investigación histórica sobre san gil y su relación con la colonización cultural de américa...

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Diseño de investigación histórica sobre cultura e identidad. Identidad y cultura en las festividades religiosas. San Gil. Sacha Pozo_ Santiago del Estero

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PRESENTACIN DEL TEMA.La problemtica seleccionada a trabajar gira en torno a la cultura en Santiago del estero y su aspecto profundamente religiosa, que es a la vez, una identidad del sentir y vivir lo religiosa como hibridacin socioculturas.Investigar lo histrico y la cultural como construccin de lo antropolgico, en la festividad religiosa de san Gil.El 24 de Agosto por la noche comienza el velatorio del Santo , donde los fieles o promesantes se acercan a la casa de la familia Hoyos de Cobacho para prepararse para la peregrinacin del da siguiente (25 de Agosto) que los llevar hacia la ciudad capital, distante aproximadamente a 40 Km.La Parroquia de San Francisco, en la ciudad de Santiago del Estero, es la que espera la llegada de la imagen religiosa junto con los miles de promesantes que se fueron sumando a lo largo de todo el camino recorrido a pie. Luego de pasar la noche en la iglesia de San Francisco, el 26 de Agosto se celebra una misa y luego sale nuevamente San Gil para comenzar su camino de regreso a la localidad de Sacha Pozo.El 1 de Septiembre San Gil recibe a sus devotos en la casa de la familia en la casa de la familia Hoyos, quienes son los depositarios del Santo. La fiesta en honor de San Gil comienza a las 6 de la maana con el sonido estruendoso de unas bombas, mientras que el predio de la familia se transforma paulatinamente en una feria donde se venden los ms diversos productos. A las 16 horas se efecta una misa en honor del Santo, y a las 17 horas una pequea procesin. Sin embargo los festejos continan hasta el da 2 de Septiembre a las 6 de maana donde los sonidos de unas bombas dan por culminado los festejos.Esta fiesta es un sntoma, para mirar la expresin de cultural de las creencias y representaciones de una gran mayora de santiagueos que siguen los festejos en el marco de una religiosidad popular.La Religiosidad Popular en A.L. est marcada por muchos factores, se desarrolla dentro de las estructuras de celebraciones, ritos, devociones, etc., consecuencia del proceso de evangelizacin, pero, junto a esto, es consecuencia tambin de otros muchos factores tnicos, culturales, sociales e histricos principalmente.El calificativo de popular indica la vivencia religiosa de las grandes mayoras y se distingue con claridad de la religin que presentan los grupos acomodados, (aunque personas concretas de estos grupos puedan participar a veces de aquella). En la actualidad est muy influida por los grandes procesos sociales a los que est sometida A.L.: la crisis global, las migraciones, los desproporcionados suburbios de las grandes ciudades, donde desde la vivienda, toda forma de vida, y aun de posibilidad de culto religioso, es radicalmente distinta a lo tradicional, las mayoras empobrecidas y con identidad creyente, la consolidacin de otras denominaciones religiosas...La religiosidad popular presenta en A.L. un conglomerado ciertamente muy amplio con sus peculiaridades propias. Sobre alguna de estas peculiaridades aportamos perspectivas generales que nos ayudarn a comprenderlo. La contraposicin a esta religiosidad popular no est tanto entre religiosidad y secularismo, sino, ms bien, entre religiosidad popular y otras formas religiosas cuya vivencia en los sectores populares no es tan significativa. En este sentido entenderemos mejor la perspectiva de la religiosidad popular.Razones de la eleccin.Eleg este tema ya que interpretar desde la historia la expresin cultural de lo popular por medio de una festividad religiosa, permite estudiar la influencia del pasado sobre las construcciones socio cultural. Ciceron afirmaba: No saber lo que ha sucedido antes de nosotros es como ser incesantemente nios un pueble que conoce su pasado y cmo llegamos a este presente es posible que pueda aceptarse y valorarse, para desde all planificar su posibilidad de futuro.En oposicin a los conceptos clsicos de "sincretismo" y "mestizaje", Garca Canclini propone el anlisis de los procesos de entrecruzamiento e intercambio culturales, destacados en la constitucin del modernismo y en los procesos de modernizacin latinoamericanos, por medio del mecanismo de la hibridacin, al cual l mismo caracteriza como los "procesos socioculturales en los que [algunas] estructuras o prcticas discretas, que existan de forma separada, se combinan para generar nuevas estructuras, objetos y prcticas" (Garca Canclini, 2006: XIX).Para el autor tal construccin sera analticamente eficaz principalmente cuando lo que est en juego es la conexin entre una esfera social determinada y otra que le sera externa.Tomemos como ejemplo la cuestin del sincretismo religioso. Si la nocin de sincretismo funciona como un buen instrumento conceptual para pensar el intercambio entre distintas religiosidades a partir de la propia esfera religiosa y de su dinmica interna, y en este caso tambin como un buen concepto operacional para el propio campo, ste se torna insuficiente cuando lo que est en juego es la relacin de este campo con otras esferas sociales y la consecuente interferencia de estas ltimas en los procesos de constitucin de prcticas sincrticas como, por ejemplo, las relaciones entre religiosidad y su re-codificacin por intermedio de los medios masivos de comunicacin. En este sentido, y segn sus propias palabras:[...] mestizaje, sincretismo, transculturacin, criollizacin, siguen usndose en buena parte de la bibliografa antropolgica y etnohistrica para especificar formas particulares de hibridacin ms o menos tradicionales. Pero, cmo designar a las fusiones entre culturas barriales y mediticas, entre estilos de consumo de generaciones diferentes, entre msicas locales y transnacionales, que ocurren en las fronteras y en las grandes ciudades ([y] no slo all)? La palabra hibridacin aparece ms dctil para nombrar esas mezclas en las que no slo se combinan elementos tnicos o religiosos, sino que se entrelazan con productos de las tecnologas avanzadas y con procesos sociales modernos o posmodernos (Garca Canclini, 2006: XXXIX).La nocin de hibridacin pretende, en este caso, ultrapasar las relaciones de oposicin directa entre lo popular, lo culto y lo masivo; lo ldico y lo racional; lo mtico y lo tecnolgico; en una palabra, entre lo tradicional y lo moderno, volvindose una nocin que, basada en el principio de la interculturalidad y en la convivencia de temporalidades transhistricas, niega la simplificacin binaria entre pares de oposicin conceptual como modelo de explicacin de la realidad y de la dinmica social a favor de una perspectiva que reconoce en lafusinentre elementos aparentemente dispares la propia esencia de esa dinmica.Si transfiguramos esta nocin para el campo de los estudios culturales, el concepto hara viable epistemolgicamente el anlisis de procesos que se desarrollan en niveles diferenciados, aunque no jerrquicos, de la cultura, del poder y de la sociedad.Sin embargo, es importante resaltar que para el autor, ms que propiamente acerca del anlisis de los fenmenos socioculturales hbridos es sobre losprocesos de hibridacinque produjeron tales fenmenos que el anlisis cientfico debe reportarse, pues revelaran a partir de ah a la propia dinmica social como un movimiento, el propio, constituido por el principio de la hibridacin.Por medio de la investigacin transitaremos el concepto de cultura, cultura popular, se investigar sobre la etapa de colonizacin y conquista buscando la matriz histrica de uno de los componentes de la hibridacin; dndole un marco histrico, a esta problemtica.Planteo del problema.Entonces para qu sirve la cultura? Puesto que precisamente sobre tal cuestin gira el contenido de este trabajo, habra que ponerse de acuerdo sobre el uso de la palabra. O tal vez sea lo ms pertinente alejarnos de ella, de la palabra, tomar distancia para evitar polmicas bizantinas y buscar la aproximacin al tema por otras vas, por ejemplo revisando las evidencias concretas de la vida cultural de nuestra ciudad, sus manifestaciones, y por ellas tratar de llegar a una respuesta.Los pases europeos no parecen preocupados por lautilidadde la cultura. Forma parte consustancial de sus vidas, transcurre naturalmente y es un motivo de goce, placer y orgullo; eventualmente, puede ser un referente de prestigio o, en el mejor de los casos, una expresin de sus tradiciones o costumbres; pero, para nosotros tiene el mismo sentido? La pregunta generalmente cae como un balde de agua fra. Algunos la descalifican aduciendo que, por supuesto, tiene el mismo sentido, que la cultura representa valores universales y por lo tanto es absurdo buscarle significados particulares; otros la desestiman por obvia o por absurda; muchos la ignoran y muy pocos consideran vlido el esfuerzo de buscar una respuesta. Pero la pregunta sobrevive sin una contestacin satisfactoria. Y vuelve a ser formulada de mltiples maneras: Tiene sentido buscar un sentido a la cultura? Qu es? Para quin es? Para qu es? Para qu sirve? Se la puede hacer o, simplemente, es?Hay quienes rechazan el pragmatismo utilitario de buscar una razn de ser a la cultura y la circunscriben a una manifestacin que generalmente se orienta al subjetivismo del goce esttico en las artes y al prestigio social que otorga el saberse parte integrante de un selecto grupo humano de sensibilidad superior. Otros, ms cerca de las propuestas etnolgicas, la entienden como la expresin particular de un pueblo o un grupo social donde las artes son solo una parte del todo.Y justamente aqu, desde esta nueva perspectiva, el panorama de la cultura se complica para nosotros y nos empuja a callejones en los que no se avizora una salida. Porque cul y cmo es la expresin particular de nuestro pueblo?Es que la cultura no es una y para siempre, y mucho menos una y para todos. Es un proceso dinmico con momentos en los que esta evolucin se decanta, se afirma, se asienta, hasta que nuevas influencias la agitan y la transforman otra vez. Es un proceso permanente pero no continuo; los pases de Europa incorporan los cambios a sus propias experiencias, cosa que no ocurre en Latinoamrica donde la discontinuidad del proceso queda ejemplificada en los cambios traumticos introducidos por la colonia y que hasta hoy perviven en contradicciones irresolutas.Parecera que las culturas se definen y asientan, en momentos histricos de sedimentacin social, pero no en los perodos de transicin, inestabilidad e inseguridad, cuando los valores, las certezas y junto con ellas la autoestima, estn en crisis.Cmo vemos nuestra cultura?El principal problema para Amrica Latina surge de la presencia de dos culturas: la del conquistador y la del conquistado. Dos maneras distintas de ver, sentir y expresar el mundo, la vida. Las respuestas culturales son coherentes respecto de sus respectivos orgenes. Si bien es cierto que toda cultura entendida como proceso es permanentemente agredida por fuerzas extraas que la modifican, tambin lo es que responde en trminos similares, porque las agresoras son igualmente culturas en proceso, donde las influencias recprocas, la transculturacin, imprimen cambios. Es decir que hoy es prcticamente imposible encontrar manifestaciones vernculas o importadas que se presenten en estado qumicamente puro. Vayan dos ejemplos: en el Inti Raymi que se celebra en Cuzco, el sacrificio de una llama cuyas vsceras deben ser ledas por el oficiante se limita a una simulacin, porque "nuestra" cultura considera cruel el sacrificio de un animal en aras de una representacin de estas caractersticas; por otra parte, los conquistadores tambin transigen con los conquistados: la Misa catlica ya no se oficia en latn, tradicin mantenida durante siglos y hasta hace unos cincuenta aos, sino en las lenguas locales y de frente a los feligreses.Sin embargo, estos procesos de transculturacin, dehibridacin, de mestizaje, no son siempre bienvenidos. Surgen as propuestas de rescate de las culturas regionales que plantean una confrontacin con la cultura europea. Se pretende una recuperacin ortodoxa y no contaminada por la dinmica de la modernidad, se rechazan el cambio y la adaptacin a las nuevas circunstancias, se cuestiona el folklore como degradacin complaciente con el dominador y las artesanas como defeccin mercantilista ante el enemigo.Tal vez ste sea el momento de alejarnos de la palabraculturae intentar poner los pies en la tierra. Dejar de hablar de cultura y llevar nuestra atencin a lo que sonlasmanifestacionesculturales. Todo grupo social evidencia su cultura en hechos concretos; inclusive sus creencias son observables en su conducta. Cuando en este trabajo hablemos de cultura lo haremos desde la visin de sus manifestaciones, tratando de realizar el recorrido desde la particularidad de las cosas que suceden en nuestro entorno hacia lo general, en la bsqueda de respuestas y propuestas amplias que sirvan a nuestra sociedad.Respuestas conflictivas (dos culturas en pugna)Cul es nuestra visin del mundo de la cultura? Hay una simplificacin que abre posibilidades para el desarrollo de acciones: hay en nuestra Amrica dos culturas coexistentes: una cultura de origen europeo -occidental, la llama Huneeus- que se instala exclusivamente en los grandes centros urbanos, y otra de origen campesino, mestizaje de culturas indgenas preexistentes y de influencias de la colonizacin ibrica que, asentada en pueblos y poblaciones, se proyecta dentro del conglomerado de las grandes ciudades. Ambas coexisten en el espacio urbano con muy pocas oportunidades para mostrarse juntas; caminan simultneamente por senderos paralelos que se repelen. Dos culturas paralelas,paraculturas, identificadas comocultura de liteycultura popular: cultura de unos pocos y cultura de muchos.Pero los procesos sociales tienen su propia dinmica y hoy, frente a la alternativa de ambasparaculturashan surgido nuevas manifestaciones que, bajo el rtulo decultura de masas, sintetizan lo ms sofisticado de la tecnologa con los cuadros ms elementales de la emotividad: son la forma de hibridacin cultural degradada por la manipulacin a que la someten los ms oscuros intereses sociales.Nuestro trabajo est orientado a indagar las posibilidades de una alternativa practicable frente a la cultura de masas. la cultura popular que se manifiesta en los diversos rituales provinciales, la marcha de los bombos, las fiestas religiosas, los encuentros en el patio del Froiln Gonzales, en san esteban, santa brbara, san gil, ente otros.En nuestras sociedades, estas manifestaciones se polarizan. Si entendemos a la sociedad culturalmente dividida en dos corrientes, la elitista y la popular, dos corrientes separadas, simultneas pero paralelas, que se rozan pero no se integran en proyectos culturales comunes.La identidad es lo que nos diferencia, nos particulariza. Y de lo que nos sentimos orgullosos, que nutre nuestra autoestima. En sentido diametralmente opuesto, se ha venido y se sigue desarrollando nuestro proceso cultural: tenemos cultura en la medida en que nos diluimos en la "cultura universal", en la medida en que nos alejamos de nuestras particularidades y asumimos la "universalidad" como mxima aspiracin. Y como si todo esto de aberrante tuviese poco, el concepto de "universalidad" que pretendemos asumir es el de la "universalidad europea". Y nos movemos en esa direccin: europeo=universal=culto.Tal vez el error radica en haber adoptado la palabraculturaen lugar de imponer la deidentidad. Si identidad y cultura son distintas y lo mismo, dos caras de la misma moneda, por qu no siempre son permutables? Si la cultura es lo que nos identifica, lo que nos particulariza no podramos hablar de actividades de identidad en lugar de actividades culturales? Evidentemente, no: hay una ruptura entre una y otra manera de ver, tienen connotaciones y significados distintos; la lengua heredada no lo permite. Vistos as los trminos dejan de ser equivalentes para plantearnos un nuevo interrogante: no es lo que conocemos comoculturala identidad de lo europeo? No es que Europa difunde su identidad mediante la palabracultura? Seamoscultos, no significa que adoptemos la identidad europea? Europa ha bautizado su identidad con la palabraculturay as la ha difundido hacia los cuatro vientos. Esta idea no ha permitido el florecimiento de nuestra propia identidad, siempre en conflicto con la europea, porque siempre la preocupacin social ha girado en torno a la "cultura", la identidad europea, sin detenerse en los procesos y mezclas de la propia.Si vamos a continuar usando la palabracultura, necesitamos imperiosamente pensarla comoidentidad. De no hacerlo as, seguiremos contribuyendo al perfeccionamiento de la sociedad escindida que estamos viviendo.Diccionario de la Real Academia(DRAE) (1984) nos da definiciones vlidas y necesarias para abordar el tema, pero la que se refiere a "identificarse":llegar a tener las mismas creencias, propsitos, deseos que el otro,nos remite nuevamente a un problema semntico: quin es "el otro" en nuestra sociedad?Identificarse uno con otro. Hacer que dos o ms cosas que en realidad son distintas aparezcan y se consideren como una misma.Para muchos,el otrocon quien identificarse es el europeo.

Objetivos generales. Indagar la hibridacin de la cultura popular en la festividad religiosa de san gil. Construir conclusiones en funcin de las variables relacionadas. Delinear afirmaciones sobre el tema que permita comprender la identidad cultural de lo popular.Objetivos especficos. Elaborar conclusiones en funcin de lo observado, y de las entrevistas obtenidas. Interpretar la realidad desde el marco terico. Romper analticamente con algunos pares conceptualeslas nociones de centroversus periferia; matrizversuscolonia; imperialismoversuscultura nacional; civilizacinversusbarbarie; tradicinversus modernidad.

CONDICIONES DE VIABILIDAD Y DE FACTIBILIDAD.La investigacin histrica moderna representa una bsqueda crtica de la verdad. El mtodo histrico de investigacin puede aplicarse no slo a la disciplina que generalmente se denomina historia, sino tambin se puede emplear para garantizar el significado y confiabilidad de los hechos pasados en las ciencias de la naturaleza, el derecho, la medicina, la religin o cualquier otra disciplina, puesto que cuando se aborda un estudio histrico, el investigador se entrega a algunas actividades que son comunes a todos los trabajos de investigacin.Este proyecto es viable ya que tenemos las fuente primaria y secundaria, de anlisis en la fiesta de san gil, y se cuenta con los datos bibliogrficos necesarios ra la configuracin del Marco terico.

Fuentes primarias y secundarias:Como el historiador no puede observar por s mismo los sucesos pasados procura obtener de las fuentes primarias las mejores pruebas disponibles: el testimonio de testigos oculares de los hechos pasados o el de personas que hayan odo hablar acerca de ellos, y los objetos reales que se usaron en el pasado y que se pueden examinar de manera directa (con estas valiosas fuentes es posible llegar a una comprensin del pasado de acuerdo a los pensamientos y actividades de los hombres). Las fuentes primarias son los materiales bsicos de la investigacin histrica, pero a veces el historiador se ve obligado a recurrir a las fuentes secundarias, es decir que debe servirse de la informacin que proporcionan las personas que no observaron directamente el suceso, objeto o condicin. Estos datos aparecen en las enciclopedias, diarios, publicaciones peridicas y otros materiales de consulta. Algunas informaciones incluidas en las fuentes secundarias se basan en elementos de procedencia bastante remota. Cuanto mayor sea el nmero de interpretaciones que se interpongan entre el suceso pasado y el lector, menos confiable es su prueba, porque durante el proceso de la transmisin, los hechos pueden sufrir sucesivas modificaciones y distorsiones.

Marco terico.El concepto de "cultura" en tanto vocabulario especfico de la diferencia entre grupos humanos, distinto de otros como religin, raza, clases y estamentos sociales es construido por Freyre en un juego de oposiciones. Se opone en primer trmino a "raza" con sus connotaciones biolgicas de herencia, fijismo de caracteres e inmovilismo. La "cultura" es una formacin dinmica, modificable en la interaccin con los componentes ecolgicos, sociales y tcnicos del medio ambiente. La singularidad, expresividad y las dimensiones populistas y pluralistas del concepto en su matriz alemana se conservan. Pero Freyre escribe sobre una situacin de encuentro colonial y dominio e interpenetracin entre grupos hegemnicos y subalternos. Sus textos describen proceso de mezcla e hibridacin cultural. Ya en el ttulo del primer captulo de CasaGrande & Senzala sintomticamente se titula: "Formao de uma sociedade agraria, escravocrata e hbrida." En el inicio del libro Freyre explica que: Formou-se na Amrica tropical uma sociedade agraria na estrutura, escravocrata na tcnica de explorao econmica, hybrida de ndio -e mais tarde negro - na composio. Sociedade que se desenvolveria defendida menos pela conscincia de raa quase nenhuma no portugus cosmopolita e plstico, do que pelo exclusivismo religioso desdobrado em sistema de profilaxia social e poltica (Freyre 1933:33). En ese prrafo Freyre distingue varios modos de identidad -una expresin que no aparece en su libro- "raza", "religin", "cultura" y caracteriza las bases econmicas y sociales del proceso de hibridacin. En el siguiente libro importante de su bibliografa, Sobrados e Mucambos (1936) destin el captulo final a "uma sistemtica da miscigenaco no Brasil patriarcal e semipatriarcal" concluyendo que: (...) o encontro de culturas, como o de raas, em condices que no sacrifiquem a expresso dos desejos, dos gostos, dos interesses de uma ao dominio exclusivo de outra parece ser particularmente favorvel ao desenvolvimento de culturas novas e mais ricas que as chamadas ou consideradas puras. A desventagem maior, do ponto de vista desse desenvolvimento, est justamente no isolamento ou na distncia social que dificulte as oportunidades de contato de um grupo com os outros, de uma raa com as outras. Por isto Lars Ringbom v no mestio a melhor soluo para os extremos de individualismo ou de colectivismo, nas grandes raas e nas grandes culturas, que ele considera puras (Freyre 1952 (1936):659). En esa conclusin se combina la descripcin de una hibridacin cultural y tnica satisfactoria con un juicio de valor apoyado en una argumentacin cientfica indudablemente orientado en un sentido polmico y hacia una produccin de una nueva situacin social. Es una redescripcin radicalmente nueva comparada con los juicios pesimistas hacia la mezcla racial y cultural en Amrica Latina, (Jos Ingenieros, Carlos Bunge, Oliveira Viana entre muchos otros) y las teoras del branqueamiento brasileos de su poca (Skidmore 1993). Freyre no solamente describe favorablemente una situacin de 115interaccin cultural sino que considera sus ventajas comparativas. No solamente la esttica del color de la piel y la forma fsica del mulato en los trpicos sino el vigor cultural de una civilizacin hbrida en esas regiones del mundo no europeo. Contra los tericos eurocntricos que prevean el fracaso o la imposibilidad de un transplante civilizatorio exitoso en los trpicos. Esta ltima valorizacin cultural del Brasil indica en Freyre la sugestin explcita de una modernidad alternativa hbrida y tropical, diversa a la modernidad patrn europea. Civilizacin es el concepto de poca sinnimo del que hoy se contiene en la idea de modernidad o mundo moderno. La "civilizacin" es la civilizacin europea -que para los autores es Inglaterra, Francia, Alemania y en parte Italia y Espaa. Freyre llama a la civilizacin industrial representada por Inglaterra, la "civilizacin carbonfera" y atribuye a los europeos hegemnicos en la poca -ingleses y franceses- dificultades culturales para implantarse con xito en los trpicos. Cultura nacional/civilizacin moderna europea es otro de los contrapuntos del concepto de cultura en Freyre y otros autores latinoamericanos de la dcada del 30. Freyre y Fernando Ortiz en su obra de madurez resuelven la oposicin en el sentido de una cultura nacional perifrica moderna y transcultural diferente a los modelos europeos de la imaginacin de la nacin. Finalmente el concepto de cultura hbrida en Freyre conserva la tensin entre culturas locales (regionalismos, etnias) y la cultura nacional brasilea moderna. Pero a la vez que este proceso de integracin transcultural (la palabra aparece en Freyre en 1941 en un libro dedicado a Ortiz pero el concepto de hibridacin que es equivalente est presente desde sus obras mayores de 1933 y 1936) no suprime las particularidades culturales tnicas locales. En la visin de la cultura de Freyre stas se conservan como partculas en suspensin, formando un equilibrio dentro de una cultura nacional caracterizada por la diversidad. No se excluyen en la concepcin de Freyre momentos de polticas culturales que operen en la direccin de la recreacin y la preservacin de tradiciones locales y regionales. En muchos de sus trabajos dedica especial atencin a la cultura material y la cultura popular.

INVESTIGACIN HISTRICA SOBRE SAN GIL Y SU RELACIN CON LA COLONIZACIN CULTURAL DE AMRICA INDGENA.La obra espiritual de la colonizacin. Desde los momentos iniciales de la conquista, la difusin de la doctrina catlica y el afn evangelizador constituyeron uno de los fines esenciales de la colonizacin. Recurdese que la Bula Intercaetera dada por el Papa Alejandro VI en el ao 1493, concedi a los monarcas de Castilla "todas las islas y tierra firme que descubriesen al occidente" con la obligacin de "que al conquistarlas enviasen all predicadores a convertir a los indios idlatras". Este compromiso fue asumido por la Corona con gran responsabilidad. A tal fin orient su accin de gobierno ultramarino procurando, dentro de lo posible, dar cumplimiento a los ideales catlicos asumidos por el pueblo espaol.La Iglesia, como natural guardiana y ejecutora del dogma cristiano, constituy un elemento de extraordinaria influencia en el medio americano. La religin obr no slo como reguladora de las costumbres y de las normas morales sino tambin como fuente de la vida social y cultural.Los reyes actuaron en consecuencia, ligando a la Iglesia a todos los acontecimientos relacionados con la conquista y la colonizacin, de ah la importancia alcanzada por esta institucin, cuya influencia se hizo sentir sobre los fieles, a veces por encima de los propios funcionarios gubernamentales. La Iglesia, pues, se hizo presente tanto en los grandes actos oficiales como en los pequeos de la vida cotidiana.A partir del segundo viaje de Coln la influencia de sacerdotes y misioneros fue en constante aumento. La oportunidad histrica que representaba para la Iglesia Catlica el hecho de propagar el catolicismo en las extensas regiones indianas, fue asumida con responsabilidad y hasta con herosmo por un gran nmero de animosos frailes contagiados por el inicial espritu de cruzada que dieron a la empresa evangelizadora.El Regio Patronato Indiano:

Se denomina patronato al derecho exclusivo del rey para proponer y presentar a las personas para los oficios eclesisticos y otras dignidades y prebendas destinadas a la administracin del culto catlico.Mediante el pleno ejercicio del derecho de patronato, los Reyes Catlicos se aseguraron, la administracin sobre la Iglesia Catlica. Tal derecho les fue reconocido expresamente por la bula del 3 de mayo de 1493 Eximiae Devotionis expedida por Alejandro VI y confirmada por otra resolucin papal dictada por Julio II el 8 de junio de 1508.

Por la primera, el pontfice cedi a los Reyes el derecho de percibir el diezmo para el mantenimiento de la Iglesia y la evangelizacin de los indios; y por la segunda, los monarcas eran reconocidos como patronos de todas las iglesias del Nuevo Mundo. De ella surgi tambin la facultad de nombrar a todos los eclesisticos. La Corona se reservaba, adems, los siguientes derechos:

El erigir nuevas dicesis y cambiar los lmites de las ya existentes.

El percibir las rentas de los beneficios vacantes.

El autorizar la ereccin de nuevas iglesias o monasterios y la deposicin de eclesisticos por sus superiores.

Adems, todas las bulas papales y cualesquiera otras comunicaciones emanadas de la Santa Sede, destinadas a las iglesias de Espaa y Amrica deban, para poder ser publicadas y entrar en vigor, contar con el pase o autorizacin del Consejo de Indias, organismo que se reservaba asimismo el derecho de revisarlas, y en caso de no estar de acuerdo parcial o totalmente, de devolverlas a su lugar de origen, lo cual inclua su rechazo.Ningn clrigo poda pasar a Indias sin la correspondiente autorizacin real y las altas dignidades de la Iglesia obispos, arzobispos resultaban de una terna elevada al pontfice por el Consejo de Indias.Bajo la dinasta de los Borbones, y como consecuencia de las nuevas ideas liberales, surgi entre los juristas espaoles una doctrina nueva: el patronato y la sumisin de la Iglesia al Estado no derivaban de una concesin de la Santa Sede, sino que era la resultante de un derecho inherente a la soberana de los reyes. Esta doctrina, mantenida en Espaa, fue invocada por algunos de los jvenes Estados emancipados entre ellos la Argentina que se reservaron el derecho de patronato sobre la Iglesia Catlica dentro de sus territorios.Tanto los reyes como los conquistadores estuvieron sinceramente imbuidos de la fe cristiana, y aunque no siempre los jefes de la hueste indiana estuvieron a la altura del mensaje de paz y concordia propuesto por Cristo, debe reconocerse el notable esfuerzo por dotar a las empresas colonizadoras de un sentido espiritual y evangelizadorDurante el siglo XVIII la iglesia fue esencial para el desarrollo del pas, el hecho de que los monjes fuesen los encargados de educar a la poblacin le dio a la iglesia un gran poder en la poca, tan grande fue su influencia que existieron hechos como que la iglesia posea grandes cantidades de riqueza debido a las capacidades que tenan los monjes jesuitas en cultivar las tierras, el hecho de que estos hayan tenido influencias desde Europa les permita implementar lo ultimo en tecnologa de cultivo es post de perfeccionar sus haciendas.No solo fue el dinero lo que importo, al ser los jesuitas los encargados de educar... la salida de estos mismos a finales del siglo XVIII marco un gran retroceso en el pas ya que se estaba expulsando a los hombres que ms cultura manejaban dentro de la sociedad de nuestro pas.Debido a estos hechos ya nombrados, la iglesia obtuvo un gran auge en la poca, marco tendencias y fue un patrn de suma importancia para el crecimiento de nuestro pas, tal llego a ser la importancia de esta que las unicas fiestas celebradas en el pas eran las religiosas como el Corpus Christi y la del Apostol.El Ejercicio del Derecho de Patronato:"El Patronazgo de todas las indias pertenece al Rey"

FelipeIIPor cuanto el derecho de patronazgo eclesistico nos pertenece en todo el estado de las Indias, as por haberse descubierto y adquirido aquel Nuevo Mundo, edificado y dotado en l las iglesias y monasterios, a nuestra costa, como por habrsenos concedido por bulas de los Sumos Pontfices de su propio motu, para su conservacin y de la justicia que a l tenemos. Ordenamos y mandamos que este derecho de patronazgo de las Indias, nico e Insolidum, siempre sea reservado a Nos y a nuestra Real Corona, y no pueda salir de ella en todo ni en parte, y por gracia, merced, privilegio o cualquiera otra disposicin que diramos en el dicho nuestro derecho de patronazgo [] y que ninguna persona secular ni eclesistica, orden ni convento, religin o comunidad de cualquier estado, condicin, calidad y preeminencia, judicial o extrajudicial; por cualquier ocasin o causa, sea osado a entrometerse en cosa tocante al dicho patronazgo real, ni a Nos perjudicar en l, ni a proveer Iglesia, ni beneficio, ni oficio eclesistico, ni a recibirlo, siendo provedo en todo el estado de las Indias, sin nuestra presentacin, o de la persona a quien lo contrario hiciere, siendo persona secular, incurra en perdimiento de las mercedes que de Nos tuviere en todo el estado de las indias [] Ley dictada por Felipe II el 1 de junio de 1574(Cspedes del Castillo. G. La sociedad colonial americana, en Historia social y econmica de Espaa y Amrica.)

Estado de la cuestin:El concepto de hibridez cultural como propuestaEl concepto hibridez ha sido recientemente acuado por Garca (1989; 1995; 1999; 2004) para referirse a los procesos de la modernidad, las formas en las cuales los grupos sociales apropian mltiples identidades derivadas de diversas interconexiones. Otros autores como Hannerz (1993; 1996), Appadurai (1988; 1991; 1996), Ydice (2002), Mato (1995; 1996; 2000), etc., han retomado el concepto para analizar y describir los sistemas de produccin, el consumo cultural, las polticas (visuales) culturales, el desarrollo turstico, etc.Garca en su libro Culturas Hibridas menciona tres hiptesis sobre lo hibrido y, concluye haciendo referencia a la modernidad la cual deriva no slo de lo que separa a etnias y clases, sino de los cruces socioculturales en que lo tradicional y lo moderno se mezclan, como otro modo de concebir la modernizacin en el continente, menciona que los conceptos sincretismo y mestizaje son los procesos para llegar a la hibridizacin, concepto ms amplio que ayuda a explorar diversas mezclas interculturales, no slo las raciales, pues estas suele limitarse al mestizaje y, el sincretismo como la fusin religiosa y de movimientos simblicos tradicionales.Garca menciona que para entender el concepto hibrido, antes hay que repensar la sociedad como el conjunto de smbolos y significados que dependen de la globalizacin como fuente principal. Esta por su parte, se desprende de dos procesos, el primero concebido como de internacionalizacin de la economa y la cultura desde la apertura comercial de las sociedades europeas hacia oriente y occidente. En segundo plano el autor ubica la transnacionalizacin y difiere a un proceso que se va formando a travs de la internacionalizacin de la economa y la cultura en la primera mitad del siglo XX con la formacin de empresas y movimientos mercantiles no situados en espacios fijos, sino en ms de un pas o regin del globo terrqueo a travs de procesos polticos, geogrficos y mercantiles convenibles.En tercer punto, el autor ubica a la globalizacin y menciona que sta se fuepreparandodurante los procesos antes descritos, mediante una intensificacin de dependencias recprocas; el crecimiento y la aceleracin de redes econmicas y culturales que operan en la escala mundial y para ello fue necesario recurrir al desarrollo de sistemas de informacin como la radio, la televisin y el internet, los cuales eran tiles para la comunicacin y de esta forma facilitara la produccin y distribucin de bienes, desterritorializando las fronteras geogrficas y finalmente concibiendo la globalizacin como un nuevo rgimen de producciones del espacio y del tiempo;El autor menciona que a partir de la dcada de los 50 Latinoamrica entr en un proceso ms amplio de modernizacin estructural, que se manifiesta en un crecimiento industrial y, por consiguiente, en una mayor sincrona con las vanguardias internacionales. Daniel Mato por su parte, menciona que la globalizacin no solamente se ha encargado de aspectos mercantiles y tecnolgicos, sino tambin de la cultura, citando el consumoculturaly mencionando que toda modalidad de consumo es cultural, es decir, simblicamente significativa y contextualmente relativa y responde a un sistema de representaciones colectivas, el autor menciona que el carcter cultural de las practicas de consumo no depende dequse consume sino decmose consume, en estos tiempos de globalizacin, lo cultural de lo econmico y lo econmico de lo cultural no se limita y una depende de la otra.Propone pensar que el continente debera ser concebido como una articulacin compleja de tradiciones y modernizaciones, diversas y desiguales, donde coexisten mltiples lgicas de desarrollo, resalta que la modernidad es inherentemente globalizadora y que esta ltima encuentra su sustento tambin en diversos procesos de homogeneizacin cultural y remata diciendo que la sociedad de consumo es una de sus expresiones, sin esta modernidad que se materializa en aeropuertos, las calles, los mercados, etc., difcilmente una cultura mundializada tendra oportunidad de florecer, y la cuestin va ms all del consumo de productos similares por todo el globo terrqueo, podemos encontrar grupos de personas que habitando lugares diferentes comparten ciertas visiones del mundo, necesidades de consumo, disponibilidades cotidianas y estticas que no propiamente pertenecen a su cultura.Hannerz por su parte, hace evidente el aspecto de globalizacin y especficamente el de transnacionalizacin al mencionar que la produccin y el consumo cultural se encuentran inmersos en los procesos de globalizacin, especficamente en la interconexin de grupos, piases y lugares, de desplazamientos masivos de ideologas e intereses que conforman elecmene global. El autor hace uso de posturas antropolgicas posmodernas que aluden al desplazamiento cultural a travs de los sistemas de redes; la transnacionalizacin es sin duda un efecto de lo que l menciona comotalleres culturales, ya que las comunidades transnacionales y no menos las familias transnacionales son precisamente esos pequeos talleres culturales, negociando significados, valores y formas simblicas, incluyendo en dicho proceso las culturas del lugar anterior como las del nuevo.Menciona que el hecho de agruparse entre miembros de una misma cultura y construir lo que el autor menciona comoresonancia cultural, alude concretamente a revivir un pasado colectivo a travs de la fraternidad entre miembros de la misma cultura, formas de pensar (religin, etc.), lenguajes compartidos (jergas), entre otras, formando una gran familia y sobre todo con las referencias simblicas del pasado que todos comparten, a los antepasados que son patrimonio comn etc. (Hannerz, 1996, 138). El autor reconoce lo transnacional como aquellos desplazamientos de personas a otros espacios, establecimientos de peruanos y cubanos en Miami, de mexicanos en Los ngeles y de puertorriqueos en Nueva York.Garca por su parte, coincide con Hannerz y menciona el caso de la radio en Argentina usada como estrategia de unificacin diasprica de bolivianos residentes en Buenos Aires, como medio de difusin que une a su pas de origen y el lugar en el que se establecen, ya que adems de transmitir melodas y noticias que generan nostalgia propone ritos para encuentros imaginarios: nuestra msica, - a tomarse las manos, compadres. A cerrar los ojos y pensar que estamos en nuestra tierra (2004:102), pero como el propio autor menciona, la comunicacin ya no se produce alrededor del fuego de la aldea, sino a la aldea construida por la radio.A su vez, la desterritorializacin crea nuevos mercados para las empresas y los empresarios que buscan justamente esas coyunturas para invertir. Las agencias de viajes por ejemplo, hacen paquetes como estrategias de mercado a costa de la necesidad que tienen los pueblos recolocados de mantener contacto con su pas de origen (2006:164), debido a las culturas transnacionales, cada vez hay ms personas que viven en ms de una cultura.Appadurai por su parte, menciona que los movimientos globales se han convertido en productores de la imagen, lo imaginado y el imaginario como trminos que dirigen en los procesos culturales globales, a la imaginacin como prctica social.En adelante, el autor hace mensin de lo visual como productor de ideologias que interconectan al mundo a travs de paisajesimaginados(aludiendo a Anderson),etnopaisajesque aluden los procesos de americanizacin, detecnopaisaje, aludiendo a la utilizacin de tecnologias como el internet, la televisin, entre otros medios que ayudan a conectar a las sociedades y, dar disfusin a los productos negociables, losfinanzopaisaje, hacen referencia a la mercantilizacin de productos y elementos negociables, venta por internet y transeferencias que se hacen en cualquier parte del mundo,mediapaisajes, refieren a la distribucin de las capacidades electronicas, de producir y desiminar informacin (periodicos, revistas, televisin, produccin cinematografica, etc.) que ahora estan al alcance del pblico global, resaltando lo que el autor llama la imagen media, el uso exclusivo de tecnologias distribuibles concebidos comoartefactos ciberculturales(Saldivar, 2010), a la vez, losideopaisajescomprenden formas (visin) de ver el mundo, polticas que se manejan a travs de ideologias y discursos que se construyen en los procesos de interaccin y, por ltimo, losreligiopaisajes(Saldivar, 2010), los cuales aluden a los procesos de mercantilizacin de prcticas y elementos de ndole religioso, construccin de discursos y utilizacin de tecnologias (citando a Ydice) y medios de comunicacin que proporcionan difusin a las mismas.La globalizacin entonces, ha sido un factor importante para la multiculturalidad y construccin de nuevos escenarios que involucran estados de consumo y mercantilizacin sociocultural.Desde mi punto de vista, los conceptos de sincretismo e hibridez (fusin) se encuentran vinculados y uno depende del otro para explicar los procesos culturales en el continente, si bien es cierto, el sincretismo como concepto, describi la unin de culturas y como resultado una nueva, recorri procesos de unificacin y estuvo relacionado con otros como raza, identidad, religin, territorio, etc., el concepto de hbrido por su parte, alude a los proceso de globalizacin, de desterritorializacin no slo de personas sino tambin de ideologas, si bien es cierto, el sincretismo tambin resalta dicha fusin, el de hibrido entonces, se vincula con aspectos transnacionales, prcticas y polticas de la diferencia, formas y expresiones que hacen de lo local algo global y, de lo global algo local. Finalmente, si pretendemos abordar una crtica entre ambos conceptos, seria relevante definir el sincretismo como un proceso para llegar a la hibridizacin, es decir, que tericamente sera el punto de partida para analizar fenmenos complejos que aluden a los procesos culturales actuales, formas de representar lo translocal.

Hiptesis:La cristianizacin de los indgenas serva tambin como una forma de control sobre ellos y como una manera de ejercer un dominio cultural y espiritual por medio de la imposicin de una supuesta superioridad religiosa.El principal problema para Amrica Latina surge de la presencia de dos culturas: la del conquistador y la del conquistado. Dos maneras distintas de ver, sentir y expresar el mundo, la vida. Las respuestas culturales son coherentes respecto de sus respectivos orgenes. Si bien es cierto que toda cultura entendida como proceso es permanentemente agredida por fuerzas extraas que la modifican, tambin lo es que responde en trminos similares, porque las agresoras son igualmente culturas en proceso, donde las influencias recprocas, la transculturacin, imprimen cambiosPor qu los nativos de amrica aceptaron a los santos espaoles? Los frailes que en el siglo XVI se encargaron de la evangelizacin de los pueblos indgenas de la Nueva Espaa proclamaron casi inmediatamente el xito de su empresa cristianizadora: los indgenas acudan en masa a las iglesias, se bautizaban con avidez y participaban con entusiasmo en las atractivas procesiones y misas organizadas por los religiosos; adems, con su trabajo se construyeron centenares de iglesias y monasterios que modificaron irreversiblemente el paisaje sagrado del pas. Qu atrajo a los indgenas a la nueva fe predicada por los franciscanos, dominicos y agustinos? En primera instancia, no hay que olvidar que los espaoles destruyeron y proscribieron los templos, los cultos, los libros y las doctrinas de las antiguas religiones estatales mesoamericanas. Inhabilitaron de esta manera a las antiguas deidades tutelares, los dioses patronos que regan la vida ritual y poltica de los Estados mesoamericanos y que definan su historia, su identidad y su fuerza, desde la fertilidad de su maz hasta el podero de sus ejrcitos. Pero esa persecucin no basta para explicar por qu tantos aceptaron voluntariamente la predicacin catlica. En primer lugar, los mesoamericanos estuvieron dispuestos a conocer y adorar a los dioses cristianos as concibieron la plyade de santos, vrgenes y apstoles que acompaaban a la Santsima Trinidad porque sus religiones eran politestas y tenan una larga tradicin de aceptacin de las divinidades de otros pueblos. Adems, desconocan el principio de intolerancia constitutivo del catolicismo: la conviccin de ser la nica verdadera religin. Por si esto no fuera suficiente, los nuevos dioses cristianos haban demostrado brutalmente su poder: para los es paoles tanto como para los indgenas, la conquista de los mexicas fue, sobre todo, la derrota de su temible dios guerrero, Huitzilopochtli, por el sanguinario Santiago Matamoros, santo patrono de los conquistadores. La siguiente copla de la Danza de moros y cristianos, practicada hoy en da en muchas comunidades indgenas mexicanas, explicita, en un ficticio dilogo entre Corts y Moctezuma, este razonamiento que equipara la fuerza blica con el poder divino: Corts: Es tan eterno este Dios, que si quieres ver su gloria olvida tu ley que tienes y observa a un Dios verdadero. Moctezuma: Y para qu traes tu acero? Corts: Porque si renuente ests y no admites lo que quiero, en l experimentars que ste es el Dios verdadero. Los cronistas cuentan que ya durante la guerra de conquista los tlaxcaltecas se acogan a la proteccin de Santiago Matamoros y pronto hicieron lo mismo la mayora de sus coterrneos, pues les convena buscar el auxilio de las poderosas deidades de los espaoles para evitar el triste destino de los mexicas. Este clculo pragmtico explica el rpido entusiasmo de los indgenas por las deidades catlicas y marca claramente los lmites de su conversin. Los indgenas adoptaron a los santos cristianos como sus nuevas deidades tutelares y los utilizaron, muchas veces, en contra del poder espaol e incluso de la Iglesia Catlica. Los habitantes de Tlalmanalco sustituyeron a Tezcatlipoca por San Juan Bautista para preservar el lucrativo negocio de su centro de peregrinacin. En los Ttulos primordiales escritos por las pequeas comunidades campesinas del Valle de Mxico en el siglo XVII, encontramos testimonios de los sueos, revelaciones y milagros por medio de los cuales los pueblos nahuas establecieron pactos directos con Santiago o San Matas. Todas las rebeliones mayas hasta el siglo XIX fueron encabezadas por un santo, por la Virgen Mara o por Cristo. Estos santos que hablaban nhuatl o tzeltal, que se proclamaban padres y protectores de los indios y que, incluso, se nahualizaban en diversos animales,no se conformaban a la ortodoxia cristiana, como tampoco lo hacen los santos que hoy en da se enamoran, se casan y se pelean para reflejar las alianzas, pactos y pleitos entre sus pueblos. El santo de las comunidades indgenas coloniales y actuales es un dios propio y particular que reside en la estatua de madera a la que adoran y castigan y que poco tiene que ver con la figura del santoral cristiano. En suma, el culto a los santos patronos, que conforma la columna vertebral de la religiosidad indocristiana, es una combinacin caracterstica de las complejas negociaciones culturales que han marcado la historia indgena tras la conquista. Por un lado, los santos continan la tradicin prehispnica de los dioses tutelares, pues cumplen el mismo papel de smbolo y encarnacin de la identidad comunitaria, pero por el otro su efectividad y su poder dependen precisamente del hecho de que son diferentes de los antiguos dioses, de que son extranjeros, geros y poderosos, y por ello pueden dar a los indgenas algo del poder y la fuerza que perteneci a los conquistadores. DISEO METODOLGICO.. Lainvestigacin cualitativaometodologa cualitativaes unmtodo de investigacinusado principalmente en lasciencias sociales que se basa en cortes metodolgicos basados en principios tericos tales como lafenomenologa, lahermenutica, lainteraccin socialempleando mtodos de recoleccin de datos que son no cuantitativos, con el propsito de explorar las relaciones sociales y describir la realidad tal como la experimentan sus correspondientes protagonistas.la investigacin cualitativa busca explicar las razones de los diferentes aspectos de tal comportamiento. En otras palabras, investiga el por qu y el cmo se tom una decisin, en contraste con la investigacin cuantitativa, que busca responder preguntas tales como cul, dnde, cundo, cunto. La investigacin cualitativa se basa en la toma de muestras pequeas, esto es la observacin de grupos de poblacin reducidos, como salas de clase, una comunidad, etctera.Las tcnicas pueden usarse para cuestionar de forma indirecta a los participantes a proyectar sus motivaciones, creencias, actitudes o sentimientos subyacentes con respecto a los temas de inters. Al Interpretar la conducta de otros, los participantes proyectan de manera indirecta sus propias motivaciones, creencias, actitudes o sentimientos en la situacin. Entre las tcnicas proyectivas ms comunes estn:Asociacin: Tcnica proyectiva en la cual se presenta un estmulo al participante y se le pide que responda lo primero que le venga a la mente.Construccin: Tcnica en la que los participantes deben construir una respuesta en forma de historia, dilogo o descripcin.Expresin: Tcnica en la que se presenta al participante una situacin verbal o visual, y se le pide que relacione los sentimientos y las actitudes de otras personas con la situacin.Grupos focales con testimonios de vida; vivencia directa dentro del grupo. Ejemplo: un grupo de personas que asisten a la festividad de san gilTcnicas: Entrevistas Observacin de casos, grabaciones, entre otros. Anlisis exhaustivo de datos.Observacin participativa donde el investigador participa dentro de la situacin o problema que se vaya a investigar. Ejemplo fue el caso de Oscar Lewis quin convivi con los residentes de La Perla en San Juan y se paso como un pordiosero y al interpretar y redactar sus experiencias escribi su muy famoso libro, La vida y expone su teora sobre la cultura de la pobreza.

Tambin es aceptable que el investigador sea reconocido de antemano en una investigacin, por ejemplo si se desea saber como se da el proceso de enseanza en una sala de clase en una determinada materia y se quiere estar en la clase como participante y a la vez haciendo las observaciones e interpretaciones pertinentes al estudio.

Observacin no-participativa - que el investigador observe y toma datos. Los estudios realizados por Jean Piaget es un buen ejemplo de su mtodo de observacin natural.

Simulaciones es un mtodo de observacin no participativa donde se crea una situacin y los sujetos actan y se les observa.

Estudio de casos - llevar a cabo un estudio exhaustivo de una persona, una sala de clase, escuela o institucin.

Investigacin etnogrfica combina tanto los mtodos de observacin participativa como las no participativas con el propsito de lograr una descripcin e interpretacin holstica del asunto o problema a investigar. El nfasis es documentar todo tipo de informacin que se da a diario en una determinada situacin o escenario, observar y llevar a cabo entrevistas exhaustivas y continuas, tratando de obtener el mnimo de detalle de los que se est investigando.

Su relevancia es que permite ver muchos aspectos subjetivos difcil de cuantificar o de medir objetivamente.Su limitacin, que como estudio de naturaleza interpretativa por parte del investigador, puede estar afectada por prejuicios y que se cuestione por ende la validez y confiabilidad de la investigacin.Para probar su confiabilidad y validez es importante:

Que los hallazgos se comprueben por diversos medios e instrumentos de investigacin. Por ello es muy importante utilizar una gran variedad de instrumentos que sirvan para corroborar los resultados.

rea de estudio: la festividad religiosa de san gil en sacha pozo desde el 26 de agosto hasta el 2 de setiembre.

Cronograma. Tiempo

Acciones

JulioAgosto

SetiembreOctubre Noviembre

Investigacin bibliogrfica

xxxxx

Diseo de la investigacin y rearmadoxxx

Recoleccin de datosxxxxxx

Organizacin e interpretacin de los datos

XXXX

Elaboracin de informes

XX

BIBLIOGRAFA.

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