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POESÍA: MARIO RIERA 22 TURNO DE PALABRAS: LA LECTURA DEL QUIJOTE 26 Páginas de cultura DIARIO de IBIZA // nº195 Pág. 21 La miranda VIERNES, 20 DE ABRIL DE 2012 [email protected] blog.diariodeibiza.es/lamiranda Un año más se acerca el Día del Libro y, pese a la crisis económica y a las nuevas tecnologías que están pene- trando con fuerza en el mercado editorial, el libro continúa siendo un objeto cotidiano que proporciona placer y conocimiento. Lejos de desaparecer, editores y libreros confirman que goza de muy buena salud, y los lectores lo corroboran comprándolo y leyéndolo. El próximo lunes, día , vuelve a ser su gran día. Pág. 23 El próximo lunes se celebrará un año más el Día del Libro. LORENA PORTERO Actualidad y consistencia de los libros

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POESÍA: MARIO RIERA �22 TURNO DE PALABRAS: LA LECTURA DEL QUIJOTE �26

Páginas de cultura DIARIO de IBIZA // nº195 Pág. 21

La mirandaVIERNES, 20 DE ABRIL DE 2012

[email protected]�blog.diariodeibiza.es/lamiranda

Un año más se acerca el Día del Libro y, pese a la crisis económica y a las nuevas tecnologías que están pene-trando con fuerza en el mercado editorial, el libro continúa siendo un objeto cotidiano que proporciona placer yconocimiento. Lejos de desaparecer, editores y libreros confirman que goza de muy buena salud, y los lectoreslo corroboran comprándolo y leyéndolo. El próximo lunes, día , vuelve a ser su gran día. Pág. 23

El próximo lunes se celebrará un año más el Día del Libro. LORENA PORTERO

Actualidad y consistenciade los libros

Mario Riera (Eivissa, ) publica un nuevo poemario, ‘Anteluz’, al que pertenecenlos poemas seleccionados en esta página. Como su anterior libro, ‘En brazos de la au-sencia’, éste también lo edita Vitruvio en su colección Baños del Carmen. Riera es,además, autor de los libros ‘Mar de silencis’ y ‘Mínim equipatge’.

«En ti se ocultó el día. / No supe más / de ese brillo tan ausente». ELISENDA BELDA

ELEMENTOSSomos usuarios de este balneario de naturaleza:Sol, tierra, mar y aire en el mismo acordey el cuerpo como instrumento que se afina.

Diversos azules navegan en el horizonte,en el profundo aliento que regresarespirando vida en cada luz y su destello.

Inmóviles, recibimos la ofrendade ser alma de todos los elementos,música sutil en este improvisado concierto.

NEVADADespués de la nieve, una blancura anónimamira a los ojos de los caminantes.Es un reflejo de la purezaensuciada por las huellas de la ciudad.Ruedas, suelas de zapato, hielo comido por la tie-rra.Todo decae en una ilusión sobreveniday más allá de la nevada queda un silencio de fríodonde lentamente se deshace el cielo en la tor-menta.

El FAR DEL CAP DE BARBARIAY el faro,al final de la llanuradel recto camino hacia el mar,aparece sobre el precipicio de su luz circular.En la misma noche,donde los secretos ahondan en los confinesdel hombre y su horizonte,nos asaltan los recuerdos,la intuición de un final compartidoque conjuramos al viento,entre destellos de luna y musasde un oscuro océano que amamoscomo si fuera el último abrazo.

IMAGINARIOSeguirás, entre bastidores, siendo tú.Siendo quien eres para mí,igual que un espejo del tiempoque no marchita su mirada.Nos encontrará la vidaentre cáscaras vacías,recorriendo los mundos apagados,lo que pudo sery hoy vuela con nostalgiapor los cajones olvidadosde nuestro imaginario.

ÁNGEL DE NIEVEEn un primero de noviembrellegando hacia la muerte,te vi envuelta en una florcon un gesto enmudecido por el tiempo.Viniste, como siempre,llena de ti para abrazartodo lo ausente.Allí estabascon tus ojos de nieve,en un cementerio, viendo a un ángelcon una lágrima perenne.

Devuelta la miradate fuiste en silenciohacia la luz de poniente.En ti se ocultó el día.No supe másde ese brillo tan ausente.

NUESTRO HIJOHas nacido.Pequeño, escucha,estamos aquí.Pronto iremos a buscarte.

DIARIO de IBIZAVIERNES, 20 DE ABRIL DE 201222 LibrosLa miranda

Seguirás, entrebastidores,siendo tú.Siendo quien eres paramí, igual que un espejodel tiempoque no marchitasu mirada

AnteluzMario Riera

DIARIO de IBIZA VIERNES, 20 DE ABRIL DE 2012 23Libros La miranda

Sugerencias

Si no ha llegado ya el día del post-turista,no tardará en llegar. Y así, el novelista me-xicano Juan Villoro () se adelanta conuna ficción titulada ‘Arrecife’ (Anagrama),en la que relata la construcción de un re-sort a orillas de un inmenso arrecife de co-ral en el Caribe que ofrece a los visitantestoda una serie de entretenimientos peli-grosos. Una novela sobre los daños que es-cogemos para intensificar nuestra vida.Una novela que trata también sobre el tu-rismo en nuestros días y el turismo quevendrá cuando el actual haya desapare-cido o se haya quedado obsoleto.

Emociones más calmadas ofrecen los‘Sueños’ de Robert Walser (-)que la editorial Siruela acaba de publicar.Como de un pozo sin fondo vuelven a sa-lir los pequeños textos del escritor suizo,siempre impactantes, siempre diferentesa todo lo que solemos leer, breves histo-rias humanas, vidas de artistas melancó-licos y poetas pobres. Cuando pareceque ya no puede quedar nada más por leerde Walser, aparece un nuevo libro suyo.Ocurre casi cada año desde hace al menosveinte. Bienvenidos sean de nuevo ahoraestas viejas –y nuevas para nosotros– mi-niaturas literarias del escritor que eligió elmanicomio para vivir, escribir, pasear y so-ñar tranquilamente.

Después del Planeta, Eduardo Men-doza () regresa a Barcelona con ‘Elenredo de la bolsa y la vida’ (Seix Barral),una sátira sobre la crisis económica actual.También aquí domina el humor dispara-tado. En su argumento en primer lugar: undetective, con la ayuda de su cuadrilla, in-tenta desactivar una trama que pretendeatentar nada menos que contra AngelaMerkel a su llegada al aeropuerto de Bar-celona. «Hemos sido siempre un paíspobre y cutre –ha declarado el escritor du-rante la presentación de la novela haceunos pocos días–, un país de bohemios ypícaros, y nos habíamos olvidado». Unanovela más de Eduardo Mendoza: parareír y no pensar demasiado.

Recientemente fallecido, Antonio Ta-bucchi (-) procuró siempre ha-cer de sus viajes una experiencia literaria.‘Viajes y otros viajes’ (Anagrama) reúneuna serie de artículos sobre sus visitas aMadrid, Kioto, los Cárpatos, El Cairo,Nueva York, Génova, Lisboa… Un libromuy recomendable porque Tabucchisiempre tiene algo nuevo que descubrir-nos, y sus viajes ofrecen detalles y esce-narios –siempre con la literatura muypresente– que proporcionan una visiónnueva de cada uno de los lugares.

Adam Zagajewski () es una delas voces poéticas más relevantes de Po-lonia, país del que se exilió en . La edi-torial Acantilado publica ahora ‘Manoinvisible’, un poemario que, como los an-teriores, bucea en los vínculos entre la co-tidianidad y el arte, la soledad y los viajes,la vida urbana y la naturaleza. Poesía degran precisión, elegante, concisa. No vue-la muy alto, pero señala caminos verda-deros.

La joven editorial Periférica trae denuevo un clásico de la literatura nortea-

mericana. Se trata de ‘Una puerta quenunca encontré’, del novelista ThomasWolfe (-), novela breve no muyalejada del mundo intimista de su obramaestra, ‘El niño perdido’, que esta mis-ma editorial ha publicado también hacepoco.

Es el mundo del sur norteamericano deprincipios del XX, de sus paisajes y de sugente. Wolfe escribe y describe como losángeles. Una novela exquisita, para de-vorar en poco más de una hora y salir co-rriendo para intentar encontrar en las li-brerías otros libros del autor.

Exquisita es también la narrativa delfrancés Pierre Michon (). ‘El origendel mundo’ (Anagrama) es un ejemplomás, pero sin duda uno de los más altos.Los protagonistas son aquí un jovenmaestro destinado en un pueblo y unamujer que iluminará sus sueños, que lotrasladará al vértigo de la contempla-ción, a la fiebre oscura del deseo. «Decirque era un bocado soberbio es poco. Eraalta y blanca, era leche. Era algo amplio ycopioso como las huríes en las Alturas».Con su habitual escritura llena de adjeti-vos extremos, Michon pinta el retrato deuna mujer que llena con su cuerpo todoel escenario.

El reciente Premio Nobel de Literatura,el sueco Tomas Tranströmer (), re-lata sus recuerdos de infancia y adoles-cencia en ‘Visión de la memoria’ (Nórdi-ca Libros). Ocho deslumbrantes capítulosque contienen los primeros recuerdos, losprimeros pálpitos, las primeras lecturas,la poesía. «El recuerdo más tempranoque puedo registrar es un sentimiento –es-cribe Tranströmer–. Un sentimiento de or-gullo. Acabo de cumplir tres años y alguiendice que esto es muy importante, que aho-ra ya soy grande».

‘Mentiras de verano’ (Anagrama) seanuncia como el libro más reciente del ale-mán Bernhard Schlink (), el cele-brado autor de ‘El lector’, la novela que fuellevada al cine por Stephen Daldry. Se tra-ta de un libro de siete relatos en el que lospersonajes de cada uno de ellos reflexio-nan sobre las mentiras que han envueltosu vida y vislumbran la posibilidad de vi-vir sin ellas.

Buen contador de historias, a vecesrebuscadas, Schlink desgrana en estosrelatos misterios del corazón y de la men-te, secretos de la vida misma.

Y muchísimos libros más, por supues-to. Si los ven el próximo lunes en algunamesa, procuren cogerlos y al menos echar-les un vistazo. ‘Antes y después’ (Nortesur)es el último libro que escribió el pintorPaul Gauguin (-) en su retiro fi-nal en el Pacífico. Diario, confesiones,apuntes, manifiesto artístico: un com-pendio de muchas cosas, porque el géneroera él mismo más que sus textos. O los ‘Es-critos’ (Galaxia Gutenberg) de MarcelDuchamp (-).

O los poemas de Natsume Soseki(-) –el autor de la maravillosa no-vela ‘Kokoro’, entre otras– ‘Haikus zen’(Olañeta Editor).

O si prefiere algo del todo diferente ymucho más de nuestro tiempo: las ‘Vi-ñetas para una crisis’, (Mondadori) deAndrés Rábago (), más conocidocomo El Roto, con su humor corrosivopero siempre lúcido.

POR VICENTE VALERO

‘El cuerpo del mundo’, de Pierre MIchon. ‘Sueños’, de Robert Walser.

Libro a libro: recomendacionesNovelas de Wolfe, Villoro, Mendoza, Michon y Schlink entre las novedades del próximo Día del Libro.

La últma novela de Eduardo Mendoza. ‘Visión de la memoria’, de Tranströmer.

‘Una puerta que nunca encontré’, de Wolfe.

La joven editorialPeriférica trae de nuevo un clásicode la literaturanorteamericana. Setrata de ‘Una puertaque nunca encontré’,del novelistaThomas Wolfe

‘Retratos de poetas’ es una serie que el fotógrafo santanderino, afincado en Eivissa, José del Río Mons ha realizadoen los últimos años con algunos de los más destacados poetas españoles contemporáneos y que ahora da aconocer para los lectores de La miranda. El propio fotógrafo ha escogido los poemas que acompañan a los retratos.

DIARIO de IBIZAVIERNES, 20 DE ABRIL DE 201224 FotografíaLa miranda

Haroldo de Campos (1986). JOSÉ DEL RÍO MONS

Ignacio Gómez de Liaño (1987). JOSÉ DEL RÍO MONS

El altarEl sólido y estable cubo que representa la tierra,listo para que encima de él se derrame la sangre,y se prenda el fuego, y el humo cubra el cielo, eso es el altar. Los dos peldaños que sustentan el cubose transforman en los dos salientes de la cornisa.Encima se abre el plano destinado a la sangre.Hay también una vertical línea verde de esperanza que, como si fuera el corte del cuchillo,o, simplemente, un desaguadero,apunta al punto negro que sirve de centro a lo inferior.El altar se halla siempre en medio de la noche.De la noche es de donde alguien arrastra hasta el altarel cuerpo ensangrentado del Minotauro, mientras una flauta difunde la tristeza de las selvas.

IGNACIO GÓMEZ DE LIAÑONació en Madrid en . Licenciado y doctorado en Filosofía y Letrasen la Universidad Complutense de Madrid, ha sido profesor de Estéticaen esta misma universidad y es autor de numerosos ensayos y novelas.

Odiseo fueOdiseo fue. Perdió a los compañeros.Al borde de la vistade la ínsula ansiada – viendo yael alcanzable Edén casi alas mano: los dioses conspiraron.Suscita el cielo escarceos de lo más hondo.La nave repelidase abisma soplada de destino.

Odiseo no arriba.Efímeras señales en el vórticele acusen el naufragio –instan mas declinanzozobradas insignias: el instante.

Agua sólo. Raeduras.Y el hado hambreando. Última

thánatos eks halósmuerte que proviene del mar salino

hybris.

HAROLDO DE CAMPOSSao Paulo (Brasil), -. Uno de los poetas en lengua portuguesa más im-portantes del siglo XX. Traductor al portugués de Homero, Dante y Mallarmé, en-tre otros. Recibió en el Premio Octavio Paz de Poesía y Ensayo

DIARIO de IBIZA VIERNES, 20 DE ABRIL DE 2012 25Viajes La miranda

Península Valdés (Continuació)

a Península Valdés és una pla-nura poc alterosa, de costa ma-resa, amb dos grans ulls enmig,que són unes antigues mines de

sal en profunditat: El Salitral, cap al nord,d’una espessor de sis metres, i la SalinaGrande, cap al sud, que n’assoleix quaran-ta. La forma de la península és clarament demanual. La seva vocació insular és absolu-ta. L’istme, llarg i estret, podria figurar la socad’un arbre de gran capçada. La penínsulaValdés se’n deu anar a una superfície de seto vuit mil quilòmetres. És tota ella reservanatural, hàbitat compartit per pingüins,llops de mar i elefants marins, balenes, do-fins i molta altra fauna marina, així com, en-tre la terrestre –a més dels simpàtics gua-nacs–, guineus grises, mares i choiques(Dar-win’s Rhea).

Damunt la costa de formació dunar, d’u-na estratificació no del tot estranya a unillenc, s’han instal·lat passarel·les de fusta ipetits miradors per observar els animals quetan exòtics ens resulten, agrupats a la plat-ja o en terrasses naturals de roca. Els elefantsmarins són com muntanyes de greix que ves-sa de manera informe i arrodonida. Non’he sentit cap crit. Pareixien lliurats a unaletargia francament avorrida. Però els llopsde mar, més remenadors, adés drets, adésajaguts, amb formes simples que us podenrecordar algun vas zoomorf de l’arqueologiapúnica, emetien, més que udols, una espè-cie de brams d’ase sense inflexions, conti-nuats i desagradables.

Els pingüins són com pàrvuls feliços pelcoster de sorra i matolls. No s’immuten da-vant la presència impertinent dels turistesamb les seves càmeres de llarg objectiu. S’es-tan quiets com a escola, plàcids i contem-platius, amb la feina ja feta per a tot el dia. Elscorrents marins, al llarg d’anys i panys, hanformat un calabrot de sediments, com unacua de sargantana, a llevant de la penínsu-la Valdés. Pel cap nord, el calabrot de terraés unit a la península, de manera que s’hi es-devé un cul-de-sac. La mànega de mar, re-lativament estreta, té una longitud, comqui no diu res, de quaranta quilòmetres. D’a-questa nimiesa geogràfica, la gent del país endiu, en bona lògica, Caleta Valdés. Al Medi-terrani seria un port esportiu d’una catego-ria inèdita. Tot és relatiu.

De Puerto Madryn, només hem vist la fa-çana marítima, amb molts d’apartaments se-riats que tiren d’esquena, però ha de tenir co-ses que es paguin la pena, si més no dels anysfundacionals del segle XIX o de les primeresdècades del XX. El Golfo Nuevo, vora el quals’aixeca Puerto Madryn, és en realitat una ba-dia incommesurable que la península Val-dés abriga i delimita pel nord. A l’altre cos-tat de l’istme, una badia no tan gran i méstancada és el Golfo San José. El negoci turísticrelacionat amb el busseig i l’observació de lafauna, molt especialment –en ser l’època– deles balenes, és una base important de l’eco-nomia de la ciutat.

Un àtic a BarcelonaAquesta nit, el somni ha estat una vivènciaordenada que puc recordar amb detall. Nosé però què hi fa ara, en un somni, Barcelo-

na mentre naveguem cap a Montevideo. Laqüestió és somiar, que no m’estranyariaque tingués un embós de somnis al caparrot.El fet no ha deixat d’amoïnar-me, perquè, alsmeus anys, els maldecaps sense febre em vé-nen grossos. He caigut en el compte d’aquellàtic que tinc a Barcelona, justament pelcantó de la Bonanova. Una casa de deversdos-cents metres, de la qual no he vist maiprojectada ni llesta l’arquitectura interior. Laterrassa, de més a més, triplica l’extensió delpis; potser un setè o un vuitè. De dalt estant,veieu Montjuïc i el port i, no cal dir-ho, el Ti-bidabo, la torre de Collserola, els terrats deSarrià... En deu o dotze anys que fa que el vaigcomprar, poc després que el meu nebotl’arquitecte acabés els estudis, no m’ha pas-sat pel cap de deixar-lo llest, per tal de cam-par-hi en les meves escapades a Barcelona.

Com que l’espai interior, a part de gran, ésnet i lluminós, el porter de la finca, que eraun paleta de l’edifici, s’hi ha instal·lat unamena d’obrador per satisfer els seus lleures.L’obrador s’assembla perillosament a una in-dústria clandestina de reparació d’aparellsdiversos. Sobre els bancs de feina, s’hi acu-mulen tota classe d’estris: tornavisos, cargols,botelles, cables, pots, peces de recanvi... I enun racó, apilades, unes quantes capses de

cartó de grandària diferent. Com que el te-rra tampoc no es va enrajolar, les taques grei-xoses que s’hi comencen a veure no són capproblema. L’embolic el tindré si arriba a co-neixement de les autoritats que, al meu àticbarceloní, hi ha una indústria molt pròspe-ra gràcies a la meva complicitat (qui de-mostra el contrari en tals circumstàncies?).

Ara, busca’t un mestre d’obres i gasta’t elcar diner per acabar l’àtic i moblar-lo i per en-dreçar la descomunal terrassa. I com li diusal porter de la finca que les feines d’estraperloles faci a casa seva, si en té ganes! La preo-cupació s’ha acabat amb el mateix somni,perquè jo –ai las!– no tinc constància ni re-cord de cap propietat a Barcelona.

Tarda de sol a la piscinaAquests dies la mar s’avorreix, sense tràngolni flocs d’escuma.

Quan avui he tret el nas a coberta, he afi-nat l’estiu de bell nou. M’han vingut desigsde nedar. Ja fa dies que la gent neda a les pis-cines i es dóna banys de sol imaginaris. Desol, n’ha fet ben poc, fins ara, però el fred iel ventot han anat a trau. L’ambient és humiti una mica pastós. En sortir de la tempera-tura moderada de l’aire condicionat, que,sense que en tinguem gaire consciència, famolt confortables les hores arreu dels dife-rents espais interiors, he sentit un baf des-acostumat. El vent de la navegació no fluïa,anava d’arrossec per les fustes del terra, es-tovat i flonjo. De sobte, el canvi tèrmic m’hadut un vague decandiment, i alhora, per con-tra, l’expectació gojosa d’una tarda de sol ide bany.

En efecte, amb el sol que encara no feia lesombres llargues, he pujat a l’aire lliure de lacoberta onzena. M’ha vingut de nou que, fentcom feia un dia tan esplèndid, la gran terrassai les piscines estiguessin mig buides. Usmovíeu pertot sense haver de salvar obsta-cles. Les gandules i cadires encara mantenienel seu ordre disciplinat. He rigut per a mi pen-sant que, després de la ventada gèlida de faun parell de dies en aquesta mateixa coberta,molts dels passatgers entrats en anys i mortsde fred que a penes mostraven el nas entreles tovalloles, havien agafat un solemne re-fredat i ara tocava cuidar-se. No ho sé. Tinctendència a convertir-me en la mesura demoltes coses, i això, si no és pecat, ho hau-ria de ser. Que jo tingui fred o calor no és unacategoria universal aplicable a ningú. I si avuihi ha més poca gent a la piscina, potser és queja està tipa de nedar i orejar-se, i juga al bin-go o fa la migdiada.

En entrar a la piscina, m’ha sorprès agra-dablement que l’aigua fos tan calenta. Era ai-gua de mar escalfada per algun procedimentmecànic. A casa nostra, d’una aigua comaquesta, en diríem brou, però, tot sigui dit,a mi ja m’anava bé. En plena canícula solc tro-bar l’aigua de la mar freda.

Per a mi que, en nedar, no sóc cap peix, lapiscina se’m feia petita. Anava i tornavados o tres cops i, després, feia el mort tan cal-mós, amb la llustrosa panxa entre dues ai-gües i els ulls plens de cel, mig closos. Entrepiscina i piscina, l’aigua trèmula de bom-bolles dels jacuzzis quasi em posava lescarns a lloc, i aquesta, ara aigua dolça, sí queera ben calenta.

L

«Ja fa dies que la gent neda a les piscines...». JOSEP MARÍ

Josep Marí

NOTES D’UN VIATGE AUSTRAL De Valparaíso a Buenos Aires

Una tarda de sol i de bany

Quan avui he tret el nas a coberta, heafinat l’estiu de bell nou. M’han vingutdesigs de nedar. Ja fa dies que la gent neda a les piscines

Hoy se habla poco de Cervantes y, parala mayoría de lectores, ‘El Quijote’ es sólouna reliquia que veneramos de pasada ydesde lejos. Tal vez porque nos lo vendie-ron mal en las escuelas. O porque despuésde casi cinco siglos nos parece anacróni-co en su forma y su contexto. O porque susaventuras nos resultan repetitivas y de ex-cesivo metraje. Mi relación con el librotampoco ha sido fácil. Alguna vez he con-tado que mi primer encuentro con la obratuvo lugar en el cagadero que la casa de miabuela tenía en Illana, un pequeño puebloalcarreño. El evacuatorio era una caseta demaderos en un rincón del corral y recuerdoque, durante mucho tiempo, después desoltar lastre, nos limpiábamos el tafanariocon las páginas abrasivas de un ‘Quijote’monumental que, deshojado en tan hu-milde menester, no se acababa nunca.

Años después, ya en Ibiza, en el Institutode Santa María donde fui bachiller, alguienconsiguió que aburriera el libro cuandonos hizo analizar durante todo un curso lasintaxis de laberínticas parrafadas, con másoraciones subordinadas que granos tieneun racimo de uvas. Con aquel inicio, sóloconseguí leer ‘El Quijote’ troceado. Y medormía sin remedio si alguna vez insistíaen su lectura, cosa que me avergonzaba.Luego, he sabido que a muchos otros lespasaba lo mismo.

La lectura completa la hice mucho des-pués en Salamanca y fue penosa. Con apli-cada disciplina y a capítulo por día, apro-vechando la inmovilidad de un drenaje fo-runcular en las posaderas que no se me ce-rraba, empecé a leerlo en el Hospital Pro-vincial y, por no quedar mal conmigomismo, lo acabé en el Colegio Mayor ElSalvador, en el que coincidimos un buennúmero de seminaristas ibicencos, Vi-cent Tur, Miguel Tur, Isidor Marí, Ildefon-so del Olmo y Juan Antonio Torres.

La vida de CervantesHoy, ya sexagenario, pienso que tampocoentendí gran cosa en aquella lectura de dosgruesos tomos prologados por Martín deRiquer con una introducción que me de-fraudó. El ilustre profesor decía que ‘ElQuijote’ era una parodia de los libros de ca-ballería, argumento que justificaba conuna frase del propio Cervantes cuandodice aquello de que su intención «es po-ner en aborrecimiento de los hombres lasdisparatadas historias de los libros de ca-ballería». Y así sería, pero para mí tengoque el autor del Quijote se escudó en la lo-cura de su protagonista para decir todo loque quería decir. La explícita frase demarras pudo servirle de pretexto y salva-guarda para que la Inquisición no cayerasobre él con toda su fuerza. La argucia fuesabia, porque quien desbarra en el libro noes él, sino un loco de ficción que respon-de por Alonso Quijano. Mal hubiera so-portado ‘El Quijote’ el paso del tiempo ypoco mérito tendría si fuera sólo una bur-la de folletines caballerescos. Cervantes erademasiado inteligente para dedicar más demil páginas únicamente a ridiculizar no-velones. ‘El Quijote’ tiene más intencio-nalidad y más alcance, aunque, eso sí, paraentender su por qué, su qué y su cómo, esimprescindible conocer la atormentadabiografía de su autor.

Cervantes de Saavedra, don Miguel,

para empezar, tiene una infancia desgra-ciada. Conoce penurias, ve a su padre consus bienes embargados, encarcelado pordeudas y, después, durante toda su vida,siempre se ve sujeto a los demás. Prime-ro, como discípulo de López de Hoyos, lue-go como camarero del cardenal Acquavi-va y más tarde encarcelado por provi-dencia de Felipe II que le manda prenderpor herir en duelo a don Antonio Segura.También anda fugitivo en Italia y acaba enla servidumbre de las armas como solda-do en el tercio de Miguel de Moncada. He-rido en Lepanto, es esclavo en Argel, don-de malvive cinco años, castigado y carga-do de grilletes porque intenta fugarse.

Pagado un rescate y liberado, fracasa ensu matrimonio con Catalina de Salazar, dela que, sin descendencia, se separa a losdos años. Aquí conviene recordar queCervantes es quien primero habla de des-casamiento en su entremés ‘El Juez de losdivorcios’, un grave atrevimiento frente ala Inquisición. En su vida familiar vive tam-bién subordinado a sus mujeres, a su es-posa, a sus hermanas y, finalmente, a suhija natural que le saquea.

Harto de todo, intenta hacer las Amé-ricas para sentirse libre, pero el Consejode Indias se lo impide y no le queda otravía de redención que la fantasía, pues tam-bién en su vida profesional es un ‘man-dado’ como comisario de provisiones dela Armada y como recaudador de im-puestos impagados (tercias y aldabas), unantecedente del antipático ‘hombre delfrac’ de nuestros días que, por supuestasirregularidades en sus cuentas, le lleva de

nuevo a la cárcel. Y es precisamente entonces, prisione-

ro en Sevilla, donde, enfurecido y desen-cantado, proyecta ‘El Ingenioso Hidalgodon Quijote de la Mancha’ como vengan-za contra todo y contra todos. Con sabíacausticidad, en vez de resignarse a sumala suerte, Cervantes hace una crítica fe-roz de la sociedad de su tiempo con la me-jor coartada que cabe imaginar. Sabe quesólo los dementes escapan al rigor de la leyy por eso inventa la locura de su protago-nista: desde la demencia de don AlonsoQuijano, armado de ironía, escarnio yparadoja, Cervantes arremete sin miedocontra jueces, nobles, mercachifles, fari-seos, curas, bachilleres y militares.

Libera al siervo del amo y al delin-cuente de su carcelero, nos dice que igualvale un rey que un posadero, que las da-mas son villanas bien vestidas y que loshombres, en fin, son sólo marionetasmaltratadas por un titiritero. Sale malpa-rado de sus aventuras, pero no se rinde ypersiste en la utopía que todavía llamamos‘quijotada’: la búsqueda de un mundoimposible, sin lujos, códigos ni soberanos,en el que todas las falsedades quedan des-enmascaradas.

Al abrigo de una festiva narración pi-caresca, Cervantes nos regala una revisiónlúcida y satírica de la condición humana.Y para que veamos el mundo del derecho,Cervantes lo pone del revés. A partir deaquí, ‘El Quijote’ se convierte, creo yo, enuno de los libros más libertarios, anár-quicos y nihilistas, de la literatura univer-sal. No es poca cosa.

MIGUEL ÁNGEL GONZÁLEZ

La lectura del Quijote

Ilustración de ‘El Quijote’, de G. Doré. D. I.

DIARIO de IBIZAVIERNES, 20 DE ABRIL DE 201226 Turno de palabrasLa miranda

Mal hubiera soportado el paso del tiempo y poco mérito tendría sifuera sólo una burla de folletinescaballerescos

Al abrigo de una festiva narraciónpicaresca, Cervantes nos regala unarevisión lúcida y satíricade la condición humana