imagen corporal y medios de comunicación: su influencia en los hábitos alimenticios adolescentes
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Segundo cuatrimestre de 2014Facultad de Ciencias SocialesUniversidad de Buenos Aires
Imagen corporal y medios de comunicación: su influencia en los hábitos alimenticios adolescentes
Materia: Seminario de investigación Infancia Niñez y AdolescenciaCátedra: Voloschin
EstudiantesColombo Blanco, Ana. [email protected] Vazquez, Rocio. [email protected], Malena. [email protected], Julieta. [email protected]
AbstractEn el presente trabajo exploraremos la incidencia que los medios de comunicación y los
estereotipos de belleza dominantes de la sociedad tienen sobre la autoestima y la forma de
alimentación de los adolescentes. Consideramos que la alimentación hoy se encuentra
acompañada por la adopción de hábitos pocos saludables, sobre los cuales los medios de
comunicación ejercen un papel fundamental. La aparición reiterada de imágenes de modelos
profesionales junto con la invasión masiva de cuerpos “perfectos” que se suceden en la
televisión poseen un efecto directo y contraproducente sobre la autoestima de los jóvenes.
De este modo, en primer lugar nos ocuparemos de evaluar distintas fuentes bibliográficas de
acuerdo a su relevancia para con nuestro trabajo. Tras su análisis, realizaremos una
contraposición entre autores que busca evaluar cual es la relación que existe entre la imagen
corporal transmitida por los medios de comunicación y la autoestima y actitudes alimentarias de
los adolescentes.
Palabras Clave
Autoestima, Adolescencia, Alimentación, Influencia de medios de comunicación, Trastorno
Alimenticio
Introducción
Los estereotipos de belleza que los medios de comunicación transmiten han sido estudiados
desde diversas aristas, y existe una gran cantidad de artículos que investigan esta temática. No
obstante, difícilmente se detienen a evaluar de qué modo dichos estereotipos influyen en el
autoconcepto de los sujetos y, más específicamente, en la autoestima de los distintos grupos
sociales. Es desde esta línea, que planteamos investigar la relación que se produce entre la
autoestima de los adolescentes de entre 13 y 18 años, afectada por la imposición de
determinado estereotipos de belleza y cómo estos repercuten en los hábitos alimenticios.
Los trabajos de Palominos, 2006; Gil Gomez y Pérez Asperilla, 2012; Ruiz, 2004; Valls-
Fernandez y Martínez- Vicente 2007 realizan únicamente un análisis de contenido de las
publicidades, programación, etc. sin abordar la forma en que los estereotipos reproducidos
impactan en los individuos.
A la vez, la mayoría de los trabajos que indagan en los efectos que los medios de
comunicación generan en los adolescentes, lo hacen a partir de vincular las imágenes que se
reproducen de cuerpos ideales, prácticamente inalcanzables, con los trastornos alimentarios
(como la anorexia y la bulimia).
Si bien desde el enfoque de la psicología social se considera a los medios de comunicación
como agentes socializadores que forman parte de los procesos a través de los cuales los
individuos construyen su identidad social e influyen en la formación del autoconcepto (Becerra,
G. y Simkin, H.; 2012); son escasos los trabajos que analizan el modo específico en el que se
da esta influencia. Dicha carencia se evidencia, de hecho, en la falta de instrumentos que
permitan medir su impacto en la autoestima.
A partir de esta idea, en este trabajo nos interesa explorar, describir y analizar cómo los medios
de comunicación influyen en la autoestima adolescente y para ello nos hemos propuesto
replicar parte de la investigación realizada por Mary Polce-Lynch, Barbara J. Myers, Wendy
Kliewer y Christopher Kilmartin “Adolescent Self-Esteem and Gender: Exploring Relations to
Sexual Harassment, Body Image, Media Influence, and Emotional Expression” (2001),
adaptándola a nuestro contexto local. En dicha investigación, los autores plantean que la
relación entre medios de comunicación y autoestima se encuentra mediada por la imagen
corporal. A partir de esto, decidimos incluir este último aspecto como una variable central a
tener en cuenta.
Consideramos relevante llevar a cabo el presente estudio debido a que tiene en cuenta un
aspecto fundamental que se observa en la compleja realidad: el consumo masivo de
programas televisivos y series por parte del público adolescente. En definitiva, la juventud
se constituye como el grupo social más receptivo frente a los nuevos soportes mediáticos y, al
mismo tiempo, el potencialmente más vulnerable -no en vano existe una preocupación en el
área legislativa por proteger a las audiencias tanto infantiles como juveniles frente a
determinados contenidos, como es el caso de la violencia. La causa de esta mayor
susceptibilidad en la adolescencia se debe, según Thompson (1998), a su todavía escasa
experiencia no mediática y al hecho de disponer de pocos recursos simbólicos/cognitivos a los
que recurrir en el momento de descodificar los contenidos mediáticos.
Por el otro lado, decíamos que el consumo masivo de televisión, es un argumento fuerte que
hace relevante nuestro proyecto, ¿Por qué?, son muchos los autores que han considerado los
medios de comunicación como transmisores de modelos de conducta, de modelos de “yo”, y,
en consecuencia, colaboradores de la construcción de la identidad personal (Bandura y
Walters, 1977; Bechelloni y Buonanno, 1997 y Thompson, 1998). Pero, en concreto, la
televisión se ha tratado como el medio más poderoso a la hora de socializar la información,
incluso se ha llegado a defender que aporta el acceso más democrático (Hartley, 1999). La
televisión ofrece un universo simbólico al ciudadano, que, para algunos teóricos, llega a
sustituir las experiencias vividas y para otros, más optimistas, complementa las mismas
(Giddens,1997 y Thompson, 1998).
Por todo esto y ante la falta de trabajos relativos al área metropolitana de Buenos Aires, la
realización de una mayor cantidad de estudios de este tipo permitirá ampliar el panorama y
conocer con mayor profundidad esta problemática en los adolescentes. Comenzar con su
aplicación en esta área, proporcionará un primer acercamiento a la situación actual.
Adolescentes y medios
Craig y Baucum definen a la adolescencia como aquella etapa del ciclo vital que se
caracteriza por constituir un período de tensiones y crisis, y en el cual se presentan como
grandes desafíos el lograr la autonomía e independencia respecto de los padres y el formar
una identidad, un yo integral que combine armoniosamente varios elementos de la
personalidad. (Craig & Baucum,2009; 377). Se trata, a la vez, de un período de cambios físicos
acelerados que son experimentados de forma ambivalente y que tienden a generar la
comparación con los ideales predominantes de cada sexo, surgiendo aquí la importancia de
conciliar lo real con lo ideal (Craig & Baucum,2009; 348). En este sentido, hay una evaluación
constante del ajuste de la imagen corporal a dichos ideales, constituyéndose así el propio
cuerpo en una fuente de autoestima (Craig &Baucum, 2009; 352). Al respecto, los autores
sostienen que los adolescentes evalúan constantemente su cuerpo, y que pertenecen a lo que
los sociólogos denominan “grupo marginal”, esto quiere decir, que al estar permanentemente
en el borde de la cultura dominante muestran una necesidad intensificada de encajar en la
misma, siendo muchas veces intolerantes a la desviación, ya sea de tipo corporal o en relación
al momento de la maduración (Craig &Baucum, 2009; 352).
Si durante la niñez media, los niños además de percatarse de los tipos e ideales corporales,
llegan a hacerse una idea de su tipo, proporciones y habilidades corporales; durante la
adolescencia examinan con mayor severidad su tipo somático, y en el caso de las
adolescentes, esto conlleva muchas veces a una preocupación en relación al peso corporal que
si se lleva al extremo puede ocasionar trastornos de anorexia nerviosa y bulimia (Craig
&Baucum, 2009; 352).
Planteamos ya que los medios de comunicación son agentes socializadores que forman parte
de los procesos a través de los cuales los individuos construyen su identidad social e influyen
en la formación del autoconcepto (Becerra, G. y Simkin, H.; 2012). En este sentido, retomando
a Arnett (1995), Becerra y Simkin sugieren que en la actualidad la mayoría de las sociedades
occidentales poseen una gran variedad de medios que tienen incidencia en el proceso de
socialización, dándose así una socialización amplia. (Becerra, G. y Simkin, H.; 2012).
En este sentido, Craig &Baucum (2009) consideran que los medios de comunicación poseen
efectos específicos en la población adolescente que es particularmente vulnerable al papel
pasivo de consumidores de estos medios. Asimismo, sugieren que los medios de comunicación
masivos favorecen la intolerancia al presentar imágenes estereotipadas de adolescentes
atractivos y exuberantes, que muestran una imagen corporal ideal y muchas veces
inalcanzable (Craig & Baucum,2009; 352). Estos estereotipos generan entonces ansiedad e
inseguridad en los adolescentes, cuando su imagen no corresponde con los ideales que ven en
los medios masivos. Es que los adolescentes, sugieren estos autores, evalúan de manera
continua su cuerpo cambiante (Craig & Baucum,2009; 352).
Mens sana in corpore sano
Según datos del Centro especializado en la prevención, investigación y tratamiento de bulimia,
anorexia y sobrepeso (BACE), en la Argentina entre el 12% y el 15% de los adolescentes
padecen de anorexia o bulimia nerviosa, siendo el 90% de los afectados mujeres y el 10%
varones. Actualmente, la cantidad de varones con estos trastornos ha ido en aumento.
Respecto a la noción de trastornos alimentarios podemos decir que son “aquellas
alteraciones en las cuales la conducta alimentaria está perturbada; fundamentalmente, como
consecuencia de los dramáticos intentos reiterados que las pacientes hacen para controlar su
cuerpo y su peso corporal” (Perpiña, 1994). Algunos rasgos de esta patología se expresan en
las restricciones en la dieta, en el deseo de estar delgado, el miedo a ser gordo y la
vulnerabilidad a los estereotipos culturales que son fuertemente influenciados con la imagen de
un inasequible cuerpo perfecto que los medios de comunicación y la publicidad intenta vender.
El DSM IV (1996) caracteriza a los trastornos alimentarios como alteraciones graves de la
conducta alimentaria, e incluye dos trastornos específicos; la anorexia nerviosa y la bulimia
nerviosa, en ambos interactúan causalmente factores biológicos (desordenes hormonales,
etc.), psicológicos (rasgos de personalidad), familiares, sociales y culturales (el modelo de
delgadez).
Por otro lado la ansiedad es un elemento que está presente en todo el cuadro psicopatológico.
También manifiestan un control escaso de los impulsos y como consecuencia, actúan en forma
irreflexiva, sin tener en cuenta las consecuencias de ese accionar (Cervera y Quintanilla, 1995).
Una definición clásica de lo que es la imagen corporal, es aquella propuesta por Schiler
(1935), quién sugiere que se trata de la imagen que forma nuestra mente de nuestro propio
cuerpo; es decir, el modo en que nuestro cuerpo se nos manifiesta. En este enunciado está
implícita la idea de que la imagen corporal no es necesariamente consistente con nuestra
apariencia física real y resalta, por el contrario, la importancia de las actitudes y valoraciones
que el individuo hace de su cuerpo. (Schiler, 1935, citado por Perpiñá, C., & Baños, R. M. 1990;
2)
Tomaremos también la definición que Ortega Becerra (2012) elabora del concepto. A partir de
varios autores que trabajan con la imagen corporal, la autora se propone generar una definición
con carácter integrador que sugiere que la imagen corporal es un constructo psicológico
complejo, que refiere a cómo la autopercepción del cuerpo genera una representación mental,
compuesta por un esquema corporal perceptivo, que incluye las creencias, emociones,
pensamientos y conductas asociadas. (Ortega Becerra, 2012; 23)
En relación a la variable autoestima Baron & Byrne la definen como aquella dimensión
evaluativa del autoconcepto. Es decir, como la autoevaluación realizada por cada individuo, la
actitud propia hacia sí a lo largo de una dimensión positiva- negativa. (Baron, R. A. &Byrne, D,
2005; 177). Una fuente importante para esta autoevaluación, sugieren los autores, son los
otros; ya que nos juzgamos a nosotros mismos a partir de comparaciones sociales, y en este
sentido, sugieren que la elección de grupos de comparación es crucial (Baron, R. A. &Byrne, D,
2005; 179).
Cuando la perfección lastima:
Las imágenes estereotipadas que reproducen los medios de comunicación perjudican la
autoestima adolescente a tal punto que afectan la manera en que llevan a cabo su dieta,
produciendo en muchos de ellos graves trastornos alimenticios. Esta es la hipótesis que
proponemos para nuestro estudio. A lo largo de los apartados anteriores se fueron definiendo
los conceptos tomados en este trabajo. Entonces, llegados a este punto cabe preguntarse qué
pasa cuando estas variables confluyen e interactúan.
En este sentido cabe destacar el trabajo de Ortega Becerra “Relación entre la insatisfacción
con la imagen corporal, autoestima, autoconcepto físico y la composición corporal en el
alumnado del primer ciclo de educación secundaria de la ciudad de Jaén”. En esta tesis de
doctorado la autora se propone: evaluar la relación entre estas variables buscando indagar en
la percepción de la imagen corporal que los adolescentes de entre 12 y 14 años de dicha
institución educativa poseen, relacionándola con su masa corporal y con el porcentaje de tejido
graso; conocer la relación entre la satisfacción con la imagen corporal, la autoestima y el
autoconcepto físico; y analizar la influencia que ejercen los agentes de socialización primarios y
secundarios y la actividad físico- deportiva. Para lograr estos objetivos Ortega Becerra emplea
un diseño mixto cuali- cuantitativo. En la etapa cualitativa realiza grupos de discusión con
expertos en la problemática en estudio y en la cuantitativa, cuestionarios, pruebas
antropométricas y de composición corporal. En esta etapa emplea diversos cuestionarios: para
obtener información de la satisfacción con la imagen corporal (utiliza puntualmente una
adaptación de del BSQ -Cuestionario sobre forma corporal y un Cuestionario de Siluetas
Corporales), con la autoestima (para esto se utiliza la escala de Rosenberg) y con el
autoconcepto físico (evaluado a partir de una adaptación del cuestionario sobre autoconcepto
físico de Marsh y Southerland).
Entre los resultados obtenidos podemos destacar que se encontró una insatisfacción con la
imagen corporal en la mayoría de los participantes, identificándose en general con un silueta
mayor a la que desearían; que en general son las chicas las que en más del doble de los casos
manifestaron que su autoestima se veía afectada a causa de su imagen corporal y que éstas
presentaron un autoestima menor al de los varones.
Por otro lado, en el estudio “Parent, peer and media influences on body image and strategies to
both increase and decrease body size among adolescent boys and girls” de Marita McCabe y
Lina Ricciardelli, encontramos resultados similares en relación al género. Este estudio investiga
la naturaleza de la imagen corporal y las estrategias de cambio físico, así como las influencias
socioculturales (medios, padres, pares) en estas variables, en un grupo de 1,266 adolescentes
(622 hombres, 644 mujeres) de una edad aproximada de 14 años, pertenecientes a colegios
secundarios de Australia.
Podemos destacar que dentro de los resultados se encontró que las mujeres tenían una mayor
insatisfacción de su imagen corporal. En relación a la influencia de los medios se demostró que
los medios, más particularmente las revistas, juegan un importante rol en la imagen corporal y
las distorsiones alimenticias de las adolescentes mujeres. Por otro lado no se encontraron
resultados concluyentes en la influencia que los medios ejercen sobre los hombres.
En la misma perspectiva que el trabajo anterior El trabajo de Adrian Furnham, Nicola Badmin e
Ian Sneade del University College of London analiza las conductas alimentarias de los
adolescentes y su relación con la imagen que tienen de sí mismos.
Para realizar el estudio encuestaron a un total de 235 adolescentes: 111 varones y 124 mujeres
de entre 16 y 18 años. Eligieron cuatro escuelas de Inglaterra bastante variadas, aunque la
mayoría de los encuestados resultaron ser de clase media.
La razón para escoger a los adolescentes como unidad de análisis de su investigación es
porque durante la adolescencia comienzan a tener lugar los trastornos alimenticios. Al contar
con antecedentes de correlato entre la disconformidad con la propia imagen y los desórdenes
alimenticios se propusieron realizar una serie de encuestas para medir aquella relación y
verificar el grado de correlación.
Utilizaron el Eating Attitudes Test (EAT), de Garner y Garfinkel (1979). Adaptaron algunas
preguntas del test EAT a las diferencias que existen entre el hombre y la mujer, como ser la
menstruación, la importancia de los bíceps, etcétera. Para trabajar la autoestima utilizaron la
Escala de Rosenberg, el test de Silberstein para analizar los motivos para ejercitarse. Por
último, para corroborar la conformidad con su imagen decidieron presentar a los adolescentes
nueve siluetas y pedirles que marcaran con cuál se identifican y cuál consideran que es la
silueta ideal
Dentro de los resultados de este trabajo, los investigadores observaron que las mujeres en su
mayoría presentaron una diferencia considerable entre la imagen ideal y la que consideran
como suya, así como también los resultados del test de autoestima no fueron demasiado alto.
El análisis de confianza de resultados dio un porcentaje alto, de 91 por ciento.
El estudio demostró que la relación entre la baja autoestima de las mujeres y la realización de
dietas y la práctica de actividad física es significativa para las mujeres pero no para los
hombres. A su vez, la tendencia a efectuar dietas se relaciona con una preocupación por el
cuerpo más que por una baja autoestima en general
Metodología
Para la realización del presente trabajo se ha realizado una búsqueda bibliográfica con las
siguientes palabras claves: trastornos alimenticios, adolescencia, medios de comunicación,
estereotipos de belleza, baja autoestima e investigación.
Luego del análisis de las fuentes recopiladas procedimos a seleccionar aquellos trabajos que
se relacionaban con nuestro objetivo y comparamos lo que proponían cada autor en claves de
pensar una propuesta propia.
En caso de poder continuar este estudio en un futuro próximo utilizaríamos un diseño
cuantitativo. Nuestra unidad de análisis será adolescentes residentes en el Área Metropolitana
de Buenos Aires de entre 13 y 18 años de edad. El diseño de investigación consistirá en la
realización de una encuesta autoadministrada a adolescentes que residen en el Área
Metropolitana de Buenos Aires.
Se tomarán las variables “autoestima” y “actitud alimentaria” como dependientes y la variable
“influencia de la imagen corporal transmitida por los medios de comunicación” como
independiente.
El instrumento de nuestro estudio consiste en un cuestionario que se divide en tres secciones.
Utilizaremos una versión ajustada al castellano de los cuestionarios, ya que originalmente están
formulados en español neutro que puede resultar un lenguaje poco convencional para los
adolescentes que irán a responder. En cada una de las tres secciones mediremos las distintas
variables en estudio, a partir de las siguientes escalas:
1) Para la medición de la variable autoestima utilizaremos la Escala de Autoestima de
Rosenberg. La misma consiste en 10 afirmaciones que hacen referencia a los sentimientos que
tiene la persona sobre si misma, 5 direccionadas positivamente y 5 negativamente. Las
respuestas tienen un rango de 1 a 4 (1-muy en desacuerdo, 2-en desacuerdo, 3-de acuerdo y
4-muy de acuerdo) asignándose un puntaje inverso a las afirmaciones direccionadas
negativamente. Siendo 10 el puntaje más alto y 40 el más bajo, en relación a la autoestima.
2) Para medir la variable actitud alimenticia y ver si los jóvenes adolescentes presentan
trastornos alimenticios usaremos el cuestionario de Actitudes hacia la Comida (Eat-40) que
originalmente consiste en 40 afirmaciones (que nosotras seleccionamos 17 items) referidas
puntualmente a la conducta alimenticia. Las respuestas presentan un rango de 1-5 siendo 1:
Nunca y 5: Siempre.
3) Para la medición de la variable imagen corporal utilizaremos una subescala que forma parte
del cuestionario “Self – ImageQuestionnairefor Young Adolescents” (SIQYA) que consiste en
once ítems relacionados específicamente con el dominio de los pensamientos y sentimientos
respecto del cuerpo. Aquí cinco ítems remiten a una imagen corporal positiva y 6 a una
negativa.
4) Por último para medir la variable influencia de la imagen corporal transmitida por los medios
de comunicación utilizaremos el Cuestionario de Influencia del Modelo Estético Corporal
(CIMEC) de Toro, Salamero y Martinezi. El cuestionario consta de 40 preguntas que evalúan la
ansiedad por la imagen corporal y la influencia de los agentes y situaciones que transmiten el
modelo estético actual. Los autores señalan como una alternativa para el análisis, 26 preguntas
agrupadas en 5 factores: malestar por la imagen corporal, influencia de la publicidad, influencia
de mensajes verbales, influencia de los modelos sociales, e influencia de las situaciones
sociales. Para este trabajo se suprimieron las preguntas correspondientes al último factor,
influencia de las situaciones sociales ya que excede los objetivos del estudio.
Una vez concluido el trabajo de campo se pasará al procesamiento de los datos obtenidos y a
su posterior análisis. Éste se volcará en un artículo académico con intenciones de poder
publicarlo.
Consideraciones finales
Consideramos que en el presente trabajo hemos realizado un primer acercamiento a la
problemática de la autoestima de los jóvenes de la Ciudad de Buenos Aires y a las influencias
que, en ese sentido, los grandes medios de comunicación poseen sobre la población.
Nos interesa citar a Morlachetti, quien define a la adolescencia como una etapa de la vida
definitoria y decisiva en muchos aspectos. Creemos que la problemática de los adolescentes se
presenta invisibilizada en nuestra sociedad ya que es una población representada en el
imaginario social como “sana y activa” y, por tanto, sin necesidad de una política específica en
materia de salud. Como afirma Morlachetti (2007), “debido a que el grupo de población
adolescente y joven presenta bajos niveles de morbilidad y mortalidad asociada a causas
naturales o a enfermedad, son pocos los países en los que se ha dado prioridad a su salud”.
Es menester profundizar estos estudios debido a la importancia del debido cuidado del cuerpo
de los jóvenes para consolidar su desarrollo tanto físico como mental. En ese sentido, los
resultados de las encuestas en escuelas podrían aportar datos esenciales para el diseño de
políticas públicas que apunten al cuidado y al desarrollo integral de la juventud.
Como hemos visto, se trata de un grupo vulnerabilizado: la falta de reconocimiento de su
autonomía y a la ausencia de políticas específicas desarrolladas hacia ellos, los ubica en una
posición en donde difícilmente encuentren servicios de salud que puedan atender a sus
requerimientos.
Por otro lado, en tanto recomendaciones futuras, también sería propicio fomentar la creación de
legislaciones que regulen los contenidos estéticos de las imágenes y discursos publicados en
los programas de televisión, las publicidades, las revistas, etc, prohibiendo mostrar cuerpos
falsos o modificados virtualmente.
Sintaxis:
Dentro del cuestionario que queremos realizar en un futuro, hay ítems que deberían ser
invertidos a la hora de efectuar un análisis en el SPSS. En el presente apartado indicaremos la
sintaxis del cuestionario.
Escala Rosenberg-Considerando que el 1 se corresponde con baja autoestima y el 5 hacia
una autoestima alta la inversión queda de la siguiente forma:
ROS2 ROS5 ROS6 ROS8 ROS9
Escala Actitudes hacia la comida- Considerando que el 1 se corresponde con actitud usual
hacia la comida y el 5 con trastornos alimenticios, la inversión corre solamente para el primer
ítem :
ACT1
Escala influencia de los modelos corporales estéticos: En dicha parte del cuestionario,
todos los ítems indican que las respuestas con valores que tienden a 1 se corresponden con
personas que tienen una influencia baja por parte de las imágenes estereotipadas de belleza y
los valores que tienden a 5 se corresponden con una influencia 5.
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