el Cretácico, completando el mapa junto a otros

fósiles encontrados en Rusia y en el Líbano, lo que sugiere

una antigüedad incluso mayor de la familia. Se descubrió

que un ejemplar en la colección de insectos en ámbar del

Líbano presente en el Museo Nacional de Historia Natural

de París era casi indistinguible del ejemplar español. Los

ámbares de El Soplao y del Líbano se formaron en ambientes

de edad similar en orillas opuestas del antiguo mar de

Tethys precursor del actual Mediterráneo. Por ello, ambos

ejemplares se incluyeron en un género cuyo nombre hacía

referencia al mar de Tethys. El ejemplar del Líbano adquirió

el nombre de Tethysthrips libanicus. Estas especies fósiles

nos muestran los albores de la familia Thripidae, que

actualmente es muy diversa e importante en los ecosistemas,

por ejemplo en la polinización de las flores. La investigación,

en la que intervinieron cinco especialistas y precisó varios

meses de trabajo, se publicó en un volumen especial

dedicado a insectos fósiles de los Anales de la Sociedad

Entomológica de Francia. La descripción de nuevas especies

fósiles es un trabajo laborioso y lento. Pese a que se

recuperan numerosas formas nuevas de insectos en cada

excavación paleontológica, sólo unos pocos ejemplares

pueden ser estudiados debido a la escasez de especialistas

y de recursos. Algo similar ocurre en el caso de las especies

actuales de insectos, pues la limitación para describir y

nombrar muchas más especies se encuentra en la imposi-

bilidad de que sean investigadas al mismo ritmo al que son

descubiertas.

Los grupos acompañantes de Tethysthrips hispanicus en

el ámbar de El Soplao son muy variados e incluyen cuca-

rachas, moscas serpiente, neurópteros, escarabajos, chin-

ches, y sobre todo avispas y moscas. La unión de los datos

de paleobiodiversidad del ámbar, y los proporcionados por

el estudio geológico de los estratos del yacimiento, permite

reconstruir el paleoecosistema. El ambiente era subtropical,

cercano a la costa marina, poblado por extrañas plantas

del grupo de las ginkgoales y de una extinta familia de

coníferas, las queirolepidiáceas, que seguramente produjeron

las masas de resina. En los bosques resiníferos, que serían

frecuentados por los dinosaurios y en donde se desarrollaba

una rica diversidad de insectos y arañas, se producían

frecuentes incendios que debieron de ser gigantescos. La

erosión del suelo de los bosques calcinados producida por

las lluvias desenterró numerosas masas de resina con

insectos en su interior. Estas masas finalmente llegaron

hasta un sistema de estuario cerca de la costa en donde

quedaron enterradas hasta nuestros días. El paleontólogo

debe de tener algo de imaginación, no para incorporar en

sus investigaciones ideas no documentadas, sino para

evocar los ecosistemas desaparecidos y los seres que los

poblaron, y de ese modo apasionarse sin remedio. Rom-

piendo las rocas o cavando en los sedimentos debe

“devolver a la vida” a las especies extinguidas a partir de

los inertes restos fósiles que han llegado hasta nuestros

días.

Edward O. Wilson, máximo especialista mundial en hormigas

actuales y fósiles, precisamente uno de los grupos de

insectos más diversos en la actualidad, y padre de la

sociobiología escribió un libro titulado Biophilia en 1984.

Acuñó el término biofilia como la tendencia innata, no

exclusiva de los humanos, a sentirse atraído por otras

formas de vida y a afiliarse a los sistemas vivos naturales.

La biofilia, que en mayor o menor medida nos afecta a

todos, hace que, por ejemplo, nos emocionemos y sintamos

bienestar ante un paisaje natural salvaje, o que establezca-

mos una relación muy emotiva con nuestras mascotas.

Desgraciadamente, la biofilia se diluye mucho a un nivel

superior al de individuo y no puede contrarrestar la destruc-

tora sed de recursos que tiene la sociedad humana actual.

Vamos a aprovechar estas líneas para establecer un nuevo

término, únicamente similar, ... la paleobiofilia. En este caso

no se trata de una tendencia innata, más bien es intelectual

y exclusiva de los humanos, pero afecta en mayor o menor

medida a un gran porcentaje de la población. Muchos

experimentamos una intensa atracción por las formas de

vida del pasado, también y principalmente por los fósiles,

y nos gustaría vivir la experiencia de visitar un ecosistema

desaparecido hace millones de años... por ejemplo un

ecosistema jurásico (parque) o los alrededores de Atapuerca

durante el Pleistoceno. Sin embargo, tenemos que conten-

tarnos con las reconstrucciones de ecosistemas del pasado

en forma de pinturas en libros, de películas de ordenador

en documentales o de geniales dioramas en algunos

museos, como los del Smithsonian de Washington. ¡Para

los paleobiofílicos los dinosaurio y los insectos Tethysthrips

que vivieron con ellos son fascinantes y generan felicidad!

Esta atracción por el pasado de la Vida es también interés

por nuestro propio pasado. Al fin y al cabo, en la historia

evolutiva de los seres vivos, todos estamos relacionados

por un parentesco básico evolutivo.

Diorama del Smithsonian Museum (Washington) en el que se reconstruye la vida en los mares del Ordovícico (hace 440 millones de años).

Autor: Enrique Peñalver Mollá

[conciencia] slas

58EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

Page 59: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

[conciencia] slas

59

Autor:

Joaquín MoratallaInstituto Geológico y Minero de España

(Museo Geominero).

Fue quizás el poeta romanoLucrecio (98-55 a.C.) quien porprimera vez planteó la posibili-dad de una sucesión temporalde las especies, es decir, el he-cho de que a lo largo del tiem-po, puedan aparecer nuevasformas de vida que sustituyana las antiguas.

Sin que él probablemente fuese consciente, este plantea-

miento llevaba implícita la idea de la extinción -tan común

hoy en día- ya que las especies sustituidas desaparecen.

Sin embargo, habrían de pasar unos 1.800 años hasta

que el concepto de extinción fuese formalmente estable-

cido por parte de Georges Cuvier (1769-1832), el gran

anatomista y paleontólogo francés que, además del

término extinción, desarrolló la idea de las grandes catás-

trofes así como el principio de la correlación entre las

distintas estructuras orgánicas, por lo que es considerado

también como el padre de la anatomía comparada.

Después de la propuesta de Cuvier, la extinción de las

especies se ha convertido en una noción habitual dentro

de la paleontología y de la biología evolutiva. Los datos

-cada vez más precisos- del registro fósil indican clara-

mente que la extinción es un fenómeno habitual a lo largo

del tiempo y que, estadísticamente, podemos hablar de

una tasa relativamente continua, a la que podemos

denominar tasa de extinción de fondo. Sin embargo, esta

tasa no es ni mucho menos constante sino que sufre

fluctuaciones de diversa consideración, ocasionalmente

de tal magnitud que éstas han terminado por recibir el

apelativo de extinciones en masa.

¿Cuándo decimos que estamos ante una extinción en

masa?. El consenso más generalizado entre los investi-

gadores es considerar que se produce un evento de

extinción en masa cuando se cumplen las dos condiciones

siguientes: 1) la desaparición de al menos el 15% de las

familias que existen en ese momento sobre la Tierra y 2)

que esa desaparición se produzca en un relativo corto

período geológico de tiempo, no más de 15 millones de

años. Podemos decir que han existido diversas crisis

bióticas cercanas a estos valores pero, sin duda, estas

condiciones se han cumplido claramente en 5 ocasiones,

a las que denominamos las 5 grandes extinciones en

masa o las 5 grandes crisis bióticas de la historia de la

Tierra o simplemente las 5 grandes. Todas ellas se han

producido exclusivamente dentro del período denominado

Fanerozoico (dominado por los organismos pluricelulares),

durante los últimos 540 millones de años de la historia

de nuestro planeta. La pregunta lógica es ¿por qué?¿Qué

factores han causado estas grandes catástrofes biológi-

cas? La respuesta no es sencilla ni inmediata. En primer

lugar, porque las causas de estas grandes extinciones

no se conocen con excesiva precisión y, por otra, porque

cada episodio guarda su propia identidad ya que pertenece

a un momento particular de la historia de la Tierra, con

sus propias condiciones paleoclimáticas y paleobiogeo-

gráficas que hacen de él algo único e irrepetible. Y, en

tercer lugar, porque cada vez parece más evidente que

una gran extinción en masa obedece a más de una causa,

es decir, que cada uno de estos eventos parece conse-

cuencia de una compleja casuística que desencadenó la

catástrofe dentro de un marco multi-causal.

La primera de estas grandes extinciones en masa se

produjo aproximadamente hace unos 435 millones de

años, a finales del período Ordovícico, momento en el

que desaparecieron aproximadamente el 50% de los

taxones marinos. Ocurrió como consecuencia de un

enfriamiento global que llevó a una tremenda glaciación,

al consiguiente aumento del número y tamaño de los

glaciares y a una gran regresión marina. En este episodio

desaparecieron muchos grupos de braquiópodos, de

trilobites, de briozoos y de corales que causó un profundo

cambio en los ecosistemas de las plataformas continen-

tales. Curiosamente, este evento se produjo en dos pulsos

distintos. El primero fue consecuencia del mencionado

enfriamiento y, el segundo -menos severo-, consecuencia

de la posterior desaparición de los glaciares lo que produjo

resultados desastrosos en aquellas especies adaptadas

al frío que se habían beneficiado del enfriamiento anterior.

Hubieron de pasar unos 70 millones de años antes de

que se produjera la segunda extinción en masa conocida,

esta vez a finales del Devónico, hace unos 365 millones

de años. Desapareció el 19% de las familias y el 50% de

los géneros y se vieron afectados grupos tan conocidos

como trilobites, corales, braquiópodos, ammonoideos,

conodontos, foraminíferos, peces y plantas terrestres.

Paradójicamente, hubo grupos biológicos que pasaron

este evento de extinción “sin enterarse”, como por ejemplo

las esponjas hexactinélidas o los bivalvos y los gasterópo-

dos. Al contrario de lo que había ocurrido al final del

Ordovícico, la causa de esta extinción parece proceder

de dos grandes impactos meteoríticos que desencadena-

ron este gran cataclismo biológico. La explicación de esta

extinción en masa se denomina hipótesis “Smoking Guns”

(“Armas Humeantes”), y fue propuesta a partir del descu-

brimiento de dos extensos cráteres de impacto localizados

en Suecia y China, así como también de diversos niveles

sedimentarios con fuertes anomalías de iridio.

UN GRAN FILTRO PARALA BIO-DIVERSIDAD

LAS GRANDES EXTINCIONES DE LA HISTORIA DE LA VIDA:

Huella de gran tamaño (longitud: 60 cm) producida por un dinosaurio ornitópodo en el Cretácico Inferior español. Yacimiento de La Magdalena (Préjano, La Rioja)

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

Page 60: islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD

Autor: Joaquín Moratalla

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Después de esta catástrofe la vida continuó y dio lugar

al exuberante período Carbonífero, con sus grandes

bosques entre los que se desarrollaron enormemente los

anfibios. El siguiente período, el Pérmico, estuvo, por el

contrario, caracterizado por una extrema aridez debido

a que las masas continentales se habían reunido en un

gran mega-continente, al que denominamos Pangea, en

cuyo interior se desarrollaron extensas áreas tan alejadas

del mar que se caracterizaron por la presencia de climas

continentales muy extremos. En este contexto, el Pérmico

contempló el gran declive de los antiguos bosques y de

aquellos anfibios tan necesitados de agua. En su lugar,

se produjo la gran explosión de los “reptiles” sinápsidos,

que dominaron prácticamente todos los ecosistemas

continentales, entre ellos el género Dimetrodon, un

organismo muy conocido. Las comillas obedecen a que

hoy en día se considera a los sinápsidos fuera del grupo

Reptiles aunque las expresiones “reptiles sinápsidos” o

“reptiles mamiferoides” se utilizan todavía, incorrectamente,

en publicaciones de diversa índole.

A finales del Pérmico, sin embargo, se produjo el evento

de extinción más catastrófico de todos los conocidos

hasta ahora, denominado extinción Permo-Triásica. Este

episodio marca el final de la Era Paleozoica y abre una

ventana hacia el futuro, hacia la nueva Era Mesozoica (o

vida media), de características radicalmente diferentes.

La extinción Permo-Triásica se produjo hace unos 250

millones de años y fue realmente demoledora ya que

desaparecieron el 80-85% de todas las especies de la

biosfera, lo cual es realmente espeluznante y marca

claramente un antes y un después. Tal es así que esta

catástrofe ha sido repetidamente bautizada como “The

Mother of Mass Extinctions” o la “Madre de todas las

Extinciones”. La resolución de este gran enigma -tan

significativo en términos de biodiversidad- es todavía un

profundo misterio. Lo que sí parece claro es que fue un

evento relativamente rápido en términos geológicos para

el que se han propuesto numerosas hipótesis, desde un

fuerte vulcanismo, impactos meteoríticos o liberación de

metano en el fondo de los océanos. Lo cierto es que

durante este evento se produjeron en Siberia las mayores

erupciones volcánicas conocidas en toda la historia de

la Tierra cuyo testimonio actual es un área de basalto de

unos 2 millones de km2. Se eyectó a la atmósfera tal

cantidad de lava y de dióxido de carbono que la tempe-

ratura media del planeta aumentó en torno a los 5 ºC lo

que pudo descongelar los depósitos de hidrato de metano

del fondo marino con lo que se produjeron grandes zonas

anóxicas (sin oxígeno) y se liberaron grandes cantidades

de este gas a la atmósfera. Si unimos a esto la posible

presencia de un gran cráter de impacto en la Antártida,

que pudo también añadir un plus más de desestabilización

al ecosistema mundial, tenemos todos los ingredientes

para plantear un modelo multi-causal como explicación

de este gran evento de extinción. Este modelo múltiple

se ha denominado tradicionalmente “the murder on the

Orient Express Hypothesis” (la hipótesis del asesinato en

el Orient Express), haciendo honor a la famosa novela de

Agatha Christie en la que el detective Poirot desentraña

un crimen a bordo de este conocido tren en el cual todos

los integrantes del mismo estaban implicados de una u

otra forma en la trama. Sólo alrededor del 10% de las

especies se salvaron de esta catástrofe, y la vida -con

tan poca biodiversidad- tardó mucho tiempo en recupe-

rarse sobre un mundo que ya no volvió a ser el mismo.

A pesar de ello, la vida irremediablemente siguió adelante

durante el período Triásico, al final del cual aparecieron

grupos de vertebrados tan conocidos como los mamíferos,

los pterosaurios o los dinosaurios. En medio de esta

expansión faunística, entre el Triásico y el Jurásico (hace

unos 205 millones de años), se produjo otro episodio de

extinción en masa, quizá el más leve de los cinco, quizá

el menos conocido, pero no por ello menos importante.

Desaparecieron el 50% de los géneros tanto en los

ecosistemas marinos como en los continentales (donde

se extinguieron numerosos grupos de anfibios, los teráp-

sidos-precursores de los mamíferos-, así como numerosas

especies de plantas). La causa de esta catástrofe parece

haber sido un calentamiento global estimado en torno a

los 3-7 ºC de aumento medio de temperatura. Sin duda,

los grandes beneficiados de este episodio fueron los

dinosaurios ya que repentinamente desaparecieron sus

grandes competidores. El futuro era suyo y, sin duda, lo

aprovecharían muy bien.

De modo que los dinosaurios y los pterosaurios vivieron

prácticamente entre dos extinciones en masa. La primera

les benefició. Sin embargo, la segunda les extinguió. Esta

última es quizás la más conocida de las 5 grandes, quizá

porque fue la que acabó con los dinosaurios, es decir,

con uno de los grupos biológicos que había protagonizado

uno de los capítulos más fascinantes de la historia de la

vida. Se denomina la extinción fini-cretácica y ocurrió hace

unos 65 millones de años. Con este evento finalizó la Era

Mesozoica y comenzó un mundo nuevo (el Cenozoico)

que, sin grandes cataclismos, ha desembocado hasta

nuestros días. El límite entre ambas épocas (denominado

K-T) es quizá el nivel estratigráfico “más famoso del

mundo” ya que en él se descubrió una insólita alta con-

centración de iridio, sin duda de origen extraterrestre,

quizá procedente del impacto de un cometa o de un

asteroide de gran talla. Esta hipótesis catastrofista se ha

hecho muy popular hasta llegar a convertirse en la expli-

cación estándar que desentraña el misterio de la desapa-

rición de los dinosaurios y de todas las otras especies

afectadas. Sin embargo, muchos otros grupos biológicos

se salvaron: los dinosaurios avianos (aves), los cocodrilos,

las tortugas, los anfibios como ranas y salamandras, los

lacértidos, las serpientes o los mamíferos. Es decir, muchos

de los grupos zoológicos que compartían los ecosistemas

continentales con los dinosaurios se salvaron, y nadie

sabe todavía por qué. Tal vez porque para dar con la

verdadera respuesta habría que añadir -entrando en

nuestro planteamiento multi-causal- la presencia de al

menos otros dos factores: 1) un profundo cambio climático

gradual producido por la continua separación de los

continentes y la apertura del Océano Atlántico y 2) las

violentísimas y continuas erupciones volcánicas del Cre-

tácico Superior en el área del Deccán (India). Y por supuesto

otros factores estrictamente biológicos que todavía hay

que poner en este inmenso e inextricable puzle. Los

“modestos” mamíferos, descendientes de un grupo de

sinápsidos filogenéticamente más primitivos que los reptiles,

tuvieron su gran oportunidad: se encontraron con un

mundo “vacío” a su disposición y, gracias en parte a este

gran cataclismo, la biodiversidad actual es lo que es. Por

supuesto, no todo es tan sencillo. En los últimos 65

millones de años han ocurrido muchas cosas, incluidas

las últimas glaciaciones -que todos hemos oído mencionar-

pero lo cierto es que no se ha vuelto a producir ningún

gran episodio de extinción en masa.

De modo que Cuvier tenía razón. La historia de la biosfera

ha estado condicionada por una serie de grandes catás-

trofes que han afectado profundamente a la bio-diversidad

y a la evolución de la mayor parte de los grupos biológicos.

Unas veces porque fueron repentinamente eliminados y

otras porque desaparecieron sus competidores. La vida

no volvió nunca a ser lo mismo después de cada una de

estas grandes extinciones en masa. Ellas han seleccionado

quién vive y quién muere, quién triunfa y quién fracasa.

Si cualquiera de estas grandes catástrofes no hubiese

ocurrido, el mundo sería impredeciblemente diferente y

el continuo fluir de causalidad contingente de la bio-historia

habría hecho que los humanos no estuviésemos aquí.

Dicen que actualmente estamos dentro de la Sexta Extin-

ción. Sin embargo, tal hecho es imposible de evaluar en

el presente. Habría que esperar al trabajo de los paleon-

tólogos de un futuro remoto, sea como fuere su aspecto,

su filogenia, el color de su piel o el de sus ojos.

Curva que muestra una estimación del la bio-diversidad a lo largo de la historia de la Tierra. En ordenadas, la diversidad expresada en número de familias. En abcisas, el tiempo

en millones de años. V: Véndico; C: Cámbrico; O: Ordocívico; S: Silúrico; D: Devónico; CB: Carbonífero; P: Pérmico; TR: Triásico; J: Jurásico; K: Cretácico; T: Terciario; I: Extinción

del Ordocívico; II: Extinción del Devónico; III: Extinción permo-triásica; IV: Extinción del Triásico-Jurásico; V: Extinción fini-cretácica.

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TURISMO YBIODIVERSIDAD

Autora:

Araceli Santana BenítezViceconsejería de Turismo del

Gobierno de Canarias

La Conferencia Internacionalde Ministros del Ambiente so-bre Biodiversidad y Turismorealizada entre los días 6 y 8de marzo de 1997 en Berlínponía de manifiesto la impor-tancia que la actividad turísticatiene a nivel mundial y advertíade la necesidad de que las ac-tividades de turismo fueranambiental, económica, social yculturalmente sostenibles; al-go que no es siempre fácil deconseguir.

Dicha conferencia acordaba que “el desarrollo y manejo

de las actividades de turismo debe ser guiado por los

objetivos, principios y cometidos dictados en la Con-

vención sobre Diversidad Biológica. Las actividades

de turismo que directa o indirectamente contribuyen

a la conservación de la naturaleza y la diversidad

biológica beneficiando a las comunidades locales debe

ser promovida por todos los interesados. Para conservar

la naturaleza y la diversidad biológica como un recurso

principal de las actividades de turismo, deben tomarse

todas las medidas necesarias para asegurarse que la

integridad de los ecosistemas y hábitats sean siempre

respetados”.

Conseguir el equilibrio entre una actividad como el

turismo y un territorio sostenible es un objetivo que se

plantean los gobiernos de todos los países conscientes

de que es la única manera de conseguir el máximo

beneficio para todos. En nuestro planeta, y las Islas

Canarias son un claro ejemplo de ello, existen zonas

favorecidas con creces por la naturaleza: sus paisajes

son impresionantes y la vegetación es colorida y

exuberante. Por este motivo, siempre ha existido una

clara preocupación en relación a las consecuencias

que puede tener en el medio ambiente la presencia

de turistas que quieren disfrutar de unos días de

descanso.

Sobre lo que no cabe ninguna duda es que, hoy en

día, el turismo es una de las industrias de más rápido

crecimiento. Es una fuente importante de ingresos y

de puestos de trabajo para muchos países y cada día

se va enfocando más a actividades en ambientes

naturales. Sin embargo, así como contribuye positiva-

mente, su rápido crecimiento puede ser una causa

importante de la degradación ambiental y pérdida de

identidad local y de culturas tradicionales. De hecho,

y como ejemplo de la importancia que encierra la

actividad turística, hay que destacar que el turismo

supone en Canarias el 27,4% del Producto Interior

Bruto (PIB), así como el 30,2% del empleo que se

genera en las Islas.

Precisamente, el Día Mundial del Turismo 2010 se

celebró bajo el lema de Turismo y diversidad biológica.

Las empresas y organismos galardonados por el

Gobierno de Canarias fueron seleccionados por su

cometido en el sector de forma meritoria y, especial-

mente, por el desarrollo de un turismo sostenible y

ecológico que respeta nuestro medio ambiente.

Además, son profesionales que han apostado por el

desarrollo de instalaciones turísticas, adaptándose a

las tendencias más novedosas y modernas para po-

tenciar el bienestar del turista. En este sentido, Canarias

es un activo turístico clave para el desarrollo sostenible,

una apuesta por la que la Viceconsejería de Turismo

del Gobierno de Canarias no escatima esfuerzos al ser

uno de los valores más importantes de nuestra tierra.

Por otra parte, el turismo basado en la naturaleza

(ecoturismo) es un segmento creciente de la industria

del turismo, y a pesar de los impactos negativos,

también tiene potencial para traer beneficios a la

conservación de la diversidad biológica y al uso soste-

nible de sus componentes. Asimismo, el turismo sos-

tenible puede despertar la sensibilización del público

sobre la gran cantidad de bienes y servicios que

provienen de la diversidad biológica y el respeto que

merecen los conocimientos y prácticas tradicionales.

De igual forma, el concepto de biodiversidad es un

término muy amplio que engloba a especies vivas, sus

distintas poblaciones, y los hábitats donde se desen-

vuelven. Además, y como actividad de primer orden,

el turismo tiene un importante papel y una responsa-

bilidad en la gestión y conservación de la biosfera, los

espacios naturales y las diversas formas de vida. La

defensa de la biodiversidad es condición sine qua non

para el desarrollo de un turismo que merezca el término

de sostenible. Millones de puestos de trabajo en todo

el mundo dependen de unos ecosistemas cuidados,

respetados y saludables que millones de turistas buscan

cada año. Y a su vez, dichos espacios vivos requieren

de unos empleos cuya actividad incluya la atención

medioambiental para que el medio en el que se mueven

sostenga su calidad ecosistémica.

A nadie se le escapa que, con el paso de los años, se

está erosionando el medioambiente y la biodiversidad.

Para muchos expertos, la biosfera, en su plano más

sustancial, y los paisajes y destinos turísticos, en su

plano más estético, se encuentran en peligro y para

su recuperación es preciso regular la orientación de

las prácticas turísticas en la orientación y tipología de

la oferta, y en la educación de la demanda.

El turismo forma parte del sector servicios y, precisa-

mente, es responsable de la forma en que las pobla-

ciones turísticas se ponen en contacto con los paisajes

y con los recursos medioambientales y socioeconómicos

locales. Por este motivo, especialistas en la materia

aseguran que convendría un mayor desarrollo del

turismo cultural, en el ámbito local, que ponga el acento

en la atención y los servicios personales cualificados,

y en la generación de experiencias turísticas de inter-

cambio, de aprendizaje, relacionales y de ocio, frente

al consumo de recursos materiales.

Aunque los más pesimistas destacan que el daño

realizado es grande, también apuntan que no es de-

masiado tarde para actuar, para cuidar lo que queda,

y para hacer posible que en el futuro los entornos se

regeneren, con la colaboración humana, la adaptación

de la industria, y el propio curso de la vida. Es preciso

hacer una transformación, en la cual, el mercado turístico

no sólo sea foco de riqueza para unos pocos sino que

propicie el beneficio de todos.

El Secretario General de la Organización Mundial del

Turismo (OMT), Taleb Rifai, asegura que “salvaguardar

la biodiversidad es un reto urgente que nos concierne

a todos, la comunidad internacional, los gobiernos, las

empresas y los viajeros, pero aún no es demasiado

tarde para actuar. Estoy seguro de que a lo largo de

2010, y después, la comunidad turística se unirá para

demostrar su papel protagonista en la protección de

la biodiversidad y el impulso de su contribución a la

reducción de la pobreza y al desarrollo”.

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LOS PLANES DE RECUPERACIÓN:INSTRUMENTOS PARA LA CONSERVACIÓN

DE LAS ESPECIES AMENAZADAS

Autor:

Miguel Ángel Cabrera PérezBiólogo. Técnico del Servicio de Biodiversidad.

Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y

Medio Ambiente. Gobierno de Canarias.

La Ley 4/1989, de 27 de marzo, de Conservación de los

Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres

estableció cuatro categorías de protección (“en peligro

de extinción”, “sensible a la alteración del hábitat”,

“vulnerable” y “de interés especial”), señalando la obliga-

toriedad de redactar distintos tipos de planes de gestión

para cada una de ellas. En el marco de esta ley, la

Comunidad Autónoma de Canarias aprobó el primer

Catálogo de Especies Amenazadas de Canarias mediante

el Decreto 151/2001, de 23 de julio.

Posteriormente, se aprobó la Ley 42/2007, de 13 de

diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad,

que derogaba la Ley 4/1989, de 27 de marzo, y reducía

las categorías de especies amenazadas a dos: “en peligro

de extinción” y “vulnerable”. Debido en parte a la necesidad

de adecuación al nuevo marco normativo estatal, recien-

temente fue aprobada la Ley 4/2010, de 4 de junio, del

Catálogo Canario de Especies Protegidas, que a su vez

derogaba el Decreto 151/2001, de 23 de julio, en la que

se recogen cuatro categorías de protección: las dos

recogidas a nivel nacional, “interés para los ecosistemas

canarios” y de “protección especial”. En cualquier caso,

para las especies amenazadas se mantiene la obligación

de adoptar un plan de recuperación o de conservación

que garantice su supervivencia y eliminen o reduzcan los

factores de amenaza.

A partir del año 2004, se han aprobado un total de 19

planes de gestión de especies amenazadas en la Comu-

nidad Autónoma de Canarias, 16 planes de recuperación

que afectan a un total de 22 taxones “en peligro de

extinción” y 3 planes de conservación del hábitat de 3

especies incluidas en la categoría de “sensible a la

alteración de su hábitat”. En su mayor parte, estos taxones

se corresponden con endemismos insulares exclusivos

de una isla (fundamentalmente especies de flora), salvo

en el caso del guirre, presente en las islas de Lanzarote

y Fuerteventura, la cuernúa presente en esas mismas

islas, y la piñamar, especie cuyo área de distribución

abarca las islas de Tenerife y Gran Canaria. El desarrollo

La protección y conservación de lasespecies amenazadas, es decir,aquellas que tienen comprometidasu supervivencia, ha sido siempreuna de las prioridades de la políticade conservación de la biodiversidad.

y aplicación de los planes de estas especies le corresponde

al Gobierno de Canarias, al tratarse de un programa de

protección de la flora y fauna de ámbito suprainsular.

El guirreEl guirre, Neophron percnopterus majorensis, es una

subespecie endémica de las Islas Canarias, con caracterís-

ticas específicas que lo diferencian de las poblaciones

europeas. Se trata de una de las rapaces carroñeras de

menor tamaño que existen en Europa y oportunista en lo

que a la dieta se refiere, dado que se alimenta de animales

muertos, basuras domésticas, excrementos, insectos, etc.

Originariamente, el guirre se distribuía por todas las islas

del archipiélago, pero en la actualidad la población ha

quedado relegada a islas orientales (sólo nidifica en

Fuerteventura, Lanzarote y Alegranza). Era muy abundante,

pero en los últimos 50 años ha sufrido un importante

proceso de regresión que ha provocado desaparición de

entre el 70% y el 90% de sus efectivos. En el año 2002

su población se estimó en 130 ejemplares, incluidos

jóvenes y subadultos, con no más de 25-29 parejas

nidificantes, concentrándose en la isla de Fuerteventura

más del 90% de la población total reproductora. Es

evidente, que de continuar esta tendencia, el guirre podría

extinguirse en Canarias en unas pocas décadas sin no

se aplicaban medidas correctoras concretas que eliminaran

o minimizaran los factores de amenaza que afectaban a

la especie.

¿Pero cuáles son los factores de amenaza actuales que

condicionaban la supervivencia del guirre? Los estudios

realizados en los últimos años han permitido clarificar los

peligros reales que se ciernen sobre el guirre: los accidentes

en los tendidos eléctricos, los envenenamientos, la intoxi-

cación por plomo, las molestias e interferencias en la

reproducción y la reducción de los recursos tróficos. Para

atenuar los efectos negativos de estos factores en el año

2006 se procedió a la aprobación del plan de recuperación

del guirre, mediante el Decreto 183/2006, de 12 de

diciembre, aunque las actuaciones de conservación ya

se habían iniciado en el año 2004 con la puesta en marcha

del proyecto LIFE04NAT/E/000067 “Conservación del

guirre en ZEPA de Fuerteventura”, auspiciado por el

Cabildo de Fuerteventura y donde además participaba la

empresa UNELCO-ENDESA.

El desarrollo de las acciones recogidas en el Objetivo 1

del plan de recuperación, encaminadas a disminuir la

mortalidad por colisión, electrocución o enganche en los

tendidos eléctricos, fueron consideradas como prioritarias

dado que estos accidentes habían sido los causantes de

la desaparición directa de aproximadamente el 15% de

la población de guirres pocos años. Entre el año 2004 y

2008, y dentro del marco del proyecto LIFE citado, se

procedió a la corrección de los tendidos eléctricos de 66

kV existentes en áreas de especial interés para el guirre

en la isla de Fuerteventura, procediendo a la colocación

de dispositivos disuasorios (salvapájaros) y nuevas estruc-

turas para evitar el enganche de los ejemplares. Esta

actividad se continuó en el año 2009 por parte de la

Dirección General de Protección de la Naturaleza, y durante

el año 2010 está previsto iniciar la corrección de tendidos

eléctricos de 20 kV. Como resultado de estas actuaciones

se ha producido una drástica reducción de la mortalidad,

siendo escasos los casos de muerte registrados a partir

del año 2008.

Además de las acciones anteriores, se han llevado cabo

actuaciones para reducir la mortalidad por envenenamiento

directo o secundario, desarrollando campañas de divul-

gación y sensibilización sobre el uso de cebos envenenados

y elaborando una estrategia para evaluar la viabilidad de

la sustitución de la munición de plomo. También se han

Muladar de Tiscamanita.

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adoptado medidas para garantizar la tranquilidad en las

áreas de nidificación y eliminar las molestias durante el

periodo reproductor con el fin de aumentar la productividad

de las parejas, extremando las medidas de control y

vigilancia durante el periodo crítico.

Por otro lado, dentro del Objetivo 4 del plan, se han

desarrollado acciones encaminadas a la conservación

del hábitat en las áreas de cría, alimentación y agregación

nocturna, evitando su transformación y mejorando los

recursos tróficos. Para esto último, se han implantado

nuevos muladares en Fuerteventura para alimentar a los

guirres en un intento de facilitar la recolonización de zonas

donde la especie ya no se encuentra presente y reducir

la mortalidad de los ejemplares jóvenes, estando previsto

para el año 2010 la implantación de un nuevo muladar

en la isla de Lanzarote.

Todas las actuaciones anteriores se han llevado a cabo

a la vez que se ha continuado con el seguimiento de los

parámetros reproductivos, demográficos y uso del hábitat

de la población de guirres iniciado por la Estación Biológica

de Doñana en el año 1998, con el objeto de mejorar los

conocimientos sobre la biología y ecología del guirre que

permitan mejorar la definición y aplicación de las medidas

de conservación a desarrollar.

La cuernúaAl igual que el guirre, la cuernúa o diente de perro (Cara-

lluma burchardii) es una especie que se localiza únicamente

en las islas orientales del archipiélago canario, aunque

con presencia también en Marruecos. Además de Lan-

zarote y Fuerteventura, también aparece en los islotes de

Alegranza, Montaña Clara, La Graciosa y Lobos, con

numerosos núcleos poblacionales y un alto grado de

fragmentación. Forma parte de comunidades xéricas,

habitando malpaíses y ladera rocoso-pedregosas, gene-

ralmente asociada a tabaibales dulces y comunidades

halo-nitrófilas.

Se trata de una planta de tallos suculentos de sección

cuadrangular, con tendencia a formar rodales con un

número variable de tallos de hasta 45 centímetros de

altura, siendo muy característico su fruto (un par de

folículos en forma de cuernos con más de 10 centímetros

de largo) y las semillas con largos vilanos que ayudan a

su dispersión por el viento. Esta especie fue catalogada

como “sensible a la alteración de su hábitat” en el Catálogo

de Especies Amenazadas de Canarias en el año 2001,

por lo que, mediante el Decreto 180/2006, de 12 de

diciembre, se procedió a la aprobación de su plan de

conservación del hábitat. Hay que señalar que el reciente

Catálogo Canario de Especies Protegidas incluye la

cuernúa como especie “en peligro de extinción”.

El desarrollo del plan de la cuernúa ha girado en torno a

tres aspectos fundamentales: evitar las afecciones y

alteración del hábitat, mejorar el conocimiento sobre la

especie, y por último, incrementar la sensibilidad social

ante la problemática de conservación de la especie. Para

lo primero, el plan establecía recomendaciones que

deberían tenerse en cuenta a la hora de desarrollar distintos

proyectos o desarrollar el planeamiento territorial, espe-

cialmente en espacios integrantes de la red Natura 2000.

Para mejorar y contar con una información actualizada

de la evolución de la especie, se ha promovido un pro-

grama de seguimiento de las poblaciones, procediendo

al cartografiado detallado de todos los núcleos y la

estimación del número de individuos en cada uno de

ellos. Esto ha permitido conocer con mayor detalle el

estado de conservación de la cuernúa, y la situación de

los más de 25 núcleos poblacionales con los que cuenta.

Importante también, ha sido la campaña de sensibilización

llevada a cabo para dar a conocer la problemática de su

conservación. En este sentido, habría que destacar el desa-

rrollo de una página web propia del plan de conservación

(www.gobiernodecanarias.org/cmayot/medioambiente/l

acuernua/index.html) y la elaboración y posterior distribu-

ción entre los cabildos, municipios, centros escolares y

otras instituciones presentes en su área de distribución,

de material divulgativo como folleros, pósters, pegatinas

y material audiovisual.

La piñamarEl plan de recuperación de la piñamar (Atractylis preauxiana)

fue aprobado en el año 2007, mediante el Decreto

33/2007, de 13 de febrero. Este pequeño arbusto halófilo,

con hojas lineares y flores muy características vive en las

costas de las islas de Gran Canaria y Tenerife con una

fuerte influencia de la maresía, formando parte de mato-

rrales halófilos costeros que se encuentran cada vez más

degradados.

En los últimos 40 años el área de distribución de la piñamar

ha experimentado un progresivo retroceso de su área de

distribución, debido a la importante presión que se ha

ejercido sobre las zonas costeras en las islas, áreas

preferentes para la expansión urbanística de carácter

residencial e industrial, donde además han confluido otras

actividades que han contribuido al deterioro de su hábitat

(extracción de áridos, vertidos, proliferación de pistas,

etc). También cabe destacar la presión que algunos

herbívoros, principalmente conejos, ejercen sobre algunos

enclaves puntuales de esta especie.

Este plan tenía como objetivo primordial reducir y contra-

rrestar los factores que dificultaban el mantenimiento y

evolución positiva de sus poblaciones, de manera que se

lograra consolidar su presencia en al menos el 75% del

área de ocupación actual en la isla de Tenerife, mantener

el actual área de ocupación en Gran Canaria, y consolidar

al menos dos nuevas poblaciones en Tenerife.

Hasta este momento las acciones más relevantes llevadas

a cabo han consistido en el vallado de las dos de las

poblaciones en una situación de mayor riesgo (Lomo de

Taliarte en Gran Canaria y Playa del Vidrio en Tenerife),

actuaciones para evitar los daños por herbívoros mediante

el vallado individual de ejemplares, la limpieza y restauración

de la cubierta vegetal en localidades más degradadas, la

recolección de material vegetal y el cultivo de ejemplares

que permitirán este año iniciar las tareas de reintroducción

en Montaña Roja y posterior reforzamiento de otros núcleos

de la isla de Tenerife, todo ello, sin olvidar un aspecto

fundamental: el seguimiento periódico de cada una de las

poblaciones para conocer la evolución de las mismas y la

eficacia de las medidas adoptadas. Este seguimiento,

realizado desde el año 2004, ha permitido comprobar la

elevada fluctuación de los efectivos poblacionales tanto

estacional como anualmente, así como, la situación más

favorable que presenta la especie en la isla de Gran Canaria

frente a la isla de Tenerife, con un menor número de ejem-

plares y mayor nivel de fragmentación de las poblaciones.

Piñamar. Arinaga.

Flor de la cuernúa.

Semillas de la cuernúa.

EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

Autor: Miguel Ángel Cabrera Pérez

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EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01

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CINE3 Gobiernode Canarias

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