infografia inversiones-amazonia-23-febrero

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LA REVISTA AGRARIA / 115 FEBRERO de 2010 13 12 El mapa busca mostrar la magnitud de la inversión pública y privada en la Amazonía peruana, proyectada del 2010 en adelante, y comentar algunos de sus impactos sociales y ambientales más importantes. Con respecto a la inversión pública en infraestructura, solo se han considerado carreteras e hidroeléctricas; no se incluyeron ferrovías e hidrovías, pues no existe suficiente información oficial disponible al respecto. Las infraestructuras ya existentes — como el oleoducto Norperuano o el gaseoducto de Camisea— tampoco han sido incluidas, pues se trata de un mapa de inversiones a futuro. Con respecto a la inversión privada en proyectos de extracción de recursos naturales, se han considerado los rubros de minería, hidrocarburos y explotación forestal. No figuran las inversiones en plantaciones de palma aceitera para biocombustibles, sobre las que también hay muy poca información. Por razones de claridad visual, ha sido imposible incluir otros elementos del paisaje amazónico, como áreas naturales protegidas o comunidades nativas. Se ha buscado paliar esta carencia del mapa central destacando algunas áreas (los cinco mapas en detalle), en donde se muestran más elementos. Amazonía peruana Mapa de inversiones (y sus impactos) al 2021 La fiebre del oro mata los ríos La explotación de oro aluvial en la Amazonía peruana tiene su epicentro en Madre de Dios. Existen más de 1,500 derechos mine- ros titulados sobre un área de 338 mil hectáreas en esta región, y los derechos sobre otras 200 mil hectáreas están en trámite. Los dere- chos mineros permiten actividades de cateo y prospección, pero aquí se han convertido en derechos de facto de explotación. El impacto es devastador: destrucción de suelos aptos para la agricultu- ra (tan escasos en la selva), riberas destrozadas, vida acuática exter- minada y pescadores sin peces —la principal fuente de proteínas en la selva. Área protegida no es sinónimo de protegido... Contra lo que se piensa, no todas las áreas naturales protegidas (ANP) están blindadas contra la extracción de recursos naturales como el petróleo. En algunas, como la Reserva Nacional Paca- ya Samiria, su extracción es legal —y, de hecho, la reserva se super- pone con un gran lote que todavía no ha sido entregado en conce- sión (aunque, como puede verse, una pequeña área de la reserva sí se encuentra concesionada)—. Solo las ANP que pertenecen a las categorías más estrictas —como los parques nacionales— están protegidas de todo tipo de alteración. A eso se debe que este enorme espacio aparezca en blanco en el mapa (que no incluye ANP): está ocupado por nuestros dos parques nacio- nales más grandes: el Manu y el Alto Purús. Las comunidades y el petróleo En 2003, los lotes de hidrocarburos cubrían el 15% de la selva. Hoy se extienden sobre más del 70%, y los ya concedidos en exploración o explotación a alguna empresa cubren el 45.5%. No sorprende, en- tonces, que prácticamente todas las comunidades na- tivas se encuentren dentro de algún lote. En este mapa en detalle, se aprecia cómo los territorios de las comunidades nativas del Alto Purús se superpo- nen íntegramente con un lote petrolero todavía dis- ponible. Para ver el impacto ambiental que puede causar la explotación petrolera, y los conflictos que puede desatar con grupos nativos, ver el artículo que sigue en este número de LRA. Minas y parques en el Cóndor Aunque asociada a la sierra, la minería está creciendo en la selva. En la cordillera del Cóndor, en donde se ha encontrado oro, su presencia ya ha generado conflictos. La historia se inicia el 2004 con la creación del Parque Nacional Ichigkat Muja - Cordillera del Cóndor, como resultado de un exitoso pro- ceso consultivo con las comunidades awajún de la zona. La porción sur de la cordillera, sin em- bargo, quedó excluída, y cuando los na- tivos se percataron, se sintieron traicionados, mucho más cuan- do se enteraron de que la zona había sido abierta a la mine- ría. Precisamente, la presen- cia en la zona de las mine- ras Dorato y Afrodita fue uno de los detonantes de las protestas awajún que terminaron en los sucesos de Bagua. Carreteras de impacto Las carreteras son herramientas indispensables para el desarrollo. Pero sin planificación ni cumplimiento de la ley, su impacto am- biental en áreas remotas —como todavía hay muchas en la selva peruana— puede ser devastador. Estudios hechos en Brasil han mos- trado que, en apenas trece años, la deforestación afectó entre 33 y 55% de una franja de 50 km a cada lado de carreteras nuevas. Por desgracia, no hay razones para pensar que el gobierno le esté dan- do la importancia debida al tema ambiental en las muchas que pla- nea construir en la selva: 880 km de carreteras nuevas y 2,000 km de carreteras asfaltadas en los próximos diez años. De hecho, el trazo actual de la denominada IIR- SA Centro, que uniría Pucallpa con Cruzeiro do Sul, cruza un área na- tural protegida (la Zona Reserva- da Sierra del Divisor) y un territo- rio oficialmente designado para grupos indígenas en aislamiento voluntario (la Reserva Territorial Isconahua). Este mapa no hubiera sido posible sin la base de datos georeferenciados del Insti- tuto del Bien Común (IBC). Con el visuali- zador de mapas que se encuentra en la página web de esta ONG, cualquier per- sona puede construir su propio mapa de la Amazonía peruana. Límite de la Amazonía perua- na definido por el Instituto de Investigación de la Amazonía Peruana (IIAP). La cuenca ama- zónica (aquel espacio en donde se colectan las aguas que van a dar al río Amazonas), sin embargo, va mu- cho más allá, hasta la cordillera Occi- dental, y es por tanto afectada por las ac- tividades mineras en sierra. El gobierno peruano tiene un portafolio de 15 futuras hidroeléc- tricas en territorio amazónico, seis de las cuales han sido escogi- das por Brasil para ser construidas en los próximos años (ver LRA 109), con el fin de brindar energía al vecino país. La primera que se construiría, la de Inambari, inundaría 40 mil hectáreas. Para conocer más de los impactos de las hidroeléctricas en Amazonía, ver artículo en la última página de este numero de LRA. Amazonía peruana en 2021, libro del que se ha extraído la mayor parte de la información consignada en el mapa.

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LA REVISTA AGRARIA / 115 FEBRERO de 2010 1312

El mapa busca mostrar la magnitudde la inversión pública y privada enla Amazonía peruana, proyectadadel 2010 en adelante, y comentaralgunos de sus impactos sociales yambientales más importantes. Conrespecto a la inversión pública eninfraestructura, solo se hanconsiderado carreteras ehidroeléctricas; no se incluyeronferrovías e hidrovías, pues no existesuficiente información oficialdisponible al respecto. Lasinfraestructuras ya existentes —como el oleoducto Norperuano o elgaseoducto de Camisea— tampocohan sido incluidas, pues se trata deun mapa de inversiones a futuro.Con respecto a la inversión privadaen proyectos de extracción derecursos naturales, se hanconsiderado los rubros de minería,hidrocarburos y explotación forestal.No figuran las inversiones enplantaciones de palma aceitera parabiocombustibles, sobre las quetambién hay muy poca información.Por razones de claridad visual, hasido imposible incluir otroselementos del paisaje amazónico,como áreas naturales protegidas ocomunidades nativas. Se ha buscadopaliar esta carencia del mapa centraldestacando algunas áreas (los cincomapas en detalle), en donde semuestran más elementos.

Amazonía peruana

Mapa de inversiones (y sus impactos) al 2021

La fiebre del oro mata los ríosLa explotación de oro aluvial en la Amazonía peruana tiene suepicentro en Madre de Dios. Existen más de 1,500 derechos mine-ros titulados sobre un área de 338 mil hectáreas en esta región, y losderechos sobre otras 200 mil hectáreas están en trámite. Los dere-chos mineros permiten actividades de cateo y prospección, peroaquí se han convertido en derechos de facto de explotación. Elimpacto es devastador: destrucción de suelos aptos para la agricultu-ra (tan escasos en la selva), riberas destrozadas, vida acuática exter-minada y pescadores sin peces —la principal fuente de proteínas enla selva.

Área protegida no essinónimo de protegido...Contra lo que se piensa, no todaslas áreas naturales protegidas(ANP) están blindadas contra laextracción de recursos naturalescomo el petróleo. En algunas,como la Reserva Nacional Paca-ya Samiria, su extracción es legal—y, de hecho, la reserva se super-pone con un gran lote que todavíano ha sido entregado en conce-sión (aunque, como puede verse,una pequeña área de la reserva síse encuentra concesionada)—.Solo las ANP que pertenecen a lascategorías más estrictas —como

los parques nacionales— están protegidas de todo tipo de alteración.A eso se debe que este enorme espacio aparezca en blanco en el mapa(que no incluye ANP): está ocupado por nuestros dos parques nacio-nales más grandes: el Manu y el Alto Purús.

Las comunidades y el petróleoEn 2003, los lotes de hidrocarburos cubrían el 15%de la selva. Hoy se extienden sobre más del 70%, ylos ya concedidos en exploración o explotación aalguna empresa cubren el 45.5%. No sorprende, en-tonces, que prácticamente todas las comunidades na-tivas se encuentren dentro de algún lote. En estemapa en detalle, se aprecia cómo los territorios delas comunidades nativas del Alto Purús se superpo-nen íntegramente con un lote petrolero todavía dis-ponible. Para ver el impacto ambiental que puedecausar la explotación petrolera, y los conflictos quepuede desatar con grupos nativos, ver el artículo quesigue en este número de LRA.

Minas y parques en el CóndorAunque asociada a la sierra, la minería está creciendo en la selva.En la cordillera del Cóndor, en donde se ha encontrado oro, supresencia ya ha generado conflictos. La historia se inicia el2004 con la creación del Parque Nacional Ichigkat Muja -Cordillera del Cóndor, como resultado de un exitoso pro-ceso consultivo con las comunidades awajún de lazona. La porción sur de la cordillera, sin em-bargo, quedó excluída, y cuando los na-tivos se percataron, se sintierontraicionados, mucho más cuan-do se enteraron de que la zonahabía sido abierta a la mine-ría. Precisamente, la presen-cia en la zona de las mine-ras Dorato y Afrodita fueuno de los detonantes delas protestasawajún quet e r m i n a r o nen los sucesosde Bagua.

Carreteras de impactoLas carreteras son herramientas indispensables para el desarrollo.Pero sin planificación ni cumplimiento de la ley, su impacto am-biental en áreas remotas —como todavía hay muchas en la selvaperuana— puede ser devastador. Estudios hechos en Brasil han mos-trado que, en apenas trece años, la deforestación afectó entre 33 y55% de una franja de 50 km a cada lado de carreteras nuevas. Pordesgracia, no hay razones parapensar que el gobierno le esté dan-do la importancia debida al temaambiental en las muchas que pla-nea construir en la selva: 880 kmde carreteras nuevas y 2,000 kmde carreteras asfaltadas en lospróximos diez años. De hecho, eltrazo actual de la denominada IIR-SA Centro, que uniría Pucallpa conCruzeiro do Sul, cruza un área na-tural protegida (la Zona Reserva-da Sierra del Divisor) y un territo-rio oficialmente designado paragrupos indígenas en aislamientovoluntario (la Reserva TerritorialIsconahua).

Este mapa no hubiera sido posible sin labase de datos georeferenciados del Insti-tuto del Bien Común (IBC). Con el visuali-zador de mapas que se encuentra en lapágina web de esta ONG, cualquier per-sona puede construir su propio mapa de laAmazonía peruana.

Límite de la Amazonía perua-na definido por el Instituto deInvestigación de la AmazoníaPeruana (IIAP). La cuenca ama-zónica (aquel espacio en donde secolectan las aguas que van a dar alrío Amazonas), sin embargo, va mu-cho más allá, hasta la cordillera Occi-dental, y es por tanto afectada por las ac-tividades mineras en sierra.

El gobierno peruano tiene un portafolio de 15 futuras hidroeléc-tricas en territorio amazónico, seis de las cuales han sido escogi-das por Brasil para ser construidas en los próximos años (ver LRA109), con el fin de brindar energía al vecino país. La primera que seconstruiría, la de Inambari, inundaría 40 mil hectáreas. Para conocermás de los impactos de las hidroeléctricas en Amazonía, ver artículoen la última página de este numero de LRA.

Amazonía peruana en 2021, libro delque se ha extraído la mayor parte de lainformación consignada en el mapa.