informe de la huelga de 1954

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INTRODUCCIÓN Un Hecho que ha conmovido en lo que fue el siglo XX fue la Gran Huelga Bananera de 1954. En su desarrollo y consecuencias los obreros agrícolas de las compañías bananeras estuvieron tan inmersos en el problema que hicieron una historia que marco diferencias profundas tanto para la población asalariada como para las propias transnacionales. La relación de las transnacionales se transformó a tal grado que en la época actual nada se hace sin el correspondiente contrato colectivo y en condiciones de paridad y respeto, como no estaban acostumbrados los patronos, extranjeros y nacionales. Su prepotencia fue de alguna manera vencida por la presencia multitudinaria y la tenacidad de un tipo de trabajador menos sumiso que el campesino y los obreros artesanos actuales. Entre el 1ro y el 2 de mayo de 1954, los trabajadores bananeros de Honduras se fueron a una huelga que, después de una semana, cubriría el país en un gran alzamiento que involucraría a casi la totalidad de los trabajadores del país. Nunca los huelguistas se imaginaron que estaban partiendo la historia de Honduras y formando un movimiento social sin precedentes. Para entender este fenómeno, hay que recordar lo que eran los monopolios bananeros que, como la Unidad Fruit Co. y la Standard Fruit Co., no sólo dominaban la economía de Honduras y el Caribe, sino que eran un "Estado dentro del Estado", ponían y quitaban presidentes, controlaban el Congreso Nacional, y las leyes estaban a su servicio. Los trabajadores sufrían una explotación sin límites, no gozaban de ningún derecho laboral o social. El país estaba sometido desde hacía 25 años a una terrible dictadura que no permitía libertades políticas y no habían elecciones.

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hUELGA DE 1954

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INTRODUCCIÓN

Un Hecho que ha conmovido en lo que fue el siglo XX fue la Gran Huelga

Bananera de 1954. En su desarrollo y consecuencias los obreros agrícolas de

las compañías bananeras estuvieron tan inmersos en el problema que hicieron

una historia que marco diferencias profundas tanto para la población

asalariada como para las propias transnacionales.

La relación de las transnacionales se transformó a tal grado que en la época

actual nada se hace sin el correspondiente contrato colectivo y en condiciones

de paridad y respeto, como no estaban acostumbrados los patronos,

extranjeros y nacionales. Su prepotencia fue de alguna manera vencida por la

presencia multitudinaria y la tenacidad de un tipo de trabajador menos sumiso

que el campesino y los obreros artesanos actuales.

Entre el 1ro y el 2 de mayo de 1954, los trabajadores bananeros de Honduras

se fueron a una huelga que, después de una semana, cubriría el país en un gran

alzamiento que involucraría a casi la totalidad de los trabajadores del país.

Nunca los huelguistas se imaginaron que estaban partiendo la historia de

Honduras y formando un movimiento social sin precedentes.

Para entender este fenómeno, hay que recordar lo que eran los monopolios

bananeros que, como la Unidad Fruit Co. y la Standard Fruit Co., no sólo

dominaban la economía de Honduras y el Caribe, sino que eran un "Estado

dentro del Estado", ponían y quitaban presidentes, controlaban el Congreso

Nacional, y las leyes estaban a su servicio. Los trabajadores sufrían una

explotación sin límites, no gozaban de ningún derecho laboral o social. El país

estaba sometido desde hacía 25 años a una terrible dictadura que no permitía

libertades políticas y no habían elecciones.

OBJETIVO GENERAL

Conocer las causas, así como el proceso evolutivo y las consecuencias del

movimiento obrero que dio paso a la huelga general en el año de 1954 en

Honduras.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

Detallar cómo surge el movimiento Obrero Hondureño, cuáles han sido

sus luchas y cuáles han sido sus logros.

Conocer los enfoques que se aplicaban en el aspecto laboral las

Empresas Bananeras como la Tela RR Co. y la Standard Fruit Co.

Incluyendo beneficios y condiciones de trabajo para los obreros.

Especificar las causas que motivaron a los obreros a realizar la Huelga

de 1954 y definir si al final se cumplieron sus objetivos.

Enumerar los beneficios que acarreo esta Huelga para los trabajadores

en esa época y las futuras , como ser la Ley de Reforma Agraria y la

Ley del seguro Social entre otras.

LA HUELGA DE 1954

ANTECEDENTES HISTORICOS

Los primeros cultivos de banano se hicieron en Honduras por personas

aisladas e independientes en Islas de la Bahía. Allí se presentaron algunos

compradores norteamericanos y llevaron la fruta a Estados Unidos, donde la

vendieron a buen precio. “Allá por 1860 llegaron a Nueva Orleáns, llevadas

por las goletas de las Islas, los primeros racimos de bananos hondureños,

procedentes de las Islas. Mr. Oteri, comerciante en frutas establecido en la

ciudad de Nueva Orleáns, se intereso en el negocio, tanto por la novedad que

despertó como por la halagadora ganancia obtenida, a pesar de que entonces el

racimo se pago diez veces más caro que hoy” (). El primero que envió un

barco un barco el E.B.Ward Jr. A llevar bananos de Las Islas y que se dedico

al transporte regular de dicha fruta, fue el referido comerciante Oteri.

Nace el comercio bananero

A partir de estos ensayos, varias empresas se dedicaron a comprar bananos a

los productores nacionales de la Costa Norte de Honduras. Entre dichas

empresas se encuentran la “New Orleáns and Bay Island Company”, la

“Macheca Brothers Company”, la “Vaccaro Brother Company” y la “Williams

and Rankin Company”. Para favorecer a los cultivadores locales, el

gobierno de la República emitió en 1893 un decreto por medio del cual

obligaba a los comerciantes a obtener los bananos en las playas y no al borde

de los barcos. Esto se hacía para que el deterioro de la fruta, despachada en

pequeñas lanchas hasta los buques, corriera a cuenta de las empresas

comercializadores y no de los productores. Los racimos eran apilados en las

bodegas de los barcos de carga y para que el calor no acelerara el proceso de

maduración, se dejaban abiertas las escotillas, con el consiguiente peligro al

navegar por las agitadas aguas del Caribe.

A pesar de esas dificultades el banano fue ganando terreno en la economía

hondureña al aumentar año con año el volumen de su exportación. Así

observamos que, si en 1892 este producto constituía el 11.3 por ciento de las

exportaciones globales de Honduras, en 1896 dicho porcentaje es ya de 22.8,

para alcanzar en 1903 el 42.0 por ciento. En 1893 también se decreto un

impuesto de dos centavos de dólar por racimo exportado. Los fondos

obtenidos se destinaron al desarrollo de la educación primaria en Honduras y

al estimulo de la producción bananera misma mediante el procedimiento de

subsidiar nuevas líneas de transporte hacia los mercados norteamericanos,

donde aumentaba sin cesar la demanda.

El auge del negocio llevo a que algunos de los compradores tuvieran la audaz

idea de cultivar ellos mismos la fruta para no depender totalmente de los

productores locales. En 1890 los hermanos Vaccaro de origen italiano

solicitaron permiso con ese propósito. El mismo les fue otorgado y, a partir de

1900, se establecieron en el Valle del Aguan. Durante los años 1903 y 1904

les fueron extendidas las correspondientes concesiones. Por otra parte, el

norteamericano Wiliam Streich obtuvo en 1902 una concesión del gobierno de

Honduras para explotar cinco mil hectáreas a ambos lados del rió Cuyamel,

obligándose a pagar diez centavos de dólar por cada hectárea cultivada y

veinticinco por la sin cultivar. El concesionario Streich construyo un

ferrocarril entre Omoa, Cuyamel y Veracruz, a fin de extraer la fruta de los

cultivadores regionales. Asimismo, sembró bananos en las tierras que le

habían sido concedidas.

Aparece el célebre Zemurray

Streich tuvo algunos problemas económicos en el desarrollo de su empresa

bananera, por lo que se la vendió a Zemurray, una de las figuras más funestas

que se encuentran ligadas a este negocio en Honduras. Inicialmente Zemurray

se dedico a la compra y venta de bananos maduros descartados en los puertos

de Mobile y New Orleáns. Con la ayuda de la United Fruit Company, formo la

Hubbard Zemurray Company para obtener la empresa de Streich. Logrado

esto, se lanzo con audacia al cultivo de la fruta, empleando nuevos métodos,

tanto en dicha actividad como en el trato de las autoridades. No obstante

encontrar algunos obstáculos iniciales en el cumplimiento de los compromisos

contraídos con la United, Zemurray formo en 1911 la Cuyamel Fruit

Company, con un capital de cinco millones de dólares. Pero no encontrándose

muy seguro en su enfrentamiento con la United, también se lanzo al objetivo

de arrancarle nuevas concesiones al gobierno de Honduras.

Movido por este propósito, armo y financio al general Manuel Bonilla para

que derribara de la Presidencia de la Republica a Miguel R. Dávila, quien

apoyaba los negocios de la United. Con ese fin preparo un barco el Hornet y

se lo entrego a Bonilla. El triunfo de esta acción era vital para Zemurray, pues

el gobierno de Honduras negociaba entonces un empréstito con la casa

Morgan and Company a través del Convenio Paredes Knox, cuyo artículo

segundo deba como garantía el derecho de dicha casa de recaudar impuestos

de las aduanas hondureñas, lo que obviamente, chocaba con las pretensiones

de Zemurray de obtener nuevas regalías en sus negocios bananeros.

El “Hornet” hizo algunas incursiones a lo largo de la Costa Norte, pero

suspendió sus actividades porque le gobierno de Estados Unidos hizo que el

Presidente Dávila la entrara en arreglos con la oposición bajo el pretexto de

evitar un nuevo derramamiento de sangra. Las pláticas se llevaron a cabo a

bordo del buque norteamericano Tacoma el día 23 de febrero de 1911. Por el

Presidente de Honduras asistieron Máximo Rosales y Manuel F. Barahona;

por Zemurray, Alberto Membreño y Fausto Dávila; y como representante del

Gobierno de los Estados Unidos concurrió Thomas C. Dawson, Cónsul en

Puerto Cortes.

Al final de las conversaciones se acordó que el Presidente Dávila y el

Vicepresidente Dionisio Gutiérrez renunciaran de sus cargos y le entregaran

el mando a Francisco Bertrand, quien convocaría a elecciones durante el mes

de Octubre. Todo se hizo al pie de la letra, según estaba previsto en los planes

de Zemurray, el único candidato que se presento a los comicios de octubre fue

el general Bonilla. Este asumió la Presidencia de la Republica el 31 de Enero

de 1912.

Un mes después Zemurray obtuvo una concesión de 10 mil hectáreas de

nuevas tierras, otorgadas por el Decreto N. 78 del 4 de marzo de 1912.

Posteriormente recibió la habilitación del puerto de Omoa, concedido según

Decreto N. 68 del 5 de marzo de 1914. Además, Zemurray se convirtió en el

agente de su propia competidora, la United, al obtener para ella en forma

dolosa nuevas concesiones. Antes de 1912 esta empresa se dedicaba a comprar

fruta a los productores nuestro país; pero el 8 de abril de ese año, el segundo

de Zemurray en las fincas de la Cuyamel Fruit Company, H.V. Rolston,

obtuvo una concesión para construir un ferrocarril en el puerto de Tela; dos

meses después paso Rolston se derechos a Zemurray, quien, a su vez, los

cedió el 4 de marzo de 1913 a la Tela Railroad Company, subsidiaria de la

United.

Expansión de las compañías

Provista de esta concesión, la Tela Railroad Company inicio operaciones

bananeras con mucho dinamismo en la zona litoral atlántico y en las riberas

del rió Ulúa, de modo que ya en 1915 ocupaba el primer lugar entre las

compañías exportadoras de banano desde nuestro país. En 1912 la Truxillo

Railroad Company, otra subsidiaria de la United, obtuvo una concesión para

construir un ferrocarril y explotar nuevas tierras dentro de su zona de

actividades, lo cual inicio a partir de 1914 desde Puerto Castilla. Con estos y

otros avances, la United adquirió un poderío extraordinario en Honduras,

superior al logrado por ella en Costa Rica, Guatemala o Colombia. Sus

posesiones durante 1914 alcanzaban a 15 mil acres, pero después de 1924

dicha cifra llego a los 87 mil acres, de modo que Honduras se transformo en el

principal asiento de operaciones de la United Fruit Company en América

Latina.

Por su parte los hermanos Vaccaro, establecidos en la Ceiba, se dedicaron a

expandir su ferrocarril con el propósito de obtener nuevas tierras de cultivo,

ya que, conforme a la concesión respectiva, por cada kilómetro de vía férrea

teniendo derecho a doscientos cincuenta hectáreas. Luego, a partir de 1913, se

dedican a diversificar sus operaciones en nuestro país: instalan un ingenio

azucarero; fabrican licores; montan una fábrica de aceite, manteca vegetal,

jabón y abonos, con cuyo fin aprovechan los cocos, los corozos y las semillas

de algodón; instalan una fábrica de cervezas y otra de zapatos; y, finalmente,

organizan un banco, el Atlántida, que es hoy en día uno de los más poderosos

del país. En 1924 los Vaccaro reorganizan su empresa y dieron origen a la

Standard and Steamship Company, la que en 1926 se convirtió en la Standard

Steamship Corporation de la actualidad.

Pero Zemurray no quiso quedarse a la zaga y se apresuro a participar en esta

carrera expansionista de los negocios bananeros. A partir de 1920 adquiere

nuevos terrenos por el lado de Las Guanchias e introduce un sistema de riego

que le permite mejorar considerablemente la fruta. A los pocos años las

exportaciones de la Cuyamel Fruit Company subieron en flecha. Estas eran

durante 1920 de 2 millones 800 mil racimos, pero en 1928 las mismas

subieron a 8 millones 800 mil, es decir cuatro veces más. Asimismo,

Zemurray monto un gigantesco ingenio azucarero en la Lima, departamento

de Cortes, y, mediante hábiles maniobras, obtuvo el control del Ferrocarril

Nacional, así como permiso para construir y retener un muelle en Puerto

Cortes.

Las Peleas ínter monopolísticas

Esta era la política seguida por todos los monopolios bananeros instalados en

Honduras y como cada uno de ellos buscaba ganar el favor de los gobernantes

de turno o simplemente llevar al poder a quienes podían servirles

incondicionalmente, nuestro país se convirtió en un campo de intrigas,

conspiraciones y batallas entre esos monopolios y sus correspondientes grupos

políticos. Puede, pues, afirmarse que gran parte de las guerras civiles, las

matanzas y los golpes de Estado ocurridos en Honduras desde las postrimerías

del siglo anterior hasta 1932 fueron producto de las maniobras puestas en

práctica por las compañías bananeras en su afán de ensanchar sus negocios

mediante la adquisición de concesiones verdaderamente onerosas para nuestra

Patria, al estilo de las recomendadas por la insultante Carta Rolston.

Por supuesto, una rivalidad como la antes indicada dentro de un país tan

pequeño y pobre como Honduras no era del todo conveniente para los mismos

monopolios bananeros. Esto los llevo siempre a buscar un arreglo entre ellos,

sobre todo los que, como la United y la Cuyamel, eran los más agresivos.

Una coyuntura vino a favorecer ese arreglo: la gran crisis económica de

1929, que hizo quebrar a millares de empresas de Estados Unidos y hecho

abajo importantes negocios monopolistas en todo el mundo. Esas

circunstancias, y dado que Zemurray se inicio en el negocio bananero con el

apoyo de la United Fruit Company, contribuyeron a que ambas empresas se

pusieran fácilmente de acuerdo para no salir perjudicadas frente a la

catástrofe: Zemurray acepto vender la Cuyamel a cambio de 300 mil acciones

de aquella empresa, con un valor de 32 millones de dólares. La United Fruit

Company, teniendo a Zemurrey entre sus grandes propietarios, se convirtió en

un gigantesco imperio bananero dentro de Honduras capaz de decidir sobre

numerosas cuestiones de importancia para la nación. Las rivalidades cesaron y

en nuestra patria se abrió un periodo de paz, el que fue capitalizado por el

dictador Tiburcio Carias Andino.

LA HUELGA DE 1954 (HUELGA BANANERA)

El continuismo de Carias, significaba desde el punto de vista económico, la

conservación de la estructura del capitalismo dependiente, establecido a partir

de la reforma liberal de 1876, y desde el punto de vista político, el

mantenimiento en el poder del grupo oligárquico dirigido por los latifundistas

semifeudales.

El hecho de que el 1949 se haya decidido el cambio del dictador y la

sustitución del mismo por Juan Manuel Gálvez, en nada modificó la situación,

ya que, si bien Gálvez rompió con el tradicionalismo más crudo para seguir

una línea modernizante, propia de la burguesía intermediaria, con ellos era

imposible que se produjeran cambios sustanciales. A causa de eso, el

proletariado hondureño, con su destacamento entonces más importante: los

trabajadores bananeros, asumió la pelea por imponer algunas transformaciones

básicas en el país, favorables a sus intereses, pero también de beneficio para

todo el pueblo hondureño. Así se produjo la gran huelga bananera de 1954.

Antecedentes inmediatos a la huelga.

Sus orígenes fueron aparentemente fortuitos, pero, en realidad, estaban

conectados con la crisis estructural predominante en el país y la necesidad de

introducir reformas económicas, políticas y sociales.

La chispa de la huelga fue un conflicto laboral surgido a mediados del mes

de abril en el muelle de Tela. Resulta que los trabajadores cargaron varios

barcos durante la Semana Santa, desde el miércoles 14 hasta el sábado 17.

Como no terminaron con la fruta, les fue necesario trabajar el día domingo 18.

La United Fruit Company, interpretando a su antojo el Decreto N. 96, del 4 de

marzo de 1949, pago doble los días feriados de Semana Santa, pero

únicamente reconoció día y medio por el domingo 18. Los estibadores, en

respuesta ante tal arbitrariedad, no cobraron sus cheques y amenazaron con

una huelga el día 24.

Fue necesario que el Ministro de Gobernación, General Antonio Inestroza,

interviniera en el asunto para lograr resolverlo conforme a la demanda de los

trabajadores.

Igual problema se presento en el muelle de Puerto Cortes a fines del mismo

mes de abril. El día lunes 26 atraco un barco frutero con el propósito de

cargar. El estibador Rafael García no recibió boleto para integrarse a las

cuadrillas de cargadores de ese lunes, pues se encontraba suspendido por

haber dejado caer durante una jornada anterior un racimo de bananos, cuyo

precio era apenas de L.0.20. Sus compañeros reaccionaron violentamente y no

quisieron cargar la fruta hasta que no se le diera la misma oportunidad a

García.

De nuevo intervino el Ministro Inestroza, quien logro que el gerente de la

United M. Aycock, ordenara la restitución del referido trabajador a partir de

las 6 de la tarde del martes 27. También durante el mismo lunes se produjo

cierta agitación en el taller de Puerto Cortes, donde se detuvo a Juan Canales,

acusado de ser el promotor de la intranquilidad allí suscitada.

Ante estos hechos, el Presidente de la Republica, Juan Manuel Gálvez, ordeno

la concentración de tropas en Puerto Cortes. Asimismo, el Ministro de

Relaciones Exteriores, J.E. Valenzuela, envió con fecha 30 de abril una

drástica circular a todos los gobernadores políticos de la Republica, por medio

de la cual les ordenaba ”la expulsión de los agitadores extranjeros”. Estas

disposiciones fueron recibidas, naturalmente con indignación entre los

trabajadores de la Costa Norte, pues se consideraron como una venganza de

las compañías bananeras y del propio gobierno por haberse atrevido aquellos a

defender sus derechos frente a los abusos de la United.

A fines del mes de abril y como una continuación de los conflictos surgidos

durante la Semana Santa, los trabajadores del muelle de Tela y el personal de

enfermería del hospital del mismo lugar, formaron un comité de Huelga. Este

preparo un pliego de peticiones para enviarlo al Gerente de la División Mr.

Kenett Block. En dicho pliego se exigía el 50 por ciento de aumentos

salariales y se daba un plazo de 48 horas para la respuesta. El Gerente Block

demando 30 días como tiempo adecuado para responder, ya que, según

informo, el problema debía consultarse a las oficinas centrales de Boston.

Ante tal actitud, los trabajadores paralizaron sus actividades el 3 de mayo. Ese

fue el inicio firme de la huelga.

En Puerto Cortes comenzó a manifestarse el conflicto a partir del domingo 2

de mayo. Las cosas se produjeron así: el sábado 1 los estibadores consultaron

con el jefe de muelle, Mr. Smith, si se les pagaría doble el domingo 2. Dicho

empleado respondió que iba a consultar el asunto para informarles después.

El propio día domingo aun no tenía respuesta, los trabajadores se negaron a

cargar la fruta. A causa de esto fue llamado un juez del trabajo, quien les

pregunto a los obreros “¿Cual es el problema muchachos?”. Uno de ellos, le

dijo a otro que tenía a su lado: informa voz. Este explico el asunto de la mejor

manera que pudo, pero al reanudarse las labores, Mr. Smith no le dio cupón

para intervenir en las mismas, acusándolo de ser el “líder de la agitación” allí

surgida. En respuesta, los estibadores no trabajaron el domingo 2, y el lunes 3

se declararon en huelga juntamente con los obreros del taller de mecánica.

La generalización de la huelga

Desde Tela partieron el 3 de mayo grupos a pie para informar a los

trabajadores de El Progreso y La Lima sobre el desarrollo de los

acontecimientos. El día 4 se paralizaron todas las actividades de la United

Fruit Company. El 5 lo hicieron los trabajadores de la Standard.. A partir de

entonces se detuvieron otras empresas industriales y comerciales de la Costa

Norte, de modo que esta que do prácticamente inactiva.

Inmediatamente se realizo un Comité Central de Huelga de los trabajadores

bananeros, con representantes de los distintos distritos de la United:

Tela, Cortes, El Progreso, La Lima y Bataan. Dicho comité pasó por varias

reorganizaciones, pero el definitivo es el siguiente, con sede en El Progreso:

Cesar Augusto Coto, Secretario General;

Juan B. Canales, Secretario de Organización;

Francisco Ríos, Secretario de Prensa;

Guillermo Rosales M, Secretario de Actas;

Manuel Sierra, José Vásquez; Adán Posas, Cruz Meléndez, Gabriel David,

Ernesto Pérez, Ángel M. Domínguez, Antonio Rivas, Gregorio Ferrera y

Augusto Castañeda, Prosecretarios.

El Comité Central de Huelga presento el 11 de mayo, un pliego de peticiones

de 30 puntos, en el que exigía, entre otras cosas:

Un aumento salarial del 50 por ciento Mejora de los servicios hospitalarios

Vacaciones de 15 días pagados cada año Bonificaciones en junio y diciembre

Viviendas higiénicas para todos los trabajadores y Mejor trato en el trabajo.

La táctica de los monopolios bananeros y del gobierno fue, desde el primer

momento, prolongar el conflicto por tiempo indefinido y dividir a los

huelguistas. La primera línea, cuyo fin era vender a los trabajadores por

hambre, se aplico al rechazarse la negociación con el CCH. La segunda,

dirigida a debilitar por dentro el movimiento, se puso en práctica a través de la

intriga entre los comités de huelga y haciendo uso del soborno. Pero gracias a

la ayuda de todo el pueblo hondureño, la huelga se mantuvo durante las dos

primeras semanas calculadas para vencerla. Esta resistencia imprevista obliga

al gobierno y a la empresa a comenzar las negociaciones el 23 de mayo, para

lo cual se nombro una Comisión Mediadora, dirigida por Tomas Cáliz

Moncada.

Pero si la táctica de ganar tiempo no les dio resultado a los empresarios y a las

autoridades, la línea de “división” si les produjo algunos frutos. Tanto el

gobierno como la United levantaron la acusación de que el CCH estaba

“asesorado por comunistas procedentes de Guatemala”. De esa manera

esperaban meter cuñas entre el Comité Central y los Comités Locales. Sobre

dicha base comenzaron a efectuar pláticas por separado con el Comité Local

de la Lima, a la cabeza del cual se encontraba Manuel Jesús Valencia. Este se

reunía secretamente en San Pedro Sula con representantes de la iglesia para

escuchar los planeamientos del gobierno y de la United.

El CCH conoció de tales maniobras y dispuso hacer un cambio en el Comité

Local de La Lima. El 20 de mayo llego Cesar Augusto Coto a esta población

con 14 dirigentes para efectuar la reestructuración del caso. Uno de los

compañeros de Coto acuso a Valencia de “traidor”. Utilizando los micrófonos

instalados en el hipódromo “Chula Vista” de la Lima. Valencia respondió

acusando, a su vez, de “comunista” al dirigente antes dicho y haciéndolo

registrar. En los bolsillos del mismo se encontró una hoja suelta del Partido

Democrático Revolucionario Hondureño, en la que esta organización apoyaba

el movimiento huelguista. La multitud allí presentada tomo como prueba

dicho documento y amenazo con linchar a todo el grupo.

Desde entonces se rompió la unidad entre los Comités Locales de Huelga y el

Comité Central, pues Valencia comenzó a infiltrar agentes suyos en Tela, El

Progreso y Batan.

Este problema fue valorado adecuadamente por la empresa y el gobierno para

vencer la huelga, sumándolo a tres factores más:

1. El regreso al trabajo por parte de los huelguistas del Standard al llegar a un

arreglo con la empresa el 19 de mayo;

2. Las inundaciones producidas ese mismo mes por los ríos Ulua y

Chamelecon al no efectuarse las obras de canalización de todos los años y

ser rotas por agentes de la compañía las ya hechas; y

3. El avance del movimiento contrarrevolucionario de Guatemala, con la

ayuda de la United, la CIA y el gobierno de Juan Manuel Gálvez.

Todos estos fueron utilizados en forma muy calculada contra la huelga. Las

negociaciones se mantuvieron hasta el lunes 31 de mayo. Este día al

discutirse el Acta del sábado 29, la delegación de los trabajadores,

encabezada por Coto, pidió la reconsideración de un punto aprobado por

los negociadores del día sábado. El punto decía: “presentarse al desempeño

de sus labores después de aprobado cuatro puntos del pliego de peticiones”.

Coto exigió, según lo resuelto en una asamblea efectuada el domingo 30,

que el texto fuera el siguiente: “presentarse al desempeño de sus labores,

después de aprobados los 30 puntos del pliego de peticiones”.

La empresa acuso a los trabajadores de “faltos de seriedad” y rompió las

negociaciones.

Se pierde la unidad interna. El 1 de junio, por la noche, Coto y otros

miembros del CCH se presentaron en el campo de huelga de La Lima para

discutir con Valencia la línea a seguirse después del rompimiento de las

negociaciones. Valencia acuso públicamente de “comunista” a Coto y lo

hizo encarcelar esa misma noche, juntamente con Manuel Sierra y dos

ayudantes: Rubén Portillo y Modesto Rubio. El día 2 de junio, Valencia

publico una hoja suelta en la que declaraba su apoyo a la reelección

presidencial de Juan Manuel Gálvez y anunciaba el surgimiento de la

Unión Sindical de Trabajadores Hondureños, de la que se declaraba su

Secretario General. En esa misma hoja se autodenominaba el “legitimo

representante de los trabajadores” y pedía a la empresa reanudar las

negociaciones.

El mismo 1 de junio, el Comité Local de Tela condeno a Coto y demás

compañeros por el rompimiento de las negociaciones y se solidarizo con

Valencia. El 5 este convoco a una reunión en San Pedro Sula con

representantes de Tela, El Progreso, La Lima, Cortes y Bataan, a fin de

organizar un nuevo CCH, el que resulto integrado por las siguientes

personas: Manuel de Jesús Valencia, Humberto Díaz Zelaya, Antonio

Radillo, Raúl Estrada, Henry Sheran, Santos Ochoa, Benigno González,

José Cubas, Celeo González, Carlos Ramírez, Rafael Alberti, Rufino Sosa,

Israel Orellana, José Arnulfo Espinoza y José Alberto Panchame.

Este CCH publicó, el 7 de junio, una carta pública al Gerente Aycock en la

que le proponía nuevas platicas. Sin embargo, la empresa, aduciendo que

en El Progreso funcionaba otro CCH, se dirigió a los trabajadores por

medio de hojas volantes arrojadas desde avionetas. En dichas hojas se

hacia una propuesta: elevar el salario de L.3.30 a L.4.00 por día y dar

medicina gratuita a los trabajadores, con sus respectivas familias, que

tuvieran salarios de L. 1.50 a L. 2.00 al día. Después de este levantamiento,

tanto el gobierno como la empresa reconocieron a Valencia y marginaron

el CCH de El Progreso.

Se reanudan las negociaciones

El 12 de Junio se reanudaron las negociaciones. El 27 fue derribado el

gobierno democrático-burgués de Jacobo Arbenz, en Guatemala, lo que

envalentono a la United. El 1 de julio esta presento un pliego de propuestas

que ignoraba por completo el planteamiento de 30 puntos de los

trabajadores y echaba por la borda su propio ofrecimiento de elevar hasta

L.4.00 al día el salario mínimo en todas sus dependencias. Las nuevas

ofertas eran las siguientes: aumento de L. 0.10 por hora a los trabajadores

de los muelles y una bonificación de L.40.00 para quines se presentaran a

su trabajo en un lapso de 5 días. El costo de este ofrecimiento era de cinco

millones de lempiras.

La comisión negociadora del gobierno se manifestó en contra de esta oferta

y propuso otra, con los siguientes costos: 7.7 millones de lempiras en

aumentos de salario; 4.50 en prestaciones sociales; 698 mil para

indemnizar a determinadas capas de trabajadores. La suma total era de 13

millones. La empresa rechazo el plan de gobierno. Por esa razón el propio

Presidente Gálvez se ofreció como mediador, tratando, naturalmente, de

capitalizar el conflicto, pues aspiraba a reelegirse en las comisiones de

octubre de 1954. Gálvez, en realidad, lo que hizo fue avalar la nueva

propuesta de la empresa y desconocer el punto de vista de la comisión

gubernamental. Por algo había sido abogado de la United durante

muchos años.

El 9 de julio, después de 66 días, termino la huelga al firmarse un

convenio con exiguas concesiones a los trabajadores, basadas en la oferta

del 1 de julio, es decir, un incremento salarial de L. 0.05 a L.0.10 por hora

y una gratificación de L. 40.00 para los trabajadores que se reincorporaran

de inmediato a sus labores. El hambre, la represión policial, las intrigas y la

traición logró, por fin, quebrantar la voluntad de lucha de los obreros.

Sin embargo, si bien estos no obtuvieron de inmediato lo que se proponían,

con su acción cambiaron el curso de la historia hondureña. El movimiento

obrero fue legalizado, se emitieron nuevas leyes de carácter social y, sobre

todo, a raíz de la huelga surgió la posibilidad de un cambio de esquema de

las clases gobernantes.

El hambre, la represión policial, las intrigas y la traición, lograron por fin,

quebrantar la voluntad de lucha de los obreros, pero si estos no lograron de

inmediato lo que se proponían, con su acción cambiaron el curso de la

historia hondureña.

El nueve de julio, después de sesenta y nueve días, terminó la huelga con la

firma de un convenio sobre insignificantes concesiones a los trabajadores,

con base mediador, tratando, naturalmente, de capitalizar el conflicto, pues

aspiraba a reelegirse en las comisiones de octubre de 1954. Gálvez, en

realidad, lo que hizo fue avalar la nueva propuesta de la empresa y

desconocer el punto de vista de la comisión gubernamental. Por algo

había sido abogado de la United durante muchos años.

El 9 de julio, después de 66 días, termino la huelga al firmarse un

convenio con exiguas concesiones a los trabajadores, basadas en la oferta

del 1 de julio, es decir, un incremento salarial de L. 0.05 a L.0.10 por hora

y una gratificación de L. 40.00 para los trabajadores que se reincorporaran

de inmediato a sus labores. El hambre, la represión policial, las intrigas y la

traición logró, por fin, quebrantar la voluntad de lucha de los obreros.

Sin embargo, si bien estos no obtuvieron de inmediato lo que se proponían,

con su acción cambiaron el curso de la historia hondureña. El movimiento

obrero fue legalizado, se emitieron nuevas leyes de carácter social y, sobre

todo, a raíz de la huelga surgió la posibilidad de un cambio de esquema de

las clases gobernantes.

El hambre, las represión policial, las intrigas y la traición, lograron por fin,

quebrantar la voluntad de lucha de los obreros, pero si estos no lograron de

inmediato lo que se proponían, con su acción cambiaron el curso de la

historia hondureña.

El nueve de julio, después de sesenta y nueve días, terminó la huelga con la

firma de un convenio sobre insignificantes concesiones a los trabajadores,

con base en el país y la promoción de los derechos de los trabajadores.

Fortaleció las organizaciones sindicales al integrarse las Federaciones de

Sindicatos de bases o industria para representar los intereses económicos y

sociales de los trabajadores.

En lo Institucional:

Se creó el Ministerio del Trabajo, Asistencia Social y Clase Media, como

el órgano estatal encargado de contribuir a la emisión y supervisión de un

conjunto de leyes sociales que culminaron con la promulgación del Código

del Trabajo en 1959.

CONSECUENCIAS DE LA HUELGA DE 1954 EN HONDURAS

La delegación obrera tuvo el mérito indiscutible de haberse mantenido

firme en lo que se refiere del sindicato, cuya existencia fue aceptada en

forma táctica por la Tela R.R. Co. Sin embargo, a ella debe imputársele la

multitud de despidos que realizó la Tela R.R. Co. En segunda mitad del

año de 1954 al haber aceptado la inclusión en el convenio de la cláusula

siguiente:

“La Empresa continuará con la plena administración de sus operaciones y

con el derecho de hacer los traslados y reducción de personal por

terminación de obras o actividades, así como por motivos de orden

económico en general, previa comprobación y por fuerza mayor y caso

fortuito.”

Los términos en que se firmó el convenio generaron una gran ola de

descontento entre la gran masa de los trabajadores en huelga.

Las pérdidas que se produjeron en las plantaciones bananeras por la

paralización de las labores que trajo consigo la huelga general de los

trabajadores de la Tela R.R. Co. fueron cuantiosas. Igualmente fue

cuantioso el monto de los salarios que los trabajadores dejaron de percibir

mientras duró la huelga.

En estos ámbitos hay dos cosas esenciales que anotar:

1. A través de la huelga, los asalariados de la Tela R.R. Co. Pudieron

arrancar a esta empresa bananera norteamericana el reconocimiento táctico

de su derecho a organizarse sindicalmente. Con ello crearon las condiciones

para la masiva sindicalización del proletariado hondureño.

2. La huelga de 1954 marca el surgimiento de lo que vendría a ser una de las

fuerzas sociales más importantes del país: El movimiento sindical organizado.

Los huelguistas de la Tela R.R. Co. No fueron los únicos que estuvieron en

huelga durante el mes de mayo de 1954. Su ejemplo estimuló a los

trabajadores de las principales empresas capitalistas del país a ir a la huelga.

Fueron a la huelga durante el mes de mayo de 1954, los trabajadores de las

siguientes empresas:

* Standard Fruit Company

* Rosario Mining Company

* Tabacalera Hondureña

* Cervecería Hondureña

* Fábrica de Manteca y Jabón Atlántida

* La Industria de la Confección de Tegucigalpa y San Pedro Sula.

Todas estas huelgas fueron de corta duración, con excepción de la huelga de

los asalariados de la Rosario Mining Company, que duró casi un mes.

Este conjunto de huelgas paralelas hicieron que el país en su conjunto fuera

testigo durante el mes de mayo de 1954 de una verdadera movilización

reivindicadora de la clase obrera hondureña.

LOGROS DE LA LUCHA DE LOS OBREROS HONDUREÑOS EN

1954 HUELGA DURANTE TRES MESES,

Mientras cientos de marchistas anti golpistas se dirigen de todas partes de

Honduras hacia Tegucigalpa y San Pedro Sula, los golpistas acusan al

magisterio y a los trabajadores de salud de abandonar sus deberes en las aulas

y los hospitales, éstos recuerdan la lucha de los obreros hondureños en 1954

cuando se declararon en huelga total durante tres meses, con el apoyo del

pueblo en general, hasta lograr sus conquistas sindicales:

Jornada de ocho horas diarias

Horas extras

Pago de accidentes

Pago de enfermedad

Vacaciones

Derecho de maternidad

Pago de feriados

Jornada nocturna

Jornada mixta

Prestaciones sociales

Cesantía

Derecho a sindicalizarse

Estas conquistas parecen baladí, pero costaron sangre, sudor y lágrimas a un

pueblo analfabeto y trabajador, a esto hay que agregar el decimo tercer y

decimo cuarto salarios; y ahora luchan por un bien común mucho mayor: la

patria libre y democráticamente conducida.

Honduras está viviendo un momento social histórico, cuan el pueblo-pueblo

exige sus derechos de participar en la conducción del país.

CONCLUSIONES

1. La huelga de 1954 nos heredo grandes logros para nuestro pueblo y por

primera vez se hizo a un lado los intereses de la elite que explotaban a la

comuna del norte.

2. Aprendimos que todo el pueblo cimentado en la unión y buscando grandes

y buenos propósitos, puede lograr importantes cambios en beneficio de

nuestro país.

3. Gracias a esta huelga se logro mejorar las condiciones de vida de la

población obrera de nuestro país.

SUGERENCIAS

1. Que la educación de nuestro país de más a conocer y enfatice en este gran

movimiento sociológico para que aprendamos y alcemos la voz ante las

injusticias y atropellos por parte de las elites de esta nación que

actualmente nos tiene al borde de la miseria.

2. Que la juventud de nuestro país tome como ejemplo este hecho histórico

para dejar de ser un pueblo pasivo y demostrar que si tenemos voz y voto.

BIBLIOGRAFÍA

Investigación obtenida a través de Internet:

http://www.buenastareas.com/ensayos/La-Huelga-De-1954-Huelga-

Bananera/1110984.html

http://www.buenastareas.com/ensayos/Consecuencias-De-La-Huelga-De-

1954/3879167.htmlg

http://frum.jimdo.com/derechos-humanos/historia-de-los-golpes-de-estados-

en-honduras/huelga-de-1954/

Dirigente de la huelga general de 1954

Juan Bautista Canales