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CRITCHLEY, Simon y Oliver MARCHART (compiladores). Laclau. Aproximaciones críticas a su obra. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2008. Introducción Simon Critchley y Oliver Marchart [pp. 15-29] Una vida en la política “mientras en la ideología del partido [socialista argentino] había un evidente reduccionismo de clase, resumido en el supuesto de que existían intereses ‘naturales’ de la clase obrera, la experiencia del populismo argentino le enseñó a Laclau exactamente lo contrario: las alianzas políticas no debían construirse a lo largo de las fronteras de clase, sino más allá de éstas, en un esfuerzo constante por hegemonizar una tarea universal más vasta”. (p. 16) Cuatro cambios en el pensamiento político: la novedad de Hegemonía y estrategia socialista Con Hegemonía y estrategia socialista, “Mouffe y Laclau no pretendían el completo rechazo de todo lo que cabe bajo el rótulo de marxismo, sino el fortalecimiento de uno de sus rasgos particulares: la tradición gramsciana”. (p. 17) o “La categoría de la hegemonía les permitió desmantelar la dicotomía marxista entre ‘base’ económica y ‘superestructura’ ideológico política”. (p. 17) “en la obra posterior de Laclau, la ‘hegemonía’ se ha convertido en el nombre de la lógica general de la institución política de lo social”. (p. 18) “si lo político es primario y constitutivo de lo social y no deriva de ninguna otra instancia, entonces ningún actor

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Laclau

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CRITCHLEY, Simon y Oliver MARCHART (compiladores). Laclau. Aproximaciones crticas a su obra. Buenos Aires: Fondo de Cultura Econmica, 2008.

IntroduccinSimon Critchley y Oliver Marchart[pp. 15-29]

Una vida en la poltica

mientras en la ideologa del partido [socialista argentino] haba un evidente reduccionismo de clase, resumido en el supuesto de que existan intereses naturales de la clase obrera, la experiencia del populismo argentino le ense a Laclau exactamente lo contrario: las alianzas polticas no deban construirse a lo largo de las fronteras de clase, sino ms all de stas, en un esfuerzo constante por hegemonizar una tarea universal ms vasta. (p. 16)

Cuatro cambios en el pensamiento poltico: la novedad de Hegemona y estrategia socialista

Con Hegemona y estrategia socialista, Mouffe y Laclau no pretendan el completo rechazo de todo lo que cabe bajo el rtulo de marxismo, sino el fortalecimiento de uno de sus rasgos particulares: la tradicin gramsciana. (p. 17)

La categora de la hegemona les permiti desmantelar la dicotoma marxista entre base econmica y superestructura ideolgico poltica. (p. 17)

en la obra posterior de Laclau, la hegemona se ha convertido en el nombre de la lgica general de la institucin poltica de lo social. (p. 18)

si lo poltico es primario y constitutivo de lo social y no deriva de ninguna otra instancia, entonces ningn actor social puede reclamar una posicin privilegiada en la sociedad. De all que la clase como actor poltico pierda su privilegio ontolgico. En cambio, debemos confrontar el fenmeno de una cadena potencialmente interminable de actores sociales que forman sus identidades alrededor de nociones distintas a la de clase como las nociones de gnero, raza, etnia u orientacin sexual. (p. 18)

Laclau y Mouffe presentaron, en el ltimo captulo de su libro, el proyecto de una democracia radical y plural. Si este proyecto se denomina radical, es porque una de sus metas es expandir los efectos igualitarios a cada vez ms reas de lo social. Si, por otro lado, se denomina plural, es porque la autonoma relativa de las demandas de los diferentes grupos debe ser aceptada y articulada en un movimiento comn ms vasto, lo que se conoce como una cadena de equivalencia. (p. 18)

lo social propiamente dicho es reconceptualizado por completo por Laclau y Mouffe en trminos de discursividad. (p. 19)

Laclau y Mouffe describieron el mecanismo de la formacin identitaria incorporando un concepto de antagonismo sumamente original. Se supone que el antagonismo expresa el proceso por el cual lo social, es decir, el campo de las diferencias discursivas, es homogeneizado en una cadena de equivalencia que opera [/] frente a un exterior puramente negativo. (pp. 19-20)

En un estado de opresin, por ejemplo, los diferentes sectores sociales pueden establecer entre ellos una relacin de equivalencia opuesta a su exterior constitutivo, el opresor, y no obstante, las diferencias entre esos sectores quedarn olvidadas siempre y cuando su relacin antagnica con el opresor permanezca intacta. (p. 20)

Desde este punto de vista, la hegemona debe entenderse como el intento de construir discursivamente, a partir de un terreno de diferencias, el bloque histrico de una formacin hegemnica especfica. (p. 20)

Para ellos, la sociedad es imposible; ms bien, lo social es siempre articulacin.

si lo discursivo se considera primario con respecto a todas las identidades sociales, entonces la sociedad jams estar en condiciones de encontrar su fundamento ltimo o alcanzar la totalidad, donde el antagonismo desaparece y la poltica se termina. La imposibilidad de la sociedad es una consecuencia necesaria del constructivismo de Laclau y Mouffe.

Aunque Laclau y Mouffe utilizan muchas herramientas deconstructivistas, han aclarado que el deconstructivismo necesita complementarse de la teora de la hegemona.

Si la operacin deconstructiva consiste en revelar el momento ltimo de la indecidibilidad inherente a toda estructura, la hegemona nos ofrece una teora de la decisin tomada en ese terreno indecible. (p. 21)

Universalidad elusiva: Nuevas reflexiones sobre la revolucin de nuestro tiempo y Emancipacin y diferencia

Laclau comienza a concentrarse ms en los aspectos lacanianos de sus argumentaciones. Por ejemplo, en vez de la nocin de las posiciones de sujeto, comienza a referirse ms ala nocin del sujeto-como-falta. (p. 22)

Esto le permiti evitar estancarse en una idea de la subjetividad completamente pasiva donde la posicin de sujeto es determinada por el movimiento constructivo de la estructura, sin tener que recurrir a la igualmente inadecuada idea de la nocin cartesiana clsica o voluntarista del sujeto. (p. 22)

la identidad ya no se concibe como un mero efecto de construccin estructural sino que es el resultado de los procesos de identificacin desatados por esa falta de identidad originaria llamada el sujeto. (p. 22)

Adems, Laclau decidi radicalizar su nocin del antagonismo [] como lmite de lo social, incorporando una vez ms una categora ms primaria: la dislocacin. sta debe ahora dar cuenta del hecho de que lo social, o la sociedad en tanto totalidad presupuesta, est siempre ya dislocado por un exterior que, sin embargo, no siempre ni necesariamente debe ser construido discursivamente en la forma del antagonismo. (p. 22)

Es decir, el Otro que disloca la propia identidad no siempre se construye en la forma de un enemigo antagonista. Podran darse otras opciones, como que se considere que se trata de la expresin de la ira de Dios, que es un castigo por nuestros pecados. Esto significa que al momento de la construccin del exterior ya existe previamente una organizacin discursiva. Desde aqu se podra suponer toda una tecnologa de poder en la movilizacin de los oprimidos. (Laclau, citado en la nota 8, p. 22)

Para Laclau, las tensiones entre diversas visiones polticas sobre la diversidad de identidades culturales se basan en la relacin entre universalismo y particularismo.

Laclau entiende lo universal como algo vaciado de todo contenido concreto que se ha convertido en el nombre del fundamento imposible de lo social, que no es sino otro nombre de la ausencia de todo fundamento primordial. As, lo universal no desaparece simplemente, sino que se conserva como una dimensin necesaria de cualquier accin social y poltica. (p. 23)

la universalidad debe continuar vigente como horizonte vaco de lo social: un horizonte que, sin embargo, nunca ser llenado del todo por un particularismo dado, aun cuando las fuerzas y los actores particulares se esfuercen por encarnarlo. (p. 23)

De tal modo, Laclau reformula el concepto de hegemona como la relacin entre las dimensiones de lo universal y lo particular. (p. 23)

En la relacin hegemnica, una demanda, un grupo o una identidad particular se hace cargo de la tarea de encarnar la universalidad ausente y vaca. Obviamente, el grupo particular siempre desempear, hasta cierto punto, el rol del impostor. Sin embargo, aun cuando ningn particularismo lograr jams cumplir esta tarea, alguna orientacin hacia la dimensin universal contina siendo indispensable en tanto un proyecto poltico pretende generar efectos hegemnicos. (p. 24)

Desde estas perspectivas, el proyecto democrtico radical sera aquel que conservara conscientemente la tensin ineliminable entre universalismo y particularismo, que aceptara totalmente la naturaleza contingente de la empresa poltica, y en el cual la dimensin de universalidad siguiera siendo un horizonte vaco sin convertirse jams en otro fundamento positivo. (p. 24)

PARTE IFILOSOFA: UNIVERSALIDAD, SINGULARIDAD, DIFERENCIA

Qu tan vaco puede estar el vacoAcerca del lugar de lo universalRodolphe Gasch

la certeza de que no puede haber poltica, ni sociedad ni democracia sin hacer referencia a la universalidad ha llevado a Laclau a repensar ese concepto. (p. 33)

La nocin de la universalidad que se desarrolla en el marxismo que es una corriente propia del racionalismo ilustrado europeo supera tericamente a las antiguar concepciones de lo universal (la clsica y la cristiana), en tanto que ya no considera la separacin inteligible-sensible ni la esperanza futura de la rencarnacin: el universal est encarnado en un cuerpo particular concreto: el proletariado.

El principal blanco de la crtica de Laclau es la restriccin de lo universal a un solo agente histrico o social. Para Laclau esta restriccin siempre se ha basado en el supuesto de que ese agente ocupa una posicin esencial en las relaciones de produccin capitalistas o en lneas ms generales en la creencia de que ese agente encarna alguna esencia humana, norma, valor o principio incondicional transcultural del que deriva su privilegio como necesidad absoluta. (p. 36)

En la actual configuracin sociopoltica, la insistencia de Laclau en la necesidad no slo de reformular sino tambin de rescatar el concepto de universalidad apunta, primordialmente, contra el particularismo que amenaza al multiculturalismo y las polticas de la diferencia que propugna. (p. 38)

Laclau considera que la afirmacin de la diferencia en la medida en que es constitutiva de lo social no es posible sin una referencia negativa a otros y, por lo tanto, sin una apelacin positiva a una unidad o totalidad que trascienda tanto a uno mismo como al otro. (p. 38)

Antes que un a priori ahistrico de lo social, lo universal es el efecto de una construccin pragmtica en el tejido concreto de la vida social y poltica, ms all de que los anlisis que se hagan de l sean mayormente de naturaleza formal. Como resultado de ello, lo universal, en lugar de llevar el sello de la necesidad, es dependiente de esta construccin pragmtica y, por lo tanto, es un producto histrico contingente. (p. 40, se cita a Laclau)

Laclau: El nico estatus que estoy dispuesto a garantizarle a la universalidad es el de ser el precipitado de una operacin equivalencial, lo cual significa que lo universal nunca es una entidad independiente sino slo el [/] conjunto de los nombres correspondientes a una relacin siempre finita y reversible entre particularidades. (citado en pp. 40-41)

la universalidad, en vez de precederlas o regularlas, es claramente un efecto de las operaciones equivalenciales. (p. 41)

Basndose en la lingstica estructural, Laclau concibe que todo sistema social se da como un sistema de diferencias. Pero en tanto que sistema, tiene lmites constitutivos. Lo que est ms all de tales lmites no puede ser significado; es excluido.

Si el sistema de diferencia se basa en una operacin excluyente, se deduce que los elementos diferenciales que lo componen son inherentemente afectados por esa exclusin. Son, como seala Laclau, constitutivamente divididos. (p. 41)

As, cada elemento del sistema est constitutivamente dividido: cada uno se expresa como diferencia pero a la vez como equivalencia.

Ojo: ese exterior excluido del sistema que permite que las identidades se formen diferencialmente, y al mismo tiempo las iguala, no es un fundamento sustancial que pueda significarse en trminos positivos. (p. 42)

lo que significar a la totalidad del sistema no ser del todo congruente con l, dado que el sistema no puede cerrarse sobre s mismo en plena presencia. (p. 43)

Como producto de la lgica de la equivalencia, lo universal sera entonces un conjunto unificado de demandas equivalenciales que (en un momento histrico) son compartidas por las diferentes particularidades que conforman la comunidad como el derecho a la educacin, a llevar una vida decente y a ocupar un lugar en la vida pblica. (p. 43) Los ejemplos son todava demasiado abstractos.

Lo universal no es entonces un contenido fijo sino una serie abierta de demandas. (p. 43)

Considerado en s mismo, lo universal es un lugar vaco cuyo ocupante ser el resultado de una articulacin histrica contingente. (p. 45)

Aunque el lugar vaco [de lo universal] tiene que encarnar en algn contenido concreto, es indiferente al contenido de aquello que lo llena. Tampoco existe, explica Laclau, ninguna razn a priori para no llenarlo con cualquier contenido. Cualquier fuerza puede ocuparlo. (p. 45)

Ante la acusacin de formalismo hecha por Butler, Laclau recuerda que el significante vaco que es la universalidad no es nunca un significante absolutamente vaco: la nica universalidad posible es aquella que se construye a travs de una cadena equivalencial. (Laclau, citado en p. 46)

el vaco presupone lo concreto [] la universalidad alcanzable a travs de una lgica equivalencial ser siempre una universalidad contaminada por [/] la particularidad. Estrictamente hablando no existe ningn significante verdaderamente vaco, sino slo tendencialmente vaco. (Laclau, citado en pp. 46-47)

En vez de sugerir abstraccin y formalismo, el vaco (relativo o tendencial) de la universalidad del significante es [] una funcin del enfoque pragmtico de Laclau sobre lo social y lo poltico. (p. 47)

quisiera recordar que ese vaco [de lo universal] implica la completa exterioridad de aquello que viene a llenar al espacio de lo universal. Dado que no existe ningn contenido predestinado a priori para ocupar el lugar vaco, cualquiera tiene derecho como sostiene Laclau a suturar ese lugar. (p. 47)

Laclau: precisamente porque el lugar universal est vaco puede ser ocupado por cualquier fuerza, no necesariamente democrtica. (citado en p. 47)