iii. multiculturalidad en europa, experiencias y posibles aportes para américa latina. bernd gallep

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253 Introducción El título de esta serie de ensayos es “Descentralizar: un derrotero a seguir”. Si se considera que lo afirmado en el título es un objetivo deseable y, por ende, una trayectoria a seguir, entonces podremos felicitarnos. Sin embar- go, el hecho de que convenga reunir en esta obra algunos ensayos sobre los diferentes tipos de modelos de descentralización indica que aunque haya acuerdo –o eso se espera– sobre el “si lo queremos”, no lo hay sobre el “cómo queremos” que se conciba la descentralización. Algo similar se puede constatar con respecto a la siguiente pregunta, relacionada con la primera: ¿Hasta qué punto los procesos de descentra- lización en América Latina deben tomar en cuenta la diversidad de la estructura social así como la amplia y variada gama cultural? De hecho, en los últimos veinte años, casi todos los Estados latinoamericanos se han autodefinido en sus constituciones como “pluricultural”, “multiétnico” o algo parecido. En algunos se reformó la Constitución, en otros se llamó a una Asamblea Constituyente en la cual los representantes indígenas pudieron, en ocasiones, participar desde posiciones prominentes. A ma- nera de ejemplo podemos citar a Nina Pacari y Luis Maldonado en el Ecuador. Multiculturalidad en Europa: experiencias y posibles aportes para América Latina Bernd Gallep* * GTZ – Cooperación Técnica Alemana. Programa Regional “Fortalecimiento de Organizaciones Indígenas en América Latina – PROINDÍGENA”

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Multiculturalidad en Europa, experiencias y posibles aportes para América Latina.

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253IntroduccinEl ttulo de esta serie de ensayos es Descentralizar: un derrotero a seguir.Si se considera que lo afirmado en el ttulo es un objetivo deseable y, porende, una trayectoria a seguir, entonces podremos felicitarnos. Sin embar-go, el hecho de que convenga reunir en esta obra algunos ensayos sobrelosdiferentestiposdemodelosdedescentralizacinindicaque aunquehaya acuerdo o eso se espera sobre el si lo queremos, no lo hay sobreel cmo queremos que se conciba la descentralizacin.Algo similar se puede constatar con respecto a la siguiente pregunta,relacionada con la primera: Hasta qu punto los procesos de descentra-lizacinenAmricaLatinadebentomarencuentaladiversidaddelaestructura social as como la amplia y variada gama cultural? De hecho,en los ltimos veinte aos, casi todos los Estados latinoamericanos se hanautodefinido en sus constituciones como pluricultural, multitnico oalgo parecido. En algunos se reform la Constitucin, en otros se llam aunaAsambleaConstituyenteenlacuallosrepresentantesindgenaspudieron, en ocasiones, participar desde posiciones prominentes. A ma-neradeejemplopodemoscitaraNinaPacariyLuisMaldonadoenelEcuador. Multiculturalidad en Europa:experiencias y posibles aportespara Amrica LatinaBernd Gallep** GTZ Cooperacin Tcnica Alemana. Programa Regional Fortalecimiento de OrganizacionesIndgenas en Amrica Latina PROINDGENA Sin embargo, al poco tiempo se vio la diferencia entre derecho y reali-dad. Un artculo de la Constitucin no basta para construir un Estado plu-rinacional. La implementacin de las disposiciones constitucionales estuvotrabada y sigue sindolo en casi todos los pases, de modo que tampoco losrepresentantes indgenas se cansan en seguir reclamando la creacin y tam-bin implementacin de este mismo Estado plurinacional. Esto es tantoms el caso en los pases que se estn refundando a travs de sus asamble-as constituyentes, como Venezuela en el pasado reciente, Bolivia y Ecuadoren la actualidad. Por consiguiente vale la pena recordar en este punto, quela Constitucin como norma bsica de todo Estado juega un papel espe-cial pero que su valor es muy relativo si no se logra implementarla. Es decirque los esfuerzos no se agotan con la adopcin de una nueva Constitucin.El trabajo comienza recin a partir de su entrada en vigencia. Puede sorprender que este ensayo recurra a experiencias europeas paraver si pueden resultar tiles en el contexto latinoamericano. No hay queolvidar que el Estado nacional es un producto genuinamente europeo, yque Europa o por lo menos la mayora de sus pases ha tratado duran-temuchotiempodeconservarloensuformatradicional.Sinembargo,desde hace algunas dcadas, Europa est experimentando un cambio sig-nificativo: la evolucin del contexto sociodemogrfico de los Estados eu-ropeos y tambin del entorno global estimul procesos sociales de discu-sin que no se detuvieron ante el espacio poltico. (In-) Migracin, glo-balizacin, multicultural e integracin son consignas que se han conver-tido en trminos comunes y objeto de discusiones a veces acaloradas. Sin embargo, las experiencias europeas relevantes datan de otra poca.Estados como Blgica y Suiza se fundaron con base en su multiculturali-dad. El camino, por lo menos en el caso de Blgica, fue marcado por mu-chosaosdeconflictosavecesviolentos.Porello,ladiversidadtnica,cultural e inclusive poltica se refleja tambin en las estructuras estatalesde estos pases. Al analizar en mayor detalle la estructura y administracinterritorial de los Estados mencionados, podemos hacer la conexin con eltema de la descentralizacin. Finalmente, me parece importante observarla multiculturalidad tambin desde la perspectiva regional. En este temano fue la Unin Europea sino el Consejo de Europa, internacionalmentemenos conocido, el que ms aport al tema.254Bernd Gallep QuierodestacarquenoeselpropsitodeesteensayorecomendarEuropaodeterminadascircunstanciasyexperienciaseuropeascomounmodelo a imitar, y mucho menos an como el nico modelo vlido. Dossimples razones impiden que esto funcione: No existe ni una realidad eu-ropea ni una realidad latinoamericana, ni siquiera una sola realidad andi-na o amaznica. Una visin intercontinental nos hace ver grandes diferen-cias en las estructuras poblacionales y sociales, las naciones y nacionalida-des, etnias y culturas en Europa al igual que en Amrica Latina. A ello seaaden los diferentes antecedentes histricos y marcos polticos que recinnospermitenentenderlasestructurassurgidasymodelosescogidosalavez que suelen impedir una simple rplica de cualquier modelo.Es decir que slo podemos enfocar observaciones puntuales de expe-rienciasdemulticulturalidadenEuropa,experienciasdeningnmodovinculantes, pero s potencialmente interesantes para Amrica Latina. Inter, multi, pluri, trans, crossMulticulturalidad en Europa primero habra que explicar porqu se optpor este trmino y no por pluriculturalidad, interculturalidad o tambinmultinacionalidad,igualmentepresenteseneldebatepblico.Estapre-gunta es an ms vlida si consideramos que los artculos de este captu-lo deben acercarse al tema de la descentralizacin bajo la perspectiva de loplurinacional/ pluricultural. De hecho existe una amplia gama de trmi-nos para caracterizar las situaciones estatales o sociales en las cuales con-viven varias culturas, nacionalidades, etnias o lo que suele denominarsecomo tales. A veces, da la impresin que los trminos son escogidos arbi-trariamente. Razn suficiente para aportar un poco de luz a esta confu-sin. Comencemos con los trminos bsicos. Obviamente, hablar de multi-nacionalidad, multiculturalidad o multietnicidad depende sobre todo delo que se quiera expresar. Se trata de la convivencia de diferentes nacio-nes o nacionalidades, etnias o culturas? Lo que se esconde realmente de-trs de estos trminos no queda tan claro y tampoco puede ser explicadoal cien por ciento sino apenas esbozado en el marco de este artculo. 255Multiculturalidad en Europa experiencias y posibles aportes para Amrica Latina Lanacinesunodelosproductosmsdistinguidosdelostiemposmodernos europeos. Fue desarrollada entre el siglo XVI y XIX y se auto-define como una comunidad que puede crearse a base de tradiciones his-tricas, cultura y lenguaje. Existen casos en los cuales la nacin coincidecon el Estado que constituye; se trata entonces de un Estado-Nacin. Enotros casos, hay varios pueblos o minoras de diferente origen tnico, conexpresiones culturales y lingsticas propias, relaciones econmicas orga-nizadas por patrones diferentes etc. que conviven en un mismo territorioestatal. Para describir estos grupos, los Estados crearon nombres diversos.EnelEcuadorsehablaporejemploenclaradistincindelEstado-Nacin de nacionalidades y pueblos, en Guatemala de grupos y co-munidades indgenas, en los Estados Unidos de first nations. En Europase maneja sobre todo el trmino de las minoras nacionales, utilizado tam-bin por el Consejo de Europa. Es decir que, por lo general, las naciones y nacionalidades se basan enetniasy/oculturas.Sinembargo,larelacinentreetniasyculturasesparadjica. Mientras que el trmino etnia se defini originalmente msque nada a partir de criterios raciales, las definiciones utilizadas en las lti-mas dcadas se acercan mayormente a otras categoras que unen a gruposde personas por sus valores, tradiciones, patrones de comportamiento, esdecir, a fin de cuentas, factores culturales (Ayala Mora, 1992:36).Adiferenciadeello,laculturaledalaespaldaalaetnia:enelsigloXVIII, el filsofo alemn Johann Gottfried Herder defini el concepto tra-dicional de la cultura a partir de tres criterios: la base tnica, la homogeni-zacin social y la delimitacin hacia fuera. Frente a ello se opina cada vezms, y no slo en Europa, que debido a las mltiples interrelaciones entrelos Estados y sus sociedades cada vez ms abiertas, las culturas se entrela-zan y entremezclan en grado creciente. Resulta cada vez ms difcil delimi-tar las culturas propias de lo que antes era considerado como culturasajenas porque, entre tanto, puede haber formado parte de la cultura pro-piayviceversa.Estolohacecasiimposibledelimitarunaculturahaciafuera, considerarla como socialmente homognea y basarla en un funda-mento tnico. Las diferenciaciones entre culturas se basan cada vez menosencriteriosgeogrficosonacionalesylaimportanciadelEstado-Nacinfundamentado en etnias o tambin en una lengua materna comn desva-256Bernd Gallepnece cuando se trata de la formacin cultural (Welsch, 1995:4). Es decirque para fines de este ensayo, la multiculturalidad debe ser entendida enun sentido que no parte nicamente de las pertenencias tnicas. El uso de los trminos multinacional y multicultural depende tam-bin del peso poltico que uno quiera dar a su declaracin. Histricamentey en diferentes continentes, varios decisores estatales interpretaron el recla-mo por un Estado multinacional como una arremetida contra la integri-dadnacional.Entonces,eltrminoadquiereunasensibilidadpolticayporello,enEuropa,seprefierehablardemulticulturalidad.Puedeserposibletolerarlapresenciadediferentesculturasenelterritorioestatal,perocuandohaynacionalidadesconexigenciasqueimplicanporlomenos una renuncia parcial del Estado global a favor de grupos tnicos enrebelin, se teme que lo que est en juego es la nacin como tal. Por ellose observan muchos casos en los cuales la insistencia en la integridad deun Estado es tanto ms fuerte cunto ms se reclame su plurinacionalidad.A veces incluso, los actores de ambos reclamos son los mismos.Para fines de ilustracin presentamos dos ejemplos de la actualidad: ElPacto de Unidad de Bolivia que aglutina a las cinco organizaciones ind-genas ms importantes del pas, propone en su proyecto de Constitucinrefundar Bolivia como un Estado Unitario Plurinacional Comunitario(Pacto de Unidad, 2007:1). En la CONAIE del Ecuador la contradiccinsehacetambinmanifiesta:ElEcuadorseconstituyecomounEstadoplurinacional,soberano,comunitario,socialydemocrticodederecho,independente,laico,solidario,conequidaddegneroyunitario(CONAIE, 2007:14).Analicemoslosprefijos.intervienedellatnysignificaentre.Esdecir que la interculturalidad se refiere a las relaciones entre culturas. Eneste concepto se buscan vas que permiten lograr entendimiento, comu-nicacin,comprensinoreconocimientoentrelasculturas(Welsch,1995:2).Conello,sesiguepensandoenunaculturaysociedadpropiafrente a una ajena. La idea de la multiculturalidad o pluriculturalidad parte de la mismaconstante pero en este caso al interior de una comunidad estatal (Welsch,1995:2).Siseguimosesteesquema,podranexistirsociedadesmulticul-turales pero no as sociedades interculturales (Lozano Vallejo, 2005: 25,257Multiculturalidad en Europa experiencias y posibles aportes para Amrica Latina 30). Sin embargo, esto no significa que las dos sean excluyentes. AlgunasorganizacionesindgenasdeBoliviaexigieronexplcitamentelaforma-cin de un Estado que sea no slo pluricultural sino tambin intercultu-ral (Asamblea Nacional Bolivia, 2006: 2). Esto se refiere tanto a las rela-cionesculturalesalinteriordelassub-sociedadesbolivianascomoalasrelacionesentreellasydependeademsdeladefinicindelasociedadque se quiera aplicar.Ms difcil resulta diferenciar entre multi y pluri. Multi es latny significa muchos, numerosos. Plures es el comparativo y significa porlo tanto ms. Por consiguiente, una sociedad pluricultural debera abarcarms culturas que una sociedad multicultural y si aplicamos ambos trmi-nos a la misma sociedad, ya no debera ser necesario llamarla multicultu-ral porque necesariamente todas las culturas que deben ser abarcadas yaestaran contenidas en el trmino ms amplio de la sociedad pluricultu-ral. Sin embargo, en la realidad los prefijos son usados sin diferenciacinclara y a veces inclusive en el mismo contexto. Existen intentos de diferenciacin (vase por ejemplo Lozano Vallejo,2005: 24) pero a fin de cuentas no se dispone de una caracterstica con-vincente que permita diferenciar entre multi- y pluri-. Ms lgico resultael uso consciente de plurinacional en delimitacin con multinacional, tr-minoempleadotambinenotroscontextoscomo,porejemplo,lasempresasmultinacionales(AlbyBarrios,2007:80).EnEuropaseusams el trmino multicultural.Tal como se insinu anteriormente, existen intentos de superar la defi-nicin que distingue entre la cultura propia y ajena que se mantiene en elconcepto de la inter-, multi- pluriculturalidad para insistir cada vez msensuaspectotransfronterizo,sudiferenciacinycomplejidadinterna.Esto se logra con el concepto de la transculturalidad (del latn trans = atravs, pasar por, ms all) que hace hincapi precisamente en estas inte-rrelaciones, superposiciones y transiciones para deducir la tarea pragmti-ca de la integracin de las diferentes corrientes (Welsch, 1995). Para lle-gar al fondo de la cuestin, las culturas nacionales mutuamente penetra-das conducen finalmente a una sola cultura global interdependiente en lacual se produce un cruce de las corrientes. Para su descripcin se recu-rre tambin al trmino ingls crossculture (Gro, 2002).258Bernd Gallep Lo multicultural en EuropaYasemencionanteriormentequeelEstado-Nacinfueunproductoeuropeo. Si uno quiere buscar un Estado-Nacin de corte clsico en nues-tros das, la mejor opcin es mirar fuera de Europa. En las ltimas dca-das, los ms de cincuenta Estados europeos evolucionaron sucesivamentehacia Estados nacionales cada vez ms abiertos a la multiculturalidad. Desdesiempre,losEstadosdemogrficamentemonoculturales,sinmezclas culturales, han sido la excepcin en Europa. Los casos especialesque se suelen mencionar son Islandia y Portugal. Los Estados occidenta-les, de hecho marcados por una heterogeneidad cultural, reclamaron du-rante mucho tiempo una monoculturalidad y tuvieron que pasar por pro-cesos largos y a veces difciles para renunciar a los elementos bsicos de unEstado nacional clsico: Hasta los aos ochenta, los Estados trataron, endiferente medida, de fomentar y consolidar un idioma nacional y una his-toria comunes, mitos nacionales, hroes y smbolos, una literatura nacio-nal, un sistema nacional de educacin, comunicacin y defensa y, a vecesinclusive,unareliginnacional(Kymlicka,2007:12).ElcasodeSuiza,probablemente la nica excepcin, ser analizado ms abajo. Hoy en da, la gran mayora de Estados europeos reconoce la presen-cia en su territorio de diferentes grupos, cada uno con su propio idioma,historia, cultura, hroes y smbolos y la exigencia de ser respetados. Estose manifiesta por ejemplo en el reconocimiento de los derechos de las mi-noras como las autonomas concedidas y el estatus oficial de las lenguasde las minoras nacionales. Estaevolucinpuedeexplicarsesobretodoporlamayorseguridadinternayexterna:Porunlado,losEstadosdeEuropapierdencadavezms a sus enemigos y adversarios vecinos, los cuales, en el pasado, fuerontemidoscomoposiblesinvasoresdesuterritoriodondeapoyaranalaminora asentada en contra del Estado global. Por otro lado, los gobier-nos pueden sentirse bastante seguros de que las minoras nacionales ya noviolenlasnormasdemocrticasylosderechoshumanoscuandoselesotorgue cierta autonoma. Hoy en da, tanto las mayoras como minorasen Europa coinciden en que tambin las minoras autogestionadas tienenel afn de actuar en el marco del constitucionalismo democrtico-liberal.259Multiculturalidad en Europa experiencias y posibles aportes para Amrica Latina Por esta razn, en Europa, las polticas de minoras se han des-seguriza-do en gran medida (Kymlicka, 2007:21, 25).Quines son las minoras en Europa? Primero hay que aclarar que eltrmino pueblos indgenas, tan frecuente en Amrica Latina, casi no esutilizado en Europa. La mayora de los pueblos indgenas de Europa viveen la Federacin Rusa y en Ucrania. En Europa occidental, el nico pue-blo indgena que indiscutiblemente puede ser considerado como tal sonlos saami o lapones con 70 000 personas asentadas en Noruega, Suecia,Finlandia y el noroccidente de Rusia. Existen numerosas definiciones so-bre lo que caracteriza a un pueblo indgena (vase resumen en ChoqueQuispe, 2007) pero, por lo general, hay un requisito que estipula que elpueblo indgena debe verse en el contexto histrico de un sociedad asen-tada en el territorio antes de una fase de conquista o invasin y ser mar-ginado en el Estado actual. Al considerar los aspectos histricos y actua-les,esterequisitonoaplicaalamayoradelasminorasasentadasenEuropa. LasminorasquevivenenEuropason,porunlado,grupostnicosconcentrados en determinada regin del territorio estatal donde se definencomo nacionalidades propias como en el caso de los flamencos en Blgica,los escoceses y galos en el Reino Unido, los catalanes y vascos en Espaay los tiroleses del sur en Italia. Estas formas de convivencia al interior deun mismo Estado desembocaron frecuentemente en un federalismo o porlo menos regionalismo multinacional o multilingstico en el cual se ce-dieron derechos especiales y hasta la autonoma a las entidades territoria-lesdondeestnasentadaslasminoras.Paralelamentesepudoobservarque los grupos tnicos subestatales se mostraron cada vez ms dispuestosa aceptar una existencia dentro de un Estado no manejado por ellos y a re-nunciar poco a poco a sus demandas de secesin e independencia. Algunas constituciones en las cuales el otorgamiento de derechos a lasminorasseenfrentaconciertatensinalaindivisibilidaddelEstadodemuestran que el acercamiento no ha sido fcil en muchos Estados euro-peos. Mientras que Artculo 5 de la Constitucin italiana declara que laRepblicaesunaunidadeindivisible,protegeensuArtculo6alasminoras lingsticas a travs de regulaciones especiales. El Artculo 2 dela Constitucin espaola dice:260Bernd Gallep LaConstitucinsefundamentaenlaindisolubleunidaddelaNacinespaola, patria comn e indivisible de todos los espaoles, y reconoce ygarantiza el derecho a la autonoma de las nacionalidades y regiones quela integran y la solidaridad entre todas ellas.Estoessintomtico.Losestatutosdeautonomaoderechosespecialespara las minoras, especialmente en el tema lingstico, ya constan en lamayoradelasconstitucioneseuropeas.Sinembargo,adiferenciadeAmrica Latina, no existen en las constituciones europeas referencias a lamulti-opluriculturalidad.Apesardequedeterminadosderechoshansidolegalmenteanclados,losEstadoseuropeosantienendificultadesen reconocer en sus constituciones algo que desde hace tiempo ya es unhecho: Se han convertido en Estados de carcter multicultural que ya notratan de imponer una cultura nacional a costa de los dems sino acep-tanladiversidadculturaleinclusivelafomentanporelbienpropioyajeno.Sin embargo, se observan nuevas tendencias y a nivel de la discusinpblica,eltemasehaconvertidoenunapapacaliente.Cuandoenelao 2000, un poltico alemn, importante en este entonces, dijo que losinmigrantes deben respetar la cultura dominante alemana basada en losprincipios de la democracia y libertad como regla necesaria para una in-tegracin exitosa, la respuesta de la poblacin, los crculos polticos y me-dios fue devastadora. Seguramente se puede discutir el trmino escogidopor el poltico pero treinta aos antes, su afirmacin no hubiera sido temade discusin, sino lo ms obvio del mundo. La discusin alemana no se dio en un contexto de grupos tnicos sub-estatales,regionalmentearraigados,sinoapropsitodeotrogrupodeminoras que, sin embargo, no son prioritarias para fines de este estudio:los migrantes legales e ilegales que viven dispersos en todo el territorio yse caracterizan, debido a sus diferentes orgenes, por una gran heteroge-neidad.Sunmerocrecifuertemente,primerodespusdelaSegundaGuerra Mundial cuando numerosos trabajadores migrantes de Europa delsur se desplazaron hacia los pases de Europa del norte y Europa central,originalmente para trabajar un tiempo limitado, pero quedndose en mu-chos casos y obteniendo el derecho de residencia permanente. Una segun-261Multiculturalidad en Europa experiencias y posibles aportes para Amrica Latina da ola se produjo despus del fin de la Guerra Fra con la creciente aper-tura de las fronteras entre Europa oriental y occidental. El nmero creciente de migrantes en Europa aviv tambin la discu-sin sobre la multiculturalidad. En vista de que histricamente casi todoslos Estados de Europa son pases de emigracin y no de inmigracin, estaevolucin presenta nuevos y grandes desafos para lograr una integracinexitosa de los migrantes. Por un lado, este afn llev a los pases europeosa hacer ms estrictos los criterios de admisin de los migrantes, por ejem-ploexigiendopruebasdeconocimientodelidioma.Porotrolado,losEstados se esfuerzan ms en su acercamiento a los migrantes y sus cultu-ras y en la creacin de espacios jurdicos, polticos, religiosos y culturales.Esto es la esencia del multiculturalismo. El ejemplo de Blgica BlgicaesunEstadofederalcompuestoporcomunidadesyregiones.ConestaspalabrascomienzalaConstitucinbelgade1994.Continadescribiendo la composicin de Blgica, conformada por tres comunida-des (la comunidad germanfona, la comunidad francesa y la comunidadflamenca),tresregiones(lareginvalona,laflamencayladeBruselas),as como cuatro regiones lingsticas (la regin de lengua alemana, la re-gin de lengua francesa, la regin de lengua holandesa y la regin bilin-ge de Bruselas-capital).El trmino interesante comunidad, utilizado para describir el siste-ma poltico de Blgica, debe ser entendido en el sentido de una comuni-dad cultural, mientras que las regiones se refieren, como suele ser el caso,a una divisin territorial-administrativa. Los flamencos cuya lengua ma-terna es el holands, componen aproximadamente el 60 por ciento de lapoblacin.Essobretodoporsuiniciativaquesecreelmodelodelacomunidad que les permite manejar con independencia sus necesidadesculturales y lingsticas en una Blgica que polticamente ha sido domi-nado por los francfonos. Los valones francfonos constituyen aproxima-damente el 40 por ciento de la poblacin belga pero casi una cuarta partede ellos vive en Bruselas. Impulsaron sobre todo la creacin de las regio-262Bernd Gallep nesparagarantizarsuautonomaeconmica(FernndezMartinet,2006:27) porque gracias a su industria del carbn y acero y la industriatextil fueron y tuvieron, durante mucho tiempo, la mitad ms acaudala-da el pas. El porcentaje de la poblacin de habla alemana llega a apenas 1.2 porciento. Esto explica por qu este grupo es reconocido como comunidadpropia sin ser mencionada en la divisin territorial-administrativa del pasy sin, por lo tanto, tener su propia regin, ya que la suya forma parte dela regin valona. Otra minora, an ms pequea, de habla luxemburgue-sa y ubicada cerca de Arlon, no es reconocida ni como comunidad ni tam-poco como regin lingstica. ElReinodeBlgicacuentaconaproximadamente10.5millonesdehabitantes. Un poco ms de un milln vive en la capital Bruselas. Debidoa su estatus como capital del pas y el nmero significante de habitantes,Bruselascuentacomoreginpropia.Sinembargo,hayotroelementomuy importante: a pesar de que Bruselas est totalmente rodeada por elterritorio de la comunidad flamenca, la regin flamenca y la regin lin-gstica holandesa, el 85-90 por ciento de los habitantes belgas de la capi-tal son originalmente francfonos. Esto justifica el estatus especial comoreginlingsticabilingeyladoblepertenenciatantoalacomunidadflamenca como valona.La dominancia lingstica del francs en la capital de Bruselas que seexplicahistricamenteporelhechodequehasta1962elfrancseraelnico idioma oficial de Blgica, se ha extendido a los alrededores. En losmunicipiosaledaosresidentambingrandesgruposfrancfonosqueexigen ms derechos o una integracin a la regin de la capital Bruselas.En el marco del conflicto permanente y candente entre flamencos y valo-nes, esto fue motivo de conflictos repetidos porque el lado flamenco insis-te en no querer permitir la salida de estos municipios de su regin. La composicin de las comunidades sigue de cerca las regiones lings-ticas. Gracias a ello, las comunidades culturales terminan por alcanzartambinunadimensinterritorial.LaConstitucinestipulaquecadauno de los 589 municipios del Reino de Blgica debe pertenecer a una re-gin lingstica. El cambio de regin es regido por disposiciones muy es-trictas fijadas en el Art. 4 de la Constitucin: se requieren por lo menos263Multiculturalidad en Europa experiencias y posibles aportes para Amrica Latina dosterciosdelosvotosdelosdiputadosysenadoresyunamayoradevotosdeloscuatrogruposlingsticosdeambasCmaras.Parapoderejercer las competencias de las comunidades tambin en la capital multi-linge de Bruselas, se crearon tres comisiones: la comisin de la comuni-dadvalonaylacomisindelacomunidadflamencasonlasinstanciascompetentes en los asuntos de sus respectivas comunidades, mientras quela comisin conjunta de las comunidades se ocupa de asuntos que no sonde estricta competencia de una de las dos otras comisiones. Tambin a nivel del Estado global, las comunidades juegan un papelimportanteporqueparticipanenlalegislacinfederalatravsdesusrepresentantesenelSenado.MientraslosdiputadosdelaCmaradeDiputados son elegidos directamente por el pueblo belga, el Art. 67 de laConstitucinestableceunafrmulacomplicadaparalaeleccindelossenadores. Esta Cmara cuenta con 41 senadores flamencos, 29 francesesy un senador elegido por la comunidad de habla alemana. Los represen-tantes valones y flamencos son elegidos en parte por un colegio electoralde su regin lingstica, en parte por el Consejo (rgano legislativo) de sucomunidadyenparteporlosotrossenadoresnominadosmedianteelprocedimiento que se acaba de describir. La divisin administrativa a nivel de las regiones se da de la siguientemanera:lareginvalonaylareginflamencaabarcancincoprovinciascada una mientras que la capital de Bruselas no tiene provincia. La divi-sin en provincias slo puede ser determinada o modificada por la ley. Conrespectoalascompetencias:lascomunidadesaligualquelasregiones son representadas por consejos democrticamente elegidos que asuvezeligenlosgobiernosconfacultadesejecutivasdelarespectivaco-munidad o regin. Los consejos de las comunidades tienen la facultad deregular, mediante decreto, los siguientes mbitos temticos, definidos enlos artculos 127 y siguientes de la Constitucin: los asuntos culturales, elsistemaeducativoconalgunasexcepciones,losasuntosdepersonal,lacooperacin entre las comunidades as como la cooperacin internacionalenasuntosculturales,educativosydepersonal.Losdecretoscorrespon-dientes tienen carcter de ley en las respectivas regiones lingsticas y conrespecto a las dos comisiones de Bruselas pertenecientes exclusivamente auna comunidad. 264Bernd Gallep Adems, la Constitucin permite a los Consejos de la comunidad va-lona y flamenca regular el uso de los idiomas en casos determinados. Sinembargo,envistadeltemalingsticotandiscutidodurantemuchosaos, el Art. 30 de la Constitucin determina explcitamente que el usode las lenguas habladas en Blgica es libre y que slo puede ser normadoporleyyexclusivamenteparaactosdelpoderpblicoyjurdico. Todoproyecto de ley que afecte la autonoma cultural de los grupos lingsti-cos requiere nuevamente de una mayora de dos tercios de todos los repre-sentantes del pueblo as como de la mayora de los grupos lingsticos enambas Cmaras federales. Se trata de un buen ejemplo del principio de lamayoracoincidente(FernndezMartinet,2006:53),practicadoenBlgica.Tambin los Consejos de las regiones tienen competencias legislativasdefinidas por la ley. Se refieren sobre todo a temas econmicos y ordena-miento territorial e incluyen, por ejemplo, la poltica de transporte, fiscal,econmica, de empleo, energtica, agraria, de planificacin urbana y demedio ambiente. Sin embargo, lo decisivo es el hecho de que las compe-tencias otorgadas de este modo a las comunidades y regiones no son decarcter exclusivo sino que, dado el caso, tienen que ser compartidas conotras entidades federales siempre y cuando estas tambin hayan sido de-claradas legalmente competentes en el tema en cuestin (Fernndez Mar-tinet, 2006:43 f.).LaConstitucinbelgacontemplatambinotrasdisposicionesquedefinen la multiculturalidad del Estado. Por ejemplo, el Art. 143 obligaal Estado federal, a las comunidades y las regiones en el ejercicio de susrespectivas competencias de actuar dentro del respeto a la lealtad federal,conobjetodeevitarconflictosdeinteresesfielallemadelReinoLaunin hace la fuerza, inscrito en el Art. 193. Las caractersticas especficas del federalismo belga han sido calificadascon varias denominaciones como federalismo de doble nivel por basar-se en un nivel comunitario y un nivel territorial parcialmente superpues-tos. Tambin se lo llama federalismo de la disociacin o confrontacinporque los grupos opuestos son separados donde sea posible y obligadosatrabajarjuntosdondeseanecesarioparaelbiendelEstadoglobal.Lams interesante caracterstica del multiculturalismo belga es, sin duda, el265Multiculturalidad en Europa experiencias y posibles aportes para Amrica Latina fuerteroldesempeadoporlascomunidades.Sonellaslasqueotorgancompetenciaslegalesypolticasconcretasnosloabasedeladivisinterritorial-administrativa sino tambin a base de la pertenencia lingsti-ca y afinidad cultural (Fernndez Martinet, 2006:23).El ejemplo de SuizaSuizadestacasucarctermulticulturaldesdeelprembulodesuCons-titucin Federal del ao 2000 que dice que El pueblo suizo y los canto-nes ... deseando convivir en unidad con respeto mutuo y en consideracinde su diversidad. Esta diversidad en la unidad es el elemento caracte-rstico de Suiza aunque no es el nico pas que lo proclama. El lema delos Estados Unidos (E pluribus unum = De muchos, uno o de la di-versidad a la unidad), acuado en el sello grande de los Estados Unidosy con ello en cada billete de un dlar americano, se basa en el mismo con-cepto; y tambin la Unin Europea aspiraba con su Constitucin (que fi-nalmente nunca entr en vigencia) fundarse en la certeza de que Europaest unida en la diversidad. RuthMetzler-Arnold,ConsejeraFederaldeesteentonces,explicelprincipio en el ao 2001 en el Foro Internacional sobre Federalismo deVeracruz/Mxico: En la pequea unidad que es Suiza vive una gran diversidad de indivi-duosycomunidadeslingsticos,religiososyculturales.Esundesafopara Suiza conservar las dos cosas la unidad y la diversidad. (...) Suizatratartambinafuturodefomentardiferenteslenguas,culturasyreli-giones en su Estado y contribuir a la compensacin entre ellas. Har todopara crear las mejores bases posibles para alcanzar este propsito. NuestrasexperienciaspuedentambinservirdeorientacinparaotrosEstadosenfrentados a interrogantes similares (Metzler-Arnold, 2001).Art. 1 de la Constitucin define la Confederacin helvtica de la siguien-te manera: est conformada por el pueblo suizo y veinte y seis cantonessoberanos, Estados de la Confederacin Helvtica. Los cantones, conjun-266Bernd Gallep tamenteconelpueblosuizo,sonpoderesconstituyentes.Estoesunaspecto poco usual. Subraya por un lado el carcter claramente federal dela democracia suiza y contiene tambin una referencia histrica: segn sudenominacin oficial, Suiza es una confederacin. Tambin en sus or-genesfuefundadacomounaconfederacinsuelta.Sinembargo,ensuConstitucin actual, Suiza est definida y concebida como federacin, esdecirEstadofederal.Loscantonesansonpoderesconstituyentesendoble sentido porque el estatus como ciudadano suizo es definido a tra-vs del derecho de ciudadana otorgado por un municipio o un cantn noas por la Confederacin. Con ello, los cantones juegan un papel decisivoen el tema de la ciudadana.Loscasi7.5millonesdesuizosnoformanunaunidadlingstica(yconfesional). Aproximadamente el 63.7 por ciento de la poblacin es dehablaalemana(mayoritariamenteprotestantesreformados),el20.4porciento habla francs como lengua materna, 6.5 por ciento italiano y apro-ximadamenteel0.5porcientopertenecealaminoralingsticadelosretoromanos(todosmayoritariamentecatlicos).SegnelArt.18delaConstitucin, se garantiza la libertad de la lengua en forma similar a lasdisposiciones que rigen en Blgica. Segn el Art. 4, los cuatro idiomas sonidiomas nacionales y segn el Art.70, prrafo 1 tambin lenguas oficialesde la Confederacin. Sin embargo, el retoromano lo es nicamente en lasrelacionesconpersonasdelenguaretoromana.Deestamanera,laslen-guas son tan institucionalizadas en Suiza que forman parte de la identi-dad de esta repblica alpina aunque paradjicamente, debido a su diver-sidad, se contraponen simultneamente a la formacin real de esta iden-tidad (Fernndez Martinet, 2006:193).Adems, Suiza cuenta con un grupo de 20 000 a 35 000 personas cali-ficadascomoitinerantes.Setratadegrupostnicosnmadas(gitanospertenecientes a diferentes pueblos) cuyo reconocimiento como pueblotribal en el sentido del Convenio 169 de la OIT es reclamado por algu-nas organizaciones no-gubernamentales suizas, aunque sin posibilidad deser implementado en las circunstancias polticas actuales. Las lenguas oficiales de los cantones son determinadas por los canto-nesmismos.Sinembargo,segnelArt.70,prrafo2,debentomarencuenta la composicin lingstica original y las minoras lingsticas au-267Multiculturalidad en Europa experiencias y posibles aportes para Amrica Latina tctonas. Comparado con Blgica, la situacin es mucho ms complica-da. Hay varios cantones multilinges donde se opt por diferentes solu-ciones. En Berna y el Valais, los cantones definieron claramente las fron-teraslingsticasentremunicipios.EnFriburgoyenelcantndelosGrisones, la decisin fue delegada a los municipios que en algunos casosse declararon bilinges. A su vez, y a pesar de la presencia de algunos mu-nicipios de lengua alemana en su territorio, el Ticino y el Jura optaron porel italiano y francs respectivamente. Sin embargo, se trata de casos espe-ciales: El Ticino es el nico cantn en el cual la mayora habla italiano; elJura es el cantn ms reciente de Suiza y slo logr constituirse como talen el ao 1979 despus de una lucha a veces violenta y la separacin delcantnBerna,predominantementedehablaalemanayreliginprotes-tante reformada. SegnelArt.3delaConstitucin,lasoberanayautonomadeloscantones se basa en el principio de la subsidiariedad de modo que ejerce-rn todos los derechos a no ser que la competencia en cuestin haya sidodelegadaalpoderfederal.Loscantonesdecidenqufuncionesquierencumplir en el marco de sus competencias. Funciones clave de las compe-tenciascantonalessonlacultura,elsistemaescolar,laproteccindelanaturaleza y de la patria as como la relacin entre Iglesia y Estado en suterritorio. Los cantones participan tambin en la legislacin nacional. El mxi-mo poder de la Confederacin, la Asamblea Federal, est conformada pordos Cmaras con derechos iguales, el Consejo Nacional y el Consejo delos Estados. Mientras que el Consejo Nacional est integrado por los di-putados del pueblo, el Consejo de los Estados se compone de cuarenta yseis representantes de los cantones, cuya eleccin es regulada por los can-tones mismos. Se aplica una regla tcita segn la cual los cantones multi-linges no slo elegirn a representantes de un solo grupo lingstico yaqueelmultilingismodebetambinreflejarseenlarepresentacindelcantnenelsenodelConsejodelosEstados(FernndezMartinet,2006:181).El enfoque multicultural-integrador de Suiza se refleja tambin en laestructuradelosrganosfederalesmximos.Estoesunaespecialidadinteresante y muy rara: El jefe de Estado de la Confederacin Helvtica,268Bernd Gallep el Consejo Federal, es un colectivo compuesto por siete miembros elegi-dos por la Asamblea Federal mediante una frmula complicada (frmu-lamgica)quevelaporunarepresentacinexplcitayadecuadadelasregionesylenguasnacionales(Art.175Abs.4delaConstitucin).Porestarazn,suelehabernosloconsejerosdelenguaalemanayfrancesasino tambin un consejero de lengua italiana. LaAsambleaFederaleligecadaaoaunConsejeroFederalcomoPresidente Federal. De hecho, esta nominacin sigue un principio tcitode rotacin. Sin embargo, el Presidente Federal no es ms que un primusinter pares, su voto es dirimente nicamente en casos de empate. Adicio-nalmente asume las funciones representativas. Todas las decisiones guber-namentales son tomadas por el Consejo Federal como cuerpo colegiado.Estconformadoporrepresentantesdetodoslospartidospolticosim-portantes de Suiza. Es decir que no existe una real oposicin parlamenta-ria. Adems, no es usual la no-reeleccin de los consejeros federales. Porlo general son reelegidos por lo que la decisin sobre el tiempo de su per-manenciaensusfuncionesestomadaporellosmismos.Estesistemasellama democracia de concordancia y consenso.Es apoyado y apuntalado por muchos elementos de democracia direc-taqueinclusivesemantieneensuformamspuraendoscantones.Setrata de las aldeas pequeas donde todos los ciudadanos con derecho devoto se renen a cielo abierto para personalmente elegir a su Gobierno ydecidir sobre leyes y gastos. Sin embargo, tendencialmente estos mecanis-mos estn perdiendo fuerza en Suiza. Los ejemplos de la Unin Europa y del Consejo de EuropaQuisierabrevementehacerreferenciaalroldelaUninEuropeaydelConsejo de Europa en materia de multiculturalidad para demostrar quelosprogresosalcanzadosgraciasaunapolticaprogresistademinoraspueden tambin lograrse a nivel de la integracin regional. Hacepoco,laUninEuropeaconsusveintisieteEstadosmiembro,corazndelaintegracineuropea,reafirmenel TratadodeLisboasudecisin de conservar la riqueza de su diversidad cultural y lingstica y269Multiculturalidad en Europa experiencias y posibles aportes para Amrica LatinadevelarporlaconservacinyeldesarrollodelpatrimonioculturaldeEuropa.AdemsdefinecomounodelosvaloresconstituyentesdelaUnin el respeto de los derechos humanos, incluyendo los derechos delas personas pertenecientes a las minoras. Se trata de valores comunes detodos los pases miembro en sociedades caracterizadas por el pluralismo,lano-discriminacin,tolerancia,justicia,solidaridadyequidadentrehombresymujeres.SielTratadodeLisboaesratificadoportodoslosEstados miembro, este mandato de accin y la definicin de los valores delaUEocuparnunaposicinprivilegiadaenelTratadodelaUninEuropea. El Consejo de Europa manej el tema de las minoras en forma msconcreta. Esto fue sobre todo el resultado del surgimiento de los conflic-tos internos europeos en los aos noventa, entre otros en la ex-Yugoslaviay el Cucaso (Oppermann, 2005: 28). El Consejo de Europa no debe serconfundido con la Unin Europea por que no tiene relacin institucionalcon ella. El Consejo de Europa tiene cuarenta y siete Estados miembro yno ha alcanzado la misma integracin que la Unin Europea por ser toda-vaunaorganizacinintergubernamentaladiferenciadelaUEqueessupranacional e investida de derechos soberanos significantes, cedidos porsus miembros. nicamente el Tribunal Europeo de Derechos Humanos,creado por una Convencin del Consejo de Europa, tiene carcter supra-nacional. En 1992, los Estados miembro del Consejo de Europa firmaronlaCartaEuropeadelenguasregionalesominoritariasy,en1995,elConvenio-Marco para la proteccin de las minoras.LaCartanormaobjetivosyprincipiosconcretosparalapolticadelenguas regionales o minoritarias de los Estados firmantes y fija determi-nadas medidas de promocin del uso de estas lenguas en la vida pblica,por ejemplo, el sistema educativo, la justicia, administracin y los mediosde comunicacin. De esta lista, los Estados firmantes deben aplicar por lomenos treinta y cinco medidas por lengua (Art. 2 Abs. 2). El instrumen-to legal maneja un enfoque de derecho colectivo y discriminacin positi-va a favor de las minoras. Los objetivos e intenciones de la Carta van msall de la proteccin actual de minoras, regulada en el derecho interna-cional. En Francia, por ejemplo, la transformacin de la Carta en derechonacional fracas porque el Tribunal Constitucional de Francia lleg a la270Bernd Gallep conclusin determinante que algunas disposiciones de la Carta son con-trarias a la Constitucin francesa (Salzborn, 2007: 142).El Convenio-Marco otorga determinados derechos a las minoras cu-biertas. Se trata sobre todo de derechos humanos individuales de prime-rageneracincomolalibertaddereliginyculto,lalibertaddeexpre-sin, el aprendizaje de una lengua minoritaria. Adems compromete a losEstados firmantes, por ejemplo, a la implementacin de la prohibicin dediscriminacin,asimilacinforzosayextranjerizacinylesobliga,entreotras cosas, a fomentar y proteger a los miembros de las minoras nacio-nales. Elmonitoreodelosdosacuerdosserealizasobretodomedianteunsistema de reportes e informacin monitoreado por varias comisiones. Esimportante destacar que ambos acuerdos no manejan una definicin con-cluyente del trmino minora y que dejan que los Estados firmantes deter-minen,endeclaracionesseparadas,culessonlasminoraspresentesensus territorios estatales a las que quieren aplicar los textos jurdicos men-cionados.Estaaperturaenmateriadedefinicindebilitaelpoderyelalcance de los dos acuerdos porque deja el grupo de derecho-habientes adisposicin precisamente de los que se comprometen a su proteccin. Porotro lado se puede constatar que en otras condiciones probablemente nose hubiera podido lograr la amplia firma de los documentos y menos ansu ratificacin. En su forma actual, la Carta entr en vigencia en veinte ydos Estados, el Convenio-Marco en treinta y nueve. Qu podra resultar interesante para Amrica LatinaNoquiero,enestepunto,plantearconsejos.Comoyamencionnoescuestin de arrancar un modelo de su contexto europeo para trasplan-tarlo y luego replicarlo en Amrica Latina. Se trata ms bien de presen-tar ideas para la reflexin, insumos para la creatividad conceptual, espe-cialmente en este momento en el cual algunos Estados latinoamericanosestn tratando de refundarse. El anlisis gener algunas constantes. Demostr, por un lado, que enEuropasehaoptadofrecuentementeporunmodelodeEstadofederal271Multiculturalidad en Europa experiencias y posibles aportes para Amrica Latina cuandosetratadeintegraradiferentesgrupossocialesalasestructurasestatales de decisin. Con ello se logra una alta participacin general delasminoras,especialmenteenlasentidadesterritoriales,investidasdecompetencias propias y, por lo tanto, fortalecidas. Tambin se fomenta laparticipacin de estas entidades territoriales en los procesos estatales glo-bales a nivel nacional. El federalismo no es el nico modelo que permitelograrestepropsitopero,sinduda,elmsconocidoymsdifundido:Aunque no haya en el mundo ms de veinte y tres Estados federales, estosrepresentannadamenosqueel40porcientodelapoblacinmundial(Metzler-Arnold, 2001).Enelfederalismosedapreferenciaalbicameralismoparlamentarioque permite a las entidades territoriales participar en la legislacin fede-ral.Unafuncin(importante)delbicameralismoescompensarconlasegundaCmaralarepresentatividadposiblementedeficitariadelasminorasenlaprimeraCmara(FernndezMartinet,2006:181).Paraello,lacomposicindeambasCmarasdebeestablecerseconprocedi-mientos diferentes y ambas deben ejercer un poder estatal efectivo, ideal-mente equitativo (bicameralismo perfecto).Llama tambin la atencin que el tema de las lenguas es siempre unasuntocentralenlosEstadoseuropeosmulticulturales.Desplazeneltranscurso de la secularizacin el tema religioso que durante mucho tiem-po haba dominado las relaciones inter- e intraestatales en el continenteeuropeo, causando numerosos conflictos y guerras. La lengua es la expre-sin de una cultura, a travs de ella los diversos grupos sociales entran encontacto con otros grupos y particularmente con el Estado. Esto implicaun potencial de conflicto especial, por ejemplo, en los casos en los cualeslalenguapropianoesreconocidacomolenguanacionaluoficial.Porello, muchas veces, la multiculturalidad en Europa culmina en este punto.ElConsejodeEuropasededicaltemacuandodiscutiyaproblaCartaEuropeadelenguasregionalesominoritarias(muyespecializada)antesdeprocederalaformulacindelConvenio-Marco(msgeneral)para la proteccin de las minoras nacionales.Hemos vistos varios enfoques para resolver el tema de las lenguas. Enla mayora de los casos contemplan una dimensin que separa las regio-nes lingsticas, ms otra dimensin en la cual la competencia de regula-272Bernd Gallep cin es delegada a un nivel estatal inferior. A parte de la cultura y educa-cin, la lengua es un objeto tpico de legislacin estatal que se regula enlosEstadosmulticulturalesaunnivelestatalmscercanoalciudadanoque el nivel nacional. La diferencia fundamental entre el modelo belga y suizo es el siguien-te: mientras Blgica se defini en el sentido de un holding together (man-tenerse unidos) con un Gobierno central que transfiere autoridad polti-ca a las regiones con el fin de conservar un Estado unificado nico, Sui-za opt por el coming together (reunirse). All fueron las regiones que deci-dieron a favor de un sistema federal nico de gobierno en el cual se re-nen numerosas identidades (Fernndez Martinet, 2006:22, 173). El grannmerodereglastcitasvigentesenelsistemagubernamentaldeSuizaindica que se fundamenta en una tradicin basada en convicciones pro-fundasdesarrolladasatravsdelossiglos.Adiferenciadeello,Blgicaencontr su modelo en tiempos recientes despus de un largo perodo dedura lucha. ParafinalizarmepermitoindicarqueningunaconstruccindeunEstado europeo debera ser idealizada. Especialmente en el pasado recien-tesehavistoclaramentequetantoBlgicacomoSuizapasanporcrisispolticas difciles, a veces con rasgos grotescos. LaseleccionesparlamentariasdeBlgicasedesarrollaronel10dejunio de 2007. Hasta la fecha, los partidos polticos de las dos regiones nohan logrado formar el Gobierno, de modo que desde hace medio ao, elEstado, carente de un ejecutivo funcional, es manejado en forma interi-na. Una de las razones principales de los problemas es el reclamo de lospartidos polticos flamencos por una mayor autonoma de las regiones, es-pecialmente en materia de poltica tributaria y de mercado laboral, recla-mo que es rechazado por la parte valona.Otro punto de conflicto es el tema de la existencia del distrito electo-ral Bruselas-Halle-Vilvoorde. A diferencia de la prctica usual, este distri-to abarca dos regiones. Con ello, los electores francfonos de los alrede-dores flamencos de Bruselas pueden votar por candidatos de Bruselas departidos polticos del grupo francfono. La gran mayora de los partidospolticos flamencos exige la divisin del distrito electoral a lo largo de lasfronteras provinciales. De esta manera, slo los partidos flamencos tendr-273Multiculturalidad en Europa experiencias y posibles aportes para Amrica Latinaan una posibilidad realista de obtener la representacin poltica en la parteHalle-Vilvoorde.Asuvez,elladovalnreclamalaintegracindelosmunicipios flamencos de los suburbios con poblacin casi exclusivamen-te francfona al distrito metropolitano de Bruselas, medida que permiti-raaldistritometropolitanoestablecerunaconexingeogrficadirectacon Valonia. Ante el prolongado bloqueo poltico, el porcentaje de los fla-mencos que segn una encuesta sigue defendiendo el mantenimiento delEstado belga en su constitucin actual ha bajado al 49.6 por ciento.En las elecciones del Consejo Federal de Suiza del ao 2007, se dio lasorpresa de la eleccin de la Consejera Eveline Widmer-Schlumpf, repre-sentante del partido SVP que no figuraba entre los candidatos. Sali elec-taenlugardelConsejeroanteriorChristophBlocherafiliadoalmismopartido pero cuestionado por su poltica populista y crtica con respectoalosextranjeros.Comoconsecuencia,laSVPanuncisuintencindemanejar una poltica de oposicin y de no apoyar a los dos Consejeros delSVP con su bloque parlamentario. Por ello, los dos son ahora Consejerossin bancada aunque siguen siendo miembros del partido SVP. De acuer-do al SVP, el partido ya no tiene representacin en el Consejo Federal porlo que se acab la poltica suiza de concordancia. El futuro dir si esto esrealmente as. Enconclusinsepuededecirquelosmodelosestatalesexistentesdeberan siempre ser analizados en vista de sus fortalezas y debilidades. Encasos individuales pueden servir como ideas y su transferencia a otros sis-temas estatales con las adaptaciones del caso puede parecer til. Es decirque Europa y Amrica Latina pueden, mediante un intercambio abiertode experiencias, acercarse a la meta de concebir Estados sobre la base dela estabilidad, del Estado de derecho, la democracia participativa y la inte-gracin multicultural. Ambos lados deberan aspirar a este dilogo. BibliografaAlb C., Xavier y Franz X. Barrios S. (2007). Por una Bolivia plurina-cional e intercultural con autonomas. Cuaderno de Futuro, No. 22.La Paz, IDH Bolivia.274Bernd Gallep Asamblea Nacional de Organizaciones Indgenas, Originarias, Campesi-nas y de Colonizadores de Bolivia (2006). Propuesta para la NuevaConstitucin Poltica del Estado. La Paz.Ayala Mora, Enrique (1992). Estado nacional, soberana y Estado pluri-nacional. Pueblos Indios, Estado y Derecho. Quito: Corporacin Edi-tora Nacional.Choque Quispe, Mara Eugenia (2007). Gobernabilidad desde la Pers-pectiva Indgena. Quito: indito. CONAIE (2007). Nuestra Constitucin por un Estado Plurinacional.Quito.Fernndez Martinet, Ivanna (2006). Pases multiculturales: anlisis cons-titucional comparado Blgica, Canad, India, Sudfrica y Suiza. LaPaz, REPAC/PADEP/GTZ Bolivia.Gro,Thomas(2002).CrosscultureoderWaskommtnachMultikulti?.InformationsdienstSoziokultur,No.47,1/2002.Berlin:Bundesvereinigung Soziokultureller Zentren.Kymlicka, Will(2007).Multiculturalismo.DilogoPoltico,No.2,Ju-nio 2007. Buenos Aires: Fundacin Konrad Adenauer.LozanoVallejo,Ruth(2005).Interculturalidad:DesafoyProcesoenConstruccin. Brea: Servindi.Metzler-Arnold, Ruth (20.12.2007). Vielfalt in der Einheit - Die Bedeu-tung des Fderalismus in einer globalisierten Welt. http://www.ejpd.admin.ch/ejpd/de/home/dokumentation/red/2001/2001-11-17.htmlOppermann, Thomas (2005). Europarecht. 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